Sobre Actas policiales
Ponencia de la Magistrada Blanca Rosa Mármol de León.
Sala de Casación Penal.
El 20 de julio de 2011, la Defensora Pública Sexta Penal Ordinario,
adscrita a la Unidad de Defensa Pública del Circuito Judicial Penal del estado
Cojedes abogada Anavith Gisela Moreno Jiménez, en su condición de
defensora del ciudadano HEIROUN GERMÁN ACOSTA HERRERA, de
nacionalidad venezolana, titular de la cédula de identidad número 13.047.839,
residenciado en la Urbanización el Trigal Sur, Segunda Avenida, Casa N° 132-31, Valencia, estado Carabobo,
interpuso Recurso de Casación contra la sentencia de fecha 20 de junio de 2011, dictada por la Corte de Apelaciones del
Circuito Judicial Penal del estado Cojedes, constituida por los jueces Gabriel España Guillén, Luis Raúl Salazar
(ponente) y Samer Richani Selman, la cual DECLARÓ SIN LUGAR el Recurso de Apelación ejercido por la Defensa
del acusado, contra el fallo dictado en fecha 18 de abril de 2011, por el Tribunal Segundo de Primera Instancia en
Funciones de Juicio del referido Circuito Judicial, por el cual CONDENÓ al mencionado ciudadano a sufrir la pena
de TRES (3) AÑOS DE PRISIÓN, por la comisión del delito de OCULTAMIENTO ILÍCITO DE ARMA DE
FUEGO, previsto y sancionado en el artículo 277 del Código Penal, en perjuicio del Estado venezolano.
El Recurso de Casación fue interpuesto en tiempo hábil y no contestado
por la parte Fiscal.
Remitidos los autos a este Tribunal Supremo de Justicia, en Sala de
Casación Penal, correspondió la elaboración de la ponencia a la Magistrada
quien con tal carácter suscribe la presente decisión.
En fecha 9 de diciembre de 2011, la Sala declaró admisible el Recurso
de Casación interpuesto por la Defensa del acusado.
En fecha 24 de abril de 2012, se realizó la audiencia pública en
presencia de las partes, quienes expresaron sus alegatos.
Cumplidos como han sido los demás trámites procedimentales, la Sala
pasa a dictar sentencia en los términos siguientes:
LOS HECHOS
El Tribunal Segundo de Primera Instancia en Funciones de Juicio del Circuito Judicial Penal del estado
Cojedes, estableció lo siguiente:
“
Que el día 4 de marzo de 2007 a las 9:00 a.m. se practicó la
incautación de un arma de fuego al ciudadano Acosta Heiroun.
Que la detención se realizó en el punto de control fijo la Fe Municipio
Pao estado Cojedes.
Que sólo se encontraban de guardias dos funcionarios.
Que incautaron un armamento calibre 22 rifle con mira telescópica y 6
cartuchos sin percutir que se encontraban en una funda negra dentro de
un vehículo tipo Blazer marca chevrolet. En la parte trasera.
Que el vehículo era conducido por el ciudadano HEIROUN GERMAN
ACOSTA HERRERA.
Que el ciudadano al momento de la detención no poseía porte de arma
ni documento de propiedad.
Que al momento de la revisión del vehículo no hubo testigo al
momento (sic) de porque ha (sic) esas hora no había nadie y en el
establecimiento comercial siempre abren en la tarde.
Que el lugar de la detención era imposible la localización de testigo
dado la lejanía del mismo y que solo se contaba con sus funcionarios
actuantes.
(Omissis)
Que la acción del sujeto era la de ocultar, ello se acredita con la
declaración de los funcionarios actuantes, donde señalan que el arma
estaba dentro de una funda negra y detrás del asiento del copiloto en el
piso en forma oculta.”.
PLANTEAMIENTO Y RESOLUCIÓN DEL RECURSO DE
CASACIÓN
PRIMERA DENUNCIA:
Con base en el artículo 460 del Código Orgánico Procesal Penal, el recurrente denuncia la violación de ley por
falta de aplicación del artículo 441 del eiusdem.
En tal sentido expresó:
“…se adujo una serie de elementos (tal como consta en el recurso de apelación), entre los cuales se indicó que
el único motivo por el cual la Juzgadora de Primera Instancia en Funciones de Juicio condenó al precitado
ciudadano fue el dicho de los funcionarios de la Guardia Nacional, quienes realizaron el procedimiento de
aprehensión, razón por la cual y tomando en consideración la jurisprudencia reiterada de la Sala de Casación
Penal del Tribunal Supremo de Justicia, de fecha 19/01/2000, N° 03, con ponencia del Magistrado
ALEJANDRO ANGULO FONTIVEROS…, se solicitó la NULIDAD ABSOLUTA DE LA SENTENCIA
CONDENATORIA dictada contra el acusado, ello de conformidad con los artículos 190 y 191 del Código
Orgánico Procesal Penal, en virtud de que se le otorgó pleno valor probatorio a los dichos de los
funcionarios, por lo que esta Representación de la Defensa consideró y considera violatorio al Debido
Proceso, al Derecho a la Defensa y a la Tutela Judicial Efectiva, previsto en los artículos 49 y 26 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, toda vez que el dicho de los Funcionarios no debe
tomarse como un total, sino que en todo caso como un indicio que, concatenado a la declaración de testigos y
otros elementos, pueden sin duda alguna verificar la comisión del delito por el cual mi defendido fue imputado
y acusado por el Representante Fiscal.
Ciudadanos Magistrados, considera esta Defensa, que para una prueba sea contundente en un juicio debe estar
acompañado de otros elementos, como lo son los testigos instrumentos y hasta cualquier otro indicio, pero no
podemos olvidar que los policías son órganos de seguridad del Estado, son parte interesada, y es por unas
de las tantas razones que existen que ese dicho policial, debe estar reforzado con otros elementos
informativos para adminicular sus testimonios que efectivamente acrediten esas circunstancias de
modo, tiempo y lugar, entonces, continuar con un debate en el que es posible que se tenga certeza del
hecho histórico, por cuanto se hace necesario un elemento objetivo distinto al dicho de los funcionarios
policiales y así obtener la plena prueba. De modo que la plena prueba la señala la ley adjetiva y en este caso
en el debate no se podría arribar a ella con el solo dicho policial. En tal sentido la prueba de cargo, es aquélla
que va revestida de ese elemento objetivo y este no es el caso; por cuanto no se contó con una parte de ella que
fue el dicho de los funcionarios policiales, pudiéndose concluir que es una prueba notoriamente insuficiente
para demostrar la responsabilidad penal de mi defendido, ciudadano HEIROUN GERMAN ACOSTA.
Ratifica esta Defensa que las declaraciones de los funcionarios actuantes no son suficientes para poder
inculpar a una persona que se encuentre involucrada en un hecho punible, como bien lo indica la ponencia del
Dr. ALEJANDRO ANGULO FONTIVEROS, de fecha 19-01-2000, expediente N° 99-0465: “…Es evidente
que la declaración del ciudadano… es una prueba relevante del proceso puesto que es el único testigo
presencial; y ha sido indicado en jurisprudencia reiterada que el solo dicho de los funcionarios policiales no
es suficiente para inculpar a los procesados, pues solo constituye un indicio de culpabilidad…” infiriéndose
de lo expuesto que en el presente caso no se efectuó el procedimiento contemplado en la Ley Adjetiva,
que es la presencia de por lo menos dos testigos presenciales que no sean los funcionarios policiales,
porque éstos sólo constituyen un indicio, una sospecha de la presunta culpabilidad de mi defendido.
Así pues, esta Representación de la Defensa reitera que el único elemento que llevó a la convicción del Juez
de Primera Instancia de condenar a mi defendido, se obtuvo mediante la declaración de dos funcionarios de la
Guardia Nacional, las cuales fueron por demás contradictorias e inverosímiles en virtud que resaltan que a la
hora en que se llevó a cabo el procedimiento (horas de la tarde y en plan vía pública no existía ninguna
persona circulando en su vehículo que pudiera haber dado fe del procedimiento realizado, siendo que sobre
dicha violación denunciada debidamente en el Recurso de Apelación, no existió un pronunciamiento por
parte de la Corte de Apelaciones de este Circuito Judicial Penal, razón por la cual considera quien aquí
suscribe que violó la norma establecida en el artículo 441 del Código Orgánico Procesal Penal por falta de
aplicación.
SEGUNDA DENUNCIA:
Con base en el artículo 460 del Código Orgánico Procesal Penal, la Defensa denuncia la violación de ley por
falta de aplicación del artículo 457 eiusdem, al considerar que la Corte de Apelaciones incurrió en “la falta de motivación,
vicio que acarrea la nulidad de la…sentencia”.
Al fundamentar su escrito señaló:
“esta Defensa Pública considera que la Corte de Apelaciones de este Circuito Judicial Penal, al explicar qué
aspectos comprenden la motivación del fallo cumple con una labor informativa y formativa pero no suple la
función de constatar si existían suficientes elementos que permitieran al Juez de Juicio arribar a la
decisión impugnada mediante el recurso de apelación, siendo entonces que el Tribunal de alzada no
verificó los razonamientos dados por la Juez de Juicio para el establecimiento de la culpabilidad que
básicamente consistieron en la buena fe que le merecieron los dichos de los funcionarios y en que la defensa
no propuso testigos para probar la inocencia de su defendido, como si la carga de la prueba correspondiera al
procesado y no al Estado.
Es necesario destacar que en el caso de marras, la Jueza de Primera Instancia en Funciones de Juicio
argumenta en su decisión, ante la reiterada observación de la defensa sobre la inexistencia de medios de
convicción veraces y objetivos, que:
“…
independientemente de la no asistencia de los testigos, debe
aceptarse como válidos tal procedimiento porque ellos (los
funcionarios militares) aun cuando no hayan realizado la
acción de llevar testigos al momento del hecho, debe suponerse
la buena fe de ellos en la actuación que refuerza sus dichos en
esta etapa de juicio, que si bien es cierto no existieron testigos
que concurrieran al debate, no puede soslayarse la verdad de la
aprehensión en ocultamiento de arma de fuego acreditado para
esta juzgadora con las declaraciones de los funcionarios
militares por estimarles veraces y relacionados con la
declaración del experto.
La doctrina Venezolana hace referencia a la “parcialidad
objetiva” que deriva exclusivamente del protagonismo de los
agentes policiales en la práctica de la diligencia. Pero ocurre
que, sería difícil justificar por qué se excluye el testimonio de los
agentes en los registros propiamente, si nuestro ordenamiento
jurídico procesal no invalida de antemano el testimonio de
sujetos que puedan ser considerados “parciales” sino que
procura que las circunstancias que pudieran determinar la
“parcialidad” del testigo sean conocidas por el juez al momento
de valorar, de allí que, a falta de precepto legal expreso, debe
reconocerse de manera análoga que las declaraciones de los
agentes de policía en el acto de juicio en un medio de prueba,
limitada sólo a la referencia de los hechos propios, directos e
indirectos percibidos por ellos, lo que lleva a concluir que la no
comparecencia de los testigos instrumentales, no impide que se
puedan valorar las declaraciones de los funcionarios actuantes, y
así se decide.
Sobre la no oferta de los testigos instrumentales por parte de la
Fiscalía, la defensa señala que con el dicho de dos funcionarios
no es suficiente para condenar a una persona y mucho menos por
un delito de ocultamiento de arma de fuego, sin embargo, esta
juzgadora se pregunta lo siguientes: a) porqué la defensa ante la
seguridad de que su representado es inocente no ofertó medios
de pruebas que coadyuvara a demostrar la no participación o
inocencia del acusado, no realizó ella, en el lapso que prevé el
artículo 327 la oferta de testigos instrumentales, para así poder
acreditar las posibles contradicciones que pudiese existir y así
acreditarlo ante el tribunal; b) por qué la defensa, si sabía que su
representado es inocente no pidió prácticas de investigación
penal en su oportunidad legal, para efectivamente demostrar que
su patrocinado no colocó el arma de fuego en el referido
vehículo, bien solicitando la realización de experticias de
barridos, para determinar que esa arma no fue manipulada por
su representado, porque la defensa nunca hizo referencia que el
vehículo que tripulaba el acusado no era de su propiedad por lo
que mal podía tener conocimiento de la existencia de un arma;
por lo que el planteamiento defensivo se limitó a señalar la falta
de oferta al juicio de los testigos instrumentales, y señalar que el
solo dicho de los funcionarios no era suficiente para condenar a
una persona, obviando la defensa que en sala se contó con la
testimonial del experto Carrasco Hixon, donde del mismo señala
la existencia del arma de fuego y su vez de la existencia de un
vehículo tipo Blazer lo que esta juzgadora adminiculó tanto la
declaración de los funcionarios actuantes como la declaración
del experto quedando así demostrado la comisión del hecho
punible de Ocultamiento de arma de fuego lo que lleva a la
conclusión que se deba desestimar la solicitud de la defensa en
este sentido.” (Resaltados por la Defensa)
Así pues, la Corte de Apelaciones no consideró la forma como la Juez atribuyó veracidad a declaraciones
contradictorias ni explicó por qué las consideraba motivadas, es decir, el Tribunal de Alzada no explicó por
qué los argumentos explanados cumplían con las reglas de la lógica, de las máximas de experiencia o de los
conocimientos científicos (sana crítica).
De manera pues, que considera esta Defensa Pública Penal, que ante los planteamientos y denuncias realizadas
ante la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial del Estado Cojedes, no existió por parte de ésta una
respuesta válida y oportuna, por lo que Denuncio la violación de la norma jurídica establecida en el artículo
441 del Código Orgánico Procesal Penal, por falta de aplicación, ello de conformidad con el artículo 460 del
ejusdem.”.
La Sala para decidir observa:
En vista de la relación existente entre las denuncias planteadas, esta Sala pasa a resolverlas de manera conjunta:
En efecto, la Defensa en la primera denuncia expresó que la Corte de Apelaciones incurrió en el vicio de falta de
motivación, toda vez que no resolvió lo relacionado con la insuficiencia de los medios probatorios valorados por el
tribunal juicio, para condenar a su defendido por el delito de OCULTAMIENTO DE ARMA DE FUEGO, previsto y
sancionado en el artículo 277 del Código Penal vigente, pues a su decir sólo valoró “…el dicho de los funcionarios de la
Guardia Nacional, quienes realizaron el procedimiento de aprehensión…”; y en la segunda denuncia, igualmente adujo el
vicio de falta de motivación, al considerar que “…el Tribunal de Alzada no explicó por qué los argumentos explanados
cumplían con las reglas de la lógica, de las máximas de experiencia o de los conocimientos científicos (sana crítica)”,
infringiendo de esta manera garantías fundamentales a su defendido, tales como el Principio de la Presunción de Inocencia
y el Principio al Debido Proceso.
Con el objeto de verificar lo denunciado, la Sala transcribe parte del
Recurso de Apelación ejercido por la Defensa, cuyo tenor es el siguiente:
“DE LOS VICIOS DE LA SENTENCIA APELADA Y LOS
MOTIVOS EN QUE SE FUNDAMENTAN.
Denuncio la violación del artículo 452 N° 2, del Código Orgánico
Procesal Penal, esto es Falta de Motivación manifiesta en la sentencia.
De igual manera denuncio la violación del Derecho a la Defensa, al
Debido Proceso y a la Tutela Judicial Efectiva, previstos en el artículo
49 y 26 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
En la sentencia recurrida se observa que, el tribunal a quo con
inobservancia clara a la Jurisprudencia del Tribunal Supremo de
Justicia y como consecuencia del ordinal 2° del artículo 452 del
Código Orgánico Procesal Penal, no fundamentó la decisión de fecha
18 de abril, mediante la cual condena a mi defendido por la presunta
comisión del delito de ocultamiento de arma de fuego, dándole pleno
valor probatorio a los testimoniales aportados por los funcionarios
actuantes sin existir el testimonio de otra persona que pudiera
corroborar tal versión, y siendo que, la SENTENCIA DEL JUICIO
ORAL debe ser mandato expreso de la ley, cumplir con todos y cada
uno de los REQUISITOS FORMALES previstos en el artículo 364
ejusdem, más sin embargo el Tribunal a quo dictó sentencia
CONDENATORIA, sin que exista un elemento convincente que fuera
mi defendido el autor de los hechos por los cuales se le enjuició.
Ciudadanos Magistrados el Tribunal de Primera Instancia consideró
suficiente para desvirtuar el principio de la presunción de inocencia y
el principio al debido proceso al aceptar como plena prueba lo dicho
por los funcionarios policiales, siendo que al valorar las pruebas hay
que respetar el debido proceso, el cual estipula que además del
testimonio de los funcionarios policiales en una inspección de vehículo
es indispensables las declaraciones de otros testigos que hayan
presenciado el mismo, lo cual era posible toda vez que los hechos
objetos del proceso ocurrieron en plena vía pública en horas de la
mañana.”.
Seguidamente, la Defensa para apoyar su alegato transcribe parte de la
sentencia N° 225, de fecha 23/06/2004, expediente N° 04-123, dictada por
esta Sala de Casación Penal, concluyendo de la siguiente manera:
“Así pues considera quien aquí suscribe que el ciudadano HEIROUN
GERMAN ACOSTA HERRERA le fue violado el DERECHO A LA
TUTELA JUDICIAL EFECTIVA contemplado en el artículo 26 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, y comprende
la obligación, por parte de los jueces, de justificar racionalmente las
decisiones judiciales, observando las reglas de la lógica y la
experiencia corroborando de su razonamiento no se evidencia
arbitrariedad ni violación de las máximas de experiencia, de manera
que cuando las pruebas no reúnan las condiciones necesarias para la
obtención de la convicción judicial es por lo tanto insuficiente para
desvirtuar la presunción de inocencia, razón por la cual de
conformidad con el artículo 191 del Código Orgánico Procesal Penal y
en virtud de que en la presente causa le fue vulnerado la tutela judicial
efectiva y el debido proceso, previstos en el artículo 26 y 49 de la
Carta Magna, toda vez que no existió en la causa que nos ocupa prueba
suficiente para desvirtuar la presunción de inocencia del ciudadano
HEIROUN GERMAN ACOSTA HERRERA, solicito la NULIDAD
ABSOLUTA DE LA SENTENCIA CONDENATORIA, toda vez que
para condenar a un acusado se hace necesaria la certeza de la
culpabilidad, sin ningún tipo de duda racional, obtenida en la
valoración de la prueba de cargo con todas las garantías y conforme a
la sana crítica. De manera que, cuando las pruebas no reúnan las
condiciones necesarias para la obtención de la convicción judicial, ese
convencimiento se tornaría irrelevante y por tanto insuficiente para
desvirtuar la presunción de inocencia.”.
La Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado Cojedes,
constituida por los jueces Gabriel España Guillén, Luis Raúl Salazar (ponente)
y Samer Richani Selman, en fecha 20 de junio de 2011, dictó sentencia en la
cual señaló doctrina y jurisprudencia relacionada con el vicio de falta de
motivación de las sentencias; para seguidamente concluir lo siguiente:
“En tal sentido, siendo la argumentación y la fundamentación de
la sentencia una operación fundada en la certeza judicial, como lo
indicáramos anteriormente, el juez debe observar los Principios
Lógicos que gobiernan la elaboración de los juicios dando base para
determinar cuáles son los hechos valederos y cuáles no lo son,
demostrando que la misma es suficientemente coherente como lo ha
demostrado ser el fallo recurrido. Pues dicha resolución judicial está
constituida por un conjunto de consideraciones armónicas entre sí,
formuladas sin violar los principios de identidad, coherencia y las
conclusiones a que se arribaron guardan adecuada correlación y
concordancia entre sí y determinaron una sentencia condenatoria al
ciudadano HEIROUN GERMAN ACOSTA HERRERA.
Pues como se aprecia de la sentencia recurrida, el juzgador A quo
explicó cuáles son los criterios jurídicos esenciales de su resolución
judicial; en pocas palabras, este Juzgado A quem, denota un fallo
razonado en derecho como garantía máxima del enjuiciamiento
penal. El fallo en referencia, evidencia de modo incuestionable, que su
razón de ser es una aplicación inferida en las normas que se consideran
adecuadas al caso en concreto. Por demás está decir, que si bien es
cierto que en el sistema de la sana crítica, el juzgador no está sometido
a reglas que prefijen el valor de las pruebas, sino que es libre para
apreciarlas en su eficacia, la legitimidad de esa apreciación dependerá
de que su juicio sea razonable. Es decir, que al apreciar las probanzas
incorporados al juicio, éste debe observar las reglas fundamentales de
la lógica, de la psicología y de la experiencia común que deben
siempre informar el desenvolvimiento de la sentencia. Tal como lo
exige el Legislador Patrio, a través del artículo 22,…
Dicha apreciación, no debe ser arbitraria ni violar las máximas de la
experiencia; lo cual coadyuvara a mantener una congruente relación
entre las premisas que establece y las conclusiones a que arriba el
sentenciador; y esto es precisamente lo que determina esta Alzada en
el fallo recurrido, ya que la recurrida expresó detalladamente y
coherentemente su pensamiento, enunciando las razones que lo
condujeron a su decisión. En tal sentido, consideramos
como acertada la sentencia reexaminada por esta Instancia Judicial
Superior, pues la recurrida cumplió cabalmente con su deber de
motivar su decisión posibilitando el control de la actividad
jurisdiccional. Siendo a claras luces, un fallo razonado en derecho,
evidenciándose del mismo consideraciones armónicas entre sí, las
cuales fueron formuladas por el Tribunal A quo sin violar los
principios de identidad, coherencia y las conclusiones a que se
arribaron guardan adecuada correlación y concordancia entre ellas;
razones por las cuales debe declararse SIN LUGAR LA ÚNICA
DENUNCIA planteada en el Recurso de Apelación, relativa al vicio de
INMOTIVACIÓN en la MOTIVACIÓN DE LA SENTENCIA.”
La Sala para decidir observa:
De la transcripción anterior se evidencia que la sentencia dictada por la
Corte de Apelaciones del estado Cojedes carece de la debida motivación
denunciada, pues en principio sólo se limitó a explicar a través de conceptos
doctrinarios y de criterios jurisprudenciales, en qué consiste el vicio de la falta
de motivación de las sentencias y luego de manera lacónica e imprecisa
señaló, que la sentencia recurrida, “está constituida por un conjunto de
consideraciones armónicas entre sí, formuladas sin violar los principios de
identidad, coherencia y las conclusiones a que se arribaron guardan
adecuada correlación y concordancia entre si ”,sin pronunciarse en lo
absoluto sobre lo advertido por la recurrente en el recurso de apelación,
relacionado con la insuficiencia de medios probatorios, toda vez que el
tribunal “a quo” para desvirtuar la inocencia de su defendido dio pleno valor
probatorio a las testimoniales de los funcionarios de la Guardia Nacional, sin
la existencia de otro medio de prueba para crear suficiente certeza.
En relación a este último planteamiento esta Sala observa, que el Tribunal Segundo de Primera Instancia en
Funciones de Juicio del Circuito Judicial Penal del estado Cojedes, en la sentencia dictada el 18 de abril de 2011,
estableció que el ciudadano Heiroun Germán Acosta Herrera, incurrió en el delito de Ocultamiento Ilícito de Arma de
Fuego, y que ello fue plenamente demostrado en el debate oral y púbico, únicamente mediante las declaraciones de los
funcionarios adscritos a la Guardia Nacional, Urriera Molina Ángel y Quintero Muñoz Reynaldo, quienes manifestaron
que el día 4 de marzo de 2007, a las 9:00 am, encontrándose de guardia en el Punto de Control la Fe Municipio Pao,
estado Cojedes, practicaron la incautación de un arma de fuego, calibre 22 rifle con mira telescópica y 6 cartuchos sin
percutir; que dicha arma se encontraba en una funda negra dentro de un vehículo tipo Blazer, marca Chevrolet, que era
conducido por el ciudadano Heiroun Germán Acosta Herrera; que el ciudadano no poseía porte de arma ni documento de
propiedad alguno y que al momento de practicar la revisión del vehículo “no hubo testigo porque a esa hora no había
nadie y en el establecimiento comercial siempre abren en la tarde” y el funcionario Carrasco Hixón, adscrito al Cuerpo
de Investigación Científicas, Penales y Criminalísticas, el cual practicó las experticias al objeto incautado en el
procedimiento (arma de fuego) y al vehículo tipo Blazer, marca Chevrolet que conducía el acusado.
El Juzgado Segundo de Primera Instancia en Funciones de Juicio del Circuito Judicial Penal del estado Cojedes,
apoyó su decisión en el sólo dicho de los funcionarios aprehensores y lo concatenó con la declaración del funcionario que
realizó la experticia a la presunta arma incautada y al vehículo que conducía el acusado.
Ahora bien, esta Sala ha establecido claramente en jurisprudencia reiterada que “…el solo dicho de los
funcionarios policiales no es suficiente para inculpar al procesado, pues ello, sólo constituye un indicio de
culpabilidad…”. Este criterio ha sido sustentado, entre otras, en las sentencias No. 225 de fecha 23 de junio de 2004 y
No. 345 del 28 de septiembre de 2004, ponente Magistrada Blanca Rosa Mármol de León.
Así mismo, esta Sala considera impretermitible advertir que para la práctica de inspecciones realizadas por
funcionarios policiales es necesaria la presencia de testigos en el lugar, para disipar o suprimir la duda que implican
ciertos hechos, en los que cabe pensar que, a cualquier ciudadano se le atribuya el ocultamiento de objetos o cosas, que no
portaba realmente. Es por ello indispensable que los testigos declaren sobre lo percibido, y su testimonio aportará
convicción de certeza, para mantener o desvirtuar la condición de inocencia del procesado.
Es el caso, que el sentenciador estableció la culpabilidad del ciudadano HEIROUN GERMÁN ACOSTA
HERRERA, con insuficiencia de medios probatorios y la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del estado
Cojedes, erróneamente convalidó tal vicio al declarar SIN LUGAR el Recurso de Apelación presentado por la Defensa del
procesado.
Al respecto, el artículo 8 del Código Orgánico Procesal Penal, establece la garantía de presunción de inocencia,
que textualmente reza lo siguiente: “ Cualquiera a quien se le impute la comisión de un hecho punible tiene derecho a
que se le presuma inocente y a que se trate como tal, mientras no se establezca su culpabilidad mediante sentencia
firme.” .
Por ello, el Juez debe observar, en el momento de tomar decisiones que afecten la libertad de la persona, los
derechos fundamentales del procesado, como lo es el principio legal “in dubio pro reo” , el cual se concreta cuando le
faltan pruebas para condenar, y en el presente caso se evidencia que en el juicio no existieron pruebas suficientes que
demostraran la responsabilidad penal del imputado de autos, ya que fundamentó su decisión sólo en la declaración de los
funcionarios aprehensores, concatenada con la del funcionario que practicó la experticia a la supuesta arma incautada y al
vehículo que conducía el imputado.
Afirma Zaffaroni (Derecho Penal, Parte General, EDIAR, Buenos Aires, 2006, p. 507) que la culpabilidad es
“…un juicio necesario que permite vincular en forma personalizada el injusto a su autor y, de este modo, operar como
principal indicador que, desde la teoría del delito, condiciona el peso y la magnitud de poder punitivo que puede ejercerse
sobre éste, es decir, si puede reprocharse el injusto al autor y, por ende, si puede imponerse pena y hasta qué medida según
el grado de ese reproche…”.
De modo que, el Juez de juicio debió observar el principio “in dubio pro reo”, pues de la sentencia se evidencia
que no existieron suficientes medios de pruebas que demostraran la responsabilidad penal del imputado de autos, razón
por la cual el sentenciador ante la duda ha debido decidir a favor del ciudadano HEIROUN GERMÁN ACOSTA
HERRERA.
Respecto a este principio señala el autor Enrique Bacigalupo en su obra, “La impugnación de los hechos
probados en la casación penal y otros estudios” , (págs. 69 y 70) lo siguiente:
“…el principio “in dubio pro reo” tiene dos dimensiones que se deberían distinguir una dimensión normativa
y otra dimensión fáctica…
(…)
…En esta última el principio hace referencia al estado individual de duda de los jueces, y por lo tanto debe
quedar fuera de la casación pues el Tribunal de casación no puede obligar al Tribunal a quo a dudar cuando
éste está realmente convencido respecto del sentido de una prueba que ha percibido directamente.
Por el contrario la dimensión normativa se manifiesta en la existencia de una norma que impone a los jueces la
obligación de absolver cuando no se hayan podido convencer de la culpabilidad del acusado o de condenar por
la hipótesis más favorable al mismo. Esta norma, por otra parte, es vulnerada cuando se condena sin haber
alcanzado tal convicción. Así, por ejemplo, vulnerará la norma que surge del principio in dubio pro reo un
Tribunal que condene únicamente sobre la base de declaraciones testificales que no expresan sino dudas o
invoque exclusivamente confidencias policiales que sugieren sospechas no verificadas. Es claro que en
tales casos el Tribunal no puede fundamentar su certeza en la duda o la mera sospecha de los testigos
o de los policías, y si en estas condiciones ha condenado habrá infringido el principio in dubio pro reo, en
tanto norma sustantiva que debe observar en la aplicación de la ley penal. En tales casos parece claro que la
infracción del principio in dubio pro reo debe dar lugar a la casación, pues lo contrario sólo sería posible
negándole su carácter de norma sustantiva…” (Negrillas de la Sala).
Es sabido que el Recurso de Casación tiene carácter excepcional y que
no le es dable a la Sala de Casación Penal establecer los hechos, ni siquiera
cuando le corresponde dictar una decisión propia sobre el caso, ya que en esa
ocasión debe sujetarse a los hechos que han quedado establecidos por el
tribunal de instancia. Sin embargo, en el presente caso no se trataba de
establecer nuevos hechos, sino de revisar el proceso racional efectuado por el
juez y plasmado en la sentencia que lo llevó a considerar probada la
culpabilidad del acusado y la subsunción.
En efecto, esa infraestructura racional del juicio es perfectamente
revisable, bien por vía de apelación o de casación, pero si se observa que el
tribunal “a quo” incumple con la obligación de absolver, en el caso de que no
se haya demostrado la culpabilidad del acusado, sería notoria la violación de
los principios de presunción de inocencia y de “in dubio pro reo”.
Por todo lo antes expuesto, esta Sala de Casación Penal DECLARA
CON LUGAR las denuncias interpuestas por la Defensa del acusado,
ANULA las decisiones dictadas por el Tribunal Segundo de Primera Instancia en
Funciones de Juicio del Circuito Judicial Penal del estado Cojedes, en fecha 18 de abril de 2011, que condenó al
ciudadano HEIROUN GERMÁN ACOSTA HERRERA, a sufrir la pena de TRES (3) AÑOS DE PRISIÓN, por la
comisión del delito de OCULTAMIENTO ILÍCITO DE ARMA DE FUEGO, previsto y sancionado en el artículo 277 del
Código Penal, en perjuicio del Estado venezolano y la dictada por la Corte de Apelaciones del referido Circuito, en fecha
20 de junio de 2011, que declaró sin lugar el Recurso de Apelación ejercido por la Defensa del acusado y de conformidad
con lo establecido en el artículo 467 del Código Orgánico Procesal Penal, ABSUELVE al ciudadano HEIROUN
GERMÁN ACOSTA HERRERA, por el delito de OCULTAMIENTO ILÍCITO DE ARMA DE FUEGO y ORDENA el
cese inmediato de toda medida de coerción personal que pese contra el mencionado ciudadano.
DECISIÓN
Por las razones expuestas, este Tribunal Supremo de Justicia, en Sala de
Casación Penal, administrando justicia en nombre de la República y por
autoridad de la ley, EMITE LOS SIGUIENTES PRONUNCIAMIENTOS:
1.
DECLARA CON LUGAR las denuncias interpuestas por la
abogada Anavith Gisela Moreno Jiménez, en su condición de
defensora del ciudadano HEIROUN GERMÁN ACOSTA
HERRERA.
2.
ANULA las decisiones dictadas por el Tribunal Segundo de
Primera Instancia en Funciones de Juicio del Circuito Judicial Penal
del estado Cojedes, en fecha 18 de abril de de 2011, por medio de la
cual se condenó al ciudadano HEIROUN GERMÁN ACOSTA HERRERA, a sufrir la
pena de TRES (3) AÑOS DE PRISIÓN, por la comisión del delito de OCULTAMIENTO ILÍCITO
DE ARMA DE FUEGO, previsto y sancionado en el artículo 277 del Código Penal, en perjuicio del
Estado venezolano y la dictada por la Corte de Apelaciones del referido Circuito en fecha 20 de junio de
2011, que le confirmó.
3.
ABSUELVE al ciudadano HEIROUN GERMAN ACOSTA
HERRERA, por la comisión del delito
ILÍCITO DE ARMA DE FUEGO, previsto y sancionado en el
de OCULTAMIENTO
artículo 277 del Código Penal, en perjuicio del Estado venezolano.
4.
ORDENA el CESE de toda medida de coerción personal que pese
contra el ciudadano HEIROUN GERMÁN ACOSTA HERRERA.
Publíquese, regístrese y remítase el expediente. Ofíciese lo conducente.
Dada, firmada y sellada en el Salón de Audiencias del Tribunal
Supremo de Justicia, en Sala de Casación Penal, en Caracas a los 21
días del mes mayo de dos mil doce. Años: 202° de la Independencia y 153°
de la Federación.
La Magistrada Presidente,
Ninoska Beatriz Queipo Briceño
La Magistrada
Vicepresidenta,
La Magistrada Ponente,
Deyanira Nieves
Bastidas
Blanca Rosa Mármol de León
El
Magistrado,
El Magistrado,
Héctor Coronado
Flores
Paúl José Aponte Rueda
La Secretaria,
Gladys Hernández González
BRMdL/mau.-
Exp. 11 -0330
La Magistrada Dra. Ninoska Beatriz Queipo Briceño no firmó por
motivo justificado.
VOTO SALVADO
Quien suscribe, Doctor PAÚL JOSÉ APONTE RUEDA, Magistrado
de la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia, dejo
constancia de mi voto salvado por disentir de la decisión aprobada por la
mayoría de los integrantes de la Sala de Casación Penal, mediante la cual se
declaró CON LUGAR el recurso de casación interpuesto por la
abogada ANAVITH GISELA MORENO JIMÉNEZ, en su condición de
defensora del ciudadano HEIROUN GERMÁN ACOSTA
HERRERA; ANULÓ la decisión dictada por el Juzgado Segundo de Primera
Instancia en Funciones de Juicio del Circuito Judicial Penal del Estado
Cojedes el dieciocho (18) de abril de 2011, conforme a la cual se condenó al
acusado a cumplir la pena de tres (3) años de prisión por la comisión del delito
de OCULTAMIENTO ILÍCITO DE ARMA DE FUEGO, tipificado en el
artículo 277 del Código Penal, así como la decisión dictada por la Corte de
Apelaciones del mismo Circuito Judicial Penal del veinte (20) de junio de
2011; ABSOLVIÓ al acusado de la comisión del referido delito
y ORDENÓ el cese de toda medida de coerción personal.
Sentencia de la cual discrepo, donde la Sala de Casación Penal del
Tribunal Supremo de Justicia, indicó lo siguiente:
“El Juzgado Segundo de Primera Instancia en Funciones de Juicio del
Circuito Judicial Penal del estado Cojedes, apoyó su decisión en el
sólo dicho de los funcionarios aprehensores y lo concatenó con la
declaración del funcionario que realizó la experticia a la presunta arma
incautada y al vehículo que conducía el acusado…esta Sala considera
impretermitible advertir que para la práctica de inspecciones realizadas
por funcionarios policiales es necesaria la presencia de testigos en el
lugar, para disipar o suprimir la duda que implican ciertos hechos, en
los que cabe pensar que, a cualquier ciudadano se le atribuya el
ocultamiento de objetos o cosas, que no portaba realmente. Es por ello
indispensable que los testigos declaren sobre lo percibido, y su
testimonio aportará convicción de certeza, para mantener o desvirtuar
la condición de inocencia del procesado… Es el caso, que el
sentenciador estableció la culpabilidad del ciudadano HEIROUN
GERMÁN ACOSTA HERRERA, con insuficiencia de medios
probatorios y la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del
estado Cojedes, erróneamente convalidó tal vicio al declarar SIN
LUGAR el Recurso de Apelación presentado por la Defensa del
procesado…el Juez debe observar, en el momento de tomar decisiones
que afecten la libertad de la persona, los derechos fundamentales del
procesado, como lo es el principio legal “in dubio pro reo”, el cual se
concreta cuando le faltan pruebas para condenar, y en el presente caso
se evidencia que en el juicio no existieron pruebas suficientes que
demostraran la responsabilidad penal del imputado de autos, ya que
fundamentó su decisión sólo en la declaración de los funcionarios
aprehensores, concatenada con la del funcionario que practicó la
experticia a la supuesta arma incautada y al vehículo que conducía el
imputado”.
De la lectura del pronunciamiento dictado por esta Sala de Casación
Penal y lo parcialmente transcrito, se observa que los argumentos que
sustentan la sentencia absolutoria se circunscriben a la insuficiencia de
medios probatorios, alegándose que el Juzgado Segundo de Primera Instancia
en Funciones de Juicio del Circuito Judicial Penal del Estado Cojedes, apoyó
su decisión en el sólo dicho de los funcionarios aprehensores, en las
experticias realizadas al arma incautada y al vehículo que conducía el
acusado, y así fue convalidado por la Corte de Apelaciones de ese Circuito
Judicial Penal.
Ahora bien, en el caso particular, es de advertir que el Tribunal de
Alzada efectuó un análisis del razonamiento utilizado por el sentenciador de
primera instancia y determinó que conforme a los principios generales de la
sana crítica, la motivación del fallo se ajustaba a los criterios de la lógica y de
la experiencia, específicamente con relación a la actividad probatoria, con la
cual se acreditó la corporeidad delictual y responsabilidad penal del acusado
en el delito de OCULTAMIENTO ILÍCITO DE ARMA DE FUEGO,
tipificado en el artículo 277 del Código Penal.
En efecto, el texto adjetivo penal establece respecto a la valoración de la
prueba, el sistema de la libre convicción razonada, de manera que el juez sólo
puede formar su convicción con las pruebas aportadas al proceso, y es
precisamente en la prueba judicial sobre la que descansa toda la experiencia
jurídica dirigida a ratificar o desvirtuar la inocencia del justiciable.
De modo que, el juez de instancia es soberano en la apreciación del
contenido de cada prueba, así respecto a las deposiciones de funcionarios o
testigos debe determinar si existe concordancia o discordancia cuando son
varios, o si existen contradicciones en los mismos, corroborando la sinceridad,
veracidad y credibilidad que merezcan para luego confrontarlas con las demás
pruebas aportadas al proceso, y otorgarle así eficacia probatoria.
En este orden de ideas, la valoración de la prueba es el resultado de una
actividad dirigida a determinar la eficacia de los elementos probatorios,
reunidos en el proceso y tomados en conjunto para poder obtener una
conclusión con trascendencia jurídica. En tal virtud no puede negársele valor
probatorio a las declaraciones de los funcionarios policiales quienes han
tenido una inseparable percepción directa del hecho cometido y objetiva
respecto a la aprehensión e incautación de efectos o instrumentos del delito.
Más aún, cuando en el presente caso las declaraciones de los
funcionarios policiales no resultan insuficientes, ya que existen otras pruebas
que fueron valoradas en su conjunto y producidas con todas las garantías
procesales en el juicio oral, y así fue observado por el Tribunal de Alzada al
conocer el recurso de apelación; caso contrario sería asumir un sistema de
valoración de prueba tarifado.
En razón de lo expuesto, la Sala de Casación Penal ha
debido DECLARAR SIN LUGAR el recurso de casación interpuesto por la
abogada ANAVITH GISELA MORENO JIMÉNEZ, en su condición de
defensora del ciudadano HEIROUN GERMÁN ACOSTA
HERRERA y CONFIRMAR la decisión dictada el veinte (20) de junio de
2011 por la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado
Cojedes.
Quedan así expresadas las razones de mi voto salvado.
La Magistrada Presidenta,
NINOSKA BEATRIZ QUEIPO BRICEÑO
La Magistrada Vicepresidenta,
DEYANIRA NIEVES BASTIDAS
Ponente
El Magistrado,
HÉCTOR MANUEL CORONADO FLORES
El
Magistrado,
P
AÚL JOSÉ APONTE RUEDA
Disidente
La Secretaria,
GLADYS HERNÁNDEZ GONZÁLEZ
Exp. No 2011-330
BRML/PJAR/