Relatos Incesto 2
Relatos Incesto 2
sus padres se habían ido de viaje, César aprovechó a hacer una pequeña fiestecita con dos
amigos más en el chalet de sus padres. La idea era simple: beber, disfrutar de la piscina, hacer
una barbacoa, seguir bebiendo, y jugar a la consola.
Por la mañana, no tardaron en llegar sus amigos Kike y Albert. Tras el primer cubata de la
mañana, los tres se tiraron a la piscina haciendo piruetas con mayor o menor gracia.
Pasada una hora, Sara, la preciosa hermana de César bajó vestida de andar por casa hasta la
piscina. Saludó a los tres jóvenes, y estos le animaron a que se bañara también.
- César ¿os molesto si tomo un poco el sol? No quiero interrumpir vuestra fiestecita.
Le siguieron insistiendo en que se bañara, pero Sara argumentó que el agua aún estaba fría
para ella. Los chicos insistieron pesados, y les dijo que iría a ponerse un bikini.
Al rato, Sara volvió entallada en su bikini rojo con una toalla en la mano. Los chicos se quedaron
contemplando su delgado cuerpo propio de una quinceañera, pese a estar ella cercana a los
treinta.
Los chicos siguieron a lo suyo dentro de la piscina, pero sin quitarle ojo de encima. Sara estaba
sentada al borde de la piscina con una pierna reclinada y la otra extendida y los brazos apoyados
en el suelo para que le diera más el sol.
- El otro día vino tu hermana a mi tienda.- dijo Albert relamiéndose – No veas lo guarra que
es.
- Seguro que te la has cascado muchas veces pensando en ella – interrumpió Kike.
Los tres chicos rieron a carcajadas. Sara les preguntó sobre de qué se reían, y su hermano le
dijo que ahora se lo contaba.
Albert salió del agua y le ofreció un mojito a Sara. Cuando se lo llevó al borde la piscina, ésta se
acercó, y el chico pudo divisar el arrejuntado escote que formaban sus pechitos.
Albert se tiró de cabeza a la piscina, y se acercó buceando hasta Sara. Abrió los ojos dentro del
agua y pudo ver el culito de ésta comiéndose la minúscula braguita del bañador.
Sara decidió ir a tomar el sol. En lugar de salir por la escalera de la piscina, se apoyó en el borde
de la misma, y con la ayuda de sus brazos salió del agua. Los chicos se quedaron contemplando
como su pequeño culito emergía del agua brillante. La chica se fue a dar una ducha para
quitarse el cloro, y el trío de hombres se maravilló como el agua caía por su cuerpo perfecto
transparentando ligeramente el abultamiento de sus pezones.
- ¡Ey, esta canción es buena! – gritó Sara justo antes de subir el volumen de la música.
Sara empezó a bailar. Se contoneó lentamente haciendo movimientos ondulantes con su cuerpo.
Sus caderas se balanceaban en el sentido contrario de sus pechos de una forma muy sexy. El
ritmo aumentó su velocidad, y así lo hizo ella. Descendió casi hasta el suelo moviendo las
caderas al tiempo que juntaba sus pechitos entre sus brazos. Se dio la vuelta, y todos alucinaron
ante el movimiento hipnótico de su apretado trasero.
La canción terminó, y ante la ovación de su público, ella bajó el volumen y se fue a tumbar a la
hamaca.
Albert se fue al baño, y unos segundos después pudo oír unos pasos. A través de la mirilla pudo
ver cómo Sara se introducía en su cuarto y dejaba la puerta medio abierta. El chico se arregló y
salió del baño dispuesto a ver a Sara.
La joven se había cambiado y llevaba una camisa blanca y unos shorts vaqueros ajustados y
pequeños.
- Hola.
- ¡Hola Albert!
- ¿Por?
- Venga, no te hagas la tonta, que lo sabes muy bien, y encima te gusta. Aún no he podido
olvidar tu visita a mi tienda.
- ¿Quieres que hablemos de ello?- dijo Sara tras sentarse al borde de su cama. Albert se
sentó a su lado.
- No quiero hablar de ello…
- ¿Entonces?
- ¡Quiero repetirlo!
Tras estas últimas palabras, Albert cogió a Sara del cuello y acercó sus labios a los suyos.
Ambos empezaron a morrearse con pasión. El chico pasó su mano por la camisa de ella
sobándole las tetitas por encima de la ropa.
- Qué putita eres, ni siquiera te has puesto sujetador. – Ella se rio esgrimiendo una sonrisa
contagiosa.
El chico estalló en carcajadas y se fue corriendo del cuarto. Sus amigos le vieron coger unas
cuerdas que había al lado de la piscina e irse. César se miraron extrañados.
Cuando Albert volvió, se sorprendió al ver que Sara seguía en el cuarto. No sólo no se había ido,
sino que estaba de rodillas al pie de la cama y sin los shorts.
- ¿Y si viene mi hermano?
Albert cogió un pañuelo del escritorio de la chica y se lo puso alrededor de los ojos.
- ¡Qué listo! ¿Y qué vas a hacerme ahora que me tienes aquí cegada, inmovilizada e
indefensa?
- Ahora lo verás…
El chico la provocó pasando sus dedos por los labios de ella. La chica los chupaba y se
contoneaba claramente excitada hasta que se dio cuenta que su acompañante se había ido.
- Tíos tenéis que ver esto. Pase lo que pase, no digáis nada.
Los chicos le siguieron hasta que los tres hombres entraron en la habitación de la hermana de
César. Allí se quedaron flipando al ver a Sara de rodillas, atada y dando la espalda a la cama, en
bragas y con una camisa sin sujetador.
Albert se bajó la bragueta y Sara sonrió al oír el sonido. El chico colocó su flácido pene al lado de
la cara de ella, quien se lo metió entero en la boca. Lo chupó hasta que en unos pocos segundos
ya estaba erecto.
Kike se bajó la bragueta e imitó a su amigo. El chico tocó con su miembro erecto la cara de Sara
y esta se sobresaltó.
Con potentes movimientos de cabeza, Sara mamó aquellas dos trancas erectas. Los chicos le
sobaron las tetas al principio por encima de la camisa, pero pronto le desabrocharon algunos
botones y le manosearon las turgentes tetitas por dentro de la ropa.
Las puntas de ambos penes entraron en contacto y pugnaron por introducirse a la vez en la boca
de la chica. Inmovilizada, sólo consiguió meterse dentro de la boca las cabezas de aquellas dos
armas de hacer el amor.
Albert animó a César a que se uniera a la fiesta. Al principio fue reticente, pero a medida que se
excitó, se bajó los pantalones y se acercó a su hermana. Kike se retiró, y César colocó su pene
al alcance de su hermana.
La chica no rechistó más, y empezó a mamársela a su hermano con mayor ansia que al resto. La
chica no era tonta, y en aquella casa había 3 chicos, y ahora mismo tenía 3 pollas a su
disposición, por lo que una debía de ser la de su hermano.
César no se conformó con tocarle las tetitas, sino que le bajó las braguitas y masturbó a su
propia hermana. Ella gemía entre chupada y chupada totalmente excitada.
Todos se quedaron callados pensando que habían ido muy lejos delante del hermano de la
chica.
- Es hora de que nos follemos a mi hermanita.
Sorprendidos, los chicos desataron a Sara de la cama y le ataron las muñecas. César colocó a
su hermana a cuatro patas sobre la cama, y sin más miramientos ubicó la punta de su pene en la
entrada de la vagina.
- ¿Eres tú César? ¿por fin vas a follarme, eh, hermanito? ¡Con la de pajas que te habrás
hecho pensando en mí!
Sara giró su cabeza para mirar a su hermano y le sonrió mientras éste se la follaba disfrutando al
máximo. Kike se puso frente a la chica, y cogiéndole por la cabeza la guio hasta su miembro.
Allí estaba Sara siendo ensartada por coño y boca mientras Albert se masturbaba viendo la
escena. Albert se acercó, y tras escupir el culo de la chica, introdujo la punta de un dedo en su
ano. Ella gimió excitada, y el chico aumentó el ritmo.
El chico se agachó y hundió su cabeza entre las nalgas de Sara. Le devoró el ano, metiéndole la
punta de la lengua y un dedo.
Albert colocó su polla en la entrada de su ano, y fue apretando lentamente. Sólo consiguió que
entrara la punta, pero bastó para que empezara a follársela por el culo. El chico notaba como las
entrañas de ella le apretaban la polla mucho más fuerte de lo que podría hacerlo su coño.
Albert continuó follándosela por el culo al tiempo que le daba unos azotitos en las nalgas. Lo
justo para ponerlas un pelín sonrosadas.
Kike pidió su turno, y se la folló tanto por el culo como por el coño. Alternaba varias
introducciones por un orificio, para cambiarlas por el otro.
Colocaron a la chica de lado en la cama, y uno a uno se la fueron follando en dicha posición.
Albert y Kike la cogieron cada uno por un lado y la levantaron en volandas. Allí de pies, César se
acercó a su hermana y se la empezó a follar de frente mientras sus amigos evitaban que cayera
al suelo. Ella gemía y le miraba directamente a los ojos mientras su hermano se la follaba
delante de sus amigos.
Albert se tumbó boca arriba en la cama y les hizo señas a los chicos. Aún amordazada de
manos, colocaron a Sara sobre él. La chica empezó a cabalgarle hasta que su hermano la
agarró del culo y la detuvo. El chico le abrió las nalgas, y lentamente le introdujo el pene en el
culo.
En aquel sándwich, los dos hombres se la follaron con la sincronización de un reloj suizo. Kike se
acercó a la cama para que Sara se la comiera. Totalmente cubierta por pollas, Sara disfrutaba
con aquella gran orgía.
Cuando los chicos estaban a punto de correrse, bajaron a Sara al suelo, y atada de manos la
arrodillaron frente a ellos. Los chicos se masturbaron a toda velocidad y a los pocos segundos
empezaron a correrse sobre Sara.
El primero fue Kike, que se masturbó frotando su prepucio contra los labios de ella hasta que
grandes chorros de semen cruzaron la cara de Sara. Aún no había terminado el chico, cuando
Albert le lanzó una gran corrida sobre la cara que hizo que chorretones blancos resbalaran
desde la preciosa cara de la chica hasta el suelo. Albert se agachó, y en lugar de correrse como
sus amigos, empezó a frotar la punta de su pene contra el depiladito y pequeño coño de ella.
Con fuertes gemidos se corrió sobre el coño de su hermana.
Desataron a la exhausta Sara y cogiéndola en brazos se fueron los cuatro a la piscina. Se tiraron
desnudos al agua ante las quejas de Sara por la guarrada que estaban haciendo.
Kike y César salieron de la piscina para secarse y vestirse. Cuando Sara intentó seguirles, Albert
la detuvo agarrándola por la cintura.
El chico sonrió y Sara notó algo duro contra sus nalgas. Apoyándose contra el bordillo de la
piscina, Albert se la metió con facilidad desde detrás.
Empezaron a follar haciendo olas en la piscina hasta que, y para sorpresa de Sara, Albert se
corrió dentro de ella. Notó como el semen caliente la inundaba mezclándose con sus fluidos
internos.
Sara salió del agua, y abriéndose de piernas frente a la piscina vio como chorretones de semen
emergieron de su vagina.
Todos se asearon y vistieron, y pasa sorpresa general, al poco rato llegaron los padres de Sara y
César. Al parecer se había adelantado su vuelo. Todos fingieron que no había pasado nada, y
que su cansancio se debía al alcohol, pero en el fondo las sonrisas cómplices entre los cuatro
jóvenes escondían la morbosa verdad…
Vivo con mis papas, mi hermana y un primo que estudia en la universidad de la ciudad. La
verdad es que la comunicacion con mi primo siempre ha sido relajo jiji se lleva muy bien con mi
hermana y conmigo y nos la pasamos muy bien, mis papas le tienen mucha confianza.
Todo comenzo cuando un dia me quede sola en casa porque mi hermana salio con mi mama al
mandado y mi papa como siempre trabajando y llega por la noche. Eran las 3 de la tarde, mi
primo estaba en la casa y no me di cuenta que el estaba en el baño cuando entré porque la
puerta estaba medio abierta, fue grande mi sorpresa al ver que tenia una foto mia donde estoy
con un bikini negro de cuando fuimos el verano pasado a un balneario, la foto estaba pegada en
el espejo y mi primo masturbandose frente a ella.
Sin mas al verme entrar se puso rojo escondio la foto y me dijo que si porque no toque, le dije
que la puerta estaba abierta y no sabia que estaba ahi. y le pregunte que si que rayos hacia
masturbandose con mi foto. El no podia hablar bien, tartamudeaba de los nervios pero en ese
momento voltee hacia abajo y no se habia guardado su pene aun, lo tenia fuera y lo vi enorme,
me dio mucha curiosidad saber que era. Entonces mi primo se dio cuenta y comenzo a decirme
si queria tocarlo, para que saliera de dudas y que lo que el hacia era porque me veia tan bonita y
le molestaba pensar que alguien mas me robaria mi virginidad.
Cuando me decia esas palabras comenzaba a acariciar mis pechos y la primera vez le di un
golpe en la mano para que no me tocara, ya me iba saliendo del baño cuando me jalo del brazo
y me dijo que no tuviera miedo y que veia en mis ojos que tenia ganas. Volvio a agarrarme los
pechos por encima del top que traia y luego con su otra mano rozaba mi cola redondita y yo solo
temblaba :$
Tomo mi mano y la llevo hasta tu pene duro y caliente, me hinque para verlo mas de cerca, en
eso el me tomo por la cabeza y me dijo que metiera su cosa en mi boca y yo tambien sentia
muchas cosas raras en mi cuerpo :$ pero queria continuar aunque con algo de temor, tome su
pene y lo meti de poquito para ir probando su sabor… al principio no me gusto :S le dije que se lo
lavara jeje corrio rapidito y como pudo lo lavo para darmelo lo mas rapido posible.
Ya mas tarde tenia toda su verga dentro de mi boca y a veces el la empujaba tanto que me
atoraba :’( tiempo despues me estaba tirando toda su lechita en la cara, me dijo que me lo
tragara pero no quise. El queria seguir pero en eso se escucho el carro de mi mama que venia
con mi hermana y sali corriendo a mi cuarto.
Desde entonces han pasado otras cositas mas que luego les contare espero haberles contado
bien mi historia.
Entre Hermanos9 de octubre de 2012 por luis-g Tengo una hermana un par de años mayor que
yo. Siempre nos habíamos llevado lo que se puede decir bien entre hermanos. Algunas peleas
cuando estábamos más jóvenes, pero ahora yo con 18 años y ella con 21, nos ayudábamos en
los deberes de la casa y hablábamos de tonterías en los comerciales cuando veíamos televisión.
Ella mide como un metro ochenta, con el cabello castaño y ondulado hasta la mitad de la
espalda, labios gruesos y unas tetas y un culo con los que mis amigos se habían hecho muchas
pajas. Yo soy alto, poco más de metro noventa, no soy de ir al gimnasio, pero me mantengo flaco
de jugar futbol con los amigos en el parque, el cabello y los ojos negros; un chico guapo sin
llegar a ser Brat Pitt.
Hace unos años las cosas en la casa se pusieron un poco complicadas, mis padres pasaban
todas las noches discutiendo y gritándose. Mi hermana tiene el cuarto de al lado y le dolía oír
todo lo que se decían y, además, con la gritería no podía dormir. En esas noches ella se venía a
mi cuarto, es el más alejado, y tengo cama matrimonial, por lo que no era nada incomodo. Para
dormir sólo uso short, y ella con alguna camisa de tirantes y un short corto, jamás se ponía
sostén para dormir, decía que era muy incomodo. Nos quedábamos dormidos abrazados y más
de una vez amanecía con una mano en una de sus tetas o ella agarrándome una nalga.
Me encantaba sentir como se metía en mi cama de madrugada, como trataba de moverme par
abrir espacio, y me rozaba el pecho con sus tetas. Muchas veces me hacia el dormido para
sentir el calor de sus pezones acariciándome. Al final me movía y cuando se acostaba de lado,
me pegaba a su espalda y la abrazaba. El tener una mujer tan cerca estando en la cama me
excitaba muchísimo, no importaba que fuera mi hermana. Al poco tiempo de estar acostados se
me paraba el pene, saliendo el capullo del short, la abrazaba más fuerte, pegando mi guevo a su
culo, me latía muy fuerte y lo movía un poco, pero llegaba hasta ahí. Al final de cuentas era mi
hermana y no me pasaba por la cabeza tener sexo con ella. Aunque algunas noches me pareció
que ella también se movía para sentirlo mejor, pero siempre lo achacaba a mi imaginación.
Luego de unos meses de discusiones mis padres se divorciaron. Mi papá se fue a otra ciudad y
nosotros nos quedamos con mamá. Mi papá es una persona muy normativa y nos obligaba a
vivir como en un claustro. Cuando se fue, el ambiente cambio mucho, mi mamá andaba mucho
más feliz, se compró ropa nueva e iba más arreglada y coqueta, se reía con ganas. Mi hermana
y yo andábamos más relajados en casa, no había problema en estuviera sin zapatos o con un
short y sin camisa y mi hermana se pasea de un lado al otro con unas camisitas cortas que
dejaban ver sus grandes pezones oscuros.
Mi mamá siempre trabajaba hasta tarde para mantener la casa, ahora era la única que generaba
dinero y llegaba directo a dormir. Mi hermana y yo solíamos coincidir para cenar, ella cocinaba y
yo limpiaba. Verla moverse en la cocina me resultaba excitante, cuando se agachaba y se
separaban un poco las nalgas, me imaginaba detrás de ella, poniendo de lado el short y
metiéndole el guevo por el culo. Podía imaginar lo apretado y caliente, como me iba abriendo
paso poco a poco y ella entre gemidos pidiéndome que siguiera. Luego se paraba y se me
quedaba viendo por un par de segundos, la excitación se me notaba en la cara, estaba seguro,
pero ella no decía nada, me picaba el ojo y seguía haciendo la comida.
Me estaba excitando cada vez más seguido con ella, me imaginaba cogiéndola en todos lados,
nuestros cuartos, la sala, sobre la mesa de la cocina. Me quedaba en el baño oliendo sus pantys
y masturbándome con ellas, llenándolas de mi leche en donde estaría su cuca. Me ponía sin
control cuando se sentaba a mi lado a ver una película, recostaba su cabeza en mi hombro y
pasaba su pierna por encima de las mías, quedaba de medio lado y se abría la camisa y podía
ver ese pezón que tanto quería chupar y morder. Cuando ya no aguantaba más, me iba al baño
a hacerme una paja y me corría en dos segundos. Regresaba a hacerle cariños con las mismas
manos que acababan de agarrar mi guevo.
Un viernes por la noche regreso como a las dos de la mañana de una fiesta con los amigos.
Venía medio borracha y prendió la luz de mi cuarto y entró, andaba con los zapatos en la mano,
una camisa verde escotada que llegaba hasta la mitad de la separación de las tetas y una falda
negra de algodón, que se levantaba de nada, hasta la mitad del muslo:
Ella: hermanito ¿puedo dormir contigo como antes? No quiero hacer ruido en mi cuarto y que
mamá me vea borracha.
Dicho esto se comenzó a desvestir frente a mi, luz encendida y todo. No podía creer lo que vía.
En un impulso de decencia:
Ella: ni que fuera la primera mujer que vez en ropa interior. Virgen no eres hermanito, eso se
nota, y con la porno que tienes en la PC has visto mucho más cosas que yo.
No me podía a creer que hablara con tanta calma de eso, pero yo ya me disponía a ver el
espectáculo sin más comentarios. Se quitó la camisa y dejo ver el sostén negro de encaje que
llevaba, se notaba que era muy suave y delgado. se bajo el cierre de la falda y al tratar de
quitársela casi se cae, así que se dio vuelta para agarrarse del escritorio y se la bajó lentamente
para evitar accidentes. Ver como iba cayendo la falda, dejando ver una panty cachetero también
negra de encaje que hacía juego con el sostén fue demasiado para mi, se me puso tan duro el
pene que creía que se me iba a romper. Se dio la vuelta, me sonrió y apagó la luz
Yo: hey !!! que yo también me cubro con ella le respondí con miedo de que la quitara del todo y
viera mi erección. Se acostó de lado, dándome la espalda y con las nalgas en pompa.
Ella: esta bien, pero acuéstate cerca que no quiero pasar la noche peleando por ella.
Hice lo que me pidió y me quede cerca de ella, pero sin pegarme para que no sintiera mi
erección, me preocupaba lo que pudiera pensar y su reacción si se enteraba que me estaba
excitando con ella.
Ella: acércate más, te estas llevando toda la sábana. Sin dejarme decir nada se acomodo
pegada a mi, con todo mi guevo entre sus dos nalgas, era imposible que no lo sintiera o supiera
lo que era.
Ella: ahorita si estamos mejor… se siente de un rico. Dijo esto y sonrió. Yo no sabía que hacer,
quede en shock por unos segundos. Tenía a mi hermana, la dueña de mis pajas, en mi cama,
sólo en ropa interior con sus divinas nalgas acariciando mi guevo que estaba como fierro
caliente. Todavía estaba tratando de ordenar mis ideas cuando se sentó en la cama, pensé que
iba a estallar la discusión en ese momento, pero no, hizo lo más sexy que jamás he visto, se
quitó el sostén. Por primera vez veía esas tetas en vivo y directo, grandes, con unas pecas por
aquí o allá, los grandes pezones marrones duros pidiendo que los mordieran.
Ella: es imposible dormir con esto, no entiendo como mis amigas pueden hacerlo, siento que me
tranca el pecho. Y se acostó como si nada.
Definitivamente era mi chance. Si tendría algo con mi hermana sería esta noche o jamás. Sin
que ella dijera nada me pegue lo más que pude. La cabeza entera de mi guevo salía del short y
lo pegué justo en la entrada de su culo. Con lo excitado que estaba lo tenía muy mojado y le
humedecía la panty. Pase el brazo para abrazarla y le hacía cariños en la barriga, rozándole las
tetas cada vez más cerca y fuerte. Era obvio que a ella le estaba gustado, movía el culo tratando
de acoplarse a mi ritmo y soltaba pequeños suspiros de vez en cuando. Subí la mano y pasé los
dedos por el borde de la aureola de su pezón izquierdo y en ese segundo ella agarró mi guevo
con su mano, se me quedó viendo con la mirada más deseosa de sexo que se puedan imaginar.
Ella: mientras esto este así ninguno de los dos podrá dormir bien ¿te molesta si hago algo con
él? Dijo pasándose la lengua por los labios. Ya no había vuelta atrás, ni la quería, me iba a coger
a mi hermana y la idea me encantaba.
Yo: pero más vale que sea bueno, por que sino lo tendrás que repetir hasta que salga perfecto.
Ella: no te preocupes por eso, que las cosas siempre las hago bien a la primera
Siempre acariciándome el guevo, se giró sobre mi, abrió mis piernas para sentarse entre ella y
terminó de sacarlo del short. Comenzó a masturbarme muy lentamente, subiendo y bajando con
toda la calma del mundo, lo veía con deseo, con frenesí, parecía un animal preparándose para
saltar sobre su presa. Pasaba la punta de la lengua por la cabeza haciendo pequeños círculos,
degustando mi liquido pre seminal. Se notaba que le gustaba el sabor y que quería más.
Yo: como inicio no esta mal, veamos como vas con el acto principal. Le agarré la cabeza e hice
que tragará mi guevo. Tanto tiempo esperando por esto, sentir lo húmedo de su boca en todo mi
guevo, como hacía el esfuerzo por llegar hasta el fondo y su saliva por todos lados llegando
hasta mis nalgas. Comenzó a mamar cada vez más rápido y fuerte, subiendo y bajando por
completo. Mientras que con la boca se dedicaba a mi pene, con las manos acariciaba mis bolas
llenas de su saliva, las jalaba y pellizcaba, de vez en cuando bajaba a chuparlas una por una
mientras me masturbaba muy fuerte con la mano. Parecía que tuviera mil años sin sexo y de
pronto le dieron permiso de hacer lo que quisiera. Se entretenía viéndome a los ojos y en ese
momento aceleraba el movimiento.
Yo ya estaba que no aguantaba más, si seguía así me iba a correr en un minuto y quería que la
noche fuera muy larga. La agarre por las axilas la subí hasta mí y en un movimiento quede
encima de ella. La bese como loco, sintiendo mi sabor en su boca y mis manos aprentando sus
tetas. Baje mi boca a ellos y fui mordiendo sus pezones, saltando de uno a otro, atrapándolos
entre mis dientes hasta que sus gemidos me decían que era mucho.
Seguí bajando besando todo cuanto podía hasta llegar a su vientre. Lo besé por completo, ni un
centímetro quedo sin mi saliva; y luego lo que tanto buscaba, llegué a sus clítoris. Con la
desesperación de su cuerpo contorsionándose y sus gemidos no perdí tiempo y lo empecé a
lamer, la punta de mi lengua haciendo pequeñas figuras sobre él, chupándolo hasta que me
jalaba el cabello para que parase. Fue un largo rato que me deleite con su sabor, y mis dedos se
habían metido en algún momento en su culo. Sin que me diera cuenta de cómo, estaba
mamando el clítoris a mi hermana y con un par de dedos metidos en su culo, entrando y saliendo
a toda la velocidad que podía mi mano.
Ella: no aguanto más, necesito sentirte dentro, mételo de una vez, cógeme como una puta,
quiere que llenes mi cuca por completo.
Me hizo sentarme en la cama con la espalda pegada a la pared, abrió sus piernas y se fue
sentado poco a poco sobre mi. Mi guevo entraba suavemente por lo mojados que estábamos.
Cuando llegó hasta el final soltó un pequeño suspiro, se quedo viendo mis ojos y me beso
profundamente.
Ella: hermanito me tienes loca, he querido que me cojas desde que dormía contigo y sentía tu
guevo latiendo en mi culo. He fantaseado contigo cada vez que conseguí mis pantys llenas con
tu leche, necesitaba tenerte dentro, hazme todo lo que quieras cuando quieras, no te voy a negar
nada, sólo cógeme siempre como esta noche.
Yo: hermanita he querido hacer esto hace mucho tiempo también, te voy a coger todos los días,
te voy a dar toda mi leche por todos lados. Eres mi hermana y mi putita, jamás de voy a dejar de
complacer.
Un beso y así quedaba sellado nuestro pacto. Siguió subiendo y bajando, clavándose mi guevo
hasta el fondo con tanto frenesí que creí que me lo iba a romper, aunque lo que más me volvía
loco era cuando hacia círculos y se quedaba viendo en mis ojos el placer que me daba.
Terminamos en el más largo orgasmo que hemos tenido. Los cuerpos temblaban y todo
palpitaba, el sudor corría por nuestras caras y nos llenamos de besos. Luego de un rato se paro
y toda la leche que descargué dentro de ella empezó a salir. Se metió un par de dedos en la
cuca y los sacó llenos de mi leche y su humedad por igual, chupo uno y me dio el otro a mi para
que lo degustara, el mejor sabor que he probado.
Ella: que divino sabemos juntos. Ya quiero probar como me das por el culo. Me dijo mientras se
iba al baño. Esa fue la primera vez con mi hermana.
Espero que les haya gustado mi relato. Cualquier comentario pueden escribirme
Para leer la serie completa entrar en el perfil de la autora .Son 6 relatos anteriores.
El accidente de mis tíos ha sido terrible y todo ha cambiado en nuestras vidas. Mi tío Sebastián,
al ir a adelantar a un camión, chocó con otro coche, el golpe fue enorme, no llevaba el cinturón y
se incrustó contra el cristal que quedó hecho añicos. Los médicos han dicho que la muerte fue
instantánea. Marina estuvo en el hospital dos días, sólo ha tenido magulladuras. Hemos dejado
la Costa para el entierro. Nunca había visto la muerte en mi entorno, así tan de repente, tan
trágica.
Han decidido que nos cambiemos de departamento, las tres familias nos hemos mudado a una
torre, para estar juntos y poder ayudar a Marina y a Belén. El edificio es de la inmobiliaria de la
familia y está para estrenar, vamos a ser los primeros vecinos. Mi madre se ha encargado de
amueblar el departamento de ellas, sólo ha llevado aquello que Marina y Belén le han dicho que
lleve.
Los pisos donde vivíamos se han puesto en alquiler, el nuestro vacío, el otro prácticamente
amueblado. Los abuelos han cerrado su casa y se han venido a un tres ambientes junto a
nosotros. Marina y Belén están el piso 16, nosotros en el 15 y los abuelos en el 6. Todos juntos
pero independientes.
Belén me ha pedido que le acompañe para buscar unas cosas que ha dejado en su antiguo
departamento. Apenas entramos me ruega: “Cógeme, necesito sentir que estoy viva.”
Se desnuda con rapidez, en segundos queda ante mí su cuerpo tostado por el sol, donde
contrasta la carne blanca cubierta por el bikini de los pechos enhiestos y la almohadilla del sexo.
La beso despacio, pegándola a mí, sintiendo su calor a través de mi ropa. Lo hago con mimo,
acariciándola, recorriendo su piel con mis manos ardientes.
Ella me quita la remera, y se lanza sobre mi torso desnudo, lo lame, lo muerde, me hace daño
cuando sus dientes se calvan en mis pezones, un dolor que se convierte en placer en apenas
unos segundos. Está frenética, me suelta el cinto y tira de mis pantalones y calzoncillos para
abajo. Mi verga salta enhiesta, se restriega contra ella.
Se separa y se tumba en el suelo, abiertos los muslos, con su concha esperándome. Estoy
incómodo con mi ropa en los tobillos, de un golpe me la quito.
“Métemela YA”
La penetro, está un poco seca, pero a medida que voy entrando siento como se va
humedeciendo el túnel. Y empiezo a moverme despacio pero llegando hasta su fondo más
íntimo. Su respiración se agita cada vez más, y yo acelero las embestidas con fuerza, para que
se sienta llena. Levanta las piernas y me rodea con ellas, noto como rápidamente va camino de
irse, sigo hasta que su YAAAAA me indica que se ha venido. Nos quedamos abrazados, sus ojos
se llenan de lagrimas, las seco con mis labios. Esboza una tímida sonrisa.
-“¡ Qué bien coges! …..Y sigues sin correrte, con la pija bien dura”
-“¡Házmelo como si fuera una perra!”- me pide entregada. Yo nunca lo he hecho así, me arrodillo
tras ella, sus nalgas redondas, el valle que las separa, el esfínter, con sus pequeñas estrías y
sus labios gruesos que dejan ver el rosa de la gran cueva. Acerco mi cipote y lo apoyo, Belén se
mueva hacia atrás hasta que se ensarta en mi verga pétrea, está totalmente empapada. ¡Qué
placer!. Me doy cuenta que me estoy sobre excitando, le doy con todo, como una bestia que
pierde el control, agarrando sus caderas para poder clavarla más dentro y más fuerte. Me siento
como un caballo cubriendo a su yegua. Cuando mi leche sale como un torrente, me desplomo
sobre su espalda, caemos al suelo enlazados.
Nos besamos abrazados. Su voz me llega como un susurro incitante: “Cómeme abajo”. Me
coloco entre sus muslos, la concha chorrea mi semen, siento una mezcla de curiosidad y
excitación cuando me doy cuenta que voy a lamer mi propia semilla. Mi lengua va limpiando el
cráter de su sexo, no tengo prisa, no lo he hecho nunca y me apetece comerme una conchita.
Apenas oigo el comienzo de sus jadeos, descubro el clítoris, erguida, un pequeño dedito con su
puntita sonrosada al aire. Lo chupo, juego con él, con mis labios y mi lengua. Belén empieza a
tener pequeños espasmos, yo sigo, sus gemidos se han convertido en gritos. Su agitación es
tremenda, me ha agarrado la cabeza para que no suelte mi presa, casi no puedo respirar
mientras la como. PLAS, PLAS ,PLAS , son sus últimos movimientos mientras chilla un DIOOOS
M I I I I I O, y se queda tranquila , respirando como si hubiera corrido una carrera de mil metros.
Subo a besarla, mi boca llena de nuestros flujos es devorada por sus labios ardientes. Nos
quedamos abrazados.
-“Gracias, primo. Me has hecho sentirme viva…….Creo que vos sigues con algo en forma”- su
mano que acaricia mi cuerpo ha tomado posesión de mi polla endurecida.- “Estoy en deuda
contigo, me parece que voy a comérmela”
Me siento culpable, es algo que me hace daño, en medio de la desgracia que se ha abatido
sobre nuestra familia, la muerte de mi cuñado, yo disfruto de un amor insospechado y engaño a
mi marido.
Antes de subir al piso de Marina, para ayudarla a montar el departamento, he cogido con mi
suegro. He sido yo la que he le he buscado, estábamos solos, sabíamos que por poco tiempo, y
los dos necesitábamos tenernos. Nos hemos besado como dos locos, le he dicho que se tumbe
en el suelo, sin preámbulos le he bajado los pantalones y los calzoncillos, mientras con una
mano le masturbaba para que se le acabara de endurecer la verga, con la otra me he quitado la
bombacha, y luego me he llenado con su arma enhiesta. Le he cabalgado, gozosa, buscando su
placer y el mío, sin prisas pero sin pausas, como una máquina que rítmicamente sigue su
marcha, los dos en silencio, concentrados en esas carnes que se rozan. Al notar que Gabriel iba
a correrse he acelerado mi ritmo llegando al orgasmo con sus últimas gotas.
Agotados nos hemos separado, me ha dado unos pañuelos de papel para detener el semen que
deslizaba por mi concha, me he limpiado y entonces ha sonado mi celular. Era Marina
preguntándome si la podía subir a ayudar. Le he besado, me he vuelto a poner la bombachita, y
con el sudor del placer sexual en mi cuerpo he ido al departamento de mi cuñada.
Marina ha cambiado, la mujer guapa, alegre, sensual que siempre ha sido, la más hermosa y
sexy que he conocido en mi vida está cubierta por un halo gris de tristeza. A mi mejor amiga, a
mi compinche le reconcome algo que no cuenta. Ha estado entera durante todo este tiempo, la
hemos ayudado, no ha tenido que ocuparse de nada, pero no ha soltado su angustia. La quiero y
sé que necesita hacer esa catarsis que acompaña a un duelo.
Me pide que le ayude a ordenar armarios, lo hacemos en silencio, metidas las dos en nuestros
pensamientos, así estamos casi una hora. Su ropa, la cocina, el baño han quedado listos.
-“Te hago una propuesta deshonesta. Parada, ducha, estamos sudadas y una copa. Y si quieres
un rato de conversación.”- le propongo con una sonrisa y un abrazo.
-“ De acuerdo, flaquita, creo que lo necesito, sobre todo lo de la copa y la charleta”- Me responde
con una leve sonrisa.
Adosado a su dormitorio está el baño principal, dejamos la ropa sobre la cama, hace mucho
tiempo que no estamos desnudas una frente a la otra, desde antes de casarnos, cuando éramos
unas crías de poco más de 18 años.
Sigue siendo la hembra con el cuerpo más voluptuoso que he visto. Con hermosas piernas,
vientre plano, pechos grandes, que se mantienen erguidos y un rostro bello, con enormes ojos
negros con unas pestañas de anuncio. No es delgada, tiene la carne justa para ser perfecta.
Ella también me estudia, me ha conocido siendo una larguirucha flaca, por eso su elogio es más
sincero:
Hemos entrado en la ducha, es grande , cabemos cómodas las dos, toma la alcachofa , abre el
agua, la deja correr unos segundos, prueba que esté templada y dirige el chorro hacia mi cuerpo.
-“Deja que te bañe y luego me lo haces vos, así no nos mojamos el pelo.”-
El agua me recorre la espalda hasta sacar todo el sudor, sé que me tengo que girar, lo hago.
Marina, una diosa desnuda, dirige el chorro contra mis pechos, luego baja por el vientre y llega
hasta los pies, repite el recorrido en sentido inverso. Los pezones se me han puesto duros,
quiero creer que no es una excitación sexual, sino el placer del agua en mi cuerpo. Los ojos de
Marina están fijos en mis senos, como si la respuesta que ha dado mi cuerpo la sobresaltara.
-“Ahora me toca a mí.”- le digo agarrando la ducha- “Sujétate el pelo para que no te lo moje”
Al levantar los manos para hacerlo, los poderosos senos se quedan parados, erguidos,
majestuosos.
-“Pareces una Venus, estás de fotografía”- le suelto mientras le mojo los pechos y bajo
recorriendo su cuerpo. Como ella repito la operación de abajo arriba. Me demoro en su pubis y
me recreo en sus tetas. Al contrario que los míos, sus pezones siguen sin romper en orgullo.
La espalda, las nalgas, los muslos, las pantorrillas es el camino del agua. Sé que necesita relajar
la enorme tensión acumulada. Le toco el cuello y la espalda, sus músculos están duros. Doy más
fuerza a la ducha, hasta el máximo.
-“Déjate hacer”-
Convino el chorro que golpea su espalda, con un masaje de mi mano libre. Soy buena en eso, mi
marido me pide que le de masajes cuando tiene tensionada la espalda.
Poco a poco se van soltando los nudos que la agarrotan. Ha gemido un poco, cuando he tenido
que aplicar la fuerza para aliviarla. Bajo un poco la potencia del chorro y vuelvo a duchar su
espalda, es ella la que se gira. Sus pezones están enhiestos, se me había olvidado su tamaño,
son casi como mi pulgar.
Salimos, nos secamos con las toallas rápidamente y nos ponemos los albornoces. Vamos al
salón, preparamos las bebidas: campari con naranja y mucho hielo. Nos sentamos las dos en el
sofá, juntas, dispuestas a las confidencias. Fumamos un pucho, nos servimos otro trago y
entonces se suelta.
-“Estoy mal, me veo como una hija de puta. El accidente fue peor de lo que imaginas. Yo le
estaba haciendo una paja a Sebastián. Había sido un día de sexo fuerte. En Pinamar me había
obligado a andar todo el día sin corpiño y en un telo me había cogido por delante y por detrás,
además de hacer que se la chupara. En el coche quiso que le masturbara, y creo que quería
adelantar al camión para que el conductor nos viera. Lo peor es cuando el choque, me daba
igual lo que le hubiera pasado, sólo quería meterle la pija en el pantalón , para que nadie supiera
lo que estábamos haciendo.”-
Si me cae una bomba, no me quedo peor. Yo era responsable de aquella locura sexual de su
marido. Yo era la que le volvía un macho excitado, yo era la que le hacía pajas, yo era la que se
la había mamado, yo era la que le había vuelto un sátiro insaciable, y todo para demostrarme
que podía competir y ganar a la belleza de mi amiga del alma. Un mundo de culpas me invade.
El nudo que tengo en la garganta me impide hablar y creo morir cuando ella empieza a llorar.
La seco las lagrimas con mis besos. La abrazo fuerte, como si fuera una niña desamparada. Nos
quedamos así un largo rato, sintiendo nuestro cariño, nuestra amistad de toda la vida.
Mi mano derecha busca su seno izquierdo, la dejo reposar sintiendo el latido de su corazón y la
dureza del pezón. Es ella la que me acaricia el muslo, nos miramos y encontramos en ellos una
mezcla de fuego y amistad, algo que nunca hemos hecho, pero que las dos comprendemos que
necesitamos.
Muy despacio las manos recorren las pieles desnudas descubriéndonos un deseo que debíamos
tener adormecido en nuestras mentes.
-“Chicas, ¿ qué hacen?. ….Las acompaño con otra copa”- Es mi marido, que recorre con la
mirada a su hermana y a su mujer, apenas cubiertas por los albornoces.
Y me surge la idea, y me doy cuenta de cuál es la solución a mis culpas y las penas de mi
cuñada , y sé lo que debo hacer , son apenas unos segundos, cuando como un rayo mi mente
se llena de luz.
Abro la bata de Marina, los pechos con sus enormes pezones enhiestos quedan al descubierto,
la sujeto sus manos sobre la cabeza .
-“Pero…estás loca”- susurra mi amiga. Le tapo la boca con una mano sin dejar de sujetarla. Se
niega pero no se resiste.
-“Te lo pido por favor, hazle el amor. Si me quieres muestra a Marina el inmenso placer que
puedes dar. ….Que se sienta la que es una mujer y una diosa.”
-“Es mi hermana…”-
-“Te he dicho que es una diosa y en el Olimpo lo que cuenta es la belleza y el placer. Te lo
suplico”-
Genaro me mira, se da cuenta que no tiene más remedio que obedecer mis deseos, y se
desnuda.
Me doy cuenta que es lo más hermoso que hay en el mundo de los hombres, tiene la verga a
medio levantar, gorda, grande, apenas se la toca, se le pone dura, majestuosa.
Toma los tobillos de Marina , los levanta y le abre las piernas. Mi amiga recostada en el sillón y
en mi cuerpo, me muerde la mano que le tapa la boca, quiere decir que no pero su cuerpo está
mostrando el sí.
Mi marido la penetra como sabe hacer, haciendo que sientas como te va llenando el duro
músculo viril. Se queda parado dentro de ella y luego comienza a poseerla con toda la dulzura
que es capaz y sé por propia experiencia que es infinita.
La historia de la familia Pérez Linares siguió su derrotero, el sexo y el engaño les hacía felices.
-Ginés siguió cogiendo con su prima y su tía, lo que aprendía con la madre, lo practicaba con la
hija.
- Belén descubrió las maravillas del sexo con su primo, pero en lo más profundo de su corazón
sabía que debía intentar hacer el amor con su tío Genaro.
- Genaro era un hombre feliz, entre su mujer y su hermana, a la que había deseado de
adolescente, se encontraba pleno a nivel sexual y emocional.
- Renata descubrió que el mundo es un lugar para el goce. Estar enamorada de dos hombres, su
marido y su suegro, junto al descubrimiento de su bisexualidad la tenía en una nirvana perpetua.
- Gabriel en el tranco final de su vida había encontrado el amor, como un jovencito hacía el amor
con su nuera. Con su mujer, había bajado el ritmo de la relación pero los juegos sexuales se
hacían cada vez más perversos.
- Susana, pensó que su marido había perdido capacidad sexual, lo hacía menos que antes. Se
compensaba con las fantasías que se montaban, en las que intentaba que él no se sintiera mal
por los problemas de la edad. Claro que ella no tenía ninguno, en su vida había pensado que iba
a ser a esu edad una mesalina. Juan, el exnovio de su nieta había venido a estudiar a Buenos
Aires y se dedicaba a follarla como una bestia en celo. Lo extraordinario es que le rogara que se
convirtiera en la madrina sexual de sus dos compañeros de departamento. Y allí estaba ella, con
sus 60 recién cumplidos con tres amantes que no llegaban a los 20.
En fin, que vivieron felices, no comieron perdices porque no les gustaban, pero sí le dieron al
asado en buena paz y armoniosa compañía.
Chantaje
Salvador([email protected]) [ Amor filial ]
Fecha: 27-Feb-13
Accesos: 48.526
Valoración media:
Tiempo estimado de lectura: [ 11 min. ]
La pareja ejecutó varias poses, buscando en cada una de ellas satisfacer alguna fantasía
escondida, sin que el espía que los fotografiaba perdiera detalle de sus acrobacias. Al cabo de
quince minutos había logrado un set de fotos que mostraba a los amantes haciendo el amor de
diferentes maneras y sin que quedara ninguna duda de quienes eran los que estaban follando
tan apasionadamente. Sus rostros salían nítidos, que era su objetivo al iniciar la sesión
fotográfica. Cuando creyó cumplido su objetivo, se retiró tan sigilosamente como había llegado.
De vuelta a la calle, rodeó la casa y cuando estuvo frente a la entrada de esta, tocó el timbre.
Los amantes quedaron paralizados y ella fue la primera en reaccionar, yendo al ventanal, desde
donde miró para saber quién había llegado.
- ¡Mi hijo!
Después del grito de sorpresa, empezó a arreglar sus vestidos mientras Instruía al joven con el
cual había estado follando apasionadamente hacía un momento para que se metiera en el baño
e hiciera como si trabajaba en la cañería. A fin de cuentas se suponía que a eso había venido y
no debiera extrañar su presencia en casa.
- Se postergó el examen.
Se dirigió a su dormitorio y encendió el computador. Cargó las fotos que había tomado recién y
las dejó en una carpeta especial en el escritorio, desde donde le fuera fácil abrirlas
posteriormente, cuando llegara el momento oportuno.
Cuando ella le llevó un refrigerio, le informó que nuevamente el baño se había echado a perder y
otra vez había tenido que llamar al gasfiter para arreglarlo.
Se dio vuelta y volvió a sus quehaceres, restándole importancia al comentario de su hijo, sin
imaginar las implicancias del mismo.
Cuando el gasfiter hubo terminado y se retiró, madre e hijo almorzaron en la cocina, entre risas y
bromas, cosa habitual cuando estaban solos en casa.
- ¿Te crees?
- Gracias, cariño.
- Dime, cariño
Ella quedó desconcertada por la pregunta, tan inapropiada, inoportuna e inadecuada. Había algo
en el tono de la pregunta que la inquietó y sintió un ramalazo frío que la recorría, como intuyendo
el peligro al que se enfrentaba.
- No entiendo, hijo
Quedó muda por la sorpresa. No supo que decir ni cómo reaccionar. ¿Su hijo sospechaba algo o
habría sorprendido algo? Era evidente que había algo detrás de sus palabras, pero no atinaba a
pensar qué podría ser. Lo cierto era que la situación se había tornado peligrosísima para ella.
- ¿Qué te parecen estas fotos que les tomé a los dos hace un rato?
Pinchó la carpeta del escritorio de su pc y en la pantalla apareció ella con las piernas abiertas y
levantadas, con la polla del gasfiter metida completamente en su vulva.
Ella se tapó la boca y dándose vuelta salió corriendo del dormitorio, refugiándose en el suyo,
donde se tiró sobre la cama y se echó a llorar. Un mundo de pensamientos la asaltaba y todos
malos. La primera imagen que le vino a la mente era que un desastre de proporciones había
invadido su vida y que todo, absolutamente todo cambiaría para ella.
¿Le diría a su padre que su madre le era infiel? ¿Le mostraría las fotos donde ella se había
comportado como una prostituta mientras el muchacho la follaba? ¿Qué pensaba su hijo de ella
después de sorprenderla comportándose como una perra caliente?
Y esas fotos. ¿Qué sacaría con alegar un momento de debilidad si su hijo le había dicho que la
había fotografiado en varias oportunidades?
El ruido de un cuerpo sentándose a su lado en la cama le hizo levantar la vista, para encontrarse
con su hijo, que la miraba intensamente. Llevó una mano a su rodilla y le habló.
- Hice un set de fotos para papá, con sus respectivas fechas. Hace un par de meses que lo
vienes haciendo.
- Hijo. . .
Su madre sintió que le faltaba el aire. Nunca antes había experimentado una angustia tan grande
como la que ahora sentía ante la cercanía de la revelación que su hijo se proponía hacer. La
cercanía de la hora de la verdad aumentó increíblemente su miedo y la pareció que la cabeza le
iba a estallar. No, no podía ser y sin embargo muy pronto su peor pesadilla se haría realidad.
La mano de él apretó su rodilla y empezó a moverse por su pierna en pos de su muslo, que
empezó a acariciar con cierta brusquedad.
Ella apartó sus manos de sus ojos y miró sus piernas, donde la mano de su hijo subía lenta pero
sin pausa.
- Hijo, ¿qué . . .?
- Pero . . .
- Hijo . . .
- Ya lo sabes
- Pero, hijo . . .
- Decídete.
Se levantó y salió de la pieza, refugiándose en su dormitorio. Ella acudió a abrir la puerta como si
fuera un fantasma, pisando entre nubes. ¿Cómo podría ser posible que su hijo le hiciera una
proposición tan aberrante? ¿Se atrevería a delatarla con su marido si ella se negaba?
- Hola, cariño
- Hola, Julia
El muchacho salió a recibir a su padre, con un sobre en la mano. Ella creyó morir. El desgraciado
iba a cumplir su amenaza. Todo su mundo se iría al tarro de la basura en unos momentos. Debía
tomar una decisión ahora mismo si quería evitar la catástrofe. Tenía una decisión que tomar y no
había demora para ello. En esos escasos segundos debía decidir el rumbo que daría a su vida.
Era demasiado lo que estaba en juego.
O aceptaba la propuesta de su hijo y se acostaba con el o veía caer su mundo delante de ella,
en ese mismo momento.
- Gracias, mami.
El muchacho saludó a su padre y volvió a encerrarse en su pieza, sin soltar el sobre que tenía en
las manos.
Esa noche, como siempre, ella le llevó la cena a su dormitorio, donde estaba estudiando.
Cuando él la vio llegar, se dio vuelta y la miró a los ojos, con cierta sonrisa de malicia en sus
labios.
Y mientras le decía esto, su mano se metió por debajo de la falda de su madre y empezó a
recorrer su pierna en busca de su muslo, sin dejar de conversarle. Ella sabía que nada podía
hacer para impedir sus avances. Estaba completamente a su merced.
- Es que vi cómo te comportabas con el gasfiter y espero que lo hagas igual conmigo.
Su mano había recorrido completamente los muslos de ella y Julia sintió que su naturaleza
empezaba a traicionarla, por lo que tuvo que apoyarse en el escritorio para no caer.
- Por favor. . .
Su mano se había apoderado del paquete que formaba la vulva de su madre bajo el calzón. Era
una mata de pelo ensortijado que semejaba un colchón mullido donde su mano se sintió a sus
anchas, apretando ligeramente para disfrutar el picor de los pelos púbicos en su palma.
- Hijo . . .
- Te gusta, ¿verdad?
Claro que le gustaba. Si ella no era de fierro. Es más, era tan ardiente que no podía evitar
sentirse excitada, aunque fuera la mano de su hijo la que tenía entre sus piernas. Pero no se lo
iba a decir. No podía decirle que estaba empezando a gozar con las caricias de él.
- Hijo, basta . . .
Y uno de sus dedos se metió entre el calzón y empezó a jugar con los rizos de su cabellera
púbica, enrollándolos y estirándolos. Finalmente, empezó a pasear el dedo entre los labios
vaginales de su madre, que a estas alturas no podía disimular el calor que la invadía. Su cuerpo
empezó a moverse y de sus labios empezaron a brotar pequeños quejidos de placer, mientras el
dedo paseaba por el canal que formaba la entrada de la vulva de su madre.
- Hijo . . .
Tomó la mano de su hijo, la apretó con fuerza y la sacó de entre sus piernas, se apartó de él y
abandonó la pieza, casi corriendo.
Atracción hacía mi hermano
Auga [ Amor filial ]
Fecha: 09-Feb-13
Accesos: 40.774
Valoración media:
Tiempo estimado de lectura: [ 5 min. ]
Mi atracción hacía el empezó en el mes pasado, cuando en una noche de fiesta mis padres se
habían ido y a mí se me había olvidado el bolso en mi cuarto.
Esta historia es una fantasía en la que me hago pasar por una chica de instituto:
Mi nombre es Lorena, tengo 18 años y estoy estudiando bachillerato. Mido 1.70 mts, delgada,
con tetas redondas y bien formadas según me dice la gente y un culo respingón. Aunque soy
virgen estuve a punto de hacerlo con mi ex novio, pero no estaba preparada y él no era el
hombre con el que me hubiera gustado perderla.
Mi hermano Andrés, tiene la misma edad que yo, debido a que somos gemelos. En lo único que
nos parecemos es que somos chico y chica y que él tiene un cuerpo fibroso bastante bien
formado debido a que hace mucho deporte jugando al baloncesto y al futbol. Mide unos
centímetros más que yo.
Aunque no salimos con las mismas personas me llevo bastante bien con sus amigos debido a
que estamos todos juntos en la misma clase.
Mi atracción hacía el empezó en el mes pasado, cuando en una noche de fiesta mis padres se
habían ido y a mí se me había olvidado el bolso en mi cuarto. Subí las escaleras dispuesta a ir a
mi cuarto, cuando oí de repente unos gemidos provenientes de la habitación de mi hermano. Mi
curiosidad pudo conmigo y me acerque al marco de la puerta y la abrí dejando el espacio
suficiente como para ver y que no supiera que esta yo allí espiando.
Mi hermano estaba en la cama tumbado desnudo viendo una película porno que echaban. ¡Se
estaba masturbando! Fije mi vista en el gran miembro que él tenía en una de sus manos que
bajaban y subían deslizándolo. Mi excitación llego a tal punto que no me di cuenta que había
empezado a bajar la mano hacía mi vagina. Me abrí paso por mis leggins negros y me empecé a
acariciar. Me mordía el labio para que no supiera que estaba allí. Le veía como con cada
movimiento ponía más y más cara de placer. Yo me había empezado a masturbar más rápido. Y
de repente le vi ponerse tenso y como un chorro de semen salía de su miembro y le empavaba
el estómago y alguna que otra gota caía sobre la cama. Cuando vi la imagen me corrí con los
ojos como platos mirando cada movimiento de mi hermano.
Desde ese momento no podía parar de pensar en él cada noche me masturbaba en mi cama
pensando en cómo sería que me penetrara con ese gran miembro que él poseía. Pero a la
mañana me sentía muy mal pensando que no estaba bien lo que hacía, aunque no lo pudiera
evitar por la noche.
Ya me había hecho a la idea que lo nuestro no podía ser hasta que un miércoles de verano
ocurrió algo que cambió totalmente mi forma de pensar.
Estaba en la mesa de la cocina desayunando. Bajo mi hermano con solo unos pantalones
negros de pijama y yo posee disimuladamente mis ojos en su miembro como ya era costumbre
cada vez que se levantaba.
-¿Vas a venir con nosotros a la piscina, hermanita? –me pregunto, pero estaba tan absorta en
mis pensamientos que no me di ni cuenta de que me hablaba.
-Bien, pues ponte el bikini que nos vamos dentro de poco y comeremos allí también.
-Vale, voy a prepararme. –Le dije y cuando pase a su lado me roce con su piel y sentí un
escalofrío que recorrió todo mi ser. Me estaba volviendo loca.
Cogí el bikini que mejor me quedaba y una falda blanca y camiseta gris y decidí darme una
ducha antes aunque fuera a bañarme. Necesitaba despejarme y que se me olvidaran esas
estúpidas ideas.
Me desnude y dispuesta a entrar en la ducha, la puerta se abrió y apareció Andrés al verme así
se quedó con la boca entreabierta y yo como pude me tapé cogiendo una toalla.
-¿Estás loco? ¿Pero qué haces? Sal, de aquí ahora mismo- Le grite muerta de vergüenza
-Perdón, perdón… Solo quería lavarme los dientes. Pero ya que te has tapado me los lavo en un
segundo.
-¿Qué? No, no. Sal ya. ¿No ves que voy a ducharme?
-Venga, hermanita. Ni que fuera la primera vez que te viera desnuda. –Me dijo con una sonrisa
de oreja a oreja y sin parar de mirarme arriba y abajo.
-Sí, claro. Cuando éramos pequeños, pero ahora no asique salte. –Insistí.
Aunque en realidad no quería que se fuera pues ya me había puesto muy cachonda. Él estaba
sin camiseta y yo con solo una toalla que tapara mi cuerpo desnudo.
Se acercó a mí y me rodeo la cintura con sus manos. Me acercó a él y empezó a acariciarme por
encima de la toalla.
-Pues ahora ya somos grandes. –me dijo, mientras seguía acariciándome la espalda y llegando a
rozar suavemente mi culo.- Venga, déjame verte bien.
Me empezó a deslizar la toalla hacía abajo y me dejo completamente desnuda delante de él.
-Vaya, hermanita. No sabía que podías tener este cuerpo debajo de esa ropa que sueles llevar. –
Me dijo con una mirada lasciva.-
Yo no sabía dónde mirar aunque estaba muy excitada sentía una gran vergüenza de que mi
hermano me viera así. Nunca llegue a pensar que mis fantasías con él se fueran a hacer
realidad.
Me acarició el vientre y rozo mi pecho derecho. Sentí un calambre, estaba a punto de correrme y
nada más me había acariciado un poco.
-Venga, hermanita. No sabes las veces que me imaginado tenerte así. –Me dijo mientras cogía
mi cara con una mano y la acercaba hasta su cara-.
Me beso y fue el mejor beso me han dado en la vida, creí morir de placer justo en ese momento.
De repente oímos un ruido abajo. Eran mis padres que acababan de venir de hacer la compra.
Cogí mi toalla a toda prisa y le mande salir del cuarto de baño.
Una vez sola me metí debajo del chorro de agua caliente y reflexione de todo lo que acaba de
pasar. Me había dicho que él se había imaginado estar así conmigo. Nunca pensé que el
también pudiera tener esos pensamientos hacía mí de esta manera al contrario pensaba que era
yo la única. Pero aun así no quitaba que fuera mi hermano y yo su hermana.
Les cuento mi primer experiencia de incesto con mi hermano, que me lleva varios años.
Había pasado unos meses de que había vendido mi cuerpo por dinero. Y debo reconocer que
esa experiencia me abrió mucho en lo sexual. Nunca fui una santa, pero era otra, no me
importaba con quien cogía o quien no, estaba mucho mas abierta a experimentar cosas nuevas.
Una tarde estaba viendo mi página de mi red social, y ví que mi hermano había subido unas
fotos de cuando había estado en Brasil. Estaba con cinco amigos, todos chicos lindos, pero no
se porqué solo miraba a mi hermano, me hipnotizaba su cuerpo, su cara, todo.
Desde ese entonces empecé a ser mas provocativa con el. Lo besaba mucho en sus mejillas, lo
abrazaba, apretaba mi cuerpo con el de el, lo tocaba, aprovechaba cada ocasión. Pero nada
resultaba. La situación me bajoneaba mucho. Era el hombre que mas deseaba en la vida, y
sentía que solo me miraría como su hermanita.
En mi busqueda, comencé a leer relatos de incesto, sobre todo de hermanos. Las lecturas me
hacían mojar tanto que solo lograban excitarme mas y más con mi hermano.
Uno de esos relatos que leí, era de una hermana que descubrió a su hermano como se pajeaba
con sus tangas. Por suerte la autora dejó el mail y me contacté con ella.
Al cabo de unos 4 días, que fueron muy largos esperando su respuesta, me contestó. Le
agradecí su respuesta y pregunté si se conectaba al messanger para chatear que necesitaba su
ayuda.
Me dijo un día y horario y quedamos. Ella me llevaba unos años. Y me contó detalles del relato,
que me mojaban mas y mas. Me decía que había cogido con muchos tipos, pero que nunca la
habían cogido como lo hacía su hermano. No se trataba del tamaño del pene, del ritmo, era el
morbo que significaba.
Tuvimos varios chat, y me incentivaba para que me animase. Me dijo que era bastante común el
incesto, y que los hermanos mayores suelen fantasear mucho con las hermanas menores. Me
insistía que me anime, que en el peor de los casos me diría que no y como era menor que el lo
tomaría como de una chica que quería tener relaciones. Me decía que los hombres son menos
complicados que las mujeres, no le daría importancia al asunto.
Mi hermano vivía solo en un departamento con un amigo. Pero ese fin de semana se quedaba
solo, porque su amigo visitaba a su familia en el interior del país.
Al enterarme, le pregunté si el sábado después del boliche podía quedarme en su casa, que
quedaba cerca, así no lo molestaba a papá para que pase a buscarme.
Ese sábado fue tremendo para mí, pocas veces había estado tan nerviosa. Recuerdo que fui a
comprarme una minifalda negra, bien corta y ajustada a mi cuerpo, me compré ropa interior de
color roja, la tanga era bastante pequeña y se me metía bien en la raya de mi culo. Me depilé mi
concha, la dejé sin pelitos, supuse que le gustaría así.
Esa noche fuí a bailar con mis amigas. Trancé con un par de flacos, aunque mientras los besaba
solo pensaba en mi hermano y en las cosas que me haría. Bebí un poco de más esa noche, mas
que nada para tomar coraje.
Eso de las 3 a.m., el padre de mi amiga pasó por nosotras, y me alcanzó hasta la casa de mi
hermano. Cuando llegué el ya estaba acostado. Fui directamente al baño, y me mojé la cara. Me
miré en el espejo un buen rato y reuní el coraje necesario.
Entré a su habitación. Estaba todo muy oscuro, solo entraba la poca luz que provenía del baño,
no era mucho pero por lo menos permitía ver algo. Mi hermano estaba dormido boca arriba. Solo
usaba un boxer de color blanco.
Me arrodillé junto a el. Y metí mi mano derecha por debajo del boxer y empecé a amasar su pija.
Acerqué mi cara a su pecho y comencé a besarlo, mientras acariciaba su pija por debajo del
boxer. Mi hermano empezó a gemir muy despacio y comencé a sentir su pene crecer en mi
mano. Me alegró, tanto, tanto problema me había hecho y ya estaba, estaba pajeando a mi
hermano.
Pero la alegría me duro poco. Prendió la luz del velador, y se alejó de mi, apoyando su espalda
contra el respaldo de la cama.
No pude responder nada. Solo recuerdo que mi cara estaba por explotar de la verguenza. Estuve
a punto de llorar. Cuando dijo:
Pero no se movía, solo lo escuchaba gemir. Me metía y sacaba toda su pija dentro de mi boca, la
tragaba hasta el fondo de mi garganta, era deliciosa. Con mis manos acariciaba sus nalgas, sus
muslos. Le encantaba eso. Yo sentía como mojaba toda mi tanga, la tenía empapada con mis
jugos. En un momento siento que con sus manos me toma de mi cabeza y empieza a hundirme
su pija hasta el fondo de mi garganta. Sentía como se me imfamaba el cuello. Era la putita de mi
hermano mayor y me encantaba. En un momento, me hunde mi cara contra su cuerpo, con la
pija en mi boca, no me dejaba respirar. Lo sentí gritar:
Y largó toda su leche dentro mio. Fue un caudal inmenso de semen que me hizo atragantar.
Cuando descargó todo, libero mi cabeza. Tosí por unos cuantos segundos. Me levanté. Y lo bese
en su boca. Nos abrazamos y besamos con nuestras lenguas un buen rato, a los minutos sentí
su pija dura contra me cuerpo. Con sus manos levantó mi minifalda, y emepzó a meter mano en
mi culo, lo violó con sus manos, le desesperaban mis nalgas, las acariciaba, apretaba, pasaba
sus dedos por debajo de mi tanga, y los metía en mi ano. En es momento, me empujó contra la
cama, quedé boca arriba, metió su mano por debajo de la minifalda, y me quiso sacar la tanga, le
costo un poco y terminó rompiendola. Hundió su cara contra mi concha y la devoró, me chupó
como si su vida dependiese de eso. Su lengua recorría mis labios, clítoris, me penetraba con su
lengua. Yo chorreaba de lo excitada que estaba. Mi cuerpo se contorsionaba de placer, me
retorcía, sentía que estaba a punto de acabar en su boca.
Se tiró sobre mi, se acomodó y me penetró mi concha de una, la hundió hasta el fondo, pude
sentir su pedazo de carne como me lleno por dentro. Recuerdo sentir espasmos. Con mis manos
tomé las nalgas de mi hermano y lo hundía contra mi para sentirlo mas adentro.
Apenás lo dije. Se levantó. Me dió vuelta, me dejó boca abajo y con sus manos separó mis
nalgas. Me lamió bien duro el ano, lo penetró con su lengua, sentí sus dedos dentro de mi culo.
Cuando pensé que me iba a coger ahí mismo, me tomó del brazo con fuerza y me puso contra el
placard dandole la espalda, sentí un ardor en mi nalga junto con un plaf, luego le siguió otro,
empezó a nalguearme con fuerza.
Me habrá dado cerca de 10 o 12 nalgadas. Hasta que se acomodó por detras, y sentí la cabeza
de su pija entre mis nalgas. Busco la entrada de mi ano y la hundió, logró meterme la cabeza y
parte del tronco.
Con su mano izquierda sujetó mi teta izquierda y con su mano derecha sujetó unos mechones de
mi cabello y los jalaba hacia atrás, tirando mi cabeza hacia el, mientras con su pija seguía
embistiendome, y entraba cada vez mas dentro mio. Le gustaba darme duro, no era un mete
saca rápido, era mas metermela de golpe y sacarla despacio, para volver a meterla de golpe,
cada vez que me embestía mi cuerpo chocaba contra la puerta del placard de manera brusca, a
la vez que el jalaba de mis cabellos hacia atras, su pijaba estaba bien adentro de mi culo. Sin
sacarmela, me llevo hacia la cama, me tiro y el aun dentro de mi culo, y caímos, yo boca abajo
contra el colchón y el sobre mi cuerpo sin sacarla de mi. Cuando cayó sobre mi, sentí que su pija
me lastimó por dentro, y grité de dolor. Eso pareció excitarlo, y empezó a cogerme el culo sin
parar, me dió bien duro. Su pelvis chocaba contra mis nalgas. Me dolía la cola, pero gritaba de
placer. Me sentía la mas putita. Era tan morboso todo.
Al final sacó su pija de mi culo, me dio vuelta y largó su semen contra mi cara, sobre todo en mi
boca y mentón, me esparció la leche con la cbeza de su pija por toda mi cara, y me la metió en la
boca para que se la chupe, la lamí hasta que se puso flácida.
Quedamos muertos los dos, nos dormimos abrazados un par de horas y cuando despertamos
seguimos cogiendo.
Hola, soy originario de la provincia de Perú,Actualmente tengo 15 años y les contare como
logró mi prima coger conmigo.
Bueno, todo comenzó cuando yo tenia 14 años, mi prima tenia 18 años, increíblemente ustedes
pensaran que soy un niño, pero a pesar de tener 14 años soy un adolescente alto (1.67), atlético
ya que me gustaba estar en forma a diferencia de todos mis primos,y gracias a dios el mas
atractivo. por eso llamaba la atención de mis primas en especial Estefany de 18 años.de
alto(1.72)blanca de unos pechos de diosas, un trasero bien torneado y paradito. un cuerpo
deseable por muchos.
Nos encontrábamos en la casa de mi tía, madre de estefany, recuerdo que ya era temporada de
comienzos de invierno la temperatura en piura era confortable, ni calor ni frío, todos mis tíos y
tías junto con mis primos habían llegado de visita debido a vacaciones escolares. Se organizo
una fiesta familiar,mi prima estefany siempre fue cariñosa, agradable conmigo a diferencia de los
demás, debido a que seria larga la noche me dio un "RED BULL" (es una bebida energizante,
para los que no sepan) con estas palabras: "necesito que estés despierto te tengo un regalito
que estoy segura te encantara" pasamos una noche agradable. y todos se fueron a hospedarse
en las casas de tíos que tenían casa en piura.
ella noto eso y me pido que la penetrara sin parar , comencé y gimio otra vez ya que la meti lo
increible esque aun no me corria gracias a mis masturbadas! me decia hare contigo lo que quiero
eres mi juguete sexual y no te voy a soltar asi de facil, clávame esa verga hasta el fondo,
despues me invirtio y se monto encima de mi y acariciandome me empeze a calentar aun mas y
noto que me corria y cabalgaba mas rapido y deliberadamente me beso y lentamente bajo por
mis pectorales y abdomen y lamio mi verga dejandolo sin resto de semen.... me dijo que :" YA
VEO QUE ES LA PRIMERA VES QUE LO HACES CON UNA CHICA" ASI QUE ME HE
ROBADO TU VIRGINIDAD , ESPERO NO SEA LA ULTIMA VEZ...
me levante y le dije que estaria dispuesto para ella cuando quiera ,,.... y hasta el dia de hoy que
ha pasado un año lo hemos hecho mas de 28 veces incluyendo ahora tecnicas nuevaas que
tambien he ido investigado..
la diferencia de edad es de 4 años espero casarme con ella, aunque seamos familia he notado
que se enamora mas de mi cada día, y hemos empezado a comportarnos como verdaderos
novios ya saben citas y salidas , excepto por ahora disimulamos cuando estamos con familia,
adiós.
SALUDO A TODOS !!!!!
elato: Recuerdos de mi adolecencia y de la primera vez que fui penetrada por un hombre
hola me llamo Roxana soy una chica de Arequipa, nos vinimos a vivir a Caliz cuando tan solo
tenia 7 años, fue un gran cambio ya que aqui mi
padre pudo realizarce muchisimo mejor en la profecion que el tiene, mi madre aunque mi padre
es una bellisima persona tiene otras parejas sexuales, mama me dise que ama muchisimo a mi
padre pero que en la cama no la hace lo feliz que ella quisiera, pero bueno alla ella digo yo
mientras seamos una familia unida que mas da, si quizas papa haga tambien de las suyas con
otras chicas, bueno les he hablado bastante de mi familia, aunque se me habia olvidado decirles
que soy hija unica y es quizas el motivo por el cual me preocupaba demaciado de lo de pas
parejas con quien se acuesta mi madre.
Bueno ahorita les contare agunas cosillitas mias,les dire que en nada
me paresco a mis compatriotas ya que mi madre es Argentina y mi padre si el es oriundo de
Arequipa motivo por el cual es mas morenito y mama es rubia. Bueno yo soy mas bien bastante
bonita y quizas desde que comence a tener sexo, me he mejorado de cuerpo al menos es lo que
dise mi madre que cuando una va a la cama con un hombre mejora muchisimo corporalmente
y yo ya tengo 13 años hase añitaos ya que fui deflorada por un caballero que vivia cerca de
casa, creo que en aquel tiempo tenia 10 o 11 años de edad pero fue algo pasajero que no habra
durado mas de unos 6 meses ya
que el se fue a Bogota, y me quede sin nadie despues que le habia tomado el gustito a estar con
un varon, pero no me duro mucho estar sola ya que nunca me a gustado correrme la paja, y
llego solo a la miel el proximo gallito a matar la gallina conmigo la cosa es que a los 12 quede
preñada
de un bebe que actalmente ya tiene 4 meses,pero es bien sanito y mi madre ahorita me presenta
a sus amigos para no estar tan sola, la cachimba es que ayer me entere que mi madre les cobra
unos mangos y la muy cabrona nada me pasa a mi ni para para comprar la leche ya que yo le
daba teta pero al acostarmen nuevamente con otros hombres se me agoto una vecina que tiene
una casa de putas quiere que yo vaya cuando mi madre se pueda quedar con mi crio pero esa
cuestion de la sida me da algo de temor, sigo otro dia que se ha caido el bebe de la cama.
Relato: Hice el amor a mi hermana cuando Dormia
esto q me paso es algo Real en ese entonces tenia 16 años y mi hermana 21 yo dormia junto
con ella desde los 12, un dia cuando dormia tenia curiosidad por saber que se sentia tocar a una
mujer y comence a esperar que ella durmiera osea esperaba acostado a q fueran la 1 o 2 de la
mañana y entonces la tocaba suavemente mis manos recorrian todo su cueerpo desde su pierna
hasta sus senos vaya que la pasaba en grande en esos Dias , estube asi varios dias hasta que
pense que podria avanzar , ella dormia con una camiza y un buzo pegado asi que un dia le
saque suavemente los botones de su camisa no se despertaba entonces hice a un lado su
sosten y toque sus seños estaba en las nuves . y una noche no pude resistir mas y comence a
chupar sus senos vaya que la pasaba en grande ella no se despertaba . sabia que podia llegar
mas lejos entonces una noche igual ella se echo de costado me voltee y empece a juntar mi
cuerpo con el sullo claro que anteriormente ya lo habia echo pero en esta ocasion le baje
suavemente el buzo y llegue a zu calzon y me baje el pantalon ya no podia soportalo estaba en
un estado que habia olvidado que ella se podia despertar y entonces la comenze a penetrar
suavemente como no podia bajar mucho su buzo y menos su calzon le daba anal debo confesar
que fue una experiencia que jamas habia pensado ese dia no eyacule dentro recupere la
conciencia y despues de un rato la deje como estaba repetia lo d la blusa interdiario y 2 veces a
la semana a penetrarla claro que nunca fue vaginal solo anal , un dia cuando estaba recostado
para abajo y ella para arriba ella estaba de lado y yo la penetraba no pude resistir mas y eyacule
dentro me asuste mucho desde entonces no volvi a hacerlo ,sinceramente ella nunca se
desperto y bueno esta fue mi primera experiencia Sexual q tube se que esta mal pero no podia
controlarme Bueno esta es mi Historia Chau.
Relato: UNA PRIMA MUY ESPECIAL
ambos tenemos la misma edad, ella luce magnifica con sus 32 años. fisicamente sigue siendo
la misma mujer que debuto conmigo a los 16 años. rubia, alta, tetas paraditas con pezones
rodados, culito redondito, perinas magnificamente torneadas, y esa cabellera rubia lacia que cae
hasta la mitad de su espalda
hoy esta casada, no tiene hijos, yo tambien casado y tengo un hijo de cinco años.
ella debuto sexualmente conmigo, fui yo el primer hombre que la cojio. me recuerdo que fue en
su casa, en ausencia de sus padres, yo ya habia debutado con una vecina y tuve la satisfaccion
de ser el poseedor de ese cuerpo maravilloso cuando ambos teniamos 16 años.
anduvimos en secreto durante unos seis meses, periodo en la que por lo menos una vez por
semana teniamos sexo.
la vida nos separo, ella se fue a La Plata a estudiar abogacia, yo me fui a bahia blanca a estudiar
economia.
luego ella se quedo en La Plata donde ejerce su profesion, yo me radique en la ciudad de
Nueuqne donde ejerzo mi profesion.
viajo mas o menos adiduamente a buenos aires por razones profesionales y rara vez se me
ocurre visitar a mi primita en su localidad, pero un dia tuve la tentacion de hacerlo.
no se que me impulso, pero una voz interior me decia que tenia que ir a verla y saludarla.
me tome el micro que lleva de buenos aires a la plata, e iba con muchas ganas de llegar.
no se veia luz a travez de la puerta, no obstante toque timbre, senti unos taquitos caminar, ese
toc toc que a veces nos vuelve locos a los hombmres cuando lo escuchamos, se abrio la puerta
y aparecio ella.
ya sus dos empleadas se habian retirado y ella estaba completando algunos informes que tenia
que presentar al dia siguiente y ya casi habia terminado.
me pidio unos segundos para terminar sus tareas, yo estaba sentado en un sillon y desde el
mismo por debajo del escritorio se veian esas piernas maravillosas que tiene mi agraciada
primita.
cuando termino, se sento en un sillon frente al que yo estaba, ahi si cruzo sus piernas y ahi si
que vi en todo su esplendor esas dos extramidades.
comenzamos a charlar, en un momento determinado me dijo que hacia como quince dias que
estaba sola pues su marido habia sido enviado por la empresa a hacer un curso de capacitacion
al extranjero y que le restaban todavia como quince o veinte dias para volver.
yo seguia mirando sus piernas y tambien ese bulto maravilloso de su pecho. esas dos tetas que
me hacian recordar mis diez y seis años cuando debuto conmigo.
le pregunte que hotel me recomendaba para quedarme la noche en la localidad, y ella muy
suelta de cuerpo me dijo que no hacia falta que fuese a un hotel, que me podia quedar a dormir
en su casa.
salimos de la oficina, deje mi auto en una cochera y fuimos en su auto hasta la casa en Gonnet,
entrramos, me quede en el living mientras ella subia hacia su habitacion, se dio una ducha, y
habiamos quedado en ir a cenar a un rastaurant de La Plata.
verla subir las escaleras moviendo ese culito divino me hizo parar la pija.
me dijo desde la habitacion que preparase algun trago para ambos, fui hasta el barcito que tenia
en el living y prepare dos martinis.
como ya queria todo para mi, subi las escaleras para llevarselo y desde la puerta vi su cuerpo
maravilloso reflejado en el espejo, ella no me vio. se reflejaba su cuerpo en bombachita y sin
corpiño, seguia siendo la misma mina de antaño, rebuena por donde una la busque.
de golpe se dio cuenta que yo la estaba mmirando por el espejo y se dio vuelta y me sonrio
gestio que me dio la valentira suficiente como para entrar a llevarle la bebida a su habitacion.
asi como estaba, sin corpiño y en bombachita me acerque a ella por la espalda como lo habia
hecho cuando debuto conmigo, la tome con una de mis manos de las tetas y cona otra mano la
apoye en su concha apretnado fuerte ese culo maravilloso contra mi verga erecta.
ella giro su cabeza, sus labios entreabiertos hicieron que mis labios se posasen sobre ellos, su
legua jugo con mi lengua.
hice girar su cuerpo dejandola frente a mi, la separe un poco de mi cuepro y nuevamente admire
esa maravilla que tenia delante mio.
ella desabrocho mi pantalon dejandolo caer, me saco la camisa y quedamos ella en bombachita
y yo en sleep notandose a travez del mismo el bulto de mi pija erecta.
baje su bombachita, ella bajo mi slepp, nos abrazamos, no dejabamos de besarnos, y mis manos
comenzaron a recorrer sus piernas, su culo su concha sus tetas mientras sus manos acariciaban
con delicadeza mi pija y mis huevos.
tome su cuerpo desnudo entre mis brazos y la lleve hacia la cama, nos revocamos en la cama
como dos adolescenetes, seguiamos con nustras caricias mutuas.
luego me recoste con la pija parada, ella se invirtio sobre mi cuepro quedando su cocnha cerca
de mi boca y mi pija cerca de su boca.
meti mi lengua en su argolla, ella beso la cabecita de la pija, me la acaricio con sus tetas, me la
recorrio con su boca besandola y lamiendola en toda su extension y de detuvo besandome y
lamiendole los huevos para luego meterse la pija en la boca
yo seguia chupando esa concha maravillosa y ella comenzo a pajearme el tronco con las manos
y la cabeza de la pija con sus labios.
mi pija en su boca
mi lengua en su argolla
mis dedos jugando en su orto.
le pedi que se ponga en cuatro patitas al borde de la cama y m coloque detras ee ella con la pija
bien parada.
coemnce a pasarle la cabecita de la verga entre la concha y el culo entre el culo y la concha
puerteandola sin meterla.
nos estabamos mirando a los ojos a travez del espejo que teniamos delante nuestro.
- coejem amor cojeme por favor cojeme ya no aguanto mas quiero pija
lentamente fui metiendo mi verga asi desde atras en el interior de su concha que se abria a mi
paso hasta que mis huevos rosaron los labios de su argolla.
manoseaba sus piernas y su culo a medida que movia la pija en su interior entrando y saliendo
entrando y saliendo, lo hacia lentamente, haciendo que ese polvo maravilloso fuese eterno, ella
acabo por lo menos tres veces hasta que senti la necesidad imperiosa de acabar.
di esos dos o tres bombazos finales que damos lo shombres al estar acabando que pareciera
que queremos meternos con heuvos y todo dentro de la cocnha de nuestra hembra.
hiciemos un nuevo 69, ella me limpio la pija con su lengua y yo le limpie la concha con mi lengua.
nos recostamos en cucharita ella de espaldas a mi, yo detras de ella pasnado una de mis manos
por debajo de su cuello tomandola de las tetas y la otra mano pasada por sobre su cuerpo
tomandola de la concha y con la verga bien apretadita contra su culito, asi nos dorminos un rato
hasdta que a la madrugada despertamos y en un segundo relato les comenare que paso al
despartarnos.
alejandro
LOS DÌAS PASARON Y VARIOS DESPUES FUE A LA CASA POR QUE HIBA A IR AL CINE
CON MI HIJA.
LO ACARICIE SUS NALGAS Y EMPECE A METERLE UN DEDO, ELLA GEMIA! ... LUEGO LA
PUSE EN CUATRO Y ME INQUE PARA BESARSELO Y ACARICIARCELO CON MI LENGUA
DE ARRIBA ABAJO Y LUEGO LA METIA EN SU RECTO COMO UN PEQUEÑO FALO.
HABIA UN FUERTE OLOR A SEXO EN LA HABITACION.....
Hace unos meses atras mi hijastra Priscilla dejo la escuela por traer pesimas calificaciones,por
lo cual pasaba mucho tiempo en la casa y como yo trabajaba por las noches nos quedabamos
solos todo el dia porque mi esposa laboraba de dia.Por tener horarios adversos solo en los dias
libres podiamos tener sexo.la tension sexual se incrementaba hasta que al ver como se
desarrollaba mi hijastra me entro una idea perversa que era espiarla mientras se bañaba. Asi que
intencionalmente dañe el cerrojo del baño y compre unas cortinas plasticas transparentes.
ya con todo preparado solo espere la ocasion y cuando la niña se metio al baño yo de inmediato
comence a espiarla,ella se quito la blusa del pijama y pude ver sus teticas morenitas,y sus
deliciosos pezones hinchados k hicieron que mi verga se empinara de tal forma k se me salio
del pantalon pero cuando casi me explota la picha fue cuando se quito la parte de abajo y al fin
pude ver su rajita aun sin un solo pelito asi que no tuve mas remedio k masturbarme mientras la
miraba totalmente desnuda tomando su ducha sin imaginarse que al otro lado de la puerta yo
estaba derramando toda mi leche por ella.Me corri tan violentamente k deje embarrada toda la
puerta,me levante y sali de ahi hacia mi cuarto donde me la volvi a jalar con la mente puesta en
los recuerdos k acababa de ver y permaneceran en mi vida por siempre
Esa noche no fui a trabajar y al llegar mi esposa de su trabajo la lleve inmediatamente a nuestro
cuarto y me cogi a esa vaca gorda pensando en la niña le di caña un buen rato y haciendo
mucha bulla para que la pequeña escuchara como me estaba cogiendo a su madre que
comenzo con quejidos suaves para terminar casi gritando cuando la penetre por el culo gritando
YA NO MAS MI AMOR ME ROMPISTE EL CULO
Luego de ese dia la espie unas 5 veces mas pero cual fue mi sorpresa cuando a la sexta vez vi
como comenzo a meter su mano entre sus piernitas y pense SE VA A MASTURBAR?y en efecto
la niña se estaba tocando y por la torpeza de sus movimientos pude entender que sino era su
primera vez era de las primeras,luego de un rato agarro el jabon y simplemente se deslizo contra
la pared hasta quedar acostada con las piernas abiertas dejandome ver su conchita humeda y
virgen a la cual le dio su racion de jabon y de dedo hasta que estremeciendose cerro sus piernas
dejando su mano entre ellas y con orgullo pense que talvez yo habia visto el primer orgasmo de
la culicagada.Asi segui espiando por meses pero un dia se me hizo el milagro.La chiquilla se
cayo de su bicicleta quebrandose las 2 muñecas y se las enyesarian por 1 mes,mi esposa saco
15 de vacaciones para atenderla(bañarla limpiarle el anito despues de cagar,darle d comer etc
etc)cuando se le terminaron las vacaciones el encargado de eso seria yo a pedido de mi mujer
asi k no desaproveche la oportunidad y al primer dia a mi cargo la lleve a bañar terriblemente
avergonzada la desnude y tome el jabon y fui directo a su coñito el cual por fin pude tocar y
palpandolo suavemente fui abriendo sus diminutos labios y semipenetrando eas vulvita
calida,ella lloraba pero dejo de hacerlo cuando la excite presionando su clitoris repetidamente
hasta hacer k acabara en mis manos y le dije AHORA VAS A VER PUTITA LO K ES UN
HOMBREme desnude y la levante de la cintura acomode mi potente verga en la entrada de su
panochita mientras me imploraba que no lo hiciera pero ya habia llegado muy lejos como para
desertar,asi que la baje de un solo ensartandole mis 22 cm de verga de un solo haciendola pegar
un alarido espantoso la verdad no me interesaba no causarle daño todo lo contrario mas bien
gozaba de oirla gritando y ver como la sangre de su himen se mezclaba con el agua de la ducha
asi pase dandole verga bastante rato sintiendo como ese estrecho huequito se
amoldaba a mi garrote hasta k con un torrente como rio la inunde de chele ya para ese momento
la exseñorita no lloraba sino k mas bien le gusto y dijo ESO LO NECESITABA DESDE HACE
TIEMPO GRACIAS PAPI poco despues la preñe y la vaca gorda me metio a prision
MI HIJA SILVIA17 de agosto de 2007 por Anónimo Sinceramente que solo somos marionetas
del destino. Leí las historias publicadas, pero creo que ninguna de ellas tiene el dramatismo de la
que intentaré narrar, la que pensé que jamás revelaría. Pero ya ven… Somos marionetas del
destino!.
La historia es verdadera, pero los nombres y lugares geográficos, por razones obvias, no lo son y
si me animo a darlo a conocer públicamente, es con el deseo de recuperar a mi hija y a su bebé.
Esta historia ocurrió hace algunos años, cuando yo tenía algo así como cincuenta y tres años de
edad, después de haberme divorciado de mi segunda esposa, con la que tuvimos una sola hija,
Silvia, que a la época de la historia tenía 18 años. Además mi ex mujer tenía tres hijos de su
anterior matrimonio. El hecho es que al divorciarme dejé a ellos viviendo en una casa en mi país
y yo me fui a otro, en un intento de olvidar mi pasado y de rehacer mi vida. Debo decir que soy
un profesional, específicamente ingeniero y, por tanto, pensé que mi aventura sería
relativamente fácil.
Lamentablemente ello duró poco, porque el descalabro económico que afectó a América Latina,
también afectó mi vida. Sólo intentaba subsistir. Sin embargo, así las cosas vivía en compañía de
una amiga "intima", cuyo nombre había dado a conocer a mi hija Silvia en esporádicas cartas. No
quise darle a conocer mi domicilio a nadie, para que a la vez nadie interrumpiera mi mala o
buena privacidad.
Llegó el momento en que solo podía subsistir, comiendo en una pensión y viviendo solo en la
casa que alquilaba, hasta que un día mi amante, digo mi "amiga intima", me habló por teléfono
para decirme: ¡Llegó a mi casa tu hija Silvia! ¿Qué hago?… Envíala a mi casa, respondí… Así
fue como Silvia, mi hija, llegó nuevamente a mi vida.
Recuerdo perfectamente la tarde en que llegó a la casa, que era mi hogar, me echó los brazos al
cuello, besó mi mejilla y rompió a llorar. ¿Qué pasa mi nena?. Pregunté y ella sin dejar de llorar
me dijo: Ay Papito!! ¡Por fin estoy a tu lado! ¡Cuánto esperé esto papito!.. La abracé y acaricié
como a mi bebita que era…. Pero ¿Qué pasa amor?.. Estoy esperando un bebé papito,
respondió y lo único que deseo es que me ayudes a abortarlo, para que mamá no quiera
deshacerse de mi.
Yo?… P l o p!!!… Que decirle?… La miré y no noté nada en su barriguita y se lo hice saber y ella,
al verme así, me dijo: Papito solo son cuatro meses de embarazo. Sólo atiné a decirle: ¿aborto?,
pero si eso es una bendición del cielo… ¡Nada de aborto! ¡Tendrás a tu bebé!. Pero me puse a
pensar que nada tenía que ofrecerle. Solo mi comida de cada día y mi cama matrimonial que
ocupaba y se lo hice saber. ¡No Importa papito! Me dijo, yo haré todo para ti y de nuevo echó sus
brazos a mi cuello besando mi mejilla como una hija tierna.. ¿Cómo decirle que no, en un país
extraño?.
Llegada la noche nos fuimos a mi dormitorio, miré la única cama que había y ella hizo lo
mismo… Me sonrió, se quitó su vestido y se metió debajo de las tapas… Yo me quité la ropa
como siempre lo hacía y también me metí debajo de las tapas. Con mis pies palpé los suyos y
los sentí fríos, quité como pude sus calcetas y con mis pies abrigué los suyos. Ella se acurrucó a
mi espalda y se durmió. Así transcurrieron tres noches.
A la cuarta, cuando aún era temprano para dormir, ella se sentó en la cama y me dijo: Papito
quiero cortar las uñas de tus pies, como lo hacía con mamá. Se los entregué a la vez que miraba
su cuerpo tan joven y que no insinuaba embarazo alguno. Cuando ella terminó, me sonreí y
apagué la luz, pero no me di vuelta a su lado opuesto, como antes, si no que me volví hacia ella
y sobre ella eché mi brazo. Ella se quedó quieta hasta que mi mano que
dó sobre su pecho. ¡Se sobresaltó! ¡Ay papito! ¿Que haces?, nada mi niña, solo acariciarte como
a mi bebita que eres. ¿Pero así papito? Y se echó sobre mi, como intentando disuadirme.
Pero no era esa su intención, porque entonces puso sus labios sobre los míos, para que los
pudiera disfrutar… y yo, pensando en ese cuerpo tan joven y tierno, metí mi lengua hasta lo más
profundo de su ser, mientras mis manos la hurgaba toda…. Era deliciosa. De verdad una delicia
a mis instintos desenfrenados. Hurgué su boca con mi lengua y con mis manos todo su ser… Y
ella feliz. Pero al intentar encender la luz para verla en todo su esplendor, me dice: No papito. Me
da vergüenza que me veas. Y estuve de acuerdo… Si mi bebé quiere así… que así sea.
Lentamente puse mi sexo en el suyo, en la oscuridad, mientras mis manos acariciaban su culo y
mi boca entraba en su garganta. Ella feliz me lo dejaba hacer.
¡Toma bebé! Dame papito ¡Ay! si es todo tuyo ¡Toma! ¡Toma! Después de mover nuestros
cuerpos al mismo compás. Después de bombear en ella de un modo frenético, exclamé: Ay!!! Me
voy!!! Yo también!!, me respondió.
Así fue nuestro primer orgasmo. En una completa oscuridad. Al día en la mañana siguiente sentí
que su boca buscaba la mía en un beso apasionado y cuando desperté me dice: ¡Hola papito!,
¡mi amor! Sentí entonces el peso en mi conciencia de esa noche incestuosa. Al notarlo me sonríe
y me susurra: No te pongas tristes, porque aun cuando no quise mirarte a los ojos, por
vergüenza, lo de anoche fue maravilloso. No te cambio por nadie mi papito adorado. Eres mejor
en la cama que el padre de mi hijo. Hundió de nuevo su lengua en mi boca y continuó… Desde
hoy seré tu mujer y como tal, prepararé tu desayuno.
¡Yo estaba perplejo! Había hecho que mi dulce hijita fuera mi hembra y que además de ser mi
hija… estaba preñada, con mi nieto que empezaba a vivir en su interior. ¡Quería morir! Ese día la
rehuí, buscando cualquier pretexto para no estar a su lado. Hasta que llegó esa fea y negra
noche, a la que de verdad temía.
Nos acostamos, previamente apagando la luz. Me volví al lado opuesto a ella, en un vano intento
por escapar al deseo, pero siento que su cuerpo se apega al mío en mi fría y tensa espalda,
agarra con su manito mi miembro y me dice al oído: Ay Papito, pero si ya fuiste mi hombre, ¡mi
macho!… ¿Porque me rehuyes?… ¿No te gustó el sexo conmigo?. ¿tan fea me encuentras?.
Ahí fue cuando el deseo, la pasión, mi instinto animal se escapó una vez más. Salí de su abrazo
y me eché sobre ella besándola apasionadamente en sus labios de niña y ella me dio toda su
boca para que yo hiciera lo que quisiera. Levanté lentamente su blusa y agarré el pezón de uno
de sus pechos con mis labios y lo chupé como un poseído, mi hijita se estremecía de placer.
También lentamente quité toda su ropa… su blusa, su sostén y sus calzones.
Encendí la lámpara del velador, no sé si para cerciorarme que su embarazo no se notaba o para
mirar su bello y juvenil cuerpo… Ella no protestó. Esa noche me lo permitió todo y por eso tal
vez, hice que sus piernas se sujetaran en mis hombros, mientras lamía su lindo ombligo primero,
para ir bajando poco a poco al encuentro de su sexo. Gemíamos los dos.
Al verme así Silvia se inclinó y me acarició mi cabello gris. En que piensas papito? Mejor no
pienses en nada o mejor, piensa en que me has hecho la hija más feliz del mundo, porque eres
el padre más tierno de la tierra, ya que sé que todo esto lo haces por ese inmenso amor que
sientes por tu hija. Para mi, continuó, el amor que siento por mi padre es mucho más grande que
el que algun
Diciendo esto, mientras yo seguía acostado con la vista en el cielo, intentando que mi alma se
convenciera que ese amor filial que me estaba enloqueciendo, no era pecado, se inclinó
buscando mis labios con los suyos, la abracé atrayéndola más a mi, ella también me echó su
brazos al cuello y nos besamos con una pasión indescriptible. Quedamos así un momento, no sé
cuanto, mientras nuestras lenguas jugueteaban entre ellas y a la vez con nuestras gargantas.
Silvia se soltó de mis brazos para besarme en el cuello; se detuvo en mi oreja para jugar un
momento con su lengua en ella. Me estremecí. Continuó bajando su boca, lamiendo mi pecho ya
sudoroso de pasión; siguió deteniéndose un instante en mi ombligo, pero de pronto sus manitos
tomaron el tronco de mi verga, ya erecta como un roble, sus dedos juguetearon un instante con
mi prepucio, subiéndolo y bajándolo, mientras su lengua buscó el glande, ya rojo e hinchado a no
poder. A veces dejaba su juego para mirar a mis ojos con una mirada suya de hija cariñosa.
De improviso y con amor, con sus labios rodeó la cabeza de mi pene, introduciéndola en su
boca. Me estremecí una vez más y con mis manos empecé a acariciar su cabellera, mientras ella
apretaba un poco más sus labios ahí, justo donde empieza el glande, moviendo suavemente su
cabeza de arriba hacia abajo. Me retorcí. Creí morir de placer, si es que eso es posible.
Ay hijita! Chupa más fuerte la verga de tu padre. Más. Ay! Más!… Ella complaciente apuró sus
movimiento, introduciendo cada vez más mi verga en su boca, más bien en su garganta casi
infantil.
¡Toma mi verga bebe!…. ¡Chupa a tu papito!… ¡Que lindo me lo haces hijita!…. ¡mama!. ¡Ay!…
¡Mama este pene!…
Ella no podía responder. A mis súplicas solo respondía el glog glog glog, que se escuchaba
cuando mi glande se frotaba en la paredes de su boca.
¡Ya no puedo amor!… ¡Voy a reventar!… ¡Toma la leche de tu padre! Y mientras decía esto, sentí
que iba a reventar como un volcán. Así también lo sintió mi bebé, porque hizo que todo mi semen
entrara en su boca… Y lo tragó, lo tragó con lujuria, con deseos o con amor. Que sé yo. Tal vez
porque ella sintió que ese mismo semen que entraba en ella, fue el que alguna vez entró en la
concha de su madre y que fue el que la engendró. Tal vez mi hijita hoy deseaba volver a nacer
con el sexo de su padre.
Ella se echó sobre mi y así nos quedamos inmóviles por un rato, tal vez lo único que se movía,
era mi mano que acariciaba su cabeza, en un intento inconsciente de agradecerle el maravilloso
momento que me regaló. Ella recostada, con su cabecita en mi pecho, como tantas veces lo hizo
cuando pequeñita. Creí que ahí quedaba nuestra escena entre padre e hija esa noche. ¡Pero no!.
Mi hijita quería más.
Papito, me dijo, ¿sabes que deseo?… dime amorcito, respondí, pensando tal vez que deseaba
apagar la luz del velador. Quiero que me inundes toda con tu leche, solo deseo que me des un
hijo, para procrearlo junto al que ya llevo en mi… y si eso no se puede, que me ayudes a que
este hijo que llevo en mi, de algún modo también sea tuyo. Yo di un brinco en la cama. ¡¿cómo
es eso hijita?!… Así papito, como lo escuchas. Quiero que tú seas mi esposo. ¡¡Pero eso no
puede ser!!. ¿por qué no?, respondió y empezó con sus argumentos.
Mira Luis empezó, era la primera vez que me trataba de tú, cualquiera chica desea tener un
esposo que sea tan bueno como su padre, lo que desde mi punto de vista, dijo, es una forma de
reflejar un poco el complejo de Electra o de Edipo, ¡que sé yo que complejo!, pero que es una
forma de desear a su propio padre. Pues bien, yo creo que para qué buscar a un esposo "tan
bueno como su propio padre"?. Yo más bien deseo que mi esposo sea mi propio padre, porque
tú papito, eres el hombre más dulce del mundo.
Les prometo que no supe que responder. Su análisis era lógico y más aún en nuestro caso en
que a ambos no nos unía ningún vínculo de pareja. Era más, ambos estábamos en un país
extraño en el que nadie nos conocía, si es que nuestra aprehensión era la aceptación social. Les
confieso que entonces fue cuando mi hijita logró que entendiera que lo nuestro era
absolutamente legítimo. Además me demostraba cuanto me amaba es
Giré hacia ella y le dije: ¡Ay bebé! ¡Cuanto me calientas!, desde hoy seré solo para ti y tú serás
mi única esposa… mi hembra. La volví a abrazar y a besar apasionadamente. Mi hija respondió
ardientemente a mis caricias y de nuevo nos vimos envueltos en un aroma de amor y de lujuria.
Ella echada sobre mi, mientras la besaba con locura. Mis manos buscaban sus nalgas y ella
elevaba su cintura para que no me fuera difícil. Mi mano izquierda estaba buscando tu vagina,
mientras mi derecha buscaba el ojete de su culo. Ella se aferró con sus manos a mis nalgas y yo,
para permitírselo, levanté un poco mis caderas.
Así, mientras yo hurgaba en su vagina y en su culo, ella con ternura acariciaba con sus manos
mis testículos. Nunca había sentido el gozo de unas manos de mujer en mis bolas y si esas
manos ¿eran las de mi hijita?…. ¡la locura!. Mi dedo ya empezaba a entrar en el culo de mi hija y
ella, con su esfínter, quería no dejarlo salir. Pero pensé que ese manjar sería para otra ocasión.
Nuestras bocas se chupaban con pasión.
Es indescriptible el sexo que se puede lograr entre padre e hija, porque ella es carne de tu carne
y tú eres su adoración. En pocos minutos, en muy pocos, se logra un excitación tan grande, que
tú lo único que intentas es estar dentro de tu hija, mientras que ella solo desea tener tu verga en
su interior. Ese deseo es tan grande, que los cuerpos de ambos solo buscan la penetración. Yo
quería meter mi verga a mi hija como fuera.
Felizmente, en una décima de segundo de lucidez, pensé que ella estaba embarazada y por
tanto, no podía echarme sobre su barriga. Hice que se pusiera de rodillas al borde de la cama,
mientras que yo, de pié, empezaba a meter lentamente mi miembro caliente en ese hueco
ardiente, deseoso, lujurioso, que alguna vez engendré y que ahora, quería en su interior toda mi
leche. Mis manos buscaron sus pechos y aferrado a ellos la atraje hacía mi, mientras mi verga la
embestía una y otra vez. ¡Queríamos morir de deseos! Ya no lo soportábamos, ella era mi yegua
ardiente a la que cabalgaba vertiginosamente, hasta que exploté en su interior.
¡Ay hijita! ¡Coge bebé! ¡Toma la verga de tu padre!…. ¡Dame papito! ¡Dame! ¡Toda! ¡Ay!
¡Es tuya mi amor! ¡Tu padre te la da!…. ¡Dame papito! ¡Más! ¡Soy tuya papá! ¡Ayyyy! ¡Y explotó,
justo en el instante en que yo echaba toda mi leche en su interior!. Confieso que sin acordarme
que ahí también se estaba formando mi nieto… ¿o mi hijo?.
Caímos rendidos, cansados en la cama y nos dormimos desnudos, hasta el día siguiente, hasta
que los pajarillos de Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia, nos despertaron con su trinar. Mi hija fue
desde Chile a buscar a su padre a Bolivia…. ¡Y lo encontró!
Lo que les describo ahora fue lo que descubrí luego de darme cuenta que yo le gustaba a mi
prima y lo caliente que la tenía, antes de eso jamás me había fijado ni en el tamaño de sus ojos,
lo que me deparó la vida fue algo delicioso y aún lo es. Siempre intentaba estar junto a mí, me
conversaba, me buscaba y le encantaba escuchar todas mis historias.
A veces me quedaba yo en la casa de mis abuelos que es donde ella vivía con sus padres y
hermanos, el verano en cuestión, estaban mis tíos y abuelos en el cementerio, mis primos
jugando fútbol, cosa que también iba yo a hacer, pero tuve que devolverme a mitad de camino ya
que había olvidado mis vendas, ya que sufro de los tobillos. Entré a la casa por la puerta de la
cocina y me dirigí a la habitación, en eso me detengo de súbito, estaba escuchando unos
gemidos que venían desde la habitación de mis primas, la puerta estaba entreabierta, cuando
me asomé vi la escena más salvaje y menos pensada de mi vida, mi prima Brenda estaba
recostada cruzada en su cama, completamente desnuda, las piernas abiertas de par en par a
todo lo que daban, dos dedos entraban y salían de su vagina totalmente empapada en jugos
sexuales, que emanaban de ella, mientras con la otra mano se metía mis calzoncillos en su boca
chupándolos con desesperación.
Desde ese momento, mi prima pasó a ser mi objetivo sexual principal ya sabía como era cada
parte de su cuerpo, cuando la veía ahora, recorría su extensa anatomía, fijándome en cada
detalle, como caminaba, como movía ese delicioso culito, como bamboleaban sus pechos
cuando corría, me fijaba y me excitaba cuando bebía y sus labios se mojaban con el líquido, todo
ella era para mi un poema sexual, de echo no me importaba si ella se daba cuenta como la
miraba.
Cierto día ella se acababa de levantar y estaba preparándose el desayuno y se puso a tras luz
en la ventana y pude ver, a través de su pijama, la abertura de sus nalgas y como se le notaban
los pendejos de su conchita, me volví loco y le dije, “Brenda, mmmmmm, que delicia, ya falta
poco para…” y haciéndole un guiñe de ojo paré por que venía mi primo, ella volteó y me dijo,
¿que primito?, no escuché bien, nada la dije, y antes que llegara mi primo, “no me interesa que
escuches quiero que sientas” Me miró como extrañada pero no dije más nada.
Al día siguiente sabía que era domingo e iban al supermercado, una de ellas se quedaba a
limpiar y justo ese día le tocaba a ella, mis abuelos salían a misa y mis primos a su deporte
favorito al lo cual yo me reportaría enfermo. Así que comencé mi plan maestro, en un momento
en que ella estaba en su cuarto con su hermana, me puse un short sin nada abajo, mi pene
colgaba, pensé un poco en ella y eso bastó para ponerlo semi erecto, se veía increíble, me
asomé a la pieza de ellas con la camiseta semi metida en la cabeza y le pedí ayuda a ella
parándome directamente frente a su cabeza, ella sentada en la cama quedaba a la altura de mi
cintura yo veía de reojo, se quedó viendo pegada, embriagada, extasiada el pedazo de carne
que abultaba el short de manera descomunal.
Se relamió, quiso agarrarlo, tomarlo con sus manos, pero vio a su hermana que estaba viendo la
tele, me miró hacia arriba luego volvió a mirar el bulto y se contuvo, se paró y me ayudó a bajar
la camiseta, yo no dije nada ni siquiera la miré solo me di vuelta y me fui.Solo atinó a mirarme y
llevarse un dedo a los labios, la tarea ya estaba hecha solo esperaría hasta mañana.
Me levanté, me bañé, me perfumé ligeramente y tomé un rico desayuno, le pedí a mi tía doble
ración de leche, la necesitaría, mis tíos y prima chica se fueron, mis abuelos ya se habían ido
antes, solo quedaban mis primos, pasó media hora y se fueron, justo cuando mi prima salía del
baño recién bañadita, cubierta solo por su delgado mini camisón de dormir, la toalla en la
cabeza, se fue al cuarto, yo estaba solo con los mismos short del día anterior, busqué mi
camiseta, me la sobrepuse igual y sin avisar entré al cuarto de ella, yo miraba de reojo con la
camiseta en la cabeza y el pene al máximo.
Ella pensó, seguro que yo no veía, se había alcanzado a poner solo su calzoncito blanco de
algodón con florcitas verdes y rosas, se volteó tapándose los senos, me miró, me dijo “primo me
estoy cambiando”, si le dije, lo sé, pero ayúdame con esto, cuando ella intentó ayudarme a bajar
la camiseta le dije no “lo que quiero es sacarla” y de un tirón la saqué yo mismo, me dijo pero… y
sin dejarla hablar la tomé de las manos y observé por un rato sus deliciosos pechos, ella trató de
zafarse sin mucha vocación y bajó la vista avergonzada, “primo por fa…hahaha…vo….rrrno
noooo Hohooo”
Sin dejarle decir nada ya mi boca se había apoderado de un rico, rosado y duro pezón
chupándolo como un niño con hambre, lo chupe, lo mordisquee, chupaba esa tetita lo que más
podía, luego la otra dándoles una tremenda mamada a cada una, Brendita ya solo gemía y
temblaba mientras sus jugos mojaban su tanga, así abierta de brazos y chupándole las tetas, los
dos parados sentí su espasmo orgásmico, luego de esa sesión magnifica de mamada de tetas,
como hacía tiempo no disfrutaba la senté en la cama, la puse directo que mire mi tranca, la miró
y luego a mí, y me bajé si decir nada el short.
Cuando saltó mi pene hacia afuera sus ojos estaban desorbitados, no sabía que hacer, me miró
con algo de confusión “no te preocupes cielo, tú aprovecha ahora por que te voy a hacer el amor
como nadie te lo hará, te comeré tu cosita como nunca más te la comerán y luego te culearé bien
culeada”, pero ahora primita tú me darás una chupada como nadie me ha chupado, diciendo
esto, de la manera más tranquila tomé su cabeza con mis manos y la dirigí directo al pedazo de
carne que tenia ella al frente, sentí un poco de resistencia, me dijo “primo no por favor no….” no
resistí más y le dije ”
Solo abre la boca y chupa, por que luego te quiero abierta como estabas el otro día así que
chupa mi vida”
Dicho esto lo agarró y comenzó a chupar como condenada, tan fuerte y desesperada lo hacía
que me causaba dolor, así que de un empujón se la dejé hasta la garganta, quería zafarse,
estaba atorada con tremendo pedazo de carne metido hasta el fondo, así atragantada le dije
“amor mío chupa sin que tus dientes rocen mi pene, hazlo solo con labios y lengua”, y la solté,
comenzó a darme una mamada muy rica, no espectacular, pero había que comprender su falta
de experiencia, me volvía loco cuando chupaba mi glande con sus labios, y pasaba su lengua de
arriba abajo, le dije, imagina que te comes un rico helado, se lo metía hasta el fondo, lo sacaba
lo miraba, lo chupaba con cariño y se lo volvía a tragar.
Cuando sentí que era la hora, la tiré en la cama y comencé a chuparle las tetas nuevamente, que
delicia, pezones rosados, erectos, sus tetas duras se perdían en mis labios, las mamé mientras
mis dedos se metían un poco dentro de la vagina de Brenda, sentí su segundo orgasmo llegar,
comencé a bajar mientras chupaba cada parte de su estomago y ombligo, su cintura, luego le
levanté las piernas y le saqué lentamente su tanguita, cuando vi su entrepierna quedé
embobado, sus muslos fuertes y su hermoso culo dejaban ligeramente levantado el pubis y el
monte de Venus me mostraba un bello paisaje de pendejos carne y líquidos.
Su concha nunca afeitada estaba poblada de intensos vellos negros que bordeaban toda su
entrada, era una mata exquisita de pelos, al medio se veía con notable contraste una vulva roja
con unos labios gruesos y deliciosos, mi boca se fue directamente a esos labios, los besé
tiernamente mientras mi lengua buscaba su agujero, metí y saqué mi serpiente bucal, mientras
mis dedos ya estaban incrustados de a poco en su apretada vagina, metí uno gemía como
condenada de placer, luego metí el otro, con un mete y saca rápido, saqué mis dedos y me
apresuré a lubricar su pequeño y nunca explorado ano.
Le abrí las piernas a lo máximo y dirigí sus manos a cada muslo para que las mantuviera así de
abiertas, y comencé a darle una comida de zorra que la hacia gritar, delirar, trataba de agarrarme
la cabeza para que parara, lloraba de gozo, mi lengua se hundía en su cueva, mis labios
chupaban y chupaban sus labios uterinos, sus jugos vaginales corrían por mi boca, mientras mis
dedos estaban horadando su ano, entre espasmos interminables y gritos supe que había
llegado, no sé cuantas veces a uno y otro orgasmo.
Cuando ya sus ojos solo estaban entreabiertos y totalmente en blanco, sus labios solo
balbuceaban mi nombre y atinaban solo a gemir y gemir me erguí, le tomé los muslos y se los
puse a la altura de sus hombros dirigí mi pija hacia la cascada de sabía fémina, que roja y
abierta solo esperaba la estocada final, posé la cabeza roja e hinchada en la entrada y
automáticamente fue absorbida por los labios vaginales, Brenda abrió ligeramente los ojos, miró
hacia su entrepierna y sin que tuviera reacción se lo mandé hasta adentro, abrió los ojos me miró
y cuando metí y saqué de nuevo ella cerró sus ojos y sus manos jalaban mis cabellos y me pedía
que lo hiciera con suavidad cuando comencé a bombearla una y otra vez.
Así culeándomela, en posición patas al hombro nuestras caras estaban frente a frente, le decía
que era mi mujer desde ese día y solo yo iba a tener derechos sobre esos agujeros, y ella me
abrazaba más y solo aguantaba las embestidas que le hacia, lloraba pidiéndome suavidad, de
poco sus lágrimas, pasaron a pequeños gemidos, mi pene estaba erecto al máximo y se lo metía
y sacaba de una forma rápida y certera.
El bombeo dentro de ese exquisito culo era salvaje, Brendita ya solo gemía y gritaba que ya no
daba más…
Cuando estaba por eyacular ella me pedía que se lo metiera más, le dije no puedo y comencé a
eyacular dentro de su ano, nos revolcamos, me abrazó con sus piernas y sus brazos, nos
fundimos en un rico beso y me dijo luego, ¿por que había hecho eso sin más ni más?, le
contesté, que eso era lo que ella quería, me contestó, es verdad, ¿pero como lo supiste?, solo
contesté, leí tu mente mientras tú disfrutabas de mí, sin mí.
Nos reímos y así fue como desvirgué a mi prima por todos sus agujeros en una sola mañana.