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Ley de Acuerdos Comerciales Recìprocos

La Ley de Acuerdos Comerciales Recíprocos de 1934 transfirió la autoridad para negociar acuerdos comerciales del Congreso al Presidente, permitiéndole reducir aranceles hasta en un 50%. Esto desplazó el equilibrio de poder hacia aranceles más bajos y preparó el escenario para una mayor liberalización del comercio. Sin embargo, su enfoque bilateral limitó los esfuerzos de liberalización, lo que llevó a Estados Unidos a reconocer la necesidad de un enfoque multilateral más generalizado.

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Ley de Acuerdos Comerciales Recìprocos

La Ley de Acuerdos Comerciales Recíprocos de 1934 transfirió la autoridad para negociar acuerdos comerciales del Congreso al Presidente, permitiéndole reducir aranceles hasta en un 50%. Esto desplazó el equilibrio de poder hacia aranceles más bajos y preparó el escenario para una mayor liberalización del comercio. Sin embargo, su enfoque bilateral limitó los esfuerzos de liberalización, lo que llevó a Estados Unidos a reconocer la necesidad de un enfoque multilateral más generalizado.

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LEY DE ACUERDOS COMERCIALES RECÌPROCOS

El impacto combinado de las exportaciones estadounidenses durante la Gran


Depresión y de los aranceles extranjeros impuestos en represalia a la Ley Smoot-
Hawley produjo un vuelco en la política comercial estadounidense. En 1934 el
congreso aprobó la Ley de Acuerdo Comerciales Recíprocos, que revoluciono la
política comercial estadounidense al transferir la autoridad del congreso (que en
general favorecía a los productores nacionales globales al conformar una política
comercial). Esto desplazo el equilibrio de poder en favor de aranceles más bajos y
preparo el escenario para una ola de liberalización del comercio. Enfocada a la
reducción arancelaria, la ley contenía dos características: 1) Desplazamiento de la
facultad para la negociación y 2) Reducciones generalizadas.

Bajo esta ley el presidente recibió la autoridad sin precedentes de negociar


acuerdos bilaterales de reducción arancelaria con gobiernos extranjeros (por
ejemplo, entre Estados Unidos y Suecia); sin aprobación del congreso, el presidente
podía reducir los aranceles hasta 50 por ciento.

La Ley de Acuerdos Comerciales Recíprocos también contemplaba reducciones


arancelarias generalizadas a través de la cláusula de la nación más favorecida
(MFN, por sus siglas en ingles). Esta cláusula implica que los países no pueden
discriminar entre sus socios comerciales: si concedes a un país un arancel más bajo
para alguno de sus productos, debes aplicar el mismo arancel a todos los demás
países. En términos generales, la MFN significa que cada vez más que un país
reduce una barrera al comercio o abre un mercado, debe hacer lo
correspondiente para los mismos productos de todos sus socios comerciales, sean
ricos o pobres. En 1998, el gobierno estadounidense reemplazo el término “Nación
más favorecida” por Relaciones Comerciales Normales.

Aunque la Ley de Acuerdos Comerciales Recíprocos alteró la balanza política de


poder en pro de aranceles más bajos, su enfoque fragmentario y bilateral limito los
esfuerzos de liberalización del comercio en Estados Unidos. Estados Unidos
reconoció que, para liberalizar el comercio, se requería de un enfoque más
generalizado y fundado en una base multilateral.

Comercio sin discriminación

De acuerdo con el Acuerdo General de Comercio y Aranceles (GATT), un país


miembro no puede discriminar entre sus socios comerciales. Los dos pilares del
concepto de comercio sin discriminación son el principio de la MFN (relaciones
normales de comercio) y el principio del trato nacional.

De acuerdo con el principio de la MFN, si un miembro de la GATT concede un


arancel mas bajo a otro miembro para uno de sus productos, debe hacer lo mismo
para todos los otros miembros del GATT. La MFN por lo tanto, significa: “favorece
uno obliga a favorecer a todos”. Se admiten, sin embargo, algunas excepciones:
los países pueden celebrar un acuerdo de libre comercio cuyos beneficios se
aplicaran solo a artículos comercializados por el grupo que han suscrito tal
acuerdo, y así, se discrimina de cierto modo contra los artículos de los países que
han celebrado tal acuerdo; por otro lado, los países también pueden proporcionar
acceso especial a sus mercados ( aranceles bajos) a países en vías de desarrollo o,
finalmente, un país podría incrementar las barreras comerciales contra artículos de
cierto países que, se considera, se comercializan de manera injusta.

La Concesiones del estatus de MFN o la imposición de aranceles diferenciales se


han usado ampliamente como maniobras de política exterior. Una nación puede
castigar a naciones enemigas con altos aranceles de importación sobre sus
artículos y recompensa a naciones amigas con aranceles bajos.

El segundo principio detrás del comercio sin discriminación es el principio del traro
nacional bajo este principio, los miembros de GATT deben dar a los productos
importados y a los nacionales el mismo trato, una vez que los productos extranjeros
ya hayan ingresado al mercado nacional. De esta manera las regulaciones
naciones y los impuestos internos no deben estar sesgados en contra de los
productos extranjeros. Antes de que tales productos extranjeros ingresaran al
mercado nacional es posible que ya hayan sido sometidos a algún arancel.

Promoción del libre comercio

Otro objetivo del GATT era la promoción del libre comercio a través de su
participación en la resolución de las disputas comerciales. Históricamente, las
disputas comerciales habían sido un asunto estrictamente relacionado con las
partes en disputa; no se disponía de ningún tercero al que pudieran apelar para
obtener una solución favorable. Como resultado de ello, los conflictos quedaban
sin resolver durante años. Cuando se llegaba a una resolución, por lo general,
ganaba el país más fuerte a costa del país más débil. El GATT mejoro el proceso de
resolución de disputas al elaborar procedimientos de quejas y proporcionar al país
victimizado un grupo de conciliación con el objeto de que pudiera expresar sus
quejas. Sin embargo, el proceso del GATT para la resolución de disputas no
contemplaba la autoridad para la aplicación de las recomendaciones del grupo
de conciliación, una debilidad que de hecho inspiró, posteriormente, la creación
de la Organización Mundial de Comercio.

El GATT también obligo a sus miembros a utilizar aranceles en vez de cuotas para
proteger su industria nacional. El supuesto GATT fue que las cuotas distorsionaban
más que los aranceles porque permitían que el usuario discriminara entre los
proveedores, porque no eran predecibles ni transparentes para el exportador e
imponían un techo máximo en las importaciones. Aquí también se podían hacer
excepciones: las naciones participantes podían usar sus cuotas para salvaguardar
su balanza de pagos, promover el desarrollo económico y permitir la operación de
los programas de respaldo agrícola. Los acuerdos de restricción voluntaria a las
exportaciones, que utilizaban cuotas, también quedaban fuera de las restricciones
voluntarias del GATT, porque los acuerdos eran voluntarios.
Negociaciones multilaterales del comercio

Con la llegada del GATT, las negociaciones comerciales se llevaban a cabo de


manera multilateral y todos los países miembros del GATT participaban en las
negociaciones. El GATT fue evolucionando hasta incluir a casi todas las principales
naciones comerciantes, aunque algunas naciones no eran miembros. Por esta
última razón, la palabra “multilateral”, en vez de “global” o “mundial”, se empleaba
para referirse al sistema del GATT.

Organización Mundial de Comercio

La responsabilidades y obligaciones del GATT se convirtieron en el centro de la


OMC. Sin embargo, el acuerdo de la OMC requiere que sus miembros se adhieran
no solo a las reglas del GATT, sino también a la amplia gama de acuerdos
comerciales que han sido negociados bajo el auspicio del GATT en décadas
recientes. Esta resolución acabo con la ventaja que tenían muchos de los miembros
del GATT (en especial de los países en desarrollo) que se beneficiaban de los
nuevos acuerdos negociados por el GATT, pero se rehusaban a participar
directamente en ellos desde la década 1970. Hoy la OMC consiste de 159 países
que generan más de 97% del comercio mundial.

La OMC es una organización internacional con pleno derecho, con oficinas


centrales en ginebra, suiza; el Viejo GATT era básicamente un tratado provisional
que daba servicio mediante una secretaria adecuada a las funciones
correspondientes. La OMC tiene mucho más amplio alcance que el viejo GATT, al
llevar el sistema de comercio multilateral, por primera vez, al comercio en servicios,
la propiedad intelectual y la inversión. La OMC también administra un paquete
unificado de acuerdos con el que todos los miembros se comprometen; en
contraste el marco de trabajo del GATT incluía muchos acuerdos laterales cuya
afiliación estaba limitada a unas cuantas naciones. La OMC no es un gobierno; las
naciones individuales siguen siendo libres de establecer sus propios niveles de
protección ambiental, trabajo, salud y seguridad.

La OMC administra los muchos acuerdos contenidos, más acuerdos sobre


adquisiciones gubernamentales y sobre aeronaves civiles. Supervisa la
implementación de los recortes arancelarios y la reducción de las medidas no
arancelarias acordadas en las negociaciones. También vigila el comercio
internacional: examina regularmente los regímenes comerciales de sus miembros
individuales. A través de sus diversos órganos, los miembros evalúan y detectan
medidas propuestas o esbozadas por otros que pudieran causar conflictos
comerciales.

De acuerdo con los lineamientos de la OMC, cuando los miembros abren sus
mercados y eliminan las barreras comerciales, sus compromisos ante la OMC se
vuelven, como se dice legalmente, “vinculantes”. Por tanto, cuando reducen sus
aranceles a través de las negociaciones, se comprometen a reducir el arancel a
un nivel fijo negociado con sus socios comerciales más allá del cual los aranceles
no pueden ser aumentados. El compromiso de los aranceles en la OMC brinda una
base estable y reducible para el comercio, un principio fundamental de los
lineamientos operativos de la institución. Ahora bien, se contempla también
recursos para la renegociación de los aranceles determinados. Esto significa que
un país puede aumentar una arancel si recibe la aprobación de los demás países
y esta aprobación, por lo general, requiere, como compensación, la disminución
de algún otro arancel.

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