ME VAN A TENER QUE DISCULPAR
EDUARDO SACHERI
M e van a tener que disculpar. Yo sé que un hombre
que pretende ser una persona de bien debe com
portarse según ciertas normas, aceptar ciertos precep
tos, adecuar su modo de ser a determinadas estipula
ciones convenidas por todos. Seamos más explícitos. Si
uno quiere ser un tipo coherente, debe medir su con
ducta, y la de sus semejantes, con la misma e idéntica
vara. No puede hacer excepciones, pues de lo contra
rio bastardea su juicio ético, su conciencia crítica, su
criterio legítimo.
Uno no puede andar por la vida reprobando a sus
rivales y disculpando a sus amigos por el solo hecho de
serlo. Tampoco soy tan ingenuo como para suponer
que uno es capaz de sustraerse a sus afectos y a sus pa
siones, que uno tiene la idoneidad como para sacrificar
los en el altar de una imparcialidad impoluta. Digamos
que uno va por ahí intentando no apartarse demasiado
del camino debido, tratando de que los amores y los
odios no le trastoquen irremediablemente la lógica.
117
EDUARDO SACHERI Me VAN A TENER QUB DISCULPAR
Pero me van a tener que disculpar, señores. Hay un ci no tengo forma de pagárselo. O cal vez esta sea la pecu
po con el que no puedo. Y ojo que lo intento. Me digo: liar moneda que he encontrado para pagarle. Digamos
no puede haber excepciones, no debe haberlas. Y la que mi deuda halla sosiego en este hábito de evitar
disculpa que requiero de ustedes es todavía mayor, siempre cualquier eventual reproche.
porque el tipo del que hablo no es un benefactor de la Él no lo sabe, cuidado. Así que mi pago es absolu
humanidad ni un sanco varón ni un valiente guerrero tamente anónimo. Como anónima es la deuda que con
que ha consolidado la integridad de mi patria. No, na él conservo. Digamos que él no sabe que le debo, e ig
da de eso. El tipo tiene una actividad mucho menos nora los ingentes esfuerzos que yo hago una vez y otra
importante, mucho menos trascendente, mucho más por pagarle.
profana. Les voy adelantando que el cipo es un depor Por suerte o por desgracia, la oportunidad de ejer
tista. Imagínense, señores. Llevo escritas doscientas se citar este hábito se me presenta a menudo. Es que ha
senta y eres palabras hablando del criterio ético y sus blar de él, entre argentinos, es casi uno de nuestros de
limitaciones, y codo por un simple caballero que se ga portes nacionales. Para ensalzarlo hasta la estratosfera,
na la vida pateando una pelota. Ustedes podrán decir o para condenarlo a la parrilla perpetua de los infier
me que eso vuelve mi actitud todavía más reprobable. nos, los argentinos gustamos, al parecer, de convocar
Tal vez tengan razón. Tal vez por eso he iniciado escas su nombre y su memoria. Ahí es cuando yo trato de
líneas disculpándome. ponerme serio y distante, pero no lo logro. El tamaño
No obstante, y aunque tengo perfectamente claras de mi deuda se me impone. Y cuando me invitan a ha
esas cosas, no puedo cambiar mi actitud. Sigo siendo blar prefiero esquivar el bulto, cambiar de tema, ceder
incapaz de juzgarlo con la misma vara con la que juzgo mi turno en el ágora del café a la tardecita. No se trata
al resto de los seres humanos. Y ojo que no sólo no es tampoco de que yo me ubique en el bando de sus per
un pobre muchacho saturado de virtudes. Tiene mu petuos halagadores. Nada de eso. Evito canto los elo
chos defectos. Tiene cal vez cantos defectos como gios superlativos y rimbombantes como los dardos en
quien escribe escas líneas, o como el que más. Para el venenados y traicioneros. Además, con el tiempo he
caso es lo mismo. Pese a codo, señores, sigo sintiéndo visto a más de uno cambiar del bando de los inquisido
me incapaz de juzgarlo. Mi juicio crítico se detiene res al de los plañideros aplaudidores, y viceversa, sin
ante él, y lo dispensa. que se les mueva un pelo. Y ambos bandos me parecen
No es un capricho, cuidado. No es un simple anto absolutamente detestables, por cierto.
jo. Es algo un poco más profundo, si me permiten cali Por eso yo me quedo callado, o cambio de tema. Y
ficarlo de ese modo. Seré más explícito. Yo lo disculpo cuando a veces alguno de los muchachos no me lo per
porque siento que le debo algo. Le debo algo y sé que mite, porque me acorrala con una pregunta directa,
118 119
EDUARDO SACHERJ ME VAN A TENER QUE DISCULPAR
que cruza el aire llevando específicamente mi nombre, mezcla de la nación con el deporte, en este caso acepto
tomo aire, hago como que pienso, y digo alguna san todos los riesgos y las potenciales sanciones.
dez al estilo de "y, no sé, habrfa que pensarlo"; o tal vez Digamos que mi memoria es el salvoconducto pa
arriesgo un "vaya uno a saber, son tantas cosas para te ra volver el tiempo al lugar cristalino del cual no debió
ner en cuenta". Es que tengo demasiado pudor como moverse, porque era el exacto sitio en que merecía de
para explayarme del modo en que aquí lo hago. Y soy tenerse para siempre, por lo menos para el fútbol, para
incapaz de condenar a mis amigos al tórrido suplicio él y para mí. Porque la vida es así, a veces se combina
de escuchar mis argumentos y mis justificaciones. para alumbrar momentos como ese. Instantes después
Por empezar les tendría que decir que la culpa de todo - de los cuales nada vuelve a ser como era. Porque no
la tiene el tiempo. Sí, como lo escuchan, el tiempo. El puede. Porque todo ha cambiado demasiado. Porque
tiempo que se empeña en transcurrir, cuando a veces por la piel y por los ojos nos ha entrado algo de lo cual
debería permanecer detenido. El tiempo que nos hace nunca vamos a lograr desprendernos.
la guachada de romper los momentos perfectos, inma Esa mañana habrá sido como codas. El mediodía
culados, inolvidables, completos. Porque si el tiempo también. Y la carde arranca, en apariencia, como tantas
se quedase ahí, inmortalizando a los seres y a las cosas otras. Una pelota y veintidós cipos. Y otros millones de
en su punto justo, nos libraría de los desencantos, de cipos comiéndose los codos delante de la tele, en los
las corrupciones, de las infinitas traiciones tan propias puntos más distantes del planeta. Pero ojo, que esa tar
de nosotros los mortales. de es distinta. No es un partido. Mejor dicho: no es só
Y en realidad es por ese carácter tan defectuoso del lo un partido. Hay algo más. Hay mucha rabia, y mu
tiempo que yo me comporto como lo hago. Como un cho dolor, y mucha frustración acumuladas en todos
modo de subsanar, en mis modestos alcances, esas barba esos tipos que miran la tele. Son emociones que no na
ridades injustas que el tiempo nos hace. En cada oca cieron por el fútbol. Nacieron en otro lado. En un sitio
sión en la cual mencionan su nombre, en cada oportu mucho más terrible, mucho más hostil, mucho más
nidad en la cual me invitan al festín de adorarlo y irrevocable. Pero a nosotros, a los de acá, no nos cabe otra
denostarlo, yo me sustraigo a este presente absolutamen que contestar en una cancha, porque no tenemos otro si
te profano, y con la memoria que el ser humano conserva tio, porque somos pocos, porque estamos solos, porque
para los hechos esenciales me remonto a ese día, al día somos pobres. Pero ahí está la cancha, el fútbol, y son
inolvidable en que me vi obligado a sellar este pacto que, ellos o nosotros. Y si somos nosotros el dolor no va a
hasta hoy, he mantenido en secreto. Un pacto que puede desaparecer, ni la humillación ha de terminarse. Pero si
conducirme (lo sé), a que alguien me acuse de patriote son ellos. Ay, si son ellos. Si son ellos la humillación va a
ro. Y aunque yo sea de aquellos a quienes desagrada la ser todavía más grande, más dolorosa, más intolerable.
120 121
ME VAN A TENER QUE DISCULPAR
EDUARDO SACHERI
Vamos a tener que quedarnos mirándonos las caras, desparramarlos para siempre. Y los va liquidando
diciéndonos en silencio "te das cuenta, ni siquiera uno por uno, moviéndose al calor de una música que
aquí, ni siquiera esto se nos dio a nosotros". ellos, pobres giles, no entienden. No sienten la música,
Así que están ahí los tipos. Los once nuestros y los pero sí sienten un vago escozor, algo que les dice que se
once de ellos. Es fútbol, pero es mucho más que fútbol. les viene la noche. Y el tipo sigue adelante.
Porque cuatro años es muy poco tiempo como para Para que empiecen a no poder creerlo. Para que no
que te amaine el dolor y se te apacigüe la rabia. Por eso se lo olviden nunca. Para que allá lejos los tipos dejen
no es sólo fútbol. la cerveza y cualquier otra cosa que tengan en la mano.
Y con semejantes antecedentes de tarde borrascosa, Para que se queden con la boca abierta y la expresión
con semejante prólogo de tragedia, va este tipo y se cuelga de tontos, pensando que no, que no va a suceder, que
para siempre del cielo de los nuestros. Porque se planta alguno lo va a parar, que ese morochito vestido de azul
enfrente de los contrarios y los humilla. Porque los roba. y de argentino no va a entrar al área con la bola man
Porque delante de sus ojos los afana. Y aunque sea les sita a su merced, que alguien va a hacer algo antes
devuelve ese afano por el otro, por el más grande, por de que le amague al arquero y lo sortee por afuera, de
el infinitamente más enorme y ultrajante. Porque aun que algo va a pasar para poner en orden la historia
que nada cambie allá están ellos, en sus casas y en sus y que las cosas sean como Dios y la reina mandan, por
calles, en sus pubs, queriéndose comer las pantallas que en el fútbol tiene que ser como en la vida, donde
de pura rabia, de pura impotencia de que el tipo salga los que llevan las de ganar ganan, y los que llevan las de
corriendo mirando de reojito al árbitro, que se compra perder pierden. Se miran entre ellos y le piden al de al
el paquete y marca el medio. lado que los despierte de la pesadilla. Pero no hay caso,
Hasta ahí, eso solo ya es historia. Ya parece suficien porque ni siquiera cuando el tipo les regala una frac
te. Porque le robaste algo al que te afanó primero. Y aun ción de segundo más, cuando el tipo aminora el vérti
que lo que él te robó te duele más, vos te regodeás porque go para quedar de nuevo bien parado de zurdo, ni si
sabés que esto, igual, le duele. Pero hay más. Aunque uno quiera entonces van a evitar entrar en la historia
desde acá diga bueno, es suficiente, me doy por hecho, como los humillados, los once ingleses despatarrados
hay más. Porque el tipo además de piola es un artista. Es e incrédulos, los millones de ingleses mirando la tele sin
mucho más que los otros. querer creer lo que saben que es verdad para siempre,
Arranca desde el medio, desde su campo, para que porque ahí va la bola a morirse en la red para toda la
no queden dudas de que lo que está por hacer no lo ha eternidad, y el tipo va a abrazarse con todos y a levan
hecho nadie. Y aunque va de azul, va con la bandera. tar los ojos al cielo. Y no sé si él lo sabe, pero hace tan
La lleva en una mano, aunque nadie la vea. Empieza a bien en mirar al cielo.
122 123
EDUARDO SACHERJ
Porque el afano estaba bien, pero era poco. Porque
el afano de ellos era demasiado grande. Así que faltaba
humillarlos por las buenas. Inmortalizarlos para cada
ocasión en que ese gol volviese a verse una vez y otra EDUARDO SACHERI
vez y para siempre, en cada rincón del mundo. Ellos
volviendo a verse una y mil veces hasta el cansancio en
las repeticiones incrédulas. Ellos pasmados, ellos lle
gando tarde al cruce, ellos viéndolo todo desde el pi Nació en Buenos Aires en 1967. Es profesor y li
so, ellos hundiéndose definitivamente en la derrota, cenciado en Historia, ejerce la docencia universitaria y
en la derrota pequeña y futbolera y absoluta y eterna secundaria. Publicó los libros de relatos Esperándolo a
e inolvidable. Tito y otros cuentos defútbol (2000), Te conozco1 Mendizábal
Así que señores, lo lamento. Pero no me jodan con y otros cuentos (2001), Lo raro empezó después. Cuentos de
que lo mida con la misma vara con la que se supone fútbol y otros relatos (2004), Un viejo que se pone de pie y
debo juzgar a los demás mortales. Porque yo le debo otros cuentos (2007), y, en Alfaguara, las novelas Aráozy
esos dos goles a Inglaterra. Y el único modo que tengo la verdad (2008), La pregunta de sus ojos (2009), Papeles
de agradecérselo es dejarlo en paz con sus cosas. Por inesperados (2011) y Los dueños del mundo (2012).
que, ya que el tiempo cometió la estupidez de seguir Colabora en diarios y revistas nacionales e inter
transcurriendo, ya que optó por acumular un montón nacionales. Su novela La pregunta de sus ojos fue llevada al
de presentes vulgares encima de ese presente perfecto, cine porJuan José Campanella, con el nombre El secreto de
al menos yo debo tener la honestidad de recordarlo sus ojos, filme que se convirtió en una de las películas más
para toda la vida. Yo conservo el deber de la memoria. exitosas de la historia del cine argentino, fue distinguido
con numerosos premios -entre los que se destaca el Os
En Los mejores cuentos de fútbol, ear a la Mejor Película Extranjera (2010)- y cuyo guión
Buenos Aires, Galerna, 2009. estuvo a cargo de Sacheri y de Campanella.
Aráozy la verdad fue adaptada al teatro por Gabriela
Izcovich y protagonizada por Luis Brandoni y Diego Peretti.
Sus narraciones han sido publicadas en medios
gráficos de la Argentina, Colombia y España, e inclui
das por el Ministerio de Educación de la Nación en
sus campañas de estímulo de la lectura. Su obra ha
sido traducida a más de veinte idiomas.
124 125