LLANTO Y RISA.
César Ramírez Hernández 2010-0525
Tema 1
ORIGEN Y SURGIMIENTO DEL TEATRO DESDE LA ANTIGÜEDAD
HASTA NUESTROS DÍAS
EL TEATRO:
El teatro es un género literario creado para ser representado. Es el arte de componer obras
dramáticas. Las artes escénicas tratan todo lo relativo a la escritura, la interpretación, la
producción, los vestuarios y los escenarios. Drama tiene origen griego y significa "hacer", y se
asocia a la idea de acción. Se entiende por drama la historia que narra los acontecimientos de
unos personajes.
Tiene su origen en las danzas realizadas por el hombre primitivo alrededor del fuego. Estas
escenas tuvieron repercusión en China, Japón e India. En la coronación de los faraones se hacían
representaciones teatrales simbólicas. En Grecia nació el edificio público destinado a la
representación.
El teatro se ha utilizado como complemento de celebraciones religiosas, como medio para
divulgar ideas políticas, para difundir propaganda, como entretenimiento y como arte. También
se conoce como teatro el edificio donde se representan las obras dramáticas.
GRECIA
ORIGEN Y SURGIMIENTO DEL TEATRO:
El teatro nació en Atenas, Grecia, entre los siglos V y VI Antes de Cristo. Los atenienses
celebraban los ritos en honor a Dionisio, dios del vino y de la vegetación. Estas primitivas
ceremonias rituales acaban evolucionando hacia el teatro, constituyendo uno de los principales
logros culturales de los griegos. Cada una de las ciudades y colonias contó con un teatro.
El primer teatro construido fue dedicado a Dionisio. Se dividía en tres partes la orquesta, el lugar
para los espectadores y la escena. Los primeros teatros griegos constaban de dos formas: un
espacio circular donde se alzaba la estatua de Dionisio y el hemiciclo para los espectadores. Se
accedía a través de dos callejones. Las gradas tenían forma de semicírculo.
Los romanos adoptaron la forma y la disposición de los teatros griegos pero construyeron gradas
en los lugares donde no existían colinas.
TEATRO GRIEGO
Las formas teatrales del drama griego eran la tragedia, el drama satírico, la comedia y el mimo.
Las dos primeras estaban consideradas las más civilizadas, mientras que las dos últimas se
asociaban con lo primitivo.
Los actores iban vestidos con la ropa al uso pero portaban máscaras que permitían la visibilidad
y ayudaban al espectador a reconocer la característica del personaje.
LA TRAGEDIA
La tragedia es una representación dramática capaz de conmover y causar pena, que tiene
un desenlace funesto. Destacaron los escritores esquilo, sófocles y eurípides.
Aquí se presentan algunas características de la tragedia:
a) Las obras son solemnes, escritas en verso y estructuradas en escenas.
b) Las historias están basadas en mitos o antiguos relatos.
c) Eran obras de poca acción.
Aristóteles decía que la tragedia debe estar lo más que se pueda bajo un mismo periodo
de sol o excederlo un poco. En poco más de un siglo los griegos crearon dramas y
comedias que aún interesan y conmueven.
Esquilo ha sido llamado el padre del drama griego porque contribuyó a que las
representaciones teatrales se transformaran en espectáculos. Sus obras más conocidas son
Prometeo encadenado y Antígona.
Sófocles era instruido, amable y tolerante y gozó de gran simpatía y popularidad. Sus
principales obras Antígona y Edipo Rey se siguen llevando a escena.
Eurípides tenía fama de huraño. Sus principales obras son Electra y Orestes, Efigenia en
Aulida y Efigenia en Taurida.
Los grandes trágicos griegos establecieron las características del teatro que se ha
convertido en el género literario que todos conocemos.
LA COMEDIA:
La comedia se desarrolló hacia la mitad del siglo V Antes de Cristo. Las comedias más
antiguas que se conservan son las de aristófanes. Tienen una estructura muy cuidada
derivada de los antiguos ritos de fertilidad. Su comicidad consistía en una mezcla de
ataques satíricos a personalidades públicas. Para el siglo IV Antes de Cristo, la comedia
había sustituido a la tragedia como forma dominante.
Luego apareció un tipo de comedia local, llamada "nueva". En las obras de menandro, el
gran autor de comedias nuevas, la trama gira alrededor de una complicación o situación
que tiene que ver con amor, dinero, problemas familiares y similares.
LOS PRECURSORES DEL TEATRO
Tespis inicia su andadura
Se considera a Tespis como el padre del teatro. Tespis viajaba en un carro donde montaba
su teatro y representaba obras con temas diferentes al culto de Dionisio. Su innovación
principal consiste en añadir un personaje que dialogaba y este fue el protagonista.
Esquilo: el creador de la tragedia
Sófocles: el dolor y la soledad del ser humano
Eurípides: el filósofo de la escena
La comedia de Aristófanes: utopía y realidad
Menandro: la nueva comedia de caracteres
LAS PARTES DE UN TEATRO GRIEGO CLÁSICO SON LAS
SIGUIENTES:
ORCHESTRA
Del griego «orcheisthai», bailar.
Espacio circular o mayor de un semicírculo de tierra lisa y compacta, situado al aire libre,
donde el coro bailaba y cantaba.
Los miembros del coro entraban en la «orchestra» por unos pasillos denominados
«parodoi» (plural de «párodos»).
SKENÉ
Zona de forma rectangular alargada y estrecha con el lado mayor de cara al público
situada detrás de la «orchestra» y elevada tres metros por encima de la misma mediante
una plataforma de tablas sostenida por una columnata.
En la parte posterior se ubicaba una construcción de madera que servía a la vez de
decorado, de bastidores y de camerinos para los actores.
La parte anterior de la «skené» más cercana a los espectadores se denomina «proskenion»
(delante de la escena) y era el lugar donde los actores realizaban la representación.
La «skené» podía adornarse con estatuas y columnas donde se fijaban los decorados
(«pinakes»). También podía disponer de complejos recursos escénicos como pantallas
giratorias («periaktos») para cambiar de decorado, plataformas móviles («ekkyklema»)
para trasladar personas por la escena, grúas («theologheion») que bajaban dioses o
personajes relacionados con el Olimpo y escaleras subterráneas por las que aparecían los
dioses o héroes que procedían del Hades.
KOILON
«Koilon» o graderío significa «lugar desde donde se contempla».
Es el espacio de forma semicircular reservado para el público. Siempre se utilizaba la
falda de una colina que se acondicionaba con asientos de madera o de piedra. El graderío
se dividía en sectores («kerkís»).
Para facilitar el paso del público existían uno o dos pasillos semicirculares («diazoma») y
escaleras.
Los asientos de la primera fila reservaban para las autoridades y sacerdotes de Dionisos,
se construían con mármol y se decoraban con inscripciones.
Un pequeño muro denominado «balteus» separaba las gradas de la orchestra
ROMA
TEATRO ROMANO:
El teatro romano no se desarrolló hasta el siglo III Antes de Cristo. Al principio se
asociaba con festivales religiosos, pero la naturaleza espiritual se perdió pronto. Al
incrementarse el número de festivales, el teatro se convirtió en un entretenimiento. No es
de extrañar que la forma más popular fuera la comedia. El periodo de creación dramática
romano empezó en el siglo II Antes de Cristo, y estuvo dominado por las comedias de
plauto y terencio, que eran adaptaciones de la comedia nueva griega. Las obras se
basaban en una intriga de carácter local.
Este primer período se denomina clásico, porque comprende el teatro de las
civilizaciones clásicas, Grecia y Roma, y las obras están escritas en griego o latín.
Alrededor del final del siglo II Después de Cristo, el teatro literario entra en declive y es
sustituido por otros espectáculos y entretenimientos más populares. La Iglesia cristiana
atacó el teatro romano y contribuyó al declive del teatro así como a considerar a las
personas que participaban en él como inmorales. Con la caída del Imperio romano en el
476 Después de Cristo, el teatro clásico decayó en Occidente y no resurgió hasta 500
años más tarde. Sólo los artistas populares, conocidos como juglares y trovadores,
sobrevivieron y proporcionaron un nexo de continuidad.
TEATRO ESPAÑOL DEL SIGLO DE ORO:
El siglo XVII fue el Siglo de Oro del teatro en España. Este Acota uno de los periodos
más fértiles de la dramaturgia universal, si bien la propia forma de denominar esta época
ha sido conflictiva de unos países a otros.
Se crean las primeras salas teatrales llamadas corrales de comedias, que eran gestionadas
por las hermandades, verdaderos precedentes del empresario teatral moderno. Van a
proliferar los autores, las obras y las compañías. El teatro deja de ser un acontecimiento
restringido para convertirse en un producto competitivo, sujeto a las leyes de la oferta y la
demanda. Un interesante debate teórico acompaña el nacimiento y desarrollo de esta
forma nueva de entender el teatro. Dos autores de la época nos sirven para ilustrar el
sentido y la evolución de este debate y del arte teatral: cervantes y lope de vega, pero
también debemos de citar a calderón de la barca y tirso de molina.
Lope de Vega dio forma definitiva a la comedia española convirtiéndola en género
nacional. Escribió cerca de 2000 obras que Menéndez Pelayo clasificó en religiosas,
mitológicas, legendarias, pastoriles, caballerescas, novelescas, de costumbres y enredos.
Sus principales obras son El mejor alcalde el rey, Peribañez y el Comendador de Ocaña,
Fuenteovejuna o Porfiriar hasta morir.
Miguel de Cervantes legó una obra fecundísima entre las que podemos destacar La dama
boba, El caballero de Olmedo, La niña de plata y El castigo sin venganza.
Calderón de la Barca llevó a la perfección la técnica de la escena y se teatro barroco llegó
a representarse ante la corte. Sus obras más conocidas son El alcalde de Zalamea, La vida
es sueño, El mayor monstruo, Los celos, El príncipe constante y El mágico prodigioso.
Tirso de Molina es el creador del tipo de Don Juan en El burlador de Sevilla. Otras obras
suyas son El vergonzoso en palacio, Don Gil de las calzas verdes y El condenado por
desconfiado.
TEATRO MEDIEVAL:
El teatro español, al igual que el europeo, surge vinculado al culto religioso. La misa, es
en sí misma un drama, una representación de la muerte y resurrección de Cristo. Serán
los clérigos los que creen los primeros diálogos teatrales: los tropos, con los que
escenificaban algunos episodios relevantes de la Biblia. Estas representaciones, se fueron
haciendo más largas y espectaculares dando lugar a un tipo de teatro religioso que fue el
teatro medieval por excelencia. Poco a poco se fueron añadiendo elementos profanos y
cómicos a este tipo de representaciones que, por razones de decoro, terminaron por
abandonar las iglesias y comenzaron a realizarse en lugares públicos.
TEATRO MEDIEVAL PROFANO:
En el siglo XIV, el teatro se emancipó del drama litúrgico para representarse fuera de las
iglesias y evolucionó en ciclos que podían contar con hasta 40 dramas. Algunos
estudiosos creen que los ciclos surgieron de forma independiente. Eran producidos por
toda una comunidad cada cuatro o cinco años. Las representaciones podían durar de dos
días a un mes.
Como los intérpretes eran aficionados y analfabetos, las obras se escribían en forma de
copla de fácil memorización.
COMEDIA DEL ARTE:
Mientras la elite se entretenía con el teatro y el espectáculo de estilo clasicista, el público
en general se divertía con la commedia dell'arte, un teatro popular y vibrante basado en la
improvisación.
TEATRO ISABELINO INGLÉS Y DE LA RESTAURACIÓN:
El teatro renacentista inglés se desarrolló durante el reinado de Isabel I a finales del siglo
XVI. En aquel tiempo, se escribían tragedias academicistas de carácter neoclásico que se
representaban en las universidades. La mayoría de los poetas isabelinos tendían a ignorar
el neoclasicismo o, lo usaban de forma selectiva. A diferencia del teatro continental, el
teatro inglés se basó en formas populares, en el vital teatro medieval, y en las exigencias
del público en general.
Las obras se representaban durante los meses más cálidos en teatros circulares y al aire
libre.
Bajo la influencia del clima de cambio político y económico en la Inglaterra del
momento, así como de la evolución de la lengua, dramaturgos como Thomas Kyd, Ben
Jonson y Christopher Marlowe dieron lugar al nacimiento de un teatro dinámico, épico y
sin cortapisas que culminó en el variado y complejo trabajo del más grande genio del
teatro inglés, WILLIAM SHAKESPEARE.
Christopher Marlowe se hizo famoso por las obras El judío de Malta y El doctor Fausto.
Ben Johnson destaca por Volpone o el zorro.
Obras de William Shakespeare como Hamlet, Macbeth, Romeo y Julieta, Julio César, El
rey Lear, Otelo o El sueño de una noche de verano, se siguen representando con la misma
viveza que cuando fueron escritas.
DESARROLLO DEL TEATRO FRANCÉS:
A finales del siglo XVI era popular en Francia un tipo de comedia similar a la farsa. Este
fenómeno dificultó el establecimiento del drama renacentista. En aquel tiempo no
existían en París edificios dedicados al teatro, utilizándose recintos destinados al juego de
pelota. La influencia italiana en Francia llevó a popularizar representaciones que fueron
denominados ballets.
Moliére está considerado como el gran dramaturgo francés. Sus farsas y comedias de
costumbres reciben en su mayoría una influencia directa de la commedia dell’arte, pero
van más allá de su objetivo específico y pueden considerarse como observaciones sobre
las limitaciones y errores del género humano. Muchas de sus obras están imbuidas de una
cierta amargura.
Sus principales obras son El tartufo, El avaro, El enfermo imaginario y Las preciosas
ridículas.
Moliére fue también un actor cómico de excepción en su tiempo, y trabajó con el objetivo
de alterar el estilo histriónico y ampuloso que entonces dominaba la escena francesa.
FEDERICO GARCÍA LORCA
(Fuente Vaqueros, España, 1898 - 1936) Poeta y dramaturgo español. En el transcurso de
la «Edad de Plata» (1900-1936), la literatura española recuperó aquel dinamismo
innovador que parecía perdido desde su Siglo de Oro; tal periodo tuvo su culminación en
la obra poética de la Generación del 27, así llamada por el rebelde homenaje que sus
miembros rindieron a luís de congora con motivo de su tercer centenario.
Los primeros años de la infancia del poeta transcurrieron en el ambiente rural de su
pequeño pueblo granadino. Delicado, angelical incluso, fue criado entre algodones por
una madre hospitalaria, la maestra Vicenta Lorca, y un padre comprensivo, el hacendado
Federico García. Su primitiva vocación fue la música y estudió guitarra y piano. Cursó el
bachillerato primero en Almería y luego, tras una enfermedad, en Granada. Continuó sus
estudios superiores en la Universidad de Granada: estudió filosofía y letras y se licenció
en derecho. En la universidad hizo amistad con el prestigioso compositor Manuel de
Falla, quien ejerció una gran influencia en él, transmitiéndole su amor por el folclore y lo
popular. Por entonces era ya el contertulio más brillante de El Rinconcillo, el café de la
Alameda de la ciudad. En febrero de 1917 apareció su primera composición literaria en el
Boletín del Centro Artístico de Granada; se titulaba Fantasía simbólica.
En 1919 se instaló en la Residencia de Estudiantes de Madrid, donde conoció a autores ya
consagrados como Juan Ramón Jiménez, y trabó amistad con poetas de su generación y
artistas como el pintor catalán Salvador Dalí y el futuro cineasta Luis Buñul. Con el
primero compartía una singular habilidad para el dibujo, y con el segundo una afición al
cine que lo llevó a escribir algunas escenas imaginarias teniendo como protagonista
a Buster Keaton, cómico que en España era conocido como Pamplinas. En este ambiente
de ebullición cultural brillaría pronto el magnetismo de la arrolladora personalidad de
Federico García Lorca, cuya perenne simpatía y vitalidad encubría un íntimo malestar
que sólo su obra dejaría entrever.
En su formación influyó un excepcional profesor de historia del arte, Martín Domínguez
Berrueta, que organizaba con sus alumnos viajes de estudios. En el curso de una de estas
excursiones, García Lorca conoció en Baeza al poeta más notorio de la generación
anterior a la suya, Antonio Machado, que acudía cotidianamente a su humilde trabajo de
profesor de francés en el instituto de aquella localidad andaluza. De estos viajes, y de
otros que organizó él mismo con sus compañeros a imitación de los de su maestro, salió
su primer libro, Impresiones y paisajes (1918), en el que se encuentran ecos
machadianos.
Sus polifacéticos intereses lo llevaron a dedicarse con pasión no sólo a la poesía, sino
también a la música y al dibujo, y empezó a interesarse por el teatro. En 1920 estrenó en
el Teatro Eslava de Madrid su drama El maleficio de la mariposa, una caprichosa
dramatización de los trastornos que produce el amor en una pacífica comunidad de
insectos; aunque el estreno fue un fracaso, su producción teatral acabaría siendo tan
aclamada como su poesía.
Sus obras más destacadas son:
Mariana Pineda.
Doña Rosita la soltera.
La zapatera prodigiosa.
Bodas de sangre.
Yerma y La Casa de Bernarda Alba.
TEATRO DOMINICANO:
El teatro dominicano surge formalmente con los llamados escritores de la independencia,
cuya producción abarca la segunda mitad del siglo XIX Sin embargo, des-de el siglo XVI
hubo representaciones teatrales en La Española. Las crónicas de Bartolomé de las Casas y
de Gonzalo Fernández de Oviedo, así como las historias literarias nacionales dan cuenta
de la representación de un entremés del sacerdote nativo Cristóbal de Llerena titulado
“Octava de Corpus Cristo”, escenificado el domingo de adviento de 1511 por un grupo de
sus alumnos. El contenido satírico y la censura de dicho entremés a las autoridades
españolas establecidas en Santo Domingo por el mal trato que éstos les dispensaban a los
indígenas, motivaron la expulsión de Llerena del país.
Las devastaciones de gran parte del territorio quisqueyano ejecutadas por Antonio de
Osorio entre 1605 y 1606, la división de Santo Domingo entre Haití y la República
Dominicana mediante el tratado de Riswick en 1697, y casi un siglo después la cesión de
la Isla a Francia mediante el tratado de Basilea de 1795 redujeron considerablemente la
producción literaria de los siglos XVII y XVIII, particularmente la teatral. Entre 1616 y
1618 vivió en Santo Domingo el destacado dramaturgo español Tirso de Molina, a quien
la mayoría de los historiadores de la cultura dominicana han atribuido erróneamente
grandes aportes a las letras dominicanas. Sin embargo, ningunas de sus piezas dramáticas
fueron escritas en ni representadas en Santo Domingo.
Su estadía en la isla se limitó a la organización del Convento de las Mercedes, establecido
en la Isla en 1514, y a escasas participaciones en juegos florales de la época. Algunos de
sus poemas apenas aluden situaciones dominicanas. Durante los siglos XVII y XVIII
prevaleció la representación de obras españolas de orientación religiosa protagonizada
por estudiantes del Seminario Conciliar. Las iglesias fungieron como teatros, pero la
incorporación de elementos paganos en dichas escenificaciones disgustó a las autoridades
eclesiásticas quienes, bajo el pretexto de preservar la moral cristiana, promulgaron
células reales, como la dictada por Francisco Segura Sandoval en 1680, que prohibían la
escenificación de comedias por la noche.
El panorama de la primera mitad del XIX no es más halagüeño que el de los siglos
anteriores. La inestabilidad política, fruto de la invasión haitiana de 1822-1884 y del
movimiento emancipador dominicano de 1844, práctica-mente sepultó las actividades
culturales y las representaciones teatrales durante ese medio siglo.
Los patriotas que motivados por Juan Pablo Duarte y sus compañeros de lucha vieron en
las actividades teatrales la vía para más idónea para fortalecer la causa liberadora del
pueblo dominicano, escenificaron obras escritas por autores extranjeros. No es sino a
partir del movimiento Restaurador de 1863, encabezado por Santiago Rodríguez y
reforzado en la zona del Cibao por Gregorio Luperón, cuando el teatro criollo toma
impulso.
El iniciador del teatro criollo fue Félix María del Monte (1819-1899). Se destacó
como poeta, dramaturgo y patriota. Escribió las letras del primer himno nacional
dominicano, estuvo afiliado a la sociedad secreta La Trinitaria y combatió en la gesta
independentista de la Puerta del Conde, el 27 de febrero de 1844. Sus obras teatrales más
divulgadas y representadas son Duvergé o las víctimas del 11 de abril, El mendigo de la
catedral de León, El vals de Strauss, El premio de los pichones y El último abencerraje.
Del Monte figura también entre los primeros dramaturgos criollos que incorporó el tema
del indígena quisqueyano a la literatura nacional con su obra Ozema o la joven indiana.
Pero su interpretación del indígena, a quien idealiza sin distanciarlo de las garras del
invasor español, contradice su práctica política liberal. Sus personajes indígenas rechazan
su origen social y admiran, anonadados, la belleza física y el desarrollo tecnológico de los
españoles. Es decir, no ven al opresor como a un verdugo, sino como a un enviado de
Dios en misión redentora. A esa tendencia, conocida como indianista, se sumaron
escritores importantes de entonces como Javier Angulo Guridi, autor del drama histórico
Iguaniona (1867), José Joaquín Pérez, cuyo poemario Fantasías indígena (1877)
representa la cima de dicha tendencia y Salomé Ureña, quien publicó su extenso poema
dramático Anacaona en 1880.
Aunque generalmente ignorado por los estudiosos del teatro dominicano, Ulises
Heureaux (1870-1938), hijo del dictador dominicano del mismo nombre, fue el
dramaturgo más prolífico y habilidoso de su época y el mejor conocedor de los recursos
y las técnicas teatrales. Muchas de sus obras, entre ellas El grito de 1844, De director a
ministro y La muerte de Anacaona contienen un alto sentido patriótico. También es autor
de la comedia El jefe, la fuga de Clarita. Otras dos obras patrióticas, con las que cierra el
periodo que antecede a la llegada de Trujillo al poder, son Los Yankis en Santo Domingo
y Una fiesta en el Castine, ambas de Rafael Damirón.
Pese a la creación de la Escuela de Arte Nacional, hoy Escuela Nacional de Bellas Artes,
en 1946, durante los 31 años de la dictadura trujillista la producción teatral dominicana
fue exigua. Del reducido grupo dramaturgos de esas tres décadas brilla Franklin
Domínguez, ganador en siete ocasiones del Premio Nacional de Teatro otorgado por
la Secretaría de Estado de Educación y Cultura. Domínguez es autor de más de 50 piezas,
pero el grueso de su producción está concebido con una visión muy enraizada dentro de
las técnicas y normas del teatro tradicional.
TEATRO DEL SIGLO XVIII:
El teatro del siglo XVIII era en gran parte de Europa, un teatro de actores. Estaba
dominado por intérpretes para quienes se escribían obras ajustadas a su estilo Estos
actores adaptaban clásicos para complacer sus gustos y adecuar las obras a sus
características.
Las obras de Shakespeare eran alteradas hasta no poder ser reconocidas no sólo para
complacer a los actores sino, también, para ajustarse a los ideales neoclásicos.
Destacamos a Goethe y Schiller los más importantes representantes del teatro alemán.
Goethe destaca por Las penas del joven Werhter. Goetz van Berlichingen, Egmont,
Wilheim Meister y Fausto.
Schiller escribió dramas clásicos de la cultura alemana como Los bandidos, Don Carlos,
Guillermo Tell y Wallestein.
TEATRO DEL SIGLO XIX:
A lo largo del siglo XVIII ciertas ideas filosóficas fueron tomando forma y finalmente
acabaron fusionándose y cuajando a principios del siglo XIX, en un movimiento llamado
romanticismo.
Uno de los principales renovadores del teatro en este siglo es el noruego Henrik Ibsen,
fundador del teatro de ideas en oposición al teatro, de acción propiamente dicha. Analiza
en sus obras las relaciones sociales y humanas del siglo XIX.
Destacamos entre sus obras Casa de muñecas, Espectros, Hedda, Gabler y Peer Gynt.
TEATRO DEL SIGLO XX:
Desde el renacimiento en adelante, el teatro parece haberse esforzado en pos de un
realismo total, o al menos en la ilusión de la realidad. Una vez alcanzado ese objetivo a
finales del siglo XIX, una reacción antirrealista en diversos niveles irrumpió en el mundo
de la escena.
En el siglo XX el teatro toma un impulso renovador. Las ideas naturalistas, simbólicas,
realistas, impresionistas y neorrománticas, han sumado su influencia a la del cine.
En los comienzos de siglo destacamos en España a Jacinto Benavente y Ramón María del
Valle Inclán.
La producción de Jacinto Benavente alcanzó las 130 obras. Destacamos La noche del
sábado, gente conocida, Campo de arnillo, Rosas de otoño, Pepa Doncell. Recibió el
premio Nobel de Literatura en 1922.
Ramón María del Valle Inclán se sitúa en la corriente modernista e impone lirismo a su
prosa. Se caracteriza por la suntuosidad de su estilo. Sus principales obras son Águila de
blasón, Romance de lobos, Cara de plata, Divinas palabras y Luces de Bohemia.
Federico García Lorca destaca por el lenguaje lleno de metáforas y por inusitadas figura
renovadoras. Se nutre de lo más genuino y popular de la tierra española. Sus obras más
destacadas son Mariana Pineda, Doña Rosita la soltera, La zapatera prodigiosa, Bodas de
sangre, Yerma y La Casa de Bernarda Alba.