El Reino Revelado
Pastor y maestro
Osvaldo Rebolleda
1
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quién los ofrece con la generosidad que lo caracteriza a todos aquellos
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No se permite la reproducción parcial o total, la transformación de
este libro, en cualquier forma o por cualquier medio, sin al menos
mencionar la fuente, como una forma de honrar el trabajo y la
dedicación que dio vida a este material.
Se permite leer y compartir este libro con todos los que más pueda y
tomar todo concepto que le sea de bendición.
Edición general: Fuente de Vida
Revisión literaria: Virginia Borget
Diseño de portada: EGEAD
Todas las citas Bíblicas fueron tomadas de la Biblia versión Reina
Valera, salvo que se indique otra versión.
2
CONTENIDO
Introducción……………………….………………...5
Capítulo uno:
Los reinos en la tierra…………………………………..11
Capítulo dos:
Religión o reino………………….....................................24
Capítulo tres:
El evangelio del reino……………………………….…..37
Capítulo cuatro:
La predicación del reino…….………..….......................53
Capítulo cinco:
Las parábolas del reino………..……………………….67
Capítulo seis:
La colonización del reino………………….....................85
Capítulo siete:
El reino de los hijos…………..…………….………….100
Capítulo ocho:
Las llaves del reino……….….………...........................119
3
Capítulo nueve:
Los hechos del reino…………………………...............139
Reconocimientos…………………………………….…155
Sobre el autor………………………………………….156
“El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha
acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio”
Marcos 1:15
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Introducción
Además de los reinos naturales de este mundo hay dos
reinos espirituales que realmente existen. Cada persona
viviente es un residente de uno de estos dos reinos: El reino
de las tinieblas o el Reino de Dios. Este libro estará enfocado
en el Reino del Señor, pero deseo dejar en claro mi postura
respecto de las tinieblas, porque últimamente he escuchado
enseñanzas que descalifican totalmente a Satanás, al grado de
rechazar la posibilidad de que tenga un reino, pero eso es
ignorar las Escrituras.
La Biblia dice que "el mundo entero está bajo el
control del maligno" (1 Juan 5:19), y nosotros debemos "ser
sobrios, y velar; porque nuestro adversario el diablo, como
león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar" (1
Pedro 5:8). Pablo mismo dijo que no teníamos lucha contra
sangre y carne, sino contra principados, contra potestades,
contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra
huestes espirituales de maldad en las regiones celestes
(Efesios 6:12) y eso suena a un gobierno organizado.
Jesús también, cuando fue cuestionado por su poder
para liberar personas dijo: “Todo reino dividido contra sí
mismo es asolado; y una casa dividida contra sí misma, se
derrumba. Y si también Satanás está dividido contra sí
5
mismo, ¿cómo permanecerá en pie su reino?” (Lucas
11:18)
Ignorar que Satanás tiene un gobierno organizado
puede ser fatal, es verdad que Jesucristo lo venció en la cruz
del Calvario y nosotros con Él somos más que vencedores,
pero cuando trabajamos en medio de una generación como
la de nuestros días, no podemos ignorar las maquinaciones
de Satanás (2 Corintios 2:11) si lo hacemos, no tendremos
la capacidad de manifestar con plenitud el poderoso Reino de
Dios.
Los cristianos tenemos una gran esperanza, porque
Jesucristo (Juan 16:33) y nuestra fe en él (1 Juan 5:4) han
vencido la maldad de Satanás. Mayor es el que está en
nosotros, que el que está en el mundo (1 Juan 4:4) Y eso
debe quedarnos claro. Sin embargo el descuido o la mala
enseñanza, pueden impedir, como lo han hecho durante años,
el verdadero avance del Reino.
En este libro procuro profundizar en el gran tema del
Reino de Dios y para ello analizar los reinos espirituales
existentes, sus gobernantes, sus ciudadanos, su cultura, etc.
Pretendo proveer las llaves espirituales para ganar el acceso
al Reino de Dios y sus tesoros, advirtiendo también de los
perjuicios que produce la expulsión de dicho Reino y la
incursión en las tinieblas.
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Pretendo examinar el pasado, el presente y el futuro de
este Reino, de explicar las parábolas y enfatizar sus patrones
y principios de vida.
¿Por qué considero este libro sobre Reino de tanta
importancia? Bueno, porque hace años que trabajo
comunicando la necesidad de volver a los diseños del Padre,
a los diseños predicados por la iglesia del primer siglo. Es por
esa causa también, que deseo enfocarme en enseñar sobre el
evangelio del Reino, hasta el último día de mi vida. Jesús dijo
a Sus seguidores:
“Y este evangelio del reino será predicado en todo
el mundo para testimonio a todas las razas,
y luego vendrá el fin”
San Mateo 24:14
Antes de que Jesús retorne para manifestar con
plenitud absoluta Su Reino en su forma final, el Evangelio
del Reino debe extenderse a lo largo de las naciones del
mundo, en boca de todos sus ministros. Esta debe ser la
asignación primaria que nos consuma.
Para lo cual considero clave que todos los hijos del
Reino podamos entender qué significa y cómo funciona el
Reino. Su magnitud y su actualidad, porque antes de que los
portadores de las buenas nuevas podamos hacernos
guardianes de las llaves del Reino, debemos primero
experimentar ese Reino en nuestra propia vida.
7
En el pasado, se hizo mucho énfasis en el evangelio de
la salvación, el conseguir la vida eterna a través de creer en
Jesucristo como Señor y salvador y ser librados de la
condenación eterna al infierno. Este era el principio y el final
de la fe. Eso generó una clara inclinación de esperar el fin,
más que de trabajar en el presente, porque los únicos
objetivos estaban en el más allá.
El guardarse de toda contaminación del mundo, el
saber que los tesoros, las riquezas y los deseos debían
postergarse al más allá, el esperar la venida de Cristo y el
morir eran toda la ganancia. Mientras que el vivir era
resignarse a la negación de todo placer, de todo deseo y de
todo proyecto mundano, vivir debía volverse el sacrificio,
una abnegación total y una espera resignada de las cosas por
venir. Todo eso está bien, pero solo en parte y la parte de una
verdad, puede convertirse en las bases de una mentira total,
de hecho en la cultura del Reino, una media verdad sin dudas
es, una mentira total.
Por supuesto que se han encontrado versículos para
todo esto y está bien, los versículos están, pero deben ser
interpretados como todo lo espiritual. Algunas de estas cosas
que mencioné son correctas, pero debe encontrarse el
equilibrio a través de la revelación espiritual que nos
permitirá vivir sin riesgos una vida de bendición, de victoria
y de poder en el más allá, pero también acá y en este tiempo
presente.
8
Este libro es una invitación a esa comprensión, es el
resultado de muchos estudios y de mucha reflexión. Le ruego
pueda leer atentamente cada página sin rechazar su contenido
hasta no contar con una idea global de la enseñanza y luego
sí, con un verdadero panorama, presente ante el Señor su
corazón para iluminación.
“Porque en ti está la fuente de la vida;
en tu luz vemos la luz”
Salmo 36:9
El reino de Dios es un reinado espiritual en los
corazones y en las vidas de aquellos que están dispuestos a
someterse a la autoridad de Dios. Quienes desafían la
autoridad de Dios y se niegan a someterse a él, no son parte
del reino de Dios; en cambio, aquellos que reconocen el
señorío de Cristo y se rinden alegremente al reinado de Dios
en sus corazones, son parte de este Reino glorioso, por eso
espero pueda gustar de esta enseñanza con un corazón
receptivo.
Hace algún tiempo atrás, estaba dictando una clase en
la Escuela de gobierno espiritual. Abrí el tema a preguntas y
un hermano me dijo: “Pastor, yo quería consultarle sobre este
tema del reino, porque mi padre es cristiano hace muchos
años y él dice, que al reino entraremos al morir, pero que
ahora no vivimos reino” Yo sé que mucha gente ha sido
enseñada de esa manera, por tanto, le pregunte: ¿Jesucristo
es el rey de reyes? ¿Dios es el rey de gloria? ¿Ya reina en
nuestras vidas? ¿Tenemos un rey que nos gobierna?
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¿Nosotros somos reyes y sacerdotes para Dios? Ante estas
preguntas el joven asintió. Entonces le dije: Si nuestro Dios
es rey y reina en nuestros corazones, nosotros ya vivimos
reino y si vivimos bajo el reino o gobierno de Dios, nuestros
ámbitos y familias, son afectadas por ese reino. De la misma
manera podríamos decir de nuestro barrio, ciudad o territorio.
En otras palabras, el mundo no está viviendo reino, pero la
iglesia sí, de lo contrario no sería la iglesia.
Si dijéramos que comenzaremos a vivir el reino el día
de nuestra muerte, sería como afirmar que Dios nos va a
gobernar cuando estemos muertos, pero ahora no… Dios nos
libre de tan absurda opinión.
“Algunos fariseos le preguntaron a Jesús: ¿Cuándo
comenzará Dios a reinar aquí? Jesús respondió: El reino
de Dios no es algo que pueda verse. Tampoco se puede
decir: “¡Aquí está!” o “¡Allí está!” Porque el reino
de Dios ya está entre ustedes”
Lucas 17:20 y 21
10
Capítulo uno
Los reinos en la tierra
Jesús dijo a los líderes religiosos de Su tiempo:
"¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!
Porque cerráis el reino de los cielos delante de los
hombres. Pues vosotros no entráis, ni dejáis entrar
a los que están entrando”
San Mateo 23:13
Fue este Evangelio del Reino el propósito central de la
vida de Cristo. Él empezó Su ministerio terrenal declarando
la llegada del Reino en Mateo 4:17 “Desde entonces
comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el
reino de los cielos se ha acercado”.
Él concluyó Su ministerio terrenal hablando de las
cosas que pertenecen al Reino, en Hechos 1:3 dice: “A
quienes también, después de haber padecido, se presentó
vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles
durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de
Dios”.
Entre el principio y el fin de Su ministerio terrenal, el
énfasis estaba puesto en la predicación del Reino:
11
“Pero él les dijo: Me es necesario anunciar el evangelio
del reino de Dios a otras ciudades también,
porque para esto he sido enviado"
San Lucas 4:43
El Reino de Dios era la más grande preocupación de
Jesús. Sus enseñanzas y parábolas se enfocaron en el Reino.
Sus milagros eran una demostración del Reino de Dios en
acción. Las frases "el Reino de Dios" y "el Reino de Cielo"
fueron usadas más o menos cien veces en los evangelios de
Mateo, de Marcos, de Lucas, y de Juan.
La Biblia nos dice que lo primero que debemos buscar
es el Reino y su justicia: San Mateo 6:33 “Mas buscad
primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas
cosas os serán añadidas”. Nos enseña cómo entrar en el
Reino y nos enseña a vivir una vida de Reino, nos enseña a
orar por el Reino, predicar el Reino y manifestar el Reino. En
definitiva nos enseña un nuevo estilo de vida en la tierra y
para toda la eternidad.
La Biblia nos enseña a entrar en este Reino, a mantener
la residencia, y a cumplir la comisión de predicar su verdad
al mundo. También nos enseña a guardar los requisitos
necesarios, los principios y los patrones del Reino.
Hay cosas que no podremos entender sino con una
mente espiritual y con un ferviente deseo de recibir en esta
vida todo lo que Dios tiene para nosotros. Así como también
en la vida eterna, recibir toda la herencia, como dice Pedro
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en su primera carta en el capítulo uno verso cuatro “Una
herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible,
reservada en los cielos para vosotros”
Hay un propósito más grande que comprender los
principios del Reino. Usted debe ir más allá del conocimiento
del Reino para realmente experimentarlo y hacerlo el
propósito central de su vida.
Generalmente todos buscamos alguna vez, el
significado existencial de nuestras vidas. Todos queremos
una causa por la cual vivir y un sentido por el cual morir. Eso
sucede porque dentro de cada ser humano está la información
del propósito por el cual fuimos creados.
Conscientes o inconscientemente buscamos con
desesperación algo que en realidad, no sabemos siquiera
exactamente que es. Solo sentimos un insoportable vacío
generado por la ausencia de Dios y una angustiante sensación
de que debe haber algo más en la vida que respirar, trabajar
y obtener cosas que al final no sirven más que para
preocuparnos.
Al buscar descifrar ese patrón impreso en nuestro
ADN, los seres humanos llegamos a caer incluso en
aberrantes errores y horrores que acentúan aún más nuestra
desorientación. Todo esto es consecuencia de que el hombre
fue creado para tener comunión con Dios y vivir el Reino de
los cielos en la tierra. Nada puede suplir eso.
13
Las prácticas espirituales, las falsas creencias, el
ocultismo, los afectos familiares, los bienes materiales, la
fama, el éxito financiero, se ofrecen como el gran oasis de la
vida, pero al final, todos los que alcanzamos algo de esto,
solo descubrimos que son espejismos. Nada de esto es Dios.
Cuando nos llega la verdadera vida llamada Jesucristo,
nos llega el Reino y es entonces, solo entonces, cuando
encontramos propósito y destino. El vacío se va, la comunión
con el Espíritu Santo, nos da seguridad y verdadera paz, a la
vez que trabaja incansablemente en nuestros corazones para
madurarnos y llevarnos a la plenitud de Cristo.
El Reino no puede ser removido por las fuerzas del
enemigo. Es una causa eterna a la que podemos dar todo por
completo sin ser defraudados. Podemos rendirnos en
obediencia espiritual y convertirnos en vencedores,
cualquiera sea nuestra situación natural. El Reino es
extraordinario y eterno.
En el Reino alguien puede ser millonario y vivir en una
mansión o puede vivir en zonas despobladas aun carentes de
recursos básicos. Puede triunfar como exitoso empresario o
puede estar confinado en una prisión. En el Reino usted
puede ser alguien que termine sus días rodeado de sus nietos,
en paz y con riqueza o puede ser quemado en una hoguera o
decapitado por alguna autoridad terrenal. Aún así, todo
ciudadano del Reino, todo hombre y mujer de Dios, en la
ciudad o en el campo, en el desierto o en un glaciar, siempre
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y por siempre seremos más que vencedores por aquel que nos
amó.
Los Reinos en la tierra:
Primero quiero aclarar que el Reino de Dios, como dijo
Jesús: “No es de este mundo” es un Reino espiritual, sin
embargo quisiera mencionar los reinos terrenales por un
único motivo. El que podamos comprobar lo difícil que es
dimensionar o comprender el reino, cuando vivimos en
democracia, o cuando reino, para nosotros, es lo que leímos
en un libro de cuentos, en un libro de historia, o vimos en
alguna fantasiosa película de Hollywood.
En Europa hoy en día hay diez reinados, en África hay
tres, en Asia hay siete, en Oceanía hay dos, en Oriente medio
hay siete y en todo el continente Americano no hay ningún
sistema de gobierno monárquico, si bien la mayoría de las
naciones, fueron colonizadas por monarquías europeas.
Teniendo en cuenta la necesidad de entender una
mentalidad de reino, una cultura de reino y un vida de reino,
debemos observar y destacar nuevamente, que en
Latinoamérica, no hay ningún reino, ni históricamente
tenemos una cultura de reino sostenido, sino la cultura
heredada de las colonias establecidas en las conquistas
europeas que nos dejaron idiomas, costumbres, música y
colores, pero que no nos dejaron la enseñanza de lo que
significa vivir bajo una monarquía.
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Lo que asociamos con la palabra reino es lo que hemos
leído en un libro de historia y eso no alcanza para entender
una forma de pensar y de vivir. Un reino es mucho más que
un rey sentado en un trono, un sequito de servidores y un
ejército dispuesto a morir por él. La falta de un verdadero
entendimiento de lo que es y significa un gobierno de reino,
nos ha dificultado mucho la interpretación de las Escrituras
para expresar la verdadera vida de un ciudadano del reino de
los cielos en la tierra.
Los reinos invisibles:
“Y este evangelio del reino será predicado
en todo el mundo para testimonio
a todas las razas, y luego vendrá el fin”
Mateo 24:14
El mundo natural es lo que podemos ver, oír, tocar, o
saborear, es el mundo visible en el cual vivimos y se
encuentra a nuestro alrededor, pero hay otro mundo que nos
rodea continuamente y del cual somos parte. Es un mundo
invisible compuesto a su vez de dos reinos espirituales, el
reino de las tinieblas y el Reino de la luz.
Deseo repetir este concepto, los hombres existimos en
dos mundos, el mundo natural y el mundo espiritual. El
mundo natural es lo que podemos tocar, ver, sentir, oír, o
saborear. Es tangible e visible. El país, nación, ciudad o
pueblo en que vivimos son parte de ese mundo natural.
Somos ciudadanos residentes de un territorio natural
16
localizado encima de los continentes visibles del mundo.
Podemos ver las personas que son parte de nuestro ambiente,
podemos comunicarnos con ellos. Podemos experimentar los
sabores, los sonidos y los olores de todas las cosas a nuestro
alrededor, así es el mundo natural y nuestro cuerpo, está
diseñado para conectarnos con él.
Pero hay otro mundo en el que vivimos. Es el mundo
espiritual, es la dimensión que no podemos tocar con nuestros
sentidos físicos, pero que sin embargo, sabemos que ahí está.
No podemos verlo con sus ojos naturales, pero es tan real
como el mundo natural, no podemos oír todo lo que ocurre
en esa dimensión, pero tiene sus sonidos, el apóstol Pablo
habla de esta división natural y espiritual:
“También hay cuerpos celestiales y cuerpos terrenales.
Pero de una clase es la gloria de los celestiales;
y de otra, la de los terrenales”
1 Corintios 15:40
Todos los hombres tenemos un cuerpo natural que vive
en el mundo natural. Pero al recibir la vida de Cristo, también
somos seres espirituales, con un alma y un espíritu eterno. El
desarrollo de nuestra vida espiritual, irá agudizando los
sentidos espirituales, para que al igual que nos ocurre con lo
natural, funcionemos percibiendo claramente nuestro
entorno espiritual.
Somos espíritu, tenemos un alma y habitamos un
cuerpo de carne. Nuestro ser espiritual, es parte de la
17
dimensión espiritual, así como nuestro cuerpo natural es
parte del mundo natural.
Debo aclararle que somos seres integrales y que si de
alguna manera, con el fin de aprender separo el espíritu, del
alma y del cuerpo, solo es para que podamos entender como
funcionar en la vida de reino. Por otra parte al mencionar que
el mundo espiritual no puede ser tocado, saboreado,
escuchado o visto, no estoy diciendo que es imposible, solo
digo que el hombre natural no puede percibir nada de esto,
aunque en el avance de este estudio veremos como el hombre
espiritual no solo tiene acceso a estas cosas, sino que deben
ser parte en sus vidas de manera cotidiana y habitual.
Hay reinos naturales de este mundo. Un reino natural
es un territorio o las personas encima de quienes un rey
gobierna. La Biblia habla de los reinos del mundo. Los reinos
del mundo están presentemente bajo el control de Satanás:
“Otra vez el diablo le llevó a un monte muy alto,
y le mostró todos los reinos del mundo y su gloria.
Y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adoras”
Mateo 4:8 y 9
En el futuro, todos los reinos del mundo se volverán al
reino de Dios y Él gobernará sobre toda Su creación:
“El séptimo ángel tocó la trompeta.
Y en el cielo se oyeron grandes voces
que decían: "El reino del mundo ha venido
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a ser de nuestro Señor y de su Cristo.
Él reinará por los siglos de los siglos."
Apocalipsis 11:15
En el mundo natural un rey es el gobernante soberano
del reino. Todo el territorio y las personas del reino le
pertenecen a él. Él tiene el poder de vida y muerte sobre sus
subordinados. El mundo espiritual es compuesto de dos
reinos espirituales, el reino de Satanás y el reino de Dios. El
reino de Satanás consiste de seres espirituales como ángeles
caídos, principados, potestades, gobernadores de las
tinieblas, huestes espirituales de maldad en las regiones
celestes, es decir demonios de diferentes rangos y autoridad
que ejercen sus funciones en esa dimensión.
También podemos decir que son parte del reino de las
tinieblas, todos los que practican ocultismo, satanismo,
diferentes magias, brujería, hechicería, etc. Así también están
cautivos de este reino todos los hombres y mujeres que viven
en el pecado y rebelión a la voluntad de Dios, tanto
practicando una religión pagana, como los que no se
involucran en nada que consideren espiritual, ya que los
mismos aunque no lo deseen son parte de la dimensión
espiritual.
El reino de Dios consiste en Dios el Padre, que es el
Rey de gloria, el juez justo y poderoso, en su hijo Jesucristo,
que es el Rey de reyes y Señor de señores y en el Espíritu
Santo, que es nuestro gobernador en la tierra. Ellos
conforman lo que llamamos la Divina Trinidad, ya que son
19
tres pero son uno y el mismo. Además, participan
activamente de su reino los seres espirituales que están bajo
Su señorío, como: querubines, serafines, arcángeles, ángeles
y todos los hombres que vivimos en justa obediencia a Su
Palabra. Cada uno de los cuales, tenemos dones y talentos al
servicio de nuestro Rey.
El reino de Dios está en todos lados, porque Dios es
Soberano, Omnipresente y Todopoderoso. El reino de los
cielos es el ámbito de la creación llamada cielo y ahí, el
gobierno de Dios es absoluto y lo será por siempre. En una
ocasión un querubín llamado Lucifer se reveló y fue
expulsado de ese ámbito, junto a la tercera parte de los
ángeles que también se revelaron.
Las Escrituras mencionan el reino de Dios, bajo
diferentes conceptos, por ejemplo: El reino del Padre (Mateo
26:29), de Jesús (Apocalipsis 1:9), de Cristo Jesús (2
Timoteo 4:1), de Cristo y Dios (Efesios 5:5), de nuestro
Señor y Su Cristo (Apocalipsis 11:15), de nuestro Dios y de
Su Cristo (Apocalipsis 12:10), y del Hijo de Su amor
(Colosenses 1:13). Todos éstos conceptos, son la descripción
del mismo reino.
El Reino de Dios no es una denominación religiosa, las
denominaciones son organizaciones hechas por los hombres
para unir y administrar grupos de congregaciones que forman
parte de la Iglesia del Señor. Ellas se han establecido para los
propósitos prácticos de organizar y administrar. Las
denominaciones existentes hoy en día son muchísimas, pero
20
surgieron de la reforma protestante. El movimiento de
“Reforma” de la Iglesia Católica Romana durante el siglo
XVI, dio surgimiento a las cuatro divisiones o tradiciones
mayores del protestantismo: Luterana, Reformada,
Anabaptista, y Anglicana. A través de los siglos, de estas
cuatro ramas, surgieron muchas otras denominaciones, hasta
multiplicarse de manera casi exagerada.
La Biblia habla de la verdadera Iglesia y nunca lo hace
en un sentido de denominación o de organización religiosa.
La verdadera Iglesia es compuesta de todos aquellos que
aceptando de corazón a Jesucristo como Señor y salvador de
sus vidas, recibieron el nuevo nacimiento y se tornaron
ciudadanos del reino de Dios. La verdadera Iglesia es el
cuerpo espiritual que Dios estableció y por medio del cual el
evangelio del reino está siendo predicado a las naciones del
mundo.
La Iglesia no sólo debe predicar y enseñar el evangelio
del reino, sino que también debe proporcionar un modelo de
vida. La iglesia debe operar por los patrones y principios del
reino, y debe demostrar en su estilo de vida las enseñanzas
de su Rey, Jesucristo.
El reino de Dios existió desde siempre, existe en el
presente, y existirá en el futuro de manera diferente. El Señor
lo estableció en Adán, Satanás lo arrebató en el Edén, Cristo
lo estableció en su venida y la iglesia debe manifestarlo hasta
lo último de la tierra, con la esperanza de Su segunda venida.
21
En la actualidad el reino de Dios es manifestado por la
iglesia a través de cada creyente, lo hace de manera
individual, dentro de cada hijo de Dios y lo hace de manera
conjunta a través del cuerpo revelado de Cristo. En el futuro,
habrá una revelación visible y real del reino de Dios y la tierra
será completamente llena de la gloria y majestad del Rey.
Entender esto puede llegar a ser todo un proceso, por
eso la revelación que proporciona el Espíritu Santo es clave,
porque el reino de Dios es un reino espiritual y no un reino
natural de este mundo, debe ser entendido con una mente
espiritual:
“Pero el hombre natural no acepta las cosas que son del
Espíritu de Dios, porque le son locura; y no las puede
comprender, porque se han de discernir espiritualmente”
1 Corintios 2:14
Hay otro sentido en el que se usa el reino de Dios en la
Escritura y es como el reinado literal de Cristo en la tierra
durante el milenio. Daniel dijo que el Dios del cielo levantará
un reino que no será jamás destruido (Daniel 2:44; 7:13 y
14), y muchos otros profetas predijeron lo mismo. (Abdías
1:21; Habacuc 2:14; Miqueas 4:2; Zacarías 14:9).
Algunos teólogos se refieren al futuro, a la manifestación
abierta del reino de Dios como el reino de gloria, y en el
presente, la manifestación oculta del reino de Dios como el
reino de la gracia. Pero al final, ambas manifestaciones están
conectadas; Cristo ha establecido su reinado espiritual en la
22
iglesia, y un día él establecerá su reinado físico en toda la
tierra.
El señor es el soberano del universo, y por tanto en ese
sentido su reino es universal (1 Timoteo 6:15). Al mismo
tiempo, el reino de Dios implica arrepentimiento y el nuevo
nacimiento, en la medida que Dios reina en nuestros
corazones en este mundo y eso es lo que debemos desarrollar.
“Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le
daré autoridad sobre las naciones, y las regirá con vara
de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero”
Apocalipsis 2:26 y 27
23
Capítulo dos
Religión o reino
“Porque el reino de Dios no es comida ni bebida,
sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo”
Romanos 14:17
La palabra Reino es el vocablo “Basileía” que
significa gobierno, dominio. El reino de los cielos es
entonces el gobierno Divino. Muchos piensan que el
evangelio es una religión más que establece una serie de
prohibiciones y reglas a seguir. Que es algo, procurando
evitar que el ser humano disfrute la vida. Pero todos se
equivocan, porque el evangelio del reino ofrece lo que el
hombre tanto busca en el mundo y no puede alcanzar por sí
mismo: justicia, paz y gozo.
En primer lugar lo que el evangelio nos ofrece es
justicia. La justicia de la cual habla Pablo aquí es la obra de
justificación que Dios realiza en el hombre con el fin de
declararlo justo y librarlo de la condenación eterna.
Las personas buscan aplacar sus conciencias haciendo
buenas obras, en algunos casos, se esfuerzan en practicar
24
alguna religión para sentirse mejor. En otros casos guardan
penitencias por sus injusticias, o buscan adquirir con su
dinero objetos que creen les ayudaran a obtener energía extra
o ganar el favor sobrenatural de alguna deidad.
En realidad, no están buscando a Dios, nadie lo hace,
dice Romanos tres, versículo once, que: “No hay quien
entienda, que no hay quien busque a Dios, ni tan solo uno”.
Lo que la gente hace, es buscar armonía con la vida, llenar el
vacío interior, sentirse seguros, contenidos, ayudados y por
eso realizan todo tipo de prácticas para lograrlo.
Hay en las personas, un deseo intrínseco de sentirse un
poco justos, en una vida que está plagada de injusticias. Las
buenas obras parecen mitigar eso, sin embargo, solo el
evangelio del reino puede ofrecer a través de Jesucristo la
justicia que el hombre tanto busca y necesita.
“Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria
de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia,
mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien
Dios puso como propiciación por medio de la fe en su
sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber
pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados”
Romanos 3:23-25
Por eso el evangelio son buenas nuevas porque nos
anuncia a todos los pecadores que tenemos esperanza, ya que
por medio de la fe en Cristo, podemos llegar a ser salvos.
25
Claro, la gracia es tan maravillosa, que al hombre se le hace
difícil entenderla.
La gente se acostumbra a luchar para alcanzar cosas,
se saca un diez, el que logra estudiar, cobra el que ha
trabajado lo suficiente, gana una carrera el que ha entrenado
y desarrollado sus capacidades, pero la gracia es todo lo
contrario. Gracia es el favor inmerecido de un Dios
maravilloso que hizo lo que nosotros no podíamos hacer y
que nos regala, lo que no merecíamos, ni podíamos alcanzar
jamás.
La justicia que el reino nos otorga, no es la justicia
ganada por obras, sino recibida por la fe en aquel que hizo
todo bien. En el reino todo es por Cristo, todo es por gracia y
eso no aplaca fácilmente una conciencia acostumbrada a
merecer. El reino funciona por la fe y no por las obras.
“Y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios,
y lo que no es, para deshacer lo que es,
a fin de que nadie se jacte en su presencia.
Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha
sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación
y redención; para que, como está escrito:
El que se gloría, gloríese en el Señor”
1 Corintios 1:28 al 31
En segundo lugar el evangelio nos ofrece paz. La paz
es algo que todas las personas buscan. Si hay algo que la
gente desea es vivir en tranquilidad, sin preocupaciones
26
excesivas y lo más cómodamente posible. Sin embargo, eso
produce gran frustración, porque en este mundo de hoy, es
imposible alcanzar eso con facilidad.
Los gobiernos se esfuerzan por mantener la paz, pero
las guerras, la delincuencia y la inseguridad social crecen a
pasos agigantados. La misma maldad del hombre hace
imposible la paz que él mismo dice querer. Familias enteras
sufren el flagelo de la violencia, la intolerancia y el abuso.
Los ancianos sufren la violencia del descuido, el
desamparo y la escasez. Los matrimonios sufren la violencia
laboral y económica que los separa, los quebranta y los
desgasta. Los jóvenes sufren la violencia de la inseguridad,
la incertidumbre y el temor. Los niños sufren la violencia de
crianzas tercerizadas y de la sobre estimulación tecnológica.
Algunos piensan que la paz se encuentra en la
seguridad económica, pero también se equivocan, el tener
mucho dinero no es malo, pero los ricos dan testimonio de su
falta de paz ante el temor de perderlo todo. Por supuesto que
si alguien me preguntara, prefiero tener abundancia y no
escasez, sin embargo, vemos que un rico tiene una vida de
mejor calidad, pero no tiene más paz interior que un pobre.
La paz, no es la que consigue una pareja bajo una
palmera en Punta Cana. Eso puede ser quietud y disfrute,
pero los corazones en muchos casos, están atormentados. Paz
no es lo que disfruta una madre que puede descansar un poco,
porque los chicos se fueron con los tíos al parque. Paz interior
27
es la que sobrepasa todo entendimiento y esa paz solo puede
otorgarla Jesucristo.
No importa cuánto haga el hombre para obtener paz
interior. Sin Dios, sus caminos solo los conducirán al
sufrimiento y al fracaso, porque la biblia dice que: “Hay
camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es
camino de muerte” (Proverbios 14:12). Sin embargo, el
evangelio del reino, nos ofrece a través de Jesús el
experimentar la verdadera paz:
“La paz os dejo, mi paz os doy;
yo no os la doy como el mundo la da.
No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”
Juan 14:27
Esta paz que Cristo trae a nuestra vida no depende de
nuestras posibilidades o fortaleza mental, como en el mundo
se cree, sino en lo que El ya hizo por nosotros en la cruz del
Calvario:
“Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz.
En el mundo tendréis aflicción; pero confiad,
Yo he vencido al mundo”
Juan 16:33
Nuestra paz se encuentra fundamentada en nuestra
confianza en Jesucristo, algo que el mundo jamás podrá
ofrecernos y por ello decimos que solamente en el evangelio
del reino, experimentamos la verdadera paz.
28
Finalmente, el evangelio nos ofrece gozo. El ser
humano busca alegrar su vida en los placeres y
entretenimientos que este mundo ofrece, pero esto provoca
profundos abismos, porque el gozo artificial de las fiestas y
placeres, desaparecen rápidamente. La euforia de un disfrute
y la ausencia de los mismos, produce una montaña rusa de
sentimientos, que son muy difíciles de asimilar.
Creer que en el mundo encontraremos la alegría y la
felicidad permanente, es un gran error, porque esta jamás
llenara de satisfacción nuestra alma. El mundo solo nos
ofrece un gozo artificial y falso y eso solo nos lleva a la
desilusión permanente, por eso es que vemos a ricos y
famosos caer en adicciones o grandes depresiones.
“El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir;
yo he venido para que tengan vida,
y para que la tengan en abundancia”
Juan 10:10
La vida que Cristo nos ofrece es de gran satisfacción y
de verdadera comunión con el Padre, lejos de las
consecuencias del pecado y de las angustias del alma. En esto
consiste el gozo del cristiano, en saber que sus pecados le han
sido perdonados y en experimentar una vida plena. No
necesariamente porque alcancemos muchas riquezas o
porque todos nuestros problemas simplemente se solucionan.
29
Hay una gran confusión con esto. Las personas van a
brujos, curanderos o practican alguna religión, también
buscan que alguien solucione sus problemas y algunos se
acercan a la iglesia con la misma intención, pero nada está
más alejado de la verdad que eso. Primero, si ellos se acercan
sin que Dios esté obrando, ya comienzan mal y segundo si
piensan que Dios simplemente es como el mago de la
lámpara de Aladino, se van a desilusionar.
Nuestro Dios es un Dios de milagros, Él puede sanar
enfermedades, libertar a los cautivos o revertir cualquier
situación negativa, sin embargo, esas solo son las migajas del
pan que Dios tiene para sus hijos. Si alguien recibe algo de
esto, puede sentirse complacido, pero aun así, solo ha tocado
el reino, no se ha introducido en él.
Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo,
que el que no naciere de nuevo,
no puede ver el reino de Dios.
Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer
siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda
vez en el vientre de su madre, y nacer?
Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo,
que el que no naciere de agua y del Espíritu,
no puede entrar en el reino de Dios.
Juan 3:3 al 5
Nicodemo era un maestro de la ley, un religioso que
pretendía descubrir cómo entender el reino. Jesús le deja en
claro que eso, no puede generarlo el hombre, sino que viene
30
de Dios. Las religiones son diseños humanos para tratar de
alcanzar el favor Divino, son como la torre de Babel, son
esfuerzos ascendentes, pero el reino funciona al revés, nace
en la gracia y viene a los hombres.
Nacer, no puede producirse por deseo del niño, sino
por acción de los padres. Al reino se ingresa por la gracia del
Padre que nos escogió para darnos vida en Cristo Jesús.
“Dios nos escogió en Cristo desde antes de la creación del
mundo, para estar en su presencia santos y sin falta.
Por su amor”
Efesios 1:4 DHH
La vida cristiana, no implica no tener problemas, sino
que implica tener vida espiritual en comunión con Dios.
Implica Su soberana intervención para sanar, liberar o
restaurar, pero por sobre todo, gobernar nuestras vidas y toda
situación. Las religiones no tienen esto, solo el reino.
Por otra parte, el espíritu de la religión no permite
juzgar correctamente y cuando no hay justicia no hay paz y
si no hay paz, es imposible que se manifieste el gozo
verdadero. La religión nunca podrá otorgar eso, solo el reino
lo hace.
El Señor vino a establecer un Reino, no una religión y
el gran problema de los hombres es que no nos dejamos
gobernar por Dios. La religión es gobernada por los hombres,
que se proponen doctrinas y luego buscan el favor Divino. El
31
reino comienza al revés, podemos hallar el favor de Dios,
pero nos encontramos con un rey soberano.
La tierra está como está, por un hombre que se
gobierna solo y esto no se resuelve con un milagro de
sanidad, esto solo puede cambiar, si volvemos nuestro
corazón a Dios y nos dejamos gobernar por Él. Y luego sí,
una vez que nos gobierne, tendremos la capacidad de
gobernar nosotros situaciones cotidianas de la vida, porque
para eso nos proclama reyes y sacerdotes.
Los religiosos de la época de Jesús, creían que veían y
entendían la voluntad de Dios, sin embargo, solo eran eso,
religiosos. En Lucas 6:37 al 42 El Señor les pregunta: ¿Acaso
puede un ciego guiar a otro ciego? Y en Juan 9:41 Jesús les
dijo: Si fuerais ciegos, no tendríais pecado; pero ahora,
porque decís: Vemos, vuestro pecado permanece.
La religión no puede proporcionar justicia, ni ante
Dios, ni ante el prójimo, no puede proporcionar paz y mucho
menos gozo verdadero. Solo el diseño del reino puede
cambiar el corazón de los hombres y por consecuencia, puede
cambiar los ámbitos de este mundo. Ruego que Dios, por su
gracia, alumbre los corazones de esta humanidad perdida, al
igual que lo hizo conmigo.
Los ciegos no pueden guiar a otros y mucho menos
juzgar correctamente. Los ciegos son figura de los que
permanecen en tinieblas y por esa causa, no pueden gobernar.
Jesús dijo:
32
"No juzguéis según las apariencias,
sino juzgad con justo juicio"
San Juan 7:24
Nosotros como ciudadanos del reino, debemos juzgar,
pero primero que todo, debemos tener una actitud correcta
hacia nuestros propios pecados. Muchos usan mal este texto
para condenar toda forma de juzgar; dicen que no debemos
nunca criticar o juzgar a otros, pero este texto no enseña tal
cosa, por el contrario, nos habla de ejercer autoridad de
juicio, de manera correcta.
La religión según el diccionario de la Real Academia
Española, es un sistema de la actividad humana compuesto
por creencias y prácticas acerca de lo considerado como
divino o sagrado, tanto personales como colectivas, de tipo
existencial, moral y espiritual.
La palabra religión, viene del latín religare o relegere.
La palabra religión, ha sido y es motivo de controversia entre
los especialistas.
La primera interpretación relacionada con el culto es la
del pensador griego llamado Cicerón que ofrece la siguiente
etimología: “Quienes se interesan en todas las cosas
relacionadas con el culto, las retoman atentamente y como
que las releen, son llamados religiosos a partir de la
relectura”.
33
La otra etimología propuesta por Lactancio hace
derivar la palabra religión del verbo latino religare
exponiendo lo siguiente: “Obligados por un vínculo de
piedad a Dios, estamos religados, de donde el mismo término
religión tiene su origen”.
Como podemos ver, la etimología de la palabra
religión, en realidad es algo incierta, un pensador propone
que surge de la relectura y el otro de la ligadura, en definitiva
y sin temor a errores, nada de esto es lo que Dios propuso con
la venida de Cristo. De hecho, la palabra religión solo se
menciona cinco veces en el nuevo pacto, tres en el libro de
los Hechos y dos en un mismo pasaje en la carta del apóstol
Santiago.
La primera vez la menciona Pablo a la gente de Atenas,
que adoraban a mucho dioses.
“Entonces Pablo, puesto en pie en medio del Areópago,
dijo: Varones atenienses, en todo observo que sois muy
religiosos”
Hechos 17:22
La segunda vez, fue la queja de los fariseos por la
supuesta religión de Pablo.
“Sino que tenían contra él ciertas cuestiones acerca de su
religión, y de un cierto Jesús, ya muerto, el que Pablo
afirmaba estar vivo”
Hechos 25:19
34
La tercera vez la menciona el mismo Pablo ante el rey
Agripa:
“Mi vida, pues, desde mi juventud, la cual desde el
principio pasé en mi nación, en Jerusalén, la conocen
todos los judíos; los cuales también saben que yo desde el
principio, si quieren testificarlo, conforme a la más
rigurosa secta de nuestra religión, viví fariseo”
Hechos 26:4 y 5
Como podemos ver, todas estas menciones sobre la
religión, nada tienen que ver con el plan de Dios, pero ¿Qué
pasa cuando Santiago habla de religión en su carta? Veamos
este pasaje según la versión de lenguaje sencillo en su muy
clara expresión:
“Si ustedes ponen toda su atención en la Palabra de Dios,
y la obedecen siempre, serán felices en todo lo que hagan.
Porque la Palabra de Dios es perfecta y los libera del
pecado. Si alguien se cree muy religioso y no cuida sus
palabras, se engaña a sí mismo y de nada le sirve tanta
religiosidad. Creer en Dios el Padre es agradarlo y hacer el
bien, ayudar a las viudas y a los huérfanos cuando sufren,
y no dejarse vencer por la maldad del mundo”
Santiago 1:22 al 27
En este pasaje Santiago expresa la importancia de
poner por obra la Palabra, de no ser solamente oidores, sino
además hacedores de la Palabra y está poniendo como
ejemplo a los religiosos, que conocen la Palabra, que dicen
35
creer, que se creen santos y que sin embargo no hacen lo que
deben con el prójimo.
El reino es amor, la religión solo es hipocresía. Dios
no vino a establecer una nueva religión que compita con el
paganismo, el vino a establecer su reino, para que al final de
todo, la tierra sea llena de Su Gloria.
“Bendice, alma mía, a Jehová.
Jehová Dios mío, mucho te has engrandecido;
Te has vestido de gloria y de magnificencia.
El que se cubre de luz como de vestidura,
Que extiende los cielos como una cortina,
Que establece sus aposentos entre las aguas,
El que pone las nubes por su carroza,
El que anda sobre las alas del viento;
El que hace a los vientos sus mensajeros,
Y a las flamas de fuego sus ministros.
El fundó la tierra sobre sus cimientos;
No será jamás removida…”
Salmo 104:1 al 5
36
Capítulo tres
El evangelio del reino
Se habla tanto del reino hoy en día y en ocasiones, con
un desconocimiento tal, que verdaderamente asusta.
Necesitamos recuperar el equilibrio respecto del reino, entre
lo que se ha vivido, lo que vivimos y lo que se vivirá respecto
del reino.
Yo deseo explicar claramente lo que el reino no es y lo
que sí debemos predicar, según mi opinión y por tal motivo
quisiera compartirles un capítulo de mi libro titulado
“Recuperando el equilibrio espiritual” porque en este
capítulo llamado ¿Cómo es eso del Reino? Yo explico
claramente mi punto de vista y analizo la necesidad de
recuperar el equilibrio del entendimiento sobre este tema tan
polémico del reino.
Confieso que llevaba escrito gran parte de este tema y
recordé el capítulo en el cual ya lo explico claramente, por
eso, hice una minuciosa relectura del mismo y me pareció
oportuno compartirlo a continuación y bajo el título “El
evangelio del reino”.
37
Hace un tiempo atrás me llamó un pastor de una
reconocida denominación y me pidió unas fechas para que le
hablase a su congregación sobre el reino y me dijo: “¿Cómo
es eso del reino?.. Nosotros nunca predicamos reino, pero yo
ahora lo escucho y creo que algo hay en todo eso, me gustaría
que nos hables y poder entenderlo”… Fue un honor para mí,
poder hablar unos días sobre reino en su congregación, este
pastor sin duda tuvo la humildad de plantear las cosas de esta
manera, pero también creo que esta situación denuncia un
verdadero retraso al propósito de Dios para nuestra
generación, ya que el reino es tan antiguo como la propia
humanidad.
Yo no creo que el reino sea una nueva enseñanza, sino
que creo que es el plan original para el planeta tierra. Lo
apostólico no trajo nuevos fundamentos, porque si hubiese
sido así, se tendría que haber derribado todo lo edificado,
pero no es así, lo apostólico trajo el recupero de algunas
verdades fundamentales que se fueron perdiendo desde los
padres apostólicos hasta nuestros días y por causa de los
procesos que vivió la Iglesia, desde los primeros siglos hasta
hoy, pasando por el oscurantismo y por periodos de profundo
ostracismo y religiosidad. Lo profético trajo dirección para
avanzar a los diseños recuperados en este tiempo de reforma
y a través de estos diseños hemos vuelto a entender la
fundamental importancia del reino.
El problema una vez más son los extremos y los malos
entendidos, son los espíritus que operan y los falsos ministros
que aprovechan el recupero de una verdad para engañar, para
38
causar confusión y lograr con esto que muchos retrocedan o
rechacen el verdadero y equilibrado mensaje del reino.
Cuando se recupera una verdad o se revela en
determinado tiempo, parece toda una novedad, pero eso no
es inocente, en la dimensión del Espíritu no hay modas o
novedades, sino revelaciones con propósito. En mi libro “Los
códigos del reino”, enseño con amplitud esta verdad tan
importante.
Las novedades, se convierten en modas, en cambios
que parecen de vanguardia, pero eso es muy dañino y
peligroso. Una revelación genera un cambio profundo y
verdadero para producir una reforma, por el contrario, una
novedad solo produce un cambio superficial, cosmético y
frágil. Claro que las máscaras se caen y no hay nada peor
que cambiar la fachada sin cambiar el fondo de una cuestión.
Imaginemos que a un automóvil fundido y podrido, lo
metamos a chapa y pintura, lo dejamos hermoso y
presentable para la venta, imagine que alguien crea que ese
auto es lo que se ve y lo compre. Cuánto tiempo considera
que tardará en darse cuenta de que todo es un engaño, que
parecía un auto bueno, pero solo era un fiasco. Así también,
no hay nada peor que aquel que dice abrazar una nueva
manera de pensar, pero no muda a una nueva manera de vivir,
solo es como el que abraza un lenguaje novedoso, pero no
una verdad interna.
Que una persona aprenda a hablar en mandarín, no
significa que ha comprendido o que puede palpar la cultura y
39
el sentir de los chinos, eso no se logra conociendo un idioma,
eso se puede palpar mudándose a China y viviendo unos años
con ellos, para entender cómo piensan, como sienten, como
viven su realidad, entonces sí, alguien puede venir y
contarnos como son los chinos y sentirse parte de su relato,
porque para él ya no es una teoría, sino una vivencia que lo
cambió por dentro y para siempre. Así es el reino, cuando
alguien dice que ya lo entendió, todavía está comprando el
pasaje. Y está bien, el problema es apurar los procesos, nadie
es penetrado por una cultura mirando una postal o haciendo
un tours de compras, eso lleva su tiempo, el reino también.
Cuando alguien que no habitó, sino que visitó un
concepto se pone a enseñar sobre un tema no explorado con
profundidad, entra en zona de riesgo y de error, porque el
mensaje del reino nunca se fue de la Iglesia, sino que fue
desviado de su eje para que haya descrédito al respecto. En
los últimos siglos hubo varios intentos de recuperar algunos
conceptos sobre el reino, pero sin verdadera revelación
siempre se diluyó y en buena hora que ocurrió eso, porque en
la pequeña grieta de una pared, puede estar escondido el
derrumbe que mañana cause una tragedia con muertes y
dolor. Por eso creo que hoy tenemos una nueva oportunidad
y debemos aprovecharla con cuidado y sin grietas.
Por otra parte debo ser sincero, que algunas grietas ya
se están produciendo, porque la globalización en las
comunicaciones, hace más fácil la tarea a los espíritus
inmundos de difusión y confusión sobre el pueblo de Dios.
Hoy la gente tiene hambre de oír y cuando no hay madurez
40
se oye cualquier cosa y casi nadie se muere por no discernir
una pequeña gota de veneno, pero si no se detecta otra gota y
otra y otra más, en breve estaremos de velorio.
Yo creo que hay muchos ministros de la Palabra que
con todo el derecho del mundo utilizan las redes sociales para
difundir sus mensajes, pero el problema es que algunos
deberían llamarse a silencio hasta que las cosas que
comunican, no sean el eco de conceptos escuchados y
repetidos, sino que primero pasaran por el proceso de la
revelación, purificación y consolidación de las verdades
eternas y eso solo es el trabajo que puede producir el Espíritu
Santo. No se puede escuchar algo hoy y repetirlo mañana sin
haberlo procesado, porque estaremos confiando o asumiendo
que si se dijo, o si lo dijo fulano de tal, está bien y eso es muy
peligroso y mortal, en algunos casos.
El reino no es una nueva doctrina, es el recupero de
verdades eternas, pero no es el dominio de todo como
algunos predican, eso es lo que alguna vez se llamó
Dominionismo. Este término es usado para describir la
filosofía de cristianos conservadores políticamente activos
que, según se cree, buscan ejercer influencia o control sobre
el gobierno civil secular a través de la acción política y cuyo
objetivo es el establecimiento de naciones gobernadas por
cristianos, o de naciones gobernadas por una comprensión
cristiana conservadora de la ley bíblica. Eso simplemente es
un error y debemos tener cuidado, porque detrás de este
concepto opera un espíritu inmundo. Ese fue el error que
cometió Israel, al pensar que el Mesías sería un
41
revolucionario que tomaría la espada y conquistaría Roma
para liberar al pueblo y reinar sentado en el sillón de David.
Eso no sucedió con Cristo y tampoco sucederá con la Iglesia,
no de esa manera.
En la misma corriente de pensamiento que el
Dominionismo, están los que proponen el Postmilenialismo,
es decir, el dominio de la iglesia y un milenio sin Cristo. Esta
doctrina es una interpretación del capítulo 20 del libro de
Apocalipsis que ve la segunda venida de Cristo ocurriendo
después (latín – post) del “Milenio”, lo cual permitirá una
Edad Dorada o una era de prosperidad y dominio cristiano.
Los que sostienen esta concepción creen que este mundo irá
mejorando, cada vez más, con el mundo entero
“Cristianizado” finalmente. Sostienen que, después de este
“mejoramiento”, Cristo volverá.
Otra corriente de pensamiento peligrosa y extrema es
la teología de los Reconstruccionistas, que creen en el avance
del Reino a través de la política y aun de la conquista militar.
Es la misma corriente de pensamiento que el Dominionismo,
pero el reconstruccionismo cristiano, también conocido
como teonomía, es un movimiento bastante controversial
dentro de algunos círculos conservadores cristianos.
Sostienen que la Palabra deberá ser “reconstruida” en todas
las áreas, por el señorío de Jesucristo: en lo social, en lo
moral, en lo político, en lo judicial, en lo militar, como así
también en la familia, en la educación, en la música, etc.
Esta doctrina apoya la restauración de las leyes civiles y
morales del Antiguo Testamento para poder reconstruir la
42
actual sociedad en una forma mosaica tipo Antiguo
Testamento; incluso plantean un debate sobre la re-
institución de la esclavitud.
Otra doctrina que opera actualmente es la “teología de
la suplantación” o “teoría de la substitución”, llamada
Supercesionismo. Este dogma implica una interpretación
parcial del Nuevo Testamento, cuyo argumento es que la
actual relación de Dios con los cristianos reemplaza
totalmente, la relación que anteriormente tenía con los judíos.
Consideran que la Iglesia es la Israel de Dios, anulando de
esta forma, todas las promesas eternas que el Señor le hizo a
Israel y que confirma en el Nuevo Pacto.
Amados, el reino no es el proyecto de Dios para
gobernar el sistema del mundo y por lo que vemos muchos
se pasan de vueltas, y si decimos reino, piensan que debemos
reinar sentados en los sillones presidenciales, algunos
predican que si somos reyes debemos conquistar el mundo,
que si penetramos el sistema correctamente cambiaremos la
política y gobernaremos transformando todo por el poder del
reino, de manera que al venir el Rey de Gloria el mundo sea
un paraíso perfecto. La idea está buena, la penetración de los
sistemas es correcta, de hecho es lo que yo enseño, pero eso
de que vamos a gobernar todo antes de que Cristo venga no
es lo que anuncia la Biblia. Hay cosas que se pondrán peor
para la Iglesia, y si no nos preparamos ¡cuidado! no hay nada
peor que prepararse para ser campeones del mundo y
terminar besando la lona en los primeros rounds. Para ser un
43
buen campeón hay que estar preparados para sufrir los
ambientes hostiles y la confrontación espiritual.
Probablemente debe estar pensando que lo que digo es
poco popular. Lamento si usted tenía otra expectativa, pero
es lo que creo. Dios desde el principio quiso que el hombre
gobernase en su Nombre; con seguridad sabemos que la tierra
y su plenitud le pertenecen al Todopoderoso y no al diablo y
también sabemos que Adán perdió todo esto y que Cristo lo
redimió. Pero debemos ser conscientes que esa redención no
fue para que el hombre gobierne, sino para que Dios gobierne
al hombre, ya no por medio de una ley escrita, sino operando
desde su corazón.
Decir que el reino todavía no está o que será
establecido cuando Cristo venga, es como decir que Cristo no
reina nuestras vidas. Pero si Él reina nuestras vidas, el reino
ya está entre nosotros. El misterio es que Cristo no reina el
mundo, sino que gobierna nuestros corazones y desde
nuestros corazones. Claro, entiendo que puede sonar algo
fuerte lo que expreso, pero si Cristo reina todo el mundo hoy,
y estamos como estamos, algo le está fallando a su reinado.
En realidad, nada le falla, Él reina su Iglesia y reinará toda la
tierra y veremos la plenitud de su gobierno, pero para eso la
Iglesia debe avanzar, porque hay una tarea que nos fue
asignada a nosotros.
Y será predicado este evangelio del reino en todo el
mundo, para testimonio a todas las naciones;
y entonces vendrá el fin.
Mateo 24:14 V.R.V.
44
A partir de este concepto, donde el Señor reina
nuestras vidas y mientras seamos conducidos por su
gobierno, el reino se expandirá a través de nuestras vidas a
todo ámbito de influencia, eso es predicar el evangelio del
reino.
Pero claro, el reino sufre violencia y la seguirá
sufriendo, porque los que aceptamos el gobierno de Dios,
seremos atacados por el sistema y violentados
espiritualmente, aun en muchos lugares sufriremos la
persecución y la muerte.
Cuando logremos mayor comunión con el Espíritu y
con el Cuerpo, mayor será nuestro avance; sin embargo, la
Escritura advierte que hay cosas que se pondrán peores. Aun
así, tenemos la orden del Rey de resistir y seguir avanzando
hasta que Él venga, y entonces el reino será manifestado con
todo poder y plenitud. Por eso hoy más que nunca debemos
desear, anhelar y clamar para que Cristo venga y se termine
tanta corrupción y tiniebla.
La Iglesia tradicional ha enseñado a tener miedo de la
venida de Cristo, eso es absurdo y perverso; si somos la
Novia del Cordero, deberíamos esperarlo con celebración y
júbilo, se supone que es el amado y queremos que venga. Los
que estamos viviendo reino y avanzamos a pesar de cualquier
oposición; estamos expectantes y apasionados por su venida,
no para huir, sino para ver manifestada la plenitud de su
gobierno.
45
El reino sí cambia nuestra vida, nuestro entorno,
nuestros negocios, nuestra capacidad creativa, nuestra
economía, nuestra zona de obispado, pero Dios no está
procurando que conquistemos todos los sistemas diabólicos
de este mundo. Hay cosas que en su venida no serán
redimidas, sino destruidas. El diablo seguirá siendo diablo en
el lago de fuego y las tinieblas nunca serán luz.
Por otra parte, nosotros nacimos de nuevo y tenemos
la diaria tarea de alumbrar y llevar a la cruz todo dejo de
tiniebla que pueda surgir en nuestras vidas. Cuando
avanzamos en algo, las tinieblas retroceden y en el ámbito en
que estamos alumbramos, pero cuando salga el Sol de
justicia se terminará toda oposición y aún las sombras más
pequeñas desaparecerán.
Creo y predico, que debe haber cristianos en todos los
estratos de la sociedad, pero eso no implica la redención de
todos los estratos. En algunos lugares, solo debemos entrar
temporalmente como Pablo apelando al Cesar en su viaje a
Roma. Hay propósito para todo movimiento dentro de esta
sociedad, somos la sal que puede cambiar un territorio, pero
¡tranquilos! que el Reino no es que conquistaremos todo y
terminaremos sentados en las sillas de poder, llenos de
dinero, dueños de todo y tomando un coco en el Caribe
¡Cuidado…eso es muy peligroso! Porque el que hace los
bolsos para ir al Caribe, no puede asumir una celda en una
fría prisión, eso lo mataría, debemos estar vacunados contra
la adversidad.
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A veces tomaremos un avión al Caribe; a veces
recibiremos transferencia de recursos para el avance del reino
y por supuesto comeremos del bien de la tierra; pero a veces,
también deberemos enfrentar el dolor, si el reino lo demanda.
El reino es desde el principio, es el dominio de Dios,
es milenio, es Cristo reinando desde hace dos mil años en los
lugares celestiales; es Cristo reinando hoy en nuestros
corazones a través del Espíritu Santo; es poder a través del
Espíritu Santo; es la Iglesia heredera que procura extender
sus dominios cada día; es conquista militar sobre los
territorios, pero en la dimensión espiritual y con armas
espirituales. El reino es gobierno espiritual y no la conquista
de gobiernos corruptos por los cuales se rige el mundo, no
terminaremos gobernando el mundo con presidentes
evangélicos, aunque los debe haber, de hecho ya nos
gozamos en la gestión de algunos presidentes cristianos, pero
solo el Rey en su venida terminará derrocando todo gobierno
diabólico y humano.
Creernos los semidioses del planeta nos puede
terminar derribando. Somos hijos de Dios, tenemos su
naturaleza en nuestro espíritu, pero todavía somos barro y
manifestamos el tesoro desde ese vaso imperfecto. Debemos
penetrar todos los sistemas en la unción del Espíritu a pesar
de las confrontaciones, sabiendo que somos fuertes en Él,
pero débiles en nuestra naturaleza carnal, somos capaces y
todo lo podemos en Él, pero no debemos ignorar a nuestro
peor enemigo, nosotros mismos y nuestra vieja naturaleza.
47
“Pretender Reino
con un evangelio sin Cruz,
es la utopía de los esclavos,
porque la libertad y el Trono
solo llegan después de la Cruz”
Cuando Pablo le escribe a la Iglesia de Corinto, donde
los falsos apóstoles habían ingresado durante su ministerio (2
Corintios 11:13 al 15) Él los exhorta por su egoísmo,
autosuficiencia, carnalidad e ingenuidad:
“Ya estáis saciados, ya estáis ricos, sin nosotros reináis”
¡Y ojalá reinaseis, para que nosotros reinásemos también
juntamente con vosotros!
1 Corintios 4:8
Los corintios creían y actuaban como si ya estuviesen
reinando con toda plenitud. Esto produjo en ellos una
flaqueza y ceguera espiritual severa por poner su mirada en
lo terrenal. ¡Ellos pensaban que ya reinaban en su presente y
querían vivir como reyes! Pero Pablo sabía que debían
enfrentar diversas pruebas ahora con Cristo reinando en sus
corazones, para reinar con toda plenitud cuando Él volviese.
(Hechos 14:22).
El apóstol se molesta porque ellos habían elegido un
camino diferente al que él les había instruido. Mientras Pablo
sufría el vituperio de Cristo y las persecuciones, los corintios
estaban preocupándose más por sus deseos personales que
por el propósito Divino.
48
Pablo escribe: ¡Y ojalá reinaseis, para que nosotros
reinásemos también juntamente con vosotros! Si ellos
hubieran reinado realmente con toda plenitud, sería porque
Cristo ya habría venido, por eso Pablo agrega: “Nosotros
estaríamos reinando con ustedes”. Pero eso no estaba
ocurriendo, como tampoco está ocurriendo hoy en día. Sé que
suena feo, pero si usted lee los diarios o mira los noticieros
sabrá que tinieblas están cubriendo la tierra y oscuridad hay
sobre las naciones, más también sabrá por la Escritura, que
sobre la Iglesia amanecerá el Señor y sobre la Iglesia será
vista su gloria (Isaías 60:1 al 3) Tengamos esperanza,
sigamos avanzando contra viento y marea y esperemos al
Rey deseosos de que venga pronto, para que la plenitud del
reino llene de luz este planeta, hasta lo último de la tierra.
Los corintios pensaban que reinaban, pero solo habían
perdido el equilibrio, como puede suceder hoy en día, el reino
está porque Cristo es el que reina nuestros corazones y a
través de nosotros, todo lo que podamos manifestar, por la fe
y desde una plena comunión, eso es reino… Hay conquistas,
hay avance, hay manifestación, hay territorios recuperados,
hay negocios y empresas de reino, hay cultura de reino y
justicia de reino en la Iglesia, pero el mundo verá y conocerá
eso con toda plenitud en la venida del Rey.
Lo mismo ocurrió con la Iglesia de Laodicea, la última
de las siete que el Señor exhorta en el libro de Apocalipsis,
la cual asimismo es muestra de la última etapa de la iglesia
49
en la tierra. El Señor les reprende diciendo: “Porque tú dices:
Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo
necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado,
miserable, pobre, ciego y desnudo.” Las siguientes palabras
de Jesús son contundentes a su estado: “sé pues celoso y
arrepiéntete” (Apocalipsis 3:14 al 22)
La característica de los apóstatas es que solo piensan
en las cosas de la tierra. Así Pablo nos dice: “Porque por ahí
andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun
ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de
Cristo; el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el
vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en
lo terrenal. Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de
donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo”
(Filipenses 3:17 al 20)
Durante el ministerio de nuestro Señor ocurrió algo
similar. Juan 6:14 dice: “Aquellos hombres entonces,
viendo la señal que Jesús había hecho, dijeron: Este
verdaderamente es el profeta que había de venir al mundo.”
Querían decir el Mesías profetizado y prometido por ejemplo
en Deuteronomio 18:15. ¡El rey está aquí!
Sin embargo, según nos dice el versículo siguiente:
“Pero entendiendo Jesús que iban a venir para apoderarse
de él y hacerle rey, volvió a retirarse al monte Él solo” Ellos
tenían en mente un reino humano y terrenal tal como lo tienen
hoy los que caen en el desequilibrio espiritual. Si Él, pudo
producir suficientes panes y pescados para dar de comer a
50
veinte mil personas (vv.1-13), bien podría darles a los
romanos lo que se merecían, sacarlos a patadas y libertar a
Israel. Nunca pensaron en Jesús más que como el rey terrenal
que les daría libertad terrenal y la venganza que querían.
No tenían interés en “Venga tu reino, Hágase tu
voluntad”. Más bien estaban diciendo “Venga nuestro reino,
hágase nuestra voluntad” pero el Señor Jesús tenía otros
planes, Él no usaría poder político y militar contra los
romanos. Él quería que aquellos lo reconocieran como el
salvador del pecado y de la justicia verdadera, Él quería que
su pueblo pudiera ser limpiado y en plena comunión de
gracia, ser gobernados por su Espíritu. Pero ellos querían
obligarlo a que siguiera la agenda terrenal que ellos tenían,
querían gobernar, pero no ser gobernados y eso es un
desequilibrio espiritual.
Como aquellos que buscaban a Jesús para hacerlo rey
literalmente y beneficiarse de su Reino, hoy en día algunos
están presentando a “Otro Jesús”, un Jesús que atrae a las
personas egoístas, que solo quieren satisfacer sus antojos y
deseos personales, que pretenden riquezas sin propósito y
éxito para vivir mejor, conquistar territorios y vivir como
reyes, pero no quieren cruz, quieren gobierno. No se están
ofreciendo para asumir el costo de sufrir con Cristo si es
necesario y eso es un desequilibrio peligroso.
Mucho de los que proclaman el Reino hoy en día, no
se están preocupando realmente por extender el reino de Dios
ni la gloria de su nombre, sino que simplemente buscan el
51
engrandecimiento de su propio imperio y el cumplimiento de
sus propios deseos egoístas. Jesús dijo: “Mi reino no es de
este mundo.”, (San Juan 18:36) Hasta que no entendamos
esto y lo que significa ser hijos, herederos y embajadores, no
tendremos la capacidad y la fortaleza para manifestar
verdaderamente y desde el espíritu, el reino de Dios en la
tierra.
52
Capítulo cuatro
La predicación del Reino
“Y este evangelio del reino será predicado
en todo el mundo para testimonio a todas las razas,
y luego vendrá el fin”
Mateo 24:14
Predicar el evangelio del reino, es anunciar que el reino
de Dios ya está establecido entre sus santos y que debemos
manifestarlo a pesar de nuestras debilidades y limitaciones,
hasta alcanzar la máxima expresión del reino en la gloriosa
venida física del Señor.
La predicación del evangelio del reino ante toda lengua
y nación, procura alcanzar el corazón de los escogidos, hasta
que entre la totalidad de los gentiles y luego Israel, será
restaurado como el olivo original.
“Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio,
para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros
mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en
parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles;
y luego todo Israel será salvo…”
Romanos 11:25 y 26
53
La predicación es la proclamación de este hecho, para
interpretar bajo esta revelación, el pasado, el presente y el
futuro de la humanidad. Esta verdad expresada implica la
operación del Espíritu Santo, produciendo una respuesta
específica en los santos: Arrepentimiento genuino, fe
sobrenatural y la permanente búsqueda de verdadera justicia.
En otras palabras, una vida de reino a través de la cual Dios
pueda manifestarse.
Gracias a las labores de historiadores, podemos estar
seguros que Jesús no sólo proclamó el reino como Su misión
fundamental de vida (Lucas 4:43), sino que por el reino Él
quiso decir lo que cualquiera que perteneció a Su herencia
judía podía entender, la restauración total de Israel y lo que
justamente los judíos no entendieron: el reino de Dios, sobre
toda la creación.
Esto se realizará perfectamente, y se establecerá
totalmente aquí en la tierra. Semejante visión de un imperio
mundial divino había sido, de hecho, la visión de todos los
profetas de Israel. Jesús sólo confirmó Su Mensaje, lo
amplificó, y lo hizo el asunto de Su llamado urgente al
arrepentimiento en vista del gran evento que se había iniciado
con su nacimiento y se expandiría en su muerte y
resurrección.
“Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir:
Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado”
Mateo 4:17
54
Jesús dijo claramente que el mundo entero estaba bajo
la influencia de Satanás y también dijo que Su reino no era
de este mundo (Juan 18:36), pero también dijo portar el
gobierno de Dios sobre Su vida y a través de la cruz, abrió la
oportunidad de una vida nueva para los hombres, una vida
que nos permita ser gobernados por Dios, desde nuestros
corazones (Jeremías 31:33) para manifestar igual que Él, el
reino de Dios, hasta Su gloriosa venida.
Es una cuestión de simple honestidad que los cristianos
abracemos el mensaje que Jesús, y los apóstoles después de
Él, proclamaron. ¿Pero qué dice la Biblia en el antiguo pacto
respecto del reino?
Si nos remontamos a Adán, vemos el reino claramente
establecido. Dios ordena la tierra, forma al hombre, lo
bendice y lo comisiona a llenar la tierra, señorear y sojuzgarla
por completo (Génesis 1:27 y 28). Dios pone sus límites al
hombre y le ordena no comer del árbol de la ciencia del bien
y del mal (Génesis 2:17). El huerto era el ámbito del
gobierno Divino, la abundancia era consecuencia de Su
gobierno y los planes para su creación, eran extraordinarios,
sin embargo, el pecado trajo el gobierno de las tinieblas, el
caos, la maldad y la muerte.
Desde entonces, fueron muy pocos los hombres que
aceptaron ser gobernados por Dios, incluso fueron llamados
héroes de la fe.
55
Para los descendientes de Abraham, la idea de Dios
como rey, no aparece en el comienzo de su historia. El Dios
que se reveló primero a Abrahán, Isaac y Jacob, y luego a
Moisés, no tiene las características de un rey. Esta imagen
sólo se hizo presente cuando Dios los sacó de Egipto y
comenzó a formar en ellos, una idea de nación santa, un
pueblo especial, bajo gobierno Divino.
A los hebreos, les costó mucho entender esto. Ellos
comprendían el gobierno tirano de Egipto, pero no
comprendían lo que significaba ser libres, vivir bajo el
gobierno de Dios y por consecuencia, gobernar una tierra de
abundancia que debían conquistar.
Después de un recambio generacional, se establecieron
en Canaán, y se constituyeron como un pueblo con territorio
propio, la anhelada tierra prometida. Ellos eran especiales,
tenían asignados jueces, pero el Rey soberano debía ser
Jehová. Sin embargo, ellos pidieron tener un rey humano
como los demás pueblos de la tierra.
Y dijo Jehová a Samuel: “Oye la voz del pueblo en todo lo
que te digan; porque no te han desechado a ti, sino a mí
me han desechado, para que no reine sobre ellos”
1 Samuel 8:7
Los años pasaron y cuando el reino de Israel se
derrumbó, y los israelitas fueron llevados al exilio, los
profetas comenzaron a hablar de un rey futuro, el Mesías, el
Hijo de David, que restauraría la grandeza de Israel, y
56
también, de Jehová como pastor de su pueblo que lo haría
regresar a su tierra, lo reuniría como un rebaño, y lo salvaría
definitivamente de sus enemigos.
“De cierto te juntaré todo, oh Jacob; recogeré ciertamente
el resto de Israel; lo reuniré como ovejas de Bosra, como
rebaño en medio de su aprisco; harán estruendo por la
multitud de hombres. Subirá el que abre caminos delante
de ellos; abrirán camino y pasarán la puerta, y saldrán
por ella; y su rey pasará delante de ellos, y a la cabeza de
ellos Jehová”
Miqueas 2:12 y 13
Además, previeron una extensión progresiva de este
reinado de Dios a toda la tierra. Al profeta Daniel le fue dicho
que registrara esto acerca del reino de Dios:
“Y en los días de esos reyes, el Dios de los cielos levantará
un reino que jamás será destruido, ni será dejado a otro
pueblo. Este desmenuzará y acabará con todos estos
reinos, pero él permanecerá para siempre”
Daniel 2:44
“Pero los santos del Altísimo tomarán el reino y lo
poseerán por los siglos y por los siglos de los siglos”
Daniel 7:18
Isaías enseñó acerca del Rey Jesús:
57
“Porque un niño nos es nacido, un hijo nos es dado, y el
dominio estará sobre su hombro. Se llamará su nombre:
Admirable Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe
de Paz. Lo dilatado de su dominio y la paz no tendrán fin
sobre el trono de David y sobre su reino, para afirmarlo y
fortalecerlo con derecho y con justicia, desde ahora y para
siempre. El celo de Jehovah de los Ejércitos hará esto”
Isaías 9:6 y 7
Y relató maravillosamente en varios pasajes, como
será el reino futuro en toda la tierra:
“Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el
cabrito se acostará; el becerro y el león y la bestia
doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará.
La vaca y la osa pacerán, sus crías se echarán juntas;
y el león como el buey comerá paja.
Y el niño de pecho jugará sobre la cueva del áspid,
y el recién destetado extenderá su mano sobre la caverna
de la víbora. No harán mal ni dañarán en todo mi santo
monte; porque la tierra será llena del conocimiento de
Jehová, como las aguas cubren el mar”
Isaías 11:6 al 9
Zacarías también lo predicó:
“Y Jehová será rey sobre toda la tierra.
En aquel día Jehová será uno, y uno su nombre”
Zacarías 14:9
58
En fin, a través de los profetas, en varios y hermosos
pasajes que no puedo incluir o desarrollar, por lo extenso que
se haría, el Señor anunció la llegada del Rey Jesús, el
establecimiento del reino en la tierra a través de su obra y la
manifestación permanente hasta su gloriosa venida. Luego sí,
el reino doblegará a toda la creación y toda la tierra será llena
de su gloria.
El profeta Isaías también fue el encargado de anunciar
a Juan el Bautista, que fuera aquel que comenzaría a predicar
abiertamente el reino de Dios.
“Voz que clama en el desierto: Preparad camino a
Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios.
Todo valle sea alzado, y bájese todo monte y collado; y lo
torcido se enderece, y lo áspero se allane.
Y se manifestará la gloria de Jehová, y toda carne
juntamente la verá; porque la boca de Jehová ha hablado”
Isaías 40:3 al 5
Un nuevo tiempo había llegado:
“La ley y los profetas eran hasta Juan; desde entonces
el reino de Dios es anunciado,
y todos se esfuerzan por entrar en él.”
Lucas 16:16
El Reino anunciado por Juan el Bautista:
“En aquellos días vino Juan el Bautista
59
predicando en el desierto de Judea, y diciendo:
Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado”
Mateo 3:1 y 2
Poco después de su bautismo, Jesús empezó a predicar:
“Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado”
Mateo 4:17. Cuando Jesús volvió a su pueblo, Nazaret, fue a
la sinagoga, abrió el rollo de Isaías y leyó en voz alta el pasaje
escogido que hablaba claramente del Mesías y luego dio a
entender claramente que Él era de quién hablaba el texto.
Enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos
de todos en la sinagoga estaban fijos en él. Entonces comenzó
a decirles: “Hoy esta Escritura se ha cumplido”. Todos los
presentes sabían que se estaba refiriendo al Mesías por lo que
se llenaron de ira;
y levantándose, le echaron fuera de la ciudad, y le llevaron
hasta la cumbre del monte sobre el cual estaba edificada la
ciudad de ellos para despeñarle. Por supuesto, no solo no
pudieron matarlo, sino que dio inicio a su ministerio
predicando por toda aldea que el reino de Dios se había
acercado:
“Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de
Dios, diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de
Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio”
Marcos 1:14 y 15
“Cuando ya era de día, salió y se fue a un lugar desierto; y
la gente le buscaba, y llegando a donde estaba, le detenían
para que no se fuera de ellos. Pero él les dijo:
60
Es necesario que también a otras ciudades anuncie
el evangelio del reino de Dios;
porque para esto he sido enviado.”
Lucas 4:42 y 43
“Y recorrió Jesús toda Galilea, enseñando
en las sinagogas de ellos, y predicando el
evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda
dolencia en el pueblo.”
Mateo 4:24
Jesús capacitó a sus discípulos y les enseñó a predicar
el reino, ellos le observaban todos sus movimientos y
escuchaban atentamente su predicación:
“Aconteció después, que Jesús iba por todas las ciudades y
aldeas, predicando y anunciando el evangelio del reino
de Dios, y los doce con él”
Lucas 8:1
Luego Jesús les dio autoridad y los envió a predicar el
reino con señales sobrenaturales de poder.
“Habiendo reunido a sus doce discípulos, les dio poder y
autoridad sobre todos los demonios, y para sanar
enfermedades. Y los envió a predicar el reino de Dios,
y a sanar a los enfermos.”
Lucas 9:1 y 2
61
Jesús nunca dejó de predicar el evangelio del Reino,
hablándole incluso a Pilato, antes de ser crucificado. Luego
murió, pero para alabanza y gloria del Señor ¡Resucitó!
Aun así, luego de haber resucitado, se presentó a sus
discípulos con pruebas de que era Él, quién les hablaba y les
siguió predicando ¿Qué les predicó?
“...a quienes también, después de haber padecido, se
presentó vivo con muchas pruebas indubitables,
apareciéndoseles durante cuarenta días
y hablándoles acerca del reino de Dios”
Hechos 1:3
Los discípulos conmovidos creyeron en Su evangelio
y tomaron la responsabilidad de predicarlo hasta lo último de
la tierra.
“Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el
evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo,
se bautizaban hombres y mujeres”.
Hechos 8:12
“Y entrando Pablo en la sinagoga, habló con denuedo
por espacio de tres meses, discutiendo y persuadiendo
acerca del reino de Dios”.
Hechos 19:8
“Y ahora, he aquí, yo sé que ninguno de todos vosotros,
entre quienes he pasado
62
predicando el Reino de Dios, verá más mi rostro”.
Hechos 20:25
Pablo enseñó que Jesús era Rey y que regresaría como
rey para manifestar definitivamente el reino de Dios. Debido
a esta enseñanza, fue falsamente acusado de incitar a sus
seguidores a que derrocaran al gobierno romano. Aunque eso
no era cierto, puso en graves aprietos a Pablo y sus
compañeros.
Los apóstoles proclamaron el reino de Dios, un reino
muy diferente de cualquier imperio secular, y sin duda daban
a Jesús el título griego basileus que quiere decir: Rey,
término por el cual el emperador romano era descrito por sus
súbditos de habla griega.
Puesto que el evangelio tenía que ver con un reino
literal cuyo rey era Jesucristo, esto hizo que Pablo fuera
acusado de traición. Los ciudadanos temían que las
autoridades romanas tomaran cartas en el asunto y los
trataran duramente si se continuaba hablando abiertamente
del reino de Dios. Este incidente muestra el poderoso impacto
que el mensaje del reino tuvo en el mundo romano.
Pablo enseñaba que la gente debía volverse de los
ídolos y dioses falsos y empezar inmediatamente a obedecer
las enseñanzas del Dios viviente y eso era desafiante y
violento para los paganos.
63
“Y habiéndole señalado un día, vinieron a él muchos a la
posada, a los cuales Les declaraba y les testificaba el reino
de Dios desde la mañana hasta la tarde,
persuadiéndoles acerca de Jesús, tanto por la ley de
Moisés como por los profetas.”
Hechos 28:23
“Y Pablo permaneció dos años enteros en una casa
alquilada, y recibía a todos los que a él venían, predicando
el reino de Dios y enseñando acerca del Señor Jesucristo
abiertamente y sin impedimento.””.
Hechos 28:30 y 31
Resumiendo, Pablo dijo:
“El cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y
trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos
redención por su sangre, el perdón de pecados”
Colosenses 1:13 y 14
La iglesia primitiva tenia conciencia plena de lo que
era el anunciar las buenas nuevas del reino de Dios. Esto lo
hacían en el poder del Espíritu Santo, bajo este poder
anunciaban a todas las personas que tenían una nueva
propuesta de cambio. Se enfrentaron al régimen religioso y
político ofreciendo una buena nueva, un reino diferente que
los hacia libres de ataduras y servidumbre. Libres del pecado
para vivir una vida renovada, el evangelismo fue la propuesta
de vivir una manera diferente y renovada a través de Cristo.
64
Los apóstoles de la iglesia primitiva obedecieron el
mandamiento de Cristo:
“Predicad el evangelio a toda criatura”
Marcos 16.15
Realmente no todo el mundo se convirtió, pero de
acuerdo al testimonio de algunos de sus enemigos los
discípulos fueron culpables de trastornar el mundo entero
(Hechos 17:6). En un poco tiempo ya ellos se habían
convertido en la luz del mundo; no la luz que se pone debajo
de una cama, sino la que se pone en un candelero. Ellos eran
como una ciudad asentada sobre un monte que no puede
esconderse (Mateo 5:14 y 15).
Los discípulos se convirtieron en la fuerza que los
reyes y los representantes de la ley tenían que tener en cuenta.
Miles y otros miles de personas fueron añadidas a la iglesia.
Esto constituyó mucho más que añadir nombres a la lista de
la membresía. Las vidas de las personas eran cambiadas
dramáticamente. Los demonios eran echados fuera. La llama
ardía a medida que los nuevos cristianos depuraban sus
hogares, así como también sus corazones.
“Así nos lo ha mandado el Señor:
Te he puesto por luz para las naciones,
a fin de que lleves mi salvación
hasta los confines de la tierra.”
Hechos 13:47 NVI
65
Sin dudas, la predicación del reino es controversial,
desde siempre, a los profetas los persiguieron y muchos de
ellos fueron asesinados, a Juan el Bautista le cortaron la
cabeza, a Jesús quisieron despeñarle y al final lo terminaron
crucificando con un cartel sobre su cabeza anunciando su
reinado, a sus discípulos los asesinaron cruelmente y la
iglesia pionera fue perseguida sin piedad. Indudablemente, el
mensaje del reino, no es muy popular, pregunto:
¿Igualmente, está dispuesto a predicar el reino?
“Sin embargo, considero que mi vida carece de valor para
mí mismo, con tal de que termine mi carrera y lleve a cabo
el servicio que me ha encomendado el Señor Jesús, que es
el de dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios”
Hechos 20:24 NVI
66
Capítulo cinco
Las parábolas del Reino
“Porque a cualquiera que tiene, se le dará, y tendrá más;
pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.
Por eso les hablo por parábolas: porque viendo no ven,
y oyendo no oyen, ni entienden”
Mateo 13:12
“Pero bienaventurados vuestros ojos,
porque ven; y vuestros oídos, porque oyen”
Mateo 13:16
¿Qué son las parábolas? Son comparaciones tomadas
de la vida real para poder explicar, ejemplificar mejor las
verdades que se quieren comunicar. No son fábulas, pues en
estas no intervienen personajes animales con características
humanas, ni alegorías, pues se basan en hechos u
observaciones creíbles, tomando la mayoría de estos
elementos de la vida cotidiana.
Jesús dijo que enseñaba usando parábolas para que
comprendieran su mensaje sólo aquellos que tenían un
corazón dispuesto y también lo hacía, para que aquellos que
67
tenían un corazón endurecido no pudieran entender. Por lo
tanto, comprender el mensaje de Jesús hoy, significa ser un
verdadero discípulo suyo y, por el contrario, no entenderlo
supone la falta de compromiso y verdad.
En este capítulo, no pretendo desarrollar cada una de
las parábolas enseñadas por Jesús, no solo porque esa tarea
merecería un libro completo, sino porque mi objetivo solo es
señalar el reino en ellas.
Jesús enseñó una serie de parábolas extraordinarias. La
primera a considerar, creo que debe ser, la parábola del
sembrador y quisiera detenerme un poco en ella de manera
especial porque esta parábola la considero el portal de todas
las parábolas del reino.
Probablemente, todos los que escucharon esta parábola
tenían experiencia de la semilla lanzada, conocían las
inquietudes por la cosecha abundante o malograda. Quizá por
esto no era difícil extraer consecuencias espirituales de este
asunto, pero los discípulos igualmente pidieron la
explicación para comprender. Fue entonces, que Jesús les
señaló un portal de revelación:
Y les dijo: ¿No sabéis esta parábola?
¿Cómo, pues, entenderéis todas las parábolas?
Marcos 4:13
Lo que Jesús les estaba diciendo y junto a ellos
aprendemos. Que si alguien escucha la Palabra del reino y no
68
la recibe en su corazón con buena disposición, jamás podrá
entenderla y que si alguien no entiende esta parábola del
sembrador, que se trata justamente de poder recibir la buena
semilla del reino, no tendrá chance alguna para el resto del
evangelio. Jesús les dijo: Si no pueden entender esta ¿Cómo
entenderán todas las demás?
Luego, si amorosamente recibieron una primera
lección sobre la necesidad de tener el corazón bien dispuesto
y sobre las malas consecuencias de la dureza de corazón:
"Los discípulos se acercaron a decirle: ¿Por qué hablas de
esta manera algo difícil de entender? Él les respondió: “A
vosotros se os ha dado conocer los misterios del Reino de
los Cielos.”
El reino es un misterio para el hombre natural, sin
embargo, para los escogidos, los bienaventurados que
recibimos Su vida, el reino es una realidad palpable y
maravillosa, por eso es algo indignante cuando algún
religioso dice que el reino todavía no está entre nosotros.
“Oíd, pues, vosotros la parábola del sembrador:
Cuando alguno oye la palabra del
reino y no la entiende, viene el malo,
y arrebata lo que fue sembrado en su corazón.
Este es el que fue sembrado junto al camino.”
Mateo 13:18 y 19
Quisiera que en la explicación dada por Jesús a los
discípulos observe que la semilla, no es cualquier semilla, es
69
semilla de reino. Lo que se siembra, es lo que se cosecha. Si
predicamos el evangelio del Reino vamos a cosechar
creyentes que vivirán el reino, pero si predicamos el
evangelio de la religión, eso es lo que tendremos. Por eso es
que la iglesia no ha tenido el avance y la influencia que ha
debido manifestar en esta generación.
Jesús terminó de explicar la parábola del sembrador y
a continuación les dice otra parábola. En este caso, la que
habitualmente se denomina como la parábola del trigo y la
cizaña.
“Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos
es semejante a un hombre
que sembró buena semilla en su campo...”
Mateo 13:24
En esta parábola el Señor reanuda su enseñanza donde
la había dejado al acabar la parábola del sembrador. Nos
había dicho que una cuarta parte de la semilla sembrada cayó
en buena tierra. Las otras tres cuartas partes nunca produjeron
nada porque las personas que oyeron la Palabra no
respondieron a la misma.
Pero ahora vemos otra faceta de la condición del reino
de los cielos en el mundo actual. Es la ilustración de un
hombre que sembró semilla buena en su campo.
"Pero mientras los hombres dormían, vino su enemigo
y sembró cizaña entre el trigo, y se fue."
70
Mateo 13:25
Mientras que aquellos hombres dormían, vino el
enemigo. Recordemos que el Señor es el sembrador y que Él
no se adormece, ni duerme (Salmo 121:4). Satanás es el
enemigo, y el que siembra cizaña entre el trigo.
"Cuando el trigo brotó y produjo grano,
entonces apareció también la cizaña."
Mateo 13:26
Cuando el trigo y la cizaña comienzan a crecer, es
difícil distinguir el uno de la otra. No es fácil distinguir una
enseñanza sutilmente equivocada, es muy probable que
parezca de reino, pero si no lo es, solo generará resultados a
nivel del alma y no en el espíritu de los santos.
En una ocasión, un pastor me invito con cierta
frecuencia para impartir el mensaje del reino en su
congregación. Yo disfrute mucho el poder hacerlo, porque
los resultados comenzaron a producirse rápidamente. La
gente estaba ansiosa por entender y vivir el reino, lo que
generó testimonios personales, familiares y financieros. Toda
la congregación manifestó un avance notable. Incluso el
pastor y su familia experimentaron una prosperidad integral
en su ministerio.
Lamentablemente el pastor creyó que ya había
entendido el reino y no fue así. Nuestra comunión se cortó y
la obra lentamente volvió a su estado anterior. No se puede
71
avanzar en el reino con palabras. El verdadero trigo es vida,
no palabras. La cizaña parece trigo, pero no lo es.
Cuando un predicador cambia el lenguaje, pero no
cambia su esencia, no predica reino, solo predica palabras
renovadas, que parecen alimentar, pero que solo entusiasman
y por esa causa, nunca obtendrá una buena cosecha.
“Y los siervos del dueño fueron y le dijeron: Señor,
¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿Cómo, pues,
tiene cizaña? Él les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los
siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la
recojamos? Pero él dijo: No, no sea que al recoger la
cizaña, arranquéis el trigo junto con ella. Dejad que ambos
crezcan juntos hasta la siega; y al tiempo de la siega diré a
los segadores: Recoged primero la cizaña y atadla en
manojos para quemarla, pero el trigo recogedlo en mi
granero”
Por un lado, la iglesia está cada vez mejor y por otro,
cada vez peor. Está cada vez mejor en el sentido que el trigo
está creciendo. Hoy se ha recuperado la esencia apostólica y
profética, para la impartición del reino. Al mismo tiempo, la
cosa está cada vez peor, porque hay un montón de apóstoles
que no son apóstoles, de profetas que no son profetas, de
ministerios que Dios no abrió y de mensajes, que
supuestamente son de reino, pero en esencia, no lo son.
El trigo crece, pero la cizaña también. De todas
maneras, se nos advierte que nuestra misión no consiste en
arrancar la cizaña, porque podríamos arrancar al mismo
72
tiempo y sin quererlo, algunas espigas de trigo. Nuestra
responsabilidad se limita a sembrar el verdadero evangelio
del reino.
¿Por qué motivo el Señor no desea que intervengamos
quitando cizaña? Porque Él no está mirando la iglesia
respecto de este tema. Él está mirando al mundo. Si nos
enfocaremos a la manera de Dios, no habría detractores
utilizando las redes sociales para criticar a algunos apóstoles,
profetas, ministerios o mensajes. No tienen idea del daño que
producen al hacerlo.
La mayoría de las críticas a la iglesia, son realizadas
en las redes sociales por cristianos. La gente que nada tiene
que ver con la iglesia, no sabe y rara vez opina sobre eso,
pero hay hermanitos o yo diría primos, que no paran de
criticar todo lo que no entienden y lamentablemente, no se
les revela que, aunque puedan tener razón en algo, deberían
dejar de exponer públicamente lo que Dios resolverá en
secreto.
Los verdaderos creyentes son aquellos que han
confiado en Cristo como Salvador y le obedecen como Señor.
Ésta es la prueba decisiva que demuestra la autenticidad de
los hijos del reino. Y nadie debería preocuparse demasiado
porque la cizaña y el trigo crezcan juntos. En un día futuro el
Señor utilizará su hoz y separará la cizaña y el trigo, no lo
haremos nosotros.
73
Curiosamente, la siguiente parábola que enseñó Jesús
fue sobre una nueva clase semilla:
“Otra parábola les refirió, diciendo:
El reino de los cielos es semejante al grano de
mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo...”
Mateo 13:31
Así como la parábola de la levadura nos hablaba sobre
la condición interna del reino, esta parábola revela el
crecimiento externo del reino. La iglesia no ha convertido al
mundo entero, pero esa no es su función. Proféticamente
sabemos que no lo hará, pero, aun así, la idea es que el reino
avance de tal manera que sea visible y deseable.
“El cual a la verdad es la más pequeña de todas las
semillas; pero cuando ha crecido, es la mayor de las
hortalizas, y se hace árbol, de tal manera que vienen
las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas”
Mateo 13:32
Esta parábola concluye diciendo que los pájaros se
cobijaban en sus ramas. Ha habido varias interpretaciones
sobre las aves, pero creo que en este discurso no representan
nada bueno, recordemos la interpretación del Señor en la
primera parábola, en la que los pájaros se llevaban la semilla
que había caído junto al camino.
El Señor dijo que representaban al enemigo. Me temo
que, en la actualidad, muchos ministerios están siendo
74
invadidos por bandadas de aves que solo buscan refugio y
comer la unción del reino, pero no guardan identidad ni
compromiso.
La siguiente parábola que Jesús contó, fue la de la
levadura en la harina:
“Otra parábola les dijo: El reino de los cielos es semejante
a la levadura que tomó una mujer, y escondió en tres
medidas de harina, hasta que todo fue leudado.”
Mateo 13:33
Para comprender bien esta breve pero fundamental
parábola, debemos recordar que Jesús está enseñando sobre
lo que le sucede al reino de Dios en la tierra durante el
intervalo existente entre el rechazo a Cristo y Su exaltación
cuando regrese para manifestar la plenitud de Su reino.
Permítame analizar esta parábola tomando en cuenta el
contexto, sin descuidar todo lo dicho anteriormente y durante
el ministerio terrenal de Cristo. No quiero tomarla tan a la
ligera, ni interpretarla superficialmente como generalmente
se hace.
¿Cuál es el reino, la levadura o la harina? No se apure
a responder, una lectura rápida no ayudará mucho. Antes de
analizar esto les comparto otra versión actualizada.
Jesús les puso una comparación más: «Con el reino
de Dios pasa lo mismo que con la harina.
75
Cuando una mujer pone en ella un poquito de levadura,
ese poquito hace crecer toda la masa.»
Mateo 13:33 (BLS)
Algunos interpretan la levadura como el evangelio,
pero eso, revela que están ignorando todo lo que dice la
Escritura respecto a ella. En ninguna parte de la Biblia se
utiliza la levadura como referencia a un principio del bien,
siempre se la relaciona con el principio del mal.
La palabra levadura aparece 98 veces en la Biblia
aproximadamente, 75 veces en el antiguo testamento y 23
veces en el nuevo testamento y siempre es utilizada en un mal
sentido. En el antiguo testamento estaba prohibido utilizarla
para las ofrendas presentadas a Dios. En el nuevo testamento,
en Mateo 16:6, nuestro Señor advirtió contra la levadura de
los fariseos y de los saduceos. Y el apóstol Pablo, en 1
Corintios 5:8, escribió sobre la levadura de malicia y
maldad. El simbolismo de las Escrituras no se contradice, y
podemos tener la seguridad de que la levadura no se utiliza
en este pasaje en un buen sentido. Por lo tanto, la levadura no
es el evangelio del reino, sino las tres medidas de harina.
Porque la harina está hecha de grano o buenas semillas, y el
Señor ya nos había dicho en la parábola del sembrador que la
semilla representaba a la Palabra del reino.
En esta historia, aparece una mujer que tomó la
levadura y la escondió en la harina. Si aquí la levadura
representase al evangelio ¿por qué había de esconderlo? El
evangelio debe proclamarse públicamente hasta los confines
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de la tierra no esconderse en una masa. Sé que esto que
expongo puede resultar un poco conmovedor respecto de los
conceptos ya adoptados, pero creo que la levadura es el
principio del mal, y la mujer la escondió en la harina, que
representa al evangelio del reino.
La levadura es una sustancia usada para producir
fermentación. Cuando se la añade a la masa del pan la hace
crecer y la hace también sabrosa. Por este motivo,
muchísimas personas encuentran emoción y nuevas
sensaciones con supuestos mensajes del reino que prometen
dominio, avance y conquistas sin compromiso, pero, aunque
eso pueda ser sabroso, les aseguro que no es reino.
En lo que al sabor natural se refiere, el pan sin levadura
es poco apetitoso. Un poco de levadura le añade sabor.
Cuando la masa llega a cierta altura, el panadero detiene la
fermentación introduciéndola en el horno para cocerla. Pero
si antes de meterla en el horno, el panadero deja que la masa
continúe aumentando por la acción de la levadura se
corrompe totalmente, literalmente podríamos decir que se
pudre adquiriendo un sabor agrio imposible de digerir.
Realmente, la levadura representa al principio del mal.
Esta parábola advierte que la falta de revelación y cuidado de
lo que verdaderamente es el reino, puede producir una
apostasía mortal en la iglesia y lamentablemente, hoy
estamos viviendo ese descuido.
Muchos están tomando el mensaje apostólico y la
paternidad espiritual solo para estimular a la gente, luego
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controlarlos, someterlos y sacar provecho de sus vidas, pero,
eso no es reino, eso solo es corrupción.
Leamos nuevamente y bajo este concepto las palabras
de Jesús: "El reino de los cielos es semejante a la levadura
que una mujer tomó y escondió en tres medidas de harina
hasta que todo quedó fermentado".
El apóstol Pablo, en 2 Timoteo 4:3, escribió
advirtiendo que llegaría el tiempo en que las personas no
soportarán la sana enseñanza del reino.
El verdadero evangelio del reino es un mensaje
comprometedor y desafiante. Es un llamado a dejarlo todo,
no a recibirlo todo. El humanismo de hoy hace muy difícil la
aceptación de este concepto. Por esta causa, la gente se
incomoda y está saltando de congregación a congregación y
si no encuentran alguna que les predique lo que ellos quieren
escuchar, se terminan congregando en la iglesia virtual de
YouTube, con el pastor que tengan ganas de escuchar.
“Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro
escondido en un campo, el cual un hombre halla,
y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo
lo que tiene, y compra aquel campo”
Mat 13:44
En esta parábola, el tesoro es Israel, no la iglesia, el
campo es el mundo, y el hombre, es Jesucristo, quien se
entregó a sí mismo para redimir a la nación de Israel. Por lo
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tanto, aquí no se habla de un pecador comprando el
evangelio, porque éste no se encuentra escondido en el
campo.
Sin embargo, Israel está en la actualidad como un
tesoro oculto por todo el mundo. Alguien podría alegar que
en este momento es una nación. Lo es, pero en un estado de
conflicto. No podrá disfrutar de su tierra hasta que la reciba
del Señor Jesucristo. Tampoco podrá disfrutar de la paz, así
como ningún otro país, porque solo el Príncipe de Paz puede
lograrla.
“El reino de los cielos también es semejante a un
mercader que busca perlas finas, y al encontrar una perla
de gran valor, fue y vendió todo lo que tenía y la compró”
Mateo 13:45 y 46
La interpretación popular de esta parábola dice que el
pecador es el mercader, y que la perla de gran valor es Cristo.
Según esta interpretación, el pecador vende todo lo que tiene
para poder comprar a Cristo. Permítame discrepar, pero esto
es al revés.
Ningún pecador está buscando salvación, ni reino y
mucho menos considerando que tiene gran valor. Tampoco
podríamos considerar a un pecador pagando algo que no
tiene, por lo que no sabe y no entiende. Un disparate.
La correcta interpretación de la parábola revela a
Cristo como el mercader. El dejó su hogar celestial y vino a
esta tierra para encontrar una perla de gran valor. Aquí halló
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a pecadores perdidos y murió por ellos derramando su sangre.
El vendió todo lo que tenía para comprarnos y redimirnos
para Dios.
La perla de gran precio representa a la iglesia. La perla,
no es una piedra preciosa. Se forma por medio de un
organismo vivo. Un grano de arena u otro material extraño se
introduce en la concha de una pequeña criatura marina, la
hiere y le causa dolor, la respuesta del organismo es producir
una secreción que cubre la materia extraña, tratando de
protegerse hasta que se forma la perla. Es decir, la perla fue
creada desde el dolor al igual que la iglesia.
Una perla no es como otras piedras preciosas, no puede
ser tallada para realzar su belleza, solo permanecerá tal como
fue formada. La perla nunca fue considerada valiosa por los
Israelitas, aunque sí por las demás naciones, al igual que
ocurre con la iglesia.
Cristo vino a esta tierra tomó nuestro pecado y lo llevó
sobre Su propio cuerpo. Nuestro pecado fue como una
materia extraña introducida en su vida, le causo dolor, sin
embargo, nos cubrió con sus blancas vestiduras dejándonos
hermosos y de gran valor.
Al final, cuando en Apocalipsis encontramos una
descripción de la Nueva Jerusalén, sus puertas están hechas
de perlas. Esto no es una casualidad; ha sido proyectado de
esa manera en el extraordinario diseño del reino.
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“Asimismo el reino de los cielos es semejante a una red,
que, echada en el mar, recoge de toda clase de peces; y
una vez llena, la sacan a la orilla; y sentados, recogen lo
bueno en cestas, y lo malo echan fuera. Así será al fin del
siglo: saldrán los ángeles, y apartarán a los malos de entre
los justos, y los echarán en el horno de fuego;
allí será el lloro y el crujir de dientes”
Mateo 13:47 al 50
En esta parábola, en la frase, “así será en el fin del
siglo” muchas versiones dicen mundo, pero la palabra
utilizada en el griego es la palabra aion, que significa edad.
La Biblia no enseña el fin del mundo, sino el final de los
tiempos tal como los conocemos.
En el verdadero mensaje del reino, no se anuncia una
iglesia viviendo sobre una nube, tocando el arpa por toda una
eternidad. El reino anuncia la venida del Rey glorioso y su
gobierno terrenal con la iglesia.
“Porque los malignos serán destruidos,
Pero los que esperan en Jehová, ellos heredarán la tierra”
Salmo 37:9
Como expliqué anteriormente, esto no significa que el
trabajo de conquista será realizado por nosotros. La iglesia
será perseguida a la par que el enemigo procurará establecer
un nuevo orden de gobierno mundial. Hay cosas que se
pondrán verdaderamente peligrosas, sin embargo,
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prevaleceremos hasta Su venida y nos gozaremos en la
victoria.
“Pero los mansos heredarán la tierra,
Y se recrearán con abundancia de paz”
Salmo 37:11
Cuando Cristo venga, toda rodilla se doblará ante el
rey y habrá un tiempo de paz como nunca antes, luego el
enemigo se levantará nuevamente, pero en su final, solo
estará frente al lago de fuego y azufre, junto al anti cristo, el
falso profeta, los ángeles caídos y todos los impíos que
rechazaron el reino.
“Porque los benditos de él heredarán la tierra;
Y los malditos de él serán destruidos”
Salmo 37:22
El evangelio del reino no es una buena nueva de
escape, de temor o de fracaso, es el anuncio de la victoria
consumada de Cristo en la cruz del Calvario. Es la redención
de nuestras vidas, pero también la de toda la creación.
“Los justos heredarán la tierra,
Y vivirán para siempre sobre ella”
Salmo 37:29
Y, por último, si usted está pensando en 2 de Pedro
3:10 al 13, solo puedo decirle que lo lea atentamente, que
considere que, para nosotros, el Señor no vendrá como ladrón
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en la noche, eso es para los impíos. Que eso se desarrolla
justamente en Su venida y que cielo nuevo y tierra nueva, son
el resultado de la redención, al igual que ocurrió con
nosotros, que, si hemos creído, somos nuevas criaturas.
“Los cielos son los cielos de Jehová;
Y ha dado la tierra a los hijos de los hombres”
Salmo 115:16
La última parábola que expresó Jesús en Mateo, no es
considerada como tal por algunos teólogos y dice así:
“Él les dijo: Por eso todo escriba docto en el reino de los
cielos es semejante a un padre de familia, que saca de su
tesoro cosas nuevas y cosas viejas.”
Mateo 13:52
El Señor les había relatado a sus discípulos una por una
las parábolas del reino y al concluir, les estaba preguntado a
sus discípulos si habían entendido todo lo que les había
dicho. Ellos, sorprendentemente, contestaron que sí, pero
todos sabemos, por sus futuras acciones, que no habían
entendido mucho. No obstante, Jesús estaba ejerciendo la
función de un padre de familia que extraía de su tesoro cosas
nuevas y cosas viejas.
Estas palabras se aplicaron a Jesús y hoy se aplican
muy bien, a todos aquellos que enseñamos y predicamos el
evangelio del reino. Hay fundamentos que no deben ser
cambiados, porque uno no reforma una casa tocando sus
cimientos. Pero hay nuevas formas de interpretar verdades
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ocultas, que hoy, en su soberano derecho, el Padre está
revelando a su Iglesia.
No debemos predicar el reino pretendiendo ser
novedosos o inventando cosas para impactar a la audiencia,
esa no es nuestra función, porque le terminaremos haciendo
decir a la biblia, lo que la biblia no quiere decir y eso es muy
grave. Los comunicadores del evangelio solo debemos
permitir que el Espíritu Santo tome el control de Su Palabra
y de nuestras vidas, porque de esa manera fluirá el verdadero
mensaje que la iglesia de hoy necesita recibir.
“Los entendidos resplandecerán como el resplandor del
firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud,
como las estrellas a perpetua eternidad”
Daniel 12:3
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Capítulo seis
La colonización del Reino
La colonización consiste en que los ciudadanos de un
país habiten un territorio extranjero, con el propósito de
influenciar ese dominio con la cultura y valores de su país
natal y gobernarlo mediante las leyes de su gobierno de
origen.
“En el principio creó Dios los cielos y la tierra”
Génesis 1:1
Sé que usted puede haber leído este pasaje cientos de
veces, pero quisiera invitarlo a fijar su atención en los cielos
y la tierra, es decir, este pasaje está aclarando que hay dos
creaciones, una es el cielo y la otra es la tierra.
Los cielos, son los cielos de Dios y solo Él gobierna
ese ámbito. En una sola ocasión hubo una revolución en el
cielo, pero Dios terminó expulsando a quienes la produjeron,
porque solo Dios gobierna y gobernará por siempre los
cielos.
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Por otra parte, la tierra fue concedida a los hombres,
por tal motivo, tenemos su esencia. Dios formó al hombre del
polvo de la tierra.
“Los cielos son los cielos de Jehová;
Y ha dado la tierra a los hijos de los hombres”
Salmo 115:16
Dios creó la tierra para que fuera habitada y gobernada
por Él a través de los hombres.
“Porque así dijo Jehová, que creó los cielos; él es Dios,
el que formó la tierra, el que la hizo y la compuso;
no la creó en vano, para que fuese habitada la creó:
Yo soy Jehová, y no hay otro”
Isaías 45:18
Dios nos ha dado el gobierno de la tierra, pero no su
propiedad de manera definitiva.
“La tierra no se venderá a perpetuidad,
porque la tierra mía es; pues vosotros forasteros
y extranjeros sois para conmigo”
Levítico 25:23
El Reino de los cielos es el lugar donde Dios habita. Es
un lugar físico y visible, pero no para nosotros. Es un lugar
inaccesible para los mortales, excepto que, en Su soberana
voluntad, Dios así lo permita.
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“Jehová estableció en los cielos su trono,
y su reino domina sobre todo”
Salmos 103:19
En el tercer cielo está la capital del reino de Dios, es
de donde fluye el río, la vida y la luz. Nosotros somos
embajadores de ese reino maravilloso aquí en la tierra.
Por otra parte, el reino de Dios es la extensión de ese
Trono de poder. Es decir, donde quiera que la voluntad de
Dios sea hecha, está operando el reino de Dios. No es un
lugar físico y es un ámbito invisible
Cuando se vive en pecado se manifiesta el reino de las
tinieblas. Cuando se vive en la voluntad de Dios se manifiesta
el reino de Dios.
“Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas
estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se
movía sobre la faz de las aguas. Y dijo Dios: Sea la
luz; y fue la luz. Y vio Dios que la luz era buena; y
separó Dios la luz de las tinieblas”
Génesis 1:2 al 4
“Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra
imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en
los peces del mar, en las aves de los cielos, en las
bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se
arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su
imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los
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creó. Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y
multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread
en los peces del mar, en las aves de los cielos,
y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra”
Génesis 1:26 al 28
Expuse estos pasajes de Génesis, porque son claves
para entender la colonización del reino. La palabra “Creó”
proviene del hebreo Bara, que significa crear de la nada,
mientras que la palabra “Hagamos” proviene del hebreo
Asa, que significa formar de lo que ya está creado. Esto no es
una contradicción, porque efectivamente el hombre fue tanto
creado de la nada, como formado de lo que ya existía.
Cuando Dios tomó el polvo de la tierra para formar al
hombre, el polvo ya estaba. Cuando Dios sopló sobre el
hombre Su aliento divino, el aliento ya estaba en Su interior.
Pero ¿Qué fue lo creado de la nada? El alma, y eso es lo que
hace al hombre un ser tan especial.
Nosotros tenemos cuerpo físico, con las características
de la tierra que habitamos. Por eso dice la Palabra que somos
polvo y que al polvo volveremos. Esto es así, porque lo que
Dios pretendía gobernar era la tierra y solo tierra redime
tierra. Nuestro cuerpo es nuestro derecho legal de
manifestación. Por eso es que nunca veremos a los muertos
predicando, ni siquiera los ángeles pueden hacer eso.
“Entonces volverá el polvo a la tierra como lo que era,
y el espíritu volverá a Dios que lo dio”
Eclesiastés 12:7
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Además, los hombres tenemos la vida espiritual, vida
que el pecado mató, pero que Cristo nos volvió a dar. Esa
vida tiene la naturaleza de Dios, no la de la tierra. Es la
naturaleza que nos conecta con el cielo, porque desde esa
dimensión recibimos gobierno.
Por otra parte, tenemos un alma y esa alma, no es como
la tierra, ni es como Dios, solo es nuestro yo, por eso el alma
tiene que ser redimida, salvada (Salmo 62:1). Es decir,
nuestro cuerpo es un cuerpo de muerte y Dios nos dará uno
glorificado (1 Corintios 15:53), nuestro espíritu es renacido
porque estábamos muertos en delitos y pecados, pero nuestra
alma en Cristo, entra en un proceso de redención continua.
El pecado desconecto al hombre del cielo y de Dios,
pero no lo desconecto de la tierra. El evangelio del reino nos
vuelve a conectar con el cielo, pero no pretende
desconectarnos de la tierra. Ese es el absurdo de los que
pretenden celestializar, lo que debe funcionar conectado
tanto al cielo, como a la tierra, porque ese fue el diseño
original.
Dios hizo al hombre de la tierra, porque lo que deseaba
gobernar era la tierra y le sopló su aliento de vida, porque lo
necesitaba conectado con su voluntad. El pecado desconectó
a Adán y a todos nosotros (Isaías 59:2) mientras que la
Sangre de Cristo, nos volvió a conectar. Ahora debemos
funcionar conectados con el cielo y conectados con la tierra
para la gloria de Dios.
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“Por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda
plenitud, y por medio de él reconciliar consigo todas las
cosas, así las que están en la tierra como las que están en
los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.
Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños
y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras,
ahora os ha reconciliado”
Colosenses 1:19 al 21
Por lo tanto, el hombre es la integración de las partes
que fueron creadas de la nada y las cosas que ya estaban
hechas. El hombre debe ser gobernado por Dios y debe ser
un sabio administrador de la tierra. El hombre desconectado
de Dios, no tiene derecho alguno de gobernar la tierra y la
creación lo sabe, por eso gime, esperando la manifestación
gloriosa de los hijos del reino (Romanos 8:19).
Adán era un hijo perfecto de Dios, hecho a Su imagen
y semejanza. La similitud radicaba en las cualidades que
elevaban al género humano muy por encima de los animales.
Desde su mismo comienzo, en el corazón del hombre estaban
arraigadas las cualidades del amor, la sabiduría, el poder y la
justicia.
Dios había dotado a Adán, de libre albedrío y
espiritualidad. Su innato sentido moral, o conciencia, le
posibilitaba distinguir entre lo bueno y lo malo. Poseía una
gran capacidad intelectual, por lo que podía meditar sobre la
razón de la existencia humana, conocer mejor a su Creador y
90
cultivar una relación estrecha con Él. Con tales facultades,
Adán disponía de todo lo necesario para cumplir con su papel
de administrador de la creación terrenal.
Se cree que su sabiduría fue excepcional, ya que puso
nombre a todos los animales que estaban en la tierra y además
tuvo que labrar el huerto, lo que implicaba cuidar un ámbito
extremadamente extenso. Algunos teólogos analizan el
huerto, como si hubiera sido un jardincito, sin embargo había
tres ríos en él, lo cual denota un territorio verdaderamente
extenso.
La conducta de Adán respecto de comer del árbol de la
ciencia del bien y del mal fue realmente suicida, porque él
sabía muy bien que Dios le había dicho que si comía moriría.
Además, supuso el asesinato de toda la prole que Dios
misericordiosamente le permitió engendrar, puesto que todos
ellos nacieron bajo la condena a muerte que acarrea el pecado
(Romanos 5:12). Fue, sin duda, un alto precio por tal
desobediencia egoísta.
El efecto inmediato del pecado fue un sentimiento de
vergüenza. En lugar de acudir a Dios, Adán se escondió
(Génesis 3:8). Su amistad con Dios se había hecho añicos.
Cuando le interrogó sobre su conducta no mostró
remordimiento alguno, aunque era consciente de que había
infringido Su ley.
Adán argumentó ante Dios diciendo que había comido
de la fruta prohibida, porque la mujer que le había dado, la
supuesta ayuda idónea, le convidó. Haciendo responsable a
91
Eva de tal desgracia y a Dios mismo que la había creado de
su costilla.
Adán y Eva no murieron de manera física en el plazo
de veinticuatro horas, pero aquel día murieron en sentido
espiritual. Alejados para siempre de la Fuente de la vida,
comenzaron a sufrir un deterioro que culminaría en la muerte.
Imaginemos su amargo primer encuentro con esta, el día en
que Caín, su primogénito, asesinó a Abel, su segundo hijo
(Génesis 4:1 al 16).
A partir de entonces, vemos al hombre caer en un
tobogán infinito de pecado y maldad. Fue tal el crecimiento
de la maldad, que Dios determinó la destrucción total a través
del diluvio universal. Noé halló gracia ante el Señor y Dios
le dio una oportunidad de salvación para él, su familia y los
animales, pero el pecado ya estaba haciendo su obra en el
corazón de los hombres y no se ha detenido hasta nuestros
días.
Desde entonces, solo algunos hombres y mujeres de
renombre, han tenido comunión con Dios, han vivido bajo su
voluntad y han procurado caminar en el propósito Divino. Sin
embargo, solo Jesucristo, el Hijo de Dios, el llamado hijo de
los hombres, vino a reconciliar todas las cosas y a traer el
gobierno del Padre a toda la humanidad.
“Porque he descendido del cielo, no para hacer mi
voluntad, sino la voluntad del que me envió”
Juan 6:38
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Muchos podrían decir que para Jesús fue fácil
obedecer la voluntad de Dios porque Su naturaleza divina le
ayudaba a hacerlo, pero debemos siempre recordar que
además de ser 100% Dios, Jesús también fue 100% hombre
y en Su humanidad pasó por momentos de tentaciones como
nos lo recuerda el autor a los hebreos:
“Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda
compadecerse de nuestras flaquezas, sino uno que ha sido
tentado en todo como nosotros, pero sin pecado”.
Hebreos 4:15
Nuestro Señor tuvo luchas con Su carne como
cualquiera de nosotros, pero Dios lo permitió para darnos el
ejemplo de cómo también podemos vencer la carne con la
ayuda del Espíritu Santo, y cumplir la voluntad de Dios con
nuestras vidas.
El reino no puede ser vivido con fuerzas humanas, sino
con poder Divino. En Adán solo hay fracaso, por eso el Señor
nos da una vida nueva en Cristo Jesús y nos propone con el
evangelio del reino, un simple cambio de conducta en las
personas. En realidad, los hombres, no tenemos un problema
de conducta, sino de corazón.
Por tal motivo, el Señor, nos da un corazón nuevo y
nueva vida espiritual, para desarrollarnos y alcanzar plenitud.
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"Porque somos sepultados juntamente con él para muerte
por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los
muertos por la gloria del Padre, así también nosotros
andemos en vida nueva"
Romanos 6:4
Aquí se nos habla de ser sepultados con Cristo, así
como somos identificados con Cristo en su muerte, de la
misma manera, somos identificados con Él en Su
resurrección. Y hoy estamos unidos a un Cristo vivo. En otras
palabras, nuestros pecados ya han sido juzgados; así que,
hemos resucitado con Él para vida nueva.
Nosotros vivíamos en Adán, en la vieja naturaleza de
pecado que nos impedía entender y hacer la perfecta voluntad
de Dios. Hoy vivimos en Cristo, tenemos un corazón nuevo
y su Espíritu Santo morando en nuestro interior. Hoy
podemos y debemos hacer su voluntad, para que el gobierno
de Dios se manifieste en toda la tierra.
Adán era representante de Dios, pero falló y terminó
representando al diablo, por eso hoy el mundo entero está
bajo el maligno. El gobierno humanista es perverso y tiene
su raíz en las tinieblas. Pero nosotros podemos vivir una vida
nueva, ese es el diseño del reino y la expresión práctica de
una cultura celestial en la tierra.
"Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte,
mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo,
los que reciben la abundancia de la gracia
94
y del don de la justicia"
Romanos 5:17
El pecado de Adán nos fue imputado de la misma
manera en que la justicia de Cristo nos fue imputada por Su
muerte en la cruz. Cristo es la cabeza de una nueva raza, una
nueva creación, la cual es la Iglesia, Su cuerpo.
El único fundamento de la Iglesia es Jesucristo su
Señor. Ella es Su nueva creación.
"Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre,
Adán, alma viviente; el postrer Adán, espíritu que da vida.
El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo
hombre, que es el Señor, es del cielo"
1 Corintios 15:45 al 47
El reino de Dios hoy, está en manos de los renacidos,
de los santos en luz, de los hijos del rey, de quienes hemos
recibido la gracia y la vida de Cristo. Somos embajadores,
representantes de Dios, ministros del nuevo pacto, reyes y
sacerdotes, santos y consagrados. Hoy somos las puertas
eternas que Dios necesita para colonizar el mundo entero con
la cultura del reino.
“También me encargó dar a conocer a todos el
cumplimiento de su plan. Dios, creador del universo,
mantuvo ese plan en secreto durante siglos.
Así, por medio de la iglesia, los ángeles y los espíritus
poderosos de los aires sabrán ahora que Dios es sabio
95
en todo. Esto era lo que Dios había planeado desde
el principio, y que lo ha hecho realidad por medio
de Jesucristo nuestro Señor”
Efesios 3:9 al 11 V.L.S.
¿Por qué el Señor tuvo que mantener en secreto su plan
durante siglos?
Porque no podía dar a conocer dicho plan, ni ejecutarlo
con gente de naturaleza diferente a la suya, porque una
naturaleza de pecado nunca puede manifestar de verdad un
Reino.
“Él Señor debía colonizar
a través de hijos, no de súbditos”
Todos los llamados héroes de la fe, tanto hombres
como mujeres, tuvieron vidas admirables, hicieron proezas
para Dios, sin embargo, aunque fueron obedientes a Dios, no
fueron hijos renacidos. Solo a través de Cristo recibimos esta
gracia. Por tal motivo, Pablo dice, que este misterio del reino,
fue mantenido en secreto durante siglos.
Venida la gracia en Jesucristo, no solo nos trajo
salvación, sino también Su vida, para que vivamos como
hijos de Dios, coherederos con Cristo y dignos representantes
de Dios en la tierra.
Las islas Malvinas, son territorio argentino, sin
embargo, fueron colonizadas hace años por los ingleses. Por
tanto, en la isla, hay edificaciones con marcado estilo inglés,
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hablan ese idioma, toman el té a las cinco y cantan su himno
saludando con reverencias a la reina.
Cuando España gobernó esta parte del continente
envió españoles, no franceses. Solo los hijos de la tierra
conocen y expresan legítimamente la cultura, las costumbres,
las leyes y la vida de una nación.
Las estimaciones sobre el número de habitantes y
lenguas existentes en el continente americano antes del
primer contacto europeo son inciertas. Hay quienes aseguran
que en Centroamérica se ubicaban 5 millones de personas y
que hablaban unos 300 idiomas diferentes. También se ha
especulado que en Sudamérica y en las Indias Occidentales
unos 9 millones de nativos hablaban más de 1400 idiomas.
Sin embargo, con la llegada de los colonizadores europeos
eso cambió, porque hoy predomina el idioma y la influencia
cultural traída desde Europa.
Así también, los hijos de Dios, no somos simples
evangélicos, somos embajadores que manifestamos la vida
de Dios y la cultura del reino en la tierra.
“Desde entonces, se anuncian las buenas noticias del
reino de Dios, y todos luchan por entrar en él”
San Lucas 16:16 V.L.S.
Este derecho colonizador lo tuvo Adán y Eva, pero
ellos no caminaron con fidelidad a la corona que los
comisionó, por tanto, fueron removidos de su autoridad. Hoy
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lo hemos recuperado todo en Cristo, caminemos como
herederos, hijos del Rey de Gloria.
“Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como
si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en
nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios”
2 Corintios 5:20
Un embajador es un enviado oficial que representa a
un soberano extranjero y proporciona un vínculo entre el
territorio en el que está y el lugar que representa. Los
embajadores trabajan para construir relaciones y desarrollar
políticas que favorezcan tanto al anfitrión como al país de
origen. Un embajador es designado por su gobierno y se le
da autoridad para hablar en su nombre.
Un embajador debe ser muy cuidadoso. Vive en un
territorio, pero es responsable ante otro. Debe representar el
mensaje de un líder que no está presente directamente.
También debe encarnar el carácter de su país de origen,
siguiendo las leyes y costumbres que no son necesariamente
conocidas ni bienvenidas en la nación anfitriona.
El trabajo de los apóstoles como embajadores, fue
difundir el mensaje de su Rey a toda nación anfitriona. Ese
mensaje fue reconciliación. Dios quería reconciliarse
personalmente con las personas con las que ellos vivían. En
cierto modo, los apóstoles estaban pidiendo a sus anfitriones
que cometieran traición contra el sistema del mundo y se
98
comprometieran con la ciudadanía del reino de Dios, por eso
fueron perseguidos y martirizados.
Si queremos representar a Jesús en el mundo, debemos
vivir según los estándares de nuestro nuevo Rey, incluso si
somos perseguidos o encarcelados por nuestro país anfitrión
(Efesios 6:20). Finalmente, los embajadores debemos
difundir el mensaje del reino en todo lugar, no solo a través
de las palabras, sino a través de una cultura.
“Yo, pues, dispongo para vosotros un reino,
como mi Padre lo dispuso para mí”
Lucas 22:29
99
Capítulo siete
El reino de los hijos
Para interpretar correctamente el Reino, necesitamos
reconocer los tipos, anti tipos, señales y sombras en las
Escrituras.
“Él les dijo: Por eso todo escriba docto en el reino de los
cielos es semejante a un padre de familia, que saca de su
tesoro cosas nuevas y cosas viejas”
Mateo 13:52
Como hemos podido ver en capítulos
anteriores, Adán era un tipo de Cristo, porque, aunque
es considerado como el primer hombre, en realidad
fue hecho a imagen y semejanza de Dios, con lo cual
tenía una representatividad absoluta.
Adán fue creado con un propósito
extraordinario, pero su desobediencia lo degradó de
manera lamentable. Dejó de ser la imagen y el
representante de Dios.
100
Eva, que tenía la tarea de ser una con él y su
ayuda idónea, terminó perdiendo su honra y esa
posición de privilegio.
El huerto, que era el lugar de gobierno Divino,
la zona de abundancia, terminó siendo vedada para
ellos. Y un ángel, así como una espada encendida que
se paseaba, custodiaban el lugar para que no pudieran
volver.
Todo esto es muy significativo, porque así es el
reino. Si Adán y Eva se hubieran dejado gobernar por
Dios, Satanás jamás hubiera tenido su chance. Si se
sujetaban a Su gobierno, tenían la posibilidad de
disfrutar de la abundancia del huerto y de una plena
comunión con Él.
Sus hijos hubiesen vivido en paz, en armonía y
disfrutando de la misma abundancia. El huerto se
habría extendido, hasta llenar la tierra con la gloria y
la bendición divina. Ese era el plan, sin embargo, el
hombre fuera del gobierno de Dios genera lo que
vemos hoy en día.
En lugar de multiplicar la bendición los
hombres multiplicaron la maldad, de tal manera, que
101
Dios determinó el diluvio. Noé halló gracia ante el
Señor y pudo salvar a su familia, así como a todas las
especies de animales y en esta historia, también se
manifiesta reino.
El arca fue un diseño Divino, hecho en
obediencia, capaz de salvar, de superar el juicio y de
llegar al monte. En el arca había paz, aunque navegó
sobre una tremenda tormenta. En el arca había
alimento y había seguridad. El arca era zona de
gobierno Divino.
Abraham por su parte, también fue el
protagonista de un diseño de reino, por eso recibió
promesas eternas y globales. Él solo quería una
descendencia para que lo herede y Dios le terminó
prometiendo ser bendición para todas las familias de
la tierra.
La vida de Abraham también fue figura del
reino. Él, reveló la norma legal que regula las
promesas, es decir: La fe. Abraham expuso la
dimensión del reino con sus procesos. Cuando
contempló las estrellas y comprendió su limitación
terrenal abrazando las dimensiones eternas.
102
Expuso el reino cuando estuvo dispuesto a
entregar su amado hijo, en una expresión de máxima
obediencia. Expuso el reino de manera generacional,
eterna y global. Abraham mostró al Padre, así como
Isaac mostró la bendición del hijo y Jacob mostró la
obra del Espíritu Santo, sus procesos y su
transformación.
José vivió reino al sostenerse en obediencia a
Dios y penetrar el sistema de Egipto. José mostró el
reino de manera profética, sabia y gobernante. José
salvó a su familia, pero lo más importante fue que
salvó al mundo entero del hambre.
Moisés vivió reino, por eso no pudo hacer nada
con sus propias fuerzas. Fue liberado para ser
libertador, tuvo acceso a Dios, al monte y a la tierra.
Porque físicamente la vio de lejos, pero
espiritualmente entró. Recordemos el monte de la
transfiguración. Así es el reino, toda proyección es en
la dimensión espiritual.
Figuras, sombras, enseñanzas, todo está ahí en
abundancia para que podamos descubrir el reino. Yo
comencé a describir el reino en la biblia, sin embargo,
solo puedo reducir la idea mostrando unos pocos
103
puntos, porque hay tanta riqueza en los tesoros de la
Palabra, que bien podría dedicar todo un libro a
enumerarlas, porque en ella, lo viejo se torna nuevo y
lo nuevo siempre nos desafía.
Dijo el autor a los hebreos ¿Qué más les puedo
decir? No me alcanzaría el tiempo para hablarles de
la fe que tuvieron hombres como Gedeón, como
Barac, Sansón, Jefté, David y su abnegada devoción,
sus batallas, sus conquistas, su singular tabernáculo.
Como enumerar la entrega de Samuel, la
sabiduría de Salomón, la gestión de los profetas como
Isaías, Jeremías o Daniel, hombres que confiaron en
Dios, y por eso conquistaron territorios, actuaron con
justicia, vivieron reino.
Cerraron la boca de leones y apagaron grandes
fuegos. Escaparon de que los que procuraron
matarlos, recibieron fuerzas cuando más débiles
estaban, y en la guerra fueron tan poderosos que
vencieron a los ejércitos enemigos, todas estas
historias están en la biblia para mostrarnos el reino,
no para crear una nueva religión.
104
Hombres y mujeres que, perseguidos por su fe,
confiaron tanto en Dios que no quisieron que los
dejaran en libertad. Al contrario, dejaron que los
mataran porque sabían que volverían a vivir y que
estarían mucho mejor. Eso también es reino.
El reino es la expresión del corazón del Padre.
Es el diseño amoroso de la justicia, de la paz y del
gozo espiritual (Romanos 14:17). El reino fue el
comienzo, fue las proezas y también fue el dolor. El
reino fue el nacimiento de Cristo, su vida, su muerte
y su resurrección. Es la Iglesia, fue su esencia y será
el final de toda expresión eterna.
Es maravilloso saber, que hoy tenemos el
privilegio de vivir con toda plenitud, lo que el
Antiguo testamento cuenta apenas como sombra de
lo que es. Hoy tenemos la realidad que muchos de
ellos anunciaron sin entender, hoy nosotros somos
hijos de Dios y debemos vivir en la dimensión de esa
revelación.
“Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a
vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca
de esta salvación, escudriñando qué persona y qué tiempo
indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual
anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo,
105
y las glorias que vendrían tras ellos.
A éstos se les reveló que no para sí mismos, sino para
nosotros, administraban las cosas que ahora os son
anunciadas por los que os han predicado el evangelio
por el Espíritu Santo enviado del cielo;
cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles”
1 Pedro 1:10 al 12
Sinceramente me conmueve ver a estos hombres
extraordinarios a quienes admiramos tanto, indagando
diligentemente, sobre quiénes y en qué tiempo alguien viviría
esta gloria que ellos divisaban. Dios les dijo que no serían
ellos los que tendrían el privilegio de disfrutar esta gloria,
sino que para nosotros administraban esta verdad.
¡Que tremendo es esto! Que Dios nos ayude a valorar
lo que tenemos hoy. Que Dios nos ayude a comprender la
vida de reino y dejar de mirar como evangélicos mediocres
lo que Dios nos ha concedido. Me quebranta pensar, que
muchos murieron por sostener este mensaje del reino para
que al final, llegara hasta nosotros y, aun así, muchos no
valoran esta verdad.
Las dimensiones del reino:
Donde no hay rey, todo el mundo establece sus propias
leyes. Antes de que Dios diera un rey a los israelitas cada uno
hacia lo que bien le parecía.
106
“En aquellos días no había rey en Israel;
cada uno hacía lo que bien le parecía”
Jueces 17:6
De la misma manera pasa con los hombres en general,
cuando no permitimos que Dios gobierne nuestras
decisiones, hacemos lo que se nos ocurre y eso puede parecer
bueno, el problema es que terminamos pagando muy caro el
costo de nuestra supuesta independencia.
Libertad no es hacer lo que se nos da la gana, libertad
es hacer las cosas correctas. Libre no es el que hace todo lo
que quiere, sino aquel que hace todo lo que debe. El gran
tema es saber ¿Qué es lo correcto? o ¿Qué es lo debido?
Criar hijos en libertad implica no dejar que hagan lo
que quieran, pero eso no es por maldad, es porque
desconocen cómo actuar bien. Los que somos padres,
educamos, corregimos, exhortamos y tratamos de conducir a
nuestros hijos lo mejor posible, un poco, porque esa es
nuestra responsabilidad y otro poco, porque ya pasamos
algunas situaciones en la vida y conocemos las consecuencias
del error.
Esa también es nuestra limitación, porque es posible
que aún en los consejos, nos equivoquemos como padres.
Pero Dios es nuestro Padre perfecto y sabio, que conoce todas
las cosas y que jamás nos aconsejaría indebidamente.
107
Cuando nuestros hijos determinan tomar sus propias
decisiones, simplemente los dejamos y en muchas ocasiones,
sufrimos al ver que se equivocan y ya no consultan nada.
Igual pasa con nuestro Padre celestial, cuando los hombres
dejan de pedir su consejo y determinan hacer lo que desean,
Dios no lo impide, simplemente y con dolor, deja que
tomemos nuestras propias decisiones.
Cuando hablo reino en alguna congregación, no puedo
asimilar que alguien ponga en duda que el reino ya está entre
nosotros, ya que reino, es que Dios como Padre, gobierne
nuestras decisiones a través de la comunión de Su Espíritu
Santo en nuestro corazón.
Vimos que, en el antiguo pacto, muchos hombres y
mujeres de fe, hicieron grandes proezas en obediencia al
Señor, sin embargo, todos ellos vivieron con un Dios fuera
de su cuerpo. Dios hablaba desde la nube, desde una zarza,
en el monte, en las tablas de piedra, en el tabernáculo, en el
silbo apacible o por un profeta, pero en el nuevo pacto nos
habla en el Hijo.
“Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas
maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,
en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo,
a quien constituyó heredero de todo,
y por quien asimismo hizo el universo…”
Hebreos 1:1 y 2
108
Uno de los grandes problemas que manifiesta un Dios
externo, es que la obediencia humana es totalmente limitada
y solo encontramos algunas admirables excepciones en las
cuales encontramos obediencia abnegada, sin embargo, en la
mayoría de los casos la tarea es imposible.
Los seres humanos, después del pecado de Adán,
nacemos con una naturaleza inclinada al pecado y sin reales
posibilidades de cambio, por eso Dios envió a su Hijo a morir
por todos los hombres, porque el mensaje implícito es: “No
hay remedio, el hombre pecador debe morir, porque nunca
dejará de ser lo que es…”
El Señor lo manifestó de esa manera en el diluvio, sin
embargo, se prometió no volver a realizarlo así, por lo tanto,
lo hizo definitivamente en la cruz del Calvario. Cristo murió
en la cruz por todos los pecadores, pero lo maravilloso de
todo esto es que resucitó al tercer día para darnos una vida
nueva y libre de toda rebelión.
“Porque, así como por la desobediencia de un hombre los
muchos fueron constituidos pecadores, así también por la
obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos”
Romanos 5:19
“Porque somos sepultados juntamente con él para muerte
por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los
muertos por la gloria del Padre, así también nosotros
andemos en vida nueva.
109
Porque si fuimos plantados juntamente con él en la
semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de
su resurrección; sabiendo esto, que nuestro viejo hombre
fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del
pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al
pecado. Porque el que ha muerto, ha sido justificado del
pecado. Y si morimos con Cristo, creemos que también
viviremos con él…”
Romanos 6:4 al 8
Esta vida nueva que Dios nos otorga, es una vida en
obediencia, no por capacidad humana, sino por gracia divina.
Si creemos que el día que murió Jesús morimos con Él y que
el día de Su resurrección, resucitamos en Él. Entonces
recibimos su Sangre que nos limpia de todo pecado (Efesios
1:7) y su Espíritu Santo, puede habitar en nuestro ser, para
guiarnos a toda verdad y justicia (Juan 16:13).
Ahora la ley de Dios, que es Su voluntad, es puesta en
nuestros corazones por medio del nuevo pacto.
“Este es el pacto que haré con ellos
Después de aquellos días, dice el Señor:
Pondré mis leyes en sus corazones,
Y en sus mentes las escribiré”
Hebreos 10:16
Ahora Dios puede gobernarnos mediante Su Espíritu
en nuestros corazones. Su voluntad deja de ser las letras
110
talladas en una piedra o impresas en un libro y pasan a ser la
expresión de la vida misma, eso es reino.
“Pero el Señor le dijo: Ahora bien, vosotros los fariseos
limpiáis lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro
estáis llenos de rapacidad y de maldad”
Lucas 11:39
Los fariseos y los religiosos de la época de Jesús,
pasaron por alto el reino interior y solo procuraban agradar a
Dios externamente.
Ese problema lo tienen todas las personas, hasta
nuestros días, por eso es que encontramos algunos diciendo:
Yo soy buena gente, no sé porque me pasa lo que me pasa…
En realidad, esa es la expresión de los que se creen buena
gente, porque no pueden evaluar nada según Dios.
Es decir, han tratado de hacer lo mejor posible en todas
las cosas, el problema radica en que pocas de esas cosas, han
sido hechas conforme a la voluntad de Dios y algo bueno, no
es lo que la sociedad considere bueno, sino lo que Dios diga.
Un hombre puede hacer proezas y conquistar grandes
territorios. Con el tiempo, tal vez hagan una calle con su
nombre y un gran monumento en una plaza, sin embargo,
puede que ni siquiera haya sido salvo. Es decir, la
justificación ante Dios, no es el resultado de nuestras obras,
sino de las obras hechas por Cristo a nuestro favor.
111
Nuestras buenas obras como hijos de Dios, solo son el
resultado del entendimiento, la obediencia y los hechos del
Espíritu de Cristo en nosotros.
“Ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor,
porque Dios es el que en vosotros produce así el querer
como el hacer, por su buena voluntad”
Filipenses 2:12 y 13
El objetivo del reino anunciado, era una nueva
creación. Dios crearía un nuevo pueblo mediante su Hijo.
Adán es el viejo hombre de pecado y Cristo el nuevo hombre
según Dios. Nosotros estábamos en Adán, pero después de la
cruz y la resurrección, estamos en Cristo y solo en Él
podemos vivir reino.
“De modo que, si alguno está en Cristo,
nueva criatura es; las cosas viejas pasaron;
he aquí todas son hechas nuevas”
2 corintios 5:17
Esta nueva vida que vivimos en Cristo, es la que
permite ver y vivir el reino con toda plenitud.
“Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido
del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije:
Os es necesario nacer de nuevo.
El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido;
mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va;
112
así es todo aquel que es nacido del Espíritu”
Juan 3:6 al 8
Nosotros somos la nueva creación. Hemos sido
creados para la gloria de Dios. Somos un pueblo formado por
el Señor. Somos creados en Cristo para la manifestación del
Reino.
Este maravilloso obrar de Dios en el corazón de sus
santos, proporcionando ese entrañable deseo de obedecerle y
servirle, aún más allá de la conveniencia y hasta la misma
muerte es el reino manifiesto en dos dimensiones.
Estas dos dimensiones consisten, en la vida de Dios
que habita en nosotros y de nuestra vida que debe permanecer
en Él.
Cuando la luz nos alcanza por Su gracia y confesamos
que Jesús es el Señor y que Dios lo levantó de entre los
muertos, somos salvos (Romanos 10:9). Cuando hacemos
esta confesión desde el corazón (10) la Sangre de Cristo nos
limpia de todo pecado (1 Juan 1:17) y Su Espíritu Santo
viene a morar en nosotros para guiarnos (Romanos 8:14).
Esta es la primera y gran dimensión de la vida de reino
en nosotros. Cuando Jesús habló con la Samaritana en el pozo
de agua (Juan 4:1 al 26) le pidió que le convidara agua y
luego le dijo: “Si conocieras el don de Dios, y quién es el
que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua
viva…”
113
Jesús además le dijo: “Cualquiera que bebiere de esta
agua, volverá a tener sed; más el que bebiere del agua que
yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le
daré será en él una fuente de agua que salte para vida
eterna…”
Esta agua que Jesús dijo poder dar, es como un río,
como una fuente inagotable que sacia y que sustenta sin
límite. Es el Espíritu Santo que viene a morar en nosotros y
que al guiarnos nos conduce a una verdadera plenitud de
vida.
“En esto conocemos que permanecemos en él,
y él en nosotros, en que nos ha dado de su Espíritu.
Y nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha
enviado al Hijo el Salvador del mundo.
Todo aquel que confiese que Jesús es el Hijo de Dios,
Dios permanece en él, y él en Dios”
1 Juan 4:13 al 15
Veamos aquí que Dios permanece en nosotros, pero
que nosotros somos invitados a permanecer en Él.
La que yo llamo primera dimensión, es la dimensión
que Dios generó por Su amor eterno. Es la dimensión en la
cual, Él habita en nosotros por Su Espíritu para guiarnos.
Pero la segunda dimensión se produce cuando nos
dejamos guiar y en obediencia, aceptamos ser introducidos
totalmente en Su persona y ya dejamos de ser nosotros los
114
que portamos su Espíritu, sino su Espíritu el que nos lleva a
nosotros a donde bien desea.
“Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en
un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres;
y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.
1 Corintios 12:13
Veamos aquí, que, si bebemos de su Espíritu, Él estará
dentro de nosotros, pero si somos bautizados, lo cual implica
ser sumergidos, entonces, ya no solo está el Señor dentro de
nosotros, sino que nosotros estamos dentro de Su persona y
es en esta segunda dimensión, sonde perdemos toda
determinación y nos rendimos a su perfecta voluntad.
Por ejemplo, si yo tomo un vaso con agua y bebo un
poco de ella, el agua estará dentro de mí. Si yo me muevo,
me voy o permanezco, el agua seguirá estando dentro de mí.
Sin embargo, si yo me lanzo a un río, el río será el que me
lleve a donde determine con su corriente. En el primer caso,
el agua está dentro de mí, en el segundo caso, yo estoy dentro
del agua.
Estas son las que considero, como las dos dimensiones
del reino. En la primera Dios está, pero todavía tenemos
mucho de nosotros y procuramos gobernar las situaciones de
la vida. En la segunda, nos perdemos en Él y ya no
procuramos gobernar nada, sino que nos dejamos llevar por
su Espíritu, comprendiendo que la voluntad de nuestro Padre,
siempre es buena, agradable y perfecta.
115
“Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios,
éstos son hijos de Dios…”
Romanos 8:14
Cuando nos dejamos guiar por el Espíritu Santo, este
nos conduce a toda verdad y justicia, nos lleva por el camino
correcto de la vida. Esta es la pura expresión del reino que el
mundo necesita conocer. No una religión llena de rituales,
cargada de hipocresía y vanidad.
“Digo, pues: Andad en el Espíritu,
y no satisfagáis los deseos de la carne.
Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu,
y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen
entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis”
Gálatas 5:16 y 17
Lo más extraordinario del reino, es que nos introduce
al cuerpo de Cristo, a la misma vida de su sustancia y que
pasamos a ser uno con el Señor (1 corintios 6:17) Jesús bien
lo dijo a sus discípulos:
"Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece
en mí y yo en él, éste lleva mucho fruto, porque
separados de mí nada podéis hacer"
Juan 15:5
Verdaderamente me encanta eso: separados de mí
nada podéis hacer…” Es una frase llena de gracia y de amor,
porque las Escrituras nos revelan a un hombre inútil para
116
determinar, un hombre que comenzó con todo y ha destruido
al mundo llevando todo a un caos total.
“No hay justo, ni aun uno;
No hay quien entienda,
No hay quien busque a Dios.
Todos se desviaron,
a una se hicieron inútiles;
No hay quien haga lo bueno,
no hay ni siquiera uno”
Romanos 3:10 al 12
Sin embargo, encontramos a un Dios, que muere por
nosotros, que resucita para darnos una vida nueva y que luego
nos pone a vivir en Él para que podamos hacer lo que antes
no podíamos, para que no seamos como Adán, que comenzó
con todo y terminó sin nada, sino como Cristo, que nació sin
nada y terminó con todo.
“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”
Filipenses 4:13
Ahora no tenemos excusa. No importa cuánto nos
equivocamos en la vida, no importa cuánto hemos perdido,
ahora estamos en Cristo y somos más que vencedores por
aquel que nos amó (Romanos 8:37). Así es el reino de los
hijos.
117
118
Capítulo ocho
Las siete llaves del Reino
“Viniendo Jesús a la región de Cesarea de Filipo,
preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los
hombres que es el Hijo del Hombre?
Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros,
Jeremías, o alguno de los profetas.
Él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?
Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo,
el Hijo del Dios viviente.
Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón,
hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre,
sino mi Padre que está en los cielos.
Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca
edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades
no prevalecerán contra ella.
Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que
atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que
desatares en la tierra será desatado en los cielos”
Mateo 16:13 al 19
Jesús junto a sus discípulos, estaban llegando a la
región de Cesarea de Filipos, situada al norte del Mar de
Galilea. El Señor Jesús se encontraba camino a Jerusalén y la
119
cruz. Pero antes de llegar, había dos cosas que sus discípulos
debían tener claras, primero, quién era Él y, en segundo lugar,
qué iba a hacer.
Observemos la primera pregunta del Señor. ¿Quién
dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? Sin dudas Él
es aún hoy en día, la persona más polémica que jamás ha
vivido sobre la tierra. En este pasaje podremos oír el punto
de vista de las multitudes que le siguieron. Y ellos dijeron:
Unos, Juan el Bautista; y otros, Elías; pero otros, Jeremías
o uno de los profetas.
Algunos pensaron que Jesús era Juan el Bautista, que
había sido un gran hombre y la gente así lo reconoció. En
nuestro tiempo mucha gente piensa que Jesús fue un gran
maestro. En aquel tiempo, también hubo quienes dijeron que
Jesús era Elías, el profeta que había sido ciertamente un gran
personaje; igualmente hay muchas personas en la actualidad
que no ponen en duda la grandeza de Jesús. Le consideran
una buena persona.
Otros, pensaron que Jesús era Jeremías el profeta que
lloraba; y la gente había visto llorar a Jesús. Así que aquellas
multitudes le reconocieron el mérito de ser un gran profeta.
Como puede verse había una gran variedad de puntos de vista
sobre la persona de Jesús y éstas eran las opiniones de la
gente corriente de aquella época, y sin dudas de la nuestra
también.
120
Luego, el Señor Jesús se dirigió a sus discípulos y les
interrogó diciendo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?
Simón Pedro fue el portavoz del grupo para responder y le
dijo: “Tú eres el Cristo”, que significa el Mesías, el Ungido,
Aquel que había sido predicho en el Antiguo Testamento y el
Señor Jesús era el cumplimiento de aquellas profecías.
También le llamó “el Hijo del Dios viviente”. Hasta
ese momento creo que era la mejor confesión y el más alto
tributo que alguien le podía dar a Jesús que respondiendo,
dijo: “Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque
esto no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está
en los cielos”.
Solo el Espíritu Santo puede hacer que Cristo sea
conocido por una persona. Ningún ser humano puede hoy
llamar a Jesús “Señor” sino por medio del Espíritu Santo.
Sólo el Espíritu de Dios puede tomar las cosas de Cristo y
revelarlas a nosotros. Por eso Jesús le dijo a Pedro, esto no te
lo ha revelado ningún mortal.
La confesión de Pedro, resultado de esa revelación
recibida, liberó conceptos extraordinarios de parte de Jesús.
Conceptos que aun hoy en día siguen siendo el centro de
muchas y polémicas interpretaciones: “Yo también te digo
que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y
las puertas del Hades no prevalecerán contra ella”.
Examinemos cuidadosamente este versículo. ¿Sobre
qué roca edificó Jesús Su iglesia? Hay algunos que dicen que
121
la iglesia fue edificada sobre Simón Pedro. Bien, obviamente
no es así, porque aquí hay un juego de palabras. En el griego
original, dice tú eres Petros que significa un pequeño trozo
de roca y sobre esta Petra que significa roca firme o sólida,
edificaré mi iglesia.
Otros creen que Cristo está edificando Su iglesia sobre
la confesión que hizo Simón Pedro y en parte está bien, pero
eso fue mucho más que una simple confesión, la esencia de
la revelación es que la Roca es Cristo y que la iglesia está
edificada sobre Cristo.
El catolicismo romano enseña que la iglesia está
edificada sobre el mismo Simón Pedro y que la autoridad
papal, está sentada sobre el sillón del apóstol hasta nuestros
días. En realidad, creo que Pedro no estaría muy de acuerdo
con esto, ya que él mismo explica esto en su primera carta en
el capítulo dos, verso cuatro, donde dice: “Viniendo a Él
como a una piedra viva, desechada por los hombres, pero
escogida y preciosa delante de Dios". Y luego citó al profeta
Isaías 28:16 que dice: “He aquí, pongo en Sion una piedra
escogida, una preciosa piedra angular, y el que crea en Él
no será avergonzado”. Es decir, que la iglesia está edificada
sobre Cristo; Él es el fundamento.
El apóstol Pablo también hace referencia a esto en su
primera carta a los Corintios 3:11: “Nadie puede poner otro
fundamento que el que ya está puesto, el cual es
Jesucristo”.
122
La iglesia no existía en el Antiguo Testamento y no
empezó a existir hasta después de la muerte, resurrección,
ascensión de Cristo y la llegada del Espíritu Santo. No podía
haber iglesia hasta que estos acontecimientos hubiesen tenido
lugar.
Luego Jesús dijo que las puertas del infierno no
podrían prevalecer contra la iglesia. Él se estaba refiriendo
directamente a la muerte. La palabra griega utilizada para
infierno es hades, que equivale al hebreo Sheol del antiguo
testamento, que se refiere al mundo invisible y significa
muerte. Por tanto, las puertas de la muerte no prevalecerán
contra la iglesia de Cristo. Algún día el Señor mismo
descenderá del cielo con una voz potente que será como la
voz de un arcángel y como una trompeta, y los muertos en
Cristo serán resucitados. Verdaderamente las puertas de la
muerte no triunfarán contra Su iglesia.
Luego de todo esto, que claramente debía mencionar,
para dar contexto al gran tema de las llaves, Jesús dijo:
“Yo te daré las llaves del reino de los cielos; y lo que ates
en la tierra, será atado en los cielos; y lo que desates en la
tierra, será desatado en los cielos"
¿Cuáles son las llaves del reino de los cielos? ¿Fueron
entregadas solamente a Simón Pedro o también a nosotros?
Bueno, Jesús nos entrega las llaves a todos aquellos que
hacemos la misma confesión que hizo Pedro; que
123
reconocemos a Cristo como Señor y que recibimos
revelación espiritual del Reino.
Dios nos ha dado llaves, y esas llaves sirven para abrir
puertas cerradas. Dios pone llaves en nuestras manos. El
pasaje no dice la llave, dice las llaves del Reino. Significa
que no es una, sino muchas. Yo no sé cuál es el tamaño de su
llavero, pero yo estoy dispuesto a ir por todas las necesarias
para la consumación del propósito Divino.
¿Qué es una llave? Es toda revelación que Dios nos da
para abrir las puertas cerradas. Las puertas significan acceso,
pero cuando están cerradas, significan límites. Si queremos
avanzar sin límites debemos saber cómo abrir toda puerta que
se oponga a nuestro avance.
Hace un tiempo atrás, llegué de un viaje un par de
horas antes de lo previsto. No había llamado a mi esposa para
avisarle y no sabía que ella estaba en una ciudad cercana, a
donde había llevado a su madre para una revisión médica.
Eso no sería extraño, ni problemático, excepto porque ella
tenía las llaves de la casa y yo no.
Llegué cansado del viaje, deseaba ducharme, deseaba
comer algo y descansar. Todo eso estaba tan solo a unos
pasos, dentro de mi casa, sin embargo, al no tener la llave no
podía acceder a nada y no pude, hasta que mi esposa no
regresó con las preciadas llaves. ¿Cuántas veces nos puede
pasar lo mismo en el mundo espiritual? ¿Cuántas veces
estamos cerca y lejos a la vez?
124
Las llaves eran un distintivo de autoridad del oficio de
los escribas, que interpretaban las Escrituras al pueblo, y
podemos verles actuando en el libro de Nehemías 8:8 donde
dice que leían en el libro de la ley de Dios claramente, y
ponían el sentido, de modo que entendiesen la lectura.
Ciertamente creo que los que tenemos el privilegio de
comunicar el verdadero mensaje del Reino, somos como
cerrajeros que tomamos llaves de las Escrituras y las
entregamos a todos aquellos que desean recibirlas con
sincero corazón. Si no lo hacemos con responsabilidad el
Señor mismo nos exhortará, porque Él es el primer interesado
de que todos entren a mayores y mejores dimensiones de
vida.
Jesús les confrontó a los escribas y fariseos de su época
por no utilizar las llaves con responsabilidad. Él les dijo:
“Mas ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!
porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres;
pues ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que están
entrando”.
Todos como cristianos tenemos en la actualidad las
Sagradas Escrituras y, por consiguiente, también tenemos
acceso a las llaves del Reino. No debemos hacer responsable
a un predicador de nuestro ingreso a nuevas dimensiones,
pero debemos saber cómo estudiar y a quién escuchar.
125
1) La llave de la revelación:
“De cierto os digo que, si no os volvéis y os hacéis como
los niños, jamás entraréis en el reino de los cielos”
Mateo 18:3
Hay hermanos que me han preguntado cómo deben
hacer para recibir revelación de la Palabra. Yo siempre les
respondo que la revelación, no es algo que podamos dar los
predicadores, cuando digo que somos como cerrajeros que
otorgamos llaves, es porque la Palabra de Dios siempre tiene
el potencial de la revelación, pero al final si el Espíritu Santo
no hace su obra, nadie puede ser iluminado.
También les digo que nadie puede obtener revelación
de la Palabra por mérito personal. Podemos orar para que el
Señor en su infinita gracia nos conceda entender sus
Escrituras, pero no hay método, escuela o instituto, que pueda
enseñarnos a obtener revelación. Por eso es de tanto valor
obtener entendimiento sobrenatural.
La revelación del Cristo, nos abrió la puerta del Reino
y en nuestro caminar con Él, el llavero se nos irá agrandando,
ojalá que podamos ser como porteros de edificio que llevan
en su cintura un llavero enorme lleno de llaves que brindan
acceso a todo el edificio. Ojalá que seamos cristianos
apasionados en busca de todo.
Si la gracia de Dios nos colma de llaves, debemos
compartirlas, porque si nos callamos u ocultamos la Palabra,
es como si “atásemos en la tierra”; si comunicamos, si
126
proclamamos la Palabra, es como si “desatásemos en la
tierra”. Ningún ser humano o iglesia en particular tiene las
llaves con exclusión de todos los demás creyentes.
Tenemos hoy la responsabilidad de proclamar el
evangelio del Reino porque es el único mensaje que puede
salvar a las personas. Quiera Dios, abrir el entendimiento de
sus escogidos hasta lo último de la tierra.
2) La llave de la Fe:
Cuando una Palabra se revela lo primero que produce
es fe, porque la fe viene por el oír y el oír por la Palabra de
Dios. Sin fe es imposible agradar a Dios y con ella, no solo
le agradamos, sino que podemos avanzar. Cuando hay fe no
hay puerta que se resista, porque para los que creen todo es
posible.
En el caso de Jericó la estrategia era rodear la ciudad
durante seis días, y el séptimo día rodearla siete veces. Pero
debían estar en silencio mientras marchaban. A lo largo de
todo su peregrinaje el pueblo de Israel había murmurado,
pero esta vez debía quedarse en silencio. Y lo único que se
escucharía seria el sonido de las bocinas.
Cada vez que nos encontramos frente a una puerta
cerrada tenemos que aplicar la estrategia en silencio. No
debemos quejarnos, no debemos murmurar, ni argumentar
con Dios. Debemos aplicar la llave en silencio.
127
Ahora bien, si tenemos un Dios tan grande ¿Por qué
hay puertas cerradas? En realidad, es porque Dios está
formando en nosotros conquistadores. Por eso hay puertas
cerradas, porque Dios quiere lograr que seamos
conquistadores de puertas cerradas.
Él nunca nos dijo que todas las puertas iban a estar
abiertas, pero sí que nos daría las llaves. El problema es que
nosotros queremos utilizar siempre la misma llave. Siempre
la misma estrategia, y hacemos eso porque a otros le
funciono, pero eso no es garantía de que nos funcione a
nosotros. Muchas veces en el Reino las llaves son
personalizadas.
El Señor nos da llaves diferentes, eso quiere decir, que
Dios nos ha dado muchas estrategias, una para cada puerta.
Si buscamos encontraremos nuevas estrategias para abrir las
puertas que están cerradas, no debemos desanimarnos, sino
abrir los oídos y el corazón para ser llenos de fe por oír la voz
del Padre.
3) La llave de la madurez:
“Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo que
a menos que uno nazca de nuevo no puede ver el reino de
Dios. Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo que a
menos que uno nazca de agua y del Espíritu, no puede
entrar en el reino de Dios”
Juan 3:3 y 5
128
Nacer espiritualmente nos permite ver y nos permite
entrar en el Reino, pero al igual que en la vida natural, el
desarrollo y la madurez espiritual, nos permite ver mucho
más y entrar a mayores profundidades de las realidades
espirituales.
La madurez espiritual requiere un reordenamiento
radical de nuestras prioridades, cambiando de complacernos
a nosotros mismos para agradar a Dios y aprender a
obedecerle. La clave de la madurez es la coherencia y la
perseverancia en hacer aquellas cosas que sabemos que nos
acercan a Dios. Estas prácticas son conocidas como las
disciplinas espirituales e incluyen cosas tales como lectura y
el estudio de la biblia, la oración, la comunión con los
hermanos, el servicio y la administración. Aún sin importar
cuán duro pudiéramos trabajar en eso, nada sería posible sin
la activación del Espíritu Santo dentro de nosotros.
Madurez se manifiesta con responsabilidad. Si
tenemos un hijo inmaduro, que es irresponsable, que no
obedece nuestras ordenes más básicas, no le daríamos las
llaves de la casa y mucho menos las del auto. Pero si tenemos
un hijo responsable, aplicado y maduro, entonces sí le
daremos acceso a muchos privilegios.
Con Dios nos ocurre lo mismo. Somos hijos y tenemos
derecho a ciertos privilegios, sin embargo, no podemos
acceder a ellos, si no manifestamos madurez espiritual. Jesús
a los doce años, dijo que le era necesario estar en los negocios
129
del Padre, sin embargo, fue a los treinta que se bautizó y el
Padre desde los cielos respaldó su ministerio.
Pablo dijo que los misterios del Reino, eran impartidos
a quienes habían alcanzado madurez (1 Corintios 2:6) Esos
misterios, son las llaves que Dios nos dará para ingresar a
nuevas dimensiones de gobierno.
4) La llave de la integridad:
“Y esto digo, hermanos, que la carne y la sangre no
pueden heredar el reino de Dios,
ni la corrupción heredar la incorrupción”
1 Corintios 15:50
La integridad es el terreno donde nuestras palabras y
nuestro caminar se encuentran. Las personas escuchan
nuestras palabras, pero siguen nuestras huellas. Por tanto, la
forma en que vivamos y nuestras acciones son las que
marcarán el camino y servirán de ejemplo a los que vienen
detrás.
Las palabras hebreas o griegas relacionadas con la
integridad, comparten el significado primario de lo que es
“completo” o “entero”. Mucha gente desconoce todo lo que
abarca el concepto de integridad. Hay políticos, por ejemplo,
que presumen de ser íntegros, queriendo decir con ello que
son honrados. Y claro, la honradez es importante, pero es tan
solo una parte de la integridad.
130
La persona íntegra es la que lleva una vida intachable,
la que actúa con entereza moral. De hecho, otro de los
significados relacionados con la palabra integridad son
“intacto”, “sin tacha o defecto”. Y uno de estos términos
hebreos se emplea para referirse a los animales que se
ofrecían a Dios en sacrificio y para que Él los aceptara,
debían estar sanos y sin defectos (Levítico 22:19 y 20). De
ahí que Dios condenara tan enérgicamente a quienes
desobedecían esa norma y ofrecían animales cojos, enfermos
o ciegos (Malaquías 1:6 al 8).
Esos sacrificios ofrecidos por los sacerdotes en el altar,
les abría camino a la presencia del Señor, eran como una llave
para ingresar al lugar santo y al lugar santísimo. Así también
hoy en día, nuestra integridad es una llave para la íntima
comunión con el Señor.
5) La llave de la dependencia:
“Confía en el Señor de todo corazón,
y no en tu propia inteligencia.
Reconócelo en todos tus caminos,
y él allanará tus sendas”
Proverbios 3:5 y 6 NVI
Como siempre, Jesús es nuestro patrón de vida.
Él fue completamente hombre sin perder su deidad y como
hombre es nuestro ejemplo total. De hecho, Él sigue siendo
hombre (1 Timoteo 2:5). Pensemos en su vida. ¿Qué es lo
que nos dice la Biblia acerca de la naturaleza humana de
131
Jesús? Podemos resumir los primeros años de Jesús, Lucas
dice: “Y el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de
sabiduría; y la gracia de Dios era sobre Él. Y Jesús crecía
en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los
hombres” (Lucas 2:40,52). Eso suena muy humano y sin
duda ejemplar para nosotros.
Luego, lo encontramos realizando un ministerio lleno
de maravillosas palabras, hechos y milagros. ¿Cómo fue que
Jesús dio una explicación a su comportamiento tan
admirable? Todo lo que hizo lo aprendió de su Padre (Juan
8:28). Declaraba que el Padre estaba en Él (Juan 10:37 y 38).
Ni siquiera obraba por su propia cuenta (Juan 12:49 y 50).
No hay duda alguna de que, en estos pasajes, Jesús
manifestaba claramente que sus palabras y sus acciones eran
producto de una relación dependiente del Padre.
Así es como Él nos enseña la manera como debemos
vivir la verdadera vida de Reino (Juan 17:22 y 23). Lo que
realmente deseaba el Señor Jesús era mostrar su dependencia
y comunión con el Padre como la fuente de amor, de poder y
de autoridad.
Él dijo: “Yo soy la puerta” (Juan 10:9). Él es el acceso
a todo lo que Dios tiene para nuestra vida y su dependencia
es la llave para permanecer en Él y operar en su Divina
persona.
“Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece
en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto;
132
porque separados de mí nada podéis hacer”
Juan 15:5
6) La llave de la justicia:
“Más buscad primeramente el reino de Dios y su justicia,
y todas estas cosas os serán añadidas”
Mateo 6:33
Cuando hablamos de Reino, el primer versículo que se
nos viene a la mente es este de Mateo seis treinta y tres, donde
Reino y justicia, son ubicados juntamente como detonantes
para todas las cosas.
Buscar y caminar en justicia es una llave absoluta para
abrir nuevas dimensiones de bendición. Isaías 3:10 dice:
“Decid al justo que le irá bien, porque comerá de los frutos
de sus manos”. A veces se cree que, con solo ir a congregar
de vez en cuando, tener alguna biblia en la casa, y cantar
algunos canticos espirituales, es suficiente para entrar a una
vida de Reino. Pero Dios es más exigente y examina el
corazón, y Él conoce el corazón del justo y el corazón del
injusto. Por eso es necesario que reflexionemos en nuestra
vida y permitamos que el Espíritu Santo examine nuestro
corazón si estamos caminando en justicia o nos corrija para
poder hacerlo con rectitud.
La vida justa siempre nos abrirá puertas de bendición.
El mismo Isaías dijo: “Abrid las puertas y entrará la gente
justa, guardadora de verdades” (26: 2)
133
Los justos son aquellos que tienen una posición
correcta delante de Dios. Gracias a Cristo todos podemos ser
rectos en la presencia de Dios y darle a conocer con valentía
nuestras peticiones, si hemos aceptado su sacrificio.
Los justos son valientes como el león. Los justos son
quienes tienen y ocupan el Reino de los cielos o asientan su
residencia en él. La Biblia dice que los justos brillan en el
Reino de su Padre. La luz y la alegría brillan en su camino.
Pueden tener muchas aflicciones, pero Dios les libra de todas
ellas.
Los justos tienen la mente de Cristo. Sus pensamientos
son rectos y puros. Tienen una mente sobria. No afirman o
confían en su propia justicia, sino que viven bajo la justicia
imputada de Cristo. Están abiertos a la corrección del Señor
y de sus ministros. Reciben sabio consejo y lo aplican a sus
vidas.
Los justos son inamovibles e incapaces de ser
desarraigados de su posición en Dios. Su casa permanecerá.
Sus hijos serán salvos, bendecidos y tendrán abundancia de
comida. Florecerán y no serán derrocados por el enemigo. El
desánimo, la duda o la depresión no les harán desviarse. Los
justos están seguros de que Dios vendrá y le salvará.
“Porque les digo a ustedes, que no van a entrar en el reino
de los cielos a menos que su justicia supere a la de los
fariseos y de los maestros de la ley”
Mateo 5:20
134
¿Por qué motivo Jesús exhorta a ser más justo que los
fariseos y maestros de la ley? Bueno, es simplemente porque
ellos se creían justos por sus propias obras, se creían sabios
por su conocimiento y se creían dignos por su posición. Sin
embargo, Jesús derribó todo eso diciendo que esas buenas
intenciones están llenas de hipocresía y son pecado.
Si queremos caminar en justicia para vivir una
verdadera vida de Reino y para que se nos abran las puertas
de toda bendición, debemos permanecer en Cristo y saber que
la justicia es otorgada en Él. Jesucristo es el varón justo,
nosotros en Él vivimos, nos movemos y somos (Hechos
17:28). ¿Pero qué hay de este pasaje de Mateo:
“No todo el que me dice Señor, Señor entrará en el reino
de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre
que está en los cielos”
Mateo7:21
Bueno, pareciera que es un claro llamado a obrar con
justicia y está bien. Las obras debemos realizarlas porque la
fe sin obras es muerta. Pero no debemos hacerlas con
nuestras fuerzas y capacidades, debemos hacerlas en el poder
de Su Espíritu y conforme a Su voluntad. Si actuamos en Su
justicia, las puertas se abrirán.
135
7) La llave de la siembra:
Es interesante que la Palabra mencione que Dios no
puede ser burlado y lo haga en el contexto de la siembra y la
cosecha.
“No os engañéis; Dios no puede ser burlado:
pues todo lo que el hombre sembrare,
eso también segará.”
Gálatas 6:7
Tal vez, como mucha gente podamos pensar que
sembrar es una cosa muy personal, sin embargo, creo que a
partir de este pasaje debemos tener cuidado porque: ¿Quién
quiere burlar a Dios?
Esto se produce porque todo lo que podemos sembrar
nos los da el Señor y si no sembramos lo que nos dio para
sembrar, o querer cosechar lo que no sembramos, es como
burlarnos de Él. Cuando me refiero a la siembra no estoy
considerando solamente el dinero. Sé que es lo primero que
viene a nuestra mente, pero no me estoy refiriendo solo a eso
nuestro esfuerzo es una semilla, nuestras acciones son
semillas, nuestras palabras son semillas, nuestra fe es una
semilla, todo lo que tenga vida espiritual, tiene el potencial
de una semilla.
Sembrar es tan bueno que Dios te recomienda que lo
hagamos en todo tiempo. Debemos sembrar en todo tiempo
según la palabra.
136
“Por la mañana siembra tu semilla, y a la tarde no dejes
reposar tu mano; porque no sabes cuál es lo mejor, si esto
o aquello, o si lo uno y lo otro es igualmente bueno”
Eclesiastés 11.6
Imagínenos cuán importante es para Dios nuestra
siembra, que dice la palabra que Él no se acordará nunca más
de nuestro pecado, pero siempre recordará nuestras ofrendas.
Dios siempre está haciendo memoria de nuestras siembras.
Toda semilla producirá una cosecha según su género,
por eso es tan amplio el poder de la siembra. Jesús se sembró
a sí mismo como Hijo de Dios y cosechó millones de hijos
por todo el mundo.
La siembra es una llave que abre el poder de la
multiplicación. Si alguien tiene semillas guardadas, solo
seguirán siendo semillas, pero si las siembra en la tierra,
automáticamente se abrirá el poder de la multiplicación.
La siembra es tan poderosa que el Reino se expande
por su poder, por eso el Señor nos envía a sembrarnos, como
lo hizo Jesús y el mundo será lleno de la Gloria del Reino.
“El campo es el mundo. La buena semilla son los hijos del
reino, y la cizaña son los hijos del maligno”
Mateo 13:38
137
En este capítulo he incluido unas siete llaves del Reino,
pero hay muchas más, sobre las cuales podría escribir otro
libro de manera exclusiva y créanme que lo consideraré como
un verdadero proyecto futuro.
138
Capítulo nueve
Los hechos del Reino
“Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su
justicia, y todas estas cosas les serán añadidas”
Mateo 6:33 NVI
No he pretendido en este libro escribir todo sobre el
reino, de hecho, solo me enfoqué en la esencia de lo que el
reino debe significar para nosotros como cristianos hoy. Les
reitero que estoy perplejo respecto de tanta gente confundida
sobre este asunto.
Algunos dicen que el reino será al entrar al cielo,
después de la muerte. Otros que lo viviremos a partir de la
venida de Cristo o en el llamado milenio, otros que ya está
operando en todo el mundo y que la iglesia está en el plan de
conquista mundial. Sinceramente, yo veo todo esto mucho
más simple y claro respecto de las Escrituras.
El reino fue establecido por Dios en el principio, Adán,
su hombre asignado fracasó por causa del pecado y a partir
de entonces, el reino fue anunciado y vivido sin plenitud por
algunos hombres y mujeres de fe. Juan el Bautista comenzó
a anunciarlo y Cristo vino a establecerlo nuevamente,
139
mostrando como puede ser vivido y muriendo para
transferirnos a esa dimensión.
Él lo hizo de manera perfecta y enseñó sobre la única
manera posible para nosotros: Naciendo de nuevo y viviendo
en comunión con Dios. Dejándonos gobernar desde nuestros
corazones por medio de la obra de Su Espíritu Santo y
expresando los hechos con nuestra obediencia.
Cristo murió en la cruz y resucitó al tercer día. Cuando
Él murió, nosotros morimos en Él y cuando resucitó, también
lo hicimos para vida nueva. Esa es la propuesta de su diseño
y esa es nuestra fe.
“Porque si fuimos plantados juntamente con él en la
semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de
su resurrección; sabiendo esto, que nuestro viejo hombre
fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del
pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al
pecado. Porque el que ha muerto, ha sido justificado del
pecado. Y si morimos con Cristo,
creemos que también viviremos con él”
Romanos 6:5 al 8
El mundo no está viviendo reino, el mundo entero está
bajo el poder del maligno (1 Juan 5:19). La iglesia vive reino
porque tenemos un Dios que es nuestro Rey y deseamos que
nos gobierne. Jesús nos enseñó que Él hacía la voluntad del
Padre, en todo tiempo y nos enseñó a orar pidiendo lo mismo
para nosotros.
140
“Venga tu reino. Hágase tu voluntad,
como en el cielo, así también en la tierra”
Mateo 6:10
El reino es perfecto en el cielo y también lo será en la
tierra. Ahora solo se está manifestando en, y desde nuestros
corazones, como hijos, embajadores y herederos.
“El Señor reinará sobre toda la tierra.
En aquel día el Señor será el único Dios,
y su nombre será el único nombre”
Zacarías 14:9 NVI
La iglesia no va a conquistar el mundo y mucho menos
los sistemas gubernamentales del mismo. Estos son
perversos y jamás serán redimidos. La iglesia vive bajo
gobierno espiritual y ejerce su autoridad desde ese ámbito.
La iglesia tendrá que superar toda presión externa de
los sistemas diabólicos y el intento fatal del nuevo orden
mundial. Sin embargo, tenemos las promesas y la certeza de
que vamos a superar toda presión y vamos a esperar con
fidelidad la venida de nuestro Rey.
En tanto que el Rey viene, debemos avanzar
manifestando reino desde nuestro espíritu y en todo ámbito
asignado, es decir, matrimonio, hijos, familia en general,
amistades, trabajo, bienes, etc.
141
Si caminamos en fidelidad ni las tinieblas, ni las
presiones, ni la muerte, ni absolutamente nada podrá evitar el
avance del reino hasta la plenitud. Nuestro Rey ya está en
nuestros corazones, ya reina en su iglesia y vendrá para todo
el mundo y reinará en toda su creación.
“Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda
rodilla, Y toda lengua confesará a Dios”
Romanos 14:11
Por último, quisiera enumerar algunos hechos
fundamentales del reino que revelan los principios con los
cuales el reino se manifiesta entre nosotros.
1) El plan original de Dios en la creación fue extender su
Reino celestial sobre la tierra. Su plan no fracasará, como
nada de lo que hace Dios fracasa. El mundo no terminará
destruido y mucho menos en manos de Satanás. La tierra será
redimida y como tierra nueva, será llena de la gloria de Dios.
2) El propósito de Dios fue establecer una familia de hijos,
no de sirvientes. Cuando el plan de Dios fue mantenido en
secreto durante siglos, según dice el apóstol Pablo (Efesios
3:9). Fue porque Dios contaba con colaboradores, pero no
con hijos y el reino debe ser heredado por hijos, no por
siervos. Cristo hizo posible el nacimiento de hijos por lo cual
estableció el reino y nosotros debemos manifestarlo.
3) El propósito de Dios fue establecer su gobierno en la tierra,
ya que esta es su creación y jamás tuvo a consideración crear
142
alguna nueva religión para lograrlo. Las religiones son
diseños humanos en las cuales se ha movido Satanás. Dios
desea tener comunión con sus hijos y que voluntariamente
aceptemos su señorío.
4) El propósito y la intención de Dios fue gobernar sobre lo
visible desde lo invisible, es decir, gobernar lo natural, desde
la dimensión espiritual. Dios es Espíritu y todo lo creado
tiene su origen en lo espiritual, con lo cual, el gran poder de
la iglesia está en ese plano. Jesús dijo que el reino no era de
este mundo (Juan 18:36).
5) Los seres humanos fueron creados para ejercer dominio
sobre la tierra y sobre todas las criaturas, pero nunca
mencionó Dios, su deseo de que el hombre gobierne sobre
otras personas. El gran problema del mundo está en que
intrínsecamente el hombre sabe que debe vivir bajo gobierno
y gobernar. El problema es que se somete al gobierno de otros
hombres o procura enseñorearse de algunos y nada de eso
tiene que ver con el diseño divino.
6) Dios nos dio el gobierno sobre la tierra, no su propiedad.
No somos dueños de la tierra, somos administradores de ella,
por tal motivo, debemos cuidarla y dejarla descansar. En la
nueva versión de Romanos 8:20 y 21 dice: “Pero al mundo
le queda todavía la esperanza de ser liberado de su
destrucción. Tiene la esperanza de compartir la maravillosa
libertad de los hijos de Dios”
143
7) Dios puede hacer todo lo que sea porque es Todopoderoso,
sin embargo, debido a que Él nos ha dado autoridad, ha
limitado su accionar en la tierra, esperando el clamor de su
iglesia. Debemos abandonar la pasiva actitud de esperar y
debemos accionar en la fe para que el reino de Dios, pueda
ser manifestado en todo lugar.
8) El Evangelio del Reino son buenas nuevas. No es un
mensaje de amenaza o intimidación, es un mensaje enviado
por el Padre a todos sus hijos diciéndoles que pueden volver
a casa, que el reino ha llegado y que una vez más, como al
principio, pueden ser hijos e hijas en pleno derecho. Es el
mensaje de una herencia eterna, de vida y posesión.
9) El propósito de Dios para nosotros es que gobernemos
sobre el orden de lo creado como hijos, pero que lo hagamos
bajo su perfecta voluntad y no conforme se nos ocurre a
nosotros. El reino, solo es reino, cuando expresa la buena
voluntad, agradable y perfecta de Dios, no la nuestra. Esto
siempre debe estar claro, porque hoy en día, muchos oran y
actúan como mandando a Dios para que haga lo que ellos
quieren, pero el reino es al revés.
10) El reino de Dios sobre la tierra es el gobierno de Dios
dentro de los corazones y espíritus de los creyentes y el reino
de los cielos actúa cuando ese liderazgo impacta en el
ambiente terrenal humano.
11) El reino de Dios es un reino de luz, la luz del
conocimiento del Señor y de su voluntad. Una de las
144
traducciones del hebreo original, de la palabra tinieblas es
ignorancia y el antídoto contra la ignorancia es el
entendimiento. En el reino, el conocimiento viene por la vida
y la vida es la luz de los hombres (Juan 1:4).
12) El reino se manifiesta a través de la verdad (Cristo) y está
compuesto por hijos que no solo son buscadores de la verdad,
sino también hacedores de ella (Santiago 1:22). La verdad
no son conceptos teológicos, sino la vida del Señor. Los
religiosos se llenan de conocimiento, pero no logran vivir la
verdadera vida, por eso son feligreses, pero no ciudadanos
del reino.
13) La democracia no es parte del gobierno del reino. No
podemos ser ciudadanos efectivos del reino de Dios y
continuar pensando en forma democrática. Es decir, la
democracia no es mala, pero es el sistema político que
defiende la soberanía del pueblo y el derecho del pueblo a
elegir y controlar a sus gobernantes. Está claro que este no es
el diseño divino.
14) El fin de esta era de gobierno humano, que ha causado el
caos actual, llegará cuando el evangelio del reino haya sido
predicado en todo el mundo (Mateo 24:14) con lo cual,
podemos afirmar, que la hora específica del regreso de Cristo
está en las manos del Padre, pero el tiempo general de la
expansión está en las nuestras.
15) El reino de los cielos es la justicia verdadera, es la paz
verdadera y el gozo interior (Romanos 14:17). La gente en
145
todas partes está buscando estas cosas, aunque no reconozcan
su necesidad con el nombre de reino, podemos estar seguros
que los campos están listos para la cosecha. Solo debemos
asegurarnos de estar predicando el evangelio del reino y no
otra cosa.
16) Como hijos renacidos de Dios le pertenecemos a Él y
puede reclamarnos en un modo que nadie más puede hacerlo.
En cuestiones del espíritu, Dios demanda de nosotros una
entrega absoluta, Él no quiere el noventa por ciento de
nosotros, Él quiere el cien por ciento de todo nuestro ser. Esto
podría ser asfixiante si se tratara de una persona mortal, pero
tratándose de Dios, es todo un privilegio.
17) La misión de Jesús fue reintroducir el reino. Al vivir
conforme a la voluntad del Padre en todo momento, nos
enseñó cómo se vive. Cuando murió lo hizo en nuestro lugar.
Su sangre nos limpió y conectó nuevamente con el Padre.
Cuando resucitó, lo hizo para que pudiéramos tener una vida
nueva y cuando nos ascendió se posicionó para abrirnos
camino, llevarnos al trono e interceder por nosotros. Claro
que antes de hacerlo, nos impartió su Espíritu Santo para
guiarnos a toda verdad. Tremendo diseño es el reino
¿Verdad?
18) Nacer de nuevo es la forma de entrar al reino y el primer
paso necesario. Pero el evangelio del reino es mucho más que
nacer para no perdernos. El reino es madurar para gobernar
(Gálatas 4:1 al 7).
146
19) Como ciudadanos de un nuevo orden espiritual, somos
mayores que aquellos hombre y mujeres del antiguo pacto
que nos precedieron, no por causa de algún mérito personal,
sino porque la sangre de Cristo nos limpió para ser moradas
del Espíritu Santo, mientras que todos los héroes de la fe del
antiguo pacto vivieron y actuaron con un Dios fuera de ellos.
Tenían relación con Dios manifestado en un arca, en una
vara, en un monte, en un tabernáculo, en el pelo o en un
manto, pero ninguno de ellos fue templo del Espíritu Santo.
20) El reino de los cielos siempre avanza sufriendo violencia,
porque siempre es atacado (Mateo 11:12). Este pasaje
siempre fue interpretado como que los hijos de Dios
debíamos ser violentos para avanzar, pero en realidad el
pasaje no dice eso. Todo lo contrario, estos versículos dicen
que los violentos pretenden impedir que Dios gobierne y
Jesús hacía referencia a los religiosos que tanto lo atacaban.
No hay nada más violento para el reino que la religiosidad,
por eso debemos tener cuidado de no actuar bajo esas
influencias.
21) Hoy la gente vive preocupada por sus cuestiones
personales, pero nosotros como embajadores del reino,
deberíamos estar enfocados solamente en los intereses de
nuestro Rey. Si lo hacemos así, Él nos garantiza que se
ocupará de nuestros intereses en la tierra.
22) El reino de los cielos nos pertenece como derecho legal,
no tiene nada que ver con lo emocional. Somos hijos de Dios
y coherederos con Cristo. Hoy vivimos las arras de dicha
147
herencia, por eso es probable que atravesemos muchas
dificultades, sin embargo, nos espera una herencia
incorruptible y por eso debemos madurar para usufructuar los
derechos de hoy y para vivir en la plenitud de la fe, sabiendo
lo que vendrá.
23) Como ciudadanos del reino podemos contar con todos los
recursos necesarios para ayudarnos a vivir en victoria y
consumar el propósito eterno que tenemos en Cristo. Hay
cristianos que se frustran, porque desean cosas y no pueden
obtenerlas. Luego dudan si la fe funciona, pero en realidad lo
que ocurre, es que ninguno de sus deseos está vinculado con
el reino, por lo tanto, no utilizan el derecho legal solo
procuran alcanzar sus deseos por emoción, pero así no
funciona el reino.
24) En la tierra, las leyes gubernamentales cambian
permanentemente los debates políticos nunca cesan, sin
embargo, en el reino de Dios no ocurre lo mismo, ya que está
fundado sobre principios que son eternos, por lo tanto, nunca
se desvanecen o cambian. Esto es maravilloso porque nos
permite la estabilidad y la proyección eterna. En la sociedad
de hoy, hay tanta inseguridad que todo proyecto es a corto
plazo, porque nunca se sabe que pasará mañana, pero en el
reino hay estabilidad.
25) La clave para la manifestación del reino con efectividad
en la tierra, es la comunión profunda y permanente con el
Espíritu Santo. Esta persona maravillosa es la que nos
148
convence, nos guía, nos advierte y nos revela la perfecta
voluntad del Padre en todo tiempo.
26) La fe sin obras es muerta, por lo tanto, debe ser
gestionada, la disposición y sabiduría para hacerlo
correctamente, depende de la revelación espiritual y el
entrenamiento que tengamos en la mentalidad y la cultura del
reino.
27) Como hijos reales de nuestro Padre celestial, debemos
tomar el control de nuestras circunstancias en vez de ser
esclavizados por ellas. Hay gente que no sabe muy bien de
qué manera se manifiesta el reino a través de nosotros, por lo
tanto, oran y luego esperan que Dios haga algo. Sin embargo,
esto no funciona así debemos ser gobernados para gobernar
y eso implica sabiduría espiritual y poder de gestión.
28) Cuando somos introducidos a la vida del reino y liberados
de la opresión y el gobierno demoníaco, somos posicionados
en Cristo. Debemos ejercer nuestra autoridad y saber que el
diablo fue derrotado en la cruz del Calvario. Antes estuvimos
bajo su yugo por causa de la naturaleza caída, pero ahora
tenemos una naturaleza redimida. De todas maneras, no
debemos ignorar las maquinaciones del diablo y no debemos
darle derecho alguno de operación en nuestras vidas.
29) Todo lo que vemos en el mundo físico tiene una realidad
correspondiente en el mundo espiritual (hebreos 11:3). Esa
realidad espiritual es trascendente, por eso los hijos del reino,
debemos ver espiritualmente todas las cosas. Eso no implica
149
ser místicos o raros, por el contrario, espiritualidad significa
ser normales pero entendidos, sencillos pero profundos,
humildes pero sabios.
30) El gobierno espiritual que debemos ejercer se trata de
proteger los intereses de nuestro Padre, de ejercer nuestra
autoridad sobre lo que poseemos y de reclamar todo lo que
nos corresponde, por el derecho legal que tenemos viviendo
en Cristo, por ser hijos de Dios, por ser herederos y
embajadores del reino, por ser reyes y sacerdotes del Dios
Padre.
“Qué hermosos son, sobre los montes,
los pies del que trae buenas nuevas;
del que proclama la paz,
del que anuncia buenas noticias,
del que proclama la salvación,
del que dice a Sión: ¡Tu Dios reina!”
Isaías 52:7 NVI
Por último, nosotros vivimos reino, pero el mundo
todavía no. Nosotros lo vivimos en el adelanto que el Padre
nos ha dado en su sola potestad, pero lo recibiremos y
viviremos con toda plenitud.
El establecimiento definitivo del reino de Dios
requiere que sea eliminado previamente todo enemigo esto
incluye, por supuesto, el pecado y también la muerte (1
Corintios 15:26 y Apocalipsis 20:14) que es su
consecuencia directa (Romanos 6:23). Sólo cuando el
150
pecado, la muerte y Satanás sean destruidos, los redimidos de
Dios podremos disfrutar plenamente de las bendiciones
perfectas de Su reino. Al fin y al cabo, eso es lo que Cristo
consiguió por medio de su muerte en la cruz (Hebreos 2:14
y 15).
Por otra parte, la resurrección de los creyentes nos dará
un nuevo cuerpo espiritual que será el vehículo perfecto para
la nueva creación. La resurrección de Cristo garantiza la de
todos aquellos que creemos en él, esa es nuestra maravillosa
esperanza, es por la cual Pablo expresó querer ser semejante
a Él en su muerte (Filipenses 3:10).
Luego, en el juicio del Gran Trono Blanco
(Apocalipsis 20:11 al 15) tendrán que comparecer todos los
hombres que no han querido creer en Cristo.
"Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él,
de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún
lugar se encontró para ellos. Y vi a los muertos, grandes y
pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y
otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y
fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban
escritas en los libros, según sus obras."
Apocalipsis 20:11 y 12
Allí, los que tanto ignoraron el evangelio del reino, se
darán cuenta, que quien les juzgará será Jesús, el mismo a
quienes los hombres rechazaron y no quisieron aceptar como
su Rey.
151
“Porque el Padre a nadie juzga,
sino que todo el juicio dio al Hijo,
para que todos honren al Hijo como honran al Padre.
El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió”
Juan 5:22 y 23
Hoy por hoy, el Señor sigue siendo rechazado por la
inmensa mayoría de este mundo, su evangelio sigue siendo
despreciado, sus derechos ignorados y sus mandamientos
pisoteados. La gente sigue echándole de sus vidas, de su
sociedad y de su mundo. Ahora igual que hicieron hace dos
mil años el mundo sigue gritando: “no queremos que éste
reine sobre nosotros” (Lucas 19:14). Pero esto se terminará
cuando Él se siente a juzgar a este mundo. Muchos no creen
que esto pasará, pero así será.
Entonces, la tierra que actualmente manifiesta toda su
pecaminosidad, será gobernada por Dios y la justicia
triunfará finalmente. Pero aún más; toda la maldad de los
hombres que han vivido en este mundo, y que aparentemente
lograron burlar la justicia divina, ellos también recibirán la
justa retribución de sus pecados, de modo que la justicia de
Dios quede libre de cualquier sombra de duda.
Incluso los ángeles que se rebelaron contra Dios, ellos
también serán juzgados (2 Pedro 2:4 y Judas 1:6) y nosotros
como hijos del rey, también tomaremos parte en ese juicio (1
Corintios 6:3).
152
Finalmente tendrá lugar una transformación en el
orden físico de tal magnitud que la Biblia la describe como
cielos nuevos y tierra nueva.
“Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva
tierra; y de lo primero no habrá memoria,
ni más vendrá al pensamiento”
Isaías 65:17
“Vi un cielo nuevo y una tierra nueva;
porque el primer cielo y la primera tierra pasaron,
y el mar ya no existía más”
Apocalipsis 21:1
La nueva creación estará libre de la maldición del
pecado y de la tendencia a deteriorarse. Serán “cielos nuevos
y tierra nueva, en los cuales mora la justicia” (2 Pedro
3:13). Toda la maldad habrá desaparecido y en su lugar este
mundo volverá a manifestar la gloria y la santidad de Dios.
Este mundo no terminará en manos de Satanás y
nosotros viviendo sobre una nube como muchos piensan,
nuestra redención y la de la creación será completa y
viviremos en esa plenitud eternamente. Lo haremos gracias a
Jesucristo y su obra redentora, al maravilloso Espíritu Santo
que intervino en todo y al Padre que simplemente nos amó.
“Dios mío, ¡tu amor es incomparable!
Bajo tu sombra protectora todos hallamos refugio.
Con la abundancia de tu casa nos dejas satisfechos;
153
en tu río de bendiciones apagas nuestra sed.
Sólo en ti se encuentra la fuente de la vida,
y sólo en tu presencia podemos ver la luz”
Salmo 36:7 al 9
154
Reconocimientos
“Quisiera agradecer por este libro a mi Padre celestial,
porque me amó de tal manera que envió a su Hijo Jesucristo
mi redentor.
Quisiera agradecer a Cristo por hacerse hombre, por morir
en mi lugar y por dejarme sus huellas bien marcadas para
que no pueda perderme.
Quisiera agradecer al glorioso Espíritu Santo mi fiel amigo,
que, en su infinita gracia y paciencia,
me fue revelando todo esto…”
“Quisiera como en cada libro agradecer a mi compañera de
vida, a mi amada esposa Claudia por su amor y paciencia
ante mis largas horas de trabajo, sé que es difícil vivir con
alguien tan enfocado en su propósito y sería imposible sin
su comprensión”
Pastor y maestro
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Osvaldo Rebolleda
El Pastor y maestro Osvaldo Rebolleda hoy cuenta con
miles de títulos en mensajes de enseñanza para el
perfeccionamiento de los santos y diversos Libros de
estudios con temas variados y vitales para una vida cristiana
victoriosa.
El maestro Osvaldo Rebolleda es el creador de la Escuela de
Gobierno espiritual (EGE)
Y ministra de manera itinerante en Argentina
Y hasta lo último de la tierra.
[email protected]
Otros libros de Osvaldo Rebolleda
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“Todos tenemos un
perfume de adoración
atrapado en nuestro
espíritu. Reciba una
revelación para ser
quebrantado como
frasco de alabastro
ante la presencia del
Rey de Gloria…”
“Un libro que lo
llevará a las
profundidades
de la Palabra de
Dios, un
verdadero
desafío a
entrar en las
dimensiones
del Espíritu”
Un material que todo ministro
debería tener en su biblioteca…
157
«Todo cambio debe ser producido por Dios
a través de los hombres y no por los hombres
en el nombre de Dios…»
www.osvaldorebolleda.com
158
Libros de temas
variados y útiles para
el desarrollo de su
vida espiritual, todos
pueden ser bajados
gratuitamente en la
página Web del
pastor y maestro
Osvaldo Rebolleda
www.osvaldorebolleda.com
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www.osvaldorebolleda.com
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