UNIVERSIDAD DE LA FRONTERA
FACULTAD DE EDUCACIÓN. CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES
SOCIOLOGÍA-BACHILLERATO EN CIENCIAS SOCIALES
La subjetividad social en la masculinización presente en la primera línea:
El caso del estallido social en Chile.
Autor
Christian Concha Nass
Profesora
Mg. Claudia Riquelme Macalusso
Marzo, 2020
Temuco, Chile
I. Introducción:
La primera línea ha sido vastamente conocida después del estallido social comenzando en
Chile en octubre del año 2019, la primera línea la comprendemos como las personas que
están en constante conflicto con carabineros, los que se encuentran muchas veces con
escudos, agua con bicarbonato, botellones para apagar lacrimógenas, las diferentes
brigadas de primeros auxilios que asisten a los diferentes heridos y también la
confrontación, lanzando piedra a las diferentes composiciones que la policía posee, como el
zorrillo, los fuerzas especiales, etc. También se ha asumido el rol, de lo que sucedía en
Santiago, las ‘’marchas pacíficas’’ en la renombrada plaza dignidad, donde a no muchos
metros habían constantes luchas contra la policía, entonces en un contexto de mucho
sacrificio físico, poniendo en juego su propia integridad muchos de ellos y ellas salen todavía
a las calles a expresar su descontento cumpliendo al mismo tiempo un rol en las
movilizaciones, la de frenar a la policía, dentro de todo este contexto las redes sociales han
sido pilar clave de la información que se puede entregar en vivo en los diferentes lugares de
disturbios, entonces contraponiendo a los canales tradicionales de televisión, periódicos y
radio, nacen estos diferentes grupos de instagram, Facebook, que entregan ‘’otro’’ tipo de
información, como el de abuso en los derechos humanos, diferentes montajes, pero así
mismo esta información en redes sociales también crea su propio discurso de la verdad.
Aunque es difícil nombrar exactamente la participación cuantitativa, es fácil nombrar a la
‘’primeria línea’’ y pensar en hombres, si bien entre las capuchas, mascarillas, antiparras es
difícil definir el sexo de las personas aun así se expresan rasgos como la voz, la cual es
nombrada en el inicio de varios cánticos, entonces, se sabe sobre la activa participación de
mujeres, hechos que se pueden evidenciar totalmente en la marcha del 8m en el 2020.
En el desarrollo cabe aplicar diferentes teorías críticas del discurso y aplicación de estudios
de género, para criticar y argumentar la ‘’masculinidad’’ en la primera línea, como estos
diferentes fundamentos patriarcales en la sociedad, específicamente los conflictos se crea
una imagen del hombre combatiente, enfocando sus valores y relevancia de género,
explicando los diferentes argumentos que se presentan a la hora de organizar esta
diferencia mediática en el conocimiento mostrado por diferentes medios, también el rol que
cumplen los medios de comunicación y de redes sociales para aislar estos discursos y
reproducirlos en el imaginario colectivo, en un contexto donde la crítica a estos estereotipos
no es totalmente masivo y normalizado.
Entonces cabe realizar la pregunta: ¿Qué rol tienen los medios de comunicación y las redes
sociales en la creación de un discurso sobre una primera línea mayoritariamente
masculina? y ¿Cómo se forma el discurso masculino que hace predominar esta idea?
II. Desarrollo.
Identidad masculina, el rol del discurso:
A través del conocimiento público presentado en medios masivos o redes sociales, se crea
un discurso predominantemente masculino, más aún cuando se trata de conflictos de poder
y representación de ‘’héroes’’ o personas las cuales se sacrifican por el bien común,
entendiendo estos valores como ‘’positivos’’ para la sociedad, la masculinidad se presenta
como un valor positivo en el contexto de las revoluciones o resistencia al poder, siendo el
hombre el que carga con los valores simbólicos que representan esta ‘’liberación’’ o lucha
contra los sistemas sociales de opresión.
Comprendiendo que las identidades masculinas y sus referentes no son creaciones ‘’per se’’
sino el debacle de una configuración de género y social teniendo en cuenta que (van Dijk,
1994:7) “saber cómo el discurso contribuye a la reproducción de la desigualdad y la
injusticia social determinando quiénes tienen acceso a estructuras discursivas y de
comunicación aceptables y legitimadas por la sociedad”, así se presenta invisiblemente una
configuración discursiva, que excluye la relevancia de la mujer de su propia participación
activa en los movimientos sociales, en especial los que aglomeran gran cantidad de
personas del mismo género.
Al momento de que la primera línea genera un tipo de representación positiva para las
personas que asisten a marchas o que simplemente piensan en su necesidad y sacrificio, es
normal que los hombres carguen con la supremacía cultural y de representatividad o como a
través de un discurso se condiciona así su imagen ‘’masculina’’ entonces, (Butler, 2006) ‘’La
masculinización del sujeto desde la lógica androcéntrica heterosexual es una restricción
binaria que actúa como política de verdad, que a través del discurso produce un sujeto
masculino empoderado y un sujeto femenino subordinado’’.
Al mismo tiempo estas relaciones de poder se configuran también dentro de la misma
masculinidad, la primera línea posee una relevancia simbólica mayor que simplemente la
participación pasiva de los movimientos, este factor activo produce una diferencia de valor
en la participación de la primera línea, poseyendo este último un rol más importante.
También cómo influye en este caso la metáfora de la entrega ética del cuerpo como
herramienta de lucha, esto genera una idealización altruista y perjudicial por un bien mayor,
la composición metafórica de este discurso resalta su valor si lo comparamos a la
participación de otros hombres dentro del mismo movimiento.
Así el discurso goza de una importante relevancia a la hora de configurar el mundo donde
vivimos, (van Dijk, 1997: 73) “los grupos y las organizaciones se constituyen y se reproducen,
sus identidades se formulan o se cuestionan, se defienden sus intereses y, de nuevo, tales
prácticas sociales son, en su mayor parte, discursivas”.
En su aplicación discursiva se produce un ‘’sujeto’’ que en el caso de la primera línea crea
una realidad corporal, donde la percepción del cuerpo masculino, como se muestran en
diferentes imágenes mediáticas crean la percepción de un tipo de individuo, que bajo los
diferentes valores sociales se impone como ‘’predominante’’, aunque se deje entrar en
estos movimientos la visualización masculina, no sería el caso de las personas ajenas a él
que ven estas movilizaciones sin esa crítica al discurso predominante.
En un proceso mental se crea lo que sería una triada masculinidad-poder-discurso y como
esta contribuyen a la construcción de la falacia androcéntrica (Lerner, 1990).
Aunque se intente plantear un argumento que la primera línea requiere de una capacidad
‘’biológica’’ sean estos argumentos de fuerza, musculatura o resistencia física, es relevante
también plantear como esta misma construcción del discurso anterior se basa también en
su propio sistema de género, dejando en estos espacios la situación ‘’biológica’’ como no
verdaderamente relevante a cómo se podría plantear, contrario a lo que plantea la
siguiente autora, (Fuller, 1998:259-260) ‘’la tendencia ha sido más bien a no reconocer que
la identidad masculina, al igual que la identidad femenina, depende más de las cualidades
sociales que biológicas, y que pasa por etapas marcadamente distintas según el momento
del ciclo vital en que se encuentre la persona’’.
El rol de las metáforas del ideal masculino termina produciendo una violencia simbólica,
que se legitima e impone desde lo visible a lo invisible, como expresa Bourdieu (2000) en la
dominación masculina, otro enfoque explícito es la limitación que estos componentes
cargan en la feminidad, haciendo que su poca representatividad sea un acto violento,
también existe la sujeción de esta idea en la primera línea, donde la libre modificación de
este discurso no es libre o dependa de los individuos que la conforman, esta estructuración
es la que le da sentido y orienta el devenir de su percepción social.
Estas mismas metáforas que se aplican localmente a lo que sucede en Chile, la designación
de un nombre propio, es la que funciona como el sistema jerárquico que organiza el
conocimiento que se posee sobre estos, sustentando y manteniendo la desigualdad de
género.
Estos diferentes argumentos solamente servirán para ocultar el trasfondo machista que
niega el acceso a los diferentes espacios al género femenino, la consumación social,
valórica, judicial, institucional y económica, liga estos estándares a casi todos los rincones de
la sociedad, moldeando ideas, pensamientos y comportamientos, algunos de estos se rigen
subjetivamente en los diferentes imaginarios como se pueden expresar en el mundo
cognitivo. Así estos serían las principales categorías que encierran el contexto social, ya sea
personal o interpersonal.
Masculinidad y sus referentes en conflictos o revoluciones:
Este discurso como dije anteriormente posee una carga histórica, donde las revoluciones
suelen poseer ese tinte de género, que se puede ver en las revoluciones o guerras, en
contexto de grandes conflictos políticos y sociales contra un poder establecido, como puede
ser el estado o el capitalismo.
(Kimmel, 1998), "Al estudiar a los hombres, los analizamos en su calidad de dirigentes,
héroes, políticos (...) Los hombres, en sí, son invisibles como tales". Esta cita introduce la
omisión del impacto en los roles de género para la participación masculina, aunque sea
explícito la idealización de un discurso predominante, también se invisibiliza las prácticas
que crean este discurso, sabiendo que las mujeres se encuentran activamente presentes, en
la misma primera línea, como brigada de primeros auxilios, etc.
Explorar cómo la experiencia de ser un hombre, de la hombría, estructura las vidas de ellos
en tanto sujetos, las organizaciones e instituciones que ellos crean y dirigen, los eventos en
los cuales ellos participan (Kimmel, 1997). Aunque sea ambiguo señalar si la unidad de la
primera línea es una creación masculina, es indudable como solo su participación del
movimiento, enseñada reiteradas veces de manera cuantitativa en imágenes o videos
(Muñoz, 2019) acentúa su participación en este proceso de resistencia.
En el discurso del estallido social también se tiende a señalar el rol médico o de apoyo que
aporta la mujer, entablando también esta relación de género donde ella actúa de manera
‘’maternalista’’ en su participación, quitándole entonces el rasgo protagónico o más
relevante de la participación activa (Reyes, 2019), estos ejemplos periodísticos que
muestran parte de la realidad, actúan como la resistencia del discurso en la otredad,
plantean la contra parte de una identificación que podría funcionar como hegemónica.
El rol creciente y protagónico de las mujeres en las movilizaciones feministas, ha abierto sin
duda su cara política en las participaciones sociales, aunque su apertura es evidente y de
apoco se consensua un nuevo discurso basado en las nuevas clasificaciones morales de
paridad e igualdad entre géneros, se sigue produciendo y creando el discurso masculino,
esto pone en el rol mediático la resistencia al poder de los diferentes grupos que entreguen
una postura contrapuesta o complementaria.
Una rama del feminismo, el liberal posee una crítica propia de la guerra, aunque la ‘’primera
línea’’ no sea cabalmente una guerra, posee características de un conflicto entre dos fuerzas
las cuales no pueden llegar a consenso y se intenta la erradicación del otro, no tanto en su
posterior muerte sino en la desocupación de la actividad combativa o uso de algún espacio,
siguiendo esta línea, las mujeres tendrían el derecho de participar en todas las acciones
políticas de igual manera que la parte masculina (comprendiendo la igualdad de
capacidades como una realidad), esto también entiende que no debería existir algún tipo de
discriminación (Goldstein, 2003), (como la que se presenta en una cita anterior sobre la
mujer en la primera línea). Entonces también debería existir una misma cobertura de su
accionar dentro del espacio social, lo influyente puede ser como la discriminación configura
que muchas mujeres no quieran participar tan activamente como los hombres, esto
condiciona, no que las mujeres no puedan participar en un sentido literal, sino que se
plantee una ‘’predisposición’’ más normalizada u oculta en su discurso, creando una
reacción más pasiva de no accionar.
Existen también múltiples registros históricos que presentan una fuerte presencia femenina
en la participación de guerras y conflictos, siguiendo la tesis en que la mujer posee las
mismas capacidades mentales y físicas en estos ambientes, el cuestionamiento del ensayo
entonces no radica en si es verdad que existe una participación femenina en la primera
línea, comprendiendo esto como una verdad, sino en su invisibilización proveniente de
diferentes sistemas de género y discursivas.
Se encuentra presente de igual forma la exhibición de la ‘’otra parte’’, la represión policial,
esta consta de una identidad militarizada más clara, su accionar bajo estrategias, sistemas
claros de jerarquía, el uso de manuales y equipo especializado, la eficiencia en su actuar,
también la normalización en la violación como legitimación de poder.
El conflicto que existe entre la reivindicación social y en los medios comunes para obtenerlo,
como podrían ser las marchas, tomas, barricadas, etc. Se caracteriza por esta necesidad
conflictiva, esto se explica en los múltiples referentes históricos donde los derechos y
mejoras en la calidad de vida se han entregado en grandes peleas con claros matices
violentos, después de la segunda guerra mundial y con un Estado que aún mantiene un
servicio militar obligatorio, el paradigma de estos conflictos se vuelve contemporáneo.
En un contexto donde la confrontación es un hecho casi obligatorio para la supervivencia del
movimiento y la primera línea se constituye de manera espontánea, no es raro que al no
presentarse un cambio claro de paradigma u organización que entregue diferentes puntos
de vista crítico u organice las formaciones de las mismas, se rigen bajo las mismas
clasificaciones que se encuentran comúnmente, la acción de ‘’espontaneidad’’ es la que se
cataloga a sí misma a actuar bajo los estereotipos, aunque estos sean fluctuantes y hayan
cambiado mucho en los últimos años, la evidencia discursiva de esta ‘’masculinización’’
enmarca todavía como ‘’normal’’ los estigmas machistas y patriarcales en la defensa de los
movimientos sociales, excluyendo claramente a los de alta participación femenina como las
movilizaciones del 8m y feministas en general.
Los medios de comunicación en la normalización de la masculinidad:
Enmarcando los diferentes sistemas que crean y difunden un discurso como pueden ser los
medios de comunicación, no es de extrañar que estos presenten también el sesgo de
género, esto ayuda a la reproducción de que esté se presente de manera generalizada,
aunque también diferentes ideologías o movimientos sociales como el feminismo, han sido
grandes críticos del ordenamiento social de estas identidades, por lo que hoy en día, se
puede profundizar y evidenciar bajo otra ‘’óptica’’ el verdadero rol de la masculinidad en la
sociedad.
Así nace la relevancia actual de los medios de comunicación masivos, que sin duda dan
espacios para la incorporación de diferentes contextos y discursos que se contraponen con
los comúnmente establecidos, ‘’Las redes sociales parecen configurarse, cada vez más,
como nuevos espacios de libertad en los que poder vivir ignorando algunas normatividades,
del mismo modo en el que en su día lo fueron las nuevas ciudades’’ (López, 2015). Si bien la
representación del espacio físico donde ocurren las confrontaciones con carabineros es
relevante a la hora de plantear una realidad ‘’cuantitativa’’ también lo es como en los
diferentes medios se crea otro tipo de discurso que puede variar de una realidad, cuantificar
la primera línea plantea un gran reto por las características del anonimato que esta posee,
teniendo que ocultar su identidad por la condición ‘’ilegal’’ que presenta participar en estos
actos, aun así se ha configurado un discurso donde se predispone al imaginario crear esa
idea de ‘’masculinidad’’, las redes sociales pueden tener la característica liberadora y al
mismo tiempo de réplica de estos sistemas que durante años se ha intentado mitigar.
Estos diferentes aportes dialecticos intervienen en la soberanía de un único discurso, pero
su masificación común como la televisión, radio, que suelen ser más conservadores siguen
replicando una realidad dominante, la promulgación de un punto de vista jurídico impuesto
por los medios de comunicación clásicos, puede no funcionar bajo el interés común de
poder mediático, pero la situación social patriarcal afecta indirectamente en como se
muestra esa información, funcionando (quizás) sin saber a un poder que se implanta en la
socialización de la población que se informa directa o indirectamente sobre el estallido
social y las confrontaciones sociales con la autoridad.
El papel de las tecnologías de la comunicación y las redes sociales están
mostrando su potencial, no sólo porque posibilitan el contacto entre personas
que no habrían tenido posibilidad de reunirse de otro modo, sino porque
constituyen nuevos espacios para la re-definición de la realidad. (López, 2015,
pp 26-27)
En los espacios cibernéticos también existen diferentes características de control, uno
puede bloquear y eliminar diferente contenido que no tenga que ver con las opiniones
personales, a múltiples personas que lleven consigo en su identidad virtual el discurso del
cual se ‘’escapa’’, la capacidad de evadir opiniones en las redes sociales tiene la
consecuencia de guiarse solo por un tipo de contenido muy específico, esto puede hacer de
diferentes individuos críticos de un discurso que se contraponga con el original, sumada a la
gran manipulación mediática. (Portillo, 2016) ‘’La comunicación en los medios de masas
atiende a flujos y tendencias, al consumo de información a través de medios en los que
confiamos y al posicionamiento en relación a estos’’, Por tanto la influencia mediática posee
un alto impacto en nuestra construcción de la realidad, con una mirada más ‘’Post-
estructuralista’’ la creación propia del discurso al ser intervenida y adaptada por los
diferentes medios culturales y sistémicos.
Así mismo su parte liberadora del discurso, que se puede encontrar de manera accesible en
la red, presenta y demuestra otros ejemplos de ‘’primera línea’’, su masculinización como
dije previamente no es el factor de una clasificación real y cuantitativa sino de la creación de
un discurso que ocupa diferentes herramientas para plantearse como real, el rol que
cumplen todos los medios de comunicación alternativos y las redes sociales es esencial para
cambiar el paradigma patriarcal, el cual configura y acata todos estos sistemas normativos y
organiza así mismo el orden social, tanto del status quo como su resistencia al poder.
Para que la experiencia liberadora sea total, es decir, escape o se contraponga a todos los
discursos clásicos de resistencia, deberá mostrar signos de género o feministas, la
incorporación visual e imaginaria de la mujer en su participación activa es esencial para
‘’reconfigurar’’ las clasificaciones comunes, la incidencia que este tenga en los macro y
micro espacios es esencial para generar un cambio más estructural, teniendo como
consecuencias la repercusión en las instituciones, que muchas veces se quedan con el
puesto líder en creadores de discurso.
III. Conclusión.
Es verdad que existen y seguirán existiendo diferentes puntos de vista y recopilaciones
históricas que colocaran en el lugar correcto de participación a la mujer en los diferentes
hechos, esto no quita que en la sociedad actual patriarcal se tenga el estigma de la
participación positiva de los hombres, creando así su imagen en el imaginario colectivo de
las personas, en este caso la población Chilena.
También es importante recalcar como para llegar a la mayor configuración de la creación de
la masculinidad aplicado a diferentes ambientes sería más pertinente realizar una
investigación cualitativa de discurso, también existen tantos temas e influencias que
generan un tipo de discurso que cualquier ensayo o investigación se quedaría cortó a la hora
de explicar un fenómeno.
La poca o nula incidencia científica existente sobre la ‘’primera línea’’ se comporta
igualmente como un impedimento en su comprensión, por eso se aplicaron diferentes
puntos y de vista y teorías varias aplicadas a esta temática.
Por último, que la aplicación de la masculinidad aún se tenga tan presente, nos habla de una
sociedad aún condicionada a estos sistemas de opresión o violencia sistemática, uno de los
grandes aportes del feminismo consiste en ser lo más críticos posibles con la realidad,
‘’desnaturalizando’’ hechos que a simple vista se comprende como normales. Para
comprender al mundo desde otra perspectiva es fundamental que los movimientos sociales
sigan evolucionando y adaptándose a las múltiples nacientes realidades, los nuevos sujetos
y nuevas relaciones de las cuales no se poseían conocimientos, aunque la primera línea no
sea efectivamente masculina en su totalidad, aún existen variados estigmas que así lo
enmarcan, el proceso que debe existir para entregar el debido crédito en los cambios
sociales a ambos sexos se encuentra todavía lejos, pero es también responsabilidad de
estudiantes y académicos que acceden a los conocimientos teóricos, entregar las fórmulas y
ópticas necesarias para criticar la realidad, disminuir los sistemas de violencia a través del
conocimiento no puede sino ser la meta de este ensayo.
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