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Definición de Enseñanza - Estela Cols

Este documento presenta una discusión sobre el concepto de "enseñanza". Define la enseñanza como un intento de alguien de transmitir cierto contenido a otra persona, involucrando a alguien que posee conocimiento, alguien que carece de él, y el saber que se transmite. Explica que la enseñanza busca transmitir un contenido pero no necesariamente causa el aprendizaje, el cual depende de las actividades del estudiante. También señala que la enseñanza implica una acción intencional de transmitir conocimiento.

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Definición de Enseñanza - Estela Cols

Este documento presenta una discusión sobre el concepto de "enseñanza". Define la enseñanza como un intento de alguien de transmitir cierto contenido a otra persona, involucrando a alguien que posee conocimiento, alguien que carece de él, y el saber que se transmite. Explica que la enseñanza busca transmitir un contenido pero no necesariamente causa el aprendizaje, el cual depende de las actividades del estudiante. También señala que la enseñanza implica una acción intencional de transmitir conocimiento.

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El Saber didáctico

Alicia R.W. de Camilloni (et.al), Editorial Paidós, Buenos Aires, Año 2007

Capítulo 6. LA ENSEÑANZA
Laura Basabe y Estela Cols

1. INTRODUCCIÓN

Como cualquier término de uso frecuente en el lenguaje cotidiano, el término «enseñanza» es


de difícil definición por la diversidad de situaciones a las que se aplica y, consecuentemente, la
variedad de sentidos que asume. Basta una ojeada a las siguientes frases:

«Mi hermana me enseñó a tirarme a la pileta de cabeza.»


«Lamentablemente, la vida enseña a ser desconfiado.»
«Enseñaba filosofía en la universidad.»
«Varias veces trataron de enseñarme a apreciar la ópera.»

En lo que sigue, intentaremos establecer, primeramente, un significado básico del término y, a


continuación, analizaremos sus manifestaciones como fenómeno humano, institucional, social,
político. En este intento, el trabajo irá –inevitablemente– presentando diversas perspectivas
de análisis, al tiempo que repasando su evolución histórica. Como el abordaje ha priorizado el
alcance, el tratamiento de los temas es rápido; el lector que quiera profundizar en alguno de
los desarrollos teóricos presentados encontrará en las notas al pie las referencias necesarias.

2. RECORRIDOS CONCEPTUALES

De modo general, puede definirse a la enseñanza como un intento de alguien de transmitir


cierto contenido a otra persona.1 Es una definición sencilla que sólo indica el tipo de actividad
que puede designarse como «enseñanza» sin especificar nada acerca de las acciones de los
participantes, los recursos utilizables y los resultados esperables. Detengámonos en los rasgos
de esta idea. Un primer aspecto de la definición presentada es que la enseñanza involucra
siempre tres elementos. En efecto, la enseñanza supone alguien que tiene un conocimiento,
alguien que carece de él y un saber contenido de la transmisión. Como recuerda Passmore,
«Por cada X que enseña, si X enseña, debe haber alguien a quien enseña y algo que enseña»
(1983: 36). A diferencia de lo que ocurre con el «dar», en el caso de «enseñar» esta naturaleza
triádica es, según Passmore, «cubierta», pues en el lenguaje corriente puede omitirse a quién
o qué sin que pierda sentido la afirmación de que alguien enseña. Pero la enseñanza es
siempre una forma de intervención destinada a mediar en la relación entre un aprendiz y un
contenido a aprender, y por lo tanto, una actividad marcada tanto por los rasgos del

1
Una definición parecida ofrece Fenstermacher: «[...] debe haber al menos dos personas, una de las cuales posee
cierto conocimiento, habilidad u otra forma de contenido, mientras que la otra no lo posee; y el poseedor intenta
transmitir el contenido al que carece de él, llegando así al establecimiento de una relación entre ambos, con ese
propósito» (1989: 151).
conocimiento a transmitir como por las características de sus destinatarios. 2 Obviamente, la
definición presentada constituye una modelización de situaciones muy diversas. Quien enseña
puede ser un profesor que interactúa con sus estudiantes cara a cara o a la distancia mediante
medios de comunicación que permiten la interacción remota, de manera sincrónica o
asincrónica, o puede estar representado a través de algún tipo de material didáctico, como una
propuesta de instrucción programada o de aprendizaje asistido por computadora. Del mismo
modo, el aprendiz puede ser parte de un colectivo, ya sea un grupo de alumnos situado en un
aula o una comunidad de aprendizaje dispersa geográficamente que se contacta por medios
específicos.

Un segundo aspecto a destacar es que la enseñanza consiste en un intento de transmitir un


contenido. Puede tratarse de una destreza como zambullirse de cabeza en una piscina, de un
cuerpo organizado de conocimiento como la filosofía, de una disposición como el gusto por un
género musical. En cualquier caso, una actividad puede clasificarse como «enseñanza» por su
propósito de transmitir un contenido, aunque el cometido no se logre. De este modo, el
término abarca indistintamente tanto a los esfuerzos infructuosos realizados para que alguien
aprenda algo, como a las ocasiones en las que ello efectivamente sucede. Ello debe ser así
porque puede haber enseñanza y no producirse el aprendizaje, éste puede producirse
parcialmente o incluso puede suceder que el otro aprenda algo diferente de lo que fue
enseñado.

Entonces entre los procesos de enseñanza y aprendizaje no hay una relación de tipo causal que
permita asumir que lo primero conduce necesariamente a lo segundo. Sin duda, la idea de
causalidad entre enseñanza y aprendizaje domina el sentido común y resulta operativa aun en
quienes tienen acceso a una reflexión pedagógica especializada. Lleva a pensar estos dos
procesos como si fueran «las dos caras de una misma moneda», es decir, fases inseparables de
un fenómeno único. Ésta es la idea que subyace a la expresión de extendido uso «enseñanza-
aprendizaje». Para Fenstermacher, la confusión se origina en la dependencia ontológica del
concepto «enseñanza» respecto del concepto «aprendizaje» en la estructura del lenguaje. Es
decir, no habría una idea de enseñanza si el aprendizaje no existiera como posibilidad; el
concepto «enseñanza» depende para existir del concepto «aprendizaje». Del mismo modo que
en el caso de «buscar» y «encontrar», de «correr una carrera» y «ganar», el segundo
fenómeno debe existir como posibilidad, aunque no necesariamente como realidad, para que
pueda existir la primera idea. Pero, según el autor, el hecho de que, con mucha frecuencia, el
aprendizaje se produzca después de la enseñanza no debe ser explicado como una
consecuencia directa de las acciones de enseñanza, sino de las actividades que el propio
estudiante emprende, a partir de la enseñanza, para incorporar un contenido. El término
«aprendizaje» alude tanto al proceso mediante el cual se adquiere un conocimiento (tarea),
cuanto a su incorporación efectiva (rendimiento). La enseñanza incide sobre el aprendizaje
«como tarea» y son las tareas de aprendizaje desarrolladas por el alumno las responsables del
2
La interacción entre estos elementos da lugar a tres tipos de relaciones: la relación entre profesor y estudiante
habitualmente denominada «relación pedagógica» (Kansanen, 1993) o «relación de mediación» (Saint Onge, 1997);
la relación entre el profesor y el contenido de enseñanza, que Saint Onge identifica como «relación didáctica» (Saint
Once, 1997); la relación entre el estudiante y el contenido, llamada «relación didáctica» por Kansanen (1993) o
«relación de estudio» por Saint Onge (1997).
aprendizaje «como rendimiento». Fenstermacher (1989) denomina «estudiantar» al conjunto
de actividades que los estudiantes desarrollan para apropiarse del contenido (tratar con los
profesores, resolver las tareas asignadas, leer la bibliografía, elaborar resúmenes, identificar
dificultades, hacer consultas, ejercitarse, etcétera).

Entonces, la enseñanza sólo incide sobre el aprendizaje de manera indirecta, a través de la


tarea de aprendizaje del propio estudiante. Se pasa así de una concepción causal de la relación
entre enseñanza y aprendizaje a una concepción que reconoce mediaciones entre las acciones
del docente y los logros de los estudiantes: mediaciones de carácter cognitivo (resultantes de
los procesos psicológicos mediante los cuales los estudiantes intentan la comprensión, logran
una representación mental del nuevo contenido y su integración con elementos disponibles de
su estructura cognitiva) y mediaciones sociales (derivadas de la estructura social del aula y las
interacciones a través de las cuales el conocimiento se pone a disposición y se comparte).

Presentar a la enseñanza como uno de los términos del binomio «enseñanza-aprendizaje» es


más bien una advertencia sobre el fin último de las acciones de enseñanza, sobre la
responsabilidad social de los docentes de utilizar todos los medios disponibles para promover
el aprendizaje, y sobre la necesidad de considerar las características de los destinatarios y no
sólo los rasgos propios del cuerpo de conocimiento a transmitir. Pero, si se la analiza con
detenimiento, se ve que esta expresión ha constituido más un lema pedagógico que una
utilización precisa del término. Del otro lado, pensar la enseñanza como un intento de
transmitir un conocimiento cuya apropiación efectiva depende de las actividades desarrolladas
por el propio destinatario no exime al docente de sus responsabilidades sobre el aprendizaje de
los estudiantes; sino que ayuda a dirigir sus mayores y mejores esfuerzos.

En tercer lugar, la enseñanza implica siempre una acción intencional por parte de quien
enseña. Sin duda, en la interacción social espontánea, las personas adquieren gran cantidad de
información, destrezas, actitudes, valores, pero se trata de un aprendizaje cuyo desarrollo y
resultados son gestionados de manera personal e incluso, en ocasiones, sin conciencia de los
efectos de sus acciones por parte de quien opera como fuente de esos conocimientos. Es un
«aprendizaje incidental» En estos casos hay aprendizaje, pero no, enseñanza. Aunque en el
lenguaje cotidiano puedan utilizarse expresiones del tipo «La vida enseña», la enseñanza
implica siempre un intento deliberado y relativamente sistemático de trasmitir un
conocimiento.

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