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Preparación Litográfica :
Multiletras Editore.~Ltda . Teléfono: 244 16 39 E1't. llO
Impresión:
Editorial Presencia Ltda.
Santafé de Bogotá, D.C.
INVESTIGACIONES
ARQUEOLÓGICAS EN
SANTUARIO {RISARALDA)
MARTHA CECILIA CANO ECHEVERRI
Asesor: Carlos Eduardo López Castaño
Antropólogo Universidad Nacional de Colombia
FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES
ARQUEOLÓGICAS NACIONALES
BANCO DE, LA REPÚBLipA
SANTAFE DE BOGOTA
1995
FICHA BIBUOGRAFICA
1. Risaralda ll. Arqueología Colomhiana
l . Tftulo 2. Serie
Cla.'lificación Dewey: 913.8634
MARTHA CECILIA CANO ECHEVERR1
ln\lestigaciones arqueológicas en
Santuario (Risaralda)
BihliogratTa: P 141
p. 165 llustr. 70 Cms 376 (Publicllción de la Fundación de Investigaciones
Arqueológicas Nacionales). No. 59
NOTA AClARATORIA
Este informe presentado, a la Fundación de Inve,Stigaciones Arqueológi-
cas Nacionales del Banco de la República, corresponde a una versión
complementada de la Monografía de Grado con la cual la autora obtuvo el
título de Antropóloga del Departamento de Antropología de la Universidad
de Antioquia en Mayo de 1994.
RESUMEN
En esta Monogfafia de Grado se hace una presentación general de las prin-
cipales características fisiográficas y ecológicas del actual municipio de
Santuario, como marco de desarrollo de diferentes culturas a través del tiem-
po. Se dan a conocer los antecedentes arqueológicos de la región de la Zona
Cafetera y su estrecha correlación con las vecinas áreas arqueológicas ubi-
cadas en los Departamentos de Antioquia y Valle, siguiendo el eje del valle
del río Cauca. Durante esta investigación se efectuaron prospecciones en las
principales unidades de paisaje presentes en el municipio, que incluyeron
recolecciones en superficie, sondeos, tres cortes estratigráficos y una
excavación. Los fragmentos cerámicos y líticos obtenidos, el estudio de
colecciones de piezas completas, así como una fecha radiocarbónica, apor-
tan nuevos datos que han sido integrados en el contexto de la arqueología
regional.
ABSTRACT
Thís "Monografía de Orado" searched to improve the knowledge of the
cultures who lived in the Middle Cauca Valley, particularly in the basin of
Mapa river, Eastern of Cordillera Occidental, Colombia (South Arnerica).
The area lacks hard archaeological data support, although a number of remains
in burials have been found by "guaqueros". The aim was an initial survey in
order to integrate the data about archaeological remains in the municipality
of Santuado. The metbodology included pedestrian surveys, surface
collections, and test pits in the different landscapes in the area. Also one
excavation was carried out. The historical references about the latest native
population and correlated archeological reports were reviewed. Ceramic and
lithic remains, complete vessels and one radiocarbon date, advance new
data to the r.e gional archaeology.
A mis padres y a mi hijo
" ... después de haber visto muchos, de tenerlos entre sus
manos luego de aprender a a!"zarlos, de tocarlos, medir-
los y fotografiarlos, de comparar unos con otros, de ha-
blar largo sobre ellos (...), el investigador llega a apre-
ciar su belleza, a entusiasmarse con sus formas, a sentir
su importancia, a quererlos como los indios". (Vasco,
Luis Guillermo. Semejantes a los Dioses)
" Muchos siglos antes de la colonización antioqueña y
muchos años antes de la llegada de las huestes conquis-
tadoras españolas a estas tierras, ya se encontraban bien
pobladas de indígenas cuya historia se ha perdido en la
noche de Jos siglos". (Vásquez Raigoza, Jaime. JOOAños
de Historía. Monografía de Santuario ).
CONTENIDO
Págs.
ÍNDICE DE LÁMINAS.................................................. ............. ................ 13
ÍNDICE DE FIGURAS................................................ ................................ 17
ABREVIPJ'URAS ........ .... .................. ...... .................................. .................. 19
FECHA DE CARBÓN 14.............................. ...................... ........................ 19
AGRADECIMIENTOS.. .......................... ................... .......... .................... ... 21
INTRODUCCIÓN... ............ ............................... ....... ................................... 23
l. ÁREA DE ESTUDIO .............................................................. 25
1.1. UBICACIÓN GEOGRÁFICA ................................................. 25
1.2. RESEÑA HISTÓRICA ............................................................ 25
1.3. ASPECTOS GEOLÓGICOS Y GEOMORFOLÓGICOS ...... 27
1.4. CLIMA ........ ........................................ ..................................... 29
1.5. VEGETACIÓN Y FAUNA ........................... ........................... 24
1.6. HIDROGRAFÍA .................................... .-.................... ............ 33
1.7. DIVISIÓN FISIOGRÁFICA ...... ............................................. 33
1.8. REGIONALIZACIÓN ARQUEOLÓGICA ........ .................... 35
2. PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA ................... ................... 37
2.1. ANTECEDENTES ....................................................... ........... 37
2.1.1. Antecedentes prehispánicos .... ........ .... ........ ........ .. .... .... .... .... .. 37
2.1.1.1. La zona arqueológica de Antioquia del Viejo Caldas .... .... .. ... 38
2.1.1.2. La zona arqueológica del Valle del Cauca .............................. 47
2.1.2. Antecedentes históricos......................................................... .. 49
2.2. METODOLOGÍA .................................................................... 52
2.3. LOCALIDADES ARQUEOLÓGICAS ................................. .. 55
2.3.1. Localidad La Esmeralda ................................. ............ ............. 55
2.3.1.1. Sitio La Esmeralda ............................... ................................... 55
2.3.1.2. Sitio Villa Elisa ...... ..................................... .... ............ ............. 58
2.3.2. Localidad El Tambo .. ,............................................................. 61
2.3.3. Localidad La Palma .................. ...................... .................... .... . 61
2.3.3.1. Sitio Polideportivo La Palma .......................... ........................ 63
2.3.3.2. Sitio La Camelia ...................................................................... 63
2 .3.3.3. Sitio Plan de Vivienda La Palma............................................. 65
2.3.4. Localidad Corozal, Sitio El Tejar ............................................ 66
2.3.5. Localidad Peralonso, Sitio Paso Real ..................................... 67
11
3. CORTES ESTRATIGRÁFICOS Y EXCAVACIÓN
ARQUEOLÓGICA.................................................................. 71
3.1. METODOLOGÍA.................................... ............. ..... .............. 71
3.2. CORTES ESTRATIGRÁFICOS... ....................... .................... 71
3.2.1. Sitio El Tejar ............................. ............................................... 71
3.2.2. Sitio Villa Elisa ...... .................................................................. 72
3.3. EXCAVACIÓN ARQUEOLÓGICA................................... ..... 75
4. ANÁUSIS DE MATERIALES .............. ................................. 85
4.1. MATERIAL CERÁMICO .......... .................................. ........... 85
4.1.1. Generalidades sobre la cerámica. ............................................ 85
4.1.1. Material cerámico recuperado en campo .. ..... .. .... ..... .. ............ 86
4.1.2. Material cerámico reseñado en colecciones .................. ... .. .... 89
4.1.2.1. Colección de la Casa de la Cultura Municipal de Santuario
(Risaralda) .. .. ..... ..... ... .. .. ... .... .. ...... ... ..... ... .. ..... .. ... .. ..... .. ... .. ... .... 97
4.1.2.2. Colección particular del Señor Jorge Bretón .......................... 97
4.1.2.3. Colección particular del Señor Jorge García .......................... 101
4.1.2.4. Colección Museo Universitario, Universidad de Antioquia ... 101
4. 1.3. Correlaciones cerámicas .. ..... ...... ... .... .. .......... ............. .... .... ..... 107
4.2. MATERIAL LÍTICO ............................................................... 115
4.2.1. Generalidades del material lítico................ ............................ 115
4.2.2. Material lítico tallado .............................. ,............................... 116
4.2.3. Material lítico pulido.......................... ....... .............................. 117
5. EN BUSCA DEL HOMBRE PREHISPÁNICO EN EL
TERRITORIO RISARALDENSE ........................................... 125
6. CONSIDERACIONES FINALES ...................................... ..... 139
BIBLIOGRAFÍA ................ .. ........................................................................ 141
ANEXOS ......................... .. ......... ........................................................ ...... 149
ANEXO No. 2. DESCRIPCIÓN DE LOS SUELOS ...... ........... ................. 149
ANEXO No. 3. FICHA DE CLASIFICACIÓN CERÁMICA ...... .............. 152
ANEXO No. 4. DESCRIPCIÓN DE LAS VARIANTES CERÁMICAS ... 155
12
íNDICE DE LÁMINAS
Lámina 1; Vista panorámica de la localidad La Esmeralda, donde fue realizada
la excavación. Nótese el sector plano, laderas y cimas adyacentes.
Lámina 2: Vista hacia el Sur de la localidad La Esmeralda. Como puede verse,
la mayor parte está sembrada de café. La flecha indica el sitio de la
excavación.
Lámina 3: Labores de medición en una de las terrazas en Villa Ellsa. Al fondo
se ven algunas montañas del Parque Natural del Tatamá.
Lámina 4: Tumba dé doble cámara ubicada en La Esmeralda. Esta fue vaciada
por guaqueros. Su profundidad es de 3 m y el ancho es de 4,56 m.
LAmina 5: Vista panorámica de la localidad El Tambo. En segundo plano (al
centro) se insinúa el cañón del río San Rafael.
Lámina 6: Planicie de la localidad de Buenos Aires. Corresponde a una cima
amplia de montaña erosionaL
Lámina 7: Area del Plan de Vivienda La Palma durante su descapote irúcial.
Nótese la tone de la iglesia.
Lámina 8: Corte del camino en el Plan de Vivienda La Palma, donde es clara-
mente visible un suelo enterrado.
Lámina 9: El brazo de montaña del centro corresponde a la localidad de Pueblo
Vano. A su derecha está el cañón del río Mapa.
Lámina 10 Perfil de vertiente en la localidad de Pueblo Vano. Se destaca un
Horizonte Ap superficial seguido de los Horizontes C y R, que corres-
ponden al material parental. Se encontraron tiestos en superficie.
Lámina 11 Planicie cuaternaria de los ríos Mapa y Risaralda, vista desde las
colinas de piedemonte en la localidad de Peralonso y perfiles ex-
puestos en los caminos.
Lámina 12 Planicie en el cafetal del sitio El Tejar, localidad de Coroza!, donde
fue hecho un corte estratigráfico.
Lámina 13 Perfil del corte estr.atigráfico en El Tejar. Nótese la pedregosldad en
el Horizonte A y la presencia del material parental a partir de 25 cm.
Láminas 14 y 15: Vista de planta de los cortes A y C en Villa Elisa y detalle del
perfil.
Lámina 16 Vista general de la excavación realizada .e n Villa Elisa, nivel 30-40
cm . Carbón recogido en este nivel fue fechado para el Siglo V A.C.
Lámina 17 Detalle de la piedra para molt:r recuperada en el límite de las
cuadrículas G-2 y G-3, en el nive.l 30-40 cm.
Lámina 18 Vista general de la excavación en su nivel culturalmente estéril.
13
Lámina '19 Perfil oriental de la excavación, cuádrícula l-3, en su nivel más pro-
fundo (50-60 cm).
Lámina 20 Fragmentos cerámicos recuperados en la localidad La Esmeralda.
Corresponden a las variantes Pizarra Gruesa sin Engobe (a y d),
Pizarra Media con Engobe (b) y Tiesto con Decoración (e),
Lámina 21 Fragmentos cerámicos recuperados en la localidad La Esmeralda.
CorrespondeR a Pizarra Media con Decoración .
lámina 22 .Fragmentos cerámicos recuperados en el paleosuelo de la Locali-
dad La Palma. Corresponden a las variantes Pizarra Media con De-
coración (a, b, e y f) y Tiesto con Decoración (e y d). La nariz con
torzal fue recuperada en recolección superficial.
lámina 23 Fiagmentos cerámicos recuperados en el Polideportivo La Palma.
Corresponden a las variantes Tiesto con Decoración (a) y Tiesto con
Engobe (b).
Lámina 24 Fragmentos cerámicos recuperados en El Tejar. Corresponden a las
variantes Tiesto con Engobe (a, b, e, d. e, f. h, i) y Tiesto sin Engobe
(g).
Lámina 25 Fragmentos cerámicos Jecuperados en El Tejar. Corresponden a las
variantes Pizarra Media con Decoración (a, b, e y e), Tiesto con
Decoración (f) y Mica con Engobe (d). Los fragmentos a (unión de
cuerpo y base de copa) y -e (borde) fueron recuperados en el corte
estratigráfico.
Lámina 26 Fragmentos cerámicos recupt!rados en la localidad de Pueblo Vano.
Corresponden a las variantes Ttesto con Decoración (a y b) y Piza-
rra Media con Decoración (e).
Lámina 27 Fragmentos cerámicos recuperados en el sitio de Paso Real, locali-
dad de Peralonso. Corresponden a las variantes Tiesto sin Engobe
(a), Pizarra Media sin Engobe (b), Pizarra Gruesa con Engobe (e) y
Pizarra Media con Engobe (d).
Lámina 28 Fragmt!ntos cerámicos recupt!rados en la excavación en Villa Elisa,
Corresponden a las variantes Tiesto sin Engóbe N: 10-20 cm (a),
Mica con Engobe N: 20-30 cm (by e) y Pizarra Gruesa con Engobe
N: 20·30 cm (d y e), N: 40-50 cm (f).
Lámina 29 Vasija~ con decoración incisa y aplicada. Casa de la Cultura Muni-
cipal.
Lámina '30 Vasijas miniatura. Casa de la Cultura Municipal.
Lámina 31 Copa subglobular. Casa de la Cultura Municipal.
Lámina 32 Copas aquilladas. Casa de la Cultura Municipal. Por su decoración,
la copa a ha sido asociada con d Complejo Calda....;.
Lámina 33 Copa aquillada y olla. Casa de la Cultura Municipal.
Lámina 34 Copa aquillada y vasija con decoración aplicada. Casa de la Cultura
Municipal.
lámina 35 Volantes de huso. Casa de la Cultura Munícipal.
Lámina 36 Copao;; aquillada y troncónica. Colt!cción particular (Santuario).
Lámina 37 Vasijas globulares. Cólección particular (SantUario).
Lámina 38 Cántaro y copa troncónica miniatura y pies de figuras antropomorfas.
Colección particular (Santuario).
lámina 39 Cántaro con pintura negativa. Colección particular (Santuario). Por
su decoración ha sido asociado con el Compl~jo Caldas.
14
Lámina 40 Figura anlropomorfa y cántaro. La figura presenta rasgos de la tra·
dición sonsoide. La nariguera fue encontrada en La Celia (Risaralda).
Colección particular (Santuario).
Lámina 41 Volantes de huso y sello. Colección particular (Santuario).
Lámina 42 Vaciado en yeso hecho a partir del rodillo a su lado y volantes de
huso. Colección particular (Santuario).
Lámina 43 Tres diferentes estilos de las piezas de Apía (Risaralda) que se con·
servan en el Museo Universitario de la Universidad de Antioquia.
Lámina 44 Vasija y figura antropomorfas. Colección Museo Universitario, Uni-
versidad ~e Antíoquia.
Lámina 45 Instrumentos tallados sobre lasca y pulidor (e), recuperados en la
Localidad de La Esmeralda.
Lámina 46 instrumentos tallados sobre lasca y hacha pulida (d), recuperados en
la Localidad de La Palma.
Lámina 47 Lascas de varios tipos recuperadas en el Sitio de Paso Real.
Lámina 48 Raspadores discoidales recuperados en d Sitio de Paso Real.
Lámina 49 Mano de moler (a} y yunque (b) recuperados en El Tejar, recolec-
ción superficial. Conjunto de líticos recuperados en la excavación
de Villa EUsa. Piedra para moler (e} y mano de moler (d).
Lámina 50 Diferentes hachas en piedra. Casa de la Cultura Municipal. La pin-
tura de la primera es moderna. ·
Lámina 51 Diferentes formas de hachas en piedra. Colección particutar.
15
ÍNDICE DE FIGURAS
Fig. 1: Ubicación de Santuario en d D..:partamento de Risaralda.
Fig. 2: E.c;quema general de cinturones d..: cond1msación, transecto Tatamá.
Fig. 3: Principales ríos del D..:partamento de Risaralda
Fig. 4: Sitios con referencia.c; arqueológicas en la Cuenca del río Cauca.
Fig. 5: Ubicación de Anst:rmas y Quimbayas en el Viejo Caldas (siglo XVI).
Fig. 6: Contexto regional del Municipio de Santuario, Risaralda. Escala
1:100.000.
Fig. 7: Localidades y sitios arqueológicos ubicados en Santuario. Escala 1:25.000.
Fig. 8: Plano de la excavación en Villa Elisa. N: 10-20 cm.
Fig. 9: Plano de la excavación en Villa Elisa. N: 30-40 cm.
Fig. 10: Plano de la excavación en Villa Elisa. N: 40-50 cm.
Fig. 11 : Plano de la t:xcavación c:n Villa Elisa. N: 50-60 cm.
Fig. 12: Perfiles de la excavación en Villa Elisa.
Fig. 13 : Fragmentos de bordes hallados ..:n la localidad de La Palma.
Fig. 14: Fragmentos de bordes hallados t:n la localidad de La Palma.
Fig. 15: Diferentes tipos de bordes refert:nciados en Santuario.
fig. 16: Diferentes cántaros prest:ntes en las colecciones estudiadas.
Fig. 17: Diferentes tipos de copas presentes en las colt:cciones estudiadas.
Fig. 18: Ollas y cuencos presentes en las colecciones t:studiadas.
Fig. 19: Diseños de las dt:coraciones identificadas en fragm entos, vasijas y vo-
lantes de huso. El diseño f se t:ncuentra tanto en incisiones como pinta~n .
17
ABREVIATURAS
A.P.............. Antes del presente
A.C............. Antes de Cristo
BC............... Before Chríst
BP. ............... Before Present
D.C ............. Después de Cristo
C-14 ............ Carbono catorce
Fig............... Figura
I.C.A.N ....... Instituto Colombiano de Antropologfa
I.G.A.C....... Instituto Geográfico Agustín Codazzi
INDERENA Instituto Nacional de los Recursos Naturales Renovables
L. ................. Lámina
m.s.n.m ....... metros sobre el nivel del mar
FECHA DE CARBÓN 14
Villa Elisa C2 N30-40
2390 j: 60 BP. (Beta-77046)
calBC405
(Ver Añexo No. 1)
19
AGRADECIMIENTOS
Un sincero agradecimiento a la Fundación de Investigaciones Arqueo-
lógicas Nacionales del Banco de la República, bajo la Dirección Ejecuti-
va del Doctor Luis Duque Gómez. A esta entidad debemos el apoyo finan -
ciero para el desarrollo de esta investigación como Monografía de Grado,
sin la cual no se habrían logrado los objetivos propuestos.
Un especial reconocimiento a Jos habitantes del Municipio de Santuario
por su cálida acogida, especialmente a los propietarios de las fincas que
fueron visitadas en este estudio. Particularmente queremos agradecer a Jos
Señores Germán Echeverri y Señora, Alberto Balán y Jesús Rincón; Seño-
ras Libia Henao, María Granada, y Familias Echeverri Hincapié y Cano
Jaramillo.
La Alcaldía Municipal en cabeza del Doctor Manuel Hernán Navarro,
mostró gran interés en el proyecto y colaboró activamente en su desarrollo a
varios niveles.
El antropólogo Carlos Eduardo López Castaño asesoró este trabajo de
manera clara; participó en campo, en laboratorio y sus consejos fueron muy
acertados para la elaboración de este informe. El arqueólogo CarlosArman-
do Rodríguez colaboró mediante sus observaciones al material y sus suge-
rencias al informe final. Agradezco además a los Profesores Neyla Castillo
y Gustavo Santos en la Universidad deAntioquia por su interés y sus correc-
ciones como jurados; al Profesor Anthony Ranere en Temple University
(Philadelphia) por su permanente apoyo.
Un sincero agradecimiento a mis hermanos Joaquín Emilio, Juan Este-
ban y Jorge Mario Cano Echeverri; a Rosalba Castrillón, del Departamento
de Antropología de la Universidad deAntioquia; todos ellos participaron de
manera entusiasta en las labores de terreno. Finalmente a todas las personas
que prestaron su colaboración para el desarrollo de este trabajo.
21
INTRODUCCIÓN
La cultura material producida por los grupos prehispánicos que habita-
ron el área comprendida entre los actuales Departamentos de Risaralda,
Caldas, Quindío, Valle del Cauca y Antioquia, ha deslumbrado por sus dise-
ños y detalles tanto en piezas. cerámicas como en orfebrería. Desde el siglo
pasado, muchos de los hallazgos fortuitos de piezas cerámicas completas,
objetos de oro o artefactos en piedra, han sido recuperados y han conforma-
do valiosas colecciones particulares. Algunas personas inicialmente sintie-
ron la curiosidad por lo exótico, otros han sido empujados por intereses
económicos y otros motivados por una búsqueda más intelectual. Así mis-
mo, algunas personas conscientes de su valor como patrimonio cultural, las
han donado a distintos Museos o Casas de Cultura en el país.
Igualmente, las subregiones arqueológicas del Cauca Medio y el Cañón
del Cauca cuentan con una gran riqueza natural, debido a la amplia gama de
recursos a causa de la diversidad de pisos térmicos, en sus vertientes de las
Cordilleras Central y Occidental. En los pasados siglos, la zona cordillerana
estuvo cubierta de densos bosques, a cuyas particulares condiciones se adap-
taron los antiguos habitantes, utilizando inclusive lo que varios estudiosos
hao denominado las posibilidades de la microverticalidad.
Teniendo en cuenta los vestigios arqueológicos reseñados en la Cordille-
ra Occidental y en el aledaño valle del río Cauca, el área donde se encuentra
el municipio de Santuario podría considerarse un sector intermedio, en cuanto
a manifestaciones culturales prehispánicas se refiere. Es decir, se trata de un
área cultural cuyos restos arqueológicos comparten características con los
procedentes de las ya estudiadas regiones del cañón del Cauca y Calima.
Es así como es posible vincular los hall azgos a las problemáticas
investigativas del Suroccidente y el Occidente colombiano en general.
Este acercamiento a La historia de Santuario, trascendiendo las referen-
cias a sus centenarios colonizadores antioqueños, ha querido profundizar la
tradicional recolección y reseña de cerámica. El hallazgo de diversos y
23
nuevos datos y el registro arqueológico permiten proyectar el estudio hacia
una búsqueda sistemática del pasado prehispánico de la Zona Cafetera.
Mediante la metodología implementada en este estudio, se ha buscado
que haya una participación institucional, tanto a nivel municipal como de-
partamental, con el fin de intentar dar continuidad y apoyar un programa
educativo para el conocimiento de la historia prehispánica del departamento
de Risaralda.
El presente informe corresponde al desarroJio de un proyecto como
Monografía de Grado para el Departamento de Antropología de la Universi-
dad deAntioquia, el cual fue apoyado financieramente por la Fundación de
Investigaciones Arqueológicas Nacionales del Banco de la República.
Se tuvo la posibilidad de revisar el texto de la Monografía presentado al
Departamento de Antropología y complementar con nuevos datos de
excavación y laboratorio. Dentro de la reciente información obtenida se in-
cluye una fecha de carbón 14, siendo esta una de las pocas fechas obtenidas
en contexto para la Zona Cafetera. Su profundidad temporal sugiere un
importante registro de posibles desarrollos culturales agroalfareros tempra-
nos en la región; así mismo se puede vincular al creciente panorama de
fechas entre e1500A.C y eiSOO D.C. enAntioquia y el Suroccidente colom-
biano.
La revisión final permitió dar como resultado el informe que se ofrece a
continuaéión. Se pretende que el diagnóstico y recomendaciones sean utili-
zados en beneficio de la comunidad para sentar las bases de un mejor cono-
cimiento de la primera historia de la región cafetera.
24
l . ÁREA DE ESTUDIO
1.1. UBICACIÓN GEOGRÁFICA
El municipio de Santuario, en el Departamento de Risaralda, se encuen-
tra en la vertiente Oriental de la Cordillera Occidental colombiana; su cabe-
cera municipal se localiza a los 511 05' de Latitud Norte y 759. 58' de Longitud
al Oeste de Greenwich. Limita al Norte con el municipio deApía; al Sur con
los municipios de La Celia, Balboa y La Virginia; al Oriente con el Departa-
mento de Caldas y al Occidente con el Departamento del Chocó (I.G.A.C.,
1971; Departamento de Risaralda, 1989) (Figs. 1, 3).
La cabecera municipal está sobre los 1.500 m.s.n.m., a una distancia de
65 km de Pereira, capital del Departamento. El área del municipio es de 160
km 2• Comprende una gran diversidad de pisos térmicos, entre cálido, a 1.000
m.s.n.m. y páramo, hasta los 4.200 m.s.n.m. La temperatura promedio en la
cabecera es de 20°C. El municipio es recorrido por los ríos Apía~ Mapa,
Risaralda, San Rafael y Totuí (l.G.A.C., 1971, 1986) (Fig. .3).
A nivel regional, el área de estudio se ubica en la llamada Zona Cafetera
o Viejo Caldas, donde la mayoría de sus poblaciones se originaron durante
la colonización antioqueña del siglo XIX; no obstante se cuenta con pobla-
dos que datan desde el siglo XVI, comoAnserma (Departamento de Risaralda,
1988; Tobón, 1989).
1.2. RESEÑA HISTÓRICA
De acuerdo con los testimonios recogidos entre los más antiguos habi-·
!antes se corroboró que al actual territorio del municipio de Santuario llega-
ron los colonos antioqueños en el año de 1883, ubicándose inicialmente en
las riberas del río San Rafael para luego ir colonizando hacia el río Mapa.
25
lii'!IOQUU
r
N
OUIIOIO
LOCALIZACIÓN DEL MUNICIPIO DEL SANTUARIO EN EL
DEPAIITAMENTO DE RISARALDA
Figura 1
26
Los colonos, quienes habían pasado inicialmente por Apía, llegaron, hasta el
sector donde hoy se encuentra la vereda de Pueblo Vano y trataron de levan-
tar allí el casetio; sin embargo se dieron cuenta que el agua escaseaba y
debieron trasladarse nuevamente al sitio donde hoy está el pueblo, el cual es
recorrido por los ríos San Rafael y Mapa. Este hecho dio origen al nombre
de la vereda, por no haber podido erigir allí el pueblo (María Granada, 1993,
comunicación personal).
En el año efe 1886 fue fundado oficialmente el poblado, mediante la
conformación de una junta, la cual diera orden de comunidad a los colonos,
quienes ya se habían asentado en lo que hoy corresponde a la cabecera mu-
nicipal. Ellos mismos se encargaron de levantar una capilla en babareque
(Vásquez, 1986¡ María Granada, 1993, comunicación personal).
Inicialmente el poblado pertenecía al municipio de Anserma, luego a
San Antonio de Apía a partir de 1892 y posteriormente en 1907 fue erigido
como municipio independiente; desde entonces se ha destacado regionalmente
y ha liderado a varios niveles administrativos (primero en el Departamento
de Caldas creado en 1905 y luego en el Departamento de Risaralda1 segre-
gado de Caldas en 1966) (Vásquez, 1986).
En 1930 se cambió de nombre a varios municipios del Departamento,
entre ellos a Santuario; se le nombró entoncesTatamá, sólo hasta 1935, pues
sus habitantes nunca estuvieron de acuerdo con el cambio (Vásquez, 1986).
1.3. ASPECTOS GEOLÓGICOS Y GEOMORFOLÓGICOS
De acuerdo con los estudios geológicos efectuados en este sector de la
Cordillera Occidental, se tiene que el área de interés está conformada por un
basamento ígneo y metasedimentario de origen mesozoico. El macizo del
Tatamá está situado entre dos fosas tectónicas, la del Cauca al Oriente y las
deiAtrato-San Juan al Occidente. El relieve presenta pendientes muy abrup-
tas, con una red de drenaj e vigorosamente encajonada (1. G .A. C., 1986, 1988).
Entre las unidades geológicas presentes en el área, se destacan los Gru-
pos Dagua y Diabásico con rocas del Cretáceo Superior. En Santuario abunda
fa Formación Lázaro con "pizarras filíticas• intercaladas con estratos me-
nores de areniscas de grano fino y medio, cherts negros, calizas y pizarras
silíceas" (I.G.A.C., 1986: 57).
" Roca formada por diminutos granos de minerales tales como la mica, demasiudo
pequeños para ser vis(os a simple vista, Se rompe (se exfolia) en finas láminas. Cru-
zando las superficies de exofíHacíón, puede verse la estratificación de las rocas
sedimentarias a partir de las cuales se ha formado la pi~rra. Puede sor negra, púpura o
verdosa. A veces se encuentran fósiles que están distorsionados por e fecto del
metamorfismo. (Wooley, 1981 : 46)
27
Sobre las rocas más duras que conforman el relieve estructural, son nota-
bles las formaciones superficiales de Alteritas que no sobrepasan los 2 o 3
metros de espesor, "visibles por la presencia de arcillas amarillentas por
alteración de las pizarras filíticas y cherts, principalmente, arcillas rojizas
por alteración de las diabasas y basaltos, alteritas areno-arcillosas por
desagregación de los granitos" (l.G.A.C., 1986: 57). También se encuentra
una cobertura de ceniza volcánica, principalmente arriba de los 1.400
m.s.n.m., con espesor variable entre 1,50 a 2m (I.G.A.C., 1986: 58).
Los depósitos de materiales piroc)ásticos más antiguos en la
región provienen de los volcanes Quindío y Páramo de Santa Rosa
(Pleistoceno Temprano y Medio) ... Los depósitos más jóvenes pro-
vienen de los volcanes activos: El Ruiz, de carácter efusivo; Santa
Isabel, Tolima y Cerro Bravo, que son de carácter explosivo.
(l.G.A.C., 1988: 12)
A causa de la erosión producto de sus taludes, los cañones que forman
los ríos Mapa y San Rafael, han perdido las capas de cenizas y sólo se
conservan algunos decímetros en los descansos de las pendientes (I.G.A.C.,
1988).
Las coberturas de derrubios formadas por bloques, cantos y gravas, prin-
cipalmente graníticos, son comunes en la vertiente Oriental. Del lado occi-
dental del Páramo del Tatamá se observa un modelado glaci&r cuaternario
muy desarrollado, el cual evidencia los fuertes cambios climáticos ocurri-
dos durante este período:
Existen evidencias de los cambios climáticos cuaternarios repre-
sentados principalmente por un modelado glaciar en el Tatamá y
por depósitos fluvio-glaciares que alternan con capas de cenizas
volcánicas procedentes de la Cordillera Central... La tendenciaseca
de la parte baja de la vertiente Oriental con vegetación tropófila, ha
facilitado la formación de horizontes argílicos endurecidos(l.G.A.C.,
1986: 55).
En cuanto al modelado más reciente, las formaciones más extensas de
depósitos aluviales se encuentran en los ríos Cauca y sus afluentes. En estos
s~ctores las cenizas han desaparecido bajo los sedimentos aluviales actuales
de los ríos (I.G.A.C. , 1988).
Según el mapa geológico (I.G .A.C., 1989: 352) cerca a la cabecera mu-
nicipal de Santuario existe un cambio eri la litología de " Piutones Tonalíticos
a Granodioríticos" a "Sedimentos oceánicos" , principalmente Lutitas y
Limo! itas.
28
Los suelos son poco estables por sus características estructurales de fuer-
tes pendientes, lo cual se agudiza por la actividad humana que está llevando
a
al medio natural una rápida degradación. Desde los 1.400 m.s.n.m. aproxi-
madamente y hasta Jos 1.800 m.s.n.m., se concentra la presencia humana,
principalmente con cultivos de café y caña de azúcar, e inclusive con gana-
do a mayores alturas (I.G .A.C., 1986: 78).
La mayor parte de Jos terrenos prospectados en esta investigación ar-
queológica se encuentran en la Asociación Chinchiná-Azufrado, la cual se
caracteriza por suelos profundos en las laderas y relieves suaves y superfi-
ciales en las crestas, clasificado como 1Ypic Dystrandept. El material
parental está compuesto por capas espesas de cenizas volcánicas sobre
esquistos, diabasas, areniscas y lavas andesíticas. El tipo de relieve corres-
ponde a vertiente y el pajsaje es de montaña. Las pendientes oscilan entre 50
y 70% y la erosión es moderada (l.G.A.C., 1988). De acuerdo con el estudio
de suelos efectuado por ell.G.A.C., se tiene que:
Químicamente estos suelos son pobres en bases y en fósforo dispo-
nible, la capacidad de intercambio catiónico (CICA) es alta, pero
sólo una pequeña parte de esta (menos del lO%) es efectiva (CICE)
y la parte restante es capacidad de cambio variable. Son además,
altamente fijadores de fósforo. (I.G.A.C., 1988: 81)
1.4. CLIMA
Los estudios rea[izados demuestran que entre las dos vertientes de la
Cordillera Occidental se genera una disimetría climática, consecuencia por
una parte de la humedad proveniente del Pacífico y por otra por la depresión
del Cauca (Fig. 2).
La vertiente Occidental es muy húmeda y la Oriental sólo es húmeda en
su parte alta y de tendencia seca hacia el fondo del valle del río Cauca
O.G.A.C., 1986: 15).
La ladera oriental de la Cordillera Occidental, en la zona de interés, pre-
senta temperaturas poco contrastadas, "debido a la mayor pluviosidad, nu-
bosidad, humedad ambiental y menor radiación solar'' (I.G.A.C., 1986: 15).
Según la pluviosidad, se distinguen dos períodos de mayor y dos de menor
precipitación, con un promedio anual de 1.400 mm. En la parte baja de la
vertiente hacia el Cauca, los períodos de lluvias son muy definidos y en
conjunto pueden sumar hasta cinco meses (l.G.A.C. , 1986).
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Tomado de I.G.A.C., 1986: 30
Figura 2
30
El clima corresponde a medio y muy húmedo, con temperaturas entre
18° y 24°C. En la mayor parte del Departamento predomina este clima,
presente entre los·l .OOO y 2.000 m.s.n.m. (I.G.A.C., 1988).
1.5. VEGETACIÓN Y FAUNA
Las formaciones vegetales del paisaje, así como los suelos y la erosión,
reflejan claramente la disimetría climática (LG.A.C., 1986); éstas se ubican
dentro del Bosque muy húmedo Premontano (bmh-PM) según la clasifica-
ción de Holdridge, con vegetación arbórea, cultivos de café1 caña de azúcar
y pastos. Antiguamente el territorio estaba cubierto de bosques, de los
cuales aún quedan algunos remanentes. Las especies vegetales más comu-
nes son: helecho (Pteridium aquilinum), carbonero (Calliandra sp.), guamo
(Inga densiflora), cámbulo (Erythrina edu/Lis) y guadua (Guadua
angústifolia) (I.G.A.C., 1988: 52).
La fauna que se tiene registrada corresponde a la estudiada para el maci-
zo del Tatamá ; sin embargo se puede considerar como la población nativa
de esta región, que estUvo cubierta de bosques por muchos años. Dentro de
algunas de las especies animales se encuentran:
Mamiferos: danta (Tapiru.s sp.), cusumbo (Nasua nasua y Nasuella
olivacea), tigrillo (Felis pardalis), ardillas (Sciurus granatensis), oso
hormiguero colmenero (Tamandua mexicana), perezoso (Myrmecophaga
tridactyla), venado soche (Mazama americana), chucha de agua
(Chironectes minimus panamensis) y algunos primates (Aotus trivirgatus
zonalü~ Alouatta senicu.Lis, Cehus capucinus capucinus) (Inderena,
1990).
Aves: Rupíccoltt peruviana sanguinolenta) Pharamachrus auric:ep.\~
Cacicus leucoramplzus1 Accipiter poliogaster y Piaya cayana (lnderena,
1990).
Reptiles: De la familia lguanidae:Ano/is ventrimaculatu.\~Anolis antonii,
Anolis maculiventris, Anolis maculigula, Anolis chocorum, Anolis
megalopithecus yAnolis danieli, Lepidoblepharis duolepis, Alopoglossus
/ehmwli1 Ptycltoglossas grandisquamatus; serpientes venenosas como
Bothrops atrox, Bothrops nasutu.\~ Bothrops schlegell~ Micrurus dumerilii
y Micrurus mipartitus (lnderena, 1990).
Actualmente se practica la cacería de fauna silvestre a baja escala. La
mayoría de las especies presentes en las áreas de habitación actual, corres-
ponden sobre lodo a los animales domésticos y de cría.
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Figura 3
32
1.6. mDROGRAFÍA
El teHitorio santuareño se encuentra en la Hoya Hidrográfica del río CaucaJ
en la subcuenca del río Risaralda (90 km de largo). Los ríos Mapa y Totuí
vierten sus aguas directamente al Risaralda, mientras que los ríos San
Rafael y Apía -otros dos ríos que presentan gran importancia para el Mu-
nicipio-desembocan en el río Mapa (Fig. 3). En este territorio los ríos son muy
encañonados y sólo han cortado los materiales rocosos blandos. En general
no se observan terrazas a lo largo de sus cauces. Las cañadas transportan
grandes cantidades de agua en los períodos de lluvia, que en ocasiones
pueden causar grandes desastres (I.G.A.C.J 19Hg).
Cabe resaltar cómo los recursos hídricos revistieron gran importancia
para los colonos antioqueños, a la hora de levantar el primer caserío en
Santuario e igualmente para los anteriores pobladores indígenas. Actual-
mente existen todavía, a pesar de la tala de bosques, gran cantidad de arro-
yos y quebradas que descienden por las fisuras de su abrupta topografía.
Muchos de sus nacimientos se encuentran protegidos por el hosque, presen-
te a mayores alturas y dentro de los limites del Parque Natural del Tatamá, el
cual alcanza el nivel de piso térmico páramo. En muchas fincas aprovechan
algt,nos nacimientos de agua para abastecerse en sus labores cotidianas.
1.7. DIVISIÓN FISIOGRÁFICA
Se efectuó un acercamiento general a la descripción externa del paisaje
e interna de los suelos de acuerdo con perfiles, sondeos y cortes estratigráficos.
Realizando interpretaciones fisiográficas sobre fotografías aéreas (l.G.A.C.,
C-1767, escala 1:33.500) y comparando con lo observado eh terreno, la
zona de interés puede ubicarse dentro de un gran paisaje morfocstructural de
montaña, constituido por macizos montañosos originados por el levanta-
miento de la Cordillera Occidental, sujetos a continuos procesos de erosión.
El Macizo del Tatamá es una formación estructural, la cual da origen a lade-
ras agudas y muy disectadas. Los cerros Tatamá y Tamaná son muy abrup-
tos, considerándose entre las mayores alturas de la Cordillera Occidental
(4.200 m .s.n.m.). Los ríos y quebradas descienden torrentosos por valles
muy encajonados) dejando a la vista los materiales parentales constitutivos.
Se observaron las grandes unidades y sus subdivisiones para lograr una
adecuada interpretación de la variabil idad ambiental. Cada una se caracteri-
za por compartir el mismo clima, un relieve similar. el mismo material
parental y por lo tanto suelos comparables. En una mirada analítica, se iden-
tifica en las partes más altas y cimas de la cordillera el sustrato rocoso es-
tructural, con fuertes pendientes, montañas inclinadas erosionables con pen-
33
dientes variables. Además, es posible diferenciar un macrorelieve de paisaje
de piedemonte con un buen patrón de drenaje y una vegetación natural bastante
intervenida. Su relieve es inclinado hasta quebrado, conformado por abani-
cos, vallecitos de los ríos secundarios y colinas (L. 1, 5, 9). Hacia el Suroriente
de Santuario, en las partes más bajas a lo largo del río Risaralda, se observan
vegas planas conformadas por aluviones recientes (depósitos aluviales del
Cuaternario). Se observan además algunas terrazas aluviales y la llanura
aluvial, y la desembocadura de algunos tributarios como los ríos Mapa y
Totuí. La llanura aluvial de los ríos Mapa y Risaralda presenta inundaciones
periódicas mostrando cambios y formas discontinuas en sus orillas (L. 11 ).
Se destacan entonces tres grandes zonas ambientales diferenciables den-
tro del área de estudio: por una parte el fuerte relieve cordillerano estructu-
ral, por otra sus pendientes variables de piedemonte, y finalmente el estre-
cho valle plano y lomerío del bajo río Mapa, hasta su apertura en el valle
más amplio del río Risaralda, cercano a la fosa tectónica del valle del río
Cauca. Estas mismas unidades de paisajes estuvieron presentes desde épo-
cas prehispánicas, por consiguiente el hombre, utilizando diversos recursos
tecnológicos, se ha adaptado históricamente a los diferentes ambientes.
Análisis Fisiográfico, Santuario-Risaralda
Basado en datos tomados de IGAC, 19&:!
PROVINCIA GRAN PAISAJE PAISAJE SUB-PAISAJE ELEMENTOS
CUMATICA DE PAISAJE
Mtmtañas Roca>'\ Laderas Pendientes
Estructurales Metamórficas escarpadas Cimas agudas
empinadas a sub-agud;1s
Templado Montaña~ Lat.lt:ras Derrubios dt: Cim¡¡s secunda-
Húmedo Erosiona les Erosiona les pie de rjas planas y
(Localidades vertiente redondead a!i
1 a 6) Ahanict)S Ceniza:; espesas
localmcnu:
Colinas Alteritas
Arcillosas
Picdcmontc Coluvios Terrazas
Coluvio (7. Peralonso) Suhrccicntes Terrazas
Cálido Aluvial
Seco
Llanura Sedimentos Valle rio
Sedimentaria Fluviales Risaralda Vt:gas alt<ts y
Valle aluvial hajas
Aluviones Valle.~ ríos Playas
lieleromé- Totuf y Mapa
ticos
Localidades: l . La Esmeralda, 2. Buenos Aíres, 3. La Palma, 4. Coroza!,
5. El Tambo, 6. Pueblo Vano, 7. Peralonso
34
1.8. REGIONALIZACIÓN ARQUEOLÓGICA
Según la propuesta de regionalización arqueológica del INSTITUTO
COLOMBIANO DE ANTROPOLOGIA (1989), el área de interés de este
proyecto se concentra en la Región de la Cuenca Montañosa del Río Cauca,
subregión Cauca Medio. En términos generales, la subregión está localiza-
da en los departamentos de la Zona Cafetera, cuyas poblaciones fueron fun-
dadas principalmente por los colonizadores antioqueños del siglo XIX
(Tobón, 1989).
Pese a la agricultura intensiva y la guaquería, la investigación científica
ha hecho aportes al conocim iento del pasado prehispánico, si bien de mane-
ra más lenta que en otras regiones del país (Duque, 1943, 1957, 1970; Bruhns,
1970, 1990; Moreno, 19H3, 19R6; Jara millo, 1989; Herrera y Mo reno, 1990;
Osario, !990).
La costumbre de identificar cualquier tipo de vestigios arqueológicos
encontrados en los Departament'os de Risaralda, Caldas y Quindío, con la
Cultura Quimbaya, se presenta como una dificultad para reconstruir con
objetividad el pasado. Esto es atribuirle a un grupo cultural su persistencia
durante muchos siglos, mientras que la realidad histórica muestra cambios
sociales y culturales a través del tiempo (Bruhns, 1970, 1990; Plazas y
Falchetti, 1985). Es así como se mezclan evidencias de varios grupos
y épocas, dificultando el esclarecimiento de Jos diferentes procesos en la
zona.
En los últimos años se han venido utilizando los esquemas clasificato-
rios propuestos por los arqueólogos Luis Duque Gómez(1957, 1970) y Karen
Bruhns ( 1970, 1990) para el área, que aunque aún incompletos, aparecen
más cercanos a la realidad de cambios culturales a través del tiempo.
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Figura 4
36
2. PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA
2.1. ANTECEDENTES
La arqueología tradicional (histórico-cultural) en Colombia ubicó los
hallazgos del área de interés de este trabajo y sus alrededores, como produc-
to o pertenecientes a la ''Cultura Quimbaya" (Arango, 1924; Arango, 1976;
Hernández de Alba, 1938; Pérez de Barradas, 1966). Este panorama ha
tendido a cambiar en los últimos años, con los aportes de nuevos datos e
interpretaciones (Friede, 1963; Duque, 1957; 1970; Plazas y Falchetti, 19R5;
Bruhns, 1990; Castillo, 1988; Santos, 1993), lo cual ha permitido conside-
rar y correlacionar investigaciones en regiones aledañas.
Teniendo en cuenta este panorama general, se tomarán como base del
estado de conocimientos sobre las culturas que pudieron habitar en el pasa-
do el territorio santuareño, los estudios desarrollados en las sUbregiones
arqueológicas del Cauca Medio y Cañón del Cauca . Comparando las condi-
ciones geográficas y socio-culturales del área comprendida en las vertientes
cordilleranas del río Cauca, los estudios efectuados en la Zona Cafetera se
pueden correlacionar con las investigaciones efectuadas en los Departamen-
tos deAntioquia y Valle del Cauca; ésto permite comparar distintos aspectos
y tratar de obtener una comprensión más amplia acerca de los desarrollos
culturales que aquí se han dado.
2.1.1. Antecedentes Prebispánicos: Para acercarse ál conocimiento de
los habita.ntes del territorio colombiano, antes de la llegada de los europeos,
es necesario hacerlo a través de huellas materiales, tales como piezas comple-
tas o fragmentos cerámicos, instrumentos en piedra, enterramientos o mo-
dificación de la superficie terrestre para construir viviendas o reali zar
sus sembrados. Es así como para hablar de esos primeros grupos se necesita
hacer mención de las evidencias materiales, para obtener una serie de in-
37
terpretaciones sobre su cotidianidad y sus posibles actividades sociales y
culturales (Renfrew and Bahn, 1991; Langebaek, 1992).
2.1.1.1. La zona arqueológica de Antioquia y del Viejo Caldas:
Desde el siglo pasado algunos coleccionistas, como Leocadio MariaArango
y Luis Arango Cano, se interesaron por identificar los sitios de los cuales
procedían las piezas indígenas (Arango, 1924; Osario, 1990; Piazzini, 1993a).
Aliado de su curiosidad intelectual e intereses económicos se puede entre-
ver la inquietud por definir algunos lugares específicos de mayor riqueza
arqueológica. Esto a su vez permitía reconocer una gran diversidad cultural
anterior a la conquista.
Arango Cano aportó al conocimiento de las prácticas funerarias de Jos
antiguos habitantes de los Departamentos comprendidos en la Zona Cafete-
ra, pues hizo una completa descripción escrita y ,gráfica de las tumbas y sus
ofrendas, de acuerdo con su experiencia como guaquero y recopilando la de
otros compañeros (Arango, 1924; Osario, 1990).
A comienzos del siglo XX y particularmente desde la década de los cua-
renta, cuando se inició la consolidación de los estudios académicos de la
antropología y la arqueología como disciplinas científicas, varios investiga-
dores, como Gregario Hernández de Alba y José Pérez de Barradas, definie-
ron un estilo común a varias piezas cerámicas y orfebres, llamándolo
r'Quimbaya" (Hernández de Alba, 1938; Pérez de Barradas, 1966; Osorio,
1990). Este término se acuñó, teniendo en cuenta el área de dispersión de
los restos culturales y los relatos de los cronistas sobre los indios conocidos
en esta región. El español Pérez de Barradas, en 1965, fue el encargado de
elaborar para el Museo del Oro, el estudio para la publicación de la orfebre-
ría prehispánica de estilo Quimba ya Clásico (Pérez de Barradas, 1966; Osorio,
1990). Los conceptos de "estilos cerámicos" y "estilos orfebres" se afianza-
ron en la historiografía arqueológica colombiana, manteniéndose por lo
menos hasta los años 70 (Rodríguez, 1992).
En la década de los cuarenta el investigador Luís Duque Gómez, investi-
gador del Instituto Etnológico Nacional, realizó un reconocimiento del área
denominada Quimbaya (Duque, 1943). En el año 1942 fue realizada una
excavación de un sitio arqueológico en Supía-Caldas 1 el cual fue reconocido
como un taller de cerámica. En sus cercanías se registraron dos tumbas, las
cuales habían sido halladas previamente por guaqueros (Duque, 1943).
De acuerdo con su formación como historiador y antropólogo, Duque se
preocupó por aclarar el pasado de los habitantes de la zona; sus reflexiones
lo llevaron a organizar los datos existentes y en 1970 presentó su obra Los
38
Quimbayas, donde retoma la información de los cronistas, los historiado-
res modernos 'J otros investigadores, con respecto a la lingüística, arqueología,
antropología física, geografía y contactos culturales. Sus análisis permitieron
proponer la siguiente clasificación de los restos arqueológicos, según la
procedencia de la cerámica:
Zona Norte: corresponde a Jos vestigios encontrados en el municipio de
Supía-Caldas (Duque, 1970): No hay una caracterización particular de los
vestigios.
Zona Noroecidental: se ubican allí los municipios deAnserma, Risaralda,
Belalcázar, Riosucio, Chinchiná y Supía en el Departamento de Caldas;
municipios de Santuario, Quinchía y Pereira en el Departamento de Risaralda,
y los límites entre los Departamentos deAntioquia, Caldas y Risaralda (Fig. 4).
La cerámica se caracteriza por ser monócroma, generalmente negra; como
decoración, a veces presenta incisiones en círculos o modelados
antropomorfos; la forma varía entre vasijas de dos cuerpos -superior e infe-
rior-, mocasín o en forma de barquilla (Duque, 1970).
Zona Occidental: en los límites con el Chocó. Se encuentran cántaros
con asas y recipientes en forma de platos, decorados con pintura roja, for-
mando líneas; en ocasiones se encuentran decoraciones con figuras
antropomorfas modeladas (Duque, 1970).
Zona del Quindío: según Duque, la mayoría de las piezas cerámicas
que corresponden a los quimbayas, se ubican en el Departamento del Quindío
y territorios aledaños; es por ésto que enfatiza especialmente en esta zona,
presentando una gran variedad de formas y decoraciones. En general, se
encuentran: alcarrazas, copas, cuencos, platos, figuras antropomorfas
y zoomorfas, todas bien pulidas, de paredes delgadas y buena cocción.
Las piezas monócromas eran de uso doméstico y las decoradas-la mayoría
con pintura negativa- eran de uso ceremonial (Duque, 1970).
Zona de las faldas de la Cordíllera Central: está presente una cerámi-
ca burda con desgrasante de arena, algo similar en formas a la de la zona del
Quindío, con pintura generalmente monócroma (Duque, 1970).
Zona limítrofe con el Norte de\ Departamento del Valle del Cau~:
son características las figuras antropomorfas macizas, vasijas globulares y
semiglobulares monócromas con decoraciones modeladas, recargadas.
Según la descripción que se hace de las figuras antropomorfas, correspon-
den a un tipo de retablo del cual, una proyección de la espalda hacia abajo
permite un soporte a la pieza. Plantea Duque que los indígenas chamí pre-
sentan actualmente cerámica similar a la de esta zona (Duque, 1970).
39
Es importante resaltar la proyección que Duque da a su obra sobre los
Quimbayas, al presentar datos referentes a cerámica similar encontrada
en otras partes de América. Sus informes se constituyen -a varios niveles-
en referencia obligada, para abordar el estudio· sobre el pasado - más
cercano o más lejano- de los habitantes de la zona conocida como
"Quimbaya".
Por otro lado, en la década de los sesenta la investigadora norteamerica-
na Karen Olsen Bruhns realizó una serie de comparaciones entre los mate-
riales de culturas antiguas, procedentes de los Departamentos hoy compren-
didos en la Zona Cafetera (básicamente Risaralda, Caldas y Quindío); con
base en esto denominó los complejos cerámicos: Marrón Inciso, Tricolor,
Cauca Medio, Caldas, Aplicado Inciso y Blanco Grueso. Se debe tener
en cuenta que el estudio de Bruhns se basó principalmente en fragmentos de
recolecciones superficiales, en piezas obtenidas por los guaqueros y la in-
formación de ellos, así como la excavación de tumbas (Bruhns, 1970, 1990;
I.C.A.N., 1989; Osorio, 1990). La descripción de los complejos propuestos
por Bruhns es la siguiente:
Marrón Inciso: su nombre corresponde al color y tipo de decoración,
definido anteriormente por Wendell C. Bennet (Bruhns, 1976, 1990; l. C.A. N.,
1989); las vasijas tienen una forma "Columnar/bulbosa", con incisio-
nes, en su mayoría, en "espina de pescado". Se han identificado también
vasijas de figuras antropomorfas modeladas, generalmente mujeres desnu-
das en cuclillas. Se plantean similitudes iconográficas y estilísticas con
el famoso oro Quimbaya Clásico, lo cual permite asociarlos. La fechación
aproximada que se tiene es para el 400 D.C. (Bruhns, 1976, 1990; Bray,
1985).
Tricolor: se plantea que este complejo está muy relacionado con el
Marrón Inciso, pero lo identifica particularmente su decoración, no por
incisión, sino por pintura de tres colores, rojo, crema y naranja (Bruhns, 1990).
Cauca Medio: vasijas con engobe rojo, blanco o crema, decoradas por
incisión, aplicación o pintura con diseños geométricos; las formas varían
entre copas, vasos cónicos, ánforas y figuras antropomorfas. En este com-
plejo se han identificado vasijas de uso doméstico (Bruhns, 1990),. Se dis-
tribuye entre Buga y Medellín , siguiendo e l río Cauca. Las fechaciones
de C-14 con que se cuenta son 1100 y 1400 D.C. (l.C.A.N., 1989: 125).
Caldas: según Bruhns, este complejo se deriva del Cauca Medio, ase-
mejándose mucho entre ellos, pero su decoración es con pintura negativa
(Bruhns, 1990). Sin embargo, de acuerdo con las fechaciones absolutas y
40
área de dispersión, se superponen (I.C.A.N., 1989). Para este complejo,
Bruhns tiene fechas entre 900 y 1200 D.C. (Bruhns, 1990).
Aplicado Inciso: se describe como una cerámica utilitaria de base sóli-
da, forma ovoide o de diamante, piezas pesadas y con manchas de carbón;
decoración en forma de rostro en aplicaciones e incisiones (Bruhns, 1990).
Blanco Grueso: hechas en un barro anaranjado pálido con engobe del
mismo color y decoración geométrica con pintura blanca, formando una
capa gruesa que se siente al tacto (Bruhns, 1990).
Básicamente, la clasificación de Bruhns corresponde a la zona que
Duque (1970) denomina del Quindío, en la cual él reconoce gran variedad;
de acuerdo con las ilustraciones sobre las piezas de esta zona (Duque, 1970,
1991), se observan claramente piezas representativas de las divisiones pro-
puestas por Bruhns (1990).
La clasificación propuesta por Duque cubre una mayor área de referen-
cia, comparándola con la propuesta de Bruhns; sin embargo, en la división
por zonas no está presente de manera explícita la diversidad cultural a través
del tiempo. Por otra parte, la propuesta de Bruhns presenta obstáculos para
una generalización regional, pues la clasificación se realizó de acuerdo con
piezas presentes en los museos, con base en referencias de guaqueros y
sobre excavaciones en tumbas; esto hace del conjunto estudiado, una selec-
ción incompleta , de piezas relacionadas con contextos funerarios ,
específicamente.
La arqueóloga Leonor Herrera (J.C.A.N. , 1989: 124) hace una presenta-
ción de la subregión del Cauca Medio, en el texto de Colombia Prehispánica;
allí expone que las propuestas de Bruhns y Duque no se ajustan .bien a Jos
nuevos hallazgos. Sin embargo, como herramientas metodológicas pueden
utilizarse y se han venido utilizando, mientras futuras investigaciones
puedan proporcionar un marco más completo para la interpretación de
los vestigios. ·
Siguiendo con otros estudios más recientes, el antropólogo Osear Osorio
realizó trabajos de reconocimiento arqueológico en el Departamento de
Quindío, entre los años de 1983 y 1987. Este estudio dio como resultado el
registro de tumbas (excavadas y guaqueadas), la recopilación de experien-
cias de algunos guaqueros y la reseña de las colecciones recuperadas por
ellos. Se realizaFOh recolecciones superficiales y pozos de sondeo, los cua-
les, desafortunadamente, no permilieron identificar un sitio estratificado,
41
aunque se pudo determinar que los sitios arqueológicos no son profundos.
El material cerámico hallado corresponde a formas burdas con alguna deco-
ración incisa y aplicada, a copas, cuencos, ánforas y figurinas antropomorfas
con decoración en pintura negativa (Osario, 1990).
En 1983 y 1986 la antropóloga María Cristina Moreno realizó trabajos
de arqueología de salvamento en la vereda La Cabaña (Manizales) y recono-
cimiento en el bajo río Guacaica (Departamento de Caldas). Se identifica-
ron pautas de asentamiento relacionadas con plataformas artificiales en las
laderas de las zonas investigadas. El material cerámico fue relacionado
básicamente con el complejo Aplicado Inciso propuesto por Bruhns (More-
no, 1983, 1986).
Posteriormente, en 1987 un trabajo de arqueología de rescate fue desa-
rrollado por las antropólogas Leonor Herrera y María Cristina Moreno en el
municipio de Nuevo Río Claro, Departamento de Caldas. Fue encontrado
material cerámico del complejo Aplicado Inciso, del cual se presenta un
amplio espectro de dispersión en la Zona Cafetera. Los hallazgos tuvieron
como contexto arqueológico básicamente sitios de enterramiento, aunque
se propone que pudo haber sido igualmente un sitio de habitación, pues se
hallaron metates, manos de moler y huellas de poste. En un corte estratigráfico
se logró recuperar carbón para datación, obteniéndose una fecha de 980 ± 60
D.C. (Herrera y Moreno, 1990).
En 1987 el investigador Luis Gonzalo Jaramillo adelantó un reconoci-
miento·por los Municipios de Chinchiná, Palestina, Villamaría (Caldas) y
Santa Rosa de Cabal (Risaralda), margen occidental de la Cordillera Cen-
tral. Sus hallazgos los relacionó con la cerámica de la Zona Noroccidental,
definida por Duque y el Aplicado Inciso, definido por Bruhns, aJ igual que
lo hicieron Moreno (1983, 1986) y Herrera y Moreno (1990) para sus inves-
tigaciones. En Santa Rosa de Cabal, sitio de Cantarrana, obtuvo una fecha
de 1.040 D.C. (Jaramillo, 1989).
Igualmente, en algunos de los otros materiales recuperados por JaramiJlo
en los otros municipios, encontró similitudes con los Complejos Cauca Medio
y Caldas descritos por Bruhns, sin embargo no se pudieron obtener
fechaciones (Jaramillo 1989).
Específicamente para el municipio de Santuario, se cuenta con los datos
obtenidos mediante el reconocimiento arqueológico previo de la autora en
el marco del Trabajo de Campo (Cano, 1992, 1993). Se identificaron 61oca-
lidades arqueológicas, ubicadas dentro de un esquema general de cimas
naturales planas y amplias, contrastantes con la quebrada topografía, carac-
terística de esta parte de la cordillera. Las localidades reconocidas fueron:
La Esmeralda, Buenos Aires, La Palma, El Tejar, El Tambo y Pueblo Vano.
42
Por medio de las piezas ubicadas en los museos visitados y en las coleccio-
nes reseñadas, se identificaron características de los complejos propuestos
por la antropóloga I<aren Bruhns, particularmente el complejo Cauca Me-
dio, Caldas y Aplicado Inciso (Cano, 1992, 1993).
Por otra parte, la vinculación de la arqueóloga Neyla Castillo al Depar-
tamento deAntropología de la Universidad deAntioquia, en la década de 1980,
impulsó las investigaciones arqueológicas en la Cliénca del río Cauca (Fig. 4).
Estas fueron realizadas a partir de prácticas académicas, trabajos de campo
y monografías de grado de los estudiantes y egresados de la Universidad.
La importancia de los estudios realizados en los últimos años, en la parte
Norte de la Cuenca Montañosa del río Cauca -<lenominada la Subregión del
Cañón del Cauca- radica en la iniciación de prospecciones en distintos
municipios, mostrando la posibilidad de llevar a cabo excavaciones en
sitios estratificados y lograr fechaciones y colecciones contextualizadas.
Los resultados de estos trabajos vienen enriqueciendo el panorama general
de la arqueología regional, hasta hace poco con grandes vados.
Inicialmente, Castillo efectuó Una revisión etnohistórica que permitió
caracterizar los grupos indígenas tardíos, quienes habitaron el actual territo-
rio del Departamento de Antioquia. Seguidamente, la comparación de los
vestigios cerámicos le permitió definir en una proyección temporal mayor,
complejos culturales para esta área, dentro de los que se deben destacar dos,
que son de especial pertinencia para la Cuenca del río Cauca.
Marrón Inciso: definido ya por Karen Bruhns para la subregión del
Cauca Medio. Castillo lo ha encontrado presente en Antioquia, en las már-
genes del río Cauca (Castillo, 1987) y llega incluso hasta la parte alta de la
Cordillera Central, en la altiplanicie de Rionegro (Santos, 1986). Se ca-
racteriza por un baño rojizo, oscurecido con la cocción; su decora-
ción corresponde a una incisión fina. Utilizando la cronología relativa, se
ubicó este complejo aproximadamente en el V1 o VII D. C. (Castillo, 1988:
25). Inicialmente, este complejo en Antioquia fue llamado Rojo Inciso,
sin embargo, de acuerdo con posteriores comparaciones y debido a la rela-
ción encontrada entre éste y el Marrón Inciso, Castillo lo renombra Marrón
Inciso, unjficando criterios (Castillo, 1988).
Inciso con Borde Doblado: corresponde a una cerámica cuyo borde
está formado 1'por un rollo de arcilla sin alisar en la unión exterior, el cual
casi siempre está decorado con impresiones digitales" (Castillo, 1988: 19).
Presenta decoración incisa en figuras geométricas. Su ubicación se ha hecho
en la parte más septentrional de la región. Por cronología relativa, este com-
plejo fue ubicado entre Jos siglos X y XVI D.C. (Castillo, 1988: 25).
43
El antropólogo Eduardo Nieto, dentro de su trabajo en el municipio de
Armenia-Man1equilla (Antioquia) (ubicado en la margen occidental de la
Cordillera Central), definió para su estudio dos zonas de vida según los
pisos térmicos. La zona de vida A comprende desde el nivel del río Cauca,
hasta los 1.000 m.s.n.m., donde ubicó cerámica del complejo Marrón Inciso
y obtuvo una fecha de 320 ± 80 D .C. ( Nieto, 1992). En la zona de vida B,
comprendida a partir de los 1.000 m.s.n.m., encontró una cerámica diferen-
te que correlacionó con el complejo Inciso con Borde doblado. El patrón de
asentamiento de la zona baja difiere del de la zona alta, correlacionándose,
entonces con la diferencia en el material cerámico (N ieto, 1992).
En su monograffa de grado realizada en el Municipio de Anzá (Antioquia),
Cordilera Occidental, la antropóloga Martha Montoya identificó la presen-
cia de los mismos dos complejos cerámicos, pero la distribución varía, en-
contrando el Inciso con Borde Doblado predominando en el piso cálido y
templado, y el Marrón Inciso en las zonas templadas y frías (Montoya, 1992).
Cada complejo fue djvidido por dos tipos, teniendo en cuenta la pasta y el
desgrasante; esta división dio como resultado la definición de cuatro tipos
cerámicos para cada complejo, así:
Inciso con Borde Doblado: Anzá desgrasante cuarzo, carmelita burdo,
desgrasahte negro y desgrasante tiesto.
Marrón Inciso: Anzá rojo arenoso compacto, café arenoso compacto,
granuloso compacto y arenoso gris.
De acuerdo con el análisis hecho en las frecuencias del material cerámico,
la autora infiere que el Marrón Inciso es más antiguo que el Inciso con
Borde Doblado; sin embargo, el segundo es predominante, en la muestra obte-
nida.
Se determinó que el patrón de asentamieno es común en los grupos por-
tadores de los dos complejos cerámicos; éste corresponde a habitaciones en
terrazas naturales o artificiales dispersas, pero formando pequeños núcleos.
Los sitios de enterramiento se encuentran generalmente cerca a las vivien-
das donde se observan depresiones, las cuales son generalmente tumbas de.
pozo con cámara lateral (Montoya, 1992).
En las investigaciones desarrolladas en Santa Fe de Antioquia (Castillo,
1984; Arboleda, 1985) y Sopetrán (Castillo, 1984) se definen dos complejos
cerámicos: Inciso con Borde Doblado y Marrón Inciso, predominando en
cantidad el primero.
44
El antropólogo Carlos Henry Arboleda (1985), quien realizó la investi-
gación en el marcú de su monografía de grado, subdivide los dos complejos
en clases, definidas por el desgrasante presente en la cerámica. Particular-
mente sobre el complejo del Marrón Inciso, Arboleda comenta:
A pesar de ser la cerámica menos abundante en la investigación es
la que presenta tnayor diversidad de formas y decoración, para la
cual se utilizó la incisión fina , impresiones triangulaes, punto,
líneas) acanaladas, pandas y corrugado (Arboleda, 1985).
Es una cerámica que presenta formas globulares, bordes biselados lige-
ramente o muy evertidos, con baño rojo y en ocasiones engobe rojo. Este
complejo se define como el más antiguo (Arboleda, 1985).
Para Buriticá, Jesús Mario Girón (1985), en su trabajo de monografía de
grado1 encontró dos ocupaciones prehispánicas, definidas por la presencia
de dos grupos cerámicos. Sin embargo. para entonces, aún no se habían
definido Jos complejos culturales paraAntioquia, y en la fase de laboratorio
se hizo una subdivisión de la cerámica en 11 clases, según la técnica del
trabajo: Cerámica amarilla friable, pardo rojiza granulosa, parda pulida, gris
granulosa, habana masiva, roja arenosa, roja masiva, parda arenosa,
desgrasante negro, naranja lisa y roja triturada.
Formalmente presentan similitudes las clases Parda Pulida, Gris
Granulosa, Habana Masiva, Parda Arenosa, Roja Masiva y Roja Arenosa.
La primera ocupación que identifica Girón se puede ubicar temporalemnte,
por correlación con los resultados obtenidos en Sopetrán, en el siglo IX
D.C. La cerám ica se caracteriza por tener pintura roja y decoración incisa,
con bordes externos reforzados. Aunque el autor no Jo expl icite, por ubica-
ción, fechación relativa y decoración, podría ubicarse dentro del complej o
lnciso con Borde Doblado. La segunda ocupación se define a partir de una
cerámica de consistencia friable, asociada con túmulos funerarios. Los bordes
son evertidos y su única forma de decoración consiste en un baño de pintura
roja (Girón, 1985).
En cuanto al patrón de asentamiento, se identificaron pequeños núcleos
de viviendas djspersas, básicamente sobre los 1.800 m.s.n.m. Se hallaron 2
círculos de piedra en silios de planicie natural, con un diámeiro aproximado
de 10m, unidos por un camino; alrededor de ellos se identificó gran concentra-
ción de materiales (Girón, 1985).
45
En el cerro El Chocho se ubicaron túmulos funerarios que corresponden
a superposiciones de capas de tierra y piedra, formando un cono; en la parte
Sur se identificaron tumbas de pozo relacionadas con el material de decora-
ción roja e incisa. La ocupación correspondiente a Jos túmulos funerarios se
presentó Juego de la de tumbas de pozo (Girón, 1985).
La proyección del complejo Marrón Inciso observada en el territorio
antioqueño, permite observar al valle geográfico del río Cauca como una
ruta natural de difusión y desplazamientos de poblaciones prehispáni-
cas. Es así como el arqueólogo Gustavo Santos -en reciente síntesis-
enfatiza la amplia dispersión de la cultura material asociada al Complejo
Marrón Inciso, permitiendo el hallazgo de patrones similares en cuanto a
vivienda, enterramientos, además de la posibil idad de intercambios ,
gracias al aprovechamiento de recursos en los distintos pisos térmicos
(Santos, 1993).
Específicamente, en relación con las prácticas funerarias se tiene que
para el área del centro antioqueño, los entierros fueron principalmente en
urnas cerámicas enterradas a poca profundidad, en fosa sencilla y en las
áreas de las viviendas, algunas con restos calcinados y como entierros
secundarios. Para el. Cauca Medio se registra un cambio en cuanto a la
forma de la tumba, pues corresponden a formas de pozo y cámara (Santos,
1993).
Peque se constituye en el Municipio más al Norte de la región, del cual
se tienen datos cien~íficos, gracias a la monografía de grado de la antropóloga
Luz Elena Martínez. ·Este estudio define la pr.esencia de dos complejos
cerámicos: Inciso con Borde Doblado y Santa Águeda, cada uno subdividi-
do en tipos cerámicos (Martínez, 1989).
- Co11,1plejo Inciso con Borde Doblado: Peque Gris Granuloso, CarmeH-
ta Burdo, Café Rojizo Compacto, Café Rojizo Fino, Café Pálido
Granuloso y Desgrasante Rojo.
Complejo Santa Águeda: Peque Rojo Compacto, Café Granuloso,
Amarillo Compacto y Rosado Granuloso.
El complejo Santa Águeda ha sido establecido sólo para esta parte del
Departamento de Antioquia -hasta ahora-, recibiendo su nombre del sitio
donde fue encontrado. Se caracteriza por una cocción bien cóntrolada,
46
desgrasan tes de cuarzo, partículas de óxido de hierro y fragmentos de origen
metamórfico y volcánico; presenta un baño del mismo color de la pasta y su
borde puede ser evertido o ligeramente evertido, con labios biselados o re-
dondeados. Según Martínez (1989), podría tener relación con la cerámica
"Roja Lisa", de Girón (1985) en Buriticá, fechada en 450 D.C.
2.1.1.2. La zona arqueológica del Valle del Cauca: Gracias al progra-
ma de investigaciones continuadas en arqueología y disciplinas afines, que
se viene desarrollando desde hace varios años en el Departamento del Valle
del Cauca, se cuenta con un panorama más claro que en otras partes del país,
sobre los antig uos habitantes de esta región, sus costumbres y cambios
socioculturales a través del tiempo. En forma clara y sintética, el arqueólogo
Carlos Armando Rodríguez presenta los resultados hasta ahora obtenidos en
las distintas etapas investigativas, en su obra 'Iras las Huellas del Hombre
Prehispánico y su Cultura en el Valle del Cauca. No sólo se refiere al
hombre prehispánico, sino que complementa con importantes datos corres-
pondientes a la Época de la Conquista (Rodríguez, 1992).
Según Rodríguez, en el territorio colombiano se alcanzó un gran auge en
las distintas manifestaciones culturales, entre el año 1500 A.C. y el 600
D.C.; este período puede considerarse como el Clásico de la historia colom-
biana, desarrollado en distintas regiones del territorio y de diferentes mane-
ras. Posteriormente, Jos grupos portadores de estas culturas fueron reempla-
zados por otros, cuyas huellas materiales ofrecen un contraste importante
frente a las anteriores (Rodríguez, 1992).
Particularmente, durante las distintas etapas· de los estudios en el área del
valle del Cauca, se ha obtenido un considerable número de fechaciones que
permiten determi nar con gran certeza los momentos históricos de cada
grupo cultural, en el contexto vallecaucano. Las investigaciones han permi-
tido identificar Jos complejos de llama y Yotoco como los representativos
del período Clásico para el Valle del Cauca; durante el desarrollo de cada
uno de ellos se alcanzó una gran elaboración de las piezas cerámicas y de la
metalurgia (Rodríguez, 1989, 1992).
Luego del per(odo Clás ico surgieron otros grupos, ubicados
arqueológicamente en el Período Thrdío y datados entre el 600 y el 1600
D.C.; es en esta última etapa donde se empiezan a conformar las etnias
halladas por los europeos, durante la Época de la Conquista (Rodríguez,
1989, 1992). Para este período se reconocen estilos cerámicos menos elabo-
rados, pero seguramente igual de útiles a sus fabricantes y usuarios. En el
Valle del Cauca, Rodríguez (1989, 1992) define dos subdivisiones del Tar-
47
dío: 'Thrdío 1, entre Jos siglos Vll y Xlll D.C. y Thrdío Il, entre los siglos
XIII y XVIl D. C., caracterizados por la Cultura Guabas y Cultura Buga,
respectivamente (Rodríguez, 1989).
La dispersión de la Cultura Guabas se ha registrado básicamente en el
Departamento del Valle del Cauca, en las riberas del río Cauca y zonas
aledañas, con mayor extensión en la margen derecha del río hasta las
estribaciones de la Cordillera Central. Su límite Sur corresponde con el río
Amaíme y al Norte con el río La Vieja; en este último sector se han hecho
hallazgos hasta las estribaciones de la Cordillera Occidental (Rodríguez,
1989: 79).
La cerámica se caracteriza por gran diversidad de decoración, utilizando
pintura (positiva -frecuentemente roja- y negativa), incisión, impresión
y aplicación, e incluso se encuentran mezcladas; se han hallado también
piezas antropomorfas y volantes de huso. Igualmente, los grupos per-
tenecientes a la cultura Guabas utilizaron instrumentos líticos, como manos
de moler, metates y cinceles. Según las investigaciones, los entierros se
hacían en tumbas de pozo y cámara o sólo de pozo; el ajuar funera -
rio era diferencial, lo cual debía indicar la categoría del difunto; éste cons-
taba de vasijas cerámicas y artefactos de hueso, metal y/o piedra (Rodríguez,
1989).
Finalmente, la dispersión de la Cultura Buga, es más amplia que la de
Guabas - y de nuestro mayor interés para este estudicr, partiendo del río
Amaime al Sur; continúa por la vertiente de la Cordillera Central al
río Cauca, siguiendo éste como límite hacia Occidente; desde el municipio
de Bolívar, hacia el Norte, se extiende hacía las dos vertientes cordilleranas
del río Cauca -Cordilleras Central y Occidental- (Rodríguez, 1989: R7).
Su límite hacia el Norte todavía no se ha definido, aunque se han hecho
algunos hallazgos de cerámica relacionada con la Cultura Buga, en el
Departamento de Risaralda, tanto en la margen derecha como en la izquier-
da del río Cauca -sitios de La Celia, Tatamá, Marsella y Pereira- (Bray,
1989: 115; Rodríguez, 1992) (Fig. 4).
Las vasijas cerámicas más comunes son de cuerpo esférico, base redon-
deada y dos asas macizas aplicada horizontal o verticalmente. Hay también
cántaros, copas y mocasines. La decoración se basa en incisión, aplicación y
pintura positiva (la más común). La forma de tumba más frecuente corres-
ponde a la de pozo con cámara, la cual se ha identificado en las dos cordille-
ras. Pará ambos períodos culturales se ha identificado la práctica textil gra-
cias a los numerosos volantes de huso, las agujas y mantas hallados
(Rodríguez, 1989, 1992).
48
El panorama presentado deja ver cómo la posibilidad de investigaciones
arqueológicas sistemáticas en el Departamento de Risaralda; presentarían
interesantes datos para aportar a los estudios que se vienen realizando en los
Departamentos aledaños, y complementar el conocimiento de varios perío-
dos de nuestra historia.
2.1.2. Antecedentes Históricos: Son varios los trabajos que describen
los grupos indígenas encontrados por Jos europeos a su llegada; en éstos se
busca presentar aspectos de su cotidianidad, interpretando escritos de Jos
cronistas y Jos conquistadores. Estos han sido la base para investigacio-
nes de carácter histórico y la fuente principal para adelantar investigaciones
etnohistóricas. La etnohistoria responde a una interpretación antropológica
y a una descripción y profundización de las relaciones sociales y
tecnoeconómicas de nuestros antepasados. Se pueden contar1 entre otros
estudios, el de Edith Jiménez de Muñoz (1946), Inés Lucía Abad Salazar
(1955), Juan Friede (1963), Luis Duque Gómez(1970) y Jorge LuisAcevedo
y Luis Carlos Cardona ( 1989). Los trabajos difieren en alcances y
cubrimiento, pero en general, más que présentar un grupo étnico, aportan
valiosa información acerca de las relaciones entre varias comunidades en el
pasado, lo cual es indispensable para una buena interpretación de los vesti-
gios arqueológicos.
De acuerdo con los datos recogidos por Duqu.e ( 1970) para su publica-
ción de Los Quimbayas, se tiene qúe para el área de interés bay reseñadas
varias crónicas que han permitido reconstruir el pasado de sus antiguos ha-
bitantes; se hace mención de los escritos de Pedro Cieza de León, Pedro
Sarmiento, Juan Bautista Sardella, fray Pedro Aguado, Jorge Robledo, fray
Antonio Medrana, Juan de Castellanos, Gonzalo Fernández de Oviedo y
Valdés, fray .Jeró nimo de Escobar, Francisco Guillén Chaparro, fray Pedro
Simón, Antonio de Herrera y Lucas Fernández de Piedrahita. Todos ellos
acompañaron a los conquistadores en sus campañas, e incluso algunos de
ellos mismos lo fueron. Su capacidad de descripción sobre los paisajes y
gentes que iban conociendo, permiten tener importantes testimonios que se
constituyen en fuentes invaluables para continuar su estudio con más
detenimiento.
Con base en las informaciones escritas por los cronistas, los historiado-·
res y antropólogos han definido dos grupos principales en la región hacia e l
momento de la conquista española: Jos Quimbaya y los Anserma. Estos
conformaban cacicazgos independientes y mantenían intercambios de va-
rios tipos. El cacicazgo de los Quimbaya se ubicaba predominantemente, en
las laderas de la Cordillera Central, mientras que el de los Anserma .e staba
en Ja margen oriental de la Cordillera Occidental , por lo tanto separados por
e l río Cauca (Jiménez, 1946; Salazar, 1955; Friede, 1963; Duque, 1970;
Acevedo y Cardona, 1989) (Fig. 5).
49
1 o 10 20 Ka
N
UBJCACION DE ANSZRHAS Y QUl MBAYAS
IN IL VIEJO CALDAS ISIOLO XVI)
l•uoto M D.... 11'70: '" ·401 y Áll- v t u - 11"'' lll
Figura S
50
Eran comunes entre ellos varias características culturales, debido a su
grado de desarrollo social como cacicazgos; se destaca el que cada provin-
cia estaba controlada por un cacique mayor, que delegaba en caciques me-
nores el mando sobre subdivisiones del territorios, permitiendo una mejor
estrategia política, militar y económica. Se diferenciaban en cuanto a su
idioma (Friede, 1963).
En su trabajo de campo para el Departamento de Antropología de la
Universidad deAntioquia, Jorge LuisAcevedo y Luis Carlos Cardona (1989)
realizaron un estudio sobre los datos relativos a los Anserma aportados por
cronistas e historiadores, siguiendo como modelo teórico la caracterización
de sociedades tribales propuesta por Marshall Sahlins. Según los datos
hallados en las crónicas, los investigadores presentan la posibilidad de
ampliar el territorio de losAnserma hasta la parte Sur del Departamento
de Antioquia, con los grupos Cartama y Caramanta, sustentado en el uso del
mismo idioma (Acevedo y Cardona, 1989). Este planteamiento abre una
interesante posibilidad de estudios etnohistóricos y arqueológicos hacia el
futuro.
De acuerdo con los datos encontrados por Jaime Vásquez, quien escribió
la Monografía de Santuario, los cronistas nombran a los Apías como ocu-
pantes de los terrenos de los actuales Municipios de Apía y Santuario;
indios guerreros que presentaron bastante oposición a la conquista dirigida
por Jorge Robledo, quien pasó por estas tierras en diciembre de 1539. Los
jefes de más prestigio en la provincia indígena eran Hombruzca y Ocuzca
(Yásquez, 1986: 12-14). Los Apías conformaban un grupo perteneciente al
cacicazgo de los Anserma (Cardona y Acevedo, 1989).
Las investigaciones arqueológicas relativas a épocas de pre-conquista y
conquista en el Valle del Cauca han sido complementadas con datos de los
cronistas. Rodríguez (1992) presenta la transcripción de parte de las cró-
nicas de Jorge Robledo, Pascual de Andagoya y Pedro Cieza de León, rela-
tivas a estructura económica, social e ideológica de los grupos indígenas en
la cuenca del valle del río Cauca. Específicamente hay referencia a Apías,
Chatapas, Andica, Humbría, Ansermas, Quimbayas, Armas, Hebéjico, Ori,
Caramanta, Cartama , Pozo, Picara, lrra , Aburrá, Gorrones y Buriticá
(Rodríguez, 1992). Estos datos se constituyen en fuente de primera mano,
organizados en tablas para facilitar su consulta.
Retomando a los cronistas, el erudito antioqueño Manuel Uribe Ángel,
expuso en el siglo XIX sus observaciones sobre diferentes aspectos del Es-
tado deAntioquia, teniendo en cuenta varios tópicos de las actividades indí-
51
genas y sus vestigios; entre otros se destaca la recopilación que hizo del
trabajo de Jos guaqueros y la descripción de las distintas tumbas indígenas
encontradas por ellos en la región del antiguo Estado de Antioquia (Uribe,
1985; Duque, 1970~ Osario, 1990).
Trabajos realizados en una dirección etnohistórica pueden complemen-
tar Jos datos obtenidos por la arqueología, los cuales van a permitir una
mejor comprensión de los procesos culturales de los antiguos habitantes en
ta Zona Cafetera; estos objetivos se deben desarrollar en trabajos
interdisciplinarios continuos a mediano y largo plazo.
2.2. METODOLOGÍA
Con el objetivo de conocer y aclarar el pasado prehispánico del actual
territo rio risaraldense, la autora inició hace cuatro años un trabajo
investigativo en el municipio de Santuario como ejercicio académico para
el Departamento ele Antropología de la Universidad de Antioquia. Los re-
sultados fueron inicialmente plasmados en la presentación del Trabajo de
Campo (Cano, 1992), dando pósterior continuidad a la presente Monografía
de Grado.
Un adecuado ejercicio arqueológico-siguiendo la metodología del pro-
ceso científico- debe comprender por una parte un proceso de observación y
registro, y a partir de allí la formulación de modelos o hipótesis seguidas de
un adecuado marco para su comprobación o reevaluación (Renfrew and Bahn,
1991) .
Esta Monografía ha pretendido básicam ente, utilizar los recursos dispo-
nibles (tiempo establecido y presupuésto obtenido) para desarrollar un proceso
de observación y recopilación del registro arqueol ógico dentro del terri -
torio municipal. La metodología seguida permitió identificar características
físicas e n el material cultural, comparables con el procedente de regiones
aledañas. Igualmente se han definido localidades y sitios arqueológicos en
Santuario, Jos cuales han permitido proponer posibles pautas culturales para
ilustrar la historia prehispánica del área,
Un aspecto fundame ntal en el proceso de descubrimiento d e la historia
prehispánica de Santuario, ha sido tener claridad sobre sus condic iones
fisiográficas. Al respecto, se ha considerado la revisión de cartografía y
aerofotografía del municipio, con el fin de identificar lugares aptos para el
asentamiento humano, por su posición, pendiente y cercanía a las fuentes de
agua. Las cotas consideradas corresponden a las que actualmente cuentan
con mayor presencia humana, entre los 1.000 y 2.000 m.s.n.m.
52
Una vez en terreno, los sitios fueron recorridos a pie con el fin de buscar
materiales culturales en la superficie, revisando además los perfiles para
identificar el tipo de suelos locales. En los lugares con mejores característi-
cas se realizaron pozos de sondeo, describiendo los estratos del. suelo y la
posfción de los materiales. Esta información fue registrada en diarios de
campo, en fotografías y en dibujos.
Durante el recorrido se buscó mantener un contacto directo con los habi-
tantes de las fincas visitadas, intentando obtener mayor información acerca
de hallazgos arqueológicos fortuitos o por trabajos de guaquería. Los datos de
terreno se complementaron con la tradición oral, recurriendo a entrevistas
con de algunos de los habitantes más antiguos del pueblo -principalmente
campesinos agricultores- y fuentes escritas, con la revisión de nuevos tex-
tos, Gracias a los datos obtenidos en las visitas a la zona, se definió el sitio
para realizar 1a excavación arqueológica.
Más allá de la sola recopilación de objetos o materiales arqueológicos, se
buscó en todos los casos comprender el contexto general de los vestigios;
por lo tanto fue fundamental la reflexión sobre el concepto de sitio. Con el
fin de ofiecer claridad sobre éste y otros téminos utilizados para referirse a
la ubicación espacial de Jos hallazgos, se retomaron las siguientes definicio-
nes expuestas por los investigadores G. R. Willey y P. Phillips (en Daniels
and David, 1988) y Carlos Castaño y Carmen L. Dávila (1984). Según Cas-
taño y Dávila, el sitio es " un asentamiento que albergó el conjunto de activi-
dades de una población en un período de tiempo cualquiera" (Castaño y
Dávila, 1984: 19). Willey y Phillips propusieron el sitio como un área
variable con una continuidad de restos arqueológicos que pertenecen a una
unidad particular de asentamiento. Así mismo, estos pueden inscribirse
dentro de una localidad, como un área variable no muy extensa que debió
ser ocupada por una comunidad o un grupo local en particular. La extensión
debe permitir el aprovechamiento de los recursos de trabajo por una cultura
homogénea en un tiempo dado. Como una unidad más amplia se considera
la región, que es una subdivisión fisiográfica, la cual puede ser ocupada por
un conjunto más amplio que la comunidad. Para poder determinar el núme-
ro y carácter de los sitios de una región se necesitan trabajos arqueológicos
sistemáticos (WilJey y Phillips en: Daniels and David, 1988)¡ en este infor-
me se darán a conocer las localidades arqueológicas reseñadas, datos que
pueden y deben seguir complementándose con nuevos trabajos.
Para la denominación de las localidades y los sitios arqueológicos en el
municipio de Santuario, éstos se identificaron según el nombre de Las vere-
das y fincas donde fueron ubicados.
53
De acuerdo con las observaciones sobre el paisaje y la conforma-
ción de algunos de los sitios, fue necesario utilizar el concepto de "tambo".
Según la antropóloga Leonor Herrera, el término se aplica a aterrazamientos
artificiales en ladera (Herrera, 1989), es decir modificaciones premedita-
das en el terreno. Su construcción se basa en "hacer cortes en una pendiente
para lograr una superficie plana" (Herrera, 1989: 169) y no se encuentra uno
solo, sino que normalmente aparecen en conjunto. La forma, distribución y
dimensiones varían según las regiones. En la mayoría se han encontrado
evidencias de postes que pueden corresponder a una o varias construccio-
nes, las cuales no necesariamente ocupan todo el espacio plano, por lo tanto
se sugiere que éste puede tener varias funciones (Herrera, 1989).
En el caso de Santuario son visibles aterrazamientos que sugieren la exis-
tencia de tambos. No obstante, a nivel de transformación o remoción de
suelos, aún no se cuenta con evidencias concluyentes.
En la fase de laboratorio se realizó el lavado y marcado de los materiales.
Para la clasificación de la cerámica se consultaron varios textos, tratando de
adecuar a las necesidades y posibilidades del material recuperado; se siguie-
ron entonces las indicaciones del texto de los arqueólogos Betty Meggers y
Clífford Evans (1969) y las sugerencias del investigador Carlos Armando
Rodríguez. Para identificar las variantes cerámicas se utilizaron aspectos
como pasta, desgrasante y tratamiento de superficie, principalmente.
Como los fragmentos decorados representan el 2.62% del total de la
muestra -es decir una mínima proporción- se siguió la sugerencia de Meggers
y Evans:
En casos raros, donde la decoración es extremadamente infrecuente,
y se halla pobremente definida, puede ser que se necesite sólo
el primer nivel (decorados y no decorados) (Meggers y Evans,
1969: 23)
Los artefactos líticos recuperados se clasificaron teniendo en cuenta su
técnica de manufactura y su categoría morfo-funciooal, según los trabajos
que sobre esta industria se han hecho en Colombia (Correal y Van der
Hammen, 1977; López, 1992).
Finalmente, se han hecho orientaciones con algunos de los habitantes del
Municipio, acorde con Jos objetivos pretendidos en el estudio; esto dio re-
sultados positivos, pues se logró explicar la diferencia entre la arqueología y
la guaquería, esta última tan común en la zona.
54
2.3. LOCALIDADES ARQUEOLÓGICAS
En términos generales se han ubicado sitios con algún material arqueoló-
gico, distribuidos a lo largo de todo el munici'pio. Logísticamente se ha
contado con la ventaja de encontrar una completa red de caminos transitables
en vehículo, lo cual favorece la llegada a las distintas veredas para realizar
los reconocimientos.
Las localidades se ubican básicamente entre los 1.000 y 2.000 m.s.n.m.,
en las partes elevadas y planas que se observan en la quebrada topogra-
fía . Se reseñaron las siguientes: La Esmeralda, La Palma, Buenos Aires,
El Tambo, Coroza! , Pueblo Vano (Fig. 7) y Peralonso (Sitio Paso Real,
Fig. 3).
Desafortunadamente, por la escasez de material diagnóstico superficial y
subsuperficial, el reconocimiento hecho no permitió definir con precisión la
función particular que pudieron cumplir todos los sitios en épocas
prehispánicas.
2.3.1. Localidad La Esmeralda: Corresponde a un brazo de montaña al
Occidente de la cabecera municipal, caracterizado por contar con una desta-
cada extensión plana. Su altura es de 1.800 m.s.n.m. La mayor parte de su
área está sembrada de café y hay algunos potreros (L. 1). Se identifican
claramente aplanamientos muy definidos. Estos pueden ser considerados
dentro de la categoría de tambos, de acuerdo con las consideraciones hechas
por Herrera ( 1989).
La visibilidad que se tiene desde La Esmeralda es bastante amplia, pues
hacia el Oriente se divisan Jos nevados en la Cordillera Central, el valle del
río Risaralda, el del río Mapa, varias veredas del municipio y la cabecera
municipal. Hacia el Occidente se observa el cerro Tatamá y la cima de la
Cordillera Occidental (L. 1). Hacia el Suroccidente también se ven algunas
veredas y las cimas de la Cordillera Occidental hacia el Sur.
2.3.1.1. Sitio La Esmeralda: Se ubica en la finca La Esmeralda, pro-
piedad de la familia Cano Jaramillo. Cubriendo la mayor superficie posible
tanto en plano como en laderas suaves, se realizaron recolecciones superfi-
ciales de material arqueológico. La permanente remoción de tierra, produc-
to de la siembra de árboles frutales y cultivo del café, facilita su hallazgo en
superficie. En una extensa cima de cerca de 1 km 2 , se hicieron seis pozos de
sondeo, de los cuales sólo uno arrojó material cultural; éste apareció des-
pués de los 35 cm de profundidad, en un suelo amarilloso. Los fragmentos
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Figura 6
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Figura 7
57
cerámicos son muy pequeños y sin decoración. Desafortunadamente, no se
ubicaron yacimientos con buenas posibilidades de ser excavados, debido
básicamente a la remoción de tierra por las siembras.
2.3.1.2. Sitio Villa E lisa: Se encuentra en la finca Villa Elisa, propiedad
del Señor Germán Echeverri. En la zona de potreros de pendiente modera-
da, sobresalen dos áreas planas, las cuales de acuerdo al contraste con el
paisaje se incluyen dentro de la categorfa de tambos (L. 2). Las medidas
aproximadas son de 20 x 60 m y 80 x 25 m, respectivamente. En ellos se
identificaron cerca de 20 huecos, producto de guaquería. A l hablar con los
dueños de la finca éstos hicieron mención al hecho de encontrar ya huecos,
incluso cuando llegaron aquí hace 50 años.
Los propietarios -siguiendo una costumbre muy extendida en la región-
han estado buscando entierros por muchos años; así pues, han encontrado
una buena representación de figuras cerámicas y artefactos líticos que han
ido regalando a los hijos, familiares y amigos. Mencionan el hallazgo de
figuras antropomorfas, volantes de huso, hachas pulidas y con entalladura,
todas muy similares a las piezas que se conservan en la Casa de la Cultura
Municipal. En uno de los huecos abiertos por ellos fue encontrada una
tumba de pozo y cámara a 1,20 m de profundidad, en la cual hallaron dos
cráneos, depositados sobre una especie de pequeño altar, labrado en la
misma tierra.
En el aterrazamiento de 20 x 60 m, desafortu"nadamente e l contexto
arqueológico fue fuertemente alterado, pues se utilizó hace cinco años para
cursos de capacitación del Servicio Nacional de Aprendizaje - SENA. Con
e l uso de un tractor fueron tapados los huecos de guaquería que había allí,
por lo tanto, el ubicar un sitio propicio para una excavación se dificulta
mucho (L. 3).
El otro aterrazamiento -de 80 x 25m-, aproximadamente la mitad está
siendo utilizado para cultivo de café; la otra mitad está en potrero. En esta
segunda parte, donde los huecos de guaquería son evidentes, se delimitaron
los puntos para dos cortes estratigráficos y una excavación, tratando de ubi-
car espacios poco alterados.
En la vertiente Suroccidental de La Esmeralda, en un bosque nativo, se
encontró la cámara de una tumba ya guaqueada, con 2,85 m de profundidad
y 3,56 m de ancho, dividida en dos mitades por una mesa labrada en la
misma tierra que la atraviesa de Este a Oeste. Superficial mente se encontra-
ron restos cerámicos (L. 4).
58
Lámina l. Vista panorámica de la localidad La Esmeralda, donde fue reali -
zada la excavación. Nótese el sector plano, laderas y cimas adyacentes.
Lámina 2. Vista hacia el Sur de la localida La Esmeralda. La mayor parte
está sembrada de café. La flecha indica el si tio de la excavación.
59
Lá mina 3. Labores de medici ón en una de las terrazas en Villa Elisa.
Al fo ndo se ven algunas montañas del Parque Natural del Tatamá.
Lámina 4. Tumba de doble cámaa ubicada en La Esmeralda. Ésta fue vaciada
por guaqueros. Su profundidad es de 3 m y el ancho es de 4,56 m .
60
2.3.2. Localidad El Tambo: Se ubica en una cuchilla a la misma altura
de la cabecera municipal (1.500 m.s.n.m.). Desde allí se tiene la vertiente
hac ia el cauce del río San Rafael , por un lado y por el otro, del río Mapa.
A l frente se observa también el municipio de Apía. Por ser un terreno cerca
a la cabecera de Santuario -unos 2 km-, está densamente hab itado (L. 5).
Cuenta con una pendiente media y algunos aplanamientos o tambos;
por su parte más alta se llega al Polideportivo La Palma. Se hizo un reco no-
cimiento general, recolectándose superficialmente sólo 14 fragmentos
cerámicos. Se ubicó un hueco de guaquería en uno de Jos tambos, el c ual
parece corresponder a una -tumba de pozo, muy profundo, con cámara ; la
tierra es suelta y de color negro.
E l material que se recolectó corresponde a fragmentos cerámicos media-
nos (unos 4 x 5 el más grande), sin decoración y algo erosionados; se desta-
ca un asa maciza, curva y un fragm ento que presenta en un extremo una
pequeña f ila de incisiones punteadas. muy separadas.
2.3.3. Localidad La Palma: Se trata de un amplio sector, de cerca de un
kilómetro cuadrado, al Norte de la cabecera municipal. El área recorrida en
esta localidad, es en su mayor parte propiedad del municipio. Los sitios
ubicados all í se encuentran a una altura entre 1.500-1.600 m.s.n.m . En los
últimos diez años la construcción del Polideportivo municipal y del ancianato,
destruyó varios yacimientos arqueológicos.
Rei teradamente se obtuvo información sobre hallazgos arqueológicos en
La Palma, por parte de los habitantes del municipio que fueron entrevis ta-
dos. En el desarrollo del reconocimiento efectuado para este trabajo, se en-
contraron en varías sitios, algunos fragme ntos cerámicos y artefactos líticos,
dis persos superficialmente; esto ha perm itido corroborar la ocupación de
sociedades prehispánicas.
Se tuvo la posibilidad de estudiar un perfil del suelo de 2 ,50 m de altura
por 20 m de largo, producto de un corte efectuado para ampliar el lugar
donde se construyó un ancianato. La posición geomorfológica del sitio puede
considerarse como parte de una cima extensa. aprovechada actualmente como
cancha de fútbol municipal. La observación del perfil permitió definir la
siguiente caracterización:
Horizonte Ap: 0-40 cm. Suelo de color negro, con abundante presencia
de raíces. Se registró la presencia de material cultural a 35 cm. Límite gra-
dual hacia el horizonte AB.
Horizonte AB: 40-80 cm . Color pardo oscuro. Presenta límites gradua-
les y no hay material arqueológico.
61
Lámina S. Vista panorámica dela localidad El Tambo. En segundo plano -
al centro- se insinúa el cañón del río San Rafael.
Lámina 6. Planicie de la localidad de Buenos Aires. Corresponde a una
cima amplia de montaña erosiona!.
62
Horizonte B: 80-X cm. Color pardo claro. Sus límites son graduales y
no hay presencia de material arqueológico.
El háUazgo de tres fragmentos cerámicos -aunque no diagnósticos- en
este perfil, permite corroborar la presencia de material arqueológico en esta
parte de la localidad. Es importante enfatizar que. se buscó detalladamente
en las laderas y sectores removidos, por lo que se comprueba una muy baja
densidad de artefactos prehispánicos en un sitio que por su especial topogra-
fía insinuaría mejores posibilidades.
2.3.2.1. Sitio Polideportivo La Palma: Corresponde a una amplia área
plana en la parte alta de la cabecera municipal sobre la cual se construyó un
complejo deportivo; éste comprende cancha de fútbol principal (con medi-
das reglamentarias) y una auxiliar; una pequeña pista de patinaje, una zona
de juegos infantiles, una piscina, una tienda y un vivero.
Se han obtenido informes que durante su construcción fueron halladas
evidencias indígenas, particularmente algunas vasijas completas e incluso
algunas piezas de oro. De estos materiales (básicamente cerámica y líticos),
la Casa de la Cultura Municipal recibió una poca cantidad, en relación
con lo encontrado; otras desafortunadamente fueron rotas, vendidas o conser-
vadas por los obreros. Según las comparaciones con las piezas de la Casa de
la Cultura, las personas vecinas del lugar las han asociado con las que hemos
definido dentro de los Complejos Caldas y Aplicado Inciso.
En un recorrido efectuado en el área fueron encontrados aproxi-
madamente medio centenar de fragmentos cerámicos, poco diagnósticos,
teniendo en cuenta su tamaño y superficies erosionadas y sin decoración
visible. Se consideran entonces dos posibilidades: o una muy baja densidad
cerámica o que en su mayoría, los tiestos pudieron haber quedado sepulta-
dos nuevamente.
El ancianato se está construyendo en la parte Suroriental del Poli deportivo
La Palma. Se ha referido por parte de quienes trabajaron en la obra el hallaz-
go de fragmentos cerámicos, sin embargo éstos no fueron encontrados du-
rante la prospección. La única evidencia cultural antigua corresponde a tres
tiestos recuperados en el perfil aliado de éste. Nuevamente se enfatiza} que
la no presencia de materiales culturales en las laderas, caminos y sectores
removidos confirma una baja densidad de fragmentos cerámicos y líticos.
2.3.2.2. Sitio La Camelia: Corresponde a un sector de prados de pen-
diente moderada, ubicado en una ladera a 250 m al Surorieote del
63
Lámina 7. Área del Plan de Vivienda La Palma durante su descapote ini-
cial. Nótese la torre de la iglesia.
Lámina 8. Corte del camino en el Plan de Vivienda La Palma, donde es
claramente visible un suelo enterrado.
64
Polideportivo La Palma. Allí está ubicada una estación del Instituto Colom-·
bíano de Hidrología, Meteorología y Adecuación de Tierras - HIMAT. Este
potrero tiene un estrecho camino, formado por el paso de quienes transitan
por.allí. En sus perfiles se pudieron observar pequeños fragmentos cerámicos.
A un lado del potrero se encuentra una calle, cuya construcción ha saca-
do a la superficie medio centenar de fragmentos cerámicos, pequeños y sin'
decoración, y una decena de artefactos líticos, en su mayoría tallados,. los
cuales fueron colectados.
2.3.2.3. Sitio Plan de Vivienda La Palma: En dirección Sur desde el
Polideportivo, mirando hacia la plaza del pueblo, se está desarrollando un
plan de vivienda en un área de pendiente moderada (L. 7). Se obtuvieron
testimonios sobre algunos guaqueros que han identificado tumbas, sin em-
bargo las autoridades municipales han prohibido las actividades de guaquería,
pues los huecos abiertos no los vuelven a tapar, constituyéndose en peligro
para los caminantes y los animales. En uno de los banqueos para una casa se
recogieron cerca de una docena de fragmentos cerámicos, seleccionando los
diagnósticos -básicamente bordes y asas-. Sobre ellos se pudieron identifi-
car características relacionadas con el Complejo Cerámico Cauca Medio,
como la forma de las asas.
En la parte occidental del terreno del plan de vivienda se pudo detallar un
interesante perfil en el corte de un antiguo camino, identificándose en
particular un suelo enterrado; éste se inicia a los 1,05 m de profundidad
desde la superficie (L. 8). Se realizó una limpieza del perfil, ubicando el
estrato cultural entre 1,30 m y 1,65 m. de profundidad.
Estratigrafía del perfil:
- El Horizonte A corresponde a un suelo de color café claro, con límite
claro a los 1,05 m. No hay presencia de 'Vestigios culturales.
A partir de 1,05 m se encuentra un Horizonte A enterrado, de color ne-
gro, textura arenosa y cuya estructura es débil y se desmorona con faci-
lidad. Hay material cultural desde 1,30 m de profundidad.
E l Horizonte B se inicia a 1,80 m en un límite claro; el suelo es de color
amarillo y textura franco-arenosa.
El material cuJtural, aunque corresponde a fragmentos pequeños (el más
grande es de 6 x 4 cm), se pueden considerar diagnósticos, especialmente
65
por su decoración, que permitió relacionarlo con el Complejo Cauca Medio
(L. 22). La extensión del paleosuelo era de 20 m, según la parte expuesta del
perfil.
2.3.4. Localidad Corozal, Sitio El Tejar: La Localidad de Coroza) se
delimita dentro de la Vereda Coroza! del municipio, en su ladera Sur hacia
el curso del río Mapa. Su ~ltura promedio es de 1.400 m.s.n.m. Allí se
encuentra la finca El Tejar (a un kilómetro de la cabecera municipal), cuyo
nombre se debe a una fábrica de tejas que funcionó allf hasta los años 40
aproximadamente. Hay varios puntos señalados por los conocedores del
sitio, los cuales fueron utilizados durante el funcionamiento del tejar, como
fuente de arcilla para la fabricación de sus productos; esto puede considerar-
se un indicativo de la buena calidad de la materia prima, para trabajos
cerámicos.
El sitio corresponde actualmente a una finca con sembrados de café en su
mayor parte. Aunque presenta fuertes pendientes, se identificó un conjunto
de pequeños aterrazamientos (tambos) muy cerca Unos de otros, a diferentes
alturas, que pueden ser recorridos controuamente, pasando por laderas
suaves. Buena parte del material arqueológico recuperado, corresponde a
fragmentos cerámicos recolectados superficialmente y los cuales fueron
removidos de su contexto arqueológico debido a los trabajos de renovación
del cafetal.
En el área plana del potrero (80 x 30m aproximadamente), se hicieron
16 pozos de sondeo; se encontró material cultural en 11 de ellos. Este reco-
nocimiento permitió definir este sitio como de buen potencial arqueológico,
el cual se decidió dejar para una nueva fase de trabajo, dándole prioridad a
otros sitios con materiales más diagnósticos.
La estratigrafía general de esta planicie está definida así:
Horizonte A: 0-20 cm. Suelo de color pardo claro con presencia de raí-
ces. La textura es franco arcillo-limosa y la estructura granular de granos
medianos y moderadamente fuerte. Consistencia suelta; en mojado es plás-
tica y pegajosa, y en seco es firme. No hay material cultural. El límite con el
siguiente estrato es irregular y poco claro.
Horizonte C: 20-X cm. Suelo con mucha presencia de piedras, básica-
mente pizarra. Color pardo claro1 estructura granular, consistencia plástica y
pegajosa, y textura limosa. El estrato cultural está ubicado en este horizon-
te, entre 20 y 40 cm .
66
El material arqueológico recolectado en ·El Tejar corresponde básicamente
a hallazgos superficiales, aunque el obtenido en pozos de sondeo demostró
la posibilidad de contar con algunos vestigios estratificados. Entre los prin-
cipales artefactos recuperados se destaca la presencia de un volante de huso
-evidencia de actividades textiles-; así mismo un yunque, un macerador y
una mano de moler en piedra, los cuales generalmente han sido li'gados ál
cultivo y procesamiento de granos.
2.3.5. Localidad Peralonso, Finca Paso Real: Hasta el momento es la
única localidad trabajada donde se han reconocido sistemáticamente terre-
nos relacionados con la parte baja del valle del río Mapa. Está a 25 km de la
cabecera municipal, cerca a los límites con los municipios de La Virginia y
Balboa, llegando por la carretera principal. Se sitúa entre los 1.000 y los
1.400 m.s.n.m. Muy cerca se encuentra la desembocadura del río Totuí -que
recorre la finca por el Sur- en el río Risaralda.
Se distingue el límite entre dos unidades de paisaje: un amplio valle
aluvial , formado por los ríos Mapa y Risaralda y las estribac'iones o
piedemonte de la Cordillera Occidental (L. 11). Estas estribac'iones están
formadas por colinas bajas, las cuales se comunican con otras más altas,
formando hileras hasta llegar a montañas de gran altura.
En las partes bajas, conformadas por depósitos aluviales más recientes,
no se encontró material cultural; actualmente estos terrenos se utilizan como
potreros o para sembrado de caña de azúcar. Las colinas bajas que enmarcan
el área de potreros y sembrados de caña, aparentemente presentan buenas
posibilidades para el asentamiento humano. Sin embargo durante el recorri-
do se pupo comprobar que la superficie está erosionada y es conformada por
piedras pequeñas y medianas, con aristas erosionadas; básicamente se e n-
cuentra cherl negro, cuarzo y areniscas. En una de estas colinas, sin erosión,
se reaLizó un pozo de sondeo, el cual mostró una capa de suelo (Horizonte
A) que llega hasta IR cm de profundidad, donde comienza un depósito de
gravilla (Horizonte R), similar a la descubierta por la erosión en las otras.
En estas colinas no se encontró material cultural.
En las colinas más altas, colindando con las elevaciones mayores, se
encontraron capas de suelo profundo que podrían ofrecer mejor potencial
para el aprovechamiento humano. El material que se obtuvo en estas colinas
fue de recolección superficial; en la decena de pozos de sondeo hechos no
fu e posible ubicar vestigios arqueológicos.
En el nivel correspondiente a montañas (de piedemonte), dentro de un
cultivo de plátanos se encontró en superficie, abundante material cerámico
67
y lítico. Se realizó un pozo de sondeo hasta 30 cm de profundidad, aflorando
material desde la superficie. En este mismo sembrado se ubicó un gran hueco
de guaquería, de Unos 2,50 m en profundidad y diámetro. En los perfiles se
vio un cambio gradual de estrato a los 40 cm desde la superficie, de café
(Horizonte A) a amarillo (Horizonte B). Se encontró material cultural en la
tierra removida, mas no en los perfi les.
Siguiendo la carretera interna de la finca se llega hasta una terraza
con vista al río Totuí, la cual estaba cubierta de maleza. Allí se ubicaron
restos cerámicos y líticos, en superficie y en perfiles. Se abrió un pozo de
sondeo de 50 x 50 cm, hasta 40 cm de profundidad; allí se encontró un
pequeño fragmento cerámico y presencia de pintas de carbón en los prime-
ros 20 cm. La estratigrafía corresponde a un horizonte A de color pardo
claro basta 30 cm de profundidad, con límite gradual al horizonte B de color
amarillo. Se destaca el hallazgo de una lasca en chert amarillo y presencia
de carbón en los perfiles.
Teniendo en cuenta la estratégica localización y la geomorfología del
terreno, la localidad debe ser considerada dentro de los siguientes trabajos
de investigación regional. Esta ofrece además buenas condiciones para ade-
lantar reconocimientos comparativos a djstintas alturas, lo cual permitiría
llegar a identificar la presencia humana y su adaptación a los diversos recur-
sos de esta región, favoreciendo la formulación de nuevas hipótesis de tra-
bajo. Junto a ésta, las localidades de La Esmeralda y Coroza! presentan las
mejores posibilidades en cuanto a los hallazgos arqueológicos en relación
con sus condiciones fisiográficas y de infraestructura. Son sitios básicos
dentro del limitado potencial ofrecido por las poco diagnósticas evidencias
de cultura material diferentes a los contextos funera.rios.
68
Lámina 9. El brazo de montaña del centro corresponde a la localidad de
Pueblo Vano. A su derecha está el cañón del río Mapa.
Lámina 10. Perfil de vertiente en la localidad de Pueblo Vano. Se destaca
un Horizonte Ap superficial de los Horizontes C y R, que corresponden al
material parental.
69
Lámina 11. Planicie cuaternari a de los ríos Mapa y Risaralda, vis to desde
las co linas de piedemonte e n la localidad de Pcralonso y perfiles expuestos
en los caminos.
70
3. CORTES ESTRATIGRÁFICOS Y EXCAVACIÓN
ARQUEOLÓGICA
3.1. METODOLOGÍA
Como antes se indicó, uno de los objetivos de esta investigación ha sido
acercarse al conocimiento de los asentamientos humanos prehispánicos ~n
el área ocupada hoy por el municipio de Santuario. En esa perspectiva se
efectuaron sondeos, cortes estratigráficos y una excavación, buscando indi-
cios que permitieran integrar los datos obtenidos, generar hipótesis y Llegar
a conclusiones prelími.nares sobre el modo de vida del hombre precolombi-
no adaptado a este específico gran paisaje.
Los cortes se realizaron considerando divisiones por niveles artificiales
de 1Ocm y teniendo en cuenta la estratigrafía natural. El material arqueoló-
gico fue registrado gráficamente (dibujos milimetrados y fotografías) de
manera horizontal y verticat; igualmente se registró el contexto espacial de
cada corte. Se tuvo cuidado de levantar el material cerámico separado del
lítico. El carbón de la excavación fue colectado cuidadosamente en bolsas
de papel aluminio, con el fin de impedir su contaminación; igualmente se
registró el material asociado a éste.
3.2. CORTES ESTRATIGRÁFICOS
3.2.1. Sitio El Tejar: A 500 m al Occidente de la casa principal de l'a
finca se ubicó una terraza donde hay cultivos de café (L. 12). Luego de
realizar 4 pozos de sondeo, en el centro de la terraza se delimitó un pequeño
espacio de 1 x 1 m entre las matas de café, para realizar un corte estratigráfico.
El material se encontró en un suelo arcillo-limoso de color negro, el cual
corresponde al Horizonte A; la profundidad de este horizonte varía entre 5-
25 cm, de acuerdo con el inicio del material parental , el cual corresponde a
71
esquistos. La profundidad total alcanzada por el pozo fue de 35 cm. Se
hallaron restos cerámicos y artefactos líticos tallados. Se destacó la pre-
sencia de un fragmento cerámico con incisiones circulares y la base de una
copa con incisiones geométricas rectas. No se determinó presencia de carbón
asociado al nivel cultural (L. 14). Las características del suelo fueron:
Estructura: Migajosa de tamaño pequeño y de grado moderado.
Consistencia en seco: Suelta.
Consistencia en mojado: Moderadamente plástica y moderadamente pe-
gajosa.
Consistencia en húmedo: Firme.
No se consideró necesario ampliar más este corte, teniendo en cuenta la
poca profundidad y apariencia de alteraciones.
3.2.2. Sitio Villa Elisa: Como se explicó anteriormente, para delimitar
las áreas a trabajar se escogió una plataforma de 80 x 20 m, tratando de
seleccionar los espacios menos disturbados. El corte se orientó en dirección
355° Azimut de la escuela de la vereda y a 115° Azimut del ancianato ubica-
do en La Palma. Se delimitó un área de 3 x 1 m, trabajando las dos cuadrículas
extremas, denominadas A y C. El estrato cultural fue hallado entre 5 y 25
cm; se destacó la presencia de algunos artefactos líticos tallados y un peque-
ño fragmento cerámico delgado, de color café oscoro, el cual presenta inci-
siones oblicuas e intermitentes, y que eventualmente podría considerarse
como perteneciente al Complejo Aplicado Inciso (L. 20c). No hubo presen-
cia de carbón (L. 14, 15). La estratigrafía observada en el corte fue la si-
guiente:
Horizonte A: 0-30 cm. Suelo de color café oscuro, de textura franco
arcillo-arenosa. Hay mucha presencia de raíces por la hierba del potrero,
además de lombrices y cucarrones. El estrato cultural se encuentra entre 5 y
25 em.
Hori;ronte B: 30-X cm. Suelo de color café claro, de textura franco arcillo-·
arenosa. Continúa la presencia de raíces por lo menos basta los 50 cm, que
fue la mayor profundidad alcanzada; en este horizonte no se enconttó mate-
rial arqueológico.
72
Lámina 12. Planicie en el cafetal del sitio E l Tejar, localidad de Coroza!,
donde fue hecho un corte estratigráfico.
Lámina 13. Perfil del corte estratigráfico en El Tejar. Nótese la pedregosidad
en el Horizonte A y la presencia del material parental a partir de 25 cm.
73
Láminas 14 y 15. Vista de planta de los cortes A y C en Villa Elisa y detalle
del perfil.
74
3.3. EXCAVACIÓN ARQUEOLÓGICA
En una nueva temporada de terreno se llevó a cabo una excavación.
La localización del püñto se decidió de acuerdo con los resultados de los
pozos de sondeo y recolecciones superficiales; igualmente por las condicio-
nes del paisaje y la adecuada infraestructura para desarrollar el trabajo. La
excavación se hizo en el sitio Villa Elisa.
Se delimitaron 9m2 (3 x 3m) hacia el Oriente del corte anterior y a 360°
Azimut de la escuela de la vereda. Las cuadrículas fueron denominadas de
Occidente a Oriente: G, He F, y numeradas de Sur a Norte 1, 2 y 3. (L. 16).
El comportamiento del material desde los niveles superiores es el siguiente
(Figs. 8-13):
0-10 cm: Descapote. No apareció material cultural .
10-20 cm : Horizonte A. Presencia de material cerámico y lítico asociado
a carbón.
20-30 cm: HorizonteA. Presencia de material cerámico y lítico en mayor
cantidad que en el nivel anterior, asociado a abundante carbón.
30-40 cm: Horizonte de transiciónAB. Presencia de material cerámico y
lítico en menor densidad que en el nivel anterior, asociado a abundante car-
bón (L. 17).
40-50 cm : Presencia de material cerámico y lítico escasb, asociado a
abundante carbón.
50-60 cm: Una piedra plana, de fácil desmoronamiento, asociada a abun-
dante carbón.
60-65 cm: Horizonte B. No hay presencia de material cultural aunque
hay pequeñas pintas de carbón (L. 1R).
La estratigrafía natural se inicia en un suelo negro hasta los 25 cm (Ho-
rizonte A); 'l uego un suelo café hasta los 40 cm (Horizonte AB), donde se
inicia la transición a amarillo, el cual empieza a los 50 cm (Horizonte B); el
suelo negro y el café son fáciles de trabajar y el amarillo es compacto.(Ver
1 Esta definición se hizo, teniendo en cuenta los unteriorcs cortes A y C, ubicados hacia
el Occidente de la excavación.
75
Anexo 2) (L. 19). Es de destacar la abundante presencia de carbón en la
excavación (Figs. 9-13), a diferencia de los otros sitios arqueológicos iden-
tificados en el municipio, para los cuales la escasez o ausencia de este mate-
rial ha sido significativa.
Una muestra de carbón, tomada en el nivel 30-40 cm, cuadrículas G-2 e
1-3, fue analizada y dio una fecha de 2390 ::t 60 B.P. (cal BC 405) (Beta·
77046) (Ver Anexo 1). Esta muestra está asociada a una piedra plana para
moler (L. 50c), culturalmente transportada, una lasca triangular y desechos
de talla; igualmente a 20 fragmentos cerámicos, caracterizados por la pre-
sencia de pizarra como desgrasante.
La observación detallada de los perfiles (L. 18, 19, Fig. 13) permitió
reconocer una estratigrafía clara; es decir, no son evidentes alteraciones dentro
del área del corte. La presencia de carbón cultural muy cerca al límite del
Horizonte B (suelo maduro) y debajo del HorizonteAp (fácilmente alterado
por trabajos agrícolas), da confiabilidad en que la datación obtenida efecti-
vamente pertenezca a un contexto temprano.
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Figura 12
81
Lámina 16. Vista general de la excavación realizada en Villa Elisa, nivel
30-40 cm. Carbón recogido en este nivel fue fechado para el siglo V A.C.
Lámina 17. Detalle de la piedra de moler, recuperada en el límite de las
cuadrículas 6-2 y 6-3, en el nivel 30-40 cm.
82
Lámina 18. Vista general de la excavación en su nivel culturalmente estéril.
Lámina 19. Perfil oriental de la excavación, cuadrícula 1-3, en su nivel más
profundo (50-60 cm).
83
4. ANÁLISIS DE MATERIALES
4.1. MATERIAL CERÁMICO
4.1.1. Generalidades sobre la cerámica: Según Meggers y Evans (1969),
los fragmentos cerámicos que el investigador encuentra durante sus estu-
dios, corresponden a evidencias concretas del trabajo de comunidades anti-
guas. Gracias a las particulares condiciones de conservación de las arcillas,
los tiestos persisten hasta nuestros días y se constituyen en una referencia
inigualable para ilustrar algunos conocimientos acerca de sus fabricantes.
De acuerdo con el investigador Héctor Llanos (1988), los medíos para
entender el proceso de la alfarería -la cual se constituye en un aspecto com-
plejo y dinámico de la cultura- tienen que ver con la consideración de todo
un sistema articulado, que va más allá de las formas y las técnicas. Es así
como, en una investigación arqueológica, deben a,bordarse referentes com-
plementarios a los materiales cerámicos, para darles adecuado contexto, como
los datos geográficos (espacio) y cronológicos (tiempo). La cerámica (vasi-
jas o fragmentos) presenta unas características muy valiosas para el
arqueólogo, por cuanto indica unos estilos y unas técnicas, propios de una
comunidad y que petduran por varios siglos. Estas ventajas del material
cerámico permiten que se conserven muchos de sus detalles a través del
tiempo, como huellas de sus fabricantes. Luego, no es la cerámica en sí la
que se estudia, sino el hombre que intervino en toda su cadena operatoria,
desde la selección de las arcillas, hasta su uso y abandono (Llanos, 1988).
Los fragmentos cerámicos son los restos de unidades producidas
por un grupo de alfareros que en un proceso histórico han definido
una tecnología y un canon plástico peculiares, en un contexto socia(
con múltiples finalidades ya sea para la preparación y el consumo
de alimentos como para diferenciar rangos sociales, políticos y re-
ligiosos o como instrumento simbólico ritual. (Llanos, 1988: 63)
85
Mediante la observación, clasificación y demás análisis necesarios, se
puede llegar a determinar la existencia de un complejo cerámico, conside-
rando la postulación de '(un conjunto de unidades o tipos que coexisten
espacial y temporalmente" (Llanos, 1988: 64).
Los datos recuperados sobre las industrias cerámicas prehispánicas iden-
tificadas en el municipio de Santuario no han sido totalmente concluyentes,
pero muestran la presencia del complejo Caldas y Cauca Medio, y que no
existe predominio de la cerámica clásica Marrón Inciso como en otras zonas
de la región.
Los conceptos del investigador Héctor Llanos antes presentados, son un
marco fundamental que guía nuestro interés de interpretación, pero por el
momento son difíciles de aplicar integralmente, debido a que aún ·no se
cuenta con suficientes piezas y el contexto adecuado para visualizar un "sis-
tema alfarero". Sin embargo, los resultados de la prospección para el área de
Santuario muestran la presencia de cerámica decorada y cuidadosamente
terminada únicamente en contextos funerarios. La cerámica doméstica, re-
cuperada en forma de tiestos, muestra bajos niveles de calidad técnka y
desarrollo artístico. Considerando el sistema alfarero, se destacan vasijas
utilitarias, como cuencos, copas y cántaros, utilizados para la vida cotidia-
na. Otras copas pintadas, vasijas miniatura y cántaros cuidadosamente de-
corados, hacen parte de ajuares funerarios que implican -a nivel de formas
y diseños- un nivel de manejo de representaciones simbólicas normadas
culturalmente.
Como se indicó anteriormente, a nivel general el análisis y clasificación
que se hizo del material cerámico reseñado en Santuario -fragmentos halla-
dos durante los trabajos de reconocimiento y piezas completas de las distintas
colecciones-, permite reconocer algunos complejos cerámicos regiona-
les definidos por otros investigadores, como Cauca Medio, Caldas, Aplica-
do Inciso y otros complejos asociados a la tradición Sonsoide el Valle del
Cauca.
4.1.2. Material cerámico recuperado en campo: Durante la fase de
laboratorio se hizo una clasificación de los fragmentos según su proceden-
cia, teniendo en cuenta su localización espacial. Para la clasificación se rea-
lizó inicialmente una descripción macroscópica, detallando aspectos técni-
cos, como desgrasante, presencia de baño o engobe y decoración.
Considerando la densidad y características de la muestra, no se creyó
conveniente proponer nuevas tipologías por el momento. Se lograron defi-
nir sólo unas variantes cerámicas; éstas fueron fundamentales a manera de
organización de los datos, básicamente teniendo en cuenta los elementos
86
visibles de la manufactura. No es posible todavía acceder a conclusiones
sobre forma y función con los datos recuperados en terreno, pues
recurrentemente f ueron encontrados fragmentos muy pequeños, poco o nada
decorados, así como muy escasos bordes y cuellos. Como resultado del
análisis realizado se han identificado algunas características, que permiten
establecer grupos de acuerdo con simi litudes y diferencias; inicialmente se
considera que éstas podrían ser significativas, al momento de comparar con
otras colecciones o con vasijas completas (Ver Anexo No. 4).
La mayor limitante es debido a que Jos fragmentos recuperados son pe-
queños -no sobrepasan los 25 cm1 (5 X 5 cm-r, por consiguiente no fue
posible -ni prudente- ubicar la mayoría con certeza, en específicos comple-
jos cerámicos ya definidos para la región de la Cuenca Montañosa del río
Cauca. Se cuenta además, con poca cantidad de fragmentos cerámicos que
puedan considerarse claramente representativos o los cua les permitan
levantar formas, por Jo tanto las apreciaciones que se hacen en cuanto a
algunos complejos identificados para Santuario, corresponden principalmente
a las ob servaciones que se hicieron sobre las vasijas completas ex isten-
tes en las distintas colecciones reseñadas. Además, se efectuaron compara-
ciones directas entre piezas existentes y algunos fragmentos diagnósticos
(Figs. 14-19).
Repetimos que para la región se han planteado básicamente dos propues-
tas para la clasificación de los hallazgos cerámicos, que corresponden a las
de Duque (1970) y Bruhns ( 1990), respectivamente. Por consiguiente, se
decidió hacer directa referencia para presentar las asociaciones con los com-
plejos definidos por Bruhns, debido a s u mayor alcance regional e ínter-
regional, pues, se considera que esta clasificación ofrece mejores posibili-
dades para comparaciones posteriores.
El conjunto de materiales recuperado en sondeos y excavaciones permi-
tió definir 11 variaciones básicas de la cerámica, cuya distribución espacial
se puede apreciar en la Tabla No. l . (L.20-27).
En la Localidad de La Esmeralda se recolectó !a mayor cantidad d e frag-
mentos cerámicos, representando el 36,7% del total de la m uestra. En rela-
c ió n con la totalidad de la muestra, la variante cerámica más abundante fue
la Desgrasante Pizarra Gruesa Sin Baño o Engobe, con el 33,5%, mientras
que la Pizarra Media Con Decoración es la de menor representación, con el
0,5%. En general, los fragmentos sin baño o engobe fueron los más comu-
nes, con e167,4%, seguidos por las variantes con baño o engobe (29,8%) y
en menor proporción los fragmentos d ecorados (2,3%).
87
TABLANo.l
Variante P. Grues Pízar. Media Tiesto Mica
Localidad A B A B e A B e A B e Otro Tll. %
OlnY1.31 2.1 157 2 21 34 11 25 279 26,3
La Esmeralda 33 121 39 101 15 24 3 21 11 4 389 36,7
La Palma 29 47 26 27 1 25 2.1 2 33 8 4 225 21,2
1\:t.!looso 1 8 4 1 12 78 105 9,9
Pueblo \Uno 16 6 13 1 9 3 1 49 4,6
EJl'dmbo 7 1 1 5 1 14 1,3
Tool~ 86 356 75 142 5 00 173 12 65 44 7 (i 1061 100%
Porccntap 8,1 33,5 7,1 13,4 0,5 8,5 16.1 1,1 6,i 4,2 0,7 0,5 100%
A: Con baño o engobe
B: Sin baño
C: Con decoración
Las diferenciaciones hechas consideraron las variaciones en cuanto al
tipo de desgrasante utilizado, pues es un elemento observable en cada uno
de los tiestos. El color no fue un factor definitivo, pues los fragmentos pre-
sentan variaciones, e incluso en un solo tiesto por la misma cara pueden
aparecer distintos colores. Igualmente se consideró la presencia de baño o
engobe (con el margen de error que pueden dar los fragmentos erosionados),
pues es otro elemento al que se puede recurrir como criterio de diferencia-
ción. Se procedió a agrupar y separar fragmentos de características diferen-
tes y a describirlos. Las unidades establecidas pueden no corresponder
necesariamente a diferentes tipos, pero se considera que la posibilidad de un
conteo, diferencíando estas características permiten efectuar algunas
inferencias, sobre todo al comparar los fragmentos con piezas completas.
En otras palabras, en un conjunto tan homogéneo y poco diagnóstico, ha
sido -por ahora- la única posibilidad de acercarse al material recuperado.
88
En la excavación de Villa Elisa fueron recuperados 144 fragmentos
cerámicos, cuyo tamaño varió entre 2 cm2 y 10 cm2. Según su distribución
estratigráfica, la mayor concentración se encontró en el nivel 20-30 cm, con
el 49,3% (71 fragmentos) del total de la muestra excavada; en este nivel
estuvieron representadas diferentes variantes cerámicas, aunque ninguno
de los fragmentos presenta decoración (L. 28c, d, e). Se destaca la presencia
de una unión de la base y el cuerpo de una copa, elemento frecuente en los
fragmentos estudiados, básicamente en los sitios de Villa Elisa y el El Tejar.
En el nivel de la excavación (30-40 cm), fechado hacia el siglo quinto antes
de Cristo, sólo se encontraron 20 fragmentos burdos y poco diagnósticos
(ningún borde ni decoración), con desgrasante pizarra media y gruesa
(L. 28a); así mismo se hallaron 12 tiestos en el nive140-50 cm con similares
características (Fig. 10) (L. 28f).
En general, toda la cerámica recuperada en Santuario fue elaborada con
arcilla conseguida en la misma localidad, pues casi todas presentan las
mismas características observables en su composición; básicamente la arci-
lla es de colores anaranjados, café y habano (variando entre 7.5 YR 5/4, 7.5
R 6/6 y 7.5 R 7/3 Munsell Soil Color Chart); además, todos los fragmentos
presentan como desgrasante mica negra y mica dotada, y con menor fre-
cuencia, cuarzo lechoso y pizarra filítica.
Como una analogía, es interesante considerar que en la actual.idad las
ladrilleras y los tejares que funcionan en Santuario, obtienen su materia
prima en distintos puntos dentro de la misma jurisdicción del municipio, lo
cual permite afirmar que este tipo de arcilla es de buena calidad para traba-
jos cerámicos.
Los datos obtenidos por medio de las entrevistas, indican hallazgos de
piezas completas en actividades de guaquería; se hace referencia a piezas
muy elaboradas y otras más burdas. Desafortunadamente y no obstante
el extenso recorrido realizado, a nivel de la investígación arqueológica local
no fue posible encontrar un basurero u otro tipo de yacimiento que ofreciera
una muestra representativa de fragmentos diagnósticos. En ninguno de Jos
sitios recorridos se encontraron fragmentos cerámicos de figuras o conjun-
'tos de bordes significativos.
4.1.2. Material cerámico reseñado en colecciones: Las colecciones
arqueológicas a las cuales se tuvo acceso durante el desarrollo de la investi-
gación, corresponden a las de la Casa de la Cultura de Santuario, el Museo
Universitario de la Universidad de Antioquia y a tres colecciones particu-
lares. Se pudo realizar una descripción de las piezas de mayor interés y un
conteo general,
89
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Figura 13
FRAGMENTOS DE BORDE HALLADOS EN LA LOCALIDAD DE
LA PALMA
90
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Figura 14
FRAGMENTOS DE BORDE HALLADOS EN LA LOCALIDAD DE
LA PALMA
91
Lámina 20. Fragmentos cerámicos recuperados en la localidad La Esmeral-
da. Corresponde a las variantes Pizarra Gruesa sin Engobe (a y d). Pizarra
Media con Engobe (b) y tiesto con Decoración (e).
Lámina 21. Fragmentos cerámicos recuperados en la localidad La Esmeral-
da. Corresponden a Pizarra Media con Decoración.
92
Lámina 22. Fragmentos cerámicos recuperados en el paleosuelo de la
localidad La Palma. Corresponden a las variantes Pizarra Media con Deco-
ración (a, b, e y f) y Tiesto con Decoración (e y d). La nariz con torzal fue
recuperada en recolección superficial.
Lámina 23. Fragmentos cerámicos recuperados en el Polideportivo La Palma.
Corresponden a las variantes Tiesto con Decoración (a) y Tiesto con
Engobe (b).
93
Lámina 24. Fragmentos cerámicos recuperados en El Tejar. Corresponden
a las variantes Tiesto con Engobe (a, b, c. d, f. h, i), Tiesto con Decoración
y Tiesto sin Engobe (g).
Lámina 25. Fragmentos cerámicos recuperados en El Tejar. Corresponden
a las variantes Pizarra Media con Decoración (a, b, e y e), Tiesto con Deco-
ración (f) y Mica con Engobe (d).
94
Lámina 26. Fragmentos cerámicos recuperados en la local idad de Pueblo
Vano. Corresponden a las variantes Tiesto con Decoración (a y b) y Pizarra
Media con Decoración (e).
Lámina 27. Fragmentos cerámicos recuperados en el sitio de Paso Real,
localidad de Peralonso. Corresponden a las variantes Tiesto sin Engobe (a),
Pizarra Media sin Engobe (b), Pizarra Gruesa con Engobe (e) y Pizarra Media
con Engobe ( d).
95
b
Lámina 28
96
4.1.2.1. Colección de Casa de la Cultura Municipal de Santuario
(Risaralda): Las piezas arqueológicas conservadas en la Casa de la Cultura
Municipal corresponden a donaciones hechas por los guaqueros. Desafortu-
nadamente, no se tuvo el cuidado de registrar quién las donó, en qué mo-
mento y por lo menos en dónde se rescataron : la única información que se
puede referir es una procedencia general de las localidades de La Palma y El
Tambo. En último término, todas corresponden a hallazgos hechos en San-
tuario y todas están relacionados con contextos ft,merarios.
En la mayoría de las piezas se pueden identificar características de Jos
complejos culturales 'tardíos definidos por Karen Bruhns, tales como Cauca
Medio, Caldas y Aplicado Inciso, sin que por ahora sean claramente
djferenciables variables locales. Particularmente, algunos bordes que pre-
sentan engobe rojo y fragmentos de bases de copas, excavados en El Tejar,
se podrían correlacionar con piezas de esta colección.
Considerando las colecciones estudiadas y comparándolas con los plan-
teamientos de BriJhns, es interesante señalar que se corrobora la hipótesis de
ona dispersión regional , como lo recalca la investigadora así:
Tanto esta diversidad como las interacciones culturales, se reflejan
en tradiciones cerámicas, en las cuales se demuestra un origen
común y también 'intercambios a nivel tecnológico, iconográfico y
estilístico (Bruhns, 1990: 11)
Por ejemplo, en las figurillas de la colección de la Casa de la Cultura, se
destacan idénticos rasgos a Jos descr.itos para otros sectores de la Zona
Cafetera. Se trata de personajes desnudos, con ligaduras en Jos brazos y
pantorrillas, con narices sobresalientes, ojos pepa de café, cabezas
subtriangulares y adornados con pintura corporal. Sobresalen igualmente
vasijas miniatura, copas de diversos estilos, volantes de huso y vistosos
cántaros que guardan un estilo muy característico (L. 29-35) (Ver Fondo de
Promoción de la Cultura, 1990).
De 6 J piezas que se conservan en la Casa de la Cultura, 2 corresponden
a figurinas antropomorfas, 14 vasijas miniaturas (la mayor tiene 11 cm de
alto)1 7 copas de distintas formas, 4 cántaros, 6 vasijas semiesféricas, 2
urnas, 2 sellos y 24 volantes de huso. Igualmente, hay una vasija con dos
cabezas antropomorfas, de características chamí.
4.1.2.2. Colección particular del señor Jorge Bretón: Las piezas de
esta colección han sido compradas a guaqueros, quienes las excavaron en su
97
Lámina 29. Vasijas con decoración incisa y aplicada. Casa de la Cultura
Municipal.
Lámina 30. Vasijas mini atura. Casa de la Cultura Municipal.
98
Lámina 31. Copa subglobular. Casa de la Cultura Municipal.
Lámina 32. Copas aquilladas. Casa de la Cultura Municipal. Por su decora-
ción, la copa ha sido asociada con el Complejo Caldas.
99
Lámina 33. Copa aquillada y olla. Casa de la Cultura Municipal.
Lámina 34. Copa aquillada y vasija con decoración aplicada. Casa de la
Cultura Municipal.
100
mayoría en tumbas encontradas en el sitio del actual Polideportivo La Pal-
ma. Se tienen referencias constantes sobre la gran cantidad de sepultu-
ras guaqueadas en toda el área de La Palma, tanto durante el desarrollo
de las construcciones hechas, como en trabajos de guaquería aislados. De
acuerdo con la observación realizada, las piezas de esta colección pueden
ubicarse como asociadas a los complejos Cauca Medio y Caldas, definjdos
por Bruhns.
Esta colección cuenta con 26 piezas, de las cuales 1 es una figura
antropomorfa, 5 copas, 2 cántaros, 3 vasijas semiesféricas, 1 cuenco, 1 urna,
1 sello, 1 rodillo y 11 volantes de huso. Se destaca un gran cántaro con
diseños geométricos y pintura negativa muy bien preservada) así como vasi-
jas y copas típicas similares a las descritas por los investigadores que han
trabajado la Zona Cafetera (L. 36-42).
4.1.2.3. Colección particular del Señor Jorge García: El Señor García
fue uno de los primeros guaqueros de Santuario, pero ahora no continúa con
la práctica, debido a su edad. Cuenta que ha vendido muchas piezas, algu-
nas antropomorfas y vasijas decoradas, al igual que ha hallado una gran
cantidad de volantes de huso y hachas en piedra.
Dentro de las piezas que conserva, sólo tiene fragmentos y vasijas sin
decoración, correlacionables con las expuestas anteriormente. Se destacan 3
narices, 1 pierna y 2 brazos fragmentados de piezas antropomorfas, 6 copas
de distintas formas, 3 vasijas semiesféricas, 14 volantes de huso, 6 hachas
pulidas (2 con entalladura), 2 lascas delgadas y una vasija con decoración
antropomorfa, tfpica chamí.
4.1.2.4. Museo Universitario, Universidad d e Antioquia: En el Mu-
seo Universitario se cuenta con una variada colección de piezas recuperadas
en el municipio de Apía (Risaralda), el cual limita con Santuario; ésto permite
complementar los datos obtenidos, con los hallazgos hechos en terrenos
colindantes. En su mayoría, las piezas están completas y su procedencia es,
por una parte de la antigua colección de Don Leocadio María Arango
(Ver Piazini, 1993b) y por otra de donaciones de la alcaldía deApía (L. 43, 44).
También se referendan piezas de Marsella y Pereira, Departamento de
Risaralda.
Se hicieron observaciones sobre 16 piezas, de las cuales 5 son figuras
antropomorfas, 3 vasijas con decoración antropomorfa, 1 cántaro, 3 cuencos
y 4 vasijas aquilladas.
101
Lámina 35. Volantes de huso. Casa de la Cultura Municipal.
Lámina 36. Copas aquillada y troncónica. Colección particular (Santuario).
102
Lámina 37. Vasijas globulares. Colección particular (Santuario).
Lámina 38. Cántaro y copa troncónica miniatura y pies de figuras
antropomorfas. Colección particular (Santuario).
103
Lámina 39. Cántaro con pintura negativa. Colección particular (Santuario).
Por su decoración ha sido asociado con el Complejo Caldas.
Lámina 40. Figura antropomorfa y cántaro. La figura presenta rasgos de la
tradición sonsoide. La nariguera fue encontrada en La Celia (Risaralda).
Colección particular (Santuario).
104
Lámina 41. Volantes de huso y sello. Colección particular (Santuario).
Lámina 42. Vaciado en yeso hecho a partir del rodillo a su lado y volantes
de huso. Colección particular (Santuario).
105
Lámina 43. Tres diferentes estilos de las piezas de Apía (Risaralda) que se
conservan en el Museo Universitario de la Universidad de Antioquia.
Lámina 44. Vasija y figura antropomorfas. Colección Museo Universitario,
Universidad de Antioquia.
106
4.1.3. Correlaciones cerámicas: El análisis hecho del material cerámico
recuperado y reseñado como procedente del municipio de Santuario, se basó
en ordenar la muestra, observarla detalladamente buscando establecer
similitudes y diferencias. Luego se trató de hacer comparaciones técnicas
(a nivel macroscópico), así como a nivel de formas y estilos predo-
minantes (con piezas completas) entre los conjuntos de cada localidad_
Fina.lmente se buscaron relaciones con evidencias arqueológicas de zonas
cercanas.3
Aunque inicialmente se esperaba encontrar materiales principalmente
tardíos, tal como habían sido reportados regionalmente por otros in-
vestigadores ya citados, la fecha obtenida (2.390 B.P.) indica épocas más
tempranas. Es así como se ha analizado el material hallado, teniendo en
cuenta un esquema temporal ampüo considerando al menos tres grandes
períodos: Temprano, Medio (clásico) y Tardío.
Partiendo del marco de referencia de las investigaciones realizadas en la
regiones del Cañón del Cauca y Calima, se tiene que los primeros datos
sobre sociedades agroalfareras (sin ser necesariamente las más antiguas)
están fechados en 1500 A.C. para la Cultura llama, en el Valle del Cauca
(Rodríguez, 1992) y 440A.C. para el Complejo Ferrería enAntioquia (Cas-
tillo y Gil, 1992; Piazzini, 1993b). La fecha obtenida en Santuario sería
contemporánea con estos tempranos desarrollos, lo cual permite igualmente
suponer la ocupación de la Cuenca Montañosa del río Cauca al menos desde
el siglo V A. C.
Según Rodríguez ( 1992), aunque todavía no se ha definido el límite Norte
para el material llama, vasijas con características de ~sta cultum han sido
registradas en Belén de Umbría, halladas en trabajos de guaquería. Se ha
registrado la última fase de esta cultura en la región Calima, para e l primer
milenio A.C. (Rodríguez, 1992).
Para Antioquia, se vienen integrando diferentes datos que corroboran la
presencia de grupos agroalfareros hacia el siglo V antes de Cristo. Se ha
denominado complejo Ferrería a un conjunto cerámico con características
particulares, hasta ahora reportado en los valles del Aburrá (La Estrella),
Porce (La Cancana) y hacia el valle del Magdalena . Estas evidencias
reportadas por la arqueóloga Castillo indican un desan:ollo tempran.o y
-preliminarmente- una amplia continuidad, iocii.Jso que puede perdurar hasta
:l El material cerámico representativo pullo ser revisado por el arqueólogo Carlos Ar-
mando Rodrígue:.:, quien por su experiencia en el manejo de la cerámica del suroccidente
colombiano dio una orientación sobre sus similitudes y posibilidades de correlación.
107
la época de la conquista española, con una fecha de 1620 D.C. ( Piazzini,
I993b).
En relación con un Período Medio de ocupación, el cual se ha referido en
la literatura arqueológica como "Clásicos Regionales" (Rodríguez, 1992:
Santos, 1993), podemos decir que en Santuario no hay hasta el momento
claras evidencias de su desarrollo. Para la Zona Cafetera, Jos materiales
culturales relacionados con el Clásico Regional están ligados a los grupos
fabricantes de la cerámica denominada Marrón Inciso y la orfebrería Llama-
da Quimbaya Clásico, los cuales guardan estrechas relaciones iconográficas
(Bruhns, 1976, 1990; Plazas y Falchetti, 1985; Bray, 1983). Esta tradición
se ha extendido hasta el Departamento deAntioquia, donde se le ha fechado
desde el siglo 1 D.C. (Castillo y Gil, 1992; Santos 1993), mientras que
en la Zona Cafetera, Bruhns lo ubicó en el400 D.C. (Bruhns 1976, 1990).
Es fundamental afirmar que ni los fragmentos recuperados, ni las coleccio-
nes cerámicas particulares corroboran la presencia de Marrón Inciso en el
área de Santuario.
Posteriormente, una vez detallado el conjunto general de materiales
cerámicos procedentes de Santuario, una de las preguntas que surgió
fue si los rasgos identificados permitían correlacionar la cerámica con
materiales que en otras zonas se atribuyen a culturas tardías, es decir,
ubicadas cronológicamente entre el 600 y 1600 D.C. (Rodríguez, 1989,
1992).
Aquí es pertinente señalar que algunos autores han definido dos divisio-
nes para este período reciente de la historia prehispánica, según sea que el
material cerámico presente características más finas o más burdas (Llanos,
1986; Reichel-Dolmatoff, 1986, J989; Rodríguez, 1989, 1992).
Es interesante anotar que para el municipio de Santuario, además de
Jos materiales burdos, se identificó un conjunto de fragmentos cuyas
inclusiones son más pequeñas, el tratamiento de la superficie es bueno, y
hasta presentan baño, engobe o decoración por incisión, aplicación y pintu-
ra, y el trabajo puede considerarse con un buen terminado. Dentro de las
variaciones definidas en este estudio, tienen estas características las que
corresponden a los Desgrasante Tiesto y Desgrasante Mica.
Nuevos trabajos en la zona, que incluyan la excavación de sitios con
mejor material diagnóstico, pueden dar nuevas luces sobre la realidad de
las variaciones y la cronología. Surge además la duda de si se trata de
diferencias entre la cerám ica doméstica y funeraria, o de variaciones téc-
nicas y estilísticas a lo largo de cambios en el tiempo.
108
Se podría plantear la hipótesis de que Jos materiales mejor acabados (por
ejemplo L. 29, 32, 39) pudieran ubicarse dentro del conjunto de grupos
indígenas inscritos dentro del llamado Período Tardío l. Según Rodríguez
( 1992), este período se ubica cronológicamente entre los siglos Vil y X.Il
D.C.; estos datos están de acuerdo con los obtenidos en estudios para el
Quindío, Caldas y el Norte del Departamento del Valle del Cauca y se
corresponde con otros en el resto del territorio colombiano (Brunhs, 1990;
Moreno y Herrera, 1988; Jaramillo, 1989; Rodríguez, 1992).
Así mismo, una pregunta que puede guiar la continuidad de las investi-
gaciones arqueológicas, es si la mayoría del material hasta ahora identifica-
do en Santuario se puede correlacionar con la cerámica representativa del
Período Tardío II, que corresponde básicamente a fragmentos cuya pasta es
de menor calidad, sus inclusiones pueden alcanzar 2 mm 2 o algo más1 la
calidad del alisamiento es entre regular y burda, y algunos fragmentos pre-
sentan baño o engobe. A nivel de formas veánse, por ejemplo, láminas 37 y
38. Para otras zonas del Suroccidente colombiano, la ubicación cronológica
del Período Tardío ll se ha determinado entre Jos siglos XIII y XVII D.C.
(Rodríguez, 1992).
De acuerdo con la forma y decoración de las vasijas -reseñadas en la
Casa de la Cultura y en particulares-, éstas se pueden ubicar en los complejos
cerám icos Caldas, Cauca Medio y Aplicado Inciso propuestos por
Bruhns; sus características generales se corresponden con la pintura negati-
va (básicamente negro sobre rojo) (L. 32) para el Complejo Caldas; pintura
positiva (negro y crema sobre rojo) para el Complejo Cauca Medio; aplica-
ciones e incisiones en vasijas naviformes para el Complejo Aplicado Inciso
(L. 29); además se presentan rasgos, Jos cuales son correlacionables con
la tradición Sonsoide, de acuerdo con las asas y las formas de las vasijas,
aunque sin decoración; igualmente, dentro de esta tradición, se pueden ubicar
las figuras antropomorfas, halladas en todas las colecciones particulares
(L. 40).
Una fuente que aportará nuevos datos para comparación será un estudio
detallado de los volantes de huso. En este momento se vienen adelantando
monografías sobre análisis de diseños de piezas procedentes del Centro y
Suroccidente colombiano a partir de colecciones de Museos. De acuerdo
con el arqueólogo CarlosArmando Rodríguez (Rodríguez y Jaramillo, 1993)
el conocimiento de los diseños permitirá con mucha precisión conocer el
espacio temporal y con base en las representaciones iconográficas las rela-
ciones entre las culturas que los elaboraron.
109
) ~ ) , ),
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' · 1 l. , ,
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'· 1 ).
'· Figura 15
TIPOS DE BORDE
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Figura 16
CÁNTAROS PRESENTES EN LAS COLECCIONES ESTUDIADAS
111
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Figura 17
COPAS PRESENTES EN LAS COLECCIONES ESTUDIADAS
112
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1..1..L.I................JI
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Figura 18
OLLAS Y CUENCOS PRESENTES EN LAS COLECCIONES ESTUDIADAS
113
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Figura 19
DISEÑOS DE LAS DECORACIONES
114
4.2. MATERIAL LÍTICO
4.2.1. Generalidades del material lítico: Los artefactos fabricados en
piedra ~en ominados artefactos Hticos-, presentan características particula-
res sobre las cuales se pueden inferir algunos datos de los hombres que los
manufacturaron. Es necesario, por lo tanto, efectuar un análisis detallado
del conjunto de instrumentos y desechos de fabricación, considerando los
aspectos tecnológico (cómo fueron hechos), morfológico (forma de los ob-
jetos) y funcional (para qué sirvieron). La clasificación más general que se
puede hacer de los líticos corresponde con Ja división en material tallado y
pulido.
En la Zona Cafetera han sido reseñados en mayor cantidad los artefactos
líticos pulidos y en menor proporción los tallados, aunque no podría decirse
que se debe a su inexistencia; se debería más a la poca aplicación de la
observación al respecto, para la región, dentro de las investigaciones
arqueológicas.
La colección de artefactos líticos tallados recuperados en Santuario, permi-
te realizar clasificaciones por categorías morfa-funcionales; ésta posibi-
litará posteriormente comparaciones con otros conjuntos ya estudiados. Se
tuvieron en cuenta los rasgos destacados de cada artefacto, para obtener las
principales características de la muestra.
De acuerdo con las observaciones en ]os terrenos recorridos y a los estu-
dios generales de suelos en Risaralda (I.G.A.C., 1988), se puede decir que
las materias primas (rocas volcánicas plutónicas) son más aptas para elabo-
rar materiales pulidos y lo son menos para aplicar la técnica del tallado. Esto
corresponde con basaltos y pórfidos para los instrumentos pulidos, y chert
(negro en su mayoría) para los tallados (aunque se cuenta con algunos líticos
tallados, cuya materia prima corresponde al basalto).
Para obtener un artefacto lítico de buena calidad por medjo de la técnica
de la talla, es necesario que la materia prima sea homogénea en su composi-·
ción; así en el m omento de realizar el tallado, los fílos que se obtengan van
a permitir un mejor uso para cortar o raspar, e incluso permitir retoques para
optimizar el trabajo (López, 1992a).
Todos los artefactos encontrados en el reconocimiento, fueron hechos
con materia prima presente en la zona, la c ual se halla sobre todo en bloques
angulosos, tomados de vetas minerales encontradas en afloramientos en la
monta1ia. En la localidad de Peralonso, por estar en una parte más baja,
115
recibe intlúencia de los ríos y quebradas, por lo tanto es posible encontrar
con mayor facilidad cantos rodados (piedras redondeadas por rodamiento),
constituyendo sedimentos recientes.
4.2.2. Material lítico tallado: Gracias al arqueólogo Gonzalo Correal,
quien ha liderado en el país el estudio de los líticos tallados mediante estu-
dios desarrollados por cerca de tres décadas, hoy en día se cuenta con refe-
rentes para estudiar mejor esta técnica de trabajo prehispánico. Sus aportes
han sido complementados por otros investigadores, en otras zonas del país,
lo cual ha permitido identificar diferentes tradiciones culturales (Correal y
Van der Hammen, 1977; Castaño, 1988; Gnecco y Salgado, 1989; López,
1992a).
Para reconocer si una piedra fue trabajada por el hombre en otra época,
se puede observar si tiene varias fracturas, las cuales indican que fue lascada
(se obtuvieron lascas) repetidamente. Se pueden reconocer algunas huellas
de la percusión, si están presentes bulbos (en las lascas), negatívos (en Jos
núcleos )aseados), ondas y nervaduras (tanto en lascas como núcleos) (Toth,
1991).
Durante las labores de arqueología efectuadas en el Municipio de San-
tuario se recolectaron instrumentos líticos tallados 4, los cuales permiten re-
conocer que el hombre en el pasado Jos utilizó para cortar (lascas) o raspar
(raspadores), actividades básicas en labores de cacería y desprese. Los arte-
factos se obtuvieron por la fractura lograda ar golpear dos piedras entre sí,
con el fin de conseguir filos para desarrollar estas funciones ; en muy pocos
casos se observan retoques para mejorar las superficies raspantes. En un
caso, una Jascá recuperada en la excavación de Villa Elisa presentó claros
retoques, formando un artefacto dentado sobre lasca primaria. Igualmente,
en un pozo de sondeo en La Esmeralda se encontró un raspador latera.! sobre
lasca, retocado (L. 45d).
Otros artefactos de la excavación fueron básicamente desechos de talla,
4 raspadores, l artefacto múltiple, 1 lasca triangular y 10 fragm entos de
roca que debieron haber sido transportadas culturalmente, puesto que su
prese ncia no se advierte de manera natural en la estratigrafía dei sitio
(L. 49e).
4 La posibilidad de participar como auxíliar de. investigación en d estudio de un sitio
prcccrámico, dirigido por el arqueólogo Carlos Eduardo Lópcz., ha permitido un acer-
camiento más cuidadoso de la autora sohre el material tallado, ohtenido en esta inves-
tigación.
116
En el recorrido hecho por la finca Paso Real, ubicada en la parte cálida,
se encontró en varios puntos de Jos perfiles la presencia de un estrato de
cantos rodados - básicamente chert negro-, Jos cuales podrían haber sido
utilizados como materia prima para la fabricación de los artefactos tallados;
es ésta, entonces, una de las posibles razones para que en este sitio se haya
encontrado la mayor cantidad de líticos, trabajados por esta técnica. Su
manufactura no es fina, pues la materia prima no es de muy buena calidad,
ya que tiene fisuras rellenas con calcitas(?) que alteran la homogenei dad del
material; sin embargo, los artefactos debieron haber cumplido más o menos
bien la función para la que fueron hechos. En todos los casos donde se
encontró material tallado, éste estaba asociado con cerámica (L. 47, 48).
4.2.3. Material lítico pulido: La posibilidad de reconocer un instrumen-
to en piedra, fabricado mediante la técni ca del pulimento, se hace en general
más fácil que uno tallado, para quien no tiene experiencia en ellos; esto se
debe a su forma , simetría y acabado, características que son evidencias
claras de manufactura humana. El artefacto tallado, a diferencia del pulido,
podría confundirse con una piedra fracturada naturalmente, al rodar o
golpearse con otras.
Los instrumentos que más reconoce la gente son les metates, llamados
también "piedras de indios", los cuales eran utilizados básicamente para
machacar granos (como maíz); igualmente y según analogías etnográficas,
pudieron haber sido utilizados para amasar la arcilla, con la cual fabricarían
la cerámica (Vasco, 1987).
Instrumentos como las hachas y los cinceles presentan modelos y fun-
ciones muy similares a los fabricados en metal, por lo tanto, también son
fácilmente reconocibles.
No sólo se consideran artefactos los que han sido modificados, sino los
que fueron utilizados por el hombre para alguna de sus actividades (L. 49a-e);
es así como junto con los metates encontramos las manos de moler: cantos
rodados que presentan huellas de uso, producto de machacado. Están también
los martillos, los machacadores y los bruñidores; estas categorías se definen
de acuerdo con las formas y huellas de uso (Castaño. 1988).
La mayoría de los líticos pulidos que se reseñan para este trabajo, corres-
ponden a encuentros fortuitos hechos por los habitantes de la región durante
sus labores de agricultura o por hallazgos en contextos fu nerarios; estos
artefactos se conservan en las distintas colecciones mencionadas (L. 50,
51). Durante el reconocimiento arqueológico se recuperaron dos fragmen -
tos de hacha pulida -una de ellas reutilizada como raspador-, un machacador
y un yunque, en recolección superficial. Mientras que en la excavación en
Villa Elisa fue importante el hallazgo de una mano de mo ler, un fragmento
de golpeador y una piedra plana (20 x 50 cm) para moler (L. 49c, d).
117
En la Casa de la Cultura del Municipio de Santuario hay algunas hachas
con entalladura (L. 50), sin embargo su procedencia no es clara; sólo se
presume que corresponden a contextos funerarios, por su posible relación
con las vasijas allí documentadas.
TABLA No. 2
Procedencia
Categorías Esm. Pal. Cor. Per. Otro TIL. %
Lascas atípicas 3 4 1 8 6 ,61
Lascas prismáticas 5 5 4, 13
Lascas triangulares 2 2 4 3 ,30
Lascas concoidalcs 2 2 1,65
Artefacto dentado sobre lasca l 1 0,83
Micro lascas 5 5 4,13
Raspador lateral sohre lasca 3 1 3 7 5,78
Raspador terminal sobre lasca 1 4 5 4,13
Raspador múltiple sobre lasca 1 3 4 3,30
R. cóncavo sohrc frag. tabular 1 1 0 ,83
Ra.~pador lateral sobre núcleo 2 2 1,65
Raspa. discoidal sobre núcleo 1 2 3 2,48
Desechos de talla 16 3 9 28 23, 1
Núcleos 1 1 2 1,65
Artefacto múlliplc 2 1 3 2,48
Punzón 1 1 0,83
Go lpeador ] 1 0,83
Pulidores ] l 0,83
Hachas 7 12 2 21 17,4
Fragmentos de hacha 2 2 1,65
Preformas de hacha 2 2 1,65
Hachas con entalladura 5 1 6 4,96
Yunques 1 1 0,83
Piedra para moler 1 1 0,83
Machacador 2 1 3 2,48
Mano de moler 1 1 O,R3
Ind eterminado 1 1 0,83
TOTALES 51 27 6 33 4 121 100%
118
SECUENCIA TECNOLÓGICA Y CATEGORÍAS MORFO-
FUNCIONALES PARA MATERIALES LÍTICOS
TABLA No. 3
Percutores
No modificados Machacadorc.~
Pulidores
Yunques
Instrumentos
sobre bloque Hachas pulidas
pulidos y Azadas
tallados Modificados Raspadores
Artefactos
múltiples
Prcfrm de hacha
Metates
Manos de moler
Descch. de talla Esquirl~s
Raspadores
discoidales
laterales
Instrumentos terminales
sohn: núcleo cóncavos
múltiples
Artefactos
Bloque de materia Núcleos múltiples
prima Borde oblicuo
Lascas
prismáticas
eoncoidalcs
triangulares
atípicas
Instrumentos Borde abrupto
sobre lasca Raspadores
discoidalcs
laterales
terminales
cóncavos
mú lti ples
Lascas en punta
Punzones
Perforadores
Dentro del material lítico es importante destacar el gran porcentaje de
artefactos tallados (66,88%), mientras que los pulidos representan e125,66%.
El restante porcentaje (7,46%) corresJX>nde a rocas modificadas por el uso, como
manos de moler, yunques, pulidores y otros. Las hachas representan el mayor
porcentaje dentro de los artefactos pulidos, con el17,4% de total de líticos.
119
Lámina 45.Instrumentos tallados sobre lasca y pulidor (e), recuperados en
la localidad de La Esmeralda.
Lámina 46. Instrumentos tallados sobre lasca y hacha pulida ( d), recupera-
dos en la localidad de La Palma .
120
Lámina 47. Lascas de varios tipos recuperadas en el sitio de Paso Real.
Lámina 48. Raspadores discoidales recuperados en el sitio de Paso Real.
121
Lámina 49
122
Lámina SO. Diferentes hachas en piedra. Casa de la Cultura Municipal.
La pintura de la primera es moderna.
Lámina 51. Diferentes formas de hachas en piedra. Colección particular.
123
S. EN BUSCA DEL HOMBRE PREHISPÁNICO EN EL
TERRITORIO RISARALDENSE
Una de las zonas de mayor diversidad climática en el Norte de Suramérica
se encuentra en los actuales Departamentos de Risaralda, Caldas y Quindío,
donde se puede encontrar en un radio de pocos kilómetros, desde el clima
cálido y seco en el valle del rfo Cauca, hasta las nieves perpetuas en el
Parque de los Nevados (Ruiz, Santa Isabel y Cisne). Las cordi lleras presen-
tan -aunque en pisos térmicos diversos y muy contiguos- diferentes relie-
ves, que incluyen desde abruptas pendientes hasta suave~ colinas. El efecto
de las deposiciones de cenizas volcánicas es un elemento de gran importan-
cia en la conformación del paisaje y potencialidad de los suelos. Estas con-
diciones favorecen el aprovechamiento de d istintos recursos (bióticos y
abióticos) y la habitabilidad por parte del hombre, los cua les deben haberse
presentado desde hace varios milenios, particularmente desde el adveni-
miento del período holocénico.
La posibilidad de proyectar estas condiciones hacia el pasado, permite
identificar algunos paisajes, propicios para el desarro ll o d e distintos
modos de vida, de acuerdo con las etapas culturales reconocidas para la historia
d el Norte de Suramérica. En este contexto habría que reflexi onar sobre la
posibilidad de ocupaciones tempranas (fina les del Pleistoceno y principi os
del Holoceno) de cazadores-recolectores precerámicos, posteriormente
la llegada de los primeros grupos agro-alfareros, hasta el surgimiento de distin-
tos desarrollos regionales plasmados en sociedades complejas de tipo cacical.
Las hipótesis para explicar el poblamiento de América, indican que posi-
blemente se originó desde Beringia 5 hace unos 40.000 años. Posteriormen-
S Tcrrilorio cnlrc Alaska (Amé rica) y Sih~o:r 1a (A-;ia) d..: má:; de 2.()()() km, el cual1..'1iluvn
dccubícno en un periodo comprendido cnlrc hace 70.000 y 10.()()(), dchido a las con1..h·
cinncs climálica:; d~: la Glaciación d~: Wi~consin y hoy se cncucn1ra sumergido (li,pcz.
1992b: 25).
12S
te, la entrada del hombre a Suramérica se produjo por el territo rio com-
prendido hoy en Colombia. Estas hipótesis dem1.1estran el interés de los
estudios sobre vestigios precerámicos en nuestro país (Correal y Van
der Hammen , 1977; Correal , 19tH ; Gnecco y Salgado, 19R9; López,
1992a).
Buscando evidencias del hombre pleistocénico asociadas a megafauna
en el valle del río Cauca, el arqueólogo Gonzalo Correal realizó un recono-
cimiento en el año de 1979. Su propuesta inicial para el valle del río Cauca,
era efectuar una prospección entre Ansermanuevo y Cali. Este estudio per-
mitió identificar restos de megafauna en los municipios de La Victoria y
Zarzal, aunque sin asociaciones culturales. Particularmente, cerca a la
desembocadura del río La Vieja se pudo ubicar un sitio precerámico en una
terraza aluvial. No obstante no se profundizaron trabajos y tampoco se obtu-
vieron fechas radiocarbónicas (Correal, 1981: 14-15).
En 1980 el arqueólogo Carlos Armando Rodríguez reseñó el encuentro
de restos de un mastodonte en el municipio de Toro (Valle), asociado a "lo
que podría corresponder a una punta de proyectil fragmentada". Igualmente
presenta una lista de puntas de proyectil (lanza o flecha) hechas en piedra,
halladas en la cuenca del río Cauca. En general se enfatiza el potencial que
hay en allí, para llegar a encontrar sitios estratificados de carácter precerámico
(Rodríguez, 1992: 50).
Ya en la vertiente hacia el Pacífico de la Cordillera Occidental, en el
municipio de Restrepo (Va11e del Cauca), se había ubicado una punta de
proyectil triangular pedunculada. Por otra parte, cerca al municipio de Darién,
se encontraron evidencias de grupos precerámicos, cuyos instrumentos co-
rresponden a lascas, yunques, martillos y azadas. En los sitios estratificados
de Sauzalito y El Recreo se obtuvieron fechas de 7720 A.C., 6800 A.C.
respectivamente. En la cuenca media del río Calima, sitio El Pita!, el
arqueólogo Héctor Salgado encontró otro importante sitio con una estratigrafía
milenaria que señala varias ocupaciones. Obtuvo en el estrato más profundo
una fecha de 5300 A.C. asociada a artefactos tallados en piedra. Estos mate-
riales permiten identificar a sus fabricantes como representantes de un modo
de vida recolector-cazador, es decir, con más énfasis en la recolección que
en la caza (Gnecco y Salgado, 19R9; Rodríguez, 1992: 53).
Más hacia el Sur, en el Departamento del Cauca , se han hecho im-
portantes hallazgos en sitios precerámicos cercanos a Popayán; se han re-
portado dos tipos diferentes de conjuntos. Por una parte un material lítico
que difiere sustancialmente de los antes mencionados, pues se identificaron
126
instrumentos tallados con una alta tecnología, llegando a obtenerse diversas
puntas de proyectil bifaciales y raspadores plano-convexos, la mayoría en
obsidiana. Estos materiales pueden relacionarse rnás directamente con los
que han sido hallados en el Ecuador. Por otra parte,.se hallaron varias azadas
similares a las encontradas .en Darién. Aquí es posible pensar en un modo de
vida tendiente más a cazador-recolector (Gnecco y Salgado, 1989; Gnecco e
lllera 1989).
Los sitios precerámicos ubicados hasta el presente en los Departamentos
del Valle del Cauca y el Cauca, muestran un patrón de asentamiento corres-
pondiente al manejo de espacios dispersos, ubicados a cielo abierto y cerca-
nos a quebradas o ríos (Rodríguez 1992: 54); diferente por ejemplo al des-
crito en la Sabana de Bogotá, en abrigos rocosos o a cielo abierto (Correal y
Van der Hammen, 1977; Correal, 1981).
Según el Doctor Thomas van Der Hammen (comunicación personal,
1992), el sector de la Cordillera Occidental risaraldense que nos ocupa, muy
posiblemente siempre fue zona boscos&, por lo tanto de difícil acceso a la
megafauna. Sin embargo, las partes más bajas, como los valles de los ríos
Cauca, Risaralda y Mapa, presentarían un buen potencial para hallazgos
milenarios. A manera de hipótesis, se consideran áreas aptas para la búsque-
da de vestigios precerámicos, varias terrazas disectadas y colinas ondula-
das, como las que se observan en los alrededores de la carretera que conduce
de Pereira hacía La Virginia.
En el recorrido que se hizo en la finca Paso Real se determinaron algunos
paisajes planos y ondulados, que por sus características pudieron haber sido
propicios para el desplazamiento de diversas especies faunísticas, incluyen-
do Jos grandes mamíferos pleistocénícos (la megafauna) (Ver L. 11) (Fig. '3).
Es importante anotar que se tiene conocimiento del hallazgo de una punta
de proyectil, de pedúnculo ancho, en el municipio de La Virginia (hallada en
tumba asociada a cerámica tardía) (Rodríguez, 1992: 48).
Por otra parte, considerando las más cercanas evidencias pr.e cerámicas
reportadas en la Cordillera Central, es importante destacar el hallazgo
de dos puntas de proyectil bifaciales encontradas fortuitamente en Manizales
(Reichel-Dolmatoff, 1986) y superficialmente durante el reconocimiento de
terrehos removidos en el actual aeropuerto de El Edén, municipio de La
Tebaida (Brunhs, 1976, 1990). En un corto artículo se describen sus princi-
pales características, tales como la materia prima, chert negro, tamaño y
tecnología y se ilustran con dibujos y fotografías.
127
The area where the point was found has had approximately 6 m of
soil removed to level the landing strip, a fact which helps explain
why a possible Paleo-lndian artifact was found in an area which
otherwise yielded only remains of very late prehistoric cultures.
(Brubns et Al 1976: 70).
El dato acerca de su presencia en un nivel profundo es de gran interés,
pues sugiere efectivamente una gran distancia temporal para estos desarro-
llos tecnológicos. Por el momento es necesario esperar nuevas investigacio-
nes, destinadas a aclarar la problematica precerámica en la actual Zona
Cafetera y valle interandino del río Cauca.
La transición del Pleistoceno al Holoceno, hace unos 10.000 años, con-
lleva a un cambio tanto en las condiciones medioambientales, como en las
costumbres de Jos grupos humanos, debido a Jos nuevos recursos dis -
ponibles para la subsistencia; sin embargo, estos cambios culturales no se
sucedieron en el mismo momento, ni en la misma forma para todo el
territorio colombiano. Una de las consecuencias de esta situación fue la
tendencia al sedentarismo (Reichel-Dolmatoff, 1986; Rodríguez, 1992;
Langebaek, 1992).
En los sitios precerámicos ubicados en el Valle del Cauca ya se registran
evidencias de actividades de carácter sedentario. Esto se puede inferir a
partir de Jos análisis funcionales de Jos utensilios encontrados, Jos cuales
demuestran manejo de cultivos y sus productos, de manera incipiente (Gnecco
y Salgado, 1989; Rodríguez, 1992).
En cuanto a las primeras evidencias acerca de grupos agro-alfareros y
sedentarios, inscritos dentro de las llamadas etapas culturales Arcaica y
Formativa, tampoco hay hasta ahora claridad sobre su desarrollo en el
Departamento de Risaralda y en general en la Zona Cafetera; la falta de
investigaciones sistemáticas y la proliferación de la guaquería, sólo han
permitido que llegue a conocimiento público la presencia de vestigios muy
elaborados, producto de sociedades teóricamente complejas. Por otra
parte, en sectores bien estudiados arqueológicamente, como los de la
zona del municipio de Darién, en el Valle del Cauca, se cuenta ya con fechas
muy antiguas para la presencia de maíz en el Suroccidente de nuestro
territorio:
Este hallazgo plantea entonces interrogantes sobre la antigüedad
de las prácti'cas agrícolas en Colombia y abre provocativas pers-
pectivas de interpretación, ya que precede en un poco más de milenio
128
y medio la evidencia inequívoca más antigua sobre la presencia de
cultivo de maíz en Colombia, obtenida en un pantano del Valle de
El Dorado. En este pintoresco paraje de la región calima se encon-
traron granos de polen en un depósito que tiene 6.680 años de an-
tigüedad (Herrera, 1990: 31 ).
El fenómeno que Reichel-Dolmatoff denominó la "colonización maicera"
ayuda a una mejor comprensión del afianzamiento del modo de vida seden-
tario. En términos generales, se presenta como explicación del
poblamiento de las estribaciones y faldas de las cordilleras, ocurrida algu-
nos milenios antes de nuestra era. Gracias a los cultivos de maíz,
implementados por los grupos humanos, fue posible sostener una mayor
cantidad de individuos en el grupo, aumentando la densidad poblacional.
Este cultivo permitió, igualmente, el mejor aprovechamiento de Jos recur-
sos de las tierras altas ; domesticando el maíz de tal forma que se lograron
distintas adaptaciones de éste, según los pisos térmicos, para las Vertientes
Andinas (Reichei-Dolmatoff, 1986, 1989; Museo del Oro s.f. [e]). Sin em-
bargo, hasta el momento no se tienen evidencias claras de esta adaptación
en el territorio risaraldense.
Los vestigios cerámicos -sean fragmentos o vasijas completas- se cons-
tituyen en la mayor cantidad de huellas del hombre prehispánico en la re-
gión de la Cuenca Montañosa del Río Cauca. Por lo demás, otros elementos
que podrían dar información, como el hueso, la madera, las fibras vegetales,
el cuero y otras materias primas muy utilizadas por el hombre, desafortuna-
damente desaparecen a través del tiempo, sí las condiciones del suelo no
son apropjadas para su conservación (acidez, extrema humedad o extrema
sequía, etc.). Esto limita las posibilidades de interpretación acerca de los
niveles de desarrollo alcanzados por estas sociedades.
La fecha del siglo V antes de Cristo obtenida en Santuario, en el piso
térmico templado de la vertiente cordillerana, demuestra la presencia de
grupos agroalfareros desde hace más de veinte siglos en la región. A nivel
de poblamiento y desplazamientos iniciales, surge la pregunta si los prime-
ros grupos provienen de migraciones desde el Norte o desde el Sur, segura-
mente en ambos casos siguiendo el valle del río Cauca. Otra posibilidad
podría contemplar un poblamiento desde el Chocó por la vía de la depresión
cordillerana, por donde en tiempos recientes se construyó la carretera al
Pacífico. De acuerdo con la baja densidad de vestigios arqueológicos -sin
capas espesas de ocupación-, se puede pensar en la ocupación por grupos
pequeños, posiblemente no mayores de una familia extensa, instalados apro-
vechando los descansos planos .en las laderas.
129
SITIOS CON CRONOLOGÍA ABSOLUTA Y TIPOS
CERÁMICOS PREDOMINANTES EN lA ZONA CAFETERA Y
ALGUNAS FECHAS COMPARABLES EN ANTIOQUIA Y
VALLE DEL CAUCA
Presente - 1950
INCISO BORDE DOBLADO 1150 ±50 Sopetrán (Castillo, 1984)
APLICADO CAUCA 1120 :t 90 (Bruhns, en Herrera
et al., 1990)
INCISO MEDIO - lOSO :t 120 (Bruhns, en
Herrera et al., 1990)
1040 Cantarrana,(Jaramillo, 1989)
1050 ± 120
CALDAS -980 ± 60 Nuevo R. Claro (Herrera-
Moreno, 1990)
940 ±50 Sopetrán (Castillo, 1984)
- 490 Buriticá (Girón, 1985)
- 360 Medellín (Santos, 1992)
MARRÓN 320Armenia Mantequilla (Nieto, 1992)
INCISO 300 Medellín (Castillo, 1992)
90 Medellín (Castillo, 1992)
-O Cristo
FERRERÍA 160 Medellín
250 Amalfi (Castillo, 1992)
lLAMA - 31O ± El Topacio (Herre ra, 1989)
lLAMA 395 ± 85 La Aurora (Bray et al., 81)
? - 405 :t 60 Villa Elisa, Santuario (Cano,
1994)
FERRERÍA 440 ± 110 ltagüí (Castillo, 1992)
lLAMA / 500 ± 80 El Topacio (Herrera, 1989)
lLAMA '
/ - 1380 ± lOO Samaria (Rodríguez, 1992)
FORMATIVO '
/
PRECERÁMICO
/'
Nota: En negrilla los sitios y fechas relativos a la Zona Cafetera. Fechas
para Antioquia tomadas de Piazzini (1993) y Valle del Cauca en Rodríguez
(1992).
130
Se presentan en la Tabla 4 1as principales fechas radioca.rbónicas obteni-
das en la Zona Cafetera. Además, para darles un marco comparativo se citan
fechas contemporáneas de acuerdo con los estudios enAntioquia y Valle del
Cauca.
En la región del valle del Cauca, la cerámica más antigua relacionada
con la cultura llama, alcanza una antigüedad cercana al 1380 a.C. en el sitio
de Samaria. Existen además otras fechas que demuestran desarrollos cultu-
rales entre los siglos tercero y sexto antes de Cristo (Rodríguez, 1992).
Es interesante mencionar que en el sitio La Elvira (cerca a Popayán) se
cuenta con una fecha para cerámica de 1980 y 1480A.P.; el estrato donde se
encontró esta ocupación corresponde al inmediatamente superior al último
estrato precerámico, separados por pocos centímetros. Sin embargo, los frag-
mentos cerámicos encontrados no son diagnósticos y sólo hay unos pocos
decorados (Gnecco e lllera, 1989).
Para el caso de la Zona Cafetera es posible retoma r las reflexiones de
Reicbe i-Dolmatoff, quien considera que las investigaciones arqueológicas
sobre las sociedades interandinas no se han desarrollado suficientemente,
para poder discernir características claras de períodos o fases . Existen varia-
dos objetos, pero falta recuperar su contexto general, pues las pocas
excavaciones realizadas son muy locales y sus resultados demasiado limita-
dos (Reichei-Dolmatoff, 1986).
Un aspecto de gran importancia para la discusión arqueológica, está re-
presentado por la posibilidad de identificar las diferencias culturales entre
las sociedades más tempranas -a partir de las evidencias materiales- y las
más tardías -desde las descripciones de los conquistadores en documentos
escritos- . Por ejemplo, la presencia de la cerámica implica una cierta estabi-
lidad en el mismo sitio de habitación, para poder seguir los pasos necesarios
para su fabricación. Esto favorece el aprovechamiento de los recursos en
una tendencia más a reproducirlos (cultivar) que a apropiárselos (recolec-
tar). Es así como pueden surgir las aldeas, las cuales permiten una mayor
complejidad en las relaciones sociales (Rodríguez, 1992).
Por el momento, los estudios arqueológicos comienzan a sustentar com-
plejos desarrollos culturales en las vertientes del río Cauca, hacia los prime-
ros siglos de nuestra era. En los Departamentos de Antioquia, Caldas,
Risaralda y Quindío se viene demostrando que los vestigios orfebres mejor
elaborados, fueron producto de sociedades que vivieron varios siglos antes
de la Conquista. Como antes se desarrolló, uno de Jos conjuntos materiales
131
hasta ahora identificado se denomina Complejo Marrón Inciso y correspon-
dería a un período Clásico de desarrollo cultural, extendido por centenares
de kilómetros a lo largo del eje del valle del río Cauca (Brubns, 1970, 1990;
Castillo, 1988; Santos 1993).
Es fundamental enfatizar que en el área del actual municipio de Santua-
rio no se han encontrado hasta el momento evidencias que puedan relacio-
narse directamente con el Complejo Marrón Inciso; por el contrario, como
se ha indicado, en la margen opuesta del río Cauca sí se ha ubicado un buen
número de pi.ezas ligadas a este desarrollo clásico. Surge entonces la pre-
gunta del por qué no parece haberse dado una expansión de estos desarrollos
clásicos hacia la vertiente oriental de la Cordillera Occidental.
De acuerdo con las correlaciones cerámicas que se pudieron hacer, es
posible pensar en el territorio del municipio de Santuario y sus vecinos
como un sector de posible intersección o límite de los vestigios de culturas
prehispánicas -por lo menos en el periodo Tardío- asentadas en los territo-
rios actuales del Valle del Cauca y Antioquia. Ya se ha Indicado que allí hay
hallazgos relacionados con los complejos definidos por Bruhns, presentes
tanto enAntioquia como el la Zona Cafetera, así como rasgos de la tradición
Sonsoide. La posibilidad de comparación por medio de estudios más deta-
llados se hace inminente, con el fin de aclarar el panorama de desarrollos
para Jos distintos pueblos indígenas que allí habitaron.
Una de las dificultades para poder esclarecer el pasado más lejano de los
antiguos habitantes de la Zona Cafetera, ha sido la práctica de identificar y
atribuir a la Cultura Quimbaya cualquier tipo de vestigios arqueológicos
aquí encontrados; ante esta situación, no se tiene en cuenta que este
grupo tuvo su asentamiento en un período específico de la historia. Se ven
mezclados, de esta manera, vestigios que corresponden a grupos y épocas
diferentes.
... (lo) que en los museos y las publicaciones de divulgación se
designan como "Quimbaya" por lo general no tienen nada que ver
con aquellos indios de la época de la Conquista, sino que represen-
tan zonas arqueológicas y períodos cronológicos muy diversos
(Reichei-Dolmatoff, 1989: 50)
Los Quimbayas conformaron un grupo que habitó la vertiente occidental
de la Cordillera Central, poco antes y durante la llegada de los españoles a
América, y finalmente se extinguieron debido a Jos procesos colonizadores
(Friede, 1963). La asignación de los hallazgos hechos en el área a este gru-
po, es debido a la referencia hjstórica con la cual se cuenta pa,ra habitantes
132
de la región; ésto es algo que favorecería una inadecuada clasificación de
los vestigios, por lo menos por parte de no especialistas en el tema, debido
a una falta de manejo del factor tiempo, para la historia más antigua del
territorio colombiano.
Por otra parte, se señala que no hay evidencias de los hallazgos re-
lacionados con el Complejo Marrón Inciso, los cuales están muy relaciona-
dos con la orfebrería denominada del Quimbaya Clásico. En estas piezas,
hasta ahora no reportadas en Santuario, es posible observar el grado de es-
pecialidad que debieron tener quienes manufacturaron estos objetos. Cabe
pensar, entonces, en una clase de alfareros y orfebres dedicados exclusiva-
mente a estas artes, para lograr un mayor nivel de perfección; esta especia-
lización en los trabajos sólo se puede garantizar a partir de una organización
social bien definida y con centralización del poder (Langebaek, 1992;
Rodríguez, 1992).
El aprovechamiento de los distintos recursos del medio ambiente en las
vertientes cordilleranas del río Cauca, fue favorable para sostener una
mayor población, itnplicando una mejor organización de la sociedad.
La compleji.zación de los grupos se define desde el surgimiento de formas
económicas que permitan el sostenimiento de especialistas, a partir del
acopio de recursos y su redistribución; esto se logra desde " incipientes cen-
tros administrativos" (Reichel-Dolmatoff, 1989; 43).
Si bien los antiguos grupos indígenas en el territorio colombiano no
alcanzaron la densidad de las grandes culturas americanas (Incas, Mayas
o Aztecas), sí tuvieron la necesaria para desarrollar los llamados cacicazgos
o señoríos, que daban en gran medida respuesta a las condiciones demográ-
ficas y a la subsistencia del grupo.
Entre otros elementos observables para identificar formas cacicales,
tenemos las grandes obras de ar.quitectura e ingeniería prehispánicas,
las cuales permiten observar el grado de complejidad que alcanzaron algu-
nas sociedades, debido al número de individuos que debían controlar para
realizarlas. El oro cobró importancia para identificar las personas con
mayor rango dentro de la sociedad, lo cual define Reichel-Dolmatoff como
"un efecto de su organización política, y no su causa" (Reichel-Dolmatoff,
1986: 134). Igualmente, gracias a una mejor organización al interior de
grupo, es posible relacionarse con otros, en el mismo territorio o fuera de él,
a partir de las alianzas o las guerras, y a través de los intercambios mercan-
tiles (Reichel-Dolmatoff, 1989; 44). Todas estas condiciones van a reflejar-
se en la jerarquización social, donde se tendrá un personaje principal ejer-
ciendo la jefatura, la cual tiene la característica de ser hereditaria.
133
... alrededor de esta jefatura surge un grupo de familias de alto
rango que ejercen los controles sociales, económicos y religiosos.
La gradación de rango lleva entonces al fenómeno de "clanes cóni-
cos" y, a través de ellos, a sociedades piramidales de ancha base,
sobre la cual se estructura el escalonamiento, a lo largo de varios
estratos, hasta culminar en la persona del cac ique (Reichei-
Dolmatoff, 1989: 43).
A partir del modelo teórico de los cacicazgos se pueden identificar, por
medio de las evidencias materiales, las posibilidades de la existencia de
éste, en el grupo que las dejó como huellas. Su aplicación en el territorio
colombiano para comprender el desarrollo de la complejidad social se ha
podido realizar adecuadamente (Reichei-Dolmatoff, 1986; Langebaek, 1992;
Rodríguez, 1992).
Para la subregión del Cauca Medio y específicamente en Santuario, ha
sido posible retomar las reflexiones ge nerales alrededor del model.o de
cacicazgos y buscar su aplicación, gracias a los datos materiales reseñados,
los cuales -por lo menos a nivel funerario- están indicando un cierto grado
de complejidad social. No obstante, es importante formular preguntas cen-
trales -como las planteadas por el investigador Carl Langebaek ( 1992)- en
el sentido de reconocer sociedades jerarquizadas inscritas dentro de una
amplia red de intercambios interregionales.
Los grupos aborígenes tardíos que habitaron la subcuencas de los ríos
Risaralda, Mapa, San Rafael, Apía y Totui (Ver mapas 1 y 2) lograron fabri -
car cerámica -particularmente funeraria- muy elaborada (L. 31-37) de cuyo
conjunto se puede inferir la existencia de alguna clase de jerarquización
social. Así mismo, en la existencia de distin tos tipos de tumbas-de acuer-
do con los datos de los guaqueros, predominan las de pozo con cámara
lateral- y la recurrencia de ciertos tipos cerámicos característicos sugiere
una amplia dispersión territorial. El desarrollo del intercambio y economía
entre los grupos asentados en la zona, as! como la densidad demográfica,
son temáticas de gran interés que sólo podrán brindar la información nece-
saria a través de investigaciones sistemáticas y a fargo plazo.
Es interesante retomar algunas de las características propias de los
cacicazgos o señoríos, enunciadas por el investigador José Alcina Franch.
Acerca de las pautas de asentamiento, se expone que, en general, predomi-
nan las viviendas en las colinas o planadas naturales de las montañas, ubica-
das cerca de algún recurso hídrico. Estas condiciones. unidas al hallazgo de
metates y manos de moler, se constituyen en evidencia de cultivo de maíz
(Aicina, 198R). Se enumeran, entre otros, varios elementos que se corres-
134
ponden con los balJazgos hechos en el municipio de Santuario y con los
reseñados en las distintas colecciones estudiadas; éstos se pueden corrobo-
rar en la siguiente cita:
... metates y manos de moler forman parte prominente del conjun-
to de artefactos usados en la economía casera, lo mismo que un
crecido número de manos de machacar y triturar, de raspadores,
golpeadores y otros artefactos líticos burdos que sirvieron en la
preparación de alimentos. Son características las pesadas hachas
de p,iedra pulida y manufacturadas en material de grano denso.
Los complejos cerámicos contienen ahora vasijas antropomorfas
que llevan una cara humana sobre el cuello cilíndrico o abombado
del recipiente; hay vasijas de base anular más o menos alta, copas
pandas para triturar alimento o condimentos, grandes tinajas para
líquidos y muchas formas de recipientes de servicio, a veces deco-
rados con motivos incisos, modelados y aun pintados . Rodillos
y pintaderas, cuentas de collar hechas en conchas, volantes de huso
manufacturados en cerámica o en piedra, así como objetos peque-
ños y poco elaborados de cobre o de oro, son bastante caracte-
rísticos. El entierro en urnas es otro rasgo frecuente" (Alcina,
1988: 44).
Al conocimiento de las pautas de asentamiento de las sociedades
prehfspánicas del Valle del Cauca (Gnecco y Salgado, 1989; Rodríguez,
1992) se han sumado recientemente nuevos datos de la cuenca antioqueña
del río Cauca. El arqueólogo Gustavo Santos viene aportando interesantes
elementos a la complejidad del Occidente colombiano, con lo cual es posi-
ble ir complementando el registro material y el cuerpo teórico para interpre-
tar el pasado de esta extensa región.
El patrón de asentamiento guarda relación con el aprovechamiento
de suelos fértiles y de recursos bióticos y minerales, y el patrón o
sistema de enterramiento es una expresión de sus costumbres y
creencias funerarias. La asociación de todos estos elementos cons-
tituye un conjunto de manifestaciones culturales altamente signifi-
cativo que permite comenzar a pensar en las formas de vida de
estos grupos y en los procesos históricos relacionados con el
poblamiento, la expansión territorial y la diferenciación regional, o
los derivados de los contactos y relaciones con otros grupos con
tradiciones culturales y formas de vida diferentes. (Santos, 1993: 44)
Por el momento existe la perspectiva de efectuar estudios detallados de
las colecciones cerámicas, para inferir de ellas aspectos esenciales del
simbolismo de estas comunidades.
135
Es interesante observar uno de los fragmentos cerámicos encontrados en
la localidad de La Palma, en Santuario, el cual corresponde a una nariz
con torzal (L. 22f), adorno que es descrito por el cronista Pedro Cieza de
León, para los habitantes del área que nos interesa:
Traen los señores la cara muy pintada de colores diversos y sus
collares de oro al cuello, y en las narices un caricorie de oro que
pesa 15 o 20 castellanos, que es a manera de barra de oro retorcida
y les cae sobre la boca y tienen por encima de las ventanas de la
nariz unos agujerillos, donde ponen unas perillas de oro que pesa-
rán 4 o 5 castellanos, las cuales tienen unas asillas con que se
tienen en los agujeros de la nariz (Cieza, en: Vásquez 1986: 15).
Para la subregión cafetera se han reseñado formas cacicales, por lo
menos para su fase histórica, a partir de las conclusiones obtenidas, inter-
pretando los escritos de los cronistas. Ya Reichel-Dolmatoff había puesto en
claro, de acuerdo con las observaciones de varios investigadores que:
Al lado de los Quimbaya, los principales cacicazgos del occidente
colombiano en el siglo XVI eran losAnserma, los Cara manta y los
Nutibara, con muchos otros más de menor importancia (Reichei-
Dolmatoff, 1989: 50).
Para estos cacicazgos, encontrados por los españoles a su llegada, se han
podido identificar como pauta de asentamiento, sitios en el piso térmico
templado, aunque no dejaba o de lado los demás pisos, de Jos cuales aprove-
chaban sus distintos recursos. Sus habitaciones eran hechas en guadua, ma-
terial que no permite un registro arqueológico debido a su calidad perecede-
ra (Duque, 1970).
Estos datos son un gran apoyo a la investigación arqueológica, en cuanto
a ident ificación de los sitios correspondientes a los grupos más tardíos.
Mediante esta búsqueda, posiblemente se llegue a tener una secuencia de las
distintas etapas culturales, representadas en las evidencias indígenas del
pasado.
Algunos poblados o sitios de importancia para los antiguos habitantes
indígenas de estas tierras, se podrían ubicar con facilidad, pues de acuerdo
con las observaciones de Duque : "La región de los antiguos ansermas con-
serva aún muchos topónimos de extracción aborigen" (Duque, 1970), por lo
tanto, su identificación, con ayudas como las crónicas y mapas antiguos,
sería de gran valor.
136
A la llegada de Jos colonizadores antioqueños al territorio de SantUario,
los indígenas Chamí eran los que lo habitaban (María Granada, com; pers.).
Hasta el momento, las únicas evidencias materiales de su ocupación, corres-
ponden a dos vasijas, propiedad de la Señora María Granada y obsequiadas
a ella por los indígenas, otra en la Casa de la Cultura Municipal y otra
en la colección del Señor Jorge García; éstas presentan decoración
antropomorfa por aplicación, típica de los grupos chamí, según compara-
ciones con las vasijas reseñadas por el antropólogo Luis Guillermo Vasco
(1987).
El proceso de colonización obligó a los indígenas chami a dirigirse pos-
teriormente a otras tierra y hoy se les encuentra, principalmente en eJ Chocó
(María Granada, com. pers.¡ Museo del Oro, s.f.[a]).
En el Departamento de Risaralda no se ha podido establecer, basta el
momento, una cronología prehispánica, como la tiene hoy en día el Valle del
Cauca; pero sus grandes posibilidades de investigación arqueológica ameritan
realizar los estudios necesarios, para contribuir al esclarecimiento del
desarrollo y expansión de los distintos grupos que habitaron el territorio
colombiano en épocas antiguas.
137
6. CONSIDERACIONES FINALES
Para un mejor conocimiento de los distintos ,períodos culturales en e l
territorio colombiano, se debe tener en cuenta que no sólo los datos
aportados por la arqueología permitirán obtener un panorama suficiente-
mente ilustrativo sobre las actividades cotidianas del hombre prehispánico.
Las incipientes informaciones que existen hasta el momento, necesitan igual-
mente un marco de referencia e integración en relación con la antropología
física y la etnohistoria, como disciplinas complementarias, así como a la
paleoecología y otras ciencias, que aporten a un conocimiento más profun-
do de nuestros antepasados.
Es necesario, por ejemplo, lograr un mayor conocimiento sobre el medio
ambiente que imperó entre el Pleistoceno Tardío y el Holoceno Temprano y
Medio, para llegar a ubicar con más claridad los posibles sitios precerámicos
(cualquiera que fuese la tecnología usada por ellos).Así mismo, se necesita
de un estudio multidisciplinario que considere el manejo del medio ambien-
te, como marco de desarrollo de la agricultura, pautas de asentamiento, cos-
tumbres funerarias, estudios tecnológicos; morfología, funcionalidad y
simbolismo de la cerámica y la metalurgia; considerando esto se lograría la
reconstrucción de aspectos dinámicos del pasado de la región, más allá de
las presentaciones históricas y los contados trabajos etnohístórícos, por lo
menos para los grupos· tardíos.
Para el desarrollo del proyecto de investigación en Santuario, se cum-
plieron Jos objetivos propuestos de efectuar una prospección de varios sec-
tores fundamentales del municipio. Las recolecciones en superficie, son-
deos y cortes estratigráficos aportan un marco de referencia fundamental y
139
permiten proponer nuevos elementos de análisis. A nivel superficial y
subsuperficial no se evidenciaron basureros, talleres de actividades u otro
tipo de vestigio cultural de acumulación, que sugiriera un uso cotidiano de
cerámica u ocupaciones por largos períodos de tiempo. Por otra parte,
se sabe que en las tumbas se han hallado ajuares complejos con diversas
representaciones cerámicas y posiblemente orfebres. Es posible establecer
un paralelo con la situación presentada en algunas zonas de Caldas cuando
se plantea que, el destino final de las vasijas decoradas, sobre todo de la
modalidad aplicado inciso, era usarlas como ajuar fun erario (Herrera y
Moreno, 1990).
La cronología obtenida en la excavación realizada en Santuario, aporta
un interesante marco temporal, desafortunadamente con una asociación cul-
tural aún insuficiente y poco diagnóstica. Es sólo un primer dato, sujeto a
futuras revisiones, pero que permite efectuar comparaciones y extrapolaciones
a nivel regional.
La posibilidad de atribuir muchos de los hallazgos realizados en el muni-
cipio de Santuario a sociedades que pudieron tener algunas de las caracterís-
ticas del modelo de los cacicazgos, permite abrir nuevos horizontes para
futuros trabajos, complementados con los datos obtenidos por otros investi-
gadores en las zonas aledañas.
Por el momento, la zona no evidencia diferentes ocupaciones de manera
clara, pues en el material hasta ahora reportado predomina la homogeneidad.
La correlación entre los fragmentos cerámicos y las piezas reseñadas en las
colecciones vistas, todavía no se pueden tomar en forma definitiva, debido
a las limitantes de los fragmentos ya expuestas. Según estas condiciones y
para la observación, se requiere de mayor estudio en el área, para llegar a
identificar con precisión los vestigios de los grupos humanos que habitaron
nuestro territorio, siglos atrás.
Las inquietudes más que las respuestas generadas con este trabajo, per-
miten que la vertiente oriental de la Cordillera Occidental, en jurisdicción
del Departamento de Risaralda, aparezca como área de grandes posibilidades
para la búsqueda del conocimiento del hombre prehispánico, en sus distin-
tas épocas de desarrollo cultural.
La vinculación y aceptación permanente que se ha tenido de los habitan-
tes del municipio de Santuario y de sus autoridades, respecto del trabajo que
se viene desarrollando, favorece ampliamente el poder continuar con un
programa sistemático de investigaciones, incluso interdisciplinarías.
140
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148
ANEXONo.2
DESCRIPCIÓN DE LOS SUELOS
(Según Instituto Geográfico Agustfn Codazzi 1988. Suelos. Departamento de
Rlsaralda. Bogotá. 'Tomo 11 1 P. 28)
Conjunto: CHINCHINÁ (Typic Dystrandept)
Unidad cartográfica: Asociación CHINCHJNÁ-Azufrado
Descrito por: E. Ruiz; R Godagnone.
Localización: Vereda La Esmeralda a 5.200 m de Santuario por la carretera a la
vereda de Planadas; Municipio de Santuario; Fotografía 7119; vuelo: M549;
altitud: 1.700 m.
Posición geomorfológica: vertientes de montaña
R~lieve: escarpado; pendiente: 50-75%
Régimen edáfico: údico,isotérmico
Profundidad efectiva: muy profundo
Drenaje: interno medio; externo rápido; natural bien drenado
Clase y grado de eroisón: hídrica laminar, moderada
Uso actual: café
Material parental: ceniza volcánica sobre diabasas
Epipedón: úmbrico; endopedón; cámbrico
00-28 cm : Color en húmedo negro (10YR2/1); textura franco arcillosa; estruc-
Ap tura migajosa; consistencia en húmedo muy friable, en mojado no
pegajosa ni plástica; abundantes poros finos y medios; muy buena
actividad de macroorganismos; abundantes raíces finas y ·medias;
violenta reacción al NaF; pH 5.2; límite claro y plano.
28-70 cm: Color en húmedo negro (7.5YR2/0); textura franca; estructura .en
A bloques subangulares, media, débil; consistencia en húmedo friable,
en mojado ligeramente pegajosa y ligeramente plástica; pocos poros
finos; buena actividad de macroorganismos; regular cantidad de raí-
ces finas; violenta reacción al Naf; pH 5.6; límite gradual plano.
70-90 cm : Color .e n húmedo pardo amarillento (10YR5/4); pocas anchas
Bw negras (10YR2/1), grandes; textura franca; estructura en bloques
subangulares, media, débil; consistencia en húmedo friable, en mo-
149
jado ~gajosa, lig~ramente plástica; regulares poros finos y medios;
se observan algunos pedotúhulos y cavidades grande.s (galerías);
abundante actividad de macroorganismos; regulares raíces finas; vio-
ltmta reacción al NaF; pH 5.6; límite difuso.
90-130 cm: Color en húmedo pardo amarillento oscuro ( 10YR4/4); textura fran-
BC co arcillosa; estructura en bloques subangulares, media, dibil; con-
sist~ncia en húmedo friabl e, en mojado pegajosa ligeramente plásti -
ca, abundantes raíces finas y medias; escasa actividad d e
macroorganísmos; escasas rafees finas; violenta reacción al NaF;
pH 5.4; límite difuso.
130-160 cm: Color en húmedo pardo o liva (2.5 Y4/4); textura franco arcillo areno-
e sa; sin estructura; consistencia en húmedo firme, en mojado pegajosa
y plás tica; regulares poros finos; poca actividad d e macroorga-
nismos; escasac; raíces finas; violenta reacción al NaF; pH 5.8.
Observaciones: La-; texturas de cada horizonte han sido determinadas por pipeta.
REPORT OF RADIOCARBON DATING ANALYSES
FOR: Ms. Martha Cecilia Cano DATE RECEIVED: October 17, 1994
Temple University DATE REPORTEO: November 21, 1994
Sample Data Measured Cl3/C12 Conventional
CI4 Age Ratio Cl4 Age (•)
BEta-77046 2390 +/-60 BP - 25.0• n/nn 2390 +/- 60"'BP
SAMPLE #: Villa Elisa C2 N30-40
ANALYSIS: radiometric-standar
MATERIAUPRETREATMENT: (charrt:d material): acid/alkali/acid
Dates are report~d as RCYBP (radiocarbon years before present, "present" 1950
A. D.). By International convention, the mordern reference standar was 95% if the
Cl4 content of th~ Natíonal Bureau of Standars' Oxalic Acid & calculated using
the Libby C l4 half life (5568 years). Quoted errors represen! 1 standard deviation
statistics (68% probabilily) & are based on comhintd measurtments of the sample,
background, and moder~n rderence standars.
Measured C13/C12 ratios were calculated relative to the PDB-1 international
standard and the RCYBP ages were normalized to -25 per mil. lf the ratio and age
are accompanied by an (•), then the Cl3/Cl2 value wa-; estimated, based on values
typical of the material type. The quoted results are NOT calibrated to calendar
years . Calibration to calendar years should be calculated using the Convencional
Cl4 age.
150
CALIBRATION OF RADIOCARBON AGE TO CALENDAR YFARS
(Variables: estimated Cl3/Cl2=-25: Jab mult.=l)
Laboratory Number: Beta-77046
Conventional radiocarbon age*: 2390+/-60 BP
Calibrated results: cal BC 765 to 615 and
(2 sigma, 95% probability) cal BC 600 to 375
* Cl3/C12 ratio estimated
lntercept data:
Intercept of radiocarbon age
with calibration curve: cal BC 405
1 sigma calibrated results: cal BC 515 to 390
(68% probability)
2390 ,:t (0 BP CWIIlREO HATERII'IL
voo
2600
~
~ ~600
"eo
ll
l¡
u 2-+00
o
..
;;
a:
2300
2200
800 700 tOO 500 300 100
e~ se
References:
Vogel, J. C., Fuls, A., Visser, E. and Becker, B., 1993, Radiocarbon 35 (1), '73-86
Talma, A S. and Vogel, J. C., 1993, Radiocarhon 35 (2), p317·322
Stuiver, M., Long, A., Kra, R. S. and Devine. J. M., Radiocarbon 35 (1)
Results prepared by:
Beta Analytíc, /nc. 4985 S. W: 74th, Miami, Florida 33155.
151
ANEX0No.3
FICHA DE CLASIFICACIÓN CERÁMICA
INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS, MUNICIPIO DE SANTUA-
RJO-RISARALDA
DEPARTAMENTO DE ANTROPOLOGÍA-UNIVERSIDAD DE
ANTIOQUIA
MONOGRAFÍA DE GRADO
DESCRIPCIÓN DE MATERIAL CERÁMICO
No. Ficha:
Tipo de Objeto:
Procedencia:
Contexto:
Tamaño de la muestra:
PASTA
Color:
Inclusiones:
l. Cuarzo rojo 2. Cuarzo lechoso 3. Cuarzo Cristalino
4. Mica negra 5. Mica dorada 6. Mica plateada
7 , Sílice 8. Tiesto molido 9. Pizarra
10. Part.negras 11. part.blancas 12, Sin determinar
Tamaño de Partículas (mm):
Textura:
l. Granulosa 4. Porosa 7. Granulosa-·
lig.laminar
2. Compacta 5. ligera/laminar 8. Porosa-laminar
3. Laminar 6. Granu/laminar 9. Sin determinar
152
Cocción:
1, AT. Oxidante con núcleo 3. AT. Reducida con núcleo
2. AT. Oxidante sin núcleo 4. AT. Reducida sin núcleo
Método de manufactura:
l. Enrollado sucesivo 3. Moldeado
2. Enrollado espiral 4. ode)ado
4. Espiral/modelado
TRATAMIENTO DE SUPERFICIE
Baño: l . Sí Engobe: l. Sí
2. No 2. No
Color:
l. lnter.no 2, Externo
Dureza (1 a 10):
Erosión: l. Sí 2. No
Manchas de cocción:
1. Sí 2. No
Visibilidad del desgrasante:
1. S i 2. No
Acabado:
1. Alisamiento Interno Externo
2. Pulimiento Interno Externo
Calidad del acabado:
l . Bueno 2. Regular 3. Burdo 4. MuyBurdo
FORMA
Borde:
l. Evertido 4. Angular
2. Invertido
3. Directo
Labio:
l . Redondeado 3. Plano
2. Biselado
Espesor de las paredes (mm):
Asas:
l. Macizas 3. Arco
2. Planas 4. Falsa
153
DECORACIÓN
Técnica:
l. Excisión 3. Aplicaciones 5. Pintado
2. Incisión 4. Modelado 6. Ungulado
Pintura:
1. Monocroma 3. Polícroma 5. Borrosa
2. Bícroma 4. Erosionada 6. Ausente
Calidad de la Técnica:
l. Fina 2. Buena 3. Regular 4. Descuidada
Impresiones:
1. Uñas 4. Textiles 7. Puntas redondas
2. Digital 5. Sellos/pint. 8. Puntas triangulares
3. Conchas 6. Cestos 9. Otros
FIGURNBORDE/DETALLE DE DECORACIÓN
154
ANEXONo.4
DESCRIPCIÓN DE lAS VARIANTES CERÁMICAS
DESGRASANTE PIZARRA GRUESA CON BAÑO O ENGOBE
Cantidad fragmentos: 67
Localidades donde se encuentra: Coroza!, La Esmeralda, La Palma y
Peralonso.
Pasta
Color: 7.5 YR 5/4, 7.5 R 6/6, 7.5 R 7/3.
Método de manufactura: enrollado
Inclusiones: pizarra filítica, mica negra, mica dorada y cuarzo lechoso (en
menor cantidad). Tamaño: 1-10 mm
Textura: entre laminar y granulosa-laminar.
Cocción: se presentan tanto fragmentos con cocción completa como incom-
pleta, en atmósfera oxidante.
Superficie
Color: con engobe o baño 7.5 YR 5/4, 7.5 YR 7/6, 10 R 4/8, 10 R 5/8.
Visibilidad del desgrasante: en algunos fragmentos, predominantemente en
la parte interna
Dureza: entre 3 y 4.
Calidad del acabado: alisamiento de buena a regular calidad.
.Forma
Borde: se presentan bordes evertidos y directos.
Labio: redondeado
Espesor de las paredes: 6-18 mm
Apéndices: asas macizas en arco que pueden ser redondeadas o planas.
Los fragmentos recuperados no permiten levantar formas.
Decoración: ausente
155
DESGRASANTE.PIZARRA GRUESA SIN BAÑO O ENGOBE
Cantidad fragmentos: 157
Localidades donde se encuentra: Corozal, La Esmeralda, La Palma,
Peralonso, Pueblo Vano y El Tambo.
Pasta
Método de manufactura: enrollado
Inclusiones: pizarra filítica, mica negra, mica dorada y cuarzo lechoso (en
menor cantidad). Tamaño: 1-18 mm
Textura: entre laminar y granulosa-laminar
Color: 7.5 YR 5/4, 7.5 R 6/6, 7.5 R 7/3.
Cocción: se presentan tanto fragmentos con cocción completa como incom-
pleta, en atmósfera oxidante.
Superficie
Color: 7.5 YR 5/4,7.5 R 6/6, 7:5 R 7/3.
Visibilidad del desgrasante: en todos los fragmentos, predominantemente
en la parte interior
Dureza: entre 3 y 4.
Calidad del acabado: alisamiento de calidad regular a burda
Forma
Borde: se presentan bordes evertidos y directos
Labio: redondeados
ESpesor de las paredes: 5-22 mm
Apéndices: asas macizas en arco, que pueden ser redondeadas o planas
Los fragmentos recuperados no permiten levantar formas.
Decoración: ausente
156
..
DESGRASANTE PIZARRA MEDIA CON BANO O ENGOBE
Cantidad fragmentos: 54
Localidades donde se encuentra: La Esmeralda, La Palma, Peralonso y
Pueblo Vano.
Pasta
Método de manufactura: enrollado
Inclusiones: pizarra filítica, mica negra, mica dorada y cuarzo lechoso (en
menor cantidad). Tamaño: 1-6 mm
Textura: entre granulosa-laminar y granulosa-ligeramente laminar
Color: 7.5 YR 5/4, 7.5 R 6/6, 7.5 R 7/3.
Cocción: se presentan tanto fragmentos con cocción completa como incom-
pleta, en atmósfera oxidante.
Superficie
Color: con engobe o baño 7.5 YR 5/4, 7.5 YR 7/6, 10 R 4/8, 10 R 5/8.
Visibilidad del desgrasante: en la mayoría de los fragmentos.
Dureza: entre 3 y 4.
Calidad del acabado: alisamiento, en general de buena calidad.
Forma
Borde: se presentan bordes evertidos y directos
Labio: redondeados los que se presentan, excepto uno que es plano.
Espesor de las paredes: 5-13 mm
Apéndices: asas macizas en arco, que pueden ser redondeadas o planas
Los fragmentos recuperados no permiten levantar formas.
Decoración: ausente
157
DESGRASANTE PIZARRA MEDIA SIN BAÑO O ENGOBE
Cantidad fragmentos: 94
Localidades donde se encuentra: La Esmeralda, La Palma, Peralonso y
Pueblo Vano.
Pasta
Método de m anufactura: enrollado
Inclusiones: pizarra filítica, mica negra, mica dorada y cuarzo lechoso (en
menor cantidad). Tamaño: 1-7 mm
Textura: entre granulosa-laminar y granulosa-ligeramente laminar.
Color: 7.5 YR 5/4,7.5 R 6/6, 7.5 R 7/3.
Cocción: se presentan tanto fragmentos con cocción completa como incom-
pleta, en atmósfera oxidante.
Superficie
Color: 7. 5 YR 5/4. 7.5 R 6/6, 7.5 R 7/3.
Visibilidad del desgrasante: en todo los fragmentos.
Dureza: entre 3 y 4.
Calidad del acabado: alisamiento de buena a regular calidad.
Forma
Borde: se presentan bordes evertidos y directos.
Labio: redondeados y uno angular.
Espesor de las paredes: 5-13 mm
Apéndices: asas macizas en arco, que pueden ser tedondeadas o planas .
Los fragmentos recuperados no permíten levantar formas.
Decoración: ausente
158
DESGRASANTE PIZARRA MEDIA CON DECORACIÓN
Cantidad fragmentos: 5
Localidades donde se encuentra: Coroza!, Pueblo Vano y El Tambo.
Pasta
Método de manufactura: enrollado
Inclusiones: pizarra filítica, mica negra, mica dorada y cuarzo lechoso (en
menor cantidad). Tamaño: 1-5 mm
Textura: entre granulosa y granulosa-laminar
Color: 7.5 YR 5/4, 7.5 R 6/6, 7.5 R 7/3.
Cocción: se presentan tanto fragmentos con cocción completa como incom-
pleta, en atmósfera oxidante.
Superficie
Color: algunos fragmentos presentan decoración por pintura y engobe o
baño 7.5 YR 5/4, 7.5 YR 7/6, 10 R 4/8, 10 R 5/8.
Visibilidad del desgrasante: en algunos fragmentos.
Dureza: entre 3 y 4.
Calidad del acabado: alisamiento de buena calidad.
Forma
Borde: no están representados.
Espesor de las paredes: 6-16 mm
Apéndices: no están representados.
Los fragmentos recuperados no permiten levantar formas.
Decoración
Técnica: 3 fragmentos pintados y 2 con decoración excisa (1 corresponde a
un fragmento de sello).
Motivos: la pintura se presenta ya borrosa, por lo tanto no se pueden identi-
ficar motivos. La excisión del fragmento de sello es en formas geométricas
triangulares en dos de las cuatro bandas que lo conforman, las otras dos son
lisas. En el fragmento cerámico la excisión se hizo en sólo una porción de
éste, en pequeñas líneas intercaladas verticalmente.
159
DESGRASANTE TIESTO CON BAÑO O ENGOBE
Cantidad fragmentos: 86
Localidades donde se encuentra: Coroza!, La Esmeralda, La Palma, Peralonso
y El Tambo.
Pasta
Método de manufactura: enrollado
Inclusiones: mica negra, mica dorada, tiesto molido, pizarra fiHtica (en poca
proporción) y cuarzo lechoso (en poca proporción). Tamaño: 1-7 mm
Textura: entre granulosa y granulosa-laminar
Color: 7.5 YR 5/4, 7.5 R 6/6, 7.5 R 7/3.
Cocción: se presentan tanto fragmentos con cocción completa como incom-
pleta, en atmósfera oxidante.
Superficie
Color: con baño o engobe 7.5 YR 5/4, 7.5 YR 7/6, 10 R 4/8, 10 R 5/8.
Visibilidad del desgrasante: en la mayoría de los fragmentos
Dureza: entre 3 y 4.
Calidad del acabado: alisamiento en general de buena calidad.
Forma
Borde: la mayoría de los encontrados son evertidos o directos; se tiene uno
invertido.
Labio: redondeados.
Espesor de las paredes: 4-18 mm
Apéndices: asas macizas en arco, que pueden ser redondeadas o planas.
Se pudo identificar la base de una copa, pero no tiene suficiente dimensión
para levantar la forma; en general, los fragmentos recuperados no permiten
levantar formas.
Decoración: ausente
160
DESGRASANTE TIESTO SIN BAÑO O ENGOBE
Cantidad fragmentos: 172
Localidades donde se encuentra: Coroza!, La Esmeralda, La Palma,
Peralonso, Pueblo Vano y El Tambo.
Pasta
Método de manufactura: enrollado
Inclusiones: mica negra, mica dorada, tiesto molido, pízarra filítica (en poca
proporción) y cuarzo lechoso (en poca proporción). Tamaño: 1-8 mm
Textura: entre granulosa y granulosa-laminar.
Color: 7.5 YR 5/4, 7.5 R 6/6, 7.5 R 7/3.
Cocción: se presentan tanto fragmentos con cocción completa como incom-
pleta , en atmósfera oxidante.
Superficie
Color: 7.5 YR 5/4, 7.5 R 6/6,7.5 R 7/3.
Visibilidad del desgrasante: en todos los fragmentos.
Dureza: entre 3 y 4.
Calidad el acabado: presenta alisamiento, cuya calidad en general es regular.
Forma
Borde: se presentan bordes evertidos y directos.
Labio: redondeados
Espesor de las paredes: 4-20 mm
Apéndices: asas macizas en arco, que pueden ser redondeadas o planas.
Se identificó un cuenco de base plana, pero en general, Jos fragmentos recu-
perados no permiten levantar formas.
Decoración: ausente
161
DESGRASANTE TIESTO CON DECORACIÓN
Cantidad fragmentos: 12
Localidades donde se encuentra: La Esmeralda y La Palma.
Pasta
Método de manufactura: enrollado
Inclusiones: mica negra, mica dorada, tiesto molido y cuarzo lechoso (en
menor cantidad). Tamaño: 1-3 mm
Textura: entre granulosa y granulosa-ligeramente laminar.
Color: 7.5 YR 5/4, 7.5 R 6/6, 7.5 R 7/3.
Cocción: se presentan tanto fragmentos con cocción completa como incom-
pleta, en atmósfera oxidante.
Superficie
Color: algunos presentan engobe o baño, o decoración por pintura 7.5
YR 5/4, 7.5 YR 7/6, 10 R 4/8, 10 R 5/8.
Vísíbilfdad del desgrasan te: en todo los fragmentos.
Dureza: entre 3 y 4.
Calidad del acabado: se presenta alisamiento con calidad entre buena y
regular.
Forma
Borde: hay presencia de un borde angular.
Labio: recto en un fragmento.
Espesor de las paredes: 6-9 mm
Apéndices: se identificó una nariz con torzal.
Los fragmentos recuperados no permiten levantar formas.
Decoración
Técnica: 7 fragmentos con decoración por pintura (positiva en todos los
casos); 4 con incisión y 1 con aplicación.
Motivos: los fragmentos pintados presentan colores rojo, negro y blanco en
positivo, aunque no se pueden identificar los motivos; las Incisiones corres-
ponden a líneas intermitentes horizontales o diagonales (este último recupe-
rado en excavación); la aplicación corresponde a una nariz con torzal.
162
DESGRASANTE MICA CON BAÑO O ENGOBE
Cantidad fragmentos: 58
Localidades donde se encuentra: Corozal, La Esmeralda y La Palma.
Pasta
Método de manufactura: enrollado
Inclusiones: mica negra, mica dorada y cuar2o lechoso (en menor cantidad).
Tamaño: 1-2 mm
Textura: entre granulosa y granulosa-laminar.
Color: 7.5 YR 5/4, 7.5 R 6/6, 7.5 R 7/3.
Cocción: se presentan tanto fragmentos con cocción completa como incom-
pleta, en atmósfera oxidante.
Superficie
Color: con engobe o baño 7.5 YR 5/4, 7.5 YR 7/6,10 R 4/8, lO R 5/8.
Visibilidad del desgrasante: en Ja mayoría de los fragmentos.
Dureza: entre 3 y 4.
Calidad del acabado: alisamiento de calidad entre buena y regular.
Forma
Borde: se presentan bordes evertidos y directos.
Labio: redondeados.
Espesor de las paredes: 4-14 mm
Apéndices: asas macizas en arco, que pueden ser redondeadas o planas.
Los fragmentos recuperados no permiten levantar formas.
Decoración: ausente.
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DESGRASANTE MICA SIN BAÑO O ENGOBE
Cantidad fragmentos: 40
Localidades donde se encuentra: Coroza!, La Esmeralda y La Palma.
Pasta
Método de manufactura: enrollado
Inclusiones: mica negra, mica dorada y cuarzo lechoso (en menor cantidad).
Tamaño: 1-4 mm
Textura: entre granulosa y granulosa-laminar.
Color: 7.5 YR 5/4, 7.5 R 6/6, 7.5 R 7/3.
Cocción: se presentan tanto fragmentos con cocción completa como incom-
pleta, en atmósfera oxidante.
Superficie
Color:
Visibilidad del desgrasante: en todos los fragmentos.
Dureza: entre 3 y 4.
Calidad del acabado: alisamiento de calidad entre buena y regular.
Forma
Borde: se presentan bordes evertidos y directos.
Labio: redondeados.
Espesor de las paredes: 5-14 mm
Apéndices: asas macizas en arco, que pueden ser redondeadas o planas.
Los fragmentos recuperados no permiten levantar formas.
Decoración: ausente
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DESGRASANTE MICA CON DECORACIÓN
Cantidad fragmentos: 7
Localidades donde se encuentra: La Palma y Pueblo Vano.
Pasta
Método de manufactura: enrollado
Inclusiones: mica negra, mica dorada y cuarzo lechoso (en menor cantidad).
Tamaño: 1·3 mm
Textura: entre granulosa y granulosa-ligeramente laminar.
Color: 7.5 YR 5/4, 7.5 R 6/6, 7.5 R 7/3.
Cocción: atmósfera oxidante con núcleo.
Superficie
Color: por decoración con pintura 7.5 YR 5/4, 7.5 YR 7/6, 10 R 4/8, 10
RS/8.
Visibilidad del desgrasante: en tod~s los fragmentos.
Dureza: entre 3 y 4.
Calidad del acabado: alisamiento de buena calidad.
Forma
Borde: se presentan bordes evertidos y directos.
·Labio: redondeados y uno de ellos presenta incisiones.
Espesor de las paredes: 5-6 mm
Apéndices: se identificó una nadz que presenta una perforación como las
usadas para colocar narigueras delgadas.
Los fragmentos recuperados no permiten levantar formas.
Decoración
Técnica: se presenta pintura positiva y negativa, incisión y aplicación.
Motivos: debido a la erosión de los fragmentos, no es posible identificar
motivos pintados; la incisión corresponde a suaves líneas debajo del cuello,
en sentido vertical continuo y paralelas. La aplicación corresponde a una
nariz.
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