ACNE
El acné es un trastorno crónico que afecta la unidad pilosebácea y produce inflamación
de la piel, caracterizada por erupciones superficiales como pápulas (granos), comedones
(espinillas), pústulas (granitos con pus) y quistes (forúnculos), los cuales se localizan
principalmente en el rostro, pero también aparecen en el pecho y la espalda.
A. Epidemiologia
El acné es una de las patologías dermatológicas más frecuentes, con una prevalencia del
80-85% de adolescentes entre los 13 y los 18 años, aunque puede presentarse a
cualquier edad (Sanchez, 2012).
Bayona y cols (2007), en un estudio efectuado en Lima, en 50 pacientes con acné y 50
controles, entre 14 y 35 años de edad, encontró que el 49.1% de pacientes tenían acné
leve, 35.8% moderado y 15% severo.
Un estudio de 2214 adolescentes en Arequipa, Perú, encontró baja prevalencia de acné
moderado y severo, y además fue significativamente menor en indígenas (28%) que en
mestizos (43%) o blancos (45%), sugiriendo los autores que se debería a diferencias
étnicas más que a factores socioeconómicos, alimentarios o hábitos higiénicos.
B. Fisiopatología
Se puede definir al acné como a una enfermedad inflamatoria de etiología multifactorial
que afecta la unidad pilosebácea con la intervención del Propionibacterium acnes y otras
bacterias. Su patogenia aún no queda del todo definida, pero el conocimiento de los
distintos factores que intervienen en la misma ha permitido desarrollar nuevas medidas
terapéuticas específicas.
C. Etiología
En la patogenia del acné es menester considerar cuatro factores básicos:
1. Aumento de la secreción sebácea.
2. Hiperqueratosis ductal con obstrucción del folículo pilosebáceo.
3. Colonización bacteriana por P. acnes.
4. Inflamación secundaria.
La lesión inicial, el microcomedón, es el resultado de la obstrucción de los folículos
sebáceos por un exceso de sebo junto con células epiteliales descamadas procedentes de
la pared folicular (hiperqueratosis ductal). Estos dos factores causan lesiones no
inflamatorias como los comedones abiertos (puntos negros o barrillos) y los
microquistes o comedones cerrados. Una bacteria anaerobia, el P. acnes, prolifera con
facilidad en este ambiente y provoca la aparición de mediadores de la inflamación.
El acné puede verse agravado por una serie de factores extrínsecos como la fricción, la
irritación y la manipulación de las lesiones. Muchos adolescentes creen que su acné es
producido por la suciedad de la piel y utilizan cosméticos agresivos varias veces por día,
agravándolo. También el uso de cosméticos con lanolina, brillantina, aceites con
parafina o manteca de cacao empeoran el acné.
El uso de vinchas o cascos y prendas de lana o materiales sintéticos ajustados pueden
empeorar el acné en la zona traumatizada.
El impacto de la nutrición en el desarrollo del acné ha sido ampliamente debatido.
Diversos estudios recientes indican que la ingesta de alimentos ricos en carbohidratos
fácilmente degradables produce hiperglicemia, la cual estimula la secreción de insulina
y la liberación del factor de crecimiento similar a insulina (IGF-1). El IGF-1 tiene un
efecto directo sobre las glándulas sebáceas y estimula la hiperplasia epidérmica, la cual
aumenta el riesgo del desarrollo de acné.
Diferentes drogas pueden causar acné o empeorarlo, esto ocurre especialmente con los
corticoesteroides por vía tópica o general, anabólicos, fenobarbital, carbamacepina,
progesterona, testosterona, isoniacida, rifampicina y dactinomicina, vitaminas A y B y
psicofármacos. En estos casos hay monomorfismo lesional, predominando las pápulas y
pústulas, que generalmente, exceden las áreas seborreicas afectando por ejemplo las
extremidades. (Patiño & Sarango , 2015)
Uno de los factores psicológicos desencadenantes de acné es el estrés ya que conlleva a
situaciones de ansiedad las cuales aumentan los niveles de glucocorticoides, andrógenos
adrenales y dehidroepiandrosterona. (DHEA), hormonas que estimulan las glándulas
sebáceas provocando exceso de grasa en la piel y aumentando los granos y brotes.”
D. Tipos
Resulta fundamental diferenciar las lesiones inflamatorias de las no inflamatorias, así
como también definir la lesión predominante
Lesiones no inflamatorias
Entre las lesiones no inflamatorias, los comedones cerrados o microquistes son el
elemento más característico, y lo que define al acné. Por el contrario, los comedones
abiertos o barrillos no se encuentran siempre ni acostumbran a presentar cambios
inflamatorios. Su aspecto es debido a la compactación de células foliculares en el ducto
y a la oxidación del sebo y la melanina, no a la suciedad. Es bueno recordar que el
diagnóstico diferencial entre el acné auténtico o verdadero y las llamadas reacciones
acneiformes se establece porque estas últimas suelen ser monomorfas y no presentan
barrillos.
Lesiones inflamatorias
Las lesiones inflamatorias incluyen, pápulas, pústulas, nódulos, quistes y posteriormente
cicatrices. Estas últimas no siempre van ligadas a una manipulación impulsiva de las
lesiones ni tampoco a la gravedad del acné.
E. Estadios de las lesiones
Para valorar el estadio inicial del acné y la posterior evolución del tratamiento
instaurado, es muy importante señalar en la historia clínica la gravedad del cuadro
estableciendo en cuál de los cinco grados de estadio se encuentran las lesiones, que, de
un modo más práctico, se puede simplificar a tres: formas leves, moderadas y graves.
F. Localización y extensión de las lesiones
Casi todos los acnéicos presentan lesiones en la cara, y aproximadamente la mitad las
presentan en la espalda y pecho. Sólo un 1% de ellos tiene lesiones severas en tronco sin
afectación facial.
G. Tratamiento
La exploración de un paciente con acné es básica a la hora de establecer el tratamiento
adecuado. Existen cuatro puntos a no olvidar:
o Tipo de lesión: de predominio inflamatorio o no inflamatorio.
o Gravedad del cuadro: intensidad-estadio de las lesiones.
o Extensión: afectación de cara, pecho y/o espalda.
o Factores asociados.
El tratamiento del acné se basa en dos modalidades: la tópica y la sistémica. La elección
de una modalidad u otra dependerá de la gravedad del acné. Las pautas de tratamiento
son las siguientes:
Acné leve
En este tipo la terapia recomendad es el tratamiento tópico en el que se incluyen
exfoliantes (azufre elemental, ácido salicílico, ácido glicólico), peróxidos de benzoilo al
4, 5 y 10 por ciento, ácido azelaico y retinoides (tretinoína, isotretinoína y adapaleno).
Acné moderado
En el moderado, el tratamiento también será tópico con peróxido de benzoilo, retinoides
y antibióticos (fosfato y clorhidrato de clindamicina, clorhidrato de tetraciclina y
eritromicina base).
Acné severo
En este tipo los especialistas recomiendan iniciar un tratamiento sistémico que incluye
antibióticos sistémicos (tetraciclinas, eritromicina, minociclina y clindamicina) durante
3 a 6 meses. Los retinoides sistémicos (isotretinoína) administrados a dosis de 0.5 a 1
mg/Kg/día durante cinco meses permiten una curación completa en casi la totalidad de
los pacientes. En algunos pacientes es necesario administrar más de un ciclo de
tratamiento.
Acné muy severo
Los pacientes pueden seguir dos tipos de terapias, según lo determine el experto:
Tratamiento quirúrgico: En algunos pacientes es necesario realizar drenaje de los
quistes o eliminación mecánica de los comedones como tratamientos complementarios.
Tratamiento sistémico: Isotretinoína asociada a corticoides sistémicos o
intralesionales.
H. El acné como factor en la autoestima
El acné un problema de la piel que se presenta principalmente en los adolescentes, sin
medir condición social, color de piel o cultura. Esta patología dermatológica puede ser
motivo de llevar a una discriminación por parte de los grupos a los que pertenece el
adolescente y llegar a autoagresiones por el problema psicológico que se puede. (Silva,
2012)
El pensamiento de los adolescentes al poseer acné puede provocar que el individuo
llegue a pensar hasta en suicidarse, a esto hace referencia más al acné severo para que
ocasione este tipo de pensamientos, siendo un indicador el malestar emocional que se le
observe al adolescente. (Preidt, 2016)
Esta y otras consecuencias que puede causar la aparición de acné, afectaran
significativamente el estado de ánimo de los individuos, especialmente el de los
adolescentes, para los cuales la autoimagen es muy importante, para poderse enrolar con
diferentes tipos de personas, ya sea del mismo sexo como del sexo opuesto; existe un
mayor descenso de la autoestima en las adolescentes ya que ellas se preocupan más por
la aceptación social, con diferencia de los hombres los cuales se preocupan más por sus
logros personales. (Rodríguez, 2012)
Podemos afirmar que existe una gran relación de los pensamientos automáticos con la
afectación que pueden provocar en la autoestima de los adolescentes; el acné severo es
la patología que puede afectar gravemente en la autoestima de los adolescentes y causar
varios trastornos mentales como la depresión, ansiedad o fobia social. (Girona, 2009)
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
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Medicina Interna. 5(4):19-27
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Rodríguez, C. (2012). Autoestima en la adolescencia: Análisis y estrategias de
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Silva , S. (2012). Acne en la adolescencia . Cuenca .