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Alabame. Un Fanzine Sobre Asexualidad

Este documento explora la experiencia de la asexualidad y cuestiona la jerarquización de los vínculos basada en lo sexual. Expresa que el deseo del autor está más ligado a crear un mundo sin dominación que a encontrar compañía sexual. También reflexiona sobre cómo la sociedad hipersexualizada prioriza los vínculos sexuales sobre las amistades y cómo esto puede llevar a aceptar relaciones no deseadas.

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Alabame. Un Fanzine Sobre Asexualidad

Este documento explora la experiencia de la asexualidad y cuestiona la jerarquización de los vínculos basada en lo sexual. Expresa que el deseo del autor está más ligado a crear un mundo sin dominación que a encontrar compañía sexual. También reflexiona sobre cómo la sociedad hipersexualizada prioriza los vínculos sexuales sobre las amistades y cómo esto puede llevar a aceptar relaciones no deseadas.

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Una palabra, muchas posibilidades

Las intensidades de mis deseos están más


ligadas a poder habitar otro mundo que a
poder encontrar otro humano en el que
volcar mi libido. No es que carezca absolu-
tamente de deseo sexual, no es que a veces
(escasas veces) no tenga ganas de compar-
tirme sexualmente con alguien, no es que
mi cuerpo sea inerte o insensible. De he-
cho, percibo las vibraciones epiteliales de
forma muy sutil, profundidades de cosqui-
llitas corriendo por mi piel.
Mis deseos, mis pulsiones, mis energías es-
tán enfocadas a crear ese otro mundo -o
por lo menos intentarlo- en el que nadie
mande a nadie, ni nadie obedezca.
Y así me fui dando cuenta de que lo sexual
en mí vida no ocupa un lugar muy impor-
tante; si pienso en algún humano, en algu-
na compañía humana, tiene que ver más
con estar un ratito con alguien, tomar
unos mates, leer algo, hacer malabares,
idear pintadas por ahí…. Hasta me gusta
dormir con otres, abrazades o no… pero
hasta ahí llega todo mi deseo, no tengo
mucho más que compartir.
Y es extraño, pero, aunque el sexo no ocu-
pe mucho lugar en mi vida, hablar sobre
asexualidad es escribir sobre sexo, o sobre
lo poco que me atrae. Escribir sobre ase-
xualidad, a veces, pareciera ser una expli-
cación para lxs otrxs, lxs llamadxs alose-
xuales (o seres sexuales), porque por ahora
el mundo, es decir lo que se impone como
realidad y como norma está regido por sus
lógicas. La norma, ya lo dijo Freud de cier-
ta forma y lo entendieron lxs freudianxs de
otra, es que todxs tengamos deseo (sexual,
siempre sexual). Y sin embargo, la inten-
ción de este fanzine es explicarme un poco
más a mí mismx, entenderme un poco
más… y para aquellas personas que les
pasa más o menos lo mismo. Más allá del
concepto, más allá del encierro y encasilla-
miento que generan las categorías, a veces
necesitamos una palabra que nos calme,
que nos contenga, que nos sostenga.
Cuando escuché, por el 2009, la palabra
asexualidad, se abrió para mí la posibilidad
de entenderme y de poder explicarles a las
personas con las que comparto mi vida por
qué siento cómo siento. Y sin embargo, en
tantos años he cambiado tanto, como to-
des, como pasa con todo lo que nos rodea.
Por eso, no creo en ninguna categoría
como algo fijo, aprendo a jugar con las pa-
labras y a ver qué tienen para ofrecerme,
para aclararme, para calmarme. Transicio-
nar no es algo exclusivo de los géneros, es
parte de la vida, de lo que somos, un cam-
bio constante con algunas cosas que per-
manecen. Me gustaría que este fanzine sea
esa posibilidad para otres, no algo rígido,
estancado, sino simplemente una palabra
que nos ayude a entendernos, a aceptar-
nos, a transitar más tranquilxs esta vida
cargada de normalidad.
Bla, bla, bla

Ayer hablando y hablando y hablando


una amiga tiró: ¿Por qué nuestra identi-
dad se define por nuestros vínculos se-
xuales y no por nuestras amistades? Y
aunque fue una pregunta, me respondió
tantas cosas que vengo pensando sobre
la lógica que imponen les alosexuales.
Y amplío las preguntas, las dudas, la
imposibilidad de entender esta realidad
hipersexualizada. ¿Por qué se jerarqui-
zan los vínculos sexuales? Es decir, por-
que se cuida más de un vínculo sexoa-
fectivo que de una amistad (y no me re-
fiero sólo a la monogamia, novixs, amor
librenses).
Pienso en los cuidados que se dispen-
san entre seres afectados sexualmente y
en la diferencia que hay entre quienes no
follamos. Qué agrega el sexo, qué ge-
nera esa energía que hace que las per-
sonas que mantienen un vínculo sexoa-
fectivo se cuiden más entre sí y descui-
den (o cuiden menos) a sus amistades?
¿lo sexual hace que dejemos de ser
amigxs? Ser asexual es estar desterrada
de ciertos cuidados? De qué me pierdo
si no follo con x… de que me llame, de
que me busque, de que quiera conocer-
me, de que quiera pasar tiempo conmi-
go. A esos descartes emocionales ya los
viví. La lógica alosexual es así. Por algo
mis amigxs se ven tan seguido con sus
vínculos sexuales y no tanto con quienes
no tienen sexo. Por algo cuando ando
todo el día con algunx amigx, siempre
me preguntan “qué onda” con esa per-
sona (es decir, si garchamos o no).
Porque claro, el sexo está sobrevalorado
y genera una jerarquización de los víncu-
los. Una exclusividad, un estar disponi-
ble para esa persona, mucho más fuerte
que una amistad sin sexo. Cuidamos de
manera diferente a las personas con las
que garchamos que a las personas con
las que no y no digo que esté ni bien, ni
mal.
Sólo que a veces me agarra cierta triste-
za de aceptar una vida un tanto desola-
da porque me niego a jerarquizar cuida-
dos y porque me niego a devenir alose-
xual.
Pienso qué quizás por esa jerarquización
muchxs mantenemos vínculos sexuales
con gente de mierda, aceptando cosas
que no queremos, que no deseamos. Y
ahí también me vuelve la pregunta de
por qué volvemos a relacionarnos con
personas que nos hieren, con esxs
chongxs que nos fajan, nos mienten,
nos manipulan pero por lo menos nos
dan algo… algo que no sabemos bien
qué es, una compañía de mierda en un
mundo en el que la amistad nos cuesta
un montón.
Hace un par de años que vengo flas-
heando con el aprender a estar sola, no
depender emocionalmente de nadie y al
mismo tiempo, reivindico la amistad
como una de las pocas formas de resis-
tencia a este mundo mercantilizado, se-
xualizado… Pero una amistad posta, del
cuidarnos, del mimarnos, del estar dis-
ponibles pa le otre. Llamame a la hora
que kieras, amigx, el amor es infinito y
asexual.
A veces me despierto triste y esa tristeza
me acompaña todo el día. Es una buena
compañía que me deja físicamente obser-
vando el suelo y hecha un bollito y emo-
cionalmente tiñe todo de añil.
Son los días en que quisiera lograr sentir
un poquito de deseo sexual hacia alguien
o algo. O más que sentirlo, lograr concre-
tarlo. Entonces me castigo a mí mismx, e
intento masturbarme. Imagino le pibi que
más me gusta de todxs. Mis manos son
sus manos, hasta siento su respiración
suave y tibiecita cerca mío. Pero no llego
a ningún lado, a ningún estado más que el
del aburrimiento. O por lo menos llego a
unas caricias intensas… pero no hay nada
más. No es asco, no es rechazo, es un sim-
ple desinterés por generar eso. Esos días
quisiera intentar sentir como tantxs otrxs.
Dicen que la masturbación te libera, te
saca la depresión (no lo creo ya que esta-
mos todxs re tristes todo el tiempo), te
relaja. Lo dicen, como si fuésemos todxs
iguales, como si hubiese una única forma
de existir, de sentir, de ser.
A veces me despierto triste y niego y de-
testo lo que soy, lo que me habita. Y qui -
siera fugarme, devenir sexual/alosexual,
tener ganas de sexuarme (solx o con
otres). Y me vuelvo mi propix enemigx,
me castigo, me obligo a hacer cosas que
no quiero. Hasta que respiro, me observo,
intento quererme un pokito, me abrazo a
mí misma y empiezo a bailar, a cantar, a
meditar, a leer. Acaricio mi vientre y son-
río. Ya no quiero fugarme a ese mundo
sexualizado que no me gusta.
A veces, decido aceptarme, quererme un
poquito. “Y que otrxs sean lo normal”.
○●○●●●●●●●○●○

A veces pienso: qué aburrido mundo que


crean les alosexuales. Todo para ellxs remi-
te a follar. Un chiste, un gesto, un juguete,
un cuerpo, una expresión, una película, la
comida, los besos, una mirada, una sonri-
sa… todo sexual. Visión unívoca, lineal,
percepción cerrada de la única realidad po-
sible: el deseo limitado a lo sexual. Tampo-
co es que ser asexual sea la forma “correc-
ta” de ser, eso no existe. Simplemente,
quienes sentimos y percibimos la realidad
de otra(s) forma(s) nos vemos exhortadxs a
sentir sexualmente, somos etiquetados
como seres carentes: algo demasiado im-
portante nos falta si no nos interesa lo se-
xual. Y sin embargo, en las noches todxs
nos sentimos igual de desoladxs. Porque no
fue la “liberación sexual”, muchas veces
traducida a un consumo de cuerpos, ni la vi-
sibilización, muchas veces transformada en
mercancía, lo que nos llevaría a otras for-
mas de vida por fuera de la opresión. Por-
que consumir más nunca llevó a derribar
ningún producto de la góndola, y el sexo
(porno o postporno, amor libre o garche
desenfrenado, propaganda de lo ke sea u or-
gía liberadora de no sé qué), es uno de esos
productos. Quizás, la asexualidad como
percepción de la realidad (no en el sentido
de no follar con nadie) nos permita pensar
las relaciones desde otro lado, cuestionar la
ola “revolucionaria” del garche libre, poder
asumir que hay personas que no necesitan
follar para sentirse más libres (como si la li-
bertad fuese posible en un mundo capitalis-
ta) y que el amor no tiene nada que ver con
lo sexual. No es que deseemos un mundo
asexual, simplemente queremos que dejen
de patologizarnos, de decirnos que no esta-
mos lo suficientemente deconstruidxs
(como si alguien lo estuviera), que tenemos
un trauma, que algo nos ocurrió de niñes,
que todavía no conocimos a la persona indi-
cada, que no probamos lo suficiente, que
nos faltan hormonas, que no somos lo que
ustedes esperan que seamos. No sé se me
ocurre pensar que tal vez a vos también te
pasaron cosas de niñx, no? Y también, a ve-
ces me pregunto…
nO soMoS DivErsidAd,
soMos eL HoRrOr

Nuestra intención no es visibilizar una for-


ma de sentir o percibir la “realidad” para
agradarles a los humanos. No keremos ser
incluidxs en sus parámetros de normalidad
(alo)sexual. Ni deseamos formar parte de
una visibilización amiga del Estado y sus de-
rechos: no somos mercancías gestionables, ni
el objeto de estudio de ninguna institución.
Sólo escribimos para aquellxs desterradxs de
la norma, para kienes necesitan el afecto de
no sentirse desoladxs en un mundo hiperse-
xualizado, en la posmodernidad de la moda
de la deconstrucción.
Escribimos para comprendernos a nosotrxs
mismxs, no para darles explicaciones a la
yuta de lo correctamente político, de la vara
de la deconstrucción.
Nuestra intención es fugarnos del konsumo
de cuerpos y devenir lo ke pinte.
Ke estallen las categorías, ke arda el estado,
el capital, el lenguaje y esta humanidad ke
somos.

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