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El Principito, Cristian Warnken

El documento presenta un resumen de un texto de lectura para estudiantes de segundo medio. El texto analiza un pasaje de la novela "El Principito" de Antoine de Saint-Exupéry y reflexiona sobre cómo la lectura y comprensión de este cambia a lo largo de la vida y según las experiencias personales. También habla sobre la necesidad de que aparezca un niño, como el Principito, para renovar la mirada del mundo.

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El Principito, Cristian Warnken

El documento presenta un resumen de un texto de lectura para estudiantes de segundo medio. El texto analiza un pasaje de la novela "El Principito" de Antoine de Saint-Exupéry y reflexiona sobre cómo la lectura y comprensión de este cambia a lo largo de la vida y según las experiencias personales. También habla sobre la necesidad de que aparezca un niño, como el Principito, para renovar la mirada del mundo.

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Colegio Pedro Apóstol, “Educando para la vida”

Departamento de Lenguaje y comunicación


Profesor Ricardo Sánchez

El mundo desde la lectura SEGUNDOS MEDIOS

Nombre:___________________________________________ Curso
_______Fecha:________________Puntaje:_________Nota:________

Objetivo del plan:


 Leer variedad de textos, de forma habitual, para aprender y recrearse.
Capacidades a trabajar:
 Identificar ideas (centrales y secundarias) parafraseando o reproduciendo segmentos
 Realizar inferências e interpretaciones respaldables desde el texto
 Identificar recursos y estructuras específicas
 Reinterpretar sentidos globales del texto a partir de sentidos parciales y contextos de producción
 Juzgar la pertinencia de argumentos propios y de terceros.
INSTRUCCIONES
 Lea cada texto con atención y luego desarrolle las preguntas asignadas a cada fragmento.

Perdidos (Cristian Warnken. El Mercurio. 12.06.08)


Una estrella sobre dos líneas dibujadas sobre la página en blanco, un paisaje vacío, triste y dulce. Es la
penúltima página de "El Principito", de Antoine de Saint-Exupéry. El autor escribe en la página que enfrenta a
esa acuarela minimalista: "Éste es, para mí, el más bello y el más triste paisaje del mundo. Es el mismo paisaje
de la página precedente (...), es aquí donde el Principito apareció sobre la tierra y después desapareció.
Observen atentamente este paisaje, para estar seguros de reconocerlo si viajan algún día a África, en el
desierto. Y, si les toca pasar por ahí, les suplico, no se apuren. ¡Esperen un poco a que aparezca la estrella! ¡Si
entonces un niño se les acerca, si ríe, si tiene los cabellos de oro, si no responde cuando uno lo interroga,
ustedes adivinarán quién es! ¡Sean, por favor, gentiles con él! No me dejen en esta tristeza: escríbanme
contando que él ha vuelto".

Releo ese final del libro, que leí por primera vez cuando tenía 10 años. No es lo mismo leerlo a esa edad, a los
20, 30 o 40. No es lo mismo leerlo después de haber perdido un hijo que era como el Principito, pero más
pequeño aún. No conoce el mundo el que no ha perdido un niño así, en el desierto. No son lo mismo el cielo y
la tierra y los paisajes, cuando un niño Principito que corría por ellos ya no está.

Esos principitos nos visitan cada cierto tiempo, y así como llegan, se van. Su estadía es tan breve, que no
alcanzamos siquiera a darles las gracias. Y, en su ausencia, "toda luna es atroz, y todo sol amargo". El verso es
de Rimbaud, un niño salvaje, que abandonó la poesía para siempre al terminar su infancia, para irse a África,
como un día el Principito abandonó a Saint-Exupéry en África.

¿Se van estos niños, estrellas fugaces, para que nosotros, en ese vacío que deja su ausencia, miremos el
mundo en toda su desnudez, en su insoportable carencia? Tal vez haya una gran ausencia en el fondo de la
creación. La ausencia de un niño. La ausencia de una infancia. Por eso, tres viajeros venidos de Oriente -bajo
otra estrella y en otro desierto- fueron a visitar a un niño hace ya miles de años. ¿Quién era ese niño, que se le
perdió a la madre un día, para dejar de ser sólo su hijo? No lo sabemos, porque aún no lo hemos encontrado.

Muchos de nosotros matamos al Principito que fuimos por miedo y aburrimiento. Todos los niños mueren al
empezar la adolescencia. Los que sobreviven a ese infanticidio -en el que nosotros somos nuestros propios
Herodes- son los que mantienen un brillo en la mirada incluso en la edad razonable. Por un puñado de ésos que
exista, el mundo no se desintegra ni se cae a pedazos. Pero hay momentos en la historia en que la mirada
empieza a envejecer, y entonces un niño estrella llega al mundo para lavar nuestros pensamientos.

En un desierto de África, a Saint-Exupéry se le apareció un niño. Una Francia cartesiana y excesivamente


razonable recibía una bocanada de aire fresco por medio de un Principito dibujado en el alma de uno de sus
insignes aviadores. Hoy, la Europa cansada y triste ("la de los viejos parapetos") clama por que un niño
aparezca en el desierto. No sólo Europa está agotada, también los EE.UU. y nosotros, que queremos crecer
hasta llegar a ser tan razonables como ellos, estamos sintiendo ese agotamiento. Necesitamos la visita de un
niño. ¿Dónde aparecerá?

Hay que seguir esperando, como Saint-Exupéry. "Espera y hallarás lo inesperado", dijo hace mucho tiempo el
niño Heráclito, en la infancia del pensamiento. No hay que tener miedo a que nuestros aviones queden en pana
en el desierto. Cuando fallen nuestros instrumentos de vuelo y zozobren nuestras viejas brújulas, hay que
aceptar que estamos perdidos. Cuando eso suceda, dejémonos caer -como el aviador extraviado- en un
profundo sueño, para despertar sólo cuando escuchemos una "divertida y pequeña voz" que nos diga: "Por
favor, dibújame una oveja".
1. PRECEDENTE 2. ATROZ 3. CARENCIA

A) contraria A) oscura A) ausencia


B) ilustrada B) terrible B) pobreza
C) anterior C) peligrosa C) lejanía
D) posterior D) dulce D) crueldad
E) mencionada E) desconocida E) tristeza

4. BOCANADA 5. INSIGNES

A) mordisco A) intrépidos
B) porción B) valientes
C) avalancha C) aventureros
D) tormenta D) olvidados
E) soplo E) ilustres

6. De acuerdo a lo expresado en el párrafo 2, el autor considera que la lectura

A) mejora a medida que el lector tiene más edad.
B) va variando de acuerdo a las experiencias del lector.
C) se enriquece con el sufrimiento del lector.
D) debe ser repetida a distintas edades para comprenderla mejor.
E) es imprescindible para poder afrontar bien las desventuras de la vida.

7. El narrador de “El Principito”

A) considera que el desierto de África es el lugar más bello del mundo.
B) era aficionado a pintar paisajes minimalistas.
C) echa mucho de menos al Principito.
D) ayuda al Principito a reparar una avería de su avión.
E) identifica al Principito con una estrella.

8. Entre los “principitos” que “nos visitan cada cierto tiempo”, el autor cuenta a

I) Jesús.
II) su propio hijo.
III) Saint – Exupéry.

A) Sólo I
B) Sólo II
C) Sólo I y II
D) Sólo I y III
E) I, II y III

9. De acuerdo al párrafo 7, cuando nos sintamos perdidos debemos

A) darle cabida a la imaginación.
B) dormir profundamente para descansar.
C) resignarnos y esperar ayuda de nuestros compañeros.
D) esperar pacientemente a que nuestra situación cambie.
E) evitar el miedo y actuar naturalmente.

10. El tono empleado por el autor en los párrafos 6 y 7 es

A) irónico.
B) esperanzado.
C) nostálgico.
D) pesimista.
E) humorístico.

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