Ser Un Personaje
Ser Un Personaje
Introduccian13
Parte I
Parte II
6 Cortajearse 169
7 En busca de relaciones fugaces en el ruedo
homosexual 179
8 Inocencia violenta 205
9 E1 estado mental fascista 237
10 zPor que Edipo? 265
11 Conciencia generacional 299
Bibliografía 335
Indice analftico 343
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11
INTRODUCCION
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tal caso somos llamados por el azar a alcanzar diferentes formes de'
ser Asi, oscilamos entre planificarnos mediante la selección de
objetos que promueven la experiencia inte-rior, y ser planificados por
el medio que influye en el si-mismo
En este sentido, los objetos de nuestro mundo son formas
potenciales de transformación Al escoger una serie cualquiera de
objetos (cuando escuchamos un disco, telefoneamos a alguien,
leemos un libro), transformamos nuestra experiencia interna
suscitando nuevas textures psíquicas que nos llevan a diferentes
ambitos de ser potencial Si estudiaramos el efecto estructural que un
objeto ejerce sobre el si-mismo, o sea, si dedicaramos mas tiempo a
reflexionar sobre los distintos efectos potenciales de transformación
que ese objeto tiene, podriamos profundizar nuestra cornprensien de
la naturaleza de la vida humana Me ha parecido llamativo, por lo
tanto, que en la “teoria de las relaciones objetales” se preste tan
poca atención a la nitida estructura del objeto, habitualmente
considerado como un recipiente que contiene las proyec-ciones del
individuo No cabe dude de que los objetos nos portan, pero,
ironicamente, es el hecho de que sostengan nuestras proyecciones lo
que hace que sus caracteristicas estructurales sean mas
importantes, ya que también nos colocamos a nosotros mismos en un
recipiente que, al ser reexperimentado, nos procesard seg-an su
integridad natu-ral Por ejemplo, si en una pieza musical (como la
Sinfonia en do mayor de Schubert) coloco un sentimiento de jailo
derivado de mi destreza para jugar al beisbol cuan-do era
adolescente y esa misma semana proyecto en el libro de Salinger,
The Catcher in the Rye, la reacción eratica que tuve ante mi novia, al
encontrarme con estos objetos en la vida adulta se suscitaran quizá
las experien-cias del si-mismo que en ellos permanecen
almacenadas; pero, por otra parte, la experiencia musical y el
proceso literario son distintos tipos de objetos, cada uno con su
propio “potencial de procesamiento”, de modo que apelar a uno u
otro me involucrara en una forma distinta de transformación
subjetiva, procedente de la integridad estructural del objeto Pienso
que el psicoanalisis, entre otras disciplinas, podria enriquecerse
desarrollando una filosofla de la integridad del objeto que nos
permitiera considerar que formas elegimos para la textura psíquica
de nuestro si-mismo
Luego de examinar con cuidado de que manera alcanzamos
particulares estados psíquicos al elegir objetos especiales por sus
efectos, paso a ocuparme, en la primera parte del libro, de la
situación psicoanalitica, ya que en ella dos personas, ocupando ese
interesantisimo espacio, escogen objetos narrativos y mentales para
provocar una en la otra estados interiores Si una paciente me cuenta
que ha almorzado con su madre y describe la comida con lujo de
detalles, me veo incurso en la experiencia de la comida, y si luego me
relata una lección de vuelo que ha tornado, mi imaginación circula
por otros carriles En este libro sostendre que la mayor parte de lo
que acontece en el psicoanalisis (como en la vida misma) es
3
inconsciente Aunque el psicoanalista sea un experto en la
desconstrucción de determinados sintornas, actuaciones
transferenciales y procesos mentales, este excluido, en lo
fundamental, de la experiencia interior del paciente Para el clinico
no hay en esto nada nuevo Después de todo, una de las principales
premisas de Freud sobre el inconsciente es que solo po día
conocerselo de manera indirecta, y si hacemos extensiva su teoría de
los procesos inconscientes a la experiencia del si-mismo, veremos
que la esencia de esta solo es conocible fragmentariamente por la
conciencia del propio sujeto y por ende es menos transmisible Pero
cuando analista y paciente trabajan en tareas asignadas precons-
cientemente, participan en decenas de miles de comuni-caciones
inconscientes que, aunque ninguno de ellos lo comprenda,de forma
plena, son decisivas para el use que el paciente hace del
psicoanalisis Con el tiempo, ambos partfcipes crean juntos el
psicoanalisis y en ambos sobre-vienen cambios profundos, aunque
hemos prestado mas atención a las mutaciones del analizando que a
las del analista así debe ser, sin duda; no obstante, en este libro
dedico varios capitulos a examinar como trabajan ambos, sin saberlo,
en el desarrollo de nuevas estructuras psiqui-cas que el paciente
podra luego emplear para modificar su vida de manera radical
La segunda parte esta compuesta por capftulos auto-nomos que
son un eco de los temas propuestos en la Parte I, y puede leerselos
en cualquier orden Cada uno de estos ensayos es un esfuerzo por
poner en palabras un tipo muy particular de experiencia del sí-
mismo, ya sea la del homosexual en busca de pareja en un lugar
promiscuo, la tragica locura de la mujer que practica incisiones en su
cuerpo, la ferocidad demente de la mentalidad fascista o la
experiencia del sí-mismo que cada individuo tiene por vivir en una
particular epoca histdrica, a la que yo deno-mino “conciencia
generacional” El lector notary que para sostener una opinión o
investigar un tema determinado, periOdicamente narro mi propia
historia o describo mi naturaleza Creo que esto se debe a que, en
ciertos momentos, para escribir sobre un tema he necesitado
conjurar mi propia experiencia del si-mismo —ser informado sobre
este desde dentro, por así decir, en vez de reflexio-nar acerca de ese
estado del ser comentando lo que le ocu-rre a un paciente— Freud
sugirie esta manera de escribir sobre psicoandlisis en La
interpretacidn de los suenos, obra en la cual hay suenos suyos y de
sus pacientes en una dialéctica evolutiva que sustenta la
construcción de sus teorfas Pienso que esta es una singular variante
lite-raria de escritura psicoanalitica, que permite al lector participar
en ese movimiento inconsciente que contribuye a la practica clinica
de un psicoanalista y del que esta imbuida su creación de una teoría
psicoanalítica
Desde luego, Freud sabrá que se exponía a un tipo especial de
lectura que pondrfa al descubierto sus auto-enganos, pero la
revelación de esta ceguera es un rasgo decisivo de esta variante
literaria No ignoro que mis ensayos me dejan en una situación
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semejante, pero si pre-tendemos abrir la escritura psicoanalítica
para aproxi-marla a la Indole de la practica psicoanalítica (y al
vaiven de la ceguera y la inteleccion), bien vale la pena correr este
riesgo literario
5
Parte I
1. ASPECTOS DE LA EXPERIENCIA DEL SI-MISMO
“En mis propios sueños —escribe Freud, empleando una frase
que quizas encierre un doble sentido— he experimentado cuanto
dependemos del azar en el descubrimiento del origen de elementos
oniricos singulares ” Recordando uno de sus sueños recurrentes, “la
imagen de cierto extratio local, que llego a resultarme molesta”,
apunta: “Vela, en una precisa relación espacial con mi persona, hacia
mi izquierda, un espacio oscuro en el que se distingulan varias
figural grotescas de piedra Una sombra de recuerdo a la que no
queria dar credito me decia que era la entrada de una cerveceria;
pero no po día explicarme ni el significado de esa imagen onirica ni
la fuente de que provenia ” Solo en 1907, depués de haber publicado
su libro sobre los suetios, y en una nueva visita a Padua (donde habia
estado en 1895 por Ultima vez) jvio su suetioi: Mi primera visita a
esa bella ciudad universitaria me habla dejado insatisfecho, pués no
pude admirar los frescos del Giotto en la Madonna dell'Arena: en
mitad del camino que conducla hasta allá, me dijeron que ese la
capilla estaba cerrada En mi segunda visita, dote arias despues,
guise resarcirme Lo primero entonces fue buscar el camino que me
Ilevase hasta la Madonna dell'Arena En esa calle, a mano izquierda
de la dirección en que yo avanzaba, y probablemente en el lugar
donde en 1895 hube devolver sobre mis pasos, descubrf el local que
tantas veces había visto en sueños, con las figuras de piedra que allí
se encontraban Era en realidad la entrada de un restaurante (SE, vol
IV, pag, 15) *
Al insertar este fragmento en la edición de 1909 de La
interpretación de los suenos, Freud no lo interpreta, quizá porque el
sueño de las figuras de piedra capto un dilema que enfrentaba al
escribir la obra En 1895 ape-nas había comenzado a trabajar en lo
que serfa su gran fresco (La interpretación de los sueiios), pero a
diferen-cia del Giotto, su obra no estaba terminada En Padua debi6
volverse a mitad de camino zQuien le dio la mala noticia? No nos lo
dice Tal vez el que impidio la consu-mación de su deseo se había
convertido en un espacio oscuro que contenfa “varias figuras
grotescas de piedra”, significantes del lugar que a uno lo nutre
4Acaso este sueño, que debe esperar, para hallar cabida, a que se
complete La interpretaeion de los suellos, es ilustrativo del problema
del hombre que intents, sin lograrlo toda-vfa, hacer consciente su
complejo de Edipo? El fastidioso espacio que contiene el drama
edfpico bien puede ser una metafora de la experiencia del sí-mismo
de Freud, en cuanto expresa lo inconsciente —ese espacio oscuro del
mundo onírico que encierra los misterios de la vida interior
Es curioso que Freud recobrara su sueño por azar Si no hubiese
vuelto al lugar del resto diurno, nunca habría comprendido este
sueño perturbador Tal como se dio, no lo interpreta, pero el
“significado” del sueño (y de muchos otros sueños, sin duda) sigue
radicado en el entorno,
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* La versión castellana de las cites de Freud ha sido tomada de
la edición de Arnorrortu de sus Obras completas [T ] objetos que
ahora difieren de todos los demas porque han estado “en” un sueño
El descubrimiento casual por Freud del mobiliario de un sueño
ejemplifica un rasgo imperativo de nuestra vida
Al dotar constantemente a los objetos de significado psíquico,
transitamos entre nuestra propia signification, y a veces, mucho
después de haber investido una cosa, la reencontramos y extraemos
de ella su significado [mea-ning], aunque, como he de argumentar
mss adelante, esos “significados” [signifieds] no suelen llegar a la
conciencia
La exclusión por Freud de este sueño importuno nos interesa,
pues, en otro aspecto No quiso incluir en la teoría psicoanalftica esta
parte importante de la vida cotidiana: nuestro viaje por un mundo
restituido de significantes psí-quicos que iluminan en el sujeto
sentimientos, imagenes, estados somaticos y recuerdos, y reactivan
los estados sexuales que en parte impulsaron la investidura original
1,Como es que dotamos a las cosas de nuestros estados
psiquicos? No se trata de un proposito consciente sino de una
ejemplificación concreta, profundamente inconscien-te, del sí-mismo
en el mundo objetal Al examinar coma usamos los objetos reales
primero para colocar y para evocar el sí-mismo, confio en sentar las
bases de una comprensión de la forma en que el sujeto humano se
con-vierte en el trabajo onirico de su propia vida, tema que explorare
con mayor detenimiento en capftulos posterio-res Comencemos,
pues, por un aspecto del sueño en si
PERDERSE EN EL DORMIR
La vida onfrica refleja un rasgo importante de la experiencia
del si-mismo, en particular la división esencial entre dos
localizaciones subjetivas: el lugar del sujeto ini-ciente que reflexiona
sobre sf, y la posición del sujeto sobre el que se reflexiona,
convertido por un breve instante en objeto de pensamiento En el
sueno, soy simulta-neamente un actor del drama y una ausencia que,
fuera del escenario, dirige la logica de los acontecimientos En el
corazon de la experiencia del si-mismo hay un tipo de reflexividad
inconsciente que se lokra merced a la división psíquica del trabajo,
representada por las dos posiciones esenciales del sonante: la del
productor ausente y la del personaje dramatico mediante el cual se
escenifica el pensar inconsciente
Profundamente inmerso en el sueno, estoy tan absor-bido por
esta alucinación que no suelo poner en tela de juicio las experiencias
que alli vivo, aunque sean extra-vagantes A veces, sin embargo,
quizá porque casi me des-pierta un ruido en medio de la noche o
porque el contenido del sueno viola la tramitación que hace mi yo de
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mi capa-cidad para la negation, retraigo muy levemente mi plena
participación subjetiva en el sueno y me atisbo como protagonista
del drama Cuando así ocurre, doy testimonio de ello ante mi mismo
(iYo estoy ahi!), en el lugar de la psique en que opera la logica del yo
Ingresar en un sueno se parece a deslizarse en un cuarto por
una ventana Hay noches en que me dejo llevar hacia el sueno y me
deslizo por un mar de irnagenes Tal vez recuerde un suceso del día o
imagine una situation, pero luego me aparto del dia De vez en
cuando capturare una imagen al pasar, confiando en transformarla
en un suceso onirico y en echar así una mirada furtiva al orden de
ese mundo intrigante, pero tales imagenes y fenomenos
hipnagogicos no hacen mas que anunciar la oscuridad que es
esencial para el dormir y el sonar
El sueno es una inteligencia de la forma que nos sos-tiene,
mueve, estimula y modela Al entrar en el mundo de los sueiios soy
desconstruido: dejo de ser el que sostiene el mundo interne en su
mente para transformarme en el que este , desde el punto de vista de
la experiencia, inserto en la dramaturgia del otro Reunido y
procesado por el espacio onirico y por los sucesos oniricos, vivo en
un lugar donde pareceria que fui contenido antes: dentro del abrazo
magico y erOtico de una inteligencia formadora que me sustenta
Estar en un sueno es, pues, una reminiscencia permanente de haber
estado en el mundo materno, en el que uno era en parte una figura
receptiva en el interior de un medio abarcador De hecho la
intencionalidad productiva que determine el sueno en el que estamos
y que nunca se manifiesta (“zDonde esta el sonante que suelia el
sueno?”) recrea de un modo extraiio e inquietante, a mi entender, la
relación del beba con el inconsciente de la madre, el que, aunque no
“se manifiesta”, da origen al proceso del cuidado materno En este
sentido, el sueno parece ser una memoria estructural del
inconsciente del bebe, una relación objetal de persona dentro del
procesa--miento inconsciente del otro, revivida en la representación
continua, cada noche, del momento infantil
Winnicott creía que cada uno de nosotros inicia la vida como
una serie de islas dispersas, no integradas, de poten-cialidades
organizadas que asoman a la existencia Tal vez cuando sofiamos
retornamos a esa no-integration, disper-samos el si-mismo en un
archipielago de muchos seres y representamos, en el teatro
nocturno, los diversos papeles ideados por el yo Al despertar, nos
elevamos desde esos estados regresivos, desde la posición fetal a la
ambulato-ria y desde la abundancia de si-mismos al “yo” discrimi-
nante que reflexiona sobre sus extranos sujetos Freud nos dice que
la experiencia onirica (las perso-nas, lugares y sucesos
representados) expresa de forma dramatica los deseos y recuerdos
inconscientes del dur-miente, pero que el si-mismo que, sin saberlo,
esta dentro del sueno (come si-mismo simple) esta vivo en el teatro
de sus partes representadas Ahora bien: es esa ignorancia lo que
permite la cita fascinante que tiene lugar cuan-do el si-mismo simple
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habita, literahnente, su inconscien-te así pues, la perdida de la
conciencia y la presencia de un si-mismo simple, ignorante del lugar
donde se encuentra, son esenciales para la concreción de la
experiencia del si-mismo dentro del espacio anímco
El si-mismo simple que experiencia y el si-mismo complejo que
reflexiona hacen que la persona puede procesar la vida segan dos
modalidades de participación distintas, aunque interdependientes:
una por irunersion, la otra por reflexion Cuando estoy “en” el sueño,
si bien como si-mismo simple percibo los objetos del sueño, sufro alli
profundas experiencias, y esto es mas importante Aunque el
recuerdo y la interpretación del significado del sueño no apuntan
necesariamente a la esencia de la experiencia del si-mismo que se
adquiere gracias al movimiento del si-mismo simple a través de los
sucesos del sueño, el si-mismo complejo posee un curso de acción
psíquica distinto: la meta de su posición es objetivar lo mejor posible
donde ha estado uno o que significan sus acciones No solo en el
sueño se puede hallar esta oscilacion: hay otros modos de perderse
en el experienciar del si-mismo simple
PERDERSE EN EL AMOR
Imaginemos que soy soltero y estoy en busca de pareja Un dia,
en una fiesta (Lel espacio intermedio para el instinto y el objeto'?),
veo a X al otro lado del salon Deslumbrado por su belleza, Eros que
clama conciencia, me enamoro, “me pierdo en el amor” [I fall in love]
Incapaz de objetividad, me zambullo en un estado de cosas poderoso,
entregado a ese aminoramiento de la conciencia que es necesario
pare incursionar a fondo en los territorios circundantes del amor
Lamentablemente, esa caida libre de dos personas en la
bienaventurada simplicidad no perdura, y las parejas encuentran
poco a poco su propio equilibrio natural entre los estados psíquicos
complejos y el perderse uno en el otro En ciertos aspectos, hacer el
amor es el reducto de la simplificación mental, donde los amantes se
someten a la desconstrucción de la erotica El cuerpo del otro deja de
ser simplemente un objeto de percepción o de repre-sentacien
interna, y se convierte en un medic, de transformacion: el sujeto que
busca al objeto erotico pasa a ser el sujeto que es un objeto “dentro”
del lugar del deseo En ese momento el si-mismo complejo (que
objetiva reflexivamente las partes de si dentro de su mente) cede
paso al si-mismo simple, atrapado en los instintos del saber eretico
PERDERSE EN LA CONVERSACION
Una fiesta Mientras voy de un lado a otro del salon, me
encuentro con diversas personas y charlamos de distintos temas
Consciente de que los puntos en discusión no me resultan muy
interesantes, no entro en conversacion: ni el “aumento de las
hipotecas”, ni los “examenes sobresalientes”, ni “Margaret Thatcher”
son ventanas que me lleven a transformar mi experiencia en la de un
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sujeto participante Pero de pronto Y me cuenta que este escribiendo
un libro acerca de los gitanos (sobre los que se muy poco) y
patrocina preguntas, asociaciones, ideas: de inmediato entro en
conversation Me olvido de mi
Ciertos objetos, como “llaves” psíquicas, abren puertas que
conducen a una rica e intensa experiencia inconsciente en la que
articulamos el si-mismo que somos medianteel caracter elaborativo
de nuestra respuesta Esta selección constituye el jubilo ojouissance
del si-mismo verdadero, una bienaventuranza obtenida gracias al
hallazgo de determinados objetos que liberan el idioma para que sea
articulado Tal coma yo las veo, estas liberaciones son la erotica del
ser: dichos objetos estan al servicio de la necesidad instintiva de
representacien y a la vez proporcionan al sujeto los placeres propios
de la actualidad del
objeto
La vida es un ciclo de transformaciones reciprocas del si-mismo
complejo en el si-mismo simple, de dialogos y meditaciones
intrapsiquicos (estados complejos) en la aparente suspensión de esa
densidad interna, al entregarnos a una situación en que nos
convertimos en una parficula participante Leo un libro con dificultad,
pero al fin me meto en él y me pierdo en su “textura” Trato
infructuo-samente de escribir un articulo, pero un día me siento y al
instante pongo manor a la obra y me pierdo en mis pro-pios
pensamientos
Esos objetos y experiencias, llaves para la liberación de
nuestro idioma, nos permiten experienciar la profundidad de nuestro
ser y reexperienciar la logica privada de la cultura, creada a partir
de la interacción del movimiento de nuestro idioma, impulsado por la
fuerza de nuestros instintos, con el sistema inconsciente de cuidados
suministrados por nuestra madre y nuestro padre Estamos
permanentemente hallando objetos que dispersan al si-mismo
objetivante en subjetividades elaborantes, en que las multiples
“partes del si-mismo” expresan momentaneamente —a través de
acciones inconscientes— impulsos sexuales, ideas, recuerdos y
sentimientos diferenciados, antes de condensarse en una dialéctica
trascendental, generada par una fuerza diseminatoria que nos lleva
lugares situados mas alla del pensar
LA TERCERA ZONA
Cuando Freud volvio a Padua y contemplo las figuras de piedra
frente al restaurante, vio algo que para él tenia un significado
especial, pués inconscientemente lo habia incorporado a un sueno
repetitivo En sus comienzos un objeto de la percepcion, paso a ser
una misteriosa figura de su mundo onirico y a partir de ahl se
diferencio de cual-quiera otra cosa que hubiera en esa calle de
Padua, porque era un correlato objetivo de una experiencia anterior
Vivimos en me día de miles de objetos de esa indole que
iluminan nuestro mundo, cosas que no son alucinaciones (sin duda
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existen), pero cuya esencia no es intrinseca a lo que Lacan llama lo
real Su significado reside en lo que Winnicott denomina “el espacio
intermedio” o “la tercera zona”: el lugar en que el sujeto se
encuentra con la cosa para conferirle significación en el momenta
mismo en que el ser es transformado por el objeto Los objetos del
espacio intermedio son formaciones transaccionales entre el estado
anfmico del sujeto y el caracter de la cosa
Los aborigenes australianos Haman “sonar” a su deambulacien
por el desierto Antes de que los dioses sonaran el mundo, este era
una monotona llanura, pero luego el paisaje se trace en una
metafisica materializada, y cada arbol, roca o cerro, en una parte de
lo sonado En sus vagabundeos por este mundo, el aborigen se topa
con objetos geofisicos a través de los cuales se piensa a si mis-mo,
pués lo instan a imaginar su teologia, su cultura, su pueblo, y por
supuesto a imaginarse a si mismo Como afirma Cowan, se trata de
una “percepcien imaginativa” (pag 31)
Esta investidura del mundo, ,sera obra de lo que Wordsworth,
en “El preludio”, llama “el primer Espíritu Poetico de nuestra vida
humana” (pag 69), cuando la ima-ginación del Milo “hizo que la
superficie de la Tierra uni-versal / con contenidoa de deleite, de
esperanza y de terror, / actuase como un mar”? En sus andanzas por
las colinas y valles del Lake District, a al recordarlas en sus horas
tranquilas, ono conjuraba Wordsworth densas tex-turas de su
experiencia del si-mismo, que daban el ser a cierto recuerdo
conocido, pero solo marginalmente pensa-ble? Es
extraordinariamente dificil captar el sentido de lugar que cada uno
de nosotros siente en nuestro mundo Cuando Seamus Heaney
recorre su Irlanda, leyenda y naturaleza se fusionan en una especie
particular de “mun-do intermedio”1 “Todos estos sitios”, dice, “viven
ahora en la imaginacion, todos ellos suscitan otras respuestas amen
de las meramente visuales”; y agrega: “Nuestra imaginación da su
asentimiento al estimulo de los nom-bras, nuestro sentido del lugar
se realza, y se cimenta el sentido que tenernos de nosotros mismos
coma habitantes, no ya de un territorio keografico, sino de un
territorio mental” Y concluye diciendo que “son estas nupcias las que
constituyen el sentido del lugar en su mas rica manifestación
posible” (pag 132)
Todos deambulamos en una fusión metafisica de nuestros
idiomas privados, de nuestra cultura, sociedad y lenguaje, y de
nuestra epoca histOrica El desplazamiento por nuestro mundo de
objetos, ya sea como consecuencia de una eleccion, por obligación o
como fruto de una invitación sorpresiva, evoca estados del si-mismo
patrocinados por los objetos especificos que encontramos En un
sentido muy particular, vivimos nuestra vida en nuestro propio sonar
privado
1 “Mundo intermedion [rnidworld] es un termino empleado por el filesofo John William
Miller en su interesante libro The Midworld of Symbols and Functioning Objects
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OBJETOS MNEMICOS
Me he referido en otro lugar a los objetos “conservativos” coma
estados preservados del si-mismo que prevalecieron en la vida de un
niño cuando aún no podía comprender una experiencia acontecida
dentro de la atmosfera familiar pero que de todos modos defini6 su
si-mismo (1987, pag 99) Dicha experiencia, que fue almacenada
intacta porque no se la entendi6 lo bastante coma para elaborarla
simbolicamente o reprimirla, perdura como estado de ánimo
recurrente, al alcance de la comprensión futura
Un niño puede asociar un estado conservado del si-mismo con
ciertos objetos de la realidad efectiva que formaron parte de sus
primeras experiencias Yo tenia alrededor de dos anos cuando mi
padre regreso de la Segunda Guerra Mundial; al poco tiempo naci6
mi hermano, y durante seis meses me dejaron varias horas diarias en
un jardín maternal, mientras mi re adre lo atendía Mis padres, que
antes de la guerra estaban muy enamorados, sintieron un llamativo
distanciamiento al reunirse, y por algún tiempo un clima de fastidio y
desazon impregn6 el hogar Sc con certeza que coma parte de esta
escena yo supe alga, pero no tenia los medios para pensar lo que
sabia A este tipo de saber lo he llamado “lo sabido no pensado”
(1987, pag 277) Empero, creo que en la escuela designe un objeto
(un columpio) para que conservara algunos aspectos de este estado
de mi si-mismo No se exactamente el motivo, pero imagino que este
objeto que me había proporcionado tanta diversión (es un objeto
apropiado para una relación jubilosa entre dos personas) ahora vacio
y sin nadie, significaba la ausencia de ese placer Quizá coloqué en él
la ligera depresión que sentía Lo qua si se es que hasta el día de hoy,
si veo en un patio de juegos un cierto tipo de columpio para niños,
algo de la experiencia del si-mismo entonces prevaleciente revive
Estos “objetos subjetivos” —para emplear y ampliar la frase de
Winnicott— son una parte vital de nuestra investidura del mundo A
través de esta clase particular de identificación proyectiva
significamos psíquicamente a los objetos, pero como estos retienen
su valor intrinseco, puede decirse que ocupan una zona interme día
entre su uso conventional (o la comprensión que normalmente se
tiene de ellos) y nuestro uso privado Suelen surgir por azar en
nuestros pensamientos, no evocados por nuestra omnisciencia sino
enteramente por obra de las circunstan-cias Hasta fines de la decada
de 1940 los tranvias de color rojo eran parte de la vida en el sur de
California; para mi, esos tranvias son objetos subjetivos, y hace poco,
al verbs en una pelicula cinematogra fica, me trajeron partes de mi
mismo Vivi mis primeros cuatro ems en un pequeno pue-blo al pie de
la Sierra Nevada, donde tens su terminal la Linea de tranvias que iba
a Los Angeles De pronto sur-ge en la pantalla ese tranvia y evoca en
mi una precisa experiencia de mi si-mismo (una experiencia
especifica de dicho tranvia), caracterizada por la experiencia de mi
si-mismo infantil y ligada a mi abuelo, al que le gustaba lie-varme de
paseo en el tranvia por los naranjales y las calles principales de los
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pequenos pueblos norteamerica-nos de entonces Yo no previ la
azarosa aparición de ese objeto Cuando algo así sucede, es como si
estuvieramos metidos en un sumo: las cosas juegan con nosotros, y
nuestro estado mental es el resultado de los aconteci-mientos
¿Es posible que la experiencia onirica represente esta
caracteristica de la vida de vigilia, que al nombrar a los objetos con
nuestros estados psíquicos deambulernos por un mundo que, con la
presencia de tales cosas, suscita en nosotros un acto del que luego se
hace eco el sumo, que nos lleva a experienciar los objetos de un
modo extraordinariamente evocador?
En cierto sentido, comes intermediarios que participan en una
interacción entre nuestro idioma personal y sus objetos subjetivos
Ciertas experiencias del si-mismo sur-gen tanto de la influencia del
objeto sobre el sujeto como del uso que el sujeto hace del objeto, ya
que al desplazar-nos par el espacio y el tiempo muchas cosas surgen
por azar (como objetos aleatorios) y patrocinan en nosotros una
unidad de experiencia que ha estado contenida, por así decirlo,
dentro de lo real
EL ESPACIO DIURNO
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Solemos decir que la identificación proyectiva tiene por
resultado la lamentable perdida de las partes del si-mismo
proyectadas en el objeto, pero los fascinantes pro-cesos psíquicos
envueltos en la subjetivación de un mundo de objetos nos instan a
subrayar sus aspectos positivos Sin embargo, la teoría de Freud
sobre los restos diurnos sugiere claramente que durante el día
nombramos per-sonas, objetos y sucesos por ser psíquicamente
significa-tivos, de modo tal que pasan a ser restos de ese día y ya
forman parte del mobiliario potential del sueno A mi modo de ver,
para crear un resto diurno la persona pro-yecta una parte de sf en el
objeto, con lo cual lo significa psíquicamente; esto le otorga al objeto
significado y lo con-vierte en la herramienta de un posible
pensarniento: el pensar inherente al estado onirico 2 No obstante,
para ello el sujeto debe “perderse” en los momentos de la experien-
cia en que proyecta significado en los objetos: un tipo de acción
erotica que tiene que ser inconsciente y en la cual la persona no es,
por así decir, la que piensa 3 En verdad, el sujeto debe ser mas bien
una conciencia simplificada y aun perder contacto consigo mismo
por un instante, para investir al mundo de los objetos de
potencialidad psi-quica Vista de esta manera, esta clase de
identificación proyectiva realza en altima instancia al si-mismo,
trans-formando las cosas materiales en objetos psíquicos y sumi-
nistrando así una matriz inconsciente para los sueños, las fantasias y
los saberes reflexivos mas profundos 4 La per-sona incapaz de ello
contara con menos vocabulario psi-quico, menos soportes para sonar
la experiencia vivida, y por tanto un mundo interno disminuido
cuando retorne a ser e] si-mismo complejo
2 Según la teoría de Bion, esto equivale a convertir un elemento beta en un elemento alfa;
vease “Learning from Experience”, en Seven Servants, pegs 1-111
3 Ehrenzweig se refiere a la “dispersion” inconsciente del si-mismo; vease su extraordinario
libro The Hidden Order of Art
14
4 Meltzer examina algunas de estas cuestiones a su modo, con originalidad; para sus
trabajos sobre el sueno, vease Dream-Life; su tem ia sobre la estetica puede hallarse en The
Apprehensión of Beauty Veanse también Milner (1987), Stokes (1973) y Andre Green (1986)
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Cada momento del día puede constituir un espacio potencial distinto,
que cada persona empleare de un mode diferente Por ejemplo, si
tengo la posibilidad de elegir, prefiero escuchar nnisica al caer la
tarde; creo que ello se debe a que en esas horas soy propenso a un
estado de anima que define al dia Si he aprendido algo (por lo
comOn de algOn paciente) o he trabajado bien, estare de buen
humor; de lo contrario, me encontrare potencialmente al borde de la
irritación o la desesperación Pero con tal de que tenga acceso a unos
minutos de musica, normalmente ells me transformard A veces la
elección del objeto (que mtisica escuchar) es decisive La caida de la
tarde suele ser problematica para mi: en esa hora del día oscilo entre
la satisfacción y el des-contento Se que el objeto musical que elija en
tales cir-cunstancias probablemente transformara mi talante (si así
lo deseo); pero en caso de ester deprimido, no padre alcanzar esta
transformación recurriendo, digamos, a Prokofiev; las sonatas para
violin y piano de Bach, en cambio, casi nunca me fallan: ellas me
elevan hasta otro estado espiritual Esta elección de objeto (y su use
preciso) es la erotica do mi idioma personalp que se articula en la
forma de experiencia del si-mismo dentro del espacio diurno
potential Lo corriente es que no tenga ganas de it a dar una
caminata a esa hora del dia, mientras que si las tengo a me día tarde
Tampoco me gustan las charlas telefonicas por la manana, y en
cambio a me día tarde disfruto de ellas
Cada objeto provisto es un acto de transformacion, para bien o
para mal Nuestros exitos y fracasos en este aspecto tienen directa
gravitación en nuestra capacidad para instaurar objetos que evoquen
determinados estados del, si-mismo u otros ,que no los evoquen
Ya sea que elija objetos audibles al caer la tarde, gustativos a
la hora de corner o dialogales por la noche, cons-tantemente me
comprometo con objetos decisivos para mi propia experiencia del si-
mismo Estos manejos forman parte de la compleja relación que cada
cual tiene consign mismo, y en cierta medida, a travel del cuidado de
nues-tro propio ser, heredamos la tarea de nuestros progeni-tores
Las cualidades de In experiencia del si-mismo que tiene cada
persona reflejaMn su habilidad para satisfacer las necesidades de su
idioma personal valiendose de objetos que lo nutran con sus
evocaciones
EL SUENO DIURNO
Con frecuencia he comprobado que cuando un analizando me
cuenta lo que le sucedio el día anterior, el contenido de su narración
guarda una notable similitud con la estructura de un sueno De
hecho, cuando inmerso en las asociaciones a su relato le pido que me
aclare algo o hago algún comentario, a veces cometo un acto fallido y
me refiero a su narración como al “suet-1o” Pienso que mi
interpretación inconsciente del catheter psíquico de su informe este
proxima a la verdad: el relato que alguien hace de lo que le acontecio
el día anterior bien puede pare-cerse a un sueno
16
Como el día es un espacio potential que caracterizamos
eligiendo determinados objetos y liberando diversos estados del si-
mismo, no es forzosamente un acto de inten-cionalidad inconsciente,
ya que gran parte del tiempo lo que hacemos es reaccionar frente a
la llegada a sucesos promovidos por otros sujetos o frente a los
movimientos aleatorios de los objetos Empero, cada día nuestro
comienza a adquirir su catheter simbolico a medida que la dialéctica
entre nuestros deseos inconscientes, necesi-dades, defensas,
angustias y estados elaborativos del si-mismo se combinan con el
azar cuando el entorno nos tele-fonea, nos escribe, desata sobre
nosotros una tormenta, nos ofrece un nuevo libro, despliega gente
que parece maravillosa, etcetera
Quizá podamos referirnos al contenido psíquico de la narración
del día llamándolo el “sueno diurno” Una paciente que se dedica a la
cria de perros me cuenta de una perrita que habia tenido en su casa
Se la po día haber apareado en cualquier momento, pero la perra
estaba demasiado nerviosa para ello Ademds, mi paciente pen-saba
que a su gato favorito lo perturbaria que en ese momento la perra se
aparease Pense que era mejor esperar hasta que la perra estuviera
en condiciones Mientras ella me narraba los hechos del día anterior,
pense que deseaba mantener relaciones sexuales con hombres, pero
aim no se sentia en condiciones También pense que no lo podria
hacer hasta que estuvieran bien seguras en su sitio las partes
masculina y femenina de ella (gato y perra), ya que en el pasado el
coito habia significado inconscientemente para ella la erradicación
de las partes masculinas de su si-mismo, que la dejaba con la
sensación de ser “una mujer intitil” Sin darme cuenta, yo estaba
reaccionando ante su relato como si fuera un sueno; y a partir dd
este suceso y otros semejantes creo que podemos afirmar que a
veces un individuo vive el día de un modo particularmente
significativo, y que sus experiencias con-forman una trams pslquica
similar a la de un sueno, a punto tal que podemos llamarla el sueno
diurno
LA POSICIÓN IRONICA
El concepto de experiencia del si-mismo es ironico, por cuanto
su ambigdedad referential (1,significa la experien-cia que el si-mismo
tiene, o la experiencia que tenemos del si-mismo?) es extranamente
fiel a la complejidad del ser humano Toda experiencia del si-mismo
implica nuestra división en si-mismos simples (cuando estamos
inmersos en una experiencia deseada o evocada) y sí-mis-mos
complejos (cuando reflexionamos sobre la experien-cia)
Naturalmente, estos estados diferenciados pueden superponerse, de
modo tal que yo puedo reflexionar sobre una experiencia de mi
pasado inmediato al mismo tiempo que otra parte mia se halla
hondamente inmersa en una experiencia diseminadora
He examinado la experiencia del si-mismo en funcien del use
que el sujeto hace de un objeto, el cual le sirve ya sea coma objeto
mnemico que contiene una experiencia precisa del si-mismo, ya coma
17
objeto estructural capaz de crear una particular experiencia del si-
mismo en virtud de su catheter intrinseco Pero nadie es capaz de
decidir por entero la llegada de objetos a su campo, así que solo en
grado limitado suministramos objetos subjetivos para la experiencia
del si-mismo: muchos fenomenos se presen-tan por azar o nos son
presentados por los demos
Lo interesante es que esta dualidad de la llegada de los objetos
hasta nosotros (por el deseo o par el azar) refle-ja la ambigdedad del
ser que constituye al individuo humano, el que se vivencia a si mismo
coma organizador de su vida y como el que es organizado Este doble
modo de experienciar los objetos —como vehfculos del deseo y como
provocadores espontaneos de la experiencia inter-na— es un eco de
la indole de la experiencia del si-mismo, pués somos a la vez
iniciadores de nuestra existencia e iniciados en ella
Tal vez parezca que me centro exclusivamente en la selección
que hace el individuo de los objetos reales, dejan-do de lado los
objetos determinados endogenamente (ima-ginados) y destacando en
cambio que la experiencia del si-mismo se constituye a partir de la
elección y use de las cosas Pero all distingo entre un objeto material
y uno mental (una idea, un pensamiento sobre un amigo, el and-lisis
de una obra literaria) no nos obliga a caer en una simplificación
excesiva: obviamente, cada persona conjura objetos mentales
internos a través de los cuales procesa (vale decir, articula o elabora)
su idioma personal
Por lo tanto, la elección del objeto es inherente a una
articulación potential de la experiencia del si-mismo; come es
natural, cuando seleccionamos al otro, al objeto humano, como
medio para liberar nuestro deseo, automaticamente escogemos el
tipo preciso de campo dialectico en que el use mutuo es inevitable y
el juego de las subjetividades cobra su carácter propio Supongamos
que un fin de semana yo estoy libre y puedo visitar a algún amigo o
colega: ¿a quien elegiré? un rasgo importante de dicha elección
depende del catheter idiomático de la experiencia del si-mismo
inspirada por esa persona en particular y lo que podamos crear entre
ambos al dar forma a nuestro juego Desde luego, esta elección de
objeto es mucho más compleja y evocadora que la de un objeto no
humano para liberar nuestro idioma personal a su posterior
elaboration: estar con el otro es ser influido por el (a travel de sus
identificaciones proyectivas),,del mismo modo que evocar partes de
el en virtud de las acciones de nuestro propio caracter Un hecho
notable de nuestra vida es que este juego mutuo tiene lugar en un
nivel tan profundo, tantoen lo tocante a la transacción inconsciente
entre el yo y el yo, como en la interacción dinamica inconsciente de
los contenidos mentales, que el sujeto es en gran medida un si-
mismo simple situado dentro de este campo, de este espacio
intermedio, en el que interactilan dos seres muy complejos de idioma
personal a idioma personal En mejor de los casos, es una diferencia
maravillosa, y es este conocimiento acerca de la diferencia de
18
nuestras subjeti-vidades aisladas lo que otorga particular
significación a nuestra selección privada de un otro humano como
objeto para la experiencia del si-mismo
LAS ELEVACIONES DEL SI-MISMO
En esta época posmodernista, mucho es lo que se ha escrito
sobre el si-mismo como ilusion; numerosos autores han puesto en
tela de juicio su integridad fenomenologica ',Quo' es el si-mismo y en
que difiere del “yo”, si es que difiere? Estas son preguntas
importantes, aunque no me propongo tratarlas aquí Sin embargo,
desde cierta perspectiva, el problema no es tan serio como podría
pensarse Cuando vivimos según nuestro deseo, naturalmente
escogemos objetos en el proceso ordinario de selección Algunos de
ellos (un libro, un amigo, un concierto, una caminata) nos liberan en
un intenso experienciar interno que de algún modo nos pone de
relieve En cada unidad de la42 experiencia, tenemos que haber
percibido un idioma personal del si-mismo que somos, en virtud del
carácter de lo evocado Y cada encuentro que nos solicita, que nos
eleva de nuestra nuclearidad inconsciente, muestra al yo un aspecto
del si-mismo y por ende revela algún rasgo de nuestra sensibilidad Si
bien tales episodios aclaran algo sobre nosotros, lo que sabemos de
esos momentos solo en parte es pensable: la experiencia es mas bien
una densa condensación de impulsos instintivos, estados somaticos,
posturas corporales, organizaciones propioceptivas, imagenes,
enunciados parciales, pensamientos abstractos, recuerdos
percibidos, remembranzas y afinidades ; todo junto Es imposible
poner en palabras esta complejidad, pero hay un otro que esta en
parte ahi, y ese otro es el yo Tengo centenares, millares, en el
momenta de mi muerte, millones de estados secuenciales del si-
mismo derivados de los encuentros dialecticos entre mi si-mismo y el
mun-do de los objetos, que me lanzan hacia cierto saber cons-ciente
de mi vida Sin embargo, al igual que mis primos posmodernistas, no
concibo al si-mismo coma una entidad fenomenologicamente unitaria
No puede serlo, en primer lugar porque el si-mismo verdadero no es
un fenomeno integrado sino solo un conjunto dinamico de predisposi-
ciones idioniaticas que cobran ser a través de sus proble-maticos
encuentros con el mundo de los objetos No obs-tante, es evidente
que estas experiencias y la relación que el yo mantiene con ellos
transmiten un sentimiento de familiaridad que nos lleva a forjarnos
la ilusión de que el si-mismo es una unidad A mi juicio, este
sentimiento de familiaridad deriva del vincula continuo, confiable e
inconsciente que se establece entre el yo y el experienciar del sí-
mismo, o entre la posición del si-mismo complejo y sus
multitudinarios estados simples Aunque estos sen-tires no equivalen
a la suma de muchas partes, de ellos procede una suerte de
“espíritu” del lugar, inherente a la extraña estética de un idioma
personal, que, me parece, plantea al psicoanálisis un desafío: el de
honrar a ese espíritu humano dándole cabida en su teoría
19
LAS ETAPAS DEL EXPERIENCIAR DEL SI-MISMO
He propuesto que el mundo de los objetos es, en muchos
aspectos, un lexico para la experiencia del si-mismo, en la medida en
que la selección de objetos que se practice en el es a menudo un tipo
de enunciación del si-mismo Este idioma expresivo es un medio
potential no solo de representar las fantasias inconscientes sino de
conjurar densas textures psíquicas que constituyen una forma de
pensar mediante el experienciar
También he dicho que no somas libres de usar solo de este
modo los objetos- a veces ellos nos usan a nosotros Gran parte de la
vida es azar, y por cierto el objeto alea-torio tiene su propia
integridad y su capacidad de influir en nosotros Incluso cuando
decidimos conjurer una experiencia del si-mismo por me día de un
objeto léxico, fenomenos azarosos e imprevistos contribuyen a dar
textura al ser
Consideremos las etapas comunes a todas las experienciar del
si-mismo derivadas de objetos, ya sea que la persona elabore su
idioma personal mediante el deseo que escoge al objeto lexico, o que
sea vertida en la experiencia por la chanza azarosa de un objeto
significante A partir de nuestro examen anterior, podemos discernir
cuatro eta-pas en este dialéctica del experienciar del si-mismo:
1 Yo use el objeto Es lo que hago cuando selecciono el
objeto de mi preferencia; por ejemplo cuando escojo un libro,
voy a un concierto o telefoneo a un amigo
2 Yo soy influido por el objeto En el momento en que use
el objeto, su particularidad especifica (su integridad) me
transforma, ya se trate de la emoción que me produce la 82 Sin
fonia de Bruckner, de las asociaciones que provoca en mi una
novela o del poder de persuasión que demuestra un amigo
3 Yo estoy perdido en el experienciar del si-mismo Ya no
es posible aqui el distingo entre el sujeto que usa alobjeto para
consumer su deseo y el sujeto que es influido por la acción del
objeto Aqui el sujeto esta en la tercera zona del experienciar
del si-mismo El estado anterior de su si-mismo, así como la
simple integridad del objeto, son ambos “destruidos” en la
sintesis experiencial de sus efectos mutuos
4 Yo observo al si-mismo como objeto Emergiendo del
experienciar propiamente dicho del si-mismo, el sujeto examine
donde ha estado: este es el lugar del si-mismo cornplejo
20
facetas evocadoras (trans-formadores) presentes en el campo quizá
restrinjan su selección de objetos, suprimiendo aquellos que tienen
un alto poder evocador Si para pasar el rato me dedico a leer los
avisos clasificados sobre yenta y alquiler de propieda-des, es menos
probable que el objeto me conmueva que si leo novelas o el periodice
complete Las personas con un rico experienciar del si-mismo, que
disfrutan de la dialec-tica de la paradoja humana, buscan objetos de
integridad evocadora, capaces de plantear un desafio a su si-mismo y
de ensancharlo
Podemos averiguar mucho acerca del experienciar del sI-
mismo de una persona observando los objetos que elige, no solo
porque esta elección es lexica y per ende mama la sintaxis del
lenguaje del caracter, sino ademas porque puede indicar una
variante en la intensidad de las expe-riencias psíquicas que cada
persona escoge Si llevarnos una vida activa, creamos un mundo
material subjetivado lleno de significación pslquica, que contiene
unidades eve-cadoras de nuestra labor previa y a la vez nos brinda
nue-vos objetos que dan ser a nuestro idioma personal al
introducirnos en nuestra realidad
2 EL OBJETO EVOCADOR
Al vivir, inevitablemente quedamos envueltos en el use de objetos
cuya capacidad pare evocar experiencias del si-mismo es variable En
el capitulo anterior destaque que, en el curse de nuestra vida,
dotamos a algunos obje-tos con los estados de nuestro si-mismo; son
objetos mne-micos que a veces suscitan estados de ser previos
Poseen, edemas, una estructura de use, pués el empleo de una cosa
determinada tree consigo un perfil interno de expe-riencias psíquicas
que son propias de su caracter Los objetos son edemas
conceptualmente evocadores, al traer a la mente conceptos latentes
1 Si me pongo a jugar con mi hijo Sacha, participo en el juego con un
otro (mi hijo) que evoca toda una serie de nociones psíquicas
inducidas por el concepto “hijo” Si visito el Museo Nacional del
Retrato, esto me involucra con un objeto diferente, que en aras de
nuestro examen designare coma la serie de nocio-nes, sentimientos,
relaciones ihternas y usos potenciales evocados par el concepto
“museo”
1 Examinar de qua manera actdan los objetos como significantes conceptuales constituye
una labor vasta y dificil Lacan ha trabajado en este esfera, particularmente con su teoría de
lo simbolico Pero si quisieramos entender conic patrocina un objeto (por ejernplo, una enti-
dad bancaria) toda una compleja matrix conceptual, tendriamos que dar prioridad a lo
significado, y Lacan se niega a hacerlo A 61 le inte-resa un orden de inconciencia totalmente
distinto del que examino aqui; tiene que ver con el use que hace el sujeto de un objeto pare,
emplear el concepto que este' latente en 61 Al menos per el roomento, es probable que para
explorer este ambito del pensar inconsciente a los psicoanalistas les sea mas dtil la obra de
ciertos filosofos de in cien-cia cognitive, en particular la de George Lakofí (por ejemplo,
Women, Fire, and Dangerous Things) Aunque mi utilización de la palabra “concepto” no
coincide en absoluto con las “categories” de in mente exa-minadas por Lakofí, creo que los
21
psicoanalistas encontraran provecho-so su analisis del funcionamiento de las categories
mentales en lo que para nosotros seria un pensamiento inconsciente Greimas, en On
Meaning, ofrece adernas un modelo semic5tico de representación con-ceptual que es muy
interesante, y Walter Ong, en Interfaces of the World, pasa revista a los distintos tipos de
pensamiento irnaginativo
22
experiencia de la persona (coma las figuras de piedra en la calle de
Padua, a que alu día Freud); pero los objetos proyectivos son
efimeros, y sirven para pensar el si-mismo (y sus objetos internos)
mediante la proyección de partes de el en el aqui y ahora de la vida
cotidiana
Por ultimo, coma señala Lacan, los objetos tienen nombre y son
parte de un orden simbolico, por lo cual en cualquier momento en
que usemos el objeto, se sumara a otros significantes y los evocara”
Un columpio puede ser aprehendido sensiblemente con el
trasero (al sentarse en el), con las manos (al tomarse de las sogas) y
con los pies (al tomar el impulso initial presionando contra el suelo)
En su condición de objeto sensible, implica asimismo una “captacien”
propioceptiva, ya que las coordenadas internas son parte de su use
En su calidad de estructura experiencial, promueve un episodio
interne del si-mismo que es inherente al “columpiarse” Como objeto
mnemico, puede significar para mí la ausencia de otra persona con la
que entablar una relation, mi soledad Como concepto, auspicia las
ideas de movimiento (subir y bajar), de juego, de infancia, de placer,
etc Como palabra del orden simbelico, se conecta con otros
significantes y tambien, ineludiblemente, con cualquiera otra palabra
que emerja asociada a ella
En su calidad de elemento léxico en la sintaxis de una
experiencia del si-mismo potential, podemos utilizar cualquier objeto
para conjurer un estado especifico del si-mismo, empleandolo
fundamentalmente por su capacidad evocadora en cualquiera de los
ordenes antes mencionados Es inevitable que la decisión acerca de
su uso depende de nuestros propositos inconscientes Si llevo a mi
hijo al parque para que se columpie, quizá lo haga porque la palabra
“columpio” me fue sugerida per una asociacion, o porque estoy con
&limo de “subir y bajar”, o porque vi un columpio y me atrajo su
función como objeto de juego para un nino No obstante, una vez que
uso el objeto (ya sea que mire a mi hijo mientras se hamaca o que yo
mismo me siente en el columpio y me balancee), evocara su marca
en mí de acuerdo con todos los ordenes evocadores, que obraran en
un interjuego de estados internos 2
2 Fue Ignacio Matte-Blanco, en The Unconscious as Infinite Sets, y mas recientemente en
otro libro de mas facil lectura, Thinking, Fee-ling, and Being, quien emprendio, quizá por
primera vez, un esfuerzo sistematico para repensar la teoría del inconsciente de Freud con
el fin de discriminar las distintas formas de lo inconsciente (agrupadas por Freud en el
concepto de “proceso primario”) Yo creo que hay mas sistemas de pensar inconsciente que
los señalados por Matte-Blanco (por ejemplo, el pensamiento musical y el visual siguen
logicas inconscientes por entero distintas), pero su obra tiene una profunda significación
Además, entiendo que la indagación de las diferentes “envolturas psíquicas” por parte de
Didier Anzieu también sugiere la necesidad de reconsiderar la variada complejidad de lo
inconsciente, y las obras de este autor (véase The Skin Ego y Psychic Envelopes) son de
gran valor
Los objetos, como las palabras, estan ahí para que nos
expresemos Tenemos ante nosotros un número infinito de cosas que
podemos usar, cada cual segun su modalidad singular, para
encontrarnos con el sí-mismo que somos y expresarlo La selección de
23
objetos es una expresión Si un sábado a la mañana decido jugar al
con mi hijo en vez de llevarlo a conocer el Museo de Ciencias, es
porque ese instinto que creo que tenemos para elaborarnos a
nosotros mismos elige los objetos “hijo” y “futbol” en lugar de elegir
“hijo” y “Museo de Ciencias” Dicha opción no solo articula al sí-
mismo (como su expresion), sine que ademas nos lleva at encuentro
de la integridad de este y lo fuerza a una ulterior elaboración
psíquica
Por ejemplo, jugar al futbol con mi hijo es participar con un
niño-otro en una actividad física que patrocina todo un juego
complejo de ordenes evocadores Las sensaciones que provoca jugar
al futbol son enteramente distintas de las que provoca visitar un
museo; en el futbol hay una mayor actividad y agresividad; el museo
es el lugar de una contemplación reflexiva Los conceptos evo-cados
por “hijo” y “futbol (competencia y habilidad fisica) son distintos de
los evocados por “Museo de Ciencias” (adquisición de conocimientos
tecnicos) Las palabras “futbol” y “ciencias” suscitan cadenas
asociativas de significantes que se mueven en muy diferentes
espacios hermeneuticos Desde el punto de vista subjetivo, “futbol”
patrocina en mí recuerdos y presupuestos muy distintos de aquellas
partes mías alojadas en los objetos “ciencias” y “museo” Estos
diferentes ordenes evocadores conjuran otros tantos “yoes”
diferentes
Como he dicho en el caplitulo anterior, los objetos suelen
llegarnos por azar, y estos objetos aleatorios evocan texturas
psíquicas que no trasuntan las valorizaciones del deseo No hemoS
seleccionado,`por decir así, al objeto alea-torio para que exprese un
idioma personal del sí-mismo: somos mas bien influidos por el arribo
inspirador de lo no seleccionado previamente, lo cual suele
producirnosun tipo muy especial de placer: el de la sorpresa Nos
abrelibera una zona nuestra, como una Have al entrar en la
cerradura En tales instantes podemos decir que los obje-tos nos
usan, en relación con la inevitable interacción bila-teral que se da
entre el sí-mismo y el mundo de los obje-tos, y entre el deseo y la
sorpresa
Si estudiaramos mejor la zona interme día o tercera zona,
comprobariamos una caractenstica importante de ella: el individuo
usa las cosas sabiendo que el vector alea-torio es tan destacado que
el, a su vez, sera influido por el objeto Si voy a un concierto a
escuchar una de mis sin-fonfas predilectas, dirigida por un musico
con inventiva, usare al objeto sinfOnico como estructura conocida en
la cual sumirme para procesar mi idioma personal Pero con
frecuencia mi uso inconsciente particular del objeto auditivo sera
sorpresivamente desplazado por la remodelación imaginativa del
director —un acontecimiento imprevisto que, a travesAte ese
particular objeto sinfonico, me arroja a zonas antes no percibidas en
el procesamiento del si-mismo
24
Sabemos donde hallar, digamos así, terceras zonas que
maximicen las interacciones de la vida Un concierto, un parque, una
playa, un encuentro deportivo, una fiesta con amigos, serviran a
nuestra necesidad de conjurarnos merced al uso de los objetos que
alli habremos de hallar, así como estos pueden deleitarnos con lo
imprevisible
25
resentación diferente, sino que ademas sugiere una experiencia
totalmente distinta en la expresión del si-mismo
Los artistas son talentosos solo en in que se refiere al use
exceptional que hacen de ciertas capacidades huma-nas corrientes,
en general porque conocen mejor la inte-ligencia de la forma 3
Veamos un escrito de Barbara Hep-worth, la escultora inglesa, donde
atribuye al paisaje que la rodeo en su infancia su capacidad para dar
forma:
Todos mis recuerdos tempranos se refieren a formas, contornos y texturas
Cuando recorría en auto con mi padre el paisaje de West Riding, los cerros eran
para mi esculturas, y las rutas definían la forma Por sobre todo, tenia la sensación
de desplazarme físicamente sobre los contornos de lo lleno y lo concavo, a través de
las depresiones del terreno o encina de los picos sintiendo, tocando, viendo a través
de la mente, la mano y el ojo Esta sensacíon:al nunca me abandono Yo, escultora,
soy el paisaje (pag 1)
3 En su libro Frames of Mind, Howard Gardner educe que hay multiples inteligencias, y
examina en detalle y convincentemente las distintas inteligencias que intervienen en la
inteligencia lingtiistica, musical, lOgico-matematica, espacial, kinestesica y personal A mi
manera do ver, de aqui a la noción de que existen distintos tipos de pensamiento
inconsciente solo hay un breve paso
26
a la epoca de la madurez (o la idoneidad) artistica pudieron exponer
el efecto subjetivo de ese objeto evocador
Ante declaraciones como las de Hepworth y Calder, suele
interpretarse que el arte imita al mundo natural; pero, a todas luces,
estos artistes encuentran metaforas de su propio cuerpo y
sensibilidad “en” el mundo natural, en pai-sajes que siempre son en
parte onfricos, que objetivan su idioma jr)rsonal y a la vez sirven
como punto de referencia permanente de potencialidad evocadora
En otras palabras, el idioma personal de Hepworth ha encontrado en
el paisaje una metafora de su inteligencia de la forma, en tanto que
para Calder esta se objetiva en el universo
Elegir una forma es coma emprender un viaje: llo hare bajo la
forma de un dialogo, de un poema, de un baile, de un cuadro, de una
pieza musical? Una forma potencial es una estructura aglutinante
para la representación de la experiencia interne A mi entender, la
elección de forma es una suerte de itinerario psiquico, plies como
cada suje-to posee muchas formes distintas de reunir su experien-
cia, se vierte a si mismo a través de un medio diferente, de mode tal
que jugar con las formas significa, a la vez, ser jugado por ellas La
elección de forma representative es una importante decisión
inconsciente acerca de la estructuración de la experiencia vivida, y
forma parte de las distintas eroticas de la vide cotidiana
EL SENTIDO DE LA MENTE
Podemos ahora sostener que cada uno de estos medios
inconscientes de pensar (en la experiencia original y en los actos de
su representacion) es un modo de verter todas las experiencias a que
el si-mismo tiene acceso Ademas, como estos diferentes sistemas son
coextensos, el sujeto es una Opera de formas inconscientes que
experimentan y representan la vide en densas textures internas de
captación psíquica
Interesa senalar que cuando Freud examine, en El yo y el ella,
el estatuto inconsciente de las imagenes visuales, las palabras y las
emociones, abordo en parte el tema que nos ocupa, o sea, el de la
indole de un lugar interne, pro-fundamente inconsciente, donde se
producen los registros y representaciones intermodales de la
realidad Sostenia Freud: “La percepción interna proporciona
sensaciones de procesos que vienen de los estratos mas diversos, y
par cierto también de los Inas profundos, del aparato anfmi-co”
Opine que esas sensaciones de procesos son sensacio-nes internas
del funcionamiento de las distintas partes de la psique, Ia sensación
de su pensar coextenso de la realidad —y esto, podria aducirse, es la
base freudiana del concepto de si-mismo— “Son mal conocidos [esas
sensa-ciones y sentimientos] —continuaba diciendo—, aunque [ ] son
Inas originarios, más elementales, que los prove-nientes de afuera, y
pueden salir a la luz aun en estados de conciencia turbada,” Si bien
aqui Freud procure iden-tificar lo que en otro sitio llamaba
27
“percepción endogena”, creo que ester definiendo nuestra sensación
interna del funcionamiento estetico de la mente Concluye diciendo:
“Estes sensaciones son multiloculares, coma las percepciones
externas; pueden venir simultaneamente de diversos lugares y, por
eso, tener cualidades diferentes y hasta contrapuestas” (SE, vol 19,
pags 21-22)
Muy proximo a afirmar en El yo y el ello que poseemos un
sentir “multilocular”, derivedo de una realidad psíquica constituida a
partir de las multiples formas de la expe-riencia, más adelante se
refiere a la obra que realize el yo inconsciente para construir la
realidad psíquica; y a mi manera de ver, esteproceso, este obra del
yo inconsciente, sugiere una teoría sobre la organización sintetica
del sen-tir multilocular
La masa principal de ese trabajo del yo psicosomatico nunca
alcanza la conciencia; cuando lo hace, aparecera en la vide psíquica
a través de las mismas modalidades que empleamos para
representar la dense textura de nuestro experienciar interno El
inconsciente representacional es dinamico desde el punto de vista
hermeneutico: es un vol ver significative al mundo Pero el trabajo
que caracteriza al yo incbnsciente es to inconsciente no-
representacional que selecciona y usa los objetos a fin de diseminar
alsi-mismo en el experienciar que lo articula y lo enriquece En este
caso el objetivo no es crear significados o inter-preter la realidad
como tal, sino negociar con esta para adquirir experiencia de los
objetos que liberan al sí-mismo en el ser
El yo inconsciente posee la logica que escoge las formes de
experiencia del sujeto, lo que yo he denominado el “Eros de la
forma” Es este el que determine que forma contendrá y procesará
ciertos contenidos mentales especlficos Si un analizando escenifica
su temor a la castración asegurandose compulsivamente de que
todas las puertas de su casa esten cerradas, es porque el yo ha
elegido la forma dramatica pare representar este contenido mental,
el que también podrIa haber sido representado en forma verbal (por
ejemplo, si el paciente incurre con frecuencia en alteraciones de la
palabra “puerta”) o visual (sonar con puertas), o en el registro
somatico (por ejemplo,ruborizandose y sufriendo un ataque de
angustia al abrirlas puertas a un socio), etc La inteligencia propia de
este proceso inconsciente es esa para elegir las formas mediante las
cuales se han de vivir determinadasunidades de la experiencia La
tarea mas importante cum-plida por esta inteligencia, y el placer que
ells provoca, es percibir que combinacian de formas debe reunirse
para procesar un episodio, o que formas de representación utilizar
para sus versiones siguientes A todas lutes, cualquier patelogia del
yo se reflejara en la eleccitin repetitive de ciertas formes para dicha
experiencia del si-mismo, como la salud psíquica se trasunta en una
habilidad yoica que facilita la experiencia y expresión diversas del
idioma personal
28
En este capItulo he esbozado una discriminación del potential
evocador de cada objeto, a fin de considerar con mas detenimiento el
efecto procesivo de un objeto cuando es solicitedo en un momento
cualquiera para su usoj Naturalmente, en el emperio por expresar al
si-mismo a través de la experiencia encontrada, un objeto puede ser
sometido a cualquier combinación de usos formales Tam-bien he
examinado algunas de las maneras en que el suje-to usa al objeto,
guiado por la convicción de que la dife-rencia radical de formas de
representación indica un medio y un proceso de captación psíquicos
igualmente diferenciados Si he logrado bosquejar estos dos lugares
de la dialéctica (la gama de formas inconscientes del y6 para la
experiencia seleccionada y lagama de funciones de uso humano que
es intrInseca del objeto), podria ana-dir, para su consideration, lo
que entiendo por texto (tex-ture) psIquico: come escoge el yo, no solo
que aspecto del objeto ha de usar, sino también que modalidad
subjetiva ha de emplear en ese uso Si a esto se agxega el arribo ale-
atorio de objetos y las demandas urgentes de los instintos, e7 creo
que es mayor min nuestra comprensión de la densi-dad de los logros
esteticos del yo en el establecimiento de la experiencia del sí-mismo,
así como antes hemos admiredo su habilidad pare construir el sueno
29
objetivando la subjetividad diseminada de su analizando, el analista
lanza de inmediato al paciente, y al analisis,hacia un nuevo vector de
juego y de trabajo asociativos, pués sus comentarios evocan en el
analizando cornplejas operaciones afectivas, ideativas, mnemicas,
somaticas y cognitivas
Asi que si bien cada yo poses su propia inteligencia estetica,
como antes sostuve, al participar en la interacción humana reconoce
un lugar de intercomunicación bien y donde el efecto de las
evocaciones del otro en el si-mismo propio, en vez de situarse dentro
de un significado en evolucion, se abre al efecto diverso de dicha
acción El yo sabe, por así decir, que en las acciones mentales que
llamamos desplazamiento, sustitución y simbolización siempre hay
dispersas unidades de significado Ese es su hábitat, su lenguaje, Y en
la interacción entre dos sujetos, ambos poseen yoes que operan
reciprocamente de este modo preciso; especificamente, cada sujeto
que recibe la palabra y presencia del otro este abierto a evecaciones
del si-mismo clue secohesionan y luego se desparraman en las
diseminaciones ordenadas por el ye que procesa los significados de
la vida Dos yoes cualesquiera saben que comunicarse as evocarse
mutuamente, y, en ese mismo momento, ser distorsionados per las
leyes del funcionamiento inconsciente Ser tocado por el inconsciente
del otro es ser dispersado por los vientos del proceso primario hasta
lejanas asociaciones y elaboraciones, a las que se llega a través de
los nexos privados de la propia subjetividad Conocer al otro, y ser
conocido per el, es un acto de evocación inconsciente que divide al
sujeto y anuncia la soledad del al-mismo, a la vez que un acto de
cornprensión inteligente en que uno puede poner su saber de si y del
otro en pensamientos coherentes y en la estructura lingdistica
En el capItulo 4 examinare como se gestan en el psicoanalisis
ciertas estructuras psíquicas duraderas Para comprender por que
hago hincapie en los factores inconscientes que contribuyen a crear
tales estructuras, importa tener presents los medios por los cuales
dos sujetos se evocan mutuamente, inaugurando su participación
reciproca en una experiencia del si-mismo simple y complejo, en que
ambos viven momentos de experienciar profundo y episodios de
objetivación reflexiva A esto lo llamo trabajo ladico rindiendo así
homenaje al it y venir del trabajo y el juego, de la reflexion y el
experienciar, que tiene lugar entre los dos partícipes en un
psicoanálisis
Pero hagamos ahora un parentesis para examinar alma nuestro
idioma personal impregna al otro y deja huellas de su caracter
3 SER UN PERSONAJE
“Algo que podríamos llamar rumiacion, especulacion, un
comentario mascullado, siempre discurre en nosotros sin que nos
demos cuenta, y es el lecho germinal de la creacion”, escribe Helen
Vendler “Keats decía que es un estado de `sueños turbios', lleno de
30
(sombras incitadoras y de rayos desconcertantes' “ Y cita a
Wordsworth:
Esos interrogantes obstinados
Sobre el sentido y las cosas de afuera
Que se desprenden de nosotros, esfurnandose,
Presentimientos ciegos de una criatura
Que se desplaza por mundos no materializados
(pag 226)
31
Sin embargo, como psicoanalistas pisamos un terreno distinto
cuando nos vemos forzados a descifrar una muestra de enfermedad
mental; el trastorno psíquico parece organizar la expresión del sí-
mismo de modo que excluya el contacto con la desconcertante
complejidad de la vida animica En los Estudios sobre la histeria,
Freud cuenta que un día de verano de la decada de 1890 ascendie a
una cima de los Alpes orientales y “ya recuperado y descansado,
quede absorto en la contemplación de arrobadoras vistas, tan
olvidado de mi que a punto estuve de no darme por aludido cuando
escuche esta pregunta: `¿El señor es un doctor?'” La pregunta se la
hada una resuelta, aunque deprimida, muchacha de 18 años que
habla seguido al medico celebre hasta la cima de la montana para
contarle su sintoma: “Se abate de pronto sobre mi [explica la
muchacha] Primero me hace come una opresión sobre los ojos, la
cabeza se pone pesada y me zumba, cosa de no aguantar, y me
mareo tanto que creo que me voy a caer, y después se me oprime
tanto el pecho que pierdo el aliento”, y Katherina sigue enumerando
sus padecimientos fisicos Freud, algo impaciente ya, le pide noticias
de su mundo ideativo “Riensa usted siempre lo mismo, o ve algo
frente a sf cuando tiene el ataque?” “Sí —contesta Katherina—,
siempre veo un rostro horripilante; me mira tan espantosamente Yo
le tengo miedo” (SE, vol II, pags 125-26) Y Freud, fiel a su si-mismo
de Poirot,* indaga en la historia, desentraña las claves, y a más de
dos mil metros sobre el nivel del mar ayuda a su analizanda
circunstancial a develar su misterio
* Detective protagonista de las novelas policiales de Agatha Christie [T ]
32
sueños nos descaminan Como cualquiera de nosotros, Freud,
olvidado de si, participa en su propio destino, así como el sueño que
nos reúne en unidades de experiencia narrativa es típico también de
la vida
33
Nuestro idioma personal y su matriculación operativa en
procesos de crianza que son teorías del ser, nos dejan come adultos
con una parte sustancial de nuestro sí-mismo que de algún modo nos
es hondamente conocida (somos nosotros en lo profundo) pero que
no es pensada La teoría del “ello” fue un primer paso decisivo en la
conceptualización de esa importante “ello-idad” nuestra, ese algo
que esta en nuestro núcleo, eso que impulsa a la con-ciencia: una
figuración de la personalidad que conjura objetos específicos para
desentrañar su codigo merced a tales objetivaciones Por sobre todas
las cosas, nuestra “ello-idad”, o nuestro idioma personal, es nuestro
misterio Imaginamos, soñamos, abstraemos, seleccionamos objetos
antes de saber por que, y nunca llegamos a saberlo por complete
Al desarrollarse, el niño escoge amigos, formas de jugar,
objetos que atraen su interés intelectual y aspectos de la madre y el
padre para dar expresión a su si-mismo En el mejor de los cases,
esas elecciones son espontáneas y están determinadas
inconscientemente, al igual que el júbilo o jouissance del si-mismo
verdadero cuando “ello” se deleita captando objetos muy
particulares para producir una experiencia específica Ese jubilo
refleja la sensación interna de que el sí-mismo se libera hasta
alcanzar su ser, y el placer de un niño que elige los objetos de su
deseo es inconfundible para cualquiera que lo observe Pero también
vemos a los niños conteniéndose, en un estado de animo que Freud y
Breuer, ya en 1897, hablan señalado como prueba de la presencia de
un conflicto inconsciente en acción Los psicoterapeutas de niños
observan come estos luchan con objetos internos constituidos a
partir de los conflictos de la vida intrapsíquica, y en su
contratransferencia pueden sentir que a través de la identificación
proyectiva del niño deposita en ellos la representación de una parte
de su madre o su padre Por supuesto, cada niño tiene su propia
historia, compuesta por las mezclas esenciales de la vida: el primer
día de clase, la primera lesión física, la muerte de un familiar, una
mudanza
¿Como podremos describir jamás el carácter del mundo
interno, dada su densa complejidad? No tenemos líneas de desarrollo
separadas o superpuestas, sino laberintos de legados en evolution
Aunque nuestro mundo interno registra los factores multivalentes de
las unidades de la experiencia vertidos en condensadas texturas de
preceptor, introyectos, objetos del deseo, recuerdos, registros
somáticos, etc , en rigor nos convertimos en una especie de sueño:
sobredeterminados, condensados, desplazados, Instintivos, con las
características propias de nuestro yo, receptivos, propensos a los
accidentes, “trabajamos” nuestros días hasta darles el estatuto
nocional de vagas formas del pensar Pasan las semanas, los meses y
los años y continuamente trabajamos la experiencia convirtiéndola
en material psíquico, en su mayor parte ajeno a la conciencia pero
sin duda conocido preconscientemente come “nuestra” textura
interne Per supuesto, aparecen temas Hay pautas identificables en
nuestro ser Podemos con razon sostener que poseemos una
34
identidad, y hablar de nosotros con cierta noción de lo que estamos
diciendo Pero, así como el contenido del sueño no es el trabajo del
sueño, tampoco son estos “contenidos” la materia de la vida La
mayor parte del tiempo, somos sí-mismos simples que participan en
una vida equivalente al trabajo onírico, y aunque temémosla
sensación de estar en el lugar de determinación del si-mismo, mas
Bien es como vivir un caos esencial que otro modo describir el estado
de ser un si-mismo simple, inmerso en la subjetivación proyectiva de
la realidad, sino come un caos de formas que se dan mientras
disolvemos la conciencia, diseminamos partes del si-mismo en
unidades de experiencia, somos evocados por objetos que nos llegan
por azar y, a su vez, usamos objetos como elementos léxicos en la
elaboración de nuestro idioma personal? Para ser el si-mismo simple
que experiencia, el individuo debe abandonar la objetivación del si-
mismo y entregarse a la experiencia, en una disolución que es
fundamental para la subjetivación de la realidad La continua e
implacable observación de si m ismo per el esquizofrenico
testimonia, en ciertos aspectos, esta dificultad para rendirse a la
proyección generadora El terror a que-dar atrapados dentro del
mundo de los objetos o a perder su si-mismo en tal abandono impide
a ciertos psicoticos entregarse al sonar de la vida
Más aún: la capacidad para ser el trabajo onírico de la propia
vida, para traspasar la conciencia a las fragrnentaciones creativas
del trabajo inconsciente, demuestra la confianza basica en la
fidedigna relación entre ese sonar y la conciencia resultante en
nuestras reflexiones Saber que despertara de su sonar, que
soportará episodios de autoobservación y autoanalisis, ayuda al
individuo a confiar en la sabidurfa de rendirse a las subjetivaciones
Esta confianza debe mucho a la Indole de los primeros anos de vida,
cuando eramos un simple si-mismo experienciante que participaba
en el mundo pensante o sofiante del inconsciente materno Si el niño
siente que su subjetivi-dad esta sostenida en algtin recepticulo
constituido por el ambiente real sustentador de los cuidados
parentales y luego por la estructura en desarrollo de su propia
mente, percibe la subjetivación del mundo coma autorizada,
suscripta y garantizada; pero si este derecho no esta asegurado, el
niño vacilara en liberar los elementos del si-mismo a su experienciar,
porque en dicho abandono percibira una amenaza contra la vida
Nos soñamos para llegar a ser, utilizando objetos que
estimulan nuestro idioma personal a fin de liberarlo en una
expresión vivida Mientras lo hacemos, no pensamos para nada en
ello; solo estamos inmersos en algo (nuestro trabajo onírico) que es
en si mismo un placer El júbilo o jouissance de las subjetividades es
encontrar el medio de ser soñadas hasta alcanzar la realidad; es una
autentica alegría hallar un objeto que porta una experiencia que es
para nosotros transformacional, pués metamorfosea su estructura
profunda latente en una expresión de superficie
35
Winnicott subrayo que el entusiasmo del niño en el juego
expresaba el sentido del riesgo implícito en comprometerse con lo
imaginario ¿Qué habrá de acontecer? ¿Qué puede pasar si nos
entregamos al juego? O, dicho quizá con mas precision, ¿en quienes
nos convertimos, exactamente, al expresar en el juego nuestro
idioma personal? Ser un personaje, liberar el propio idioma en
experiencia vivida, exige correr cierto riesgo, ya que el sujeto no
conoce el desenlace; en rigor, ser un personaje es ser liberado para
llegar a ser, no como entidad conocible per se, sino como un idioma
expresivo que explicita una forma humana Ni siquiera en estos
momentos de expresión de si el individuo podrá conocer su propio
significado; sus reflexiones siempre estarán a la zaga de él, y muy a
menudo quedara desconcertado por su propia “ello-idad”, pero
aliviado por el júbilo de sus elecciones
EFECTOS PERSONALES
¿Conozco el personaje del otro, se quien es verdaderamente?
¿Tengo algún medio de transcribir su subjetividad en algún lugar
donde pueda recogérsela? Solo en limitada, aunque útil, medida,
como veremos No obstante, nos es dable observar los efectos
personales de un individuo y, hasta cierto punto, asistir a las
expresiones léxicas de su idioma personal, implícitas en sus
elecciones de objetos, por más que lo que vemos se parezca a una
abigarrada colección de textos manifiestos Si visito la casa de un
amigo, tal vez me encuentre con que pinto las paredes del living de
un color azul celeste, las de la cocina de blanco, las de su estudio de
rosa Tal vez advierta que le gusta coleccionar discos, en particular
de Mahler, y repare en que las grabaciones que tiene son las de
Simon Ratlle y Klaus Tennstedt Puedo notar que su biblioteca esta
integrada principalmente por obras de ficcion, sobre todo policiales,
aunque también hay bastantes libros sobre alfombras orientales, lo
cual se conjuga logicamente con las numerosas alfombras de esa
clase que he visto dispersas por la casa Fotografías de excursiones
de pesca me dicen que le gusta pescar; una gran cantidad de ollas y
cacerolas de haute cuisine me informa que le gusta cocinar; el
desorden que reina sobre su escritorio, que no es una persona muy
ordenada; un portalápices lleno de lápices con buena punta y sin
lapiceras me dice que prefiere borrar los errores y que prevé que los
habrá; la ausencia de un televisor me indica que quizá no quiera
sentir su influencia; y así podría describir una interminable lista de
cosas faltantes Ahora bien: ,que he averiguado? Bue-no, es verdad
que tengo una muestra de sus efectos personales, pero por desgracia
no se que significan para el Tampoco puedo presumir que lo que
estoy viendo es el resultado de su elección personal Después de todo,
esas grabaciones de Mahler tal vez sean el regalo de algen amigo, y
las cacerolas relucientes indiquen que nunca con-crete su deseo de
cocinar Pienso, empero, que es valido afirmar esto: muchos de los
objetos que veo reflejan el sonar de mi amigo; al igual que los
36
decorados de los sueños, están sobredeterminados, son posibles
condensacio-nes de sus necesidades y deseos (las ollas y cacerolas
qui-serialen un conflicto) o sustituciones (paredes azules en lugar de
rojas) o desplazamientos (novelas policiales en lugar de libros
pornograficos) Creo que lo que veo, entonces, es algo perteneciente
al trabajo del sueño, aunque no me es dado conocer los
pensamientos onfricos latentes
Pero estamos imaginando la casa sin su habitante ¿Qué pasaría
si pudiéramos verlo desplazarse por el cuarto, tomar tal o cual
objeto, trasladarlo de un sitio a otro, dando forma, por as1 decirlo, a
su persona? A fin de dar mas relieve a esta imagen y a lo que quiero
decir, pensemos en el idioma personal de este individuo
concibiéndolo como un espectro Estamos, pues, en el cuarto junto a
un espectro: no lo vemos, solo vemos los objetos que el toca a
desplaza por el cuarto Al ver moverse los objetos estaríamos viendo
(como se ye el viento cuando se observan los movimientos de las
hojas de los arboles) su efecto personal al transitar por su vida y
teoricamente hasta podríamos filmar la diseminación de sus
subjetividades en acto, captando el movimiento de los objetos a lo
largo del tiempo
Esta metáfora me permite aproximarme a lo que quiero afirmar
sobre la naturaleza del personaje humano Nos permite considerar las
formas de existencia seleccionadas por cualquier ser humano,
esculpidas en su elección y use de objetos, pero sin la importuna
presencia física del sujeto que parece estar definiendo, a través de
esa presencia, su si-mismo Sin embargo, el espectro que se mueve
por el cuarto no me indica el lugar más importante del objeto movil,
ya que no soy testigo de los objetos internos con-jurados en esa
mente Sabemos alga, empero, de este movimiento cuando nuestro
mundo interno es caracterizado por el efecto que el otro tiene en
nosotros; algo que en la actualidad la teoría de la identificación
proyectiva y otras teorías de la comunicación inconsciente se están
empeñando en averiguar En otros términos, somos conformados
internamente por la presencia y las acciones del otro Aunque es
difícil atestiguar coma se “mueve” una persona a través de, otra,
como un espectro que trasladara objetos internos en el cuarto de la
mente ajena, no ignoramos su profunda significacion, por más que
resulte extraordinariamente difícil describirlo
Imaginemos a alguien en particular, a nuestro padre, por
ejemplo, para comprobar que es lo que registramos en nosotros, lo
que ocupa nuestro pensamiento Tal vez se nos cruce por la mente
una imagen de su rostro, pero esto apenas si agrega algo a la
experiencia que tiene lugar dentro de nosotros De hecho, vale la
pena subrayar que al pensar en el padre tenemos una experiencia, ya
que confluyen en una sensación interior constelaciones de
sentimientos, ideas no pensadas, recuerdos muy condensados,
registros somáticos, posturas del cuerpo, etc ¿De que se trata? La
experiencia total es, en verdad, el efecto que el padre tiene en
37
nosotros (y que naturalmente refleja el si-mismo que somas y el otro
a quien representamos) Y si imaginamos a alguna otra persona
(nuestra madre, nuestra esposa, uno de nuestros hijos, un amigo
intimo, un vecino, un vendedor), sentimos que dentro de nosotros
hay una formacion, una reestructuración de nuestro mundo interno
evocada por el nombre de la persona en cuestion
Creo que esta forma interna, este bosquejo o figura del otro,
dinámica aunque en apariencia consistente, es mas bien como un
aparecido interior, ya que hemos sido afectados por si s movimientos
a través de nosotros, que nos han dejado a este espectro
habitándonos la mente, conjurado al evocar el nombre del objeto
38
entregarme a un profundo trabajo inconsciente, empeño este que me
permitiría articular algo de mi si-mismo
Puedo rastrear algunas de mis pisadas psíquicas anteriores, y
una novela que es mi favorita me da la posibilidad de detectar algo
de su significado inconsciente Por interesante que sea, es la
excepci6n: la mayor parte de lo que elegimos para procesar el si-
mismo es ajeno a la hermenéutica Por ejemplo, La que se debio que a
los veinte anos me asaltara un apasionado interés por la Tercera
Sinfonía de Beethoven? Mi inter& surgio incidentalmente cuando la
escuche en un concierto, pero me sentí muy atraído por ella Al igual
que un ambiente de sostén, una obra musical introduce al que
escucha en un complejo pro-ceso no verbal interno Ese mismo ano
escuche la Misa en si menor de Bach y Don Giovanni de Mozart, y fui
a los conciertos de James Brown y Janis Joplin, y todo eso me produjo
gran placer; pero la Tercera Sinfonía paso, a ser el objeto musical
por excelencia, y la escuche una y otra vez Entre mis veinte y mis
treinta anos busque muchos objetos musicales, obras que se
sucedieron en mi investidura apasionada, pero ¿es posible descubrir,
el mensaje inconsciente de esas obras, como en parte lo es en mi
caso respecto de Moby Dick?
Estas dos obras de arte que yo use pretenden complementar un
ejemplo anterior de intento de averiguar que es lo que puede saberse
de una persona a través de los objetos muy particulares que elige en
el curso de su vida, pero al considerar que puedo saber de mi
enumerando esos importantes objetos actuales, obviamente opero en
un campo distinto del del ejemplo de la visita a la casa de mi amigo
para contemplar sus efectos personales Ahora bien: cuando pienso
en Moby Dick o recuerdo esa etapa de mi juventud en que escuchaba
la Tercera Sinfonía, mi memoria se trueca en una suerte de
recolección de objetos internos y desarrolla una constelación interna
de sentimientos, ideas, imágenes parciales, posturas corporales,
registros somáticos, etc , que se nuclean hasta plasmar una forma
interior perdurable
39
personal en el campo de los objetos, donde es luego transformado
por la estructura de dicha experiencia, y llevará en el inconsciente la
historia de ese encuentro Ser un personaje es disfrutar el riesgo de
ser procesado por el objeto; mas aún, es buscar objetos, en parte,
con el fin de ser metamorfoseado al “transitar” por el cambio,
transitando el momento procesional que la integridad del objeto
proporciona Cada nuevo ingreso en una experiencia con un objeto es
como renacer, ya que la subjetividad es conformada de nuevo por el
encuentro y su historia se ye alterada por un presente de radical
efectividad que modificara su estructura
Ser un personaje es adquirir una historia de objetos internos,
de presencias interiores que son la huella de nuestros encuentros,
aunque no son inteligibles, ni siquiera claramente conocibles: solo
son espectros intensos que no pueblan la maquina sino que habitan
la mente humana Si el idioma personal es, pues, el ello con el que
nos, y si su placer consiste en elaborarse a si mismo meced a la
elección de objetos —una elección que es una inteligencia de la
forma mas que la expresión de un contenido inferno—, su trabajo
choca con la estructura de los objetos que lo transforman, a través
de los cuales obtiene su contenido interno preciso Esta dialéctica de
la colisión entre la forma del ser humano y la estructura del objeto
es, en los buenos momentos, un goce de vivir, ya que uno es nutrido
por el encuentro
Creo que tenemos un saber particular de la naturaleza de esta
dialéctica, y que el inconsciente freudiano es la materia de dicho
saber Vale decir, el individuo usa la integridad procesional de
cualquier objeto —la inherente a este cuando es traído a la vida por
el sujeto participante— de acuerdo con las leyes del trabajo del
sueno Al usar un objeto, es como si conociéramos las condiciones de
esa participacion; sabemos que “entraremos” en un espacio
intermedio, y en ese punto de entrada cambiamos la naturaleza de la
percepci6n, pues somos liberados en un trabajo onírico en que la
subjetividad dispersa y diseminada en el mundo de los objetos es
transformada—por ese encuentro, y luego de dicha dialéctica vuelve
a si” misma, alterada en su contenido interno por la historia de ese
momento
Pero ¿son tales momentos la llegada de la esencia, la verdad
profunda de la subjetividad? En cierto sentido sí, en cierto sentido no
Es cierto que al evolucionar liberamos nuestro idioma personal en
unidades de ser y, con el tiempo, adquirimos un sentido del sí-mismo
que somas Pero eso es todo: solo un sentido O bien el sentido es más
valorado que lo que creemos saber sobre la historia del sí-mismo o el
carácter de su proceso mental Es solo un sentido, en parte porque el
destino de cada cual consiste en ser soñado por los contextos del
idioma personal y del objeto, y en parte porque las formas de la
experiencia y de la expresión socavan la serenidad temática Así,
aunque puedo decir que conozco ciertos temas de mi identidad,
aunque puedo especificar mi historia vital y establecer mi narrativa,
40
la verdad de mi vida, una verdad que creo valida para todas las vidas
es que ser humano es “olvidarse de si” recurrentemente, perderse en
el pensamiento (y en el use del objeto) cuando nos vemos envueltos
en el proceso del vivir e imbuidos por los espectros de la experiencia
Vivimos este proceso toda la vida, lo conocemos profundamente,
pero es muy difícil describirlo, aunque el psicoanálisis ha
seleccionado ciertas muestras de dicho proceso y las ha sometido a
un atento examen
Al madurar y convertirnos en seres mas elaborados, llegamos a
saber que añadimos nuevas estructuras psíquicas que nos tornan
mas complejos, aumentan nuestra capacidad para el trabajo del
sueno de la vida, y por ende problematizan nuestro sentido de una
realidad establecida, de un mundo de convenciones psíquicamente
significativas, que están a nuestro alcance para la adaptación Al
crecer, llegarnos a saber que nuestro destino es mas Bien un
descentranamiento psicobiologico paradojico: la sabiduría se mide
por la mayor incertidumbre sobre los significados de nuestro si-
mismo o de la vida Descentra-dos por la experiencia, radicalmente
historizados, sin contar con recuerdos integradores que unifiquen de
manera nítida la naturaleza de la vida, somos empero habitados por
los aparecidos del trabajo onírico de la vida , por miles de
constelaciones internas de realidades psíquicas, cada una de las
cuales es conjurable por su nombre o su recuerdo, por mas que muy
pocas sean verdaderamente inteligibles Cabe sorprenderse de que al
madurar lleguemos a creer cada vez más en el misterio de la v ida o
en la extraña condición del ser humano, cuando entramos en
posesión de (o somos poseídos por) esas realidades internas que
conocemos-pero a las que no podemos realmente pensar, por mucho
que lo intentemos? Y sin embargo, están ahí No solo lo están, sino
que las sensaciones internas que tenemos cuando pensamos en
nuestros objetos internos parecen formar parte de nosotros mas que
ninguna otra cosa ,Como los nombramos?
41
padre, pero lo que sucede, con el correr del tiempo, es que lo
conocera menos por los contenidos precisos de las asociaciones que
por algún intrigante efecto que ejerza sobre el, y que reco-ge en su
experiencia interna alga dela naturaleza de lo que yo contengo en mi
mismo.
Ser un personaje significa, entonces, aportar, junto con el
propio idioma personal articulante, esas presencias internas (o
espíritus) que todos contenemos, transfiriéndolas aquí y allá a algún
lugar receptivo del otro, que a sabiendas o no será habitado por ellas
Mi analista puede saber, por ejemplo, en que momento su
experiencia interna constela esa presencia que yo he objetivado
coma “padre”, pero en el vaivén corriente de la vida, al pasar de una
a otro lado los espíritus de la vida, apenas sabemos a quien estamos
conteniendo para el otro, por breve lapso, aunque si que estamos
habitados. Y quizá nos empeñemos en conceptualizar, en la filosofía
popular de la vida cotidiana, la índole de la comunicación espiritual
(de la transferencia y la contratransferencia), diciendo, por ejemplo,
que la persona X emite ciertas “ondas” que nos gustan a nos
disgustan, o que estamos o no en su misma “frecuencia”, o que
estamos o no “en sintonía” con ella ¿Por que recurrimos a imágenes
sonoras para referirnos a ciertos tipos de comunicación humana?
Posiblemente porque la mera ausencia de especificidad del contenido
de lo que se dice es fiel al sentido de esa ocasion: no podemos ser
específicos, aunque la selección de la forma auditiva es bastante
clara y señala la creencia en el efecto configurador de la forma como
transmisora de significado.
Ser un personaje significa que uno es un espíritu, que
transmite en su ser algo apenas identificable al circular entre los
objetos para crear efectos personales, pero que es mas
profundamente captable cuando el espíritu de uno .circula por la
vida mental del otro para dejar su huella. Tal vez dentro de cada uno
de nosotros haya una forma especial para la percepción de esta clase
de comunicacion. Quiza tengamos un oldo particular para ella, como
lo tenemos para la miisica En tal caso, somos capaces de una especie
de cornunicacien espiritual cuando estamos receptivos a la brisa
inteligente del otro que sopla a través de nosotros para afectarnos,
configurando en nuestro interior el espectro de ese espíritu cuando
hace tiempo que se ha sido. También sugiere que algunos individuos
pueden estar espiritualmente empobrecidos, con menor capacidad
para la recepción de esta comunicación espiritual, lo cual quiere
decir que carecen de un espacio interior inteligente apto para recibir
al espíritu del otro Y otros pueden ser imperialistas espirituales que
penetran con codicia en los demas, afectandolos destructivamente en
una actitud militante i,Podrfamos hablar de personas mas o menos
buen as desde el punto de vista espiritual, o mas o menos malas, si
nos atrevemos a incluir una moral de la vidainterpersonal y tenemos
presente tanto la capacidad de ser habitado por el otro como la de
conocer los limites de un otro cualquiera para hospedarnos?
42
La palabra “espíritu”, empero, se abre a muchas ideas,
prestandose, por su misma polisemia, a una suerte de mistificación
De hecho, Derrida nos recuerda que el uso excesivo de esta palabra
en el siglo XIX, su presencia que circunda como un sortilegio la
interrogación acerca de la naturaleza del pensamiento y del ser,
determine) a la larga “una falta de interes, una indiferencia, una
notable falta de necesidad […] de cuestionar el Ser de la entidad que
somos” (pag 19) El uso de la palabra “espfritu” marcaba la
indiferencia ante la indagación del pensamiento mismo, y si este
fuese el destino del ingreso del espíritu en mi discurso, seria por
cierto una triste tontería. ¿Es posible resistirse a la fuerza pendular
de las pasiones intelectuales que pervierte el valor de uso de
cualquier idea? ¿Es posible que el espíritu ingrese en el lenguaje del
psicoanalisis sin enamorarse de su propio poder sugestivo? ¿O sera
el anuncio de un movimiento romantico neosurrealista, en que lo no
captable, la aparente esencia de la experiencia, desplace al empefio
de disecar, desconstruir, de hecho desespiritualizar?
A mi modo de ver, el desafio radica en encontrar un terreno
intermedio, un “mundo intermedio” en que al vector del idioma
personal significado por “espíritu” se le permita hacer su aporte a la
reflexion sobre la experiencia del si-mismo, como ocurre con el
vector de Ia objetividad significado por las palabras “empirico” o
“derivado de la observation” Si a estos vectores se les permite ser,
crean una tensión en el individuo, y producen una clara inclinación a
complacer al si-mismo desembarazando al mundo intermedio de una
u otra de estas inquietantes fuerzas o palabras que atraen la
atención y le imponen reclamos a la conciencia
Pero así debe ser, y nuestros conceptos deben sostener la
“experiencia del cuestionamiento” (Derrida), como paso preliminar a
la recolección de datos o el surninistro de observaciones “Cuanto
mas original es un pensamiento —dice Derrida, citando a Heidegger
—, mas rico se vuelve en lo Impensado Lo Impensado es el don
(Geschenh) mas alto que un pensamiento puede brindar ” En nuestra
epoca y lugar, la palabra “espfritu” tal vez no este atin saturada de
significado y sea empero evocativa, y pueda pro-vocar asociaciones,
como Ia palabra “elle en la primera mitad del primer siglo del
psicoanalisis, o la palabra “yo” a mediados del siglo, o como mas
recientemente la palabra “si-rnismo” No obstante, nuestras palabras
a menudo necesitan ser 4esplazadas (como quizas este haciendo yo
con la frase de Winnicott “si-mismo verdadero”, al sustituirla pbr
“idioina personal”) pups el use excesivo de un termino, si bien puede
ser transitoriamente esencial para los emperios individuales y
colectivos por objetivar lo significado, a 1p postre hace que pierda su
significatividad por la solicitation, de su sortilegio, devaluando así la
potencialidad de cualquier palabra para lo no pensado.
Ser un personaje, entonces, es abandonar el “ello” del idioma
personal a sus precisas elecciones, es un descentramiento y
diseminación de la personalidad: un portador de una forma
43
inteligente que busca objetos para expresar su estructura El idioma
personal que da forma a cualquier personaje humano no es un
contenido latente de significado, sino una estetica presente en la
personalidad, que no procura imprimir significado inconsciente sino
descubrir objetos que se conjuguen en una experiencia cargada de
significado Al transitar por el mundo de los objetos, insuflando
nuestra vida en lo impersonal, reunimos y organizamos nuestros
efectos personales Al chocar contra otras subjetividades,
intercambiamos diferentes sintesis y dejamos al otro con sus
sensaciones internas de nuestro si-mismo, así como llevamos en
nuestro incons-ciente el espíritu del idioma personal del otro
Podemos conjurar estos espíritus al evocar el nombre del otro,
aunque lo que sabemos profundamente es solo en parte pensado, y
desafía extrañamente los codigos de pensamiento que tanto
valoramos en la cultura occidental
Y en cuanto a nosotros, creo que puede decirse que somos
espíritus, que dispersamos nuestro ser por el mundo de los objetos
merced a los vientos de las mutualidades humanas que se forman
entre sí. Sueño que desafía su contenido, impone el mundo a través
del trabajo onírico. Habremos tenido, entonces, una sensación
espiritual, una captación nocional de la fuerza para ser lo que hemos
sido; y esta presencia, valorada pero no captable, es un consulo en
medio de la marcha humana hacia el fin del saber, que, como
siempre, tiene un signo de interrogación
4 LOS GENEROS PSIQUICOS
Si Bien la primera reacción del niño ante una grave intrusión
ambientar es importante en la formación de un trauma, su
naturaleza verdaderamente perturbadora se revela en su “segunda”
ocurrencia, al volver a despertarse en la conciencia La persona no
solo se siente entonces cargada con los recuerdos del acontecimiento
real, sino h—ahitada por este dentro del psique-soma Si en sus
orígenes fue un choque patrocinado desde afuera, luego se organiza
intrapsíquicamente y cada vez se reafirma mas. Estas erupciones
intrapsíquicamente patrocinadas de turbulencias emocionales ponen
de manifiesto el autentico desvalimiento, confusión y aislamiento del
individuo traumatizado, haciéndose eco en parte de la soledad
original del niño.
Sin embargo, una persona que a los trece años fue victima de
algún vejamen puede contárselo a un amigo y verse ayudada por el
efecto cohesivo de lo narrado, aunque esto no ponga punto final al
trauma. Es posible que este haga su avasalladora reaparición más
adelante, a menudo “desencadenado” por un suceso que no tiene las
características del vejamen originario, tal vez mientras el sujeto hace
el amor. Por lo menos, cuando el niño de trece años llega a adulto
tendrá el recuerdo de que alguien lo ayudo, y esta respuesta del
medio, así como la terapia que significo la “cura por conversacion”,
serán parte importante de la recuperación de su si-mismo.
44
Si un niño de cinco años sufre un vejamen similar pero no
puede hablar de ello con nadie, cuando en su vida adulta algún
suceso lo evoque, el problema se complicara: la violencia padecida
no habrá sido objetivada en un relato, no habrá recuerdo de
habérsela contado a nadie, y por ende la reminiscencia no tendrá
ningún aspecto generativo, sino solo traumaticé.
Este es quizás uno de los motivos por los que algunos adultos
se sienten confundidos al experimentar la extraña sensación de
haber sido objeto de algún maltrato realmente, o solo fue
imaginario? Esta confusión psíquica forma parte del efecto general
del trauma, ya que al no haber podido narrar el hecho cuando
ocurría, la persona se siente nuevamente aislada, esta vez por la
soledad de su confusión mental El sentimiento de que tal vez no
sucedio, de que fue un invento, subraya su creciente soledad, en
particular si es poco propensa a contar tales cosas. Un rasgo notorio
de la intrusión ambiental originaria es que el niño se siente separado
de su familia y de los pares, pues ese acto lo volvio diferente, lo aislo
y lo dejo sin habla.
En este capítulo expondré mi opinión de que hay algo opuesto
a los traumas, que llamare los “generos”,1 que son la incubación
psíquica de las investiduras libidinales del mundo de los objetos La
sensación de como reunir investiduras psíquicas en una zona interna
de trabajo deriva de la experiencia del individuo en ,su elaboración
del idioma personal, proceso que implica la selección de
determinados objetos que liberen dicho idioma hasta alcanzar
expresión Como nacemos con este idioma y es elaborado gracias a la
provisión parental, el individuo desarrolla una creencia en la
diseminación psíquica que lo lleva a presumir que es capaz de
articular su idioma personal mediante la libertad psíquica para la
representación de objetos y la libertad de que goza para la elección
del objeto
45
Naturalmente, como esta libertad para la evolución del sí-
mismo se ye facilitada e influida por la madre y el padre, todo
sentido que tenga la persona ar :erca de la indole de sus
elaboraciones llevar6 la marca de la provisión parental De hecho, lo
que podrfamos considerar los “generos primarios” —factores
incipientes especfíicos del idioma personal del bebe, que patrocinan
las primeras cohesiones esteticas del mundo de los objetos— son
satis-fechos por otra inteligencia organizadora: la logica de la
provisión parental La cuesción es esta: zpuede el idioma del niño
suscitar una parentalidad generativa, de modoarticulaciones de la
subjetividad empleen los materiales de la realidad a fin de promover
la elaboracion?
En tanto que los generos se desarrollan a través de la
elaboración progresiva del idioma personal, los traumas conducen a
la ligazon del si-mismo, lo cual patrocina un cierto tipo de dolor
psíquico y da lugar a un trabajo inconsciente de muy distinta especie
así pues, estos dos principios, el de los traumas y el de los generos,
se inician como disposiciones yoicas fundamentales respecto de la
realidad, derivadas de la experiencia que el bebe y el niño tienen de
su madre y de su padre Los niños con padres muy intrusivos o
traumatizantes retinen tales traumas en una zona psíquica interna
que pretende ligar y limitar el clano provocado al si-mismo; esa zona,
sin embargo, se ire nucleando en un complejo interno cada vez mas
intrincado cuando otros traumas resonantes sean “derivados”
incons-,cientemente a ella para su contención entrelazada Los niños
que sienten que sus padres contribuyen a la diseminación de su
idioma personal desarrollan mas adelante una apertura mental
respecto de las posibles contribuciones del mundo de los objetos.
Algunos traumas psíquicos de origen interpersonal son trabajos
mentales impuestos en los que el sujeto procesa ]as identificaciones
proyectivas inconscientes del otro, que necesariamente se tornan
parte de el pero contenidas y limitadas Si mas tarde el trauma es
elaborado simbólicamente (en el discurso, o en obras pictoricas o de
fiction, etc ), el proposito puede ser evacuar su efecto perturbador
gracias a la repetición y el desplazamiento; los generos
simbolicamente elaborados, en cambio, crean reconcepcio-nes mas
intensas de la realidad, que aunque sean angustiantes, constituyen el
placer de las creatividades del yo Los generos psíquicos son
operaciones anheladas que reflejan las elecciones introyectivas del
sujeto libre de atenerse a las articulaciones inconscientes de su
idioma personal, y forman parte del Eros de la forma El niño que liga
un trauma psíquico en un conjunto de ideas procura minimizar el
contacto con el mundo externo y anular el efecto ideativo, afectivo e
interpersonal de los complejos psiquicos traumaticos El niño que
nutre sus propios generos busca experiencias novedosas que le
brinden un renovado contacto con sus estados ideativos y afectivos, a
menudo en un ambiente interpersonal enriquecedor
46
Un trauma es solo eso: traumatico, y el sujeto que contiene
estos complejos angustiantes no procurara por lo común elaborarlos
simbalicamente ni hacerles engendrar, por decirlo así, perspectivas
vitales mas radicales; pero un trauma es representado en los acting
out, en las obras creadoras, en las relaciones humanas Importa
destacar que el efecto de un trauma es patrocinar la repetición
simbólica, no la elaboración simbólica. No obstante, ciertos literates,
pintores, músicos, etc,, no hacen mas que repetirse a si mismos, y
sus obras son valoradas come simbolizaciones significativas de la
vida humana —y sin duda lo son—. El sujeto cuyo principio de
participación en la realidad es generativo tratard de trabajar
inconscientemente en cuestiones especlficas que le permitan re-
concebir su realidad y, a su turno, patrocinar nuevos modos de vivir
y de pensar Pero, nuevamente, importa hacer esta salvedad: la
incubación de los generos puede ser, y suele ser, el fruto de una gran
lucha personal, ya que cualquier cambia en el statu quo personal
implica turbulencia emocional.
En esencia, los generos son, ante todo, protonucleamientos
heredados del idioma personal de cada niño, de manera tal que si es
libre de elaborarse a si ” mismo, su vida estara marcada par
inspirados momentos de autorrealización derivados del instinto de
elaborar su si-mismo —lo que yo he denominado “pulsión de destino”
(Bollas, 1989)— Si consideramos a los babes como caracteres
embrionarios y a la temprana infancia comp una forma de
afincamiento germinal (que incluye las contribuciones inconscientes
de los padres), el niño y el adulto elaboraran luego distintas zonas
del si-mismo en diferentes mementos, con diferentes ritmos de
articulación y en diferentes cIrcunstancias Si el adulto ha logrado
relativo éxito en la expresión de las particulas que componen su
idioma personal, si ha pasado de la estructura profunda a la
participación en la superficie de la vida, tendra un cono-cimiento
interior del desarrollo, a lo largo del tiempo, de zonas de su si-mismo
hondamente privadas y que aún no son mentalmente accesibles.
Aunque en este capitulo nos centrarnos en el modo come se
forman los generos en el psicoanálisis, cada uno de nosotros posee
un saber inconsciente acerca de ello; el idioma personal es en sí una
lógica implícita de la forma (en parte heredada, en parte adquirida)
que genera visiones del si-mismo y el objeto. La habilidad
inconsciente para seleccionar objetos que liberen esta forma en sus
realizaciones deriva de la capacidad innata del bebe para moldear
una realidad psíquica a partir de su experiencia vivida El sentido de
la visión que la mayoría de las personas poseen recibe energía de la
pulsión de destino, esa moción muy particular a desarrollar la forma
del idioma personal propio a través de la articulación y elaboración
de las experiencias de uso del objeto “La forma no es, después de
todo, sino el contenido ordenado”, escribe Vendler (pag 3), y al
pensar en la personalidad como una forma, podemos decir que el
idioma personal es la manera singular como cada individuo plasma el
contenido de su vida. Dado el impulso a encontrar objetos a través de
47
los cuales plasmarse —y a la vez modelar el mundo de los objetos—,
concibo a la personalidad como una estética erótica, una inteligencia
de la forma que desea llegar a existir. Esta diseminación de la propia
personalidad nos sugiere principios creativos a los que podemos
atenernos, y uno de sus resultados es el cultivo de los generos.
Tal vez no sea posible ver de que modo los procesos psíquicos
desarrollados a partir de un trauma tenderán a la conservación,
procurando básicamente controlar el daño psíquico, desensibilizando
al si-mismo frente a ulteriores sucesos tóxicos El trauma puede
considerarse entonces como un aliado del principio interne
autóctono del instinto de muerte, que procura preservar un estado
constante librando al sujeto de la excitación; solo al comienzo es el
esfuerzo para desembarazar al si-mismo de la excitación patrocinada
por el objeto externo (u otro actual); en las formulaciones kleinianas
y en las más clásicas, en cambio, se pone el acento en el esfuerzo del
trabajo de la muerte para desembarazar al sujeto de los efectos
perturbadores de la moción instintiva el niño que evoluciona con sus
traumas es ya un si-mismo en desarrollo según lineamientos muy
particulares, como los conceptualizados por Fairbairn en su teoría de
la internalización del objeto malo, en la que el propósito es controlar
el efecto negativo de las malas practicas de crianza incorporando los
objetos negadores
El niño que internaliza progenitores que en lo fundamental
sean generativos —que contribuyan a la evolución de su idioma
personal— procurando desarrollar tales procesos internos y buscar
nove-dad y excitación como medio de desencadenar su crecimiento
personal En tal sentido, los generos se conectan con los instintos de
vida afanan imperiosamente para alcanzar las combinaciones
procreativas del si-mismo y el objeto.
El niño que establece zonas psíquicas internas de contención
para las comunicaciones parentales perturbadoras a los sucesos
conmocionantes trata de romper los nexos entre los contenidos
referidos y sus retonos preconscientes. Para usar el lenguaje de
Bion, ataca la funció de conexion que es vital para el C
(conocimiento) y opera de modo de desvitalizar el dolor provocado
por su significado transformandola en - C —con lo cual esas
experiencias internas se vivencian como un vacio— El dolor es
transferido a una nada Cuando el niño cultiva sus posibilidades
internas de reconcepción dreativa del si-mismo y la realidad, busca
conexiones entre las zonas internas de ese trabajo y los datos de la
vida que parecen vinculados a el, estableciendo así una valorización
de la labor inconsciente imbuicla de la función C.
Los generos y los traumas son principios generales, y los
psicoanalistas deben estar advertidos acerca de las incontables
excepciones a la regla un niño criado por padres intrusivos puede en
parte desalojarlos para pre-servar desafiantemente una parte de si
capaz de extraer, de ellos y de sus sustitutos, factores contributivos
Adquirire así un sentido particular sobre estas contribuciones
48
externas, y a su vez, sobre el modo como puede luego incubar zonas
intrapsíquicas para la labor de los generos Si en cambio el niño tiene
padres facilitadores, quizá, como consecuencia del nacimiento de un
hermanito, se entregue a un prolongado ataque de rabia
inconsciente que convertirá los empeños facilitadores de los padres
en huellas mnémicas de la procreatividad parental, la que será
entonces envidiada y se tornara en fuente permanente de traumas.
Podemos considerar los generos partiendo de otro modelo
psicoanalitico: el topográfico. Según la teoría freudiana de la
represión, una vía decisiva para el conflicto psíquico es la que se
abre cuando el individuo reprime de manera preconsciente sus
sentimientos, ideas y experiencias indeseables, llevándolas a lo
inconsciente, donde esos contenidos proscriptos constituyen de
inmediato el núcleo de un conjunto de ideas entrelazadas La
conciencia ha sido despojada de una parte de su contenido, y la
represión implica una merma en la conciencia del si” Sin embargo,
como según Freud esas ideas responder a mociones instintivas,
existe una energía intrínseca que busca expresarse, volver a la
conciencia para una realización mental mas plena, y esto solo puede
hacerse modificando las ideas nucleares merced al desplazamiento,
la sustitución, etc , con el fin de darles alguna expresión derivada. Si
las ideas reprimida no consiguen eludir lo suficiente la proscripción
que las recluy6 en el sistema inconsciente, tienden a reunir en torno
de ellas otras ideas y afectos que surgen en momentos de conciencia
posteriores, y que desaparecen de la mente como refugiados que
buscasen amparo en la colonia, cada vez mayor, de los proscriptos —
grupo que, paradójicamente, cuanto más oprimido es, cobra más
fuerza—. Los psicoanalistas aceptan la validez clínica de esta teoría.
Ven que el contenido consciente de los pacientes presenta lagunas
que señalan la existencia de ideas y sentimientos reprimidos o
apartados, y sostienen que esas ideas indeseables son mantenidas en
lo inconsciente mediante contrainvestiduras, fuerzas o energías
psíquicas que se oponen a su retorno a la conciencia. ””Escuchan” o
detectan en un acto fallido o en un síntoma, o descifran en un sueño,
esa efectiva capacidad de los estados reprimidos de la mente para
reingresar disfrazados a la conciencia.
En muchos aspectos, la teoría de los generos se inspira en la
teoría de la represión. A mi juicio, en el meollo de esto se encuentra
una gravitación psíquica recolectora que atrae hacia lo inconsciente
conjuntos de ideas organizadas que tienen eficacia dinámica y
representacional en la conciencia Pero la teoría de la represión solo
apunta a la proscripción de lo indeseado, y yo estoy persuadido de
que hay otro tipo de ideas incitadas a entrar en lo inconsciente
A fin de complementar la teoría de la represión, necesitamos
una teoría de la recepción, 2 según la cual ciertas ideas, en vez de ser
reprimidas, serian recibidas —aunque tanto las reprimidas come las
recibidas precisan de la barrera protectora de las contrainvestiduras
preconscientes—. Si el propósito de la represión es eludir la censura
49
o los juicios persecutorios de la conciencia, el de la recepción es
permitir el desarrollo inconsciente sin intrusiones de la conciencia.
2 La idea de lo inconsciente receptivo, contrapartida de lo inconsciente reprimido, sugiere
la posibilidad de un tipo materno de trabajo inconsciente que colaboraria con la acción
paterna En las metaforas que utilize (concebir, engendrar, incubar, fecundar, dar a luz),
tome en cuenta un cierto tipo de creatividad inconsciente que difiere de la propia de las
metaforas paternas, que ponen el acento en la represión, la dominación y In representación
disfrazada
50
ejes, que corresponden a tres modelos psicoanaliticos de la mente: el
topografico, el de la psieo-logia del yo y el de las relaciones objetales
Confio en poder sefialar así el valor de una teoría del trabajo psi-
quico que difiere de los modelos exclusivamente patolo-
gicos, per mas que la formación de los generos sea fruto del conflicto
y produzca turbulencia emocional
JUEGO COMBINATORIO
El trabajo lúdico inconsciente que un sujeto destina a cualquier
serie de “cuestiones” recibidas incuba una organización interna
derivada de dicho empeno, y dedi-cada a el Por ejemplo, un/hombre
de ciencia aplicado a su labor juega con muchas ideas; pueden pasar
ailos antes de que le surja una inspiración que prenuncie un descu-
brimiento importante, que un descubrimiento altere su manera de
planear su trabajo future 0 bien un compo-sitor este trabajando en
una sinfonia y quiza, como a Aaron Copland, se le pide que
componga una obra dedi-cada a Lincoln; tal vez entonces se
pregunte, como Copland, como “suena” Lincoln, 3 y le venga a la
mente una idea de inmediato, pero mas probable es que la idea
sinfonica sea el producto de un intenso trabajo hidico inconsciente,
llevado a cabo hasta que algo se anuncia: de los numerosos
momentos de contemplación aislados que se aplicaron a la tarea,
deriva un nucleo psíquico Esta estructura generativa auspicia
entonces nuevas ideas que, en definitiva, constituiran la sinfonia y a
la postre alcan-zaran un estado semiautonomo, modificando en ese
pro-ceso las intenciones conscientes del compositor y alteran-do
posiblemente su manera de componer en el futuro.
3 En su inteligente obra lirica, Notebooks of the Mind, Vera John-Steiner explore los
multiples tipos de creatividad; he utilizedo este obra pare sustentar mis propios hallazgos
clinicos, y creo que es un excelente punto de partida para quien desee estudiar la condena a
que someten las personas creativas a lo que yo llamo “generos”
51
este pronta y atenta, y anhela combinar/ en una cola apariencia
todos los elemen-tos/ y partes de un objeto” (pag 67)
Nunca se subrayará demasiado las largas horas destinadas a la
labor de la recepción. Todo psicoanalista sabe, al igual que sus
pacientes, cuantas sesiones son necesarias como precursoras de un
descubrimiento psíquico. Coincidirian con esta descripción de Henri
Poincare sobre el esfuerzo que lleva al descubrimiento matematico:
Durante quince días me empeñé en probar que no pueden existir funciones como las
que, a partir de entonces, nombre funciones fuchsianas. A la sazón, era muy ignorante;
todos los dias me sentaba ante mi mesa de trabajo y permanecía alli una hora o dos,
ensayando gran cantidad de combinaciones sin llegar a ningiln resultado Una tarde,
contrariamente a mi costumbre, tome café y no pude dormir Las ideas aparecieron en
multitud; sentf que muchas de ellas chocaban entre sI, hasta que algunas partes
comenzaron a entrelazarse, por decirlo así, formando una combinación estable. A la mafiana
siguiente había determinado la existencia de una clase de funciones fuchsianas, las que
provienen de la serie hipergeometrica No tenía mas que poner los resultados per escrito, lo
que me llevó unas pocas horas (pig 36)
52
Los generos psíquicos sobre los que se trabaja en el análisis
son el resultado del aporte mutuo de analista y paciente; son una
refiexion de los instintos de vida del paciente tal que, pese a las
resistencias, el pueda discriminar inconscientemente la compleja
tarea que debe realizarse para alcanzar una nueva perspectiva
significativa, que de relieve al vivir. El reconocimiento inconsciente
de los ámbitos de esa labor motiva la acción receptiva. Los
recuerdos, las representaciones instintivas, las experiencies del si-
mismo y los sueños relacionados con el complejo interno gravitan
hacia 61 en zonas inconscientes y preconscientes de sostén. Su
estructura especifica, aunque diversa, hace que cada Oilero
potencial “impresione” de una manera particular.
“Wordsworth tuvo que avanzar a tientas per esa fibra del
lenguaje —escribe Seamus Heaney— hasta hallar la forma de
plasmar una musics que vertiera, no tanto lo que Hopkins llamaba el
paisaje interior, como la tensión interior de las cosas, que en esos
momentos era conocida fisica e intuitivamente” (peg 47) A mi
manera de ver, la incubación de los generos crea esa “tensión
interns” que puede sentirse y que guía las captaciones del sujeto
entre los objetos cuando moldea intuitivamente su espíritu a partir
de la inteligencia receptiva.
El “trabajo” de los traumas seria reunir las experiencias
perturbadoras dentro de la red de la experiencia traumáticas
(convertida en recuerdo y en idea inconsciente), en tanto que el
trabajo lúdico de los generos consistiría en reunir unidades de la
experiencia recibida que se vivifiquen mutuamente, hasta llevar a un
nuevo modo de percibir.
Sin embargo, un individuo puede luchar con sus constelaciones
traumáticas internas y, transformandolas en obras de arte, lograr
cierto dominio sobre el efecto del trauma. Una opinión psicoanalítica
corriente sobre la naturaleza de la creatividad es que el artista
transforma los traumas y dolores psíquicos en objetos artísticos Y es
verdad que puede operar sobre los traumas para modificar su
estatuto psíquico, desarrollando a partir de ellos una nueva
estructura psíquica que trae una nueva perspectiva. Así, del trabajo
lúdico aplicado a la transformación del dolor psíquico y de las
perspectivas traumáticas pueden emerger los generos.
Pero en psicoanálisis nos encontramos con muchas personas
que teinen cualidades negativas en torno de las zonas traumatizadas
de su si-mismo, así como encontramos pacientes que se procuran
experiencias que, si bien son psíquicamente penosas, resultan
esenciales para la formación de los generos. Una persona que
evolucione segín sus traumas o viva los episodios de su experiencia
desde tal posición buscara cualidades negativas en los objetos y las
experiencias, ya sea porque los juzgue desagradables o
perturbadores, o porque convierta las cualidades potencialmente
positivas en negativas. De manera que las relaciones objetales de
cada acción reflejaran en parte la índole del trabajo inconsciente
53
realizado. Una persona que desarrolla inconscientemente una
intrusión de la primera etapa en un trauma cabal reunirá cualidades
negativas en una condensación en permanente nuclearniento, que
puede intensificarse hasta emerger en la conciencia cuando el sujeto
esta hondamente trastornado por la erupción de los contenidos
perturbadores acumulados. El trauma cabal puede ser liberado en el
experienciar por un sueflo, un suceso real o una persona El individuo
que cultiva los generos busca objetos y experiencias que le dejen
cualidades positivas —y aqui “positiva” no significa optimista, buena
o libre de conflictos, sino algo que conecte, y posiblemente elabore,
el material psíquico que se incuba hasta desembocar en una nueva
visión.
En rigor, los generos carecen de valor moral, digamos así, y
una persona puede cultivar estructuras psíquicas y visiones internas
que para otros pueden ser repulsivas en el orden estetico, politico o
social Para distinguir los generos de los traumas, basta preguntarse
si el individuo es libre de organizar los datos de su vida en nuevas
visio-nes que modifiquen el significado de su existencia, en un
proceso continuo de descubrimiento, o si los organiza de un modo
repetitivo, entre otros fines para despojar al yo de su juego creativo
con la materia de la existencia.
El paciente en busca de traumas saboteara inconscientemente
la labor analftica procurando hallar cualidades negativas, ya sea
mediante la distorsión de las observa-ciones del analista,
convirtiendo en destructivos los comentarios generativos o
malogrando ciertos estados internos del analista Por ejemplo, un
paciente que de niflo había sido “maltratado” por padres que lo
involucraron prematuramente en sus conflictos y en su vida sexual
(mediante revelaciones inoportunas) temía su capacidad para
destruir con sus ataques la paz mental de los demas, y se sentia en
definitiva rechazado, pensando que los demas se apartaban de el
dolidos u horrorizados, dejandolo culpable y furioso Esto solo se puso
en claro después de un tiempo de analisis, cuando someti a examen
ciertas contratransferencias y las relacione con las transferencias del
paciente Este conocfa algunas personas pertenecientes al mundo
analftico que yo también conocia, y a menudo hacía, como al pasar,
comentarios desagradables sobre ellas, afectando por un momento
mis representaciones internas, ¿Realmente X le habría hecho eso a
su esposa?, me preguntaba yo ¿Podria ser cierto que Y hubiese dicho
tal cosa de Z o de W?
Estas leves conmociones no duraban mucho, pero un die el
paciente menciono una obra de teatro que se ocupaba del
psicoanálisis, yen la que sable que yo tenía interna y sobre la cual iba
a hacer un comentario critico para una revista, aunque aún no la
había visto “Y Bien —Cita—, he visto la obra y era espantosa, y mi
amigo A, que escribe las resales de The Times, piensa que es una
impostura y una farsa intelectual. Me pregunto que hará usted con
ella cuando la vea”. En ese instante sentí como si me hubiera
54
arruinado la obra antes de versa, y me irrite. En otro momento de la
misma sesión, el paciente me conto su temor irracional de que yo
fuese a poner fin, perentoriamente, al análisis. Le dije que me estaba
instando inconscientemente a dañar mi representación interna de la
obra, así como su mundo interno estaba malogrado por la envidia y
la competitividad
Entendió la interpretación y aludió a su propensión a malograr
sus relaciones personales aislando determinados rasgos del otro o
recordando únicamente las experiencias desagradables, con lo cual
reunía todas sus experiencias del pasado en una Gestalt traumática
Al hacer esto, era consciente de una sensación interne asociada con
esos malogros, que estaba ligada a contenidos pslquicos anales, los
cuales hallaban expresión a travel de determinados procesos
interactivos Desde este Angulo, podemos aducir que la sensación
psíquica interne asociada con el malogro o dello era el clima
emocional de su pensar traumático: concretamente, la imagen
sensible derivada de la b(isque-da de experiencias daninas
El individuo que aporta a los generos parece contener una
biblioteca pslquica diferente, generada por las sen-saciones mentales
que derivan del pensamiento creativo La persona puede asociar
dicho objeto interno a la bus-queda de un sentido, de la verdad o de
la belleza, y quizases al mismo tiempo la objetivación de un marco
mental y su presencia interne
En verdad, la persona que juega con una cuestión vital aporta
de continuo al objeto interno generativo El científico contribuye con
nuevos datos y observaciones a ese objeto interno generativo cada
día de su vida, mejorando la configuración compositiva de esa
estructura interne. Ningún aporte a la solución de un problema
científico, a la forma definitiva de un poema o al diseño del motor de
un automovil se pierde en el inconsciente.
55
llevar el significado de la experiencia a la jurisdicción de la forma”
(pag 47) Esta “confluencia” de numerosos factores aislados, este
condensacifin edificada en torno de una convergencia de cuestiones
vitales, patrocina naturalmente un sentido de 81 misma, como
numen psíquica. Uno lo sentirfa coma una especie de fuerza familiar
de graVitación psíquica que atrae ideas, interrogantes y trabajo
ludico, y constituye un lugar de creatividad Por el contrario, la
persona que concentra las cuestiones vitales, a algunas 'de ellas, en
un trauma, Bien podria tenor un objeto interno que fuese el lugar de
ese trabajo y hacia el cual se vuelve para la forja de la red
traumatica; y la sensación psíquica en cuesción seria perturbadora,
coma si alguien tocase un tambor interno enloquecido.
Quiza Ia descripción mas conocida del objeto interno como
punto de referencia sea la conceptualización que hizo Einstein de la
creatividad: “Las palabras a el lenguaje escrito o hablado no parecen
cumplir ningan papel en el mecanismo de mi pensamiento”, escribio
“Las entidades psíquicas que parecen actuar como elementos del
pensamiento son ciertos signos e imagenes más a menos claros, que
pueden reproducirse y combinarse 'a voluntad'“
(pag 43).
A veces una sola palabra o frase puede servir como signo de
ubicación de este objeto interno al que uno puede volverse Hart
Crane escribe: “Es como si un poema le diera al lector, luego de
leerlo, una sola palabra nueva, jamas pronunciada antes y en
realidad imposible de enunciar, pero que a partir de entonces se
vuelve evidente, coma principio activo, en la conciencia del lector”
(pag, 182). Esta es una clase de generos psíquicos evocadores que se
logran coerced al trabajo del poema (una estructura) y que cambian
la visión que el poeta tiene de la realidad Pero no me detendre en
este interesante aspecto de la formación de los generos: el que se
observa (como lo expresa Hart Crane) cuando nos encontramos con
un objeto evocador que aparentemente no es obra de nuestra labor
interna pero a pesar de ello resulta inspirador y al pareceres
introyectado como aria estructura psíquica que auspicia nuevas e
importantes visiones Los mejores Pimientos de la educación formal
de un individuo son esas oportunidades evocativas en que un objeto
(una teorfa, una perspectiva distinta) altera de manera radical su
mode de imaginar la realidad Creo bastante probable, empero, que
esas epifanias introyectivas sean el resultado de un sustancial
trabajo inconsciente que las precedia.
“Mi experiencia de la inspiración —escribe Stephen Spender—
es ciertamente la de un verso, frase o palabra sobre algo a veces
todavía indistinto, la borrosa nube de una idea que siento que debe
condensarse en un aguacero de palabras” (pag 118). Esa “borrosa
nube de una idea” que Spender condensa en “un aguacero de
palabras” nos trae a la mente la teoría de Freud sobre el trabajo
onírico coma condensación de todos los elementos relevantes de la
vida psíquica (instintos, afectos, recuerdos, experiencias
56
existenciales), que quizá sea el prototipo de todos los
descubrimientos creativos La construcción de un genera es afin al
trabajo onírico, pues operamos inconscientemente para condensar
de manera receptiva muchos fenómenos en una estructura psíquica
que a la larga se revelara y diseminara a si misma. Más que un
esfuerzo de pensamiento representacional es un acto de inteligencia
operativa Lyotard nos recuerda que para Freud el trabajo del sueño
“no piensa, calcula o juzga en absoluto; se limita a dar a las cosas
una nueva forma” (pag 20). Según este autor, el movimiento
impensado de la condensación es el deseo, la esencia del deseo,
anterior a toda representación derivada. Al compendiar las palabras
en cosas, la condensación se convierte en una especie de cosa (una
cosa interna) que es el movimiento incipiente del deseo. “El lenguaje
del inconsciente no sigue el modelo del discurso articulado, que
como sabemos halla enunciación de acuerdo con un lenguaje. Más
bien, el sueño es la culminación del discurso inarticulado,
desconstruido, del que ningún lenguaje, ni siquiera el normal, esta
enteramente libre” (pag 33). Lo mismo ocurre con el proceso
receptivo, con esas operaciones internas, prearticuladas pero
gravitatorias, imperiosas pero silentes, hasta el día en que de pronto
la mente es inspirada a alcanzar nuevas visiones
Tal vez los generos sean la que Wordsworth denomina una
“virtud fructificante”: “Hay en nuestra existencia puntos temporales /
que retienen con notoria preeminencia / una virtud fructificante”
(pag 51), una fuerza creativa que emana de un momento muy
particular de la ontología personal “Existe / una virtud que irradia y
exalta / a todos los objetos gracias al intercambio del sentido” (pag
67), siendo esa virtud el espfritu diseminativo de una parte
generativa del si-mismo Si la teoría de la represión incluye, en las
ideas del retorno de lo reprimido y de la sublimación, un concepto de
expresión suprema, lo inconsciente recibido halla expresión en el
desarrollo de estructuras psíquicas que llegan a la conciencia en un
aguacero de energía diseminadora El yo no opera Para disfrazar los
generos, sino que usa el desplazamiento, la sustitución y la
simbolización como parte del júbilo de la representación.
Pienso en la teoría imaginista, que seem Heaney nos transmite “el
sentido de aquello que en un momento del tiempo presenta un
complejo intelectual y emocional” (pag 89) Baudelaire, Poe, Pound
(la lista podrfa continuar) crefan que la imagen concentraba vida en
ella Los “puntos temporales” de Wordsworth, los “signos” de
Einstein, la “borrosa nube” de Spender o la imagen interna de
procreatividad psíquica de cualquiera actdan como una suerte de
punto de referencia interno de esa visión proteica muy compleja que
espera nacer, ser criada y articulada
Así pues, cada uno de nosotros se remite a determinadas
imagenes internas que indican la gravitacidn psiquica del trabajo
que tiene lugar en un nivel profunda-mente inconsciente Reparese
57
en esta descripción de Henry Moore sobre el lugar interno de la
labor psíquica:
Esto es lo que el escultor debe hacer: debe empeñarse
permanentemente en concebir y usar la forma en toda su
plenitud espacial Alcanza la figure solida dentro de su cabeza,
por así decir; sea cual fuere su tamaño, la concibe como si la
contuviera entera en el hueco de su mano Visualiza
mentalmente una forma compleja desde todos los ángulos; al
mirarla desde uno de sus lados, sabe como es el otro lado; se
identifica con su centro de gravedad, su masa, su peso;
visualiza su volumen como la figura que la figura desplaza en el
aire (pag 74)
58
Al hurgar en ideas pregenerativas, notamos cual imagen,
sonido, movimiento o sentimiento promete formar parte de una
conceptualización generativa mientras “avanzamos a tientas por la
fibra” de la experiencia En un dialogo con Aaron Copland, Harold
Clurman le inquirió si los compositores ejecutaban los compases una
y otra vez, con el fin de ensayar sus ideas Copland replica que,
aunque pareciera momitono, al repetir una idea “se cobra una idea
diferente de cuel sera su desenlace El proceso equivale a averiguar:
zde que manera esta primera idea me inspira la siguiente?” Par su
parte, John-Steiner escribe: “El componer, al igual que otros
emperios creadores, es un proceso que demanda la capacidad de
sintetizar ideas germinales en estructuras elaborativas” (pag 157).
Esta descripción de la estructura musical es un ejemplo útil acerca
del modo de operar de los generos, que implica elaboraciones que
prosiguen a lo largo de toda la vide. Como las visiones proteicas de
un compositor, los generos estan “alli”, permanecen en la mente
para volver a ser usados.
Las ideas germinales quizá solo se sientan en el proceso de su
articulación Picasso ha dicho que “un cuadro no es pensado y
determinado de antemano; más bien, sigue la movilidad del
pensamiento mientras se lo hace” (pag 57) Es un lugar conún que los
artistas afirmen, con toda sinceridad, que la obra parece surgir
espontaneamente Amy Lorwell ha señalado: “Una frase común entre
los poetas es 'me surgió. Tan trillada se ha vuelto que una pone un
cuidadoso empeño en suprimirla, pero en rigor es la mejor
descripción que conozco sobre la manera en que un poema llega a la
conciencia” (pag 110) Tal vez este sea un motivo adicional por el
cual los escritores, músicos a pintores sienten conscientemente que
el objeto creado se crea a si mismo.
“En la esencia misma de la poesia hay algo indecente—sostiene
Czeslaw Milosz en su Ars Poetico— Algo emergió que no sabíamos
que teníamos en nosotros / y parpadeamos ante eso como si un tigre
hubiera aparecido de pronto / y agitara la cola bajo la luz del din”
(pag 3). Como contenemos muchas estructuras generativas, a
menudo concebidas tras largas horas de labor (y el momento de la
fecundación originaria nos es desconocido), no es nada raro que
tales recursos internos nos sorprendan, pese a lo cual nuestra
participación inconsciente en su producción (o, más exactamente, en
la producción que ellas hacen de nosotros) permanece incólume.
Este hecho de contener tantas operaciones psíquicas semiautonomas
puede ser una de las razones de que a los escritores y filosofos los
decepcione la idea de un si-mismo unitario. No se trata simplemente
de una postura posmodernista; ya en 1915, el poeta portugués
Fernando Pessoa lo decía muy bien: “Me siento multiple Soy como
una habitación con innumerables espejos fantasticos que deforman
con falsos reflejos una Unica realidad preexistente, la que no esta en
ninguno de ellos y esta” en todos” Cabe imaginar que significa
carecer de un sentido de un sí-mismo integrado, ya que entonces los
generos serfan cultivados por porciones escindidas dentro de la
59
personalidad, y esto darfa origen a una fuerte sensación de tener
multiples personalidades fragmentarias Continua diciendo Pessoa:
“Me siento vivir vidas ajenas, incompletamente, como si mi alma
participase incompletamente de todos los seres humanos a través de
una suma de 'no-yoes' sintetizados en un que es una tar día idea
posterior” (pag 5).
Pero quizas estas vidas ajenas sean las criaturas, solo en
apariencia independientes, de los generos, ese inconsciente que
“vive” dentro de nosotros, es parte de nosotros, pero patrocina ideas,
imagenes y sentimientos que “nosotros” a menudo hallamos
perturbadores y prefeririamos no tener, Son estos los “oscuros
embriones” de pensamiento a los que T S Eliot describía como “algo
que germina [en el poets] y para lo cual debe encontrar palabras”
(citado por Heaney, pag 70). ¿Por que son ajenas? quizá porque las
estructuras psíquicas nos resultan misteriosas. Mas afines a lo que
Rene Char llamó “lo real increado”, los generos no se encuentran en
el mundo externo ni poseen realidad material, aunque las otras
pictoricas, poemas, composiciones musicales y otras formas
artisticas expresan tales procesos internos Pero estas gravitaciones
psíquicas son para nosotros profundamente reales.
60
7 A menudo este momento resulta revelador, y aun-que
constituye una experiencia especial, no es ocasión para una nueva
teoría de lo sagrado; empero, describe las visiones germinales
creadas por procesos inconscientes movilizados por los instintos de
vida, y es una erotica de la forma.
INTUICION
¿Cabe sorprenderse de que un objeto interno generative realce
nuestra capacidad mental? Cuando construimos el esqueleto de un
proceso interno asi, i,no intensifica este nuestra percepción sobice la
marcha? Cuando el soñante encuentra las primeras imagenes
oniricas que representan sus pensamientos oniricos, uno cristaliza el
contenido del sueno ulteriores imágenes, al volverse su estructura
narrativa mas plausible, provocando una mayor condensación?.
Esto me parece obvio Un poeta, musico o cientifico comienza
con una noción de una tarea inarticulada y sin desarrollar Al
principio las ideas generadas son ensayos, algunos de los cuales
parecen acertados y otros no Con el tiempo, una serie de ideas o
representaciones le parece mas correcta y, al arraigar, estas ideas le
dan una visión cada vez mas especifica del mundo de los objetos, que
ahora ha sido acordado con una visión mas intensa.
¿,Que es esta capacidad, derivada de la mayor cohesión de una
estructura mental que se establece con el fin de pensar una idea aún
inarticulada? ¿No es acaso lo que entendemos por intuición: el
sentido de que mirar, donde y come? Su raiz, derivada de la palabra
latina “intuitus”, participio pasado de “intueor” (mirar), sugiere que
la intuición es la visión o contemplación de un fenómeno. El
diccionario Webster la define come “el conocimiento o aprendizaje
directo de algo sin el use conscience del raciocinio; su captación o
comprensi6n inmediata”.
¿No podriamos considerar la intuición coma una habiildad
inconsciente derivada, al menos en parte, de la construcción de los
generos? Después que el cineasta filma su primera pelicula o el
novelista escribe su primera novela, crece su sentido intuitive de la
indole de estas creaciones, y con el tiempo lo lleva a desarrollar una
inteligencia especial para trabajar en esa esfera La construcción de
los generos brinda asimismo un nuevo sentido que per-mite “tantear
la solución de los problemas de la vida” Y este tanteo no es un acto
ocultista o mistico, sino una forma del deseo derivada del trabajo
multimodal inconscien-te de las distintas zonas del si-mismo
aplicadas a una cuesción o problema Es el sentido de la via que lleva
a la revelación en la propia perception
Quiza la intuición sea nuestra experiencia precons-ciente del
trabajo inteligente del yo, que nos conduce a autorizar
conscientemente ciertas formas de pensamiento indagador que no
son conscientemente logicas pero que pueden ser inconscientemente
productivas Puede apare-cer come un factor particularmente intense
61
en nuestra toma de decisiones, en proporción con el nucleamiento
exi-toso de un genera “Antes de escribir poemas trate de for-marme
el sentido de las zonas slave que indago, las que empiezan a
evolucionar como temas que debo conocer”, dice Gary Snyder Estos
“temas” pueden asemejarse a las zonas de trabajo psicoanalitico
comprendidas preconscien-temente “Y con el tiempo los poemas
fluiran a partir de ellos”, agrega el, y nosotros podriamos anadir que
así sur-gen también las interpretaciones generativas en el aria-lisis
Un cronista le preguntO a Snyder si sus poemas se generaban en
notas que tomara sobre determinadas observaciones de la realidad
“Escucho atentamente mi propia mIlsica mental interna”, replica, y
algunos lectores tal vez recuerden aqui la descripción del sentido
multi-locular, derivado de las percepciones internas, que hace Freud
“La mayor parte del tiempo no sucede nada inte-resante”, continuo
diciendo Snyder, “pero de vez en cuan-do oigo algo que reconozco
como perteneciente a la esfera de la poesfa Entonces escucho con
suma atencion”
¿No hay en la mente del psicoanalista una zona no menos
especial que escucha de otro medo, de manera tal que aqui y alli
reconoce algo perteneciente a la esfera del psicoanalisis? (Deberia
atiadir, empero, que tales recono-cimientos derivarian de un trabajo
lúdico inconsciente realizado desde tiempo anis con las
comunicaciones pre-vias del paciente) El cronista le pregunta a
Snyder si lo que oye viene “de adentro”, y eti poeta le contesta:
“Pero, si usted lo prefiere, diriase que viene de afuera Tal vez tengo
implantado un receptor de radio en mi medula espinal” (peg 284-85)
Un poeta y el fundador del psicoanetlisis: ambos utilizan la metafora
del receptor de radio para un particular tipo de escucha, que a mi
juicio es obra de la parte intuitiva de la mente, la que sabe coma
recibir mensajes (o significaciones) si en ella han cristalizado puntos
de atraccien a partir del conjunto de nodulos psiquicos que yo llamo
generos
El hecho de que 1a intuición parezca un saber inme-diato no
debe oscurecer este otro hecho: que es el resultado de la
concentración sostenida de muchas clases de pensar consciente e
inconsciente quizá la propensión a diferenciar la intuición de la
razon pretende poner de relieve que aquella se realiza
aparentemente sin esfuerzo Trabajar afanosamente en el laboratorio,
el estudio o el consultorio en torno a una cuesción suele ser
cansador; ique distintas parecen las intuiciones, cuando nos dejamos
llevar por un palpito o indicio no razonado, luego este nos absorbe y
lo creemos cada vez mas correcto, y de pronto nos lieva a descubrir
una nueva manera de considerar, concebir o producir algo! A nadie
maraville que este pro-ceso haya sido presa de las mistificaciones Tal
vez pre-feririamos no examinarlo; si los procedimientos intuitivos
parecen tan airosos, es porque en apariencia se clan fuera de la
conciencia
62
Quisiera sugerir que la intuición es una forma del deseo
asociada con la noción que tiene el yo de lo que ha de mirar y para
que ha de mirarlo, así coma de la manera116 de proceder
provechosamente Este sentido deriva en par-te de la estructura que
evoluciona a partir de una contri-bución multiformal al objeto
generativo interno, desde los numerosos tipos de experiencias del si-
mismo que se pro-ducen a lo largo de un periodo prolongado, y debe
mucho a esa inteligencia implicita en la selección de formas por el yo
a través de la cual el idioma personal del sujeto pue-de hallar
articulation Que asociemos la intuición con la falta de
intencionalidad o con lo irracional testimonia la necesidad de un
esfuerzo relajado, no vigilante, de inte-gracien en el sujeto Si la
intuición opera con tanto exito es precisamente porque al pensar de
este modo el sujeto no ye sobre que ni con que opera En este
sentido, su vir-tud reside en su caracter oculto Puede tener exito
porque la persona que intuye es capaz de explorar inconsciente-
mente modalidades de indagación que, si fuesen plena-mente
conscientes de lo que se examina, se toparian con una reprobación
incredula
Tal vez en el futuro prestemos mas atención a la expe-riencia
del si-mismo y a los procesos mentales envueltos en la intuición Que
esos procesos internos sean objeto de nineties identificaciones
proyectivas convergentes (a las que la gente asigna deseos magicos)
no debe disuadirnos de indagar este rasgo importante de la vida
inconsciente, en particular por el papel que cumple en la experiencia
psicoanalltica Pués si bien es cierto que la atencien pare-jamente
flotante del analista le permite alcanzar una suerte de disciplina
desapasionada, gran parte de su ver-sión interna del analisis esta
determinada por su capa-cidad intuitiva
Compuestos de la capacidad del analista para seguir las
captaciones internas al escuchar el material del paciente, esos
sentimientos responden al sutil ejercicio de las formas de
experiencia y modalidades de expresión del analizando Paciente y
analista desarrollan entre ambos objetos iinntteerrnnooss especificos
del mutuo procesamiento de un si-mismo (el del analista o el
paciente) con otro (el del analista o el paciente) en un lugar
particular (el psicoa-ndlisis) así como un barco se construye para que
los navegantes crucen los mares, o los instrumentos musica-les para '
que los musicos ejecuten sus piezas, paciente y analista construyen
los objetos internos para procesar el analisis
Al transmitir al analista la naturaleza de su sí-mismo (y de los
objetos), el paciente utiliza diversas formas de experiencia y
modalidades de expresión para representar su ser Si emplea las
categorias icOnicas y verbales en vez de las gestuales, afectivas o
sonoras, transmitird una estructura perceptual dotada de un
catheter particular, que por lo comUn evocara en el analista
experiencias del sí-mismo estructuralmente especificas En este caso,
serdn las capacidades visuales y verbales del analista las utilizadas,
63
en tanto que sus capacidades gestuales, afec-tivas y sonoras no seran
influidas por el paciente, aunque, desde luego, estas categorfas
proseguirdn su vida indepen-diente En otros terrninos, el analista
sentith sus afectos, hard gestos y ademanes, y hasta puede ser que
vuelque en cadencias sonoras ciertos elementos de sf, pero no lo
hard dialogando con el paciente
Naturalmente, los contenidos idiomaticos especificos
procesados en cada categorfa seran comunicados al ana-lista, quien
se forja imagenes, crea palabras, tiene sen-timientos y reacciones
somaticas frente al analizando Con el tiempo muchos son los factores
que contribuyen a la captación multilectica del analizando, formando
en ana-lista y paciente objetos internos que llegan a constituir areas
nucleares para la recepción de los numerosos apor-tes de ambos al
analisis y para la reflexiOn sobre ellos
Un analisis es un proceso creativo que envuelve a dos
subjetividades, las que operan en tareas que se superponen, y los
generos analiticos se Forman como estructuras internas compartidas
La respectiva significación de tales complejos para ambos sera,
desde luego, diferente; el ana-lista busca inconscientemente estas
devociones como par-te de su labor creativa con un determinado
paciente; en el caso del analizando, tales objetos internos pasan a
for-mar parte de su estructura mental Pero la estructura psi-quica
que surge como fruto del psicoandlisis deriva de la colaboración y los
deseos de ambos.
64
como el significado que cede o la experiencia que brinda Si en el
procesamiento de las unidades vitales se utilizan muchas categorias
diferentes de la experiencia del sí-mismo, en la recopilación del
sueño opereran muchas modalidades distintas de representación El
contenido del sueño expresa un proceso iniciado mucho antes del
suceso del sueño —en rigor, mucho antes de dormir— Durante la
vigilia, las experiencias de la persona son reunidas
inconscientemente en distintas zonas mentales de retention,
incubando nucleos asociativos que evocan recuerdos, sirven para
liberar impulsos instintivos y satisfacen la necesidad del sujeto de
tener “sentidos” de su si-mismo Estos factores no son sino
sobredeterminan-tes que convergen en tales conglomerados de
experiencias reunidas para formar estados internos cada vez más
condensados (psíquicamente “pesados”)
A medida que avanza el dila y se suman nuevos episodios a
estos conglomerados internos, los nucleamientos condensados de la
experiencia patrocinan un potencial onirico: se ha reunido material
psíquico para la experien-cia onfrica zNecesitamos del sueño para
representar el procedimiento de condensation? 4Se ha convertido
acaso en un tipo de excitación del yo que exige descarga? Si el
individuo es incapaz de sonar esos “oscuros embriones”, ese trabajo
tal vez precise otra forma de expresien i,Sera el acto creador Oa
poesia, la pintura, la miisica) un medio alternativo de liberar los
nucleamientos para que alcan-cen representación? posible que las
alucinaciones psicoticas sean un me día violento y radical de liberar
tales objetos internos, quizá porque el psicOtico no puede hater un
uso posit ,1,o de IS experiencia onfrica ni es capaz de encontrar en la
creación o en las relaciones humanas unas representaciones
igualmente satisfactorias de lacondensación de vida reunida en los
objetos internos nucleados?
Durante el psicoanalisis, el clinico aplica su sentido intuitive
para recibir los actos transferenciales, contenidos narrativos y
asociaciones libres del paciente, jugar y tra-bajar con ellos Cuando
Freud sostuvo que el psicoanalista y el analizando operaban en una
misma longitud de onda inconsciente, la de un emisor (paciente) y un
receptor (psi-coanalista), serialo que ambos estaban en
comunicación inconsciente uno con el otro
Esta sugerente idea ha desemperiado un gran papel en la labor
clinica de los psicoanalistas pertenecientes a la Escuela Inglesa de
psicoanalisis, quienes a través de los conceptos de identificación
proyectiva y de contra-transferencia han elaborado sus implicacianes
metodolo-gicas El paciente actua de manera inconsciente sobre el
analista, ya sea coma objeto interne directo o encubierto, o sobre su
mundo interne real, Si el psicoanalista percibe un moldeamiento
afectivo e ideativo de su mundo interno propio de la labor clinica con
tm, paciente en particular, puede postular que este moldeamiento
revela las identi-ficaciones proyectivas del paciente Merced a un
perma-nente autoanalisis, el clinico opera sobre sus propios esta-dos
65
anfrnicos a fin de averiguar que mundo objetal esta solicitando el
paciente
Algunos clínicos británicos han hecho un uso excesivo de la
concepción según la cual todo contenido narrativo de un paciente es
una metáfora ampliada de la relación analista-paciente, pero lo cierto
es que esta perspectiva contribuye a desarrollar en el analista una
importante capacidad psíquica Si consideramos que el contenido
narrativo es una metafora del estado interno del paciente,
hallaremos que incluso el material corriente que este suministra
asume una potencial significación alegórica Afirmaciones comunes
como “Después de la sesión voy ir al lavadero [cleaner's]” ,o bien
“Hoy no soporto la lluvia [rain]”, se convierten en voces codificadas
de estados anfmicas inconscientes (par ejemplo, “Después de la
sesión voy a tener que limpiarme [clean] de toda la mierda ana-litica”
o “Hoy ya no soporto que usted siga reinando [reig-ning] sobre mi”
Para utilizar el potential metaforico del contenido narrative de
un paciente, el analista debe permitirse un juego imaginative interne
Sus asociaciones elaboran el discurso del paciente, así como los
episodios narrados patrocinan su imaginacian; a veces aquellas son
ulteriores desplazamientos de los pensamientos latentes del pacien-
te Pero aun cuando la elaboración interne de un despla-zamiento
aparte al analista del pensamiento latente, el retain sugiere a la vez
su origen Con el tiempo, mientras el analista elabora los
desplazamientos o defenses del paciente a través de sus propias
asociaciones, la estruc-tura de este elaboración sugerire a veces la
arquitectura de los contenidos latentes de los que aquel se defendia
A diferencia del paciente, que suele ser movido dinami-camente a no
descubrir tales pensamientos latentes, el analista este
profesionalmente motivado a hallarlos, y en ciertos aspectos lo hare
colaborando con los deseos y defenses del paciente merced a
asociaciones internas con-cordantes, que le permiten “sentir”
internamente en bos-quejo las emociones, objetos internos, defenses
yoicas e ideas inconscientes del paciente Al elaborar internamente
una defense o articular mejor un significante, el analista sigue los
indicios liberados gracias a tales asociaciones haste Heger a su
punto de origen
Me es dificil describir come escucho a un analizando en la
sesión ¡Ese deslizamiento interminable de palabras, de significantes
que evocan ilimitadas asociaciones, que sugieren nexos especificos
que implican un significado preciso; las imegenes que me llevan a un
mundo formado en la extrana intimidad de esa imaginación
compartidal A veces, el paciente seriala, a través de la texture de su
dicción, sus vacilaciones, su estado corporal y sus expectativas, los
momentos particularmente significativos de la sesión A la mayoria le
lleva de cinco a quince minutes 'entree en la sesión —legado del afen
de adaptación social a la que contribuye el silencio analitico— Luego,
algo pasa , y el paciente ya este en analisis Uno de ellos lo manifesto
muy bien: “Este es el iinico lugar donde puedo oírme hablar” Cuando
66
el analizando llega a ese lugar, pone al analista en un rapport rads
profundo con el, ye que el espfritu central de la sesión se desprende
naturalmente de las racionalizaciones o las digresiones defensives
LComo conocemos estos momentos que Dennis Duncan
llama “la impronta de la sesion”? ,Es posible llegar a cono-
cerlos per via de la formación psicoanalitica? Por cierto
que nos ayuda aprender a guarder silencio y a escuchar
adquirira este conocimiento en los textos sobre psi-
cologia del yo, relaciones objetales, teoría del sujeto? 4Es
dable que eso suceda? Sin embargo, saber seguir los esta-
dos de animo del analizando en la sesión (las predispo-
siciones que marcan a esta con su signification) es una de
las habilidades clinicas Inds importantes de un analista
Creo que la capacidad de ingresar en el estado medi-
tative de la atencien parejamente flotante, de recibir y
articular las identificaciones proyectivas, de elaborar los
contenidos narratives mediante las asociaciones libres
internas y de seguir el talante del analizando durante la
sesión contribuye a la captacien intuitive del analista Sin
dada a esto se referfa Bion all hablar del ensuerio del ana-
lista que absorbe las comunicaciones del paciente, las con-
tiene, trabaja inconscientemente pare darles sentido yen
forma paulatina se las entrega de vuelta al analizando
para su consideration
Al contener, procesar y elaborar al analizando merced
123
67
de la escena del sueño Pero esa area de trabajo descono-
cida transmite un sentido su presencia, y pareciera
como si ciertos pensamientos, sentimientos, representa-
ciones de objetos, recuerdos y estados corporales se conec-
tasen con la tarea entre mans Ya sea que en lo mani-
fiesto la cuesción radique en la negativa de una paciente
a dormir con su marido o en su temor a viajar en el (lo)
subterraneo, estas cuestiones a la postre significan un tra-
bajo psíquico muy profundo, que puede conducir a los
generos En tal caso, el analista participa en la construc-
ción de un sueño no soriando, pero que se basa en las
experiencias del sí-mismo previas del paciente y en los
aportes del analista
Durante semanas y meses trabajo con un paciente,
escuchando sus sueños y asociaciones, clispersas en medio
del tumulto polisemico del lenguaje, reunidas par el aglu-
tinante de las imagenes, y presto atención a sus pausas
sonoras y sus sugerencias gestuales, esa densa y cambian-
te panoplia de comunicaciones enunciadas por el; y a mi
vez asocio, me veo movido a adoptar ciertas posturas afec-
tivas aisladas, constituyo al analizando y sus objetos den-
tro de mi mundo interno compuesto por ellos pero que es
mi creación propia, le formula interpretaciones, le hago
preguntas, y en el camino dejo de lado muchas ideas y
puntos de vista No obstante, en me día de todo eso suelo
sentir que el paciente y yo trabajamos juntos en algo Alga
que ester mas alla de la conciencia pero es imperioso, algo
que parece atraernos a ambos, de modo tal que las ideas,
interpretaciones y asociaciones que se sienten ajenas a
esa atracción son descartadas, algo que sabemos pero no
podemos pensar Hay interpretaciones, puntos de vista,
124
68
preguntas, que parecen mas en contacto con esa zona conocida e
impensada en la eive se trabaja, aunque no mas admisibles que las
ideas que se abandonaron por el cami-
no Pero los procesos objetivantes del analista y las
enmiendas y la univocidad asociativa del paciente permi-
ten al primero seguir un camino invisible, sintiendo su presencia al
avanzar por el
Después de tres arios de analisis, luego de decenas y
decenas de sueños, de miles de asociaciones, de centena-
res de comentarios mfos, una paciente descubre el placer
de sentir coma algo diferenciado el deseo sexual del otro
En ese momenta logra también una gran serenidad al
hater las paces con su madre interna, viendola a partir
de entonces bajo una luz distinta Los recuerdos son des-
reprimidos Cobra un nuevo sentido de su padre Su tra
bajo se torna mas creativo Etcetera Se ha consolidado
una nueva estructura pslquica y la vida de la paciente
cambia Ella sintio que había alcanzado una nueva corn-
prensiiin, originalmente manifestada en que, al sentirse
en paz con su madre, comenza a saberse atractiva para
los hombres; pero este punto de vista no hizo sino anun-
ciar que habia ocupado su sitio un genero
En los meses precedentes a este “descubrimiento”,
supe que mi paciente estaba ocupada en una importante
tarea interna que involucraba a su madre y a su padre,
pero sus usos transferenciales de mí (y mis estados con-
tratransferenciales) eran tan sutiles, cambiantes e incons-
cientes que solo pude percibir el funcionar de un movi-
miento de use que, según yo creia, procedfa de la
creatividad de su yo Al actuar ella sobre sus estados anf-
micos perturbados, naturalmente se puso en juego mi
sagacidad analftica, no obstante lo cual todo el proceso
tenfa una logica propia que si bien yo percibfa, solo corn-
pren día en parte Se analizaron las resistencias, los movi-
mientos del sí-mismo falso, la s intelectualizaciones, las
69
125
70
ciencia es victima del discurso inconsciente, que a mi
entender opera a través de las leyes de la deformación
inconsciente, no tanto eludiendo la censura como la con-
ciencia prematura Más adelante examinare esta ironia:
126
71
127
POR EL PSICOANALISTA
72
La primera referencia de Freud a la atención pareja-
mente flotante se dio en el caso del pequeno Hans, de
1909, cuando escribio: “nuestra tarea no consiste en 'corn-
prender' en seguida un caso clinico; solo habremos de con-
seguirlo tras haber recibido bastantes impresiones de el”,
para lo cual “dejaremos nuestro juicio en suspenso, y pres-
taremos atención pareja a todo lo que hay para observer”
(SE, vol X, peg 23) En un trabajo posterior, de 1912, dijo
que esa suspensión del juicio “consiste meramente en no
querer fijarse en nada en particular y en prestar a todo
cuanto uno escucha la misma `atención libremente flotan-
te', como ya una vez la he bautizado” (SE, vol XII, pegs
111-12) Afirmaba que es como si el psicoanalista poseyera
una pantalla psíquica propia en la que se registrasen las
pautas significativas emergentes de la rice variedad de
impresiones recibidas
Pero las pautas no se Forman soles, y a todas lutes lo
que le impresionaba a Freud era el resultado de su propia
formación del material Siendo como era un pluralista, a
veces resultaba persuadido por traumas reales, otras
veces por los pensamientos inconscientes que estaban por
detras de esas narraciones manifiestas, a menudo por
representaciones de palabras derivadas de las imagenes,
129
73
intermedio de los objetos de la representación, y de vez
cuando por la transferencia del paciente Su teoría de
in sobredeterminación daba cabida a una visión pluralista
segun la cual no existe ninguila verdad que explique un
fenomeno, un sintoma o un suetio de modo exhaustivo: el
caracter de una persona sustenta muchas verdades
Cada una de estas perspectivas de Freud se convertfa en un espacio
ideativo de sosten en el que recogia impre-
siones extraidas de su labor clinica Su teoría de los ins-
tintos era el lugar de recepción de la resistencia del ana-
lizando a sus impulsos corporales o de su expresión de esters; los
deslices en el habla se remitian a su modelo lin-
giilstico; las dolencias infantiles a su teoría del trauma, y así
sucesivamente
En este capitulo exploraremos algunos aspectos de la
experiencia interna del psicoanalista al trabajar con el
paciente En el anterior aduje que ambos participan en
una tarea inconsciente que lleva a la formación de deter-
minadas estructuras psíquicas (los generos), y al final del
presente capitulo dare un ejemplo clinico que, segu' n con-
flo, ilustrara en parte este proceso Sin embargo, quiero
centrarme en particular en el use que hace el analista de
sus asociaciones libres, ya que creo que la comunicación
inconsciente se ye realzada si puede revelarle al analizan-
do contenidos psíquicas propios aun inconscientes pero
que parecen de especial (y espontanea) pertinencia res-
pecto de los contenidos psíquicos sobre los que el paciente
le informa Naturalmente, tendremos que considerar los
parametros de esta ampliacian de la tecnica psicoanalf-
tics, y comenzare per examinar las formers de la objeti-
vidad en el psicoanalisis que siempre deben it de la mano
con el libre juego interno de ideas y sentimientos en el
analista
130
74
LA OBJETIVIDAD EN PSICOANALISIS
75
131
76
mulación de las interpretaciones, el analista no querra
quizas enterarse de las desconstrucciones del comentario
por parte del paciente; con tanto mayor motivo, me pare-
ce, es importante que cuente, como parte de su praictica,
con un elemento operativo vinculado a la diferencia, a fin
132
77
El psicoanalista puede ademas evaluar sus estados
subjetivos objetivando la transferencia (preguntandose
quien habla en el paciente y a quien se dirige en el ana-
lista, y por que en ese preciso momento) y la contra-
transferencia (preguntendose que siente y piensa el, con
quien o con que cosa del mundo interno del paciente esta
en resonancia, y por que en ese momento) Otro vector
de la objetivacien consiste en observar de que manera
la transferencia y Is contratransferencia constituyen, si
133
78
lo habilitan a sumergirse libremente y de forma momen-
tanea en los procesos inconscientes Junto con los factores
objetivantes del analisis, el clinico usa, en sus interven-
ciones, sus propias asociaciones, conjeturas, ideas fugaces,
afectos y palpitos El paciente reacciona Corrige al ana-
lista o se explaya sobre su comentario Se establece así
una dialéctica, y el resultado de la intervención de pacien-
te y analista es una transacción entre los comentarios ori-
ginales respectivos, destruidos en esa dialéctica
Es una dialéctica que opera entre dos predisposiciones
mentales distintas, ya que en los partIcipes se alternan
las posiciones de si-mismo simple y si-mismo complejo En
un momento, el analizando, perdido en su pensamiento
narrativo, es acompariado por el analista, inmerso tam-
134
79
inteleccion, son utilizables por lo tanto con anterioridad
y es posible percibirlos de forma intuitive (o sea, incons-
ciente)
Si el sujeto confia en el trabajo lúdico y este se ve faci-
litado —ideas, sentimientos y palpitos son estimulados en
la medida en que se los considera correctos o bien enca-
minados—, surge un sentido intuitivo Creo que el psico-
analista recorre exactamente este camino cuando analiza
a sus pacientes, en la medida en que verifica de continuo,
mediante los factores objetivantes a su alcance, tales fuen-
tes internas
ASOCIACIÓN LIBRE
135
80
que la narrativa mas coherence del paciente, pués este,
por mas que asocie libremente, carga con la sensatez del
lenguaje Hablar es dar coherencia Pero el analista es
libre de permanecer callado Gran parte de lo que piensa
se vierte en un mundo de silencio absoluto, en un mundo
interno que maximiza -el libre juego de las ideas: image-
nes, palabras, sentimientos, estados somaticos, aflnidades
corporales, confluyen en un cambiante coro de captación
psíquica Llegamos así a esta interesante cuestion: la
tarea de narrar su sí-mismo estorba al paciente y lo res-
tringe en su habla, en tanto que al psicoanalista le es dado
entregarse a una gama de asociaciones libres mas amplia
Hedges ha escrito acerca de las multiples “perspecti-
vas de la escucha” en psicoanalisis, y Pine ha descrito
muy bien, en Drive, Ego, Object and Self las cuatro psi-
cologfas con que cuentan los clinicos para su trabajo Si
136
81
bien los modelos del conflicto y el desarrollo son impor-
tantes para la comprensión del paciente por el psicoana-
lista, no bastan para procesar la densa complejidad que
el paciente transmite zPor que? Porque ambos poseen un
inconsciente Aunque organicemos una unidad particular
de material mediante un determinado modelo, lo hacemos
en parte inconscientemente, y lo que es atm mas impor-
tante, nuestra consideración consciente del significado de
una comunicacien (sumo, narration, estado de animo) es
solo una fracción de los contenidos mentales que posee-
mos, ya que también pensamos muchas interpretaciones
que no formulamos Por lo demds, solemos replicar natu-
rahnente, como en un dialogo interno, a lo que el paciente
dice (“I,Ah, si? Me lo pregunto”; “No, no, pobrecito ”); nos
detenemos en algunas de sus imagenes narradas, nos
abandonamos a la ensonacion, somos conmovidos por
emociones que cambian sutilmente He comprobado, por
ejemplo, que en los minutos que siguen al relato de un
sueño puedo quedar absorto en la revisualización de un
fragmento, y mientras el paciente sigue asociando quizá
yo me entregue a un ensueño de asociaciones libres, ope-
rando sobre el material con mi propia clase de trabajo oni-
rico Pero mientras esto ocurre, otra parte de mi ha estado
todo el tiempo escindida, escuchando las asociaciones del
paciente, y cuando emerjo de mi ensofiación recordare lo
dicho y adoptare una postura de escucha mas objetiva
Por otra parte, a menudo desaparecemos del mundo
del pensamiento mismo y caemos en lo que Bion llama
“0”, un estado de meditación en que parecerla que no tene-
mos pensamientos Estos instantes de quietud interior son
permanentes interrupciones del mundo mentalmente pro-
ductivo de la experiencia interna Entonces, Lcual es la
utilidad de la conciencia en medio de esa densa opera de
estados internos? ,Como organiza esto cualquiera de
82
nuestros modelos? A menos que desechemos nuestra teo-
137
83
condensaciones del trabajo previo realizado en el analisis
Nuestra captación de la realidad psíquica del paciente
solo en parte es pensable; su logica es mds parecida a la
naturaleza de la poesia y de la mdsica que a la del pen-
samiento abstracto —o bien, para emplear la terminologia
psicoanalitica, a la del proceso secundario
Cuando el paciente cuenta un suetio, al analista “le
138
84
telaciones internas de captaciones psíquicas organizadas
de modo inconsciente, que forman parte de una respuesta
continua asimetrica y creativa ante el mundo
En Ia relación analitica, hay una sociedad de dos que
se dividen una importante tarea pero a menudo utilizan
modalidades de pensamiento fundamentalmente diversas,
al menos cuando uno (el paciente) habla libremente y el
otro (el psicoanalista) experiencia libremente Por fortuna,
ambos conocen bien Ia indole de esta división del trabajo,
y a veces el silencio del analizando beneficiary la libre aso-
139
85
con que espfritu se formulan estas preguntas y a veces
recuperan inconscientemente los sucesos significativos de
la jornada Si se refieren a algo de manera eufemistica
(par ejemplo, “tuve una horrible conversación con mi her-
mana”) y no se explayan, suelo preguntar: “I,Que fue lo
horrible?”, o Bien simplemente digo: %Horrible?”
Lo hago porque carezco de información suficiente de
mi analizando, pero al escoger un objeto del sueno (y dejar
de lado otros decorados), al pedir que se me aclare alga
en un memento dado de la sesión (y no en otros momentos
en que podria hacerlo), opera desde una zona preconscien-
te dentro de mi, en la que aim no se por quo razon formulo
tales preguntas en tal momenta; y es dable sostener que
estoy requiriendo mds material para mi propia experien-
ciar interno
140
86
cuidadoso, ya que la causa de dicha oposición deberia
resultar clara incluse, en las oportunidades, frecuentes,
en que las observaciones posteriores del paciente son
resistencias elaboradas frente a la trama de la verdad psi-
quica enunciada por el clinico, tales resistencias obran
corno articulaciones transaccionales que indican los alcan-
ces de dicha verdad, en virtud de la red de renegaciones,
racionalizaciones, afectos aislados, etc Lo mismo en cuan-
to a los acatamientos, no menos frecuentes, del si-mismo
false, cuando el paciente podria tratar de elaborar las aso-
ciaciones del analista Si el psicoanalista se siente rela-
tivamente tranquilo frente a los inevitables errores que
pueda cometer y este presto a escuchar al si-mismo ver-
dadero del paciente, con el tiempo emergeran las verda-
deras convicciones de este —y sus correcciones al analis-
ta— Si las asociaciones del paciente ante las preguntas
que se le formulan no hacen mas que corroborarlas sin
una elaboración dinamica, es probable que las preguntas
no estuvieran sintonizadas inconscientemente con el
141
87
en este case, algo que es ail porque es equivocado y ester
al servicio de una representación mas precisa Por otra
parte, el analizando adquiere así una mayor experiencia
acerca de la sensibilidad del analista (su forma particular
de trabajar), y aunque ello pueda llevarlo a la decepcio-
nante conclusión de que el analista no lo sabe todo (pode-
roso deseo infantil del analizando), mejora su sentido
inconsciente de la naturaleza de la comunicación humana
La relación paciente-analista es inevitablemente dialec-
tica, en la medida en que cada cual destruye la percepción
y la versión retarica que el otro tuvo de los acontecimien-
tos, para crear una sfntesis, ese objeto intermedio-, de la
que ninguno de ellos es dueno y que objetiva la perdida
de los anhelos omnipotentes de poseer la verdad, al situar
a los participes en ese lugar de colaboración que es el tini-
co del cual puede surgir la verdad anallticamente 11 61
Con el tiempo, el psicoanalista puede resolver ofrecer
para la consideración rnutua alga que llamarfamos una
asociación libre, per cuanto no es una pregunta ni una
elucidación ni una confrontación ni una interpretación
Creo que el use por el analista de sus asociaciones inter-
nas a fin de enunciar una intervención ester mucho mas
difundido de lo que se admite, y que a estas asociaciones
libres reveladas se las suele confundir con interpretacio-
142
88
importancia perdurable: eso es una asociación libre
La revelación de estas asociaciones ester regida, desde
luego, por parametros decisivos La regla fundamental,
a mi modo de ver, es que se vinculen con el material del
paciente, con la transferencia o con la realidad emocional
de la sesión Ye suelo revelar mis asociaciones al examinar
el sueno de un paciente y las asociaciones que tuvo al res-
pecto A veces ciertos elementos me recuerdan un sueito
o sesión anterior zQue pasa si el material mas “vIvido”
derivado per asociación se produce dentro del analista?
LQue pasa si el paciente se quede estancado o empanta-
nado en esbozos inertes de asociaciones que en si mismos
no logran converger hacia una zona significativa, a menos
que se les aliada una imagen o recuerdo evocados en el
analista? i•No podria suceder que el “eslabon faltante” este
en la mente del analista y no en la asociación libre del
paciente, de modo tal que cuando aquel aporta ese mate-
rial, lo que hace es incluir algo vital que faltaba (o que
habia sido escindido)? Cuando así ocurre, el paciente reco-
bra contacto con su sueño y los pensamientos latentes
resultaran tan dares comp pueden serlo en este trabajo
nuestro, tan especulativo Y mas adelante el analista
podra examinar que fue exactamente lo que dio origen a
la resistencia del paciente o a su proyeccian, y par que se
le dej6 librado a el que facilitase el proceso asociativo
Tal vez se diga que el analista debe permanecer en
silencio para recibir, contener, procesar e interpretar los
143
89
subyacentes del analizando, pero quizá suponga que su
asociación fue, de hecho, auspiciada por el paciente
—como parte de las comunicaciones inconscientes de
ambos—, y entonces expresar la idea espontanea que ha
tenido sera en parte ayudar a que surja la enunciación del
paciente
Si al paciente le cuesta servirse de mi asociación o solo
en parte se involucra con ella, suelo suponer que estoy
fuera de contacto con el y le dire algo por el estilo de esto:
“Lo he distraido Tal vez sus pensamientos iban por otro
lado” No es de extraiiar que mis errores a menudo patro-
cinen un proceso de asociación libre por oposicion, como
si yo hubiese expresado sin quererlo una notoria “false-
dad”, ante lo cual el paciente reacciona mostrandome cud!
es la verdad
Debo aclarar que siempre subrayo que esas asociacio-
nes mias me pertenecen, y no tienen la misma indole que
una interpretación propiamente dicha, con la que procuro
enunciar alga que creo cierto del paciente Y he podido
comprobar que, en parte a raiz de brindarle una asocia-
ción en vez de forrnularle una interpretación (tengo el con-
vencimiento de que el estado subjetivo del analista en
estas dos ocasiones es muy distinto), el paciente se siente
“Inas libre” de utilizarla, ya sea como eje de una elabora-
ción conjunta o como una fuerza ante la cual se debe desa-
rrollar una negación u oposición
Por cierto que hacemos interpretaciones, casi siempre
como consecuencia de una labor intelectual de sintesis y
corm) inevitable expresión de la creatividad del analista
Aunque sean ofrecidas al paciente de forma desapasiona-
da, serena y modesta, trasuntan una esencial investidura
narcisista del analista, sin la cual no podria concretarse
144
90
el esfuerzo de ligar los datos disponibles en una interpre-
tación que exige energia, concentración y compromiso con
la “verdad” Aunque se que, por fuerza, mis interpreta-
ciones probaran ser solo en parte correctas, y muchas de
ellas en muy pequefia parte, en tanto que otras seran lisa
y llanamente erroneas, casi siempre me complace hacer-
las Cuando me concentro para alcanzar un sentido de
autentica comprensión de alga, se que aporto a la situa-
ción clinica alga distinto de mi si-mismo receptivo, evo-
cativo, rumiador y asociante Tal vez al formular mi inter-
pretacion, la intensidad de mi compromiso se trasunta por
la forma coma procuro expresar lo complejo con lucidez
Estoy seguro de que mis pacientes sienten en ese momen-
to la diferencia que se ha producido en mi —lo cual es,
desde luego, analizable
Sin embargo, al informar sobre una asociación se habla
desde un lugar distinto que al formular una interpretación
El analista esta menos comprometido en el primer caso,
no comprende conscientemente lo que ha asociado, su
“merito” no es verificable y se asemeja más a las sinuosas
secuencias asociativas del analizando que una interpreta-
ción Si bien en ambos casos se piensa, porque el analista
siempre tendre en cuenta la corrección verbal de las aso-
ciaciones que enuncia, estas difieren de las interpretacio-
nes como objetos internos para el paciente y como objetos
intermedios para la sociedad paciente-analista Lo habi-
tual es que el analista suponga que su interpretación le
inspirara al paciente reflexiones o comentarios, y si las
ignora regularmente, esto puede convertirse er, un proble-
ma; en cambio, no espera que el analizando reflexione
sobre una de sus asociaciones libres; Trigs bien, que le faci-
litaran su propio asociar, o lo moveran a una negación
esencial que resultara informativa, o que se transformaran
en los nticleos de anticuerpos defensivos que permitiran
al analista interpretar las resistencias inconscientes
91
145
92
inferir incluso los detalles mas nimios de nuestra vida pri-
vada? 4No les estaremos transmitiendo de este modo un
temor a la subjetividad en si?
146
93
EJEMPLO CLINICO 1
147
94
ba escribiendo un libro sobre Hamlet, habia tenido difi-
cultades; y me pregunte si Lear aparecia ahl por
asociación No obstante, al comienzo de la sesión el
paciente me habia contado que su hermano mayor lo lla-
ma para averiguar por la yenta de la propiedad pero no
le dijo nada sobre su cumpleailos; inconscientemente, esto
pudo haber sido una asociación premonitoria sobre Lear,
ya que en esta obra dos hermanos rivalizan entre si para
demostrarle al padre cual de ellos le es Inas leal —tema
este recurrente en la vida de mi paciente— También pen-
se en Hamlet y Laertes luchando en la tumba, pero esta
asociación carecia de peso Me descubro reflexionando
sobre la representación de la palabra “cementerio” [gra-
veyard] y me digo a mi mismo que este paciente parece
148
95
“precipitado” llevandome a preguntarme si no nos esta-
riamos precipitando demasiado en la comprensien del sue-
no También me pregunte cual seria el precipicio para el
paciente en la sesion, pero send que su asociación no
habia sido brindada de manera espontanea sino coma algo
intelectualmente congruente
En ese momenta la sesión se desdibujo Yo habia que-
dado con la vivida sensación de que Lear tenia alga que
ver, y ahora pensaba que tal vez se relacionase con el
empefio del paciente por alcanzar la desesperacian y el
dolor que sentia En este punto dije: “Tan cerca del acan-
tilado ; esto me hace pensar no en Hamlet sino en El rey
Lear”, y Antal me interrumpie para exclamar: “iDonde
Edgar lleva a Gloucester hasta un acantilado!”, y se apre-
sura a agregar, como si pidiera disculpas: “Acabo de dar-
me cuenta de que deje de lado algunos detalles de lo que
paso el día anterior La noche del sueño vi Ran”, refirien-
149
96
su referenda al hermano que se habia olvidado de su
cumpleafios y mi asociación con Lear me llevaron a con-
jeturar por que raz6n este paciente se mostraba tan dis-
puesto a dejarse absorber por el “cementerio”; le dije: “Por
supuesto, en definitiva Edgar demuestra que el era el
mejor de los dos hermanos; así que creo que en parte debe
gratificarlo que su hermano se haya olvidado de usted, ya
que entonces puede decirle a su padre interno: To, yes,
papa, que clase de mal hermano es el' “ Ante esto solto
una carcajada y me coment6 que habia pensado que jamas
seria tan negligente e irreflexivo como su hermano, y que
estaba muy orgulloso por esta diferencia en sus persona-
lidades
Ahora bien: fue correcto que yo hiciera hincapie en
esto? No lo se Que Lear me viniera a la mente como con-
secuencia de la imagen del acantilado indica que yo esta-
ba en rapport inconsciente con el paciente, quien la noche
anterior habia visto Ran Que el se hubiera “olvidado” de
Ran parecla justificar que, al examinar el suelio, yo deci-
diera usar mis asociaciones, por un fuerte sentimiento
interior de que estas eran pertinentes El hecho de haber
llegado a esta asociacion, así como la resistencia del
150
97
EJEMPLO CLINICo 2
151
98
cia que mantenla con ella su padre), la imagine en una
situación especial y se lo dije: una cosa? La escu-
chaba hatilar y me vino la imagen de que usted era una
nena de tres arios vestida con falda y zapatillas de bai-
larina de ballet, y mama y papa le pedfan que actuara
para las visitas listed se entusiasmaba con los aplausos
y suponia que el mundo siempre iba a ser asi” Sofocada,
estallo en llanto por primera vez en el analisis y me repli-
ca : “Me vestian bien, me ponian toda la ropa y me enfren-
taban con las visitas, pero yo tenla terror a las crfticas de
mi padre y salfa a escena paralizada, sin saber que hacer”
Su ficticia y desalentadora impasibilidad se quebro
ante los intensos sentimientos que le provoco mi imagen,
que paso a ser el nudeo de una oposición a lo que yo le
habia dicho Me inform6 que esa imagen no era correcta
historicamente, que nunca habia tornado lecciones de
ballet ni habia bailado ante sus padres o las visitas
Si yo le transmitf esa imagen, fue porque capte algo
en esta paciente que antes le habia manifestado en abs-
tracto, pero que la imagen parecia representar mucho mas
exactamente Su inmediata oposición y el grado en que la
imagen auspicie significados elaborativos, tanto afectivos
como ideativos, me sugirieron que era clinicamente valida,
y a la larga contribuy6 a que ella pudiese advertir que su
gran investidura de un s!-mismo ideal durante la etapa
edipica la habia llevado a creer de veras que su padre la
cortejarla Cuando no sucedio asi, fue para ambos una
gran desilusion, que ella experimentaba ora como una
denigración de sus parejas, ora con fuertes arrebatos de
autodesvalorización
En cierto sentido, el hecho de que el analista mencione
una de sus asociaciones libres bajo la forma de una ima-
152
99
gen, como aqui, puede generar un procesamiento de los
contenidos psíquicos que difiere del que se produce en la
situación mas traditional, en la que el paciente narra y
el analista le responde con interpretaciones Con esta
paciente, yo reubique momentemeamente el lugar en que me
hallaba respecto de lo inconsciente, al producir una
imagen sumamente evocadora
Cuando ya habia pasado mas de un aria desde este
episodio, la paciente relate en una sesión el siguiente sue-
no: “Asisto a un espectaculo de ballet en el Covent Gar-
den Estan representando La cenicienta o El lago de los
eisnes Yo estoy vestida con un traje blanco de acrObata
muy ajustado al cuerpo, y disfruto de estar así vestida,
contenta con mi cuerpo En un momento dado, hacia el
final del espectaculo, me llama alguien de la producción
para decirme que necesitan que yo baile al dfa siguiente
por la tarde, ya que no tienen a nadie para reemplazar
a uno de los miembros del elenco que no podra estar pre-
sente Protests, diciendole que no sabia bailar, pero ellos
insistieron en que lo hiciera; persist! en mi negativa, y de
pronto parecia como si estuviera en medio de una Opera
y yo les decia que no sabfa cantar Me contestaban que eso
no importaba, porque lo unite que tenia que hacer era una
parte recitada El sueño pas6 luego al dfa siguiente, unos
minutos antes de que se alzara el telOn Un hombre ves-
tido de principe me miraba y decla que yo no era la artista
apropiada, que evidentemente yo no era la estrella Yo
coincidfa con el, pero el resto de la gente insistfa en que
saliera a escena de todos modos, pués de lo contrario iban
a tener que suspender la función Por supuesto, me sentfa
muy turbada, pero al mismo tiempo segura de que estaba
tomando la decisión correcta Y ahi terminaba el suerio”
Poco antes de iniciar este relato, la paciente me habia
dado un folleto que describia su actividad como abogada
y un curso especial de capacitación que ella patrocinaba
100
153
101
encanta!”, con un apasionamiento realmente llamativo, ya
que durante machos arios no habia dejado pasar una
semana sin lamentarse de que solo po día actuar ante los
154
102
algo que no habia mencionado nunca: un episodio de agu-
da perdida del sentido de realidad unos aims atras, cuan-
do tuvo que subir a un escenario para recibir un premio
Dijo que se habia sentido como si estuviera “fuera de su
cuerpo”, observando el hecho desde muy lejos, y que en
un momenta experimentO un gran panico, el terror de
“perderse a si misma alli yen ese instante”
155
103
que el traje de acrabata representaba una investidura
narcisista infantil en su propio cuerpo y que en el sueño
esa investidura parecia reflejar al principio su identifica-
clan con los personajes que salian a la escena En su con-
junto, su relato de esta primera parte del sueño se ase-
mejaba a un recuerdo de una nina jugando, si así puedo
decirlo Pero hacia la mitad del sueño transmitio su temor
de que el deseo del otro se aduenara de ella: los personajes
del sueño querian que hiciese algo que no po día hacer,
aunque a todas lutes estaba dentro del campo de sus
anhelos No obstante, dado que en las semanas anteriores
me habia contado camo se habia sentido poseida por su
156
104
orientación realista o un sentido de realidad, y manifes-
tandolo) como medio de poner coto a ambiciones gran-
diosas
Le recorde nuestras asociaciones libres de un ario
atrds y le dije que ahora parecia estar corrigiendolas No
era que sus padres no la hubiesen vestido bien o que fue-
sen demasiado criticos, sino que tanto ellos como ella mis-
ma habian adorado a tal punto al si-mismo nina que ella
era, que no tomaron en cuenta los pasos reales que debian darse
para la realización de sus deseos Ni siquiera en la
actualidad era capaz de subir a un escenario para recibir
el reconocimiento por su trabajo sin sentir, de algiin modo, que
no le correspon día estar ahi
Me contO entonces por primera vez que durante su
nifiez la madre se empefiaba en vestirla Cuando lo oi, me
pareci6 casi increible, pero continua describiendome el
157
105
quitado por la madre y el amor fuera de lo comtin que ella
le tenia Concorde conmigo y se produjo un silencio de
unos diez minutos, en los que tuve clara noción de que se
hallaba trabajando profundamente en algo Dijo después
que le parecia importante haber sido atrapada en su acep-
tación de la producción del espectaculo, por el hecho de
aparecer en el Covent Garden Tras esto tartamudeo un
poco y agree,' que pensaba que el final del sueno era
importante, pero no sabfa por que Me paredo que estaba
muy cerca de captar su significado, y le dije que en parte
ese final expresaba la confabulación de su si-mismo infan-
til con las ambiciones de su madre, pero que ahora tenia
un padre interne que era capaz de ayudarla a captar la
realidad; y aunque no po día bailar con ese principe en el
escenario, en rigor esto la reconfortaba, pués al oir que
no era la artista apropiada experimentaba una valiosa
sensación de realidad personal
Guard6 silencio por unos instantes, y después me
coment6 que cuando participaba en algún congreso y de
pronto titubeaba un poco, sentia como si yo estuviese jun-
to a ella, como si ella estuviese revestida por una especie
de “manto protector” que era yo; y era un secrete, y en
158
106
especie de secrete, y en el pasado habia pensado que po-
htan quitarselo si no lo mantenia en secrete Creo que mi
comentario solo en parte era correcto, pero estaba lo bas-
tante proximo a las ideas latentes coma para mantener
la dinamica asociativa de este elemento en la sesión Tam-
bier) pense que el trabajo en ese nivel era un avance, tanto
respecto de las intuiciones inconscientes y preconscientes
de importancia como de la comprensión consciente de los
contenidos mentales precisos; de mode tal que, al decirle
lo que se me ocurrIa, yo estaba en algilm punto intermedio
entre la asociacien y la interpretación
La paciente se reale) entonces francamente a un cam-
bio que, segun ella, se habia producido en mi varios dias
Ards, y que consideraba significativo No sabia come des-
cribirlo, y al reflexionar sobre el se le ocurria que en rea-
lidad no era un cambio en mi sino en ambos, o mas Bien
—volvi6 a corregirse—, un cambio en ells , que nos habia
modificado a ambos Me dijo que siempre me habia vista
como una especie de dios del Olimpo, y al analisis, coma
a una situacien oracular en la que ella era la suplicante;
y en cierto modo estaba como acosada par el problema de
tener que sacar alga en limpio de esto Ahora me percibia
como una persona dedicada intensamente a su trabajo,
dedicada al analisis Este reconocimiento pareci6 intro-
ducir una notoria diferencia en su manera de percibirse
en mi presencia
159
107
cribian transformaciones que iban de lo deficiente a lo
atractivo, debian ser comunicaciones transferenciales
Pense Tie me estaba comunicando su creencia de que yo
esperaba grandes cosas de ells, pero ya habfamos traba-
jado sobre esto muchas veces, y se me antoje que el prim-
cipe del sueno era una parte de mi que le decia que ella
no era apropiada para el papel grandioso que se habia
asignado a si misma
Sin embargo, lo que me seguia inquietando era la dife-
rencia que percibi entre su resistencia ante el personal de
la opera y las multiples resistencias que ella habia expe-
rimentado en su vida: frente a su marido, sus amigos, su
madre, etc Una pletora de material anal me habia suge-
rido su valencia instintiva: retenia sus heces para desafiar a la
madre, y no las entregaba nunca, aunque muchos
sueños incluian escenas en que ella era cubierta por las
heces Ahora la resistencia ante sus ambiciones grandio-
sas parecia representada de un modo logico o realista ,
!pero en un sueño! En otros terminos: habia encontrado
la manera de usar al padre como principio de realidad, y
luego, de usar este principio para aprender a decir que no
de un modo que no fuese patolOgico
Le dije que el sueño parecia anunciar un cambio
interno: que habia encontrado una parte de ella capaz de
decir que no, tanto a sus propios anhelos grandiosos como
a sus padres internos, que al parecer la habian adorado
excesivamente Esto implicaba hallar su propio si-mismo
corporal, compuesto por su propia figura pero también
revestido de elementos procedentes de sus identifications
con madres y padres, todo lo cual era esencialmente secre-
to
Tanto la paciente como yo teniamos la sensación de
160
108
que habia ocurrido un cambia psíquico cuyas pruebas
estaban ahora ante nosotros Pense que mi tarea era
manifestarselo de modo realista, en lo cual po día verse
una forma de celebration; pero era consciente de su corn-
prensible temor a que yo la idealizara Le dije, pues, que
su “mantel' era el usa privado que ella hacia de mi, pero
que sin duda le preocupaba que dada la importancia de
esa sesien, yo la aprovechara para aduenarme de ella, ya
que podriamos terminar adorando este cambio que se
habia producido Se ri6 con alivio y comento que en la
medida en que siguieramos hablando del tema, suponia
que eso no iba a suceder Y lo cierto es que yo sentia que,
si bien el cambio producido obviamente tenia que ver con
el analisis, era bastante independiente de mi, y decidida-
mente le pertenecia a ella
Los generos psíquicos construidos en el analisis son
el resultado de ciertos tipos de juegos y de formas de tra-
bajo entre el analizando y el analista Pienso que mi aso-
ciación libre en la que la vi con traje de ballet, por mas
que no fuese histericamente correcta, se relacionaba con
algUn lugar de su realidad interna inconsciente Fue una
pequeiia pero sugestiva contribution, a mi juicio, al sueño
que tuvo lugar un alio despues, en el que la paciente lle-
vaba un traje de baile Este sueiio anunciaba una nueva
posición psíquica de la paciente, en la cual ya po día
enfrentar a los principes (incluido el principe-analista) y
decir que no a las limitations que sufria al ser idealizada
109
161
110
gia del yo en Estados Unidos y la teoría de las relaciones
objetales en Inglaterra— crei posible adquirir una tecnica
que solo fallara en caso de no darle yo un use apropiado
Cref que debia haber al menos un modelo que, de ser
entendido, guiarla al chnico hacia la comprensión de su
162
111
algunos sintomas, el senalamiento de las defenses, el and-
lisis de los complejos edipicos—, el clinico logra una eficaz,
aunque limitada, comprensión del paciente Pero el
inconsciente no cesa de actuar, y el material psíquico en
el que labra su obra este mucho mas ally de nuestro
saber Cada analista y cede paciente deben avenirse a las
limitaciones del psicoandlisis si pretenden mantener una
relación veraz con la condición humane
Como es logico, en todo momento procuro dilucidar
163
112
modelos de curación sino que eso es lo que nuestros
pacientes esperan, ya que sus padecimientos solo pueden
aliviarse merced a nuestros empenos de organización
Pero la paradoja sigue en pie: al llevar al espacio clinico
nuestros modelos de curacion, invariablemente nos opo-
nemos al proceso que permite al analizando escapar a tra-
ves de los movimientos polisemicos de expresión incons-
ciente
Per cierto que imponemos al paciente nuestros mode-
los de la mente, el si-mismo y la relación de objeto; 1,con-lo
podria ser de otro modo? Pine aduce que nos es imposible
no organizar a nuestros pacientes en marcos de referen-
cia; ,no podria ser entonces que nuestra propia ignorancia
sea la matriz de la libertad de paciente y analista? En
Forces of Destiny, sostuve que debemos “no saber” a nues-
164
113
nemos al paciente nuestros modelos de la mente, como no
podemos dejar de hacer, compartamos igualmente con el
el testimonio de la desconstrucción confiable de dicha
autoridad Ahl habria un potential equilibrio entre la
necesaria ambición que autoriza nuestra basqueda de la
verdad y el movimiento inefable de procesos inconscientes
que nos mantiene en la condición de representantes demo-
craticos en la asamblea de la conciencia, mas que de
monarcas de una verdad impuesta
165
Parte II
114
6 CORTAJEARSE
169
115
muslos Siempre nos parecio que podfamos manejar un
caso de cortajeo, pero ahora aparece la angustia: las muje-
res han entablado una competencia entre ellas, se desa-
fían unas a otras, se cortan cada vez mas profundo, la
herida ya se ha difundido y vuelto cosa pUblica, pués a
todos nos inquieta que una de nuestras mujeres —hablo,
desde luego, de nuestras pacientes— se haya cortado y
marque así nuestra relación con este acto de , 1,de que?
“Bueno, evidentemente, S se cortajea porque quiere
ver hasta donde se le permitird Ilegar Esta tanteando los
limites zHasta donde podra llegar sin que le digamos
`Basta: o aceptas las reglas de nuestro hospital abierto,
que prohiben la automutilacion, o to vas a otra parte' ” /
“Obviamente, S se cortajea porque esta planteando la pre-
gunta: `i,Quien va a controlar mi cuerpo, el cuerpo en cues-
tion? ,Acaso usted? iComo se atreve!' Tendriamos que
pedirle que hable acerca de ese sentimiento suyo sobre su
cuerpo, que ya no puede controlar ” / “Tendrfamos que pre-
guntarle al analista, o a S, o a ambos: Nue esta pasando
en la transferencia para que la analizanda se yea movida
a cortar a su analista en este momento?' ” / “Cortarse es
un alivio La paciente se cortajea para liberarse de sus
contenidos internos persecutorios, que evacua concreta-
mente al sangrar, uniendo así el yo con el superyO en una
alianza de placer en el dolor ”
“S”
116
de esta artesanfa prohibida Hago una incisión junto a la
otra, es un valle lleno de incisiones Le digo a la enferme-
170
Que emotion
Mi pulgar en vez de una cebolla
El extremo superior ya no esta
Solo qued6 una especie de bisagra
de piel
117
“i,Que celebro al cortarme? Adoro el paso del tiempo,
el intervalo que transcurre entre la incisión y la llegada
de la sangre Espero zHabre cortado lo bastante profundo
como para que brote la sangre? ,O sera un corte de virgen,
sin menarca? Tengo que esperar Estoy acostumbrada a
171
118
que me saque los puntos, como el delgado algodon de un mundo
de muriecas, y luego sus gentiles miradas fijas y
sus bondades de mujer
“No la mirada de miedo del rostro del hombre Yo toda-
via no lo hice, pero A si se lo hizo al Dr Z con ese enorme
y maravilloso corte a través del vientre 'Eh, tu, minero
del carbon del inconsciente, echale un vistazo a esto, abre
los ojos a esta conicha* temible, sin vello pubiano que pro-
172
119
espiarse; basta con que mire para abajo, en cualquier
momenta, y ahl este Pero yo no puedo Lo intent& En
muchas, muchas posiciones Po día atisbar la vulva, pero
no echar una buena mirada, larga y relajada Terminaba
siempre con el cuerpo dolorido por intentarlo Necesitaba
echarle una larga, larga mirada
“Asi que tome un espejito de mano del armario de mi
madre, me acoste en la cama sobre unas almohadas que
puse bajo la cintura, y me abri de piernas Y ahi estaba
El famoso psicoanalista frances Jacques Lacan escribio un
articulo sobre el estadio del espejo Dice que el bebe se
mira en el espejo y ve una imagen de pura organization
173
120
pados cerrados de los medicos cuando les mostramos como un
relampago nuestra herida La concha es la alucinación negative de
toda una civilization,
“Mis corichas no son lo real, ,o si? Por lo comun, lo uni-
co que hago es raspar mis superficies A veces brota la
sangre y simulo sorpresa: isale sangre! Pero la controlo
Mis covichas impactan al analista Le muestro como un
relampago mi herida sangrante y lo fuerzo a cerrar los
ojos, pero esta coricha no es rods que un callejon sin salida,
no tiene interior, no hay complicados pliegues de capes de
piel que se abran camino hacia mis entranas Les expongo
a los medicos un modelo medico de mi concha, una versión
reducida, que no se interne en el cuerpo, simplemente una
representación de superficie para que se familiaricen con
el diagnostico
“Si mi medico me conociese, sabrfa en clue momentos
tengo ganas de cortajearme Lo sabrfa antes de que yo
sangrase Cuando me viene el perfodo , bueno, uno o dos
dias antes de que suceda, yo cambio Cada cual cambia
174
121
no necesito decfrselo siquiera (Estamos en esa epoca del
mes, o hien: `40tra vez is epoca maldita?', y yo les
hago series afirmativas con la cabeza; todo esto cuando
apenas se ha iniciado el cambio Pero mi medico es un
imbecil, no se da cuenta de nada Ni una solo vez me pre-
gunto si estaba con la menstruacicin De vez en cuando
husmea algo raro, quizas huele algo, pero ya es demasiado
tarde Nunca dice una sole palabra Y creen que son tan
inteligentes, estos medicos Escriben artfculos sobre el
dolor psiquico, pero cuando lo tienen delante no lo reco-
nocen! Ni por casualidad Y ahi estoy yo, enfurrunada,
fastidiosa, sensibilizada por el dolor, y el no dice ni sabe
nada No creo que se de cuenta siquiera cuando estoy san-
grando ,Por que tendria que decirselo yo al muy ignoran-
te? Llevo mi cartera con los Tarnpax, la pongo delante de sus
ojos, todos los meses unos cuantos dies 4Piensa que
el me dice algo al respecto? Lo hago esperar mientras me voy al
toilette, solo para hacerlo mes evidence, pero
,acaso se do cuenta?
“No me conoce No conoce nada de los signos de mi
dolor, así que me encanta impactarlo con mis callejones
sin salida, mis pequenas coi'ichas, que él se toma muy,
pero muy en serio Esos si que son signos indudables de
dolor Marcas incuestionables Inscripciones Textos escri-
tos por todo mi cuerpo Los lee, lee estas pequenas
colichas con la seriedad de un antropologo cuyo imico tra-
bajo de campo con los nativos se lleve a cabo en la biblio-
teca Me da placer reirme cuando se toma tan en serio mis
175
122
mente monumental Tal vez me vaya a un motel, me corte las
munecas, me meta en la bafiera con agua caliente,
tome algunos Xanax y me duerma
“Asi que lo estoy cortando a el Eso es lo que me dice
Buena, si, es lo que deseo Quiero que mi corte lo define
`jAh, Dr Y!', le inquieren sus colegas, '4cOmo anda S?' iEl
medico cuya paciente se cortajea! El medico definido por
las coiichas, el que no sabe mucho, el que ignora cuando
viene la sangre Que sea el mismo una coricha, una peque-
covicha Yo sangro, el sangra Yo sangro mucho, él san-
gra mucho Me corto apenas: da un suspiro de alivio Que
sea una cowicha zLo hare sangrar cada veintiocho dias?
Lire a visitarlo, callada, taciturna y misteriosa, cada vein-
tiocho dias, para ver corm se convierte en una concha,
tajeado por su angustia? 4Le preguntare si se siente bien?
,Que tal si le digo: 'No se lo ye muy bien hey, Dr Y Este
palido La sangre se le ha ido del rostrá ,Lo hare? `Parece
que esto sucede una vez por mes, Dr Y, 1,de que se trata?
Usted lo llamaria identificación proyectiva, i,no es cierto?
Lo inquieto a muerte cada veintiocho dias o algo asi,
haciendole pensar que voy a matarme, y sin embargo
usted tiene este periodo de su mes para mi' Pobre hom-
bre I,Se lo dire?
“No El no tiene entrafias para mi Ningan lugar que
me permita mirar dentro de 61 Solo esa exterioridad fali-
ca, ese monton de abono expuesto, esa medicalidad encar-
nada Entonces, i,por que habria de ver 61 dentro de mi?
IPor que habria yo de abrirme a 61? LPor que mostrarle
mi verdadera abertura? Es un ignorante, de todos modos Estas
pequeiias cowichas, estas falsas incisiones, estos fal-
sos dolores, son para 61 y sus falsas curas
“Las mujeres del hospital tendriamos que unirnos Los
176
123
tenemos asustados iUna, dos, tres pacientes al hospital
para ser suturadas en una semana! Dicen que es un
record Un chorro de sangre que va desde este falso hos-
pital hasta el lugar verdadero, donde cosen el dolor Tuvi-
mos una minima oportunidad de unirnos; to hicimos hasta
que R, esa perra competitive de mierda, se corto A lo
grande, por supuesto Sin secretos Sin arte alguno Sim-
plemente fue caminando al salon y alli se corto desde el
hombro hasta la muiieca, entregandose al Dr P como la
bella histerica flotando entre los brazos de Charcot en el
hospital de salitre* para psiquiatras impotentes Ella nos
enfrento a todas contra todas: una guerra de cowichas
tiene la concha mas horrible? i,La mas grande?
i,La mas ancha? i,La mas larga? 4Cual resulta atractiva,
cual repulsiva? jAh, pero ahora estamos perdidas, somos
rehenes de nuestra necia competencia por estos hombres! Todas
menos A, que se corta su cuerpo de Carrara con la
seguridad de un artista de la Toscana: esa masa suya
estaba preparada para que la cortasen y ella esgrime la
navaja como el cuchillo de un escultor ”
124
* Saltpeter en el original; alude a la Salpetriere (lit , “el
Salitral”),
hospital de Paris en donde data sus cursos Charcot [T]
177
125
mientras es reconfortado, tai vez por unos ojos que lo miran con
cariiio? Pocos parecen saberlo Debe rechazar a muchos presuntos
pretendientes, y por lo comun deja la escena sintiendose
profundamente solo, Re-
no de asco por si mismo y con la mente desordenada por las
postimagenes de penes, traseros, pechos pianos, brazos velludos,
piernas musculosas o cualquiera de las otras partes que se exhiben
en esa tienda de cuerpos
179
126
sexuales impersonales con extranos, representan a veces
un tema decisivo en el dolor psíquico inconsciente de algu-
nos hombres homosexuales Por cierto que los detalles
concretes de la vida de fantasia de cualquier homosexual
son tan disimiles entre si como los intereses eroticos de
los heterosexuales Un bar para gays no presenta en lo
conductual ninguna diferencia objetiva con un lugar de
cites heterosexuales Sin duda, también a los heterosexua-
les les atrae la erotica de las partes del cuerpo, y practican
el autoengano y el engaito ajeno de ese intenso inter& por
el intercambio orgasmico con el otro al que tan rapida-
180
127
de novelas y diaries intimos escritos por hornosexuales
Lo hice porque considers muy probable que algunos
autores hornosexuales describiesen el contexto de la
escena de la discoteca, explorasen la experiencia de ser
ahi un observador participante y reflexionasen sobre la
psicologia de ese acto No me equivoque De hecho, tengo
una deuda muy especial con un grupo de autores cuyo
extraordinario autoexamen y cuya profunda compren-
sión de si mismos son testimonies de un grado de con-
ciencia notable Creo haber aprendido reds de esta lite-
ratura que de los escritos psicoanaliticos pertinentes;
estas obras (desde la profundamente conmovedora de
James Baldwin, El salon de Giovanni, hasta la reciente
opera prima de Alan Hollinghurst, La biblioteca del
natatorio) trasuntan una indagación literario-psicolegica
181
EL ACTO EN SU CONTEXTO
128
Habitualmente el teatro de la promiscuidad gay se
sada en el bar, el sauna o la discoteca, pero bien puede
ser un parque o un bano pablico Johnny Rio, el heroe pro-
miscuo de la novela Niimeros, de John Rechy, frecuenta
los tines oscuros y los parques de Los Angeles “Hay en
esto algo de una pantomima, de un sumo congelado, un
trance, un aturdimiento traumatico e irreal” (peg 98),
cavila, sentado en el parque entre sus companeros de
merodeo Baldwin describe una escena en que uno de los
personajes de la novela “forma, con los parroquianos del
bar, una troupe que a partir de entonces desempefiara sus
diversos roles en una obra que conocen muy bien” (peg
54) i,Cual es en este sitio la fuente de la excitation? No
por cierto el aumento de la tensión erotica de la interre-
lacion; con Inds frecuencia, este es un teatro de descono-
cidos “Nunca he deseado a otro hombre, solo me excita
lo que otro hombre hace, no el”, dice Johnny Rio (pag 45)
i,Sera la escena de la discoteca el lugar de la action, del
acto, en el que results particularmente excitante lo que
un hombre se hace a si mismo y lo que hace con los otros
y para los otros?
182
129
inertia, disfrazado y ornamentado hasta parecer su empa-
lagoso opuesto, una extravagante caricatura de la vida y
el jUbilo: escena gay que oculta una intensa soledad Como
dice Johnny Rio, “Es, por lo tanto, un juego, pero un juego
que no puede ganarse porque no tiene limites Selo él pue-
de ganar: el juego mismo y el parque” (pag 190) El par-
que: ese lugar especial en el que habita Johnny Rio Mas
adelante afirma que solo estard “con personas que tengan
identidad hombres o mujeres personas a quienes
conozca El parque este' para [ ] perder el control y per-
der la identidad” (pag 245) zPor que este acto debe ser
tan imperioso? i,Por que constituye un lugar simbolico tan
decisivo en el mundo gay?
“ESO”
183
130
sexual transicional, para la existencia de un “eso” Algu-
nos autores homosexuales han captado este sentido del
surgimientO de un-objeto indeteAninado a partir del lugar
del deseo
El personaje principal de El salon de Giovanni, de Baldwin, vive
ese instante cuando ve que de la escena emerge una figura:
184
131
quier otro de los habitues a ese sitio: Sutherland (Holle-
ran, Bailarin del baile, pag 37)
185
132
trar un objeto de amor— es el afar), de surgir de las ceni-
zas de esa borradura “de eso a eso” hacia el amor, el cono-
cimiento mutuo y la posesión de una identidad Merrick
lo dice muy bien:
133
ya mAs de veinte arios y su vida erotica se descargaba
mediante la masturbation, atrincherado en su departa-
mento, lejos del contacto con los demos Cercano a la
treintena, fue por primera vez a una discoteca y “tuvo
186
DENTRO DE LA MADRE
134
los relatos de los pacientes homosexuales sobre su niriez,
me impacta su abrumadoramente uniforme preocupación
par la madre, a quien por lo comtin ven como un ser que
los circunda compasivamente, un ser persuasivo y absor-
bente Pero, Lque conclusión debemos sacar de ello? Hay
quienes describen con tanta minutia la personalidad de
su madre que uno queda convencido de que en verdad era
una figura dominante que le imponia al niño la persona-
lidad que este debia tener, pero las madres de otros homo-
187
135
en casos extremos podria constituir un “genocidio intelec-
tual” (/ease el capitulo 10)
Supondro, pues, que la relación del nifro homosexual
con su madre resulta determinada por tantos factores
como la del niño heterosexual Algunas madres ocupan un
lugar imponente en la mente del niño porque eran impo-
nentes; otras, porque el niño las volvi6 imponentes para
proyectar en ellas partes de si mismo en busca de segu-
ridad; o para encontrar refugia frente a un padre realmen-
te frio y distante; o para contener un si-mismo ideal den-
tro de un otro ideal, mientras el padre contenfa un
si-mismo malo dentro de un otro negativo; o para o
para a para Las causas son en principio infinitas
Bruce, empero, estaba persuadido de haber sido un
nino cautivo en el mundo interno de la madre Esta se
dedicaba enteramente a 01, extraia un deliberado y obse-
sivo placer en vestirlo con prendas femeninas y pasearlo
188
136
minable, se dio cuenta de que el episodio no habia durado mas
de cinco minutos (lino para los dioses, peg 48)
Thdo esto le acontecia en un estado parecido a un trance
y al mismo tiempo de aguda conciencia; coma si otro ser
hubiese ocupado transitoriamente la caparazan fisica que
era Malone Al llegar a su case y emerger de ese juego onf-
rico, como un hombre que acaba de asesinar a alguien y
al retornar a su departamento se sienta a tomar un plato
de sopa, Malone se dio una ducha que dura mas de una
hora y se lava la Boca con jabon (Bailarin del baile, peg
67)
189
137
complejidad, ya que el que persigue relaciones fugaces
advierte que esta dentro de un mundo objetal que lo
absorber* de modo tal que su perdida de reflexividad es,
en rigor, solo una experiencia ritual No existe un auten-
tico abandono a un proceso de investidura proyectiva del
propio mundo con partes de uno mismo, porque de ante-
mano se percibe al mundo como algo avido por transfor-
mar al sujeto segun sus propios patrones así pues, los
sujetos que van en busca de relaciones fugaces solo en
apariencia se entregan a su si-mismo simple: de hecho
estan extraordinariamente atentos a si mismos, y crean
una suerte de sexualidad trasudada
No es de sorprender, quiz& que cuando el individuo
en busca de relaciones fugaces ingresa en el ruedo, tenga
casi siempre un sentimiento proximo al panico:
190
138
man amor, y por primers vez tomes conciencia de que son
las tres y veinticinco y que solo ha transcurrido la mitad
de la noche [ ] Con la solemnidad de un juez, piensas:
zque hare de mi vida? ,Que puede hacer un hombre de su
vida? Y finalmente no sabes donde posar la vista No sabes
donde mirar, cuando bailas Has sido expulsado de la
comunion de los cantos (Bailarin del bade, peg 126)
191
139
destruction: besar es envenenar; cuando alzas hasta tus
labios ese rostro que tanto to hizo doler, sonar, anhelar,
el rostro se desmenuza siempre” (Bailartn del baile, pag
69)
El dominio de un semejante en busca también de rela-
ciones fugaces no es un merla esfuerzo por conseguir un
cierto poder limitado dentro del ruedo, porque, como se
ha serialado con frecuencia, a menudo se busca al otro por
su encanto, por su atractivo especfíico e intrfnseco como
objeto Casi siempre lo que se prefiere es la apariencia
juvenil Mientras trabajan en el gimnasio, los individuos
que buscan relaciones fugaces aproximan mas y mas sus
cuerpos al sí-mismo ideal que se afanan por alcanzar Una
porción sustancial del emperio por construir ese cuerpo
esta determinada por la economfa de mercado del ruedo,
donde los objetos mas bonitos son los mas cotizados, y en
el intercambio de valores corporales el individuo en busca
de relaciones fugaces tiene mas probabilidad de ser la
figura dominante “Y Jacques lanzo una mirada llena de
deleite en dirección a Giovanni, como si este fuese un
valioso caballo de carrera o una rara pieza de porcelana”,
escribe Baldwin (pag 34) i,Es este objeto perseguido sim-
plemente el reflejo narcisista del sujeto, que busca a ese
nino encantador que fuera antario? La bibliografía psico-
analftica suele poner de relieve este lado de la ecuacion:
el homosexual busca su sí-mismo corporal ideal para per-
petuar su relación con un cuerpo inmaculado, adorandose
en esencia como su madre lo adoraba Pero este objeto
amante es mas bien descargado con violencia, al par del
instinto
Quiza sin saberlo, tal vez Freud (1922) estuvo muy
proximo a definir un rasgo fundamental de la destrucción
140
del objeto en el ruedo, cuando afirm6 que la mayorfa de
los homosexuales envidiaban a un hermano mayor y que
el aspecto destructivo de la erotica homosexual reflejaba
192
141
chico ideal al que mas tarde, en la vida adulta, puede vol-
ver real mediante la adoración El amor del chico o del
cuerpo ideal es un amor recuperador, un emperio por unir-
se con la mitad separada, por superar la deficiencia y el
aislamiento Huelga ariadir que este ser otro que posee
partes perdidas del sí-mismo es un objeto de intensa nece-
193
142
Pero al yo no se le escapa la paradoja de que el que
busca un doble psiquico, simulteneamente se materializa
como el objeto interno de otro, y esto es fuente de una
angustia permanente; pués el individuo “sabe” que así
como anda en busca de un rival desguarnecido, el es para el
otro, coma un fantasma fugitivo, codiciado por la fuerza corporizada
del instinto sexual que pretende usarlo para
aniquilar la excitación
194
143
parece que los homosexuales con pareja estable conside-
ren esto como una traicion, coma una nueva elección de
objeto, sino a veces como una triste capitulación ante la
escena de la erradicacien Se asernej a mas a la capitula-
ción del jugador ante el casino (ante la escena de su borra-
dura) que a la necesidad de otro compariero
Sin embargo, para muchos homosexuales el ruedo
puede ser el lugar de una existencia excitante pero ate-
rradora, To frecuenten o no Queda como punto de referen-
cia angustioso así como un avian puede acosar al indi-
viduo cuyo temor a volar To lleva a abstenerse por
completo de partir hacia el cielo, el ruedo puede seguir
inquietando a algunos gays
El ruedo ase día al hombre como lugar de borradura
en que los impulsos de y por el cuerpo anulan al si-mismo
en un orgasmo punitivo, pero también objetiva esa pas-
195
144
gos, obligandolo, so pena de humillacion, a simularlo (pag
31)
196
145
jera fisicamente hacia el parque
Y sintio:
Ese frio Y:
Una tristeza Una pesada melancolfa Un dolor que qui-
taba el aliento Una terrible resignación Un vacio sin
fondo
Y luego, cuando entre en el ruedo:
Una excitación aterradora, estallando en un grito
(Ntimeros, pag 244)
197
146
nales No hay en este caso un placer que se prolonga en
, un estado amortigua-
147
sexual es el reverso de la del heterosexual”: el amor ema-
na del sexo, pués “los gays tienen sexo en un nivel de corn-
promiso emotional muy inferior” (pag 30) Lo que seriala
Foucault del amor retrospectivo puede ser cierto en el caso
del homosexual que progresa hacia el amor de objeto, pero
no es aplicable al individuo que busca relaciones ocasio-
198
JAMES Y HARRY
148
lante comenta que ese fin de sernana le hard una visits
a su madre; menciona ademas que le gusta la Opera
James duda cada vez con Mas fuerza “Creo que Harry es
un afeminado”, se dice a si mismo En otro momento,
charlando con un colega o un amigo comOn, o con su espo-
199
149
bras, parte del discurso afeminado pasa a ser una serial
para el heterosexual, respondiendo a sus ansiedades
latentes sin una quiebra demasiado abrupta de la priva-
cidad
Al homosexual, estos momentos le brindan una expe-
riencia algo extraria e inquietante; pués cuando el hete-
rosexual comienza a percibir su homosexualidad, convier-
te las condiciones de esta situación entre un si-mismo y
un otro, que deja de ser una interrelación y pasa a ser su
propia relacien objetal interna Transforma al otro en una
200
150
en un “eso” y Harry ha vuelto a experimentar esa perdida
del verdadero si-mismo en el mundo interno del otro, ese
acto de encarcelamiento del doble que le es tan consabido
Cambiemos levemente el libreto tras el paso del tiempo
Después de unas reuniones de negocios, al final del día
Harry le hace saber a James que se ire a un bar de homo-
sexuales que hay por aid para echarse un trago Esto
parece ser que sucede todos los dias Mas aun, después
de una cena de trabajo, James se entera de que Harry pla-
nea bailar toda la noche, y quizá Harry le hable de sus
conquistas sexuales En algtin momento de esta evolucion,
James puede sentir repulsa ante la promiscuidad de
Harry Si Harry fuese heterosexual, si se estuviese acos-
tando con una mujer tras otra, James podria espetarle:
201
151
te en la nifiez de muchos homosexuales; en este caso, el
heterosexual se des-subjetiva a sf mismo para avenirse
al gay
Las obras de ficción sobre homosexuales abundan en
una critica mordaz, por momentos conmovedora y a
menudo implacable del ruedo y de los individuos que bus-
can en el relaciones fugaces No dudo que muchos inte-
grantes de la comunidad de autores homosexuales consi-
deran el ruedo y la borradura del sujeto como una
calamidad, quizá como una dolencia del lugar La solución
para la adaptación basada en un sí-mismo falso del hete-
rosexual no radica en un pluralismo desubicado, que lleva
a pensar que todos los aspectos de la cultura homosexual
constituyen tan solo un orden de cosas diferente Irani-
camente, los heterosexuales que se encogen de hombros
cuando hablan del ruedo —afirmando con total despreo-
cupación que es un tema propio de la antropologia cultu-
ral comparada— son los que hacen del falso sí-mismo una
cuesción academica, asegurandose de que algunos homo-
sexuales sigan siendo un “eso” al que se le concede un
202
152
bles, con el apoyo del movimiento de liberación de los
homosexuales (particularmente en grupos de hombres),
asi como a troves de la psicoterapia y el psicoanalisis No
creo que todo homosexual que concurre a un sauna, una
discoteca o un parque ptiblico vaya en busca del sexo de
muerte, como el que persigue relaciones fugaces; si su
busqueda apunta a encontrar pareja o intimidad, es sim-
plemente una forma de galanteo En vez de ser caracte-
rizado por la estetica del espacio, el ruedo existe en el
marco mental dcl individuo que busca relaciones fugaces
Para algunos homosexuales, un tine es un lugar donde se
va a ver pelfculas; para otros, es el ruedo
203
8 INOCENCIA VIOLENTA
153
En la epoca de McCarthy, cuando se llamaba a decla-
rer ante el Comite de Actividades Antinorteamericanas del
Senado (CAAS) de Estados Unidos a escritores y artis-
tes liberales e izquierdistas, Arthur Miller escribio su obra The
Crucible (Las brujas de Salem) Recurri6 a los juicios por brujeria
Ilevados a cabo en Salem doscientos cincuenta aims atras pare
manifestar su indignación por las persecuciones que a la sazOn se
producian en el pais
Desde el punto de vista del legislador a cargo de la
investigation, lo que estaba en juego en las audiencias del CAAS era
si los que en ellas comparecian habian parti-
cipado o no en actividades antinorteamericanas ,Erin culpables
de haber sostenido opiniones o intervenido en reuniones que, de
algtin modo, estuvieran a favor de cau-
ses ajenas a las ideologies norteamericanas? En tal caso, debian
confesarlo y redimirse ante la nación nombrando a las personas con
las que habian debatido esas ideas, en algunos casos treinta aidos
atras
En The Crucible, cuando la hija del reverendo Parris cae
enferma, algunos de los habitantes del pueblo descu-
bren que habia estado bailando en el bosque con unas amigas y
llegan a la conclusión de que debio de ser obra del demonio Se hace
venir al reverendo Hale de un pue-
blo cercano pare que determine si los sintomas de Betty
205
154
de las cuales bailaba desnuda: una realización erotica,
diriamos, que no estaba fuera del dominio de los sueños
del reverendo A poco de comenzar la primera escena,
Parris se enfrenta con Abigail, la joven que en definitiva
llevara la voz cantante en la persecución y ejecución de
varios adultos Parris le dice que “vio un vestido tendido
sobre la hierba”, y Arthur Miller le hace replicar a Abigail:
—[Con tono de inocencia j: 1,Un vestido?
Parris se ye obligado a repetir su perception:
—[Le cuesta decirlo]: Si, un vestido Y creo que vi
is alguien desnudo que corria entre los arboles!
Abigail protesta con vehemencia:
—[Aterrorizada]: jNadie estaba desnudo! ;Listed se
equivoca, tie!
Cuanto más insiste Parris en lo que vio, mas violenta
se torna la inocencia de Abigail
Abigail miente, yen un breve encuentro con las otras
muchachas les ordena “que se callen” Su tortuosidad es
bastante compressible, pués teme que sus bailes eraticos
sean castigados con una azotaina pablica, pero también
comprobamos que es victima de una renegacion, cuando
John Proctor —el hombre que luego encabeza la oposición a
Abigail y es colgado por ello— desmiente haber man-
tenido relaciones sexuales con Abigail cuando esta vivia
en la casa de su familia Es notoria la furia de Abigail, su
impotencia y su azoramiento ante esta declaración de apa-
rente inocencia de John Proctor
En el tercer acto —a mi juicio el momenta mas ator-
mentador del teatro nortearnericano—, Abigail discute
con Mary Warren, una de sus amigas, quien revela que
las javenes eran en efecto culpables Abigail, enfurecida,
asume entonces la postura del testigo inocente de la pre-
sencia del diablo; conmovida, dice:
206
155
viento, un viento frig, ha venido
En el siglo XVII, esto significaba la presencia del
demonio, y todos miran a Mary, quien (“aterrada, implo-
rando”) grita: “Abby!” a sabiendas de que Abby la ha ele-
gido a ella come encarnación del mal Finalmente Mary
se sums al grupo de jovenes histericas que imitan en pan-
tomima la influencia corporal del demonio
Los que somas norteamericanos harfamos hien en
detenernos a reflexionar sobre las funciones que cumplio
la inocencia en nuestra historia, desde la epoca en que loa
primeros puritanos vinieron a fundar “una ciudad sobre
una colina” para lanzar a través del Atlantico una luz sal-
vadora que rescatase a los europeos de su fatal situation,
hasta una fecha muy reciente, la de las elecciones presi-
denciales de 1988, cuando los dirigentes del Partido Repu-
blicano utilizaron la jura de la bandera coma gesto de nor-
tearnericanismo, de declaracien de inocencia en manta a
la posesión de elementos antinorteamericanos Curiosa-
mente, esta sirnplificación de la conciencia —rasgo propio
de la postura inocente— logrO que se atribuyesen todos
los fenOrnenos perturbadores (la deuda externa, la mul-
titud de personas sin hogar, is contaminación ambiental)
al candidate del Partido Demacrata, que paso a represen-
tar así la desfiguración de la inocencia: un traficante de
cefio adusto que se detenia en todo aquello que era incom-
patible con la inocencia; en sum', un antinorteamericana
TIPOS DE RENEGACION
156
207
157
Pero Abby cambia el libreto al convertirse en una ino-
cente extrema, negando toda responsabilidad por sus
actos y acusando a las mujeres de Inas edad de la aldea
de actuar en nombre de Satanas Cuando se convierte en
lo que podrfamos denominar una inocente violenta, tras-
208
LA INOCENCIA VIOLENTA
158
to provoca al otro a que diga la verdad y a veces sostiene
su inocencia para mantener cierto contacto con el conte-
nido repudiado Al provocar al otro, el inocente violento
incite en el la desazon, la densidad ideativa y la turbu-
lencia emotional: un si-mismo simple es patrocinado por
el si-mismo complejo, sadicamente frio y “objetivo”, indi-
ferente ante la angustia del otro Mas adelante examinare
este situación en función del psicoanalisis de una paciente
209
sr
'1(A)
159
y transetintes “igue diablos estas haciendo?”, grita Atra-
pado con las manos en la masa, el niño pega me día vuelta
“iQue tienes en la mano?”, le inquiere la madre “Es
una yo Mary y yo estamos jugando a la guerra ”
“iMentira!”, exclama la madre “Le estas tirando porotos
a la gente, y Mary este ocupada en alga Util, no en hacer
travesuras” “iPregtintale, pregantaler, insiste el niño
“Ella me dijo que lo hiciera ”
En otro sitio de la casa estan los tres reunidos “Mary,
Ltd le dijiste a John que hiciera eso?” Una hermanita
suficientemente buena quizas en este punto confesara la
verdad, y su hermano, por mas que fuese el demonio, ya
no seria un delincuente solitario Una hermanita no sufi-
cientemente buena diria en tono inocente: “Vamos, John,
no seas tonto Yo estuve cosiendo la Ultima me día hora”
210
(B)
160
medida de este episodio En un momenta en que la charla
languidece, Edward solicita la atención de Harold dicien-
dole: “Harold, Harold, Harold, dime, el Ines que viene ten-
go que ir a San Pablo Si no recuerdo mal, tit has estado
ahi LComo es?” Si Harold no esta seguro de que Edward
haya sabido de aquel episodio, Edward parecera perfecta-
mente inocente, y Harold tal vez se encuentre de pronto,
lo mismo que Veronica e Isabel, en una situación molesta
Puede tratar de eludirla diciendo: “Oh, es muy bonito,
Edward, un lugar magnifica No dejes de ir Ahora, se bue-
na y pasame el salero” Y quizas Edward deje las cocas asi,
si ya se siente satisfecho de haberle transmitido a Harold
su molestia, irritación y vulnerabilidad; pero quizá su pro-
posito sadico sea mas fuerte, y diga: “4Quieres también la
pimienta? LY algo mas de vino?” iQue solicitol “Pero
—agregard— parecias no sentirte bien cuando volviste de
San Pablo zAcaso tuviste alli alguna mala experiencia?”
“No, Edward, todo anduvo bien, simplemente estaba can-
sado”, etc , replica Harold, claramente asediado por la
agresiva inocencia de su amigo
211
JESSICA
161
Jessica, una mujer regordeta, pelirroja y segura de si
misma, de treinta arios, acudid al analisis derivada per
un colega que tenia dificultades con su conducta en el
marco profesional Per lo menos, ese fue el pretexto De
hecho, habia estado en psicoterapia con un analista arios
atras, pero estaba persuadida de que el habia interrum-
pido el tratamiento porque ella le resultaba tremenda-
mente frustrante
No me sorprendi6 en absoluto que el analista anterior
se sintiera frustradc; no hablan pasado mucho más de dos
meses de analisis y ya me habia dado cuenta de que Jes-
sica corregla y suprimia virtualmente todos mis comen-
tarios, aunque de vez en cuando estos sobrevivian durante
un breve lapse antes de que ella replicase algo que los
invalidara
En la entrevista inicial la encontre agradable, aunque
muy formal, incluse algo arrogante, pero supuse que esto
podria deberse a que siempre un encuentro analitico gene-
ra ansiedad Pense que era muy orgullosa y no le habia
gustado nada la forma en que se la derive) al analisis En
las primeras sesiones habld con mucha compostura de su
crianza y de su matrimonio Habia nacido en el Lake Dis-
trict, en una familia de clase me día alta Su madre era
una mujer bienintencionada pero ansiosa, que aparente-
mente habia dedicado gran parte de su vide a Jessica y
a colaborar en la modesta carrera politica de su marido
Jessica fue la favorite de cinco hijos; la segunda, con un
hermano dos arias mayor, dos hermanas menores y un
212
162
casi un especialista en temas politicos vinculados a Man-
de del Norte, Jessica ley6 mucho sobre estos temas y has-
te fue invitada per un grupo de jovenes irlandeses a par-
ticipar en un congreso en que se debatian los asuntos de
esa zone A su padre le pareci6 poco sensate que fuese,
temia que la secuestraran, y le prohibi6 concurrir
En los comienzos de su adolescencia no le fue bien en
los estudios, y aunque aprob6 todos los examenes, nunca
logre el nivel esperado por ells misma o su familia Recor-
daba haberse sentido orgullosa de ester en el colegio y
haberse admiredo en el uniforme escolar, pero dijo que no
po día estudiar porque con frecuencia se sentla “confuse”
En esa epoca su mess grande pasión habia side la repulse
que le provocaba su hermano mayor, a quien consideraba
fisicamente repugnante y socialmente torpe Se quejaba
en las sesiones de su ineptitud, describiendo con vividos
detalles, casi fotograficos, sus habitos, su aspecto personal
y sus rarezas Tuve que contener las lagrimas de rise, en
un sarcasmo vengativo, al describir minuciosamente los
esfuerzos que hada el hermano para presentarse en un
estado razonable cuando tenia que acompariarla a algún
acontecimiento social importante
Decepcionada por los “fracasos” que, a su juicio, la
rodeaban en su entorno social, apunto mas alto, y un die
puso su mirada en un abogado, a quien resolvio cortejar
porque advirtio que estaba escalando posiciones No lo
encontraba atractivo ni estaba enamorada de el, pero pen-
so que casarse con el iba a ser un triunfo sobre todo lo que ella
desderiaba en el mundo —entre otras cosas sus
parientes, quienes para cuando Jessica liege a su adoles-
cencia tar día ya eran todos unos “fracasados”
Ocupo una sesión tras otra en describir con detalles
213
163
muy graficos la ineptitud del marido Por ejemplo, dedi-
caba mas de veinte minutes a relatar los esfuerzos que
debia hacer para lavar los platos, y coma depositaba con
una cuchara los residuos en el tacho de la basura, con un
temor ridiculo a salpicarse, de modo tal que para evitar
ese albur contorsionaba todo el cuerpo; o coma procuraba
pateticamente trabar conversación con los amigos en la
cena, pero al no entender de que se estaba hablando arrui-
naba la comida
Al describir estos sucesos me transmitia un desden
por el marido (a el hermano), pese a lo cual, cuando yo
intentaba discernir mejor sus sentimientos, desautorizaba
todo lo que le decia En una oportunidad pas6 diez minu-
tos contandome lo incompetente que era el marido cuando
tenfa que hacer algún arreglo en el automOvil “El la enfu-
rece”, acote yo “i,Que le hace pensar que me enfurece?”,
replica ella, sorprendida “Tal vez usted lo expresarfa de
otro modo”, continue; y me contesto: “No yea que lo que
le conte tenga nada que ver con sentirme enfurecida, como
usted dice”
En otra ocasion, ante un relato semejante, le comente:
“El la decepeiona”, y respondio: “Esto no es deception El
es como es, y ye soy una persona rational, que simplemen-
te ye las cosas tal coma son No veo por que, por lo que
yo dije, usted se queda pensando que estoy decepcionada
par el” “Tal vez exagere”, aduje yo “i,Le parece mas exac-
to decir que la decepcion6 su forma de actuar en ese
momenta?” Ella me contestO: “No, no me decepciono Shn-
plemente creo que es un Mail; así es el, pero yo no siento
nada al respecto”
Estos didlogos eran frecuentes, y yo quedaba perplejo
per su aparente imposibilidad de reconocer to que a mis
ojos eran claras manifestaciones de sentimientos Ade-
mAs, sus desmentidas me irritaban, sobre todo cuando se
tornaba mas arrogante y soberbia en su actitud, aunque
164
214
165
sión Jessica me describia algún hecho vivido y afectiva-
mente evocador, pero como negaba conocer sus sentimien-
tos al respecto, yo debia estar permanentemente atento
a ellos en sus narraciones Con el tiempo, su tortes pero
215
166
de vida —cosa que yo no entendfa—, pero que la relación
analftica era una sociedad de trabajo, y me preguntaba
francamente si en realidad ella queria analizarse
Nunca le habia hablado a un paciente en estos termi-
nos Estoy habituado a trabajar con pacientes que perma-
necen en silencio durante largos periodos, pero jamas
dude que, en el caso de Jessica, no me avendria a esto
Era una opinión meditada, pero me enfado su anuncio, y
me sentf manejado cuando recurrio a la jerga psicoana-
litica en boga en Londres para referirse a la necesidad de
216
167
apariencia omnipotente A lo largo de cierto periodo del
analisis, vimos que para ella era excitante que yo gozase
de esa autoridad —una vez mas, era dominada por un
padre poderoso—, pero luego pasamos a ocuparnos del
desden inconsciente que sentia hacia el padre: si a mi
me contentaba asumir poder, tomandolo de una nina ino-
cente y desvalida, 1,que clase de hombre era yo? Jessica
replica, ante estas dos interpretaciones, que ella espe-
raba que yo fuese un analista magistral y lo sabia, como
también sabia que le gustaba verme debatirme contra
sus renegaciones, ya que entonces se sentfa en un lugar
217
168
de que pudiera captarlo y luego enunciarlo a la paciente
218
169
ella dijo la causa de mi acatacion? Por momentos
esto me provoca confusion, en la medida en que la
intención de Jessica as que yo me haga cargo de
alga que, segun ella, son perceptos alucinatorios
mios
7 Me siento transferencialmente instigado por ella
a producir algún efecto preciso, pero luego quedo
aislado coma victima de mis propios afectos, a los que se me
insta a considerar productos endegenos extravagantes
8 Al reformular mis comentarios, me day cuenta, en
retrospectiva, de que as casi coma si le implorase
a la paciente en su calidad de guardiana de las
puertas de la percepcion: ,me dejard entrar?,
zestara de acuerdo en que mi manera de percibir
la situación se conecta con la realidad?
9 Nato que los terminus de mi inclusión en el murk&
de lo corroborado (lo ordinario) son totalmente
arbitrarios, y estan determinados par la facultad
que tiene la paciente de incluirme o no incluirme
219
170
o que era la paciente en la transferencia, y quien o que
era yo en la contratransferencia Llegamos a el fundamen-
talmente a través de mis senalamientos sobre el vinculo
entre una y otra Yo exprese varies veces en voz alta mi
desconcierto frente al hecho de que ella me di ese a conocer
información importante, conduciendome virtualmente a
unos comentarios ciertos, frente a los cuales su si-mismo,
en apariencia inocente, no tenfa idea del motive por el
cual yo llegaba a pensar eso Cuando a la larga pudo
escindir una porción de su yo que coincidio conmigo en
esta observaci6n, fue capaz de ver que la relación tipifi-
cada en este guiOn era la relación con su madre 1
171
menos significativas Al disminuir las reconstrucciones y
comprender
220
172
cada vez más el catheter del paciente dentro de In
transferencia, la
cuesción de lo que efectivamente hizo la madre, o coma era, se
diluye
haste ocupar el lugar que le corresponde, dentro del ambito de
las
especulaciones e hip6tesis, y es muy atemperada per un perdon
inhe-
rente al reconocimiento de las perturbaciones que tienen su
origen en
el propio paciente En un ensayo futuro me ocupare de este
importante
tema de la invocación del nombre de la madre en las
reconstrucciones
psicoanaliticas
221
173
otro de forma sutil pero persistentemente agresiva; no
obstante, cada vez que era inquirida al respecto, alegaba
absolute inocencia de su provocación y proce día a acusar
al receptor de esta de introducir en su vide contenidos psi-
quicos perturbadores Demos que mediante la provocación
daba origen a la afrenta del receptor, instandolo a ocupar
una posición de aislamiento y frustration, lograda
mediante su negative a reconocer sus propias acciones
El aislamiento del receptor dentro de la realidad de la
interrelación era un invento transferencial-contratrans-
ferencial de Teresa y de su odio solitario a la realidad, ya
que la victima de sus puestas en acto llegaba a sentir un
intenso malestar y a la large terminaba desestimando esa
realidad creada por Teresa
En este caso, la inocencia violenta es el resultado del
procesamiento intrapsiquico de una experiencia vivida par la
propia nina, y no, coma en el de Jessica, de la posible
repeticien por esta de una acción materna dirigida contra
su Par supuesto, siempre existe una acción red-
222
“NO TE PREOCUPES”
174
funda de lo que entiendo par inocencia violenta Se trate,
evidentemente, de una forma de renegación o desmentida,
pero en la cual asistimos, no a la renegación por el sujeto
de la percepción externa, sino a su renegación de la per-
cepcidn que le comunica el otro Estamos considerando la
renegación en el marco de las relaciones objetales pare ver
de que modo un individuo puede ser perturbedo par las
acciones del otro que son renegades El analista puede
diferenciar entre una renegación internalizada que forma
parte de una relación de objeto y una renegación simple
o endogena si analiza la transferencia y la contratrans-
ferencia Si pace a poco la renegación que hace el paciente
de su percepción de la realidad cede a las intelecciones
que logra a través de sus asociaciones libres y de las inter-
pretaciones analiticas, estamos ante una renegación end&
gene, por mess que puede rastrearse su origen en attitudes
familiares La renegación que es parte de una relación de
objeto opera en la transferencia según una escisión por
la cual el paciente insta al analista a abrigar ciertas ideas
y sentimientos de los que luego el paciente reniega En
este dinamica, el paciente utilize al analista para deba-
tirse con sentimientos escindidos, no a fm de desintoxicar
223
175
sentimientos, pensamientos y verbalizaciones potenciales
no tienen reception El receptor se halla situado en el
vano de una puerta que separa la vida intrapsíquica de
la existencia intersubjetiva, y alli se plantea este interro-
gante fundamental: “iEstoy vivo ante el otro a quien le
hablo, o estoy muerto alli —en ese espacio intermedio—,
y solo puedo estar vivo en mi mundo interno, deshidra-
tado y cuidadosamente administrado?” Ser el receptor de
la provocación ajena, intento carente de finalidad hasta
que se produce la conformación a través de la definición
de la relación de objeto (cuando el caos cede sitio al orden
patolOgico), equivale a ester extrafiamente atrapado den-
tro del otro y luego ser desechado como un mudo objeto
del sueño que ya ha cumplido su función
El receptor de la inocencia violenta sabe poco Ha sido
perturbado por las acciones de un otro que proyecta alga
en el o que evoca un contenido psíquico no procesado
“No te preocupes”, solemos decir, al par que comenza-
mos a expresar alguna idea o sentimiento “No es nada,
olvidalo”, quizas agreguemos Suceso muy comiin que tal
vez suscite algún grunido en un compafiero cuya curiosi-
dad ha sido despertada, siquiera un poco “Algo” podria
haber alcanzado representación pero “eso” (sea lo que fue-
re) regresa a su lugar de origen; ahora bien: el acto de ino-
cencia violenta agita la mente, la da vueltas, la fuerza a
vivenciar su inutilidad, ya que sea lo que fuere, eso que
se quiso transmitir es inconocible en su forma Una mente
224
176
negativa, desestima toda ayuda, y la vida psíquica del receptor
consistird en poseer una mente perturbada e
Esta es, a mi entender, una de las finalidades incons-
cientes de la inocencia violenta cuando se la pone en acto en el
encuadre analitico El analista se ve forzado a ocu-
par una posición en la que su estado animico interno es inutil
como medio de procesamiento de la relación si-mis-
mo/otro Estar allf, en ese lugar en que la mente es inutil, es
estar en el lugar ocupado por el niño cuya mente no servia para nada
Como estado del si-mismo, zque es entonces una mente inailmente
activa?
Si yo soy un nitro de cinco aiios que juega despreocu-
padamente expresando, digamos, mi vida instintiva, y de
pronto entra mi madre en mi espacio, frunce el entrecejo
y manifiesta su irritation, pero se niega a responderme
cuando le pregunto que es lo que esta mal , LdOnde me
ubico? Tal vez intente reprocesar mis acciones, ideas,
impulsos y sentimientos del Ultimo rato y procure hal]ar
la causa de su irritation; Lpero que ocurre si esta inda-
gación intrapsíquica no encuentra reconocimiento alguno
cuando doy cuenta de ella a la madre, quien permanece
alejada?
I,No es inutil entonces el trabajo intrapsiquico? i ,No se me esta
invitando a una proyección especulativa, a un escrutinio lleno de
“puede ser”: puede ser esto, puede haber sido aquello? 1,Donde
estoy parado, entonces?
me hallo levemente incomodo con mi propia mente como
225
177
objeto? ,No me habre de distanciar de la naturaleza del
procesamiento psiquico, ya que este mundo de proyeccio-
nes especulativas, de muchos “si”, “tal vez” y “puede ser”,
no logra aliviar el dolor psíquico que me ha causado el
otro? Si soy un nino, i,no sere propenso, en tal caso, a
obnubilarme, a sumir en la bruma mi vida mental, a
embotar mi reacción evocadora ante el mundo real de los
objetos?
Los estados de confusión de Jessica, que ella querla
que fuesen nuestro sino, constituian su traditional res-
puesta ante sesiones significativas que, seg-On pienso, sus-
citaban el deseo (y animaban la vida psíquica) en relación
con el otro 0 en el caso de Teresa, y volviendo al niño de
cinco afios cuya madre lo encuentra en su cuanto jugando,
tal vez niegue el comentario materno sobre su si-mismo
y hasta Ilegue a acusar a la madre de tener percepciones
extrarias, idiopaticas Pasaran los aiios y el niño se rehu-
sard a aceptar las objetivaciones mentales que cualquiera
haga de sus afectos, con lo cual a la larga despojara a su
mente de la capacidad de procesar su propia agresión En
este sentido, la confusión u obnubilación es el desenlace
psiquico de la permanente identificación proyectiva de la
mente del niño en la del otro, transitoriamente a cargo de
tramitar los estados agresivos del si-mismo, y como ade-
más el Milo desestima la tramitación psíquica que el otro
hate de su agresion, hay un nuevo ataque al procesamien-
to psiquico, que a la postre lleva a un distanciamiento
general respecto de los contenidos psíquicos del si-mismo
178
226
179
Inevitablemente, empero, uno, dos o diez miembros
quebraran ese falso si-mismo y expresaran su opinión
acerca de las molestas realidades “Digo yo, Lrealmente
227
180
ineludiblemente la alucinación negativa, puede convivir con la
escisión entre el falso si-mismo y el ver-
dadero en la vida institucional Clara, a veces tendra que falsear
sus respuestas %Quo' opinas de esta institution?” “Oh, es magnifica
Es un lugar que a uno le da fuerzas”: dos inocentes cuya mirada
mutua borra alegremente la verdad, victima de si misma
228
LA ILUSIÓN DE LA COMPRENSION
181
otros merced a los distintos tipos de comunicación es en
gran medida ilusoria, Ante todo, comp Freud nos ha ense-
iiado, el si-mismo consciente es, inevitablemente, solo en
parte un ser presente; sus voces inconscientes hablan aqui
y alli, recordandonos man poco sabemos sobre nosotros
mismos El critico Iiterario Harold Bloom ha dicho que la
historia de la literatura es una larga tradición de falsas
percepciones creativas, por cuanto los poetas y novelistas
deforman, alteran o interpretan erroneamente la obra de
sus maestros, La investigación Ilevada a cabo por Norman
Holland sobre las reacciones de los lectores comunes ante
229
182
tege de la angustia o la desesperacion; por otro lado, la
imposibilidad de comprender nos da libertad para imagi-
narnos uno al otro Sugiero que esta paradoja es doble Al
no comprendernos, estamos en libertad de tener percep-
ciones erroneas (un acto de creatividad), y de esta brecha
emerge la villa mental inconsciente, o el juego intersub-
jetivo, que nos aproxima Es cierto que no nos compren-
demos reflexivamente uno al otro mejor que antes, al
menos no mucho mejor, pero al jugar nos acercamos
Dos paradojas, y ahora una ironfa: es probable que nos
veamos forzados a saber Inds del otro cuando se quiebra
la ilusien de la comprensien En esos momentos estamos
obligados a reobjetivarnos mutuamente, a renegociar los
terminos de nuestra reciproca comprensien consciente; si
perdura la ilusion, en cambia, quedamos adormecidos en
innumerables y creativos falsos reconocimientos mutuos,
determinados subjetivamente, en aras del juego profundo
230
183
diferenciados, quedard en buena medida impensado, aun-
que lo que accede a la conciencia (por ejemplo, coerced a
una buena interpretation) es apreciado en parte por su
caracter inusual de constituir un valioso fragmento de
saber pensado
Sin embargo, participamos en una comunicación
inconsciente Los mensajes transmitidos a un receptor
serdn percibidos por este inconscientemente, y son posi-
bles ciertas comprensiones profundas (por ejemplo, las
que componen la dialéctica intuitiva de la formación de
los generos, en la que paciente y analista construyen de
consuno una nueva vision), pero los propios ingredientes
de la vida inconsciente —la logica desplazante del pen-
samiento propio del proceso primario, el efecto distorsio-
nante de la defensa yoica— significan siempre que las
comunicaciones inconscientes entre las personas pueden
descarninar a la conciencia con la misma probabilidad con
que pueden encaminarla Esto es particularmente vdlido
si el receptor procura convertir dichas comunicaciones
dandoles un sentido consciente prematuro: a menudo (no
231
184
En cierto sentido, si el receptor juega con los mensajes
inconscientes del sujeto, se establece una intersubjetivi-
dad dialéctica, ya que el sujeto se siente libre de emitir
sus ideas inconscientes latentes y sus sentimientos al
otro, que le responders en un lenguaje semejante, y no con
la logica consciente del palacio imperial Parecera absurdo
afirmar que la comunicación inconsciente es inconsciente,
pero en estos dies a menudo el termino es empleado para
especificar la expresión inconsciente del paciente que es
conscientemente comprendida por el analista; mientras
que aqui quiero goner de relieve un tipo de discurso que
elude la conciencia de ambos participes No obstante, de
esa comunicación inconsciente surgen ciertas comprensio-
nes conscientes, aunque mss que comprensiones de con-
tenidos psíquicos precisos seran comprensiones construi-
das mutuamente y limitadas a episodios concretes que
ambos han compartido
Una comunicación inconsciente no equivale a la trans-
misión subrepticia de un mensaje dare; significa que el
sujeto compromete al receptor en el lenguaje del incons-
ciente, lo cual implica que en parte el proposito de ese len-
guaje es engariar y descaminar al otro La ironfa radica
en que este proposito es comprendido perfectamente por
el inconsciente del receptor, que piensa exactamente en
232
185
ca del engario; y en este aspecto, puede involucrar al sujeto
empleando el mismo lenguaje, La curiosa paradoja es que la
comunicación inconsciente cobra la forma de actos de incomprensión
consciente que aseguran la super-
vivencia del discurso inconsciente
Ahora bien: i,que sabemos de todo esto? LAcaso cuando
conversamos acerca de uno de nuestros estados subjetivos,
solo en parte conocidos por nosotros, y tratamos de trans-
mitirlo, no hemos tenido todos la experiencia de ser redu-
cidos —sospechosamente— por el otro, que hace un gesto
afinnativo con la cabeza y exclama: “iAh, si, to comprendo
perfectamente!”? Mas extraflo aim es descubrir que sf, que
se comprendiO nuestro texto manifiesto, pero que por
alguna razon no hemos sido realmente escuchados
Lo tfpico, en esos momentos, no es que detengamos al
otro pare exigirle un pensamiento mss precise Por cierto
que cada uno puede interrumpir al otro, cuestionarlo,
“corregir” una percepción equivocada (en bien del funcio-
namiento de la ilusion, atiadiria ye); pero el discurso
humane serfa la prirnera victima de la exactitud, ya que
la necesidad de asegurar la comprensión exacta paraliza-
rfa la creación hidica recfproca, o bien llevaria a una for-
malización de intercambios que, al par que legalize el
trueque de pensamientos, veda la incomprensien
El saber reciproco es siempre apenas, pues, un acto de
comprensión parcial; en rigor, su dialéctica se genera mss
bien per el juego creativo e imaginativo de las percepcio-
nes equivocadas que confluyen de manera continua, y
233
186
aqui, no es comprender: es jugar, y en especial ser jugado
por el efecto evocador de la identificación proyectiva del
otro: una correspondencia entre dos sabidos no pensados
La comunicación inconsciente es entonces una dialec-
tica entre dos sujetos que defornaan, desplazan y conden-
san sus respectivas comunicaciones recibidas, en el espi-
ritu de un juego inconsciente que, como el trabajo onirico,
apenas representa una parte de la verdad psíquica
mediante el complejo procedimiento de las desestimacio-
nes, maravillosamente llenas de inventiva En este sen-
tido, y por extraiio que parezca, no reunir al otro en la
conciencia propia significa estar en contacto con su alte-
ridad, con la inevitable elusividad de un otro que no puede
ser sabido —factor vital de todo matrimonio, amistad pro-
funda y buen
El individuo que se convierte en un inocente violento
puede haber sufrido quizas una ruptura en ese juego tern-
prano esencial con el otro en que se permite que la per-
cepción equivocada creativa pase a ser una comprensión
perceptiva (Todos los niiios necesitan deformar seriamen-
te “la realidad” durante un tiempo muy largo, a fin de
“hater” del mundo una “realidad psíquica” autentica ) Je-
ssica no pudo jugar con su madre, que prernaturamente
la oblige a advertir que no somos capaces de comprender
la naturaleza de la experiencia del si-mismo del otro y, por
extension, tampoco somos comprendidos por nuestros
objetos primarios Los bebes y los nitios necesitan creer
que la madre los conoce desde dentro, poderosa ilusien
que es en parte la que autoriza el lenguaje y el juego, pro-
gresivas investiduras de audacia representativa Forzada
a un notorio aislamiento por la ruptura de la ilusión de
la comprensiOn, Jessica dej6 de amar el lenguaje y el
juego
Un inocente violento puede crear asimismo, como
234
187
Teresa, una ruptura en la interrelación con el fin de ven-
garse de una realidad par sus injuriosas provocaciones al
equilibrio narcisista del bebe Ese niño atacara más tarde
a la realidad negandose a jugar con ella, y ese ataque se
consumara en el embate continuo al intento de juego del
otro con las comunicaciones del si-mismo propio Cual-
quier Teresa sefialara sin cesar que el otro ha deformado
sus declaraciones o ha interpretado mal sus intenciones,
y al fragmentar las unidades de la comunicación en seg-
mentos sometidos al analisis mutuo, puede desconstruir
en grade suficiente la dialéctica coma para demostrar que
esta en lo cierto y que el otro ha enunciado erroneamente
una distorsión perceptual de sus significados, que fueron
excepcionalmente precisos En poco tiempo, el otro aban-
donard el juego de la interrelation, derrotado por la pre-
sencia militante de una mentalidad de letra menuda
Otro daiio que provoca este desilusión catastrOfica es
la correspondiente perdida de la vida afectiva (en parti-
cular los sentimientos entre las personas) como secreta
opción compensatoria de la comprensión Tal vez en el
futuro lleguemos a comprender mejor los sentimientos
como un sistema no lingiiistico de comunicación que gene-
ra poderosas percepciones comprensivas, por más que lo
sabido entre dos personas que sienten tienda a ser cons-
trucciones ideativamente mal interpretadas El paciente
con violencia inocente anula la sensación del analista de
estar en rapport con el, y aparta est' a esta sociedad de la
ritmica progresión de interjuegos afectivos que sostiene
e inspira a los participes para que se comprendan mal
creativamente La vida de los sentimientos, constituyente
vital del interjuego entre dos personas, mantiene la ilu-
sien de la comprension, autorizada por la dialéctica del
saber no pensado entre dos sujetos, que se preserva en
todos nosotros a raiz de que en cierto grado nos damos
188
cuenta de que vivir la vida es situarse en un lugar de sole-
235
189
236
190
El fascismo paredo simplificar las confusiones ideo-
logicas, teolOgicas y culturales derivadas de la concepción
del hombre propia de la Ilustracien, incapaz de compren-
der la existencia humana Fue, seg-an Fritz Stern, una
“revolución conservadora”, que constituy6 “el ataque ideo-
logico a la modernidad, al conjunto de ideas e institucio-
nes que caracterizan nuestra civilización liberal, secular
e industrial” (pag xvi) Alli donde la Ilustración habia en
parte destacado la integridad del individuo, el fascismo
de nuestro siglo exalt6 las virtudes del Estado, creación
organica impulsada por la voluntad militante de las
masas —en agudo contraste con la repablica federativa,
entorpecida por controles y equilibrios de poder para que
el pueblo conservara su libertad de expresión en una
sociedad pluralists,
237
191
diana es posible ser un Montaigne a quien las principales
transacciones de la existencia han tornado demasiado
sensato coma para caracterizar a la ontologia como una
“biisqueda de la felicidad”, pero que sigue respetando la
capacidad de cada individuo para negociar una vida sufi-
cientemente buena
Al igual que muchos otros europeos de su epoca, Freud
postergo la admisión de un factor profundamente pertur-
bador de la cultura humana, un elemento que hoy nos
preocupa con su acosante relevancia: el de los temas cone-
xos del terror y el genocidio En febrero de 1915, el gobier-
no otomano decret6 que su población de origen armenio
fuera privada de los derechos comunes de los ciudadanos,
y de inmediato se desat6 sobre ella la masacre Ese ano
fueron exterminados 800 000 armenios, y aunque las
naciones de la entente (Gran Bretana, Francia, Rusia) pro-
testaron ante el gobierno turco y Arnold Toynbee reuni6
un volumen de ensayos que daban testimonio de las atro-
cidades cometidas, esta masacre no se inscribi6 en el
orden simb6lico del pensamiento occidental: las referen-
cias a ella fueron muy escasas En toda la obra de Freud
238
192
nos de Occidente procuran no suprimir de su pensamiento
la reaparición del movimiento nacionalista camboyano, el
Jmer Rouge, que llev6 a la muerte a millones de personas
“No olvidarlo nunca”: el grito de la victima del Holocausto
parece un precepto elocuentemente apropiado, puesto que
parecemos muy dados a olvidar
“El terror es la concreción de la ley del movimiento
—escribe Hannah Arendt—: su principal finalidad es vol-
ver posible que la fuerza de la naturaleza o de la historia
corra libremente por la especie humana sin que le oponga
obstaculo ninguna acción humana espontanea ” El geno-
cidio, la instrumentación masiva del terror, zsera acaso
una licencia social concedida para rehacer el mundo segiln
la propia vision? “Los que no son de mi especie no son mis
semejantes [ ] un noble no pertenece a mi especie: es un
lobo y yo disparo” (O'Sullivan, pag 49): tales las palabras
de un revolucionario frances Así fue como de tres ejecu-
ciones por semana en 1793 se pas6 a 32 a comienzos de
1794, y a mediados de ese ario los revolucionarios ejecu-
taban en promedio 196 personas por semana
Pero si un noble no es un hombre sino un lobo, ,,no
sera esta la destrucción de un ser de inferior condicion?
En el genocidio, se mata a las personas por lo que son, no
por lo que hacen, y esto lo lleva a Kuper a formular una
239
193
la burguesia, del que se hicieron eco desde entonces miles
de intelectuales, sera el “aval” necesario para asesinar a
unos veinte millones de seres humanos entre 1919 y 1939
(pag 59)?
En el mundo de la perestroika creado por Mijail Gor-
bachov no solo parece posible, sino igualmente esencial,
pensar en lo que hemos hecho pero también en lo que
somos, cuando le concedemos una licencia al genocidio
Como psicoanalista, vuelvo ahora mi atenci6n hacia ese
marco mental que es el aval del exterminio de seres
humanos Lo denomino “estado mental fascista”, a sabien-
das de que en cierto aspecto esta designación es historio-
graficamente incorrecta, ya que el fascismo fue un movi-
miento particular de la historia del mundo, con rasgos
peculiares, pero creo justificado hacerlo jugando con el
doble sentido de la palabra “estado” Hubo un Estado fas-
cista, cuya genesis y cuya teoría politica nos pueden decir
mucho acerca de otro estado: el estado mental que auto-
rizo dicha teoria Por otra parte, nos guste o no, el adjetivo
“fascista” es hoy una metafora de un tipo particular de
persona, y quiero apartar esta basqueda irenica en el fas-
cista de un chivo emisario del movimiento conveniente de
su personificación del mal, ya que, como Wilhelm Reich
y Hannah Arendt, argumentare que hay en cada uno de
nosotros un fascista y que existe en verdad un perfil psi-
quico muy identificable para este estado personal
Noel O'Sullivan, teorico politico y autor de un excelen-
te estudio del fascismo, critica la bibliografia psicoanali-
tica sobre el fascismo acusandola de ser “peligrosamente
240
194
Martin Wangh (pag 247), segan el cual la idealización de
Hitler alivio tensiones homosexuales mediante el some-
timiento al lider; y a este y otros estudios analiticos de la
patologia nazi les objeta dejar sin explicación “por que
otras naciones cuyos ninos quedaron huerfanos en la Pri-
mera Guerra Mundial no produjeron Fi ihrers triunfales
y movimientos de masas de tipo nazi” Los estudios psi-
coanaliticos, de acuerdo con este autor, “explican todo y
por ende no nos dicen nada”; presumen que toda persona
en su sano juicio es liberal, y “una vez que se da por sen-
tado este postulado oculto, naturalmente se desprende de
el que quienes rechazan las instituciones parlamentarias,
acogen con beneplacito las apelaciones nacionalistas y tie-
nen inclinación por el heroismo y el autosacrificio, son vie-
timas de algún trastorno psicologico” La argumentación
psicoanalftica, concluye diciendo O'Sullivan, sostiene en
anima instancia que los fascistas son los locos y los libe-
rales y psicoanalistas los cuerdos (pag 27)
Ciertos estudios analfticos del movimiento nazi pue-
den haber insinuado que existia una enfermedad mental
propia de los alemanes, y si tal trastorno fuese conside-
rado un “idiosincromo” de la cultura y de la historia, yo
coincidiria con O'Sullivan en descartar tales posturas psi-
coanaliticas por entender que son preocupantemente sim-
plistas Segan mi comprensien de una caracteristica pro-
minente del psicoanalisis, la patologia del movimiento
fascista esta dentro de cada uno de nosotros, y uno de los
objetivos del analisis didactico seria proporcionar al futuro
analista la demostracien de los procesos neuroticos y psi-
ceticos que tienen lugar dentro del si-mismo coman y
corriente Mas aun, sostendre que es posible ser un liberal
que cree en el sistema parlamentario y a la vez ser capaz
241
195
de desarrollar un marco mental fascista No hallo, pues,
contradicción alguna entre la creencia de que un mundo
de controles y equilibrios mitiga el genocidio, y la opinión
de que, siendo el estado mental fascista comim y corrien-
te, puede por cierto subvertir una mentalidad demo-
cratica ,
Una concepción bastante comim en el psicoanalisis
actual es que el sujeto esta compuesto por diversas partes
del si-mismo Estas partes corresponden al funcionamiento
, Klein,
corriente de la mente (seem las teorias de Freud
Fairbairn y Winnicott) y a los distintos si-mismos y objetos
representados en su mundo interno Se asemeja a un sis-
tema parlamentario en el cual los instintos, recuerdos,
necesidades, angustias y respuestas de los objetos hallasen
representación en la psique pare su procesamiento mental
Bajo la presión de alem impulso particularmente intenso
(como la codicia), o una fuerza (como la envidia) o angustia
(como el temor a la mutilacion), este mundo interno puede
por cierto perder su función parlamentaria y evolucionar
hacia un sistema interno menos representativo , en especial
a medida que las distintas partes del si-mismo son proyec-
tadas en otros objetos y dejan a la mente despojada de sus
constituyentes representatives
Para entender el movimiento mental hacia el fascis-
mo, tenemos que considerar de que manera se modifica
este orden democratico ,COmo se vuelve fascista un indi-
viduo? Eric Brenman sugiere que “la practica de la cruel-
dad” tiene una “singular unilateralidad de fines” que
“cuando se pone en ejecución [ ] cumple la funcien de
desterrar la humanidad e impedir que la comprensión
humans altere la crueldad” (pag 256) En terminos de
relaciones objetales, la humanidad ester presumiblemente
representada, o es representable, por la presencia de las
diversas capacidades del si-mismo (empatia, perclon, repa-
196
racion) que fueron desterradas de el
242
197
trola a todos los miembros para verificar que se apoyen
unos a otros a fin de que su obra destructive sea mas efi-
caz (peg 249)
243
198
witz” debe entumecerse psíquicamente para cometer atro-
cidades, lo cual se logra en parte designando de otro modo,
con otras palabras, el asesinato
Lifton ilustra brillantemente el nexo entre lo que estos
medicos sentian al estar sumidos en una atmosfera de
muerte y la creciente omnipotencia y mecanización de su
si-mismo al trascender dicho sentimiento de muerte
Argumenta que el genocidio aleman fue fruto del senti-
miento de muerte posterior a la Primera Guerra Mundial,
244
199
habitual; el micleo del estado mental fascista —su subes-
tructura, por decir asi— es la presencia corriente de una
ideologia, o de lo que podrfamos llamar una creencia o
conviction Segall Arendt, en las ideologias se hallan las
semillas del totalitarismo porque ellas “afirman brindar
[ 1 una explicación total” de los hechos, se divorcian de
toda experiencia, “la que no les ensena nada nuevo”, insis-
ten en la posesión de una verdad secreta y poderosa que
explica todos los fenOmenos y operan a partir de una lOgi-
ca que ordena los hechos de modo tal que sustenten el
axioma ideologico (pegs 470-71)
Asi, alga banal en su caracter ordinario, a saber, que
la vida se cohesione en torn de ideologias o teorias, es
245
200
mismo y a los representantes del mundo externo, parti-
cipaba en un movimiento multifacetico de numerosas
ideas ligadas a lo simbolico, lo imaginario y lo real (segiin
la terminologia de Lacan) Especificamente, en ese orden
democratico las palabras, como significantes, eran siem-
pre libres de ligarse a cualesquiera otras palabras, según
el celebre deslizamiento de los significantes de Lacan, que
expresaba la autentica libertad de lo inconsciente (el Otro)
para autorrepresentarse; pero al excluir la libertad repre-
sentativa, los significantes pierden esa libertad; cuando
la ideologia congela el orden simbolico, las palabras pasan
a ser signos de posiciones dentro de la estructura ideo16-
gica Cuando en la campaila presidential de 1988 Michael
Dukakis trato de introducin ciertas cuestiones complejas,
George Bush hizo de la pal abra “liberal” un signo de debi-
ildad: la que la duda y la complejidad imponian a la men-
te segura Para complementar su destrucción del orden
simbolico, Bush convirtio a la bandera norteamericana en
el signo de la diferencia entre Dukakis y el; significo, tris-
246
201
ideologia El deslizamiento de los significantes disipara
siempre un significado ligado y subvertira cualquier acto
de solidaridad —como mostre Freud tan sencillamente en
sus numerosos ejemplos sobre la manera como los actos
fallidos subvierten la posición del sujeto consciente
Atento a las funciones patologicas de la certeza, Freud escribio,
en El porvenir de una
247
202
cio moral infinito el logro del pervertido, al eliminar la
oposición (al principio edipica) a su deseo y alcanzar los
objetos sin oposición alguna Hampshire aduce que la vio-
lencia propia del espacio moral nazi deja “una gran vacan-
te [ ] un vacio moral” (pag 69); y psicoanalistas como
Chasseguet-Smirgel, Khan y Stoller, que estudian las per-
versiones, coincidirian en que se encuentra en el corazon
ahora vacio del pervertido
El vacio moral generado por la violencia simplificadora
de una ideolog-ia que no tolera oposición autentica es tam-
bien una consecuencia esencial de esta etapa de la evo-
lución del estado mental fascista, pués si bien la ligazon
de los signor y el poder de la certidumbre empaiian al
sujeto haciendolo caer en la complacencia, el vacio moral
creado par la destrucción de toda oposición comienza a
hater sentir su presencia A esa altura el individuo debe
encontrar una victima que contenga ese vacio, y es enton-
ces cuando el estado mental se transforma en acto de vio-
lencia Al horde de su propio vacio moral, la mente escinde
su si-mismo nuclear muerto y lo proyecta en una victima
que, a partir de entonces, es identificada con el vacio
moral A fin de cumplir esta transferencia, la mente fas-
cista convierte a un otro humano en una no-entidad dis-
ponible —extraiia transferencia especular de lo sucedido
ya en la propia experiencia del si-mismo fascista
Al perder contacto con el vacio moral a través de la
identificación proyectiva en una victima, que es luego
exterminada, los procesos profundamente destructivos
que estan en juego son renegados mediante una variante
de narcisismo delirante construido a partir de la aniqui-
248
203
mo lograda merced a la negación de todo otro si-mismo o de
todo ambiente alternativo (que por serlo es envidiable o
persecutorio)— Y al negar los atributos del otro aniqui-
landolo, se gesta en el estado mental fascista una gran-
diosidad delirante
En este punto, se idealiza el proceso de aniquilación
a fin de suministrar a la mente fascista las condiciones
esenciales para el narcisismo delirante Los contenidos
mentales se consideran contaminados, y la mente fas-
cista idealiza el proceso de purgarse de lo que contiene
Esta depuración del si-mismo sugiere el posible naci-
miento de un nuevo si-mismo, vacio para siempre, sin
contacto con los otros, sin pasado (con el cual se rompio)
y con un futuro que sera integramente el fruto de la pro-
pia creación
Estos procesos mentales pueden apreciarse, en ciertos
aspectos, en la obra semiautobiografica de Nietzsche, Ecce
Homo En una epoca de su vida en que padecia de vornitos
cronicos, mientras viajaba por Europa, lo preocupaba “la
cuesción del alimento”, con lo cual Nietzsche queria sig-
nificar no solo, literalmente, lo que se come, sino el tipo
de cultura nacional que uno asimila Proclamo, por ejem-
plo, que “el espíritu aleman es indigesto”, a la par que
exaltaba las virtudes de la cultura y de la vida italianas
(pag 52)
Desde cualquier angulo que se lo considere, Ecce
Homo es un texto profundamente angustiado, lleno de
contradicciones que, si bien suscitan nuestro interes y
compasion, son de todos modos acciones notorias de con-
ciencia escindida “Soy por naturaleza guerrero”, afirma
Nietzsche (pag 47), pero en otro lugar sefiala que “no pue-
de descubrirse en mi vida huella alguna de lucha ( ) Con-
templo mi futuro como un mar en calma [ ] al que no
encrespa ningtin deseo” (pag 65) Tal vez sea un mar de
249
204
vomito, alcanzado merced a un espíritu perrnanentemente
guerrero que lo deja sereno
Si me refiero a Nietzsche es porque por mementos
el ha definido con surna precisión la idealización incons-
ciente del si-mismo como un recipiente vacio, y por ende
puro “P'oseo una sensibilidad sobrenatural ante el ins-
tinto de limpieza”, escribe, y afiade que este instinto le
dio olfato frente a las “partes mas intimas, las 'entra-
fias', de toda alma”, que son la causa de su “asco” Sin
duda, en esos mementos se verfa llevado a vomitar esos
objetos internos nocivos para mantener su sentimiento
de pureza interior “Como ha sido siempre mi costum-
bre, un presupuesto de mi existencia es una limpieza
extrema; en condiciones en que falta la limpieza, perez-
co” (peg 48)
Este estado animico exalta la virtud de la pureza, que
no es contaminada porque nada se toma en el si-mismo
y la psique vive con el sentimiento de un logro aseptico
manteniendo la pureza por derecho propio, merced a la
permanente evacuación oral de Io nocivo Sin embargo,
este mismo fenemeno aparece en la vida corriente, ya sea que lo
expresen los que sostienen la postura de un cris-
tianismo puro o de una pura objetividad, de la ciencia
pura io del psicoanalisis puro!
Cuanto mayor es la aniquilación de los opositores, Inds
delirantemente narcisista debe volverse la mente fascista, ahora
vacia de toda idea que no sean las que cumplen una pura función de
signo (la funcien de ligar el estado de la
mente, de esa mente que se autoidealiza como proceso de
purification) No es difícil entender, por lo tanto, que los
fascistas no compartieran la creencia marxista en una
leigica de la historia, y en cambio apoyaran an movimiento que
idealizaba la lucha (o el desembarazamiento) en si
205
misma Como escribio Mussolini:
250
206
genera la involucraciem continuada con las ideas oposito-
Das La idealización de la guerra y del guerrero es una
apelación a un estado mental que se libra de toda oposi-
ción ejerciendo una violencia permanente
Cotta apunta que existe un “circuito de despersona-
lizacien”, recorrido per el individuo que se somete a la
dominación transfiriendo su propia circunstancia a otra
251
victima “La violencia tiene sus origenes y sus triunfos dentro del
circuito de despersonalización que así se actua, el que conduce a la
postre a una desposesión de uno mis-
mo” (peg 63)
A mi modo de ver, esta perdida del si-mismo es esa perdida de
humanidad a la que se referia Brenman, la que deja en su lugar un
esqueleto idolatrado, una figura (lider, ideología o Estado)
reverenciada por su capacidad combative, que es en definitive una
idealización de la capacidad para matar al sí-mismo
Así, el campo de concentration, metafora del proceso
psiquico del fascismo, es el lugar donde al deshumanizar
y luego exterminar las partes humanas del si-mismo, se
idealize el trabajo de muerte Ilevado a cabo por aquellos
que depuran all Estado de los indeseables Como senala
Susan Sontag, cuando se emplea la enfermedad coma
metafora de la oposicion, el acto de eliminación es vista
unicamente coma una intervención quiriirgica indispen-
sable La referencia a la oposición coma una enfermedad
o cancer que debe ser extirpado de la sociedad (y de la
mente) es un rasgo frecuente del estado mental fascista,
que a la large lleva a la idealización de lo antihumano
Aludiendo a los escuadrones de la muerte moviles de las
SS, Leo Kuper reflexiona que “el 'ideal' parece haber sido
207
el asesino eficiente y desapasionado, que practicaba la
matanza sistematica al servicio de una cause superior”
(peg 122) Aqui, la palabra “superior” es una metafora de
esa grandiosidad que adquiere nobleza elevandose por
encima de lo humano; Kuper cite el siguiente fragmento
de un discurso pronunciado por el jefe de las SS ante sus
comandantes en octubre de 1943:
252
GENOCIDIO INTELECTUAL
208
en parte de el Como quedare en claro hacia el final de
este capitulo, lo hago no solo porque el problema me inte-
resa -sino porque pienso que la identificación del genocidio
corriente (el de la vide cotidiana) puede llevarnos a un
autoexamen y a una justipreciación de los demas cuando
veamos que un individuo o grupo adopta esta forma de
representación del otro Dada que es tan corriente, es,
como digo, fedi identificarlo, pero a la vez, a raiz de que
pasa inadvertido, también puede surgir bajo la forma de
un asesinato en masa
Comenzare por diferenciar el genocidio por comisión (cuyos
rasgos visibles describire) del genocidio por
omisión
253
209
mas creible También esto es comUn en un debate, y la vic-
tima de la descontextualización se empeilara, natural-
mente, en llenar las lagunas creadas por esta violencia
retorica El caso extremo es el apartamiento de la victima de su
estirpe, hogar, etc (o sea, de su contexto); se la aisla con fines
persecutorios
Denigración En el menoscabo de las opiniones del
rival se combinan la distorsión y la descontextualizacian,
tornandolas ridiculas A &ayes de esta puerta, los afectos
(de mofa y desprecio) trasladan y desplazan la ideación
como mecanismo para entablar conflicto con el opositor
Caricatura Se pasa de la denigración de las opiniones
del adversario a la ridiculización del individuo que las sus-
tenta Forma parte de la retOrica ordinaria caricaturizar
los puntos de vista del contrincante, pero aqui se produce una
transferencia de las opiniones a la persona que las
manifiesta Es, pues, un paso significativo en la identi-
f i cación de una persona o grupo a los que se les adjudican
caracteristicas indeseables
254
210
Rotulación Este procedimiento, tan normal en los
debates, tiene, en sus manifestaciones mas perturbadoras
(como la de llamar “moishes” a los judios), el efecto de eli-
minar el nombre autentico, paso previo al de eliminar a
la persona misma (de la escena en que se la deberia tener
en cuenta, o de la vida) Es un hecho frecuente (“el que-
te-dije”), a veces una broma aceptable aunque fastidiosa
(si se deforma conscientemente el nombre de alguien con
f i nes humoristicos), y puede ser un acto fallido si la alte-
ración es inconsciente
Clasificación en una categoria global Kuper empleO
esta -Call expresión para definir el momenta en que se
transfiere al individuo a una masa en la que pierde su
identidad Puede tratarse de algo comtin (“Oh, por supues-
to que ella es freudiana”), o admisible pero dudoso (“Si,
ya sabemos que es una enferma” o “Fulano es un psica-
pata”), o puede constituir un acto extremo de globalización
(“Es un kith(?)
255
211
Si uha periona o grupo eombate a quienes se is opo-
nen con los mecanismos enumerados, los testigos deberian
sentirse alarmados por esa conducta y reaccionar abste-
niendose de participar en las habladurias o enfrentandose
directamente con el sujeto que distorsiona, descontextua-
ilza, denigra o caricaturiza a quien sostiene opiniones dis-
tintas de las suyas Este cuestionamiento apunta a dete-
ner, como minimo, la acción genocida El genocidio
intelectual es comun, pero aun en su expresión puramente
retorica puede resultar sumamente destructivo Si un
individuo o grupo, que antes participaba en el discurso
colectivo, es objeto it cesantemente de un genocidio inte-
lectual, terminara por acusar los efectos Algunos simple-
mente abandonaran la escena y dejaran de participar en
el grupo, en una suerte de exilio voluntario ante la
persecucion; algunos seran llevados a asumir posturas
extremas, victimas de una inocencia violenta (coma la que
examinamos en el capitulo 8) que parece haberse extra-
limitado; otros somatizaran el conflicto (bien sabemos que
a menudo un ataque cardiaco es el resultado de una coac-
ción muy grande sufrida en el lugar de trabajo); otros, por
ultimo, procuraran establecer una alianza con el
perseguidor a fin de protegerse contra la destruccien que
los amenaza
Lo que aqui pretendo es que en nuestra conciencia el
genocidio intelectual sea elevado al rango de crimen de lesa
humanidad Como se trata de algo comun y corriente, pode-
mos hacer algo al respecto, con nuestro simple modo freu-
diano de hablar de ello en el aqui y ahora, abordando el acto
para así despojarlo en parte de su potencialidad malsana
256
EL CIRCULO VICIOSO
212
Podria decirse que hasta que Lemkin acutio un termi-
no para el asesinato en masa, el “genocidio” se las ingeni6 para
eludir su significante y de este modo escape a su representación en
el orden simbolico A esta enumeración de obstaculos quiero agregar
algunos mas
Una de los rasgos mas desconcertantes del exito del
genocidio intelectual es que sus practicantes mas talen-
tosos no solo parecen alcanzar prominencia con su ataque
pernicioso a los demas, sino que se convierten en objeto
del aprecio de otras personas que, en circunstancias dife-
rentes (eso es lo que uno supondria), se habrian horrori-
zado de esa conducta Recuerdo a un politico derechista
de mi pueblo natal, en el sur de California, un individuo
que vilipendiaba a los opositores con chismes y rumores
maliciosos, y que perjudic6 a muchisima gente; sin embar-
go, casi podria decirse que se lo amaba como a una especie
de monstruo sagaz También recuerdo que a pocos kilo-
metros de ahi habia otra persona muy conocida por este
mismo vicio y que termino siendo objeto de aprecio colec-
tivo: Richard Nixon Y aunque los norteamericanos cono-
ciamos la monstruosidad de Stalin, no por ello dejamos
de ponerle un apelativo caritioso: “el viejo Tio Joe”
El enigma radica en esto: ,por que “amamos” a estos
monstruos aberrantes, en lugar de luchar contra ellos?
i,Por que les permitimos trepar tanto por la escala del Od-
to, a veces hasta una posicien de liderazgo desde donde
contimian eliminando opositores con sus viciosos proce-
dimientos? Tal vez porque nos representan Tal vez por-
que tememos desafiarlos Algo de verdad debe de haber
en esto; pienso, empero, que ademas practicamos una
prestidigitación interpersonal en la que la persona abe-
rrante es “el objeto amado imposible”, ya que el amor exo-
nera al sujeto de toda oposición responsable Un ejemplo:
257
213
I
214
recuerdo cemo me conmociono la radical transformación
del caracter de este profesor cada vez que ingresaba en
su mente la politica contemporanea Creo que la mayoria
de mis compaiieros estaban igualmente azorados ante lo
258
215
Marys monstruosas, relatos acerca de su bestialidad
AI excuser la conducta destructive de alguien mencio-
nando su humanidad, cometemos un crimen contra la fun-
ción humane Al rechazar la responsabilidad colusoria por
los efectos destructivos del individuo maligno tornandolos
en broma, pervertimos la verdad Este mención corrupta
de la humanidad es lo que pervierte a la verdad y lo que
259
216
dandonos que esa persona es, en tantos otros aspectos, no
solo cuerda sino digna de nuestra simpatia Asi, usamos
nuestra humanidad y su nexo con las partes humanas del
otro para recuperarnos del trauma, pero, coma ya he suge-
rido, lo ininico es que en iltima instancia con ello excu-
samos, y en definitiva apoyamos, la destrucción de la
humanidad A menudo experimentamos un cierto terror,
al percibir nuestra responsabilidad hacia quienes son
objeto de este genocidio intelectual Debemos decir algo
que, al menos, marque nuestra oposición al estado mental
fascista
260
217
en un proceso mental particular
He aqui otra definición del circulo vicioso: “situación
en la que la solución de un problema origina otro, y la
solución de este o los que derivan de el vuelve a generar
el primer problema, a menudo con mas complicaciones”
Otra definicion: “situación en la que una afeccien o tras-
torno da par resultado otra que, a su vez, agrava la pri-
mera” Es exactamente el tipo de proceso que, a mi juicio,
se da en el estado mental fascista Sea cual fuere la
angustia o necesidad que patrocina el impulso a alcanzar
la certidumbre —dinamica de la construcción fascista—,
el resultado es vaciar la mente de toda oposición (en el
261
218
oposicion: “En toda clase de elemento perfectamente
transparente y relumbrante me bano y nado y salpico
como si estuviera en el agua” (pag 48), lo cual es posible
hasta que se encuentra con algún elemento humano que
lo llena de una sensación de repugnancia (pag 48) En
tanto y en cuanto Nietzsche describe tempranamente el
proceso de pensamiento que luego sera peculiar del movi-
miento nazi, vemos como el mar fascista de la serenidad
interna es espejado por esos mares horrendos de los cam-
pos de concentración que contienen el vtimito fascista: el
lugar que los purifica por contener la indigerible opo-
sición
Para alguien recluido en un campo de concentration,
es dificil hallar algún vestigio de lo humano que pudiera
ofrecer resistencia al estado mental fascista En El cora-
zon bien informado, Bruno Bettelheim nos dice que si un
detenido expresaba algún gesto humanitario hacia otro,
era castigado con la muerte A la larga, nadie po día ayu-
dar a nadie, ni manifestar sentimiento alguno sobre el
tratamiento aplicado a los dernas y a si mismo, manifes-
taciones que conducian a la tortura y a veces a la muerte
Se eliminaban así las cualidades que tanto valoramos
como expresión de la humanidad: la ayuda a quienes la
262
219
cipal problema durante todo el tiempo que pase en los
campos e—scribe—, diria que fue proteger mi ser interior
de modo tal que si por azar recobraba la libertad, fuera
mas o menos la misma persona que cuando la perdi” (pag
126) Debia aceptar, pues, una escisión en su personali-
dad, entre el mundo privado de sus pensamientos (a los
que en definitiva la SS no tenia acceso) y “el resto de mi
personalidad, que debia someterse y adaptarse para
sobrevivir” (pag 127) Estado extremo de una victima que
solo puede retener su humanidad preservando su cordura,
merced a ese tipo de escisión Interesa apuntar que el pen-
samiento y el recuerdo, la capacidad de percibir la reali-
dad, de pensarla y recordarla, se convirtieron en el nuclei)
de una posible recuperación de un futuro humano
Entendemos así por que cualquier persona o grupo
que ha padecido un genocidio debe, en algtin punto de su
proceso de recuperation, recordar lo que realmente suce-
dio Esta acción decisiva no solo apunta a objetivar los cri-
menes cometidos contra el si-mismo, sino, como insintia
Bettelheim, a recuperarse, en aras de la supervivencia,
de la destrucción infligida por el propio sujeto a las partes
humanas del sí-mismo Si la victima procura su propia
seguridad y abandona a sus camaradas, el respeto por si
misma sufre una enorme perclida Solo gracias a un mayor
autoanalisis y autoexpresión puede recobrar ese amor por si misma
que es parte natural de la estructura narcisista
generativa de las relaciones humanas
263
220
propia humanidad (la voluntad de sobrevivir) avanzarA
hacia sns humanidades abarillonadas, ante todo par me día
del recuerdo, luego del lenguaje y finalmente de un auten-
tico dolor Hay en esto un triunfo de lo aparentemente
inhumane (nuestro avance darwiniano) que, extranamen-
te, es mas humano que los actos conniventes de humani-
zación de las partes monstruosas del si-mismo
Si una persona, grupo, institución o nación desea ver-
daderamente recobrarse de los traumas provocados por
el genocidio intelectual o físico, tendra que recordar los
crimenes que ha cometido El acto de la rememoracien es
el antecedente necesario del perdon (de uno mismo y de
los demos) y es el medio Para la rehumanización repara-
dora del grupo Con frecuencia se sortea este proceso
mediante renegaciones rya ha corrido rnucha agua bajo
los puentes”) tendientes a ahogar el recuerdo y mediante
transferencias a la prOxima generation, lo cual de algtin
modo tiene conic, finalidad desplazar de manera natural
los crimenes de la generación anterior y absolverla de su
responsabilidad colectiva Pero sabemos muy bien que
aunque toda nueva generación parezca duefia de su pro-
pia visión desplazante del futuro, es muy factible que
herede los uecados de sus antecesores
221
Cuando Freud sostuvo que Edipo Rey era una meta-
fora teatral del conflicto psíquico fundamental del indi-
viduo, vinculando entre si, en una sole y fuerte arreme-
tide, los mundos de la politica, la literatura y la psicologia,
puso de relieve dramaticamente, come &Ades, los mul-
tiples factores que componen la complejidad humana,
pués conocia muy bien los elementos miticos, cfvicos, psi-
quicos y culturales que contribuyen a la manera de vivir
la vida
No pasare revista aquf a la vasta, sagaz e importante
bibliografía critica sobre el drama y sobre la concepción
freudiana de la escena edipica en la vida individual; en
lugar de ello, considerare el dilema edipico como un corn-
plejo independiente (si es que esto es posible) de sus par-
ticipes individuales, incluido por supuesto el nitio Edipo
que mata a su padre y se acuesta con su madre No se tra-
ta de restar importancia al solitario horror edipico o a su
lugar psíquico en la vida de cualquier niiio, cuyo deseo lo
aterroriza y cuyo padre cumple un papel esencial en la
supervivencia de tales temores; pore creo que Sofocles
explora un destino mas trAgico que el marco mental cons-
tituido por el dilema edipico
222
relacionadas entre si, confluyen en una false unidad, oca-
sionalmente poblada per criaturas fabulosas y aconteci-
mientos fantasticos Adernas, las distintas versiones de
un mite estan sujetas a un cambio que Robert Graves
denomino “iconotropfa”: el memento en que un mitografo
interpreta erroneamente, en forma deliberada, las repre-
sentaciones visuales de un cuadro sagrado (el lugar pie-
-ter-ice del mite comp condensación visual), tramando un cuadro
verbal que la modifica (pag 21)
La leyenda de Edipo era biers conocida per los atenien-
ses El ptiblico sable lo que le ocurrirla finalmente al
heroe, y aunque los dramaturges o narradores alteraban
algunos detalles, Edipo siempre mataba al padre y se
acostaba con la madre Como sefiala Knox, &foeles apele a esto
para colocar al pliblico en la posición de los dioses, que podlan ver
todo el curse de los acontecimientos pero
al mi smo tiempo, identificandose con Edipo, ser arrastra-
dos por la trama interna de su dilerna: espejamiento de
ese vaiven que todos soportamos en la vida entre nuestros
estados reflexivos del si-mismo complejo y la localización del
experienciar del si-mismo simple
Rue elementos entretejio Sofocles en lo que yo llama el contexto
psíquico de esta obra?
En la “edad media” de la historia de Grecia, a la que
alude en parte el drama, la monarquia era el tipo de
gobierno universal, pero con el derrumbe del comercio, los
266
223
desaparecieron; siguieron cumpEendo un panel cere-
monial, estrechamente ligado al templo y al dios que era
el patrono de cada ciudad —ironica flliacion, ya que el
temple ocup6 el lugar del palacio
Por otro lade, los griegos tenfan en mente —en algún lugar de
su mente— la transición del mundo del rey gue-
rrero (como el Aquiles de Romero) al mundo de una figura de
discurso (un Pericles) participante en la democracia
Esta evolución no fue total ni absoluta En Esparta, a ape-
nas un centenar y me día de kilometres de Atenas, perdu-
raba otra sociedad que continuaba reverenciando lo
patriarcal, podemos decir, entonces, que los atenien-
ses conocian dos estructuras: una monarquica (o dictato-
rial) y la otra democratica?
A la vez, debian de tener en mente la legendaria tran-
sición de un orden universal matriarcal a otro patriarcal
No esta claro si hubo jamas en Crete una sociedad
matriarcal antes de la invasión griega, pero aunque la
haya habido, as dificil creer que los atenienses conocieron
esa cultura, ya que en tal case sin duda ella se habria
diseminado en ricas elaboraciones rnitolOgicas Lo que si
tenfan los atenienses era un influyente mito acerca del
matriarcado, ya que en su mitologla Gea era la diosa que
había engendrado a todos los dernas dioses y a la huma-
nidad Gea era una suerte de elemento primordial que dio
nacimiento a Urano sin intervención de ningtin principio
masculino, y luego se acoplO con Urano para procrear a
los diodes La mitologia griega es en gran parte la saga
que narra el conflicto entre hombres y mujeres As1 pues,
aunque no hubiera de hecho una cultura matrilineal, exis-
267
224
tia un mito poderoso sobre un poder materno originario
del cual habian surgido los hombres, quienes a la larga
se aduefiaron del poder social Esta evolution, si así puede
llarnarsela, estaba muy presente en la mente griega, y no
hay Buda de que SOfocles jugo con su resonancia onto16-
gica en Pa vida de cada niño hacida de madre y sujeto a
la ley del padre
Sin embargo, si le creemos a Robert Graves (cuya obra
sobre los mitos este siendo sometida a series cuestiona-
mientos), existio de hecho una sociedad matriarcal en Cre-
ta, dominada por una reina que anualmente designaba a
un rey En la cultura griega prehistorica, parece ser que
este rey era nombrado también anualmente (come proba-
ble representación de las estaciones del afio y de la fecun-
didad del suelo), en tanto que la reina gobernaba hasta
su muerte y le transmitia su poder a su hija mayor De
tanto en tanto el rey sustitula a la reina, y en tal caso
simulaba tener grandes pechos falsos Al termino de su
reinado anual el rey era “sacrificada”, y eran muchas y
muy diversas las simbolizaciones de esta muerte Por lo
comtin era sometido a una ejecución simbolica, entregan-
do su reinado durante un día a un nino-rey que al fin de
esa jornada “moria” —aunque en algunos cases seguia
vigente comp opción frente al rey— En este fragmento se
habla del modo coma se lo mataba:
225
268
226
to Bien conocido de la invasión extranjera (o un acto
revisionista posterior)
2 A veces los lithos eran abandonados a su suerte lue-
269
227
sibilidad cognitive, sino porque los temao inconscientes
presentados son tan perturbadores que el sujeto reprime
o escinde lo conocible El drama insta a un desplazamien-
to de los marcos mentales conscientes del sujeto en su
reacción psíquica, lo cual en parte se logra mediante la
exposición subversive de un mito que todos presumible-
mente conocen de antemano, sosegando así a los testigos
al transmitirles un sentido falso y premature del signi-
ifcado de la obra
270
228
Si repasamos la primera respuesta de Edipo cuando Creonte le
narra el asesinato de Layo, notamos, come deben de haberlo hecho
algunos miembros del pUblico, de que manera Edipo introduce su
verdad psíquica en el dis-
curso Refiriendose al criado que sobrevivi6 a la muerte de Layo,
dice Creonte: *
271
Edipo replica:
229
Edipo: Lo se, pero nadie puede encontrar al asesino (vs
330-35)
272
230
Edipo: Bien; entonces, dime: i,cutinto tiempo hace que
Layo ?
Creonte: LQue hizo Layo? No comprendo
Edipo: desaparecie, muerto en un asesinato (vs 620-
25)
273
231
antes de padecerla 1,Por we no se dio cuenta de que el
hombre acaudalado a quien dio muerte en el truce de
caminos po día ser un rey? ,Por que no se formula pregun-
tas al llegar? A lo largo de su derrotero podria haberse
planteado muchas otras cosas, pero sabemos bien que la
renegación humana y el poder del deseo bastan para
cegar Y si W oeles pretende mostrarnos un ejemplo de
proceso mental extremo al ponernos delante a Edipo,
como sin duda ocurre —cuando entendemos que antes de
pasar a la acción tenemos que dejar transcurrir el tiem-
po, y escuchar a los demas—, lo hace solo para significar
un rasgo de nuestra propia personalidad: que somas un
complejo humano
De hecho SOfocles nos hace saber, si queremos verb (y muchos
no quisieron), alai es el autentico enigma plan-
teado por la Esfinge, o quiz& diriamos, el otro enigma
Conocemos el enigma manifiesto que Edipo resuelve, apa-
rentemente para liberar al mundo de su plaga; pero la Esfinge
formula un enigma oculto, y W oeles no lo escon-
de al auditorio En las calles de Atenas, al concluir el
espectaculo, zalgCm ciudadano se volvio hacia su compa-
iiero para preguntarle: “1,Cual era el verdadero enigma?”
Sospecho que si Y hasta puede haber sucedido que, como no tenian
ningun texto al que consultar, discutieran sobre lo que se habia
dicho exactamente
Y bien: Leilá era el verdadero enigma? Edipo le
inquiere a Creonte por que, después del asesinato de
274
232
,Nos Buena familiar? Debe serlo i,Y que pasa con
Yocasta, que lo insta a Edipo a olvidar: “A partir de este
dia, no mirare ni a derecha ni a izquierda” (v 950)? La
Esfinge que tiene en sus temibles garras femeninas a la
ciudad encuentra eco en esta reina casi malvada, que urge
a la desmentida: no mirar ni a derecha ni a izquierda
pero, si Edipo miraba abajo, a sus pies, por ejemplo,
que lo nombran? Edipo, en griego, quiere decir “pies hin-
chados” i,Que hubiese ocurrido si, obedeciendo a la Esfin-
ge, concentraba la atención en sus pies? Tal vez pensando
en el problema que lo afligia lo hubiera vinculado al aban-
dono de nifios, ya que era habitual que, a fin de impedir
que sus espectros acosaran a los asesinos, sus pies fueran
mutilados 1,Y si Creonte y su consorte hubiesen escucha-
do este comentario, que parece eludir la verdad pero se
convierte en el nuevo enigma, capaz de impedir los horro-
res venideros si se lo reconoce y resuelve? Después de
haber oido el nombre del extranjero, Edipo, algiun griego
reflexive podrfa haber dicho: “iAh, si, estos son los pies
que yacen a nuestros pies: los 'pies hinchados' de to nom-
bre!” Si se hubiese vista en Edipo la clave de la muerte
de Layo, se lo habria arrestado y así se habria impedido
su casamiento con Yocasta
Quizas este enigma secrete les paso inadvertido a
algunos Por cierto que yo “lo pase por alto” en mi primera
275
233
lecture de la obra, y puede aducirse que por ello, lo mismo que
Edipo, desconocia la complicidad de Creonte y de Yocasta (entre
otros, incluido Tiresias) en cuanto a no detener (i,negarse a
detener?) el curso de los acontecimien-
tos e,Es asi? zEstoy en lo cierto al ver las cosas de este modo, o
dstoy descaminado? L iay algo incorrecto en mi interpretation?
4Estoy a merced de mis propias limitacio-
nes, seen estas cuales fueren?
,Pero no es esto parte, acaso, del verdadero enigma
planteado par la Esfinge? Cuando Edipo mate a Layo, el
pueblo quiso desembarazarse de la bestia dando respuesta
a su “viejo enigma”, pero nuevos sucesos hablan usurpado
el enigma y la Esfinge ariadio otro que nadie (salvo quizá
Tiresias) advirtio Las realidades subyacentes que provo-
can angustias se modifican, coma note Freud, a raiz de la
naturaleza dinAmica de la vida psíquica interne, en la que
los deseos, necesidadei, defensas y reparaciones modifican
nuestros sentimientos sobre nosotros mismos, los dernas
y los sucesos Responder al enigma secrete no implicaba
conjeturarlo Si la Esfinge hubiese dicho: “Os planteo aho-
ra un nuevo enigma: el asesino de Layo yacera a vuestros
pies”, algtin griego sagaz podria haber pensado: “iEdipo:
pies hinchados!”, y el asesino habrfa sido descubierto No
obstante, segfin creo, to que quiso decir Modes, y el moti-
vo de que Freud se haya sentido atraido por este texto,
es que la resolución de determinados contenidos (enigmas)
psiquicos exige comprender la realidad psíquica que gene-
ra cambios en dichos contenidos, ya que toda mente refor-
mule permanentemente sus contenidos, y para no caer en
una acción imprudente no hay que afincarse demasiado
en los propios babitos
De modo que para escuchar este admonición de &facies, dare a
este capitulo ahora un curso distinto, entramado a la pregunta: %Pol
que Edipo?” zEn que aspectos, pues, se vincula mi argumentación al
dilema del nil-10 edfpico?
234
276
235
al padre sustrayendose temporariamente al mundo exter-
no por el representado; y este asesinato es un placer per-
277
236
nifio duda de eso El olor de la madre sigue dentro
del niño edipico Pero cada niño advierte asimismo, de for-
ma muy profunda, que el padre lo precedie en su relación
con la madre; y este reconocimiento de tales antecedentes,
tanto en la nina coma en el varon, es una identification:
una identificación correcta del lugar propio, de la posición que
se ocupa en el tiempo, que le informa al nina cual fue el deseo previo
de la madre
278
237
sicional, al “responders? a las preguntas sobre el origen
de sus impulsos genitales, los nifios descubren con que
sexo estan identificados, y por ende con alai de sus dos
progenitores; y se percatan entonces de su linaje Como
estan en conflicto interno consigo mismos entre sus dos
“estados de nino', el padre quedara definido, en gran
medida, segUn la situación de ese conflicto privado Al it
descubriendo su deseo, el nina reconoce los de la madre
y el padre, y queda fascinado por la especificidad del
padre: su diferencia
279
LA COMPLEJIDAD PSÍQUICA
238
salvo en la medida en que el niño se interesa por la natu-
raleza de la epistemologia, lo cual indica una admisión
preconsciente de los problemas ligados al saber
Cuando Edipo le dice al corifeo en Colono que “es hijo de la
sangre real de Tebas”, el corifeo exclarna horroriza-
do: “ati tti eres ese hombre?” (vs 235-40) Todos cone-
cen en Colono a ese hombre, perviviente come un objeto
interne, agudamente perturbador Pero Edipo se presenta
ante ellos come el otro real del cual derivan todos los obje-
tos internos: “Tu nombre, viejo extranjero, resuena por
todo el mundo” (vs 330-35)
Cuando Edipo se encuentra, en un segundo truce de
caminos, con Teseo (“Y ahora, viendote en esta encruci-
jada, te conozco en la carne más alla de toda duda”), lo
que encuentra es un nuevo padre que advierte la diferen-
cia entre un objeto interne y su alteridad real (vs 620-25)
280
239
se por sentado; en otras palabras, que estainos destinados a la
complejidad, a vivir en la complejidad El suello, ver-
bigracia, le muestra al nine come cambian sus objetos,
dejandolo desconcertado por las mutantes profecias que
contienen esos mementos en apariencia oraculares Si al
espectador occidental de nuestros dfas le resulta difícil
tolerar el acatamiento de los distintos oraculos per el
heroe sofocleano, bastard quizá que recuerde que cada
noche, al sonar, vemos y ofmos una extraiia otra visión de
nuestra vida y de nuestro destine
Es un descubrimiento morigerador para el nino, ya
que su omnipotencia infantil querria que todas las demas
mentes y conductas se ajustasen a sus deseos; ahora, en
cambio, ha comenzado a reflexionar sobre la diferencia
entre los humanos y la imposibilidad de llegar al otro a
través de la omnipotencia, y esta situación as paradojica,
ya que al mismo tiempo que conoce la singularidad del
otro, llega a advertir el extratio hecho de su propia sin-
gularidad Reconoce sobriamente, ademas, que el lugar en
el que viva —y cuya existencia antes suponia destinada
281
240
autoridad de la pareja parental, porque estas organiza-
ciones parentales son mss reconfortantes que las carac-
teristicas del grupo, las que ponen en tele de juicio la
identidad, y donde los participes se yen continuamente
desplazados por ideas, sentimientos y procesos que sobre-
pasan la influencia individual
SOfocles maneja esta perdida de definición resultante
de la participación en el grupo, al hacer que alternada-
mente cada personaje del drama parezca razonable,
empatico, sensato en su biisqueda, ciego, pernicioso, necio,
asesino Auienes son Creonte, Yocasta, Tiresias Edipo? Parece haber
una figura distinta para cada lugar cam-
biante de is dinamica grupal
Por otra parte, Wades escribia pare un pUblico griego
que se hallaba de algiin modo entre la oligarquia y la
democracia i,Corao era vivir en una democracia en la que
cada miembro del grupo po día decir lo que pensaba? i,Que
grupos componian la democracia? Atin hoy nos seguimos
haciendo las mismas preguntas, no solo porque los gobier-
nos suelen estar a mitad de can-iino entre la democracia
y la dictadura, sine, porque esos dos estados son el eco de
una problematica interim tanto del hombre como de la
mujer: permanecer dentro de un gobierno monarquico o
de una dictadura, o matar al rey, rebelarse e instaurar el
gobierno del grupo
282
241
donde la imica libertad de representación se da como un
derivado sutil En tiempos de opresion, prosperan las ale-
gorias, ya que la gente lee significados ocultos por detras del
texto manifiesto que se le presenta
Una democracia puede conducir a un caos expresivo
Es irnposible sofocar las ideas, ya que nadie tiene auto-
ridad suficiente para ello, pero puede escindirselas y tor-
narselas extravagantes, en el mundo profundamente enlo-
quecido que caracteriza al proceso psicotico En Edipo
Rey, el fluir mental del coro se hace eco de este movimien-
to oscilante en las ideas y los sentimientos dentro del pro-
ceso democratico, que da cabida a la expresión e incita a
la cacofonia
Las farnilias viven en lo que llamamos el hogar, y ya
sea que el “mando” se incline por lo matriarcal o lo patriar-
cal, es par sobre todo un grupo, un lugar interpersonal, al que
se llega a partir de las multiples contribuciones de sus miembros,
capaces de crear una atmosfera de lugar pese
a que sus representaciones privadas de las personas alb':
presentes son, inevitablemente, idiosincrasicas
Como he insinuado, este nuevo objeto —el grupo fami-
liar— es como un eco de las contribuciones internas diver-
gentes y coextensas que apuntan al sentido que tiene el
nino de su propia complejidad Este “espíritu del lugar”
(v 75) que Edipo halla en Colono es un espacio santificado
per el padre fundador, cuya ecuanimidad perdura en el
corazen del pueblo Es edemas un lugar combinado con
lo materno, ya que ese territorio sagrado es la morada de
las Eumenides, las que viven bajo la Madre Tierra
283
242
En el momenta de la vida de un niño en que es capaz de ver sus
origenes patrilineales o matrilineales, toma conciencia de quienes
son los padres de su padre (sabre todo el padre del padre) y quien es
la madre de la madre Esta inauguración de un sentido generational
del lugar personal'constituye el surginarento de la capacidad de pen-
sar sobre los nexos entre los abuelos (y sus personalida-
des) y los padres (y sus personalidades) Es una secuencia
vinculada par una particular narrativa roltica, ya que sucesos reales,
recuerdos encubridores, adorns, lecturas fallidas inconscientes, etc ,
condensan el pasado de los abuelos (y la poca historia que conozcan
de su familia) en la leyenda familiar (En el proximo capitulo
examinare la indole de la conciencia generacional )
For mss que el nombre de padre instaure una ley, que
entre otras cosas prohibe el incesto, no es el padre el que
establece la justicia en el grupo “Vegas charlas ignorantes
dieron pabulo a oscuras sospechas, y un sentimiento de
injusticia se ahondO tambien profundamente”, le dice el
coro a Yocasta (v 775), reconociendo tacitamente eI poder
del grupo para usurpar toda autoridad aislada “Extraria
reaction ilegitima”, musita Edipo al of/ que Tiresias se
niega a decir la verdad (v 368) 1,Como puede hacerse jus-
ticia con los actos criminales? Esta es la cuesción que con-
forma el corazOn mismo de Antigona En el conflicto que
padece el niño con la madre, el padre o un hermano,
i,como ha de hallarse una manera justa de zanjarlo? zSera
acaso el ingreso magistral del padre, que sostiene la ley,
feel a su nombre? Pero tal vez sus decisiones no sewn jus-
tas; un agravio puede persistir mucho después de haber
lido resuelto por la justicia, en la realidad psíquica del
nino, sobre todo si un miembro de la familia cometio una
verdadera injusticia
A esta edad, ciertamente compleja, el niño advierte
que sus reclamos psíquicos (de justicia, entre otros) no
284
243
bros del grupo, sino que su esfera misma de examen judi-
cial, su mundo interne), es a menudo desgarrada par posi-
ciones opuestas y, en definitiva, esta mucho mss alla del
saber del padre mss Meldo y paciente La propia vida psi-
quica pone a cada cual, en lo esencial, fuera del alcance
del saber intersubjetivo, aunque al mismo tiempo lo incre-
mente
Es uno de los descubrimientos que hace el niño a esta
edad: que no somas sino parte de subjetividades forzosa-
mente rivales, que nuestra omnipotencia se ye alterada
en forma radical a raiz de ells y que la invocación del
nombre del padre a de la madre no conjura la justicia
&facies lo sabia muy bien, como todos los griegos; pués
el hogar era el espacio creado par cada familia, que si bien
patrocinaba su Unica realidad interna compartida, era asi-
mismo el eje de muchos conflictos e injusticias Hasta cier-
to punto, la polis surgio por la necesidad de resolver los
conflictos entre los hogares “Tienes que venir a una ciu-
dad que practica la justicia”, le dice Teseo al transgresor
Creonte (v 1040), quien antes habia intentado invocar el
sentido civico al imprecarle a Edipo: “Arias Ards, to ciu-
dad to dio nacimiento” (vs 860-65)
Mas ally de la realidad psíquica de la familia en el
lugar civico, los hombres y las mujeres contribuyen al
cuerpo politico que sustituye y coordina la autoridad del
hogar El niño hallard este nuevo lugar primero en la
escuela, donde, a mi juicio, los observadores pueden notar
claramente si un niño ha “resuelto” o no el dilema edipico
Muchos se aferraran a una madre amante interna y se
negaran a mantener trato con sus pares, en tanto que
otros trasuntaran el conflicto ya sea asumiendo la ley del
padre u ocultandose aterrorizados Analogamente, si bien
en todos los nirios quedan huellas de ambas autoridades
previas, los que alcanzaron el complejo de Edipo lograron
285
244
una cierta perspective y saben algo sobre la indole de la
vide psíquica, que a nadie confrere un poder natural Para vivir
en un grupo, uno debe ser capaz de valorar este corn-
plejidad de la vide y convivir con ella
En la epoca de la adolescencia, hay un renacer de este
descubrimiento del niiio edlipico sobre su aislamiento
potencial, sugerido por la complejidad de las subjetivida-
des El adolescente experimenta la angustia de las cam-
biantes representaciones internas del si-mismo y del otro,
al tiempo que vive en un grupo de pares que anticipa vivi-
damente la precariedad de la dinamica grupal En un
memento de crecimiento psicobiologico, resurgen las
regresiones transformadas, cuando el adolescente busca
hondamente los primeros amores que le proporcionen gra-
tificación sexual y emocional, así come una manera de
gustar a los demds, de ser uno mas en el grupo, en su afar'
de superar la angustia que le genera la vide grupal Al
transformer la indole intrinseca del grupo en una culture
de pares falsamente organizada, los grupos adolescentes
se asemejan a pandillas congregadas a fin de librar beta-
lla contra las angustias del propio grupo Al pasar el tiem-
po, cuando las angustias merman y se aprecian los frutos
de la complejidad (en particular, el valor de las diversas
perspectives), desaparece la necesidad de los lazes gru-
pales, así come la de los intensos y simbioticos enamora-
mientos pueriles
“Ya veras que el tiempo todo lo cure”, le dice Creonte
a Edipo, y este vez podemos coincidir con el (v 1664)
A este altura, el tiempo parece poseer algo intrInseca-
mente curative La resolución del complejo de Edipo
conduce a experimenter este sentido curativo del tiem-
po, sanando los conflictos internos e interpersonales
245
cuando, con el tiempo, aumenta la perspective del indi-
viduo: aquello que habia side escindido o renegade (a
favor de la propia econornia narcisista, por ejemplo) se
286
246
(en teoría para impedir ulteriores parricidios), no es mas
bien un duelo conmemorativo del autentico fin del padre:
su desplazamiento, en la mente del nifio, por toda una
colonia de nuevas cargas, intereses libidinales e investi-
duras idiomaticas Pienso que en Psicologia de las masas
y andlisis del ye, Freud nos sugirio otro patron de la diso-
lución del “complejo paterno” en el nino: 'Cada individuo
—escribe— es miembro de muchas masas, tiene multiples
287
247
Knox opine que la obra de Wades es un modelo de
todo drama moderno porque nos presenta “nuestro propio
terror del futuro desconocido al que tememos no poder
controlar; nuestro profundo temor de que cada paso ade-
lante que damos, en lo que creemos el camino del progre-
so, puede en rigor ser un paso que nos aproxime a una cita
predestinada con el desastre” (pag 133) Creo que esto
capta en parte la realidad emotional interna del niño edi-
pico, pués este esta por saber algo, algo muy semejante
a la que descubrio Edipo, y que en cierto sentido es tragico
y sin duda perturbador
El afan de Edipo par conocer la causa del padecimien-
to lo Ileva a descubrir su propio cumplimiento involunta-
rio de una profecia; y tanto en Edipo Rey como en Edipo
288
248
Odiseo, se aventura en el mundo de sus ensuerios llevado
por la capacidad de su mente para generar teatros de
escenas heroicas En ciertos aspectos el ensueño diurno
es el primer lugar verdaderamente heroico, en el que el
nirio puede objetivar su si-mismo entregado a una acción
ideal que es reconocida y aclarnada por un otro implicito,
IAh, si la mente fuese tan simple, que facil seria vivir]
Pero este mismo lugar conlleva pensamientos incomodos,
emociones inquietantes y ensuerios persecutorios La men-
te y sus conjuros espontaneos desplazan la concepción de
la vida del si-mismo heroico, obligando al niño a debatirse
con ideas y sentimientos malevolos LQue hace entonces
el niño con su mente?
Hasta que el niño se convierte en un complejo de Edi-
po, creo que sus contenidos mentales son mas fecilmente
“comprendidos” como sucesos levemente externos; el niño
se siente magicamente poseido par contenidos psiquicos
289
249
o el tranquilizante sosiego parental han de ahuyentar,
sino un suceso interno, totalmente patrocinado por la
mente del niño A mi modo de ver, este es, para el niño
edipico, el momenta de la verdad: cuando descubre que es
su mente la que crea esos dramas de pesadilla equipara-
bles al destino del pobre Edipo; descubrimiento que, en
cada nino, equivale en cierto grado a la bUsqueda que Edi-
po inaugura cuando pretende hallar el origen de una mal-
dición que asuela su cultura Esa maldición es el sino agri-
dulce que se padece al tener una mente solo en parte
conocida y, par ende, siempre capaz de generar trastornos;
una mente que en el caso extremo puede mas bien per-
derse (perder la cabeza) y cuyo descubrimiento por el niño
constituye un momenta trascendental
En este sentido podemos decir que el maltrato infantil
es universal, si por ello entendemos que cada sujeto
humano padece la angustia de algunos de los productos
de su propia mente: desde la idea asesina pasajera que
conmueve al silmismo hasta la envi día de la buena suerte
de un amigo; desde la turbulenta y dolida culpa generada
par las acciones desconsideradas hasta las angustias per-
secutorias que derivan del acting out iNuestra propia
subjetividad nos maltratard a todosl Por importante que
sea advertir los traumas provenientes de dafios ambien-
290
250
jetividad lo predestina a episodicos padecimientos, tam-
bien se da cuenta, gracias al pensar ail, de que esa mis-
ma mente puede ayudarlo a contener y procesar ideas
perturbadoras La mente, aun cuando pone en escena las
representaciones de ideas y sentimientos autotraumati-
zantes, es una instancia de resolución de problemas Del
misma modo, el grupo puede funcionar coma recipiente de
contención de procesos perturbadores, por mas que su
estructura incita con frecuencia al desasosiego
La concepción segan la cual el supery6 se crea a partir
de la relación con el padre e intrapsíquicamente lo repre-
senta, es el resultado de una lectura muy limitada de este
importante desarrollo pslquico El arribo del supery6
anuncia la presencia de la perspectiva, el desenlace psi-
quicamente objetivo del complejo de Edipo, cuando el niño
descubre la multiplicidad de los puntos de vista El super-
y6 deriva, si, de la identification, pero no simplemente con
el padre —ya sea con su figura o con su nombre—, ya que
su estructura da testimonio del logro de la perspectiva:
el niño puede ahora verse a si mismo y a sus objetos a tra-
yes de las multiples perspectivas que le ofrecen las iden-
tificaciones
AT estar en presencia de su mente, es lanzado, creo,
a un viaje muy perturbador Este es el lugar en que todos
vivimos momenta tras momenta, en una zona que creo
que Winnicott especifico con su noción de la soledad esen-
cial, y por cierto esta implicita en su concepto del “ais-
lado” que es cada uno de nosotros Al desarrollarnos, esta
291
251
mente se torna Inas compleja, y lo que es curioso, en pro-
porción a su mayor nivel de elaboration El desarrollo psí-
quico es entonces en parte des-evolutivo en lugar de evo-
lutivo: en el se desmantelan las tempranas estructuras
de la ninez, tanto preedipicas cuanto edipicas Padres y
madres,'precoces deseos e im'pulsos, necesidades prima-
ries y satisfacciones, se esfuman en una suerte de opa-
cidad mnemica a medida que ingresamos Inas profunda-
mente en dominios inconocibles Algunos (y quizas entre
ellos se cuenten nuestros artistes y filosofos) perciben
este des-evolución pslquica como un hecho de la vide,
humane del que no quieren separarse, pare ver si pueden
dar cuenta de el, narrarlo, quizá celebrarlo: pero los ries-
gos que corren estos aventureros son muy grandes La
mayorfa, a mi modo de ver, encuentra simplemente inso-
portable la conciencia de este aspecto de la condición
humane —la complejidad proveniente de toner una men-
te para uno mismo
Dado este caracter intolerable de cliche complejidad,
creo que el ser humano en parte cae en una regresión
para sobrevivir; pero este repliegue ha sido tan esencial
a la vide humane que se convirtio en una convención no
analizada, en parte de la religion cotidiana A este regre-
skin in llamarnos “matrimonio” o “asociación de dos”: la
persona para a formar parte de una parej a mutuamente
interdependiente que evoca y sustenta los cuerpos de la
madre y del padre, la calidez de la visión preedIpica de
la vide , antes de que el solitario reconocimiento de la sub-
jetividad haga presa del nino El desarrollo del yo es,
pues, una regresión transformadora, una vuelta a la fami-
lia, esta vez mediante las rememoraciones vicarias gene-
radas por la crianza de la propia familia o la autoabsor-
ción en el cultivo de un jardin, dejando fuera de la mente,
del mejor modo posible, lo que uno vio cuando abandon6
el jardin por primera vez Para avanzar en la vide retro-
252
292
253
regresión transformadora a una existencia diadica; de ahi
que una de sus metes muy especiales sea encontrar un
293
254
sabre la unidad del si-mismo que calman nuestra angus-
tia acerca de la complejidad personal; estas ilusiones y
esta participación ilusoria son absolutamente esenciales
para nuestra vida, y no corresponde llamarlas “falsas” si
por tal se entiende que no son fieles a lo que somos: sin
duda alguna, son fieles a todos nosotros Y sin embargo
nos sustraemos, desde mi punto de vista; de la angustia
de tener una mente y de vivir en un orden social que deja
294
255
mos adaptarnos a la realidad, ya que en algunos aspectos
esta no existe, pero si jugar con ella, incorporando nuestra
subjetividad a la cosidad del mundo de los objetos, y ahi,
en ese espacio intermedio, podemos dar realidad a nuestra
vida
295
256
constante entre dos posiciones, la esquizo-paranoide y la
depresiva—, entre la necesidad de la vida grupal y la locu-
ra de estos procesos Si bien Edipo en Colono parece cele-
brar las virtudes de una polis bien gobernada y dotada de
ese espíritu del lugar que se basa en la integración de los
linajes matrilineales y patrilineales, a mi entender nues-
tras relaciones adultas primordiales (conyugales, familia-
res, ideolOgicas, politicas) son regresiones indispensables
con respecto a la lOgica del desarrollo humano, merced a
las cuales encontramos estructuras transformadas y sim-
plificadas que nos confortan frente a la atormentadora
complejidad de la vida, ya sea la de la mente o is que
transcurre en la extrana mente del grupo social La com-
plejidad desplaza las estructuras preedipicas y edipicas:
el niño descubre su mente y la soledad subjetiva Cono-
296
257
297
258
11 CONCIENCIA GENERACIONAL
299
259
mi generación podian inaugurar un nuevo Renacimiento
colosal en el que yo, par supuesto, ocuparfa un lugar
conspicuo entre la galaxia de Leonardos” (peg 42) No hay
que sorprenderse, entonces, de que cuando los jevenes de
entonces marcharon a la guerra, vieran en el conflicto una
suerte de acontecinaiento deportivo que gestaria nuevos
heroes en el campo de juego y crearla los lideres ideales
del futuro “Viviamos aim en la hondonada de paz que
dur6 un siglo entre dos grandes conflictos”, escribio Osbert
Sitwell “Las guerras que surgieron en ese perlodo no fue-
ron conflictos generalizados, sino solo breves versiones
armadas de los Juegos Olimpicos Uno ganaba una par-
tida, el enemigo ganaba la siguiente Nadie hablaba de
exterminio o de luchas a muerte, como no se habla de esto
en una pelea de boxed” (citado en Fussell, pag 25) Con-
vencidos de que sus ideales y valores superiores bastarlan
para derrotar a los alemanes, coma si la virtud se tradu-
jese automaticamente en hazanas fisicas, los ingleses en
1914 veian en la guerra un deporte; hasta la comparaban
con el cricket, y cuando Lord Northclifíe asever6 que los
alemanes perderfan porque “el fdtbol, que desarrolla la
individualidad, ha sido introducido en Alemania en epoca
comparativamente reciente”, nadie considero que la suya
era una opinión disparatada (citado en Fussell, pag 26)
La generación perdida de 1914-19, exterminada por
la implacable imprudencia de la generación anterior (“si
alguien pregunta por que hemos muerto, diles que por-
que nuestros padres nos mintieron” escribi6 Kipling,
peg 150), alter6 drasticamente la conciencia occidental
Después de la Segunda Guerra Mundial, el critico Alfred
Kazin declaro que “la revelación de tantos horrores, la
aparición de tantas nuevas guerras en el horizonte, la
ominosidad continua y generalizada, [hizo que] 'la gue-
300
260
rrá [la Segunda Guerra Mundial] se convirtiese muy
pronto en la guerra en todas partes y en todo momen-
ta , en una guerra interminable, en la guerra como
experiencia permanente del hombre del siglo )0(“ (citado
en Fussell, peg 74)
Si la Gran Guerra transform(' la conciencia de una
generación en apenas dos afios (de 1914 a 1916), y si “los
jovenes son cortados como flares y se marchitan sobre el
tallo” en parte esa ciega inocencia que concebla al campo
de batalla coma un estadio de fdtbol obedecfa a su impa-
ciencia con el taciturno mundo finisecular europeo (Read,
peg 152) Aunque respetuosa de la generación de 1890,
esta otra, segim Hughes, “buscaba alga más cautivante
y dogmatico de lo que le habian ofrecido sus mayores [ ]
Si los escritores de la decada de 1890 se hablan limitado
a cuestionar las posibilidades de la razOn, los jcivenes de 1905
se convirtieron lisa y Ilanamente en irracionalistas
o aun en antirracionalistas [ ] Los jOvenes ya no estaban
satisfechos con la evolución urbana de sus mayores; por
todas partes, buscaban un ideal y una fe” (pag 339) La
nueva generación cultivaba su propio estado de ammo, sin duda
presente en lo que Fussell denomina “las marchas
insensatas” de la Gran Guerra, en esa Babilonia indes-
criptible de la dialéctica historica
Del otro lado del Atlantico, y en otra era generational,
Arthur Miller alcanz6 la mayorfa de edad en los afios
treinta En su autobiografla, Thnebends, suele contrastar
su generación con las posteriores En una asamblea de
profesores Ilevada a cabo en el Auditorio Hill de la Uni-
versidad de Michigan en 1965, recordaba, a los cincuenta
altos, la epoca en que cursaba estudios en esa misma uni-
versidad a mediados de la decada de 1930 Ambas habfan
sido epocas de idealismo extrema, Ilenas de fervor; zque
las diferenciaba? La atmosfera de los nuevos tiempos le
parecla curiosamente festiva, pero cuando se le pidio que
261
301
262
da del treinta y paso a primera plana veinte aflos despues
Esta autora se identifica, con una minuciosidad casi
antropologica, con los rasgos de su generación Su perso-
naje principal, Diana Sargeant, es una antropologa de 48
atios que afirma: “Veo al grupo en el individuo, a las expe-
302
263
gico y a algunas nos hablan “levantado” el corazon, la
mente y el rostro de diversas maneras
303
264
Jason en vez de Dracula y Frankenstein, y se estan gra-
duando con los libros y peliculas de Stephen King y de
Clive Barker Conocen mejor a Empire y a Trona que a
Hammer y a Corman” (pag xiii) Repasando cerno se for-
me la sensibilidad de su generation, dice: “En los
comienzos de mi adolescencia, me cautivaban las peli-
culas de la Universal, los horrores que nos mostraba
Hammer, las peliculas de Roger Corman sobre temas de
Edgar Allan Poe [ ] Vi El exorcists mientras estaba
rindiendo los examenes para recibirme, Suspiria en la
primera semana en que curse en la Universidad de Sus-
sex [ ] Viernes 13 mientras estaba sin trabajo y sin
hogar, en Londres, en 1980” (pag xi)
Cada uno de estos autores (Brittain, Miller, Raskin,
Newman) tiene un agudo percatamiento de la generacien
a la que pertenece Pueden definirla con claridad, diferen-
ciarla de las generaciones anteriores y posteriores y ana-
lizar, en ciertos aspectos, los motivos por los cuales esa
generación es coma es Podemos decir que tienen una con-
304
265
IQUE ES UNA GENERACION?
305
266
blanco y negro, sin matices así como encontramos
muchos elementos del extremismo de los atlas sesenta en
el movimiento de los beatniks de los aims cincuenta, as1
también en todas las generaciones hay rasgos heredados
de otra anterior Mas tarde me referire a la transmisión
generacional; ahora quiero establecer una estructura arbi-
traria, que creo justificada porque se corresponde con
nuestro sentido de la regeneración cultural Cada diez
afins, aproximadamente, recreamos nuestra cultura, nues-
tros valores, preferencias, gustos artisticos, concepciones
politicas y heroes sociales, los que cambian lo bastante
como para que sea posible discernir esas decadas con una
significación propia Pareceria que la decada es la menor
unidad temporal capaz de ser objetivada coma marca de
una cultura colectiva Todos sabemos de que se trata
cuando comparamos la decada de 1950 con la de 1960, los
aiios cuarenta con los ochenta; en cambio, no es probable
que podamos establecer contrastes nitidos entre “comien-
zos de la decada de 1950” y “fines de la decada de 1950”,
o entre los primeros y los ultimos aims de cualquier otra
decada; y sin duda vacilarfamos mas atin si se nos pidiera
cotejar, digamos, el alio 1953 con el 1958, o el ano 1962
con el 1967
Algunos aduciran que una generación no se deja defi-
nir facilmente por esta división en decadas “La noción de
generación —escribe Marc Block— es muy elastica [ ]
guarda correspondencia con realidades que sentimos muy
306
267
ma que si bien las generaciones se superponen y su defi-
nición es arbitraria, “al mismo tiempo tienden a
establecer su propia definición mediante las experiencias
comunes, en torno de las cuales vuelve a producirse un
`agrupamiento' “ (pag 18)
Quiza sea más exacto decir que cada diez anon, Tries
o menos, se presentan las condiciones potenciales para el
surgimiento de una nueva generación Una guerra devas-
tadora, coma la de 1914-18, parece acabar con toda una
generacion, y es así que los jOvenes de mediados de la
decada de 1920 (que durante la Segunda Guerra Mundial
estaban en su perlodo de latencia) parecen fundar una
cultura generacional que es separada, muy a la ligera, del
destino sufrido por la generación inmediatamente ante-
rior La generación de la decada de 1960 parece muy gra-
bada en nuestra mente, los jovenes de la decada de 1970
ya no lo estan tanto, y hoy, a principios de los afios noven-
ta, nos resulta atin mas dificil captar como era la gene-
ración de la decada del ochenta
Pero, sin duda, el paso del tiempo y la reflexiOn per-
mitiran a este grupo de tres generaciones alcanzar un con-
senso acerca de la marca generacional de cada (Ikeda: los
primeros signos de la conciencia cimentada par la nueva
generaci6n Precisamente porque seguimos siendo supers-
ticiosos, porque seguimos creyendo en deidades, en espec-
tros sagrados, en el martes 13, etc , solemos conceptua-
lizar psíquicamente a las decadas como objetos internos
colectivos Cada uno lleva en si un sentido de lo que fue-
ron las decadas del cincuenta, el sesenta o el setenta, y
ellas evocan complejas asociaciones y recuerdos
Asi pues, cada nueva generación crea su decada, aun-
307
268
que otras generaciones interpretaren a su manera esta
unidad temporal, y como siempre existe una generación
interpuesta, en cualquier momento dada hay dos series
de Ili-leas generacionales Si mis abuelos nacieron, diga-
mos, en 1900, se casaron en 1918 y concibieron a mis
padres en 1920; y si mis padles se conocieron y casaron
en 1938 y me concibieron a mi en 1940; y si yo tuve mis
hijos en 1960, entre todos compondriamos una linea gene-
racional que se define en funcien de la procreación por las
siguientes decadas: 1920, 1940, 1960 A la vez, hay otra
Linea generacional que liga la serie 1930, 1950, 1970
Cada uno de estos grupos generacionales tiene su propi a
decada cuando se trata de darle una aplicación mas o
menos precisa Los nifios nacidos en la (Ikeda del cuaren-
ta alcanzaron su sentido de contemporaneidad en la del
sesenta, vinculando a esta a sus padres y a sus abuelos,
que por ende contribuyeron en mayor medida a la decada
del sesenta que el grupo generacional intermedio; coma
los hijos de este grupo no maduraron en la misma fecha,
su contribución a la cultura de esa epoca habra sido
menor
269
contienda entre Stevenson y Eisenhower Mis abuelos no
308
270
definiendolos coma buenos o malos) y usados por nosotros
de un modo diferente
Quisiera definir los objetos generacionales coma una
subespecie de los objetos culturales, la que agrupa a ague-
llos fenomenos con los cuales nos formamos un sentido de
identidad generacional Pueden haber sido utilizados por
las generaciones precedentes, pero no operan como matriz
formativa de una generación sino para los nifios que, al
experimentarlos, inconscientemente pasan a constituir la
entidad colectiva de los que comparten tales objetos
Si los “compafieros” son, etimologicamente, los que
“comparten el pan”, una generación es la masa de indi-
viduos que comparten los objetos generacionales, esos
objetos que les han sido presentados, que han digerido y
que, coma consecuencia de ello, pasan a conformar su
visión de la realidad social Y todo acto de digesción es an
acto microdestructivo Los objetos parentales son trans-
formados por los hijos, que sin duda experimentaran
muchos de los objetos que les son presentados coma corre-
309
271
mos bajo los pupitres para proteger nuestros cuerpos de
la bomba; en 1964 volvimos a ocupar las aulas, barrimos
con los pupitres y escritorios y anunciamos pUblicamente
que los que habiamos estallado eramos nosotros
Sabemos que toda adolescencia es, en esencia, una
epoca de violencia generacional, en que la nueva gene-
radon debe “tirar a la basura” a sus padres y los objetos
de estos a fin de plasmar la visión que tiene de su propia
era, pero no creo que el adolescente alcance h conciencia
generacional, ya que la cultura de la nifiez aun se
encuentra en una redefinicien radical y na ha logrado
establecerse
En los cuartos de nuestros hijos podemos percibir en
parte el fisgoneo de objetos previa a la formación de una
generación (Una verdadera antropologla de la psicologia
generacional tendria en los cuartos de los hijos un museo
fundamental; al ver lo que los niiios tipicos de delta gene-
ración hacen en el curso de su nifiez con sus cuartos, y
comparar entre si a los hijos de las decadas del treinta,
el cincuenta, el sesenta, podriamos asistir al fisgoneo de
objetos culturales que forma parte de la arqueologia de
la conciencia generacional ) Hace un aria, en las paredes
de la habitación de mi hija adoptiva, de 15 arias, podian
verse fotos de James Dean, Sid Vicious, los Sex Pistols,
Marilyn Monroe y otras Todas ellas han desaparecido
310
272
cio los padres: ha colocado un poster de Beano, uno
o dos de kung fu y un burneran; mi esposa y yo hemos con-
tribuido con una coleccien de calabazas y hachas de gue-
rra de indios norteamericanos, un diagrama sobre la evo-
lución de los dinosaurios y unas pocas cosas mas Dentro
de uno o dos arias, como corresponde, el se apropiara de
ese espacio, y con el tiempo esta pequeria exposición rove-
lara la evolución de la cultura generacional aun antes de
que esta sea consciente de si” misma El cuarto de tui niño
es un espacio intermedio situado entre su mundo y la cul-
tura de sus progenitores, y al que contribuyen tanto la
incipiente generación coma la de estos
Solo cuando han quedado atras los alias de la trans-
formación adolescente, después de los veinte en general,
los jOvenes se perciben a si mismos como una unidad
generacional Por supuesto, esto se vincula en parte a su
alejamiento del hogar; de hecho, todo adolescente descu-
bre que se encuentra en algún punto intermedio entre su
familia de origen y los pequerios grupos (esposo, hijos,
colegas, etc ) que compondran su futuro El sentimiento
de estar aislado puede ser muy fuerte, aunque se halle
solaz en admitir que uno forma parte de una masa: la de
la subcultura adolescente La cultura de masas adolescen-
te se crea a partir del abismo existente entre las genera-
ciones cuando el adolescente se halla inconscientemente
envuelto en su transforrnacien de nirin a adulto El grupo
de rock bien puede ser el mas estentoreo anuncio de la lle-
gada de una nueva era, ya que la capacidad musical es
el primer signo de talento de que son capaces los Milos,
311
273
y estos pueden expresar su presencia mss diestramente
a través de la rmisica que de cualquiera otra forma de
representación Lo que afirma Richard Poirier de los Bea-
tles también es aplicable de algún rnodo a otros grupos
de rock: la identidad individual queda subsumida en una
identidad grupal mucho mss definitoria En ese sentido,
el grupo de rock es un espejo de la vida grupal adolescen-
te, y aunque las compalifas grabadoras esten en manos
de las generaciones anteriores, el consumidor adolescente
aplicard la logica latente en su poder de consumo para
crear, a partir de lo que se le ofrece, una moda musical
La violencia generational es fundamental para la
identidad de una generación Mas atin, solo cabe discernir
el surgimiento de una nueva generación cuando esta viola
bien a las claras la estetica de la anterior así pues, debe
introducirse en mi definición ideal, segan la cual las gene-
raciones brotan cadet diez aims, una salvedad importan-
tisima, ya que el examen de la Indole de cada generación
implica analizar la naturaleza de la transición generacio-
i,Como se sada, respecto de las generaciones previas,
una generación en cierne? zCorno se interpreta, recibida
y favorecida por la generación anterior? Si a una genera-
ción incipiente se la manda a la guerra (y a su posible
exterminio), sus filiaciones intergeneracionales no seran
las mismas que las de otra generación que ha sido bien
recibida en el mercado laboral A su vez, la generación
incipiente puede provocar serias conmociones a las ante-
riores, corno sucedie hasta cierto punto en In decada de
1960, cuando los jovenes se dejaron el pelo largo, practi-
caron resueltamente la desobediencia civil, celebraron el
sexo e spontaneo y se instaron rnutuamente a abandonar
los estudios Tal vez la popularidad de los Beatles se debiO
a que, si bien se mofaron de las generaciones anteriores
y sus valores burgueses, también tendieron la mano a
todas las generaciones, como sefiala Poirier En la portada
274
312
OBJETOS GENERACIONALES
275
la generación de Kennedy—, pero los incemodos estan
comenzando a congregarse” (pag 66)
Cada generación selecciona sus propios objetos, per-
313
276
nitorio de la generación y cuyo recuerdo le confrere el sen-
tido de su propia generación
IDENTIDAD GENERACIONAL
314
277
de nuestra participación individual en un proceso inter-
pretative colectivo En nuestros cuartos, indumentaria,
gustos musicales, inventos lingUisticos y heroes, moldea-
mos la interpretación que hace nuestra generación de su
memento histerico Los adolescentes no necesitan que un
sujeto atildado y rozagante de mediana edad les diga, en
el discurso de apertura del ciclo lectivo, que les taco vivir
un memento particular de la historia: ya lo saben
A fines de la adolescencia nos dames cuenta de nues-
tra presencia participativa en la existencia: cada uno de
nosotros es un objeto parcial (zo un sujeto parcial?) en
medic) de una hermeneutica colectiva, a medida que nues-
tro grupo global seriala como signos de su interns objetos,
mementos, personas, sucesos, Y aun cuando no sepamos,
315
DIFERENCIA GENERACIONAL
278
secreto y cortaplumas del ejercito suizo; nuestras hijas tie-
nen que comprar y llevar en sus bolsos escurridizos
paquetes de profilactiCos y paliclos guantes de goma como los
de use medico” (pig 343)
El surgimiento de una nueva generación nos ayuda a
ver mejor la propia, precisamente por esa diferencia entre las
generaciones y los objetos que elige Si una generación se forma a los
20 alias, probablemente solo a los 30 (y por el resto de la vida)
alcanzamos plena conciencia de quie-
nes somos y quienes habremos side
LHasta que punto una generación entrega su poder
cultural a otra nueva, culturalmente redefinida? Gitlin
aduce que la generación formada durante la Gran Depre-
sión forzosamente tenla que llevarse mal con la siguiente,
nacida en medic) de las comodidades y la opulencia de la
clase media Si es asi, una generación envidiara el confort
que la siguiente hereda y que a ella tante le caste lograr
Mas atin, la envi día quizá sea un rasgo intrinseco de la
procreatividad generacional, equivalente ironies:), en cierto
sentido, de la envi día de la madre por el bebe que toma
all pecho Rasta cierto punto, las calumnias que se desa-
316
279
que lleva a la extinción a uno mismo y a sus amigos, a sus
seres queridos y a su epoca, crea angustias quo hasta aho-
ra hemos tendido a conceptualizar en terminos de la psi-
cologia individual (come en la crisis de la mediana edad)
mas que de la psicologia social Porque se producen crisis
generacionales cuando la generatividad cultural propia es
definida por las generaciones siguientes, que plasman
otra visión de la realidad social Sin duda, toda generación
transmite objetos importantes que afectaran directamente
a las que le suceden James Dean, Marilyn Monroe y Elvis
Presley personifican visiones complejas de su epoca, cuyo
inter& perduro para las generaciones sucesivas 1,Que
figuras sobreviviran, para pasar de una epoca a otra? Selo
el tiempo puede decirlo Charlie Chaplin fue transmitido
a otras generaciones, pero es dudoso que sobreviva a esta
transferencia trascendental de hoy,
En el destine de nuestros objetos generacionales apre-
ciamos la mortalidad del ser: vemos comes nuestros objetos
preciados son desechados y tirades al tacho de basura de
la historia En este sentido, la procreatividad generacional es
canibalistica: la nueva generación raspa la cascara de
las anteriores y come de ellas lo que desea, dejandolas
reducidas a un esqueleto
1,Donde estan los hermosos automOviles de cola de pes-
cado? i,Dande los tines all aire libre y los puestos de yenta
317
280
les? Han desaparecido, salvo en la medida en que existen en los
recuerdos colectivos de millones de personas que
los crearon y usaron Inevitablemente, pues, la nostalgia
de la propia juventud entrafia un duelo generational: a
medida que avanzamos por nuestro tiempo, los objetos
que hemos creado tienen corta vida
MOVIMIENTO GENERAC1ONAL
318
281
Escribiendo sobre la historia de su familia, Michael Igna-
tiefí (nacido en 1947) dice lo siguiente:
282
hacia la educación de las mujeres cambi6 radicalmentel
Con amor, Sacha
319
283
EL ESPACIO POTENCIAL GENERACIONAL
320
284
conciencia colectiva, pero deberiamos averiguar alga más
sobre el vInculo entre las generaciones en Alemania para
saber si los procesos generacionales desempefiaron un
papel significativo en la evolución del poder de Hitler Por
ejemplo, ,,el triangulo generacional no tiene acaso una res-
ponsabilidad estructural? ,,Que sucede si ese triang-ulo se
derrumba de forma implosiva, anulando la función de las
diferencias generacionales, per las que una generación
controla y equilibra a otras en epocas de desorden social?
1,Se habra derrumbado una estructura generacional en la
Alemania de Hitler?
Los objetos generacionales, al igual que los recuerdos
encubridores, rednen en un objeto (o suceso) real la inter-
pretacien que la nueva generación hace de su propia iden-
321
285
maximo, y quien —después de recuperarse, cuando ya tie-
ne mas de veinte arios— puede gestar ideas culturales y
sociales que identifican la experiencia de vida de su grupo
Las generaciones conforman objetos que significan la historia de
la nifiez de todos, que hablan de la marcha
colectiva, a lo largo del tiempo, de un vasto grupo, que tie-
ne la expectativa de plasmar la historia (y del que se supo-
ne que habra de hacerlo) por mas que sabe que la orga-
nización coherente de las eventualidades de la vida
realmente lo desbordan
La conciencia generacional refleja, pues, la interpre-
tación que hace una generación de su lugar en el tiempo
historico, una serie de sueños derivados de los restos diur-
nos de la realidad efectiva A mi entender, las crisis his-
toricas (guerras, derrumbes economicos, asesinatos de
ifguras celebres, catastrofes naturales) patrocinan un tra-
bajo generacional, a medida que Ia nueva generación va
entramando en el ser al objeto consciente generacional,
a partir de las interpretations inconscientes de los suce-
sos que se producen La crisis patrocina la conciencia
Mientras somos ninos, adolescentes y adultos jovenes,
322
286
precedentes y siguientes; en cambio, las generaciones que
se forman en epocas no signadas por penurias que aumen-
tan la conciencia no parecen poseer esas sutiles lineas
demarcatorias Por eso es mas dificil comparar entre si
a las generaciones de las decadas de 1970 y 1980 que a
las de las decadas de 1950 y 1960: las crisis historicas de
estas dos decadas patrocinaron un mayor trabajo gene-
racional y condujeron a una mayor conciencia generacio-
nal Hasta podriamos preguntarnos si la adoption, por las
generaciones de los arios setenta y ochenta, de las masi-
cas, los fdolos cinematograficos, etc , del cincuenta y el
sesenta no se debera en parte a que estan menos defini-
das, y se hallan levemente identificadas con Ia conciencia
de otra generación En esto no piso suelo firme, ya que
estamos demasiado proximos en el tiempo a las decadas
del setenta y el ochenta como para “verlas” y formarnos
una clara idea de su identidad generacional; sin embargo,
no seria raro descubrir que la resurrección de estilos
musicales y de recuerdos de las decadas del cincuenta y
el sesenta es un reflejo de la extraordinaria iluminación
que bubo en los arios sesenta, y que indujo a las gene-
raciones posteriores a hacer de esos arios un objeto ge-
neracional propio; de este modo, in decada de 1960, como
objeto generacional de la decada de 1980, es predominan-
temente un objeto musical o un collage de modas, estilos
323
287
decada de 1960, el cultivo actual del objeto decada de
1960 es alga desconcertante, aiinque instructivo Nos per-
mite ver con mas precisión de que manera los objetos
generacionales se forman como actin colectivos de deno-
rninación inconsciente, paisajes oniricos que mitifican la vida
contemporanea convirtiendo los objetos historicos en recuerdos
encubridores La generación de la decada de
1980 ha creado una decada de 1960 curiosamente despo-
jada de enfrentamientos
Cada generación asiste a su conversión en historia, y
cuando algunos de nuestros objetos generacionales (que
significan la intensidad de la experiencia vivida, y por
ende de la realidad emotional) se vuelven objetos hist&
ricos, cambian de funci6n Vemos como nuestros objetos
generacionales (por ejemplo Martin Luther King y los
Beatles) se transforman en objetos historicos, en simples
notas de significación histarica, y coma nosotros mismos
corremos esa suerte Asi, antes que nos llegue la muerte,
somos testigos de la reubicación que hacen de nosotros en
la historia las generaciones sucesivas Y este proceso
natural nos hace tomar conciencia de la ineludible discre-
pancia entre nuestros objetos generacionales y el nuevo
caracter historico que asumen
Si la nueva generación (las personas que tienen entre
veinte y treinta alias) puede abrigar la ilusión de que es
capaz de plasmar y definir por si sola la cultura contem-
porAnea, a las generaciones intermedias (aquellas cuyos
miembros tienen entre cuarenta y sesenta aiios) no les
quedan ilusiones sobre su capacidad para crear cultura
de manera definitiva MAs aun, yen coma se los reemplaza
por una nueva visión de la cultura y la realidad social al
324
288
par que se las ubica en la historia Este hecho deberia lle-
varnos a considerar las facetas sociopsicologicas de la cri-
sis de la mediana edad, que no es generada solo end6ge-
namente sino que cuenta con la sanción de la cultura: las
generaciones de nuestra epoca nos convierten, sin que lo
advirtarnos, en veteranos, apuntes historicos andantes,
piezas memorables del museo nacional
Hace un tiempo, quizas infortunadamente, estuve alo-
jado en un hotel muy cercano al predio de la Universidad
de California, en Los Angeles La oleada de cultura juve-
nil me produjo cierto desasosiego Note que habia una
nueva y curiosa manera de saludarse Los jovenes ya no
se daban la mano como antafio: cambiaban entre si suaves
pufietazos, luego se trababan (también suavemente) las
manos, entrelazaban los dedos y volvian a trabarse las
manos Es probable que no describa con precisión este
saludo, pero aqui me sirve como punto de referencia, ya
que sin duda los que como yo pertenecen a la generación
de la decada de 1960 recuerdan nuestros propios rituales,
entre los cuales el mas notorio era tal vez la V de la vic-
toria con los dedos en alto 1,Dande han quedado hay?
'Que ha pasado con el arte del saludo, con los signos de
la solidaridad generacional al abrazarse?
Cuando uno anda por los treinta y pico, estos rituales
de saludo se disipan, y después de los cuarenta ceden paso
a la forma conventional de darse la mano, así como ciertas
peculiaridades idiomaticas (“Ya to capte”, “iEs una
bombe) ceden paso a expresiones convencionales de reco-
nocimiento (“Comprendo”, “iQue notable!”) Uno se con-
vencionaliza, al perder los derechos de autor de la idio-
sincrasia generacional, que son concedidos a la generación
que llega En ese lugar del surgimiento generacional hay
abundantes signos de la experiencia colectiva de la sub-
jetivación de la realidad, pués cada generación se compone
de “hermanos” y “hermanas” ligados en el tiempo Pero
289
325
290
dentro del proceso, hasta el consciente y despierto sí-mis-
mo complejo que reflexiona sobre las experiencias coma
objeto Pero Ia experiencia del sonar nunca puede ser reco-
gida merced a la conciencia, y teniendo esto presente,
326
291
ción Es la epoca en que esta inmerso en el proceso el sí-mismo
simple generacional
5 Pasados los treinta alias, hay un reconocimiento
creciente de los limites de la propia generaci6n, fija-
dos por el espacio generacional cada vez mayor que ocupa la
nueva generación
6 Entre los cuarenta y los sesenta anos, admitimos
327
292
entonces una identificación colectiva; el sujeto “vive den-
tro” de un campo de objetos generacionales que incons-
cientemente interpretan la visión que esas personas tie-
nen acerca de su experiencia del espacio y el tiempo Yo
soy parte de mi generacion, y los objetos generacionales
de mi epoca me ponen en contacto con el procesamiento
de su formación por mi grupo de pares Puede ocurrir que
no me agraden particularmente mis objetos generaciona-
les, pero, como he dicho, la elección de tales objetos —los
sancionados como notas de identidad generacional— no
procede del deseo sino de la interpretación inconsciente
de la experiencia vivida colectiva
328
293
El Sputnik fue un acontecimiento mas, pero en esa
epoca tuvo un alto registro evocativo En mi grupo de
pares, que atravesaba la mitad de su periodo adolescente,
patrocinO un intenso trabajo Hablamos y hablamos y
hablamos del asunto En la fiesta a que aludo, una chica
rompie a llorar, diciendo que habian arruinado el mundo
Un aspirante a futbolista le contesto que no se preocupa-
se, que muy pronto los norteamericanos pondriamos en
el espacio alguna cosa Pero todos sentimos que ese suceso
era como una conscripción militar que nos presionaba a
adentrarnos en el tiempo, sabiendo que algo se esperaba
de nosotros; y en los periodicos y revistas y en la televi-
sion, un pais que sentia que habia quedado a la zaga se
apresuraba a declarar que estaba en manes de la nueva
generación que el pais recuperase las posiciones perdidas
Pero lo finico que recuerdo es como en esa fiesta, dicho
329
294
hechos histericos En 1957, Leonard Bernstein estreno en
Broadway West Side Story con rotundo exito: este objeto
cultural procesaba en parte los conflictos sociales vigentes
en Nueva York y en tddo Estados Unidos Tal vez la can-
ción “Purple People Eater”, primera en el ranking de la
musica popular en 1958, expresaba el terror de los blancos
no a ser comidos por un ser de color parpura, pero si a ser
devorados por los colericos negros cuyo descontento era
a la sazon cada vez mas notorio Quizas otra de las can-
ciones famosas de ese ario, “Catch the Falling Star” [Atra-
pa la estrella fugaz], lo fue porque este objeto cultural
tamizaba la experiencia del Sputnik del alio anterior
zPodria decirse que determinados objetos culturales son
objetos tamizados que operan lo real efectivo dentro de lo
interno, o que reelaboran lo real efectivo en lo fantastico,
lo cual pasa luego a significar el empeflo de pensamiento
colectivo que influye en la existencia de todos? El arte,
entonces, es a veces una zona tamizadora, productora de
objetos tamizadores que reflejan la acción de la cultura
en la realidad efectiva
Asi, entre los multiples objetos culturales de 1958,
hallamos una o dos canciones que tamizan lo real efectivo
330
295
neracional, por lo cual entiendo que buscamos objetos cul-
turales (de cientos o miles de aims atras) precisamente
porque ellos parecen ser los voceros de nuestra participa-
ción en un orden universal Cuando contemplamos las
salas de los Ufíizi o del Louvre, cuando caminamos por
las calles de Roma, escuchamos a Beethoven o leemos a
Sofocles, estamos habitando un espacio metageneracional
que satisface nuestra necesidad de pertenecer a un orden
universal
Por lo tanto, si hay un espacio potencial generacional con
objetos generacionales que nos vinculan a nuestra
epoca, también hay un orden potencial universal con obje-
tos universales que nos liberan para participar en un
espacio atemporal
Cada cual escoge el equilibrio de sus investiduras par-
ticipativas Algunos somos muy renuentes a tomar parte
en la conciencia generacional Algunos rechazan las can-
ciones populares, la literatura contemporanea, la politica
actual, etc Ciertas personalidades esquizoides, por ejem-
plo, parecen haberse olvidado de que existe su propia epo-
ca; extraflamente desencarnadas, solo se mueven en el
orden universal Uno de mis pacientes, un investigador
de los clasicos, jamas habia leido ninguna obra literaria
contemporanea; tampoco lefa los periedicos, no tenia cono-
cimiento alguno de la cultura actual ni afinidades gene-
racionales de ninguna indole —o, al menos, eso parecla—
331
296
libros de poesfa, tex-tos clasiccA y una indumentaria sin perfil
propio, todo lo cual lo mantenia en el limbo respecto de su epoca No
es esta la oportunidad adecuada pars que nos ocupemos de el en
detalle; bastard serialar su existencia Estoy seguro de que todos
conocemos personas como esta Uno puede mantener, entonces, muy
distintas relaciones con su generación y con el lugar que le cabe en
su epoca, desde quienes abrazan y representan esa situación
generacional hasta quienes se refugian por completo en el orden
universal
Cada clase social, raza, sexo, se sada de un modo diferente
respecto de la conciencia de su tiempo, y estos factores, a la vez que
problematizan atin mas el sentido de la propia generacidn,
enriquecen esta forma de conciencia con la complejidad de las
posturas involucradas
La dialéctica intergeneracional nos envuelve en actos de
violencia, de recepcion, de generación Nos oponemos a nuestros
mayores; ellos se oponen a nosotros Encuentran o no la manera de
recibirnos, de dar espacio a nuestro nacimiento generacional,
mientras tomamos sus objetos generacionales, los convertimos en
objetos historicos y los ponemos a disposición de un orden universal
que puede situar a una generación en un lugar metageneracional
Pero por penosa e implacable que sea esta dialéctica
intergeneracional, también puede ser un autentico placer
Hace unos meses estaba yo hablando en voz alta sobre una cena
a la que queria invitar a cierta gente “Entonces, ¿quienes van a
venir?”, me pregunto mi hija adoptiva Nisha, de quince años Nombre
a unos cuantos “¡0h, no!, exclamo, ¡basta de costrosos!” ¿Qué es un
costroso?”, le inquirí yo, sintiendo toda la fuerza de su rechazo “¡Tu
eres un costroso!”, me contestó “¿Y eso quo quiere decir?”, volvía
preguntarle “Bueno, ya sabes, ustedes”, replico riendo:
“¿Quieres decir nosotros, la gente de mediana edad?” Hizo una serial
afirmativa “¿Y que otra gente hay?”, le pregunte “Los rugosos”,
contesto, tras lo cual vine a enterarme de que los rugosos eran la
gente de veras mayor “¿Y que eres tú?”, contraataque, Ella me dijo:
“Nosotros no tenemos nombre” “Oh, si, lo tienen —seguí diciéndole
—, tú eres una blandosa”, introduciéndola así en la dialéctica
intergeneracional, ya con un nombre, junto a los costrosos y los
rugosos
297
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fascismo” (Zibordi), 250-1
“Preludio, El” (Wordsworth), 28-9
“Purple People Eater” (cancion),
329-30
“qualias” negativas, trauma y
busqueda de las, 101-7
“significados”, 22-3, 47 n1
“tensión interns”, 103-4
“tercera zona”, 27-30, 44-5, 51-3 abuelos, 281-2, 306-7, 308-9,
318-9
aceptacien disociativa, 257-8
acting out, 91-2
acto sexual, en los
homosexuales, 185-9
actos fallidos, 38, 60-1, 96-7,
247-8, 254-5
adolescencia, 283-4, 309-12, 314-
5, 320-2, 327-8
agresion, 226-7, 256-7
aislamiento, 87, 88, 191-2, 234-
5, 310-11
307
- de sosten, 70-1, 77-8, 216-7
- en los traumas, 87-9
amistad, 66-7, 233-4, 291-2
amor del, 262-3
- como objeto, 44-5
- y los objetos, 23, 51-2
- repudio del, en la inocencia
violenta, 208-10
- consideraciones sobre el
termino, 84-5
- verdadero, 64-5, 84-5
- come inconciencia, 67-8
- unificado, 112-3, 293-4
cease tantbien expresión del
si-mismo; preservación del sí-
rnismo; representación del si-
mismo; estados del si-mismo;
traumatización del si-mismo
amor, 26-7
- en los varones homosexuales,
194-8, 199-200
- a si mismo, 262-3
analista, cease psicoanalista
analizando, 15-6, 38, 163
- su colaboración con el
analista en la construcción de
las estructuras psíquicas, 99-
342
343
308
-
309
161-5
- ejemplos clinicos, 147-61
asociaciones libres, 82-3, 127,
224-5, 230-1
- consideración mutua de las,
per analista y paciente, 143-4
use de las, per el analista,
129-65
asociados, 291-2 Atenas, 267-8
atencidn del analista, 124-9
Auschwitz, sí-mismo de, 244-5 autoanalisis, 122-3
azar, 14, 31-3, 38, 42-4, 51-2,
70-1
310
Biblioteca del natatorio, La
(Hollinghurst), 181-2, 186-7
Bion, Wilfred, 34 n2
bisexualidad, 269-70
Block, Marc, 305-6
Bloom, Harold, 229-30
Brenman, Eric, 243-4, 251-2
Breuer, Joseph, 68-9
Brittain, Vera, 299-301
brujas de Salem, procesos
judiciales contra las, 205-10
Buchenwald, 232-3, 261-2
Bush, George, 246-7
C (conocimiento), 95-6
Calder, Alexander, 54-5
calumnia, 253-8
Camboya, 240-1
campos de concentracion, 251-3,
261-2
' ise tarn bidn campos de
extcrminio
campus de exterminio, 240-1,
244-6
cease también campos de
concentracien
Condon de Rolando, 250-1
caos, 113-4, 117-8, 281-2, 328-9
- de la forma, 68-71
caracter esquizofrenico, 65-7
catheter fronterizo, 65-6
catheter, 44-5, 66-72, 84-5
- naturaleza del, 73-6, 80-2
311
- del otro, 71-7
- asesinato del, 253-4
caricature, 253-5
Casement, Patrick, 135-6 n2
Catecismo revolucionario
(Bakunin), 243-4
certeza ideologica, 246-9
- funciones patoleigicas de la,
247-8, 270-1
Chaplin, Charlie, 262-3
Char, Rene, 117-8
Chasseguet-Smirgel, Janine,
247-9
chismon-eo, 250-1, 254-5 ciencia cognitive, 47 n1
eientificos, 106-15
cineastas, 304-5
cfrculo vicioso, 255-6
definition, 261-1
clasificacien como agregacion,
254-5
clasificacitin psicoanalftica, 65-6 Clurman, Harold, 115-6
Coltart, Nina, 135-6 n2
Comite de Actividades
Antinorteamericanas del
Senado de Estados Unidos,
205, 301-2, 308-9
coma formes potenciales de
transformation, 14-5, 26-9,
34-5, 37, 38, 54-51, 71-2, 78-9
- estados del sí-mismo
evocados per los, 29-33, 37,
38, 47
- estructura de los, 47, 48-50,
52-3, 78-81
- universales, 330-1
cease también mundo de los
objetos; objetos evocadores; objetos generacionales;
312
objetos internos; objetos
mnernicos
complejidad, 190-1, 265, 273-4,
285-6, 290-1, 293-7, 321-2
313
- teoría de la, 304-5
conciencia premature, 127,
231-2
conciencia, 48-9, 70-1, 295-6,
321-2
- en el trabajo analitico, 127,
136-7
patologia colectiva de la,
320-1
- y represion, 95-8
simplificada, 34, 207-8
escisión de la, 249-50
condensacien, 68-9, 73-4, 107-10,
114-5
- del analista, 131, 137-8
- sir representación en los
arenas, 121-3
- en la ilusión de la
comprension, 230-4
- el mito coma una forma de,
266-7
344
345
314
122-5, 135-6
contenidos psíquicos
preconscientes, 162
vease tombien preconciencia
contrainvestiduras, 96-7
contratransferencia, 68-9, 82-3,
105-6, 122-3, 126-7, 133
- ilusión de la comprensión en
la, 230-1
vease lambién dialéctica de Ia
transferencia-
contratransferencia
convencionalidad, 324-6
conversation, perderse en la, 26-8
conviction, 245-6
Copland, Aaron, 99-100, 111-2
Corazon bien informado, El
(Bettelheim), 261-2
cortajearse, 169-77
Cotta, Sergio, 251-2
Cowan, James, 28-9
Crane, Hart, 107-9
creatividad, 93-4, 107-9, 110-1,
122-3, 145-6, 191-2
- ilusión de la comprensión en
la, 229-30
- trauma en la, 91-2, 104-5
- del pensamiento, 107-8
- tipos de, 99-100 n2
- inconsciente, 96-7 n1
creencia, 245-6
Crete, 267-9
crisis, 320-2, 327-8 crueldad, 243-4
culpa y genocidio, 244-5
culture generacional, 304-5, 308-
9, 318-9, 319-20
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315
327-8
culture popular, 304-5
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325-6
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generacional, 306-9, 318-20
metageneracional, 330-1
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Dachau, 144-5
de-semiosis, 246-7
deambulacien de los ahorigenes
australianos y el sonar, 28-9
Dean, James, 315-6
Declaración de Port Huron,
312-3
defensas del yo, 230-1
defensas, 66-7, 123-4, 132, 163,
231-2, 276-7
democracia, 242-3, 246-7, 267-9,
280-2
demonic), obra del, 205-7, 209-
10, 211-2
denegacien, 142-3, 206-7, 224-5,
273-5
- ejemplos clinicos, 212-23
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inocencia violenta como,
222-5
denigration, 253-5
Derrida, Jacques, 83-5
des-evolución psíquica, 288-9
desarrollo del yo, 290-1
316
desarrollo libidinal, 276-8, 285-6
desarrollo psiquico, 288-9, 297
desarrollo traumatico de los
procesos psiquicos, 89-90,
93-4
descarga de la excitation, 93-4,
121-3
desconstruccian, 24-5, 26-7,
164-5
- de la dialéctica, 234-5
descontextualizacion, en el
estado mental fascista, 253-4
descubrimiento, 100-2, 104-5
deseo, 51-2, 108-9, 185-6, 193-4,
226-7
- intuición como forma del,
115-8
desesperacion, 228-30
deshumanizacion, 240-1
desidentificacion, 285-6
317
Destellos ardienles (Raskin),
302-4
decades, 305-9
dialéctica, 38, 44-5, 80-1
- de la transferencia-
contratransferencia, 215-23
- desconstruccian de la, 234-5
- en el analisis, 16, 127, 133-4,
142-4
-- en la teoría psicoanalitica, 16-
46
- intergeneracional, 331-3
diferencia, 88-9
- dialectics de Ia, 278-9, 280-1
- generacional, 314-7, 320-1
diferencias generacionales, 314-
7, 320-1
dilema edipico, 265, 275-79
- liberación del, en la
complejidad, 278-334
- paradojas del, 291-94
- resolución del, 276-78, 283-4,
284-97
discurso humano, 231-3
vease también comunicación
disociacion, 258-9
distorsion, 131, 233-4
- en el genocidio por comisien,
252-4, 254-5
doble psiquico, 193-5, 197-8
dolor psiquico, 180-2, 193-4, 197-
203
- en los varones homosexuales,
95-6, 104-5, 175-6, 226-7,
228-9
domination, 192-3, 194-5, 251-2
318
dormir, cease perderse en el
dormir
Drive, Ego, Object and Self
(Pine), 135-6
duelo generacional, 316-7
Dukakis, Michael, 246-7
Duncan, Dennis, 124-5
duplication, psicologla de la,
244-6
Ecce Homo (Nietzsche), 249-50 economia narcisista, 284-5
Edipo en Colono (Sofocles), 286-
7, 295-6
Edipo Rey (Sofocles), 265, 268-9,
281-2
su evocación de una densa
estructura psíquica, 270-6
- pianos de referencia en, 266-
70
Edipo, 286-8
- descubrimiento de, 266-7,
277-8, 281-2, 282-5, 284-5,
295-6
- leyenda de
efectos personales, 71-7, 83-4, 85 Ehrenzweig, Anton, 34 n3
Einstein, Alfred, 100-1, 109-10
Eisenhower, Dwight, 308-9
El salon de Giovanni (Baldwin),
181-4
elaboración simbelica de los
generos, 49-50, 52-3
elevaciones del si-mismo, 42-4 Eliot, T S , 112-4, 308-9
ello, el, 67-8, 84-5, 186-7, 238-9 empatia, 243-4
enamoramiento pueril, 283-5
enamoramiento pueril, 283-5
319
enamoramiento, vease perderse
en el amor
encuentros “de eso a eso”, 186-7,
190-1, 194-5
energia vital, 88-9 n1
enfermedad coma metefora, 251-
2
enfermedad mental, 64-6
ensueños diurnos, 35, 38-40,
136-7, 286-7 envidia, 315
346 347
epistemologia, 278-9
Erikson, Erik, 316-7
Eros de la forma, 34, 56-8, 91-2,
114-5
erotica, 26-7, 27-8, 55-6, 66-8
- homosexual, 181-2, 193-4,
194-5
escisiOn
- en el niño edfpico, 278-9
- en el experienciar del si-
mismo, 39-43
escritores homosexuales, 181-6,
189-91, 203
escucha del analista, 123-5, 125-
6, 131, 132, 135-40, 151
Escuela Inglesa de Psicoanalisis,
122-3
escuela, 283-4
Esfinge, enigma de la, 273-6
espacio del suerio, 24-6, 35 espacio diurno, 34-7
320
espacio generacional, 327-8
espacio intermedio, 28-30, 4Q1,
80-1, 183-4, 295-6
- cuarto de los nifios come,
310-1
espacio interne, 83-4, 113-4
espacio metageneracional, 330-2
espacio moral, 247-9
espacio potencial
intergeneracienal, 319-33
Esparta, 267-8
espiritualidad, 81-5
espíritu, consideraciones sobre
el terraino, 83-5
espíritus de la vida, 281-2
estadio del espejo, 174-5
estado mental fascista, 16, 237-
264
- nudeo del, 245-53
Estado, el, 237, 241-2, 251-2
estados afectivos, 91-2, 151,
234-5
estados de ammo, 66-8
estados del si-mismo, 49-53,
216-7, 278-9
- evocados por los objetos, 29-
33, 37, 38, 47, 59-60, 114-5
- narcisista, 243-4
- simple, 209-10
- secuencia de, 42-3
estados ideativos, 91-2
estados internos del analista,
225-6
321
estados internos, 105-7, 121-2,
122-4
estados psiquicos, 15, 22-3
estados somaticos, 42-3, 66-8
estimulación de las sensaciones,
288-9
estimulacian estructural, 48-50,
52-3
estimulación mnemica, 48-9,
52-3
estimulacian proyectiva de los
objetos, 48-9, 49-50, 52-3
estimulación simbolica, 49-50,
52-3
estructura psíquica, 81-2, 108-10
- en la infancia, 276-8
- en el nine edfpico, 285-6,
291-2
- juego de los objetos en la, 52-5
- poetica de la, 110-4
- colaboración de paciente y
analista en In construcción de
la, 59-62, 99-100, 101-4, 118-
21, 126-7, 129, 151
estructura triadica, 290-2
estructuras diadicas, 291-2,
293-4
estructuras relacionales, 291-2,
297
- is vida humana sobrevive a
las, 293-4
Estudios sobre la histeria
(Freud), 64-6
Evolución creadora (Bergson),
88-9 n1
evolución social, 284-6
experiencia intermedia, 31-5, 44-
322
5, 51-3
experiencia interne, 13-5, 34,
42-3
- del analista, 130, 137-40
- formes de la, 52-81
experiencia previa, 88-9, 46, 47,
49-50
323
- variantes en Ia capacidad
para la, 44-6
experiencia, 80-3
- selección de la, 104-5, 106-7
cease también experiencia
interne; experiencia vivida;
experiencia previa
expresión del sí-mismo, 53-4, 64-
6, 67-8, 71-2
expresión lingaistica, 320-1,
324-6
expresión sintomatica, 66-8 expresión somatica, 64-5
expresion, modalidad(es) de,
118-20
- selección del objeto come,
50-1
cease también autoexpresión
Fairbairn, Ronald, 93-4, 242-3
falta de referencia, 254-6
familia, 280-1, 283-4, 284-5, 290-
1, 293-4
- come grupo, 280-3, 287-8
324
mismo, 52-6
- elección de la, 54-6
- idioma personal coma lOgica
implicita de la, 92-4
- seleccionada por la vida
humana, 73-7
y estructura del objeto, 80-1
cease también Eros de la
forma
forrnaciones transaccionales, 28-
9, 132, 238-9
formación de los generos, 99-
101, 104-5, 103-9
- en el trahajo analftico, 124-7,
130, 134, 230-1
- e intuition, 114-8
- en el psicoanalisis, 119-20,
147, 161
- etapas en la, 113-15
formación psicoanalitica, 124-5
formas potenciales, 53-6
Foucault, Michel, 197-200
Freud, Sigmund, 15-16, 21-3, 25-
6, 27-9, 34, 55-7, 68-9, 95-6,
108-9, 115-6, 122-3, 135-8,
146-7, 164, 186-7, 192-4, 207-
8, 229-31, 238-9, 242-3, 247-8, 265, 269-70, 284-9, 295-6
Fuerzos del destine (Bolles), 164
funciones fuchsianas, 101-2
Fussell, Paul, 300-2
Gardner, Howard, 53-4 n8
generaciones intermedias, 324-6
generaciones interpuestas, 305-7
generación de la decade de 1950,
321-4
generación de la (Ikeda de 1960,
325
348 349
326
252-6, 258-9
- adulación a los que practican
el, 255-9
genocidio por comisien, 252-5
genocidio par omision, 252-6
genocidio, 233-246, 255-6, 257-8,
262-4
- preservackin del sí-mismo
coma reacción ante el, 262-3
etimologia del termino, 252-3
generos primorcliales, 89-90
generos, 87-127
- consideraciones sobre el
termino, 87 n1
- “impresiOn” de los, 106-11
- trabajo sobre los, en el
psicoanalisis, 103-4
- y teoría de la represion, 96-8
- y traumas, 103-7
Gitlin, Todd, 312-3, 315-6
gobernantes, cease Ilderes
327
293-4, 310-11
adaptación a los, 290-2
- desplazan la autoridad del
padre, 285-6
- en la democracia, 280-2
- la familia como, 280-3, 287-8
- locura latente en los, 290-2,
295-6
verse también identidad
grupal; vide grupal; proceso
grupal
guerras, 250-2, 300-2, 320-2
- y generaciones, 306-7, 311-2
gusto, formación generacional
de, 303-4
hacer el arnor, 26-7
Hampshire, Stuart, 247-8
Hartmann, Heinz, 163
Heaney, Seamus, 28-30, 64-5,
103-4, 107-8, 109-10, 113-4 Hedges, Lawrence, 135-6
Heidegger, Martin, 84-5
Hepworth, Barbara, 53-5
Hesfodo, 266-7
heterosexuales, 180-2, 197-203
Hinshelwood, Robert D , 107-8 histeria, 65-6
historia familiar, 282-3, 318-9
historia personal del paciente,
133
historia, 29-30, 250-1
- conciencia generacional en la,
314-5, 321-2, 323-5, 327-9
Hitler, Adolf, 241-2, 244-6, 302-
3, 320-1
hogar, 281-4
Holland, Norman, 229-30
328
Holleran, Andrew, 186-7, 188,
190-3
Hollinghurst, Alan, 181-2, 186-7
Holocausto, 238-41
Homero, 267-8
homosexuales
- enamoramiento en los, 194-8
- dolor psíquico de los, 180-1,
197-203
horde primordial, 284-6
Hughes, H Stuart, 301-2, 305-7
humanidad, 39-41, 80-2, 243-4,
251-2, 255-6, 261-3
- como trabajo del sueño de la
propia vide, 23, 29-30, 66-72
- usada pare justificar la
inhumanidad, 257-61
cease también vide
iconotropia, 266-7
ideas, 111-5, 121-2 identidad
- generacional, 304-5, 308-10,
311-2, 312-5, 320-2, 323-4,
327-9
- y homosexualidad, 185-7
- perdida de la, 254-5
identidad grupal, 291-2, 311-2,
330-1
identificación proyectiva, 31-5,
40-1, 75-6, 91-2, 122-3, 226-7
- en el psicoanAlisis, 124-5,
228-9
- convergente, 118-9
- en el estado mental fascista,
248-9
- en las mujeres que se
329
cortajean, 177
- en la relación de los
homosexuales con la madre,
190-1
- parental, 68-9
identificación sexual en el nino,
278-9
identificacion, 277-8, 284-5, 285-
7, 288-9
cease también identificación
proyectiva
ideología en el estado mental
fascista, 245-7, 248-9, 251-2
330
- del sí-mismo como, 42-4
necesaria, 293-4
Ilustracion, 237
imOgenes, 42-3, 64-5
impulso de destino, 92-4
impulso genital en el nifio
edipico, 276-7, 278-9
impulsos instintivos, 42-3, 121-
2, 129
impulsos intensos, 242-3
incesto, 282-3
inconciencia, 47 nl, 56-7, 295-6
- el sí-mismo como, 67-8
inconsciente, lo, 15, 22-3, 48-9,
78-9, 80-1, 111-2, 147, 163
- en el trabajo analftico, 131,
139-42, 164-5
- teoría de Freud sabre, 50-1 n2
- y formación de los generos,
106-7
idioma del otro en, 85
- y relacien del bebe con la
madre, 24-5
- lenguaje de, 106-114, 231-3
- no-representaciónal, 56-7
- del paciente, 162
- en el psicoanalisis, 60-2,
136-7
- recibido, 109-10
350 351
331
7 nl
- y represion, 95-7
informe del sueño, 151
inocencia violenta, 205-36, 255-6
- coma forma de denegacien,
222-5
- e ilusión de, la comprension,
228-36
- y juego, 233-5
- psicodinamica de la, 226-9
- receptor de la, 222-6
inocencia
- y si-mismo falso, 226-9
- funciones de la, 206-8
inseguridad y resolution
excesiva, 247-8
instinto de muerte, 93-4, 194-5,
238-9
instintos, 27-8, 57-8
- teoría de los, 130
integración psíquica, 66-7
integridad del objeto, 15, 43-5,
78-81
intelección (insight), 17, 134,
151, 224-5
inteligencia estetica, 60-1
inteligencia operative, 108-9
inteligencias multiples, 53 n3
Interfaces of the word (Ong), 48-
9 n1
interpretaciones, 59-61, 101-2,
125-6, 139-40, 144-6, 224-5,
230-1
- asociaciones libres del
analista coma, 143-4
- generativas, 115-8
- acuerdo mutuo sobre las,
332
126-7
- investidura narcisista en las,
132, 145-6
- no formuladas, 136-7
- respuesta del paciente ante
las, 131-4, 142-4
- provocadas por el paciente,
234-5
- inconscientes, 38, 328-9
Interpretación de los suerws, La
(Freud), 16, 23
333
comprension, 222-3, 233-4
intersubjetivo, 229-31
- del objeto, 51-2
- y el otro, 40-1, 232-3
- con la realidad, 293-7
- e inocencia violenta, 233-5
cease también trabajo de
juego
justicia, 282-4
Juventud Hitleriana, 320-1
Kazin, Alfred, 300-1
Keats, John, 63
Kennedy, John, 312-3
Khan, Masud, 247-9
King, Martin Luther (h), 313-4,
323-4
King, Stephen, 303-4
Klein, Melanie, 242-3, 277-8,
295-6
Kmer Rouge, 240-1
Knox, Bernard, 266-7, 285-7
Kovel, Joel, 244-5
Kuper, Leo, 240-1, 251-2, 254-5
Lacan, Jacques, 28-9, 47 nl, 49-
50, 174-5, 246-7
Lakofí, George, 47 n1
334
lexico de objetos, 32-4, 44-5, 49-
51, 52-3, 70-1
liberales, 242-3, 246-7
libertad de palabra del paciente,
139-40, 141-2
Lifton, Robert J , 244-6
ligazon en las ideologies, 246-8,
248-9, 250-1
linaje patrilineal, 133
linaje, 277-9, 281-2
literature, 14, 229-30, 321-2
- exploración del st-mismo a
través de la, 181-2
literature, 53-4, 92-3, 103-4,
112-3, 304-5
- sobre la homosexualidad,
181-6, 189-91, 203
lideres, 251-2, 281-2
lineas generacionales, 306-9
Lowell, Amy, 111-3
logica, perversión de la, 258-61
lugar
- atmosfera del, 281-2
- excitación del, 183-4
- familia coma, 280-1
- de los generos, 110-1
- heroico, 286-8
- personal, 282-3
- sentido del, 28-30
lugar personal, sentido
generational del, 282-3
Lukacs, Georg, 64-5
Lyotard, Jean-Francois, 108-10
maccarthismo, 205
Mad (revista), 320-1
madre, 24-5, 27-8, 67-9, 228-9,
233-4, 268-9, 290-1, 316-7
335
- de los homosexuales, 188-95,
203
y el niño edipico, 275-9, 282-4
- referencias a Ia, en el analisis
malograr, coma actitud del
paciente, 105-7
Marcos de la mente (Gardner),
53-4 n3
marxismo, 240-1, 260-1
matrimonio, 233-4, 290-1
Matte-Blanco, Ignacio, 50-1 n2 McDougall, Joyce, 135-6 n2
McGuire, hermanas, 308-9
mediana edad, 316-7
- crisis de la, 315-6, 324-5
melancolia, 36
Meltzer, Donald, 35 n4 mente, 242-4
- y denegaciein, 225-7
- angustia producida par los
productos de la, 286-9
- modelos de la, 99-100, 164
- y el 'lino edipico, 286-8
- reconocimiento de la
complejidad de la, 290-4
- sentido de la, 45-60
cease también estado mental
fascista
Merrick, Gordon, 186-8, 190-1
Midworld of Symbols and
Functioning Objets, The
(Miller), 29-30 n1
Miller, Arthur, 205-7, 301-4,
320-1
Miller, John William, 29-30 n1 Mills, C Wright, 320-1
336
Milosz, Czeslaw, 112-3 mitologia, 266-71
moda, 320-1, 325-6, 328-9
modalidades de expresion, 118-
20
modalidades de representación,
52-4, 56-8, 121-2
modelo linguistico (Freud), 130
modelo topografico, 95-7, 99-100 modelos de desarrol]o, 135-7
modelos psicoanaliticos, 135-7,
162-6
momenta sofocleano, 293-4
monarquia, 266-8, 280-2
Monroe, Marilyn, 315-6
Moore, Henry, 109-11 moralidad, 83-4
cease también sentido moral;
352 353
337
- del analista, 68-71
- catheter del, 68-72
- de la madre, 189-91
mundo materna, en los suenos,
24-5
mundo media, 28-30, 84-5 Mussolini, Benito, 237, 250-1 mtlsica,
14-5
- y conciencia generacionel,
312-4, 320-4, 325-6, 328-9,
330-1
nlsicos, 92-3, 112-3, 114-5
narcisismo, 243-5, 248-9, 250-1,
327-8
NASA, 313-4
neurosis, 36, 65-6, 281-2
Newman, Kim, 303-4
Nietzsche, Friedrich, 249-50,
260-2
nifiez, 321-2, 327-8
- denegacien en la, 224-7
- de los homosexuales, 188-95
nifio edipico, 275-6, 285-97
nifio-filOsofo, 277-9
nirio-s, 29-32, 67-8, 70-1, 71-2,
228-9, 233-4, 309-10
- idioma personal de los, 89-94
selección del objeto en los, 67-
9, 285-6
- traumas/generos en los, 87-96
- maltrato de los, 287-9
- cuartos de juegos de los, 309-
11
vease también niño edipico
Nixon, Richard, 255-6, 308-9
338
nombre, cambio de, 253-5
norteamericanismo, 207-8
Notebooks of the Mind (John-
Steiner), 99-100 n2
nucleamientos
- emergentes, 113-4
- de la experiencia, 121-2
de los generos, 115-6
- en una forma interna, 78-9
Nueva Izquierda, 312-3
Ntimeros (Redly), 180-7, 189-90,
191-3, 196-7
O'Sullivan, Noel, 240-3, 246-8 objetivacion, 201-2, 240-1
objetividad, 84-5, 130-1 objeto del sueño, 141-3 objeto malo, 93-
4
objetos aleatorios, 32-3, 38, 43-4,
51-2, 57-8
objetos culturales, 308-9, 330-1
- transmisión de los, 315-7,
319-20
objetos de amor, 187-8
objetos evocadores, 47-58, 108-9
objetos generacionales, 308-9,
312-4, 314-5, 319-22, 323-5, 325-6, 327-9, 330-1
- e identidad generacional,
320-2
- generadores o patolOgicos
- 320-1
- sucesos historicos como, 328-
30
objetos internos, 75-6, 107-9,
110-2, 195-6, 295-6
- acto creativo como liberación
de los, 122-3
- como espíritus, 81-5
- construcción mutua de los,
118-24
339
- congregación de los, 77-82
- colectivos, decades como, 122-
3, 306-7
- definition, 107-8
- de las madres de los
homosexuales varones, 193-4
- de los heterosexuales, 200-2
- del niño edipico, 278-80
- en el trabajo analltico, 134
340
260-2
oratoria, 53-4
orden matrilineal, 267-9, 277-8,
281-2
orden patriarcal, 267-9, 281-2,
287-8
orden simbolico, 49-50, 246-7,
255-6
orden universal, 330-2
organización propioceptiva, 42-3
organizaci6n psíquica, 67-8, 89-
90 n1
organización psíquica, 293-6
orgasmo, 186-7
otro, el
- catheter del, 71-8
- y denegacion, 222-4
- efectos del, 75-7
- idioma personal del, 62, 85,
233
- e ilusión de la comprension,
233-4
- en la homosexualidad
masculine, 194-5
341
- “complejo del”, 285-6
- relación con el, y superyo,
288-9
- y horda primordial, 284-6
- y niño edipico, 276-7, 278-81,
282-4, 286-7
palabras en el regimen
democretico, 246-7
parejas, 290-1
parentalidad, 93-6, 193-4
- generative, 89-90, 93 6
vease también culture
parental; objetos parentales,
progenitores
parricidio, 285-6
partes del si-mismo, 27-8, 70-1
- componentes del sujeto, 242-4
- soluciones de transacción
entre las, 238-9
- deshumanizadas, 251-2
- destrucción de las, 262-3
- en el sonar, 25-6
- y estado mental fascista,
246-7
- en la conciencia generacional,
325-6
- perdida de las, en la
identificación proyectiva, 34
- en los varones homosexuales,
193-4, 197-8
- proyección de las, 49-50, 66-7
Participación vital en la vejez
(Erikson), 316-7
patologia, 36, 57-8
- colectiva, 320-1
- en el fascismo, 241-2
Pelieulas de pesadilla
342
(Newman), 303-4 gene, 186-8
pensamiento, 14, 48-9 nl, 64-5,
354
355
343
233-4
perception, 80-1, 103-4, 114-6,
134, 230-1
- interne, 55-7
perceptos, 68-9, 285-6
perderse en el amor, 26-7
perderse en el dormir, 23-6
perderse en el pensamiento,
cease olvidarse de si, 80-1
perderse en la conversation,
26-8
perdon, 243-4, 262-3 Pericles, 267-8
perniciosidad, exoneración de la,
257-61
persecticion, 253-6
personalidad, 67-8, 84-5, 93-4,
281-2
- como forma, 93-4
- escisión en la, 261-3
- cambio de, 258-9
- conflicto de, en el nino
echoico, 280-1
personalidades esquizoides,
330-2
personalidades multiples, 112-3
perspectiva(s), 101-2, 278-9, 283-
6, 288-9
- diversas, valor de las, 284-5
perversion, 248-9
- en in lOgica, 258-61
Pessoa, Fernando, 111-2
Picasso, Pablo, 111-12
Pine, Fred, 135-6, 164
344
pintura, 53-4, 92-3, 112-3
Plath, Sylvia, 171-2
Poe, Edgar Allan, 121-2
poesia, 106-9, 111-5
poetics de la estructura
psíquica, 110-14
Poincare, Henri, 100-2
Poirier, Richard, 310-2
polisemia, 246-7, 247-8
Porvenir de una ilusion, El
(Freud), 247-8
posiciones del cuerpo, 42-3, 75-6,
78-9
posición depresiva, teoría de la,
277-8, 295-6
posición esquizo-paranoide,
295-6
posición esquizoide, 295-6 posición ironica, 39-43
posmodernismo, 42 3, 112-3
Pound, Ezra, 109-10
preconciencia, 48-9, 96-7
preferencias, cease gusto
preservación del si-mismo, como
reacción ante el genocidio,
262-3
Presley, Elvis, 315-6
Primera Guerra Mundial, 245-6,
250-1, 299-302, 306-7
Primera Guerra Mundial, sus
efectos sobre in conciencia
occidental, 300-2
privación del suerio, 66-7
problemas edipicos, 151
proceso grupal, 291-2, 295-6
- patologico, 226-9
proceso primario, 50-1 n2, 60-1,
135-6, 230-1
345
proceso psiquico, 118-9, 273-4
- en el estado mental fascista,
248-9, 252-3
proceso receptivo, 101-2, 109-10 proceso secundario, 137-40
procesos inconscientes
- en el trabajo analitico, 133-4
- concepciones germinales
creadas por los, 114-5
procreatividad, 109-10
- generacional, 306-7, 315-7
progenitores, 92-3, 236 287-8
- y elaboración del idioma
personal, 89-92
- y lineas generacionales, 306-9
- y transmisión generacional,
319-20
- y niño edipico, 276, 278-9,
280-3
cease lambién padre; madre
proyecciones relacionales, 66-8
proyeccion
- asociativa, 49-50
- generativa, 70-1
proyección generativa, 70-1 psicoanalista, 15-6, 64-6
- autoridad del, 216-8
- su colaboraci6n con el
paciente en la construcción de
la estructura psíquica, 59-62,
99-104, 118-22, 126-7, 130,
151
- errores del, 142-3, 144-6,
162-5
- imposición de la opinión del,
163-4
346
- intuición del, 118-20
- neutralidad moral del, 131
- su use de la asociación libre,
129-65
psicoanalisis, 15-7, 43-4, 65-7,
81-5, 203, 233-4
- coma proceso creativo, 119-20
- strains del, 119-27
- formación de los generos en el
92-100
- interpretaciones generativas
en el, 115-8
- limitaciones del, 163
- objetividad en el, 130-1
- trabajo de juego del, 59-62
- reglas del, 131
- inocencia violenta en el,
234-6
Psicologia de las masas y
andlisis del yo (Freud), 285-6
347
Read, Herbert, 301-2
Reagan, Ronald, 256-8
realidad psíquica, 56-8, 63, 81-2,
92-3, 233-4, 282-4
realidad, 28-9, 81-2, 108-9, 275-
6, 291-4, 321-2
- adaptación a la, 66-7, 295-6
- subjetivación colectiva de la,
325-6
- distorsión de la, 233-4
- predisposiciones del yo
respecto de la, 89-92
- involucración con la, 91-3
- y conciencia generacional,
321-2
- juego con la, 293-7
- subjetivación proyectiva de
la, 68-71
- representaciones de la, 55-8
- orientación respecto de la,
157-8
rebeldes sin cause, 320-1
reception, 96-8, 100-2, 103-4,
229-30, 331-2
rechazo en los varones
hornosexuales, 192-3, 195-6
Rechy, John, 183-92, 196-7
recuerdos encubridores, 66-8
- objetos generacionales coma,
313-4, 320-1, 323-4
recuerdos, 68-9, 103-4, 121-2
- percibidos, 42-3
reflexividad, 23, 25-6, 153
regeneración cultural, 305-6,
315-7, 324-5
348
356 357
349
106-8
representación auditiva, 52-3
representación del objeto, 14, 99-
100, 162, 207-9
representación del si-mismo, 64-
5, 283-4
representación gestual, 52-4
representación interna, 137-8
- descubrimiento de su
naturaleza par el nine, 278-9
representación interpersonal,
52-3
representación
- jailo de las, 111-2
- modalidades de, 52-4, 56-8,
121-2
- de Ia realidad, 55-8
representación lingiiistica, 52-3
representación somatica, 52-3
350
fugaces en el, 179-203
sabiduria, 81-2, 86, 325-6
secuencia,16gica de la, 64-5
Segunda Guerra Mundial, 300-1,
312-3
Segundo sexo, El (Beauvoir),
316-7
selección y use del objeto, 13-5,
23, 32-4, 38, 39-40, 40-6, 50-2,
56, 57, 92-4, 104-5, 293-6
- por los nifios, 67-9
- generacional, 312-4, 314:5,
328-9
- en la homosexualidad, 195-6
- e idioma personal, 70-4, 78-
81, 89-90
- y si-mismo, 76-9
self, cease si-mismo
sensaciones de procesos, 55-7
sentido de in mente, 55-60
sentido del lugar, 28-30
sentido del si-mismo, 55-7, 80-1,
85, 121-2
- de los varones homosexuales,
195-6, 201-2
- del nine edipico, 285-6
sentido moral, 286-7
sentido multilocular, 56-7, 115-6
sentimientos, 75-6, 78-9, 117-8,
234-5
ser potencial, 15, 25-6
ser un personaje, 63-85
ser, 34, 39-40, 67-8, 316-7
351
- potencial, 14, 25-6
significantes, 23, 64-5
signos, ligazOn de los, 246-51
silencio del analista, 135-6
simbolizacion, 60 1, 109-10,
230-1
simbOlico, lo, 47 nl, 64-5, 247-8,
275-6
cease tambien Orden simbolico
Sitwell, Osbert, 300-1
si-mismo complejo, 25-7, 44-5,
62, 209-10
- en el trabajo analitico, 131,
134
- y conciencia generacional,
325-6
- oscilación entre el si-mismo
simple y el, 27-8, 39-40, 266-7
si-mismo falso, 142-3, 193-4,
196-7, 203, 291-2, 293-4
- e inocencia, 226-9
si-mismo ideal en los varones
homosexuales, 189-90, 192-4
si-mismo nifio, 221
si-mismo simple, 25-8, 40-1, 62
- del analista, 131
- en el trabajo analitico, 134
- y si-mismo complejo, 39-40,
266-7
- y denegacien, 209-10
- caida en el, 25-8
- en in conciencia generacional,
325-9
- en los varones homosexuales,
190-1
- estado del ser del, 68-71
si-misino, 89-90, 99-100, 191-2,
352
251-2, 293-4
- ligazOn del, 89-92
- consciente, 229-30
- división del, 244-5
elaboración del, 92-3
- evocación del, 60-1
- en el estado mental fascista,
242-3, 280-1
- recolección del, 76-9
- en el amor homosexual, 194-
5, 197-8, 203
353
Sputnik, 328-31
SS, 244-5, 251-3, 261-2 Stalin, Joseph, 240-1
Stern, Fritz, 237
Stevenson, Adlai, 308-9 Stoller, Robert, 247-9 suhjetivacion, 70-
1
subjetividad(es), 13, 67-8, 70-2,
80-2, 85, 146-7, 288-9, 295-6
- del analista, 130-3, 136-8,
141-2
- articulación de la, 89-90
- antagonicas, 283-4
- complejidad de la, 63-5, 283-5
- y experiencia del objeto, 78-9
- y conciencia generacional,
328-9
- del nine edipico, 290-1, 297
sublimacidn, 109-10
sucesión generacional, 151
sucesos historic:0s come objetos
generacionales, 328-30
suello, 24-6, 35, 66-8, 96-7, 103-
4, 109-10, 325-6
- y conciencia, 70-1
358
359
354
- seem Freud, 16, 21-3, 28-9
- en la conciencia generacional,
321-2
- como suceso interno, 287-8
- y el niño edipico, 279-80
- estados del si-mismo
evocados per los objetos en el,
32-3
- del psicoandlisis, 119-127
- pensar en el, 34
sujeto
- se convierte en el trabajo del
sueno de su propia vida, 23,
29-30, 66-72
- compuesto de partes del si-
mismo, 242-4
supery6, 238-9, 288-9
sustitucion, 60-1, 73-4, 96-7,
109-10, 131
Symington, Neville, 135-6 n2
teatros de la vida homosexual,
179-81, 183-6, 187-9, 191-2, 193-4, 195-7, 203
Teogonla (Hesiodo), 266-7
teoria imaginista, 109-10
teoria psicoanalitica, dialéctica
en la, 16-46
terror, 238-41, 244-5
hTstamento de juoentud
(Brittain), 299-301, 318-20
textura(s) psíquica(s), 13-4, 57-8,
295 6
- en Edipo Rey, 266-76
tecnica psicoanalitica, 103-4,
130-1, 162
Thinking, Feeling, and
Being (Matte-Blanco), 50-1 n2
Thomson, Peter, 135-6 n1
355
tiempo
- sentido curative del, 284-5
movimiento generacional a
traves del, 316-20, 321-2,
325-6, 328-9, 331-2
totalitarismo, 245-6
Toynbee, Arnold, 238-9
Totem y Tabu (Freud), 284-6
trabajo analitico, 100-1, 101-4,
105-6
356
cia, dialéctica de la, 215-25,
234-6
transición generacional, 311-2
transmisión generacional, 305-6,
319-20, 320-1, 327-8
trastorno psíquico y expresión
del si-mismo, 64-6
trauma, 87-9, 107-8, 130, 288-9
- e instinto de muerte, 93-4
- y regresion, 97-8
- y blisqueda de las “qualias”
negatives, 101-7
- elaboracidn simbolica de los,
91-3
- consideraciones sobre el
termino, 89-90 n1
- trabajo de la, 103-5
traumatización del si-mismo,
288-9
triangulo generacional, 316-7,
320-1
Truman, harry, 308-9
Unconscious as Infinite Sets,
The (Matte-Blanco), 50-1 n2
Uno para los dioses (Merrick),
186-7, 190-1
357
vida psíquica, 283-4
vida suficientemente buena,
238-9
vida, 14, 234-5, 297
- negación de la, 238-9
- humane, sobrevive a las
estructuras relacionales,
293-4
- perspectives sobre la, 100-1
- des-evolución psíquica como
un hecho de la, 290-1
- espíritus de la, 81-5
- instintos de, 93-4, 103-4,
114-5
violencia generacional, 309-10,
311-2, 331-2
vision, sentido de la, 92-4
vivir, proceso del, 80-2
victima(s)
358
yo inconsciente y construction
de la realidad psíquica, 56-8
yo, 66-7, 109-10, 186-7, 231-2,
238-9, 270-1, 281-2
- inteligencia estetica del, 60-1
- trabajo inteligente del, 115-6
- logica del, 24-5
- revisión del WI-mina, 84-5
- formes inconscientes del,
para ciertas experiencias del
si-mismo, 57-60, 117-8
yuppies, generación de los, 315-6
Zibordi, Giovanni, 250-
359