EL HOMBRE COMO INCOGNITA Y COMO BÚSQUEDA
El ser humano se plantea tres grandes problemas que tienen solución desde
muchas perspectivas. Este ensayo toca la solución desde la perspectiva positivista
de la reducción marxista y que se puede aplicar a los negocios.
Según el doctor en Teología, señor Antonio Bentué, los problemas
fundamentales de todo ser humano son tres: la muerte, la vida y la convivencia; y
son consideradas así porque el deseo, esa satisfacción egocéntrica, choca
fuertemente con la realidad al encontrar límites.
Al nacer y ser más conscientes de la realidad chocamos con el límite de la
muerte por un lado, luego con el pasar los años vemos que la vida sería monótona e
inconsistente sino hacemos actividades u obras. Esas obras nos llevan a
relacionarnos, entonces surge la interrogante si lo hacemos de manera altruista o
con una sed de dominación.
La manera como se enfrente cada limitación determinará si lo hacemos de
manera camuflada o alienada, entonces nos lleva a cuestionarnos y a buscar
respuestas que nos den la solución más racional dentro del abanico de perspectivas
bíblico cristianas y las grandes corrientes modernas de pensamiento no creyente.
De todas las perspectivas expuestas en el capítulo leído, me inclino por la
solución que intenta Feuerbach desde la reducción marxista, porque su visión
positivista me permite aplicarlo mejor a todos los aspectos de mi vida.
Él soluciona la muerte al cambiar el centro de atención del individuo al
género. Para él, el ser humano no muere, sino que mejora con el paso de las
generaciones y no deja de reproducirse, dándose el ciclo de la vida una y otra vez.
Es decir, ve el lado positivo de la vida, que nuestros hijos y los hijos de
nuestros hijos estarán mejor capacitados para enfrentar retos y que la línea familiar
no muere en uno mismo sino que sigue mientras se tenga pasión por la vida.
Por lo tanto, lo anterior está relacionado con la vida, y a esto también le da
una solución al quitar la idea de limitación que va ligada con la individualidad,
porque el género humano trasciende en tiempo y espacio gracias a la tecnología que
le permite dominar mejor el medio ambiente.
Feuerbach reconoce que la humanidad tiene un pasado negativo en donde se
vio que el hombre busca dominar a otro hombre a toda costa, pero también ve que
este mismo ser humano aspira a amar y ser amado porque tiene esperanza que en
el futuro todos buscaremos ser hermanos. Además sino hubiera amor, como se
prolongaría la vida de la raza humana, no tendría sentido la solución al
planteamiento del problema de la vida.
Ahora bien, ¿cómo aplico esto a los negocios? Si yo me angustiara con mi
muerte, no progresaría porque concentraría mis esfuerzos en encontrar como no
morir pero a nivel individual, por lo tanto mi vida no sería productiva y todo lo que
ALIENACIÓN Y OPRESIÓN
El problema radical antes referido, de la muerte, la vida y la convivencia, que
afecta al hombre como tal, se “camufla” bajo formas de alienación opresora, que es
importante detectar.
El espectro de la muerte provoca en el hombre la búsqueda de vivir al
máximo, evitando en lo posible el cuestionamiento radical planteado por ese tener
que morir. De esa forma, la vida tiende a convertirse en un esfuerzo frenético de
acción (poder) y evasión (confort y riqueza) que permita experimentar “seguridad”
en la vida.
Ese intento de negar la muerte y vivir la vida plenamente está marcado por el
egocentrismo radical de nuestra estructura psico – biológica. Ella hace de la lucha
por la vida una lucha selvática para ahuyentar o disimular al máximo la amenaza
de la muerte.
La historia va desarrollándose, así, en función del “poder”. Los que pueden
más, buscan vivir mejor, arrasando en su camino a los que pueden menos. Los
mecanismos subconscientes de esta lucha por el poder, que permita vivir mejor y
camuflar el espectro de la muerte, han desembocado en las situaciones históricas
de un mundo de hombres y mujeres radicalmente desiguales, en donde el poder de
un sector minoritario permite a unos pocos gustar opulentamente de la vida, a
costa de que otros muchos queden sumidos en la miseria.
Las grandes mayorías del mundo viven en una pobreza crónica y en aumento,
correlativa a la riqueza sin límites de grupos “desarrollados y superdesarrollazos”.
Refiriéndose a América Latina, el Documento de Puebla expresa: Documento de
Puebla
Éste es la síntesis de lo concluido, por los Obispos, en la III Conferencia
General del Episcopado Latinoamericano, realizado en la ciudad de Puebla –
México el año 1979.
“El hombre latinoamericano encuentra una sociedad cada vez más
desequilibrada en su convivencia. Hay «mecanismo que, por encontrarse
impregnados no de un auténtico humanismo sino de materialismo, producen a
nivel internacional ricos cada vez más ricos a costa de pobres cada vez más pobres»
(Juan Pablo II, Discurso inaugural III 4: AAS 71 p. 200). Tales mecanismos se
manifiestan en una sociedad programada muchas veces a la luz del egoísmo, en las
manipulaciones de la opinión pública, en expropiaciones invisibles y en nuevas
formas de dominio supranacional, pues crecen las distancias entre las naciones
ricas y pobres. Hay que añadir, además, que en muchos casos el poderío de
empresas multinacionales se sobrepone al ejercicio de la soberanía de las naciones
y al pleno dominio de sus recursos naturales” (Puebla 1264)
Con el fin de mantener esa situación intolerable para la gran masa de pobres,
las minorías poderosas tienen que emplear formas cada vez más sofisticadas de
control que permitan asegurar ese equilibrio desigual de poder en su favor. De esta
manera se desarrollan las diversas carreras armamentistas y los sistemas de
espionaje que pretenden imponer los propios intereses hegemónicos.
Así, el poder de los más dotados es ejercido para perpetuar sus intereses y
aumentarlos, manteniendo controladas las ansias de sobrevivencia de las mayorías.
Un factor fundamental de ese control está constituido por la manipulación de los
sistemas de valores transmitidos por los medios de comunicación de masas (MCM)
Los grupos de poder: políticos, ideológicos y económicos, penetran sutilmente
el ambiente y el modo de vida de nuestro pueblo. Hay una manipulación de la
información por parte de los distintos poderes y grupos. Esto se realiza de manera
particular por la publicidad que introduce falsas expectativas, crea necesidades
ficticias y muchas veces contradice los valores fundamentales de nuestra cultura
latinoamericana y la propuesta entregada por Jesús en su Evangelio.
La huida alienante del hombre ante su inconsistencia mortal y egocéntrica
provoca la búsqueda desesperada de riqueza, que permita experimentar la vida
propia como fundada. El ansia de posesión de riqueza desencadena a su vez la
lucha por el poder, que asegure el logro creciente de los bienes a costa de mantener
fuera de competencia a las grandes masas, utilizándolas sólo como productoras y
multiplicadoras de bienes de capital para unos pocos.
A su vez, para que la riqueza y el poder puedan mantenerse con mayor
seguridad y tranquilidad de conciencia, esos mismos centros de poder manipulan
los criterios sociales de los valores. De acuerdo