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Escenarios de Conservación en El Piedemonte Andino - Amazónico de Colombia

Este documento describe la geografía del Piedemonte Andino-Amazónico de Colombia. La región se ubica entre la Cordillera de los Andes y la planicie amazónica, abarcando parte de los departamentos de Cauca, Caquetá, Putumayo y Nariño. La topografía incluye montañas escarpadas, valles aluviales de ríos como el Guamués y el Fragua, y altiplanos como el Valle de Sibundoy. La región tiene una extensión de 15.800 km2 y jurisdicción sobre 22
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Escenarios de Conservación en El Piedemonte Andino - Amazónico de Colombia

Este documento describe la geografía del Piedemonte Andino-Amazónico de Colombia. La región se ubica entre la Cordillera de los Andes y la planicie amazónica, abarcando parte de los departamentos de Cauca, Caquetá, Putumayo y Nariño. La topografía incluye montañas escarpadas, valles aluviales de ríos como el Guamués y el Fragua, y altiplanos como el Valle de Sibundoy. La región tiene una extensión de 15.800 km2 y jurisdicción sobre 22
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Escenarios de Conservación en el

Piedemonte
Andino - Amazónico
de Colombia
Autores:
Ximena Barrera, Emilio Constantino, Juan Carlos Espinosa, Olga Lucía
Hernández M., Luis Germán Naranjo, Ilvia Niño, Rocío Polanco, Jorge
Humberto Restrepo, José Vicente Revelo-Salazar, Carlos Salazar, Fabio Yépes.

Edición:
Luis Germán Naranjo

Coordinación Editorial:
Taller de Comunicaciones, WWF Colombia

Edición Cartográfica:
Olga Lucía Hernández y Andrés Felipe Trujillo

WWF Colombia
Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humbold
Unidad de Parques Nacionales Naturales de Colombia

Con el apoyo de:


Centro de Cooperación al Indígena – CECOIN
Organización Zonal Indígena del Putumayo – OZIP
Asociación para el Desarrollo Campesino – ADC

Con el soporte financiero de:

Créditos fotográficos:
Luz Eliana Bossa
Emilio Constantino
Luis Germán Naranjo
Rocío Polanco
Olga Lucía Hernández
Edward Parker
Diego Garcés
Ilvia Niño

Diseño, diagramación e impresión:


El Bando Creativo

ISBN: 978-958-97801-2-1

Primera edición, marzo de 2007

Los textos, fotografías y mapas pueden ser utilizados total o parcialmente citando la fuente.
Las denominaciones en estos documentos y su contenido no implican endoso o aceptación
por parte de las instituciones participantes, juicio alguno respecto de la condición jurídica de
territorios o áreas ni respecto del trazado de sus fronteras o límites.
Agradecimientos

Los documentos recogidos en esta publicación son el resultado del trabajo de un


gran número de instituciones y personas, reunidas en torno al propósito común de
desarrollar una visión colectiva de conservación de la biodiversidad, mantenimiento del
patrimonio cultural, desarrollo sostenible, gobernanza participativa y fortalecimiento
de capacidades locales en la zona de transición entre la cordillera de los Andes y la
planicie amazónica de Colombia. Las instituciones responsables por la publicación
agradecen la confianza, el interés y el apoyo de todos estos actores:

• Asesorías para el Desarrollo Social – ASDES: Fabio Londoño, Ornella Blanco

• Asociación para el Desarrollo Campesino – ADC: Ana María Fuentes Baca, Jaime
Guillermo Paz Solano, Jhon Jairo Calderón Leyton, Belisario Cepeda Quilindo,
Jaime Arturo Jiménez, Francisco Javier Bacca Eraso, Jaime Enrique García
Agón, Cecilia del Carmen Bacca López, Omar Jaime Castro Matabanchoy, María
Concepción Matabanchoy de Castro, Patricia Jojoa Salazar, Rosa Miriam Jojoa,
José Vicente Revelo Salazar, Omar Fernando Suárez Guerrero.

• Asociación Red Colombiana de Reservas Naturales de la Sociedad Civil –


RESNATUR: Óscar Alzate, Felipe Rubio.

• Autoridades Indígenas Valle del Sibundoy: Taita José Narciso Jaminoy, Taita
Serafín Jajoy, Taita Gabriel Jacanamijoy, Taita Serafín Mujanajinsoy, Taita Amable
Mujumboy.

• Centro de Cooperación al Indígena – CECOIN: Carlos Salazar, Fabio Yépez,


Adriana Rodríguez, William Villa.

• Comunidades campesinas del Corredor Biológico PNN Puracé – PNN Cueva


de los Guácharos: Leidy Hoyos, Yilema Muñoz, Nelcy Galíndez, Francyled Pizo,
Libardo Gómez, Wilmar F. Golondrino, Carlos A. Quilindo, Campo Elías Cerón,
Alex Morales, Lorena Ruiz, Ever Tulio Ruiz, Yaneth García, Liliana Muñoz, Manuel
M. Muñoz, Gladis Omet, Anselmo Imbachi, William Rene Muñoz, Gentil Anacona,
Baudelino, María M. Buesaquillo, Juan P. Sambony, Leidy Hoyos, Yilema Muñoz,
Nelcy Galíndez, Francyled Pizo.
• Comunidades indígenas del Alto y Medio Putumayo: Pablo Hernán Jamioy,
Carmen Jamioy, Ligia Jamioy, Salvador Chindoy, Carlos Jamioy Narváez, José
Joaquín Jajoy.

• Consultores: Claudia Hernández, Giovanni Tovar, Héctor Restrepo, Jorge Rojas,


Jorge Humberto Restrepo, Patricia Murcia, Vladimir Serna, Ana María Fuentes,
María Cristina Muñoz, Armando Ortega, Yellen Aguilar-Ararat, Andrés Rubio,
Carlos Moreno, Isadora Angarita, Jorge Rojas Valencia, Emilio Constantino.

• Corporación Autónoma del Alto Magdalena – CAM: César Parra, Joaquín


Zambrano, Javier Manchola, Joaquín Sánchez, Ricardo Agudelo.

• Corporación Autónoma Regional de la Amazonia – Corpoamazonia: José Ignacio


Muñoz, Leonel Ceballos, Mauricio Valencia, José Eliécer Robles, Camilo Otaya,
Jairo Cárdenas Acosta, Carlos Moreno, Elizabeth Tabares.

• Corporación Autónoma Regional del Cauca – CRC: Juan Carlos Amézquita.

• Corporación Autónoma Regional de Nariño – Corponariño: Alfonso Melo Martínez,


Judith Martínez, Carlos Chávez.

• Escuela Ambiental Panamazonia: Mario Camilo Barrera, Juan Silvestre Pineda,


Jony Santacruz, Tania Villaquirán.

• Fundación Cultural del Putumayo: William Daza, Alvaro Saavedra, Diana Jojoa.

• Fundación EcoCiencia: Francisco Cuesta, Andrea Ganzenmüller.

• Fundación MacArthur: Steve Cornelius.

• Fundación Opción Putumayo: Carlos Changal, Javier Burbano, Esteban


Mayoral.

• Fundación Tierra Verde: Carlos Torres, Esther Julia Pasichamá.

• Fundación Zio-a’i: Sebastián Jansasoy, Angela Pérez, Adriana Alzate, Diégo


Pérez.

• Gobernación del Putumayo: Hernán Burbano.

• Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt:


Natalia Arango, Inés Cavelier, Clara Lucía Matallana, Sandra Lucía Ruiz, Ana
María Franco, Rocío Polanco.
• Investigadores: Jhon Jairo Calderón, Belisario Cepeda, Javier Maldonado, Victoria
Holguín, Giovanni Fagua, Thomas Walshburguer, Sebastián Restrepo, Isadora
Angarita, Vladimir Rojas, Jhon Jairo Mueces, Luis Miguel Constantino, Marcela
Gómez, Alejandro Vélez.

• Organización Zonal Indígena del Putumayo – OZIP: Doris Delgado, Aureliano


Garreta, Miguel Angel Millán, Carlos Chapal, Menandro Garreta, Rubiela
Mujumbajoy.

• Parques Nacionales Naturales: Diana Castellanos, Cesar Augusto Rey, Walter


Hoyos, Carlos Sarmiento, Rodrigo Botero, Lina Parra, Sandra Liboria Díaz, Nancy
López de Viles, Luis Javier Muñoz, Héctor Restrepo, Julián Londoño, Ilvia Niño.

• The Nature Conservancy –TNC: Silvia Benítez.

• WWF Colombia: Mary Louise Higgins, Carmen Candelo, Ximena Barrera,


Ana María Lora, Juan Carlos Espinosa, Julio Mario Fernández, María Ximena
Galeano, Carmen Ana Dereix, Sonia del Mar González, José Saulo Usma, Sandra
Valenzuela, María Fernanda Berón, Martha Viviana Gómez, Paola Olaya, Martha
Cecilia Hernández.

• WWF-US: Mariana Panuncio, Meg Symington, Vanesa Prada.


Contenido
Primera Parte:
El Piedemonte Andino – Amazónico
Capítulo 1. Geografía del Piedemonte Andino-Amazónico
Capítulo 2. Historia y poblamiento
Capítulo 3. Biomas y ecosistemas
Capítulo 4. Diversidad de flora y fauna
Capítulo 5. Uso de la biodiversidad

Segunda Parte:
Elementos para la planificación territorial en el piedemonte
Capítulo 6. Análisis de paisaje
Capítulo 7. Procesos de ordenamiento que generan impacto en los
territorios indígenas del piedemonte putumayense
Capítulo 8. Análisis de amenazas a la biodiversidad
Capítulo 9. Caracterización de actores para la conservación
Capítulo 10. Expectativas territoriales de los pueblos indígenas
Capítulo 11. Selección de especies focales del piedemonte

Tercera Parte:
Escenarios y acciones de conservación en el piedemonte
Capítulo 12. Ordenamiento, conservación y manejo sostenible en
territorios indígenas del piedemonte putumayense
Capítulo 13. Actores y procesos para la consolidación de escenarios de
conservación en la zona de transición andino – amazónica
Capítulo 14. Plan de acción del sistema regional de áreas protegidas de
la zona de transición andino amazónica
Capítulo 15. Sistemas productivos sostenibles como herramienta de
conservación
Capítulo 16. Incentivos para apoyar estrategias de conservación en el
área Ramsar de La Cocha

Referencias

Anexo: Listado de especies de flora y fauna


Mapas
Ubicación geográfica piedemonte Andino – Amazónico

Cobertura vegetal 2002

Cobertura vegetal potencial

Pisos bioclimáticos

Geoformas del piedemonte Andino – Amazónico

Biomas del piedemonte Andino – Amazónico

Ecosistemas actuales del piedemonte Andino – Amazónico

Pérdida y fragmentación de ecosistemas del piedemonte Andino


– Amazónico

Integridad de los ecosistemas del piedemonte Andino –


Amazónico

Modelo de accesibilidad del piedemonte Andino – Amazónico

Escenarios y procesos de conservación en el piedemonte Andino


– Amazónico
Primera
Parte El Piedemonte Andino – Amazónico

Fotografía: Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt / Rocío Polanco
Capítulo 1 Geografía del
Piedemonte Andino – Amazónico

Fotografía: WWF Colombia / Luis Germán Naranjo

Olga Lucía Hernández


Oficial de Programa, WWF Colombia
Actual Estudiante de Doctorado de la Universidad de Alicante, España

Luis Germán Naranjo


Coordinador Programa Andes del Norte
Las escarpadas montañas del sur occidente de Colombia enmarcan una vasta región
conocida como piedemonte Andino – Amazónico. Al norte de esta área de 15.800 Km2, el
flanco sur del Volcán Puracé y la zona de la cueva de los Guácharos forman la divisoria de
aguas de la vertiente amazónica con la hoya del río Magdalena, y el complejo volcánico
Doña Juana – Cascabel y la parte media del Nudo de los Pastos la separan de la cuenca del
Pacífico. Además de estas cumbres del macizo colombiano, la topografía del piedemonte
tiene otros accidentes de importancia, como la Serranía de los Churumbelos y el Cerro
Patascoy, los valles aluviales de los ríos Guamués, Fragua, Alto Orito y San Miguel y los
altiplanos del Valle de Sibundoy y el Páramo de Bordoncillo. Esta región ocupa parte de los
Departamentos del Cauca, Caquetá, Putumayo y Nariño, en jurisdicción de 22 municipios
(Mapa 1.1).

Mapa 1.1. Localización geográfica del piedemonte Andino – Amazónico de Colombia.

Debido al amplio rango de elevaciones del piedemonte, hay en la región un sinnúmero de


microclimas desde los páramos en donde la temperatura media es inferior a los 15˚C, hasta
la llanura amazónica cuyo promedio puede alcanzar temperaturas superiores a 30˚C. Esta
variación térmica, asociada a una elevada humedad relativa (oscila entre 70% y 85%), da
como resultado una alta evapotranspiración y la formación de densos bancos de neblina que,
al ser arrastrados hasta las altas cumbres del macizo colombiano y el nudo de los pastos,
generan lluvias más abundantes y constantes que en la llanura amazónica. Los páramos
reciben más de 2.000 milímetros de lluvia anual y los bosques montanos pueden recibir
hasta 4.500 milímetros en algunos lugares en años lluviosos (Cuesta et al. 2005).

2
Hidrografía

El piedemonte andino – amazónico es una importante estrella fluvial. En las montañas que
bordean la región nacen numerosos ríos de las hoyas hidrográficas del Caquetá y el
Putumayo, ambos pertenecientes a la gran cuenca del Amazonas. Entre los ríos principales
están el Fragua, Conejo, San Juan, Acae, Espinayaco, Estero, Mocoa, Orito, Rumiyaco, San
Juan y San Miguel y varios de estos ríos son fuentes de abastecimiento para acueductos
municipales y veredales. En la región hay también numerosos humedales de montaña, el
más importante de los cuales es la Laguna de la Cocha, fuente del río Guamués, declarada
como sitio de importancia internacional en el marco de la convención Ramsar1.

Cobertura vegetal y ecosistemas

El piedemonte forma parte de la Cordillera Real Oriental que bordea el oeste de la cuenca
amazónica de Colombia, Ecuador y el norte del Perú, a lo largo de aproximadamente
9.500.000 ha y abarca dos ecorregiones2 terrestres: los Páramos de los Andes del Norte y
los Bosques montanos de la Cordillera Real. La primera de estas ecorregiones es un
conjunto de áreas aisladas en las porciones más altas (generalmente por encima de 3.000 m
de elevación), de las cordilleras colombianas, ecuatorianas y las montañas del extremo norte
de Perú. Por estar inmersos en medio de una matriz de bosques y otros tipos de
ecosistemas, los Páramos de los Andes del Norte mantienen una diversidad reducida de
especies en comparación con los bosques montanos. Sin embargo, la insularidad de estos
ecosistemas hace que en ellos se presenten numerosos endemismos.

En cuanto a los Bosques Montanos de la Cordillera Real Oriental, abarcan las estribaciones
orientales del Macizo colombiano, la Cordillera Oriental del Ecuador y el primer tramo
cordillerano del norte del Perú, en la franja comprendida desde los 300-800 m de elevación
hasta los 3.200 - 3.500 m. Estos bosques húmedos montanos han sido considerados como
los ecosistemas con mayor riqueza de especies por unidad de área en todo el Complejo
Ecorregional de los Andes del Norte y además tienen la más alta tasa de recambio de
especies (diversidad ß) de los ecosistemas tropicales de montaña (Kattan et al. 2001).

La topografía compleja, el clima, la geología y la historia biogeográfica del piedemonte han


contribuido a configurar un mosaico de hábitats y comunidades biológicas restringidas a
superficies geográficas relativamente pequeñas (ver Capítulo 3). En la región los ecólogos
reconocen es el punto de confluencia de especies andinas, amazónicas y del Pacífico, lo cual
explica su extraordinaria diversidad biológica (ver Capítulo 4) y es justificación más que
suficiente para buscar la conservación de los grandes bloques de ecosistemas que aún
mantienen la mayor parte de sus atributos originales: según una reciente evaluación
ecorregional de la Cordillera Real Oriental (Cuesta et al. 2005), el piedemonte andino –
amazónico de Colombia cuenta con altos niveles de integridad y múltiples sitios importantes
para la conservación de la biodiversidad. (Figura 1.1).

1 La Convención de Ramsar, relativa a los Humedales de Importancia Internacional especialmente como Hábitats de Aves Acuáticas, fue firmado en la ciudad de
Ramsar, Irán, el 2 de febrero de 1971 y entró en vigor en 1975.
2 Unidad de clasificación ecológica relativamente grande que contiene un conjunto diferenciado de comunidades naturales que comparten muchas de sus especies y
condiciones ambientales y gran parte de sus dinámicas ecológicas (Dinerstein et al, 2000). Las ecorregiones agrupan ecosistemas naturales que están estrechamente
relacionados a nivel geográfico, físico y biológico y que por lo tanto han estado sujetos a procesos evolutivos similares (WWF 2001).

3
Figura 1.1. Integridad de ecosistemas y áreas prioritarias de conservación en la porción
colombiana de la Cordillera Real Oriental (modificado de Baquero et al. 2005)

Población

La región del piedemonte ha estado habitada desde hace casi 3.000 años y aunque en
décadas recientes grandes oleadas de colonos provenientes de distintas regiones del país
han llegado a estas montañas y hoy representan la mayoría de su población, la ocupación
indígena es aún considerable. La composición étnica de la población indígena es muy
variable, como resultado de la movilidad espacial, la migración y la colonización (ver Capítulo
2). Los pueblos ancestrales de la región son las etnias Cofán, Inga, Kamëntsá, Siona,
Koreguaje, Witoto y Muinane y los pueblos indígenas que han migrado a estas zonas son los
Nasa y Yanacona del Cauca, los Awa de Nariño y los Embera – Chamí del Valle del Cauca,
que hoy se encuentran desarrollando procesos de recomposición cultural y social.

Gran parte de la población en el piedemonte andino – amazónico es rural, aunque el número


de habitantes de los 20 centros urbanos concentra día a día una mayor proporción de la
población, especialmente el casco urbano de Mocoa y la vecina ciudad de Pasto en el
departamento de Nariño (ver Capítulo 6). Los municipios de Córdoba, Puerres, Potosí e
Ipiales en Nariño y San Sebastián, La Vega, Bolívar y Santa Rosa en el Cauca, hacia la
vertiente oriental, tienen muy pocos habitantes, al igual que el área incluida en los municipios
de Belén de los Andaquíes y San José del Fragua en el departamento del Caquetá.

Economía

La economía del piedemonte depende fundamentalmente de la producción agropecuaria.


Gracias a la presencia de distintos pisos térmicos, los productos varían de una región a otra.
Así por ejemplo, mientras en las zonas de clima templado a frío como en las inmediaciones
de la Laguna de la Cocha y en el valle del Sibundoy, predominan el cultivo de hortalizas y la

4
ganadería lechera, mientras que en los pisos cálidos sobresale el levante y ceba de vacunos
y el cultivo de plátano, yuca y caña panelera. En todo el piedemonte la explotación forestal
ofrece gran variedad de maderas, plantas medicinales, oleaginosas, fibrosas y resinosas y
aún persisten muchos usos tradicionales de la flora y la fauna local (ver Capítulo 5).

La explotación de hidrocarburos ocupa un lugar importante en los ingresos de la región. La


mayoría de los bloques concesionados (43%) están dentro de la cuenca del río Putumayo en
los municipios de Orito, Villagarzón, Puerto Caicedo y Valle del Guamués y en menor medida
(15%) en la cuenca del río Caquetá en el Putumayo y el municipio de Santa Rosa en el
Departamento del Cauca. La producción de hidrocarburos de la región es transportada a
través del oleoducto transandino hasta el puerto de Tumaco sobre el océano Pacífico.

A partir de la década de 1990, la expansión de los cultivos de uso ilícito empezó a tomar
fuerza en el piedemonte andino – amazónico, lo cual produjo alteraciones sustanciales de la
dinámica económica de la región, con consecuencias sociales y ambientales incalculables
(ver Capítulo 7).

Vías de acceso

Comparado con otras regiones del país, el piedemonte andino – amazónico ha permanecido
relativamente aislado desde el punto de vista de las vías de comunicación, lo cual se debe en
gran parte a su baja accesibilidad (ver Capítulo 6). En la actualidad hay dos conjuntos de
vías terrestres principales de acceso a la zona. Las carreteras conectadas con la troncal del
Magdalena a lo largo de la ruta Neiva – Pitalito – Mocoa, comunican la región con el
piedemonte amazónico ecuatoriano a través del Puente Internacional de San Miguel. En
segundo lugar, están las vías que comunican a Mocoa y Puerto Asís con los municipios del
Valle del Sibundoy (Santiago, Colón, Sibundoy y San Francisco) y con la carretera
transversal del Pacífico entre el puerto de Tumaco y la ciudad de Pasto. Además hay vías
secundarias y terciarias que comunican a los otros municipios de la vertiente andino –
amazónica como Santa Rosa, Orito y San Miguel y comunicación acuática a lo largo de los
grandes ríos de la región, especialmente el Putumayo, que conecta los centros poblados del
piedemonte con el resto de la amazonia colombiana y poblaciones vecinas de Ecuador y
Perú.

Áreas de conservación
El piedemonte andino – amazónico es una de las regiones de Colombia con mayor integridad
ecológica (ver Capítulo 6). Alrededor del 85% de los ecosistemas en la Cuenca alta del río
Putumayo y el 90% de los de la cuenca alta del Río Caquetá se mantienen intactos y en esta
última cuenca, la vegetación entre 300 y 4.100 m de elevación, está prácticamente
ininterrumpida. Sin embargo, hasta finales del siglo XX, solamente existían en dos áreas con
algún nivel de protección: el Santuario de La Corota y la Reserva Forestal Protectora de la
Cuenca del Río San Juan, denominada por las comunidades indígenas Nukanchipa Alpa
Amukunapa Wasi (territorio indígena – lugar de los dioses). Sin embargo, en años recientes,
el trabajo mancomunado de las autoridades ambientales, las autoridades indígenas,
organizaciones no gubernamentales y otros actores de la sociedad civil, han abordado la
protección creciente de los extraordinarios ecosistemas de la región de diversas formas.
En mayo de 2000, el Ministerio del Medio Ambiente declaró La Cocha como Sitio Ramsar,
trabajando en colaboración con las comunidades locales, la Asociación para el Desarrollo

5
Campesino (ADC) y WWF Colombia. La creación de la Reserva Nacional Natural Alto Fragua
Indi Wasi en 2002 fue igualmente el resultado de acciones colectivas en las que participaron
la Asociación de Cabildos Inganos Tandachiridu Inganokuna, la ONG Norteamericana
Amazon Conservation Team y la Unidad de Parques Nacionales Naturales.

Otras áreas de conservación de relevancia dentro de la vertiente andino amazónica son el


corredor Biológico PNN Puracé – PNN Cueva de los Guacharos, un Área Natural Protectora
en el Cerro de Patascoy, el Páramo de Bordoncillo y la Reserva Forestal Protectora de la
Cuenca Alta del Río Mocoa. Por otra parte dos grandes áreas, actualmente en proceso de
designación dentro del sistema nacional de áreas protegidas, son sin duda los más
importantes bloques de ecosistemas para la conservación del patrimonio biológico y cultural
del piedemonte: Las vastas selvas de montaña de la Serranía de los Churumbelos, ofrecen
una oportunidad para proteger áreas sensibles a los efectos de la explotación petrolera y
consolidar el trabajo mancomunado entre comunidades indígenas, autoridades ambientales y
organizaciones no gubernamentales iniciado con la creación del Parque Nacional Natural
Alto Fragua - Indi Wasi en la región del Alto Caquetá. Adicionalmente, el complejo volcánico
Doña Juana - Cascabel, al occidente del piedemonte, es una de las áreas con mayor
integridad de su cobertura vegetal original y por lo tanto ofrece grandes posibilidades para
conservar atributos singulares de la región y especies amenazadas como el oso andino y la
danta de montaña.
Al igual que en otras regiones del país, los pueblos indígenas del piedemonte están
orientando el manejo y gestión de sus resguardos a través de planes de vida construidos de
manera participativa y utilizados como base para el mantenimiento de sus territorios (ver
Capítulo 10), la conservación y recuperación de su cultura y para el mejoramiento de las
capacidades locales en temas tales como educación, salud, gestión del territorio, soberanía
alimentaria y conservación de la biodiversidad (ver Capítulos 12 y 13). Así por ejemplo, los
indígenas Cofán están gestionando activamente mecanismos que integran la conservación y
la defensa de sus territorios y formas de vida, tales como el proceso de declaratoria, dentro
del Sistema Nacional de Áreas Protegidas, de un santuario que permita la conservación de
plantas medicinales y mágico-religiosas de gran significación para este pueblo.
En diferentes sectores del piedemonte, comunidades campesinas no indígenas también
participan en procesos colectivos encaminados a buscar soluciones pacíficas a los conflictos
socio-ambientales de sus territorios, a mejorar la sostenibilidad económica, social y ambiental
de sus sistemas de producción y a desarrollar los saberes locales acerca del manejo
adecuado de los recursos naturales (ver Capítulos 15 y 16). Gracias a estas iniciativas, ha
sido posible el desarrollo de acciones de conservación de gran trascendencia, como la red de
reservas campesinas de La Cocha liderada por la Asociación para el Desarrollo Campesino,
la participación de la Asociación de Mujeres de la Bota Caucana en el ordenamiento
ambiental de su territorio y el diseño de una estrategia de conservación para el valle del
Sibundoy por parte del nodo Quindicocha de la Asociación Red Colombiana de Reservas
Naturales de la Sociedad Civil.

6
Capítulo 2 Historia y poblamiento del
Piedemonte Andino – Amazónico

Fotografía: WWF Colombia / Luz Eliana Bossa

Carlos Salazar
Centro de Cooperación al Indígena (CECOIN)
La historia de los procesos de ocupación del piedemonte es muy antigua, pues
la región ha estado habitada por lo menos desde hace 2800 años. Los hallazgos
de herramientas de piedra, objetos cerámicos y terrazas antropogénicas, indican
una ocupación continua verdaderamente milenaria. Aunque aun no puede
hablarse con certeza sobre la existencia de sociedades complejas y fuertemente
jerarquizadas como los cacicazgos o los estados andinos, los grupos
amazónicos consolidaron en la región sistemas de organización social muy
elaborados, complejos lingüísticos y sistemas económicos que hoy en día se
revelan como estructuras de alta eficacia social y ambiental1.

El piedemonte andino – amazónico de Colombia ha sido por siglos un sitio de


encuentro de sabedores y autoridades indígenas amazónicas y andinas, en
donde se comparten sus conocimientos sobre la naturaleza y el manejo del
mundo. Sobre esta tierra evolucionaron civilizaciones diferentes a las de los
Andes, pues no generaron acumulación ni desarrollos urbanísticos porque su
patrón de desarrollo tuvo lugar a partir de estrategias comunes que permitieran
vivir en la selva con formas de ocupación dispersas a lo largo de este enorme
territorio.

Según los trabajos arqueológicos y etno-históricos en la zona de Orito y Valle del


Guamués, se evidencia la existencia de una frontera fluida entre la región
amazónica y la cordillera de los Andes, a través de la cual se presentaron
permanentes intercambios tecnológicos, lingüísticos y culturales posibilitando un
tejido social con múltiples aportes de todos los grupos de la macro región en
especial el oriente del Ecuador, el altiplano nariñense, la región de San Agustín y
la región Amazónica. La ubicación geográfica de los asentamientos
prehispánicos obedecía más a un flujo de relación de dependencia y adaptación
armónica a las condiciones materiales de la naturaleza que a las exigencias de
sistemas sociales.2

Los pueblos indígenas del piedemonte y la conquista española

El poco conocimiento que se tiene del proceso de ocupación del Piedemonte es


a partir de los diferentes contactos que se fueron dando a través del proceso de
exploración e intervención de esta Región. Según Deler3 el primer momento de
contacto de los pueblos de esta región con la cultura occidental tuvo lugar a
mediados del siglo XVI, época en donde se dio una intensa intervención de
estos territorios con el objeto de extraer oro. A partir de esta presencia inicial de
los españoles, se establecieron múltiples gobernaciones como forma de control
de estos territorios, quedando sus pobladores, en su mayoría indígenas, bajo las
órdenes de las gobernaciones de Moca, Pasto y Popayán, con administraciones
ejercidas bajo la línea eclesiástica. Sin embargo esta estrategia como medio de

1 Convenio de Asociación No. 100 Ministerio del Medio Ambiente – ASOCARs. Construcción de Visón Regional para el Desarrollo Sostenible del
Piedemonte
2 Consultoría Manantial 2000, PBOT Municipio de Orito, Dimensión Social
3 Deler, Jean Paul. 1987. Atlas Cultural de la Amazonia Colombiana. La Construcción del Territorio en el Siglo XX.

8
apropiación, control e incorporación a la economía colonial por parte de los
españoles no dio resultado.

La zona del Alto Sibundoy fue un espacio de movilidad y supervivencia del


pueblo indígena Inga proveniente de la civilización Inca del Perú y del pueblo
Kamëntsá, cuyo origen se sitúa en las Islas Polinesias4. Con la entrada de los
conquistadores Ampudia y Añasco al Valle de Sibundoy hacia el año de 1535,
estos grupos indígenas fueron reducidos en Encomiendas y entregados en
servidumbre a los españoles.

En la parte baja del piedemonte, en la denominada provincia de Sucumbíos,


asentamiento que se consideraba importante para la extracción de oro y que
dependía de la Gobernación de Popayán, los indígenas también fueron
repartidos a través de la figura de la Encomienda. Los procesos como la
catequesis y el aprovechamiento del oro implementados por las gobernaciones,
incidieron en la movilización y ordenamiento espacial de los grupos indígenas
que allí habitaban, lo cual redujo en gran medida los territorios tradicionalmente
ocupados por los indígenas o los grupos de montaña como los llamaban y la
desaparición de una proporción importante de los pobladores nativos. Se cree
que estos grupos indígenas fueron los Cofanes, establecidos al pie de la
montaña, los Quillacingas y Sucumbios que ocuparon una zona de transición y
establecieron el puente entre los grupos de montaña y los grupos internados en
las selva como los Sionas que se fueron “movilizando” por las vegas del río
Putumayo.

En este mismo siglo se produjeron amplias discusiones en el gobierno español,


acerca de la denominación jurídica de los indígenas, en las cuales se analizaba
la conveniencia relativa de tratarlos como salvajes o como verdaderos vasallos
del Rey, en cuyo caso debían pagar tributos coloniales. Dado el patrón de
asentamiento disperso de las comunidades indígenas en este territorio, se
facultó a la corona Española a establecer el tipo de propiedad de la tierra que
poseían los indígenas y se decidió concentrarlos en los llamados repartimientos
y posteriormente en los resguardos coloniales como forma de poder ejercer un
mayor control ideológico, político y económico sobre ellos.

Los resguardos fueron establecidos a partir del año 1561, como territorio de
propiedad colectiva de la respectiva comunidad indígena y por lo tanto sin
posibilidades de venta ni comercialización de la tierra. Desde su creación, la
organización interna del resguardo es establecida por el correspondiente cabildo
indígena y a cada miembro de la comunidad se le permite utilizar la tierra, pero
solo como usuario de la misma, si bien este derecho es de por vida5. En la zona

4 Esquema de Ordenamiento Territorial del Municipio de Sibundoy.


5 Eduardo Ariza, María Clemencia Ramírez y Leonor Vega. Colonización en el Putumayo. Atlas Cultural de Colombia. ICANH.

9
del Sibundoy la organización de los resguardos comienza a partir del año de
1700 promovidos por el legendario Cacique Carlos Tamabioy; este sistema
permitió a los indígenas de esta zona trabajar la tierra en forma comunitaria.

Las misiones y la génesis de resistencia indígena

Una segunda etapa en el proceso de intervención del Piedemonte Amazónico se


dio desde finales del siglo XVI hasta principios del siglo XVIII, con la entrada de
las misiones católicas que se asentaron en el Alto Putumayo e irradiaron su
labor desde allí a la llanura Amazónica. Sin duda, los misioneros fueron actores
que tuvieron un papel protagónico en la construcción de los actuales espacios
regionales.

El Estado siempre delegó la administración y control de estas zonas a la iglesia


católica. De allí que se fueron celebrando a partir de 1887 sucesivos
concordatos suscritos con la Santa Sede y el Estado Colombiano aumentando el
poder de la iglesia sobre estos territorios. Igualmente se les dio el poder para
ejercer su administración sobre los territorios indígenas, considerados en ese
entonces zonas baldías. En cumplimiento a esta disposición los primeros
acuerdos firmados fueron los del Valle del Sibundoy y disposición de las tierras
en donde se encontraban asentados los indígenas Ingas y Kamëtsá. Las
principales misiones que existieron en la Amazonía con influencia en el
Putumayo fueron las de los franciscanos y los capuchinos. Según diversos
relatos, los franciscanos tenían como misión “convertir almas, transformar la vida
de los indígenas e incorporar su mano de obra al mercado de trabajo”. Esto trajo
la introducción de nuevas enfermedades fatales, diversas formas de
servidumbre, dependencia indígena de mercancías, desequilibrios Inter-étnicos6.

A finales del período colonial durante el Siglo XVIII, se dio un abandono


progresivo de estos territorios por parte de las autoridades de Quito, Pasto y
Popayán. A principios del siglo XIX los capuchinos ingresaron a estos territorios
constituyendo la mayor parte de los asentamientos y poblados de la vertiente
andino - amazónica a excepción de Mocoa, que es uno de los asentamientos
más viejos de la Amazonia Colombiana, Villagarzón conformado por un militar
en retiro y Puerto Guzmán por un educador vallecaucano. La llegada de los
Capuchinos al Valle del Sibundoy marcó una nueva etapa en el proceso de
ocupación de la vertiente andino - amazónica. Los misioneros iniciaron la
“evangelización” a costa del cuidado de los territorios de los indígenas y de su
legado cultural. A partir de este momento, los indígenas han desarrollado
movimientos de resistencia en un intento de mantener su cultura y los principios
de Unidad, Tierra y Autonomía.

6 Roberto Franco. Amazonia Colombiana Diversidad y Conflicto. CONIA-CEGA-COLCIENCIAS

10
La explotación del caucho y el exterminio de los pueblos indígenas

En términos de impacto social y territorial, es claro que la explotación del


caucho, que tuvo lugar entre 1875 y 1932, fue el proceso más agresivo que vivió
el Putumayo, por el alto precio que tuvieron que pagar las comunidades
indígenas: se calcula que más de 40.000 indígenas fueron exterminados en solo
10 años de este proceso. En 1987, el antropólogo Gerardo Reichel-Dolmatoff
señaló que “la población indígena Witoto a principios del siglo superaban los
100.000 habitantes; hoy son menos de 9.000”.

Pero además de la muerte de miles de indígenas, la época de explotación del


caucho generó una nueva distribución territorial de los pueblos indígenas
enfrentándolos a un debilitamiento cultural y étnico. Aunque los pueblos del alto
y medio Putumayo no fueron muy afectados por los caucheros, los efectos sobre
sus territorios si fueron evidentes, en la medida que se abrió una nueva
posibilidad de colonizar tierras por parte de campesinos del interior.

La carretera Mocoa – Puerto Asís y la colonización

A causa del conflicto con el Perú en 1936, se aceleró la construcción de la vía


Pasto – Mocoa – Puerto Asís, para el desplazamiento de tropas y material de
guerra. Con esta vía, que se terminó de construir en 1957, los misioneros
capuchinos abrieron la posibilidad de un gran frente de colonización, el cual se
inició con campesinos provenientes especialmente de Nariño. Los flujos
migratorios se distribuyeron inicialmente siguiendo la ruta trazada por la
incipiente carretera y se asentaron principalmente en la zona del Alto Putumayo,
Mocoa, Puerto Caicedo y Puerto Asís. Al mismo tiempo se inició el
desplazamiento de los indígenas de sus tierras, unos por la fuerza y otros por
intercambio, atraídos por materiales y elementos que los colonos les ofrecían,
quedándose con las tierras más pobres y menos aptas para la agricultura.

En 1946 muchos indígenas de las zonas andinas, especialmente de Nariño,


tuvieron que migrar hacia las selvas del Putumayo, debido a la pérdida de sus
territorios a raíz del Decreto Ley 1940, que disolvía los resguardos en Nariño.
Los indígenas aprovecharon la vía Pasto – Mocoa – Puerto Asís
estableciéndose y continuando el poblamiento de las regiones de Mocoa,
Villagarzón y Puerto Umbría. Los indígenas Inganos fueron los más afectados en
este período, cuando se replegaron hacia Condagua, Yunguillo y Descanse, en
donde había población Inga ya asentada y hacia Puerto Limón siguiendo el
curso del Río Caquetá. Igualmente con la oleada de colonos a los diferentes
zonas del Piedemonte, los indígenas Sionas se dispersaron y establecieron en la
desembocadura de la quebrada Orito-Pungo y los Cofanes se replegaron hacia
las zonas del valle del Guamués y San Miguel de Sucumbíos.

11
Hacia finales de la década de 1950, el Estado comenzó la promoción para la
colonización de estas tierras, con los “campesinos sin tierra”, dada su
concepción de estos territorios como baldíos (incluidas las tierras de los
indígenas) y apoyado en la Ley 45 de 1870. Se inició así la entrega de estas
tierras con sus respectivos títulos de propiedad a los colonos y empresarios que
llegaron a esta región. Este proceso obligó a las comunidades indígenas allí
asentadas a reducirse en pequeñas áreas y a redefinir su espacio territorial.

Al tiempo que pueblos indígenas tradicionales perdían su tierra y se veían


sometidos a procesos de desestructuración de sus culturas, segmentos de otros
grupos étnicos desplazados por diversos procesos tales como la violencia, las
políticas de desarrollo regional y las dinámicas internas de poblamiento propias
de dichos grupos iniciaron su ocupación de distintos segmentos del piedemonte.
Familias Embera provenientes del Valle del Cauca, emberas del Chocó
localizados en Orito y en el valle del Guamués, los Paeces del Cauca que
migraron hacia regiones selváticas apartadas y se asentaron durante los últimos
decenios en esta región, Pastos, Quillacingas y Awa de Nariño dispersos por
todo el Putumayo como unidades familiares o pequeños grupos,7 han
encontrado lugares promisorios para re-estructurar sus culturas y sobrevivir
como pueblos.

Por otro lado, de los 12 pueblos indígenas que habitan el Putumayo, dos
migraron del Ecuador. Unos 1.500 Awa migraron de esta zona limítrofe y se
asentaron en Villagarzón, Orito y la Hormiga y unos 300 Quichuas nativos de la
región del Napo están establecidos en el Valle del Guamués.

Situación actual de los territorios indígenas

Una de las características principales de la población indígena en la región


andino amazónica, es la variabilidad de su composición étnica, dadas las
condiciones de movilidad espacial, migración y colonización (CECOIN 2005). Se
diferencian dos categorías para la definición de la población indígena: los
pueblos ancestrales de la región – etnias Cofán, Inga, Kamëntsá, Siona,
Koreguaje, Witoto y Muinane – y los pueblos indígenas que han migrado a estas
zonas como los Nasa y Yanacona del Cauca, Awa de Nariño y Embera – Chamí
del Valle del Cauca, que hoy se encuentran desarrollando procesos de
recomposición cultural y social. Hoy existen en el Departamento del Putumayo
aproximadamente 34.000 indígenas pertenecientes a 12 pueblos, que
representan cerca del 10% de la población total en el Putumayo (Tabla 2.1).

7 Eduardo Ariza, María Clemencia Ramírez y Leonor Vega. Colonización en el Putumayo. Atlas Cultural de Colombia. ICANH

12
Tabla 2.1. Distribución poblacional por etnia según la Organización Zonal
Indígena del Putumayo (2004).

Proporción de la población
Etnia Población
indígena del piedemonte
Inga 12.245 27.7%
Kamëntsá 8.345 19.0%
Nasa 5.805 13.0%
Awa 4.018 11.0%
Witoto - Muruy 2.556 5.8%
Pastos 2.408 5.4%
Kichwa 2.036 4.6%
Yanacona 1.720 3.9%
Siona 1.667 3.8%
Embera 1.296 2.9%
Cofán 1.227 2.8%
Koreguaje 56 0.1%
TOTAL 44.229 100%

En 1999 los Inga tenían una población aproximada de 13.316 personas y en


2003, este número ascendía a 16.096 personas asentadas en los municipios de
Mocoa, Puerto Leguízamo, Villagarzón, Puerto Asís, Puerto Caicedo y Puerto
Guzmán. En la misma fecha Los Kamëntsá, ubicados en el Valle del Sibundoy y
Mocoa, tenían una población aproximada de 6.353 personas, la cual descendió
a 4.527 en el 2003.

Los Cofán habitan cerca a la frontera colombo - ecuatoriana, en las riberas de


los ríos San Miguel, Aguarico y Guamués y en los municipios de Orito y Puerto
Leguizamo. En 1999 su población ascendía a 1.023 personas y en el 2003 a
1.157. Los Siona contaban con una población cercana a las 445 personas en
1999 y en 2003 se registraron 656 habitantes asentados principalmente en los
municipios de Puerto Asís y Puerto Leguízamo.

13
Capítulo 3 Biomas y ecosistemas

Fotografía: WWF Colombia / Luis Germán Naranjo

Olga Lucía Hernández


Oficial de Programa WWF Colombia
Actual estudiante de doctorado de la Universidad de Alicante, España
El piedemonte andino – amazónico forma parte de la gran ecorregión de los Bosques
Montanos de la Cordillera Real Oriental, que se extiende desde la divisoria de aguas
con la cuenca del río Magdalena al norte, hasta la depresión de Huancabamba en el
norte de Perú, cubriendo una extensión de 9.356.700 (WWF 2001).

La porción colombiana de la Cordillera Real cubre un gradiente de elevación


considerable, pues se extiende desde la llanura amazónica a 300 m de elevación, hasta
las divisorias de aguas con la cuenca del Pacífico y del río Magdalena en el llamado
Macizo Colombiano. Por esta razón, si bien el piedemonte andino – amazónico está
cubierto en su mayor parte por selvas de montaña, contiene además una cadena de
páramos en sus partes más altas, los cuales pertenecen, según la clasificación de
WWF, a la ecorregión Páramos de la Cordillera Central.

En este capítulo, se examina la distribución de biomas1 y ecosistemas del piedemonte


amazónico de Colombia, con base en un modelo de análisis geográfico a partir de una
variedad de datos abióticos y bióticos. En estos análisis, se partió de la definición
espacial de ecosistemas como ocurrencias de ensamblajes de tipos de vegetación que
comparten un sustrato, un proceso ecológico o un gradiente común, que tienen límites
graduales (sean estos naturales o arbitrarios) a través de los cuales se produce la
entrada y salida de materia y energía y cuyo tamaño está determinado por el grado de
complejidad de los componentes que los integran (Josse et al. 2003).

Métodos

Para la elaboración del modelo geográfico empleado se utilizaron cinco tipos de


información: cobertura vegetal, elevación, bioclima (ombrotipos), geoforma y geología,
que al combinarse producen un mapa del piedemonte con identificadores únicos para
cada tipo de ecosistemas. Estos códigos fueron homologados con aquellos utilizados
por el Instituto de Investigación en Recursos Biológicos Alexander von Humboldt en el
desarrollo del mapa de ecosistemas de los Andes (Rodríguez et al. 2004).

Utilizando imágenes de satélite se obtuvo la cobertura vegetal actual del piedemonte


(Mapa 3.1), de acuerdo con las siguientes convenciones:

• Bosque: Comunidad vegetal dominada por especies de árboles, generalmente con


alturas > 6 m, con dosel más o menos continuo. Como categoría adicional se separó
el bosque altoandino, que presenta respuestas espectrales muy particulares. Esta
clase se separó según la altura y densidad de acuerdo con los rangos establecidos
por UNESCO (1973). Los bosques de la zona andina presentan árboles de menor
tamaño que los bosques de zonas bajas y amazónicas (Brown & Kappelle 2001). La
densidad para el área de estudio es >70%.

1 En ecología, un bioma es un grupo de comunidades vegetales y animales distintivas, adaptadas al ambiente físico natural, la latitud, altitud y condiciones del
terreno de una región particular. Un bioma está constituido por comunidades en equilibrio dinámico y por todos los tipos de suelos, flora y fauna asociados,
sean estos de tipo transicional, perturbado, o degradado, aunque por lo general se identifican a partir de la vegetación clímax original.

15
• Páramo: Comunidad vegetal dominada por herbáceas de tipo graminoide, que
alternan con arbustos y formas arborescentes arrosetados llamados frailejones.
Ocupa las altas montañas de la región andina en cotas superiores a 3.200 m. Sin
embargo, en el piedemonte amazónico de Colombia hay páramos azonales que se
encuentran aproximadamente a los 2.800 m, estos son fácilmente identificados por
la respuesta espectral de las imágenes de satélite.
• Cultivos y rastrojos altos
• Pastos y rastrojos bajos
• Áreas de vegetación escasa

Además, en la elaboración del modelo se identificaron las coberturas hídricas (lagos y


lagunas) y los centros poblados existentes.

Valor
Descripción
usado
Pastos y pastos y
1 cultivos
2 Bosque
Cultivos y rastrojos
3 altos
4 Bosque altoandino
Área de vegetación
5 Secundaria
6 Páramo
7 Centros poblados
8 Cuerpo de Agua
9 Páramo Azonal

Mapa 3.1. Cobertura vegetal


en 2002

Haciendo una revisión de los polígonos de intervención antropogénica sobre


la cobertura de vegetación actual, se llenaron los vacíos existentes en el
mapa con información de vegetación potencial (Mapa 3.2).

16
Una tercera capa en el modelo corresponde a los pisos bioclimáticos. Según la
metodología utilizada por el IAvH (Rodríguez et al. 2004) se definen cinco niveles
altitudinales en el modelo de elevación digital para la Cordillera Oriental, los cuales
permiten separar 4 pisos bioclimáticos (Mapa 3.3).

Adicionalmente, se desarrolló un modelo de cinturones bioclimáticos con datos


ombrotérmicos, según la metodología de Rivas-Martínez (2004). Los valores
ombrotípicos expresan los cocientes entre las precipitaciones medias en milímetros y la
sumatoria en grados centígrados de aquellos meses cuya temperatura media es
superior a cero grados centígrados. Este índice ombrotérmico anual (Io) permite
delimitar los tipos y los horizontes ombrotérmicos en todos los macrobioclimas de la
tierra lo cual brinda más detalle que cuando solo utilizan información sobre bioclima.
Usando el sistema de clasificación de bioclima mundial se usaron los cinturones
bioclimáticos u ombrotipos (Mapa 3.4) tomados de la página web
www.globalbioclimatics.org

Valor usado Descripción

1 Páramo
2 Páramo azonal
3 Bosque altoandino
4 Bosque
5 Cuerpo de Agua

Mapa 3.2. Cobertura vegetal


potencial

17
Valor Rango
Descripción
usado altitudinal
1 < 1000 m. Basal
2 1000 – 2000
m. subandino
3 2000 – 3300
m. andino
4 > 3300 m. páramo

Mapa 3.3. Pisos bioclimáticos

Según el modelo generado a escala 1:500.000 con la información disponible del CIAT,
en esta área del país están presentes los cinturones ultrahiperhúmedo, hiperhúmedo y
húmedo, que según la nomenclatura utilizada por el Humboldt corresponden a pluvial,
muy húmedo y húmedo, respectivamente. Dado que esta capa de información no
discrimina mayormente distintos sectores del área de estudio, este insumo no se
incluye en el modelo de ecosistemas aunque se mantiene en la base de datos como
guía. Por último, se incluyeron en el modelo las coberturas de paisajes (tomados como
geoformas e identificados con la colaboración de la Universidad de Caldas; Mapa 3.4) y
biomas (siguiendo la clasificación propuesta por Rodríguez et al. 2004).

Utilizando las herramientas de ArcView para manejo de grillas, se combinaron las


coberturas arriba descritas (Figura 3.1) para generar el modelo de ecosistemas actuales
y potenciales. Aunque no fue incluido el de provincias de humedad por no tener la
calidad y la escala adecuada, se mantuvo la columna dentro de la cobertura para
referencia. Para la combinación de pisos bioclimáticos, vegetación actual o potencial y
provincias de humedad se utilizó el comando “combine” de arcview para manejo de
grillas y se tuvo como referencia la pendiente. La información de biomas no se combinó,
pero se anexó a la estructura del modelo de ecosistemas como un atributo adicional. La
información preliminar obtenida con estos insumos, fue incorporada en la cobertura de
ecosistemas (Tabla 3.1).

18
Mapa 3.4. Geoformas del piedemonte andino – amazónico

Figura 3.1. Insumos para elaboración de Ecosistemas actuales y potenciales

19
Tabla 3.1. Información incorporada al modelo de ecosistemas

Información incorporada Descriptores


Tipo de Bioma Zonobioma Húmedo Tropical (ZHT)
Orobioma del Zonobioma Húmedo Tropical
Orobioma azonal del Zonobioma Húmedo Tropical
Bioma ZHT piedemonte Narino - Putumayo
ZHT piedemonte amazonico
Orobioma nival
Orobioma de páramo cordillera Central
Orobioma de páramo Nariño - Putumayo
Orobioma altoandino cordillera Central
Orobioma altoandino cordillera Oriental
Orobioma altoandino Nariño - Putumayo
Orobioma andino cordillera Central
Orobioma andino cordillera Oriental
Orobioma andino Nariño - Putumayo
Orobioma subandino cordillera Central
Orobioma subandino cordillera Oriental
Orobioma subandino Narino - Putumayo
Orobioma azonal de páramo Nariño - Putumayo
Cobertura vegetal Nieve
páramo
páramo azonal
Bosque
Bosque altoandino
Cuerpo de agua
Áreas con presencia de pastos y cultivos
Áreas con presencia de cultivos y vegetación secundaria
Agroecosistemas de cultivos mixtos
Fertilidad Alta
Alta a moderada
Moderada a alta
Moderada
Moderada a baja
Baja a moderada
Baja
Baja a muy baja
Muy baja a baja
Muy baja
Profundidad Profundo
Profundo a muy superficial
Profundo a muy profundo
Profundo a superficial
Moderadamente profundo
Moderadamente profundo a profundos
Muy profundo a profundo
Muy profundo a moderadamente profundo
Muy profundo a muy superficial
Muy superficial a superficial
Muy superficial
Muy superficial a profundos
Muy superficial a moderadamente profundo
Superficial
Superficial a moderadamente profundo
Superficial a muy profundo
Superficial a muy superficial
Superficial a profundo

20
Humedad Ultrahiperhúmedo
Hiperhúmedo
Húmedo
Subhúmedo
Piso bioclimático Altoandino
Andino
Subandino
Basal
Cobertura vegetal 2002 Área de vegetación Secundaria
Bosque
Bosque altoandino
Centros poblados
Cuerpo de Agua
Cultivos y rastrojos altos
Páramo
Páramo Azonal
Pastos y pastos y cultivos

Cobertura vegetal potencial Páramo Azonal


Páramo
Bosque altoandino
Bosque
Cuerpo de Agua

Resultados

Siguiendo la clasificación del Instituto de Investigación en Recursos Biológicos


Alexander von Humboldt, se reconocen en la vertiente andino – amazónica colombiana
tres tipos generales de biomas (Mapa 3.5): el orobioma2 del zonobioma3 húmedo
tropical (862.213 ha), el orobioma azonal del zonobioma húmedo tropical (3.354 ha) y el
zonobioma húmedo tropical propiamente dicho (598.008 ha), los cuales se subdividen
en 15 orobiomas diferentes, que se relacionan a continuación y cuyas coberturas
actuales y grado de intervención antropogénica se presentan en la Tabla 3.3.

El orobioma del zonobioma húmedo tropical, agrupa once biomas distribuidos en dos de
páramo, tres altoandinos, tres andinos, y tres subandinos. Los orobiomas de páramo
corresponden a zonas con vegetación arborescente, arbustiva o herbácea desarrollada
en tierras de piso oligotérmico, por encima del nivel del bosque altoandino y por debajo
de las nieves perpetuas. Son predominantes las gramíneas y leñosas de porte bajo.
Puede considerarse dividido en tres sectores: subpáramo, con vegetación leñosa y
arborescente en el límite del bosque; páramo propiamente dicho y páramo alto o
superpáramo, con escasa cobertura vegetal sobre afloramientos rocosos subnivales. En
el área de estudio 81% está en Nariño – Putumayo, sin contar los paramos que están
descritos en orobiomas azonales.

2 Un orobioma se define como una zona climatológico-ecológica en las montañas, que se reconocen por la zonificación vertical del clima y por cinturones
altitudinales de vegetación.
3 Zona climatológico-ecológica. Existen a escala global nueve zonobiomas que van desde el ecuatorial con un clima diurno húmedo, hasta el del ártico, con un
clima polar.

21
Mapa 3.5. Biomas del piedemonte andino – amazónico.

Debido a las variaciones orográficas y climáticas locales, no existe consenso entre los
autores acerca de los límites altitudinales de los orobiomas andinos y altoandinos,
comúnmente conocidos como bosques nublados o de niebla (Rodríguez 2004). En
Colombia, estos orobiomas se encuentran en la cordillera Central, la cordillera Oriental
y las montañas de Nariño – Putumayo. En este caso en particular, separamos los
orobiomas altoandinos como una categoría adicional ya que el bosque altoandino
presenta una respuesta espectral particular. Los orobiomas altoandinos son los menos
intervenidos en toda la región del piedemonte.

22
Tabla 3.3. Extensión actual (ha) de los biomas y de su transformación en el piedemonte
andino – amazónico colombiano.

No. Área %
Ecosistemas actual intervención
Orobioma del Zonobioma Húmedo Tropical
Orobioma de paramo Nariño -
Putumayo 1 28.364 5.20
Orobioma de paramo cordillera
Central 4 3.354 0.71
Orobioma altoandino cordillera
Central 2 30.836 0.36
Orobioma altoandino cordillera
Oriental 2 285 -
Orobioma altoandino Nariño -
Putumayo 9 149.460 0.16
Orobioma andino cordillera Oriental 3 28.131 1.60
Orobioma andino cordillera Central 4 50.117 12.86
Orobioma andino Nariño -
Putumayo 11 147.076 14.06
Orobioma subandino cordillera
Central 3 43.766 7.65
Orobioma subandino cordillera
Oriental 3 139.053 2.31
Orobioma subandino Nariño -
Putumayo 4 178.591 8.44
Orobioma azonal del Zonobioma Húmedo Tropical
Orobioma azonal de páramo Nariño
- Putumayo 3 6.747 8.41
Zonobioma Húmedo Tropical (ZHT)
ZHT piedemonte amazonico 2 118.686 14.72
ZHT piedemonte Nariño -
Putumayo 4 314.225 29.97
General (cuerpos de agua) 4.414 -

El orobioma subandino ocupa en Colombia la franja altitudinal entre 1.100 y 2.100 m de


elevación en la cordillera Central, la cordillera Oriental y en las montañas de Nariño –
Putumayo. El orobioma se caracteriza por tener un clima isomesotérmico con nieblas
frecuentes que elevan la humedad ambiental y por lo tanto tiene una vegetación
arbórea higrofítica y subhigrofítica densa.

En cuanto al orobioma azonal del zonobioma húmedo tropical, no hay ejemplos para la
región del piedemonte andino – amazónico en la clasificación de orobiomas azonales
colombianos hecha por Rodríguez et al. (2004), seguramente por razones de escala.
Sin embargo, el orobioma tiene una extensión de 7.367 ha en las montañas de Nariño –

23
Putumayo y está representado por tres ecosistemas, el más representativo de los
cuales es el páramo azonal en piedemonte hidrovolcánico.

Por otra parte, hay un ecosistema azonal alrededor de la Laguna de la Cocha y en los
valles aluviales de los ríos Guamués y Estero a una altura de 2.700 m de elevación,
cuya fisionomía es característica de páramo húmedo. Estos páramos azonales están
dominados por especies de plantas como Espeletia sp., Calamagrostis cf. bogotensis,
Chusquea tesellata, Blechnum auratum y Weinmannnia cf. cochensis.

El Zonobioma Húmedo Tropical (ZHT) ocupa la mayor extensión del territorio


continental colombiano (Rodríguez et al. 2004), pues se extiende por debajo de 1.100 m
de elevación en la cordillera Occidental sobre la costa del océano Pacífico, de los valles
de los ríos Magdalena y Cauca, de la vertiente oriental de la cordillera Occidental,
ambas vertientes de la Central y la vertiente occidental de la Oriental, de la serranía de
la Macarena y de las faldas orientales de la cordillera Oriental (piedemonte amazónico y
orinocense). Estos bosques húmedos tropicales de la zona climática intertropical se
presentan en áreas con pocas variaciones estacionales en temperatura, dos
temporadas de alta precipitación y elevada humedad relativa (Etter 1998 citado por
Chaves y Arango 1997). En el piedemonte andino – amazónico, este zonobioma agrupa
dos biomas: el del piedemonte amazónico propiamente dicho y el del piedemonte
Nariño – Putumayo. Estos dos biomas son los más intervenidos de la región, con 14 y
30% de modificación antropogénica respectivamente.

En el año 2002, aproximadamente 85% del piedemonte andino – amazónico de


Colombia estaba cubierto por 29 ecosistemas naturales (Mapa 3.6), los más
representativos de los cuales corresponden a los orobiomas andinos, subandinos y de
piedemonte de Nariño – Putumayo. De los 28.364 ha de ecosistemas remanentes en el
orobioma del zonobioma húmedo tropical, los páramos en montaña fluvio gravitacional
son los que cuentan con mayor extensión. El orobioma altoandino más diverso en el
piedemonte andino – amazónico es el de Nariño – Putumayo, con nueve ecosistemas,
el más extenso de los cuales es el bosque bajo denso en montaña fluvio gravitacional
(112.979 ha).

Los ecosistemas remanentes en los orobiomas andinos de Nariño – Putumayo y de la


cordillera Central y Oriental están dominados por los bosques medios densos en
montaña fluvio gravitacional, que presentan intervención moderada (14% del total del
área). Los orobiomas subandinos en Nariño – Putumayo están dominados por dos
ecosistemas: los bosques altos densos en lomerío fluvio gravitacional (91.199 ha) y los
bosques altos densos en montaña fluvio gravitacional (84.273 ha). En conjunto, estos
ecosistemas presentan una intervención menor al 10%.

En el piedemonte andino – amazónico, el zonobioma húmedo tropical contiene cuatro


ecosistemas, los más extensos de los cuales son los bosques altos densos en montaña
fluvio gravitacional (118.506 ha) y el piedemonte coluvio aluvial (202.846 ha). La mayor
parte de los ecosistemas transformados se encuentran en las partes basales de este
zonobioma, dominado por cultivos, pasturas y vegetación secundaria.

24
Mapa 3.6. Modelo de ecosistemas del piedemonte andino – amazónico.

25
La abundancia de sistemas hídricos, la variedad climática y la diversidad de
ecosistemas del piedemonte andino – amazónico son responsables por el
mantenimiento de la mayor diversidad de especies de plantas y animales de
todo el complejo ecorregional de los Andes del Norte. Sin lugar a dudas, la
génesis de esta riqueza biológica se debe a la confluencia, en los bosques
andinos y subandinos de esta región, de elementos de la biota amazónica,
andina y pacífica: Hernández et al. (1992) reconocen para la región del
piedemonte seis distritos de la provincial biogeográfica norandina, (selvas
nubladas orientales Caquetá – Cauca – Putumayo – Nariño, bosques
subandinos orientales Cauca – Huila, selva andina Huila – Caquetá, bosques
andinos Nariño oriental y páramos Nariño – Putumayo páramos Cauca – Valle –
Huila – Tolima).

Aunque la extraordinaria diversidad de especies del piedemonte ha sido


reconocida ampliamente y los sistemas de conocimiento tradicional de los
diferentes pueblos indígenas presentes en la región dan cuenta de la existencia
e importancia de innumerables formas de vida, la sistematización de esta
información es incipiente y la información disponible en colecciones y
publicaciones científicas está supremamente dispersa y con frecuencia es de
difícil acceso. Con el propósito de contribuir a la selección de objetos de

27
conservación para esta región (ver Capítulo 11), en este capítulo presentamos el
resultado de una recopilación de información secundaria sobre algunos grupos
selectos de plantas y animales.

Métodos

La mayor parte de la información recopilada fue obtenida a partir de compendios


taxonómicos para regiones más amplias. Así por ejemplo, las listas base de
anfibios, aves y mamíferos fueron elaboradas a partir de Hilty & Brown (1986),
Alberico et al. (1995) y Acosta-Galvis (2), respectivamente. No obstante, para
algunos grupos (especialmente orquídeas, mariposas, anfibios, aves y
mamíferos), se revisaron publicaciones especializadas e informes inéditos que
dan cuenta de algunos registros específicamente anotados para el piedemonte.
Los listados de especies con algunos atributos de distribución (geográfica,
altitudinal y/o ecológica), categorías de amenaza y fuentes de información se
incluyen en este disco compacto en forma de hoja electrónica de datos de
Microsoft Excel.

Resultados y discusión

Plantas

Desde las primeras expediciones etnobotánicas llevadas a cabo por pioneros de


esta disciplina como Richard Evans Schultes, el piedemonte andino – amazónico
ha sido reconocido como una de las regiones del mundo con mayor riqueza de
plantas medicinales y mágico-religiosas (al respecto, ver Davis 1996). La
multiplicidad de microclimas de la región y la singularidad de su historia
biogeográfica hacen de esta región uno de los sitios con mayor diversidad de
especies de plantas en toda la cuenca amazónica.

Pese a esta riqueza florística, no existe un compendio de información que se


refiera de manera específica a la región del piedemonte y la obtención de
registros es supremamente dispendiosa. Teniendo en cuenta esta limitación,
durante la preparación de este trabajo recogimos registros probables y
confirmados de tres grupos de plantas (Tabla 4.1), que ilustran la riqueza de la
flora del piedemonte.

Así por ejemplo, de una lista de 39 especies de orquídeas identificadas para la


región del Sibundoy por Constantino (E. Constantino, com. Pers.), 38% son
endémicas y 3 especies adicionales son apenas conocidas de esta región y de
algunas localidades en Ecuador. Infortunadamente, el número de especies de
orquídeas en alguna categoría de amenaza es casi tan alto como el de
endemismos. En la misma lista consultada, 11 especies están críticamente
amenazadas, siete amenazadas y 4 son vulnerables.

28
Tabla 4.1. Diversidad y endemismo de algunos grupos de plantas del piedemonte
andino – amazónico.

Géneros Especies Endemismos


Orchidaceae 11 39 15
Ericaceae 20 142 3
Arecaeae
Calamoideae 3 3
Ceroxyloideae 2 6
Arecoideae 8 15
Cocoeae 10 40
Phytelephantoideae 1 1
Totales 55 246 18

Mariposas diurnas

Al igual que para la mayoría de grupos de invertebrados del piedemonte, la


información disponible sobre el orden Lepidoptera es escasa, fragmentada y de
difícil acceso. No obstante, los listados que recopilamos sugieren que la región
es bastante importante para este grupo de animales (Tabla 4.2). Por ejemplo,
casi la mitad de las especies de la familia Nymphalidae conocidas para la región
son endémicas de la misma, situación que probablemente se repita para muchos
otros grupos de insectos dada la riqueza de plantas hospederas, la diversidad de
microclimas y la presencia de importantes barreras de dispersión que favorecen
altos índices de especiación.

Tabla 4.2. Diversidad y endemismo de mariposas diurnas del piedemonte andino –


amazónico.

Géneros Especies Endemismos


Nymphalidae 23 36 15
Papilionidae 4 6 3
Pieridae 1 1 1
Riodinidae 1 2 -
Totales 29 45 19

Peces

La recopilación de especies conocidas para las dos cuencas hidrográficas


principales del piedemonte (Tabla 4.3) revela un número considerable de
especies. El número de taxones registrados para el Putumayo (104 especies)
fue muy similar al del Caquetá (93), pero la singularidad de cada cuenca es
considerable ya que apenas 29 especies son comunes a los dos drenajes. Como
era de esperarse para una región que bordea la gran cuenca del Amazonas, los
grupos predominantes fueron las familias de los órdenes Characiformes y
Siluriformes.

29
Tabla 4.3. Diversidad de peces del piedemonte andino – amazónico.

Riqueza (Número)
Orden Familias Géneros Especies
Characiformes 13 48 72
Siluriformes 9 39 57
Perciformes 3 14 19
Gymnotiformes 3 6 9
Cyprinodontiformes 1 1 3
Osteoglossiformes 1 2 2
Myliobatiformes 1 1 1
Clupeiformes 1 1 1
Beloniformes 1 1 1
Synbranchiformes 1 1 1
Pleuronectiformes 1 1 1
Totales 35 115 167

Anfibios y Reptiles

Aunque la información herpetológica recopilada es de nuevo incompleta (deja


por fuera las familias del orden Sauria), el número de especies cuya distribución
alcanza los ecosistemas del piedemonte andino – amazónico es bastante
notable (Tabla 4.4), especialmente en lo que respecta a las ranas (orden Anura)
y las serpientes (Orden Serpentes), tres de las cuales son de distribución
restringida a la región amazónica.

Por otra parte, tres de las especies de anfibios registradas para esta área se
encuentran bajo alguna categoría de amenaza (Rueda-Almonacid et al. 2004): el
sapito arlequín de Nariño (Atelopus ignescens) en estado crítico, la rana
marsupial de la Cocha (Gastrotheca espeletia) está amenazada y la rana
venenosa de Inger (Epipedobates ingeri) se considera vulnerable. De igual

30
forma, dos de las nueve especies de tortugas que se conocen para la región, la
Charapa (Podocnemis expansa) y el Morrocoy (Geochelone denticulata), se
encuentran registradas como especies en peligro en el libro rojo de los reptiles
de Colombia (Castaño-Mora 2002).

Tabla 4.4. Diversidad, endemismo y estado de conservación de anfibios y reptiles del


piedemonte andino – amazónico.

Riqueza (Número) Amenaza


Orden Familias Géneros Especies Endémicas CR EN NT VU
Anura 7 25 101 1 1 1
Gymnophiona 1 3 3
Total anfibios 8 28 104
Crocodylia 1 1 2
Serpentes 8 50 78 3
Testudines 3 6 9 2
Total reptiles 12 57 83
Totales 20 85 187 3 1 1 0 3

Aves

De acuerdo con la guía de aves de Colombia de Hilty & Brown (1986), 952
especies pueden encontrarse en la región del piedemonte, las cuales equivalen,
aproximadamente, al 51% de las aves que han sido registradas hasta el
momento en el país. Como era de esperarse, más de la mitad de las especies
que probablemente se encuentran en el piedemonte andino – amazónico
pertenecen al orden Passeriformes (Tabla 4.), pero también hay números
importantes de Colibríes, aves rapaces diurnas, tucanes, pájaros carpinteros,
loros y aves playeras.

Aunque es posible que un estudio detallado de la avifauna de esta región revele


la presencia de un mayor número de especies de distribución restringida, los
listados preliminares revelan la presencia de cuatro especies endémicas (la
perdiz Odontophorus hyperythrus, el colibrí Heliangelus suzii, el hormiguero
Grallaria rufocinerea y el turpial candela Hypopyrrhus pyrohypogaster) y ocho
especies casi endémicas entre las cuales se destaca el loro orejiamarillo
Ognorhynchus icterotis.

A pesar de los altos niveles de integridad ecosistémica de los ecosistemas de la


región (ver Capítulo 6), 37 de las aves de distribución probable en la misma se
encuentran amenazadas en algún grado (Renjifo et al. 2002). Desde este punto
de vista, el piedemonte andino – amazónico podría ser una región
particularmente importante para la conservación de estas aves, especialmente
las que se encuentran críticamente amenazadas (el pato negro Netta
erythrophthalma, Crax globulosa, Ognorhynchus icterotis) y las amenazadas (el
tinamú negro Tinamus osgoodi, el zambullidor plateado Podiceps occipitalis, el

31
pato brasileño Sarkidiornis melanotos, la zarceta colorada Anas cyanoptera, el
pato pico de oro Anas georgica, el pato andino Oxyura (jamaicensis) ferruginea,
el cóndor de los Andes Vultur gryphus, y el águila solitaria Harpyhaliaetus
solitarius).

Tabla 4.5. Diversidad, endemismo y estado de conservación de las aves del


piedemonte andino – amazónico.

Riqueza (Número) Endemismo1 Amenaza2


Orden Familias Especies 1 2 CR EN NT VU
Passeriformes 23 536 1 4 2 5 3
Apodiformes 2 75 1 3 3
Falconiformes 4 65 3 3
Piciformes 5 56 2
Psittaciformes 1 31 1 1 1 3
Charadriiformes 6 27
Caprimulgiformes 3 18
Ciconiiformes 3 18
Columbiformes 1 17
Strigiformes 2 17 1
Galliformes 2 16 1 1 2
Gruiformes 5 16
Anseriformes 2 13 1 4
Cuculiformes 2 12
Tinamiformes 1 11 1
Trogoniformes 1 10
Coraciiformes 2 9
Podicipediformes 1 3 1
Pelecaniformes 2 2
Totales 68 952 3 8 3 12 13 9
1
Endémica de Colombia = 1; Casi endémica (Colombia y un país vecino) = 2
2
CR = críticamente amenazada, EN = amenazada, NT = casi amenazada y VU = vulnerable.

Mamíferos

El número estimado de especies de mamíferos de la vertiente andino –


amazónica demuestra una vez más la importancia de esta región como centro
de diversidad biológica (Tabla 4.6). Los principales grupos responsables por esta
diversidad son, en orden descendente, los murciélagos, roedores, carnívoros,
primates y marsupiales.

Aunque solamente se registra una especie endémica de mamíferos en el


piedemonte, el roedor Zygodontomys brunneus, la presencia de 24 especies de
carnívoros y 18 de primates es particularmente notable, pues confirma la
funcionalidad ecológica de los ecosistemas de la región. Por otra parte, un
número sustancial de estos animales (aproximadamente el 10% del total) se
encuentra amenazado y esto convierte a las selvas de montaña al sur del

32
macizo colombiano en áreas prioritarias para su conservación. En las zonas
bajas del piedemonte sobreviven todavía poblaciones de la danta Tapirus
terrestris considerada en estado crítico de conservación y el armadillo gigante
Priodontes maximus y el manatí Trichechus inunguis, catalogadas como
amenazadas. Los bosques montanos y páramos del piedemonte son las
mayores áreas de hábitat ininterrumpido para la danta de montaña Tapirus
pinchaque, también amenazada, y para el oso andino Tremarctus ornatus,
considerado vulnerable (Rodríguez et al. 2003).

Tabla 4.6. Diversidad, endemismo y estado de conservación de los mamíferos del


piedemonte andino – amazónico.

Riqueza (Número) Endemismo Amenaza


Orden Familias Especies 1 2 CR EN NT VU
Chiroptera 7 116 2
Rodentia 9 55 1 2 1
Carnivora 5 24 3 6
Primates 2 (4) 18 1 5
Didelphimorphia 1 16
Artiodactyla 2 7
Cingulata 1 4
Cetacea 2 2
Perissodactyla 1 2 1 1
Insectivora 1 1
Lagomorpha 1 1
Paucituberculata 1 1
Phyllophaga 1 1
Sirenia 1 1 1
Vermilingua 1 1 1
Totales 34 250 1 0 1 2 8 13

33
Gracias a la extensa cobertura de ecosistemas naturales y a la presencia continua
durante siglos de diversos pueblos indígenas, todavía existen en el piedemonte andino
– amazónico innumerables y complejas formas de relación entre los pobladores de la
región y distintos elementos de la biodiversidad. Por esta razón, pretender hacer una
caracterización detallada de las diversas formas de uso de la biodiversidad en el
piedemonte es una tarea que rebasa los alcances de este capítulo, en el que se
presenta un vistazo general sobre las principales prácticas de aprovechamiento
tradicional de especies de fauna y flora en la región, con base en la información
recopilada entre 2004 y 2005 en distintas localidades del piedemonte andino –
amazónico.

La recopilación de la información se hizo mediante visitas de observación, reuniones de


trabajo y entrevistas con actores locales, cabildos indígenas, Gobernadores,
organizaciones (Tabla 5.1) y líderes locales en Chachagüí y Pasto (Nariño), el alto
Putumayo (La Cocha, Valle de Sibundoy) y el bajo Putumayo (Mocoa, Pepino y Centro
Experimental Amazónico).

Tabla 5.1. Organizaciones consultadas para la recopilación de información sobre uso de


la biodiversidad en el piedemonte andino – amazónico.

Organización Contacto Ámbito


Alcaldía de Puerres, Nariño Esther Julia Pasichamá Puerres
F. Tierra Verde Carlos A. Torres Pasto
Asoyarcocha Jaime Castro Pasto
La Cocha
As. para el Desarrollo Campesino ADC Omar Suárez Pasto
Anamaría Fuentes La Cocha
Alcaldía de Potosí, Nariño Alba Lucía Mejía Potosí
Secretaría de Medio Ambiente
Alcaldía de Pasto, Nariño Rolando Arcos Pasto
Secretaría de Medio Ambiente La Cocha
GAICA Grupo para la conservación e Lizeth Rosero Pasto
investigación de las aves Robert Rodríguez La Cocha (Ramsar)
UAESPNN Nancy López de Viles Pasto
SF Isla La Corota Luis Javier Muñoz La Cocha
CORPONARIÑO Judith Martínez La Cocha
Zonas de Influencia
Gobernación de Nariño Yohanna Muñoz Zonas de Influencia
Cabildo Camentsá de Sibundoy Gobernador Valle del Sibundoy
José Narciso Jamioy Sibundoy
Cabildo Inga de Colón Gobernador Valle del Sibundoy
Serafín Jajoy Colón
Cabildo Inga de San Pedro Gobernador Valle del Sibundoy
José Joaquín Jasoy San Pedro
Fundación Opción Putumayo Javier Burbano Valle del Sibundoy
Carlos Chingal Sibundoy
Camilo Barrera
Tania Villareal
Escuela Ambiental Panamazonia Juan Silvestre Pineda Valle del Sibundoy
Jony Santacruz Colón
Ramón Tangarife

35
Camilo Otaya Valle del Sibundoy
CORPOAMAZONIA Jairo Cárdenas Piedemonte
Mauricio Valencia Amazonia
UMATA-San Francisco José Vicente Moreno Valle del Sibundoy
Francisco Magual San Francisco
Red Regional de Reservas Naturales Javier Burbano
de la Sociedad Civil Camilo Barrera
Nodo Quindicocha Tania Villareal Valle del Sibundoy
Proyecto Conservación de Frutas Nativas /
FPAA Paulo Rivera Valle del Sibundoy
Colón
Centro Experimental Amazónico Marta Bravo Piedemonte
CORPOAMAZONIA Ricardo A. Ordóñez Putumayo y Mocoa
Felipe Arteaga
Fundación Zio’Ai Piedemonte
Adriana Alzate Putumayo
Asociación de Cabildos Indígenas del Camilo Hernández Piedemonte
Pueblo Awá del Putumayo Asesor cuencas San Juan, Bides
y Conejo
Putumayo
Organización Zonal Indígena del Miguel Ángel Millán Piedemonte
Putumayo Putumayo
Resguardo Inga de Mocoa Miguel Ángel Quinchoa Piedemonte
Putumayo
OPKAC Sandro Figueroa Pianda Piedemonte
Puerto Leguízamo
Parques Nacionales Ilvia Niño Serranía de los
Churumbelos
Diócesis de Mocoa-Sibundoy Maria Cristina Muñoz Putumayo

Durante las reuniones y entrevistas, la indagación sobre uso de la biodiversidad estuvo


enfocada en las especies utilizadas regularmente, el tipo de uso dado a cada una, los
sistemas productivos compatibles con objetivos de conservación y las especies que
requieren mayor atención desde el punto de vista de la conservación. En total, se
encontró evidencia de uso de 243 especies de plantas de 85 familias botánicas y 105
especies animales (52 mamíferos de 24 familias, 48 aves de 16 familias y 5 reptiles de
2 familias). El listado completo de estas especies, con sus respectivos usos,
comunidades que las utilizan y ámbitos geográficos, se presenta al final de este
capítulo.

Aunque en las dos grandes regiones consideradas el uso de flora y fauna silvestre está
bastante extendido, abarca mayor diversidad en el alto Putumayo que en el bajo
Putumayo (82 especies de plantas vs. 162 y 37 especies animales vs. 125). De igual
forma, el contraste entre los tipos de uso de plantas y animales es bastante marcado.
Por una parte, los usos identificados de especies de plantas se agrupan en 10
categorías, mientras que los usos de animales fueron solamente cinco (Figuras 5.1 y
5.2). En segundo lugar, las categorías de uso dominantes son marcadamente diferentes
para plantas y animales. Mientras que la mayor parte de los usos identificados para las
primeras fue medicinal (49.7%), el mayor uso encontrado para especies animales fue
alimenticio (58.5%).

36
140
Alto Putumayo
120 Bajo Putumayo
Total
100

No. de especies
80

60

40

20

0
ón
lim nal

o
le

te
as

ía
l

o
n

ta
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A

Figura 5.1. Principales usos de plantas silvestres en el piedemonte amazónico.

100
Alto Putumayo
90
Bajo Putumayo
80 Total

70
No. de especies

60

50

40

30

20

10

0
Alimentación Mascota Medicinal Múltiple Ornamentos

Figura 5.2. Principales usos de animales silvestres en el piedemonte amazónico.

La caracterización general de usos principales de la biodiversidad en cada región


considerada, se resume a continuación.

37
Laguna de La Cocha - Alto Guamués

En esta región es tradicional la extracción selectiva de maderas finas para proveer a la


comunidad de recursos necesarios para la construcción de viviendas, muebles y
embarcaciones y como combustible. Por el tamaño reducido de la población, estas
actividades no tienen un impacto negativo significativo sobre las comunidades
vegetales y gracias a ello se han logrado mantener extensos parches de vegetación
natural entresacada. Infortunadamente, desde hace varias décadas la extracción
selectiva se ha incrementado de forma preocupante para la producción de carbón con
fines de mercado, siendo esta en la actualidad una de las mayores causas de deterioro
de los ecosistemas en la región.

La recolección de frutas silvestres para la fabricación de mermeladas, dulces y venta en


fresco se adelanta con especies bastante comunes en la región, aprovechando las
cosechas silvestres, especialmente de agraz (Vaccinium floribundum), motilón
(Hieronyma colombiana), chaquilulos (Thibaudia floribunda y Semiramisia pulcherrima)
y moras (Rubus spp.). La recolección del sarro, material de origen vegetal (helechos
arborescentes, Dicksonia sp.) empleado como sustrato para la siembra de helechos,
orquídeas y otras epífitas y para la elaboración de materas y soportes para plantas
ornamentales, es una práctica común. En la región los helechos arborescentes son muy
abundantes pero no se ha estimado el impacto de su extracción, el cual puede ser muy
alto, si se tiene en cuenta que muchos kilómetros de caminos veredales sobre terrenos
pantanosos se han construido con troncos de estos helechos.

La recolección de juncos y eneas (Juncos sp., Scirpus sp.) para la elaboración de


enjalmas, metates y otros artículos de uso diario es una práctica importante en la región
de La Cocha y en el valle del Estero.

Además de los huertos caseros, la provisión de alimentos en la región depende en


parte de la recolección de algunos recursos de origen vegetal, especialmente en
épocas de escasez: es el caso de la majua (Tropaeolum sp.), la Huasimba (Tigridia sp.)
y varios hongos. De igual forma, aunque la mayoría de plantas utilizadas en la medicina
del hogar provienen del huerto, son plantadas y en la mayoría de los casos de origen
exótico, algunas personas, en especial los taitas curanderos Inga, recogen plantas del
páramo y la montaña como la shishaja y el borrachero, con fines curativos o mágico-
religiosos.

La mayor parte de la cacería en la región es de subsistencia e incluye la extracción


selectiva de algunas especies de mamíferos y aves. Esta actividad de caza se
concentra en la región en especies de buen tamaño como las pavas (Familia Cracidae)
y algunas especies de menor talla como palomas, gallinetas de monte y patos
(Columbidae, Tinamidae y Anatidae, respectivamente). La cacería de subsistencia de
algunas especies, por más bajo que sea su nivel, está impactando negativamente a las
poblaciones de estas. Es el caso de la danta de montaña (Tapirus pinchaque), los
venados (Odocoileus virginianus, Mazama rufina, Pudu mephistophiles), el oso de
anteojos (Tremarctos ornatus) y probablemente el mono churuco de montaña (Lagothrix
lagothricha lugens).

38
Valle de Sibundoy

Al igual que en la Cocha, se presenta la extracción selectiva de maderas finas para uso
local para leña y para la construcción de viviendas y muebles principalmente. Por otra
parte, hay en la región extracción intensiva de maderas para leña con el fin de quemar
roca caliza para fabricar cal y para producción de carbón vegetal. Esta práctica está
causando daños serios en los ecosistemas del valle y regiones adyacentes.

La recolección de hojas de palma (Prestoea acuminata) para techos de viviendas y


tallos de esta especie de chontilla para soportes, columnas y vigas de las edificaciones,
es una práctica tradicional del pueblo Camentsá que empieza a caer en desuso en el
Sibundoy. La especie se encuentra actualmente recluida a una pequeña parcela en
medio del valle, siendo su escasez motivo de altos precios y dificultad en la adquisición.

La recolección de plantas con fines mágicos / medicinales es una de las prácticas


tradicionales más características de este valle, en donde los taitas curanderos Inga han
sido reconocidos por su vasto conocimiento de la flora regional. Por otra parte, las
comunidades del valle del Sibundoy también practican la recolección de semillas y
maderas especiales para la fabricación de artesanías para los carnavales, lo cual se ha
convertido en una oportunidad de comercialización por fuera del ámbito local.

En cuanto a la recolección de frutas silvestres para la fabricación de mermeladas,


dulces y venta en fresco y otros recursos alimenticios de origen vegetal en épocas de
escasez y la cacería de subsistencia descritas para la Cocha, son también prácticas
comunes de uso de la biodiversidad en el Sibundoy.

Bajo Putumayo

Aunque la presencia de la cultura occidental en esta porción del piedemonte ha influido


en alto grado sobre la pérdida de usos tradicionales de la biodiversidad por las
comunidades indígenas locales, aún se utilizan muchos recursos de origen silvestre de
manera sostenible.

Una práctica sobresaliente en la región es la recolección de plantas con fines mágicos /


medicinales, llevada a cabo principalmente por los taitas curanderos Cofán y Siona.
Entre las muchas plantas utilizadas, sobresalen el yagé (Banisteriopsis caapi), planta
sagrada por excelencia en el piedemonte andino – amazónico y el yoco (Paullinia yoco),
bejuco silvestre utilizado como tónico y estimulante para el desayuno Cofán. Según los
indígenas de la zona, esta última planta se encuentra muy afectada por la tala y la
sobre-explotación, por lo cual actualmente se adelantan acciones para declarar una
reserva-parque oficial para proteger las poblaciones de esta especie.

La fabricación de venenos o curares para cacería a partir de plantas silvestres


(especialmente Strychnos amazonica, Strychnos brachiata, Strychnos erichsonii,
Strychnos guianensis y Strychnos toxifera) y de barbascos para la pesca (Caryocar
glabrum) es una práctica tradicional del pueblo Cofán, por la cual es ampliamente
reconocido por los demás grupos étnicos del Piedemonte.

39
Otras formas de aprovechamiento de la flora silvestre en el bajo Putumayo son la
extracción selectiva de maderas finas para uso local como combustible y en la
construcción de viviendas, muebles y embarcaciones, la recolección de frutas silvestres
para la alimentación y elaboración de jugos y dulces (palmas como canangucha,
milpesos, donpedrito, algunos caimos, sapotes, bacuri y otras) y la recolección de
semillas y maderas especiales para la fabricación de artesanías.

La cacería de subsistencia se practica ampliamente en el bajo Putumayo e incluye


numerosas especies de aves y mamíferos. Por la fragmentación y pérdida progresiva
de los ecosistemas en la región, esta actividad afecta negativamente a algunas de
estas especies de caza, como es el caso de las dantas, los venados, el oso de anteojos
y muy probablemente los monos churuco y araña (Lagothrix y Ateles). Además de
suplementar la alimentación de las comunidades locales, la cacería de aves para la
obtención de plumas es una práctica importante. Las plumas de muchas aves vistosas,
como tucanes, cotingas y tángaras (familias Ramphastidae, Cotingidae y Thraupidae,
respectivamente), son utilizadas por los artesanos Siona y Cofán, para la elaboración
de artesanías como collares y aretes que originalmente eran parte del atuendo de los
taitas y que hoy se venden como artesanías.

Los ríos y lagunas del Bajo Putumayo son (o han sido) ricos en peces aptos para la
alimentación humana, en especial especies de las familias Characidae (sábalos,
sabaletas) y Siluridae (bagres, barbudos). Sin embargo, la intensa actividad de cultivos
de narcóticos y de las medidas para su control pueden haber impactado negativamente
estos recursos.

40
Especies de flora utilizadas en el piedemonte andino – amazónico
Clase Familia Género Especie Nombres Uso Partes Región Comunidad
Pteridophyta Lycopodiaceae Lycopodium funiforme Cola de caballo, caballochupa Medicinal Planta Bajo Putumayo Siona,
<Inga> Cofán, Inga
Filicopsida Blechnaceae Blechnum loxense Helecho Construcción Tallo Alto Putumayo, Quillacinga,
La Cocha Inga
Cyatheaceae Cyathea spp. Helecho, Palma boba Construcción Tallo Alto Putumayo, Quillacinga,
La Cocha Inga
Dicksoniaceae Dicksonia sellowiana Helecho cuy Construcción Tallo Alto Putumayo, Quillacinga,
La Cocha Inga
Pteridaceae Jamesonia sp. Helecho, Bong-goo Medicinal Planta Alto Putumayo, Quillacinga,
<Camentsá> La Cocha Inga
Vittariaceae Polytaenium guianense Calaguala, Yamichiu<Cofán> Medicinal Planta Bajo Putumayo Siona,
Cofán, Inga
Gymnospermae Podocarpaceae Podocarpus oleifolius Pino colombiano Construcción Madera Alto Putumayo, Quillacinga,
La Cocha Inga
Zamiaceae Zamia sp. Palma helecho, Zamia Ornamental Planta Bajo Putumayo
Angiospermae Acanthaceae Fittonia albivenis Nená-koo-roo <Cofán> Medicinal Planta Bajo Putumayo Siona,
Cofán, Inga
Dicot. Fittonia argyroneura Miná-koo-roo <Cofán> Medicinal Planta Bajo Putumayo Siona,
Cofán, Inga
Justicia ideogenes Mee-reká se-pa <Cofán> Medicinal Planta Bajo Putumayo Siona,
Cofán, Inga
Actinidiacea Saurauia pruinosa Moquillo Alimentación Fruto Alto Putumayo Inga,
Camentsá
Saurauia aromatica Moquillo Medicinal Hojas Bajo Putumayo Inga
Saurauia brachybotris Moquillo, yu-nush <Camentsá> Medicinal Hojas Alto Putumayo Inga,
Camentsá
Amaranthaceae Alternanthera lehmanii Chichaborrachera Medicinal Planta Bajo Putumayo
Anacardiaceae Spondias mobin Jobo, Hobo Alimentación Fruto Bajo Putumayo

41
Continuación
Clase Familia Género Especie Nombres Uso Partes Región Comunidad
Annonacea Annona spp. Anones silvestres Alimentación Fruto Bajo Putumayo
Unonopsis veneficiorum Itesi-fandi <Cofán> Veneno flechas Bajo Putumayo Cofán
Anaxagorea sp. Ko-yo-vi-fanti <Cofán> Veneno flechas Bajo Putumayo Cofán

Apocynaceae Tabernaemontana sananho Sanango, Bai-su- Medicinal Latex Bajo Putumayo Siona, Cofán,
u<Siona> Inga
Tabernaemontana tetrastachya Sanango, Sati-cu<Siona> Alimentación Fruto Bajo Putumayo Siona, Cofán,
Inga
Couma macrocarpa Juansoco Alimentación Fruto, Latex Bajo Putumayo Siona, Cofán,
Inga
Couma utilis Juansoco, Pendare Alimentación Fruto, Latex Bajo Putumayo Siona, Cofán,
Inga
Aquifoliaceae Ilex guayusa Guayusa Estimulante Hojas, Tallo Bajo Putumayo Siona, Cofán,
Inga
Ilex uniflora Tinto Estimulante Hojas, Tallo Alto Putumayo
Araliaceae Oreopanax bogotensis Pumamaque Artesanías Madera Alto Putumayo, Inga, Camentsá
La Cocha
Asclepiadaceae Asclepias curassavica Lechosa Medicinal Latex Bajo Putumayo Siona, Cofán,
Inga
Metelea palustris Cosmético Latex Bajo Putumayo Siona, Cofán,
Inga
Asteraceae Espeletia schultesiana Frailejón Medicinal Planta Alto Putumayo, Quillacinga, Inga,
La Cocha Camentsá
Clibadium asperum Guaco, Sën-am-ba Veneno Planta Bajo Putumayo Siona, Cofán,
<Cofán> Inga
Neurolaena lobata O-sisé <Cofán> Medicinal Planta Bajo Putumayo Siona, Cofán,
Inga
Bignoniaceae Arrabidaea chica Koo-ri <Siona> Medicinal Planta Bajo Putumayo Siona, Cofán,
Inga
Bixaceae Bixa orellana Achote, Bija Alimentación Semillas Bajo Putumayo Siona, Cofán,
Inga
Bombacaceae Quararibea putumayensis Kunkun-niai <Cofán> Veneno Fruto Bajo Putumayo Siona, Cofán,
Inga
Quararibea cordata Sapote Alimentación Fruto Bajo Putumayo Siona, Cofán,
Inga

42
Continuación
Clase Familia Género Especie Nombres Uso Partes Región Comunidad
Boraginaceae Tournefortia fuliginosa Nagûin, Mote Varios Corteza, Alto Putumayo Inga, Camentsá
hojas
Brunelliacae Brunellia sibundoya Tsubojush <Camentsá> Medicinal Alto Putumayo Inga, Camentsá
Brunellia putumayensis Cancho Construcción Madera Alto Putumayo Inga, Camentsá
Cactaceae Sanpedro Medicinal Tallo Alto Putumayo Inga, Camentsá
Campanulaceae Centropogon ferrugineum Medicinal Hojas, Tallo Alto Putumayo Inga, Camentsá
Centropogon solanifolius Aidi-shi <Cofán> Medicinal Hojas, Tallo Bajo Putumayo Siona, Cofán,
Inga
Caprifoliaceae Viburnum pichinchense Pelotillo Medicinal Hojas, Tallo Alto Putumayo Inga, Camentsá
Caricaceae Carica pubescens Chilacuán Alimentación Fruto Alto Putumayo Inga, Camentsá
Caryocaraceae Caryocar glabrum Barbasco, Tua-uo<Siona> Veneno Hojas, Tallo Bajo Putumayo Siona, Cofán,
Inga
Celastraceae Maytenus laevis Chuchuguaza, Medicinal Tallo Bajo Putumayo Siona, Cofán,
Chuchuhuasca <Inga> Inga
Chloranthaceae Hedyosmum racemosum Sacha-limón <Inga> Medicinal Fruto Bajo Putumayo Siona, Cofán,
Inga
Hedyosmum toxicum Granicillo pequeño Medicinal Fruto La Cocha Quillacinga, Inga,
Camentsá
Hedyosmum translucidum Granicillo grande Medicinal Fruto Alto Putumayo, Quillacinga, Inga,
La Cocha Camentsá
Chenopodiaceae Chenopodium ambrosioides Paico Medicinal Hojas, Tallo Bajo Putumayo Siona, Cofán,
Inga
Clusiaceae Clusia sp. Mate, Ímpamo Varios Alto Putumayo Inga, Camentsá
Clusia multiflora Mate Construcción Madera Alto Putumayo, Quillacinga, Inga,
La Cocha Camentsá
Cunoniaceae Weinmannia elliptica Encino Construcción Madera Alto Putumayo Inga, Camentsá
Weinmannia multijuga Encino Construcción Madera Alto Putumayo Inga, Camentsá

43
Continuación
Clase Familia Género Especie Nombres Uso Partes Región Comunidad
Weinmannia rollotii var. Encino Construcción Madera Alto Putumayo Inga, Camentsá
subvelutina
Weinmannia trianae Encino Construcción Madera Alto Putumayo Inga, Camentsá
Weinmannia balbisiana var. Encino Construcción, Madera Alto Putumayo Inga, Camentsá
lamprophylla Medicinal
Weinmannia balbisiana var. Encino; Batets <Cametsá> Construcción, Madera Alto Putumayo Inga, Camentsá
laurina Medicinal
Weinmannia cochensis Encino de páramo Medicinal La Cocha Quillacinga, Inga,
Camentsá
Cucurbitaceae Cayaponia ruizii Saura-Kitsa <Cofán> Medicinal Tallo Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Desfontainiaceae Desfontainia spinosa Espino, Borrachero de Medicinal Flores Alto Putumayo, La Quillacinga, Inga,
páramo Cocha Camentsá
Ericaceae Cavendishia tubiflora Chaquilulo quereme Alimentación Fruto Alto Putumayo Quillacinga, Inga,
Camentsá
Disterigma alaternoides Pipisique de páramo Alimentación Fruto Alto Putumayo, La Quillacinga, Inga,
Cocha Camentsá
Gaultheria strigosa Shishaja, Che-ssaj Medicinal Planta Alto Putumayo Inga, Camentsá
<Camentsá>
Pernettya prostrata Moridera Veneno Fruto Alto Putumayo Inga, Camentsá
Semiramisia pulcherrima Chaquilulo de corona Alimentación Fruto Alto Putumayo Inga, Camentsá
Thibaudia floribunda Chaquilulo morado, Pepa de Alimentación Fruto Alto Putumayo Inga, Camentsá
pava
Vaccinium floribundum Agraz, Pipisique morado Alimentación Fruto Alto Putumayo Inga, Camentsá

Euphorbiaceae Sapium cuatrecasasii Cauchillo Artesanías Latex Alto Putumayo


Caryodendron orinocense Inchi, Cacay, Kasepache Alimentación Fruto Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
<Cofán>
Hevea brasiliensis Caucho Artesanías Latex Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Hieronyma colombiana Motilón Alimentación Fruto Alto Putumayo, La Quillacinga, Inga,
Cocha Camentsá

44
Continuación
Clase Familia Género Especie Nombres Uso Partes Región Comunidad
Phyllanthus pseudocanami Barbasco, Kwimbe <Siona> Veneno Hojas, Tallo Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga

Flacourtiaceae Mayna amazonica Clavo, Tzá-he-vee-ko Veneno Hojas, Tallo Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
<Cofán>
Mayna odorata Chime-shu-ko-pee <Cofán> Medicinal Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga

Icacinaceae Poraqueiba sericea Umari Alimentación Fruto Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Juglandaceae Juglans neotropica Nogal, Tocte Medicinal, Hojas, Fruto, Alto Putumayo
Alimentación, Madera
Construcción
Lauraceae Ocotea venenosa Gingivé'k'o <Cofán> Veneno Corteza, hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Aniba perutilis Comino real Ebanistería Madera Alto Putumayo Inga, Camentsá
Lecythidaceae Gustavia longifolia Kokora Veneno Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Leguminosae Bauhinia splendes Bejuco Medicinal Corteza, hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Brownea ariza Palocruz Medicinal Corteza, hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Brownea macrophylla Palocruz Medicninal Corteza, hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Calliandra angustifolia Yutzu, Poi-ta-kó <Cofán> Medicinal Corteza, hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga

Cassia fruticosa Kongi-hee Medicinal Corteza, hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Cassia macrophylla Kongi-hee Medicinal Corteza, hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Cassia ruiziana Kongi-hee Medicinal Corteza, hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Cassia spinescens Medicinal Corteza, hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Inga macrophylla Guama Alimentación Fruto Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Lonchocarpus nicou Barbasco trueno Veneno Corteza, hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Ormosia sp. Chocho, Muscuai borrachera Medicinal Semillas Alto Putumayo Inga, Camentsá
<Camentsá>

45
Continuación
Clase Familia Género Especie Nombres Uso Partes Región Comunidad
Pithecellobiu logiflorum Medicinal Corteza, hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
m
Swartzia auriculata Shá-ta-se-kepá <Cofán> Veneno Corteza, hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga

Tephrosia sinapou Barbasco, Eo <Siona> Veneno Corteza, hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Loganiaceae Strychnos amazonica Curare, Hess-pa-shu Veneno Corteza, hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
<Cofán>
Strychnos brachiata Curare, Se-he-pa <Cofán> Veneno Corteza, hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Strychnos erichsonii Curare, Ir-ro-ché <Cofán> Veneno Corteza, hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Strychnos guianenesis Curare, Ku-se-yé-he-pa Veneno Corteza, hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
<Cofán>
Strychnos toxifera Curare, Koto-se-pe <Cofán> Veneno Corteza, hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Lythraceae Cuphea racemosa i-spana-nai-ambe <Inga> Medicinal Corteza, hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Cuphea sp. Sivi <Cofán> Medicinal Corteza, hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga

Lythrum sp. Yerba fraile, St-ta-ja Medicinal Corteza, hojas Alto Putumayo Inga, Camentsá
<Camentsá>
Malpighiaceae Banisteriopsis caapi Yajé, Ayahuasca Medicinal Corteza, hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Diplopterys cabrerana Shagropanga <Inga> Medicinal Corteza, hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Bunchosia armeniaca Ciruelo Alimentación Fruto Alto Putumayo Inga, Camentsá
Malvaceae Hibiscus moschatus Algodón, Anya-nye-nye Medicinal Corteza, hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
<Siona>
Melastomataceae Blakea rosea Abigu-ko-uko <Siona> Medicinal Corteza, hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga

Triolena pluvialis Kó-shasi <Cofán> Medicinal Corteza, hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Bellucia grossularioide Coronillo Alimentación Fruto Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
s
Menispermaceae Abuta grandiflora Ancabesux <Siona> Veneno Corteza, hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga

46
Continuación
Clase Familia Género Especie Nombres Uso Partes Región Comunidad
Abuta imene Curare, Sa-pé-pa Veneno Corteza, hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
<Cofán>
Abuta splendida Curare, Sa-pé-pa Veneno Corteza, hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
<Cofán>
Anomospermum chloranthum Max-so-ae <Siona> Veneno Corteza, hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Chondodendron toxicoferum Curare, Sa-pé <Cofán> Veneno Corteza, hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga

Chondodendron toxicofera Bejuco bravo, Sa-pé-pa Veneno Corteza, hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
<Cofán>
Monimiaceae Mollinedia sp. Hu-hú <Siona> Medicinal Corteza, hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Siparuna sp. Jatum-panga Medicinal Corteza, hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Moraceae Ficus insipida Higuerón Ojé, Bamba Medicinal Latex Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
<Inga>
Ficus yoponensis Higuerón, Ká-ko-nyu Medicinal Latex Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
<Siona>
Ficus dulciaria Higuerón guayabo Alimentación Fruto Alto Putumayo Inga, Camentsá
Pourouma cecropiaefolia Uva caimarona, Alimentación, Fruto Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Caimarón, Uvo, Uñe Medicinal
<Siona>
Myristicaceae Compsoneura sprucei Medicinal Corteza, hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Iryanthera ulei Wiri-saká Medicinal Corteza, hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Osteophloeum platyspermum Cumala Medicinal Corteza, hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Myrsinaceae Cybianthus sp. Na-te-shoo <Cametsá> Medicinal Corteza, hojas Alto Putumayo Inga, Camentsá

Stylogyne amplifolia Jipina coca <Huitoto> Medicinal Hojas Bajo Putumayo Huitoto
Nyctaginacea Neea parvifolia Yano-muco <Inga> Medicinal Corteza, hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
e
Ochnaceae Sauvagesia erecta Turi-ma-nya <Siona> Medicinal Corteza, hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Olacaceae Heisteria sp. Avi-sehé-pa <Cofán Medicinal Corteza, hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga

47
Continuación
Clase Familia Género Especie Nombres Uso Partes Región Comunidad
Oxalidaceae Oxalis lotoides Trébol Medicnial Hojas Alto Putumayo Inga, Camentsá
Passifloraceae Passiflora cumbalensis Tauso, Tacso, Curuba Alimentación Fruto Alto Putumayo Inga, Camentsá

Phytolaccaceae Phytolacca rivinoides Altusa, Un-shum-bey Medicinal Hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
<Cofán>
Phytolacca sanguinea Medicinal Corteza, hojas Alto Putumayo Inga, Camentsá
Piperaceae Peperomia glabella Mal de ojo, Medicinal Corteza, hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Gwinan<Inga>
Peperomia putumayensis Payaco-winan Medicinal Corteza, hojas Alto Putumayo Inga, Camentsá
<Cementsá>
Peperomia saligna Mal de ojo, Medicinal Corteza, hojas Alto Putumayo Inga, Camentsá
Gwinan<Inga>
Piper amazonicum Charapa, Karapa- Medicinal Corteza, hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
sikihecu <Cofán>
Piper guianense Pipi <Cofán> Medicinal Corteza, hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Piper serpens oo-noo-se-he-pa Medicinal Corteza, hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
<Cofán>
Polygonaceae Polygonum punctatum Uchu-panga Medicinal Hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Rumex obtusifolius Lengua de vaca, Katapa- Medicinal Hojas Alto Putumayo,
see-vee <Cofán> Bajo Putumayo

Rosaceae Rubus glaucus Mora Alimento, Fruto Alto Putumayo Inga, Camentsá
Medicinal
Rubus spp. Moras Alimento, Fruto Alto Putumayo Inga, Camentsá
Medicinal
Prunus serotina Capulí Alimento, Fruto Alto Putumayo Inga, Camentsá
Medicinal
Rubiaceae Cephaelis barcellana Sacha-ajo Medicinal Corteza, hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Faramea glandulosa Sanango Medicinal Corteza, hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Genipa americana Huito, Jagua Alimentación, Fruto Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Tintura

48
Continuación
Clase Familia Género Especie Nombres Uso Partes Región Comunidad
Elaeagia utilis Barniz de Pasto, Mopa-mopa Artesanías Latex Alto Putumayo Inga, Camentsá

Palicourea macrophylla Barbasquillo, Te-hé-ts Veneno Corteza, hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
<Cofán>
Psychotria racemosa Matarratón Veneno Corteza, hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Psychotria viridis Chacruna Medicinal Semillas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Rutaceae Zanthoxylum tachuelo Tachuelo, Mina-ko-ró Medicinal Corteza, hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
<Cofán>
Sapotaceae Pouteria caimito Caimo amarillo Alimentación Fruto Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Pouteria lucuma Maco Alimentación Fruto Alto Putumayo
Sapindaceae Paullinia yoco Yoco Medicinal Corteza, hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Serjania dasyclados Medicinal Corteza, hojas Alto Putumayo Inga, Camentsá
Solanaceae Solanum albile Lulo Alimentación Fruto Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Solanum caripense Berreador Alimentación Fruto Alto Putumayo, Quillacinga, Inga,
La Cocha Camentsá
Solanum georgicum Naranjilla Alimentación Fruto Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Solanum hirsutissimum Naranjilla Alimentación Fruto Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Solanum platyphyllum Uvilla Alimentación Fruto Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Solanum quitoense Lulo, Naranjilla, Masha-kve Alimentación Fruto Alto Putumayo Inga, Camentsá
<Camentsá>
Solanum sessiliflorum Naranjilla, Tontó-a-shu Alimentación Fruto Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
<Cofán>
Solanum topiro Lulo, Cocona Alimentación Fruto Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Solanum liximitante Uvilla, Chiri <Siona> Alimentación Fruto Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga

Solanum mammosum Cocona, Ko-ko-no-cho Veneno Hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
<Cofán>
Solanum ovalifolium Gujaco Medicinal Hojas Alto Putumayo Inga, Camentsá

49
Continuación
Clase Familia Género Especie Nombres Uso Partes Región Comunidad
Brugmansia sanguinea Borrachero guamuco Medicinal Hojas, flores Alto Putumayo Inga, Camentsá
Brugmansia suaveolens Borrachero toá Medicinal Hojas, flores Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Brugmansia aurea Borrachero Medicinal Hojas, flores Alto Putumayo Inga, Camentsá
(=candida)
Brunfelsia chiricaspi Sanango, Chiricaspi Medicinal Flores Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Cestrum humboldtii Shuangush <Camentsá> Medicinal Hojas Alto Putumayo Inga, Camentsá

Iochroma fuchsioides Paguando, Totub-jansush Medicial Hojas Alto Putumayo Inga, Camentsá
<Camentsá>
Iochroma gesnerioides Guatillo, Tetajansé Medicinal Hojas Alto Putumayo Inga, Camentsá
<Camentsá>
Iochroma umbrosa Borrachera Medicinal Hojas Alto Putumayo Inga, Camentsá
Jaltomata procumbens Tomatillo Medicinal, Fruto Alto Putumayo Inga, Camentsá
Alimentación
Juanulloa ochracea Bi-tika-ook <Siona> Medicinal Flores Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Sterculiaceae Herrania Kofánorum Cacao de monte Alimentación Semillas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Theobroma bicolor Maraca Alimentación Semillas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Theobroma grandiflorum Copoassú Alimentación Semillas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Tiliaceae Heliocarpus popayanensis Balso blanco Artesanías Corteza, hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Thymeleaceae Schoenobiblus peruvianus Kegar, An-de-keé Veneno Corteza, hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
<Cofán>
Umbelliferae Niphogeton tematus Medicinal Corteza, hojas Alto Putumayo Inga, Camentsá
Urticaceae Pilea fallax Medicinal Corteza, hojas Alto Putumayo Inga, Camentsá
Pilea involucrata Corianobo Medicinal Corteza, hojas Alto Putumayo Inga, Camentsá
Pilea hydrocotyliflora Sisi-pak-ipi <Cofán> Medicinal Corteza, hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Urera baccifera Ortiga Medicinal Corteza, hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga

50
Continuación
Clase Familia Género Especie Nombres Uso Partes Región Comunidad
Urera lacinata Pringamoza, Ma-susi Medicinal Hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
<Siona>
Urtica longispica Ortiga Medicinal Hojas Alto Putumayo Inga, Camentsá
Verbenaceae Citharexylum poeppigii Yujaco Medicinal Corteza, hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Stachytarpheta sp. Verbena Medicinal Hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Verbena litoralis Verbena Medicinal Hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Violaceae Duranta sprucei Medicinal Hojas Alto Putumayo Inga, Camentsá
Rinorea viridiflora Ayahuasca <Siona> Medicinal Corteza, hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Viola humboldtii Medicinal Corteza, hojas Alto Putumayo Inga, Camentsá
Winteraceae Drymis winteri Canelo, Ají Medicinal Corteza, hojas Alto Putumayo La Inga, Camentsá
Cocha
Monocot. Arecaceae Mauritia flexuosa Aguaje, Canangucho Multiple Fruto, hojas, tallos, Bajo Putumayo
madera
Mauritiella armata Aguajillo Multiple Fruto, hojas, tallos, Bajo Putumayo
madera
Lepidocaryum tenue Pui, Caraña Multiple Hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Ceroxylon parvifrons Palma de ramo Multiple Hojas Alto Putumayo, La
Cocha
Ceroxylon ventricosum Palma de ramo Multiple Hojas Alto Putumayo, La
Cocha
Ceroxylon vogelianum Palma de ramo Multiple Hojas Alto Putumayo, La
Cocha
Chamaedorea linearis Molinillo, Shucshu Multiple Tallos Alto Putumayo
<Inga>
Dictyorcaryum lamarckianum Barrigona Multiple Tallos Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Iriartea deltoidea Barrigona Multiple Tallos Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Socratea exhorriza Zancona Multiple Tallos Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Socratea rostrata Crespa Multiple Tallos Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga

51
Continuación
Clase Familia Género Especie Nombres Uso Partes Región Comunidad
Wettinia anomala Corunta Multiple Tallos Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Wettinia fascicularis Macana Multiple Tallos Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Prestoea acuminata Chontilla Multiple Hojas Alto Putumayo Inga, Camentsá
Prestoea carderi Palmicho Multiple Hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Oenocarpus bataua Milpesos, Seje Multiple Fruto, hojas, Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
tallos, madera
Oenocarpus mapora Donpedrito, Pusuy Multiple Fruto, hojas, Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
tallos, madera
Attalea maripa Guichire, Inayo Multiple Fruto, hojas, Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
tallos, madera
Aiphanes ulei Chontilla Multiple Tallos Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Bactris maraja Chontilla Multiple Tallos Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Bactris riparia Chontilla Multiple Tallos Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Desmoncus giganteus Bejuco alcalde, Varacacha Multiple Tallos Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
<Inga>
Desmoncus mitis Bejuco alcalde, Varacacha Multiple Tallos Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
<Inga>
Desmoncus polyacanthos Bejuco alcalde, Varacacha Multiple Tallos Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
<Inga>
Astrocaryum chambira Cumare, Chambira Multiple Tallos Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Geonoma polyandra Palmiche, Huasi-panga Multiple Tallos Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
<Inga>
Geonoma weberbaueri Palmiche, Huasi-panga Multiple Tallos Alto Putumayo, La Inga, Camentsá
<Inga> Cocha
Araceae Anthurium aureum Anturio Medicinal Hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Anthurium eminens Misi-se-he-pá <Cofán> Medicinal Hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga

Anthurium jenmannii Caridi-se-he-pá <Cofán> Medicinal Hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga

52
Continuación
Clase Familia Género Especie Nombres Uso Partes Región Comunidad
Anthurium scolopendrinum Chiripi-fambi <Cofán> Medicinal Hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga

Dieffenbachia obliqua Rascadera, To-yo Medicinal Hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
<Cofán>
Dracontium trianae Jergón, Shish-tushe Medicinal Hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
<Cofán>
Monstera adansonii Chupon-khaki <Cofán> Medicinal Hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga

Syngonium podophyllum Airo-kako <Siona> Medicinal Hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Xanthosoma conspurcatum To-vá <Cofán> Medicinal Hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Alstromeriaceae Alstromeria sp. Va-sits-ma-joo-ja Medicinal Planta Alto Putumayo Inga, Camentsá
<Camentsá>
Amaryllidaceae Eucharis amazonica Lirio, Kon-si-achipa-cho Medicinal Bulbo Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
<Cofán>
Hypeastrum puniceum Whita-pé <Siona> Medicinal Bulbo Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Haemodoraceae Schiekia orinocensis Jabón <Cofán> Medicinal Hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Bromeliaceae Aechmea schultesiana Vicundo Medicinal Flores Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Aechmea hoppii Piñuela Medicinal Flores, Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Fruto
Commelinaceae Geongenanthus ciliatus Paparohe-kaki <Cofán> Medicinal Planta Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga

Marantaceae Calathea micans Bijao, Chiripi-kipako Medicinal Hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
<Cofán>
Calathea roseo-picta Bijao, Chiripi-kipako Medicinal Hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
<Cofán>
Calathea veitchiana Pulma Medicinal Hojas Bajo Putumayo Siona, Cofán, Inga
Heliconiaceae Heliconia spp. <21 spp.> Platanillas Ornamental Planta Bajo Putumayo
Orchidaceae <mas de 600 spp> Orquídeas Ornamental Planta Bajo Putumayo Alto
Putumayo La Cocha

53
Especies de fauna utilizadas en el piedemonte andino – amazónico

Clase Familia Género Especie Nombres Uso Partes Región Comunidad


Mamíferos Bradypodidae Bradypus variegatus Perezoso, Perezoso de tres Alimentación Carne, piel Bajo Cofán, Siona,
dedos, Perico ligero, Siáya Putumayo otros
<Siona>

Megalonychidae Choloepus didactylus Perezoso, Perezoso de dos Alimentación, Carne, piel, Bajo Cofán, Siona,
dedos, Perico ligero Ornamentos uñas Putumayo otros
Myrmecophagidae Myrmecophaga tridactyla Oso Hormiguero, Oso Palmero, Ornamentos Piel, Uñas Bajo Cofán, Siona,
Oso Caballuno, Osocaballo Putumayo otros
<Inga>

Dasypodidae Dasypus novemcinctus Armadillo, Gurre, Matiwaja Alimentación, Carne; Sibundoy, Bajo Inga, Cofán
<Inga> Medicinal Sangre Putumayo
Priodontes maximus Armadillo Trueno, Armadillo Medicinal, Sangre(?), Bajo Cofán,Siona,
gigante, Cero <Siona> Ornamentos carne, uñas Putumayo Huitoto, otros

Cebidae Cebuella pygmaea Leoncito, Pielroja, Caspicara Mascota Animal vivo Bajo Siona, Cofán,
chichico <Inga> Putumayo Inga
Saguinus fuscicollis Tití bebeleche, Chichico, Yana Mascota Animal vivo Bajo Siona, Cofán,
chichico <Inga> Putumayo Inga
Saguinus nigricollis Tití bebeleche de lomo castaño; Mascota Animal vivo Bajo Siona, Cofán,
graellsi Nea sisi <Siona> Putumayo Inga
Saimiri sciureus Mono ardilla, Tití, Tití fraile, Mascota, Animal vivo, Bajo Siona, Cofán,
macrodon Mico soldado, Yurac chichico Alimentación carne Putumayo Inga
<Inga>, Bosisi <Siona>

54
Continuación
Clase Familia Género Especie Nombres Uso Partes Región Comunidad
Callimico goeldii Diablillo, Chichico negro, Mascota Animal vivo Bajo Siona, Cofán,
Baisisi <Siona Putumayo Inga
Cebus albifrons albifrons Maicero, Mico Tanque, Mascota, Animal vivo, Bajo Siona, Cofán,
Macaco, Machín, Tanke Alimentación carne Putumayo Inga
<Inga>, Bo táké <Siona>

Cebus apella Maicero cachón, Maicero, Mascota, Animal vivo, Bajo Siona, Cofán,
Maicero negro, Comendero Alimentación carne Putumayo Inga
<Inga>,
Aotidae Aotus vociferans Mono de noche, Tutamono Mascota Animal vivo Bajo Siona, Cofán,
<Inga> Putumayo Inga
Atelidae Ateles belzebuth Maquisapa, Marimba, Mascota, Animal vivo, Bajo Siona, Cofán,
Marimonda, Painazo Alimentación carne Putumayo Inga
<Siona>, Blas <Inga>
Lagothrix l. lagothricha Churuco, Churucu, Macaco Alimentación Carne Bajo Siona, Cofán,
<Inga>, Guao <Siona> Putumayo Inga
Lagothrix lagothricha lugens Churuco de montaña, Mono Alimentación Carne Alto Inga,
lanudo Putumayo, La Camentsá
Cocha
Alouatta seniculus Mono aullador, Mono Alimentación Carne Bajo Siona, Cofán,
colorado, Mono cotudo, Putumayo Inga
Mono bombo, Coto <Inga>,
Emú <Siona>

55
Continuación
Clase Familia Género Especie Nombres Uso Partes Región Comunidad
Pitheciidae Callicebus torquatus medemi Macaco, Huicoco, Mascota, Animal vivo, Bajo Siona, Cofán,
Yanatunque <Inga>, alimentación carne Putumayo Inga

Callicebus cupreus ssp. Zocay, Mico tocón, Mascota, Animal vivo, Bajo Siona, Cofán,
Chuntartunque <Inga> Alimentación carne Putumayo Inga

Pithecia monachus Mono volador, Huapo, Mascota, Animal vivo, Bajo Siona, Cofán,
Osomono <Inga>, Wa?o Alimentación carne Putumayo Inga
Su?tu <Siona>
Canidae Atelocynus microtis Zorro ojizarco, Zorro negro Mascota Animal vivo Bajo Siona, Cofán,
Putumayo Inga
Ursidae Tremarctos ornatus Oso de anteojos, Oso real, Alimentación Carne Alto Inga,
Oso, Oso negro, Joso, Putumayo, La Camentsá
Ucumarí <Quechua> Cocha
Procyonidae Nasua nasua Cusumbe, Cusumbo solino Alimentación, Carne, Bajo Siona, Cofán,
Medicinal "hueso" Putumayo Inga
fálico
Nasuella olivacea Guache, Cusumbo mocoso Alimentación, Carne, Alto Inga,
Medicinal "hueso" Putumayo, La Camentsá
fálico Cocha
Mustelidae Lutra ( Lontra ) longicaudis Nutria, He wai <Siona> Ornamentos Piel Bajo Inga,
Putumayo, Camentsá,
Alto Cofán, Siona
Putumayo, La
Cocha
Pteronura brasiliensis Perro de agua, Lobo de Ornamentos Piel Bajo Siona, Cofán,
agua, Ariraña, Nutria Putumayo Inga
gigante, Kwahé ya?o
<Siona>

56
Continuación
Clase Familia Género Especie Nombres Uso Partes Región Comunidad
Felidae Leopardus pardalis Tigrillo, Ocelote, Tigrillo Ornamentos Piel Bajo Siona, Cofán,
(Felis ) podenco, Picudotigrillo Putumayo Inga
<Inga>
Puma concolor Puma, León, Tigre Alimentación, Carne, piel Alto Siona, Cofán,
colorado, Pucatigre <Inga>, Ornamentos Putumayo, La Inga,
Ma yai <Siona> Cocha, Bajo Camentsá
Putumayo
Panthera onca Tigre, Jaguar, Tigre pintado, Alimentación, Carne, piel, Bajo Siona, Cofán,
Otorongo, Sew yaí <Siona> Ornamentos uñas, Putumayo Inga
colmillos

Trichechidae Trichechus inunguis Manatí, Peixe boi, Siáya Alimentación Carne Bajo Siona, Cofán,
W'ekí <Siona> Putumayo Inga

Tapiridae Tapirus terrestris Danta, Sachavaca, Tapir Alimentación, Carne, Bajo Siona, Inga,
amazónico, Wékí <Siona>, Medicinal cascos Putumayo Cofán
Kuubi <Cofán>

Tapirus pinchaque Danta, Sachavaca, Tapir de Alimentación, Carne, Alto Inga,


montaña, Gran bestia, Medicinal cascos Putumayo, La Camenstá,
Betzia <Camentsá> Cocha Quillacinga

Tayassuidae Tayassu tajacu Saíno, Cerrillo, Tatabro, Alimentación, Carne, Piel Bajo Siona, Inga,
Ya?wí <Siona> Artesanías Putumayo Cofán
Tayassu pecari Huangana, Zaino, Puerco Alimentación, Carne, Piel Bajo Siona, Inga,
de monte, Sachacuche Artesanías Putumayo Cofán
<Inga>

57
Continuación
Clase Familia Género Especie Nombres Uso Partes Región Comunidad
Cervidae Mazama americana Venado, soche, Taruka, Alimentación, Carne, Piel Bajo Siona, Inga,
Pucataruca <Inga>, Ñamá Artesanías Putumayo Cofán
<Siona>,
Mazama gouazoubira Venado, Soche gris Alimentación, Carne, Piel Bajo Siona, Inga,
Artesanías Putumayo Cofán
Mazama rufina Venado, Venado colorado, Alimentación, Carne, Piel Alto Inga,
Soche colorado, Artesanías Putumayo, LA Camentsá,
Uchpataruca <Inga> Cocha Quillacinga

Odocoileus virginianus ssp. Venado de cornamenta, Alimentación Carne Alto Inga,


Venado de páramo, Taruca, Putumayo, La Camentsá,
Venado coliblanco Cocha Quillacinga
<Páramos>
Pudu mephistophiles Venado conejo, Gamo, Alimentación Carne Alto Inga,
Venado chonta, Putumayo, LA Camentsá,
Cansaperros Cocha Quillacinga

Sciuridae Sciurus igniventris Ardilla colorada, Ardita, Alimentación Carne Bajo Siona, Inga,
Susikó <Siona> Putumayo Cofán

Sciurus spadiceus Ardilla, Ardilla de Olfers, Alimentación Carne Bajo Siona, Inga,
Ardita Putumayo Cofán
Erethizontidae Coendu bicolor Erizo, Puercoespín Alimentación, Carne, Púas Bajo Inga, Siona,
Medicinal Putumayo, Cofán,
Alto Camentsá
Putumayo, La
Cocha
Coendu melanurus Erizo, Puercoespín Alimentación, Carne, Púas Bajo Inga, Siona,
Medicinal Putumayo, Cofán,
Alto Camentsá
Putumayo, La
Cocha

58
Continuación
Clase Familia Género Especie Nombres Uso Partes Región Comunidad
Coendu prehensilis Erizo, Puercoespín Alimentación, Carne, Púas Bajo Inga, Siona,
Medicinal Putumayo, Cofán,
Alto Camentsá
Putumayo, La
Cocha
Dinomyidae Dinomys branickii Pacarana, Guagualoba, Alimentación Carne Alto Putumayo Inga,
Guagua de cola Camentsá
Hydrochaeridae Hydrochaeris hydrochaeris Chigûiro, Yulo, Roncoso, Alimentación Carne Bajo Siona, Inga,
Kweso <Siona> Putumayo Cofán

Dasyproctidae Dasyprocta fuliginosa Ñeque, Guara, Atónconejo Alimentación, Carne, Bajo Siona, Inga,
<Inga>, Wí <Siona> Ornamentos Dientes Putumayo Cofán
incisivos

Myoprocta acouchi Tintín, Tintín rojizo, Alimentación, Carne, Bajo Siona, Inga,
Cucuisconejo <Inga> Ornamentos Dientes Putumayo Cofán
incisivos

Myoprocta pratii Tintín, Tintín verdoso, Alimentación, Carne, Bajo Siona, Inga,
Wá?so <Siona> Ornamentos Dientes Putumayo Cofán
incisivos
Agoutidae Agouti paca Boruga, Pintadilla <Inga>, Alimentación, Carne, Bajo Siona, Inga,
Sémé <Siona> Ornamentos Dientes Putumayo Cofán
incisivos
Agouti taczanowskii Boruga de montaña, Alimentación Carne Alto Inga,
Pintadilla, Sachacuy <Inga> Putumayo, La Camentsá,
Cocha Quillacinga
Leporidae Sylvilagus brasiliensis Conejo, Orejón <Inga>, Kui Alimentación Carne Alto Inga,
<Siona> Putumayo, La Camentsá,
Cocha Quillacinga
Aves Tinamidae Tinamus major Gallineta grande Alimentación Carne Bajo Siona, Inga,
Putumayo Cofán
Tinamus guttatus Gallineta grande Alimentación Carne Bajo Siona, Inga,
Putumayo Cofán
Crypturellus cinereus Gallineta chica Alimentación Carne Bajo Siona, Inga,
Putumayo Cofán

59
Continuación
Clase Familia Género Especie Nombres Uso Partes Región Comunidad
Crypturellus soui Gallineta chica Alimentación Carne Bajo Putumayo Siona, Inga, Cofán
Crypturellus obsoletus Gallineta chica Alimentación Carne Bajo Putumayo Siona, Inga, Cofán
Crypturellus undulatus Gallineta chica Alimentación Carne Bajo Putumayo Siona, Inga, Cofán
Podicipedidae Podiceps occipitalis Zambullidor plateado Alimentación Carne La Cocha, Quillacinga, Inga, Camentsá
Sibundoy
Ardeidae Pilherodius pileatus Garza copetona Ornamentos Plumas Bajo Putumayo Siona, Inga, Cofán
Anatidae Anas flavirostris Pato de páramo Alimentación Carne La Cocha, Quillacinga, Inga, Camentsá
(andinus)? Sibundoy
Anas georgica Pato de pico amarillo Alimentación Carne La Cocha, Quillacinga, Inga, Camentsá
Sibundoy
Anas discors Zarceta Alimentación Carne La Cocha, Quillacinga, Inga, Camentsá
Sibundoy
Anas cyanoptera Zarceta roja Alimentación Carne La Cocha, Quillacinga, Inga, Camentsá
Sibundoy
Oxyura jamaicencis Patico Alimentación Carne La Cocha, Quillacinga, Inga, Camentsá
ferruginea Sibundoy
Cairina moschata Pato real Alimentación Carne Bajo Putumayo, Quillacinga, Inga, Camentsá
La Cocha,
Sibundoy
Accipitridae Harpia harpyja Águila harpía, Águila Ornamentos Plumas Bajo Putumayo Cofán
churuquera
Falconidae Falco rufigularis Gavilán jerré, Pájaro Medicinal Nidos Bajo Putumayo Cofán
Macuá
Cracidae Ortalis motmot Guacharaca Alimentación Carne Bajo Putumayo Siona, Inga, Cofán
Penelope montagni Pava Alimentación Carne La Cocha, Quillacinga, Inga, Camentsá
Sibundoy

60
Continuación
Clase Familia Género Especie Nombres Uso Partes Región Comunidad
Penelope jacquacu Pava Alimentación Carne Bajo Putumayo Siona, Inga, Cofán
Aburria pipile Pava Alimentación Carne Bajo Putumayo Siona, Inga, Cofán
Aburria aburri Pava negra Alimentación Carne Bajo Putumayo, Siona, Inga, Cofán
Alto Putumayo
Chamaepetes goudotii tschudii Pava colorada Alimentación Carne Bajo Putumayo, Siona, Inga, Cofán
Alto Putumayo
Nothocrax urumutum Paujíl nocturno, Alimentación Carne Bajo Putumayo Siona, Inga, Cofán
Mutum
Crax salvini Paujíl Alimentación Carne Bajo Putumayo Siona, Inga, Cofán
Crax alector Paujíl Alimentación Carne Bajo Putumayo Siona, Inga, Cofán
Crax globulosa Paujíl Alimentación Carne Bajo Putumayo Siona, Inga, Cofán
Phasianidae Odontophorus gujanensis Perdíz Alimentación Carne Bajo Putumayo Siona, Inga, Cofán
Psophidae Psophia crepitans Tente Allimentación, Carne, Animal Bajo Putumayo Siona, Inga, Cofán
Mascota vivo
Rallidae Anurolimnas castaneiceps Gallineta Alimentación Carne Bajo Putumayo Siona, Inga, Cofán
Eurypygidae Eurypyga helias Pavito Mascota Animal vivo Bajo Putumayo Siona, Inga, Cofán
Columbidae Columba fasciata Paloma collareja Alimentación Carne Alto Putumayo Quillacinga, Inga,
Camentsá
Columba speciosa Paloma escamada Alimentación Carne Bajo Putumayo Siona, Inga, Cofán

Columba cayennensis Paloma morada, Alimentación Carne Bajo Putumayo Siona, Inga, Cofán
Paloma burrona
Geotrygon frenata Paloma caminera Alimentación Carne Alto Putumayo Quillacinga, Inga,
Camentsá
Psittacidae Ara ararauna Guacamaya azul y Alimentación, Carne, Plumas, Bajo Putumayo Siona, Inga, Cofán
amarilla Ornamentos, Animal vivo
Mascotas

61
Segunda Elementos para la planificación
Parte territorial en el piedemonte

Fotografía: WWF Colombia / Luis Germán Naranjo


Capítulo 6 Análisis de paisaje

Fotografía: WWF Colombia / Luis Germán Naranjo

Olga Lucía Hernández


Oficial de Programa, WWF Colombia
Actual Estudiante de Doctorado de la Universidad de Alicante, España.

Francisco Cuesta
Investigador, EcoCiencia e Institute for Biodiversity and
Ecosystem Dynamics (IBED) – Universiteit van Amsterdam

Luis Germán Naranjo


Coordinador Ecorregional Andes del Norte, WWF Colombia
En el contexto de la planificación regional para la conservación, es necesario generar
información espacial a partir de datos históricos y contemporáneos que permita identificar
áreas con diferente vulnerabilidad frente a impactos antropogénicos y distintos escenarios
para el mantenimiento a largo plazo de atributos esenciales de la biodiversidad. Por lo
general, los análisis de integridad se enfocan en la evaluación del estado actual de sistemas
ecológicos y paisajes como expresión acumulativa de diferentes presiones humanas que
pueden alterar la estructura de un paisaje o interferir los flujos ecológicos a través del mismo
(Gardner et al. 1987), o que comprometen su integridad funcional al interferir en procesos
ecológicos que facilitan la persistencia de poblaciones, la diversidad alfa y su “salud” como
sistema natural (With 2000).

La evaluación de la integridad de un objeto de conservación a partir de información histórica


permite interpretar su estado actual y predecir su posible estado futuro (Figura 2), para lo
cual es necesario inferir la distribución potencial (histórica) de los objetos de conservación en
ausencia de intervención antropogénica (Anderson & Martínez-Meyer 2004). Groves et al.
(2000) proponen esta evaluación utilizando los criterios de tamaño, condición y contexto
paisajístico, mientras que otros autores (e.g. Franklin et al. 1981, Parrish et al. 2003)
recomiendan considerar la composición, la estructura y la función de un sistema biológico
como atributos fundamentales para evaluar su integridad.

Como una primera aproximación a la evaluación de la integridad ecológica del piedemonte


andino – amazónico y teniendo en cuenta las limitaciones de información disponible, en este
capítulo se evalúa la integridad y la vulnerabilidad de los fragmentos de ecosistemas
remanentes. Si bien es cierto que este método no permite evaluar la integridad en sentido
estricto de acuerdo con las consideraciones teóricas mencionadas anteriormente,
especialmente porque se considera solamente la composición al nivel de ecosistemas y
medidas sustitutas de su estructura, se espera que los patrones de modificación del paisaje
detectados con estos análisis permitan construir hipótesis para evaluar en el futuro cercano
otros componentes de la integridad.

Métodos

Por la gran cantidad de variables que involucra, la integridad ecológica de un sistema es


evaluada usualmente a través del desarrollo de indicadores que proveen información acerca
del estado de un sistema ecológico a diferentes escalas de organización y en diferentes
escalas temporales (Noss 1990). Por otra parte, los análisis de factores intrínsecos de los
sistemas y de factores de presión antropogénica pueden ser integrados a través del
desarrollo de índices de aptitud o sensibilidad ambiental (Sayre et al. 2000, Groves 2003,
Parrish et al. 2003), el cual se sustenta en el análisis de factores que miden la composición,
estructura y función de un sistema en tiempo presente, relacionándolo con una referencia
histórica.

Los indicadores utilizados en este estudio se escogieron con base en los criterios sugeridos
por Noss (1995), en la propuesta del Sistema de Monitoreo Socio-Ambiental de EcoCiencia
(Sáenz 1993) y en las consideraciones metodológicas de TNC respecto de la selección de
atributos ecológicos clave (Poiani et al. 2000, Parrish et al. 2003). Los análisis tomaron como
punto de partida el mapa de ecosistemas terrestres de la porción colombiana de la
ecorregión de la Cordillera Real Oriental, elaborado con base en la clasificación propuesta
por el IAvH (Rodríguez et al. 2004). Adicionalmente, como parte de la información base para

63
los análisis de integridad, se generó un mapa de ecosistemas potenciales a partir de
variables climáticas y fisiográficas. La integración de estas coberturas permitió evaluar
indirectamente la integridad ecosistémica mediante un análisis de paisaje usando indicadores
que miden atributos de composición.

Composición

El análisis de integridad fue hecho en formato raster con una resolución de 25 ha, para
generar las coberturas de las variables propuestas para medir la composición a la escala de
ecosistemas en cada cuenca, utilizando como base el mapa de ecosistemas del piedemonte
amazónico construido con base en la clasificación del IAvH (Rodríguez et al. 2004).
Adicionalmente, como parte de la información base para los análisis de integridad, se generó
un mapa de ecosistemas potenciales a partir de variables climáticas y fisiográficas.

Como un indicador del recambio de especies en el gradiente de elevación (diversidad beta),


se calculó la diversidad ecosistémica altitudinal como
i+m j+m

Eij = f (Σ Σ aij )
i-m j-m

Este índice mide la amplitud altitudinal de cada clase de vegetación en relación con el mapa
de sistemas ecológicos potenciales y actuales. La disminución en la amplitud determina un
valor menor del índice lo cual se interpreta como un deterioro en la integridad del fragmento.
Es decir el valor de la localidad ij es una función de variedad f, que cuenta el número de
diferentes ocurrencias de ecosistemas en un área circular centrada en la localidad ij y con un
radio m igual a cinco kilómetros (Sierra et al. 1999). En los análisis se usó este método para
poder incluir áreas de páramo que no varían mucho en altitud (con pendientes < 50) pero que
presentan gran variación de ambientes por cambios en su topografía, humedad y exposición.

Un segundo indicador de la composición fue el de diversidad de ecosistemas, el cual


combina la riqueza (número) de ecosistemas presentes en cada uno de los subpaisajes con
la equidad, que expresa las proporciones relativas de los mismos. En este estudio se usó el
índice de Shannon y Weaver (1949):

Estructura

La estructura del paisaje es importante para el mantenimiento de poblaciones silvestres.


Procesos como dispersión, forrajeo, flujos metapoblacionales están altamente correlacio-
nados con la estructura del paisaje. En este trabajo la estructura fue evaluada de varias
maneras. En primer lugar, se calculó la conectividad entre fragmentos de ecosistemas, la
cual mide la forma como un mosaico de paisaje facilita o impide los flujos ecológicos o
regímenes ambientales que ocurren en un área determinada (e.g. el movimiento de los
organismos entre los fragmentos de hábitat). La conectividad de un paisaje puede ser

64
evaluada como la conexión estructural de los fragmentos, referida a la continuidad física de
éstos a través del paisaje o bien como conexión funcional, la cual depende de un organismo
o un proceso ecológico de interés (With 1990). En este trabajo se tomó en cuenta solamente
la conexión estructural, medida como la distancia euclidiana al vecino más cercano con la
ecuación.

En donde hij equivale a la distancia m del fragmento ij al vecino más cercano de la misma
clase. Esta distancia es calculada desde el píxel central de cada uno de los fragmentos.

Un segundo indicador de la estructura fue el área interna. El efecto de borde se produce al


incrementar la superficie de contacto entre los parches de vegetación y la matriz
antropogénica, en detrimento de la superficie interna de los mismos, lo cual produce un
fenómeno que modifica las condiciones microclimáticas en el área externa del parche de
vegetación (Bierregaard et al. 1992). En este trabajo, se calculó esta variable con el índice de
área interior (CAI), que mide qué porcentaje del fragmento se encuentra fuera de una
distancia mínima de influencia humana, que en este caso fue de 2.5 km.

aijc = área núcleo (m2) del parche ij con base en profundidades de borde específicas (m)

aij = área (m2) del parche ij


El tamaño y número de fragmentos que componen una clase o el paisaje son quizá algunos
de los aspectos básicos más importantes que pueden afectar procesos ecológicos tales
como el uso de hábitat o alteraciones en la calidad del mismo producto de los efectos de
borde. Para analizar esta variable se integraron dos métricas, la densidad de parches (DP) y
el radio de giro promedio de un fragmento (Gyrate_Mn).

La DP mide el número de fragmentos en un área fija de 100 ha; el valor del índice incrementa
al existir un mayor número de parches en el área de referencia. La métrica Gyrate_MN
estima la superficie promedio de un fragmento (polígono) con relación a su centroide. El
índice aumenta en relación directa con el tamaño del parche, alcanzando su máximo valor
cuando este abarca el paisaje completo.

65
Como una forma de evaluar la estabilidad de la diversidad ecosistémica actual en la región,
se calculó el porcentaje de remanencia de cada cobertura natural presente en el área de
estudio en el año 2002, con respecto al área potencial, como

Rem = SupSE i2002 / SupSE ipotencial

Igualmente, se calculó la entremezcla (en inglés, interspersion) para los diferentes


ecosistemas. Este índice mide el grado de adyacencia de distintos parches dentro del paisaje.
De esta forma, valores altos del índice se presentan en paisajes en los que distintos tipos de
fragmentos están bien entremezclados (i.e. igualmente adyacentes entre sí). Este índice es
una medida relativa que representa el nivel de entremezcla como un porcentaje del máximo
posible en relación con el número total de tipos de parches. La entremezcla aparentemente
afecta la calidad del hábitat de las especies que requieren una alta diversidad gama para
cumplir con los requerimientos de sus diferentes etapas de vida (Dunning et al. 1992).

El valor del índice es una función del número y separación de fragmentos de un determinado
tipo de ecosistema, en donde eik es la distancia total (en metros) del borde en el paisaje
entre los tipos de parches o fragmentos i y k sobre m, que equivale al número de clases de
parches presentes en el paisaje.

Finalmente, se calculó la tasa de cambio de los ecosistemas como medida sustituta de los
cambios en el estado de la biodiversidad, como

Por otra parte, para identificar la vulnerabilidad potencial de los distintos ecosistemas, se
analizó un conjunto de variables que representan factores de presión o amenaza. En primer
lugar, el número de habitantes por km2 en cada municipio usando los censos de 1993,
asumiendo que a mayor densidad poblacional habrá mayor vulnerabilidad. La tendencia
demográfica en el área de estudio se midió en términos de la densidad de población total
(DPT)

66
donde DPTti = densidad población total en un año t, asociada a un área de interés i
(hab/km2), PTtj = población total en el año t, en el municipio j con territorio en el área de
interés i (número de habitantes), Sjti = superficie del municipio j en el año t dentro del área
de interés i (km2), STjt= superficie total del municipio j en el año t (km2) n = número de
municipios j con territorio en el área de interés i y además como la densidad de población
rural (DPR):

donde DPRti =densidad población rural en un año t, asociada a un área de interés i


(hab/km2), PRt j =población rural (“resto”) en el año t, en cada municipio j con territorio en el
área de interés i (número de habitantes), Sjti = superficie del municipio j en el año t dentro
del área de interés i (km2), STjt = superficie total del municipio j en el año t (km2), n =
número de municipios j con territorio en el área de interés i.

Un segundo factor de presión evaluado fue el de la accesibilidad. La accesibilidad puede


definirse como la capacidad que tienen los conglomerados humanos de interactuar o de
hacer contacto con sitios en que hay oportunidades económicas o sociales (Deichmann
1997). Este concepto intuitivo ha sido expresado de muchas maneras en la bibliografía. Por
ejemplo, Goodall (1987) define la accesibilidad como la facilidad con se puede llegar a un
sitio desde otras localidades y Geertman (1995) expresa que puede utilizarse en política de
desarrollo rural como un indicador de carencia rural y como una variable en el análisis de
localidades. En el caso del piedemonte andino – amazónico, el análisis se basó en la
definición de Goodall.

La accesibilidad se calcula en una superficie de fricción que consta de una cuadrícula


bidimensional corriente, donde cada celda representa una forma de transporte, como
carreteras, líneas férreas, trochas o ríos navegables. Los diferentes tipos de infraestructura
poseen características diferentes (por ejemplo, una carretera pavimentada permite una
velocidad de viaje más alta que una sin pavimentar). En este trabajo, la accesibilidad se
midió entonces como el costo diferencial de tiempo de desplazamiento, a partir de diferentes
insumos (Tabla 6.1).

67
Tabla 6.1. Variables utilizadas para generar el modelo de accesibilidad para el piedemonte andino –
amazónico de Colombia.

Ecosistemas
Pendiente Vías Poblados reclasificados
Plana (0 - 3%) Primaria Presente Natural
Inclinada (3-7%) Secundaria Pastos y Cultivos
Ondulada (7 - 12%) Terciaria Otras intervenciones
Quebrada (12 - 25%)
Fuertemente quebrado (25 -
50%)
Escarpada (50 - 75%)

En estos análisis se asume que a mayor accesibilidad a una zona (las personas pueden
llegar más rápido y fácilmente), es más factible la utilización de sus bienes y servicios
ambientales y por lo tanto estas áreas pueden perder eventualmente su cobertura y/o
recursos de flora y fauna. De acuerdo con lo anterior a mayor intervención (inverso de
remanencia), mayor será la vulnerabilidad, por lo cual se calculó entonces la remanencia y la
pérdida de cobertura vegetal según los rangos de acceso para áreas de amortiguación de 10
km a partir de las carreteras de primer y segundo orden y de las vías fluviales (mayores y
menores), para evaluar el acceso como:

Para los sitios de explotación (minera y petrolera) e infraestructura (lineal y puntual) se tomó
un área de influencia de cada punto como área de potencial amenaza. En este caso, la
mayor vulnerabilidad se identifica en una mayor área con sitios de explotación e
infraestructura.

Resultados

Para el año 2002, 84% del área del piedemonte andino – amazónico estaba cubierto por
ecosistemas naturales. Los ecosistemas transformados abarcaban principalmente las zonas
bajas del área de estudio, con excepción del valle del Sibundoy, el cual fue transformado en
la década de 1960 por la conversión de humedales a suelos de uso agrícola. De los biomas
terrestres, el Zonobioma Húmedo Tropical piedemonte Nariño-Putumayo ha sido el más
afectado por las actividades de uso del suelo.

Las regiones con una mejor cobertura altitudinal de ecosistemas se encuentran en la parte
norte del área de estudio, en donde el gradiente de elevación va de 300m hasta la altura de
la carretera Pitalito-Mocoa (1200m) en donde la cobertura vegetal se interrumpe y desde allí
hasta elevaciones superiores a 3.000m en el Parque Nacional Natural Puracé y el Complejo
volcánico de Doña Juana. La zona sur es la más fragmentada altitudinalmente ya que ha
perdido la conexión entre la zona andina y la planicie amazónica y mantiene el gradiente
altitudinal solamente desde 1.000m de elevación hasta la divisoria de aguas.

Los ecosistemas naturales presentes en el piedemonte se encuentran en distintos grados de


fragmentación (Tabla 6.2 y Mapa 6.1). En algunos casos, se observa la reducción del número
de fragmentos remanentes, lo cual se traduce en la pérdida de cobertura, como es el caso de

68
los bosques altos densos en altiplanicie hidrovolcánica que se han perdido completamente y
de los bosques medios densos en piedemonte hidrovolcánico que han sufrido pérdidas de
aproximadamente 85% de su cobertura.

Tabla 6.2. Coberturas actuales y proporción de intervención de los biomas del piedemonte andino –
amazónico.

Área con Área %


TIPO DE BIOMAS ecosistema Intervenid Intervenid
s naturales a o
Orobioma de páramo Nariño - Putumayo 30.005.63 1.613.70 5.38
Orobioma de páramo cordillera Central 7.385.59 631.63 8.55
Orobioma azonal de páramo Nariño -
Putumayo 3.357.32 - -
Orobioma altoandino Nariño - Putumayo 150.182.83 - -
Orobioma altoandino cordillera Oriental 279.49 - -
Orobioma altoandino cordillera Central 31.062.05 - -
Orobioma andino Nariño - Putumayo 171.013.95 24.306.39 14.21
Orobioma andino cordillera Oriental 28.609.02 458.13 1.60
Orobioma andino cordillera Central 57.552.24 7.516.36 13.06
Orobioma subandino Nariño - Putumayo 191.290.35 16.454.12 8.60
Orobioma subandino cordillera Oriental 142.545.10 3.292.36 2.31
Orobioma subandino cordillera Central 47.426.43 3.622.28 7.64
ZHT piedemonte amazónico 139.241.63 20.505.47 14.73
ZHT piedemonte Nariño - Putumayo 449.033.09 134.633.00 29.98
General (Cuerpos de agua) 8.366.81 4.418.02 52.80
Totales 1.457.351.53 217.451.46 14.92

El aumento en el número de parches también se presenta en el área de estudio y expresa un


activo proceso de fragmentación. El ecosistema con mayor grado de fragmentación en el
piedemonte es el de bosques altos densos en piedemonte coluvio aluvial. Según el análisis
de paisaje, la cobertura original en el área estaba representada en 111 parches y en 2002 se
había subdividido en 948 parches, lo cual expresa un cambio de aproximadamente 750%
hacia la fragmentación de estos bosques. Finalmente, en otros ecosistemas el número de
fragmentos permanece constante, lo cual sugiere una relativa estabilidad en su cobertura.
Once de los 22 ecosistemas naturales no presentaron cambio en el número de parches,
entre un estado potencial y el modelado para el año 2002.

De acuerdo con los análisis de paisaje realizados, es evidente que el piedemonte andino –
amazónico mantiene gran parte de sus valores y atributos ecológicos (Mapa 6.2). Las zonas
más integras se encuentran por encima de los 1.000m, con excepción de las áreas más
intervenidas en el bioma del Zonobioma Húmedo Tropical del Piedemonte Nariño –
Putumayo. De esta forma, las pendientes al sur del macizo colombiano y las laderas
empinadas del límite occidental del piedemonte, son las porciones más íntegras de esta
región y sin duda los mayores bloques continuos de vegetación natural en la porción
colombiana de la Cordillera Real Oriental. De los 22 ecosistemas presentes en la región,
apenas cinco tienen menos de 50% de su superficie potencial remanente y de estos, tres
tienen menos de 10% y solamente uno (los bosques altos densos en planicie hidrovolcánica)
se perdió completamente (Tabla 6.3). Aunque la zona de páramos azonales se muestra en el

69
análisis con integridad ecosistémica muy baja, debido a la facilidad de acceso por la Laguna
de la Cocha, debería tener una clasificación de integridad media por las condiciones en que
se encuentra.

Tabla 6.3. Tasa de cambio en el número de fragmentos remanentes de los distintos ecosistemas del
piedemonte andino – amazónico.

Número
Número de
potencial
ECOSISTEMAS
de
fragmentos Cambio (Δ)
en 2002
fragmentos
Páramo en piedemonte hidrovolcánico 2 2 Sin Δ significativo
Subpáramo en montaña fluvio
gravitacional 1 1 Sin Δ significativo
Páramo azonal en montaña fluvio Sin Δ significativo
gravitacional 34 34
Páramo azonal en montaña hidrovolcánica 4 4 Sin Δ significativo
Páramo azonal en piedemonte Sin Δ significativo
hidrovolcánico 18 18
BBD en altiplanicie hidrovolcánica 2 2 Sin Δ significativo
BBD en montaña estructural erosional 46 46 Sin Δ significativo
BBD en montaña fluvio gravitacional 173 173 Sin Δ significativo
BBD en montaña hidrovolcánica 94 94 Sin Δ significativo
BBD en piedemonte hidrovolcánico 35 35 Sin Δ significativo
BMD en altiplanicie hidrovolcánica 24 24 Sin Δ significativo
BAD en planicie amazónica 1.296 955 26.3% Pérdida
Páramo en montaña fluvio gravitacional 253 131 48.2% Pérdida
Páramo en montaña hidrovolcánica 116 59 49.1% Pérdida
Cuerpo de agua 2 1 50.0% Pérdida
BMD en montaña estructural erosional 14 7 50.0% Pérdida
BMD en montaña hidrovolcánica 110 48 56.4% Pérdida
BMD en montaña fluvio gravitacional 510 208 59.2% Pérdida
BMD en piedemonte hidrovolcánico 40 6 85.0% Pérdida
BAD en lomerío fluvio gravitacional 172 193 10.9% Fragmentación
BAD en montaña fluvio gravitacional 132 419 68.5% Fragmentación
BAD en piedemonte coluvio aluvial 111 948 88.3% Fragmentación
AGROECOSISTEMAS
Agroecosistemas con predominancia de -
pastos y cultivo 0 1.796
Áreas con predominancia de cultivos
mixtos 0 74 -
Áreas con predominancia de cultivos y 0 6.072
vegetación secundaria -

De otro lado, los valores de entremezcla de los distintos ecosistemas no han variado
significativamente en relación con los porcentajes calculados a partir de las coberturas
potenciales estimadas. Solamente seis ecosistemas presentaron diferencias apreciables en
este índice y de estos, únicamente dos son explicables en razón de la pérdida observada de
coberturas, aunque el cambio se presentó en direcciones opuestas que dificultan su

70
interpretación: mientras los bosques medios densos en piedemonte hidrovolcánico
incrementaron su valor de entremezcla, los bosques altos densos en planicie amazónica lo
redujeron (Tabla 6.4).

Mapa 6.1. Pérdida y fragmentación de ecosistemas

71
Mapa 6.2. Integridad de los ecosistemas del piedemonte andino – amazónico

72
Tabla 6.4. Indicadores de cambio estructural en los ecosistemas del piedemonte andino – amazónico de Colombia.

Área (ha) Entremezcla


Ecosistemas Remanencia
Potencial 2002 Potencial 2002
Páramo en montaña fluvio gravitacional 24.826.6 23.338.2 94.0 15.7 19.4
Páramo en montaña hidrovolcánica 122.453.0 12.119.1 9.9 22.3 27.9
Páramo en piedemonte hidrovolcánico 17.3 17.3 100.0 33.2 37.6
Subpáramo en montaña fluvio gravitacional 6.9 6.9 100.0 22.2 21.3
Páramo azonal en montaña fluvio gravitacional 957.8 957.8 100.0 46.1 55.1
Páramo azonal en montaña hidrovolcánica 98.4 98.4 100.0 32.3 32.0
Páramo azonal en piedemonte hidrovolcánico 2.333.2 2.333.2 100.0 42.4 35.9
BBD en altiplanicie hidrovolcánica 6.0 6.0 100.0 26.9 25.8
BBD en montaña estructural erosional 686.0 686.0 100.0 42.2 40.0
BBD en montaña fluvio gravitacional 146.465.9 146.404.7 100.0 35.8 51.8
BBD en montaña hidrovolcánica 35.748.9 35.733.3 100.0 42.6 51.1
BBD en piedemonte hidrovolcánico 430.6 430.6 100.0 39.1 39.5
BMD en altiplanicie hidrovolcánica 3.081.3 705.0 22.9 19.8 37.8
BMD en montaña estructural erosional 3.160.7 79.4 2.5 50.7 47.1
BMD en montaña fluvio gravitacional 244.187.2 219.320.0 89.8 49.0 53.1
BMD en montaña hidrovolcánica 8.051.5 6.865.9 85.3 36.1 38.2
BMD en piedemonte hidrovolcánico 1.080.3 48.3 4.5 42.1 60.0
BAD en altiplanicie hidrovolcánica 2.891.5 0.0 0.0 35.2 -
BAD en lomerío fluvio gravitacional 144.292.3 132.718.6 92.0 39.8 42.5
BAD en montaña fluvio gravitacional 508.712.4 460.227.5 90.5 34.9 35.7
BAD en piedemonte coluvio aluvial 319.807.8 207.809.4 65.0 35.2 32.7
BAD en planicie amazónica 3.105.5 1.829.3 58.9 11.1 25.0
Cuerpo de agua 8.446.7 4.460.2 52.8 43.9 39.1
Agroecosistemas con predominancia de pastos y cultivo - 64.119.3 - 47.5
Áreas con predominancia de cultivos mixtos - 935.4 - 35.4
Áreas con predominancia de cultivos y vegetación - 149.643.0 - 53.4
secundaria

73
Conversión de ecosistemas

Con el fin de evaluar el grado de estabilidad de los fragmentos de ecosistemas,


en estos análisis se tuvieron en cuenta factores sociales, políticos y económicos,
considerando que el desarrollo de infraestructura y la densidad poblacional son
algunos de los procesos que más inciden sobre la degradación de los
ecosistemas (Groves 2003). En el caso del piedemonte, el principal factor de
transformación de ecosistemas es el avance de la frontera agropecuaria, pues
tanto las pasturas como las zonas de producción agrícola ocupan la mayor
proporción de las áreas intervenidas, aunque esta fue muy variable en los
distintos municipios (Figura 6.1).
50000

45000

40000

35000

30000
Hectáreas

25000
20000

15000

10000

5000
0
s

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B

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de

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V

én
el
B

Figura 6.1. Áreas con predominancia de pastos y cultivos por municipio

Estas diferencias podrían explicarse en función de la densidad poblacional y la


accesibilidad, bajo el supuesto de una mayor intensidad en el desarrollo de
sistemas de producción a medida que aumenta la población como consecuencia
de mayores facilidades de acceso a una zona determinada. Sin embargo, esta
explicación es sin duda simplista, pues muy seguramente las diferencias
también responden a factores culturales. El desarrollo de distintos sistemas de
producción depende también del tipo de relación de los pobladores con los
recursos naturales de una región, pues el orden en el que se presentan los
municipios (Figura 6.2) de acuerdo con la predominancia de cultivos mixtos –
principalmente de subsistencia – difiere con respecto a la secuencia de la figura
anterior.

74
En cuanto a la variación de la densidad de población en el piedemonte1, en
términos generales se observa una reducción paulatina de la misma por fuera de
los cascos urbanos (Tabla 6.5), aunque esta tendencia no es uniforme en todos
los municipios. Así por ejemplo, mientras las proyecciones para el municipio de
Pasto indican una masiva reducción de la población rural, en el municipio de
Santiago la tendencia es inversa.
45000

40000

35000
Superficie (ha)

30000

25000

20000

15000

10000

5000

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Jo

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V

n
Sa


Be

Figura 6.2. Superficie ocupada por cultivos mixtos y vegetación


secundaria en municipios del piedemonte.

Tabla 6.5. Proyecciones de la población total y la población rural de los municipios del
piedemonte andino – amazónico entre 1995 y 2010.

Densidad Poblacional Total Densidad Poblacional Rural


(DPT) unidades (DPR) unidades
1995 2000 2005 2010 1995 2000 2005 2010
NARIÑO
PASTO 68.71 76.15 84.78 80.70 8.72 8.12 8.51 -0.68
Córdoba 12.65 15.13 17.79 17.51 10.85 12.68 14.54 15.27
Funes 10.50 11.11 11.60 27.65 7.37 7.61 7.74 23.61
Ipiales 9.05 9.76 10.38 12.39 1.97 2.05 2.10 2.62
Potosí 6.10 7.72 9.50 7.89 5.41 6.68 8.02 7.06
Puerres 3.13 3.44 3.75 4.46 2.41 2.59 2.75 3.51
PUTUMAYO
MOCOA 2.08 2.39 2.72 2.99 0.93 1.02 1.11 1.16
Colón 4.87 5.61 6.39 7.02 2.36 2.62 2.87 3.02
Orito 0.02 0.02 0.02 0.02 0.01 0.01 0.01 0.02
Puerto Asís 0.10 0.12 0.14 0.15 0.06 0.07 0.08 0.08
Puerto Caicedo 0.74 0.85 0.97 1.07 0.63 0.72 0.81 0.89

1 Con base en las proyecciones del DANE, tomadas de la página http://www.dane.gov.co/inf_est/inf_est.htm

75
Puerto Caicedo 0.74 0.85 0.97 1.07 0.63 0.72 0.81 0.89
Puerto Guzmán 0.58 0.67 0.77 0.84 0.52 0.60 0.68 0.74
Sibundoy 10.70 12.33 14.05 15.42 4.60 5.05 5.47 5.70
San Francisco 1.10 1.27 1.44 1.58 0.58 0.65 0.71 0.76
Santiago 2.18 2.51 2.86 15.99 1.74 1.99 2.25 13.42
Valle del Guamués 1.14 1.31 1.50 1.30 0.87 0.99 1.12 0.99
Villagarzón 1.84 2.12 2.41 - 1.45 1.65 1.86 -
CAUCA
San Sebastián 1.20 1.15 1.08 - 1.13 1.05 0.96 -
Santa Rosa 0.32 0.25 0.30 - 0.31 0.22 0.25 -
CAQUETA
Belén de los
Andaquíes 0.74 0.73 0.71 1.32 0.47 0.45 0.43 0.84
San José de la
Fragua 0.88 0.96 1.05 2.61 0.71 0.75 0.81 1.97
Albania 3.57 3.93 4.33 5.12 2.65 2.84 3.06 4.15

Los resultados de la modelación de accesibilidad indican que la cuenca alta del


río Putumayo es menos vulnerable que la cuenca del río Caquetá, aunque
algunas porciones de esta última en el corredor biológico entre los parques
nacionales naturales Puracé y Cueva de los Guácharos tienen una accesibilidad
baja y por lo tanto ofrecen mayores posibilidades de mantenerse en el futuro,
conservando la conexión con los grandes bloques de selvas de montaña del
complejo volcánico Doña Juana – Cascabel y la Serranía de los Churumbelos.
En el alto Putumayo, se presenta un enorme bloque de vegetación natural con
baja accesibilidad desde el área de Bordoncillo – Patascoy hasta la frontera con
el Ecuador.

En cuanto a la afectación del piedemonte andino – amazónico por la exploración


y explotación de hidrocarburos, es indudable que esta ha sido uno de los
principales motores de la progresiva fragmentación y pérdida de ecosistemas en
la región, aunque los impactos registrados hasta la fecha son mayores en la
cuenca del Putumayo, especialmente en las partes correspondientes al inicio de
la planicie amazónica (Mapa 6.4). Es importante resaltar sin embargo que
podrían presentarse impactos negativos de esta actividad en el futuro cercano,
pues varios de los bloques petroleros coinciden con algunas de las zonas de
mayor integridad ecológica del piedemonte amazónico, como es el caso de la
zona que rodea el Patascoy y una porción sustancial hacia la Serranía de los
Churumbelos.

76
Mapa 6.3. Modelo de Accesibilidad

77
Mapa 6.4. Bloques y pozos petroleros presentes en el área de estudio

78
Capítulo 7 Procesos de ordenamiento que inciden y
generan impacto en los territorios indígenas
en el piedemonte del Putumayo

Fotografía: WWF Colombia / Luz Eliana Bossa

Carlos Salazar
Centro de Cooperación al Indígena, CECOIN
Al igual que en el resto del Departamento del Putumayo, en la región del
piedemonte andino – amazónico convergen una serie de conflictos sociales,
políticos, económicos y ambientales, que la hacen particularmente vulnerable
frente a las posibilidades de desarrollo. La dinámica poblacional, los activos
procesos de colonización, el desarrollo de economías de enclave, la economía
ilícita y el conflicto armado, han ido configurando complejos modelos de
ordenamiento del territorio que es necesario interpretar para poder abordar la
construcción colectiva de espacios de concertación para la conservación y el
manejo sostenible del territorio.

Los procesos de colonización campesina, tanto los dirigidos como los


espontáneos, marcaron los actuales usos del suelo, en los que predominan las
praderas que soportan una actividad ganadera extensiva a expensas de la
reducción de extensas zonas boscosas. Por su parte, el desarrollo de la
actividad petrolera en la región del Putumayo ha generado esquemas de
ordenamiento del territorio en la medida que define las áreas potenciales para la
exploración y explotación de este hidrocarburo. Teniendo en cuenta que esta es
una actividad económica de interés nacional que prevalece sobre los intereses
locales y departamentales, cualquier modelo de ordenamiento que se piense
debe incluir y evaluar el trazado de los bloques de exploración petrolera y los
pozos en producción, así como la normatividad que esto implica en términos de
seguridad y control espacial.

Por mandato de la Ley General de Ordenamiento (la ley de Desarrollo territorial


o Ley 388 del 18 de Julio 1997), los municipios formularon los esquemas y
planes básicos de ordenamiento desde lo local, en los cuales plantean el uso y
manejo de sus territorios. En la mayoría de los Esquemas y Planes Básicos de
Ordenamiento Territorial la temática indígena se analiza en forma muy general y
frente a los territorios indígenas, plantean la necesidad de caracterizarlos, definir
su situación y límites territoriales, construir sus planes de vida y fortalecer sus
organizaciones sociales y políticas, como son los cabildos. En estos documentos
de gestión se determinan igualmente las zonas de interés ambiental para el
municipio, que incluyen las áreas de protección forestal, de conservación y
recuperación y se analiza la propuesta de declarar como zonas de protección
ambiental todos los sitios sagrados de las comunidades indígenas. Otro factor
de ordenamiento lo constituyen las disposiciones del Sistema Nacional
Ambiental, en donde se determina las áreas de protección especial, reservas
naturales y parques nacionales.

Por último, las actividades ilícitas, especialmente la producción de hoja de coca


para la producción de cocaína, configura otro patrón de ordenamiento en el
Departamento del Putumayo, pues determina la ocupación y conversión de
grandes áreas para el monocultivo de esta planta y genera en su entorno una
dinámica social y económica que llevó al crecimiento desmesurado y
desordenado de caseríos y centros urbanos.

80
Exploración y Explotación de hidrocarburos

En la Amazonia colombiana, la explotación de hidrocarburos está limitada al


territorio del Putumayo, en donde se iniciaron las actividades exploratorias desde
finales de la década de 1940. La extracción propiamente dicha comenzó a partir
de 1963 en la concesión Orito y se amplió en 1967 con los descubrimientos de
los yacimientos de Acaé Norte y Acaé Sur, con lo cual aumentó la participación
del Putumayo en la producción nacional. Según ECOPETROL el área que tiene
posibilidades petrolíferas a nivel nacional es de 600.000 km2 (40% del territorio
colombiano), 150.000 de los cuales corresponden a las cuencas sedimentarias
de los ríos Putumayo y Amazonas. Para el año de 1990 se estimaban reservas
en el Putumayo de 97 millones de barriles.

La explotación petrolera en esta zona del Piedemonte vulneró los derechos de


los indígenas sobre sus tierras, en la medida que solamente se les reconocieron
las mejoras hechas por los colonos pues solamente se valoraron los territorios
que tuvieran cultivos y las áreas de bosque fueron catalogadas como carentes
de valor. Esta condición desconoció el hecho que para los indígenas la mayor
riqueza de sus territorios eran las grandes zonas selváticas y tuvo como
resultado la expulsión de muchas comunidades fuera de sus territorios. A las
comunidades indígenas que tenían título de resguardo se les reconoció algo de
sus cultivos, pero aquellos territorios ocupados por indígenas que no tenían título
fueron considerados como baldíos. En 1973 los antiguos territorios indígenas ya
habían sido apropiados en un 70% por colonos1.

Con la explotación de hidrocarburos en el Piedemonte Amazónico se desarrolló


una gran infraestructura de soporte a esta actividad, apertura de vías,
construcción de baterías, instalación de tanques de almacenamiento de crudo y
de pozos. Las obras que se fueron construyendo sobre territorios indígenas
fueron hechas sin el permiso de las comunidades allí asentadas, asumiendo una
disposición arbitraria de sus territorios. Es el caso de las comunidades Siona y
Kofán, tradicionalmente dispersas en el Valle del Guamués, en la que se
encuentran los campos Orito y Temblón, que fueron relegadas a los rincones
más apartados de ese valle cuando se dio inicio a la explotación en 1960. En el
caso de los Siona del territorio Orito-Pungo, fueron expulsados directamente por
la petrolera y por la construcción de las vías a través de sus territorios en 1987 y
lo mismo sucedió con el resguardo de Santa Rosa de Sucumbíos en límites con
el Ecuador.

De acuerdo con varios testimonios de indígenas Cofanes, la explotación


petrolera dio origen a cambios en la organización social, la esencia cultural, el
lenguaje, las tradiciones, los patrones de alimentación, y la distribución espacial
de los asentamientos indígenas en el medio y el bajo Putumayo. En el
transcurso de esos cambios se ha producido la pérdida de costumbres de las
comunidades indígenas, se ha quebrantado la unidad de sus grupos y se ha
1 Estudio Universidad Javeriana.

81
perdido la vida tranquila que llevaban. El incremento de, la tala, la quema y la
expansión de los cultivos de los campesinos colonizadores alrededor de los
campos petroleros, acaban con la vegetación nativa de uso tradicional y
espantan a los animales por lo que se disminuye la posibilidad de cacería para
los Cofanes (Corpos 1992).

Otros indígenas aseguran que las empresas petroleras indujeron a los indígenas
a quebrantar su modo tradicional de vida. La apertura de vías y la disposición
arbitraria de territorios indígenas son los principales abusos, pues las compañías
no consultan a las comunidades ni solicitan su autorización para usar sus
terrenos e incluso las regalías que produce esta explotación son entregadas a
los municipios y por lo general no benefician a las comunidades indígenas.

El 85% de los resguardos del medio y parte del bajo Putumayo en los municipios
de San Miguel, Orito, Valle del Guamués y Villagarzón, coincide espacialmente
con bloques petroleros y los más afectados son los de la Cristalina, El Afilador,
Yarinal y Santa Rosa del Guamués. La afectación incluye, además de la
superposición con los bloques de exploración petrolera, el impacto de las
diferentes actividades de la explotación de hidrocarburos, como son las
operaciones en los pozos de producción de petróleo y de gas y el cruce del
oleoducto.

Sistemas de áreas protegidas y la visión de los territorios indígenas

Las áreas protegidas de mayor relevancia ambiental dentro del piedemonte


andino – amazónico se pueden clasificar desde el nivel de manejo en dos
grandes grupos. En primer lugar, las que son definidas a nivel nacional, cuyo
manejo y administración competen a la Unidad de Parques Nacionales del
Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial. En el piedemonte
putumayense, las áreas correspondientes a este conjunto son cuatro, tres de
ellas compartidas con departamentos vecinos. La primera es la Serranía de los
Churumbelos, que en su mayor parte se encuentra en el Departamento del
Cauca en la zona conocida como media y baja bota caucana. Una segunda área
de conservación, que se encuentra en proceso de definición, es el área natural
protectora Cerro de Patascoy, localizada entre los municipios de San Francisco
(Alto Putumayo), Orito y Villagarzón. El páramo de Bordoncillo en la cuenca alta
del río Caquetá, en la zona limítrofe con el Departamento del Cauca es una
tercera área prioritaria y por último, está la reserva Forestal Protectora de la
Laguna de la Cocha, gran parte de la cual se encuentra en el Departamento de
Nariño.

Un segundo conjunto corresponde a las áreas de conservación de carácter


departamental, cuyo manejo está a cargo de la Corporación ambiental
CORPOAMAZONIA. Estas incluyen la Reserva Forestal Protectora de la Cuenca
del Río San Juan, denominada por las comunidades indígenas Nukanchipa Alpa
Amukunapa Wasi (territorio indígena – lugar de los dioses) con un área

82
aproximada de 36.000 ha y cubre parte de los municipios de Villagarzón, Orito y
Santiago y la Reserva Forestal Protectora de la Cuenca Alta del Río Mocoa.

Adicionalmente, en el componente general de los PBOT y EOT cada municipio


identifica la visión que las entidades y pobladores quieren de sus territorios. En
la mayoría se asumen los resguardos indígenas como zonas ambientalmente
estratégicas por el estado de conservación y protección de los bosques,
especialmente en los resguardos antiguos, como los de los municipios de
Villagarzón y Puerto Guzmán. En este último, la Corporación Ambiental ha
venido trabajando sobre el manejo, recuperación y conservación de la Cuenca
del Río San Juan, en la cual se encuentran asentados los pueblos Awa e Inga.

En el municipio de Orito, en el sector comprendido desde la Siberia y el Placer


hasta el río el Tigre y su desembocadura en el río Putumayo y en sitios como
Nueva Isla, San Antonio del Guamués, Santa Rosa del Guamués y El Tigre, se
plantea su declaración como zona de interés arqueológico y patrimonial por los
indicios de presencia de áreas de interés arqueológico sobre las terrazas de la
margen izquierda de este río.

Impacto de los cultivos de uso ilícito sobre los territorios indígenas

A partir de la década de 1990, la expansión de los cultivos de uso ilícito empezó


a tomar fuerza en el piedemonte andino – amazónico y muy pronto el Putumayo
se convirtió en la zona de mayor producción de coca y procesamiento de este
alcaloide a gran escala. Entre 1999 y 2001, en el Putumayo se registró la mayor
área cultivada en coca a nivel nacional (Tabla 7.1.). A partir del año 2001
comienza una fuerte disminución de los cultivos ilícitos, atribuida en un 60%
(28.000 ha) a la erradicación por aspersión y un 40% (19.000 ha) a la sustituida
por los programas de desarrollo alternativo financiados por la cooperación
internacional.

Tabla 7.1. Cobertura de Coca a Nivel Nacional y en el Putumayo

Año Total de la cobertura Total de la cobertura de Porcentaje


coca coca del total
en Colombia (hectáreas) en el Putumayo (ha) Nacional
1999 160.000 58.297 36.4%
2000 163.000 66.022 40.5%
2001 145.000 47.120 32.5%
2002 102.000 13.725 13.5%
2003 86.000 7.559 8.7%

Las comunidades indígenas fueron involucradas en esta actividad económica,


integrándose principalmente en la producción, en forma de cultivadores o
raspachines. Aunque a escala reducida, pronto los territorios indígenas entraron
en las estadísticas del Estado como zonas productoras de cultivos de uso ilícito.

83
Entre los resguardos indígenas que tuvieron mayor cobertura en coca en el año
2001 y una disminución apreciable en 2002 y 2003, están Yarinal - San
Marcelino (1.556 ha de coca en 2001 vs. 159 ha en el 2003), el Afilador
registraba (853 ha en el 2001 vs. 68 ha en el 2003), Santa Rosa de Sucumbíos
(395 ha vs. 80 ha) y Santa Rosa del Guamués (343 ha vs. 17 ha).

Según el censo de la OZIP – PNDA y ONG que trabajaban con el Programa de


sustitución de ilícitos con las comunidades indígenas, en el año 2001 la
cobertura de coca en los resguardos y territorios indígenas aun sin legalizar era
de 4.622 ha, representando el 9.8% de la cobertura de coca en el Putumayo. La
mayor cobertura de coca sembrada se encontraba en los Resguardos de Orito
(30%), Caicedo y Puerto Guzmán (17% cada uno), Puerto Asís (12.8%),
Villagarzón (11%), Puerto Leguizamo (10.9%) y Mocoa (1.3%). La totalidad de
estos cultivos fue erradicada en su totalidad en los años 2002 y 2003 en forma
concertada con las propias comunidades indígenas. Es importante anotar que la
mayor parte de estos sembrados de coca era propiedad de familias de colonos
inmigrantes a quienes los indígenas les arrendaban la tierra o se encontraba en
los territorios indígenas extensos en donde no se ejercía control y los colonos
sembraban los cultivos de uso ilícito. Los patrones de crecimiento y tamaño de
los lotes fueron variando de grandes extensiones a chagras de menos de 3
hectáreas. Según los datos del SIMCI, 93% de los lotes de coca eran menores
de 3 hectáreas, y representaban el 69% de la cobertura total del Departamento
del Putumayo.

En el informe del SIMCI de Junio de 2004, se dice que de acuerdo con los
últimos vuelos de verificación realizados en el Putumayo en marzo de ese
mismo año, se muestra un buen número de lotes de coca abandonados
principalmente en el medio y bajo Putumayo.

Las economías indígenas se han mantenido en la periferia del mercado y sin


transitar hacia sistemas productivos intensivos en tecnología y capital. Esto
explica la forma como los pueblos indígenas del Putumayo han estado en gran
medida al margen de la expansión de los cultivos de uso ilícito, pues el cultivo de
coca es entendido por ellos como uno de los soportes de su subsistencia que
garantiza, a partir de sus sistemas tradicionales de producción, cierto nivel de
seguridad alimentaria, a la vez que se generan algunos excedentes que
permiten la generación de ingresos monetarios, los cuales históricamente se
obtienen en las tierras bajas y selvas húmedas a través de prácticas económicas
de corte extractivo.

Para entender la economía creada alrededor de la coca es importante tener


como contexto la dinámica territorial, en la que la mayoría de las comunidades
no disponen de tierra, aspecto que incide en su limitada capacidad de reproducir
sus sistemas tradicionales de producción y hace a la población extremamente
vulnerable al momento de asumir la erradicación de sus cultivos de coca. De
este modo para la población indígena del Putumayo, al contrario de otros

84
contextos, en los que las comunidades pueden conseguir cierta seguridad
alimentaria a partir de la oferta ambiental y de sus sistemas agrícolas, se
presenta una situación de clara dependencia de los mercados externos para
asegurar el flujo de alimentos. A esta situación se agrega el proceso de
aculturación como consecuencia de la economía fundada en la coca, que ha
llevado a que los jóvenes que han crecido en esa práctica pierdan el bagaje de
conocimientos tradicionales al especializarse como productores o como
jornaleros en la cadena productiva de los cultivos de uso ilícito2.

2 William Villa. Documento líneas de Política Programa Raíz por Raíz

85
Capítulo 8 Análisis de amenazas a la biodiversidad

Fotografía: Instituto de Investigaciones de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt / Rocío Polanco

Juan Carlos Espinosa


Oficial de Política Ambiental, WWF Colombia
Las principales amenazas a la conservación de la biodiversidad en la región del
piedemonte andino – amazónico se derivan del desarrollo de proyectos de infraestructura
energética y de transporte. La construcción de carreteras, el tendido de líneas de
transmisión eléctrica y la apertura de áreas para la exploración y explotación minera y de
hidrocarburos conllevan diversos impactos directos e indirectos sobre la biodiversidad y
sobre el bienestar de las poblaciones locales. Entre los impactos directos vale la pena
mencionar la fragmentación de ecosistemas, la destrucción de hábitats y la pérdida de
conectividad, y entre los impactos indirectos la deforestación y explotación insostenible de
recursos naturales como consecuencia de la migración poblacional hacia zonas cercanas
a las nuevas vías, las zonas de explotación minera y los campos petroleros.

Con el fin de priorizar acciones tendientes a disminuir estas amenazas en el Piedemonte


Amazónico, WWF Colombia ha adelantado varios estudios para identificar y cualificar los
proyectos de infraestructura que serán desarrollados en los próximos años en esta área.
En el estudio “Análisis de los Proyectos de Inversión Económica en la Ecorregión Andes
del Norte”, se identificó, analizó y sistematizó la información sobre megaproyectos de
inversión económica de los sectores productivos nacionales, realizados o proyectados en
áreas consideradas como prioritarias por el WWF en los Andes colombianos, incluido el
Piedemonte Amazónico. Este estudio, culminado a finales de 2005, analizó los planes y
políticas nacionales y regionales en materia de transporte, minería y energía y generó una
base de datos de proyectos de transporte vial, fluvial, férreo y marítimo, de generación y
transmisión de energía eléctrica, de exploración y explotación minera, petrolera y de gas.

Con base en los resultados de este estudio, durante el año 2006 se hizo un seguimiento
más detallado del avance de la carretera Pasto-Mocoa y de la interconexión eléctrica
Colombia-Ecuador. Por último, se llevó a cabo recientemente el estudio “Megaproyectos
de Infraestructura en la Amazonía Colombiana”, cuyo objeto fue contribuir a la formulación
de una estrategia regional de WWF para el seguimiento e incidencia sobre proyectos de
infraestructura en la Amazonía, mediante la recopilación de información primaria y
secundaria sobre dichos proyectos, así como del contexto nacional e internacional en el
que se desarrollan. La información contenida en este capítulo se basa en gran medida en
la información recopilada en estos estudios.

Contexto de Política Sectorial

Durante una reunión de Presidentes de América del Sur celebrada en Brasilia en el año
2000, surgió el concepto de integración física de los países suramericanos con un
horizonte de mediano plazo, bajo el cual se pretende convertir las fronteras en espacios
de cooperación y se consideran como proyectos prioritarios las obras de interés bilateral y
subregional. En este marco, surgió la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura
Regional Sudamericana (IIRSA), con el objeto de “promover el desarrollo de la
infraestructura de transporte, energía y telecomunicaciones bajo una visión regional,
procurando la integración física de los doce países sudamericanos y el logro de un patrón
de desarrollo regional equitativo y sostenible”.1 Esta iniciativa se constituye hoy en día
como el principal foro intergubernamental sudamericano en la materia y ha establecido los
principales planes y proyectos que debe adelantar el continente sudamericano para lograr

1 Página web IIRSA: www.iirsa.org

87
una mayor integración encaminada a potenciar su acceso a mercados internacionales y a
dinamizar la economía de sus diferentes regiones. Estos proyectos serán desarrollados
de manera conjunta por los gobiernos de los países de América del Sur, el sector privado
y las Instituciones Financieras Multilaterales como el Banco Interamericano de Desarrollo
(BID), la Corporación Andina de Fomento (CAF), el Fondo Financiero para el Desarrollo
de la Cuenca del Plata (FONPLATA) y el Banco Mundial.2

Los siete principios orientadores de la IIRSA son:

• Regionalismo abierto: Implica reducir al mínimo las barreras internas al comercio y los
cuellos de botella en la infraestructura y en los sistemas de regulación y operación que
sustentan las actividades productivas regionales.
• Ejes de Integración y Desarrollo: Busca establecer un estándar mínimo común de
calidad de servicios de infraestructura de transportes, energía y telecomunicaciones,
con el fin de apoyar las actividades productivas específicas de cada eje de integración y
desarrollo.
• Sostenibilidad económica, social, ambiental y político-institucional: Tiene como objetivo
un desarrollo de calidad superior que solo podrá ser alcanzado mediante el respeto a la
sostenibilidad económica, social, ambiental y político-institucional.
• Aumento del Valor Agregado de la Producción: Busca un mejoramiento constante de la
calidad y productividad de los bienes y servicios para que la economía genere cada vez
más riqueza para la sociedad.
• Tecnologías de la Información: Busca la transformación total de los conceptos de
distancia y espacio a fin de superar barreras geográficas y operativas dentro de la
región con el fin de acercar la economía suramericana a los grandes motores de la
economía mundial.
• Convergencia Normativa: Promueve el dialogo entre las autoridades regulatorias y de
planificación de los países con el fin de lograr compatibilidad entre las reglas que rigen y
orientan las actuaciones de la iniciativa privada en la región.
• Coordinación Público-Privada: Promueve las asociaciones estratégicas público–
privadas para el financiamiento de los proyectos de inversión, así como las consultas y
cooperación para el desarrollo de un ambiente regulatorio adecuado para la
participación significativa del sector privado en las iniciativas de desarrollo regional e
integración.

El Plan de Acción de IIRSA contempla 12 ejes de integración y desarrollo, de los cuales


dos tienen una influencia directa en el piedemonte andino – amazónico de Colombia. El
primero es el eje Andino, el cual está compuesto por los principales nodos de articulación
(redes viales troncales, puertos, aeropuertos y pasos de frontera) de Bolivia, Colombia,
Ecuador, Perú y Venezuela, y articula las principales ciudades de estos países a través de
dos grandes corredores viales norte-sur: la Carretera Panamericana, a lo largo de la
Cordillera Andina en Venezuela, Colombia y Ecuador, y a lo largo de la costa en Perú; y la
Carretera Marginal de la Selva, bordeando la Cordillera Andina a nivel de los Llanos en
Venezuela y de la Selva Amazónica en Colombia, Ecuador y Perú (Figura 8.1).3

2 Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y Ministerio de Relaciones Exteriores; Corredor Intermodal Tumaco - Puerto Asís - Belém Do Pará; “Un
Camino Verde Hacia La Paz”; Asistencia Preparatoria - Proyecto COL/01/025; Bogotá, Noviembre de 2003.
3 Página web IIRSA.

88
Figura 8.1. Grupos de Proyectos del Eje Andino de la IIRSA (Fuente: www.iirsa.org).

Dentro de los grupos de proyectos de este eje, el que más incidencia directa tiene en el
Piedemonte Amazónico es el Grupo 6: Conexión Colombia-Ecuador II, que busca unir a
los dos países mediante la red vial Bogotá – Mocoa – Santa Ana – San Miguel – Tena –
Loja (Figura 8.2). La función estratégica de este grupo de proyectos es articular en
esquemas de comercio internacional a las zonas centro y sur de Colombia, las provincias
amazónicas del norte y centro de Ecuador (Tena y Puyo) y el área de Loja en el sur de
Ecuador.

El segundo eje de integración propuesto por IIRSA es el eje del Amazonas y comprende
una franja de terreno de un par de cientos de kilómetros a lo largo del sistema multimodal
de transporte que interconecta tres puertos del Pacífico (Tumaco en Colombia,
Esmeraldas en Ecuador y Paita en Perú), con los puertos amazónicos de Manaos, Belén
y Macapá en Brasil. De esta manera, este eje busca la unión bi-oceánica a través de más
de 6.000 kms de vías navegables en los ríos Huallaga, Marañón, Ucayali y Amazonas en
Perú, Putumayo y Napo en Ecuador, Putumayo en Colombia e Iça, Solimões y Amazonas
en Brasil. Su área de influencia se estima en casi 4.5 millones de kilómetros cuadrados
(Figura 8.3).

89
Figura 8.2. Grupo 6 de Proyectos del Eje Andino de la IIRSA (Fuente: www.iirsa.org)

Figura 8.3. Eje Amazonas de la IIRSA (Fuente: www.iirsa.org)

90
Es de especial relevancia que el área comprendida por el sur de los Andes colombianos y
el Piedemonte Amazónico sea el punto de confluencia de los tres principales corredores
que atraviesan el territorio colombiano: la vía Caracas-Bogotá-Cali-Quito, la vía Caracas-
Bogotá-Mocoa-Quito y el corredor multimodal Tumaco-Belem Do Pará (Figura 8.4).

Figura 8.4. Principales Corredores Viales y Fluviales de la IIRSA (Fuente: www.iirsa.org)

En cuanto al contexto nacional se refiere, el Departamento Nacional de Planeación (DNP)


elaboró el documento denominado “Visión Colombia, Segundo Centenario” con ocasión
de la celebración del segundo centenario de la de la Batalla de Boyacá en el año 2019, en
el cual se definen, entre otras, las políticas del Estado para los sectores de transporte,
telecomunicaciones y minero energético, con metas para el año 2019 compatibles con
unas tasas de crecimiento dinámicas del PIB y del comercio exterior.

91
En materia vial, para el 2019 este documento plantea la consolidación de la red vial por
medio de corredores de carreteras troncales (norte-sur) y transversales con excelentes
niveles de calidad y servicio y dirigida principalmente a los corredores de comercio
exterior. En este esquema, se evidencia nuevamente cómo el nodo sur de interconexión
entre corredores de transporte ocurre en la zona del Piedemonte Amazónico (Figura 8.5).

En cuanto al transporte fluvial, el documento hace referencia al potencial que tiene el país
para desarrollar este medio de transporte para carga y pasajeros. Sin embargo, hace
también hincapié en la necesidad de garantizar la navegabilidad de las hidrovías y la
construcción y mejoramiento de la infraestructura de muelles fluviales para que este
potencial pueda ser alcanzado. De esta manera, para el año 2019 se prevé el desarrollo
del transporte fluvial principalmente en los ríos Magdalena, Meta, Orinoco, Putumayo,
Atrato y bajo Cauca.

Figura 8.5. Corredores Prioritarios de Transporte para Colombia hacia el año 2019.

92
En materia minero energética, el documento Visión 2019 busca convertir al país en un
cluster regional energético. En especial, se prevé que el país haga provecho de la
consolidación del mercado eléctrico Andino aumentando su exportación de energía
eléctrica a países vecinos. Para ello será necesario un incremento en la capacidad de
generación del país, así como la construcción de nuevas interconexiones transfronterizas.

El documento también visualiza el posicionamiento del país en el mercado mundial de


energéticos como el carbón y el gas natural, para lo cual será necesaria la inversión en
infraestructura para facilitar los intercambios comerciales. Frente al desarrollo minero, el
documento hace referencia al amplio desconocimiento que tiene el país acerca del
potencial geológico del subsuelo. Por este motivo, se menciona como prioridad el
desarrollo de operaciones de exploración minera en grandes extensiones del territorio
nacional. Finalmente, en materia de hidrocarburos es evidente la necesidad de ampliar las
reservas de petróleo del país para lo cual se desarrollarán actividades extensivas a
intensivas de exploración petrolera en búsqueda de nuevos yacimientos y se invertirá en
nuevas tecnologías para aumentar la tasa de recuperación de los pozos actualmente en
producción.

Proyectos de Infraestructura en el Piedemonte Amazónico

Sector Transporte

El principal megaproyecto de infraestructura vial que se adelantará en la zona de


Piedemonte Amazónico en un futuro cercano es la adecuación de la carretera Pasto-
Mocoa y sus variantes. Adicionalmente, se pavimentará la vía Mocoa – Villa Garzón. La
carretera Pasto-Mocoa comunica las capitales de los departamentos de Nariño y
Putumayo. Gran parte del trazado de esta vía, construida en la década de 1930, cuenta
con bajas especificaciones técnicas en materia de radios de curvatura y pendientes
longitudinales, resultando en bajas velocidades de desplazamiento, limitada capacidad de
tráfico vehicular y pocas garantías de seguridad para los usuarios.

Actualmente se requiere una vía con mejores especificaciones técnicas dado el


incremento de su tráfico vehicular y las expectativas de integración comercial entre esta
zona del país y otras zonas de Colombia y los países vecinos. Para tal efecto, la iniciativa
de mejoramiento y adecuación de la vía Pasto-Mocoa incluye la ampliación y
pavimentación de algunos de sus tramos, y la construcción de variantes con menor
pendiente longitudinal y mayores radios de curvatura.

Este proyecto, como ya se mencionó, hace parte del Grupo 01 del Eje Amazonas de la
IIRSA denominado “Acceso a la Hidrovía del Putumayo, el cual contempla nueve
proyectos, de los cuales la carretera Pasto-Mocoa es su proyecto “ancla” (Tabla 8.1).

93
Tabla 8.1. Proyectos para el Acceso a la Hidrovía del Putumayo de la IIRSA.

Nombre del Proyecto País Subsector Costo (millones US$)


Carretera Pasto-Mocoa y variantes de Colombia Vial 183
pavimentación
Proyecto de electrificación: PCH Leticia e Brasil - Colombia Eléctrico 5
interconexión Leticia Tabatinga
Adecuación del muelle de Puerto Asís Colombia Fluvial 3
Vía perimetral de Túquerres Colombia Vial 3
Adecuación del puerto El Carmen Ecuador Vial 3
Adecuación del puerto de San Lorenzo Ecuador Vial 6
Adecuación del puerto de Tumaco Colombia Fluvial 5
Tramo vial Santa Ana – Puerto Asís Colombia Fluvial ND
Tramo San Lorenzo – El Carmen: Ecuador Vial 8
rehabilitación y pavimentación

Para tres de los cuatro tramos de la vía Pasto-Mocoa (Pasto – El Encano, El Encano –
Santiago y San Francisco – Mocoa), se han propuesto variantes de trazado (Figura 8.6).

Figura 8.6. Posibles Variantes de la Vía Pasto – Mocoa (Fuente: Invías, 2005).

94
Para el tramo Pasto – El Encano se consideraron tanto la pavimentación y recuperación
del trazado actual como la construcción de una variante que cobijaría parte del recorrido.
Se realizó un Diagnóstico Ambiental de Alternativas (DAA) y se seleccionó una de las
alternativas presentadas, sujeta a un Plan de Manejo Ambiental con requisitos
específicos, dada su posible afectación de la Reserva Forestal Protectora de la Laguna de
la Cocha y el Cerro de Patascoy. El proceso de licenciamiento ambiental para la variante
está temporalmente inactivo pues el Instituto Nacional de Vías (Invías) está evaluando si
hacer el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) de la alternativa seleccionada, y se podría
reactivar una vez se cuente con los recursos para su financiación. Por el momento se
tiene previsto el mejoramiento del trazado y la pavimentación de la vía actual.

Para el tramo El Encano – Santiago se propuso la construcción de una variante de 28 km


que disminuiría la pendiente longitudinal y los radios de curvatura de la vía. Para ello se
realizó un DAA y un EIA sobre la alternativa seleccionada. Sin embargo, Invías solicitó
archivar el expediente por los altos costos de la construcción de la variante, por su alto
impacto ambiental (la variante impactaría el área Ramsar y la Reserva Forestal Protectora
de La Cocha) y por la imposibilidad de llegar a acuerdos de Consulta Previa con las
comunidades indígenas de la zona. Se decidió entonces rehabilitar la vía existente, para
lo cual se deberían tomar medidas específicas de mitigación en torno al área Ramsar y la
Reserva Forestal.

En cuanto al tramo Santiago – San Francisco, no se ha propuesto la construcción de una


variante, por lo que se invertirá en su adecuación. Finalmente, para el tramo San
Francisco – Mocoa también se ha propuesto una variante de 47 km que aumentaría la
velocidad de diseño y disminuiría la pendiente longitudinal de la vía y mejoraría sus
especificaciones geométricas. Tanto el DAA y el EIA de la variante fueron entregados en
2003 y a mediados del año 2005 el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo
Territorial (MAVDT) solicitó información complementaria al EIA y manifestó su
preocupación por el alto grado de afectación que la construcción de la variante podría
ocasionar sobre la Reserva Forestal Protectora de la Cuenca Alta del Río Mocoa.

Teniendo en cuenta las condiciones de alta sensibilidad ambiental de este proyecto, el


gobierno colombiano solicitó asistencia técnica al BID, entidad que será la fuente de
recursos de crédito con los que se financiará la construcción de la variante, para la
preparación de los estudios ambientales, socioculturales y económicos de la variante. De
esta manera el BID tramitó una Cooperación Técnica no Reembolsable para financiar una
Evaluación Ambiental Estratégica (EAE) de la carretera Pasto – Mocoa, y la elaboración
de un Plan de Manejo para la Reserva Forestal. Con la EAE se busca identificar los
potenciales impactos inducidos y acumulativos que conllevará el mejoramiento de la
carretera en los ámbitos social, económico y ambiental. Ambos estudios iniciarán durante
el primer semestre de 2007. El Invías, por otro lado, se encuentra actualmente
complementando el EIA de la variante.

El gobierno nacional, por intermedio de INVÍAS, el Ministerio de Transporte y el


Departamento Nacional de Planeación (DNP), ha establecido el plan de inversiones para
el corredor vial Tumaco – Mocoa (Tabla 8.2). Este plan está actualmente en discusión en
el marco del documento “Mejoramiento del Corredor Tumaco – Pasto – Mocoa”.

95
Tabla 8.2. Plan de Inversiones para el Corredor Vial Tumaco-Mocoa

Necesidades
Longitud de inversión
Tramo Obras a realizar en el proyecto
(km) (millones de
pesos)
Tumaco - Pedregal 246 20.000 Rehabilitación y mantenimiento de pavimento
asfáltico y losas de concreto, obras de
drenaje y señalización
Pedregal – Pasto 38 Concesión
Pasto – Encano 19.5 12.000 Rehabilitación y mantenimiento de pavimento
asfáltico, rectificaciones menores, obras de
drenaje y señalización
Encano – Santiago 27.5 35.000 Rectificación, construcción de obras de
drenaje y de la estructura del pavimento en
toda la longitud.
Santiago – San 20 2.500 Terminación de berma-cuneta y obras de
Francisco drenaje. Mantenimiento periódico y rutinario
San Francisco – Mocoa 78 336.000 Construcción de la variante nueva de 47 km
de longitud (valor incluido interventoría)
Estudios Puentes San 47 4.000 Diseño definitivo de los puentes y
Francisco – Mocoa actualización de estudio ambiental.
Mantenimientos 27.500 Los tramos que estén pavimentados y en
operación, hasta que termine la construcción
de la variante.
Interventorías 6.500
Total de Inversiones 443.500

Esta iniciativa se desarrollará en dos fases. En la primera, se llevará a cabo la


rehabilitación y/o pavimentación del corredor Tumaco – Pasto – San Francisco, con una
longitud de 354 kms. Se desarrollará en tres vigencias (2006-2008) para lo cual se
invertirán 87.500 millones de pesos provenientes de recursos de la Nación. La segunda
fase comprende la construcción de la variante San Francisco – Mocoa, de 47 km de
longitud. Se tiene previsto el inicio de las obras a principios del año 2008, una vez estén
terminados los diseños de los puentes y viaductos y se haya obtenido la licencia
ambiental. La construcción de la variante se llevará a cabo en cinco vigencias, tiene un
valor de 356.000 millones de pesos y, como ya se mencionó, se financiará con recursos
crédito externo.

WWF Colombia ha tenido un especial interés en hacer seguimiento al desarrollo del


proyecto de la carretera Pasto – Mocoa y sus variantes, debido a su potencial impacto
sobre la Laguna de la Cocha y su zona de influencia, y sobre la Reserva Forestal
Protectora de la Cuenca Alta del Río Mocoa. En cuanto a La Cocha, la decisión del Invías
de no construir la variante El Encano – Santiago reduce significativamente el impacto
sobre la laguna. Y en cuanto a la variante San Francisco – Mocoa, WWF participa
actualmente de las discusiones en torno a la EAE y al Plan de Manejo Forestal que están
siendo financiados por el BID.

96
Subsector de Energía

El principal proyecto con influencia sobre el piedemonte andino – amazónico es el de


ampliación de la capacidad de interconexión eléctrica entre Colombia y Ecuador. Este
proyecto contempla el tendido de una línea de transmisión eléctrica de 250 MW de
potencia a una tensión de 230 kV desde la hidroeléctrica de Betania – ubicada en el
municipio de Yaguará, departamento del Huila – hasta el punto de conexión en la frontera
con Ecuador en el municipio de Cuaspud, así como la ampliación y adecuación de las
subestaciones eléctricas de Betania, Altamira, Mocoa y Jamondino (Pasto). La línea de
interconexión tendrá una longitud de 368.6 kms (soportada por 788 torres), y está dividida
en cuatro tramos: Betania – Altamira, Altamira – Mocoa, Mocoa – Pasto, y Pasto –
Frontera con Ecuador (Figura 8.7).

Figura 8.7. Trazado Línea Interconexión Eléctrica Colombia-Ecuador (Fuente: Proyecto


UPME-01-2005 Interconexión con Ecuador; Estudio de Impacto Ambiental,
diciembre de 2005).

97
Este proyecto hace parte del Plan de Expansión de Referencia de Generación y
Transmisión 2006 – 2020, expedido por el Ministerio de Minas y Energía a través de la
Unidad de Planeación Minero Energética (UPME), y se enmarca en el acuerdo suscrito
por los gobiernos de Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela en septiembre de 2001 para la
interconexión regional de sus sistemas eléctricos y el intercambio internacional de
energía. El primer proyecto de interconexión entre Colombia y Ecuador entró en operación
en marzo de 2003 con el tendido de una línea de transmisión de 230 kV entre Jamondino
(Pasto) y Pomasqui (Ecuador), mediante la cual Colombia ha transferido 1.460 GWh de
energía al vecino país por un monto de 108 millones de dólares y equivalentes al 12% de
su demanda total de energía. El proyecto en mención entrará a complementar esta
iniciativa.

La construcción y operación del proyecto fue adjudicada a la Empresa de Energía de


Bogotá (EEB), con un costo aproximado de 37 mil millones de pesos. Esta nueva línea
estará en capacidad de suministrar energía eléctrica a Mocoa y poblaciones del bajo
Putumayo como Villagarzón, Puerto Guzmán, Puerto Caicedo, Puerto Asís, Orito, y La
Hormiga, entre otras.
Entre los principales impactos ambientales de este proyecto se encuentran la
fragmentación de ecosistemas por el tendido de la línea de transmisión y la remoción de
vegetación en el área de servidumbre de la línea (16 metros a lado y lado), así como por
la apertura de trochas para el mantenimiento de las torres y cableado, y la afectación de
ecosistemas y poblaciones de especies focales durante la fase de construcción de las
torres de transmisión y el tendido del cableado.

La Figura 8.8 muestra en azul las áreas de mayor integridad ecológica a lo largo del
trazado de la línea de transmisión. Como se puede apreciar en la figura, el tramo entre
Mocoa y San Francisco es el que presentaría mayor potencial de afectación de áreas con
alta integridad ecosistémica. El tramo entre Mocoa y Pitalito se encuentra en áreas de
menor integridad debido a la intervención que se presenta en cercanías al casco urbano
de Mocoa y a la carretera entre Mocoa y Pitalito.

98
Figura 8.8. Áreas de Mayor Integridad Ecosistémica a lo Largo de la Línea de
Transmisión Eléctrica Colombia – Ecuador.

Adicionalmente, la línea de transmisión atravesará territorios de las comunidades


indígenas Ingas, Kamentsa y Yanaconas en el Piedemonte Amazónico, así como las
siguientes áreas protegidas:

• Una zona protegida en la vereda de Santo Domingo en el municipio de Santa Rosa


(Cauca).
• La reserva forestal protectora de la cuenca alta del río Mocoa.
• La reserva de la Laguna de la Cocha – Cerro de Patascoy.
• Dos reservas privadas no constituidas en los municipios de San Francisco y Santiago,
(Reserva La Virginia y Reserva Natural Las Chorreras).

Dada la escala y características del proyecto, el MAVDT requirió la elaboración de un


Diagnóstico Ambiental de Alternativas (DAA), así como un Estudio de Impacto Ambiental
(EIA) de la alternativa seleccionada. El DAA contempló cuatro alternativas de trazado y en
la evaluación tuvo en cuenta algunos criterios de susceptibilidad ecosistémica. Para el EIA
se tuvo en cuenta un área de influencia regional del proyecto de 4 km a lo largo de la línea
de transmisión (2 km a cada lado), y un área de influencia local determinada por la
servidumbre o derecho de vía de la línea, correspondiente a una franja de 32 metros de
ancho. Dicho estudio incluyó un análisis de fragmentación del paisaje con base en

99
criterios establecidos por el Instituto Humboldt, el cual incluye una predicción de la
fragmentación que podría conllevar el proyecto, así como medidas para su mitigación y
control. Adicionalmente, se llevó a cabo una consulta previa con las comunidades
indígenas presentes en la zona de influencia del proyecto.

A septiembre de 2006, el proyecto no contaba aún con licencia ambiental. Una segunda
versión del EIA se encontraba en estudio por parte del MAVDT luego de que en una
primera revisión solicitara información adicional a la EEB, y la consulta previa se
encontraba en sus últimas etapas de negociación. La fecha prevista de entrada en
operación del proyecto estaba fijada para junio de 2007, la cual podría sufrir retrasos por
cuenta de la expedición de la licencia ambiental.

Subsector Minero

Actualmente no existe ningún proyecto de explotación minera en el piedemonte. Sin


embargo, estudios preliminares de prospección minera en el departamento de Putumayo
han evidenciado el potencial de esta zona para la explotación de metales preciosos y
básicos.4

Como primer prospecto se definió la zona localizada en el depósito cuprífero de Mocoa, el


cual es un yacimiento de cobre y molibdeno que abarca también los municipios de Pasto,
Sibundoy, La Cruz, Piamonte, Orito, Monopamaba y San Juan de Villalobos. Otras 16
zonas asociadas a este yacimiento muestran potencial para la explotación de oro, plata,
cobre, plomo, zinc, molibdeno y manganeso. El Instituto de Geología y Minería de
Colombia (Ingeominas) ha concesionado un área para la explotación de estos metales
(Figura 8.9).

Se prevé también el desarrollo de nuevas actividades de prospección minera en el


piedemonte andino – amazónico como parte de la estrategia que fijó en gobierno para
incrementar el conocimiento del potencial geológico del subsuelo del país. El
desconocimiento de dicho potencial, la fragmentación de los yacimientos mineros y la
explotación artesanal e ilegal de esta actividad, son catalogados como las principales
limitaciones de la minería en Colombia. Para subsanarlas, el documento Visión 2019
propone hacer exploración geológica básica en el 75% del territorio nacional.

4 Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Departamento de Putumayo (2006), Documento de Actualización del Inventario Minero y Estudios Preliminares de
Prospección en el Departamento del Putumayo. Documento original del año 2003, actualizado en el año 2006.

100
Figura 8.9. Área de Concesión Minera en el Piedemonte Amazónico

101
Subsector de Hidrocarburos

El piedemonte andino – amazónico hace parte de la cuenca del Putumayo, una de las
cuencas sedimentarias en las cuales ha sido dividido el país para efectos de exploración y
explotación petrolera5. El primer campo descubierto en la zona y el de mayor producción
hasta el momento es el de Orito, descubierto en 1963 y cuya producción se inició en
1969. Este campo es operado actualmente por la Empresa Colombiana de Petróleos
(ECOPETROL). Actualmente, en el piedemonte andino – amazónico hay áreas en todos
los estadios de desarrollo de la actividad petrolera, y ECOPETROL es el principal
operador de explotación petrolera en la zona (Figura 8.10).

Figura 8.10. Áreas de Actividad Petrolera en el piedemonte andino –


amazónico (Fuente: ANH, 2006).

5 La cuenca del Putumayo se encuentra enmarcada al oeste por el flanco oriental del Macizo Colombiano, al este, por el arco de Chiribiquete, al norte por el
macizo de la Macarena y el alto del Guaviare y al sur, geográficamente, por el río Putumayo.

102
Las actividades de Ecopetrol en la cuenca del Putumayo se adelantan a través de su
Gerencia Sur, la cual está a cargo del manejo y desarrollo de 23 campos de petróleo
ubicados en cinco áreas en torno al campo de Orito, tres de las cuales (Orito, Occidente, y
Sur) están dentro del piedemonte andino – amazónico. El Oleoducto Transandino conecta
la refinería de Orito con el puerto de Tumaco, a lo largo de 306 kilómetros.

El área de Orito, ubicada en el municipio del mismo nombre, ha sido la de mayor tradición
y producción petrolera en la zona desde principios de la década de 1970. Para el 2020,
Ecopetrol espera explotar 44 millones de barriles de petróleo en esta área, tanto de
reservas probadas no desarrolladas como de reservas no probadas, para lo cual
desarrollará actividades de perforación sísmica 3D, perforación de nuevos pozos y
medidas para incrementar la producción de los pozos existentes.

El área occidente se localiza en los departamentos de Nariño y Putumayo y tiene 25


pozos, 10 de ellos productores activos, en los campos de Currutaco, San Antonio,
Sucumbíos, Caribe, Sucio, Bagre, Gavilán y Danta. Para los próximos años, Ecopetrol
pretende intensificar sus operaciones en los campos de Churuyaco, San Antonio y
Sucumbíos, buscando explotar más de 67 millones de barriles de reservas incrementales
y no probadas.

El área sur se encuentra localizada en jurisdicción de los municipios del Valle del
Guamués y San Miguel en el Departamento de Putumayo. Cuenta con 33 pozos, 13 de
ellos en producción, en los campos de Puerto Colón, Loro y Hormiga. Para el año 2020,
Ecopetrol pretende explotar 47.3 millones de barriles de petróleo de esta área, para lo
cual llevará a cabo actividades de prospección sísmica 3D a lo largo de 225 km,
perforación de nuevos pozos y medidas para incrementar el porcentaje de recuperación
de crudo de los pozos existentes.

De todas las áreas con actividad petrolera (Figura 8.10), WWF ha identificado las de
Chaza (en exploración por parte de la Agencia Nacional de Hidrocarburos, ANH) y San
Gabriel y Churuco (en exploración por parte de Ecopetrol) como las de mayor atención
desde el punto de vista ambiental, dado que tienen lugar en los sectores con más altos
índices de integridad ecosistémica (Figura 8.11). Por otro lado, las áreas de San Gabriel y
Chaza se cruzan con los límites propuestos para el área protegida de Churumbelos,.
WWF ha iniciado acercamientos tanto con la ANH como con ECOPETROL para la
incorporación de consideraciones ambientales en la planeación de las operaciones de
exploración en estas zonas.

103
Figura 8.11. Bloques Petroleros vs. Integridad Ecosistémica en el Piedemonte
Amazónico.

104
Capítulo 9 Caracterización de actores
para la conservación

Fotografía: Instituto de Investigaciones de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt / Rocío Polanco

Fabio Yépes
Centro de Cooperación al Indígena -CECOIN
La construcción social de los procesos de conservación debe respetar e integrar de un modo
dinámico diferentes visiones de la naturaleza, en vez de asumir a las comunidades o actores
como simples objetos de participación en un proceso de inducción de modelos derivados de
la visión hegemónica que no garantizan la generación de espacios de trabajo para la
construcción de verdaderas políticas de conservación. De esta forma, la caracterización de
actores ambientales, como parte de un proceso de concertación para la definición de áreas
protegidas en una región determinada, busca exponer la diversidad de visiones de manejo
de un territorio, para contribuir a generar una verdadera construcción de conocimiento en la
interacción entre actores locales, estatales y no gubernamentales.

En este orden de ideas, el Centro de Cooperación al Indígena (CECOIN) llevó a cabo en el


año 2004 un análisis de actores institucionales relevantes para el desarrollo de acciones de
conservación de la biodiversidad en el piedemonte andino – amazónico de Colombia
trabajando en el marco de un convenio suscrito entre y el Instituto de Investigación en
Recursos Biológicos Alexander von Humboldt (IAvH). A pesar de que el ejercicio de
caracterización se inició con muy buenos auspicios en una reunión amplia de actores en La
Cocha, con la presencia de las dos corporaciones regionales, representantes de alcaldías y
gobernaciones de los dos departamentos, Parques Nacionales, institutos adscritos al
Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, representantes indígenas del alto y
bajo Putumayo y ONG regionales, nacionales e internacionales, la participación posterior en
los talleres de caracterización, efectuados fue limitada por la falta de asistencia de diversas
organizaciones y entidades estatales. En consecuencia, gran parte de la caracterización de
los actores de la región se hizo a partir de información secundaria recogida en las salidas de
campo y en entrevistas con funcionarios de corporaciones, entidades territoriales, ONG y
organizaciones indígenas.

La información disponible sobre los actores se recoge en forma de matrices al final de este
capítulo (Tabla 9.1) para la Zona Andina Oriental de Nariño y el Departamento del Putumayo
el cual se dividió, a efectos de análisis, en dos sectores (Alto Putumayo y Medio Putumayo).
En el análisis general de actores de cada subregión se identificaron además posibles
escenarios de convergencia entre los mismos.

Zona Andina Oriental de Nariño

Entidades Territoriales

Los municipios y las gobernaciones están regidos en materia de planeación por las leyes 152
de 1994 sobre planes integrales de desarrollo y la ley 388 de 1997 sobre ordenamiento
territorial. La primera de las leyes encarga a la secretaría de planeación la elaboración y
ejecución del plan de desarrollo, la creación y funcionamiento del sistema de información
para la planeación y del banco de programas y proyectos de inversión municipal y de la
elaboración y seguimiento a la ejecución del plan plurianual de inversión municipal.

Entre los principios generales en materia de planeación, la ley contempla la sostenibilidad


ambiental, entendida como el conjunto de acciones que garanticen a las actuales y futuras
generaciones una adecuada oferta ambiental. La ley 388 regula el ordenamiento territorial
municipal, que busca garantizar un uso equitativo y racional del suelo, la preservación y
defensa del patrimonio ecológico y cultural localizado en su ámbito territorial, la prevención
de desastres y la ejecución de acciones urbanísticas eficientes.

106
La Gobernación de Nariño, a través de la Secretaría de Agricultura y Medio Ambiente,
reconoce la riqueza ecosistémica del departamento y las dificultades para su utilización
racional y aprovechamiento en pro del desarrollo del departamento. El Plan de Desarrollo del
Departamento de Nariño, enuncia siete problemas y se plantea un objetivo para cada uno
con las respectivas estrategias y metas. Dentro de sus líneas de acción, el plan contempla la
búsqueda de la “Armonía con la Naturaleza”, cuya principal línea de política es el
aprovechamiento racional de los recursos naturales.

Las secretarías de planeación municipal formulan y adoptan los planes de ordenamiento del
territorio contemplados en la Ley Orgánica del Plan de Desarrollo y la ley 388, reglamentan
de manera específica los usos del suelo en las áreas urbanas, de expansión y rurales,
optimizan los usos de las tierras disponibles, localizan las áreas críticas de recuperación y
control para la prevención de desastres y las áreas con fines de conservación y recuperación
paisajística. Además, cumplen funciones como el manejo de obras de infraestructura pública,
saneamiento básico, salud y educación. Salvo la Coordinación Ambiental del municipio de
Potosí y la Secretaría de Medio Ambiente de Pasto, ningún municipio cuenta con entidades
encargadas específicamente de la dimensión ambiental.

Las secretarías de planeación municipal también deben identificar y caracterizar los


ecosistemas de importancia ambiental del municipio, de común acuerdo con las
corporaciones autónomas regionales, para su protección y manejo adecuados y tener en
cuenta las leyes relacionadas con la conservación y protección del medio ambiente, los
recursos naturales y la prevención de amenazas y riesgos naturales. Con excepción de
Córdoba, los municipios visitados en Nariño disponen de planes de ordenamiento territorial,
la mayoría de los cuales está aprobado por Corponariño. En ellos se contemplan
ecosistemas de importancia para su protección, pero no fue posible detectar decisión política
en los funcionarios entrevistados para contribuir a su conservación desde la administración.

En el caso del Municipio de Funes, según Acuerdo Municipal No 003 de Marzo 04 de 1998
se declararon como patrimonio ecológico municipal una serie de ecosistemas que incluyen el
páramo de Peñas Blancas, las lagunas Curiaco, Orinoco, Chorrera y Humeadora, los cerros
Sucumbíos y Orinoco, las quebrada Negra y Chitarrán y el río Angasmayo.

En el municipio de Puerres se considera de importancia municipal la protección y


conservación de la zona de páramos (cerros Negro y el Purgatorio), dentro de un sistema
regional de áreas naturales protegidas, que comprenda todo el páramo de las Ovejas y el
Alcalde, como parte de un corredor biológico que comprometa a los municipios de Ipiales,
Potosí, Córdoba, Puerres, Funes, Tangua y Pasto. En este municipio la Fundación Tierra
Verde está realizando un ejercicio de caracterización de la biodiversidad de la cuenca alta
del río Angasmayo con miras a generar un plan de ordenamiento y manejo y la declaratoria
de zona de protección municipal con la figura de bosque municipal.

En el corregimiento El Encano del municipio de Pasto, existe la Reserva Natural El Estero


con cerca de 10.000 has de extensión, declarada reserva municipal por acuerdo No. 24 de
junio 4 de 1997. En el resto de municipios, aparte de figurar en los POT como áreas a
proteger y conservar, los ecosistemas estratégicos no reciben ningún tipo de atención. El
trabajo ambiental se limita a algunos proyectos de reforestación de microcuencas y al
manejo de residuos sólidos.

107
La capacidad técnica de los funcionarios encargados de la planeación y ordenamiento del
territorio es en general muy baja en temas ambientales, lo que hace muy frágil la
institucionalidad ambiental. Si a esto se suman la poca integración entre los municipios que
comparten ecosistemas estratégicos y los conflictos de límites con el Departamento del
Putumayo, las posibilidades reales de trabajo para proteger los ecosistemas estratégicos es
todavía limitada. Por ejemplo, la relación con la autoridad ambiental regional (Corponariño),
se limita al ajuste y aprobación de los planes de ordenamiento territorial, sin que haya
evidencias de algún proceso conjunto encaminado a la conservación de ecosistemas.

Sin embargo, de acuerdo con la información recogida en la región, la razón fundamental que
impulsaría a las entidades territoriales a desarrollar procesos de conservación es la
necesidad de garantizar los servicios ambientales que les prestan sus ecosistemas
estratégicos, especialmente disponibilidad de agua para consumo humano y riego. Esto
configura un primer escenario de encuentro entre actores ya que es factible la conformación
de un gran corredor biológico entre los municipios de Ipiales, Potosí, Córdoba, Puerres,
Funes, Tangua y Pasto.

Organizaciones de la Sociedad Civil

En el análisis se identificaron tres organizaciones de la sociedad civil con acciones


relevantes para el desarrollo de acciones de conservación en la Zona Andina oriental de
Nariño. La Asociación para el Desarrollo Campesino (ADC) fue fundada hace más de 20
años por campesinos y profesionales del sur de la zona andina colombiana y propende por la
construcción social de un “buen vivir local”. Su propuesta de intervención se basa en la
investigación y planificación participativa, en la cual la conservación es el producto de la
concertación de intereses de los actores que ocupan el territorio.

Esta propuesta de trabajo se cristaliza en el fortalecimiento de redes de reservas naturales


de la sociedad civil como una estrategia de conservación y manejo de ecosistemas de
montaña, a través del manejo de suelos y aguas a partir de propuestas de sistemas
productivos sostenibles que incluyen bancos genéticos in situ, redes de recuperadores de
suelos y acciones de conservación y recuperación de nacimientos de agua, monitoreo de
caudales y descontaminación de fuentes hídricas.

Las formas organizativas vinculadas a la ADC se agrupan en Mingas Asociativas que


cuentan con centros de acopio, grupos de procesamiento y transformación y organizaciones
juveniles y de mujeres. La ADC apunta a fortalecer una cultura de respeto a la vida en todas
sus formas y al manejo efectivo de los recursos naturales, al incremento en el número de
áreas de conservación y manejo ubicadas estratégicamente, a la capacitación en sistemas
productivos agropecuarios para mantener y mejorar condiciones ambientales y a lograr que
los actores y grupos de interés de las regiones donde interviene posean la capacidad para
incidir en la toma de decisiones y formulación de políticas y legislación de desarrollo para el
territorio.

En la actualidad, la ADC sigue dinamizando y cualificando redes regionales como la Red de


Reservas de La Cocha, la Red de Recuperadores de Suelo y el grupo local de “Herederos
del Planeta”, que agupa más de 300 niños y jóvenes de la región. Por su experiencia y

108
trayectoria esta organización sin duda puede aportar información, apoyo técnico y
capacitación a cualquier proceso de concertación y ejercer su capacidad de convocatoria.

Por su parte, GAICA es un grupo integrante de la Red Nacional de Observadores de Aves


con sede en la Universidad de Nariño en Pasto. El grupo está dedicado primordialmente a a
la investigación faunística y florística y al apoyo de procesos de conservación. Además de la
investigación, la propuesta de trabajo de esta organización está basada en el fortalecimiento
de capacidades de diferentes actores y en la producción de publicaciones para apoyar la
conservación de las aves silvestres. Para ello, cuenta con una base de datos de las especies
de aves del departamento de Nariño y formula proyectos que contribuyen al conocimiento y
conservación en el departamento.

Desde el punto de vista territorial, los integrantes del grupo trabajan en investigación e
inventarios para proponer Áreas de Importancia para la Conservación de las Aves Silvestres
(AICAS), como en el caso de la reserva natural del río Ñambí, el Humedal de La Cocha y la
Reserva Charmolán en Buesaco (Nariño). Gracias a su experiencia, Gaica puede ofrecer
información, apoyo técnico y capacitación para el desarrollo de escenarios de conservación,
especialmente en temas de evaluación y caracterización de áreas con riqueza en aves.

La Fundación Tierra Verde está en proceso de consolidación y se dedica a prestar asesorías


a municipios para caracterización y manejo de áreas de interés para la conservación, bajo
una perspectiva de conservación como producto del trabajo técnico que lleve a al
formulación de planes de manejo y conservación a escala municipal. En la actualidad está
desarrollando una asesoría para la caracterización biológica de la cuenca alta del río
Angasmayo, con el municipio de Puerres y plantea una propuesta regional de corredor
biológico en los municipios de Córdoba, Potosí, Funes y Puerres. Esta organización puede
aportar información y apoyo técnico al proceso de concertación de escenarios de
conservación.

Autoridades Ambientales

En el análisis se identificaron dos autoridades ambientales presentes en la Zona Andina


oriental de Nariño. Como autoridad ambiental departamental, la Corporación Autónoma
Regional de Nariño (Corponariño), desempeña sus funciones sobre la base de un Plan de
Gestión Ambiental Regional proyectado a 10 años el cual es operativizado por planes
trienales de acción.

El plan trienal vigente en el momento del análisis contemplaba adelantar procesos de


concertación con actores regionales para orientar acciones hacia la sostenibilidad en el
Departamento, identificar las áreas críticas y/o estratégicas de intervención con sus
problemas y potencialidades, ajustar el proceso de regionalización y zonificación para la
acción ambiental, adelantar un proceso participativo y prospectivo de planeación estratégica
orientado a armonizar las dinámicas de desarrollo regional, identificar áreas programáticas,
requerimientos financieros y determinar los niveles de gestión de los diferentes actores y
definir pautas para un sistema de seguimiento y monitoreo.

Para la acción ambiental el plan contemplaba una subregionalización de la cual se tienen en


cuenta para este ejercicio una parte de la región Andina (ramal Centro – Oriental),
caracterizada por zonas boscosas y páramos. La otra zona de interés es la Llanura

109
Amazónica, cuyo poblamiento obedeció a migraciones por efecto de la desintegración de la
economía tradicional campesina y el desempleo en la región Andina.

Según el Plan Colectivo Ambiental, en la jurisdicción de Corponariño es de interés para este


ejercicio la Cuenca Alta del río Putumayo, de la cual forman parte los municipios de Tangua,
Funes, Puerres, Córdoba, Potosí, Pasto y Buesaco en Nariño y los de Colón y Santiago en el
Departamento de Putumayo, por proveer importantes bienes y servicios ambientales.

La Dirección Territorial Surandina de la Unidad Administrativa Especial del Sistema de


Parques Nacionales Naturales (UAESPNN) tiene una subsede en Pasto en las oficinas de
Corponariño y trabaja bajo el enfoque de control y vigilancia para la conservación y manejo
de áreas de riqueza ambiental. En el área de interés del Sistema Regional de Áreas
Protegidas (Sirap) del piedemonte amazónico, la dirección territorial surandina participa del
Plan de Manejo del Área Ramsar de la laguna de La Cocha, en el Plan de Manejo
Bordoncillo - Patascoy, el Plan de Manejo Complejo Doña Juana – Juanoy y ejerce control y
vigilancia sobre el Santuario de Flora de La Corota en la isla del mismo nombre en La Cocha.
Esta dirección podría contribuir a la coordinación para la concertación y definición de áreas
protegidas y aportar recursos económicos, información y capacitación.

Alto Putumayo

Entidades territoriales:

En el Valle de Sibundoy (Departamento de Putumayo) se identificaron como entidades


territoriales a los 4 municipios del Valle: Santiago, Colón, Sibundoy y San Francisco. En
general, los cuatro municipios del Valle del Sibundoy cuentan con un Esquema de
Ordenamiento Territorial, que en su parte biofísica fue realizado para todo el valle,
particularizándose únicamente en las propuestas puntuales de cada municipio. Estos POT
son de mejor calidad técnica que los de Nariño, ya que tanto la cartografía como la
información para la caracterización biofísica y social es muy completa. Estos esquemas de
ordenamiento fueron realizados en convenio con la Fundación Ecológica del Putumayo y
financiados por ARD Colombia1.

Como en el caso de los municipios de Nariño, la capacidad técnica en materia ambiental y de


ordenamiento territorial de los funcionarios de planeación municipal no parece ser muy alta
según se pudo observar en las entrevistas. Las secretarías tienen que cumplir otras
funciones y la experticia, la información y los equipos están en manos de la Fundación
Cultural del Putumayo, que cuenta con experiencia en planificación y uso de sistemas de
información geográfica, lo cual no genera capacidades entre funcionarios municipales de
carrera.

El enfoque de aproximación a la conservación en los cuatro municipios tiende a la


planificación y manejo de áreas que prestan servicios ambientales como las zonas altas de
las cadenas montañosas que rodean el valle y las fuentes abastecedoras de agua. Las áreas
de conservación propuestas en los EOT coinciden en su mayor parte con territorios de
resguardos indígenas, por lo que se presenta la posibilidad de sinergias entre las autoridades

1 ONG Estadounidense que se dedica a fortalecimiento de la democracia local y apoyar infraestructura física para mejoramiento de calidad de vida a nivel local. Opera
con recursos de AID.

110
municipales e indígenas para cumplir con lo formulado en el esquema de ordenamiento y en
los planes de vida de las comunidades indígenas.

El municipio de Santiago plantea en el POT priorizar acciones de preservación y protección


ambiental en el Páramo de Bordoncillo y el Cerro Patascoy, de tal modo que existe la
posibilidad de trabajar con municipios como Pasto en Nariño y Villagarzón y Orito en el
medio Putumayo, que también tienen interés en esa zona, así como con las dos
corporaciones regionales y la UAESPNN.

Colón tiene priorizada como área estratégica de conservación el complejo paramuno de


Quilinsayaco, que incluye la zona de colonización Runduyaco, La Rejoya y el nacimiento del
río San Pedro, también priorizado por el municipio de Sibundoy. Este último incluye además
las cuencas alta y media del río San Francisco, el nacimiento del río Putumayo en el área de
los cerros Juanoy y Portachuelo y las tierras del resguardo Kamentsá en las microcuencas
Hidraúlica, Cabuyayaco, Carrizayaco y los bosques primarios allí existentes. Incluye áreas
boscosas del piedemonte amazónico, por fuera del valle.

San Francisco tiene en el manejo de la cuenca alta del río Mocoa y el Plan de manejo de la
variante San Francisco - Mocoa, la posibilidad de trabajar con el municipio de Mocoa, la
Gobernación del Putumayo y Corpoamazonia.

Las entidades territoriales del valle de Sibundoy conforman la Asociación de Municipios del
Valle de Sibundoy, lo que es una potencialidad para trabajos conjuntos en conservación y
desarrollo agropecuario. Además, tienen buenas relaciones con las ONG del valle como la
Fundación Cultural del Putumayo, con quien se desarrollaron los POT y con Opción
Putumayo, con quien trabajan en asistencia técnica agropecuaria.

Organizaciones de la Sociedad Civil

La Fundación Cultural del Putumayo es una ONG local que se dedica a labores culturales y
ambientales y es permanente asesora de las municipalidades. Desarrolla diferentes
actividades como el festival de la canción del Putumayo, la feria ExpoPutumayo y al
momento de esta recopilación estaba elaborando un Plan de Desarrollo Turístico. Esta
organización desarrolló los Esquemas de Ordenamiento Territorial Municipal de los cuatro
municipios del valle y podría aportar a una visión colectiva de conservación en la región su
experiencia en planificación y ordenamiento territorial, información técnica y coordinación con
las municipalidades.

La Fundación Opción Putumayo está más inclinada hacia la asistencia técnica agropecuaria
con los municipios del valle, lo mismo que al fortalecimiento del Nodo Quindicocha de la
Asociación Red Colombiana de Reservas Naturales de la Sociedad Civil (Resnatur). Ejecuta
acciones de producción agropecuaria limpia, educación ambiental y desarrollo de
infraestructura urbana y rural. Es una organización de profesionales que confían en que el
trabajo técnico en la producción agropecuaria sostenible es un factor que contribuye a la
conservación. La Fundación Opción Putumayo puede contribuir información y apoyo técnico
a un proceso colectivo para construir escenarios de conservación.

La Fundación Ecoamazonia nació a finales de la década de 1980 a partir de las iniciativas de


un grupo de campesinos y profesionales interesados en generar y fortalecer programas de

111
gestión ambiental para el bienestar social en el suroccidente colombiano y en particular en la
región del Valle de Sibundoy. Actualmente forma parte de la iniciativa de la Escuela
Ambiental Panamazonia (Pacífico, Amazonas, Andes), corriente de pensamiento y propuesta
de acción en los departamentos de Nariño. Cauca y Putumayo, organizada por un grupo
amplio de organizaciones y personas ambientalistas que se reunió en 1992 en Colón para
honrar la memoria de Mario A. Barrera F., ambientalista fallecido en 1991.

La escuela está organizada por grupos de apoyo como las organizaciones de jóvenes
(Mindalas), las de niños (Chacales), la organización de señoras con huertos ecológicos
(Nuevo Ambiente), los mayores asesores (Yachay) y la Red de Reservas del Valle de
Sibundoy (REPU) que a su vez, conforma el Nodo Quindicocha de la Red de Reservas de la
Sociedad Civil. Al momento de hacer este análisis de actores, la Escuela estaba terminando
de afinar un plan de acción de largo plazo (Plan de Vida Quindicocha) que busca la
construcción de comunidad con pensamiento propio, generando alternativas de sustento que
permitan la conservación orgánica del territorio. Este plan se basa en principios de
autonomía, permanencia, identidad y armonía y tiene como componentes centrales la
educación como proyecto de vida, la investigación en el diálogo de saberes, la integración de
sistemas cooperativos y el desarrollo endógeno.

Esta escuela concibe la conservación como producto de la concertación de intereses y


sueños de los actores que ocupan el territorio y comparten una visión del mundo con
ingredientes mágico/míticos. La conservación es una parte importante del Plan de Vida
Quindicocha y se basa en la lúdica, la educación y la investigación propia. En la construcción
de una visión colectiva de conservación para el piedemonte andino – amazónico,
Ecoamazonia puede aportar información, apoyo técnico, educación ambiental, lúdica y
capacitación técnica.

Organizaciones indígenas

El Valle de Sibundoy y las zonas montañosas circundantes, es el territorio ancestral de los


pueblos Kamentsá e Inga (ubicados actualmente en San Francisco y Sibundoy y en Colón,
Santiago, San Pedro y San Andrés, respectivamente). Para estos pueblos el territorio es la
base de la cultura y por lo tanto su conservación es el producto de la relación con la tierra
desde la cultura material, sea esta tradicional o moderna. Por tal razón, dentro de sus
proyecciones culturales plantean como uno de sus objetivos fundamentales la conservación
y recuperación de su territorio ancestral y el rescate de sus zonas sagradas (algunas de ellas
comprendidas dentro de áreas de conservación propuestas por el Estado), las zonas de
páramo, porciones de bosque alto andino y bosques de la planicie amazónica.

Dentro de su plan de vida, las comunidades Inga y Kamentsá han dirigido sus acciones hacia
el rescate de sus territorios ancestrales ubicados en el Páramo de Bordoncillo y la vertiente
del Cerro Patascoy que da hacia el Valle del Sibundoy, lo cual está en concordancia con los
propósitos de las instituciones ambientales de proteger y conservar estas áreas estratégicas.

La población indígena está agrupada en Cabildos y tiene una organización mayor, la


Asociación Inga – Kamentsá del Alto Putumayo. En términos territoriales tienen en posesión
aproximadamente el 50 % de la zona plana, una parte con carácter de resguardo y otra a
titulo individual y poseen pequeñas áreas de la parte media y la mayoría del área de los
páramos. En los Esquemas de Ordenamiento Territorial de los municipios del valle se

112
proyecta la ampliación de los resguardos Kamentsa (Sibundoy con 30.935 hea y San
Francisco (8.246 ha) y la constitución de los resguardos Inga de Colón, Santiago y San
Andrés con 38.000 ha.

El Cabildo Kamentsá Biya desarrolla proyectos de canje ecológico con Corpoamazonia en


manejo de cuencas hidrográficas y participa del proyecto Biomacizo. En 2004 iniciaba un
proceso de transformación y comercialización de productos agropecuarios tradicionales y
estaba incluido en el Programa de Familias Guardabosques promovido por el estado.

El cabildo Inga de Colón dispone de globos de tierra de 1.123 has entregadas por Incora y
260 compradas en la parte alta y plana del valle. Actualmente aspiran a la ampliación del
resguardo tomando como referente el testamento del Taita Carlos Tamabioy y proponen
suspender las obras de drenaje de la zona inundable del centro del valle de Sibundoy y
convertirla en resguardo para mantenerla como área protegida por los pueblos indígenas.

El cabildo Inga de San Pedro (corregimiento del municipio de Colón), también aspira a la
ampliación y legalización del territorio existente, incluyendo compras de tierra para
ampliación y disponen de un resguardo denominado Musualpa (Tierra nueva).

Estas organizaciones tienen un enorme potencial para contribuir a la conservación en el


piedemonte toda vez que disponen de tierras en áreas estratégicas, tienen una legislación
especial que ofrece posibilidades interesantes para la conservación a perpetuidad y están
dispuestos a concertar siempre y cuando su participación sea efectiva y reciban apoyo
técnico y económico para ordenar sus resguardos. Pueden aportar información,
conocimiento tradicional, organización, capacidad de movilización y estatus legal que
favorece el desarrollo de actividades de conservación.

Medio Putumayo

Entidades territoriales

Al igual que en los municipios de Nariño y el alto Putumayo, en esta región la capacidad
técnica de los funcionarios para abordar la dimensión ambiental de sus territorios es en
general baja, pues prácticamente desconocen las funciones que las leyes 388 y 152 les
imponen para la planeación del uso del territorio y desempeñan otras funciones dentro de la
administración municipal, lo cual disminuye aún más la posibilidad de implementar políticas
de conservación In situ. Su aproximación a la conservación se refleja en los esquemas de
ordenamiento municipal por la definición de áreas que prestan servicios ambientales,
especialmente producción de agua para acueductos.

En Mocoa, la Secretaría de Planeación Municipal se encarga además de la asistencia


técnica agropecuaria. Según el POT debe desarrollar acciones de conservación y manejo de
la reserva protectora de la cuenca alta del río Mocoa, lo mismo que del Área de manejo
Especial Cerro de Churumbelo. Por su ubicación geográfica, Mocoa deberá coordinar con el
Municipio de San Francisco el ordenamiento y manejo del área de influencia de la variante
San Francisco – Mocoa, lo mismo que concertar con las organizaciones indígenas la
creación y/o ampliación de resguardos en zonas de interés para la conservación como la
reserva forestal del alto río Mocoa.

113
Villagarzón contempla en su esquema de ordenamiento una reserva forestal protectora en la
cuenca del río San Juan con 86,360 ha, compartida con los municipios de Orito y Santiago
en las cuencas altas de los ríos Vides, San Juan, Conejo y Aluayaco, en territorios que
además son de interés para organizaciones indígenas Inga, Nasa y Embera.

El municipio de Orito plantea la conservación de áreas estratégicas desde la cota de los 900
m hacia arriba, áreas de protección de oleoductos, pozos e infraestructura petrolera,
reconoce la necesidad de declarar reservas forestales indígenas y contempla, como caso
único en todo el piedemonte, áreas de conservación de valor arqueológico y apoyo a
iniciativas privadas de conservación. En su POT, incluye la Reserva de Alto Orito (87.586
ha), la Reserva Forestal Indígena Orito – Portugal y la Reserva Forestal El Mirador, que son
igualmente de interés para los cabildos Embera y Awá del municipio.

En Valle del Guamués, el plan de ordenamiento y manejo de la quebrada la Hormiga es la


base para orientar la inversión en el plan de desarrollo de la actual administración municipal.
El Esquema de ordenamiento propone como áreas de conservación las reservas indígenas
del Afilador y Yarinal y el resguardo de Santa Rosa del Guamués, reconociendo los intereses
de los pueblos indígenas presentes en el municipio.

En la secretaría de Planeación del Departamento del Putumayo, se plantea, de acuerdo con


el Plan de Desarrollo, un “Distrito Especial de Biodiversidad” sobre la base de una política de
desarrollo sustentable y una agenda ambiental y de la biodiversidad con dos objetivos:
manejo sustentable de la biodiversidad y las potencialidades naturales del departamento y la
ordenación del territorio para un mejor uso del suelo. Sin embargo en el plan no se presenta
un plan de acción que muestre cómo se implementarán estas propuestas. Tampoco se dice
con quien se van a ejecutar ni se focalizan territorialmente las acciones.

Las entidades territoriales del medio Putumayo tienen identificadas una serie de áreas para
la conservación que coinciden con territorios de resguardo o de aspiraciones territoriales de
los pueblos indígenas lo cual, si es bien manejado, se puede convertir en una posibilidad
interesante de concertación para la conservación. Estas entidades pueden aportar
coordinación para avalar y acompañar procesos, piso legal e incentivos para el desarrollo de
iniciativas de conservación.

Organizaciones de la Sociedad Civil

En el medio Putumayo los actores de la sociedad civil con mayor potencialidad para
concertar áreas de conservación son las organizaciones indígenas, ya que disponen de un
tipo de apropiación territorial reconocida por el estado bajo el estatuto de propiedad colectiva,
inembargable e inextinguible que puede garantizar conservación a perpetuidad de aquellas
áreas de resguardo que sean definidas al efecto por las comunidades como parte de sus
planes de vida.

En el medio y bajo Putumayo la mayoría de organizaciones indígenas están adscritas a la


Organización Zonal Indígena del Putumayo (OZIP) que, como organización gremial, agrupa a
representantes de los doce pueblos indígenas que habitan la región en los municipios de
Mocoa, Villagarzón, Puerto Guzmán, Puerto Caicedo, Orito, Puerto Asís y Puerto Leguízamo.

114
Como organización gremial regional, la OZIP no tiene en sí misma iniciativas de
conservación. Operativamente, sirve como enlace para canalizar demandas de los diferentes
pueblos indígenas y está diseñando una política territorial para los pueblos del Putumayo que
incluye manejo ambiental y conservación de los resguardos indígenas. En términos del
desarrollo de una estrategia regional de conservación, la OZIP puede brindar información,
conocimiento tradicional, capacidad organizativa, coordinación y capacidad de movilización.
La Asociación de Cabildos del pueblo Nasa del Putumayo (Asone’Wesx) está conformada
por indígenas que inicialmente llegaron al Putumayo en la década de 1950 huyendo de la
violencia política y de la escasez de tierras en la zona andina. En la actualidad, los territorios
Nasa están en cuatro bloques: Mocoa, Puerto Guzmán, Puerto Caicedo y Puerto Asís. Esta
etnia está en un proceso de reconstrucción cultural en el Putumayo y está reconfigurando
sus territorios como la base de la cultura. En este sentido, la conservación de áreas de
importancia mítica y de medicina tradicional en sus resguardos se convierte en una
oportunidad para la conservación.

La Asociación de Cabildos Embera Quipara aglutina indígenas Emberá Katío provenientes


del Dovio (Valle) y Emberá Chamí de Risaralda, radicados en amplias áreas del municipio de
Orito y otros lugares del Putumayo. Por su parte, la Asociación de Cabildos indígenas del
Pueblo Awá del Putumayo (ACIPAP) congrega integrantes del pueblo Awá emigrados del
pacífico nariñense y asentados en amplias áreas de los municipios de Orito y el Valle del
Guamués principalmente.

La Asociación de Cabildos Ingas del medio y bajo Putumayo (ASOINGA) tiene como
iniciativas de conservación propuestas territoriales como un resguardo especial en la
serranía de los Churumbelos y la Cueva de los Guácharos y otro resguardo especial en cerro
de Patascoy, en conexión con Chaluayaco, entre otros.

La Mesa Permanente de trabajo del pueblo Cofán y los cabildos indígenas del Guamuéz y
San Miguel aglutinan, junto con OZIP y la Asociación Inga – Kamentsá del Sibundoy, a los
pueblos indígenas del Putumayo. Dentro de su Plan de Vida contempla la protección,
conservación y ampliación del resguardo Ukumari Khanke, lo mismo que planes de
ordenamiento y manejo de los 16 cabildos vinculados a la mesa.

El Cabildo Indígena Pasto de San José del Pepino, recoge a los indígenas de la etnia Pasto
que provienen de la zona andina Nariñense y que están radicados en los municipios de
Mocoa, Orito, Puerto Caicedo, Puerto Asís, Valle del Guamués y otros lugares del Putumayo.
Esta etnia está en un proceso de reconstrucción cultural en el Putumayo, reconfigurando el
territorio para que sea nuevamente la base de su cultura material y espiritual.

El Cabildo Yanacona de Santa Marta está conformado por indígenas que provienen de la
zona andina Caucana, radicados en el Caquetá y el Putumayo y que aspiran a la titulación
de un resguardo de 1.000 ha en la Serranía de los Churumbelos. Estos indígenas ocupan
también sectores del Alto Villamaría Churumbelos, el resguardo Yanacona en Santa Marta
(Cauca), Villamaría Anamú y el Alto Mirador en Orito.

Las organizaciones de los pueblos indígenas del Putumayo están configurando un corredor
territorial étnico que se extiende sobre el piedemonte putumayense desde la frontera con
Ecuador con los resguardos cofanes, siguiendo con los territorios Awá, Embera, Nasa, Inga,

115
Kamentsá, Yanacona y Pasto en los municipios de Ipiales, San Miguel, Valle del Guamuéz,
Orito, Villagarzón, Santiago, San Francisco y Mocoa. Este hecho representa una oportunidad
de trabajo para conservación muy importante ya que podría permitir la armonización de los
interese de los municipios en cuanto a protección y conservación de ecosistemas
estratégicos, los de las autoridades ambientales y los de las comunidades indígenas.

Autoridades Ambientales

La Corporación para el Desarrollo Sostenible del Sur de la Amazonia, Corpoamazonia tiene


dos líneas estratégicas de su Plan de Acción Trienal (2004 – 2006) que son de interés para
el ejercicio de concertación de áreas protegidas en el Piedemonte: Desarrollo Territorial y
Ecosistemas Estratégicos. La línea de “Desarrollo Territorial” se orienta al establecimiento de
acuerdos políticos entre todos los actores y agentes de la región para la identificación,
delimitación y establecimiento de áreas con funciones sociales hacia las cuales orientar y
articular la asignación de esfuerzos y recursos que garanticen la satisfacción de las
necesidades y aspiraciones de la comunidad.

Para cumplir con esta Línea Estratégica de Gestión, la Corporación ha establecido como
metas la consolidación de un plan general de ordenación ambiental para la región y el
acompañamiento a los procesos de planificación ambiental de las entidades territoriales y de
la comunidad (Planes Básicos y Esquemas de Ordenamiento Territorial Municipal, Planes de
Desarrollo Departamental y Municipal, Planes Integrales de Vida de Comunidades Indígenas
y Planes de Desarrollo de Comunidades Afrodescendientes).

La Línea de Gestión “Ecosistemas Estratégicos” está orientada a identificar y resaltar


aquellas potencialidades de la oferta natural, cultural y paisajística de la región que permitan,
a partir de la articulación con un sistema de información ambiental regional, convertir las
ventajas comparativas en ventajas competitivas para beneficio de las comunidades locales
depositarias del inmenso legado ecológico y cultural existente, sin desmedro de la base
natural y del conocimiento ancestral forjado a través de cientos de años de interacción con el
entorno. Las metas para cumplir con esta línea estratégica de gestión son la formulación y
gestión de la ejecución de planes de ordenación y manejo para cinco áreas forestales
productoras en la región, la gestión de la ejecución de tres planes de ordenación y manejo
para la conservación de ecosistemas estratégicos de áreas amortiguadoras y la gestión para
la formulación y ejecución de un plan regional de biodiversidad para el sur de la amazonia
colombiana.

La Corporación cuenta también con una visión del piedemonte amazónico, producto de un
ejercicio de concertación con diferentes actores regionales, cuyas líneas estratégicas
incluyen ordenamiento territorial, capacitación técnica, reconocimiento del saber indígena y
participación comunitaria. Sin embargo y pese a todos estos elementos, la corporación tiene
una cultura institucional burocrática y normativa donde priman los ejercicios técnicos para
definir la conservación y manejo de áreas que prestan servicios ambientales. Con suficiente
voluntad política, la Corporación podría aportar información, apoyo técnico y coordinación
para avalar y acompañar procesos de conservación, dar piso legal y generar incentivos al
desarrollo de iniciativas de conservación en la región.

La Dirección Territorial Amazonia – Orinoquia de la Unidad Administrativa Especial del


Sistema de Parques Nacionales Naturales tenía, al momento de esta recopilación, dos

116
iniciativas en marcha en el piedemonte andino – amazónico: el apoyo local para impulsar el
Sirap Piedemonte en el departamento del Putumayo y un equipo que está animando la mesa
de trabajo para la implementación del POM corredor biológico cueva de los Guácharos –
Serranía de los Churumbelos, en el cual participan la CRC, Corpoamazonia, los municipios
de Belén de los Andaquíes y San José de Fragua en Caquetá, Piamonte y Santa Rosa en
Cauca y Mocoa en Putumayo.

Además del Corredor Serranía de los Churumbelos - Cueva de los Guácharos, la Unidad de
Parques está impulsando la nueva área protegida en Orito – Guamuéz con Umiyac. Con su
experiencia y trayectoria, UAESPNN puede aportar mucho a los procesos de concertación
para definición de áreas de conservación desde la coordinación para la concertación y
definición de áreas protegidas, además de proporcionar información y capacitación.

Relaciones entre actores

En términos generales, en las distintas regiones del piedemonte examinadas en este análisis
hay redes relativamente densas de relaciones entre actores, en las que sobresalen por su
peso las corporaciones regionales de Nariño y Putumayo, que parecen congregar a todos los
actores ambientales de los respectivos departamentos y que incluyen además actores del
ámbito nacional e internacional. Sin embargo, esta configuración es más el producto de las
exigencias de la normatividad ambiental que las instituye como máximas autoridades
ambientales del orden departamental o regional, que de un esfuerzo deliberado de dichas
instituciones por construir esquemas de trabajo participativo en la dimensión ambiental.

En la Zona Andina Oriental de Nariño el peso de las relaciones se da en el nivel


Departamental (Figura 9.1), donde organizaciones de la sociedad civil como la ADC
mantienen relaciones activas tanto con el nivel Municipal como con el Nacional e
Internacional. El caso de Gaica es similar ya que mantiene relaciones a nivel local y a nivel
nacional.

A pesar de compartir ecosistemas estratégicos y contemplar la posibilidad de su manejo


conjunto en los POT, los municipios no se relacionan entre si y muy escasamente con la
Corporación Autónoma de Nariño, básicamente para la aprobación y ajuste de los esquemas
de ordenamiento territorial.

117
Figura 9.1. Relaciones entre actores para la conservación en la zona andina oriental del
Departamento de Nariño.

118
El ámbito Regional está representado únicamente por Corpoamazonia, mientras que con
excepción de la Unidad de Parques y el Instituto Alexander von Humboldt que tiene
relaciones con varios actores del orden Municipal y Departamental, el ámbito nacional está
pobremente representado.

El espacio internacional muestra al Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF Colombia)


relacionado con algunos actores mientras que el CATIE aparece reportado solamente por la
Secretaría de Medio Ambiente de Pasto.

Existen en la Zona una serie de iniciativas de los diferentes actores ambientales que podrían
convertirse en escenarios de convergencia para la conservación en el Piedemonte. En la
zona andina del oriente de Nariño, se destacan tres escenarios de conservación. En primer
lugar, el Sitio Ramsar de La Cocha, en donde convergen Corponariño, La regional
Surandina de la UAESPNN, el Municipio de Pasto, la Gobernación de Nariño, la Asociación
para el Desarrollo Campesino y el Grupo de Amigos para la Investigación y Conservación de
las Aves, GAICA.

Un segundo escenario está dado por el Plan de Manejo del Corredor biológico
Bordoncillo – Patascoy, donde hay interés del Municipio de Pasto, la Asociación para el
Desarrollo Campesino, Corponariño y la regional Surandina de la UAESPNN (sin contar otros
actores ambientales del alto y medio Putumayo).

Por último, en el posible Corredor biológico de las zonas de alta montaña entre los
municipios de Ipiales, Potosí, Córdoba, Puerres, Funes, Tangua y Pasto, conformado a partir
de la conjunción de los ecosistemas estratégicos para conservación identificados en los
diferentes Planes de Ordenamiento Territorial de estos municipios, hay un espacio propicio
de concertación en el que, ade los municipios, estaría interesada la Corporación Autónoma
Regional, la Unidad de Parques, la fundación Tierra Verde y seguramente la Gobernación de
Nariño.

En el caso del Alto Putumayo el mayor peso de las relaciones está en el nivel municipal
(Figura 9.2), entre los municipios que conforman la Asociación de Municipios del Valle de
Sibundoy, las ONG del Valle, las organizaciones indígenas y la corporación regional
(Corpoamazonia). Estos actores muestran una red de relaciones densa que se extiende
tanto a los ámbitos Departamental y Regional como Nacional e Internacional.

El ámbito Regional aparece con más peso que en el caso anterior y lo mismo ocurre con el
Internacional, mientras el Departamental y el Nacional están menos representados. Los
principales escenarios de conservación en el Alto Putumayo incluyen el Corredor biológico
Bordoncillo – Patascoy, en cuyo plan de manejo están interesados diversos actores de
Nariño y del medio Putumayo, el municipio de Santiago, los cabildos indígenas Inga de ese
municipio, la Fundación Cultural del Putumayo, la Fundación Ecoamazonia y
Corpoamazonia.

Un segundo espacio se presenta alrededor del ordenamiento y manejo de los corredores


montañosos que bordean el valle de Sibundoy, donde se podrían armonizar los
Esquemas de Ordenamiento Territorial de los cuatro municipios del valle y las aspiraciones
territoriales de los pueblos indígenas del alto Putumayo. De manera similar, el plan de
Ordenamiento y manejo de la cuenca alta del río Putumayo es de interés para los

119
municipios del valle, Corpoamazonia, la Gobernación del Putumayo, las organizaciones
indígenas y las ONG del valle de Sibundoy.

El Medio Putumayo presenta la trama más densa de relaciones entre actores (Figura 9.3). En
el ámbito municipal se presenta una situación parecida a la de la zona andina oriental de
Nariño, pues los municipios no tienen relaciones entre sí y tienen apenas contacto básico
con Corpoamazonia para los esquemas de ordenamiento territorial. Por el contrario, los
ámbitos departamental y regional tienen una buena densidad de relaciones. El ámbito
Departamental es el de más peso toda vez que irradia relaciones hacia los ámbitos Regional,
Nacional e Internacional, aunque muy poco hacia el Municipal.

120
Figura 9.2. Relaciones entre actores para la conservación en la zona del Alto Putumayo.

121
En el Medio Putumayo se podría trabajar en torno a escenarios de convergencia como el
desarrollo del plan de Manejo del Corredor biológico Bordoncillo – Patascoy, donde
además de los actores de Nariño y del alto Putumayo, estarían interesados los municipios de
Orito y Villagarzón, las asociaciones indígenas Acipap, Embera Quipara, la Mesa
Permanente del Pueblo Cofán Corpoamazonia y UAESPNN.

Figura 9.3. Relaciones entre actores para la conservación en la zona del medio Putumayo.

122
Por otra parte, el proceso de ordenamiento y manejo del piedemonte putumayense
ofrece una gran oportunidad de concertación. Además de armonizar los Esquemas de
Ordenamiento Territorial de los municipios de Ipiales (Nariño), Valle del Guamuéz, Orito,
Villagarzón, Mocoa, Santiago y San Francisco (Putumayo) con los resguardos indígenas ya
constituidos, podrían articularse los resguardos que están en trámite, las aspiraciones
territoriales de la Mesa Permanente del Pueblo Cofán, las asociaciones indígenas Acipap,
Embera Quipara, Asone’wesx, Asoinga, OZIP, UMIYAC, Corpoamazonia y la UAESPNN.
Un tercer espacio de concertación en el medio Putumayo es el plan de ordenamiento y
manejo de la cuenca alta del río Putumayo, de interés para los municipios del valle de
Sibundoy, Corpoamazonia, la Gobernación del Putumayo, las ONG del valle de Sibundoy,
las organizaciones indígenas del alto y medio Putumayo, y los municipios de Villagarzón y
Mocoa. De igual forma, el plan de ordenamiento y manejo de la cuenca alta del río
Mocoa, donde estarían interesados los municipios de San Francisco y Mocoa,
Corpoamazonia, los cabildos Inga y Kamentzá del alto y medio Putumayo, es otra
interesante oportunidad de gestión colectiva.

Finalmente, el desarrollo del plan de ordenamiento y manejo de la cuenca alta del río
Guamués, que incluiría a la Mesa Permanente del Pueblo Cofán, Acipap, Asociación
Cabildos Embera – Quipara, los municipios de Villagarzón, Orito y Valle del Guamuéz,
Corponariño y Corpoamazonia y el municipio de Pasto (Nariño) es un escenario activo que
contribuye al desarrollo de una visión regional de conservación para el piedemonte.

Estos escenarios pueden ser viables siempre y cuando se logre iniciar un proceso de
convocatoria personalizada a los diferentes actores donde se les pueda interpelar desde sus
necesidades concretas buscando generar voluntad política para asumir el proceso de
concertación y definición de las áreas de interés para la conservación. Sólo de esta manera
será posible romper el esquema de relaciones formales para pasar a la construcción social
de escenarios de conservación en el piedemonte.

De la lectura de los posibles escenarios de convergencia se deduce la posibilidad de


construir con los actores ambientales una región de conservación en el piedemonte andino –
amazónico que incluiría un posible corredor biológico a través de los ecosistemas de alta
montaña de la zona andina oriental de Nariño que vincularía ecosistemas estratégicos de los
municipios de Ipiales, Potosí, Córdoba, Puerres, Funes, Tangua y Pasto, que a su vez podría
continuarse con el área Ramsar de la Cocha y Patascoy - Bordoncillo.

Este espacio de conservación se podría continuar con el ordenamiento y manejo de los


corredores montañosos del Valle de Sibundoy, como parte del manejo de la cuenca alta del
río Putumayo y el ordenamiento y manejo del piedemonte Putumayense como continuación,
hacia la cuenca amazónica, del corredor biológico de la alta montaña nariñense, en el cual
se incluiría el ordenamiento y manejo de la cuenca del río Guamuez.

Se configuraría así una posible región de conservación concertada y construida sobre la


base de decisión política, capacidad técnica e inclusión social conformada por una serie de
escenarios de conservación donde confluirían los intereses de los diferentes actores del
piedemonte.

123
Tabla 9.1. Actores identificados para las distintas zonas del piedemonte andino – amazónico en los Departamentos de
Nariño y Putumayo.

Zona Andina Oriental del Departamento de Nariño


Entidades Territoriales
Actor Relación con Intereses territoriales Visión y enfoque Articulación con otros Papel en
el territorio de conservación actores ambientales escenarios de
conservación
Municipio de Autoridad Subsistema Bordoncillo incluyendo Conservación de Proyectos de reforestación Coordinación
Pasto político la laguna Bordoncillo. áreas que prestan en el corregimiento El para avalar y
(Secretaría administrativa Subsistema Cuchilla de Patascoy servicios Encano con la Asociación acompañar
de medio Subsistam Páramo de las Ovejas ambientales. de Jóvenes de La Cocha. procesos de
Ambiente) Subsistema Cerro El Alcalde. Control y vigilancia Mesa de trabajo para conservación.
Subsistema Morasurco formulación proyecto Piso legal a
Reserva Municipal El Estero. regional con CATIE, iniciativas de
UAESPNN, Corponariño. conservación.
Proyectos ambientales Incentivos a la
radicados en DNP. conservación
Compra de terrenos para
declarar áreas de
conservación en fuentes
de agua municipales con
Gobernación de Nariño.
Plan de Manejo río Bobo
con Empopasto y
Corponariño.

Municipio de Autoridad Áreas formadas por ecosistemas Conservación de Coordinación con Coordinación
Ipiales político del macizo montañoso y alta áreas que prestan Corponariño para para avalar y
administrativa vertiente localizadas en las servicios formulación, ejecución y acompañar
veredas Tequez, Orejuela, Llano ambientales. monitoreo al Plan Básico procesos de
Grande, El Salado y El Mirador, Control y vigilancia de Ordenamiento conservación.
cuyas cimas más representativas Territorial Municipal. Piso legal a
son los cerros La Quinta, Troya, iniciativas de
Negro, Páramo Llano Grande y El conservación.
Encino, además del cinturón Incentivos a la
montañoso y alta vertiente de los conservación
cerros Francés, Palacios y Páramo

124
de Mueses, ubicados entre las
veredas Cultún, Teliz, Arrayán,
Exfloria y Azuay, con una
extensión aproximada de 5.100
has.

Municipio de Autoridad El páramo de Peñas Blancas, Conservación de Coordinación con Coordinación


Funes político Laguna Curiaco, Chorrera áreas que prestan Corponariño para para avalar y
administrativa Humeadora, Cerro Sucumbíos, servicios formulación, ejecución y acompañar
Orinoco, Laguna Orinoco, ambientales. monitoreo al Esquema de procesos de
Quebrada Negra, Chitarrán, río Control y vigilancia Ordenamiento Territorial conservación.
Angasmayo y demás Ecosistemas Municipal. Piso legal a
Naturales considerados Patrimonio iniciativas de
Ecológico del Municipio de Funes, conservación.
según Acuerdo municipal No 003 Incentivos a la
de Marzo 04 de 1998. conservación

Municipio de Autoridad Protección y conservación de la Conservación de Coordinación con Coordinación


Puerres político zona de páramo (cerros Negro y el áreas que prestan Corponariño para para avalar y
(Umata) administrativa Purgatorio), dentro de un sistema servicios formulación, ejecución y acompañar
de áreas naturales protegidas a ambientales. monitoreo al Esquema de procesos de
nivel regional, que comprenda Control y vigilancia Ordenamiento Territorial conservación.
todo el páramo de las Ovejas y el Municipal. Piso legal a
Alcalde, que compromete a los Estudio de impacto iniciativas de
municipios de Ipiales, Potosí, ambiental del proyecto de conservación.
Córdoba, Puerres, Funes, Tangua riego del río Angasmayo Incentivos a la
y Pasto. Zona forestal de piso con la Fundación Tierra conservación
andino, con bosques primarios Verde.
poco intervenidos en la vertiente Plan de manejo para la
alta del río Sucio y con bosques preservación de la
secundarios en el flanco del río biodiversidad en la cuenca
Guaítara, nacimiento de los ríos alta del río Angasmayo y
Angasmayo y Tescual. Esta piedemonte amazónico del
unidad de manejo es una de las municipio con la
más extensas, cubriendo el 42.3 % Fundación Tierra Verde
del área total del municipio. Dada
la importancia para el
abastecimiento de agua de la
mayor parte de la población y su

125
proceso de deterioro, el flanco
occidental, que corresponde a las
cuencas altas de los ríos
Angasmayo y Tescual, deben ser
declaradas como Bosque
Municipal.

Municipio de Autoridad Bosques primarios y secundarios Conservación de Coordinación con Coordinación


Potosí político en los cerros San Francisco, áreas que prestan Corponariño para para avalar y
Coordinació administrativa Negro, Gordo, Las Tres Tulpas. servicios formulación, ejecución y acompañar
n Ambiental) Área o Zona de Recuperación: ambientales. monitoreo al Esquema de procesos de
Corresponde a áreas que están Control y vigilancia Ordenamiento Territorial conservación.
destinadas a recuperar bosques Municipal. Piso legal a
naturales secundarios y primarios iniciativas de
intervenidos, además de las conservación.
riveras de las quebradas 30 y 30 Incentivos a la
mts. Y en el perímetro de conservación
nacimiento de las quebradas de
aprox. 100 mts. Las zonas están al
sur de las veredas Antonio Nariño,
Los Alisos, Cuaspud Núcleo,
Yamuésquer, San Antonio, La
Magdalena, Loma del medio y Villa
nueva; al oriente de las veredas
VillaNueva, Los Laureles, La
Florida y Alto Sinaí; También esta
en la zona no colonizada de
Potosí. Área de protección
Absoluta destinada a proteger las
especies nativas. Estas zonas son
páramos y bosques naturales
secundarios de la vereda Alto
Sinaí y el corregimiento de Sinaí.

Municipio de Autoridad No se dispone de información por Conservación de Coordinación


Córdoba político no contar con Esquema de áreas que prestan para avalar y
administrativa Ordenamiento Territorial servicios acompañar
ambientales. procesos de
Control y vigilancia conservación.

126
Piso legal a
iniciativas de
conservación.

Gobernación Autoridad Plan departamental de Conservación de Plan de Biodiversidad del Coordinación


de Nariño político biodiversidad, comité técnico áreas que prestan Departamento de Nariño, para avalar y
(Secretaría administrativa cuencas binacionales Carchi- servicios con Corponariño, IAvH, acompañar
de Guaítara, Mira-Mataje, Manejo de ambientales. UAESPNN, Universidad procesos de
Agricultura y residuos básicos en los Control y vigilancia. de Nariño. conservación.
Medio municipios, Plan de manejo área Uso de la Piso legal a
Ambiente) Ramsar de La Cocha, biodiversidad para iniciativas de
implementación del SIRAP Andino el Desarrollo. conservación.
– Amazónico
Organizaciones de la Sociedad Civil
Actor Relación con Intereses territoriales Visión y enfoque Articulación con otros Papel en
el territorio de conservación actores ambientales escenarios de
conservación
Asociación Construcción Fortalecimiento redes de reservas Conservación como Mesas de trabajo para Información,
para el social del naturales de la sociedad civil, producto de la planeación de predios y de apoyo técnico,
Desarrollo territorio desde fortalecimiento de redes de concertación de fondos rotatorios, con la Convocatoria,
Campesino la investigación recuperadores de suelos, intereses de los Red de Reservas de La capacitación.
ADC y planificación componente agua en todas las actores que ocupan Cocha.
participativa. zonas donde interviene con el territorio. Mesas de trabajo para la
acciones de conservación y La conservación es planeación a nivel veredal
recuperación de nacimientos, una parte con la Asociación Bello
monitoreo de caudales y importante del Ambiente de Pucará (La
descontaminación, manejo de “buen vivir local”, Florida), Asociación de
zonas de amortiguación en la por lo tanto no es Agricultores del Alto
Cocha y Galeras, Implementación un fin en sí misma, Bomboná (Consacá),
plan de manejo Ramsar La Cocha es parte integral de Asociación de
y laguna Telpis (en Yacuanquer), la propuesta de campesinos La Orquídea
Plan de biodiversidad de Nariño. acción de la (Yacuanquer),
organización. Asociación de
Campesinos Unificados
(Chachagüí), Asociación
de Campesinos
Yarcocha (La Cocha).
Plan de manejo del Área
Ramsar de La Cocha con

127
Corponariño, Gaica, Red
de reservas de la Cocha,
UAESPNN y Universidad
de Nariño.
Redes regionales como
Red de Recuperadores
de Suelo y Red de
Reservas de la Cocha.
Plan de manejo
Bordoncillo – Patascoy con
Corpoamazonia,
Corponariño, MAVDT y
UAESPNN.

Grupo de Investigación e Participación en la conformación Investigación, Formación de niños Información,


Amigos inventarios para de la reserva natural del río capacitación y investigadores en apoyo técnico,
para proponer Áreas Ñambí, el Humedal de La Cocha y publicaciones para Buesaco, con ADC. capacitación.
investigació de la reserva Charmolán en Buesaco apoyar la Miembros Red Nacional
ny investigación y (Nariño) conservación de de Observadores de
conservació conservación áreas de Aves.
n de las de Aves importancia para Proyecto de Lista de
aves GAICA Silvestres. las aves silvestres. Chequeo de Aves de
(AICAS) Nariño con Universidad
de Nariño
Fundación Asesorías a Plan de manejo para la Conservación como Asesoría para la Información,
Tierra municipios para preservación de la biodiversidad producto del trabajo caracterización biológica Apoyo técnico
Verde caracterización en la cuenca alta del río técnico. de la cuenca alta del río
y manejo de Angasmayo y descenso del Angasmayo, con el
áreas de piedemonte amazónico en el municipio de Puerres.
interés para la municipio de Puerres (Nariño) Participación en el Sirap
conservación Piedemonte con
Corpoamazonia,
Corponariño, IAvH,
UAESPNN y WWF.
Plan de ordenamiento y
manejo de la cuenca del
río Angasmayo, con el
municipio de Puerres.

128
Autoridades Ambientales
Actor Relación con Intereses territoriales Visión y enfoque Articulación con otros Papel en
el territorio de conservación actores ambientales escenarios de
conservación
Corporación Autoridad Formulación y ejecución del Plan Control y vigilancia. Plan de manejo Bordoncillo Coordinación
Autónoma Ambiental de Biodiversidad del Conservación y – Patascoy con para avalar y
Regional de Departamento, ejecución Plan de manejo de áreas Corpoamazonia, MAVDT, acompañar
Nariño Manejo del Complejo Doña Juana que prestan UAESPNN. procesos de
(Corpo- - Juanoy, ejecución Plan de servicios Plan de manejoComplejo conservación.
nariño) Manejo Páramo Bordoncillo - ambientales. Doña Juana – Juanoy, con Piso legal a
Patascoy, Ordenación y Manejo Uso de la Corpoamazonia, MAVDT, iniciativas de
Páramo Paja Blanca, Plan de biodiversidad para UAESPNN. conservación.
Manejo área Ramsar santuario de el Desarrollo. Plan de Biodiversidad del Incentivos a la
fauna y flora Isla La Corota, en el Departamento de Nariño, conservación.
lago Guamuéz, la reserva con Gobernación de Información.
municipal el Estero, las reservas Nariño, IAvH, UAESPNN, Apoyo técnico.
de la sociedad civil alrededor del Universidad de Nariño.
lago Guamuéz, Corredor páramo Programa Biocomercio con
de las ovejas, Programa de IAvH.
Biocomercio con el Instituto Programa mercados
Alexander von Humboldt, Verdes con MAVDT.
Mercados Verdes con el MAVDT,
procesos de producción limpia en
minería de oro.

Unidad Autoridad Plan de Manejo Área Ramsar de la Conservación y Plan de manejo del Coordinación
Administrati Ambiental laguna de La Cocha, Plan de manejo de áreas corredor andino – para la
va Especial Manejo Bordoncillo - Patascoy, de riqueza amazónico Páramo concertación y
del Sistema Plan de Manejo Complejo Doña ambiental bajo el Bordoncillo/ Cerro de definición de
de Parques Juana - Juanoy esquema de Patascoy y Área Ramsar áreas protegidas.
Nacionales sistema de parques de La Cocha. Con ADC, Información y
Naturales nacionales Corpoamazonia, MAVDT, capacitación.
(Dirección naturales. WWF
Territorial Control y vigilancia Plan de manejo laguna de
Surandina) Telpis n el santuario de
fauna y flora Galeras. Con
ADC, Gaica.

129
Departamento de Putumayo (Sector 1: Alto Putumayo)
Entidades territoriales
Actor Relación con el Intereses territoriales Visión y enfoque de Articulación con otros Papel en
territorio conservación actores ambientales escenarios de
conservación
Municipio Autoridad político Nacimientos de río San Conservación y manejo Ordenamiento y manejo de Coordinación
de Colón administrativa Pedro, Zona de de áreas que prestan tres microcuencas del para avalar y
colonización Runduyaco, servicios ambientales. municipio de Colón, con acompañar
La Rejoya, y el complejo Control y vigilancia Corpoamazonia. procesos de
paramuno Quilinsiyaco Plan de ordenamiento y conservación.
en general. manejo del río San Pedro, Piso legal a
con Corpoamazonia y iniciativas de
Municipio de Sibundoy. conservación.
POM cuenca alta río Incentivos a la
Putumayo, con Asociación conservación.
de municipios del alto
Putumayo,
Corpoamazonia.
Programa Familias
Guardabosques con la
Presidencia de la
República y
Corpoamazonia.
Plan de Ordenamiento
Municipal, con ARD,
Fundación Cultural del
Putumayo,
Corpoamazonia

Municipio Autoridad político Identificar, delimitar y Conservación y manejo Plan de Ordenamiento Coordinación
de Santiago administrativa crear legalmente el área de áreas que prestan Municipal, con ARD, para avalar y
protegida en el Páramo servicios ambientales. Fundación Cultural del acompañar
de Bordoncillo. Control y vigilancia Putumayo, procesos de
Priorizar acciones de Corpoamazonia. conservación.
preservación y Abastecimiento de agua Piso legal a
protección ambiental en potable para la comunidad iniciativas de
aquellos ecosistemas de Inga de San Andrés, la “Y” conservación.
mayor significación y Balsayaco, con manejo Incentivos a la
ambiental: Páramo de ambiental de la fuente conservación

130
Bordoncillo, Cerro abastecedora y educación
Patascoy, Microcuencas: ambiental, con
Río Tamauca, Corpoamazonia.
Espinayaco, Tinyoy, Programa Familias
Guarmeyaco, Juisanoy, Guardabosques con la
Platoyaco, -Vijinchoy y Presidencia de la
del río Samanoy. República y
Corpoamazonia

Municipio Autoridad político Recuperación de rondas Conservación y manejo Plan de Ordenamiento Coordinación
de San administrativa y saneamiento ambiental de áreas que prestan Municipal, con ARD, para avalar y
Francisco en la quebrada Cofradía. servicios ambientales. Fundación Cultural del acompañar
Plan de manejo integral Control y vigilancia Putumayo, procesos de
de la microcuenca Corpoamazonia. conservación.
Cofradía. Elaboración, Industrialización de la Piso legal a
adopción e producción de caliza y iniciativas de
implementación del plan arcillas para reducir la tala conservación.
de manejo de la cuenca de bosques naturales, con Incentivos a la
alta del río Mocoa. Corpoamazonia. conservación
Recuperación de la Programa Familias
garganta de Balsayaco Guardabosques con la
como área de estricto Presidencia de la
control ambiental. República y
Manejo de cuencas Corpoamazonia.
hidrográficas Plan de ordenamiento y
municipales bajo la manejo de la cuenca alta
modalidad de canje del río Mocoa, con
ecológico* con Municipio de Mocoa y
Corpoamazonia. Corpoamazonia
Plan de manejo de la
variante San Francisco -
Mocoa, con Municipio de
Mocoa y Corpoamazonia.

Municipio Comprende los Conservación y manejo Plan de Ordenamiento Coordinación


de nacimientos de agua y de áreas que prestan Municipal, con ARD, para avalar y
Sibundoy las zonas altas del servicios ambientales. Fundación Cultural del acompañar
municipio que en la Control y vigilancia Putumayo, procesos de
actualidad cuentan con Corpoamazonia. conservación.

131
bosques naturales. Concertación con el Piso legal a
Incluyen las cuencas alta cabildo Kamentsá Biya iniciativas de
y media de los ríos San para el POT y el Plan de conservación.
Pedro y San Francisco, Vida del pueblo Kamentsá. Incentivos a la
áreas de amortiguación POM quebrada la conservación
del complejo paramuno Hidráulica con
de Quilinsayaco, Corpoamazonia.
nacimiento del río
Putumayo en el área de
los cerros Juanoy y
Portachuelo, tierras del
resguardo Kamentsá en
las microcuencas
Hidraúlica, Cabuyayaco,
Carrizayaco y los
bosques primarios
existentes. Áreas de
bosques del piedemonte
amazónico, al exterior
del valle.

Organizaciones de la Sociedad Civil


Actor Relación con el Intereses territoriales Visión y enfoque de Articulación con otros Papel en
territorio conservación actores ambientales escenarios de
conservación
Fundación Asesorías a Proyecto regional de Conservación como Planes de Ordenamiento Información,
Cultural del municipios para la ecoturismo, Diseño e producto del trabajo Municipal de los apoyo técnico,
Putumayo elaboración de los implementación de ciclo técnico en planeación municipios del Valle de Convocatoria,
planes de ruta en el Valle de territorial. Sibundoy, con ARD, capacitación.
ordenamiento Sibundoy. Corpoamazonia y
territorial de los 4 municipios del Valle.
municipios del Participación en el Sirap
Valle de Sibundoy. Piedemonte con
Corpoamazonia,
Corponariño, IAvH,
UAESPNN y WWF.

132
Fundación Construcción social Proyecto regional de Conservación como Nodo Quindicocha de la Información,
Ecoama- del territorio desde desarrollo sostenible producto de la Red de Reservas de la apoyo técnico,
zonia la investigación, para el Valle de concertación de intereses Sociedad Civil. educación
planificación Sibundoy, recogido en el y sueños de los actores Plan de Vida Quindicocha ambiental, lúdica,
participativa y el Plan de vida que ocupan el territorio y con Asociación de capacitación.
conocimiento Quindicocha, a partir de comparten una visión del municipios del alto
tradicional. la red de reservas del mundo con ingredientes Putumayo, ADC,
Valle de Sibundoy e mágico/míticos. Corpoamazonia,
integrando la propuesta La conservación es una Gobernación del
general de Escuela parte importante del Plan Putumayo, Resguardos
Panamazonia. de Vida Quindicocha, y del Valle de Sibundoy,
Reserva La Rejoya en el se basa en la lúdica, la Red de Reservas de la
municipio de Colón. educación e investigación Sociedad Civil,
propia. UAESPNN.
Participación en el Sirap
Piedemonte con
Corpoamazonia,
Corponariño, IAvH,
UAESPNN y WWF.
Fundación Asesorías a Asistencia técnica Conservación como Participación en el Sirap Información,
Opción municipios para agropecuaria municipal, producto del trabajo Piedemonte con Apoyo técnico.
Putumayo producción fortalecimineto del Nodo técnico en la producción Corpoamazonia,
agropecuaria Quindicocha de la Red agropecuaria sostenible. Corponariño, IAvH,
sostenible, de RESERVAS DE LA UAESPNN y WWF.
educación Sociedad Civil, Nodo Quindicocha de la
ambiental formación de guías Red de Reservas de la
ambientales, Ruta Sociedad Civil.
agroturística del valle de
Sibundoy
Cabildo Pueblo ancestral Resguardo Inga de El territorio es la base de Proyectos de recuperación Información,
Inga de Colón. Ampliación y la cultura, por lo tanto su de la chagra tradicional Conocimiento
Colón legalización del territorio conservación es el como sistema productivo tradicional,
existente, incluyendo producto de la relación sostenible, con la Red de organización,
compras de tierra para con la tierra desde la Solidaridad Social. capacidad de
ampliación. Disponen de cultura material ya sea Programa Familias movilización,
globos de tierra de 1.123 tradicional o “moderna”. Guardabosques con la estatus legal que
has entregadas por Presidencia de la favorece la
Incora y 260 compradas, República. conservación.
en la parte alta y plana Proyectos productivos

133
del valle. Proponen financiados por la
suspender las obras de Embajada del Canadá.
drenaje de la zona Participación en la
inundable del centro del elaboración del POT del
valle de Sibundoy y municipio de Colón
convertirla en resguardo Inclusión del Plan de Vida
para ser mantenida Inga tanto en el Plan de
como área protegida por Desarrollo del municipio de
los pueblos indígenas. Colón como en el Plan de
Desarrollo Departamental.

Cabildo Pueblo Ancestral Resguardo Musualpa El territorio es la base de Apoyo de Corpoamazonia Información,
Inga de San (Tierra nueva) la cultura, por lo tanto su para el plan de vida del Conocimiento
Pedro conservación es el pueblo Inga del tradicional,
producto de la relación corregimiento de San organización,
con la tierra desde la Pedro (municipio de capacidad de
cultura material ya sea Colón). movilización,
tradicional o “moderna”. estatus legal que
favorece la
conservación.
Cabildo Pueblo Ancestral Proyectos de canje El territorio es la base de Gestión de proyectos Información,
Kamentsá ecológico con la cultura, por lo tanto su ambientales con la Conocimiento
Biya Corpoamazonia, conservación es el Diócesis de Sibundoy. tradicional,
Participan del proyecto producto de la relación Proyectos de canje organización,
Biomacizo, manejo de con la tierra desde la ecológico con capacidad de
cuencas hidrográficas, cultura material ya sea Corpoamazonia movilización,
empezando un proceso tradicional o “moderna”. Plan de vida del pueblo estatus legal que
de transformación y Kamentsá con favorece la
comercialización de Corpoamazonia. conservación.
productos agropecuarios Participación en la
tradicionales, Programa elaboración del POT del
Familias Guardabosques municipio de Sibundoy,
y comité de aguas. con la Fundación Cultural
del Putumayo.
Proyecto de ampliación del
Resguardo único Inga –
Kamentsá del Valle de
Sibundoy con INCORA y
PLANTE

134
Forma parte del Comité
interinstitucional para el
desarrollo de los pueblos
indígenas con
Gobernación del
Putumayo,
Corpoamazonia, Incoder
y OZIP.

Departamento de Putumayo (Sector 2: Medio Putumayo)


Entidades territoriales
Actor Relación con el Intereses territoriales Visión y enfoque de Articulación con otros Papel en
territorio conservación actores ambientales escenarios de
conservación
Municipio Autoridad político Conservación y manejo Conservación y manejo POM de la cuenca alta del Coordinación
de Mocoa administrativa de la reserva protectora de áreas que prestan río Mocoa, con para avalar y
de la cuenca alta del río servicios ambientales. Corpoamazonia y acompañar
Mocoa, Conservación y Control y vigilancia municipio de San procesos de
manejo del Área de Francisco. conservación.
manejo Especial Cerro POM del cerro de Piso legal a
de Churumbelo. Churumbelo, con iniciativas de
Ordenamiento y Manejo Corpoamazonia y conservación.
del área de influencia de UAESPNN. Incentivos a la
la variante San POM de la variante San conservación.
Francisco - Mocoa. Francisco – Mocoa, con
Manejo de reservas Corpoamazonia y
naturales en cuencas municipio de San
abastecedoras de Francisco.
acueductos como: El
Almorzadero, Taruca, El
Conejo, Mulato, río
Dorado (afluente del
Pepin).

Municipio Autoridad político Áreas de Conservación: Conservación y manejo Coordinación con Coordinación
de administrativa Reserva Forestal de áreas que prestan Corpoamazonia para la para avalar y
Villagarzón protectora Cuenca del servicios ambientales. elaboración del Plan de acompañar
río San Juan (86.360 Control y vigilancia Ordenamiento Territorial procesos de
has), incluye territorio de Municipal. conservación.

135
Orito y Santiago, en las Piso legal a
cuencas altas de los ríos iniciativas de
Vides, San Juan, Conejo conservación.
y aluayaco. Zona de Incentivos a la
Amortiguación de la conservación
reserva (20.500
has).Franjas de
protección, conservación
y mejoramiento de de
fuentes hídricas en los
ríos Putumayo, Alguacil,
Naboyaco, Guineo,
Uchupayaco, Juanambú
y San José

Municipio Autoridad político Según el Esquema de Conservación y manejo Coordinación con Coordinación
de Orito administrativa ordenamiento Territorial de áreas que prestan Corpoamazonia para la para avalar y
Municipal se proponen servicios ambientales. elaboración del Plan de acompañar
como áreas de reserva: Control y vigilancia Ordenamiento Territorial procesos de
Reserva de Alto orito Municipal. conservación.
(87.586 has); Reserva Piso legal a
Forestal Indígena Orito - iniciativas de
Portugal; Reserva conservación.
Forestal El Mirador Incentivos a la
conservación
Municipio Autoridad político Según el Esquema de Conservación y manejo Coordinación con Coordinación
de Valle del administrativa Ordenamiento Territorial de áreas que prestan Corpoamazonia para la para avalar y
Guamuéz se proponen como áreas servicios ambientales. elaboración del Plan de acompañar
(La de conservación las Control y vigilancia Ordenamiento Territorial procesos de
Hormiga) reservas indígenas del Municipal. conservación.
Afilador y Yarinal y el Participación en el Sirap Piso legal a
resguardo de Santa Piedemonte con iniciativas de
Rosa del Guamuéz. Corpoamazonia, conservación.
como áreas de Corponariño, IAvH, Incentivos a la
protección las UAESPNN y WWF. conservación
jurisdicciones de Jordán-
Güisía con 12.312 has y
Guadualito con 29.771
has

136
Gobernació Autoridad político Inventario de Conservación y manejo Coordinación con Coordinación
n del administrativa biodiversidad de áreas que prestan Corpoamazonia para la para avalar y
Putumayo departamental, Plan de servicios ambientales. elaboración del Plan de acompañar
Ordenamiento Control y vigilancia. Ordenamiento Territorial procesos de
Departamental. Uso de la Biodiversidad Departamental. conservación.
para el Desarrollo. Participación en el Sirap Piso legal a
Piedemonte con iniciativas de
Corpoamazonia, conservación.
Corponariño, IAvH, Incentivos a la
UAESPNN y WWF. conservación

Organizaciones de la Sociedad Civil


Actor Relación con el Intereses territoriales Visión y enfoque de Articulación con otros Papel en
territorio conservación actores ambientales escenarios de
conservación
Asociación Pueblo indígena de Los territorios Nasa Esta etnia está en un Autodiagnóstico para el Información,
de cabildos origen andino, que están en cuatro bloques: proceso de Plan de Vida, con Cecoín. conocimiento
del pueblo está radicado en Mocoa, Puerto Guzmán, reconstrucción cultural en Mesa de trabajo territorial tradicional,
Nasa del amplias áreas del Puerto Caicedo y Puerto el Putumayo. de los pueblos indígenas organización,
Putumayo Depto. del Asís. Resguardos de La El territorio se está del Putumayo, con Ozip. capacidad de
(ASONE’W Putumayo Florida, (8.459 has), reconfigurando como la POT del Resguardo La movilización,
ESX) Jerusalén, San Luis, base de la cultura Florida, con WWF y estatus legal que
Campo Alegre, Alpes Cecoín. favorece la
Orientales, Santa Rosa conservación.
de Juanambú,
Aguaditas, (98 has),
Descanso (74 has) Nasa
Çxa’, Resguardo de
Kiwna Sxa’, Porvenir, La
Barrialosa.
Asociación Pueblo indígena Resguardos la Cristalina, Esta etnia está en un Estudios Socioeconómicos Información,
de Cabildos que proviene del La Italia, Argelia, La proceso de para la constitución de conocimiento
Embera Valle y Antioquia venada, Alto Orito, Las reconstrucción cultural en resguardos (Programa tradicional,
Quipara que está radicado Palmas, Villarrica, el Putumayo. Raíz por Raíz) con organización,
en amplias áreas Cañabravita, El territorio se está Cecoín. capacidad de
del municipio de Campoalegre y Rupasca reconfigurando como la Mesa de trabajo territorial movilización,
Orito y otros Vides. base de la cultura. de los pueblos indígenas estatus legal que
lugares del del Putumayo, con Ozip. favorece la
Putumayo. Plan de Vida del Pueblo conservación.

137
Embera del Putumayo,
financiado por OIM.

Asociación Pueblo indígena Resguardos titulados: Esta etnia está en un Plan de Vida del Pueblo Información,
de Cabildos que proviene del Damasco Vides (834 proceso de Awá del Putumayo, conocimiento
indígenas Pacífico Nariñense, has), Los Guaduales reconstrucción cultural en financiado por USAID y tradicional,
del Pueblo radicado en (291 has), el Putumayo. OIM. organización,
Awá del amplias áreas del Cañaveral/Miraflores El territorio se está Estudios Socioeconómicos capacidad de
Putumayo. municipio de Orito, (1.980 has) reconfigurando como la para la constitución de movilización,
(ACIPAP) Valle del Guamuéz En trámite: Aguablanca, base de la cultura resguardos (Programa estatus legal que
y otros lugares del Cristalina II (IRAK del Raíz por Raíz) con favorece la
Putumayo. sur), El Espingo, Selva Cecoín. conservación.
Verde. Mesa de trabajo territorial
El Plan de vida identifica de los pueblos indígenas
áreas de reserva de del Putumayo, con Ozip.
biodiversidad entre los
ríos Conejo, San Juan y
Orito; la otra es en la
Cristalina II.
Igualmente el Plan de
Vida contempla un
proyecto que busca
hacer ordenamiento
territorial ambiental y
capacitación a las
autoridades y
comunidades.

Asociación Pueblo ancestral Iniciativas de El territorio es la base de Mesa de trabajo territorial Información,
de cabildos conservación: la cultura, por lo tanto su de los pueblos indígenas conocimiento
Ingas Resguardo especial conservación es el del Putumayo, con Ozip tradicional,
(ASOINGA) serranía de los producto de la relación organización,
Churumbelos y cueva de con la tierra desde la capacidad de
los guácharos. cultura material ya sea movilización,
Resguardo especial tradicional o “moderna. estatus legal que
cerro de Patascoy, en favorece la
conexión con conservación.
Chaluayaco.

138
Constitución resguardos:
Musuiuía, Selvas del
Putumayo, Condagua,
San Joaquín, Inga de
Mocoa, Alpamanga.
Ampliación resguardos:
Chaluayaco, San Miguel,
Castell, Camentsá, Biya,
Albania, Wuasipungo,
Puerto Limón,
Calenturas, Wuasipanga.

Cabildo Pueblo indígena Nuevo Horizonte en La Esta etnia está en un Proyecto de producción de organización,
Indígena que proviene de la Hormiga, Siberia en proceso de flores y follajes, financiado capacidad de
Pasto de zona andina Orito, cabildos en Puerto reconstrucción cultural en por Chemonix. movilización,
San José Nariñense, Asís, Mocoa y Puerto el Putumayo. Mesa de trabajo territorial estatus legal que
del Pepino radicado en el Caicedo. En Mocoa área El territorio se está de los pueblos indígenas favorece la
municipio de comunitaria de 36 has reconfigurando como la del Putumayo, con Ozip. conservación
Mocoa y otros (proyección a 5.000). base de la cultura. Proyecto de medicina
lugares del San José del Pepino en tradicional y chagra con
Putumayo. el cerro de Churumbelos, Selvasalud.
Mocoa

Cabildo Pueblo indígena Pretensión resguardo Esta etnia está en un Mesa de trabajo territorial organización,
Yanacona que proviene de la 1000 has en proceso de de los pueblos indígenas capacidad de
de Santa zona andina Churumbelos. Alto reconstrucción cultural en del Putumayo, con Ozip. movilización,
Martha Caucana, radicado Villamaría Churumbelos. el Putumayo. Programa de desarrollo estatus legal que
en el Caquetá y Resguardo yanacona en El territorio se está agropecuario del favorece la
Putumayo. Santa Martha (Cauca) reconfigurando como la Resguardo Santa Martha, conservación
Villamaría Anamú, Alto base de la cultura. dentro del programa Raíz
Mirador (Orito), Dimas por Raíz, con Cecoín.
Onel Majín (Puerto Desarrollo de un modelo
Guzmán) de granja integral para el
resguardo Santa Martha,
financiado por OEI.

139
Mesa Pueblo ancestral Protección, conservación El territorio es la base de Plan de Vida del Pueblo Información,
Permanente y ampliación resguardo la cultura, por lo tanto su Cofán, Fundación Zio-a’i. conocimiento
de trabajo Ukumarí Khanke, Planes conservación es el Ordenamiento territorial y tradicional,
del pueblo de ordenamiento y producto de la relación estudio detallado de suelos organización,
Cofán y manejo de los 16 con la tierra desde la con el Instituto capacidad de
cabildos cabildos, restauración cultura material ya sea Geográfico Agustín movilización,
indígenas ecológica de 100 has en tradicional o “moderna”. Codazzi. estatus legal que
del los cabildos, diagnóstico favorece la
Guamuéz y y elaboración plan de conservación.
San Miguel. manejo de residuos,
estudio de uso de los
suelos escala 1:10.000
con el IGAC, comité de
Botánica, Herbario
Cofán, capacitación de
54 maestros indígenas
bilingües para las 6
culturas que forman
parte de la mesa
permanente.
Resguardos y reservas:
Santa Rosa del
Guamuéz, Santa Rosa
de Sucumbíos.

Organizació Organización La OZIP como El territorio es la base de Asesorías de Información,


n Zonal regional de los 12 organización gremial la cultura, por lo tanto su Corpoamazonia para conocimiento
indígena del pueblos indígenas regional no tiene en sí conservación es el apoyo a procesos tradicional,
Putumayo del Putumayo. misma iniciativas de producto de la relación territoriales. organización,
OZIP conservación, sirve con la tierra desde la Acuerdo mutuo Ozip coordinación,
como enlace para cultura material ya sea Gobierno nacional para capacidad de
canalizar demandas de tradicional o “moderna”. sustitución de cultivos movilización,
los diferentes pueblos ilícitos, USAID, Chemonix, estatus legal que
indígenas y está Cecoín. favorece la
diseñando una política Ozip es miembro de las conservación.
territorial para los organizaciones OPIAC y
pueblos del Putumayo ONIC.
que incluye manejo
ambiental y

140
conservación de los
resguardos indígenas.

Autoridades Ambientales
Actor Relación con el Intereses territoriales Visión y enfoque de Articulación con otros Papel en
territorio conservación actores ambientales escenarios de
conservación
Corporación Autoridad Procesos de ordenación Control y vigilancia. Plan de manejo Coordinación
para el Ambiental en la cuenca del río San Conservación y manejo Bordoncillo – Patascoy con para avalar y
Desarrollo Juan, río Uchupayaco en de áreas que prestan Corponariño, MAVDT, acompañar
Sostenible Villagarzón, Río yarumo servicios ambientales. UAESPNN. procesos de
del Sur de en Orito, y ordenación de Uso de la biodiversidad Plan de manejoComplejo conservación.
la Amazonia la cuenca del río para el Desarrollo. Doña Juana – Juanoy, con Piso legal a
Colombiana Guamuéz. Plan de Corponariño, MAVDT, iniciativas de
(Corpoamaz Ordenamiento y Manejo UAESPNN. conservación.
onia) (POM) cuenca río Pepin Apoyo al Plan de Vida del Incentivos a la
(Mocoa), POM de la pueblo Inga y Kamentsá, conservación.
quebrada La Hormiga con Cabildos Inga y Información.
(Valle del Guamuéz), Kamentsá del Valle de Apoyo técnico.
programa Pomsai** con Sibundoy.
tres microcuencas en Apoyo a Plan de Vida
Colón, POM Sistema pueblo Cofán, con Mesa
hidráulico Sibundoy, permanente del pueblo
POM Río San Pedro en Cofán, OZIP, Fundación
Colón y Sibundoy, inicio Zio-a’i.
POM cuenca alta del río POM quebrada La
Putumayo. Hormiga, con Municipio
de Valle del Guamuéz.
Planes de Ordenamiento
Municipal de los
municipios del Valle de
Sibundoy, con ARD,
Fundación Cultural del
Putumayo, y municipios
del Valle.
Programa Ponsai en tres
microcuencas del
municipio de Colón.

141
POM quebrada La
Hidráulica, con municipio
de Sibundoy.
POM Río San Pedro, con
Municipios de Colón y
Sibundoy.
POM cuenca alta del río
Putumayo, con
municipios del Valle de
Sibundoy.
Proyectos de canje
ecológico en agroindustria,
bioingeniería y educación
ambiental con Cabildo
Kamentsá.
Proceso de
industrialización de la
caliza en el municipio de
San Francisco.
Abastecimiento de agua
potable para la comunidad
Inga de San Andrés, la “Y”
y Balsayaco, con manejo
ambiental de la fuente
abastecedora y educación
ambiental, con el
municipio de Santiago.
Programa Familias
Guardabosques con la
Presidencia de la
República.
Unidad Autoridad Corredor Serranía de los Conservación y manejo Plan de manejo corredor Coordinación
Administrati Ambiental Churumbelos - Cueva de de áreas de riqueza biológico Cueva de los para la
va Especial los Guácharos. Apoyo ambiental bajo el Guácharos – Serranía de concertación y
del Sistema nueva área protegida en esquema de sistema de los Churumbelos, definición de
de Parques Orito – Guamuéz con parques nacionales Corpoamazonia, CRC, áreas protegidas.
Nacionales Umiyac. naturales. MAVDT. Información y
Naturales SIRAP Piedemonte Control y vigilancia Mesa de trabajo para la capacitación.
(Dirección Andino – amazónico. implementación del POM

142
Territorial corredor biológico cueva
Amazonia - de los Guácharos –
Orinoquia) Serranía de los
Churumbelos. Con CRC,
Corpoamazonia, Belén
de los Andaquíes,
Piamonte, San José de
Fragua, Santa Rosa y
Mocoa.
Participación en el Sirap
Piedemonte con
Corpoamazonia,
Corponariño, IAvH,
UAESPNN y WWF.
**Plan de Ordenamiento y Manejo de las microcuencas Chigüinsica, Marpujay y Afilangayaco en el municipio de Colón

143
Capítulo 10 Expectativas territoriales de los pueblos
indígenas del piedemonte Putumayense

Fotografía: WWF Colombia / Luz Eliana Bossa

Carlos Salazar
Centro de Cooperación al Indígena -CECOIN
Una de las características principales de la población indígena en el Piedemonte
putumayense es la variabilidad de su composición étnica, dadas las condiciones
de movilidad espacial, migración y colonización. Se diferencian dos categorías
para la definición de la población indígena: los pueblos ancestrales pertenecientes
a las etnias Kofán, Inga, Kamentsa, Siona, Koreguaje, Witoto y Muinane y los
pueblos indígenas que han inmigrado a esta región y hoy se encuentran
desarrollando procesos de recomposición cultural y social, como los Nasa del
Cauca, Awa de Nariño y Embera – Chamí del Valle del Cauca.

En la actualidad existen en el Putumayo aproximadamente 34.000 indígenas de 12


pueblos, los cuales representan cerca del 10% de la población total asentada en el
Departamento (Tabla 10.1). Es notable el hecho que los pueblos Cofán y Siona,
pobladores ancestrales del piedemonte, han disminuido considerablemente su
población.

Tabla 10.1. Distribución Poblacional por Etnia en el piedemonte andino –


amazónico del Departamento del Putumayo.

Etnia Población Porcentaje


Inga 16.096
47.1
Awa 4.706 13.8
Kamentsa 4.527 13.3
Nasa 2.874 8.4
Pastos 2.266 6.6
Cofán 1.157 3.4
Embera 925 2.7
Siona 656 1.9
Yanacona 608 1.8
Witoto 236 0.7
Muruy 72 0.1

Dinámica poblacional

En 1999, el pueblo Inga tenía una población aproximada de 13.316 personas. En


cinco años esta población incrementó en un 20% aproximadamente (16.096
personas en 2003) y en la actualidad está concentrada en los municipios del Valle
del Sibundoy, Mocoa, Puerto Leguízamo, Villagarzón, Puerto Asís, Puerto Caicedo
y Puerto Guzmán.

Los Kamentzá, cuyos principales núcleos están asentados en el Valle del


Sibundoy y Mocoa, reportaban en 1999 una población aproximada de 6.353
personas. Para 2003 había ocurrido una disminución de la población del 28% pues
se registraron apenas 4.527 personas.

Cerca a la frontera colombo - ecuatoriana, en las riberas de los ríos San Miguel o
Sucumbíos, Aguarico y Guamués y en los municipios de Orito y Puerto
Leguizamo, habita el pueblo Cofán. Su población ha permanecido prácticamente

145
estable desde 1999, aunque muy por debajo del tamaño de la de otros pueblos de
la región: en el año 2003 se registraron solamente 1.157 indígenas de este grupo
étnico.

Algo similar ocurre con el pueblo Siona, que desde finales de la década de 1999
contaba con una población muy reducida. Si bien el incremento entre 1999 y 2003
fue de 47%, en este último año la población llegaba apenas a 445 personas en su
mayoría residentes en los municipios de Puerto Asís y Puerto Leguízamo.

Según Villa1, en la actualidad el poblamiento en el piedemonte putumayense


tiende a asumir la pauta de asentamiento en los centros urbanos. Por ejemplo, en
los municipios donde se implementó el “Programa Raíz por Raíz”, 28% de la
población habita en centros urbanos como Mocoa (50.8% de población urbana) y
Puerto Asís (40%).

La situación actual de los pueblos indígenas plantea retos difíciles y grandes


restricciones para la reproducción de sus culturas, en la posibilidad de ocupar y
proteger sus territorios y su misma viabilidad demográfica. La falta de equidad que
se ha venido dando por años en estas zonas de colonización en lo que respecta al
acceso a la tierra y la falta de respeto por los territorios indígenas, hacen que el
derecho a la tierra tenga un carácter efímero.

A pesar de sus esfuerzos colectivos, los pueblos indígenas asentados en el


Putumayo no tienen el poder suficiente para defender sus derechos territoriales y
en su defensa enfrentan una serie de actores que desbordan el alcance de sus
sistemas de gobernanza, como son los colonos, los productores de coca, los
traficantes de droga, los grupos armados ilegales, las compañías petroleras y
quienes implementan la ejecución de macroproyectos en la región.

Titulación de territorios indígenas

Hasta el 2001 había 34 resguardos legalmente constituidos en el Departamento


del Putumayo (Tabla 10.2), cubriendo un área de 142.117 ha en las cuales
habitaban 7.670 personas. Es importante analizar que de esta área un solo
resguardo ocupa el 48% del total de área legalizada y el 32% lo constituyen los
resguardos de Puerto Leguízamo, por lo cual los 22 resguardos restantes ocupan
apenas 20% del área legalizada.

Con la implementación del Programa Raíz por Raíz (2003 – 2004), se dio un
importante impulso a la definición territorial de las comunidades indígenas
asentadas en el medio y bajo Putumayo. En el año 2003 se constituyeron nueve
resguardos indígenas, legalizando 8.287 ha que beneficiaron a 1.424 habitantes
allí asentados (Tabla 10.3). En el 2004 se inició el trámite ante el INCODER para
expedir las resoluciones correspondientes a 26 territorios indígenas adicionales
(Tabla 10.4) que abarcan 132.066 ha y albergan 6.090 habitantes. De las 140.353

1 William Villa. Documento líneas de política Programa Raíz por Raíz

146
hectáreas constituidas en estos dos años, 112.900 ha son para constitución y
27.453 para ampliación de territorios existentes.

El promedio de área constituida por familia en los nuevos resguardos es de 50 a


70 ha, a diferencia de los resguardos anteriormente constituidos que en su
mayoría presentan un promedio por familia de 3 a 5 ha. Sin embargo es
importante hacer un análisis de la distribución de los resguardos, ya que las
dinámicas de los territorios indígenas y las formas de apropiación en cada
municipio tienen algunas tendencias singulares.

Es usual que las áreas adjudicadas como resguardos no coincidan con los
asentamientos de las comunidades, lo cual genera conflictos entre la figura
administrativa de la comunidad ya sea el cabildo, el gobernador, la familia o
miembros que dominan, los cuales asumen arbitrariamente el manejo del territorio
titulado. Esta situación se presenta en el cabildo Huasipungo de Villagarzón y en
los cabildos La Aguadita y El Descanso de Puerto Guzmán.

Sin embargo el gran esfuerzo que se ha realizado con el proceso de ampliación y


constitución no es todavía suficiente para brindar estabilidad territorial en el
piedemonte, pues todas estas áreas son altamente vulnerables a los procesos de
colonización, expropiación, intervención de los cultivos ilícitos y desplazamiento
forzado.

En las áreas integradas por la economía petrolera y a la vez por los procesos de
colonización, las poblaciones indígenas no tienen reconocimiento territorial alguno,
e incluso se les niega su condición de indígenas, de tal modo que las familias se
dispersan en pequeños predios o en algunos casos en lotes donde sólo disponen
de vivienda.

147
Tabla 10.1. Territorios Indígenas del Putumayo Legalizados hasta el año 2.001

Nombre resguardo Localización Grupo Resolución de creación Personas Familias Area (has)
étnico
Sibundoy Parte Alta Sibundoy Kamsa 0173-28-11-79 381 76 3.252
ejecutiva: 0024-12-02-80
San Jose Descanse Mocoa y Santa Rosa Inga 41-1-11-94 y 062-18-12-00 156 25 2.695
(cambio de nombre)
Santa Marta Mocoa y santa rosa Yanacona 11-29-06-00 136 25 511
Camentsa Biya Mocoa Camentsa 26-29-07-98 371 97 72.13
Inga Kamsa de Mocoa Inga-Kamsa 114-21-09-93 799 191 300.43
Mocoa
Inga de Condagua Mocoa Inga 115-21-09-93 200 40 227.53
Paez de Aguadita Mocoa Paez 21-21-07-94 130 23 98.87
Puerto Limón Mocoa Inga 112-21-09-93 331 58 251.94
Yunguillo Mocoa Inga 2536-09-53 1189 249 4.320
Calenturas Mocoa-Puerto Inga 45-26-06-89 65 15 3.066
Guzmán
Albania Villagarzón Inga 081 9-12-99 156 32 249.86
Chaluayaco Villagarzón Inga 019 29-06-00 43 5 527.72

San Miguel de la Villagarzón Inga 24-12-12-02 252 58 505.6


Castellana
Wasipungo Villagarzón Inga 015 5-05-99 5359 615 128 203
Aguaditas Puerto Guzmán Paez 21/21-06-94 198 45 99
El Descanso Puerto Guzmán Paez 02-14-04-97 131 23 74.6
Villa Catalina de Puerto Guzmán Inga 020 29-06-00 237 46 68.357.60
Puerto Rosario
Buenavista Puerto Asís Siona 0053-24-04-74 0045-21-07-83 124 27 4.500
ejecutiva: 0235-28-06-74

148
Santa Cruz de Puerto Asís Siona 59-29-09-92 79 15 1.990
Pinuña Blanco
La Cristalina Orito Embera 113-21-09-93 184 39 131.57
Katío
Yarinal San San Miguel y Valle Cofán 1982-30-04-73 609 124 2.888.83
Marcelino Amarón del Guamuéz 08 13-05-98 (conv)
Campoalegre San Miguel y Puerto Cofán 0151-25-08-76 81 16 887
Afilador Asís 11-13-05-98(conv)
ejecutiva: 029476
Santa Rosa del Valle del Guamuéz y Cofán- inga 1981-30-04-73 195 42 756.55
Guamuéz Puerto Asís 09-13-05-98(conv)
Agua Negra Puerto Leguízamo Witoto 43-1-11-94 50 12 2.858
Calarcá Puerto Leguízamo Inga 07-24-05-96 153 28 5.171.90
Cecilia Cocha Puerto Leguízamo Inga 04-7-02-95 180 34 5.949.25

Consara-Mecaya Puerto Leguízamo Coreguaje 25-19-07-94 26 6 2.815


El Progreso Puerto Leguízamo Muruy 02-24-05-96 33 8 2.404
La Paya Puerto Leguízamo Inga 03-24-05-96 93 20 5.679
El Hacha Puerto Leguízamo Siona y otros 0067-16-09-87 97 17 6.637.60

Jirijiri Puerto Leguízamo Witoto O231-26-12-75 103 19 4.960


0062-19-08-87
ejecutiva: 0431-31-12-75
Lagarto Cocha Puerto Leguízamo Inga 07-28-04-92 156 33 3.967.93
Santa Rita Puerto Leguízamo Murui- 23-10-12-02 39 7 1.371.96
muinane
El Tablero Puerto Leguízamo Siona y otras 0066-16-09-87 145 31 4.336
TOTAL 7.670 1.592 142.117

149
Tabla 10.3. Territorios Indígenas del Putumayo Legalizados en el año 2.003

Nombre resguardo Localización Grupo étnico Resolución de creación Personas Familias Area (ha )

Damasco Vides Puerto Caicedo Awa 033-10-04-03 134 37 834.38


La Italia Puerto Asís Embera 016-22-07-03 182 30 736.32
Chami
Vegas de Santa Ana Puerto Asís Siona 017-22-07-03 73 20 85.1
Alto Lorenzo Puerto Asís Paez 018-22-07-03 350 78 1.377.08
Awa de Cañaveral Orito Awa 014-22-07-03 103 26 1.981.71
Awa de los Orito Awa 015-22-07-03 209 51 291.43
Guaduales
La Argelia Valle del Embera- 034-10-04-03 91 17 168.42
Guamuéz Chamí
Nuevo Horizonte Valle del Pastos 035-10-04-03 199 19 203.16
Guamuéz
Tukunare Puerto Leguízamo Witoto 49-17-10-95 83 2.453 2.609.23
033-22-07-03
TOTAL 1.424 317 8.287

Tabla 10.4. Territorios Indígenas del Putumayo Legalizados en el año 2.004

Nombre resguardo Localización Grupo étnico Resolución de creación Personas Familias Area (ha )
La Florida Mocoa Paez En constitución 137 51 8.460
Santa Marta Mocoa y santa rosa Yanacona En ampliación 136 25 511
Inga de Condagua Mocoa Inga En ampliación 200 40 227.53
Puerto Limón Mocoa Inga En ampliación 331 58 251.94
Yunguillo Mocoa Inga En ampliación 1189 249 4.320
Blasiaku Villagarzón Inga En constitución 64 12 59

150
Santa Rosa, Villagarzón Paez En constitución 441 102 1.503
Campoalegre y
Alpes Orientales
Jerusalén y san Luis Villagarzón Paez En constitución 531 125 5.065
Alto Picudito
Wasipungo Villagarzón Inga En ampliación 615 128 203
Aguaditas Puerto guzmán Paez En ampliación 198 45 1.518
Alpamanga Puerto guzmán Inga En constitución 91 21 120
El descanso Puerto Guzmán Paez En ampliación 131 23 74.6
Porvenir la Puerto Guzmán Paez En constitución 293 56 3.280
Barrialosa
San Andrés, las Puerto Caicedo Awa En constitución 360 85 1.570
Vegas y Villa Unión
Agua Blanca Orito Awa En constitución 124 26 1.870
Alto Orito Orito Embera - En constitución 103 20 12.215
Chami
Bajo Bellavista Orito Awa En constitución 77 16 910
Caicedonia Orito Awa En constitución 115 30 1.010
El Espingo Orito Awa En constitución 122 29 1.947
La Venada Orito Embera - En constitución 157 30 12.004
Chamí
Selva Verde Orito Awa En constitución 64 17 248
Nasakiwe Puerto Leguízamo Paez En constitución 95 17 6.606
Siona de Bajo Puerto Leguízamo Siona En constitución 104 18 2.616
Casacunte
Inga-Kichwa de la Puerto Leguízamo Inga-Kichwa En constitución 94 17 6.529
Perecera
Inga-Kichwa y otros Puerto Leguízamo Inga-Kichwa En constitución 142 29 11.102
de Remanso
Irak-Cristalina II La Dorada Awa En constitución 176 34 47.846
Total 6.090 1.303 132.066

151
Perspectivas territoriales de los pueblos indígenas del Putumayo

En la actualidad, 67% de las comunidades indígenas asentadas en el Putumayo


(22.806 indígenas) no tienen definida la situación legal de sus territorios (Tabla
10.5). Por lo tanto, las expectativas y necesidades territoriales de estas
comunidades están sustentadas en la recuperación de su territorio ancestral y
en la necesidad de un espacio suficiente para asentar a todas sus familias y
reproducir sus procesos culturales, sociales y económicos. Lo anterior es la
conclusión de los talleres realizados en la ciudad de Mocoa y en Alto Sibundoy
en 2004, en donde a partir de una dinámica retrospectiva las autoridades
indígenas, taitas, tehualas, gobernadores y líderes indígenas se dieron a la tarea
de identificar el territorio que tenían los indígenas en el pasado y los procesos
que condujeron a su pérdida.

Tabla 10.5. Comunidades Indígenas Sin Territorios Legalizados

Nombre Cabildo Localización Grupo étnico Personas


Inga de Colón Colón Inga 442
Valle del Sibundoy Colón Inga 374
San Francisco San Francisco Kamentsa 1.300
Valle del Sibundoy San Francisco Kamentsa 797
Valle del Sibundoy Sibundoy Kamentsa 1.745
Inga de Santiago Santiago Inga 5.257
Valle del Sibundoy Santiago Inga 2.070
Inga de Mocoa Mocoa Inga 731
Pastos Mocoa Pastos 381
San Joaquín Mocoa Inga 132
Yanacona Mocoa Mocoa Yanacona 265
Yanacona Villamaría Mocoa Yanacona 207
Alparrumiyaco Villagarzón Ingas 63
Alto Sinaí Villagarzón Paez 243
Brisas del río putumayo Villagarzón Pastos 106
Carmen Sacharruna Villagarzón Ingas 91
Florida Alto Sardinas Villagarzón Ingas 164
Nuevo Porvenir Villagarzón Ingas 123
Piedra Sagrada Villagarzón Pastos 318
Playa Larga Villagarzón Awa 117
Salaiyaku Villagarzón Inga 84
Santa Teresa de Villagarzón Awa 48
Juanambú
Siloé Villagarzón Awa 95
Alto Mango Puerto Guzmán Inga 101
Calenturas Puerto Guzmán Inga 179
Cerroguadua Puerto Guzmán Inga 196
Huasipanga Puerto Guzmán Inga 90
Los Guaduales Puerto Guzmán Inga 74
Playa Rica Puerto Guzmán Inga 63
Alpes Orientales Puerto Caicedo 133
Bajo San Juan Puerto Caicedo 40
Campo Bello Puerto Caicedo Awa 24
Pastos Puerto Caicedo Pastos 44

152
Canangucha Puerto Caicedo 55
Colonia Nueva Puerto Caicedo 32
Líbano Puerto Caicedo Nasa 133
Nasa Kwsh Puerto Caicedo Nasa 213
Villaflor Puerto Caicedo 52
Cañabravita Burdines Orito Embera Chami 40
Villa nueva Orito Cofán 125
Bocana del luzon Orito Cofán 147
Miraflores Orito Awa 81
Villarica Orito Embera 87
Campo alegre Orito Embera 90
El Rubí Orito Awa 80
El Danubio Orito Paez 107
El Temblón Orito Embera 94
Awa Sevilla Orito Awa 2.414
La Siberia Orito Pastos 900
El rosal Orito Pastos 210
Selvas del Putumayo Orito Inga 133
Bajo Santa Helena Puerto Asís 80
La paila Puerto Asís 23
Danubio Puerto Asís 44
El Palmar Puerto Asís 25
Inga Urbano Puerto Asís Inga 91
La Libertad Puerto Asís 31
Las Minas Puerto Asís Siona 34
Los Pastos Puerto Asís Pastos 108
Manilla Mena Puerto Asís 55
Nasa Chamb Puerto Asís Nasa 113
Las Delicias Puerto Asís 28
Aguaclara-tierra linda Valle del Guamuéz Inga 264
Nueva Palestina Valle del Guamuéz Inga 65
Monterrey San Miguel 35
Total 22.806

Expectativas de los pueblos indígenas ancestrales

Las expectativas de los pueblos Ingano y Kamentza del Alto Putumayo se basan
en el Testamento del Taita Tamabioy del pueblo de Santiago elaborado el 15 de
Marzo de 1700 y protocolizado según escritura pública No. 262 del 12 de
Noviembre de 1898 en la Notaría segunda del Circuito de Pasto. Este
documento señala que las tierras del Gran Sibundoy, especialmente las zonas
de montaña que rodean el valle son territorios ancestrales de los Kamentza e
Ingas, que son pueblos indígenas que han permanecido en estos territorios
cientos de años.

Según los Taitas del Sibundoy, “Tamabioy era un hombre que tenia un carácter
visionario, su sueño era que en estas tierras pudiéramos vivir todos y fortalecer
nuestra unidad alrededor de estos territorios y hoy por eso los seguimos
defendiendo”.

153
Los taitas y autoridades indígenas del Valle de Sibundoy explican su visión de
recuperar gran parte de este territorio, muy articulada a este Testamento.
Manifiestan que el mayor problema lo presenta la parte plana, ya que está
cruzada por un fuerte proceso de colonización. Hacia la zona alta del valle, las
expectativas territoriales de los indígenas abren dos anillos con amplias zonas
de bosque que bordean el Valle del Sibundoy y hacia la zona Norte del Municipio
de San Francisco y Mocoa proyectan un corredor de bosque que se une con los
territorios de Yunguillo y San José Descanse. Esta propuesta se ha venido
trabajando hace ya unos dos o tres años con las comunidades de Yunguillo, San
José Descanse y Condagua, en donde se suscribieron actas de acuerdo para
unir y ligar estos territorios con la propuesta del Sibundoy.

Los indígenas están concientes que en el valle ya hay asentada población no


indígena desde hace muchos años y por ello su propuesta de ampliación se
sustenta en los anillos superiores que enlazan municipios y departamentos como
Nariño y Putumayo. Para el Taita Vicente Jajoy “actualmente estas zonas viven
en un gran desorden territorial y se hace necesario ordenar desde los
resguardos mismos, por ello reflexionar la territorialidad desde los territorios
ancestrales permitirá tener una visión más amplia y ligada a sus planes de vida”.

Los indígenas del Sibundoy observan también que sus propuestas territoriales
se cruzan con las propuestas institucionales, como la creación de Parques
Nacionales Naturales y el establecimiento de corredores biológicos manejados
por instituciones desde las grandes ciudades. Por esta razón consideran
necesario examinar estas propuestas y ver como están manejando lo ambiental,
la medicina tradicional y el conocimiento e importancia que le están dando a la
botánica, ya que la forma como ellos han manejado tradicionalmente las plantas
tiene reconocimiento a nivel nacional e internacional. Como ellos mismos dicen,
“Todo el mundo Ingano y Kamentza se concibe en íntima relación con la
naturaleza, gira en virtud al conocimiento de las plantas y a la interrelación de
sus elementos”.

El alto nivel de desarrollo de la medicina tradicional de estos pueblos se debe a


la profunda espiritualidad, a la cosmovisión de sus ancestros y a la
comunicación permanente con las comunidades indígenas del Bajo Putumayo.
Por eso dentro de sus proyecciones culturales estos pueblos indígenas tienen
como eje la conservación y recuperación de su territorio ancestral y el rescate de
sus zonas sagradas, dentro de las cuales consideran los Parques Nacionales
Naturales y otras áreas estratégicas de conservación de páramo, bosque
altoandino y bosque del piedemonte. En este sentido, las comunidades Inga y
Kamentza han dirigido algunas acciones de sus planes de vida hacia el rescate
de sus territorios ancestrales ubicados en el Páramo de Bordoncillo y la vertiente
del Cerro Patascoy que da hacia el Valle del Sibundoy, lo cual se convierte en

154
una oportunidad importante de gestión para la conservación de estas áreas,
acorde con iniciativas de las autoridades ambientales de carácter nacional2.

Las comunidades indígenas del Pueblo Cofán asentadas en los municipios de


Orito, Valle del Guamuéz y San Miguel, también están en un proceso gradual de
recuperación de su territorio ancestral, concientes que este territorio está
afectado actualmente por múltiples factores, como los cultivos ilícitos, la
extracción de hidrocarburos y su infraestructura de soporte, los procesos de
colonización y la presión de los grupos armados. Por ello vienen trabajando una
propuesta con los colonos y las familias de otros grupos étnicos allí asentados
para que puedan permanecer dentro de su territorio dentro del marco de las
políticas de su plan de vida, con el fin de disminuir el conflicto que puede
generar el saneamiento de su territorio. La propuesta territorial del pueblo Cofán
se centra en la ampliación del Resguardo Ukumare Kankhe hacia la zona de Alto
Orito y en dirección norte hacia el Cerro de Patascoy, en donde se adelanta un
proceso de constitución de un Santuario de Plantas Medicinales. Pese a estos
esfuerzos, muchas familias Cofanes han migrado al Ecuador buscando un
espacio en donde puedan vivir pacíficamente y en donde se les ofrezcan
mayores garantías para su supervivencia.

La territorialidad indígena y los pueblos provenientes de otras regiones.

Aunque el pueblo Nasa llegó al Putumayo migrando de su tierra de origen, ha


generado en varios años un interesante proceso de apropiación territorial que en
la actualidad está representado por 28 cabildos, de los cuales 10 ya están
constituidos legalmente como resguardos. Sin embargo estas tierras no han sido
suficientes para ubicar a la cantidad de familias que se encuentran asentadas en
el área urbana de Mocoa y Puerto Asís. Por ello su propuesta a largo plazo es la
de conectar los resguardos de la zona del Alto Picudito, en Villagarzón, con los
cabildos asentados en el municipio de Puerto Guzmán, además de ampliar el
Resguardo de la Florida en territorios baldíos hacia el Norte, hasta encontrar los
límites del Resguardo de San Andrés del Alto Sibundoy, que se viene
proyectando en esta misma dirección.

Las comunidades de los pueblos Yanaconas y Pastos son actualmente las que
ocupan menos territorio en el Putumayo y debido a esto han incrementado su
proceso de urbanización. Estos indígenas aspiran a la ampliación de sus
territorios hacia la parte baja de la Serranía de los Churumbelos entre los Ríos
Mocoa y Caquetá, buscando tener territorio suficiente para asentar las familias
que no tienen tierra y reproducir allí sus culturas.

2 Según señala Cesar Cristancho (2001), “Las resoluciones 0173 de Noviembre de 1979 del Incora y el decreto presidencial 2875 de 1939 que
constituyen los resguardos del Sibundoy dejaron por fuera la mayor parte del área del Páramo, considerado territorio ancestral del Pueblo
Kamentza. El Decreto 1414 de 1956 de la Presidencia de la República, crea un resguardo indígena en el Valle del Sibundoy sobre un área
aproximada de 3.900 hectáreas en la zona plana (escritura pública No. 87 del 7 Junio de 1963 de la Notaria del Valle del Sibundoy) en beneficio
de todas las comunidades ingas y Kamentza del Alto Putumayo”.

155
Las comunidades Emberá Chamí tradicionalmente han habitado en el bosque
húmedo tropical de la región del Pacífico Colombiano y de la Cordillera
Occidental, desde el Darién Panameño hasta la frontera con Ecuador. Su
sistema de poblamiento y de producción ha sido adaptado a las características
del bosque, desarrollando los policultivos y huertos mixtos como prácticas
sostenibles de producción. Esta tradición de relación con el bosque tropical les
ha permitido un rápido proceso de adaptación a los territorios del piedemonte del
Putumayo durante los últimos cincuenta años aproximadamente, contribuyendo
a su manejo y gestión para la supervivencia de los pueblos indígenas y la
conservación de los recursos naturales. Actualmente hay ocho comunidades
localizadas en Orito, Valle del Guamuéz y Villagarzón, dos Resguardos
constituidos y dos en proceso de constitución. Los indígenas Embera del
Putumayo están organizados en cabildos locales, participan en el Cabildo Mayor
de Orito y tienen la Asociación Kipara del Pueblo Embera. Además participan en
la Junta Directiva y el Comité Ejecutivo del la Organización Zonal Indígena del
Putumayo – OZIP – (Kipara, Plan de Vida Embera 2004).

El Pueblo Inkal Awa (gente de montaña), ha ocupado tradicionalmente los


territorios fronterizos entre Colombia y Ecuador entre la zona Andina y el andén
del Pacífico, donde han establecido relaciones con diversos pueblos indígenas
como los Pastos o los Embera, aprovechando la diversa oferta ambiental de los
diferentes ecosistemas para su supervivencia y medicina tradicional. En los
últimos cincuenta años ampliaron su corredor territorial hasta conectar las tierras
bajas del Pacífico con el piedemonte Amazónico pasando por la zona Andina.
En el medio Putumayo habitan 23 comunidades Awa en los municipios de San
Miguel, Orito, Puerto Asís, Puerto Caicedo, Villagarzón y Mocoa, tienen tres
resguardos constituidos y seis resguardos en trámite. Sus comunidades y
cabildos locales están integrados en la Asociación de Comunidades Indígenas
del Pueblo Awa del Putumayo –ACIPAP– y participan tanto en la Junta Directiva
como en el Comité Ejecutivo de la Organización Zonal Indígena del Putumayo –
OZIP– (ACIPAP, Plan integral de Vida del Pueblo AWÁ del Putumayo, 2004).

Procesos territoriales indígenas y el ordenamiento ambiental

Es importante resaltar que desde el año 2000, las comunidades indígenas y las
instituciones ambientales del orden nacional, regional y local han venido
adelantando procesos orientados a identificar áreas estratégicas para la
conservación según la misión de las entidades participantes y de recuperación
para las comunidades indígenas. En un encuentro realizado entre el 18 y 22 de
septiembre de 2000 en la ciudad de Mocoa por ejemplo, se recogieron las
propuestas que venían adelantando los indígenas del Piedemonte Amazónico
con el objeto de propiciar un encuentro entre los pueblos indígenas y
organizaciones para el conocimiento e intercambio de experiencias de
recuperación y tenencia de territorios colectivos y para establecer alianzas
enfocadas en el desarrollo de una estrategia común de ordenamiento y manejo
territorial indígena en la región.

156
Como resultado de este encuentro, surgió una declaración conjunta que
manifiesta la importancia y necesidad de generar unidad entre las entidades y
organizaciones sociales en torno a estas iniciativas, reafirmando un compromiso
para trabajar conjuntamente con miras a lograr de manera coordinada un
adecuado ordenamiento ambiental, social y territorial en el Piedemonte
amazónico. Para los pueblos indígenas del Putumayo, la ampliación de sus
territorios forma parte de una propuesta integral de protección, conservación,
manejo y reproducción de sus procesos culturales y económicos. Los indígenas
no comparten la figura de protección que manejan las instituciones, porque
muchas de las zonas que ya se tienen bajo esta figura están en un gran proceso
de intervención y destrucción de los recursos. Para ellos lo fundamental es
construir escenarios en donde puedan converger diferentes temáticas, desde lo
ambiental, productivo, étnico y cultural.

Desde 1998 el PLANTE apoyó un proceso que buscaba dar respuesta a la


urgente necesidad de tierras que se diagnosticó para la iniciación de la primera
fase del programa Raíz por Raíz. En ese diagnóstico, fue claro que los pueblos
del Putumayo que no disponen de territorio experimentan en la actualidad el
círculo vicioso de la des-territorialización: para el Ministerio del Interior ciertas
comunidades no cumplen los requisitos de ser indígenas por no disponer de un
territorio tradicional, no tener médicos tradicionales y no usar su lengua. Pero
todas estas variables no son más que el efecto del desplazamiento sufrido
históricamente por esos pueblos y la erosión de sus culturas es una expresión
del impacto de esa situación3.

El PLANTE encontró como interlocutor al pueblo Kofán, consolidado a partir de


entonces como Mesa Permanente. Esta organización representa además a
comunidades Sionas e Ingas al reunir entorno suyo a los cabildos del Valle del
Guamués, San Miguel y algunos de Orito, lo cual le otorga el peso político para
liderar la gestión de tierras en el departamento. Dicha gestión contemplaba la
constitución de varios resguardos nuevos y la conversión de las reservas
Cofánes de Yarinal/San Marcelino, Afilador/Campoalegre y Santa Rosa del
Guamués en resguardos. La estrategia de esta organización fue exigir en todos
los procesos de consulta realizados por empresas petroleras, proyectos viales y
de infraestructura eléctrica, que se ejerciera presión ante el INCORA y se
apoyara a esta institución con recursos para la elaboración de los estudios
socio-económicos correspondientes.

Consideraciones finales

En general se puede afirmar que la propiedad del territorio en el piedemonte del


Putumayo funciona bajo la figura del resguardo, aunque existe aún una
importante población indígena que carece de propiedad sobre sus tierras. Sin
embargo en la legislación nacional se definen como “territorios indígenas”
aquellas áreas poseídas en forma regular y permanente por una comunidad,
3 William Villa, Líneas de Política Programa Raíz por Raíz

157
parcialidad o grupo indígena y aquéllas que, aunque no se encuentren poseídas
en esa forma, constituyen el ámbito tradicional de sus actividades sociales,
económicas u culturales.

Según la información del DANE para el año 2000 había 34 resguardos que
recibían trasferencias de la nación. Para el año 2004 la configuración del
territorio era de 40 resguardos constituidos, con resolución, y 21 en trámite ante
el INCODER. En general la consecución de tierra es vista como un elemento
primordial en la identificación de lo étnico para las comunidades. Desafor-
tunadamente, la apropiación que los cabildos conformados más recientemente,
han hecho de la figura de resguardos y las transferencias que por ley les
corresponden, ha generado problemas dentro de las comunidades.

Dentro del 70% de los resguardos hay un alto número de apropiación individual
del territorio en minifundios, lo cual va en detrimento de la concepción de
territorialidad propia de las culturas indígenas y afianza la disgregación de las
comunidades y la rápida integración al mercado local de tierras. Este fenómeno
propicia la movilidad espacial y la pérdida del sentido de pertenencia territorial,
afectando seriamente los sistemas indígenas de parentesco y la caracterización
colectiva y comunitaria en la producción, desarrollándose con ello un proceso de
proletarización de las comunidades indígenas convertidas en comunidades
campesinas4.

Otra situación que se observa principalmente con las comunidades indígenas


provenientes de otras regiones del país, sin tenencias ancestrales en la región,
es que acceden en un primer momento al establecimiento de tenencias
individuales y familiares las cuales son posteriormente legalizadas con títulos
individuales y mediante la cesión de títulos, se constituyen en propiedades
colectivas. Al decir de Laura García, “Las formas de apropiación territorial que
desarrollan las comunidades indígenas especialmente en el Medio y Bajo
Putumayo, están muy distantes del ideal de pueblos vinculados a una
territorialidad colectiva a la vez que se dimensiona la ocupación urbana y el
minifundio como opciones precedentes a la conformación de resguardos”5.

Las necesidades territoriales de los pueblos indígenas deben entenderse en


función de su pervivencia étnica y cultural, pues el territorio es el espacio de
desarrollo de prácticas de producción tradicional y comunitaria. En este sentido,
es necesario mirar los requerimientos en relación a las condiciones en las cuales
las sociedades indígenas, en contextos históricos de colonización y aculturación,
han desarrollado prácticas y estrategias de pervivencia.

La posibilidad de acceder a tierras bajo una tenencia comunitaria podría jugar un


importante papel en los procesos de recuperación social y cultural de estas
comunidades; revirtiéndose de esta manera las dinámicas de aculturación y

4 Laura García. Caracterización Socio-cultural de los pueblos indígenas, Programa Raíz por Raíz
5 Laura García, op. cit.

158
sujeción en la escala laboral urbana hacia la consolidación de verdaderas
comunidades indígenas con claros vínculos territoriales y políticos que les
definan frente al resto de la sociedad regional del Putumayo.

Es importante tener presente que la región de Piedemonte desde tiempos


milenarios ha sido intervenida por diferentes procesos de ocupación territorial y
colonización, lo cual explica las diferentes formas de manejo que se le han dado
a estos territorios; la variedad de cargas culturales y sociales que cada grupo
humano ha legado a esta zona desvirtúan el supuesto de ser una región de
tierras desocupadas o el paradigma de “tierra salvaje, sin cultura y sin dueño”.6
Por otro lado los indígenas han vivido procesos diferenciales de conservación y
reproducción cultural, así como de violencia y desestructuración social, territorial
y cultual, producto de coyunturas y bonanzas económicas, ciclos extractivos e
ideológicos y procesos de evangelización y conversión de sus almas.

6
Conflictos Regionales Amazonía y Orinoquía

159
Capítulo 11 Selección de especies focales

Fotografía: WWF Colombia / Eduard Parker

Luis Germán Naranjo


Coordinador Ecorregional Andes del Norte, WWF Colombia

Jorge Humberto Restrepo


Consultor independiente
El objetivo de conservar una muestra representativa de toda la variedad de
ecosistemas, especies y genes de una región, característico de los procesos de
conservación a escala regional, es sin duda excesivamente ambicioso,
especialmente por las dificultades inherentes a su definición, caracterización y
evaluación (Kattan et al. inédito). Por esta razón, los conservacionistas
concentran con frecuencia sus esfuerzos en la protección de objetos “sustitutos”
de conservación, para los cuales es más factible abordar el problema de su
evaluación, partiendo del supuesto que su conservación hace posible el
mantenimiento de otros atributos de la biodiversidad.
Entre los sustitutos usados más frecuentemente como herramientas para la
planificación de la conservación, están las especies focales (ver Caro & O’Doherty
1999, Lambeck 1997). En términos generales, una especie focal es aquella en la
que se concentra o “enfoca” la atención por servir como sustituto para la
planificación, el monitoreo y/o el manejo de un conjunto de atributos de la
biodiversidad, o por ser ella misma un objeto de conservación de interés.
En el primer caso, las especies focales se escogen por lo general por ser
organismos que requieren grandes extensiones de hábitat poco perturbado,
partiendo del supuesto de que el establecimiento de áreas de tamaño suficiente y
adecuadamente interconectadas para satisfacer sus necesidades, probablemente
cumplirá con los requisitos de la mayoría de las otras especies nativas de una
región. Cuando la especie focal es en sí misma un objeto de conservación, el
criterio más común para su selección es el de la vulnerabilidad o amenaza (a
distintas escalas).

Las especies focales son herramientas importantes de negociación y concertación


que complementan las estrategias de conservación convencionales, las cuales
tienden a favorecer especies endémicas y amenazadas independientemente de su
importancia cultural y social. Teniendo en cuenta estos propósitos tan generales,
existe una amplia gama de definiciones operativas de especie focal, cada una de
las cuales puede corresponder a lógicas de intervención diferentes, determinadas
por el contexto cultural, social, científico o geográfico.

Considerando que la biodiversidad en el piedemonte amazónico es sin duda la


más rica dentro del complejo ecorregional Andes del Norte, la escogencia de
objetos de conservación requiere una revisión cuidadosa de listados de especies
registradas en esta región, con base en criterios rigurosos que permitan la
identificación de prioridades geográficas y que orienten futuras acciones de
conservación concertadas con diferentes actores. Por esta razón, la información
contenida en este capítulo, que corresponde al resultado de un trabajo de
recopilación de información secundaria y pre-selección de prioridades por un
conjunto de expertos en diferentes grupos taxonómicos, es apenas el primer paso
en la escogencia de especies focales para el piedemonte andino – amazónico.

161
Criterios de selección de especies focales

El proceso de selección de especies focales del Piedemonte amazónico se inició


con la recopilación de listados de algunas familias de plantas vasculares,
mariposas, anfibios, reptiles, aves y mamíferos registrados para la región o de
distribución probable en la misma, a partir de diferentes fuentes de información
secundaria (ver Capítulo 4). Los listados incluyen únicamente especies de fauna
silvestre, definidas como “el conjunto de animales que no han sido objeto de
domesticación, mejoramiento genético o cría y levante regular o que han
regresado a su estado salvaje, excluidos los peces y todas las demás especies
que tienen su ciclo total de vida dentro del medio acuático1” y recursos
hidrobiológicos definidos como “el conjunto de organismos animales y vegetales
cuyo ciclo de vida se cumple totalmente dentro del medio acuático, y sus
productos2.”

Al mismo tiempo hicimos una revisión de criterios de selección de especies focales


a partir de otros trabajos similares (Sistema Regional de Áreas Protegidas del Eje
Cafetero y los criterios utilizados en la selección de especies amenazadas para el
Valle del Cauca [Franco et al. 2003]), para elaborar una propuesta de ajuste al
contexto del piedemonte amazónico. Estos criterios fueron revisados
posteriormente en discusiones plenarias entre los participantes en un taller de
expertos llevado a cabo en Bogotá en Noviembre de 2004, en el que se acordó
adoptar la definición construida por la línea de especies focales del Instituto de
Investigación en Recursos Biológicos Alexander von Humboldt: “Especies focales
son aquellas que presentan características que las hacen de especial relevancia
para la conservación, bien sea porque están amenazadas, porque tienen valor
cultural o porque constituyen una amenaza para la biodiversidad nativa”.

Los criterios de selección y valoración adoptados para la selección de especies


focales durante el taller de expertos se agruparon en tres bloques: uso,
alteraciones del hábitat y características ecológicas. Durante la revisión de
criterios utilizados en otros ejercicios, encontramos diferencias en la aplicabilidad
de los mismos entre plantas y animales. Por una parte, el conjunto de criterios de
uso originalmente seleccionado como “todo acto dirigido a la captura de animales
silvestres, ya sea dándoles muerte, mutilándolos o atrapándolos vivos, y a la
recolección de sus productos” y “la cría, captura, transformación, procesamiento,
transporte y comercialización de especies y productos de la fauna silvestre” (Art.
250 del CNRN) es aplicable exclusivamente a animales, durante el taller de
expertos identificamos colectivamente las formas de utilización y explotación de
plantas vasculares conocidas para el piedemonte amazónico, para incluir criterios
nuevos en la herramienta de selección.

1
Según el Artículo 249 del Código Nacional de Recursos Naturales Renovables y de Protección al Medio
Ambiente – CNRN - (Decreto 2811 de 1974).
2
Según el Artículo 270 del mismo código.

162
De igual manera, los criterios referidos a las características ecológicas varía
mucho entre los dos grupos de organismos, habida cuenta de las diferencias
biológicas y de respuesta a las interacciones con poblaciones humanas y lo mismo
sucede con aquellos correspondientes a la alteración de hábitat, por lo cual
elaboramos por separado una lista para cada conjunto taxonómico (Tablas 11.1.
y 11.2).

Tabla 11.1. Criterios de selección para aves, mamíferos, insectos y peces.

Criterio ITEMS Valor OBSERVACIONES PUNTAJE


máximo
1. Uso/cacería: 36 En esta sección se identifican factores de incidencia
directa y de impacto negativo sobre las especies /
poblaciones de fauna silvestre de Colombia
1.1. Subsistencia La que sin ánimo de lucro tiene como 0=No es
objeto exclusivo proporcionar pertinente
alimento a quien la ejecuta y a su 1=De poco
familia (Art. 252, Dec. 2811 de 1974.) uso
Incluye el consumo o 2=Uso
aprovechamiento de productos como moderado
huevos de aves y reptiles. 3=Uso
extensivo
1.2. Comercial La que se realiza por personas naturales o jurídicas
para obtener beneficio económico (Art. 252, Dec.
2811 de 1974.)
1.2.1. Mascotas - Ejemplares Vivos: Comprende los 0=No es
Cautiverio - individuos, jóvenes o adultos, pertinente
Zoocría traficados como mascotas y los 1=De poco
obtenidos para cautiverio (ilegal o tráfico
legalmente como zoológicos) y 2=Tráfico
proyectos de zoocría (Art. 252, Dec. moderado
2811 de 1974: Caza de fomento, o 3=Tráfico
sea la que se realiza con el exclusivo extensivo
propósito de adquirir ejemplares para
el establecimiento de zoocriaderos o
cotos de caza.) Adicionalmente, se
podrían incluir aquellas especies
cuyos individuos vivos son
mantenidos en cautiverio para la
obtención de algún producto de valor
comercial, para el caso las serpientes
venenosas y la producción de suero
antiofídico o algunos artrópodos
como arañas y alacranes para la
producción del respectivo suero
1.2.2. Productos Corresponde al tráfico comercial de huevos o del todo
o partes de los animales muertos.
1.2.2.1. Huevos La cosecha de huevos se 0=No es pertinente
realiza principalmente sobre 1=De poco tráfico
reptiles como tortugas, iguanas 2=Tráfico
y cocodrilos. Sin embargo, moderado
algunas especies de aves 3=Tráfico extensivo
pueden estar sujetas a este
efecto.

163
1.2.2.2. Carne, piel Además de estos productos Idem al anterior
tradicionales, se incluyen las
plumas, huesos, garras, uñas,
picos, testículos, penes,
hígados y sustancias biliares
entre otros
1.3. De Control El CNRN (Decreto 2811 de 1974: Art. 252) la define
como “la que se realiza con el propósito de regular la
población de una especie cuando así lo requieran
circunstancias de orden social, económico o
ecológico.”
1.3.1. Afectan Cultivos Principalmente nos referimos a 0=No es pertinente
las especies de insectos como 1=De poco impacto
escarabajos y mariposas. Sin 2=Impacto
embargo, vertebrados como moderado
aves (e.g. loros, torcazas) y 3=Impacto
mamíferos (e.g. algunos extensivo
primates, ardillas, roedores en
general y varias especies de
murciélagos y ocasionalmente
el oso de anteojos) pueden ser
incluidos en este acápite
1.3.2. Afectan Animales
Domésticos
(Aves y
Ganados)
1.3.2.1. Depredadores Comprende mamíferos como Idem al anterior
los felinos (jaguar, puma,
ocelotes, etc.), los mustélidos
(comadrejas, nutrias y afines),
los prociónidos (cusumbos y
afines), los cánidos (zorros,
lobos y afines) y algunos
didélfidos (chuchas, faras y
afines) y murciélagos
hematófagos. Entre las aves,
los falcónidos (halcones y
afines) y accipítridos (águilas y
afines). Entre los reptiles, las
serpientes como las boas y
afines, varias especies de
colúbridos grandes y algunos
vipéridos; también califican los
cocodrilos y algunas especies
de tortugas.
1.3.2.2. Transmisores Muchos insectos, algunos Idem al anterior
Enfermedades mamíferos y aves
1.4.4. Afectan Salud
Humana
1.4.4.1. Transmisores Principalmente insectos pero 0= No es pertinente
Enfermedades también artrópodos en general, 1= Incidencia
algunos mamíferos como mínima
murciélagos, cánidos y 2= Incidencia
primates moderada
3= Incidencia
intensa

164
1.4.4.2. Precursores Colonias murciélagos y algunas Idem al anterior
Afecciones aves.
1.4.4.3. Especies Principalmente insectos y Idem al anterior
venenosas o serpientes.
tóxicas
(serpientes,
insectos)
1.5. Deportiva Idem al anterior
1.6 Valor cultural Idem al anterior
2. Alteraciones del 24
hábitat:
2.1 Transformación Actividades como la industria 0= No es pertinente
del hábitat maderera, la expansión de la 1= Poca incidencia
frontera agrícola y pecuaria, negativa
entre otras. 2= Moderada
incidencia negativa
3= Intensa
incidencia negativa
[4= Se beneficia:
Incidencia positiva]
2.2 Derrames de 0= No es pertinente
petróleo 1= Poca incidencia
negativa
2= Moderada
incidencia negativa
3= Intensa
incidencia negativa
2.3 Fumigaciones Idem al anterior
2.4 Minería Idem al anterior
2.5 Aguas Servidas Idem al anterior
3. Características 18
ecológicas
3.1 Distribución 0= No es pertinente
geográfica 1= Distribución
amplia
2= Distribución
regional
3= Distribución
departamental
[4= Introducida]
Someter a
Discusión
3.2 Abundancia 0= No es pertinente
relativa o se desconoce ¿?
1= Especie común
2= Especie
ocasional
3= Especie rara

165
3.3 Especificidad de 0= No es pertinente
hábitat o falta información
1= Especie
registrada en
cuatro o más
hábitats.
2= Especie
registrada en dos o
tres hábitats.
3= Especie
registrada
únicamente en un
hábitat
3.4 Importancia
ecológica
3.5 Distribución 0= Se desconoce
altitudinal 1=3.000 m. ≤
Rango
2= 2.000 m. ≤
Rango < 3.000 m.
3=1.000 m. ≤
Rango < 2.000 m.
4=0 m. ≤ Rango <
1.000 m.
3.6 Singularidad 0= No es pertinente
taxonómica 1= Dos géneros y
dos especies por
género (25%)
2= Dos géneros y
tres especies
totales (33.3%)
3= Un género con
dos especies (50%)
4= Un género con
una especie
(100%)

Tabla 11.2. Criterios de selección para plantas

# ITEMS Valor
1 USO
1.1 Cultural (control biológico) Máximo = 36
1.2 Subsistencia 0=No es pertinente
1=De poco uso
2=Uso moderado
3=Uso extensivo
1.3 Efecto de cosecha 0=No afecta el desarrollo
1=Afectación moderada
2=Afectación media
3=Muerte de la planta
1.4. Prospección Idem al anterior
1.5 De manejo
1.5.1 Invasoras

166
# ITEMS Valor
1.5.2 Tóxicas
1.5.3 Susceptibles a plagas y enfermedades
1.6 Legalidad (;) 0 = ilícito
3 = lícito
ALTERACION ANTROPOGÉNICA DEL
2 HABITAT Máximo = 24
2.1 Fumigaciones 0= No es pertinente
1= Poca incidencia
negativa
2= Moderada incidencia
negativa
3= Intensa incidencia
negativa
2.2 Expansión de frontera agropecuaria Idem al anterior
2.3 Extracción de madera Idem al anterior
2.4 Derrame de petróleo Idem al anterior
2.5 Drenaje Idem al anterior
2.6 Macroproyectos - infraestructura Idem al anterior
2.7 Explotación minera - Explotación petrolera Idem al anterior
2.8 Aguas servidas Idem al anterior

3 CARACTERISTICAS ECOLÓGICAS Máximo = 18


3.1 Función (importancia) ecológica (pioneras, 0 = no cumple con el
bosque, ronda hídrica, fuente alimento fauna, criterio
conectividad 3 = si cumple
3.2 Abundancia relativa 0 = abundante
3 = rara
3.3 Distribución altitudinal 0 = amplia
3 = restringida
3.4 Distribución geográfica 0 = amplia
3 = endémica
departamental
3.5 singularidad taxonómica
3.6 especificidad de hábitat

Aplicación de los criterios

Los criterios de selección de especies focales fueron puestos a prueba durante el


taller de expertos llevado a cabo en Bogotá en noviembre de 2004, utilizando
como punto de partida algunos de los listados preliminares de especies de
ocurrencia probable o comprobada en el piedemonte (ver Capítulo 4 y listados de
especies del piedemonte en el archivo de Microsoft Excel incluido en este disco
compacto).

Durante el ejercicio de aplicación inicial de los criterios, se evidenciaron algunas


limitaciones y dificultades que conviene tener en cuenta, los cuales difieren entre
los distintos grupos analizados. Teniendo en cuenta que la información necesaria
para hacer la selección de especies focales de plantas, tomamos como ejemplo la

167
familia Arecaceae, que es el grupo mejor conocido entre los que fueron revisados
en la recopilación de información secundaria. Con excepción de los criterios de
uso, las demás variables utilizadas para la escogencia de especies focales tienen
muy poco poder de discriminación (Tabla 11.3), por lo cual se hace necesario el
refinamiento de la metodología con base en conocimiento tradicional obtenido
directamente en el campo.

Tabla 11.3. Especies focales de palmas (Arecaceae) pre-seleccionadas para el


piedemonte andino – amazónico de Colombia.

Alteración Características
Especie Uso Sumatoria
del hábitat ecológicas
Mauritia flexuosa 15 11 10 35
Ceroxylon parvifrons 8 10 13 31
Ceroxylon quindiuense 8 10 12 30
Ceroxylon ventricosum 8 10 13 31
Ceroxylon vogelianum 8 10 13 31
Oenocarpus bataua 15 11 10 36
Bactris gasipaes 16 17 8 41
Geonoma weberbaueri 10 9 11 30

Según el grupo de expertos en mariposas, el listado inicial de especies debe


reducirse teniendo en cuenta los siguientes criterios basados en la experiencia de
colectas y del trabajo de campo:

• Especies bien conocidas taxonómicamente


• Especies llamativas y conspicuas, fáciles de observar
• Especies endémicas o propias a la ecorregión del Alto Putumayo
• Especies indicadoras del buen estado de conservación e integridad
ecosistémica
• Especies propias a ecosistemas de alta montaña y de laderas orientales
muy húmedas
• Especies con algún grado de riesgo o amenaza de extinción
• Especies "sombrilla", con requerimientos de hábitat en buen estado

En cuanto a la aplicabilidad de los criterios de selección propuestos inicialmente,


el conjunto referido a uso no permite discriminar entre especies pues la extracción
actual de la que son objeto las mariposas en la región no es alta y el uso de
subsistencia no fue fácil de evaluar ya que no hay valoración para esta zona. En lo
que respecta a las alteraciones de hábitat, no conocemos el impacto de los
derrames de petróleo, minería ni aguas servidas. Por último, aunque la
información acerca de la importancia biológica debería ser discriminante, es
notoria la ausencia de estudios sobre la historia natural de la mayoría de las
especies. En consecuencia, los expertos elaboraron una lista preliminar a partir de
información disponible sobre amplitud de la distribución geográfica y especificidad
de hábitat (Tabla 11.4). La lista resultante privilegia sin duda a especies de

168
distribución restringida y por lo tanto requiere ser revisada utilizado información de
campo sobre los demás criterios.

Tabla 11.4. Especies focales de Mariposas diurnas del piedemonte andino – amazónico
de Colombia.

Familia Especie Uso- Alteración Características Sumatoria


Cacería habitat ecológicas
Nymphalidae Zaretis syene 0 17 14 31
Taygetis chrysogone 0 17 10 27
Pterourus zagreus 0 17 12 29
Pierella hortona 0 17 9 26
Pedaliodes antigua 0 17 13 30
Patricia dercyllidas 0 17 12 29
Morpho hecuba 0 17 9 26
Morpho adonis 0 17 8 25
Melinaea menophilus 0 17 10 27
Lymanopoda nivea 0 13 14 27
Lymanopoda labineta 0 13 13 26
Heliconius congener 0 17 10 27
Fountainea titan 0 17 10 27
Callicore ines 0 17 12 29
Caligo oberthurii 0 17 10 27
Brassolis sophorae 1 17 11 29
Anaeomorpha 0 17 13 30
splendida
Agrias aedon 0 17 11 28
Agrias amydon 0 17 11 28
Agrias beatifica 0 17 11 28
Agrias claudina 0 17 10 27
Papilionidae Pterourus bachus 0 17 13 30
Pterourus euterpinus 0 17 13 30
Protographium 0 17 11 28
leucaspis
Pieridae Dismorphia arcadia 0 17 10 27

Según los expertos consultados, la mayor información cantidad de información


disponible para los anfibios corresponde a características ecológicas, mientras
que los criterios de uso aportan poca información (Tabla 11.5). Los expertos
consultados consideran que deberían tenerse en cuenta criterios de vulnerabilidad
a la perturbación, si bien la información disponible es mínima.

169
Tabla 11.5. Especies focales de Anfibios del piedemonte andino – amazónico de
Colombia.

Familia Especie Uso- Alteración Características Sumatoria


Cacería habitat ecológicas
Bufonidae Atelopus petriruizi 0 4 7 11
Bufonidae Bufo glaberrimus 0 3 7 10
Bufonidae Osornophryne antisana 0 3 7 10
Bufonidae Osornophryne 0 4 6 10
guacamayo
Bufonidae Osornophryne talipes 0 3 7 10
Centrolenidae Centrolene medemi 0 5 6 11
Centrolenidae Centrolene paezorum 0 3 7 10
Centrolenidae Centrolene sanchezi 0 4 7 11
Centrolenidae Cochranella 0 4 7 11
nephelophila
Centrolenidae Cochranella 0 4 6 10
oreonympha
Centrolenidae Cochranella solitaria 0 4 7 11
Centrolenidae Hyalinobatrachium 0 3 7 10
ruedai
Dendrobatidae Dendrobates 3 3 5 11
ventrimaculatus
Dendrobatidae Allobates femoralis 2 3 6 11
Dendrobatidae Epipedobates hahneli 2 3 5 10
Dendrobatidae Epipedobates parvulus 2 3 6 11
Dendrobatidae Epipedobates trivittatus 3 3 5 11
Hylidae Gastrotheca espeletia 0 4 7 11
Hylidae Gastrotheca testudinea 0 4 6 10
Hylidae Gastrotheca weinlandii 0 4 6 10
Hylidae Hemiphractus bubalus 0 6 6 12
Hylidae Hemiphractus johnsoni 0 6 7 13
Hylidae Hemiphractus scutatus 0 6 5 11
Hylidae Hyla granosa 0 5 5 10
Hylidae Hyla mathiassoni 0 5 6 11
Hylidae Hyla minuta 0 5 5 10
Hylidae Hyla parviceps 0 5 5 10
Hylidae Hyla psarolaima 0 4 7 11
Hylidae Hyla torrenticola 0 3 7 10
Hylidae Osteocephalus buckleyi 0 5 6 11
Hylidae Osteocephalus 0 5 7 12
verruciger

En la selección de reptiles focales, los expertos trataron de incluir las especies


mejor conocidas, puesto que uso/cacería está determinada por el nivel de
interacción real y potencial con las mismas como mascotas, predadores,
transmisores y especies venenosas (Tabla 11.6). Estas interacciones están
estrechamente relacionadas con la presencia de megaproyectos, minería y
procesos de expansión de la frontera agrícola, por contaminación de comida por
parte de fumigación.

170
Tabla 11.6. Especies focales de reptiles del piedemonte andino – amazónico de
Colombia.

Familia Especie Uso- Alteración Características Sumatoria


Cacería habitat ecológicas
Boidae Corallus enydris 8 0 6 14
Eunectes murinus 12 0 6 18
Elapidae Micrurus surinamensis 7 0 7 14
Kinosternidae Kinosternon 6 1 7 14
scorpioides
Pelomedusidae Podocnemis expansa 13 1 6 20
Podocnemis 8 1 7 16
sextuberculata
Podocnemis unifilis 13 1 6 20
Testudinidae Geochelone 11 1 5 17
denticulata
Alligatoridae Caiman crocodilus 12 0 5 17

Según los expertos en aves, algunos de los criterios no discriminan y otros no se


pueden calificar. Por ejemplo, para las aves examinadas, el criterio de cacería de
subsistencia funcionó muy bien en la mayoría de los casos y aportó mucha
información, mientras que el de productos no aportó nada. El criterio de cacería de
control funciona con ciertos grupos y funciona para aquellas especies que afectan
cultivos, pero los de predación son de aplicación ocasional y la cacería deportiva
es muy baja y por lo tanto es un criterio que no aporta al ejercicio de selección. El
criterio de valor cultural funcionó con algunos grupos, aunque muchos datos
fueron obtenidos de manera especulativa por falta de información.

En varios grupos taxonómicos, el impacto de alteración del hábitat es exactamente


igual para el impacto de extracción de madera y el de cultivos de uso ilícito, lo cual
revela que lo que importa en últimas es la perturbación del hábitat y no cómo se
produce la misma. El análisis de macroproyectos es complicado y su aplicación es
indirecta ya que su impacto se deriva principalmente del incremento probable de la
cacería, en una mayoría de casos.

En lo que respecta a los derrames de petróleo, las especies acuáticas son


probablemente las más vulnerables, pero no hay información confiable para
organismos de otros hábitats. De forma similar, no se sabe a ciencia cierta cual es
el impacto de las fumigaciones de cultivos ilícitos y la base de información sobre el
impacto de la minería y de las aguas servidas sobre especies del piedemonte es
prácticamente inexistente. Junto con uso y valor cultural, el conjunto de criterios de
características ecológicas fue el que mejor discriminó la importancia relativa de las
especies. Por último, es evidente que la lista tentativa de especies focales de aves
(Tabla 11.7) privilegia los endemismos y los taxones con algún grado de amenaza
según el libro rojo.

171
Tabla 11.7. Especies focales de Aves del piedemonte andino – amazónico de Colombia.

Familia Especie Uso- Alteración Características Sumatoria


Cacería habitat ecológicas
Tinamidae Nothocercus 2 12 11 32
bonapartei
Accipitridae Harpyhaliaetus 2 10 14 33
solitarius
Morphnus guianensis 3 10 14 35
Harpia harpyja 3 10 15 36
Spizastur 3 10 13 33
melanoleucus
Oroaetus isidori 3 10 14 35
Cracidae Aburria aburri 6 13 9 36
Aburria pipile 6 13 9 36
Chamaepetes goudotii 6 10 10 33
Nothocrax urumutum 8 13 14 45
Crax alector 8 13 10 40
Crax globulosa 8 13 13 44
Crax salvini 8 13 13 44
Psittacidae Ara ararauna 8 11 11 38
Ara chloroptera 8 11 9 36
Ara macao 8 11 10 37
Ara manilata 8 11 9 36
Ara militaris 8 11 10 37
Ara severa 8 11 10 37
Aratinga 6 11 11 36
leucophthalmus
Aratinga wagleri 8 11 10 37
Aratinga weddellii 6 11 10 35
Leptosittaca branickii 8 11 14 42
Ognorhynchus icterotis 8 11 14 42
Pyrrhura (melanura) 5 11 9 32
melanura
Bolborhynchus lineola 5 11 10 33
Touit purpurata 6 11 11 36
Touit stictoptera 6 11 9 33
Pionites 5 11 14 38
melanocephala
Pionopsitta barrabandi 5 11 10 33
Hapalopsittaca 5 11 9 32
(amazonina)
amazonina
Graydidascalus 5 11 12 36
brachyurus
Amazona amazonica 8 8 12 36
Amazona mercenaria 8 8 9 32
Amazona 8 8 12 36
(ochrocephala)
ochrocephala
Picidae Andigena hypoglauca 3 9 14 33
Ramphastos tucanus 7 7 11 32

172
Los expertos en mamíferos encontraron que el criterio de predación es de difícil
aplicación y que era necesario añadir a la lista un criterio sobre reservorio de
enfermedades. Además, consideraron que para aquellos mamíferos que pueden
vivir en hábitats degradados, se podría incorporar un criterio nuevo referido a la
flexibilidad ante perturbaciones (en inglés, resiliency). Por otra parte, el resultado
del ejercicio preliminar de selección de especies focales de mamíferos (Tabla
11.8) demostró que la sumatoria de los criterios no permite un “corte” de
prioridades propiamente dicho, sino una lista decreciente de puntajes en la cual la
decisión acerca de una cifra mínima para la escogencia, es arbitraria.

Tabla 11.8. Especies focales de Mamíferos del piedemonte andino – amazónico de


Colombia.

Familia Especie Uso- Alteración Características Sumatoria


Cacería habitat ecológicas
Didelphidae Chironectes minimus 5 23 12 40
Glironia venusta 2 22 16 40
Bradypodidae Bradypus variegatus 10 20 9 39
Dasypodidae Dasypus kappleri 10 19 11 40
Dasypus novemcinctus 14 16 10 40
Myrmecophagidae Cyclopes didactylus 5 21 13 39
Myrmecophaga 7 20 13 40
tridactyla
Tamandua tetradactyla 9 19 13 41
Callithricidae Callimico goeldii 8 22 15 45
Cebuella pygmaea 8 22 13 43
Saguinus nigricollis 9 20 10 39
Cebidae Cacajao 5 22 15 42
melanocephalus
Callicebus cupreus 7 22 13 42
Callicebus torquatus 7 22 12 41
Lagothrix lagotricha 7 22 10 39
Pithecia monachus 7 22 13 42
Canidae Atelocynus microtis 4 22 15 41
Speothus venaticus 3 22 15 40
Ursidae Tremarctus ornatus 11 17 11 39
Mustelidae Lontra longicaudis 9 21 12 42
[Mustela aficana] 3 20 16 39
Pteronura brasiliensis 7 22 14 43
Felidae Panthera onca 12 22 12 46
Puma concolor 11 18 11 40
Tapiridae Tapirus pinchaque 9 22 8 39
Tayassuidae Pecari tajacu 11 20 10 41
Tayassu pecari 11 21 10 42
Cervidae Mazama americana 10 21 8 39
Mazama gouazoubira 10 21 8 39
Mazama rufina 8 21 10 39
Odocoileus virginianus 11 21 11 43
Sciuridae Sciriullus pusillus 4 20 15 39
Dinomyidae Dinomys branickii 9 22 12 43

173
Hydrochaeridae Hydrochaeris 12 20 12 44
hydrochaeris
Dasyproctidae Myoprocta acouchy 10 19 10 39
Myoprocta exilis 10 19 10 39
Agoutidae Agouti paca 13 20 9 42
Agouti taczanowskii 13 21 11 45
Echimyidae Dactylomys dactylinus 8 22 13 43
Makalata armata 4 22 13 39
Mesomys hispidus 4 22 13 39

Teniendo en cuenta las consideraciones de los expertos en los distintos grupos


analizados, el instrumento de selección de especies focales debe recoger las
siguientes recomendaciones:

1. Seleccionar especies propias de distintos pisos altitudinales para no dejar por


fuera especies que son importantes.
2. Para taxones poco conocidos, seleccionar grupos focales en vez de especies.
3. Seleccionar especies/grupos focales por conjuntos de criterios para que no se
castiguen entre ellos.
4. Valdría la pena revisar si incluimos o no algunos criterios. Para ello, es
necesario contar con los aportes de las comunidades locales.
5. Es prioridad hacer estudios de grupos pobremente documentados para la
zona, como es el caso de serpientes y peces.
6. Finalmente, para asegurar la validación de especies focales entre los actores
relevantes dentro de la planificación para la conservación de este vasto
territorio, la lista de taxones candidatos que aquí se presenta debe ser
evaluada mediante un proceso participativo, empleando criterios estanda-
rizados que respondan a diferentes perspectivas culturales y sociales.

174
Tercera Escenarios y acciones de
Parte conservación en el piedemonte

Fotografía: WWF Colombia / Luz Eliana Bossa


Capítulo 12 Ordenamiento, conservación y
manejo sostenible en territorios
indígenas del piedemonte

Fotografía: WWF Colombia / Luz Eliana Bossa

Carlos Salazar
Centro de Cooperación al Indígena -CECOIN
A pesar de tener propósitos e intereses diferentes sobre los páramos,
humedales, bosques andinos y bosques húmedos tropicales del Piedemonte
andino – amazónico, las comunidades indígenas, la Unidad de Parques
Nacionales, las Corporaciones Autónomas Regionales, los organismos de
cooperación internacional, organizaciones no gubernamentales, investigadores y
diferentes actores de la sociedad civil, coinciden en sus esfuerzos por diseñar e
implementar estrategias que permitan frenar los procesos de intervención de
estos ecosistemas estratégicos y generar procesos sociales orientados a
conservarlos para las generaciones futuras.

Las instituciones ambientales pretenden generar procesos que contribuyan


directa o indirectamente a los propósitos de conservación de la biodiversidad en
estos ecosistemas estratégicos, especialmente en lo que se refiere a la
conformación de áreas protegidas y restauración de ecosistemas. Estos
intereses resultan compatibles con los de las comunidades indígenas que
buscan recuperar zonas de gran importancia mitológica y la constitución de
escenarios de conservación les brinda la posibilidad de rescatar y reproducir
varios de sus procesos culturales y étnicos. Sin embargo, esta estrategia de
consolidación de los territorios indígenas como resguardos para proteger áreas
de alto interés ecológico y cultural implica complejos procesos de concertación
pues las comunidades indígenas consideran que debe partir de un ordenamiento
ancestral del territorio y no de la zonificación exclusivamente conservacionista
planteada por Parques Nacionales y organizaciones ambientales.

No obstante lo anterior y aunque las comunidades indígenas conocen las


razones por las cuales se debe proteger ambientalmente un ecosistema o las
áreas de especial significación ecológica y por lo tanto perciben la necesidad de
regular el uso del suelo y de los recursos naturales en sus territorios, solicitan
asesoría y apoyo de las organizaciones ambientales gubernamentales y no
gubernamentales para aplicar las metodologías y herramientas que les permitan
generar un ordenamiento a partir de estrategias para la protección y la
concertación de figuras especiales de manejo, respetando los espacios
autónomos de decisión.

Los procesos de posible ampliación y constitución de territorios indígenas como


estrategia de sostenibilidad, ordenación y manejo sostenible en esta zona
estratégica del Piedemonte andino amazónica, son en su mayoría adelantados
por las organizaciones indígenas que han avanzado en la concertación con las
comunidades e instituciones que vienen trabajando con el SIRAP Piedemonte y
que pone sobre la mesa una propuesta sobre la cual fundamentar la discusión y
concretar acciones tendientes a lograr los objetivos en doble vía, desde la
perspectiva indígena y la institucional. Para las comunidades indígenas, se trata
de la constitución de un corredor que les asegure la reproducción de su cultura y
pervivencia como pueblos y que genere procesos de conectividad con zonas ya
protegidas o en proceso de protección, generando una continuidad espacial
importante para la conservación de estas zonas de alto valor ambiental.

176
La propuesta de constituir un corredor tradicional de territorios indígenas que
garanticen la reproducción cultural y social de los pueblos allí asentados y a su
vez la conservación y protección de zonas ambientalmente estratégicas, hace
efectivo el mandato constitucional de compartir la responsabilidad de la
protección de los recursos naturales del País con el Estado. Tanto los cabildos,
como las asociaciones por pueblos y la organización zonal indígena, han
manifestado su interés de fortalecerse organizativa, institucional y políticamente
para asumir la tarea de proteger sus territorios y darle un manejo sostenible,
garantizando su función ecológica1.

De igual manera, la Constitución señala que corresponde a los territorios


indígenas, “velar por la aplicación de las normas legales sobre usos del suelo y
poblamiento de sus territorios”. De igual forma, y de conformidad con lo
establecido en la Ley los territorios indígenas deben además “velar por la
preservación de los recursos naturales”. Además de lo anterior, el artículo 67 de
la Ley 99 de 1993 señala que las mismas atribuciones consagradas en el
artículo 65 para los municipios, corresponden a los territorios indígenas”2.
Es claro entonces, que ya desde la misma Constitución Política, se han
determinado algunas de las autoridades que pueden intervenir en el uso del
suelo y específicamente los municipios a través de los Concejos Municipales,
encargados de manera general de reglamentar los usos del suelo, y los
territorios indígenas, quienes deben velar por la aplicación de sus propias
normas sobre uso del suelo y poblamiento de sus territorios, en concordancia
con la que respecta a la preservación de los recursos naturales. Estas
disposiciones legales les permitirán a los pueblos indígenas determinar más
efectivamente la protección, conservación y recuperación de zonas de gran
importancia y vulnerabilidad ambiental.

Zonas que Conforman el Corredor Tradicional Interétnico Andino –


Amazónico

Según sus características poblacionales y étnicas y la forma como se han dado


los procesos de ocupación territorial, este corredor tiene cinco zonas principales
de ordenamiento que se discuten a continuación.

Zona 1: Territorio Indígena Inga – Kamentza Carlos Tamabioy

1 A partir de 1991, la propiedad es explícitamente una función ecológica, lo que en la práctica significa que, como
función, comporta una serie de obligaciones inherentes a su ejercicio y que dependen sobre todo de la naturaleza y
vocación del bien sobre el cual se ejerza. La naturaleza misma del bien esta dada por su condición y características
originales, que delimitan su uso: el derecho a usar de una cosa supone hacerlo atendiendo la vocación natural de la
misma.
2 Gustavo Adolfo Guerrero Ruiz, Análisis jurídico del régimen de las áreas protegidas en Colombia, Programa de
Fortalecimiento Institucional.

177
A través de sus acciones dentro de los territorios ancestrales, los pueblos
Kamentza e Inga aún conservan porciones sustanciales de sus territorios, desde
el Páramo de Bordoncillo hacia el piedemonte en dirección a las poblaciones de
Descanse y Yunguillo en las márgenes altas del Río Caquetá. Esta zona
establece continuidades con varias áreas de protección: en su parte sur con la
Reserva Forestal Protectora “Cuenca Alta del río Mocoa”, sobre la parte alta del
Valle del Sibundoy con la Reserva Forestal Central (Ley 2 de 1959), con el
complejo volcánico de Doña Juana hacia el oeste y con el Corredor Bordoncillo –
Patascoy y la Zona Ramsar de la Cocha. Esta zona integra los páramos de
Cascabel, de Bordoncillo y de Patascoy y en su parte sur forma continuidad con
la zona de protección de la Cuenca del Alto San Juan. Se podría pensar en
incluir estas zonas dentro de los territorios indígenas haciendo la salvedad del
uso permitido o que el territorio conforme una continuidad con estas zonas de
protección.

En esta zona también existe un nodo de reservas de la sociedad civil: de las 24


que se encuentran establecidas en el Alto Putumayo, 13 están incluidas dentro
de la zona propuesta, entre las cuales están La Rejoya, Panamazonia, Buenoy,
Santa Lucia, Yumartán, Los Monos y La Virginia. Estas reservas quedarían
inmersas dentro de estos territorios conservando su dominio privado. Esta zona
tiene además continuidad con los Resguardos Ingas de Yunguillo, San José
Descanse y Condagua hacia el noreste, con el Resguardo Nasa de la Florida
hacia el sureste y con los Resguardos Embera Chamí de La Venada y Simorna.

Para los Ingas y los Kamentza, la importancia que tienen los ecosistemas de las
partes altas del valle de Sibundoy es fundamental, ya que son en su mayoría
zonas productoras de agua y de otros bienes ambientales esenciales como las
plantas silvestres de las que se obtienen productos medicinales, esencias,
alimentos, materiales de construcción, semillas y material para las artesanías
(ver Capítulo 5 en este disco compacto). Por esta razón, estos pueblos
mantienen porciones importantes de su territorio con bajos niveles de
intervención, especialmente áreas que por tener un relieve montañoso
escarpado son de difícil acceso y aspiran mantener procesos sociales y
alternativas económicas sostenibles que prevenga la ampliación de la frontera
agrícola hacia estas zonas estratégicas y de alta biodiversidad.

A pesar de esto, parte del territorio de estos pueblos ha sido deforestado para
establecer cultivos, extraer madera con fines comerciales y para la alimentación
de los hornos que producen cal. En la parte alta del Valle del Sibundoy hay
muchos conflictos de los indígenas con los explotadores de madera, ya que las
visiones de uso de los recursos naturales son antagónicas. Mientras que para
los indígenas el bosque es un espacio lleno de vida, valor simbólico y espacio
fundamental de la medicina tradicional, para los “blancos” es una fuente de
explotación maderera para alimentar los hornos para sacar cal.

178
En esta zona solamente se ha constituido legalmente el Resguardo del
Sibundoy, que cubre 3.250 ha y alberga una población de 314 personas. Otros
asentamientos indígenas ya han iniciado el proceso de legalización: los
resguardos Kamentza – Sibundoy, San Francisco, San Pedro, Santiago y San
Andrés los cuales ocupan alrededor de 71.000 hectáreas y concentran
aproximadamente 12.000 personas de 2.000 familias.

Desde hace cuatro a cinco años, los pueblos indígenas Inga y Kamentza, vienen
avanzando en gestiones para ampliar sus territorios, a partir de los territorios
ancestrales. En el año 1999, con el apoyo del Plante, el INCORA realizó los
levantamientos topográficos para la ampliación de los resguardos Kamentza de
Sibundoy, San Pedro, San Francisco, Santiago y San Andrés (con 30.935,
2.527, 8.246, 13.824 y 14.758 ha respectivamente).

Zona 2: Territorio Indígena Auka Andaquí – Tanda Chirydo

Los resguardos de Yunguillo, San José Descanse y Condagua, en los


Departamentos del Putumayo y Caquetá, aun conservan 80% de su superficie
cubierta por bosques naturales de alta diversidad florística y faunística, con
medianos procesos de intervención en praderas y cultivos de pancoger. En esta
zona se proyecta un corredor de conservación hacia la Serranía de los
Churumbelos, en áreas que actualmente tienen procesos intensivos de
intervención, en los que predominan las zonas de ganadería extensiva y cultivos
tradicionales sobre las cuencas de los ríos Mocoa, Ticuanayaco, Cascabel y
Medio Caquetá.

En la porción suroeste, la zona se traslapa parcialmente con la Reserva Forestal


Protectora “Cuenca Alta del Río Mocoa” y se propone establecer conexión con la
Reserva Natural Serranía del Chibiriquete (Churumbelos) en la zona
comprendida entre el Río Mocoa y el Río Caquetá. Estas zonas coinciden con
las expectativas territoriales de los pueblos indígenas, quienes las conciben
como zonas estratégicas para su supervivencia y para la reproducción de su
cultura. Sin embargo, tanto la población indígena como los colonos desconocen
en su mayoría la existencia de las áreas protegidas que han sido declaradas
hasta la fecha, o cuando saben de ellas, manifiestan que los límites físicos no
son claros, como es el caso de la Reserva Forestal Protectora “Cuenca Alta del
Río Mocoa”. Aunque se hayan dado numerosos procesos de sensibilización
hacia estas áreas protegidas por parte de las entidades que conforman el
SIRAP, no se han consolidado procesos de concienciación y reconocimiento de
estas figuras para que la comunidad asuma y comparta la responsabilidad de
conservarlas y protegerlas.

Esta zona presenta ciertos niveles de conflictos de tenencia de la tierra, pues en


estos territorios se encuentran establecidos colonos campesinos, algunos de
ellos sobre la margen de la vía que conduce de Mocoa a Pitalito. En la Serranía
de Churumbelos, está la explotación de madera, por parte de los aserradores de

179
Villagarzón y Puerto Asís. Por otra parte, en los últimos años los cultivos ilícitos
han venido avanzando dentro de estas zonas, lo mismo que la deforestación
para ampliar la frontera agrícola con cultivos de pancoger y la explotación
indiscriminada en la Serranía de los Churumbelos. De acuerdo con el plan de
manejo que viene adelantando el SIRAP, esta zona permitiría la extracción
selectiva de madera, lo que hace compleja su concertación como territorio
indígena.

Los resguardos Inga en esta zona se encuentran desarrollando actualmente un


proceso de recuperación de su territorio tradicional y de ampliación de sus
resguardos con logros significativos. El resguardo de Yunguillo se amplió de
4.320 a 21.201 ha, el de Condagua pasó de 228 a 2.518 ha, el de Puerto Limón
de 252 a a 6.288 has y el de Wasipungo de 203 ha a 726 ha constituidas. Estas
comunidades indígenas han participado en las actividades de construcción del
SIRAP, plasmando su deseo de contribuir a la ordenación, el manejo y la
conservación de estos territorios.

Zona 3: Territorio Indígena Multiétnico Medio Putumayo

Desde el resguardo indígena de la Florida hasta el límite de la Reserva Forestal


Protectora Cuenca Alta del Río Mocoa, en esta zona hay una franja de
aproximadamente 5.000 ha altamente intervenidas por procesos de
colonización, en la que predominan la ganadería extensiva y los cultivos de uso
ilícito. Esta zona se integra y traslapa con la zona de conservación de la Cuenca
del Río San Juan, poco intervenida por procesos de colonización, en la cual las
comunidades indígenas han hecho un aprovechamiento moderado del bosque.
Estas áreas están a tiempo de empezar a generar procesos sociales y un uso
sostenible del bosque, aprovechando las recomendaciones del plan de
ordenamiento y manejo de la cuenca alta de este río.

En esta zona la actividad petrolera ha inducido varios procesos de ordenamiento


debido a la presencia de bloques en concesión. El Bloque San Juan Norte, sobre
el cual se encuentran asentadas las comunidades indígenas de La Florida, El
Carmen Sacharruna, Brisas del Río Putumayo, Saladilloyaku, Santa Teresa del
Vides y San Miguel de la Castellana. Muy cercano al área del Resguardo de
Blasyaku se encuentra un pozo de gas que afecta las comunidades indígenas de
Blasyaku y San Miguel de la Castellana. En el bloque Páramo están asentadas
las comunidades indígenas de Playa Larga, Siloe, Florida Alto Sardinas, San
Andrés, las Vegas y Villa Unión. Varias de las comunidades indígenas
mencionadas (los Pastos de Brisas del Río Putumayo, Los Inga de
Saladilloyaku, los Awa de Santa Teresa del Vides, los Inga del Carmen
Sacharruna, los Awa de Playa Larga y Siloe y los Inga de Florida Alto Sardina)
que aun no tienen resuelta su situación territorial,.

Las comunidades indígenas asentadas en esta zona, procedentes de las étnias


Inga, Pasto, Awa y Nasa, vienen en un proceso continuo de apropiación

180
territorial, con la perspectiva de tener territorio suficiente para que las familias
puedan vivir allí, tener su tierra y evitar concentrarse en las áreas urbanas. Este
proceso brindaría la posibilidad de territorio a un buen porcentaje de familias que
integran estos pueblos indígenas que hoy no lo tienen o que aun no se les ha
legalizado.

Zona 4: Territorio Indígena Multiétnico Alto Orito y Alto San Juan

A partir de los territorios indígenas ya legalizados se establecieron posibles


continuidades entre estos territorios, para conformar un bloque más extenso que
permite desarrollar procesos de ordenamiento del territorio, como es el caso de
los pueblos Awa, Embera Chamí, Inga y Nasa. Esta zona se traslapa en un 60%
con el área declarada como reserva forestal dentro del plan de ordenamiento y
manejo de la Cuenca del Río San Juan, lo que no riñe con las expectativas de
los Pueblos indígenas, que las consideran zonas estratégicas para su
supervivencia y su cultura. Es una zona de montaña y conos aluviales de
topografía ondulada a escarpada de difícil acceso y por esta razón está poco
intervenida por los procesos de colonización.

En su parte norte, este territorio se continúa hacia el Páramo de Patascoy, la


zona Ramsar de la Cocha y el Corredor Bordoncillo – Patascoy y en el sur con el
Santuario Alto Orito de Plantas Medicinales. Para las comunidades indígenas
estas áreas son de enorme importancia, ya que en su mayoría son fuentes de
agua y áreas que producen servicios ambientales esenciales, especialmente
plantas medicinales, esencias, semillas y material para las artesanías, entre
otros.

En la región predominan las grandes extensiones de bosques primarios y


secundarios. Sin embargo, en la parte sur-occidental se ha establecido
ganadería extensiva en un área aproximada de 8.000 hectáreas, con alguna
presencia mínima de cultivos de uso ilícito y cultivos tradicionales sobre las
márgenes de los Ríos que bañan estas tierras. Es una zona que no presenta
mayores conflictos en términos de su dinámica poblacional y de tenencia de la
tierra. En gran parte consiste en baldíos que no se encuentran bajo ninguna
figura de protección.

Otros procesos económicos, como la explotación de hidrocarburos, configuran


en la zona su propio ordenamiento territorial. En el bloque petrolero de Santa
Ana están asentadas las comunidades indígenas de Alparrumiyaco y
Chaluayaco, las cuales son afectadas por los dos pozos de gas actualmente en
explotación. En un segundo bloque, el de San Juan Norte, residen las
comunidades de El Espingo y Selva Verde, que aún no han sido afectadas por la
explotación de hidrocarburos porque allí no hay presencia de pozos.

Las comunidades indígenas asentadas en esta zona adelantan procesos


continuos de apropiación territorial, con la perspectiva de evitar su

181
desplazamiento hacia las áreas urbanas. Estas incluyen el resguardo indígena
inga de Chaluayaco, los resguardos Awa de Selva Verde, El Espingo,
Caicedonia y Bellavista y los resguardos Embera Chamí de Alto Orito y Simorna
(la Venada). Además, se encuentran otras comunidades que aun no tienen
legalizada su situación territorial, como los ingas de Alparrumiyaco y algunas
comunidades Nasa.

Zona 5: Territorio Indígena Cofán – Awa

Esta zona integra los resguardos de San Miguel y Valle del Guamuéz como
Yarinal – San Marcelino, Campoalegre – Afilador y el Ucumari Kankhe. Integra
además el resguardo Embera Chamí de la Argelia y el resguardo Irak – La
Cristalina II y algunas comunidades de las etnias Inga, Cofán y Embera Chamí
que aun no tienen definida su situación territorial, como las de Nueva Palestina,
Villa Nueva, Agua Clara, Tierra Linda y Monterrey, entre otras.

Actualmente estas comunidades sufren la presión de diferentes factores


externos e internos a su territorio. En primer lugar, esta es una zona con alta
densidad de campesinos, que han establecido extensas pasturas para la
ganadería, en muchos casos dentro de los territorios tradicionales de algunos
grupos, como es el caso de los Cofán. Por otra parte, esta zona tiene una alta
incidencia de la economía ilícita, con grandes coberturas de coca que van desde
la siembra a pequeña escala hasta cultivos industriales. Un tercer factor de
perturbación son los procesos económicos que se vienen desarrollando a partir
de la explotación petrolera. Los bloques Páramo Este y Páramo Oeste que son
parte de la Concesión y el bloque Área Sur de ECOPETROL, tienen en la
actualidad 18 pozos petroleros en explotación, afectando la totalidad de las
comunidades indígenas que integran esta zona. Por último, la presencia
permanente de actores armados hace de la zona un lugar de frecuentes
enfrentamientos y atentados contra la infraestructura petrolera.

Ante esta perspectiva las comunidades indígenas, que desde hace años están
luchando por la recuperación de sus territorios y por más de cinco años han
formulado e iniciado la implementación de su plan de vida, han planteado la
importancia de establecer resguardos especiales destinados a la conservación,
como una medida para frenar el gran deterioro en que se encuentran estás
zonas por el inadecuado uso y explotación del suelo. Los Cofanes del valle del
Guamuéz y del Municipio de Ipiales buscan la recuperación de sus territorios
ancestrales, proyectando el resguardo Ucumari Kankhe como un corredor dentro
del municipio de Ipiales hasta el Río Guamuéz en territorio del Putumayo,
generando continuidad con el Santuario de Plantas Medicinales Alto Orito. Esta
zona integra el resguardo Irak – Cristalina II de los Awa, el cual se conecta con
la cadena montañosa y los páramos allí presentes.

Aunque los Cofanes consideran que su territorio tradicional cobija muchas más
zonas de las actualmente constituidas y las proyectadas en esta zona, son

182
concientes que los procesos de colonización que por años se vienen
desarrollando y los factores anteriormente expuestos hacen muy compleja la
discusión y concreción de esta zona como territorio indígena. Por ello su
propósito es el de recuperar parte de este territorio de acuerdo con las
directrices del Plan de Vida y del proceso de ordenamiento territorial
adelantando con la Fundación Zio-a’i y el Instituto Geográfico Agustín Codazzi,
en donde indígenas de diferentes étnias, colonos, campesinos e instituciones
compartan el mismo territorio bajo las directrices de su Plan de Vida. Por esta
razón existen propuestas para integrar espacialmente los resguardos Cofanes,
Ingas, Embera Chamí y Nasa en un corredor tradicional entre los Ríos San
Miguel y Guamuéz.

Esta zona no se traslapa con zonas actualmente protegidas, pero si es


consecuente con las propuestas proyectadas en los POTs de los municipios de
Orito, Valle del Guamuéz y San Miguel, en cuanto son territorios que requieren
procesos de recuperación ambiental y reconversión de la economía campesina.

Aspectos Organizativos e Institucionales

La presencia en el piedemonte andino – amazónico de una multitud de pueblos


indígenas, colonos – campesinos y población afrocolombiana, en su mayoría
estigmatizados como cocaleros y violentos, han creado una gran diversidad
cultural y cuentan con una acumulación de conocimiento sobre su entorno y
formas de adaptación y aprovechamiento que pueden ser útiles para el
desarrollo endógeno y la protección de la inmensa biodiversidad de esta región.

Las organizaciones indígenas presentes en el Putumayo están conformadas por


cabildos, asociación de cabildos, asociaciones por pueblos y la Organización
Zonal Indígena. Existen además otro tipo de organizaciones como cooperativas
o grupos asociativos que tienen un fin productivo y comercial. En los últimos
cuatro años la organización indígena en la región ha avanzado en su proceso de
reconocimiento y legitimidad, gracias a la importante labor que han llevado a
cabo, especialmente en temas como territorialidad, derechos humanos y medio
ambiente. Si bien tienen varias dificultades, conflictos internos y formas
diferentes de ver el desarrollo como la mayoría de las organizaciones indígenas
en el país, se han venido cualificando operativa y administrativamente pero son
todavía muy débiles en su estructura.

Un buen porcentaje de las comunidades indígenas están en el proceso de


consulta y formulación de los Planes de Vida y algunas ya los tienen. En estos
planes de vida contemplan como temas centrales la ordenación de sus territorios
y su manejo adecuado. Desde la visión sociocultural el territorio se constituye en
su espacio vital, en donde autónomamente pueden trazar políticas y decidir la
forma de desarrollarse de acuerdo con su identidad cultural, lo que implica una
mayor apropiación del espacio físico, pues para los pueblos indígenas lo
ambiental es un proceso de reciprocidad y necesariamente existe una

183
conectividad entre los seres humanos, la tierra y la naturaleza. Por ello
establecen el derecho de dar y recibir de la tierra de manera equilibrada sin
dañar o causarle daño.

De acuerdo a la revisión y análisis hechos en la elaboración de este trabajo,


aproximadamente 90% de las áreas destinadas a la conservación y protección
contempladas en el ejercicio de ordenamiento territorial de los municipios
coinciden en buena parte con las propuestas de los planes de vida de los
pueblos indígenas, especialmente los Cofán, Inga y Kamentza, lo cual plantea
interesantes oportunidades de gestión para la conservación.

En el piedemonte existen también iniciativas de las comunidades campesinas


que han colonizado terrenos, como la propuesta de conservación de la Serranía
de los Churumbelos que fue adoptada por el Municipio de Piamonte en su PBOT
y por la Unidad de Parques Nacionales. Por otra parte, en la zona del Alto
Putumayo se han constituido 18 reservas de la sociedad civil, además de la Red
de Reservas José Gabriel, que es una iniciativa privada de conservación que
desde hace 22 años ha sido promovida por la comunidad de la laguna de La
Cocha con el apoyo de la Asociación para el Desarrollo Campesino- ADC. Estas
reservas han sido constituidas mediante procesos de valoración del individuo y
la familia y el rescate de valores como motor de la conservación de un mosaico
representativo de bosques primarios y secundarios en diferentes estados de
sucesión, páramos y pastizales que permiten el mantenimiento de una alta
biodiversidad, riqueza escénica, paisajística y cultural.

En cuanto a las actividades y procesos desarrollados por las instituciones en


materia ambiental, son relativamente nuevos. CORPOAMAZONIA ha venido
desarrollando procesos locales, asesorando y presionando a los municipios en la
ordenación ambiental de áreas estratégicas y de importancia ambiental. Sin
embargo no se han generado procesos sociales al interior de las áreas
declaradas que frenen el deterioro ambiental, la deforestación y afectación de
las fuentes de agua. Por su parte, la Unidad de Parques Nacionales ha
desarrollado intervenciones más constantes durante los últimos años, dada la
ausencia de áreas de conservación entre la Bota Caucana y el Alto Putumayo,
en donde persisten grandes masas boscosas en buen estado de conservación y
cuya importancia biológica en el contexto andino es ampliamente reconocida. La
institucionalidad ambiental resalta la posibilidad de definir esta zona como parte
del territorio legal para la comunidad ingana en reconocimiento del adecuado
uso y manejo de los recursos llevado a cabo por los indígenas3.

Aunque para la mayoría de las instituciones ambientales el eje fundamental es la


biodiversidad, es igualmente importante tener presente que ésta no solo se limita
a la riqueza de la flora y fauna, de los recursos agua y suelo sino que además
encierra el gran potencial del conocimiento de los indígenas y colonos y en

3 Construcción visión regional Piedemonte

184
especial el conocimiento y prácticas de las comunidades indígenas para manejar
la botánica, la medicina tradicional y las energías de la naturaleza.

Por otra parte, aunque en la constitución queda plasmado que sobresale el


interés general sobre el particular, se observa la falta de claridad en la definición
de objetivos de conservación, siendo así difícil priorizar cuales son los intereses
colectivos a conservar y no hay diferencias entre los intereses generales que se
plantean desde los diversos sectores económicos. El sistema actual de
categorías de áreas de conservación presenta deficiencias en términos de los
objetivos de conservación, los mecanismos propuestos para alcanzarlos y los
actores involucrados en la selección establecimiento y manejo de dichas áreas4.

Igualmente es importante reflexionar sobre la capacidad institucional para


ejercer control y administración de las áreas protegidas. Aunque hay avances
frente a la concreción de una cultura ambiental y en ciertas zonas se ejerce
control y vigilancia sobre la explotación de los recursos naturales, la capacidad y
articulación de los recursos humanos, técnicos y presupuestales son
insuficientes para la magnitud de los procesos ambientales que se deben
desarrollar para lograr el objetivo común de garantizar la preservación de estas
zonas de gran riqueza ambiental.

Conflictos sociales y políticos

Los conflictos sociales y políticos a que vienen siendo sometida esta región
andino amazónica es una de los frenos más importantes al desarrollo de
diferentes iniciativas institucionales y privadas tanto en el campo productivo
como ambiental.

Los grupos armados al margen de la Ley, estructuran por su misma forma de


operación, su propia forma de ordenamiento de los territorios que ocupan y han
establecido zonas en donde solo ellos pueden estar y circuitos viales que solo
ellos pueden transitar. Dominan las áreas de cultivos ilícitos y las financian.
Expulsan a campesinos e indígenas de sus tierras que no siguen sus directrices
y controlan la movilización de los líderes como estrategias de protección de sus
territorios.

Este es uno de los aspectos de análisis frente a la viabilidad de ampliar y


constituir territorios indígenas con fines de conservación y manejo sostenible.
Sin embargo, los indígenas han demostrado que cuando cuentan con un
movimiento fuerte y una organización sólida como es el caso de los indígenas
del Cauca, tienen las herramientas para ejercer autonomía y control de sus
territorios.

4 Adela Vélez y César Rey. 2000. Ejercicio preparatorio para el Seminario Taller Nacional de Áreas Protegidas,
Octubre 20 de 2003.

185
Consolidación de territorialidad indígena y de escenarios de conservación
regional

Los pueblos indígenas hoy son reconocidos como actores sociales importantes
en los procesos de construcción regional y han empezado a escucharse sus
planteamientos frente a la forma como se viene utilizando y acabando con los
recursos ambientales. Aunque son concientes de la responsabilidad que tienen
frente a las áreas resguardadas, saben que necesitan acompañamiento
sistemático que les permita construir el conocimiento que los lleve al uso
racional del territorio.

Una propuesta de ordenación del territorio a partir de la perspectiva indígena con


énfasis en la consolidación de escenarios de conservación localizados sobre la
zona de transición andino – amazónica requiere una red en la que las
autoridades locales y regionales se puedan integrar para la construcción de una
visión regional para la conservación y el manejo del territorio. Para establecer
una red de esta naturaleza, es preciso avanzar en procesos de planificación del
territorio, en la construcción de metodologías, la incorporación de experiencias y
de la acumulación de conocimientos de los pueblos indígenas, de los colonos y
de las instituciones gubernamentales y no gubernamentales.

Cualquier proceso de ordenamiento territorial implica una adecuación de la


institucionalidad local y regional para generar prácticas de conservación
apropiadas a la fragilidad de los ecosistemas. Avanzar en la posibilidad de
generar escenarios de conservación a partir de territorios indígenas requiere de
un proceso de ordenamiento construido desde la región, por las diferentes
entidades del Estado de todos los ordenes que hacen presencia en el
piedemonte andino – amazónico, los pueblos indígenas, la sociedad civil que ha
tomado la iniciativa de conformar reservas privadas y las organizaciones no
gubernamentales. El propósito de un ejercicio de este tipo es el de generar
procesos que de manera directa o indirecta contribuyan a la conservación de la
biodiversidad y la protección de estos ecosistemas estratégicos.

La construcción de estrategias

Para concretar una propuesta de ordenamiento territorial interétnica en mención


es importante entender que se debe avanzar en la consolidación de una
institucionalidad adecuada y una visión compartida. Para ello se considera
pertinente el definir un marco estratégico, que de forma general se sintetiza en
los elementos que se describen a continuación.

Construcción de Institucionalidad Regional: La articulación de los diversos


territorios indígenas desde una visión regional y con el objetivo de Conformar el
Corredor Tradicional Interétnico Andino – Amazónico, supone el desarrollo de un
modelo institucional que, a partir de hacer explícito el proyecto en su significado
territorial, pueda ir construyendo paulatinamente los escenarios de gestión y

186
manejo de esos territorios. Esto significa generar una red en donde participen los
actores institucionales y comunitarios de la región, pero también los del nivel
nacional e internacional. El desarrollo de una institucionalidad de esa naturaleza
es el fundamento para acceder a la proyección del ordenamiento planteado y a
la vez poder generar procesos de ordenamiento sistemáticos en diferentes
niveles.

Fortalecimiento del Gobierno Local: Si en el plano regional es fundamental


consolidar la red institucional, en el dominio local se requiere generar mayor
capacidad de gobierno. Se asume que el cabildo como expresión de gobierno
indígena ejerce cierto nivel de autonomía en su territorio, cuestión que es
relativa cuando se observa la práctica de algunos gobiernos y que puede
explicarse en función de diversas causas. Pero lo real es que para poder
generar propuestas de manejo de las distintas unidades territoriales –
resguardos– en articulación con otros y desde una visión que integre la
dimensión de conservación con énfasis en lo regional, es fundamental consolidar
el gobierno local en lo relativo a los distintos campos propios a sus
competencias.

Desarrollo de Capacidad Técnica: La construcción de institucionalidad regional y


local implica apropiar ciertas técnicas, el manejo o elaboración de metodologías
y en general, el manejo del ordenamiento y planeación territorial como
instrumentos al servicio de la propuesta de gestión de ese territorio. La
construcción en esa perspectiva no es simplemente un ejercicio teórico o
conceptual, pues además debe satisfacer la necesidad de generación de
escenarios en los que se construyan en la práctica las metodologías apropiadas
a los contextos culturales específicos.

Construcción de una Visión de Conservación: Además de la concepción de un


corredor interétnico, es necesario afianzar en los actores locales la importancia
estratégica de esta zona en términos de conservación y manejo sostenible de
recursos naturales renovables. Esto significa que se deben generar condiciones
que permitan el desarrollo sostenible: en el plano político y económico en el nivel
nacional e internacional y en el orden simbólico y cultural en el escenario
regional.

Gestión del territorio

Hay tres campos de acción que se proyectan en función de la necesidad de los


desarrollos institucionales que deben dar soporte a la propuesta de
ordenamiento del piedemonte andino – amazónico: el de la consolidación de un
espacio donde concurran actores institucionales de la región y agentes
nacionales, el de la institucionalidad indígena propia con sus formas de
organización y el del fortalecimiento de las instancias de gobierno y gestión de
los pueblos indígenas.

187
En el primer campo es importante entender que no existen redes institucionales
que estén orientadas a pensar problemas en el plano regional. Los
ordenamientos del territorio en el dominio municipal realmente son procesos
formales, con poca participación y una apropiación limitada por la población.
Otros provenientes de instancias nacionales o regionales se construyen a partir
de visiones externas y en consecuencia tienen una base conflictiva en su
formulación. La decantación de una visión regional con participación de actores
locales, es el principio que puede fundamentar una propuesta de ordenación
territorial con sostenibilidad social, política y cultural.

En el segundo escenario de trabajo es importante generar empoderamiento en


lo relacionado con la gestión territorial, en los que sea la Organización Zonal
Indígena del Putumayo el espacio institucional que asuma la función de
representación. En la OZIP existe actualmente el área de ordenamiento y
territorio, la cual ha estado coordinando acciones con las Alcaldías, la
Gobernación y CORPOAMAZONIA en asuntos ambientales y de ordenamiento,
tomando como punto de partida las distintas visiones plasmadas en los Planes
de Vida de los Pueblos Indígenas asentados en el Putumayo.

En el tercer dominio el apoyo a las iniciativas de los pueblos indígenas es


fundamental, especialmente a la formulación e implementación de sus planes de
vida, en los que se plantean propuestas de ordenamiento del territorio y la
conservación de áreas estratégicas para preservación y procesos culturales. Las
comunidades indígenas del Alto Sibundoy, vienen trabajando en la creación de
jardines botánicos y medicinales y en la recuperación de zonas altamente
intervenidas y ambientalmente frágiles, los Ingas de Yunguillo, Condagua,
Puerto Limón y Wasipungo con la nueva ampliación de sus territorios tienen
proyectadas extensas áreas de montaña destinadas a la conservación y
contemplación y los Kofanes vienen adelantando con Zio-a’i y el IGAC, procesos
de ordenamiento territorial en los resguardos constituidos y los asentamientos
aun no legalizados. En este sentido es necesario trabajar procesos de titulación,
ordenamiento territorial, capacitación y producción, componentes que
necesariamente deben estar articulados a los propósitos de los planes de vida.

Experiencias de Ordenamiento Territorial

Si bien hay antecedentes de los planes de Vida y otros ejercicios que sirven
como punto de partida de procesos para el ordenamiento territorial, deben verse
como aproximaciones a la descripción del uso de ciertas áreas y a la
introducción de ciertas regulaciones. Se trata se construir el ordenamiento
territorial de tal modo que asuma la dimensión ambiental no solo en función del
territorio específico de un pueblo, sino que pueda dar cuenta de la continuidad
de los distintos territorios en función de corredores y áreas estratégicas para la
conservación. Esto significa que deben desarrollarse experiencias en las que se

188
pueda validar una metodología y a través de ella avanzar en la formulación de
planes de ordenación y manejo que involucren los territorios de distintos pueblos
y comunidades.

En esa dimensión ordenamiento y capacitación deben integrarse en la búsqueda


de validar metodologías, generar experiencias de referencia, formar técnicos en
las comunidades que apropien metodología y realicen seguimiento a los planes,
fortalecer la construcción de una visión regional y constituir experiencias que
permitan validar tecnologías para el uso apropiado de los ecosistemas.

Apoyo a constitución y ampliación de resguardos

A partir del análisis y establecimiento de una tipología de situaciones que se


presentan en cada zona y de las limitantes para desarrollar los procesos de
ordenación del territorio, en la descripción de cada una de las zonas se puede
analizar el grado de dificultad para llevar a la práctica estas propuestas de
ampliación de territorios indígenas. Es importante tener presente que en cada
una de estas zonas interactúan varias etnias y por lo tanto el proceso de
concertación en áreas de los acuerdos para la ampliación de sus territorios es
compleja y debe estar mediada por la equidad.

Las zonas proyectadas en el Alto Sibundoy tienen una mayor viabilidad en la


medida que estas comunidades vienen adelantando este proceso hace varios
años con las diferentes entidades y el INCORA ha iniciado el proceso de
constitución con el levantamiento de las áreas. La concertación con los
campesinos allí asentados y los productores de caliza es compleja y hay un gran
porcentaje de territorios baldíos de la nación, algunos bajo figuras de protección
y otros sin ningún tipo de tenencia.

La zona denominada Territorio Indígena Interétnico Alto Orito y Alto San Juan,
igualmente presenta amplias posibilidades de negociación pues allí el 95% de
los territorios indígenas ya están constituidos y los procesos de ampliación es
sobre áreas poco intervenida que en su mayoría son baldíos de la Nación. La
presencia de colonos y campesinos es relativamente poca y manejable.

En la Zona denominada Territorio Indígena Cofán – Awa, entre los Ríos San
Miguel y el Guamuéz, hay grandes dificultades para su negociación, ya que son
territorios con una gran dinámica poblacional, permeada por la presencia de
cultivos ilícitos, con una alta presencia de actores armados que protegen la
economía ilícita y que hacen permanente control territorial.

Es importante tener en cuenta que la formación de líderes, gobernantes y otros


actores comunitarios y regionales es fundamental para asegurar la gestión en el
mediano plazo. Son diversos los dominios que tienen pertinencia y que parten
del contexto jurídico en el que se desenvuelven las distintas figuras de
conservación y manejo de un territorio, pasando por los instrumentos y

189
metodologías para su ordenación, lo mismo que sobre las tecnologías
apropiadas al uso sostenible de un entorno. La planeación de los ejercicios de
capacitación dependerá de los planes que se formulen en los diferentes
escenarios institucionales y de las experiencias de ordenamiento que se
asuman.

190
Capítulo 13 Actores y procesos para la consolidación
de escenarios de conservación en la zona
de transición andino – amazónica

Fotografía: Instituto de Investigaciones de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt / Rocío Polanco

Ilvia Niño
Unidad de Parques Nacionales Naturales de Colombia
La política de Parques Nacionales de Colombia plantea consolidar sistemas regionales de
áreas protegidas (SIRAP) como núcleos básicos del Sistema Nacional de Áreas Protegidas
como estrategia para el logro de si Misión y sus objetivos de gestión en diferentes regiones
del país1. En estos procesos interviene una gran diversidad de actores presentes en el
territorio, cada un motivado por intereses particulares, derivados de su permanencia y tipo de
apropiación del territorio.

Una característica particular del piedemonte andino – amazónico es el marcado interés de


las comunidades por la conservación, el cual se refleja en la manera autónoma en que
adelantan distintos procesos de ordenamiento del territorio. Aunque en otros capítulos de
este disco compacto se describen las características de distintos grupos de actores y sus
inter-relaciones (ver Capítulos 9 y 12), a continuación se hace una breve reseña de algunos
conjuntos de los mismos desde la perspectiva de su contribución a la construcción de un
sistema regional de escenarios de conservación en la zona.

Un primer conjunto de actores institucionales está formado por las entidades territoriales,
que incluyen Municipios y Gobernaciones. Estos actores son pasivos en el proceso, ya que
no se tiene una visión clara de la función que podrían tener los funcionarios de dichas
entidades en el ordenamiento Ambiental del Territorio, lo que se evidencia en los esquemas
de ordenamiento territorial y en los planes de desarrollo, que plantean unas acciones de
conservación que en pocas ocasiones se llevan a la realidad. De acuerdo con la línea base
del SIRAP piedemonte amazónico, se tienen algunos convenios y acuerdos de trabajo que
están en cabeza de estas entidades en la región, con la intención de aunar esfuerzos en el
ordenamiento ambiental del territorio.

Por su parte, las autoridades ambientales regionales con jurisdicción en la región del
piedemonte (la Corporación Autónoma Regional del Cauca – CRC), lideran distintos
procesos de conservación en la región. La Corporación Autónoma Regional del Sur de la
Amazonia Colombiana – Corpoamazonia - se encuentra trabajando en la elaboración de un
Planes de Ordenamiento y Manejo Ambiental del Complejo Volcánico Doña Juana - Cerro
Juanoy y su área de influencia, del Corredor Biológico Serranía de Los Churumbelos –
Cueva de los Guácharos y su área de influencia y de las cuencas de los ríos San Pedro,
San Juan y Hacha, además de un Plan de Manejo del Corredor Andino Páramo de
Bordoncillo -Cerro de Patascoy.

En cuanto a la Corporación Autónoma Regional de Nariño – CORPONARIÑO –, también


interviene en el desarrollo del plan de manejo del corredor andino amazónico páramo de
Bordoncillo – cerro de Patascoy e interviene en procesos que tienen lugar en La Cocha como
área estratégica para los departamentos de Nariño y Putumayo. Además desarrolla acciones
orientadas a la consolidación del corredor biológico formado por los ecosistemas de páramos
y bosques de alta montaña de los sistemas orográficos Las Ovejas, Tábano, Bordoncillo,
Patascoy y el Cerro El Alcalde. De acuerdo con el diagnóstico elaborado para el plan de la
biodiversidad del departamento de Nariño, Corponariño considera importante trabajar en
algunas áreas estratégicas en colaboración con Corpoamazonia, como es el caso de la
cuenca Alta del Río San Miguel y la zona de bosques andinos de Nariño y Putumayo.

1 Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander Von Humboldt. Bases para el Diseño de Sistemas Regionales de Áreas Protegidas. 31 p. Febrero de 2005.

192
Comunidad Kamentsa del Valle del Sibundoy en la socialización de las expectativas
territoriales indígenas y la los resultados obtenidos en el marco del convenio Tripartita
para la región de transición Andino Amazónica. Foto: Ilvia Niño Gualdron

En lo que respecta el área en jurisdicción de la Corporación Autónoma Regional del


Cauca – CRC-, la Serranía de los Churumbelos es sin duda la porción más estratégica del
territorio. La CRC trabaja actualmente en el desarrollo de un plan de manejo y ordenación del
corredor Biológico entre esta serranía y el parque nacional natural Cueva de los Guácharos.

A través de la interacción de dos direcciones territoriales (Surandina y Amazonia-Orinoquia,


la Unidad Administrativa Especial del Sistema de Parques Nacionales Naturales viene
desarrollando en el piedemonte algunas iniciativas de conservación. Estas acciones incluyen
procesos tendientes a declarar algunas áreas protegidas de carácter nacional, como es el
caso del Complejo Volcánico Doña Juana, la Serranía de los Churumbelos y un santuario de
plantas medicinales en el municipio de Orito, además de promover la puesta en marcha del
SIRAP para la zona de transición andino amazónica.

En la anterior relación de iniciativas, la superposición espacial de las intervenciones


institucionales entre sí y con los procesos adelantados por las comunidades indígenas es
evidente (Mapa 13.1), lo cual representa oportunidades claras de gestión para la
construcción y/o consolidación de escenarios de conservación propiamente dichas. Por
ejemplo, la Organización Zonal Indígena del Putumayo - OZIP - reúne a los 12 pueblos
indígenas del departamento a través de 128 comunidades afiliadas de las 152 que conviven
en el Putumayo.

Como organización gremial regional, la OZIP no tiene en sí misma iniciativas de


conservación, aunque sirve como enlace para canalizar demandas de los diferentes pueblos
indígenas. Actualmente trabaja por el reconocimiento de los territorios ancestrales de sus

193
afiliados a través de la constitución de resguardos, el ordenamiento de los mismos y la
construcción de sus planes integrales de vida y está diseñando una política territorial para los
pueblos del Putumayo que incluye manejo ambiental y conservación de los resguardos
indígenas. Junto con la Unidad de Parques Nacionales, con quien a finales del año del 2005
se firmo un acuerdo de intención con Parques Nacionales para la elaboración de un convenio
para el trabajo conjunto, la OZIP adelanta el trabajo de zonificación y reglamentación
asociada para el Cerro el Churumbelo y la Serranía de los Churumbelos con base en la
recuperación de la memoria Andaquí y del pueblo Inga.

Mapa 13.1. Escenarios y procesos de conservación en el piedemonte andino amazónico

194
Algunas asociaciones pertenecientes a la OZIP trabajan en el rescate cultural y ambiental de
la zona. La Asociación del Pueblo Inga del Putumayo ASOINGA que reúne a los cabildos de
medio y el bajo Putumayo, adelanta con la OZIP la conservación del Pueblo Auka en la
serranía de los Churumbelos y la creación de un área especial en el cerro del Patascoy, en
conexión con Chaluayaco. Por su parte, la Asociación de Cabildos Inganos del Municipio de
Piamonte en la Baja Bota Caucana, Nukanchipa Atunkunapa Alpa, avanza en la
recuperación cultural y la protección del territorio Auka en la Serranía de los Churumbelos en
forma conjunta con la OZIP y con la Unidad de Parques. Las comunidades pertenecientes a
Santa Rosa que se encuentran en la Via Pitalito Mocoa, los Embera que limitan con el área
de conservación de plantas medicinales del municipio de Orito y los Sionas también están
afiliados a la OZIP.

La Asociación de Cabildos Tandachiridu Inganokuna que reúne cinco resguardos Inganos


ubicados en la región del Fragua2, es un actor clave para el desarrollo de actividades de
conservación en el piedemonte. La creación del PNN Alto Fragua IndiWasi respondió en su
momento a la solicitud de estas comunidades, quienes veían la creación de un área
protegida en sus territorios ancestrales como una oportunidad para conservar, además de la
gran riqueza biológica de la zona, el patrimonio cultural de su pueblo. Actualmente la
Asociación desarrolla su Plan de Vida orientado al fortalecimiento de los cinco derechos de
los pueblos indígenas: identidad, autonomía, participación, desarrollo y territorio. Partiendo
de la importancia que dan a la tierra, han propuesto una estrategia de recuperación y
consolidación que abarca sus actuales asentamientos y resguardos, lo mismo que los
territorios ancestrales perdidos por la colonización.

Otros aliados importantes para el avance de los procesos de conservación actualmente en


marcha, incluyen al pueblo Cofán que ha trabajado desde hace varios años en el desarrollo
de su plan de vida (Zio-a’i 2002), dentro del cual plantean la importancia de establecer
resguardos especiales destinados a la conservación ambiental, como en el caso del
resguardo de La Torre en el Putumayo y, en el Caquetá, los taitas de la UMIYAC3 quienes
desde la perspectiva tradicional Ingana, han expresado su voluntad de apoyar la
recuperación y fortalecimiento de la cultura y la protección de territorios indígenas
ancestrales. Esta iniciativa es vital para establecer políticas que no se concentren sólo en
áreas protegidas en sentido estricto, sino que vinculen y establezcan relaciones en el
contexto cultural amplio del piedemonte amazónico y la llamada “cultura del yagé”.

En lo que respecta a las organizaciones de la sociedad civil, estas incluyen en el


piedemonte varias ONG y asociaciones campesinas. Las comunidades campesinas del
Cerro del Churumbelo están agrupadas en la Asociación de Defensores de la Naturaleza en
la cuenca del Medio Afán – ASODERMA-, organización que enfoca su trabajo en la
conservación y protección del cerro del Churumbelo. Las comunidades campesinas colonas
de la baja bota caucana están impulsando una propuesta de protección y conservación en la
serranía de los Churumbelos y la Asociación de Mujeres de la Media Bota Caucana –
AMUBOC -, impulsan actualmente el manejo de un área especial de conservación del Oso
de Anteojos en el municipio de Santa Rosa. Otros actores relevantes en este sentido son la

2 Plan del manejo Parque Nacional Natural (Nukanchipa Alpa) Alto Fragua IndiWasi
3 Unión de Médicos Yageceros de la Amazonía Colombiana conformada en 1999 por taitas de las etnias Ingana, kamsá, siona, kofán, coreguaje y Tukano oriental.

195
Asociación de Junta de Acción Comunal del municipio de Piamonte y el nodo Quindicocha de
la Asociación Colombiana Red de Reservas Naturales de la Sociedad Civil – Resnatur.

La presencia de organizaciones gubernamentales y no gubernamentales en el Caquetá es


escasa, especialmente en las zonas rurales apartadas de los cascos urbanos. Sin embargo
existen algunas que desarrollan procesos permanentes, entre las que sobresalen la Vicaría
del Sur que es una institución que depende de la Diócesis del departamento y que desarrolla
proyectos de apoyo a organizaciones campesinas e indígenas mediante programas de
extensión agropecuaria con sistemas sostenibles, asesorías jurídicas y evangelización.
Gracias a la trayectoria y reconocimiento que tiene esta organización, ha podido hacer
presencia en veredas cercanas al Parque Alto Fragua Indiwasi. De otro lado, el trabajo de
acercamiento entre las autoridades municipales y funcionarios de Parques Nacionales, ha
permitido el reconocimiento de la existencia del parque en las políticas administrativas. En el
plan de desarrollo de San José del Fragua para el período 2004-2007, se incluye el área
para la formulación de proyectos ambientales y en los EOT de los dos municipios que tienen
jurisicción sobre el parque se reconoce su función para la conservación. Para el caso, se ha
logrado un convenio de cooperación interinstitucional con el municipio de Belén y dos
acuerdos de trabajo con el municipio de San José. Según el EOT de Belén, en el municipio
las organizaciones comunitarias por excelencia son las juntas de acción comunal de las
veredas. No existe presencia gremial representativa en el municipio pero nombran algunas
organizaciones como el grupo ecológico Tierra Viva, Común arte y la Asociación de
integración de vivienda comunitaria.

Como Organización no Gubernamental en el área del PNN Alto Fragua IndiWasi, se destaca
el Instituto de Etnobiología que ha mantenido un acompañamiento permanente a la
Asociación de Cabildos Tandachiridu Inganokuna. Así mismo desarrolla directamente
proyectos relacionados con el área protegida con el financiamiento del Organismo Autónomo
de Parques Nacionales (Ministerio del Medio Ambiente) – TRAGSATEC – de España. El eje
fundamental de esta iniciativa a nivel indígena es la territorialidad de sus pueblos. Así mismo,
las iniciativas de conservación de los campesinos y las propuestas colonas para la
declaración de áreas protegidas. Este proceso que se origina en las comunidades mismas, a
partir de sus intereses y expectativas territoriales, procesos que hay que potenciar en la
conformación del Sistema Regional de Áreas Protegidas para la Zona de transición Andino
Amazónica.

A pesar de la complejidad social, cultural y política en esta región, el panorama actual de


alianzas estratégicas para la conservación es promisorio (Tabla 13.1). Los acuerdos,
alianzas y convenios interinstitucionales existentes proveen una base sólida para continuar el
proceso de poner en marcha un Sistema Regional de Áreas Protegidas para la Zona de
Transición Andino Amazónica. La gran tarea que tienen ahora todas las instituciones y
procesos presentes es buscar una estrategia de articulación, para lo cual se propone una
ruta en el capítulo siguiente.

196
Tabla 13.1. Convenios, alianzas y acuerdos vigentes en 2006 en la zona de Transición Andino Amazónica.

Fecha Alianza, Convenio Participantes Objetivo Logros Proyecciones


o Acuerdo
29 de Julio Convenio Inter- UAESPNN y Implementar la Línea base del puesta en marcha de
del 2002 administrativo para Asociación de Coordinación ente la Plan de Manejo la agenda propuesta
la Coordinación de Cabildos Unidad Administrativa Agendas de trabajo para las acciones
la Función Publica Tandachiridu Especial de Parques conjuntas 2006
de la conservación Inganokuna Nacionales Naturales Realización de los
y manejo del PNN UAESPNN, y la corredores de
Alto Fragua Asociación de Cabildos conectividad
IndiWasi entre la Tandachiridu
Unidad Inganokuna en lo
Administrativa de relativo a definición
Parques conjunta de conceptos,
Nacionales principios y reglas
UAESPNN del Interculturales para el
Medio Ambiente y manejo e intervención
la Asociación de del área, construcción
Cabildos concertada del Régimen
Tandachiridu Especial de Manejo,
Inganokuna. conformación de
instancias de
administración y gestión
coordinada para el
manejo del PNN, puesta
en marcha del Régimen
Especial de Manejo y el
plan de Acción.
5 de agosto Convenio no. 22 de Inganos del La cooperación y la Propuesta Finalizado
de 2002 2002 municipio de coordinación concertada a nivel
Departamento del Piamonte interinstitucional que interinstitucional
cauca, cabildos Gobernación del conduzca a la para la Ordenación
indígenas Inganos Cauca constitución y del Corredor
del municipio de Instituto de declaratoria de un área Biológico.
Piamonte – Etnobiologia especial de conservación Firma de un
Instituto de Ministerio de Biológica y Cultural en la convenio de
Etnobiologia – Ambiente Vivienda Región de la Serranía de cooperación
UAESPNN – y Desarrollo los Churumbelos, interinstitucional

197
Fecha Alianza, Convenio Participantes Objetivo Logros Proyecciones
o Acuerdo
MAVDT Territorial Ubicada en la Bota para la
Caucana, Departamento consolidación del
del Cauca, Piedemonte Corredor.
Amazónico Colombiano, Jornadas de
bajo una categoría y trabajo en cada
esquema de manejo una de las 13
compartido y Coordinado comunidades
con las Autoridades indígenas,
indígenas, que garantice elementos
la protección de sus recogidos en el
valores constitutivos documento
“Nuestras
comunidades,
nuestro territorio”
Firma de un acta
de compromiso
con la Asociación
de Inganos de la
baja Bota Caucana
Diciembre del Convenio UAESPNN, CRC, Aunar esfuerzos para la Inclusión en el Lograr operativizar y
2003 Ordenación Corpoamazonia consolidación del convenio de todos poner en marcha con
Serranía San José del corredor biológico los actores la participación de las
Churumbelos- Fragua, y Belén de Serranía de los institucionales comunidades los
Cueva de los Andaquies Churumbelos – Cueva presentes en la Comités técnicos con
Guácharos (Caquetá), Santa de los Guacharos a zona. el propósito que
Rosa y Piamonte través de la constitución Relacionamiento exista un
(Cauca), Moca- de una unidad de Inter-institucional empoderamiento de
Putumayo y las gestión que ejecute los por parte de la las propuestas desde
gobernaciones del proyectos concertados Unidad de Parques el nivel local y sean
Cauca, Caquetá y socialmente por las Nacionales apoyadas por la
Putumayo. instituciones que hacen Naturales con las diferentes
parte del convenio, entidades que instituciones
teniendo en cuenta conforman el presentes en la sola
como punto de partida la presente convenio en busca de
propuesta y otras que podrían consolidar un
interinstitucional de aportar insumos mosaica de áreas
ordenación del corredor técnicos y/o protegidas para el

198
Fecha Alianza, Convenio Participantes Objetivo Logros Proyecciones
o Acuerdo
biológico y los acuerdos financieros para el corredor con un
previos realizados con desarrollo de visión de
organizaciones sociales presente del sostenibilidad,
e instituciones” mismo, a través de productividad y
la convocatoria a conservación
reuniones del biológica y cultural de
comité de gestión, las comunidades
los NOAT, y el presentes en la zona.
comité directivo del Legalizar las
presente convenio. diferentes figuras de
Conformación de ordenación por parte
comités técnicos de los actores
por departamento competentes.
con el propósito de
volver mas
operativos el
convenio
Reuniones del
comité técnico del
Putumayo, y
Cauca, haciendo
convocar el de
Caquetá
11 de Junio Convenio Fondo Mundial Aunar esfuerzos entre el Valoración Conformación real y
del 2004 COOPERACIÓN WWF Colombia IAvH, la UAESPNN y la Ambiental del operativa del Sistema
Técnica Y Instituto Alexander WWF, para el diseño, Territorio. regional de Áreas
Científica WWF- Von Humboldt análisis y promoción de Revisión del Protegidas en la zona
IAvH-UAESPNN Unidad iniciativas y escenarios ordenamiento de la de transición Andino
Administrativa de conservación en la zona. Amazónica
Especial de zona del Piedemonte Aplicativos
Parques Nariño- Putumayo, con generados para un
Nacionales el fin de consolidar el sistema de
desarrollo de un sistema información.
regional de Áreas Caracterización de
Protegidas Actores Socio
ambientales
Línea base

199
Fecha Alianza, Convenio Participantes Objetivo Logros Proyecciones
o Acuerdo
Septiembre Convenio UAESPNN, la U. Aunar esfuerzos Estudios realizados Consolidar en forma
del 2004 Santuario Alto Rosario y el técnicos, en forma conjunta conjunta declaratoria
Orito Instituto de administrativos, en busca de la del área protegida y
Etnobiologia financieros y logísticos declaratoria del la planificación del
que conduzcan a la área área tanto en su
constitución y núcleo como su zona
declaratoria de un área de influencia
de conservación inmediata
especial in situ de * diseñar e
bancos de plasma implementar el Plan
germinal de especies de Manejo del área
medicinales
Enero 27 del Convenio Unidad Aunar esfuerzos Firma del Elaborar criterios de
2006 Interadministrativo Administrativa técnicos, humanos, Convenio. la delimitación de las
de cooperación Especial de administrativos y Borrador de carta zonas
N°007 entre la Parques financieros para el de compromiso amortiguadoras de
Unidad Nacionales diseño, análisis, para el trabajo en PNN en la Amazonia
Administrativa Naturales promoción de zonas Colombiana,
Especial de Corporación programas, proyectos e amortiguadoras.
Parques Autónoma iniciativas encaminadas
Nacionales Regional del sur de a la protección y
“UAESPNN” . la amazonia conservación de los
CORPOAMAZONI colombiana recursos naturales y
A culturales existentes en
el sur de la Amazonia
Colombiana.
Convenio Convenio Permitir la realización de revisado por la Contar con el
UAESPNN y el Interinstitucional las prácticas requeridas oficina jurídica de potencial humano de
Instituto Celebrado entre la como PASANTIA, de los ambas la zona con énfasis
Tecnológico del UAESPNN y el estudiantes de sexto instituciones en la materia
Putumayo Instituto semestre de las En recolección de ambiental para la
Tecnológico del Tecnologías: firma. articulación y
Putumayo AMBIENTAL y consolidación de
FORESTAL del Instituto áreas o escenarios
Tecnológico del con fines de
Putumayo, con el fin de conservación,

200
Fecha Alianza, Convenio Participantes Objetivo Logros Proyecciones
o Acuerdo
complementar la investigación y
formación académica proyectos sostenibles
amigables con la
naturaleza.
17 de Acuerdo de Unidad Aunar esfuerzos, su Borrador de Lograr la
Noviembre de Intención Parques Administrativa talento humano y sus convenio conservación
2006 – Ozip: Y Acuerdo Especial de recursos físicos, elaborado en forma biológica y cultural
de trabajo con Parques institucionales y conjunta con la del territorio mediante
Nukanchipa Nacionales financieros según su Organización Zonal la ordenación
Atunkunapa Alpa Naturales disponibilidad, para Indígena del ambiental del
Organización Zonal desarrollar estrategias y Putumayo para la territorio teniendo en
Indígena del actividades tendientes a: revisión jurídica por cuenta aspectos
Putumayo OZIP la protección y parte de la oficina biofísicos, culturales y
Asociación de conservación cultural, jurídica ce Parques ancestrales, con el
cabildos territorial y ambiental de Nacionales. Para el propósito de aunar
los territorios ancestrales primero esfuerzos en la
y resguardos de los Agenda conjunta conformación de
pueblos indígenas; la para el rescate de escenario de
construcción conjunta de la memoria Andakí conservación en la
estrategias para la sobre la serranía zona de transición
zonificación tradicional de los Andino Amazónica.
del territorio y Churumbelos, que
reglamentación nos permita la
asociada; La constitución ordenación
de un equipo de ambiental y cultural
coordinación con las del territorio con la
Autoridades Públicas Ozip.

201
Fecha Alianza, Convenio Participantes Objetivo Logros Proyecciones
o Acuerdo
18 de Y Acuerdo de Unidad Indígenas para la Primera reunión Lograr la
Noviembre de trabajo con Administrativa protección y para dar inicio a la conservación
2006 Nukanchipa Especial de conservación del conformación de biológica y cultural
Atunkunapa Alpa Parques territorio y Acompañar y un comité del territorio mediante
Nacionales fortalecer la construcción intercultural para la la ordenación
Naturales de propuestas en su zonificación ambiental del
Y Asociación de componente cultural, ambiental de territorio teniendo en
cabildos de la Bajo ambiental y territorial de territorio, en forma cuenta aspectos
Bota Caucana las áreas que se están conjunta- biofísicos, culturales y
Nukanchipa impulsando como ancestrales, con el
Atunkunapa Alpa resguardos indígenas propósito de aunar
esfuerzos en la
conformación de
escenario de
conservación en la
zona de transición
Andino Amazónico.
2 de Acuerdo de Comunidad Eje vial Generar acciones Agenda de trabajo Realizar propuestas
diciembre de Trabajo con las Pitalito Mocoa conjuntas en torno al conjunta reales en cada una
2006 comunidades de manejo, uso y identificación y de las zonas desde la
Villalobos conservación de los priorización de comunidades y
recursos naturales, problemas en la acordar acciones con
teniendo como aspectos región las comunidades
3 de Acuerdo de Comunidad de principales: la * Agenda de presentes en la zona
diciembre de Trabajo con las Piamonte participación institucional trabajo conjunta en busca de
2006 comunidades y comunitaria, el sostenibilidad
Piamonte fortalecimiento ambiental de la zona
organizativo, manejo y Alimentar desde las
aprovechamiento comunidades el plan
forestal, ecoturismo y de acción para el
seguridad alimentaría. POMACH-G

3 de Acuerdo de UAESPNN Apoyar en forma Firma del acuerdo Apoyar el sistema de


diciembre de intención alcaldía Alcaldía de conjunta la declaratoria y trabajo alrededor áreas protegidas del
2006 de piamonte Piamonte Cauca de áreas protegidas de de la declaratoria municipio,
diferentes nivel empezando con la
enmarcadas en el declaratoria de las

202
Fecha Alianza, Convenio Participantes Objetivo Logros Proyecciones
o Acuerdo
POMACH – G y áreas propuestas a
gestionar acciones en nivel local
torno al manejo, uso y
conservación de los
recursos naturales.

203
Capítulo 14 Plan de acción del sistema regional
de áreas protegidas de la zona de
transición andino – amazónica

Fotografía: Instituto de Investigaciones de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt / Rocío Polanco

Ilvia Niño
Unidad de Parques Nacionales Naturales de Colombia
El Sistema Regional de Áreas Protegidas de la zona de Transición Andino Amazónica es un
proceso dinámico que a largo plazo puede convertirse en una contribución significativa para
la conservación de la biodiversidad, la recuperación de territorios por comunidades
indígenas, la consolidación de su manejo ancestral, el ordenamiento ambiental territorial a
diferentes escalas, la ampliación o creación de nuevas áreas protegidas (nacionales,
regionales, locales y privadas), la consolidación de áreas protegidas a nivel internacional y a
promoción de procesos de ordenamiento de actividades productivas y de dinámicas
regionales y sectoriales de desarrollo.
En la medida en que el Sistema Regional de Áreas Protegidas – SIRAP – busca generar
acciones coordinadas para que los diferentes esfuerzos institucionales y sociales se
complementen, éste se constituye en una estrategia de coordinación entre instituciones y
actores. El SIRAP permite, dentro de un contexto participativo, dar cumplimiento a los
propósitos de conservación (planificar, organizar y hacer seguimiento de los objetivos de
conservación). Por ello, es importante establecer unos objetivos de gestión con actividades a
corto y mediano plazo, que guíen las intervenciones institucionales.

En el trabajo realizado en busca de la consolidación del Sistema regional de áreas


protegidas para la zona de transición Andino Amazónica, se cuenta con varias consultorías
que permiten tener un diagnóstico de la situación actual de los procesos que se encuentran
en la región, como también alianzas estratégicas entre Parques Nacionales y varias
organizaciones a diferentes escalas, que constituyen una plataforma para llevar a cabo
procesos de construcción de escenarios de conservación que nos permitan poner en marcha
un trabajo en lo posible articulado desde lo local a lo nacional entre estas se tiene: La carta
de compromiso con la Organización Zonal Indígena del Putumayo, el convenio con
Corpoamazonia, el convenio de Plan de Ordenación y manejo del corredor biológico Serranía
de los Churumbelos – Cueva de los Guácharos, el acuerdo firmado con la alcaldía de
Piamonte, el acuerdo de trabajo firmando con la Asociación de indígenas de la baja Bota
Caucana Nukanchipa Atunkunapa Alpa y el convenio de cooperación interinstitucional con
WWF Colombia, el Instituto de Investigación en Recursos Biológicos Alexander Von
Humboldt, han permitido perfilar los lineamientos del plan acción articulado al plan
estratégico de la dirección territorial Amazonia Orinoquia de la Unidad Administrativa
Especial de Parques Nacionales Naturales, que se presentan en este Capítulo.

Marco Conceptual

El Sistema Nacional de Áreas Protegidas – SINAP – integra un gran conjunto de áreas


protegidas de distintas categorías de conservación, en reconocimiento de la diversidad de
modelos con los que se asume el territorio y por lo tanto contribuye a la búsqueda de
soluciones a problemas ambientales de diferentes escalas. El SINAP busca asegurar la
continuidad de los procesos ecológicos y evolutivos naturales para mantener la diversidad
biológica, garantizar la oferta de bienes y servicios ambientales esenciales para el bienestar
humano y garantizar la permanencia del medio natural, o de algunos de sus componentes,
como fundamento para el mantenimiento de la diversidad cultural del país y de la valoración
social de la naturaleza.

205
La tarea de la conservación implica superar múltiples problemas de diferente índole, como
carencias de capacidad técnica adecuada, desarticulación de acciones de distintos actores,
deficientes flujos de información entre los tomadores de decisiones sobre el territorio,
presiones económicas que limitan el desarrollo de sistemas productivos de las poblaciones
rurales marginadas, dinámicas sectoriales con otras propuestas de uso sobre el territorio y
una incipiente masa crítica sobre temas de conservación que permitan el respaldo y apoyo
de los actores locales, regionales y nacionales a estos esfuerzos que exigen
responsabilidades compartidas.

Es por ello que el decreto 1124 de 1999, al conferir a la Unidad de Parques Nacionales
Naturales la coordinación del SINAP, define que la institución debe jugar el papel de
estimular la discusión y la concreción de propuestas como un agente dinamizador,
trabajando de la mano de las autoridades ambientales regionales, de los entes territoriales,
étnico territoriales y los demás actores institucionales y sociales la búsqueda de propuestas
de ordenamiento ambiental del territorio que recojan intereses y percepciones hacia la
construcción concertada de iniciativas de conservación y protección contextualizadas y
efectivas.
La Finalidad del SINAP es la de mejorar la calidad de la vida a través del mantenimiento de
los procesos ecológicos y culturales asociados y garantizar la oferta de bienes y servicios
ambientales para las poblaciones humanas y su Misión es generar un proceso de
interacciones efectivas entre actores sociales tendientes a armonizar la relación Ser Humano
– Naturaleza, generando y consolidando ordenamientos ambientales del territorio.1

Para cumplir con la tarea de construcción del SINAP, Parques Nacionales trabaja alrededor
de los siguientes objetivos generales de gestión:

• Identificar vacíos de conservación de diversidad natural, de oferta de bienes y servicios


ambientales y la diversidad cultural asociada.
• Crear y consolidar un sistema de planificación y gestión del SINAP que permita diálogos y
consensos (intersectorial, interinstitucional e intercultural).
• Fortalecer la capacidad institucional y comunitaria para lograr una adecuada
administración y manejo de áreas protegidas y sus estrategias de complementareidad.
• Generar y fortalecer procesos de ordenamiento ambiental del territorio que incluyan
valores de conservación y estrategias de desarrollo armónico con el medio.
• Desarrollar y poner en práctica mecanismos que incentiven a los actores a la adopción de
prácticas y comportamientos acordes con las metas de conservación en cada escala.
• Promover la creación de sistemas regulatorios que respondan a las necesidades de
ordenamiento ambiental del territorio, valorando e integrando figuras y mecanismos
preexistentes.
• Generar y desarrollar procesos de investigación que incrementen el conocimiento sobre
las metas de conservación a cada escala y permitan monitorear su estado y la eficacia de
la gestión realizada.

1 Documento SINAP- http://www.parquesnacionales.gov.co/organiza/sd_gestion/snnapc/sinapdoc.doc.

206
Objetivos del plan de Acción para el SIRAP en la zona de transición andino amazónica

El objetivo general del plan es consolidar el Sistema Regional de Áreas Protegidas como
estrategia para la conservación de la diversidad biológica y cultural en la zona de Transición
andino Amazónica, a través de procesos de interacción efectivos entre actores sociales e
institucionales en torno al ordenamiento ambiental del territorio.

En cuanto a los objetivos específicos para el SIRAP de la zona de Transición andino


Amazónica, la dirección territorial Amazonia-Orinoquia de la Unidad de Parques Nacionales
Naturales pretende:
• Contribuir al conocimiento ecológico de los ecosistemas de la región y sus dinámicas
socioculturales, mediante un trabajo conjunto, permanente y articulado con las
instituciones, comunidades campesinas y pueblos indígenas, orientado hacia el
ordenamiento ambiental del territorio.
• Concertar propuestas para el uso y manejo sostenible del territorio mediante procesos
de participación local y diálogos interculturales, acordes con los planes integrales de
vida y el ordenamiento territorial de las comunidades indígenas y campesinas.
• Generar y fortalecer instancias de coordinación interinstitucional (ONG, Gremios,
entidades estatales etc.) y social con el propósito de aunar esfuerzos en torno a
escenarios de conservación y usos sostenibles del territorio.
• Identificar, promover y articular los escenarios de conservación a niveles local,
municipal, regional y nacional.

Acciones para el SIRAP de la zona de transición andino amazónica

La consolidación de este sistema requiere una concertación amplia de tal forma que se
respeten las expectativas de los pueblos indígenas, campesinos y de las comunidades
negras presentes en la región teniendo en cuenta diferentes aproximaciones para la
selección de objetos y objetivos de conservación y en la definición de límites para las
distintas áreas que se integren al SIRAP no genere conflictos por el acceso a los bienes y
servicios ambientales. Por esta razón, como se dijo al comienzo, la intervención en la zona
se basa en un trabajo fundamentado en procesos de interacción efectivos entre actores
sociales e institucionales en torno al ordenamiento ambiental del territorio, buscando
consolidar escenarios de conservación articulados entre sí, sean estos Resguardos
Indígenas, Reservas Naturales, Parques Nacionales, o cualquier otra categoría, siempre y
cuando su manejo estén centrado en la conservación de la biodiversidad, el mantenimiento
de las culturas tradicionales y el desarrollo de actividades productivas amigables con el
medio ambiente.

De acuerdo con esta aproximación, se proponen a continuación algunas líneas de trabajo


fundamentales para el desarrollo de trabajo participativo para la construcción y consolidación
de escenarios de conservación en la zona de transición andino-amazónica. En primer lugar,
es importante promover el fortalecimiento institucional y organizacional de las
autoridades indígenas y las asociaciones de colonos o campesinos en busca de la
recomposición social regional con representación de todos los niveles y sectores de la
población.

207
Los procesos de construcción social con la activa participación de la comunidad, deben ir
acompañados por ejercicios de formación y capacitación que cualifiquen a los pueblos
indígenas y sus autoridades tradicionales, las organizaciones de base y las propias
instituciones, estableciendo espacios de diálogo y canales de comunicación efectiva y
brindando herramientas conceptuales, técnicas y metodológicas para la construcción
colectiva de procesos de planificación. A partir de procesos locales y regionales es preciso
generar, en forma conjunta, el ordenamiento ambiental del territorio, de manera que esta
propuesta esté respaldada con un gran sentido de pertenencia desde la base social y
articulada con los Instituciones o entidades presentes en el territorio.

Teniendo en cuenta estos principios, las personas responsables de las áreas protegidas
dentro de la dirección territorial Amazonia Orinoquia de Parques Nacionales identificaron, de
manera tentativa, loas líneas de trabajo con sus posibles metas globales y proyecciones del
SIRAP Andino Amazónica como insumo para una articulación conjunta (Tabla 14.1).
Confiamos en que este documento contribuya a la puesta en marcha operativa, real y
participativa de cada uno de los procesos necesarios para consolidar un sistema regional de
áreas protegidas para la zona andino amazónica que beneficie a los habitantes de la región y
que contribuya a conservar la gran riqueza biológica y cultural de esta región.

208
Tabla 14.1. Líneas de Trabajo, metas Globales y proyecciones por año para la puesta en marcha del Sistema Regional de
Áreas Protegidas de la zona de transición Andino Amazónica.
Líneas Metas Globales Proyección Año 1 Proyección Año 2 Proyección Año 3
Propuesta conceptual y Documento Lineamientos para la Construcción de un Propuesta conceptual y
metodológica propuesta de la propuesta conceptual y documento propuesta metodológica de la
territorial metodología conjunto. Territorial
Intersectorial Temas Análisis del contexto Caracterización de los
sectoriales regional de los procesos temas intersectoriales
identificados y Económicos identificados
caracterizados
para la región

Ordenamiento Territorial Propuesta de Priorización de parques Fase Diagnostica Definición de Objetivos


zona a trabajar dentro de la
amortiguadora región
concertada con la Definición de
corporación lineamientos y criterios
Identificación de Documento de flujos de Propuesta de articulación
los Flujos gestión y biológicos – entre estos flujos y
(gestión y identificados conectividades
biológico)
existentes entre:
Actor – Actor
Áreas – Actor
Áreas – Áreas
Ordenación Criterios para la Plan de ordenación Y seguimiento
ambiental áreas ordenación del territorio ambiental
priorizada al norte Identificación y
de Nariño y capacitación coordinada
apoyo a en forma conjunta
iniciativas de
conservación
indígena
Instancias de coordinación Instancias de Participación y apoyo a Caracterización de las Propuesta de articulación
coordinación para instancias de instancias de entre las diferentes
la coordinación coordinación existentes instancias.
implementación y interinstitucional en el
consolidación del marco del SIRAP Andino

209
Líneas Metas Globales Proyección Año 1 Proyección Año 2 Proyección Año 3
SIRAP andino Amazónico
Amazónico
Sistema de información Base de datos Base actualizada Base actualizada Base actualizada
para el SIRAP
Andino –
Amazónico
actualizada
Comunicaciones Estrategia de Estrategia de Puesta en marcha y seguimiento
articulación en los comunicación para la seguimiento de la
diferentes medios región estrategia
y espacios de
comunicación
local para de la
región
Diagnostico y Establecer y consolidar 2 Elementos de análisis
análisis: labor colectivos de
detallada de comunicación que se
análisis encarguen del manejo de
relacionales. la información ambiental

210
Capítulo 15 Sistemas productivos sostenibles como
herramienta de conservación para el
piedemonte andino – amazónico

Fotografía: WWF Colombia / Diego Garcés

José Vicente Revelo-Salazar


Coordinador Área de Soberanía Alimentaria y Conservación de
la Biodiversidad, Asociación para el Desarrollo Campesino -ADC
Desde la mitad del siglo pasado, la producción agropecuaria ha buscado a toda
costa el incremento de la productividad, respondiendo a la creciente demanda
dictada por modelos de desarrollo basados primordialmente en la economía de
mercado. Si bien es cierto que con este enfoque se han logrado aumentos
importantes en la producción de alimentos y materias primas, es indudable que a
él se deben en gran medida las modificaciones de los ecosistemas naturales
ocurridas desde entonces, lo mismo que la pérdida de prácticas agrícolas
tradicionales y la erosión progresiva de la soberanía alimentaria de numerosas
comunidades rurales.
Como una respuesta a estos impactos, la búsqueda de sistemas de producción
agropecuaria fundamentadas en modelos alternativos el desarrollo productivo es
una tendencia creciente, especialmente en regiones marginadas en donde las
comunidades se han organizado alrededor de visiones colectivas de sus
territorios. Este es el caso de los Campesinos asentados en el corregimiento del
Encano en el Departamento de Nariño, afiliados a la Red de Reservas de la
Cocha, quienes han adoptado sistemas productivos con un enfoque
agroecológico, basado en el uso sostenible de los recursos naturales y la
diversidad ecosistémica y en el aprovechamiento de la heterogeneidad y
contrastes locales de las condiciones socioeconómicas y culturales.

Esta aproximación se enmarca dentro de una visión sistémica de medio


ambiente que reconoce al ser humano como ser natural, social y cultural que
genera relaciones de interdependencia con otros seres vivos y elementos que
tienen origen en sistemas sociales, culturales y naturales transformados por su
propia acción. Tomando como punto de partida esta aproximación, campesinos
y citadinos hemos elaborado un concepto de sistema en una construcción
colectiva (Figura 15.1) que representa en palabras lo que hacemos en el campo:

“Un sistema es un conjunto de partes con diferente grado de importancia,


relacionadas entre sí y que posibilitan la interacción para dar origen a un
proceso con características de ser ordenado, dinámico, lógico, congruente y de
equilibrio dinámico”.
A partir de la valoración de nosotros mismos, de los demás y del entorno como
base filosófica de nuestro trabajo, reconocemos nuestro enorme poder de
transformación de los sistemas naturales, sociales y culturales, que debe ser
utilizado con un sentido ético, guiado por el sentido de la solidaridad, la certeza
de que no somos la única especie y que estamos estrechamente
interrelacionados con todo lo otro que existe. Esta convicción nos orienta a la
búsqueda de la equidad de oportunidades de vida digna y apropiada no sólo
para otros individuos de nuestra misma especie, sino para otras especies.
Creemos que al reconocer el derecho a la diferencia y a valorarla, debemos
actuar bajo el principio de tolerancia, reconocer que la toma de decisiones está
en nuestras manos a diferentes escalas y que no depende de entes externos.

212
Actuando en consecuencia con estos principios, asumimos los compromisos,
actos y decisiones de manera autónoma, procurando adelantar colectivamente
propuestas productivas ambientalmente sanas, económicamente viables,
socialmente justas, culturalmente aceptables y políticamente concertadas,
incidiendo de manera directa en la seguridad alimentaria y la conservación de la
biodiversidad. En nuestro proceso es fundamental la participación de la familia:
hombres y mujeres, niños, jóvenes y adultos, hemos recuperado la Minga como
la forma ancestral de trabajo particular o comunitario voluntario y solidario, en la
implementación de los elementos de sostenibilidad que interactúan en las
reservas, en los cuales participan y se hacen responsables por el cumplimiento
de los objetivos propuestos en cada uno.

Figura 15.1. Mapa del concepto de sistema elaborado participativamente


por los campesinos de La Cocha.

Componentes del sistema agroecológico adoptado en La Cocha

En nuestra propuesta sistémica de producción cada componente alberga uno o


más elementos de sostenibilidad que interactúan en su nivel y en todo el
sistema. El esquema obedece a una figura abierta (Figura 15.2), ya que desde
su visualización se hace fácil la comprensión de la interacción con otros
componentes y con otros sistemas familiares, lo que evidencia la construcción
de una red regional a medida que crece el sistema.

213
El componente agrícola incluye la siembra y mantenimiento de diversidad de
cultivos, partiendo del principio expresado en la pregunta de “¿Por qué tenemos
que hacer monocultivos si en el trópico todas las plantas viven juntas?”
validando y aplicando prácticas agroecológicas en huertas familiares, cultivos
tradicionales, cultivos comerciales, siembra de aromáticas y frutales.

Mediante la implementación y validación de tecnologías apropiadas de manejo


de suelos, como zanjas y siembras en curvas a nivel, coberturas vegetales,
plateos y trochado con la técnica de coberturas muertas, producción de abonos
orgánicos (compostera, lombricultivo, caldos trofobióticos), siembra en camas
calientes o vivas y rotación de cultivos, se alimenta el suelo incorporando
materia orgánica, y potenciando el ciclaje de materia y energía.

El componente de manejo de agua parte del reconocimiento del agua como


bien común y por lo tanto fomenta el uso racional del recurso mediante la
protección de fuentes y nacederos, la construcción de reservorios, el riego por
gravedad o goteo y la ampliación de la cobertura de actividades de
descontaminación de aguas servidas, tales como la instalación de trampas de
grasa, biodigestores plásticos de flujo continuo, zanjas o pozos de infiltración o
sedimentación.

La producción alternativa de especies animales (lombrices, gallinas y pollos,


cuyes, conejos, cerdos, ovejas, cabras y bovinos para leche), basada en la
potencialización de los recursos locales en prácticas de manejo, alimentación y
sanidad, constituye el componente pecuario del sistema agroecológico
adoptado en La Cocha.

Ciclaje de materia y
flujo de energía

Autoconsumo y
uso familiar

214
La preocupación permanente por mantener el buen estado de los ecosistemas
naturales para hacer posible el florecimiento de la vida y el disfrute del paisaje
regional, motiva el componente de manejo forestal y áreas silvestres, en el cual
llevamos a cabo actividades de reforestación productiva, manejo de rondas
hídricas, aislamiento de nacimientos, cultivos de pastos y forrajes, silvopastoreo,
manejo de bosques dendroenergéticos, regeneración natural, conservación de
relictos boscosos y mantenimiento de jardines ornamentales.

Validando las recetas tradicionales mediante un estudio interpretativo y


pedagógico, llevamos a cabo la transformación de productos para contribuir a
mantener una oferta sana de alimentos para la familia en forma suficiente y
generando un valor agregado a la producción de forma autónoma.

Al adecuar el entorno de vivienda en forma sana y agradable utilizando recursos


locales para la construcción de infraestructura alternativa integrada de manera
armónica con el paisaje, sin perder de vista la funcionalidad en el diseño de cada
estructura (casa de habitación, cuyera, marranera, gallinero, establo para
rumiantes, conejera, lombricriadero, secador solar, vivero familiar, silo para
almacenar semillas, sistema de riego, tanque de abastecimiento de agua lluvia,
trampa de grasa y unidad sanitaria.

El sistema de producción-conservación de los predios familiares y Reservas


Naturales establece unas relaciones entre sus componentes que maximiza el
ciclaje de materia y energía evitando al máximo los desperdicios que causan
contaminación y pérdida de bienes y servicios ambientales. En cada predio
familiar nos preocupamos por producir nuestros propios insumos, establecer
pequeños bancos genéticos vivos con el objeto de preservar nuestro patrimonio
natural y cultural (los más importantes conservan variedades de Papa, maíz,
fríjol, plantas medicinales y ornamentales), utilizar al máximo labores culturales
heredadas de nuestros adultos mayores, controlar manualmente o mediante
control cultural y biológico el ataque de plagas y enfermedades y convertir
nuestros predios en reservas naturales valorando nuestro entorno natural por lo
que es y no por lo que representa en dinero. Privilegiamos así la producción
para el autoconsumo familiar y destinamos los excedentes, ya sea en fresco o
transformados al intercambio o venta.

Producir ecológicamente no se refiere únicamente a obtener alimentos sin el uso


de agroquímicos, sino también a tomar en cuenta todo el agroecosistema, sus
alrededores y los recursos humanos. Implica involucrar todos los niveles de la
producción, para incluir la diversidad de flora y fauna existente en un sistema
armónico, congruente y dinámico en donde prime la vida en todas sus formas.
Este proceso constante se ha posibilitado por el impulso a la creatividad
mediante el acompañamiento en las Mingas Investigativas como una forma de
conjugar el saber ancestral con el académico para generar un nuevo
conocimiento de aplicación cotidiana.

215
De la seguridad a la soberanía alimentaria
Dentro de las actividades básicas de nuestro proceso alternativo de desarrollo,
el establecimiento de los sistemas que garantizan la producción permanente de
alimentos diversos y sanos a costos reducidos es una tarea fundamental que
permite a la familia gozar de alimentos suficientes gracias al trabajo colectivo en
su predio familiar. Dado que esto es posible en la medida que la familia ejerza su
derecho de permanencia en su predio como una forma de ejercer su libertad, la
búsqueda de la soberanía alimentaria se puede considerar como una apuesta
política que se proyecta desde del núcleo familiar sentando las bases para un
ordenamiento territorial que combina la producción y la conservación para hacer
viable un desarrollo sostenible a escala regional.
La recuperación de los sistemas que promuevan estos principios muestra el
camino hacia el logro de la sostenibilidad y contribuye a construir alternativas
para trabajar eficientemente las relaciones entre los sistemas de producción y
los ecosistemas en los que se establecen. En este sentido, la investigación y
participativa en esta dirección adquiere una relevancia cada vez mayor,
especialmente cuando aborda la reconversión de diversas unidades de
producción en función y la búsqueda de la generalización de su aplicación.
Los resultados que hemos conseguido con el mantenimiento del sistema
anteriormente descrito, hablan por sí solos acerca de la conveniencia de adoptar
prácticas de uso de la tierra que responden a un enfoque distinto al dictado por
el simple incremento de la producción para suplir las demandas externas. El
número promedio de cuyes (Cavia porcellus1) de cría por familia, que en la
década de 1980 era de cinco, diez años más tarde se había cuadruplicado y
actualmente llega a 80 animales. Además de su aporte a la dieta familiar, esta
producción pecuaria incrementa la disponibilidad de la materia orgánica para la
producción de abono orgánico a partir de la recolección periódica de excretas,
que pasó de 240 a 2.150 kilos en promedio.
La recuperación de áreas destinadas a restablecer la diversidad de recursos
genéticos cultivables para la alimentación de la familia y de animales domésticos
se ha incrementado de 19 a 68%, de acuerdo con potencialidades de uso de
suelo y al cambio en la siembra de monocultivo a la siembra de diversidad,
asociación y rotación de cultivos. Esto se traduce en una disminución del área
destinada para la producción de ganado de leche de 30 a 21% con el
establecimiento de sistemas silvopastoriles con especies nativas, la instalación
de establos y al incremento en la producción sostenible de especies menores
disminuyendo por lo tanto la presión sobre los bosques y ecosistemas naturales.

1 Animal nativo, propio de la cultura andino-nariñense

216
Durante los últimos 2 años, las áreas silvestres y forestales degradadas de la
región se han recuperado en un 71% (49% bosques, 10% humedales y 12% en
áreas de regeneración natural). El avance en los corredores biológicos alcanza
un 64% del total de las reservas afiliadas a la Red de Reservas de la Cocha
facilitando la dispersión de semillas y el tránsito de fauna.
Gracias a la concienciación de la comunidad sobre la importancia de la
conservación de todas las formas de vida y la protección de nacimientos de
agua, se ha logrado disminuir el empleo de la leña para la preparación de
alimentos en un 60% y su sustitución por gas metano obtenido mediante la
utilización de biodigestores plásticos de flujo continuo en el sistema de
descontaminación de aguas servidas. La conservación de humedales en las
reservas naturales ha favorecido también la protección de especies nativas de
fauna. El estudio de aves de la laguna de La Cocha realizado por los integrantes
de las reservas naturales de la red de reservas locales y el gruo de Herederos
del Planeta registra un total de 150 especies de aves, de las cuales 22 están
directamente asociadas a los humedales.

Mejores Ingresos
Antes de iniciar el proceso de reconversión de los predios de La Cocha, la
generación de ingresos de las familias de la región estaba basada
primordialmente en la extracción de carbón vegetal, el cual determina una
dependencia permanente de insumos externos, ya que el sistema productivo
aporta apenas 19.5% de los alimentos para la familia y los costos domésticos de
producción ascienden a 63.6%. Por el contrario, en el sistema de producción-
conservación de las reservas naturales, 40% de los alimentos consumidos por la
familia son obtenidos en la reserva y el aporte doméstico a los costos de
producción, basado en las actividades agropecuarias, de turismo rural y
conservación, es de 66.5%.
Los logros obtenidos en términos de ingresos de las familias se arecnian con
claridad en un estudio de valoración económica de la laguna de la Cocha en la
cual se hizo una comparación de las condiciones económicas de las familias que
desde un principio hicieron parte del grupo de Reservas con los valores
entregados por el DANE sobre ingresos en el País (ver Capítulo 16 en este disco
compacto). Proyectando al año 2004 los datos del estudio de valoración
económica de la Cocha (MMA 2003), el ingreso promedio por familia es de
$231.800 mientras que el ingreso familiar promedio en Colombia reportado por
el DANE es de $543.378. En comparación, según los resultados de las
encuestas aplicadas en el marco de este estudio, el ingreso promedio de las
familias beneficiarias del proyecto es de $643.333, que equivale a 2.8 veces el
promedio de la zona y a 1.2 veces el promedio de las familias del país (Figura
15.3). La diferencia entre el ingreso promedio de las familias beneficiarias y las
no beneficiarias es entonces evidente.

217
9000000
8000000
7000000
6000000
5000000
4000000
3000000
2000000
1000000
0
Ingreso promedio Ingreso promedio Ingreso promedio
según DANE zona según estudio beneficiarios
de valoración

Figura 15.3. Ingreso Anual Promedio en 2004.

218
Capítulo 16 Incentivos para apoyar
estrategias de conservación
en el área Ramsar de La Cocha

Fotografía: Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt / Rocío Polanco

Carlos Alberto Moreno Díaz


Investigador principal, Instituto de Investigación en Recursos Biológicos Alexander von Humboldt (IAvH).

Omar Suárez
Acompañamiento técnico, Asociación para el desarrollo Campesino (ADC).

Ximena Barrera
Supervisora técnica, WWF.
Las condiciones climáticas, biológicas, hidrológicas y topográficas del Lago
Guamués1, en el sureste del Departamento de Nariño, determinan su gran
diversidad de ecosistemas naturales (cuerpos lénticos, turberas, totorales,
quebradas, ríos, páramos zonales o azonales y bosques “conectados”), los cuales
están estrechamente interrelacionados y brindan bienes y servicios ambientales
esenciales a las comunidades locales. Sin embargo, las actividades agropecuarias
convencionales realizadas en esta zona, declarada humedal de importancia
internacional en el marco de la convención de Ramsar2, han generado diferentes
impactos ambientales negativos y por esta razón la ADC, el IAVH y WWF, han
planteado una propuesta de incentivos3 para “convertir” actividades agropecuarias
convencionales en sistemas productivos sostenibles más amigables con el medio
ambiente y rentables desde un enfoque económico.

Las prácticas agrarias tradicionales que aún son utilizadas hoy día en la cuenca
alta del Río Guamués generan un bajo ingreso monetario directo mensual por
unidad familiar y además, su progresiva ampliación territorial está degradando
diferentes ecosistemas altoandinos que han suministrado valiosos bienes
tangibles y prestado importantes funciones ambientales (ej: recarga hídrica) cuyos
beneficios indirectos afectan zonas circundantes.

En consecuencia, la propuesta técnica de incentivos que se presenta en este


capítulo está orientada a reconvertir esos sistemas productivos, en especial el
monocultivo de papa y la ganadería lechera, sectores importantes
económicamente y cuyo manejo tradicional ha tenido un impacto negativo
considerable sobre los ecosistemas naturales de esta zona. Se espera que, a
través de su aplicación, los múltiples componentes estructurales (agua, suelo,
flora, fauna) e interacciones establecidas entre ellos contribuyan a garantizar la
sostenibilidad no sólo ecosistémica, sino también agrícola y pecuaria durante
cualquier marco temporal actual o futuro.

El diseño conceptual de estos instrumentos de política busca promover la


conversión voluntaria de sistemas no sostenibles, compensando el desequilibrio
monetario que se presenta durante la transición al remplazar insumos o prácticas
convencionales por materiales ecológicos o métodos alternativos menos nocivos
con el medio ambiente, es decir, equilibrando cuantitativamente las diferencias
entre costos de producción y también entre ingresos económicos. A través de
estos instrumentos, se busca mitigar la contaminación debida al uso intensivo de
sustancias químicas mediante compensaciones a su reemplazo por insumos o
prácticas más amigables con el medio ambiente y atenuar los efectos negativos

1 Casi todas sus cuantiosas microcuencas drenan hacia la llamada vertiente Amazónica a través del río Guamués, corriente lótica cuyo cauce
principal converge finalmente con el río Putumayo.
2 Se localiza entre las coordenadas 0° 50' – 1° 15’ latitud norte y 77° 05' – 77° 20' longitud oeste, cubriendo sobre esos cuatro ejes cartográficos un
área de 39.000 hectáreas pertenecientes todas ellas a la Cuenca Alta del río Guamués.
3 El término incentivo se ha definido como aquel “estímulo externo dirigido hacia ciertos actores económicos para motivar o provocar cambios
voluntarios en sus respectivos patrones decisorios asociados al uso de recursos naturales y biodiversidad”.

220
generados por el pastoreo semi - extensivo característico de la región,
compensando al productor pecuario por su conversión hacia prácticas
silvopastoriles más intensivas. Es conocido que estas técnicas de manejo originan
importantes externalidades positivas: fijan mayor cantidad de carbono (CO2),
disminuyen el uso de agroquímicos, reducen erosión edáfica, mejoran calidad
hídrica, aprovechan cercas vivas e incrementan biodiversidad4.

La metodología de trabajo para el diseño de estos mecanismos o instrumentos de


política (incentivos) que tengan como objetivo conservar y usar sosteniblemente
biodiversidad en un nivel local/regional, se aborda a través de análisis de
externalidades, análisis de actores sociales (IFRI)5, análisis institucional, análisis
de viabilidad económica y propuesta de sistema de evaluación y seguimiento
(indicadores).

Análisis de externalidades.

El paisaje natural existente sobre la Cuenca Alta del Río Guamués, guarda una
larga historia de transformación desde inicios del siglo XX, causada por la
coexistencia de la extracción maderera, el carboneo, el monocultivo y la ganadería
extensiva. Lo anterior es observable en toda la sección norte del Lago Guamués,
donde prácticamente los bosques desaparecieron6; estableciéndose como una
actividad permanente sobre esos suelos cultivos de papa, cebolla larga, mora y
distintas hortalizas. Hoy día, muchas coberturas forestales de las partes
montañosas más altas (ej: sobre el páramo Bordoncillo) están siendo deforestadas
o taladas y se mantienen las mismas prácticas culturales usadas desde 1900. Por
regla general, la actividad silvícola se inicia “sacando” primero aquellas especies
maderables que tienen un apreciable valor comercial (ej: mate, caoba, pino
colombiano, cedro), para luego continuar transformando cualquier otra madera
considerada menos fina en carbón vegetal.

El “desmonte” forestal realizado durante todas estas décadas ha causado como


efecto indirecto significativo el desarrollo progresivo de un sistema ganadero semi
- extensivo en esas nuevas áreas abiertas, las cuales están hoy día afectadas por
la desestabilización (remoción), compactación e incluso erosión del suelo dada su
clase agrológica (VII), debido al sobrepastoreo, a pesar que según la clasificación
del Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC) estas no son áreas apropiadas
para soportar actividad pecuaria por su elevación (> 2.800 m), suelo fuertemente
ácido7 y topografía con pendientes que oscilan entre 25 y 50%.

4 GEF – Banco Mundial, CATIE, CIPAV. Enfoques silvopastoriles integrados para el manejo de ecosistemas, 2003.
http:// lead.virtualcentre.org/silvopastoral/default.htm.
5 Esta sigla corresponde a la metodología denominada: “Internacional Forestry Resources and Institutions”.
6 Por ejemplo en las microcuencas priorizadas San José y Motilón, donde la cobertura boscosa con relación a sus correspondientes áreas totales es
menor al 1% (0.97%, 0.78% respectivamente).
7 MAVDT, CORPONARIÑO, CORPOAMAZONIA. Plan de Manejo del Corredor Andino – Amazónico, 2002.

221
Dentro del área RAMSAR, los monocultivos de cebolla, papa y mora emplean
indiscriminadamente sustancias químicas y junto con la ganadería y la explotación
maderera8, usan ineficientemente suelos, recursos hídricos y bosques.

Análisis de actores sociales

Se llevo a cabo un estudio descriptivo de cada grupo social involucrado directa e


indirectamente con el uso establecido sobre un determinado territorio, utilizando
como base la metodología IFRI, para así generar información estandarizada que
permita posteriormente identificar con la mayor certidumbre posible quiénes son
los beneficiarios directos de cada incentivo diseñado, cuáles unidades
institucionales constituyen potenciales fuentes financiadoras y además, quién
puede implementar esos instrumentos con debida autoridad jurídica.

Se caracterizaron no solamente los actores sociales que hacen uso diario del
territorio, sino también todos aquellos pertenecientes a distintos sectores sociales
relacionados, directa e indirectamente, con cualquier decisión concerniente al
“aprovechamiento” del espacio físico o la biodiversidad del área RAMSAR. Este
último grupo encierra numerosas organizaciones tanto públicas (ej: Corporaciones
Autónomas Regionales, Unidad de Parques) como privadas (ej: Cooperativas), las
cuales actúan desde diferentes escalas espaciales según sus propios intereses,
alcances y limitaciones buscando siempre incidir sobre cualquier externalidad --
pasada, presente, futura -- cuya causa u origen involucre actividad antrópica. Las
categorías utilizadas fueron: usuarios, organizaciones de uso y organizaciones de
no uso.

El ejercicio de caracterización permitió determinar que tanto monoagricultores


como campesinos constituyen el nuevo grupo objetivo hacia donde deben ir
dirigidos estos instrumentos, porque sus actividades productivas ocasionan
importantes externalidades negativas sobre innumerables especies y algunos
ecosistemas estratégicos. Dentro del Corregimiento El Encano, esas dos
tipologías de usuarios directos han sido priorizadas para acceder, con carácter
voluntario, a un incentivo monetario cuyo objetivo final es generar en sus
respectivos sistemas productivos cambios positivos desde una perspectiva
económica (sostenibilidad), social (salud) y ambiental (conservación, uso racional).

8 Este concepto general encierra dos actividades importantes como lo son la extracción de madera para diferentes usos y el carboneo.

222
Análisis de viabilidad económica

Incentivo económico para la conversión ganadera semi - extensiva

Para adecuar este instrumento con las particularidades que le son propias al
sistema pecuario existente sobre aquella área designada RAMSAR, se adaptó la
propuesta técnica del Proyecto llamado “Instrumentos para reconversión ganadera
en la Cuenca del Río La Vieja”, formulada por el Instituto Alexander Von Humboldt
- IAvH9 (2.004). Dicho incentivo busca compensar o nivelar el diferencial en costos
marginales entre un manejo convencional y otro convertido tomando como factor
de ajuste los riesgos propios a cada productor pecuario. Este último elemento
conceptual de incertidumbre es muy importante en el modelo, porque establece
matemáticamente cuanto debe recibir cualquier ganadero según sea el esfuerzo
monetario que realice.

Marco conceptual del incentivo económico para la conversión ganadera

El modelo desarrollado retoma la diferencia entre los costos como término básico
para el cálculo del incentivo, remplazando solo en sus dos componentes aquel
concepto MARGINAL por otro denominado MEDIO, porque no existe alguna
función de producción que facilite su estimación. Esta sustitución terminológica,
tiene viabilidad técnica desde una perspectiva microeconómica porque por
definición y sin importar escalas, ambas nociones permiten determinar cambios
monetarios cuando las cantidades analizadas (ej: hectáreas convertidas) sufren
variaciones ya sean crecientes o decrecientes durante algún lapso temporal
claramente establecido (t0…….tn).

La incertidumbre es un factor importante a considerar dentro del sector


agropecuario. Por una parte, está aquella derivada de eventos naturales como la
variabilidad hidroclimática que no permite al productor predecir con exactitud cuál
será el volumen producido tanto en su propia finca ni en los demás predios
circundantes10. Adicionalmente, los ciclos productivos están determinados por
numerosos factores económicos siendo uno muy significativo el “indicador”
crematístico11 llamado precio, el cual constituye una señal que tiene alto
componente aleatorio difícil de estimar con buena exactitud o precisión e influye
sobre las decisiones acerca de cuánta cantidad se debe producir.

Ante estos probables escenarios caracterizados porque cualquier elección tiene


poca certeza, todo sujeto productivo intenta encontrar alguna situación donde
pueda minimizar todo riesgo demostrando así su aversión al mismo, utilizando
tecnologías conocidas y rechazando nuevas prácticas aunque éstas puedan
generar mayores beneficios netos. Según un estudio del IAvH llevado a cabo en

9 Documento técnico elaborado por: Hernández, Murtinho y Rodríguez de Francisco J.


10 Instituto Alexander Von Humboldt, 2004.
11
Referido al interés pecuniario de un negocio.

223
2004, un método para aproximarse a la cuantificación del riesgo es la riqueza.
Existe evidencia de que cuando los productores agropecuarios cuyos recursos
(capital líquido, activos fijos) son limitados, presentan mucha más aversión hacia
cualquier “experimento” que implique utilizar nuevos desarrollos tecnológicos o
realizar cambios en las actividades productivas desarrolladas habitualmente, en
razón de su temor de potenciales fracasos en términos financieros.

Según los anteriores planteamientos, el incentivo no solo contempla la diferencia


entre costos medios del sistema convencional y convertido, sino que además
considera una “recompensa” al productor para así conseguir incitar cambios
voluntarios en las prácticas pecuarias habituales. Combinando todos estos
razonamientos lógicos, se logró estructurar un instrumento económico cuyo
propósito está encaminado a transformar sistemas ganaderos poco amigables con
el medio ambiente, insostenibles y con baja rentabilidad económica, por otros con
características opuestas, expresado matemáticamente como

VI = ( Cmp t − Cmc t ) * FA VI
Donde VI es el Valor del incentivo a otorgar por hectárea, Cmct expresa los costos
medios del sistema convencional por hectárea en el año t, Cmpt los costos medios
por hectárea del sistema convertido en el año t y FA es un factor de ajuste para
compensar por grado de aversión al riesgo. Este último se calcula mediante la
ecuación FA= 1 + (A / R), en la cual R representa el valor de la tierra mas el valor
del ganado en pie (riqueza del productor pecuario) y A es una constante de
estandarización igual a 1.000.000.

Caracterización del sistema productivo ganadero en el área de estudio

Caracterizar el sistema ganadero predominante en una región permite conocer


“cierto” estado del modelo productivo convencional y, en segundo término, dada
esa información disponible, determinar con más certidumbre un menú técnico
apropiado para efectuar su conversión hacia otro nuevo esquema pecuario
(asociado a ganado vacuno) donde sea posible obtener, por resultado, unos
mayores beneficios netos no solo individuales (económicos – ingresos) sino
también colectivos (ambientales – conservación, uso racional).

La actividad ganadera que se lleva a cabo en el sitio RAMSAR de La Cocha no


tiene definidas unas labores que deban ser realizadas regularmente. La práctica
ganadera tradicional se identifica entonces como un sistema pecuario semi –
extensivo porque todo manejo del ganado vacuno (cría, levante, mantenimiento)
es desarrollado ocupando áreas más o menos amplias en proporción al minifundio
(la información primaria obtenida permite establecer que de cada hectárea,
mínimo 5700 m2 son pastos12), en donde estos animales deambulan con cierta
12 Estos datos, han sido estimados con base a los resultados obtenidos en el muestreo (encuesta) efectuado para generar los insumos del análisis
Costo – Beneficio (noviembre 2005).

224
libertad buscando su propio alimento y aquellos suplementos proporcionados
algunas veces (ej: minerales) para balancear sus necesidades nutricionales.
Existe insuficiente infraestructura pecuaria: el perímetro de los potreros es
delimitado con cercas muertas de púas y el agua para beber tiene como fuente
directa las corrientes naturales siendo consumida generalmente sobre el mismo
cauce o una vez dispuesta al animal mediante mangueras. Estas unidades
prediales crían solo ganado mestizo (Holstein x Criollo) para producir leche, lo cual
explica por qué se presentan intervalos cortos entre partos (14 – 16 meses).

El tamaño de los predios en donde hay producción lechera varía entre una y tres
hectáreas y los campesinos tienen como promedio de una a tres vacas para
producir leche, aunque las condiciones geomorfológicas, características físico –
químicas del suelo y el elevado nivel freático no son aptas para criar o mantener
ganado vacuno. Estas prácticas ganaderas semi – extensivas en el humedal
RAMSAR han venido ocasionando la compactación del suelo. Según mediciones
hechas por Corponariño13 en 1.996, la compactación media fue de 1.93 gr/cm3,
valor muy elevado en relación con los rangos establecidos para suelos cubiertos
solo con bosque primario (1.10 – 1.25 gr/cm3). Por otra parte, la ganadería
tradicional ha favorecido la intensificación de la deforestación14 porque requiere
incorporar algunas nuevas superficies de terreno para sostener el crecimiento neto
del inventario, generando pérdida de biodiversidad y perturbando importantes
funciones ecosistémicas (ej: regulación hídrica, protección al suelo).

El promedio regional aproximado de producción de leche es de 8 litros diarios por


animal15. Teniendo en cuenta que la población total en ordeño es de 1260 vacas,
son recolectados 10.080 litros de leche diarios, de los cuales casi 35% (3528
litros) se destinan para ser transformados en productos lácteos (yogurt, cuajada,
kumis, queso) directamente por las familias campesinas, siendo y el 65% restante
acopiado mediante canales intermediarios que lo transportan hacia ciudades
vecinas (Pasto) y algunos municipios cercanos no solo dentro sino también fuera
del llamado perímetro departamental, utilizando recipientes metálicas o cuñetes
plásticos sin manejar unas mínimas normas higiénicas durante el traslado.

Ajustando estadísticamente con esa información cuantitativa generada mediante


los formatos Costo – Beneficio, el muestreo efectuado por el MAVDT (447
encuestas en 2003) a moradores de las seis microcuencas priorizadas16; se pudo
establecer que hay 986 hectáreas bajo aprovechamiento pecuario, casi 86.2% de
los entrevistados mantienen ganado bovino, 12.6% mantiene diversos mamíferos
menores (cerdos, cabras, ovejas, cuyes) y el 1.2% restante crían otras especies
(gallinas). Del mismo modo, 89% de los ingresos monetarios en la zona provienen

13 Tomó como muestra estadística diez potreros localizados en las siguientes microcuencas: Ramos, Motilón, San José y El Carrizo.
14 MAVDT, CORPONARIÑO, CORPOAMAZONIA. Plan de Manejo del Corredor Andino – Amazónico, 2002.
15 ADC, Caracterización de la situación socioeconómica del Lago Guamués, Pasto, 2004.
16 Según los valores probabilísticos obtenidos con el modelo matemático de Riesgo (amenaza, vulnerabilidad) desarrollado en la tercera escala
analítica del Proyecto (“Sistema de Información y Seguimiento”) durante su primera fase.

225
del mercadeo de la leche y en segundo lugar están otras actividades domésticas
cuya producción puede originar en algún momento entradas familiares adicionales,
como por ejemplo la venta de cuyes vivos (véase figura 8.1).

Propuesta del menú técnico de conversión ganadera

Teniendo en cuenta todos los anteriores elementos descritos para el sistema


ganadero característico del Lago Guamués, se recomienda adoptar un menú
técnico (ver recuadro) que conduzca hacia prácticas silvopastoriles más
intensivas, con externalidades positivas para el medio ambiente, como son entre
otras la mayor captura de carbono (CO2), la reducción de la erosión edáfica, el
aprovechamiento de cercos vivos, el mejoramiento de la cantidad y calidad hídrica
y el incremento en biodiversidad17. El menú técnico adaptado y propuesto se
convierte en una meta proyectada a 14 años. Cada rubro implícito en la estructura
de costos e ingresos del sistema convertido construida como año uno (línea base),
ha sido modelado en la metodología para así lograr estimar por hectárea, con
respecto al incentivo, sus distintos valores parciales durante la transición de un
sistema de producción a otro.

Este menú técnico se constituye como una “guía” cuyo contenido permite
establecer claramente hacia cuáles actividades e infraestructura básica se debe
enfocar la inversión que los campesinos con ganado deben realizar para acceder
al sistema convertido o silvopastoril, esfuerzo por el cual reciben durante
determinado periodo un incentivo económico cuya cuantía estimada representa un
reconocimiento del beneficio ambiental originado mediante ese nuevo
comportamiento productivo, en especial sobre algunos bienes y servicios de la
biodiversidad.

Estructura de costos e ingresos para la ganadería convencional y convertida

El conocimiento de las características inherentes al sistema ganadero


convencional y del predio donde se desarrolla dicha actividad semi - extensiva,
permitió construir con cierta precisión su estructura de costos e ingresos para un
año uno (línea base) empleando precios de 2005. Igualmente, el menú técnico
suministró todos los elementos técnicos teóricos que facilitaron elaborar ese
mismo esquema cuantitativo, cuyo ordenamiento lógico admite registrar
monetariamente rubros asociados con beneficios (utilidad), trabajo, insumos u
otros gastos operativos asumidos una vez esa práctica habitual cambia hacia
manejos silvopastoriles.

17 GEF – Banco Mundial, CATIE, CIPAV. Enfoques silvopastoriles integrados para el manejo de ecosistemas, 2003.

226
Se desarrolló un análisis financiero
Menú técnico para reconversión
de Ganadería horizontal y vertical mediante el cual
puede ser estimada la importancia
Cercos vivos: Pasturas bajo un sencillo relativa de los costos e ingresos que
sistema rotacional que mejore la integran la estructura contable propia
productividad tanto en las gramíneas como
del sistema ganadero tanto actual como
entre los animales. Se requiere mantener
constante el área dedicada al sistema propuesto, con el objetivo de evidenciar
ganadero y dividir el potrero si sólo existe cuáles rubros son más significativos en
uno, instalando cercas eléctricas con postes su tendencia o evolución temporal
vivos. Las divisiones existentes deben (anual), siendo relevante conocer estos
reemplazarse por el mismo sistema.
dos aspectos cuantitativos porque la
Abrevaderos: Restringir el acceso directo conversión voluntaria habitualmente
del ganado a las corrientes hídricas requiere está inmersa entre esas partidas
un bebedero que permita tener disponible contables donde existen registrados
agua en condiciones apropiadas con relación valores altos con respecto al monto
al consumo animal. Esta infraestructura
total.
básica puede ser manejada empleando
albercas portátiles cuya capacidad permita
recoger hasta 25 galones (cantidad Así por ejemplo, en el sistema
apropiada cuando se tiene máximo tres convencional los insumos para
vacas) conducidos por gravedad desde el levantar cercas muertas e instalar
punto asequible más cercano usando
infraestructura básica mediante labores
manguera de media pulgada.
manuales, son rubros estrechamente
Renovación de pasturas: Establecer, sin correlacionados que concentran el
emplear labranza en los potreros destinados 71.1% del costo total realizado por un
a regeneración, algunas gramíneas con productor pecuario ubicado sobre la
mayores aportes alimenticios para el
zona RAMSAR el primer año. De
ganado. Las especies nativas más
apropiadas deben ser elegidas considerando manera que no se suministra ningún
los conocimientos de las comunidades beneficio social desde una visión
locales. ambiental (impactos positivos sobre
biodiversidad), porque su perspectiva
“financiera” apunta sólo a obtener bienestar individual durante cualquier periodo
productivo.

Los campesinos “dedicados” a este sistema ganadero semi – extensivo tienen en


su racionalidad económica mantener la producción lechera estable durante
cualquier periodo temporal18, lo cual quiere decir conservar inalteradas variables
como área, número de cabezas y rendimiento. Lo anterior permite mantener
invariable, hasta concluir el horizonte temporal definido o año quince, ese monto
monetario percibido cuando estos usuarios del medio ambiente comercializan
dicho producto pecuario (cada litro valía $ 500 pesos considerando precios de
2005).

18 Esta información perceptiva, se origina en las declaraciones realizadas por la comunidad participante y residente en esas veredas colindantes al
área RAMSAR, durante el Taller efectuado para socializar aquellas estrategias de conservación identificadas mediante los análisis
macroeconómicos – Fase I (Pasto, octubre 2004).

227
Se presenta una insostenibilidad económica del sistema ganadero convencional.
Los beneficios netos estimados no sobrepasan los costos totales incurridos
guardándose además entre estas dos variables comportamientos contrarios con
proyecciones crecientes. Esto quiere decir que mientras las utilidades decrecen de
manera progresiva estos gastos aumentan alejándose así, cada vez más, dichas
tendencias respecto a cierta situación imaginaria de equilibrio alcanzada sólo
durante una anualidad (año 2).

En el sistema convertido se calculó, con base en el menú técnico planteado, la


estructura de costos e ingresos, siendo dicha construcción puramente contable.
Los costos productivos incurridos por hectárea (cercas vivas y arborización de
potreros) y los de infraestructura básica (hoyado, siembra, abonado) están
estrechamente correlacionados y concentran 47.8% del costo total a ser
desembolsado por un productor ganadero ubicado sobre la zona RAMSAR en el
primer año, quedando repartido el complemento porcentual (52.2%) entre los
demás gastos considerados donde sobresale establecimiento de cultivos
forrajeros, suplementación alimenticia, sanidad animal e insumos para levantar
cercas muertas.

Dentro del sistema convertido, el rubro de insumos para cercas vivas y


arborización de potreros presenta una importante disminución (casi 71%) durante
el segundo año porque los diferentes materiales adquiridos solo están destinados
a reponer las pérdidas vegetales sufridas por causa natural o consumo animal,
presentándose posteriormente más decrecimientos progresivos hasta terminar el
periodo proyectado, debido al creciente desarrollo arbóreo experimentado.

Con relación al ingreso obtenido, es claro que los campesinos que adoptan este
sistema ganadero silvopastoril tienen en su racionalidad económica incrementar la
producción lechera mientras trascurre el tiempo después del primer año, lo cual
puede ser alcanzado modificando tanto el número de cabezas (superando el
intervalo promedio convencional fijado entre 1 y 3 semovientes) como rendimiento
medio (8 o más litros diarios por animal adulto). Esta segunda opción permite
registrar modestos crecimientos porcentuales durante los periodos dos (14.3%) y
tres (12.5%) estabilizándose después dicho comportamiento hasta concluir esos
quince escenarios temporales.

Se presenta una sostenibilidad económica del sistema ganadero convertido,


porque durante casi todo el horizonte temporal establecido (trece últimos años
modelados) los beneficios netos estimados superan el costo total erogado sin
presentarse indicios de cambios tendenciales decrecientes, por las nuevas
inversiones requeridas para hacer operativos algunos o todos los manejos e
infraestructura propuestos en el menú.

228
Valor Presente Neto – VPN

Con el fin de complementar el análisis de ambos sistemas, se aplicó el Valor


Presente Neto (VPN), porque no sólo permite comparar los beneficios y costos de
cada sistema productivo, normalizándolos con precios actuales (año 2005)
utilizando una tasa de descuento definida anticipadamente (12%), sino que
además admite confrontar como principal resultado las diferentes alternativas
posibles (convencional, convertido, convertido incluyendo incentivo) siendo la
mejor opción aquella cuyo VPN positivo sea más alto. El cálculo se realiza
mediante la expresión matemática
Bi − Ci
VPN = − I + ∑
n (1 + r )i
En donde VPN es el valor presente neto, I la inversión inicial, n el horizonte
temporal del proyecto, n = 1, 2, ... i, ... n, Bi indica los beneficios en el período i, Ci
los costos en el mismo período y r es la tasa de descuento (valor porcentual).
Siguiendo los lineamientos metodológicos señalados inicialmente, se determinó el
valor presente de los beneficios netos (Tabla 16.1) para las tres alternativas
productivas posibles, observándose que en el sistema ganadero convencional bajo
un horizonte temporal modelado a 15 años es mayor al obtenido cuando hay
solamente conversión porque entre sus resultados existe una diferencia positiva
casi del 4.3% ($ 1.125.274 pesos por hectárea), indicando esto que dicho cambio
tecnológico per se no mejora el bienestar individual ya experimentado por aquellos
productores pecuarios de la zona. Considerando esta primera comparación sería
poco recomendable incitar o establecer prácticas silvopastoriles dada su relación
“gastos – ganancias”.
Tabla 16.1. Valor presente de beneficios netos de la ganadería lechera en el sitio Ramsar
de La Cocha.

Alternativas Posibles Valor ($ pesos colombianos)


VNP sin conversión (Convencional) $ 27.635.065
VNP con conversión sin incentivo $ 26.509.791
VNP con conversión e incentivo $ 30.944.754

Cuando el valor presente de los beneficio netos del sistema convencional y


convertido con incentivo son cotejados en un horizonte temporal igual (15 años),
encontramos que el resultado estimado es mayor al logrado cuando se mantienen
prácticas convencionales porque entre estas dos alternativas existe una diferencia
positiva de $ 3.309.689 por hectárea (11.9%), indicando este nuevo excedente
monetario mayor bienestar individual percibido entre los productores pecuarios
localizados sobre la zona RAMSAR (aún registrando ese importante balance o
saldo negativo durante su primer año base), lo cual también permite determinar

229
como viable “estimular” prácticas productivas silvopastoriles dadas esas evidentes
ventajas económicas generadas con un incentivo a la conversión.

Cálculo del incentivo a la conversión ganadera: Análisis metodológicos y


resultados
Cuando se hace la relación aritmética de la diferencia en los costos de producción
propios a cada sistema ganadero (Cc – Cp) con su correspondiente factor
establecido para ajustar la incertidumbre (FA), se obtiene el valor del instrumento
o incentivo económico (Tabla 16.2) que debe recibir el beneficiario directo cuando
decide cambiar libremente sus prácticas productivas convencionales por otros
manejos mucho más amigables con el medio ambiente y además rentables bajo
un enfoque económico.

Tabla 16.2. Valor del incentivo por hectárea convertida para ganadería lechera19

Descripción Año 1 Año 2 Año 3 Total Año 4


Incentivo por hectárea (ha) 1.811.819 491.640 299.803 2.603.262 ------
Costo Sistema Convertido (Cc) 4.748.100 2.347.500 2.260.500 9.356.100 2.061.500
Costo Sistema Convencional 3.117.300 1.904.980 1.990.650 7.012.930 2.100.980
(Cp)
(Cc – Cp) 1.630.800 442.520 269.850 2.340.170 - 39.480
Premio por aversión al riesgo 181.019 49.120 29.953 210.886 -------
Factor de ajuste (FA) 1.111 1.111 1.111 1.111
Valor de la tierra – 1 hectárea 8.000.000 8.000.000 8.000.000 8.000.000
Valor del ganado – 1 vaca 3.000.000 3.000.000 3.000.000 3.000.000

El desarrollo del anterior marco metodológico permitió establecer como primera


medida que este incentivo a la conversión ganadera se otorga al beneficiario
durante un periodo de tres años, lo cual se logra establecer matemáticamente
mientras aquel diferencial (Cc - Cp) en costos arroje signo positivo, porque en esta
situación las erogaciones totales del sistema convertido aún superan los gastos
registrados cuando son desarrolladas prácticas convencionales. La situación
contraria (signo negativo) delimita ese momento (periodo anual) donde finaliza
dicha compensación monetaria por cambiar hacia manejos silvopastoriles. Se
precisó que el valor monetario por hectárea estimado para este incentivo
considerando cierta situación inicial específica entre tierra y ganado, no puede ser
utilizado como un dato constante cuyo monto total calculado se expande después
hacia todos los beneficiarios directos del instrumento ampliando siempre esta
misma cifra con relación al área predial destinada a conversión. Esto se debe a
que se ocasionan efectos sobrevalorativos importantes cuando se aplica el
método multiplicativo ya descrito para calcular cuánto capital semilla debe recibir
cada campesino ganadero, lo cual, dada su correlación directa, tiene además
consecuencias negativas sobre la fuente financiadora durante la fase de
implementación.

19 La estimación cuantitativa del valor de este incentivo económico, corresponde a una situación real llamada inicial o base porque considera como
combinación las unidades mínimas a modelar que establece aquella información disponible sobre el área RAMSAR, es decir, 1 hectárea y 1 vaca.

230
El anterior análisis, conduce finalmente a establecer que cada combinación
existente entre los dos términos variables del factor de ajuste (tierra, ganado)
genera como resultado un monto o valor anual específico para este incentivo
económico diseñado, manteniendo siempre aquella relación inversa soportada en
la denominada aversión al riesgo (Tabla 16.3). Es decir, que el beneficiario directo
con menor riqueza (1 vaca, 1 hectárea) recibe por año las compensaciones
económicas más altas ($ 1.811.819 pesos durante su primer año) cuya suma no
solo equilibra todos esos “sobrecostos” incurridos cuando se implementan
prácticas silvopastoriles, sino además “premia” esa mayor incertidumbre afrontada
una vez decide arriesgar su bienestar futuro vía beneficio neto.

Tabla 16.3. Ejemplo para demostrar la diferencia entre resultados por método de cálculo
del incentivo a la reconversión de la ganadería lechera.

Combinaciones entre
Valor incentivo Valor Incentivo Diferencia
variables
Aplicando en cada Expandido por método Aritmética
Tierra Ganado
caso FA multiplicativo (Sobrevaloración)
Variable Constante
1 1 1.811.819 1.811.819 0
2 1 3.454.034 3.623.638 169.604
3 1 5.088.096 5.435.457 347.361

Al interpretar los resultados obtenidos modelando ese escenario inicial, el monto


total del incentivo económico que debe ser otorgado por hectárea convertida
durante esos tres años equivale a $ 2.603.262 (Tabla 16.4), el 70% de los cuales
debe ser desembolsado cuando se inicia dicha transición (anualidad 1). El 30%
restante está distribuido manteniendo una tendencia decreciente (19% y 11%)
entre las dos anualidades siguientes donde aquellas erogaciones realizadas
recaen principalmente en mantenimiento e insumos. Este incentivo económico
asume un papel importante durante el primer año de conversión ganadera cuando
los beneficios netos alcanzados, sin considerar dicho instrumento, tienen signo
negativo, porque una vez incluida su cuantía se compensa al productor pecuario
en tal magnitud que registra desde esa misma anualidad uno utilidades superiores
a las obtenidas mediante practicas convencionales (Figura 16.1).

La sostenibilidad económica constituye otro escenario importante después de la


transición (tres primeros años). Durante esos doce periodos restantes los
beneficios netos correspondientes al sistema convertido con incentivo en conjunto
mantienen una tendencia estable, cuyos valores monetarios anuales son
significativamente mayores a esas mismas estimaciones efectuadas para el
esquema ganadero convencional. Esto se explica por aquellas prácticas
silvopastoriles ya establecidas, que generan no solo más rendimiento o
productividad lechera per cápita, sino además menores desembolsos variables.

231
Tabla 16.4. Valor del incentivo para diferentes combinaciones de tierra y ganado lechero,
año 120
Combinaciones Valor de la Tierra Valor del Ganado Diferencia
Valor del
entre K = $ 8.000.000 / ha. K = $ 1.000.000 / vaca de Costos FA
Incentivo
Términos del FA Cantidad Valor Cantidad Valor (Cc – Cp)
1 8.000.000 1 1.000.000 1.630.800 1.111 1.811.819
Variable Tierra
2 16.000.000 1 1.000.000 3.261.600 1.059 3.454.034
Constante Ganado
3 24.000.000 1 1.000.000 4.892.400 1.040 5.088.096
1 8.000.000 1 1.000.000 1.630.800 1.111 1.811.819
Variable Ganado
1 8.000.000 2 2.000.000 1.630.800 1.100 1.793.800
Constante Tierra
1 8.000.000 3 3.000.000 1.630.800 1.090 1.777.572
1 8.000.000 1 1.000.000 1.630.800 1.111 1.811.819
Variables
2 16.000.000 2 2.000.000 3.261.600 1.056 3.444.250
Tierra y ganado
3 24.000.000 3 3.000.000 4.892.400 1.037 5.073.419

3500000
3000000
Precios constantes año 1

2500000

2000000
1500000
1000000
500000
0

-500000 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15

-1000000
-1500000
Horizonte temporal a 15 años

Beneficio Neto sin Proyecto Beneficio Neto con Proyecto sin incentivo
Beneficio Neto con Proyecto con Incentivo Incentivo

Figura 16.1. Beneficios netos del sistema ganadero convencional y convertido.

Un aspecto esencial para cualquier incentivo económico diseñado, es que su valor


estimado siempre no solamente cubra el diferencial de costos generado cuando se
da la transición entre sistemas productivos, sino también todos los beneficios
netos perdidos en ambos esquemas durante este mismo lapso (Figura 16.2). El
desbalance negativo producido al hacer la suma aritmética de dichas utilidades
como valores absolutos, decrece el bienestar individual del beneficiario directo

20 En cualquier combinación donde este constante algún término del factor de ajuste (FA) y variable el otro, o ambos fluctuantes se comienza
construyendo un escenario “inicial” caracterizado por existir dos unidades mínimas que son: 1 hectárea así como 1 vaca (véase filas color amarillo).
Por esta razón, es modelado dicho escenario para así establecer una situación estándar coherente con la información disponible sobre aquel
territorio RAMSAR, porque ahí los registros indican rangos promedios equivalentes a 1 – 3 semovientes pastando en potreros cuyo intervalo
también oscila entre 1 – 3 hectáreas.

232
(ingreso) alcanzado con aquellas prácticas ganaderas convencionales. Aun sin
tener uno e incluso más instrumentos complementarios orientados a equilibrar
esas dos reducciones monetarias paralelas, hay una influencia desfavorable sobre
algunas necesidades básicas familiares fortaleciéndose así importantes causas
subyacentes asociadas al deterioro ambiental como son pobreza, analfabetismo y
desigualdad.

1000000
800000
600000
Precios constantes año

1
400000
200000
0

-200000
-400000
-600000
-800000
-1000000
-1200000

-
Periodo de conversión

Valor del Incentivo Beneficio Neto Sistema Convencional Beneficio Neto Sistema Convertido

Figura 16.2. Cubrimiento monetario del valor del incentivo a la conversión de la


ganadería lechera

Los anteriores razonamientos finalmente permiten establecer que dentro del


espacio RAMSAR el valor del incentivo a la conversión ganadera calculado
para su primer año o anualidad base cubre toda esa pérdida agregada en
beneficios netos que afronta el campesino participante cuando decide no continuar
efectuando su actividad convencional y desde otro lado, implementar algunos
manejos e inclusive infraestructura propia del sistema silvopastoril21,
presentándose además entre dicho monto total estimado un excedente monetario
cuya cuantía “premia” el factor de riesgo. Esta herramienta supera casi en 10%
estos dos desbalances si se toma como referente (anualidad uno) la cantidad en la
que son adicionadas sus respectivas sumas monetarias utilizando términos
absolutos.

21 Este valor debe ser manejado en términos absolutos, para que una vez adicionado con los ingresos no percibidos del sistema convencional
proporcionen como resultado la pérdida “agregada” que caracteriza ese primer año de transición.

233
Incentivo económico para la conversión agrícola (papa)

Este instrumento económico se fundamenta en la noción conceptual denominada


de producción agropecuaria ecológica (PAE) desarrollada dentro del estudio
técnico formulado por el Instituto Alexander Von Humboldt – IAvH conjuntamente
con el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural – MADR22 (Proyecto “ECOS”) 23,
El incentivo diseñado busca compensar el diferencial dado entre los costos
directos asociados al proceso productivo cuando se pasa desde un sistema
agrícola convencional hacia otro convertido, tomando además como factor para
ajuste aquella proporción (división) donde son cotejadas las productividades
medias de cada esquema antes señalado. Esta relación aritmética determina
cuánto debe recibir monetariamente cualquier agricultor según sea su esfuerzo
realizado.

Marco conceptual del incentivo económico para la conversión agrícola

La anterior síntesis metodológica, ermite identificar como término esencial para el


cálculo del incentivo la diferencia entre costos directos de producción, el cual
arroja un balance neto cuyo valor representa el sobrecosto que debe ser
compensado mientras se produce la transición de las prácticas agrícolas
convencionales hacia PAE.

Los costos considerados para conformar el diferencial se llaman directos porque


su magnitud siempre cambia en proporción al volumen de producción y además
sintetizan todas las erogaciones donde son remunerados aquellos factores
económicos (tierra, trabajo, capital) cuya combinación hace posible obtener bienes
agrícolas. Otro concepto cuantitativo implícito, denominado “medio”, permite
normalizar valores vía cantidades monetizadas por sus respectivos precios
durante algún horizonte temporal proyectado (t0…tn) con referencia a un año
establecido como “base” (primer periodo).

Tal como se hizo en el caso anterior, el incentivo no solo contempla la diferencia


entre costos medios directos del sistema convertido y convencional, sino que
también integra un “estímulo” al productor para así inducir cambios voluntarios en
las prácticas agrarias desarrolladas normalmente. Combinando todos estos
elementos lógicos, se logró construir una herramienta económica cuyo propósito
está encaminado a transformar sistemas mono – agrícolas poco amigables al
medio ambiente, casi siempre insostenibles y con regular rentabilidad
económica24. El desarrollo matemático de este marco teórico se expresa mediante
la ecuación

22 Con el apoyo del Banco Mundial y la FAO.


23 Sigla dada al estudio conocido como: “Marco regulatorio para la implementación de un sistema de incentivos a la producción agropecuaria
ecológica”.
24 MADR, Misión de Estudios del Sector agropecuario, 1990.

234
Cmd ( pe) − Cmd ( pc)
VI =
Pm ( pe)
Pm ( pc)

En l cual VI es el valor del incentivo a otorgar por hectárea, Cmd (pe) representa
los costos medios directos de producción del sistema convertido por año y
hectárea, Cmd (pc) los costos medios directos de producción del sistema
convencional por año y hectárea, Pm (pe) la productividad media del sistema
convertido por Kg / ha / año y Pm (pc) la productividad media del sistema
convencional en estas mismas unidades.

Caracterización del sistema productivo agrícola en el área de estudio

La producción agraria del Corregimiento El Encano se caracteriza por usar


tecnología tradicional, trabajo familiar, poco capital, escasos insumos en cultivos
orientados al autoconsumo y altas cantidades de agroquímicos para generar
bienes “comercializables”. Bajo este modelo socio – económico, casi 1.244
hectáreas que pertenecen a las seis microcuencas priorizadas25, son
aprovechadas con huertos o sembrados de papa, cebolla, arracacha, ulluco, maíz,
haba, ocas, frutales y algunas plantas medicinales.

Como sistema productivo, la producción de papa es una clásica economía


campesina minifundista porque sus explotaciones, ubicadas casi siempre sobre
pendientes montañosas o páramos, varían entre 0.5 – 3.0 hectáreas26 que, al ser
manejadas con prácticas tradicionales, producen rendimientos inferiores a 12.000
Kg / ha27, siendo los promedios tecnificados para Nariño superiores a 40.000 Kg. /
ha28.

El tamaño de las propiedades con producción agrícola (ej: papa, cebolla) oscila en
La Cocha entre 0.5 y 3 hectáreas y sus suelos no son muy fértiles porque vienen
siendo explotados intensamente durante mucho tiempo con cultivos transitorios. El
cultivo se realiza principalmente sobre una amplia franja altimétrica comprendida
entre 2.700 y 3.200 m, donde predominan pendientes de 10% a 55 % y con
temperaturas de 4ºC a 14ºC. La fertilidad real del suelo es muy variada porque
presenta según sus composiciones edafológicas distintas profundidades, texturas
o acidez29.

25 Según los valores obtenidos con el modelo de Riesgo, Amenaza y Vulnerabilidad desarrollado en la tercera escala analítica del Proyecto: “Sistema
de Información y Seguimiento”.
26 Datos obtenidos del Proyecto: “Valoración Económica de la Laguna de la Cocha”, MAVDT, 2003.
27 Ídem.
28 En el altiplano cundiboyacense se han registrado rendimientos cercanos a 60.000 Kg. / ha.
29 MAVDT, CORPONARIÑO, CORPOAMAZONIA. Plan de Manejo del Corredor Andino – Amazónico, 2002.

235
La producción de estos bienes agrícolas siguiendo sistemas convencionales, viene
ampliando de forma gradual la deforestación30 y pérdidas en diversidad biológica.
Los mayores impactos son generados cuando se desarrollan determinadas
actividades antes y durante el periodo vegetativo del cultivo, tales como aplicación
de plaguicidas para el tratamiento de las semillas, la remoción de material vegetal
en la siembra, la aplicación de agroquímicos en la fertilización del cultivo y el
manejo de plagas.

Partiendo del muestreo estadístico desarrollado por el MAVDT a personas que


habitan en las microcuencas priorizadas (447 encuestas realizadas)31, se pudo
establecer que aproximadamente 43.8% de las 1244 hectáreas dedicadas a
prácticas agrícolas es sembrado con papa, 23.7% con cebolla y los demás
productos misceláneos cultivados corresponden al 32.5% restante. Asimismo, la
papa es el principal producto comercial (60% de los ingresos monetarios) mientras
las explotaciones agropecuarias restantes y el jornaleo son responsables por el
40% de los ingresos familiares.

El cultivo de la papa se realiza desde hace unas cuatro décadas aproximadamente


en la región del Lago Guamuez, a partir de su introducción por entidades
gubernamentales y empresas comercializadoras, quienes ofrecieron en la década
de 1970 unos paquetes tecnológicos caracterizados por tener alta dependencia de
compuestos químicos nacionales e importados.

La producción de papa en el Corregimiento del Encano se localiza sobre suelos


con diferentes características físico-químicas, las cuales son alteradas por el
desarrollo de prácticas culturales inadecuadas y por los cambios negativos en los
humedales cercanos debido a la contaminación de sus aguas por los medios de
control fitosanitario.

Propuesta del menú técnico para conversión de papa

Aplicando la metodología anterior, se propone un menú técnico (ver recuadro)


proyectado para un horizonte temporal de 14 años, como resultado de la
modelación de cada rubro implícito en la estructura de costos e ingresos del
sistema convertido a partir de un año uno (línea base). Este procedimiento
metodológico es esencial para lograr estimar los distintos valores parciales del
incentivo mientras dura la transición entre los sistemas de producción, utilizando la
hectárea como unidad espacial estándar.

30 MAVDT, CORPONARIÑO, CORPOAMAZONIA. Plan de Manejo del Corredor Andino – Amazónico, 2002.
31 Trabajo efectuado en el marco del Proyecto: “Evaluación ecológica y valoración económica de la Laguna de la Cocha”, MAVDT, 2003.

236
Estructura de costos e ingresos para papa convencional y convertida

Al igual que en el caso del incentivo para ganadería, aplicamos un análisis


financiero horizontal y vertical mediante el cual puede ser estimada la importancia
relativa de los costos e ingresos que integran la estructura contable propia del
sistema agrícola (papa, cebolla) actual y propuesto.

Análisis financiero para papa en el


sistema convencional y convertido Menú Técnico para el cultivo
de la papa
Durante los quince años examinados
Insumos orgánicos: Mantener constante el
(horizonte temporal construido usando espacio ya dedicado a cultivar papa y
precios corrientes en el año 2005), es sustituir por productos orgánicos elaborados
evidente que el rubro de insumos en el mismo predio las sustancias químicas
químicos requeridos durante todo el utilizadas para controlar malezas, plagas e
ciclo vegetativo es el principal costo inclusive vitaminizar los suelos. Es preciso
tener en cuenta los conocimientos locales,
productivo del sistema convencional regionales e institucionales (CAR, UMATA,
(43.8% del total erogado por hectárea). ADC).
Así mismo, la mano de obra necesaria
(ej: siembra, aporque, fumigación) Mano de obra: Se requiere intensificar la
también demanda importantes mano de obra bien sea con aporte familiar o
jornaleo especialmente para procesar las
erogaciones anuales. diferentes materias primas que usa un
manejo agrícola convertido (plaguicidas
Estos rubros concentran 72% del gasto biológicos, compost). La escasa información
total realizado por un productor de documental sobre papa “verde” permite
papas promedio en la zona RAMSAR establecer como datos incrementales a los
días/hombre utilizados cifras extremas
durante cada año perteneciente al aproximadas de 40% a 60%.
horizonte temporal modelado, mientras
que el complemento porcentual queda Compostera: Es necesario construir cajones
repartido entre las otras erogaciones bajo cobertizos, sobre piso de tierra,
efectuadas (preparación de suelos, utilizando “orillos” u otros desechos
obtenidos del aserrío de troncos, para apilar
compra de semilla y empaques, pago todos aquellos materiales degradables (ej:
de transporte hasta los sitios de venta. ramas, hierba, hojas, estiércol húmedo) que
Todo este significativo esfuerzo una vez descompuestos sirven como
monetario efectuado ($ 3.001.500 pesos fertilizante. Un cajón de 2.5 x 2.5 x 2.5
cuando se suman las partidas contables metros logra 1aprovisionar cada trimestre
media hectárea .
más importantes) no ocasiona ningún
beneficio social desde el punto de vista
ambiental, porque su enfoque financiero apunta sólo a lograr bienestar individual
en cualquier periodo productivo (n = 1.…15).

Con respecto al ingreso, es evidente que los campesinos dedicados a sembrar


papa y cebolla tienen proyectado en su racionalidad económica mantener la

237
producción estable durante cualquier periodo temporal32, manteniendo inalteradas
variables básicas como cantidad de insumos químicos (ej: el promedio estimado
determina unos 30 bultos para fertilizantes cada 10.000 metros cuadrados), área
(generalmente entre 0.5 – 2.5 hectáreas) y rendimiento (220 bultos bajos33,
equivalentes a 11 toneladas por hectárea cosechada). Lo anterior permite
conservar invariable el monto monetario percibido hasta concluir el horizonte
temporal definido.

En consecuencia, el sistema es insostenible económicamente porque en todos


esos periodos puntuales pertenecientes al horizonte temporal establecido (quince
años modelados) los beneficios netos estimados no sobrepasan aquellos costos
totales incurridos.

Como es evidente, este menú técnico constituye una “guía” cuyo contenido
permite establecer claramente hacia cuáles actividades e infraestructura básica se
debe enfocar aquella inversión que los campesinos / monoagricultores (usuarios
directos con cultivos – papa) deben efectuar para acceder al sistema convertido,
esfuerzo por el cual perciben durante determinado periodo un incentivo económico
caracterizado porque su valor monetario estimado representa el reconocimiento
del beneficio ambiental originado mediante ese nuevo comportamiento productivo,
en especial sobre algunos importantes bienes y servicios propios de la diversidad
biológica existente en esta región hidrogeográfica.

Conclusiones

Abstrayendo eventos naturales como huracanes, sismos e inundaciones, en el


área de la Laguna de la Cocha las causas directas que determinan la pérdida
parcial o total de biodiversidad están asociadas con actividades antrópicas
productivas que utilizan sin criterios racionales la base de recursos para satisfacer
necesidades básicas inmediatas mediante la extracción de recursos y para
generar productos cuyo origen es ajeno al territorio aprovechado (ej: monocultivos
de papa, mora y cebolla larga, ganadería extensiva y cultivo de trucha arco iris).

Las distintas causas subyacentes de pérdida de biodiversidad en el sitio Ramsar


obedecen a numerosas razones socio - económicas exógenas (ej: politicas
gubernamentales regionales y nacionales) que promueven procesos destructivos a
escala local. Situaciones globales de pobreza, desigualdad, analfabetismo y
desprotección gubernamental componen esos factores “invisibles” cuya
permanente realidad explica el aprovechamiento insostenible del medio ambiente
natural de la Laguna de la Cocha.

32 Esta información “perceptiva”, se origina en todas las declaraciones realizadas por la comunidad participante y residente en esas veredas que
conforman al área RAMSAR, durante el Taller efectuado para socializar aquellas estrategias de conservación identificadas mediante los análisis
microeconómicos desarrollados - Fase I (Pasto, octubre 2004).
33 Este término hace referencia a que los bultos solo pesan 4 arrobas, es decir, 50 kilos.

238
Desde una perspectiva metodológica, identificar aquellas prácticas productivas
“inadecuadas” que por lo general realizan todos los actores sociales del
Corregimiento El Encano, permitió adaptar y proponer algunos manejos e
infraestructura básica articulados en menús técnicos que pueden reducir los
impactos negativos sobre la biodiversidad, aunque no constituyen per se una
formula rígida para solucionar todas las problemáticas propias de los sistemas
agropecuarios convencionales durante un periodo concretos. Los ingredientes de
estos menús son apenas lineamientos cuya validación, ampliación o derogación
debe hacerse mediante experiencias locales dentro de este espacio geográfico.

Finalmente, un aspecto esencial para cualquier incentivo económico diseñado


buscando convertir prácticas tradicionales, es que su valor estimado siempre debe
cubrir no sólo el diferencial de costos generado cuando se da la transición entre
sistemas productivos, sino también todos los beneficios netos perdidos en ambos
esquemas durante este mismo año. El desequilibrio negativo producido al sumar
aritméticamente dichas utilidades como valores absolutos, decrece el bienestar
individual del beneficiario directo (ingreso) alcanzado con las prácticas
agropecuarias convencionales lo cual influye desfavorablemente sobre algunas
necesidades básicas familiares fortaleciéndose así importantes causas
subyacentes asociadas al deterioro ambiental como son pobreza, analfabetismo y
desigualdad social.

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Cobertura vegetal 2002

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Pisos bioclimáticos

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Biomas del piedemonte Andino – Amazónico

Ecosistemas actuales del piedemonte Andino – Amazónico

Pérdida y fragmentación de ecosistemas del piedemonte Andino


– Amazónico

Integridad de los ecosistemas del piedemonte Andino –


Amazónico

Modelo de accesibilidad del piedemonte Andino – Amazónico

Escenarios y procesos de conservación en el piedemonte Andino


– Amazónico

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