Enrique Arrosagaray.
Los Villaflor de Avellaneda.
Ediciones De La Flor.
Buenos Aires, 1993.
Capítulo XII
“De La Real y de Capucha, de valientes y asesinos”
Pág. 213.
Anibal Villaflor –padre de Raimundo Villaflor- estrecha relación con el sidicato
de Panaderos, de orientación Anarquista.
De esta forma, Raimundo Villaflor se crió entre las luchas anarquistas de los
obreros de la década del 20´.
Anibal Villaflor, anarquista, adhirió al peronismo cuando en 1943 la figura del
Coronel Perón comenzó a ser subyugante. Por órdenes de Perón fue
intendente de Avellaneda entre el 45 y el 47.
Por formación familiar y convicciones y relaciones propias, Raimundo Villaflor
se hizo peronista.
Estudió en el Industrial de Avellaneda, pero antes de terminar los estudios
comenzó a trabajar. Trabajó en la fábrica Brasselier y por asuntos de huelgas
lo metieron preso.
Raimundo se hizo peronista, pero la herencia que recibía tenía un tinte
particular. Don Aníbal nunca había sido un peronista obsecuente y durante toda
su vida mantuvo aquel fuego que se adueñó de su corazón en sus años de
formación intelectual, cuando frecuentaba el sindicato de los obreros
panaderos.
Fue y es peronista, pero por sobre todas las cosas, es un hombre con la
cabeza abierta a analizar que está bien y que está mal. Desde su punto de
vista, primero está el hombre independientemente de su ideología política.
Despúes viene lo otro. Por su casa pasaron personalidades como Domingo
Mercante y J. W. Cooke. Él los escuchó a todos y conversó con todos. Anibal
Villaflor priorizó, ante todas las cosas los intereses de los trabajadores.
Siempre desde su esquema ideológico.
Raimundo heredó esas prioridades y esa conducta crítica. Ambos entendían
que no todos los que se proclamaban peronistas eran buena gente, por el mero
hecho de identificarse así.
Fue de esos muchachos que acopló a su bagaje peronista algunos
aspectos de la teoría marxista. En gran parte por la influencia del “griego
Blajaquis” que había sido un hombre expulsado del Partido Comunista.
Para 1966, cuando es asesinado en el bar La Real el dirigente metalúrgico
Rosendo García –secretario de la filial de Avellaneda de ése gremio y
figura en asenso, al punto tal de “hacerle sombra al lobo Vandor”-
Raimundo estaba allí, compartiendo la mesa con otros muchachos que
poco después empalmarán con la CGT de los Argentinos, encabezada por
Raimundo Ongaro del sindicato de Gráficos. (Pág. 220)
El trabajo de Rodolfo Walsh 1 dejó muy claro como habían sido los hechos en
aquella noche del 13 de mayo: una mesa con los jerarcas que habían venido a
participar del encuentro justicialista que se estaba realizando en la planta alta
1
¿Quién mató a Rosendo? Ediciones de la Flor. VER.
del Teatro Roma; otra mesa con Blajaquis, Raimundo y Rolando Villaflor,
Alonso, Salazar, etc. Miradas incómodas y un inicio de incidente en el baño.
Las primeras trompadas y los estampidos de tiros que provenían de la única
mesa armada: la de Vandor. Un tiro por la espalda mata a Rosendo García.
Blajaquis también recibe un tiro, sin que todavía se hubiera parado. También
muere. El otro muerto fue Salazar.
¿Accidente lo de la muerte de García?... seguramente no, pero las
investigaciones policiales no encontraron culpables.
Lo que no dijo Walsh es que políticamente, el grupo de Blajaquis trabajaba, por
lo menos en esa coyuntura con el de Rosendo García. ¿Acuerdos políticos o
superficiales? –es decir, ¿solo vinculados a una política anti – vandorista?. Es
difícil realizar esta afirmación, pero muchos testimonios de Avellaneda afirman
que sí trabajaban juntos.
Por ello no es de extrañar la muerte de García y no sólo de él. Por ello, no es
de extrañar que algunas fuerzas de “izquierda” hayan calificado a García como
un mártir de la clase obrera.
En este ambiente, Raimundo Villaflor fue aprendiendo lo que aprendió. Ya
estaban formando en Avellaneda algo así como la Juventud Peronista
autónoma, para no atarse a estructuras y manejarse a su leal saber y
entender.
Los conflictos laborales que le tocó vivir le provocaron complicaciones
para conseguir ocupación laboral con facilidad. Con los años, el trabajo
político lo fue absorbiendo.
Para 1966 formaba parte del Grupo de Avellaneda y de la Acción
Revolucionaria Peronista de Cooke.
Pocos meses después, cerca del año 67´, Villaflor viaja a Cuba por gestiones
de Cooke y allí recibe entrenamiento militar y político en el marco del plan
general de Ernesto Guevara para extender la revolución a Latinoamérica.
El estallido político de los años 68´ y 69´ encontró a Raimundo en la ARP
y muy vinculado a la naciente CGTA. Desde la Central Obrera, Villaflor
conoció a muchos militantes y vivió de cerca la radicalización social y
política de la sociedad argentina. La presencia del Che en Bolivia y su
asesinato en Octubre del 67´ impactó sobre la sociedad argentina
radicalizada que intentó implementar diferentes estrategias –armadas y
no armadas- para luchar y derrocar la dictadura.
Villaflor dejó la ARP para sumarse a las FAP –vinculadas al peronismo de
base- en 1969. Las intenciones de Villaflor fueron las de vincular la lucha
armada con las luchas de masas obreras y no transformar a la
organización en una “patrulla perdida”. 2
La década del 70´ lo tuvo no como un mero espectador sino que su grado
de compromiso se acrecentó y tuvo responsabilidades importantes.
Muchas versiones lo vinculan como máxima autoridad de la corriente que
se conoció como “peronismo de base”.
2
Arrosagaray Enrique. Raimundo Villaflor. El hombre que buscó vincular la lucha guerrillera con el
movimiento obrero, artículo publicado el 9 de Agosto de 2009 en el portal Movimiento Popular
Liberación: http://mpliberacion.com.ar/Raimundo-Villaflor-El-hombre-que.html
Fue secuestrado en 1979 a algunas cuadras de la casa de su padre,
Aníbal Villaflor, a pocas horas de que su hermana Josefina también haya
sido desaparecida por grupo de tareas. Raimundo era dirigente de las
FAP.