ENRIQUE PICHON-RIVIÉRE
EL PROCESO GRUPAL
DEL PSICOANÁLISIS A LA PSICOLOGÍA SOCIAL
(*) ALgunas conferencias dadas por el autor, sellecionadas del
libro antes citado.
Ediciones Nueva Visión.
Buenos Aires. 1985.
Por ello sostenemos este principio en sus aspectos fenomeiiológico
y genético, estructura¡ y clínico. Quinto principio: vinculo, rol,
portavoz: ya hemos definido el concepto de vínculo como una
estructura compleja de interacción, no en forma lineal sino en
espiral, fundamento del diálogo operativo, donde a cada vuelta hay
una realimentación del yo y un esclarecimiento del mundo. Cuando
esta estructura se estanca por el monto de los miedos básicos, se
paralizan la comunicación y el aprendizaje, estamos en presencia de
una estructura estática y no dinámica que impide una adaptación
activa a la realidad.
El concepto de rol, incorporado a la psicología social y des-
arrollado por G. H. Mead. el gran precursor de esta disciplina, que
basó todo su desarrollo en el concepto de rol, su interacción, el
concepto de mí, de otro generalizado, que representaría el grupo
interno como producto de una internalización de los otros, adolece,
sin embargo, de una limitación que hemos resuelto incorporando, a
la idea de grupo interno o mundo interno del sujeto, la interna-
lización llamada ecológica. Consideramos que la internalización del
otro no se hace como un otro abstracto y aislado, sino que incluye
los objetos inanimados, el hábitat en su totalidad, que alimenta
fuertemente la construcción del esquema corporal. A éste lo defino
como la representación tetradimensional que cada uno tiene de sí
mismo en forma de una Gestalt-Gestaltung, estructura cuya pato-
logía comprende los aspectos de la estructura temporoespacial de la
personalidad.
La noción popular de "querencia" o "pago" va mucho más allá de
las personas que la integran.y eso se observa en las reacciones en
las situaciones de migración: el miedo a la pérdida paraliza al
migrador campesino en el momento en que tiene que asumir un rol
urbano provocando su marginación. Retomando el concepto de rol,
consideraremos algunas situaciones, las que se presentan con
mayor frecuencia en los grupos operativos. El campo del grupo
operativo está poblado por los roles prescriptos o puestos, que
definimos en términos de pertenencia, afiliación, cooperación,
pertinencia, comunicación, aprendizaje y telé, que representados en
forma de un cono invertido convergen como roles o funciones para
provocar en la situación de tarea la ruptura del estereotipo.
Se puede decir que en el acontecer del grupo determinadas
pe.rsonas van a asumir estos roles correspondientes de acuerdo con
sus características personales; pero no todo se realiza en términos
de una tarea positiva.
Otros roles, en cierta manera prescriptos por su frecuencia, son
asumidos por miembros del grupo, como los roles de portavoz,
saboteador, chivo emisario y liderazgo, cuando alguno de los roles
tiene mando: el líder autocrático, democrático, al que agrego el
demagógico, cuya extraña ausencia en los investigadores llama la
atención. Los miembros del grupo pueden asumir los roles con-
signados, y cuando la adjudicación o asunción del rol en el marco
del puesto se realiza adecuadamente, su funcionalidad aumenta.
Ciertos roles como el conspirador o saboteador son generalmente
elegidos por eI extragrupo e introducidos en el intragrupo con una
rnisión secreta de sabotear fundamentalmente la tarea y el escla-
recimiento. Estas infiltraciones, en forma de conspiración, deben
ser tomadas como un hecho natural y son las fuerzas que actúan
desde afuera, introducidas en el adentro para sabotear el cambio, es
decir, son representantes de la resistencia al cambio. Roles por
delegación con a veces infinitos eslabones, pero que van a dar a otro
grtipo que, como grupo de presión, asume en la comunidad el rol de
la resistencia al cambio y el oscurantismo.
El nivel de cooperación en los pequeños grupos puede ser
operativo, pero también lo es sobre todo en grupos más grandes.
Cuando los liderazgos toman un campo mayor a la identificación
cooperativa se suma la identificación llamada cesariana, que puede
jugar un rol en la historia cuando las situaciones grupales están en
peligro o son incapaces de comprender el proceso histórico y cuando
el rniedo reactivado por situaciones de inseguridad y peligro se hace
persecutorio. El movimiento regresivo dirigido por un líder
cesariano trata entonces de controlar el grupo o tomar el poder. Las
identificaciones de este tipo entre los miembros de un grupo o
comunidad, masa y líder, conducen a la idea de que la desgracia
que ha caído sobre la comunidad ha sido traída exclusivamente por
una conspiración de ciertas personas o grupos, a quienes se les
adjudica el rol de responsables y chivos emisarios. Pero es fre-
cuente encontrar un hilo conductor que va del liderazgo al "chivato",
donde ambos juegan una especie de role-playing, en el que uno es el
bueno y el otro, el malo.
Sítuación triangular
El complejo de Edipo, tal como fuera descripto por Freud, con sus
variantes negativas y positivas, puede ser comprendido de una ma-
nera mucho más significativa si recurrimos a su representación
espacial en forma de un triángulo colocando en el ángulo superior al
hijo, en el ángulo inferior izquierdo a la madre, y en el ángulo
inferior derecho al padre.
Siguiendo la dirección de cada lado del triángulo tenemos una
representación de 4 vínculos. Por ejemplo, el niño en un primer nivel
ama y se siente amado por la madre; en un nivel subyacente odia y se
siente odiado por su madre; en el lado contrario es la relación del niño
con su padre, donde en un primer nivel odia y se siente odiado y en un
segundo nivel ama y se siente amado. Lo que pocas veces es
consignado es el parámetro que opera desde la vida prenatal. Es la
estructura vincular entre madre y padre, donde uno ama y se siente
amado por el otro, u odia y se siente odiado por el otro. Haciendo
abstracción de los participantes, este vínculo tendría también 4 vías;
pero en realidad, tomado desde ambos extremos, se complica aun
más, porque tanto uno como otro adjudican roles y asumen roles
partiendo de cada uno de los miembros de la pareja. Dependerá el
monto de adjudicaciones y asunciones del rol de ser amado y ser
odiado. Esta totalidad, verdadera jungla de vínculos, forma una
totalidad totalizante, es decir, una Gestalt donde la modificación de
uno de los parámetros acarrea, la modificación del todo.
El 80 % de los trabajos que tratan del niño y sus vínculos se refieren
a la relación con la madre; el padre aparece como un personaje
escamoteado, pero por eso mismo operativo y peligroso. Es la noción
del tercero, que definitivamente nos lleva a definir a la relación bipolar
o vínculo como de carácter bicorporal pero tripersonal.
El tercero en la teoría de la comunicación está representado por el
ruido, que interfiere en un mensaje entre emisor y receptor y que
aplicado en cualquier situación de conflicto social volvemos a
encontrarlo como estructura básica y universal. De cada ángulo
parten, por desplazamientos sucesivos, personas que desempeñan
roles semejantes en relación con edad y sexo; de esta manera nos
apartamos progresivamente del endogrupo endogámico hacia el
extragrupo exogámico, que representa la sociedad. En el endogámico
el tabú del incesto orienta las líneas de parentesco con sus
prohibiciones y tabúes, y de esta manera pasamos de la psicología
individual, con su situación endopsíquica, a la psicología social, que
trata de las interrelaciones en el endogrupo o intragrupales, y
finalmente a la sociología cuando tratamos de las interrelaciones
intergrupales. Es el campo del exogrupo, ámbito específico de la
sociología.
Si consideramos la función partiendo de estos parámetros podemos
hablar de comportamiento económico, político, religioso, etc., en un
nivel grupal o comunitario, cuyo análisis y evaluación se realiza
partiendo de las 6 funciones descriptas: pertenencia y afiliación,
cooperación y pertinencia, aprendizaje, comunicación y telé,
cooperando en los niveles correspondientes a los campos de las
ciencias sociales mencionadas y dirigidas hacia una situación de
cambio que puede ser descripta en los niveles individual, psicosocial,
comunitario y en la dirección de los comportamientos.