Ficha 4.
Las emociones y la prevencion de la violencia
La ira, ¿cómo es
y cómo reconocerla?
¿SABÍAS QUE...?
Muchas manifestaciones de violencia se activan a partir del malestar producido por un La ira, como ot ras
conjunto de emociones que no hemos podido regular, tal como le ocurre a Susana. Es emoci on es, es tá
importante indagar las causas de fondo para poder generar condiciones que permitan acomp añada de cam
bios
fisi ológic os y biológico
expresar adecuadamente las emociones y evitar que se repitan situaciones violentas. s.
En la per sona que
La habilidad para identificar las emociones es la percepción emocional. De ellas, una sie nte ira, el rit mo
cardíaco y la pre sión
de las más intensas que podemos sentir es la ira: un estado emocional que varía en ar terial aument an,
al
intensidad, pues va de la irritación leve a la furia intensa. Nos permite enfrentar las igual que los nivele s
amenazas y defendernos, pero también impide que razonemos de manera eficaz, de las hor mo na s
ya que reaccionamos ante algo que percibimos como una amenaza, activamos los cor t isol, adrenalina
y noradrenalina en
mecanismos de autodefensa, y nuestra acción es producto de la impulsividad. Por la sangre. La ira nos
ello, la expresión descontrolada de la ira puede derivar en comportamientos agresivos puede con ducir a
que pueden desatar más violencia. la irritabili dad, a la
agresividad, ya que
el
organismo se prepar
a
¡Volvamos a la historia! para la de fensa de
una amenaza o de un
Al día siguiente, Susana llega a la escuela y se encuentra con sus amigas, quienes
posible daño.
le reclaman por no haber ido. Ellas le muestran su fastidio. Susana se sentía tan
frustrada y molesta que empuja a una compañera y se va abruptamente. Una
tutora que ha observado la situación la llama para conversar. Antes de llamarle
la atención, le pregunta por qué actuó de esa manera. Susana responde que le
están sacando en cara que no haya ido a la fiesta de su mejor amiga, y que ni
siquiera se preocupan por saber por qué no fue. Le cuenta a la tutora que su papá
le había prohibido ir, pero que ese no era el problema de fondo. El problema es
que nada de lo que ella quiere es prioritario si se trata de cuidar a su hermano
menor; mientras que su hermano mayor puede hacer lo que quiere sin pedir
permiso y no tiene responsabilidades fijas. La tutora pudo reconocer que, en el
fondo, estas actitudes violentas son respuestas a situaciones injustas… Al darse
cuenta de lo que sucedía, la propia tutora empezó a molestarse. No obstante,
ella debía proceder con objetividad y prudencia. No podía justificar la reacción
violenta de Susana, y debía orientarla para que viera la forma de disculparse
con su compañera. Asimismo, sabía que debía citar a la familia de Susana para
que comprendan la situación. Como vemos, no siempre el problema es solo
de una persona, sino que es de un grupo o colectivo que incluye, también, a la
sociedad en su conjunto.
Como vimos en el caso de la tutora, no siempre la ira desemboca en violencia. Esta
también es una respuesta adecuada cuando nos permite actuar asertivamente
al percibir que nos dan o les dan a otras personas un trato injusto o que vulnera
la dignidad humana.
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