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Dioses de Teotihuacán: Un Análisis

El propósito de estas notas es contribuir al conocimiento de la estratigrafía religiosa de Mesoamérica con un anáIísis de lo que en materia de ideas religiosas han revelado las excavaciones en Teotihuacán.

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Dioses de Teotihuacán: Un Análisis

El propósito de estas notas es contribuir al conocimiento de la estratigrafía religiosa de Mesoamérica con un anáIísis de lo que en materia de ideas religiosas han revelado las excavaciones en Teotihuacán.

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LOS DIOSES DE TEOTIHUACAN

ARMILLAS
PORPEDRO

El propósito de estas notas es contribuir al conocimiento


de la estratigrafía religiosa de Mesoamérica (l) con un aná-
Iísis de lo que en materia de ideas religiosas han revelado las
excavaciones en Teotihzwán. E n los Últimos diez años nuestro
conocimiento d e la cultura teotihuacana h a adquirido preci-
sión, consistencia y amplitud, tanto gracias a las excavacicr
nes llevadas a eabo en aquella ciudad arqu,eológica (-) o en
~ t r o ssitios que mnestran diversos grados de relación con ella,
como por los progresos alcanzados en la interpretación de los
datos arqueológicos y tradicionales (9.
Los estudios comparados de estratigrafía oerámica si-
túan el florecimiento de la cultura teotihuacana en un hori-
zonte antiguo dentro de la secuencia mesoamericana. La ma-
yoría de los datos'que conocemos de su religión se refieren a

(1) El término "Mesoaniéiica" se usa aquí para designar un


área, cultural tal como h a sido definida por PAULKIRCHHOFF en su tra-
bajo Mesoamérim: s u s limites geogrcificos, composieión étnicn 1/ cavac-
teres culturules, publicado e n Acta Americana 1, pág. 92 y sig; 1943. No
debe confundirse con el término Middle Amcrica, basado más bien en la
geografía, e impreciso en su uso cultural y geográficamente hablando.
( 2 ) Véanse respecto a esas exploraciones las publicaciones dc
Noguera, Linné y del autor, que se citan en la bibliografía.
(3) Las investigaciones sobre los Toltecas y las exploraciones en
Tula, su metrópoli, que han destruído l a desgraciada iddntificación de
Teotihuacán con la Tollal~tradicional que por mucho tiempo fué un obs-
táculo en el estudio de la cultura teotihuacana, son las que más dY1.e~-
-mente afectan al propósito de este trabajo.
la época clásica de esa cultura (período 111 de cerámica) que
debe fecharsv probablemente en los siglos V y VI de nuesti-a
era; otros son del siguiente período IV, cuyo sitio tipo no es
la ciudad de Teotihuacán, sino la zona de Axcapotxalco, en las
cercanías de la ciudad de México; sabemos, en cambio, muy
poco de las deidades de los períodos 1 y 11.
L a ibonografía teutihuacana es muy rica. Una gran can-
tidad de representaciones de dioses ocurren en figuritas de
barro cocido modeladas o moldeadas (-') ; muchas en la m:iy
elaborada decoración champlevé, en bajo-relieve, sellada o pin-
tada al fresco sobre vasijas ceremoniales; otras en grandes
placas de barro cocido que seguramente adornaban el remate
de los muros (almenas decorativas) ; otras en grandes pintu-
ras murales; las tenemos, por último, en fachadas decoradas
con relieve y en escultura de bulto redondo en pi~cdra.A con-
tinuación se discuten los dioses que han podido identificarse,
o que se ha creído identificar, en esas repnesentaciones.
La "Relación de Teutihuacán" por el corregidor Fran-
cisco de Castañeda (1580), en la respuesta 14, trata de los dio-
ses que .se adoraban en la época aztzca en el pueblo de San
Juan. Pero como se refiere a una época muy posterior al flo-
recimiento de la cultura teotihuacana, no puede sernos útil.
Para nuestro propósito de contribuir a establecer tina ~sstra-
tjgrafía de los conceptos religiosos de Mesoamérica, solamente
debemos atenernos a lo que las exploraciones arqueológicas de-
muestren.

E n la época clásica de la cultura teotihuacana (período


III de cerámica) la profusión y riqueza de las representaciones
de vn personaje identificable (por medio de esas mismas repre-
wntaciones) como dios de la lluvia, y probablemente también
de las aguas terrestres y del mar, indican que era, con mucha
diferencia sobre los demás, el más importante en la devoción

( 4 ) L a inmensa mayoría (le las figuritas <le barro eocid:, que re-
presentan dioses son inoldeadas.
Lus Dioses d c Tsatihirrtccí~r ..>
"7
i

de las gentes. No solamente por sus atribuciones, sino tam-


bién por semejanzas específicas en las representaciones (ani-
Iios alrededor de los ojos, banda arrollada hacia arriba en los
extremos y colocada sobre el labio superior, grandes colmillos),
podemos asimilarlo a Tlaloc, el dios de la lluvia de los Azte-
cas (j).
El descubrimiento, en 1942, de un palacio con pinturas
rnurales que muestran diferentes aspectos de ese dios de la llu-
via, y otros relacionaclos con él, ha arrojado mucha luz sobre
ei complejo de ideas que el dios involucra, y también para
In interpretación de otras representaciones.
Como en realidad conocemos escasísimas i-epresentacio-
Res identificables como dioses que puedan ser fechadas con
seguridad en un períudo anterior, no podemos sacar consecuen-
cias del h c h o de que de este culto, que se encuentra ya t a n
elaborado en el período 111, no se conozcan antecedentes ciertos
en Teotihuacán. Pero como se puede asegurar, y esa rica ela-
boración lo pone de manifiesto, que el origen de este culto es
anterior a Teotihuacán 111, caben dos hipótesis:
1. - El culto de Tlaloc (usaré su nombre mexicano
para designarlo brevemenk) es muy antiguo en Teotihuacán
y hay que esperar que nuevas excavaciones, o una reconside-
ración de las fechas de sus =presentaciones, lo pongan de ma-
~ifiesto.
2. - El culto de Tlaloc fué introducido ya elaborado
en Teotihuacán; en este caso cabe preguntar i de donde? La
estratigrafía de la cerámica parece indicar fuertes estímulos
c-xteriores 131terminar el período 11 ("), pero aún no estH dc-
terminado el lugar de origen de esos estímulos.
Los Mexicanos del siglo XVI situaban en oriente, en la
tierra d e los Olmeca-Uixtotin-Mixtecu,el Tlalocan, el paraíso
de Tlaloc ('). Alfonso Caso, en su definición del complejo ar-

( 5 ) Cf. SELER,Si?)tilc~?ityof Design, págs. 104 y 106; Die Teoti


huacún-Kzcltur, pág. 454. BEYER,Rela.c&mes entre la civ2ización teoti-
hwacana y ln aztecci, en La población del Vnlle de Teatihzcncán, tomo f ,
vol. 1.
(6) Cf. mi trabajo sobre Ezplo~ciciones~ecientesen Tcotihzcclccí)t,
pBp. 133.
(7) ~ ~ NVII,
S ~ H A G libro . cap. V ; libro X, cap. XXIX-10.
queológico olmeca en la reunión de Tuxtla Gutiérrez (S), señaló
un grupo de figuras que representan "un dios probabdemente
antepasado de Tlaloc, Chac, Cocijo y Tajín", y Miguel Cova-
rrubias (9, la íntima relación que existe "no solamente en su
significado religioso sino también en su evolución estilística"
entre el tigre, motivo bájico del arte olmeca, y el culto de los
dioses de la tierra o de la lluvia. Pero tanto C. W. Weiant como
Philip Drucker, en sus estudios de la cerámica de Tres Zapotes
(uno de los sitios tipos de la cultura olmeca, o de La Venta
según se acordó denominarla en la reunión de Tuxtla), encuen-
tran una mayor influencia de Teotihuacán sobre Tres Zapotes
que al 1-evés,y eso en época relativamente tardía (Drucker en su
cuadro cronológico la correlaciona con Teotihuacán IV), mien-
tras en períodos anteriores no se ven relaciones mutuas ( l o ) .
Así, pues, aunque el complejo de ideas que s e estudia u
continuación, jaguar-serpiente-lechuza-quetzal asociadas al dios
de la lluvia teotihuacana, muestra una afinidad indudable con
ia cultura de la costa del Golfo de México (11), no podemos por
sihora. establecer #ningunarelación segura de antecedencia.
Los elementos que parecen significativos en las repre-
sentacion~sdel dios de la lluvia en Teotihisacán, o rela.cionables
con él de alguna manera, son los siguientes :
Elementos jaguar.
1) Banda labial y colmillos largos, posible evolución
de la boca d'e jaguar característica de la Cultura de La Venta.
2) Garra de jaguar de los Tlaloques rojos de Tepan-

(8) Segunda Reunión de Mesa Redonda sobre problemas antro-


pológicos de México y Centro América; Tuxtla Gutiérrez (Chiapas) 1942
Véase, ~VIciljusg Olmecas, pág. 42.
(9) Owige?z y desa~r.0110 del estilo ol~neccc,en Mayas y Olmecas, .
págs. 46 a 48.
(10) DRUCKER, págs. 119 a 121.
(11) CF. KRICKEBERG, págs. 143 a 144, sobre relaciones de l a cul-
t i r a teotihuacana con las de l a costa. Seguramente las ofrendas de ulli
que los Aztecas hacían a los dioses de l a lluvia y de las aguas, las co-
t a r a s con suela de hule que calzaban esos dioses (Sahagúin, lib. VI, cap.
VIII) y el embadurnamiento con hule del rostro de Tlaloc (SELER,Cos-
tzimes e f utt?ibztts), indican un origen olmeca del culto.
Loo niovas de Teotihua<:an 39

Iith (fig. 1).La mano derecha del Tlaloc es una garra de ja-
guar o lleva una manopla de garra de jaguar ( 1 2 ) .
3) Adorno formado por tres convexidades semiesfé-
ricas que S e k i identifica, con bastante verosimilitud, como re-
presentación de las callosidades de la pata del jaguar ( 1 3 ) .
Son muy abundantes en la cultura teotihuacana las re-
presentaciones de jaguar y de personajes tocadas con yelmo
de jaguar (las cabezas con yelmo de jaguar son tardías, segu-
ramente Teotihuacán N ); en una cabecita reproducida por Se-
ler (14) e1 labio superior del jaguar está tratado del mismo

modo que la banda labial del Tlaloc. Próximas a la Pirámide


del Sol, s e han encontrado cabezas de jaguar ,En piedra que
seguramente la decoraban. Seler hizo notar que las figuras de
animal f ~ w ade las de jaguar y lechuza, son relakivamente
raras (l.:). Me parece que la abundancia de esas representa-
ciones .debe relacionarse con la importancia del. culto del dios
d e la lluvia.
Elementos serpiente.
1) Lengua bífida. Véanse los Tlaloques rojos de Tepan-
titla; también el Tlaloc policromo que preside el Tlalocan en

(12) Tepantitla es el nombre de un solas del pueblo de San Fran-


cisco Mazapán donde se descubriá en 1942 el palacio con pinturas a que
m e he sefesido. Está a unos 500 m. al este de la Pirámide del Sol.
(13) TeotihuacáwKultz~?-,piigs. 428 a 440.
(14) L. c., Iám. XXVI.
(15) L. c., pág. 475.
una de las piezas del palacio ( l o ) tiene lengua bífida, adornada
en este casoi con estrellas de mar. ;En una hermosa vasija en-
contrada por Linné en el entierro de Xolalpan (17) alternan re-
presentaciones de un Tlaloc con lengua bífida (y los colmillos
convertidos en bojas lanceoladas) con su pectoral formado por
tres conchas.'Eanda labial, largos colmillcs y lengua. bífida son
los elementos del emblema del dios de la lluvia, descubierto
primeramente por Charnl%yy conocido por el nombre de Cr7cx
de 'Tlccloc (lS). La fin. 2 (ln)muestra una combinación de lo.;
elementos jaguar (boca, ojos y ga-
rras) y lengua bífida; es probab!e
que tenga también relación con el
dios. Hay que recordar que en los
cantares a los dioses recopilados
por Sahagún, se le llama ocelocoatl,
es decir serpi~nte-jaguar("0). Y
el1 su comentario a este pasaje,
Seler recuerda que en el Códice
Fejérváry-Mayer la cabeza de sfr-
piente que lleva como máscara la
VI%. 2 diosa del agua va siempre acom-
pañada de una oreja de jaguar, y
dice: "es creíble que culebra de jaguar sea el nombre de un ente
mítico que representa al agua o al dios de la lluvia" (-l).
2 ) Yelmo de serpiente. Lo llevan los sirvientes de Tla-
Ioc que en la pieza este de Tepantitla marchan en procesión
cantando y arrojando s2millas preciosas (Lámina 1a ) ;piobable-

(1G) Véase la descripción de esta parte de las pintiiras de Tc-


pantitla en. CASO, El; parwíso terrcml.
(17) Archaeological Researches, fig. 21.
(18) La población del vaUe, pág. 172, 292.
(10) Tomada de SELER,Teotihuacá7~-Kultur,fig. 168, vasija de-
corada en champlevé procedente de Santiago Ahukotla. Un ejemplar se.
mejante está reproducido en la lám. LXI-2 de l a misma obra.
(20) Tlaloc icuic, estrofa 4, en SAHACÚN, tomo V.
(21) Comentario en SAHAGÚN, tomo V, pág. 45.
mente también los personajes que en las pinturas d'e Z'eopanr-
caxco ("1 se ven tocados con yelmo de serpiente decorado con
estrellas de mar, que cantan y arrojan a tierra. algo decorado
con una banda de espuma y que llevan -vestidos adornados con
la flor colgante (fig. 3 ) , son sirvientzs de Tlaloc ('.?).

3) Serpientes ornadas con animales marinos (estre-


lla de mar, tortuga) o emplumadas enmarcando las escenas en
las pinturas de Tepantitla. Serpiente delante de uno de los cua-
tro sirvientes de Tlaloc que se ven en la decoración en relieve
de la vasija encontrada por Linné en el entierro 2 de Lccs Co-
1 2 (Calpulalpan,
~ ~ Edo. de Tlaxcala) ('.'). Esa serpiente
aparece saliendo de un anillo de plumas semejante al de la

(22) Otro palacio de la ciudad de Teotihuacán decorado con pin-


turas. Está a 1600 m. al sur de la Pirámide del Sol.
(23) Seler los considera sacerdotes de la diosa de la tierra y de
la luna. Ver, Similaritg of Design, pág. 200.

l (24) Mexican Highland Czcltures, pág. 84.


placa de barro cocido del Museo de Teotihuacán a que se hace
referencia más adlelante (en la lista de elementos lechuza,
unto 4) ; la vasija de refer.encia pertenece seguramente al pe-
ríodo 'I'eotihuacán 111, pues en mis exploraciones de 1942 en-
contré en una capa 111 fragmentos de vasijas semejantes, zino
de los cuales es un duplicado exacto (hecho probablemente en
el mismo molde) de aquélla. Este punto, de la relación entre
la serpiente y el dios de la lluvia, se cliscute más adelante al
tratar del llamado Templo de Quetzalcoatl.
ElIcmentos lechuza.
1) Lechuza co!ocacla en posición invertida como ptc-
toral de8los Tlaloques rojos de Tepantitla (fig. 1).Un ave que
parece ser lechuza acompaña a Tlaloc en la decoración de una
vasija hallada por Linn6 en el entitrro 2 de Xolalpan (") y
a uno de los cuatro sirvientes de Tlaloc en la vasija del en-
tierro 2 de Las Colinas.
2) Yelmo de lechuza en la decoración sellada d t un
fragmento de vasija hallada e n Jalcupaxco (Edo. de Puebla)
(-O). E n una colección de cabecitas de barro cocido halladas
en los barrios occidentales de Azcapotzalco se ve una de Tla-
loc saliendo del pico'abierto de una lechuza ("7).
3 ) Lechuza que lleva el tocado característico de Tla-
loc con antenas de mariposa, y asociada con el glifo ojo ra-
diunte (ambos elementos íntimamente relacionados con el dios
de la lluvia), en la flecoración al fresco de un fragmento de
vasija reproducida por Seler ( 2 b ) , véase fig. 4.
4) Cerco de plumas alrededor de una placa de barro
cocido hallada en las inmediaciones de la Pirámid,e del Sol (que
s e conserva en el Museo de Teotihuacán), cuyo modelo, según
Seler, hay que buscar quizá en el cerco de plumas alrededor del
ojo de la lechuza. Los otros elementos de la decoración de esa
placa (Lám. IIc) son todos relacionados con Tlaloc (29).

(25) Archaeological Resea~ches,fig. 26.


(26) SELER,Teotihuac(i7L-Kult~11;fig. 148 a.
(27) S E ~ R1. , C., IAm. XXIV-1, en el centro de la primera hilera.
(28) SELER, 1. C., p4g. 516, fig. 166.
(29) SELER,1. C., pág. 428, 439-440.
4
Los Dioses de T~otiR~~r~xÚii. 4s

5) Mary Butler afirma, que un definido culto la


lechuza se extiende desde el Us!ci~acintahasta Veracruz, y que
en esta, región tiene relación con e1 del pájaro-serpiente, ser
mítico que se halla en las estelas y dinteles del Viejo Imperio
maya, probablemente conectado con la serpiente emplumada
(30) ; aparece unas veces como máscara, otras como vestido

completo, asociada una vez a máscara d e jaguar. También se-


ñala Butler, con buen fundamento, relaciones con el dios gordo.
Creo que debemos considerar e n relación con esto, los iostros
con anillos sobre los ojos y una especie d e toca hecha de pe-
queñas plumas que acaso (y cabe la suposición por analogía con
ei hombre-lechuza del sudeste y la relación que hemos visto de
la lechuza con Tlaloc) , sean de esa ave (31).

Si la lechuza e r a un ave sagrada de Tlaloc, nos explica-


inos la abundancia de sus representantes e n el arte de Teoti-
huacán 111; en esas representaciones han sido identificadas las
especies Strix p e ~ l a t ay S?przizmz. snrtoi-ii .
Parece indudable que las creencias de los t~otihuaca-
nos, como las de los costeños, en lo que a la lechuza SS refiere,
eran muy diferentes de las de los informantes cle Sahagún.

( 3 0 ) Jduyc(. F.ig.u?-i,tzes,pág. 645.


(31) Véanse f i g u r a s publicadas por SELER,T~otihtcctccílr-Zii~ltciv,
fig. 48, Iám. XXV-l. LINNÉ, Al~chneologknl Reseu~ches,figs. 185, 190.
( 2 ) M o ~ s É sHERRERA, en Ln població11 cJcl ~ ( t l l ~ , 191.
Estos la tenían por ave dle mal agüero y mensajera de Mic-
tlantecuhtli, dios de los n~uertos ("").
Elementos quetzal.
Gran tocado característico de plumas ondulantes de
quetzal. E n el Tlaloc de Tepantitla, d.escrito por Caso, tiene la
forma de quetzalapa necayotl, es decir representa un quetzal
que baja con las alas extendidas, quedando la cabeza del ave sobre
la frente del personaje. Este tocado, cuyo nombre indica su pro-
cedlencia, era usado en la costa atlántica y en la Mixteca pero
rara vez en la Meseta Central ( 3 4 ) ,
El~mentosmariposa.
Rostro de Tllaloc con trom-
pa, antenas y alas de mariposa
(fig. 5. Compárese con otras
represmúaciones de mariposas,
fig. 6) en la decoración champ
levé d,e una vasija d,e lla Col.
Bilimek en el Naturhistoris-
chles Hofmuseum de Viena (35),
Fig. .Y y en la decoración sellada de
un fragmento de vasija ea ba-
rro anaranjado d'elgado, conservado igualmente en el Museo
de Viena (36). Antenas de mariposa a ambos lados del glifo
ojo r d i m t e en la decoración de vasija, reproducida en la fig.
4, a que se h a hecho referencia al tratar de los elementos le-
chuza.
E n el Tlalocan de Tepantitla se ven mariposas volando
por todas partes (Lám. Ib) ; la mariposa aparece en relación
con mitos de vida .de ultratumba en un pasaje de Sahagún que
dice: "Los señores que allí (en Teotihuacán) e n t ~ r r a b a...
n no
morían, sino que despertaban de un sueño .en que habían vivido.

(33) SAHAGÚN,libro V, cap. V.


(34) KRICKEBERG, pág. 122.
(35) SE=, Teotihuacan-Kdtur, fig. 167, lám. LXI.
(36) SELER,1. C., fig. 148 b.
Los Diosvs d c T e o fiJt.i~ucá)t 45

Les decían: Señor, señora, despiértate que ya comienza a ama-


necer, que ya es el alba, que ya comienzan a cantar las ases de
plumas amarillas y que ya aiidan volando las mariposas de di-
versos colores" (3i). E n las palmas de picdra del Totonacapan
se representa a los muertos nobles d-eificados con disfraz de
pájaros o mariposas (38). Probab1em.emt.e se deba considerar,
sin perder dr vista la relación señalada de la mariposa y Tla-

loc, la abundancia de representaciones de esos insectos en el


arte de Teotihuacán 111, y el tocado de mariposa (fig., 7 ) . Un
yugo de piedra procedente de Cuzcatlán (en el norte del Estado
c?e Oaxaca), reproducido por Beyer (3!'), muestra en forma m u y
hermosa a un personaje que lleva ese tocado de mariposa es-
tilizada en forma netamente teotihuacana (fig. 8 ) . La im-
portancia de la mariposa en el arte de Teutihuacán fué seña-
lada por Lehmann ( & O ) pero, bajo la influencia de sus ideas so-

1
(37) SAHAGÚN, libro X, cap. XIX-18.
(38) I~RICKEBERG,pág. 56 y 79. SELER,Eine steinfigur.
(39) Sobre los yugos, pág. 276-278.
(40) Nota 3 a El Canto de T k l en U n a elegia.
bre los Toltectts y apoyándose en un relato de SahagGn que segúii
hoy sabemos no puede referirse a Teotihuacán, la asociaba a l
culto de Quetzalcoatl.

Otros elementos.
e ) La lengua bíficla cle
Tialoc e s sustituída con fre-
cuencia por rina flor abi8:rt.a co-
mo se ve en placas de barro del
Museo de Teotihuacán d e las cua-
les reproduzco una (Lám. 11d) ,
en b s cabezas cle Tlaloc en la
orla del Tlalocan de Tepaatitla
(una de ellas se v en la fig. 6,
a la derecha), en la vasija del
entierro 2 de Las Colinas (fig.
Y i g . !#
9) ( " l ) y en la decoración al
fresco de una vasija conservada en el Museo Nacional de México
(fig. 10). Ese adorno corresponde bien al carácter de Tldoc
en su especial papel de generador de la vegetación, el. qur hace
brotar; por ese cará.cter en los cantares a. los clioses se le llama
Naualpilli, :s decir, príncipe hechicero (-") .

(41) LINNÉ (Meccican Hiyhland C u l t u ~ e s ,pág. 82) la confundc


con un ehecailacacozcatl o pectoral de Quetzalcoatl pero indudablemente
se trata de una interpretación, impuesta por la técnica en que está deco-
rada esa vasija, de la flor que sale de la boca de Tlaloc.
( 4 2 ) Tlaloc icuic. ectrofa 3 g comentario de S E I E R , (pág. 42) er.
SAIIAGPN, ton20 V.
Los Dioses cls Teotihziaccin 47

2) Adorno formado por tres conchas dispuestas. en


triángulo (fig. ll), muy repetido en las pinturas' de ~ e ~ a n t i -
t!a como pectoral o s0br.e la cabeza. Aparece también en el canto
del personaje situado en el ángulo inferior derecho del Tlalocan.
que, según la interpretación de Caso ( 4 3 ) , representa al m u e r t ~
(ahogado, herido-por el. rayo o .de cualquier .otro género de las. '
muertes que .daba Tlaloc s,:gún la concepción mexicana) que
acaba de llegar a la mansión d,el dios d e la 11!1-ivia.Ya en su

estudio de un vaso de jade de la colección Plancarte, que pro-


cede probablemente del Estado de Morelos y e s de estilo zapo-
tecoide, había identificado Caso como conchas los objetos que
forman el pectoral de Tlaloc que en esa pieza son seis, tam-
bién dispuestas triangularmente.
3) Glifo llamado por Seler flor colgante (44) (fig. 12).
Se encuentra en el tocado de los Tlaloques rojos de Tepantitla;
en las ropas de los personajes de Teopancaxco y, colocado sobre
una tela de araña y unido al penacho de plumas de-quetzal ca-
racterístico de Tlaloc y a plumas de lechuza, en la decoración

(43) El pa7-siso terrenal, pág. 132-133.


(44) Teotihunccin-Kzcltzi~,pág. 415, 418.
48 PEDRO
ARMILLAS
L

de una vasija (fig. 13) repr.oducida. por Seler, quien creyó ver
en él un símbolo de la noche o de la luna (*). Por mi parte
creo que las afinidades ya señaladas de la lechuza con el dios
d e la lluvia teotih~acano,el penacho de plumas de qgetzal de
f:)rma característica y la ocurrencia, por otra parte, d,e la flor
colgante en el tocado de Tlaloc señalan más'bien una relación
con éste ('(').

4) E n las placas de barro reproducidas en la Lámina


I I d y e se ve sobre el penacho de plumas d e quetzal una ban-
d a decorada con borlas. La misma banda con borlas se ve en
la pared de la vasija del entierro 2 de Las Colinas, en !a vasija
del eritierro 1 de Xolalpan (ya citadas) y en figurillas de barro
(47) .
5 ) Glifo que Seler llama ojo '~.íicZiu?~te
y que cree relacio-
nado con la diosa Itzpapalotl (la mariposa cuyas'alas están guar-
necidas d.e puntas de 0bsidian.a) y que cuando se encuentra so-
bre los rni5mbros cle un animal indica que se trata de un ser de

( 4 5 ) Si??tila?ity of Desig~z,pág. 197, fig. 5 ; Teotihuc~cci?z-Kultur,


pág. 512-513, fig. 165 b.
(46) E s posible que también l a a r a ñ a tenga u n a relación defi-
nida con el dios de l a lluvia. Pues el tronco de uno de los árboles que
salen del penacho del Tlaloc de: Tepantitla, reproclucido por Caso, está de-
corado con a r a ñ a s , y uno de esos insectos, que cuelga de s u hilo, marca el
centro de l a composición.
(47) Véanse por ejemplo SELER, T~otihz~ucún-Kuttur, lám. XXIV-
2, segunda cabecita de l a segunda hilera. LINNÉ, A~chaeologicnl.Resea,).-
cltes, fig. 189 y taiilbién en u n fragmento de placa semejante a las ci-
tadas, Teotihzinccin Sy?nbols, fig. 1.
Los Dioses de Teotihticlcálz 49

las alturas celestes (*). Caso, en su estudio sobre los glifos


teotihuacanos (*:), publica tres ejempios de u110 que denomina
o j o cle ave: el central parecr idéntico al o j o r d i c ~ n t ede Seler,
pero no así los laterales que tienen indudablemente significado
diferente.
Ahora bien, e! o j o rad.innce decona el anillo basa1 de
la vasija, indudablemente dedicada a Tlaloc, hallada por Linné
cn el entierro 2 de Xolalpan ( j O ) .La misma asociación del
glifol con el dios de la lluvia se ve en una vasija del Museo Na-
cional a que me he referido al tratar de la flor que sale de la
boca del dios. También está en la decoración de vasija repro-
ciucida en la fig. 4 cilyos otros elementos son todos rmslaciona-
bles con Tlalw. Y asociada al tigre con lengua bífida, nahual
de. Tlaloc, en la vasija reproducida en la fig. 168 cle Die Teo-
'ilzuacán-Kultur ("1. Las p i n t ~ ~ r ade
s T~epantitla nos pro-
porcionan, una vez más, la posibilidad de una nueva interpre-
tación. En efecto, las serpientes que forman la orla de la es-
cena de Tlalocan están decoradas
con rstrellas de mar, y en l*a len-
gua bífida de Tlaloc y en su vestido
se ven esas estrellas a veces corta-
das por la mitad, con lo cual quedan
de forma absolutamentv idéntica
al llamado o j o vacliante. Sugiero,
pues, una relación entre el glifo y I2iq. I I
Tlaloc, y su origen en las estre-
ilas de mar que decoran el vestido del dios.
6 ) Abajo de la banda labial de Tlaloc, en la placa de
barro de la L,Zin. IIc y en los tocados de las cabezas del dios colo-
cadas sobre las ondulaciones de las serpientes en la orla del
Tlalocan de Tepantitla, hay un glifo (fig. 14) que tiene la

( 4 8 ) Teotihuuch-K?tltzw, pág. 509-510, 517.


(49) iTenia9t los teotihuacanos conocimicilto del tonalpohualli?,
fig. 11,
(50) Archaeological Rssearches, fig. 26.
(51) E n la fig. 169 de la nusma obra se ve un tigre con el cuerpo
cubierto de ojob radiantes pero la parte de la boca está destruída y no
puede apreciarse si tiene también lengua bífida.
misma forma que el del planeta Venus en los códices mayas
Pérez y Dresden ("2). Beyer ("), sin embargo, lo interpreta
como referencia a la tetrarquia de dioses de la lluvia que residen
en los cuatro puntos cardinales, pero reconoce que difiere p o r
completo de las representaciones en los c6dices de las cuatro
regiones del cielo; aunque esto no es, efectivamente, argu-
mento en contra de su hipótesis, tampoco los hay en su favor,
mientras que la estrecha sernfjslnza señalada por Seler con
algo de significado conocido, está en pro de l a otra identifica-
ción.
7 ) El símbolo de año formado por un trapecio y ur,
triángulo enlazados, conocido en Teotihuacán, forma parte del
tocado de Tlaloc en Copún, Piedras Negras, Uxmal y Castillo-
de Teago, dando al dios un carácter de divinidad de las lluvias
anuales S e g ú n cree Spin-
den (S) No conozco ningún
).

ejemplar procedente de Teo-


tihuracán en que ocurra esa
asociación, pero si la tenemos.
en l~acabeza de Tlaloc repre-
sentada en la figura 5 que,.
'según se h a indicado, pro-.
cede de Jalapazco, y en una
Fig. 15 cabeza de barro de la colec-
ción Seler de los barrios de
Azcapotzalco ( 5 5 ) ; en la vasija de Teotihuacán a que he hecho
referencia a propósito de l a flor colga/nte (9 se ve el glifo d e
año coronado por el penacho d,e Tlalm.
E s posible que sea una variante de ese glifo la mitra que
llevan los Tlaloques niños sostenidos en brazos por Tlaloc en
la orla de1 Tlalwan de Tepantitla (fig. 15). U,na mitra seme-

(52) Cf. SELER,Teotihuaccín-Iiultur, pág. 440.


(53) La población del valle, pág. 174.
(54) The reductwn of Alaya &es, pág. 98. F

(55) Teotihuaeán-Kultur, Iám. XXIV - 2, segunda de la tercera


hilera.
(56) Teotihztncáiz-Kultz~r,fig. 165 a.
Los Dioses de Teotihzcncún 61

,jante lleva un Tlaloc de barro hallado por Linné en Tlamini-


lolpa, en un barrio de T.~otihuacán(j7).
(8) Buen número de cabecitas teotihuacanas lucen un
gran tocado globular aparentemente formado con material flo-
jo, probablemente algodón en rama, que también se encuentra
en la costa atlántica y regiones vecinas (Usumacinta, Altos de
Guatemala) (jS). Tocados globulares que posiblemente repre-
sentan la misma idea ocurren en los relieves de Xochicalco. En
un molde de figurita hallado en Teotihuacán por Linné ("9 se
ve un personaje con anillos sobre los ojos y uno de esos tocados
globulares acojinados. Entre los indios Huicholes los copos de
algodón son símbolos de las nubes de lluvia ( G O ) y no parece
improbable que a esa misma idea y al aztatzontli (bonete de
plumas de garza del dios de la lluvia de los Mexicanos) co-
rrespondan los tocados a que me refiero, y que debamos consi-
derar como sirvientes de Tlaloc a los personajes que los lle-
van.

El dios del fuego

Cuando del estu,dio de los atributos del dios d,e la lluvia


pasamos a l de otros posibles dioses en la cultura teotihuacana,
comprobamos por una parte una importancia mucho menor
(representaciones menores en número y fastuosidad), y por
.otra, inseguridad en su identificación y en sus atrjbntos, o com-
pleta ignorancia de éstos. Ello se debe, como observa Seler, a
que apenas están representados los tipos conovidos del pan-
teón mexicano (G1). Linné, que ha estudiado objetivamente,
.se.gún acostumbra, l a cuestión, acepta la identificación' en el
pante6n teotihuacano del dios de la lluvia y el del fuego; con
dudas, la del personaje con máscara como Xipe (es decir como
dios de ¡la vegetación) ; y en cuanto a una cuarta posible dei-

(57) Teotihuacán Symbols, fig. 6.


( 5 8 ) Cf. SELER,Teotihuacán-Kultur, pág. 463, figs. 54 a, b, lám.
XXVII - l. BUTLER,pág. 646.
(59) ArchaeoJogical Resea~ches,fig. 200.
(60) LUMHOLTZ, tomo 11, pág. 159, 162.
( 6 1 ) Teotihuacún-Kz~ltzcr,pág. 454.
dad, el dios gordo, dice, con razón, que nada sabemos, porque
esa deidad no sobrevivi6 a la vultura teotihuacana ("1.
De ellos, el mejor definido, después del de la lluvia, e s
el del fuego, representado en escultaras en piedra como un
viejo desnudo que sostiene e n la cabeza un %rasero o incen-
ssrio (Lám. IIb) correspondiente al axecuyotl, la mitra del dios
del fuego ( Xiuhtecuhtli Huehueteotl) de los Mexicanos ("3).
E n la cara exterior del brasero hay generalmente una deco-
ración de ojos ( m forma de círculos inscritos e n rombos), sepa-
rados por barras verticales agrupadas en ~ ú m e r ovariable de
uno a cuatro. Son frecuentes también en T>eotihuacánlas cabeci-
tas de barro de viejos que, como dice Seler, no hsemos de tomar
sjmplemente como tales, sino como representaciones del dios ; re-
produce una que lleva una mitra análoga al anecuyoti (G4).
Tamibién entre los Mexicanos el dios del fuego Xiuhte-
cuhtli e r a representado como un viejo desnudo y se llamaba
por otro nombre Huehueteotl, el "dios viejo". Se le represen-
taba con la barba teñida con hule, lo que quizá s e a un indicio
de la procedencia del culto. Se encuentra en el valle de México
desde el período Ticomán antiguo del horizonte Arcaico, y quizii
desde Zaratenco medio ( 6 3 ) . Beyer cree ver una derivación
de los braseros teotihuacanos de Huehueteotl en las chimeneas
de pipa totonacas que repuesentan ancianos (O"). Hasta hoy se
conserva el culto, con el nombre de Tateuali, como muy im-
portante entre los Hua'choles de la sicrra de Nayarit (9.

i E l dios cle la vegetcición?

E n Teotihuacán 111 son comunes las representaciones


((;y de un personaje con el rostro cubierto por una mhscaxa

. (62)Cf. ~MexicaitHighland Cultures, pág. 168, 181, 189.


(63) SELER,Teotihuacún-Kziltu?.,pág. 437.
(64) L. c., pág. 455, fig. 45d.
(65) VAILLANT, pág. 307-309.
(66) Representaciones de antiytios totonacos.
(67) LUMHOLTZ, tomo 11, pág. 128, 140, 164 y sig.
(68) Generalmente en f o r m a de cabecitas de barro, siendo raro
encontrar l a f i g u r a completa. En piedra. solamente conozco dos ejem-
Los Dioscs d e T e ~ t i k - l l n ~ t ? . ~ ~ 5%

sujeta por dos [bandas, una frontal y otra a modo de barbo-


quejo (fig. 16, derecha). E n vista de que algiinas de esas fi-
guritas han conservado su pintura amarilla, que es el color
con que se representaba en la pintura mexicana la piel muerta,
. sugirió Seler ser representaciones de Xipe Totec, nuestro señor
el desollado, dios de la renovación de la vegetacidn ("1. Tam-
bién señal6 la semejanza con el jeroglífico maya Ahau.
L,a cara enmascarada tiene en Teotihuacán tradición
local, como puedr apreciarse en la figura 1 6 donde he dis,->ues-
to l a serie evolutiva. Los tres ejemplares representados han
sido encontrados en los niveles 1, 11 y 111, respeotivamente, de
izquierda a derecha. Hay dudas respecto de la identificaiián

riel más antiguo, puesto' que faltan las bandas de sujeción (y


no hay ihuellas d e ellas), y ha.sta el agujero correspondiente
a la boca; pero no caben respecto del ejemplar del nivel 11, el
que aunque mutilado, conserva señales de haber tenido las ban-

plares, no en bulto redondo, sino grabados; véanse, L a población del vctll~,


l6m. 81c y Mexicayz H i y h l ~ ~ nCz~ltzc~es,
d pág. 105. No está representado
en las pinturas murales ni en l a decoración de vasijas.
(69) Similarity of Design, pág. 196 dice: "los dioses representa-
dos en las pinturas y esculturas vistiendo la piel de un hombre sacrifi-
cado, Xipe Totec y Teteoinnan"; en Teotihuacán-Kultu~,pág. 462-463 no
se refiere a Teteoinnan y hace notar que una figura entera de su propia
colección (ob. c. fig. 53) lleva el taparrabo masculino. E n L a població~t
del valle (que fué escrita conociendo el primer trabajo citado y después
de la publicación del segundo, pero antes de que llegaran ejemplares a
México) Beyer hacehincapié en el carácter masculino del personaje (ob.
c. pág. 170). Evidentemente, puesto que no se han encontrado hasta la
fecha figuritas femeninas, debemos descartar a Teteoinnan.
d a s (hechas por pastillaje, es decir modeladas aparte y adhe-
ridas, que s e desprende fácilmente) VU) y tiene los tres agu-
jeros correspondientes. Debe notarse que e n el fondo de ellos
no s e ven los ojos y la boca del individuo enmascarado, mien-
t r a s que esos rasgas son bien visibles en las cabecitas encon-
tradas en l a capa 111.
Hay argumentos en pro y e n contra de su identificación
con Xipe (¡l). 3% e n la cultura Mazapan, cuyos depósitos cu-
%ren en Teotihuacán a los propiamente teotihuacanos y que
ha sido identificada por Jorge Acosta y sus colaboradores como
tolteca, hay la representación de Xipe, reconocible por buen
número de atributos. Pero ninguno de los característicos del
dios : párpados caídos ; labios apartados ; dos costuras vertica-
les -una a cada lado del rostro- desde l a frente a la quijada
.o dos Iíneas pintadas que las representan (72) ; gorro cónico
adornado con colgantes terminales en forma de cola de golon-
drina (yopitzontli) ; adornos (nariguera, orejeras, brazaletes)
en forma de yopitzontli; faldellín de hojas de zapote (73) ; ta-
parrabo cuyas puntas están recortadas e n forma de cola de
golondrilna; y vestido de piel humana arrugada, aparzce en el
personaje con máscara teotihuacano.
Las diferencias en la m á s s r a se explicarían si, como
supone Alfonso Caso, l a teotihuacana se hacia desollando otra
parte del ouerpo de l a víctima que l a cara, probablemente el
muslo, y practicando en el pedazo de piel agujeros redondos
-correspondiendo a los ojos y a la boca, y que solamente la intro-
ducción de instrumentos de metal permitid más tarde superar
las dificultades técnicas del desollamiento del rostro; pero

(70) Véanse cabezas completas idénticas en La población del


valle, Iám. 96c, d.
(71) Cf. LINNO, Archaeological Researches, p8g. 183 y Apén-
dice 3.
(72) Beyer en su excelente estudio guerrero o dios?, identi-
ficó como costuras esas Iíneas verticales que son resultado de la técnica
d e arrancar en tres partes la piel del rostro de 1a.víctima y coserlas
después.
(73) Alusión a s u o$igen que tuvo en Tznpotlnn, pueblo de Xa-
lisco, según Sahagún, libro 1, cap. XVIII.
Los Dioses de Teotihuacán 55

esta verosímil hipóitesis no explica la ausencia de todos 10s


.otros elementos signifi,n,ativos. Y aunque Xipe, con su carác-
ter de dios de la renovación de la vegetación y de la feounda-
.eión de la tierra, al que se le pide lluvia para que la xiwhcoatl
(serpiente de fuego, sequía) se convierta en quetzalcoatl (ser-
piente de plumas de quetzal, la vegetación nueva) (74),y que
para atraer la lluvia usa su chicauaztli (bastón de sonajas),
instrumento mágico que también usan los tlaloques en la mon-
-taña Poywuhtlan, donde está situado el Tlalocan, .y en general
las deidades de la lluvia, de la tierra y del maíz (75),tendría,
por una parte, buen acomodo en el panteón 'teotihuacano al
lado del muy venerado señoi de las aguas ; por la otra, su culto
sangriento, ta.1 como lo practicaban los Aztecas, no encuadra
dentro de la religión teotihuacana, ya que 'nada de lo que sa-
bemos de ella indica la práctica de sacrificios cruentos.

Abundan en Teotihuacán 111 cabecitas (raramente se


encuentran figuras completas) de un personaje gordo, con ojos
y mejillas abultados. Se ha supuesto que representan a una
deidad de atribuciones desconoridas.
Su distribución abarca además de Teotihuacán, y otros
lugares tipo de la cultura teotihuacana: Axcapotxalco y Las
Col.inas -Cholula- (Puebla), la ribcra del Tesechoacan (S.
de Veracruz), TaBasco, Toxiná (Chiapas) y Lubaantzbn (Hon-
duras Británica P). A esta lista debemos agregar la ribera
del Covolate (vertiente pacífica de Guatemala) (77) y quizá e1
norte de Veracruz (?y.No se encuentra en el valle de México
en culturas post-teotihnacanas ni en los códices ni estelas ma-

(74) SAHAGÚN,tomo V, pág. 149 y siguientes, y comentarios de


SELER, pág. 155.
(75) Seler, comentario al Tlaloc icuic en SAHAGÚN, tomo V,
pág. 47.
(76) C f . BEYER,A Deity Common. Butler, fig. 2b. LINNÉ, AY-
ehaeoloyieal Resea?-ches, pág. 119.
(77) KIDDER,f i g . 90 1 ~ .
(78) Véase SELER,Teotihuacán-Kultur, pág. 520, f i g . 171.
yas. En Teotihuacán decora con frecuencia el anillo basal de los
clásicos vasos trípodes, y se ve en u n ejemplar dentro de hor-
n a c i n a ~en soportes de losa ('9).
Lleva siempre un peinado especial con la frente rapada
y a veces le cae sobre ella un flequillo de pelo corto, un mechón
Q algo que parece un copo de algodón; otras luce dos anillos

colocaclos también s o k e la frente o un tovado formado por tres


penacihos de pluma, dispuestos figurando las alas y la cola de
LIII ave ($O). A veces usa cicrto modelo especial de orejera.
Sea o no realmente la representación de una deidad, su
distribución es sumamente interesante para el estudio de las
~elacionesde la cultura teotihuacana con la de La Venta.

8 Quetxnlcocctl O Tlcc.10~
?

La más hermosa obra de arte teotihuacano que conoce-


mos hasta ahora es, sin duda, l a fachada esculpida en piedra
de una pirámide escalonada que se mnoce, incluso en l a Guía
Oficial publicada por el. Instituto Nacional de Antropología e
Iiistoria, con el nombre de templo de Qu.~tzalcoatl(Lám. I I a ) .
Tanto los tableros, cerrados con el marco rectangular sdizr;tc
característico, como los breves taludes, están decorados con
serpientes emplumadas. Las cabezas d.2 las serpientes que d e
coran los tableros están realizadas e n bulto redondo, proyec-
tadas hacia el frente; saliendo de entre las ondnlaciones de las
serpientes hay otras cabezas que han sido identificadas como
representaciones de Tlaloc Youalcaatl (S";), u n dios za-

(79) SELER, Teotihz~a~á~z-Kziltur,


pág. 505-506, lám. LXII-2.
LINNI~,
Archaeological Researches, pág. 3 19.
(80) Véase LINNÉ, RIexican ~ G h l a n d Cultures, 'fig. 106 p
KIDDER,fig. 90k. BUTLER,pág. 646, sugiere l a relación del hombre gordo
con el culto de la lechuza. E n l a vasija reproducida por SELER (Teot+
huacan-Kultur, fig. 166a) el motivo principal de l a decoración es u n a
lechuza y sobre el anillo basal hay aplicadas cabezas del dios gordo pera
no estoy seguro de que esa asociación sea significativa.
(81) GAMIOen La población del v a l b , pág. LXVI.
(82) La serpiente negra, nocturna, una forma de Quetzalcoatl.
Wigberto Jiménez Moreno en la Advertencia preliminar a Uncc elegin
tolteca de Lehmann.
Los Dioses de T ~ o t i h z i u c ú ~ ~ 57

poteca (S3) o la diosa Itzpapalotl L a pi:dra estaba rica-


. mente policromada, siendo verdes las plumas que cubren los
cuerpos de serpiente.
L a denominación can que se le conoce fué consecuencia
lógica de las ideas, corrientes e n la época de su descubrimiento,
que identificaban Teotihuacán con la Tula tradicional, la ciu-
dad de Quetzalcoatl. Pero resuelto y a de modo convincente el
problema tolteca, cabe cierto escepticismo sobre l a exactitud
del nombre. ¿'Qué elementos hay en él, realmente, que permi-
t a n esa designación? Lo importante no es, por supuesto, deci-
dir si podemos llamar "quetzalcoatl" a una serpiente revestida
de plumas de quetzal; esto es, al mismo tiempo que evidente,
nada más que un juego de palabras. L o importante es saber si
Iiay pruebas positivas d e que los teotihuacanos tuvieron el con-
cepto de Quetzalcoatl -dios creador- héroe cultural -dios
del viento- planeta Venus. Y los datos en Teotihuacán son
los siguientes :
1) ,Ninguno de los elementos que caracterizan a Quet-
zalcoatl en representaciones d e culturas posteriores a la teo-
tihuacana (gorro cónico, máscara bucal e n forma de pico de
pato, ehecailacacomatl, epcololli, de.) se encuentra en la fa-
chada esculpida a qme me refiero.
2) Nunca se han encontrado esos elementos en cual-
quier otra representación teotihuacana, no obstante l a riqueza
iconográfica de esa cultura. No es probable que se haya de-
dicado un gran templo a un dios que nunca aparece en repre-
sentaciones menores.
3) La serpiente está, como hfmos visto, indudable-
mente asociada a Tlaloc, seguramente como imagen del rayo

(83) Con~unicaciónverbal del Dr. Caso.


(84) E n Archaeoloyical Researches, pág. 30, Linné dice "re-
present The Obsidian Butterfly, which apparently was an important deity,
p~obably the rain god". Esta interpretación me parece completamente
desprovista de fundamento. No hay nada en la figura comparable a los
rrlementos de la mariposa en el arte teotihuacano; debo aclarar ademác
que las mariposas asociadas a l dios de la lluvia no deben de ninguna
manera confundirse con Itzpapalotl (la mariposa de obsidiana) deidad
chichimeca de origen seguramente diferente.
o de las nubes cargadas de agua, como lo era en la mitología
mexicana y lo es todavía entre los Huicholes. E l dios en sí .
mismo era concebido con elementos serpentinos.
4) L a cabeza de las serpientes emplumadas que en-
marcan la procesión de sacerdotes del dios de la lluvia en el
palacio de Tepantitla es idéntica en forma (carece únicamente
de los anillos sobre la frente) a las que salen de entre las on-
dulaciones de las serpientes en el templo llamado de Quetzal-
coatl. Y no hay duda respecto a la deidad a quien estuvo dedi-
cado aquel palacio.
5 ) Los tableros del cuerpo adosado a la fachada oeste
del monumento antiguo (el de la fachada esculpida), que no
lo destruyó ni cubrió totalmente, sino que fué una ampliación
que conservó descubiertas las fachadas norte, este y sur del
basamento, estuvieron decorados con pinturas, por desgracia
casi totalmente borradas. E n una inspección cuidadosa del mo-
~ u m e n t opude observar todavía ( t n el tablero del primer cuer-
po del lado oeste, al norte de la escalera), uno de los motivos
de la decoración, l a llamada flor colgante (cuya relación con
Tlaloc hemos visto), delineada en azul sobre el fondo rojo.
Me parece que de estos datos podemos extraer la segu-
ridad de que el templo no estuvo dedicado a Quetzalcoatl, sino
al dios de l a lluvia.
Ahora bien, aunque Quetzalcoatl no aparezca individua-
lizado en Teotihuacán, es posible que alguno de los conceptos
clule con él sle relacionan haya existido atlí, pero no Jslada-
mente, sino incluído en l a idea de Tlaloc. Me refiero concre-
tamente al culto de Venus si, como se ha señalado, es efectiva-
mente el glifo de ese planeta el que aparece en algunas repre-
sentaciones relacionado con ese dios.

o t r o s dioses

E n una gran figura de piedra encontrada cerca de la


Pirámide de la Luna y ahora conservada en el Museo Nacio-
al de México, se h a pretendido ver la representación de Ome-
cihuatl o d,e Chalchiutlicue. Seler demostró lo infundado de una
Los Dioses de Teotihz~acLiz 59

y de otra identificación ( S " . La misma falta de base tiene


la identificación que hace el propio Sekr de un guerrero (el
Unico conocido en la cultura teotihuacana) de las pinturas mu-
rales de Teopancaxco, con Mixcoatl o Tlahuimlpantecuhtli.
Ya hemos visto que tampoco hay razón para pretender la exis-
tencia .de un culto a Teteoinnan.
Como ausencia significativa debemos señalar el culto d
águila y a los dioses de la guerra. Es indudable hoy día que
esos elementos fueron introducidos en el valle de México en
tiempos posteriores a la ruina de la ciudad de Teotihuacán.

(85) Teotihiiacccn-lizbltw, pág. 436.


B I B L I O G R A F I A

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Znsiiticto Xucio~ialde A~rtt,opologic~


e Historia
I P., LOS dioses de ~ e o t i h u b á n
ARMILLAS

a) Tepnntitln, Sacerdote alel dios de ln Ilnvin.


b) E l gnrnfso del dios de In Iluvin. F'inturns de Tegnntitla.
ARMILLASP., LOS dioses de Teotihuacán LAMINA11

a) Teiiii~lode Quet%nlcoatl.Tcotiliuncáii. b) Inoeiisnrio de piedrn. B I i i n w <le Teo-


tiliundin. e), d) y e) Placas de barro. fi'eotihnnedin.
Wip. 1. - Norte de Chile, con l a situnción de las loenlidades nom-
bradas en el trabnjo.

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