Duelo simbólico para un doble, heredero universal o síndrome de
fantasma cuando la persona ha fallecido siendo adulta:
Antes, es bueno darnos cuenta de cómo las vivencias de esta persona, tienen influencia en nuestra
vida. Puede que estemos repitiendo patrones de conducta, formas de vivir, miedos, etc. Incluso
puede que lo hagamos todo al revés de esta persona (estaríamos entonces reparando). Cuando
nos hayamos dado cuenta al menos de algunas cosas que heredamos, empieza este proceso:
1.- Escribimos una carta a esa persona, en la carta le hablamos de cómo inconscientemente
tenemos la tendencia de repetir sus historias, o repararlas. Le hablamos también desde nuestro
corazón, como si tuviésemos una conversación con esta persona, le podemos hablar de lo que
sintamos. Nos dejamos fluir, que hable nuestro corazón.
2.- Terminamos la carta con este texto o algo parecido que sintamos:
“Gracias por todo, gracias por todos los programas, conflictos e historias que heredo de ti (aquí lo
podríamos personalizar), hasta ahora me sirvieron, pero YO NO SOY TÚ. Ya no necesito seguir
duplicando o reparando tus programas, conflictos e historias. Acepto la vida tal cual se me ha dado
y a partir de ahora sigo yo, para hacer de mi vida lo que yo desee hacer. Me libero como un acto de
amor, ya que al liberar los programas, también te libero a ti y al clan. Gracias.”
Aquí hay muchas frases que podríamos utilizar, a mi me gusta mucho esta …
Imaginemos que estamos siendo fieles a una abuela que no pudo vivir una relación de pareja feliz,
le diríamos: “Abuela, mírame con buenos ojos, si yo me permito vivir feliz en pareja. Y en la
medida que yo me lo permito, también tú a través de mi, puedes sanar esa relación”.
“Abuelo, dejo contigo (aquí ponemos la experiencia que yo repito) asumiendo que tú eres mucho
más grande que yo. Tú puedes con eso. Yo sólo puedo tomar la vida que me llega de ti y hacer algo
útil hacia la vida que sigue, también en tu memoria. Te honro y te doy un buen lugar en mi
corazón. Gracias por liberarme de esto.”
Les recomiendo utilizar la que más les llegue, o que lo hagas incluso con tus palabras.
3.- Una vez que tenemos la carta escrita, la quemamos y las cenizas las enterramos junto a una
semilla. Mi recomendación es hacerlo en la naturaleza, pues el simbolismo es mayor (es algo que
entrego a la vida, al universo o como quieras llamarlo), y la semilla que plantemos si es de alguna
planta o flor que es significativa para nuestra familia, para esa persona a la que escribimos la carta
o para nosotros, mejor.
El inconsciente entiende algo así: Estos programas son quemados, ya no viven en mí. Como no
están vivos en mí, los entierro, y planto una semilla que simboliza una nueva vida que nace a partir
de este acto de amor.