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El Sentimiento de La Soledad en La Vejez

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Revista Internacional de Sociología RIS

vol. 76 (1), e085, enero-marzo, 2018, ISSN-L:0034-9712


https://doi.org/10.3989/ris.2018.76.1.16.164

EL SENTIMIENTO DE SOLEDAD THE FEELING OF LONELINESS


EN LA VEJEZ IN OLD AGE
Juan López Doblas
Universidad de Granada, España.
[email protected]
ORCID iD: https://orcid.org/0000-0002-0145-355X

María del Pilar Díaz Conde


Universidad de Granada, España.
[email protected]
ORCID iD: https://orcid.org/0000-0001-6289-1126 Copyright: © 2018 CSIC. Este es un artículo de
acceso abierto distribuido bajo los términos de la
licencia de uso y distribución Creative Commons
Reconocimiento 4.0 Internacional (CC BY 4.0).
Cómo citar este artículo / Citation: López Doblas, J. y M.
P. Díaz Conde. 2018. “El sentimiento de soledad en la ve-
Recibido: 17/11/2016. Aceptado: 25/09/2017.
jez”. Revista Internacional de Sociología 76(1): e085. https://
doi.org/10.3989/ris.2018.76.1.16.164 Publicado online: 22/03/2018

abstRaCt
Resumen Our purpose is to look into one of the social problems
Nuestro objetivo es indagar sobre uno de los problemas affecting the most to older people, namely the feeling
sociales que más afectan a las personas mayores, el of loneliness. We intend to approach this problem
sentimiento de soledad, distinguiendo entre las dimen- differ-entiating its social and emotional dimensions.
siones emocional y social. Utilizando una estrategia me- Through a qualitative methodological strategy ‒focus
todológica cualitativa, con el grupo de discusión como groups as procedure to raise data and Grounded
técnica de producción de información y la teoría funda- Theory as ana-lytical perspective‒ we study how that
mentada como técnica de análisis, investigamos acerca feeling is expe-rienced among a profile of older
de cómo lo experimentan las personas mayores viudas persons particularly affected by loneliness: older
que viven solas, que constituyen un grupo de población widowed persons living alone. Our findings prove that
que lo sufre especialmente. Hemos constatado que pa- these persons suffer from emotional loneliness,
decen soledad emocional, sobre todo, quienes enviudan especially those who enter wid-owhood at a later
a edad avanzada, tras varias décadas de matrimonio. age and after decades of marriage. This feeling is
Es un sentimiento ligado al vacío conyugal, con la noche linked to the loss of their spouse and it is at night when
como marco de aparición más propenso. Además, en- it is more likely to emerge. Moreover, wid-owhood
viudar conlleva el riesgo de sufrir soledad social, debido comes along with the risk of social loneliness
al distanciamiento relacional que suele producirse con because of the relational distancing from friends who
las amistades matrimoniales. También hemos apreciado used to be connected to the married couple. We
diferencias de género en la incidencia del sentimiento have identified as well gender differences regarding
de soledad, con una especial fragilidad de los varones the im-pact of loneliness, being men those who are
para combatirlo. especially frail to confront it.

Palabras Clave KeywoRds


Metodología cualitativa; Soledad emocional; Soledad Emotional loneliness; Living Alone; Qualitative Method;
social; Vida en solitario; Viudedad. Social loneliness; Widowhood.
2 . JUAN LÓPEZ DOBLAS Y MARÍA DEL PILAR DÍAZ CONDE

Introducción subjetiva y negativa, resultado de una evaluación cog-


nitiva en la que existen discrepancias entre las rela-
Las relaciones de pareja motivan importantes tran- ciones sociales que desean las personas y las que
siciones en la vida de las personas. Primeramente, poseen realmente. Esta definición es heredera de una
cuando se constituyen, al establecerse una situación teoría formulada hace bastante tiempo por Perlman y
de convivencia sea matrimonial o de cohabitación; Peplau (1981:31) en el ámbito de la psicología social,
más adelante, cuando se disuelven, por divorcio o pero que continúa siendo muy aceptada por la comu-
viudez, tras un período más o menos extenso de vida nidad científica internacional: la soledad es “una ex-
en común. En la vejez, los casos de pérdida de la periencia desagradable que ocurre cuando la red de
pareja, debidos sobre todo a la viudez, son mucho relaciones sociales de una persona es deficiente en
más frecuentes que los de emparejamiento (López, algún sentido importante, sea cuantitativa o cualitati-
Díaz y Sánchez 2014); pero, como la esperanza de vamente”, afirmaron. Dicha definición, por otro lado,
vida no deja de crecer, ocurren a una edad cada vez incorpora elementos de la propuesta por De Jong
más tardía. El alargamiento de la etapa matrimonial Gierveld (1987), al concebir la soledad como un senti-
está generando el incremento de las personas mayo- miento que llegan a sufrir las personas al percibir una
res que viven exclusivamente con la pareja: cuando falta de relaciones sociales, insatisfactoria o inadmisi-
experimentan la viudez, suelen permanecer en el do- ble, bien porque su número es inferior al que desean o
micilio propio, viviendo ya en solitario. Por otra parte, bien porque no aportan la intimidad esperada.
hay personas mayores que enviudaron en un mo-
mento anterior de su curso vital y quedaron al frente El sentimiento de soledad debe diferenciarse del
de familias monoparentales: muchas de ellas pasan aislamiento social. Ambos conceptos están interrela-
a vivir solas al emanciparse los hijos (López 2005). cionados, pero no aluden a lo mismo. El sentimiento
El hecho de que ocupen un hogar unipersonal, lle- de soledad obedece a una insatisfacción motivada
ven haciéndolo meses, años o décadas, condiciona por la falta de ciertas relaciones o la pérdida de ca-
la existencia de las personas mayores: satisface sus lidad en los contactos con otras personas; es decir,
necesidades de libertad, autonomía e independencia tiene que ver con la manera en que los individuos
con respecto a la familia (López y Díaz 2013), pero perciben, experimentan y evalúan la falta de comu-
también las expone a problemas de índole material nicación interpersonal. El aislamiento social con-
y/o emocional, entre ellos el sentimiento de soledad. cierne a las características objetivas de una situa-
ción marcada por la escasez de relaciones sociales
En España el sentimiento de soledad constituye (Havens et al. 2004; Wenger et al. 1996). Una de
un objeto de estudio prácticamente inexplorado por las consecuencias del aislamiento social puede ser
la sociología y poco tratado por las demás ciencias el sentimiento de soledad, aunque teniendo pocos
sociales. En otros lugares, sin embargo, viene inspi- contactos sociales unas personas llegan a sentirse
rando numerosas investigaciones durante las últimas muy solas y, otras, nada en absoluto (Cloutier-Fisher,
décadas. Se da la circunstancia de que autores ex- Kobayashi y Smith 2011), ya que depende de sus
tranjeros han medido la prevalencia de este proble- deseos y sus expectativas respecto a las relaciones
ma social en España, generalmente por encuesta, sociales (de Jong Gierveld, van Tilburg y Dykstra
comparándola con la registrada en otros países: 2016). Igual pasa con el hecho de vivir en solitario:
todos ellos han concluido que resulta más elevada ello no conduce necesariamente al sentimiento de
aquí que en cualquier sociedad del centro o norte de soledad, aunque en muchos casos supone un factor
Europa (Fokkema, de Jong Gierveld y Dykstra 2012; desencadenante (Victor et al. 2000).
Yang y Victor 2011; Sundström et al. 2009), pero sus
trabajos han sido publicados en revistas internacio- Diversos autores, siguiendo la propuesta de Weiss
nales y no han tenido demasiada repercusión en la (1973), distinguen en sus análisis dos dimensiones
sociología española. El nuestro tiene como objetivo básicas del sentimiento de soledad, que pueden dar-
paliar este déficit de conocimiento: indaga acerca del se en paralelo: la soledad emocional, motivada por la
sentimiento de soledad en España, particularmente ausencia de una figura íntima o confidente en la vida
en la vejez, en el marco de la viudedad y los hogares de las personas, como la pareja o una estrecha amis-
unipersonales. Lo hace aplicando metodología cua- tad; y la soledad social, causada por la falta de una
litativa, lo cual representa otra aportación novedosa red amplia y efectiva de familiares, amigos o vecinos,
pues la inmensa mayoría de los estudios internacio- lo que conduce a una integración social deficiente
nales, incluyéndose los pocos que se han realizado (Dahlberg y McKee 2014; Liu y Rook 2013; Dykstra y
en nuestro país, son de corte cuantitativo. De Jong Gierveld 2004; van Baarsen 2002). Aunque
la soledad, tanto en su componente emocional como
social, es un sentimiento capaz de afectar a los in-
Marco teórico dividuos en cualquier momento de su curso vital, la
literatura especializada coincide en que las personas
Definición de conceptos mayores son especialmente vulnerables: tienen más
De acuerdo con De Jong Gierveld, Keating y Fast riesgo de sufrirlo porque están expuestas a eventos
(2015), el sentimiento de soledad es una experiencia críticos que generan cambios sustanciales en sus re-

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EL SENTIMIENTO DE SOLEDAD EN LA VEJEZ . 3

laciones sociales (Nicolaisen y Thorsen 2014; Victor tratado sobre las diferencias de género en la sole-
y Yang 2012). Pero otro hecho constatado es que su dad, argumentan que las mujeres la padecen en una
incidencia resulta dispar entre unas y otras, depen- magnitud superior. Este hecho puede deberse a que
diendo de ciertos factores asociados con su origen. los varones son más reservados al reconocer en las
encuestas que sufren el problema (de Jong Gierveld,
Desacuerdo al asociarse el sentimiento de van Tilburg y Dykstra 2016), así como a la desigual
soledad con la edad y el sexo exposición de unas y otros a los principales factores
de riesgo que lo motivan, como la viudez (Aartsen y
Hay estudios que han descubierto una relación Jylhä 2011). Lo cierto es que otros muchos trabajos
positiva entre la edad de las personas mayores y la defienden que afecta más a las mujeres (Nicolaisen
prevalencia del sentimiento de soledad. Por ejemplo, y Thorsen 2017; Iecovich, Jacobs y Stessman 2011;
Dykstra, van Tilburg y de Jong Gierveld (2005) afir- Savikko et al. 2005), incluso si analizan a personas
man que la experimentan, sobre todo, las ancianas. de cualquier edad (Victor y Yang 2012).
Pinquart y Sörensen (2001) observan que, a partir
de los 80 años, su incidencia crece regularmente. Otras publicaciones, en sentido contrario, descri-
Victor y Yang (2012:99), analizando el conjunto de ben a los varones como las víctimas principales del
la población, constatan cómo la relación entre edad sentimiento de soledad (de Jong Gierveld, Keating y
y soledad no muestra un incremento lineal, sino una Fast 2015; Scharf y De Jong Gierveld2008; Stevens
distribución en forma de U con niveles de soledad y Westerhof 2006; Dykstra 1995). Incluso las hay
relativamente altos en las personas menores de 25 que, a vueltas con los factores que predisponen para
años y en las mayores de 55, frente a ratios más que las personas mayores lo experimenten, no apre-
bajas en las edades intermedias: los “puntos de rup- cian que el sexo llegue a establecer diferencias signi-
tura” a partir de los cuales la soledad crece conside- ficativas a nivel estadístico (Liu y Rook 2013). Otros
rablemente son los 55 años para las mujeres y los trabajos obtienen unos resultados mixtos al compa-
75 años para los varones. Asimismo, Dahlberg et al. rar lo que sucede en diferentes lugares: Sundström
(2015), Nicolaisen y Thorsen (2014) y Losada et al. et al. (2009), con datos de una encuesta aplicada en
(2012) avalan que existe una asociación significativa doce países europeos, constatan que en nueve no
entre la edad de las personas mayores el grado en alcanza a darse la asociación soledad-sexo, pero sí
que se sienten solas. Pero también encontramos in- en tres: España, Francia y Grecia, donde la proba-
vestigaciones negando dicha asociación, como las bilidad de que aparezca el sentimiento es superior
que realizan Sundström et al. (2009) en Europa, De para las mujeres. No obstante, las investigaciones
Jong Gierveld, Keating y Fast (2015) en Canadá, o realizadas en nuestro país también discrepan acerca
Iecovich, Jacobs y Stessman (2011) en Israel. Y las de si sufren más soledad las mujeres (Losada et al.
hay que, al comparar diversos países o personas de 2012; Del Barrio et al. 2010) o los varones (Prieto et
distinto estado civil, ofrecen resultados mixtos. Yang al. 2011; Sánchez et al. 2009).
y Victor (2011), con datos de la Encuesta Social Eu-
ropea de 25 países, afirman que la relación positiva El estado civil, factor determinante del
entre la edad de las personas mayores y el senti- sentimiento de soledad
miento de soledad se produce en unos sí y en otros
La literatura internacional sí que muestra un claro
no: en España, según indican, es fuerte. Sin embar-
consenso vinculando el sentimiento de soledad con
go, Sánchez, de Jong Gierveld y Buz (2014) no la
el estado civil de las personas mayores. Una circuns-
aprecian en España, aunque sí en Holanda. Peters
tancia clave es si tienen o no pareja, dado que suele
y Liefbroer (1997) sostienen que existe asociación
constituir su principal fuente de apoyo: quienes no
pero que cambia de signo dependiendo de cuál sea
la poseen, sean varones o mujeres, son mucho más
el estado civil de las personas mayores: si tienen
vulnerables al sentimiento de soledad que quienes sí
pareja la soledad afecta más a las ancianas que a
tienen pareja (Lykes y Kemmelmeier 2014; Pinquart
las más jóvenes, mientras que si no la tienen ocurre
2003). Varios estudios longitudinales coinciden en
al revés. Heylen (2010), centrándose en la soledad
señalar que el hecho de que las personas mayores
social, concluye que las personas de 75 o más años
pasen de estar casadas a no estarlo predice bastante
la sufren menos que las de 55-74, al declararse más
bien el incremento en los niveles de soledad (Victor
satisfechas con sus relaciones sociales.
y Bowling 2012; Aartsen y Jylhä 2011; Dykstra, van
La relación entre el sentimiento de soledad y el Tilburg y De Jong Gierveld 2005). En este sentido,
sexo de las personas mayores también ha sido objeto se ha recalcado el efecto protector que tiene el ma-
de numerosas investigaciones. Y cabe destacar que trimonio y en general las relaciones de pareja contra
tampoco llegan a ofrecer resultados concluyentes. Al- el sentimiento de soledad, así como la especial pro-
gunas constatan que la soledad afecta más a las mu- pensión que tienen a sufrirlo las personas viudas o
jeres que a los varones, mientras otras encuentran divorciadas (de Jong Gierveld, Keating y Fast 2015;
justamente lo contrario. Pinquart y Sörensen (2001), Dahlberg y McKee 2014; Savikko et al. 2005; Dykstra
tras realizar un meta-análisis de estudios que han y De Jong Gierveld 2004).

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4 . JUAN LÓPEZ DOBLAS Y MARÍA DEL PILAR DÍAZ CONDE

Si la viudedad y el divorcio suponen un riesgo menores tasas de soledad”. En general, sugieren


para la soledad, la soltería no parece serlo tanto: Victor y Yang (2012), el hecho de residir en hogares
entre las personas mayores sin pareja, afecta me- que no son unipersonales es uno de los principales
nos a las solteras que a las que han estado casadas factores que protegen a las personas mayores con-
alguna vez. Es así, según Dykstra (1995), porque tra el sentimiento de soledad.
están más acostumbradas a la independencia y han
Que vivir en solitario constituye un factor de riesgo
desarrollado estrategias eficaces para satisfacer sus
para la aparición del sentimiento de soledad en la ve-
necesidades emocionales y sociales. Para quienes
jez ha sido apreciado en lugares del mundo tan distan-
han estado casadas previamente, ahora bien, es fun-
tes geográfica y/o culturalmente como Estados Unidos
damental el tiempo que haya transcurrido desde que
(Park et al. 2017), China (Yang y Victor 2008), Japón
acabó su matrimonio dado que la prevalencia de la
(Takagi y Saito 2015) y, dentro del continente europeo,
soledad es menor si llevan mucho de viudas o divor-
los países nórdicos (Nyqvist et al. 2013), Reino Uni-
ciadas que si su etapa matrimonial es reciente(Victor
do (Brittain et al. 2017) y España (Sánchez, De Jong
y Bowling 2012; Peters y Liefbroer 1997). El estudio
Gierveld y Buz 2014; Losada et al. 2012; Del Barrio
longitudinal que realizan Utz et al. (2014) revela que,
et al. 2010; López 2005). Entre las personas mayores
con independencia del grado en que este sentimien-
que viven solas, ahora bien, los varones parecen sentir
to afecte a las personas en el momento de enviudar,
la soledad en una magnitud superior que las mujeres.
su incidencia decrece con el paso del tiempo. Van
Pinquart (2003) argumenta que los viudos se encuen-
Baarsen (2002) también lo constata, particularmente
tran especialmente expuestos a ella ya que suelen
respecto a la soledad emocional.
tener grandes problemas de adaptación a la falta del
La relación entre la soledad y el estado civil de cónyuge en casa. Greenfield y Russell (2011), por su
las personas mayores parece encubrir diferencias de parte, afirman que el sentimiento de soledad afecta en
género. Pinquart (2003) y Peters y Liefbroer (1997) grado más elevado a los varones que a las mujeres si
las encuentran entre aquellas que no están casadas: viven en solitario, mientras ocurre lo contrario caso de
los varones sienten más soledad que las mujeres al que convivan con hijos y sin la pareja.
acusar sobremanera la pérdida de la pareja y tener
más problemas para llevar una vida autónoma. Sin
embargo, no las hallan significativas entre las per- Objetivos y estrategia
sonas casadas, lo cual contradice a lo apuntado por metodológica
otros autores: el sentimiento de soledad, consideran Como acabamos de exponer, durante las últimas
Stevens y Westerhof (2006), afecta más a los varo- décadas multitud de investigaciones han tratado,
nes también en el matrimonio dado que las mujeres fundamentalmente por encuesta, cuáles son los
disponen de más variedad de redes sociales para principales determinantes del sentimiento de so-
lograr compañía y apoyo. Kamiya et al. (2014), por ledad entre las personas mayores. Aunque no hay
su parte, afirman que entre las personas mayores no acuerdo sobre si lo experimentan más los varones o
casadas los varones sufren más la soledad, mientras las mujeres, ni tampoco sobre si su prevalencia cre-
que entre las casadas lo hacen las mujeres. Dykstra ce con la edad, sí que existe un amplio consenso
y de Jong Gierveld (2004), por último, sostienen que al destacarse tanto la viudedad como el hecho de
los varones tienen más riesgo que las mujeres de vivir en solitario como dos importantes factores de
experimentar tanto la soledad emocional como la so- riesgo para su aparición. Ello motiva el objetivo prin-
cial, estén o no casados. cipal del presente trabajo: investigar acerca del sen-
timiento de soledad en las personas mayores que
Vivir en solitario expone al sentimiento de viven solas en España, gran parte de las cuales se
soledad encuentran viudas. Inicialmente nos planteamos va-
rias preguntas de investigación. ¿Cómo lo describen
Otro hecho bastante apuntado en la literatura in-
dichos actores sociales? ¿Qué consecuencias tiene
ternacional es la desigual prevalencia que tiene el
la viudedad sobre el sentimiento de soledad, en sus
sentimiento de soledad dependiendo de cuál sea la
dimensiones tanto emocional como social? ¿En qué
forma de convivencia de las personas mayores. Las
circunstancias suele activarse? ¿Existen diferencias
que habitan en hogares unipersonales son quienes
de género respecto a su incidencia?
más lo sufren y las que conviven con la pareja, en
una situación familiar de nido vacío, quienes menos. Decidimos indagar sobre el sentimiento de soledad
Lo constatan Lykes y Kemmelmeier (2014), De Jong aplicando metodología cualitativa, por dos razones.
Gierveld, Dykstra y Schenk (2012) y Sundström et al. En primer lugar, porque el grueso de los estudios rea-
(2009) en todos los países europeos que analizan, lizados hasta la presente sobre este problema social
sin excepción alguna. Scharf y De Jong Gierveld ha utilizado herramientas cuantitativas, orientadas a
(2008:113) encuentran, en su estudio comparativo medir su prevalencia en términos generales o en gru-
entre Holanda y el Reino Unido, que “tener a la pa- pos específicos de personas mayores (distinguiendo
reja en el hogar está consistentemente asociado con por sexo, edad, estado civil, nacionalidad, etc.). Es

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EL SENTIMIENTO DE SOLEDAD EN LA VEJEZ . 5

evidente el déficit de conocimiento cualitativo que sentimiento de soledad emergió en los debates sin
existe acerca del sentimiento de soledad y, de ahí, la necesidad de que el moderador lo planteara, gene-
necesidad de saber cómo lo conciben actores socia- rando una honda reflexión en todos ellos, de cuyo
les particularmente expuestos al mismo. En segundo análisis se ocupa el presente trabajo. Conviene re-
lugar, desde una óptica sociológica, el sentimiento calcar que en los ocho participaron fundamentalmen-
de soledad constituye un objeto de estudio bastante te personas viudas (en el 3 y en el 4 todas ellas lo
apropiado para un abordaje cualitativo, puesto que eran), que fueron reclutadas por profesionales en
se enmarca en la dimensión subjetiva de la realidad centros de día existentes en las diversas localidades
social: nuestra pretensión era comprender el sentido donde realizamos el trabajo de campo.
que tiene para las personas mayores que lo experi-
Los grupos de discusión fueron grabados en au-
mentan a través de sus discursos, producidos libre
dio con permiso de los participantes. El investiga-
y espontáneamente. No queríamos analizar el sen-
dor principal del estudio se encargó de moderarlos
timiento de soledad como un hecho social, sino in-
y transcribirlos, buscando los mejores materiales
terpretando el significado que le otorgan los actores
de campo posibles. Como estrategia de análisis uti-
sociales. Por eso recurrimos al grupo de discusión
lizamos la Teoría Fundamentada (Glaser y Strauss
como técnica de producción de datos.
1967). Revisamos los textos detenidamente, identifi-
Dicha técnica fue empleada en el marco de una cando fragmentos relevantes y vinculándolos según
investigación sobre la situación de las personas ma- el contenido. Seguimos un proceso de codificación
yores que viven solas en España. Como estrategia abierta, que nos permitió además descubrir subca-
de muestreo, decidimos recoger una variedad signi- tegorías y categorías significativas. Luego pasamos
ficativa de experiencias, una tipología de actores so- a agrupar esas información es por temas, mediante
ciales implicados en el objeto de estudio: no es igual una comparación constante (Strauss y Corbin 2002).
vivir en solitario en la vejez siendo varón que siendo Establecimos nueve categorías teóricas, recogiendo
mujer (tanto dentro como fuera de casa, las actitu- claves para comprender cómo afecta el sentimien-
des y los comportamientos son distintos); ni es igual to de soledad a los actores sociales, que seguimos
hacerlo en una zona rural que en una gran ciudad (la relacionando hasta encontrar las cuatro principales
familia, el vecindario, la participación social, los es- que estructuran el análisis: la primera referida a la
tilos de vida, etc. suelen tener, asimismo, rasgos di- soledad emocional, la segunda a la soledad social,
ferentes). Tampoco es lo mismo residir en Andalucía la tercera a las diferencias de género y la cuarta a
que en Asturias, dos comunidades autónomas con los recursos empleados contra la soledad. Así fui-
indicadores dispares en términos demográficos, eco- mos precisando el sentido de todas ellas y alcanzan-
nómicos, sociales y culturales, incluso climáticos. La do la suficiente saturación teórica (Charmaz 2006):
combinación de todos estos factores motivó la rea- las integramos sobre una categoría central, logrando
lización de ocho grupos de discusión (Tabla I), que una propuesta interpretativa acorde con el mensaje
nos permitieron recoger una abundante información capital contenido en los discursos: la soledad como
sobre cuatro aspectos principales: razones para vivir sentimiento motivado por la experiencia de enviudar
en solitario, vínculos familiares, relaciones sociales en la vejez y agravado por el hecho de residir en un
y problemas que les afectan. Entre estos últimos, el hogar unipersonal (Tabla II).

Tabla I.
Descripción de los grupos de discusión.

Varones Mujeres

Rural Urbano Rural Urbano

GR1 (Moreda) GR2 (Gijón) GR3 (Coaña) GR4 (Oviedo)


9 participantes 8 participantes 6 participantes 10 participantes
Asturias (7 viudos) (6 viudos) (todas viudas) (todas viudas)
Edad: 74-92 años Edad: 70-95 años Edad: 70-85 años Edad: 66-83 años
Duración: 78min. Duración: 111 min. Duración: 108 min. Duración: 101 min.

GR5 (Nerva) GR6 (Almería) GR7 (Ronda) GR8(Sevilla)


8 participantes 6 participantes 11 participantes 10 participantes
Andalucía (6 viudos) (4 viudos) (10 viudas) (6 viudas)
Edad: 66-83 años Edad: 69-84 años Edad: 63-83 años Edad: 68-81 años
Duración: 105 min. Duración: 78 min. Duración: 126 min. Duración: 95 min.

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6 . JUAN LÓPEZ DOBLAS Y MARÍA DEL PILAR DÍAZ CONDE

Tabla II.
Estrategia de análisis seguida.

CATEGORÍAS
SUBCATEGORÍAS CATEGORÍAS PRINCIPALES CATEGORÍA CENTRAL
TEÓRICAS
Enviudar prematuramente
Importancia del curso vital
Viudez reciente

Calidad matrimonial
La huella de la etapa El vacío conyugal como causa
matrimonial de la soledad emocional
Vivir sin compañía
La noche activa la soledad
Regresar a casa
emocional
Momento de acostarse
Amistades matrimoniales
Distanciamientos
Aislamiento social
relacionales Viudedad y riesgo de soledad
social
Nuevas amistades
La soledad ligada a la
Grupo de iguales viudedad y a los hogares
El control social
unipersonales en la vejez
Peor adaptación a la viudez
Redes sociales más
Problemas para mantenerse independientes limitadas
Diferencias de género en la
incidencia de la soledad
Desigual apoyo social
Menor recepción de apoyo
Alcance de la ayuda familiar emocional
Radio y televisión

Animales y plantas
En casa
Tareas/aficiones domésticas Recursos contra la soledad

Visitas/compras improvisadas
Fuera del domicilio
Pasear, encuentros casuales

Resultados Yo creo, para mí es peor, ¿eh?, que nos pille mayor


es mucho peor que cuando se es joven, porque de
joven tienes a los hijos pequeños, tienes la inquietud
El vacío conyugal, causa de la soledad de que tienes que llevar a tus niños adelante y los
emocional tienes a ellos. Pero personas buenas como el mío,
¿eh?, yo hablo por mí, lo tienes que echar de me-
En los ocho grupos de discusión realizados los nos. Y ahora, a la vejez, que estábamos más unidos,
participantes hablaron abiertamente y entre iguales que cada… Tengo dos hembras, cada una está en su
acerca del sentimiento de soledad. Que la viudez casa, y él era para mí mi vida entera, porque sin él no
guarda una estrecha relación con el mismo, como iba yo a ninguna parte, así que lo echo ahora mucho
más de menos; porque te quedas viuda, así de ma-
factor desencadenante, queda patente en todos
yor, y te quedas en el limbo. Yo era en los primeros
ellos. Sin embargo, una circunstancia que pare-
días incapaz de descifrar nada, ¿eh?
ce diferenciar unos casos de otros es la etapa del

curso vital en la que sobreviene. Las personas que
han perdido al cónyuge a una edad avanzada son … Ahora hace año y medio, hace, porque hasta
mayo no me cumple los dos años. Hoy en día… Y
quienes más se identifican como víctimas de la so-
cuando llega la tarde, porque mientras mis hijas vie-
ledad. De hecho, ellas mismas suelen diferenciarse nen, una, la otra…: “mamá, vente a almorzar, mamá,
de aquellas otras personas mayores que enviudaron vente…”. Sí, me voy pero después por la tarde estoy
en una fase prematura de su trayectoria vital: en su sola. Pongo la tele, para escuchar, que me hablen…
día, esas otras personas quedaron al frente de una Para que haya alguien en la casa.
familia monoparental y se vieron ante la necesidad
… Para que… como si hubiera alguien en la casa. Y
de sacar adelante a sus hijos, lo que les sirvió para cuando llega la noche, yo me voy a meter en la cama y
activar una recuperación anímica que las protegió lo echo muchísimo de menos; en segundos y en minu-
contra la soledad. Ellas, en cambio, no han dispuesto tos y a todas horas del día lo estoy echando de menos,
de ese estímulo: porque ya le digo que era mi vida entera (GR8:12-13).

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EL SENTIMIENTO DE SOLEDAD EN LA VEJEZ . 7

Cuando ocurre en la vejez, la viudez suele que- esto, hice esto, pienso hacer esto…”, y comparte
brar una situación de nido vacío, una situación de uno…
hijos emancipados y convivencia exclusivamente ¡Pues lo comentas con los hijos!
con la pareja. Por eso, lo corriente es que quienes la ¿Los hijos? Yo hablo mucho con mis hijos, pero es
experimentan pasen a vivir en solitario prácticamen- distinto.
te de inmediato. Inmersas de repente en un doble Es distinto, ¿eh?, es distinto.
tránsito, tanto en su estado civil como en su forma de No, no, es distinto, es distinto.
convivencia, la adaptación plantea grandes dificulta-
Tú hablas con tu marido y tienes ahí…
des y resulta bastante propensa para que aparezca
el sentimiento de soledad emocional. Los actores so- …
ciales que han atravesado por dicho proceso cifran Sí, ese vacío es lo que no se rellena.
en dos o tres años el tiempo necesario para asimilar ¿Y la familia no lo rellena?
los cambios y acostumbrarse a su nueva realidad. No, porque son…
Pero aun así hemos recogido testimonios de perso- Es irrellenable.
nas sumidas en una profunda crisis emocional, más
El puesto de tu marido no lo ocupa ninguno.
allá de ese período:
Nadie, nadie.
Pues para mí… mejor, no sé, porque todavía yo es-
Por supuesto que no. Sobre todo si es un buen ma-
toy en… ¿cómo se llama?, en… por las nubes toda-
rido, como el mío lo era.
vía. Hace muy poco porque yo no hace nada más
que tres años, pero no acabo de adaptarme a esta No, no se rellena porque cada hijo… Los hijos tie-
vida. nen otra educación, se han educado en otra época,
tienen sus ambiciones que no tienen porqué ser las
¿No se ha adaptado aún? ¿En qué lo nota sobre
mías… Y el marido pues era las mismas necesida-
todo?
des: tuvimos hijos porque lo quisimos los dos, los
En la soledad. educamos porque pensamos los dos que debía ser
En la soledad. así. O sea, es una afinidad, y con los hijos no es así
Hay gente que me dice: “oye, busca pareja, o viaja”, (GR4:29-30).
pero a mí no me apetece viajar. Me dicen: “a Mallor- Por otro lado, existe un amplio acuerdo entre los
ca… que al viajar cambia el asunto”. Pero es lo que actores sociales acerca del momento más propen-
digo yo, que como dice un refrán, pero desde muy
so para que aparezca la soledad emocional: refie-
antiguo, dice: “vayas donde vayas, la tristeza te per-
sigue”. Que la tristeza a mí me persigue, vaya por la
ren generalizadamente la noche, en concreto dos
calle de abajo o vaya por la calle de arriba. O sea que situaciones muy dadas a notar el vacío conyugal. La
yo marcho para… ¿cómo se llama? para otro sitio, y primera es cuando regresan a casa al anochecer,
estoy allá… y es lo mismo, el cambiar de sitio no me sabiendo que nadie les espera dentro y que habrán
quita la soledad. de permanecer en ella, sin disponer de compañía,
¿O sea que se siente usted solo? hasta la mañana siguiente. Cerrar entonces la puerta
Sí. de la calle significa enfrentarse directamente con la
soledad, siendo un contexto bastante propicio para
Sí señor, es así, es así (GR2:15).
la añoranza de la pareja. La segunda es la hora de
Quienes enviudan en la vejez mencionan otras acostarse, dado que ofrece un marco de oscuridad
dos circunstancias que les hace sentir la soledad con y silencio que favorece los recuerdos del cónyuge y
especial intensidad. Una, que la pérdida del cónyuge de la relación matrimonial que tuvieron y que tanto
sea relativamente reciente. Otra, que hayan dejado contrasta con su realidad solitaria actual:
atrás un matrimonio de varias décadas de duración,
un matrimonio que probablemente discurriera por ¿Cuándo se siente más la soledad?
una etapa de relativa calidad relacional, liberado de Por la noche.
responsabilidades laborales, y estuviera disfrutando En el momento en que te echas en la cama.
más que nunca de la vida. Estas personas tienden
Cuanto te acuestas.
a recordar lo felices que fueron junto al cónyuge,
sus excelentes cualidades humanas, el apoyo que En el momento en que te despiertas en la cama. Por
recibieron de él, lo que apreciaban su compañía, la la noche, en el momento en que te despiertas en la
cama sientes la soledad.
ausencia de conflictos graves en su relación y lo es-
table que resultó. Con su pareja tuvieron tanta “afini- Cuando te acuestas.
dad” y compartieron tantas experiencias, aseguran, La noche, la noche.
que su muerte deja un vacío que ninguna otra perso- La noche es lo más malo.
na puede rellenar, ni siquiera los hijos:
Es muy triste.
Echo en falta la compañía... Ahora, ya me acos-
tumbré, pero es que es muy difícil… cuando una Yo…
queda viuda, que falta aquello que… esté enfermo Haces así y así y ves que no hay nadie y dices: “me
él o no esté, si sales llegas y le dices “oye, me pasó cago en Dios” (GR5:39-40).

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8 . JUAN LÓPEZ DOBLAS Y MARÍA DEL PILAR DÍAZ CONDE

Viudedad y riesgo de soledad social salíamos con ellos… Ellos siguen siendo matrimonio
y yo no me voy a acercar a ellos.
Enviudar, además de motivar el sentimiento de so-
Sí, sí, sí. Así es.
ledad emocional entre las personas mayores, puede
generar cierto aislamiento social. La causa principal Bueno sí: “hola” y “¿cómo estás?”, pero pierdes ya
el contacto, porque no vas a ir ya a un bar con ellos.
es porque tienden a desvincularse de aquellos matri-
monios que formaban sus redes de amistad mientras No se está bien, no se está bien, no es lo mismo.
vivía el cónyuge. No es que llegue a desaparecer por Y entonces ya te aíslas
completo el trato con ellos, sino que se produce un Quedas desplazado.
distanciamiento relacional, dado que las personas Eso es.
viudas no desean compartir sus actividades sociales, Se pierde todo, se va perdiendo todo (GR2:34).
máxime los momentos de ocio, con quienes siguen
casadas. En este sentido, “la amistad ya no es la Como estrategia de compensación, suele produ-
misma”. En los grupos de discusión con participación cirse un giro relacional hacia el grupo de iguales:
de varones es donde más se ha reparado en esta prefieren rodearse de personas más o menos coe-
otra consecuencia adversa de la viudez: táneas y que tampoco tengan pareja. Y añaden otro
importante condicionante: que sean de su mismo
¿Desde que han enviudado han ganado o han
perdido amigos?
sexo. Ello significa que, tras enviudar, también acaba
resintiéndose, más profundamente si cabe, el con-
Tengo los mismos. Los mismos amigos que tenía
tacto con personas del sexo opuesto con las cuales
antes son los que tengo ahora.
mantenían amistad en la época matrimonial. El temor
Los amigos no tienes por qué… Porque hayas en-
a recibir la crítica social, caso de seguir relacionán-
viudado no van a dejar los amigos de ser amigos,
¿no?, digo yo, pienso.
dose con ellas en la medida en que solían hacerlo
antes, reduce todavía más la cantidad y la calidad de
¿Y salen con ellos, con los amigos que están en
las redes sociales potencialmente disponibles, sobre
matrimonio?
todo en el medio rural:
¡Ah bueno no! Vamos, te refieres a los que salíamos
en parejas, ¿no? Yo voy a contar una cosa. Yo tenía una persona
Sí. que simpatizábamos muy bien; era una mujer y yo
un hombre, y teníamos una buena amistad. Ella me
Porque nosotros hemos sido un matrimonio que he- apreciaba a mí y yo a ella. Pero yo he notado, que
mos salido mucho, hemos salido los fines de sema- con esa amistad tan buena que tenía con esta mujer,
na… Pues… la amistad no es la misma. desde que yo me he quedado viudo…
No. Ya no es lo mismo.
Ya no es lo mismo, no.
… Ella se abstiene de hablar ya conmigo.
No. Ahora, los amigos particulares míos sí, los ami-
Ya no es la misma, claro.
gos de antes, los que tenía antes son los que tengo
ahora. Pero los amigos de los que teníamos cuando …Que he estado ya por decirle: “mira Rosario, tú y
salíamos no. Lo que pasa es que también un buen yo hemos sido amigos, nos hemos llevado muy bien,
amigo que yo tenía también murió, y otro amigo mío nos hemos reído, y yo he notado en ti que desde que
que vive en Retamar que la mujer también se mató yo me he quedado viudo…”
con el coche, en fin… Pero de los que quedan vi- Ha cambiado.
vos la amistad ya no es la misma. “Adiós, adiós”, y… Claro.
Ellos siguen saliendo y ya está (GR6:34).
… Ha cambiado ya… totalmente.
Hemos constatado este enfriamiento relacional, De la noche al día.
como lo califican los actores sociales, particularmen- No, sí, sí.
te entre las personas que han enviudado durante los
Por lo que digan.
últimos años y tras varias décadas de matrimonio.
Según afirman, al no disponer ya del cónyuge carece Claro, claro, claro (GR5:57).
de sentido salir con las antiguas amistades, las que Las amistades de las personas mayores viudas,
tenían en su etapa de casados. Simplemente, se ven condicionadas por tales factores, suelen limitarse a in-
desplazadas por su condición de personas viudas y dividuos sin pareja, coetáneos y del mismo sexo. A es-
terminan aislándose de ellas, de un modo voluntario tas limitaciones se suma otro factor bastante negativo
u obligado, con el riesgo que ello implica para la apa- respecto a la incidencia de la soledad social, como es
rición del sentimiento de soledad social: el paso del tiempo y la creciente probabilidad de que
¿Y de las amistades que tenían cuando vivían las personas que la forman empeoren su salud, dejen
sus esposas, las conservan todavía? de salir, se muden a otro lugar o incluso fallezcan. Es
Sí pero van enfriándose. Van enfriándose porque no una contrariedad que debilita no únicamente las re-
quieres… Por ejemplo, el otro matrimonio que sales des de amistad de las personas viudas, sino también
con él, el otro matrimonio con el que salías antes... las familiares. Las relaciones con hermanos, primos
Yo tenía un matrimonio, un par de matrimonios, que u otros parientes residentes en el entorno, especial-

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EL SENTIMIENTO DE SOLEDAD EN LA VEJEZ . 9

mente valoradas en el medio rural, disminuyen en la avanzada, de igual manera, a ellas les cuesta mucho
medida en que esas personas van desapareciendo: menos adaptarse a las circunstancias, máxime si de-
Yo voy a dar el paseo y paso por la casa de una
ben vivir en solitario. En una u otra situación, recono-
hermana y paro allí… a lo mejor una hora, o hora y cen los varones, las viudas superan la adversidad y
media, o lo que… Todos los días nos vemos, porque “remontan el vuelo” más eficazmente que ellos:
voy a dar el paseo por donde vive ella, y todos los Porque yo oí hablar a mucha gente, mucha gente.
días la veo. Las mujeres levantan más el vuelo que los hombres.
Eso sí me gustaría a mí, pero como no tengo... To- No digo que no sufran tanto, o que sufran o que no
dos están lejos. sufran, pero son más capaces de superarlo.
Y ella ya cuando no nos vemos en unos días… me Sí señor.
llama mi hermana Olvido. Los hombres… yo, 51 años que llevo tratando
Yo hacía lo mismo cuando vivía mi hermana. Me iba al público, y no sólo aquí sino en Bruselas, y a los
de paseo todos los días por allí, pues todos los días. hombres nos pasa siempre lo mismo: no tenemos el
Todos los días entraba allí y allí estaba, porque allí arranque ese.
siempre estaba ella. Pero ya es que murió, claro. Efectivamente.
… Porque se ve siempre. Una mujer quedaba viuda
Las salidas que hago yo es ir a misa los domingos con cinco hijos y los sacaba adelante…
y si no llueve. Para adelante, sí.
¡No le digo que voy a dar una vuelta e igual no … Y un hombre quedaba viudo… y no sabe tirar de
encuentro ni a un gato! la casa.
Sí, sí, sí. Así es, así es, efectivamente.
Yo viene todos los días casi una señora, de 91 Yo lo digo francamente. Y yo ya mi experiencia que
años… casi todos los días viene por las tardes a es- llevo en la vida es así, yo no soy capaz de remontar.
tar conmigo. Es vecina. Tiene que cruzar la carretera, Y yo me he enfadado conmigo mismo porque digo:
que además tiene un poco de tráfico, y viene la nuera “bueno murió, sabes que la vida es así, que mueren,
a traerla y después para allá la cruzo yo (GR3:30). que eso se termina”, pero no soy capaz (GR2:15-16).
Al justificar su opinión, los viudos admiten estar
Una especial fragilidad masculina frente a la menos preparados para mantenerse independien-
soledad tes en casa. Pero añaden otra importante cuestión
Los discursos contienen otro importante matiz en de género: el escaso apoyo emocional y social que
cuyo análisis debemos detenernos. Las consecuen- reciben de familiares, vecinos o amigos, en compa-
cias negativas de la viudez, coinciden en declarar ración con las viudas. El vecindario, por ejemplo,
los actores sociales, afectan sobremanera al géne- supone un recurso esencial que ampara a muchas
ro masculino. Entre las mujeres existe el convenci- mujeres cuando pierden al cónyuge y pasan a vivir
miento de que los varones encuentran una dificultad solas, pero del que ellos, en cambio, apenas pueden
mucho mayor para adaptarse a vivir sin la pareja, llegar a disponer. Se quejan de ello especialmente
imaginando quizás lo que hubiera sido de sus pro- los viudos rurales, quienes deben asumir su soledad
pios esposos en el caso de haber conocido la viudez siendo testigos de cómo las vecinas se arropan unas
o habiendo sido testigo de una situación de viudez a otras, significando una fuente de apoyo cotidiano
masculina en su entorno social: a ellos les cuesta que ellos no poseen:
más superar esta adversidad, máxime si les sorpren- Las mujeres se apañan una con otra, una con otra.
de a una edad avanzada y se enfrentan de repente Pero el hombre, nada más que la mujer se muera, ya
con la soledad: no entra ninguna vecina en casa. “¿Qué dirán, qué
dirán?, si en mi casa estoy solo”.
La mujer se defiende más de viuda que el hombre…
Sí, sí, sí. Eso seguro.
Sí. ...
Sí, que el hombre. El hombre es más desgraciado que la mujer, en to-
… Al hombre ya le entra una pena… que se va de- dos los sentidos. Hombre porque una mujer se que-
trás, vamos, en mi casa ha pasado un caso así, de da viuda, y entra la gente allí; siguen entrando las
morirse la mujer y yo no sé lo que le ha entrado a mismas vecinas…
ese hombre. ¡Claro, con el hombre tienen más reparo, eso es
Porque ya la soledad te… te… natural!
Y si todavía es joven… (GR8:14-15). … Si tienen que hacerle algo le ayudan a hacérse-
lo… Y el hombre se ve más solo, más cohibido, por-
Lo mismo creen los varones. Si se enviuda en una que ya no quiere entrar nadie allí porque: “qué dirán
etapa temprana del curso vital, quedando al frente la gente, que no dirán”, el rollo ese de…
de una familia monoparental, las mujeres demues- Si yo lo tengo enfrente, que estaban siempre las ve-
tran tener una capacidad superior a los varones para cinas allí en mi casa, y nada más que murió mi mujer
sacarla adelante. Y si la viudez sucede a una edad ya no entraron más (GR5:43-44).

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10 . JUAN LÓPEZ DOBLAS Y MARÍA DEL PILAR DÍAZ CONDE

Incluso en el seno de la familia, la obtención de Sí, sí. A mí eso es lo que me hace bien, el salir…
apoyo parece guiarse por unas pautas de género di- Las piñas las recogemos para encender luego la
ferentes. Los viudos reciben más ayuda de tipo ins- cocina.
trumental, porque así lo requieren, pero menos apoyo … El salir. El salir es para mí un bálsamo muy…
afectivo y emocional pues, probablemente, ni lo bus- (GR3:23).
can ni lo reclaman en la medida en que suelen hacer-
Por la noche, las posibilidades para combatirla so-
lo las viudas. De hecho, abundan las hijas que atien-
ledad son mucho más reducidas y se limitan a unas
den a sus padres viudos en las labores domésticas,
pocas actividades dentro del domicilio. Por ejemplo,
gracias a lo cual pueden mantener su independencia
llamar a alguien por teléfono o distraerse con aficio-
residencial. Pero para desahogarse de la pena, obte-
nes como la lectura, el ganchillo o el cuidado de las
ner compañía o compartir actividades sociales, no es
plantas. De día y de noche, los animales domésti-
frecuente que los viudos recurran a ellas. Y tampoco
cos son una fuente de compañía con la que muchas
hemos encontrado indicios de que se dirijan a los hi-
personas mayores logran mitigar su soledad. Inclu-
jos varones para tal fin. En consecuencia, les resulta
so hay quienes dicen entretenerse realizando pun-
más difícil paliar el sentimiento de soledad, tanto en
tualmente alguna tarea doméstica, aunque para ello
su dimensión emocional como social:
suele recurrirse sobre todo a la radio y a la televisión
No, pero lo que decíais antes, la soledad… llegas a dado que, estén o no atendiendo a sus contenidos,
casa a cualquier hora, sin nada que hacer… Yo en mi proporcionan una sensación de compañía bastante
caso, aunque esté la hija arriba y yo abajo, yo llego apreciada si se vive en solitario. Pero lo que más re-
a mi casa, yo arriba no voy, hasta que vaya a comer.
comiendan los actores sociales, y no ya únicamente
Entonces llegas a casa y no tienes nada que hacer,
¿entonces qué haces?, siéntate y mira la televisión y
para paliar el sentimiento de soledad sino para evitar
la cabeza da vueltas. La cabeza da muchas vueltas. su aparición, es mantener la mente ocupada en algo:
“hay que tener siempre algún entretenimiento”, en
Yo la suerte que tengo es que pongo la televisión y
como son todo mentiras, duérmome.
efecto, ya que “mientras que estás haciendo algo no
te pesa la soledad”:
No, yo es que no puedo (GR1:9).
Lo mejor de todo para mí es tener actividad, algo
que hacer.
Recursos contra la soledad
Moverse, moverse, sí
Sean varones o mujeres, las personas mayores
Y entonces no te da lugar a pensar nada. Tener
también emprenden acciones contra el sentimiento siempre actividad, porque soy un hombre muy ner-
de soledad, tanto en su componente emocional como vioso y estando activo pues llévolo divinamente...
social. Algunas se orientan a prevenirlo, mientras
Pero por mucha actividad que tenga uno, llega por
que otras a paliar su incidencia cuando llegan a su- la noche a casa...
frirlo. Se trata de prácticas relativamente habituales,
Si estás cansado duermes como un rey.
parte de las cuales transcurren fuera de la vivienda y
parte en su interior, dependiendo del momento de la No, no, da igual si estás cansado o si no estás can-
sado. Tú llegas a casa, cierras la puerta y miras para
jornada en que se lleven a cabo. Si es por el día o por
todos los sitios y no encuentras a nadie y sientes la
la tarde, una estrategia bastante común que utilizan soledad y piensas mucho.
para aliviarse de la soledad es salir a la calle a dar
Ya, pero ahora tienes la tele, hombre. Hay que tener
un paseo, realizar visitas o compras improvisadas o
siempre algún entretenimiento, o la radio, o lo que
motivar encuentros casuales con familiares, vecinos sea. O hacer algo.
o amigos. Ello les permite distraerse durante un rato,
Si es que enciendes la tele y no hay nada más que
para regresar luego a casa con otro estado de ánimo
tonterías. Mejor la radio que la tele.
y habiendo superado ese episodio de incidencia del
Pues yo prefiero la tele porque parece que hay gen-
sentimiento de soledad:
te conmigo. La radio… es nada, pero la tele es como
Yo me salgo a la calle. si estuvieras hablando con ellos.
Yo mire, cuando murió mi marido no tomé una pasti- Bueno yo digo que para mí lo mejor de todo es estar
lla. ¿Y sabe lo que me hacía bien? Cuando me ponía activo.
yo mal cogía, y en todo por allí había monte, y me iba Claro, porque mientras que estás haciendo algo no
a dar un paseo y cuando venía para casa venía ya te pesa la soledad.
más tranquila.
Pero también hay actividades en el hogar
¡Claro! (GR1:15-16).
Mejor que una pastilla, el salir.

A mí lo que me hace… lo que siempre me hizo muy
Discusión y conclusiones
bien, fue salir, dar un paseo. Nuestro estudio ha analizado cómo afecta el sen-
A ti te pasa como a mí, que salgo y cojo bolsas de timiento de soledad a las personas mayores, particu-
plástico y me voy al monte a lo alto a buscar piñas y larmente, su relación con la viudedad y con el hecho
cuando vuelvo ya… de residir en un hogar unipersonal. Desde una ópti-

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EL SENTIMIENTO DE SOLEDAD EN LA VEJEZ . 11

ca cualitativa, sus resultados ayudan a comprender algo inmaterial, ni los allegados lo perciben ni ellos
lo que encuentran todas las encuestas realizadas: mismos lo demandan. Además, sus redes sociales
la fuerte vinculación existente entre la viudedad y poseen una acción limitada, así que están más ex-
el sentimiento de soledad (Victor y Bowling 2012; puestos al aislamiento. Las de las viudas, en cambio,
Aartsen y Jylhä 2011; Dykstra, van Tilburg y De Jong se componen de un número superior de miembros,
Gierveld 2005). Sin embargo, la hemos descubierto, relacionándose y apoyándose entre sí cotidianamen-
no tanto entre quienes perdieron al cónyuge en una te y significando un recurso mucho más efectivo con-
etapa prematura de su curso vital sino, mucho más, tra la soledad social. Coincidimos así con lo afirmado
entre quienes enviudan en la vejez. Estas personas en diversas investigaciones cuantitativas (Utz et al.
aseguran que varias décadas de matrimonio dejan a 2014; Greenfield y Russell 2011; Dykstra y De Jong
su término una profunda sensación de vacío. Su con- Gierveld 2004; Pinquart 2003).
dición de habitantes de un hogar unipersonal hace
Pese a estos hallazgos, nuestro estudio presenta
que la noten especialmente cuando regresan a casa
limitaciones. En primer lugar, indaga sobre el senti-
al anochecer, así como también al acostarse. Son
miento de soledad en un grupo específico de la po-
momentos bastante propensos para que añoren a la
blación española, las personas mayores. Sería con-
pareja, existiendo más riesgo para que aflore la sole-
veniente abordarlo desde la perspectiva del curso
dad emocional y disponiéndose de menos recursos
vital, generando informaciones que permitan cono-
para combatirla que durante el día. Estos hallazgos
cer su incidencia en diferentes contextos biográficos.
contribuyen a entender mejor otra circunstancia rei-
En segundo lugar, se limita a analizar el sentimiento
terada en las encuestas, que las personas mayores
de soledad asociado con la viudedad y los hogares
que viven solas sienten la soledad sobremanera
unipersonales. Es necesario investigar cómo afec-
(Lykes y Kemmelmeier 2014; de Jong Gierveld, Dyk-
ta a las personas mayores de distinto estado civil y
stra y Schenk 2012; Sundström et al. 2009).
forma de convivencia. En tercer lugar, ofrece exclu-
Enviudar y vivir solas conforman una realidad so- sivamente un análisis cualitativo del fenómeno. Es
brevenida, novedosa en la trayectoria biográfica de preciso complementar sus resultados con otros de
estas personas, que trastorna profundamente su naturaleza cuantitativa, que midan su alcance esta-
existencia tanto dentro como fuera de la vivienda. dístico en España. Aun así, el presente estudio ofre-
En el exterior, deben enfrentarse a otro importan- ce valiosos resultados sobre una cuestión apenas
te riesgo: el sentimiento de soledad social, debido tratada por la sociología española, el sentimiento de
al distanciamiento relacional que se produce de las soledad, prestando una atención especial a las dife-
amistades matrimoniales. La amistad no se pierde, rencias de género. Además, cumpliendo con una de-
pero las personas mayores, al quedar viudas, dicen manda de la literatura internacional, distingue entre
encontrarse incómodas compartiendo sus activi- la soledad emocional y la soledad social, cosa que
dades sociales con las casadas. No encajan entre hasta ahora no han hecho las escasas investigacio-
ellas, de modo que prefieren rodearse de iguales, nes sociales realizadas en nuestro país.
de individuos sin pareja y de su sexo, desarrollando
El desarrollo de políticas públicas y programas de
una estrategia de compensación relacional que sue-
intervención social para mejorar la calidad de vida
le estar sometida al control social, particularmente
de las personas mayores necesita disponer de co-
en el medio rural, pero capaz de suministrar nuevas
nocimiento científico relevante sobre los problemas
fuentes de amistad. El paso del tiempo, no obstante,
más frecuentes a que se enfrentan: el sentimiento de
tiende a erosionarlas (por enfermedades, traslados,
soledad es uno los principales, afectando sobre todo
defunciones), lo que quizás ayude a entender la re-
a personas viudas, generalmente de edad avanzada,
lación positiva entre edad y soledad que descubren
gran parte de las cuales viven solas. El presente tra-
algunos estudios (Nicolaisen y Thorsen 2014; Victor
bajo contribuye a aportar tal conocimiento, un cono-
y Yang 2012).
cimiento cuya importancia tenderá a incrementarse
Nuestro estudio también constata diferencias de en el futuro habida cuenta de que España, como el
género en la incidencia de la soledad. En todos los resto de los países occidentales, continuará regis-
grupos de discusión, incluyendo los realizados con trando un proceso de envejecimiento demográfico,
mujeres, se admite que los varones sufren este sen- de manera que las personas mayores seguirán au-
timiento con especial intensidad. La razón expuesta mentando su relevancia social. En la medida en que
es que encuentran más dificultad para adaptarse a la siga retrocediendo la convivencia intergeneracional,
viudedad, sobre todo si habitan en un hogar uniper- tal como viene ocurriendo durante las últimas déca-
sonal. Se les ve menos capacitados para mantener- das (López y Díaz 2013), cabe esperar que un por-
se independientes y más vulnerables a la soledad centaje cada vez más elevado de ellas habiten en
pues reciben menos apoyo emocional por cuestiones hogares unipersonales. El sentimiento de soledad,
de género: los viudos suelen obtener de la familia la en definitiva, constituye un problema social que po-
ayuda instrumental que necesitan, pero no siempre dría generar una creciente demanda de investigacio-
el apoyo emocional que precisarían dado que, al ser nes sociológicas.

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12 . JUAN LÓPEZ DOBLAS Y MARÍA DEL PILAR DÍAZ CONDE

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JUAN LÓPEZ DOBLAS es Profesor Titular del Departamento de Sociología de la Universidad de Granada. Doctor en Sociología
por la Universidad de Granada. Premio IMSERSO ‘Infanta Cristina’ en la categoría de ‘Estudios e investigaciones socia-
les’ en 2004. Ganador del XXI Premio de Tesis Doctorales del Colegio Nacional de Doctores y Licenciados en CCPP y
Sociología. Investigador en Sociología del Envejecimiento y en Sociología de la Familia, ha participado en numerosos
proyectos y en publicaciones de índole nacional e internacional. Profesor del Máster ‘Problemas sociales: dirección y
gestión de programas sociales’ de la Universidad de Granada.
MARÍA DEL PILAR DÍAZ CONDE es Profesora Contratada en el Departamento de Psicología Social de la Universidad de
Granada, tiene su docencia en la Facultad de Ciencias del Trabajo. Sus principales líneas de investigación son el enve-
jecimiento activo, la participación social de las personas mayores y las relaciones y programas intergeneracionales. Ha
colaborado en la puesta en marcha y desarrollo de diversos proyectos de investigación, nacionales e internacionales, en
torno a dichos temas. Es profesora del ‘Máster Universitario en Gerontología, Dependencia y Protección de los Mayores’
de la Universidad de Granada.

RIS [online] 2018, 76 (1), e085. REVISTA INTERNACIONAL DE SOCIOLOGÍA. ISSN-L: 0034-9712
https://doi.org/10.3989/ris.2018.76.1.16.164

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