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Obediencia Más Que Ofrendas

Este documento discute la actitud apropiada para adorar a Dios. Enfatiza que la obediencia es más importante que las ofrendas, y que al ir a la casa de Dios debemos hacerlo con reverencia y humildad, guardando nuestros pasos y escuchando la Palabra de Dios para obedecerla, en lugar de ofrecer sacrificios de manera inconsciente como los necios. Recomienda acercarse a Dios confiadamente en los méritos de Cristo, escuchando su Palabra con temor, fe y entendimiento para transformar n
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Obediencia Más Que Ofrendas

Este documento discute la actitud apropiada para adorar a Dios. Enfatiza que la obediencia es más importante que las ofrendas, y que al ir a la casa de Dios debemos hacerlo con reverencia y humildad, guardando nuestros pasos y escuchando la Palabra de Dios para obedecerla, en lugar de ofrecer sacrificios de manera inconsciente como los necios. Recomienda acercarse a Dios confiadamente en los méritos de Cristo, escuchando su Palabra con temor, fe y entendimiento para transformar n
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¿Cómo dirigirse en la Presencia de Dios?

Obedienicia más que ofrendas


Eclesiastés 5:1

“Cuando fueres a la casa de Dios, guarda tu pie; y acércate más para oír que para
ofrecer el sacrificio de los necios; porque no saben que hacen mal.”

“Ve al culto de Dios y dedica tiempo a fin de prepararte para Él. Evita que tus
pensamientos divaguen y deambulen; guarda tus afectos para que no corran hacia objetos
indebidos.”
– M. Henrry

Esta porción de la Escritura es en realidad muy pequeña; solamente 7 versículos. Sin


embargo, en ella encontramos mucho contenido respecto a la actitud que la persona debe
tener en el culto legítimo a Dios. Recordemos que Dios está en el cielo, y los hombres en la
tierra (cf. Eclesiastés 5:2) por tanto, un corazón reverente es necesario para dar culto a
Dios.

1. “Cuando “fueres” a la casa de Dios...”

La casa de Dios, se refiere al Templo que se encontraba en Jerusalén. Para el israelita,


era el lugar donde Dios habita. Por tanto, ir a la “casa de Dios” no es ir a un sitio cualquiera
ni para cualquier cosa; se va al Templo para tener comunicación con Dios mismo. Por esto
mismo, dirigir los pasos o dirigirse a la casa de Dios es algo de mucha importancia, que hay
que hacerlo a conciencia y con todo el respeto. Por esto nos vamos a encontrar con una
exhortación a conducirce con el respeto que merece todo lo relacionado con el culto a Dios:
“Cuando fueres a la casa de Dios, guarda tu pie...”

2. “...guarda tu píe...”

Como ir a la casa de Dios no es ir a cualquier sitio ni para cualquier cosa, se exhorta a


vigilar la conducta con la que uno se presenta en el Templo. Entonces, “...guarda tu pie...”
se refiere a: vigila tu comportar cuando estás delante de la presencia de Dios.

Miren hermanos: Hoy en día, muchos supuestos ‘cristianos’ no tienen ni idea quién es
Dios y quién es el hombre. Y esto les sucede porque no dedican tiempo para estudiar las
Escrituras seriamente y a profundidad. La consecuencia de esto es que estos ‘cristianos’
hacen cultos que tienen como centro su persona.

“No lo estás haciendo por Dios, lo estás haciendo por ti mismo, realmente.”
- Victoria Osteen

La Biblia dice en el libro de Génesis 2:7 lo siguiente: “Entonces Jehová Dios formó al
hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser
viviente.” Dios es el Creador y el hombre la criatura. La Biblia nos enseña la relación
Creador–criatura. Si se cree en un Dios, Creador y Señor de todo, que conoce todo lo que se
hace y se planea entre los hombr es, es imposible que se le pueda engañar rindiendole culto,
como una demostración de reverencia y sumisión a sus mandamientos, y al mismo tiempo
practicar lo que él tanto abomina y detesta. Hacer esto es ofrecer falso culto a Dios.

3. “...sacrificio de los necios...”

Los profetas en el A.T, y Juan el Bautista, anunciaron poderosamente el falso culto


practicado por los ímpios de su tiempo, con el propósito de llamarlos al arrepentimiento –
qué volvieran sus corazones a Dios – ya que Dios no acepta ofrendas de manos ímpias.
Dios no tiene necesidad de ofrendas y menos si vienen de un pueblo injusto. Lo que Él
quiere es una vida coherente entre el culto y el diario vivir. Recordemos la exhortación de
Dios al pueblo, por medio del profeta Oseas: “Porque misericordia quiero, y no sacrificio,
y conocimiento de Dios más que holocaustos.”(Oseas 6:6) Estas palabras son citadas por el
Señor Jesucristo en Mateo 9:13: “Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia
quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al
arrepentimiento.”
Jesús reprende a los líderes religiosos de su tiempo, quienes murmuraban a Jesús por
comer con publicanos y pecadores.

Hermano: Al venir a la presencia de Dios, es importante tener conciencia de que lo


hacemos en la obra de Cristo. La adoración que ofrecemos a Dios debe ser conciente y
entendible. Conciente al saber que Dios está por encima de nosotros, conciente al seber que
somos solo criaturas adorando al Creador. ¡Ven con temor a su presencia! ¡Acerquemonos
a Él confiadamente, en los meritos de su Hijo Cristo!

4.  “...y acércate más para oír...”

¿Qué venimos a oír cuando venimos al templo? La Palabra de Dios. Escuchar la Palabra
de Dios tiene como objetivo la transformación de nuestra vida. Esto implica obedecerla.

Eclesiastés 5:1 nos recuerda las palabras en 1 Samuel 15:22: “Y Samuel dijo: ¿Se
complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las
palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar
atención que la grosura de los carneros.

Ya el pasaje nos ha exhortado a la importancia que tiene el oír sobre el ofrecer


sacrificios inconcientemente. Los necios son unos inconcientes, los cuáles ofrecen sus
ofrendas sin conocer que lo que se valora no es la ofrenda en sí, sino la actitud de la
persona al ofrendar.
Aquí se nos enseña cuál debe ser esa actitud: “...acércate más para oír que para
ofrecer el sacrificio de los necios...” Una actitud de escucha y de docilidad. La obediencia
es mejor que las muchas ofrendas que podamos ofrecer a Dios.

Amados hermanos: No olvidemos la exhortación que como a hijos se nos hace: “Stg
1:22   Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a
vosotros mismos.” Dios no puede ser burlado; Él conoce la actitud de nuestro corazón al
rendirle adoración.
Para Nuestra Espiritualida
“Son partes de la normal adoración religiosa a Dios:La lectura de la Biblia con temor
piadoso, la sana predicación, y el escuchar la Palabra conscientemente, en obediencia a
Dios, con entendimiento, fe y reverencia...” Confesión de fe de Westminster XXI.5

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