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El Mito de Teseo y Ariadna

Este documento presenta un resumen de 3 oraciones del mito griego de Teseo y el Minotauro. Teseo es enviado como tributo a Creta para ser sacrificado al Minotauro. Con la ayuda de Ariadna, Teseo mata al Minotauro en el Laberinto y escapa con los demás jóvenes atenienses. Sin embargo, en el camino de regreso Teseo abandona a Ariadna en la isla de Naxos.

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El Mito de Teseo y Ariadna

Este documento presenta un resumen de 3 oraciones del mito griego de Teseo y el Minotauro. Teseo es enviado como tributo a Creta para ser sacrificado al Minotauro. Con la ayuda de Ariadna, Teseo mata al Minotauro en el Laberinto y escapa con los demás jóvenes atenienses. Sin embargo, en el camino de regreso Teseo abandona a Ariadna en la isla de Naxos.

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TRABAJO PRÁCTICO EVALUATIVO 2°U

“EL MITO”
Nombre y apellido:
Fecha de entrega: 01/07 Nota:
1. Lee el siguiente texto y luego resuelve las actividades:
Ariadna y Teseo
(Versión de Guillermo Cácharo)
La nave proveniente de Atenas se acerca a la playa de Creta una vez más. Cada año ocurre lo
mismo, Egeo, rey de Atenas, debe enviarle a Minos como tributo una nave con siete jóvenes y
siete doncellas para ser devorados por el Minotauro. La proa roja del barco que se distingue en el
horizonte parece una herida de sangre que brota del negro casco, un anticipo sombrío de lo que
va a ocurrir cuando los catorce jóvenes penetren en el Laberinto, para no salir jamás.
Por fin comienza el desembarco. Una vez en la arena, los siete muchachos y las siete doncellas
comienzan a caminar lentamente hacia la ciudad, escoltados por la guardia cretense. La hija del
rey Minos, Ariadna, observa los cuerpos y los rostros desfallecidos y desanimados de los
atenienses. De todos menos de uno.
El primero en pisar tierra, el primero en emprender el camino, delante de la fila acongojada
que lo sigue, es diferente de todos los que han llegado antes, distinto de cuantos jóvenes ha
conocido Ariadna. En su manera de mirar a los cretenses reunidos allí no hay ningún temor, sino
más bien una serenidad desafiante. Su paso es señal de una fuerte convicción. Ariadna mira a ese
joven y entiende lo que el joven sabe: que no ha venido a Creta a morir.
En ese momento un bramido feroz, siniestramente humano, va ganando el aire hasta cubrirlo
por completo. Todos enmudecen; nadie puede evitar estremecerse cuando el Minotauro reclama
por sus víctimas, cuando empieza a impacientarse. Minos también lo ha escuchado; el sonido lo
enfurece y descarga contra los objetos que tiene a su alcance su ira, que también su culpa y su
oprobio. Al rey le pesa aún más el castigo de Poseidón le ha enviado por su ingratitud. El dios
había ayudado a Minos a convertirse en el rey de Creta, y este en vez de cumplir con el sacrificio
solicitado, quiso engañar al dios. Poseidón, enfurecido por la afrenta, decidió vengarse: la
presencia del Minotauro, una criatura cruel y monstruosa, sería el mejor castigo para tan terrible
falta.
La guardia encierra a los atenienses, los viste para el sacrificio y los abandona en una fría
habitación a la espera del funesto encuentro con el Minotauro. De pronto, se escucha con mayor
ferocidad el rugido de la fiera abominable. Los cautivos comienzan a sollozar al oírlo. Se abrazan
unos con otros en el interior de la habitación para darse consuelo. Teseo se pasea con firmeza de
un lado a otro, tratando de calmar a sus compañeros de infortunio. Al acercarse a la puerta,
descubre unos ojos que lo observan por la abertura que utilizan los guardias para vigilarlos. Pero
esos ojos no son de ningún guardia. Son los de una mujer.
- ¿Quién eres?  –pregunta Teseo.
Una dulce voz responde desde el otro lado:
-Mi nombre es Ariadna, soy la hija del rey.
-No me agrada saberlo –dice Teseo-. Si vienes a burlarte de nuestra desgracia…
- No se trata de eso  –lo corta Ariadna-.  Sé cuán terrible es lo que ha hecho mi padre. Lo lamento
más de lo que puedes imaginar. Me duele ver tanta muerte para complacer a un monstruo.
Querría que todo esto terminara de una vez. Quiero irme de aquí.
Teseo escruta la mirada de Ariadna y ve que sus ojos no mienten. Entonces dice:
-Si termino con el monstruo, ¿vendrás conmigo?
La muchacha siente que el Destino está de su parte, que Teseo ha venido a salvarla de su suerte y
por eso ella quiere ayudarlo: le entrega una pequeña espada y un ovillo.
-Esto te ayudará a cumplir tu voluntad. Escóndelo  en tu ropa. Si atas el extremo del hilo en la
entrada del Laberinto, sabrás cómo salir después de matar al Minotauro.
Los jóvenes se despiden con la promesa y la
esperanza de volverse a ver luego del enfrentamiento
entre Teseo y la bestia. Momentos después, el eco de
un nuevo rugido lejano y ansioso del Minotauro cruza la
noche.
La mañana ha llegado. Los atenienses son
conducidos hasta las puertas gigantescas del Laberinto.
Teseo es el primero en atravesar, con decisión, las
puertas que han tenido que mover cuatro hombres
juntos.
Apenas transpone el umbral, Teseo ata un extremo del hilo en una saliente de la pared y busca
entre sus ropas la pequeña espada. Sin soltar el ovillo, desenrollándolo lentamente avanza por el
primer pasadizo hacia su derecha. Detrás de él se oyen los gemidos de los otros jóvenes
atenienses.
Teseo avanza con cautela. Los corredores son estrechos y se bifurcan constantemente: a poco
de andar se da cuenta de que ha perdido la orientación. Alza la vista hacia el cielo. Tan altas son
las murallas que resulta casi imposible distinguir desde dónde llega la luz del sol. El laberinto es
inmenso. Falta poco para que el ovillo llegue a su fin cuando Teseo presiente que no está solo son
sus compañeros. Se da vuelta rápidamente. Desde el final del pasillo en el que se encuentran, una
figura espantosa corre hacia ellos.
Echando vapor por la nariz de toro y espuma por la boca, bramando con los ojos como fuego, el
Minotauro llega hasta Teseo y se balanza sobre él.
Teseo calcula el movimiento con cuidado, y en el
momento preciso, salta hacia el costado, lo necesario para
esquivar la embestid. Con furor, descarga toda la potencia de
su puño sobre la cabeza de la bestia. El Minotauro tambalea
un poco. Frena y se vuelve con rabia. Repite la acometida.
Otra vez Teseo consigue saltar de lado y descarga sobre la
bestia uno, dos, tres golpes, como si su brazo fuera la
poderosa maza de un herrero. El monstruo tropieza. Está
apenas atontado, pero de su sien brota ya un hilo de sangre.
Teseo aprovecha la situación. Antes de que recupere fuerzas,
salta hacia el Minotauro y le hunde la espada en la garganta.
El Minotauro cae sobre su espalda. Sus ojos van perdiendo brillo, hasta que por fin los apaga la
sombra de la muerte.
Cuando están todos convencidos del triunfo, los atenienses corren a abrazar a Teseo, a besarle
las manos. Varios se hincan ante él.
-No perdamos un segundo, amigos  –los incita Teseo-. Todavía debemos salir del Laberinto y de
esta isla aborrecida.
Recoge entonces el pequeño resto del ovillo, que ha caído a tierra durante la lucha, y con
premura lo va enrollando para deshacer el camino hacia la playa.
- ¡No hay tiempo!  –grita el héroe-. ¡Debemos zarpar antes de que lleguen las fuerzas de Minos!
Unos instantes después, la negra nave de proa roja vuelve a cortar las aguas rumbo a casa.
Ariadna se abraza a Teseo en la cubierta y mira el horizonte, donde una nueva vida la aguarda.
Teseo da indicaciones para que la nave se dirija a la isla de Naxos, donde buscarán provisiones
y descansarán para luego continuar viaje a Atenas.
Luego del arribo, los hombres encienden fuegos en la playa y recorren las cercanías en procura
de agua y víveres para el resto de la travesía. Con las otras mujeres, Ariadna busca algún lugar
donde puedan pasar la noche. Tan cansada se siente, que cuando encuentra un sitio de pasto
mullido, reparado por unas rocas, se recuesta y se queda profundamente dormida.
Al despertar, Ariadna comprueba que ya es de mañana. Se incorpora y aguza el oído en busca
de las voces de sus compañeros de viaje. Nada.
Entonces corre hacia la costa, llamando y gritando:
- ¡Teseo!
No obtiene respuesta. En los lugares donde los hombres encendieron los fuegos solo quedan
cenizas. Hay rastros de movimiento en la arena, pero allí no están las mujeres ni los hombres.
Ariadna gira hacia todos lados para cerciorarse. Y con terror reconoce su situación: ya no está allí
la nave. Otra vez busca, hurga el espacio con sus ojos. Finalmente, la ve. Lejos, muy lejos, rumbo a
Atenas, sin ella.
En la cubierta de su barco, Teseo está sombrío, cabizbajo. No ha respondido a las preguntas de
sus compañeros. Temerosos de enojarlo, de provocar su ira, ellos han decidido no preguntar más.
Nadie sabrá nunca por qué el héroe abandonó a Ariadna en la isla de Naxos. Algunos dicen que no
estaba enamorado de ella, sino de otra mujer. Hay quienes suponen, son los menos, que al no
poder encontrarla la dio por perdida, y resignado reemprendió el viaje. Otros cuentan que un dios
se le apareció y le dio la orden de dejarla allí para hacerla su esposa.
Sea como fuere, Teseo hace el resto de la travesía hundido en su tristeza. Que no ha de ser la
última.
Durante varios días, el rey Egeo, padre de Teseo,
ha escrutado el horizonte desde un acantilado del
extremo sur de Ática. Al fin la nave aparece,
inconfundible. Tarda horas en hacerse más visible,
mientras el corazón del rey late de ansiedad.
Cuando está a la vista, el dolor se apodera de su
alma.
- ¡Son negras!  –exclama-. ¡Las velas son negras!
Egeo no sabe que su hijo está vivo, que vuelve victorioso del enfrentamiento con el Minotauro,
que en su aflicción ha olvidado cambiar las velas por unas blancas tal como se lo había pedido su
padre antes de partir.
El rey, desesperado frente a la supuesta muerte del hijo, se arroja desde la altura de un
acantilado y muere en las azules aguas del mar. El mar que, desde ese día, lleva su nombre.
En Mitos en acción 2, Bs. As., La estación, 2009. (Adaptación)
GLOSARIO
Minotauro: ser mitológico, con cabeza de toro y cuerpo de hombre.
Proa: parte delantera de la embarcación.
Bramido: la voz del toro en este caso.
Oprobio: vergüenza, culpa.
Infortunio: desgracia.
Bifurcar: dividirse en dos ramales.
Embestir: ir con ímpetu sobre alguien o algo.
Hincarse: arrodillarse.
Hurgar: revisar.
Sombrío: melancólico.
Ática: región de la península griega donde se encuentra Atenas.
Aflicción: que causa tristeza, inquietud.

a. Señala con una cruz (x) los hechos verdaderos presentados en el texto: 1p.

- El texto está protagonizado por una figura heroica

- Los personajes presentes en el mito son mortales, héroes y monstruos.

- El mito explica el origen de la ciudad de Creta

- Los dioses son los protagonistas del mito.

- La muerte de Egeo es la que da origen al nombre del mar; esta explicación la otorga el

mito.

- Los dioses se vengan de los mortales.

b. ¿En qué lugares se desarrollan las acciones principales del mito leído? ¿Cuándo suceden?

1p.

c. Completa: ¿Qué personajes aparecen en el mito? 1p.

 Dioses:
 Héroes:

 Monstruos:

d. Describe los siguientes personajes y sitios usando solamente sustantivos y adjetivos.

Puedes sacarlos del texto o crearlos. 1p.

MINOTAURO:

LABERINTO:

TESEO:

ARIADNA:

e. Enumera los hechos teniendo en cuenta el orden en el que ocurrieron: 2p.

o Ariadna escapa con Teseo


o La nave llega a las costas de Atenas, en donde el rey Egeo los aguarda
o La princesa Ariadna ayuda a Teseo, entregándole un ovillo y un puñal.
o Teseo lucha contra el Minotauro y lo vence.
o La nave llega a Naxos para buscar provisiones y descansar.
o Egeo cree que Teseo está muerto y se arroja al mar
o Los atenienses arriban a Creta para el sacrificio
o La nave de Teseo regresa a Atenas, pero sin Ariadna.
f. Completa el cuadro con los momentos del viaje de Teseo: 1p

EL VIAJE DE TESEO

Motivo del viaje

Pruebas- obstáculos

Regreso

g. Responde: 1p.

1. ¿Por qué se afirma que Teseo es un héroe?

2. ¿Por qué Ariadna quiere abandonar su hogar?


3. ¿Cuáles son las posibles razones por las que Teseo deja a Ariadna en la isla de Naxos?

¿Cuál creen ustedes que fue el motivo?

4. ¿Cuál es el error que provoca la muerte de Egeo?

5. ¿Qué simbolizan las velas blancas? ¿y las velas negras?

h. Completen el siguiente cuadro comparativo: 2p.

MITO LEYENDA
DEFINICIÓN
CARACTERÍSTICAS
FINALIDAD
PERSONAJES
TIEMPO
LUGAR

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