Constitucionalismo Humanista, otra mirada para entender el
proceso constituyente por Moisés Jorquera Apablaza
La Constitución y la forma con la cual se vincula con la
sociedad, dan forma al comportamiento político(electoral) y social
(reglas y derechos), dan forma a la estructura y a los marcos donde se
debe mover hacia entender el cómo esto soporta el cambio de una
democracia no plena a una democracia participativa, entendiendo
también a la Constitución como más allá de la estructura, sino más bien
como un todo hacia el total funcionamiento de una sociedad.
La constitución según la RAE, alude a una forma de ser, a cómo se
constituye, a como es, aplicado este concepto a lo político, se entiende
al como el Estado como ente garante de la estabilidad de una Nación
debe ser, a su estructura(administrativa), a cómo es y como no debe
ser, para evitar algunos vicios dentro del proceso. Atendiendo también
al origen de la Constitución como concepto político aplicado, a partir
de la Antigua Grecia, donde claramente dentro de los máximos
exponentes de la Filosofía Clásica, Aristóteles, se refería a la
Constitución como una ordenación de las magistraturas, especialmente
el de la suprema, siendo supremo el gobierno de la ciudad, y ese
gobierno es el régimen con el cual se ordena una polis, es decir, la
forma con la cual se da peso estructural , y esa forma se la entrega la
Constitución.
La Constitución al ser una forma escrita respecto a la forma que un
Estado se levanta, también debe garantizar sus límites, ya que la
Constitución opera como un mecanismo que debe considerar como
foco fundamental de su ejercicio, el respeto por los derechos humanos,
pero cabe considerar que las Constituciones son democráticas y
antidemocráticas a la vez, ya que protegen y son garantes de la
democracia dentro de las naciones que se aplica, pero a su vez limitan
el poder que el pueblo tenga en relación a la toma de decisiones
políticas a partir de la creación de la Constitución, es por ello que para
que una democracia moderna funcione en concreto, debe considerar los
límites de la democracia a partir de las opiniones que tengan los
ciudadanos, independiente la tendencia política que tengan.
También este marco legal, de forma constitucional, debe considerar
que es un verdadero pacto social, es decir, que da forma un Estado, no
sólo limita al poder, sino que también lo regula y lo crea, por ello se
hace necesario que se asume que la Constitución debe ser un acuerdo
ciudadano, ya que serán las reglas que dicten una forma de actuar por
parte de la sociedad.
Pasando a un tema más jurídico, la Constitución es la norma principal
del orden jurídico que establece una regulación del Estado y que
garantiza los derechos propios que el ser humano tiene, por ejemplo
estos términos dispuestos en la Constitución deben ser vinculantes y
obligatorios, como lo señala el actual artículo 6ª, el que se denomina
como el Principio de la fuerza normativa, ya que su contenido no son
recomendaciones, sino mas bien son imposiciones desde los deberes a
los sujetos privados y públicos que deben ser cumplidos, y quienes
tengan un comportamiento ajeno a esto, deberán sumarse a sanciones y
responsabilidades.
Más que darle una vuelta, a la extensión, a su modificación o a su
contenido, es necesario mencionar un cambio en el sentido del proceso
constituyente y su aplicación ya que en la década de los 2000, los
procesos constituyentes en Latinoamérica le han dado una legitimidad
política desde el pueblo, pero: ¿Será realmente el poder constituyente
para el pueblo?, y es por eso que luego de considerar que estos
procesos políticos no han estado exentos de problemas, se hace
necesario mencionar para nuestro país un apego hacia el desarrollo del
constitucionalismo humanista, pero: ¿Qué es?
En primer lugar, debemos considerar que toda disciplina científica
está vinculada a un contexto y este contexto permite el poder explicar
distintos elementos de la misma, para obtener una explicación lógica,
por ejemplo no es lo mismo mandar un mensaje hace 500 años, los
cuales se enviaban a partir en cartas, ahora con un click ya enviaste la
información al instante, lo mismo pasa en relación al
Constitucionalismo, donde con el nacimiento del
Neoconstitucionalismo y también con los nuevos tiempos, se quiebra el
concepto del Constitucionalismo de Estado y pasa a configurarse el
Constitucionalismo Humanista.
Este constitucionalismo considera a la persona humana y su dignidad
como su término clave y tiene por objetivo el defender y promover los
derechos humanos, más allá del ejercicio del poder y también de la
soberanía de una Nación, el nuevo Chile que se va a formar a partir del
plebiscito de octubre debe considerar este concepto, ya que como país
se debe considerar el cómo gobernamos mejor, a partir de quizás mayor
autonomía administrativa, a partir de los municipios, sino más bien el
cómo defendemos a las personas, considerando sus virtudes, sus
defectos y las distintas relaciones que se tienen dentro de un contexto
social, es por ello que la Constitución Humanista debe considerar los
aspectos operativos más propios en la resolución de algún conflicto que
atente contra el ser humano, ejemplo, garantizando un derecho
fundamental como lo es la educación, explicitar claramente que un
porcentaje específico del PIB, irá en desarrollar escuelas de talentos a
nivel nacional y que quede claro que este es un objetivo en el
desarrollo de la persona así como también de mejorar un país, su
relación con otros países, etc.
Hablando desde una mirada más formal, la Constitución Humanista
debe considerar como clave a la persona humana, garantizar y
promover los derechos humanos, tiene que ser más allá de garantista de
una estructura administrativa, garantista de derechos, también que las
decisiones se tomen desde mayor participación ciudadana, que se
aplique desde una lógica horizontal, que exista un respeto también por
el Estado y su orden pero que no sea lo más importante, ya que el poder
político se enquista donde debe garantizarse a la persona como pieza
clave del devenir del nuevo Chile que hemos empezado a construir
desde la proposición que la persona humana sea el eje hacia el
desarrollo como país.