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Voladura

Este documento presenta información sobre el curso de Perforación y Voladura impartido en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Cajamarca. Se introducen conceptos clave sobre perforación, voladura, factores que afectan el diseño y rendimiento de las voladuras, y tipos de voladuras como las voladuras en banco. El documento proporciona detalles técnicos sobre la aplicación de esta técnica en la extracción de roca.
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Voladura

Este documento presenta información sobre el curso de Perforación y Voladura impartido en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Cajamarca. Se introducen conceptos clave sobre perforación, voladura, factores que afectan el diseño y rendimiento de las voladuras, y tipos de voladuras como las voladuras en banco. El documento proporciona detalles técnicos sobre la aplicación de esta técnica en la extracción de roca.
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UNIVERSIDAD NACIONAL DE CAJAMARCA

FACULTAD DE INGENIERÍA
ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE INGENIERÍA GEOLÓGICA

CURSO:
PERFORACIÓN Y VOLADURA

ALUMNOS:
ALCÁNTARA CHÁVEZ, Edinson
BALCÁZAR CANLLA, Bryan
BOLAÑOS LOZANO, Orlando
CHÁVEZ ESTELA, Adrián
MARCHENA CHÁVEZ, Gabriel
RIVERA LÓPEZ, Kevin

DOCENTE:
Ing.

Cajamarca, abril de 2020


INTRODUCCIÓN

La perforación y voladura es una técnica aplicable a la extracción de roca en terrenos


competentes, donde los medios mecánicos no son aplicables de una manera rentable.
Así, partiendo de esta definición, este método es aplicable a cualquier método de
explotación, bien en minería, bien en obra civil, donde sea necesario un movimiento de
tierras. La técnica de perforación y voladura se basa en la ejecución de perforaciones en
la roca, donde posteriormente se colocarán explosivos que, mediante su detonación,
transmiten la energía necesaria para la fragmentación del macizo rocoso a explotar. De
esta forma, se tienen dos tecnologías claramente diferenciadas: la tecnología de la
perforación y la tecnología de diseño y ejecución de voladuras. Las técnicas de
perforación, además de la aplicación a la ejecución de perforaciones para voladuras, se
emplean para multitud de aplicaciones, como puede ser la exploración, drenajes,
sostenimiento, etc.

Existe una relación intrínseca entre la perforación y la voladura, ya que puede afirmarse
categóricamente que “una buena perforación posibilita una buena voladura, pero una
mala perforación asegura una mala voladura”. Se entiende por buena perforación
aquella que se ha hecho con los medios y técnicas más adecuadas y que además se ha
ejecutado de forma correcta. Asimismo una buena voladura será aquella que cumple con
el objetivo para que el que fue diseñada.
1. VOLADURA

Se entiende por voladura la disposición de un grupo de barrenos, en los que se ha


colocado una cierta carga de explosivo y se inicia con una secuencia tal que se
consiguen los resultados de fragmentación y desplazamiento deseados, sin afectar a
elementos ajenos a la misma. Con esta definición no se especifica en dónde tiene lugar
la voladura, siendo posible la ejecución de voladuras bien a cielo abierto o bien en
interior (en trabajos subterráneos), teniendo cada una características diferentes. Además,
en dicha definición se introducen varios conceptos que se desarrollarán de aquí en
adelante, como son, entre otros:

 Disposición de barrenos: ubicación de los barrenos en la voladura.


 Carga de explosivo: cantidad de agentes explosivos por barreno.
 Secuencia: orden de detonación de los barrenos.
 Fragmentación: distribución de tamaños de la pila de roca volada.
Desplazamiento: movimiento de la pila de roca volada.

1.1. PARÁMETROS DE LAS VOLADURAS EN BANCO

Antes de introducir cada uno de los conceptos anteriores es necesario establecer las
definiciones de aquellos conceptos que se van a emplear de aquí en adelante en el
desarrollo del diseño de voladuras. De este modo, para una voladura a cielo abierto se
pueden definir, entre otros conceptos, los siguientes:

 Banco: Lugar donde se ubican los barrenos de voladura que viene definido por
la planificación establecida así como el método de explotación.
 Altura de banco: Distancia vertical entre dos bancos adyacentes.
 Ángulo del frente: Ángulo del talud definido entre dos bancos adyacentes. Puede
expresarse bien con respecto a la vertical, o bien respecto a la horizontal.
 Piedra: Distancia entre el barreno y la cara libre.
 Espaciamiento: Distancia entre dos barrenos adyacentes en la misma fila.
En la Figura 01 se representan gráficamente los conceptos definidos.

Figura 01:
Parámetros

1.2. FACTORES QUE AFECTAN AL DISEÑO DE VOLADURAS

De manera previa al desarrollo y cálculo de las voladuras de rocas, es necesario


distinguir aquellos factores sobre los que es posible actuar de los que viene impuestos
por condicionantes ajenos que no pueden ser modificados. Así es posible distinguir
factores de diseño y factores dependientes del macizo rocoso en el que se está
trabajando.
Siempre hay que tener en cuenta que, por definición, en macizo rocoso es un medio
heterogéneo que debe ser considerado como tal, de modo que hay que asumir que
siempre que se apliquen conceptos generales, o fórmulas más o menos desarrolladas de
cálculo de voladuras, son derivadas de modelizaciones y generalizaciones más o menos
simplificadas de un medio heterogéneo. Así, se debe actuar siempre con cautela en la
aplicación de las mismas, así como hacer todas las pruebas necesarias para comprobar
que dichas modelizaciones teóricas, son aplicables al macizo rocoso que se estudiando.
Además muchas de las citadas fórmulas de cálculo son derivadas de resultados
empíricos, con lo que siempre existirá una cierta incertidumbre en los desarrollos. En
todo caso, los conceptos desarrollados son de aplicación generalizada en el área del
diseño de voladuras, con lo que su validez está totalmente contrastada.

1.3. FACTORES QUE AFECTAN AL RENDIMIENTO DE LA


VOLADURA
El Diseño de Voladuras es una técnica que se basa en la aplicación de técnicas de
cálculo en un medio heterogéneo, en el cual los resultados obtenidos pueden influir en
gran medida en el desarrollo del método de explotación. Así, es importante destacar que
para saber si los resultados de una voladura son buenos o no, es necesario saber qué es
lo que iba buscando cuándo se diseñó la misma. Se puede decir que una voladura ha
sido realizada con éxito si los resultados obtenidos coinciden con el objetivo buscado.
El objetivo de una voladura, de acuerdo a la definición establecida al principio del
capítulo es aquella en la que se buscan unos resultados en fragmentación y
desplazamiento, además, de no afectar a elementos ajenos a la voladura. Para lograr este
objetivo, y evaluar el correcto rendimiento de una voladura se deben tener en cuenta tres
factores fundamentales que son clave en un correcto diseño y control, que son:
 Una correcta cantidad de energía. Para lograr los resultados deseados hace falta
la cantidad de explosivo adecuada en cada caso.
 Una correcta distribución de energía. El explosivo es un producto que implica la
transformación de energía química en energía mecánica, de modo que una mala
distribución nos puede dar lugar a una fragmentación no deseada o bien, a
concentraciones de energía tales que afecten a elementos ajenos a la misma.
 Un correcto confinamiento de energía. Para que el explosivo trabaje
correctamente es necesario que los gases generados estén confinados en el
barreno, de modo que la pérdida de energía por este hecho sea mínima.

Así se obtienen tres conceptos que están


íntimamente relacionados entre sí, de modo
que la falta de uno de ellos, hace que el
rendimiento obtenido no se corresponda
con el deseado.

Figura 02:
Parámetros
que afectan

1.3.1. FACTORES GEOMÉTRICOS

Dentro de los factores controlables de las voladuras pueden considerarse aquellos


factores que están directamente relacionados con el método de explotación, de modo
que se pueden definir a medida de los resultados buscados. Estos son:
 Diámetro del barreno, o de la carga
 Altura de banco
 Longitud de barreno
 Inclinación de barreno
 Número de barrenos
 Distribución de los barrenos

1.3.2. FACTORES INHERENTES A LA ROCA


A diferencia de los factores anteriores, y como se ha descrito anteriormente, el macizo
rocoso es un medio heterogéneo por definición. Así, existen parámetros que no se
pueden controlar, pero que sí es imprescindible tener en cuenta para la obtención de un
rendimiento óptimo de voladura. Entre estos factores se encuentran los siguientes:
 Densidad de la roca
 Resistencia o dureza de la roca
 Velocidad sísmica del macizo rocoso

1.3.3. FACTORES INHERENTES AL EXPLOSIVO


Con los factores anteriores, bien controlables, bien impuestos, existen otro conjunto de
factores sobre los que es necesario actuar para el diseño de una voladura. Estos son los
factores inherentes al explosivo empleado, que son los siguientes:

 Densidad del explosivo


 Velocidad de detonación
 Presión de detonación
 Potencia del explosivo
 Carga de explosivo
 Secuenciación de la voladura.
2. TIPOS DE VOLADURA

2.1. VOLADURAS EN BANCO

Las voladuras en banco son aquellas que se


realizan mediante la detonación de
barrenos verticales o subverticales,
utilizando como cara libre un frente
paralelo a los mismos. Los barrenos que
conforman la voladura en banco se
perforan formando una malla que viene
definida por la distancia al frente, llamada
también “piedra" (B) (“burden”, en inglés)
y el espaciamiento lateral entre barrenos
"S". La geometría de los barrenos en
voladuras en banco tiene varias
características entre las que se puede
destacar la “sobreperforación” (J), que es la
prolongación de la longitud de perforación
por debajo del piso teórico de explotación.
Esta sobreperforación viene motivada por
la existencia de un mayor confinamiento en
la parte inferior del banco a explotar, de
modo que se aumenta la energía en dicha Figura 03:
zona, para evitar que se genere una zona Parámetros
deficitaria de energía y que origine un geométrico
“repié” en la cota del piso. Otras variables
de diseño de este tipo de voladuras son la altura de banco "H", la inclinación de los
barrenos respecto a la vertical "α" y la distribución del explosivo dentro de los mismos.
De acuerdo con lo expuesto, a cada barreno de longitud "L" le correspondería
teóricamente el arranque y fragmentación de un bloque de roca paralelepipédico de base
B x S y altura H.

2.2. VOLADURAS DE CONTORNO

Son aquéllas que se realizan para perfilar los contornos de la excavación, de forma que
resulten superficies sanas, estables y regulares. Esta técnica consiste en delimitar la
superficie de contorno mediante una serie de barrenos de diámetro normalmente inferior
a 100 mm, perforados bastante próximos entre sí, poco cargados y que se disparan
simultáneamente, es decir, con detonadores del mismo número. De esta manera se
buscan que:
 Los relativamente bajos esfuerzos de compresión, generados con la detonación
de estos barrenos poco cargados, produzcan el mínimo de agrietamiento en el
macizo rocoso circundante.
 La coincidencia de ondas de compresión en la línea de separación entre barrenos
genere unos esfuerzos de tracción perpendiculares a la superficie de contorno,
que, superando la resistencia a la tracción de la roca, produzcan una fractura lo
más limpia posible a lo largo de dicha superficie

Para favorecer los dos efectos mencionados existen algunas medidas adicionales que, a
veces, suelen adoptarse. Tales son:

 La intercalación de barrenos vacíos entre barrenos cargados, a fin de crear una


línea de menor resistencia. •
 El desacoplamiento (holgura) de las cargas dentro del barreno para crear así una
cámara de aire que amortigüe la onda de compresión.

Existen dos variantes de la misma técnica en función de la detonación de los barrenos


de contorno respecto de la voladura completa. Se dice que la voladura es de "recorte"
cuando tiene lugar con posterioridad a la que produce el arranque del macizo a excavar
(destroza). Puede dispararse separadamente o, si se dispara conjuntamente con la
destroza, con un cierto retardo
respecto a ésta. Si por el contrario
se hubiesen disparado los barrenos
de contorno con anterioridad a los
de destroza, se estaría ante una
voladura de "precorte", cuyo
efecto sería la creación de una
grieta que aislaría la roca a excavar
del resto del macizo. Los barrenos
de precorte normalmente se
disparan separadamente de los de
destroza (incluso con anterioridad
a la perforación de éstos). Pero si Figura 04:
hubieran de dispararse Tensiones
conjuntamente, el desfase de generadas
tiempo entre unos y otros no
deberá ser inferior a los 200 mseg. Dependiendo, lógicamente, de la calidad de acabado
que se quiera obtener, estas voladuras de contorno se diseñan con una separación entre
barrenos que varía entre 16 y 18 veces el diámetro en el caso de las voladuras de
recorte. Las voladuras de precorte, al no disponer del esfuerzo de tracción adicional
generado en la cara libre, requieren una separación menor. Normalmente entre 10 y 12
veces el diámetro. Si por alguna razón, por ejemplo el riesgo de vibraciones, hubiese
que disparar los barrenos de contorno de una manera secuenciada, es decir con distinto
número de retardo, los valores antes mencionados para la separación entre ellos pueden
verse reducidos en un 40 ó 50%.
2.3. VOLADURAS EN ZANJA
Las voladuras en zanja podrían, por su apariencia, asimilarse a las voladuras en banco,
pero presentan respecto a éstas una serie de particularidades que requieren un
tratamiento aparte. En primer lugar este tipo de voladuras dispone de una anchura de
frente muy pequeña, generalmente comprendida entre 1 y 3 metros. Así mismo la
profundidad de la excavación suele ser pequeña, inferior normalmente a los 5m. Todo
ello supone una menor superficie de reflexión (cara libre) disponible y un mayor grado
de fijación al terreno del macizo a volar. Por otra parte, dado los pequeños volúmenes
de excavación en esta clase de voladuras, una operación eficiente exige, por lo general,
que la pega esté constituida por un número mucho mayor de filas que de barrenos por
fila. En definitiva, la voladura ha de realizarse en unas condiciones de mucho mayor
confinamiento de la roca. Las fuerzas de rozamiento del macizo rocoso con los hastiales
de la excavación son grandes y su arranque requiere una mayor energía. Así, es
necesario un diseño especial que permita que el perfil final de la excavación y la
fragmentación obtenida sean los adecuados. Por todo lo anteriormente expuesto, las
voladuras en zanja se diseñan con barrenos de pequeño diámetro (32-45 mm. para
anchuras de zanja de 1 a 2 metros y 50-65mm, para zanjas de 1,5 a 3 metros de
anchura). Lógicamente,
Figura 05: los rendimientos que se obtengan serán mejores con los
Disposición
mayores diámetros, pero, en cambio, diámetros menores mejorarán el perfil final de la
de barrenos
excavación y disminuirán las sobrexcavaciones (Figura 05).

2.4. VOLADURAS EN CRÁTER


Son aquéllas originadas por la detonación de una carga explosiva esférica o asimilable a
esférica confinada a una cierta profundidad "B" de una única superficie libre. Una carga
cilíndrica se considera asimilable a esférica si la relación "longitud/diámetro" es igual o
inferior a 6. La detonación de una carga de estas características en las condiciones
mencionadas, puede producir distintos efectos, van desde una pequeña corona de grietas
radiales a su alrededor hasta la formación de un cráter con una importante proyección de
los fragmentos producidos.
La distancia "B" entre la carga y la superficie sería asimilable a la "piedra" de las
voladuras en banco, existiendo una "piedra óptima", que podría definirse como la mayor
de las que producen un cráter completo, y una "piedra crítica", que sería la menor de
todas las que no producen efecto visible alguno en superficie.

Figura 06:
Efectos de

2.5. VOLADURAS DE INTERIOR

Las voladuras en obras subterráneas tienen en común que las voladuras son mucho más
confinadas que en voladuras a cielo abierto, ya que la cara libre de la misma es mucho
menor y el movimiento y fragmentación de la roca se tiene que realizar de una forma
mucho más restringida, lo que implica que el consumo específico de la misma sea más
elevado que en voladuras a cielo abierto.
Además, para lograr una fragmentación tal que sea posible una carga y transporte
adecuado, la distribución de carga en toda la voladura debe ser lo más homogénea
posible. Esto hace necesario que el explosivo se reparta en pequeñas cantidades, en
barrenos de pequeño diámetro, comparado con los diseños de voladuras de superficie.

Por este motivo, el diseño de voladuras de avances de túneles y galerías difiere mucho
de los cálculos que se realizan en voladuras a cielo abierto. Del mismo modo, las
dimensiones de los explosivos encartuchados se adaptan a tales diseños de voladura.

Únicamente en voladuras en cavernas y en voladuras de producción en minería


subterránea se crean huecos tales que las voladuras de obras subterráneas se asemejan
en gran medida a voladuras a cielo abierto, y las teorías de voladura en banco son
totalmente aplicables.

Por este motivo, los contenidos aquí presentados son aplicables a diversidad tipología
de obras subterráneas como son las voladuras de avance de túneles, galerías, pozos y
cavernas.

En voladuras de interior, se diferencian los barrenos en función de la posición que


ocupan en la voladura, además de tener cada uno una misión diferente. Se diferencian
los siguientes grupos de barrenos, enumerados de acuerdo a la secuencia de encendido:
 Cuele: es un grupo de barrenos muy cercanos entre sí que tienen como misión la
creación de una cara libre inicial en una zona más o menos centrada en la
voladura. Suele componerse de barrenos cargados, junto con uno o varios
barrenos de mayor diámetro que se dejan vacíos. Suele tener unas dimensiones
aproximadas de un cuadrado de un metro de lado. En ciertos casos pueden tener
mayor carga que los demás barrenos.

 Contracuele: son aquellos barrenos que rodean al cuele y tienen la misión de


incrementar la cara libre para facilitar el desplazamiento del resto de la voladura.

 Destroza: son los barrenos que al detonar fragmentan y desplazan la roca volada
hacia la cara libre generada por el cuele y contracuele.

 Contorno: son los barrenos que se sitúan en el perímetro de la voladura, teniendo


como misión el de perfilar el contorno de la excavación adecuándose al diseño
proyectado. Se diseñan como una una voladura de contorno a cielo abierto. Su
carga suele ser menor que el resto, usándose cordón detonante de alto gramaje,
solo o en combinación de cartuchos de explosivo de pequeño calibre.
 Zapateras: Son los barrenos que se sitúan en el piso de la voladura. Su misión es
la de conformar el suelo de la excavación. Como se disparan en último lugar
suelen estar sobrecargados, porque deben levantar todo el material volado
previamente y que se ha depositado encima.

El Figura 07:
principal Diferentes
problema que
hay que afrontar en las labores de avance de túneles o galerías con explosivo es la no
disponibilidad de caras libres. Por ello el consumo específico de explosivo es
sensiblemente más alto que en las voladuras de cielo abierto, especialmente cuando se
trata de voladuras de pequeña sección.

De este modo, para seguir las condiciones generales de diseño de voladuras hay que
realizar una detonación en un orden tal que se vayan generando sucesivas caras libres.

Hay dos formas de resolver el problema de ausencia de caras libres que se acaba de
mencionar:

 Perforar los barrenos centrales con una cierta inclinación respecto al frente, de
forma que éste sirva como superficie libre donde se refleje, al menos
parcialmente, la onda de compresión (cueles en "V", en cuña, en abanico, etc.).
 Perforar unos barrenos, generalmente de mayor diámetro, que se dejan vacíos de
forma que proporcionan una pequeña cara libre inicial (cuele de barrenos
paralelos).

3. METODOLOGÍA Y HERRAMIENTAS PARA LA OPTIMIZACIÓN DE


VOLADURAS A CIELO ABIERTO
Dentro de los trabajos de extracción de roca son muchos los parámetros que influyen en
el proceso. De este modo es necesario tener en cuenta aquellos factores que son
determinantes en las características de cada explotación.
En este apartado se pretende plantear una metodología para poder analizar diferentes
aspectos de voladuras a cielo abierto, con el fin de lograr una optimización de los
medios disponibles en cada una de las fases de la explotación.
De este modo se describen herramientas útiles para poder valorar cualitativa y
cuantitativamente las diferentes fases de la voladura. Estas herramientas se van a
clasificar en diferentes clases, en función del tipo de análisis a realizar. De este modo, el
estudio se va a dividir en diferentes fases:
 Estudio previo a la voladura
 Monitorización durante la voladura.
 Análisis posterior a la voladura.

Figura 08:
Fases para
El análisis previo a la voladura comprende el estudio del banco de la cantera a volar; la
definición de la malla de perforación, así como el estudio energético de la voladura. En
este análisis también estaría incluido el empleo de modelos teóricos del terreno para la
predicción de afecciones medioambientales.
El análisis durante la voladura se centra en la monitorización de la misma para poder
hacer análisis posteriores, por medio de empleo de grabación de video de alta velocidad,
registro de ondas sísmicas y onda aérea generadas, y comportamiento del explosivo en
el barreno.
El análisis posterior a la voladura comprende el estudio de los datos adquiridos durante
la misma, así como el análisis digital del material volado.
Las voladuras en canteras de áridos, y en todas las voladuras en general, se ejecutan en
un determinado macizo rocoso. Debido a la naturaleza del mismo este macizo hay que
considerarlo como un medio heterogéneo del cual se van a conocer sus propiedades con
cierta incertidumbre. De este modo, es preciso analizar este medio para minimizar este
grado de incertidumbre.
Las propiedades del macizo rocoso son variables y por tanto el diseño de las voladuras
debe adaptarse en función de estos cambios. Por este motivo, es necesario fijar ciertas
propiedades y considerarlas conocidas para poder modelizar el macizo rocoso, con el fin
de establecer un diseño inicial con la mayor exactitud posible.
De este modo se puede recurrir a leyes y modelos teóricos, que nos permitan predecir
los resultados de las voladuras. Así pues dentro de las propiedades del macizo rocoso se
deben conocer:
 Tipo de roca.
 Densidad.
 Resistencia a compresión
 Índice de volabilidad.
 Datos geométricos del banco
 Fragmentación deseada en función del destino del material y equipos
disponibles.
Este factor es importante ya que, por ejemplo, no es lo mismo diseñar voladuras para
emplear el material resultante como árido para hormigones que diseñar una voladura
para la obtención de escollera.

3.1. HERRAMIENTAS A EMPLEAR PREVIAS A LA VOLADURA

Perfilometría 2D
Este sistema consiste en una modelización digital del terreno con el fin de conocer en
cada punto los parámetros geométricos del banco a volar. Es posible determinar la altura
de banco real, el repié existente así como la presencia de cavernas u oquedades en el
terreno que nos puedan ser potenciales puntos de sobrecarga de barrenos.
La perfilometría 2D se realiza por medio de un dispositivo láser que realiza perfiles
individuales del frente de voladura, de modo que sea posible realizar el análisis de la
piedra presente en cada uno de los barrenos de la primera fila de la voladura, para poder
ajustar la carga de cada uno de estos barrenos a la piedra real existente en cada punto. El
análisis de los datos es inmediato por la posibilidad de ver el resultado sobre un
dispositivo portátil tipo PDA.

Figura 09:
Parámetros

Las mediciones obtenidas pueden compararse con los parámetros teóricos diseñados
para cada voladura.
Perfilometría 3D
La perfilometría en tres dimensiones se realiza, al igual que la 2D, pero con la
posibilidad de obtener un perfil digital del frente de la voladura. De este modo es
posible analizar de manera conjunta todos los barrenos y la piedra asociada a cada uno.
El análisis en tres dimensiones es mucho más potente que el análisis en 2D ya que es
posible realizar un estudio global del banco objeto de estudio y ofrece la posibilidad de
completar los datos obtenidos con datos obtenidos de otras aplicaciones, como por
ejemplo datos de desviación de barrenos.
Determinación de la dirección real de los barrenos
Una herramienta de vital importancia para poder optimizar los resultados de una
voladura es la determinación del estado de la perforación de los barrenos. Este
parámetro se puede evaluar determinando la dirección real de los barrenos de una
voladura. Es común que muchos de los pobres resultados de una voladura, así como
problemas de proyecciones y repiés, sean debidos a una perforación deficiente. Esta
perforación deficiente puede estar debida por diferentes motivos:

 Error de emboquille.
 Error de inclinación.
 Desviación a lo largo del barreno.
De estos errores, el más difícil de determinar es la desviación producida a lo largo del
barreno. Esta desviación puede estar provocada por una mala elección de los parámetros
de los equipos de perforación (una excesiva fuerza de empuje puede provocar
desviaciones, por ejemplo) o bien por motivo de la geología del macizo, ya que las
fracturas del macizo son zonas de debilidad que hacen que la barrena de perforación
escoja ese camino para la perforación del barreno.
Para determinar le dirección real de los barrenos se utilizan diversos sistemas aunque el
procedimiento empleado es similar. Consiste en introducir una sonda en el interior del
barreno dotada de dos inclinómetros o brújulas que nos van a indicar la desviación en
función de la profundidad.
La sonda puede introducirse en el barreno por medio de barras rígidas articuladas o bien
por medio de elementos flexibles.
Figura 11:

Una mala perforación da lugar a posibles zonas sobrecargadas de explosivos, pudiendo


provocar proyecciones, o bien a zonas donde la piedra real es demasiado grande, de
modo que aparezcan repiés en el pie de banco de la cantera.

Simulación de la voladura
Una vez recogidos los datos expuestos anteriormente y junto con los parámetros
geomecánicos del macizo rocoso es posible emplear herramientas que hagan una
simulación de la voladura para poder predecir los resultados de la misma. Existen
herramientas basadas en programas informáticos que, mediante la aplicación de
modelos teóricos es posible ajustar los parámetros de diseño de la voladura.

Figura 12:
Distribució
n
Figura 13:
Simulación
de los

3.2. HERRAMIENTAS A EMPLEAR DURANTE LA VOLADURA


Durante el desarrollo de la voladura es posible emplear herramientas que nos ayuden a
evaluar los resultados de una voladura, de modo que se pueda actuar en consecuencia si
es necesario, en función de los resultados obtenidos.
Las herramientas van a basarse en el estudio del comportamiento del explosivo dentro
del barreno y en un control visual de la voladura para detectar posibles puntos de
actuación, mediante la adquisición digital de imágenes.

Medición de la velocidad de detonación.


Aunque la velocidad de detonación de un determinado explosivo es un parámetro
proporcionado por el fabricante, éste dato se ha determinado mediante ensayos
normalizados, para permitir la comparación de este dato entre diferentes explosivos. Las
condiciones reales de uso del explosivo son dependientes de muchos factores que, en
muchos casos, no se pueden controlar. Este es el caso por ejemplo de la presencia de
agua en los barrenos, humedad de los barrenos y afecciones de un barreno sobre otro
adyacente, entre otros. Por este motivo es muy interesante determinar la velocidad real
de detonación en una voladura.
En capítulos anteriores se describe el método de determinación de la velocidad de
detonación, a través de la medida continua de la evolución de la detonación en el
barreno.

Grabación de la voladura mediante cámara de alta velocidad.


Como la duración a cielo abierto de una voladura está entre unas décimas de segundo
hasta unos pocos segundos, el ojo humano no es capaz de diferenciar algunos de los
fenómenos que se producen durante la misma. Es importante recordar que los barrenos
están secuenciados del orden de milisegundos (0,001 segundos).
Para poder detectar posibles efectos que pasan desapercibidos es posible grabar la
voladura con cámara de alta velocidad, de modo que pueden registrarse hasta 1000
imágenes por segundo (fps). Una vez captada esa imagen, se reproduce la voladura a 10,
30 ó 100 fps, por ejemplo, de modo que se puedan detectar fallos de secuenciación,
escape de gases por el frente, efectividad del retacado, movimiento de la pila de material
volado, etc.

Figura 14:
Parámetros
observable

3.3. HERRAMIENTAS A EMPLEAR DESPUÉS DE LA VOLADURA.


Una vez realizada la voladura es necesario analizar si los resultados obtenidos se
corresponden con los esperados.
Una mala fragmentación puede hacer necesario la realización de voladuras secundarias
o taqueos, o bien, la necesidad de romper los sobretamaños mediante medios
mecánicos, con el sobrecoste añadido que supone. El tamaño máximo deseado en
voladuras a cielo abierto en canteras de áridos vendrá definido por la capacidad de la
planta de tratamiento, en concreto por el tamaño máximo de admisión del triturador
primario.
Del mismo modo, con una fragmentación adecuada es posible la optimización de los
equipos de carga y transporte, pudiendo trabajar ambos a plena capacidad, sin pérdidas
de tiempo de ciclo ni viajes a media carga por tener que transportar grandes bloques de
roca.
Otro aspecto que optimiza del mismo modo la carga del material volado es la posición
de la pila después de la voladura. Dependiendo del tipo de equipo de carga disponible es
preferible una posición de pila de material volado diferente. Así, para la carga de
material mediante pala cargadora es preferible una pila extendida y para el empleo de
retroexcavadora la carga óptima se corresponde con una pila más compacta y elevada.
Estos aspectos descritos se pueden analizar mediante estudios de fragmentación y
herramientas para el análisis del movimiento de la pila de material durante la voladura.
En el análisis de la granulometría de la voladura, un parámetro que va a definir el
resultado de una voladura es la granulometría de la pila de material volado. La manera
más exacta de conocerlo es saber las distintas fracciones que entrar a la planta de
tratamiento y separar por medio de diferentes precribados las fracciones de interés. Pero
este proceso no es nada operativo ya que las plantas de tratamiento en canteras de áridos
no suelen poseer la disposición adecuada para este fin, además de la necesidad de
trabajar de modo discontinuo. Por otro lado una misma planta de tratamiento es normal
que procese el material procedente de las diferentes voladuras de diferentes bancos de
una misma cantera.
Por estos motivos es muy útil el conocer de forma previa la granulometría de una pila de
material volado. Existen herramientas que proporcionan de manera aproximada la
granulometría de la voladura, mediante la adquisición digital de imágenes y el
procesamiento de las mismas. El análisis consiste en la toma de imágenes de la pila,
cubriendo cada una de las fracciones representativas de la voladura y, mediante
programas adecuados, se determinan la distribución granulométrica de cada fotografía,
obteniendo así una curva granulométrica de la voladura.

Figura 15:
Secuencia

4. EFECTOS DE LAS VOLADURAS EN EL ENTORNO


Trata sobre aquellos efectos colaterales, por lo general no deseados, que toda voladura
comporta y que de alguna manera se tendrán que controlar. Estos efectos consisten en
modificaciones del entorno, ya sea el propio terreno o bien la atmósfera, que pueden, a
su vez, clasificarse en dos tipos:
 Modificaciones permanentes.
 Modificaciones transitorias.

4.1. MODIFICACIONES PERMANENTES


Son aquellos efectos que conllevan una degradación o desplazamiento de la roca
adyacente distinto del pretendido por la propia voladura. Entre ellos se pueden
mencionar los siguientes:
 Degradación de la roca circundante Cualquier voladura genera un cierto grado
de agrietamiento, fisuración o debilitamiento de la roca circundante. La
extensión de la zona afectada dependerá principalmente de cómo se haya
diseñado la voladura, pero puede alcanzar hasta 1 o 2 metros con diámetros
pequeños de barreno y hasta 10 o 20 metros con diámetros grandes.

 Desplazamiento de bloques La presión de los gases acumulados durante la


detonación o las vibraciones del terreno producidas por la misma, pueden causar
el desplazamiento de bloques de roca aislados o sin un grado de fijación
suficiente al resto el macizo. Ello provocaría una sobreexcavación respecto a la
teóricamente diseñada.

Figura 16:
Afecciones
 Densificación o compactación del terreno Algunos autores mencionan también
la posibilidad de compactación o densificación de terrenos sueltos de
determinada granulometría próximos a la carga explosiva.

4.2. MODIFICACIONES TRANSITORIAS


Las ondas de presión que, como consecuencia de la voladura, se transmiten al terreno y
también a la atmósfera, producen en ambos alteraciones de carácter vibratorio que
desaparecen pasado un corto período de tiempo, del orden de milésimas de segundo. El
pas de estas ondas genera en el terreno movimientos de las partículas alrededor de su
posición de equilibrio sin llegar a producir desplazamientos permanentes en las mismas
que retornan de nuevo a su posición inicial. Sin embargo, estas vibraciones sí pueden
producir daños visibles y permanentes en estructuras más sensibles, como son edificios,
conducciones o cualquier otro tipo de obra de fábrica asentada sobre el terreno.
Estos efectos pueden ser de distinta magnitud, desde pequeños desperfectos en la
pintura o el yeso, sin otra transcendencia que la puramente estética, hasta serios daños
en los cimientos, pilares o muros de carga del edificio que podrían afectar gravemente a
su estabilidad.
Como se ha apuntado anteriormente, la voladura genera también una onda de
sobrepresión que se propaga a través del aire. La parte de alta frecuencia
correspondiente a la misma es audible y constituye el estruendo que acompaña a toda
voladura. Pero existe otra parte de baja frecuencia que, aunque no es audible, excita las
estructuras de los edificios y produce una vibración audible de los mismos. Esta onda
aérea raramente produce daños más allá de lo que pueda significar rotura de cristales de
ventanas o caída de objetos. Sin embargo la sensación de inseguridad y molestia que
genera sobre las personas es muy importante.
En el momento de aplicar los modelos teóricos se debe tener en cuenta las posibles
limitaciones medioambientales que son frecuentes encontrar en explotaciones mineras a
cielo abierto por la existencia de elementos sensibles a las voladuras: edificaciones
cercanas, núcleos de población, infraestructuras…
Las afecciones en el entorno pueden tener los siguientes caracteres:
 Vibraciones terrestres
 Onda aérea
 Proyecciones
 Efectos sobre el macizo rocoso remanente

4.2.1. VIBRACIONES
Se entiende por vibraciones los fenómenos de transmisión de energía mediante la
propagación de un movimiento ondulatorio a través de un medio. El fenómeno de
vibraciones queda caracterizado por una fuente o emisor, esto es, un generador de
vibraciones, y por un objeto o receptor de las mismas. El fenómeno de las vibraciones
se manifiesta mediante un movimiento ondulatorio.
La detonación de una masa de explosivo confinada en el interior de un barreno
localizado en un macizo rocoso, genera de una forma casi instantánea un volumen de
gases a una presión y temperatura enormes. Esta aparición brusca de una presión
elevada sobre las paredes del barreno actúa como un choque o impacto brusco, que se
manifiesta en forma de onda de deformación a través de la masa en torno al barreno.
Esa onda de deformación / tensión trasmitida es cilíndrica, en el caso de carga cilíndrica
distribuida en el barreno, o esférica, en caso de carga puntual o esférica, aunque a
considerable distancia del barreno con relación a su longitud puede considerarse la
explosión reducida a un punto y en consecuencia la onda de propagación como esférica.
En definitiva, la tensión soportada por un elemento material será función inversa de la
distancia.
Se puede admitir que la transmisión de la vibración a partir de una distancia de barrenos
relativamente pequeña, es en forma prácticamente elástica, mediante ondas básicamente
elásticas, con despreciable consumo de energía.

ONDAS SÍSMICAS
Aunque las ecuaciones clásicas de ondas elásticas son inadecuadas para describir el
fenómeno de las vibraciones por efecto de una voladura, tal y como se manifiesta con
sus problemas de atenuación, dispersión, cambio de longitud de onda y superposición de
ondas, ha de considerarse que hasta la fecha es el mejor modelo simplificado de que se
dispone para el análisis de este fenómeno. Se puede considerar, pues, que a efectos de
las vibraciones en voladuras, sólo nos interesa la propagación de ondas en la zona
exterior o elástica en torno del barreno y que en ella las únicas ondas significativas que
se transmiten resultan ser ondas elásticas de baja energía.
Básicamente se pueden agrupar los tipos de ondas elásticas en dos grupos:
 Ondas internas, que se propagan por el interior del sólido rocoso en nuestro caso
y dentro de las cuales se encuentran: las ondas longitudinales, de compresión o
principales P y las ondas transversales, de cizalladura o secundarias S.
 Ondas de superficie, que únicamente se transmiten por la superficie del material
y entre las que se encuentran: las ondas Rayleigh R y las ondas Love L; son las
principales, si bien ya se ha indicado que existen las llamadas ondas acopladas y
ondas hidrodinámicas.
Las ondas P se caracterizan por provocar la oscilación de las partículas en la misma
dirección en la que la onda se propaga. Las ondas S se caracterizan por provocar la
oscilación de las partículas en una dirección transversal a la dirección en que la onda se
propaga.
Cuando las ondas internas generadas en el interior de un macizo rocoso alcanzan la
superficie, son influidas por esta discontinuidad y aparecen ondas de superficie. Si se
considera para su análisis que el eje X es el correspondiente al de la dirección principal
de propagación, el eje Y al horizontal, perpendicular al X, y el eje Z al vertical
perpendicular a los dos anteriores:
 Las ondas Rayleigh se propagan en el plano ZX, originando en dicho plano
oscilaciones elípticas. Su efecto es de compresión, dilatación y cizalla. Su
velocidad es aproximadamente 0.9 de las ondas transversales.
 Las ondas Love se propagan en el plano XY originando oscilaciones elípticas
contenidas en dicho plano. Su velocidad es similar a la de las Rayleigh. La
existencia de las ondas Love, está restringida a capas de terreno en contacto con
la atmósfera y bajo las cuales existan otras capas en que la velocidad de las
ondas transversales sea mayor que en la capa en cuestión. También pueden
existir ondas Love cuando la velocidad de las ondas S aumenta con la
profundidad para los diferentes materiales.

Figura 17:
Tipos de
Estudios realizados han demostrado que la energía sísmica de alta frecuencia es
absorbida más rápidamente que la de baja frecuencia, de modo que la energía contenida
en las ondas sísmicas estará más concentrada en intervalos correspondientes a bajas
frecuencias a medida que se da un alejamiento del foco generador. A pesar de todo lo
dicho, hay que tener presente que en los análisis de vibraciones no suele llegarse a
distinguir entre sí los diferentes tipos de ondas que llegan al geófono. La profundidad de
los barrenos, que normalmente son de producción, es relativamente pequeña, lo que
supone trenes de ondas internas de baja energía. Asimismo, los trenes de ondas llegan
casi simultáneamente al geófono, pues la diferencia de velocidad entre ellos es pequeña,
frente al pequeño espacio a recorrer hasta el geófono.

4.2.2. ONDA AÉREA


Una parte de la energía liberada en las voladuras, se transmite a la atmósfera dando
lugar a una onda de sobrepresión que se propaga a través del aire. Este incremento de
presión se produce principalmente por los gases liberados en la detonación, pero
también por el movimiento de los fragmentos de roca al desplazarse y del terreno al
vibrar con la voladura.
Esta sobrepresión, que origina el ruido producido por la explosión, se mide en
decibelios:
𝑑𝐵 = 20 𝑙𝑜(𝑃/ 𝑃o)

siendo P la sobrepresión generada y P0 una presión de referencia, que coincide con la


del menor sonido que puede ser escuchado, cuyo valor es de 20x10-6 Pa.
Esta onda de presión rara vez produce daños más allá de lo que pueda significar rotura
de cristales o caída de objetos, pero la sensación de inseguridad y molestia que genera
en las personas es a menudo fuente de quejas por parte del vecindario.
La magnitud de esta onda aérea sigue una ley similar a la mencionada para las
vibraciones del terreno, y, al igual que se señalaba puede establecerse una relación entre
la sobrepresión o el nivel de ruido en dB y el cociente W / R1/3.
Sin embargo las condiciones atmosféricas pueden influir de forma notable tanto en el
nivel de ruido como en su distribución espacial, ya que las ondas sonoras se desvían con
el gradiente de temperatura siguiendo la “ley de la refracción”
𝑐/𝑐′ = 𝑠𝑒𝑛 𝛼/𝑠𝑒𝑛 𝛼′

donde c y c’ son las velocidades de la onda en dos medios de diferentes características y


𝛼 y 𝛼’ los ángulos que forman con la normal los rayos incidente y refractado
respectivamente.
De esta forma, como la velocidad del sonido en el aire varía en el mismo sentido que su
temperatura, en circunstancias normales en las que la temperatura disminuye con la
altitud, los rayos sonoros se desviarán hacia arriba y el ruido se disipará hacia la
atmósfera. En cambio, si ocurre al contrario, fenómeno que se conoce con el nombre de
“inversión térmica”, los rayos se desvían hacia abajo y el ruido se reflejará hacia el
suelo.

4.2.3. PROYECCIONES
La mayoría de los fragmentos producidos en una voladura no se desplazan más allá de
40 o 50 metros. Sin embargo, siempre hay algunos que, por circunstancias especiales,
salen lanzados a mucha mayor distancia (100 e incluso hasta 1000 metros).
Normalmente, un correcto diseño de la voladura es suficiente para acotar de forma
efectiva este riesgo. A tal respecto, habrá de cuidarse:
 Que la distancia al frente de los barrenos y la separación de éstos entre sí estén
adecuadamente dimensionadas.
 Que la secuencia de encendido sea también correcta.
 Que el explosivo se haya repartido uniformemente a lo largo del barreno
evitando sobre todo la acumulación del mismo en zonas próximas a la
superficie.
No obstante, en aquellos casos en que la voladura tuviera lugar en un lugar próximo a
zonas de riesgo, será necesaria la adopción de medidas especiales como puede ser la
colocación en la zona de voladura de tela metálica, lona resistente, neumáticos viejos o
cualquier otro elemento que sirva de protección frente a las proyecciones.

Figura 18:
Casos de
posible
riesgo de

Una manera de estimar el alcance de los fragmentos de roca provenientes de una


voladura puede ser de acuerdo al diagrame representado en la figura 19

Figura 19:
Estimación
del alcance
4.2.4. INTEGRACIÓN DE LA OPERACIÓN MINERA EN LA
REDUCCIÓN LOS EFECTOS DE LAS VOLADURAS EN EL
ENTORNO
Aunque pueda parecer que los efectos de las voladuras en el entorno son acción única y
exclusiva de las personas involucradas en el diseño y ejecución de la misma, el proceso
minero completo tiene influencia en la obtención de unos resultados exitosos.
Cabe destacar que una pequeña desviación de los resultados esperados en la voladura
puede generar afecciones que hagan inviable la continuación de los trabajos.
La no predicción de los resultados esperados o bien la falta de información sobre los
medios con los que se está trabajando, así como la falta de rigor en alguna de las
actividades de la explotación pueden generar graves incidentes, o incluso accidentes que
pueden afectar a las instalaciones, edificaciones, o incluso a las personas, involucradas o
no en el proceso minero.
Así, algún aspecto que pase desapercibido durante la etapa de diseño y ejecución de las
voladuras pueden ocasionar graves afecciones en forma de vibraciones, onda aérea o
proyecciones, dando lugar a graves daños materiales y personales.
Estos aspectos clave, que den lugar a situaciones indeseadas pueden tener lugar por
varios motivos:
 Falta de formación
 Falta de información
 Falta de rigor en los trabajos
 Factores externos

La falta de formación tanto de la gente involucrada en la ejecución de la voladura, así


como de falta de conocimiento de las técnicas para desarrollar otras actividades, como
estudios geotécnicos, interpretaciones geológicas, etc. hacen que haya datos de partida
que no se corresponden con el modelo empelado en el diseño de la voladura.
La falta de información sobre el terreno que se está perforando, bien sea el macizo
rocoso, bien sea el frente de voladura, puede generar situaciones de riesgo evitables con
una simple auditoría de trabajos a realizar. Del mismo modo, una falta de comunicación
entre diferentes fases de la explotación, por ejemplo falta de información del desarrollo
de la perforación para los diseñadores de voladura, puede hacer que no se tenga
conocimientos de zonas estratificadas débiles, fragmentación excesiva, existencia de
cavernas en macizos calizos, haciendo que el diseño de voladura no sea el más
adecuado.
Una falta de rigor en los trabajos, ocasionada en ciertas ocasiones por escaso personal, o
personal mal formado puede dar lugar a que haya una falta de rigor en los trabajos, con
la consecuente existencia de información sesgada o incompleta para los equipos de
diseño de voladuras.
Además de todo lo anterior, puede haber factores externos como por ejemplo factores
meteorológicos que hagan que las condiciones de trabajo no sean las óptimas. Otras
veces, presiones ejercidas por una premura en la ejecución de a voladura puede
ocasionar situaciones de riesgo perfectamente evitables.

5. ACCESORIOS DE VOLADURA
En todos aquellos trabajos en los que se emplean explosivos, tanto en minería como en
obra civil, es necesario que la detonación se inicie correctamente. Para ello, es necesario
conocer aquellos medios y técnicas que permiten iniciar la reacción en régimen de
detonación, la iniciación de explosivos y, de forma subsiguiente, la iniciación de
voladuras de manera que se produzca la detonación de un conjunto de barrenos con un
orden determinado.
Esta iniciación del explosivo debe ser aquella que asegure que la detonación alcanza un
régimen que se mantenga durante toda la reacción en el interior del barreno. En este
aspecto, un explosivo que no se inicie correctamente provoca que alcance una velocidad
de detonación inferior a la nominal, llegando a reaccionar en régimen de deflagración, o
incluso llegar a detenerse la reacción. En todos estos casos en los que no se alcanza el
régimen de detonación nominal, el trabajo realizado por el explosivo será muy inferior
al diseñado.
En cuanto a la iniciación de una voladura, pueden presentarse diseños muy diferentes
que vayan desde la detonación de varios detonadores hasta diseños tales que impliquen
cientos de detonadores en grandes voladuras, siendo imprescindible una secuenciación
adecuada para lograr unos resultados adecuados de fragmentación, el movimiento de la
pila de material volado y el ser compatible con las afecciones al entorno.
Bajo estas premisas de iniciación y secuenciación, se hace necesario considerar un
conjunto de elementos que hagan que la detonación de los explosivos comerciales se
efectúe de modo correcto y adecuado al objetivo de lograr un rendimiento óptimo en la
excavación con utilización de explosivos.
Para explosivos que sean sensibles a la acción de un detonador, la iniciación puede
realizarse introduciendo un detonador en el interior de un cartucho, al que se
denominará cartucho cebo, y que estará en contacto con el resto de la carga. También
puede hacerse adosando un cordón detonante a la carga explosiva, el cual a su vez se
iniciará con un detonador, transmitiéndose la detonación a la citada carga.
En el caso de explosivos que precisen una energía de iniciación superior a la
proporcionada por un detonador, se emplearán elementos que aseguren la detonación,
como es el caso de multiplicadores de pentolita (PETN+TNT) o cartuchos de otro
explosivo.

5.1. SISTEMAS DE INICIACIÓN


Los diferentes sistemas de iniciación, conocidos como detonadores, pueden emplearse
tanto en voladuras a cielo abierto como en interior y la finalidad es la de iniciar los
explosivos dentro del barreno, o bien el cartucho cebo o multiplicador que desencadene
la detonación en el interior del mismo.
Como se verá más adelante, algunos tipos de detonadores tienen un uso mucho más
restringido y en aplicaciones específicas, como es el caso de los detonadores ordinarios.
La elección de cada uno de los tipos de detonadores vendrá determinada por las
necesidades de secuenciación, características del entorno y facilidad en la realización de
la conexión, entre otros factores.
Todos los detonadores de uso civil empleados habitualmente tienen en común que
contienen aproximadamente la misma carga explosiva, siendo el elemento diferenciador
el modo de iniciación de la carga. En términos generales, constan de una cápsula
metálica de aluminio, o cobre, donde se aloja un explosivo iniciador, formando la
llamada carga base (compuesta por trinitrorresorcinato de plomo y azida de plomo), y
una carga base (compuesta por pentrita). Esta carga explosiva se inicia por medio de
una píldora inflamable (en detonadores eléctricos, no eléctricos o electrónicos) o bien
directamente por efecto de una llama (detonadores ordinarios).

5.1.1. DETONADORES ORDINARIOS


Son aquellos que se inician mediante mecha lenta. La mecha lenta se introduce en el
extremo abierto de una cápsula de aluminio que aloja la carga explosiva del detonador y
se engarza mediante unas tenazas especiales, de modo que se evite que la mecha se
salga durante su manipulación. Se usa, por tanto, únicamente en voladuras de roca
ornamental.

Figura 20:
Detonador
Debido a su configuración, no es posible establecer ningún tipo de retardo en el
detonador, por lo que una vez que llegue la llama propagada por la pólvora que lleva
alojada la mecha en su interior, el detonador se inicia instantáneamente.

5.1.2. DETONADORES ELÉCTRICOS


El detonador eléctrico emplea la energía eléctrica para su iniciación. El detonador
eléctrico posee un inflamador pirotécnico (denominado comúnmente “cerilla”), a través
del cual circula la corriente eléctrica, que provoca la iniciación de la carga explosiva.
El inflamador o cerilla es una pequeña resistencia recubierta de pasta explosiva. Esta
resistencia llamada también puente de incandescencia, va conectada a los hilos de
conexión y, a través de ellos, recibe la corriente eléctrica. Si la intensidad es lo
suficientemente grande el puente se calienta, hasta alcanzar una temperatura, que
produce la inflamación de la pasta explosiva de la cerilla
Existen dos grandes grupos de detonadores eléctricos: los detonadores instantáneos y
los temporizados. La diferencia entre ambos es que los detonadores

Figura 21:
Detonador
eléctricos temporizados poseen un casquillo entre el inflamador que posee una pasta
pirotécnica que quema a una velocidad determinada. Este casquillo se denomina
portarretardo, siendo el compuesto que lleva en su interior la carga de retardo. De este
modo, con la combinación de diferentes longitudes y composiciones de la carga de
retardo, es posible obtener detonadores que se inician a diferentes tiempos de
detonación, proporcionando así las combinaciones necesarias para la secuenciación de
barrenos de una voladura.
En función de la intensidad necesaria para iniciar el inflamador pirotécnico, se pueden
distinguir, de menor a mayor intensidad necesaria de iniciación, los detonadores
Sensibles, Insensibles o Altamente Insensibles. Los detonadores sensibles tienen
actualmente un uso muy restringido, y se usan exclusivamente en labores de arranque de
carbón.
Tabla 1:
Detonador
eléctrico.
Entre las características eléctricas de los detonadores eléctricos se pueden destacar:
 Resistencia del puente: Es la resistencia del puente de incandescencia o
resistencia de la cerilla. Se mide en ohmios.
 Resistencia de los hilos de conexión: Es la resistencia de los dos hilos de
conexión del detonador. Se mide en ohmios.
 Resistencia total del detonador: Es la suma de las dos anteriores. Se mide en
ohmios.
 Intensidad de corriente recomendada: Es la intensidad mínima de corriente
eléctrica necesaria para asegurar que todos los detonadores conectados en serie
en una voladura, reciben energía suficiente, para su iniciación. Es la que el
fabricante recomienda y, por tanto debe ser la mínima a utilizar. Se mide en
amperios.
 Corriente de seguridad: Impulso de encendido o sensibilidad eléctrica de los
detonadores. Es la energía eléctrica, por cada unidad de resistencia, necesaria
para provocar la inflamación de la cerilla.

Una clasificación de los detonadores eléctricos con tiempo de retardo, es aquella que
diferencia los detonadores en función del tiempo de temporización que tienen, lo que
permite hablar de dos series de temporización diferente: •
Serie de Micorretardo: entre cada uno de los detonadores de las serie hay una diferencia
de 25 ms de retardo.
 Serie de Retardo: hay 500 ms de tiempo de retardo entre cada uno de los
detonadores de la serie.
En función de la aplicación para la que está diseñado cada detonador se pueden
distinguir los siguientes tipos: •
 Detonador de cápsula de aluminio: son los de uso general para aplicaciones en
voladuras a cielo abierto sin ambientes grisuosos.
 Detonador de cápsula de cobre: tienen las mismas características que los
detonadores de aluminio, pero pueden emplearse en aplicaciones donde exista
riesgo de presencia de atmósferas explosivas. En este caso, la cápsula y los hilos
de alimentación son siempre de cobre.
 Detonadores sísmicos: son detonadores que se fabrican con un tiempo de
reacción inferior a un milisegundo y son aptos para resistir altas presiones
hidrostáticas durante largos períodos de tiempo.

5.1.3. DETONADORES NO ELÉCTRICOS


Los detonadores no eléctricos se caracterizan porque no interviene ningún tipo de
corriente eléctrica en su iniciación. La parte explosiva es común a los detonadores
eléctricos, pero en lugar de un inflamador pirotécnico la carga portarretardo se inicia por
medio de una onda de choque de baja energía que se transmite a través de un tubo de
transmisión.

Figura 22:
Detonador

El tubo de transmisión es un tubo de plástico que contiene en su interior una pequeña


cantidad de material reactivo (en torno a 14 mg por metro lineal de tubo), compuesto de
Hexógeno (HMX) y Aluminio.

Figura 23:
Tubo de

Este tubo está engarzado en el detonador haciendo que la onda de baja energía
transmitida por su interior incida como un “dardo” sobre la carga primaria o la carga de
retardo. La velocidad de transmisión de esta onda es del orden de 2.000 m/s. Esta onda
onda de choque, se propaga con toda fiabilidad a través del tubo de transmisión, aunque
en existan dobleces pronunciados o nudos.
Esta onda de detonación no tiene influencia sobre la columna de explosivo contenida en
el barreno, permitiendo la iniciación en el fondo del mismo, ya que la cantidad de
materia reactiva contenida en él es tan pequeña que la superficie exterior del tubo queda
intacta durante el paso de la mencionada onda de detonación.
Cabe destacar que la cantidad de material reactivo contenido en su interior es tan
pequeña, y además no es posible manipularla para extraerla del mismo, que el tubo de
transmisión por sí solo no está catalogado como material explosivo.
El tubo de transmisión se presenta en diversidad de colores, para identificarlo con cada
una de las diferentes aplicaciones.

Figura 24:
Detonador

5.1.4. DETONADORES ELECTRÓNICOS


Los detonadores electrónicos son la última evolución de los sistemas de iniciación para
voladuras. Su desarrollo comenzó hace bastantes años, pero todavía el uso de este tipo
de sistema está centrado en ciertas aplicaciones donde se buscan unos resultados
específicos
La diferencia fundamental entre el detonador electrónico y
cualquier otro, bien sea eléctrico o no eléctrico, es que la
pasta pirotécnica que determina el tiempo de retardo ha sido
sustituida por un circuito electrónico, en el cual, un
microchip es el encargado de realizar la descarga de un
condensador en el instante deseado. En los demás tipos de
detonadores, el retardo viene fijado por el tiempo que tarda
en consumirse una pasta pirotécnica. Cada detonador
electrónico está identificado inequívocamente con un
código alfanumérico que sirve para su posterior
programación y disparo. En cuanto a la carga explosiva, es
igual a la que poseen los demás sistemas de detonación. De
este modo, las características explosivas del detonador
electrónico, son las mismas que las de otros sistemas de
iniciación. La precisión en los tiempo de retardo en los Figura 25:
detonadores electrónicos es del 0,02 %, mucho mayor que Microchip e
para detonadores de retardo pirotécnico. inflamador
de
detonador
electrónico
Tanto los detonadores eléctricos como los no eléctricos tienen un casquillo metálico que
aloja una sustancia pirotécnica que se consume a una determinada velocidad. Sin
embargo la precisión de estos sistemas es limitada. Se pueden encontrar sistemas
diseñados para ser iniciados en el mismo tiempo de retardo pero realmente, el tiempo de
disparo no es el mismo. Esto significa que los detonadores diseñados para ser iniciados
a 20 ms pueden iniciarse a 197 ms o a 203 ms. Este efecto se conoce como Dispersión.
En principio, esto puede no ser relevante, pero en las operaciones de voladura (donde, a
veces se recurre a la iniciación de cientos de detonadores en un corto espacio de
tiempo), esta efecto de dispersión puede influir en la fragmentación, la producción de
vibraciones o en el comportamiento global de la voladura. La dispersión crece a medida
que el tiempo de retardo aumenta, aunque el valor del porcentaje de esta diferencia se
mantiene constante.
El efecto de dispersión ha sido minimizado gracias a los avances técnicos que han
mejorado las pastas de retardo, pero es muy difícil encontrar una sustancia pirotécnica
sin ninguna dispersión. Este problema es el que se ha resuelto con la introducción de los
Detonadores Electrónicos.

Figura 26:
El sistema de detonador electrónico se tiene que usar conjuntamente con la unidad de
Component
programación y la unidad de disparo (explosor electrónico).
 La unidad de programación es el dispositivo que asigna un tiempo a cada
detonador. Estas unidades no cargan el detonador, solamente identifican un
tiempo de detonación con cada código inequívoco del detonador. Esta Figura 71:
Componentes del sistema de detonación electrónico (Daveytronic) J. Bernaola
Alonso - J. Castilla Gómez - J. Herrera Herbert 119 unidad funciona como una
base de datos en la que se identifica el número de serie de cada detonador
electrónico con el tiempo establecido en la secuencia de disparo. Esta
programación se realiza en la voladura, por lo que los detonadores que llegan
desde el polvorín son todos exactamente iguales. Además, la unidad de
programación, tiene las opciones de gestionar esa base de datos, pudiendo
añadir, borrar o modificar los tiempos de detonación asignados.
 El explosor electrónico es el equipo que tiene la misión de programar, cargar,
realizar la comprobación del circuito y enviar la orden de disparo a los
detonadores. La señal que envía este explosor está codificada, lo que hace que
no sea posible la emisión de la orden de disparo por agentes externos (corrientes
erráticas, campos inducidos, etc.).
Los detonadores electrónicos pueden programarse con un tiempo de retardo desde 0 ms
hasta 14.000 ms, en intervalos de 1 ms. El máximo número de detonadores que pueden
dispararse por cada explosor es de 1.500 unidades. Estos valores indicados varían en
función del modelo y del fabricante y, en caso de necesitar mayor número de
detonadores, se pueden emplear varios explosores conectados en serie entre sí.
La comprobación del circuito de voladura se realiza por medio de la unidad de
programación. Se establece una comunicación bidireccional con cada uno de los
detonadores, es decir, la unidad de programación chequea los detonadores que tiene
almacenados y cada uno confirma su correcto funcionamiento. Esta comprobación se
realiza del mismo modo desde la unidad de disparo.
El sistema se completa con cable eléctrico que hace de línea de tiro y otros conectores
para asegurar la conexión entre ésta y cada uno de los detonadores. Esto significa que el
sistema de iniciación electrónica reúne las ventajas de los detonadores eléctricos y los
detonadores no eléctricos. Esto hace posible la verificación eléctrica de la línea con un
sistema de conexiones eléctricas mejorado y, por otro lado, la señal codificada hace
imposible que sean disparados accidentalmente.
Estas ventajas van más allá de un procedimiento de uso más sencillo y pueden
proporcionar ventajas en las voladuras, debido a la alta precisión del sistema. Las
mejoras que pueden ser alcanzadas son las siguientes:
 Reducción drástica de vibraciones. Las vibraciones terrestres producidas por las
voladuras pueden ser previstas y modificadas porque no hay superposición de
ondas y se puede diseñar la mejor secuenciación para obtener el mejor resultado.
 Mejora en la fragmentación. La precisión del sistema implica mejor cooperación
entre barrenos.
 Como todos los detonadores, en origen, no tienen retardo, todos los detonadores
tienen las mismas características, e implica una logística más fácil y los
inventarios pueden ser reducidos.
 La secuenciación puede ser adaptada a cualquier necesidad, con 1 ms de
precisión.
 Se pueden introducir mejoras importantes en voladuras especiales como las de
precorte.

Como inconvenientes pueden encontrarse lo siguientes:


 Precio aún elevado porque su uso todavía no está muy extendido. Este hecho
hace que su uso sea rentable en aquellos casos en los que las ventajas destacadas
superan con creces el sobrecoste del uso de este sistema de iniciación.
 Alta inversión inicial en equipos de programación y disparo.
5.2. CORDÓN DETONANTE
Un cordón detonante es un cordón flexible e
impermeable que contiene en su interior un
explosivo denominado pentrita, cuya
velocidad de detonación es de 7.000 metros
por segundo; el cordón detonante se emplea
fundamentalmente para transmitir a los
explosivos colocados en los barrenos la
detonación iniciada por un detonador.
Algunos tipos de cordón detonante Figura 27:
(los de mayor gramaje) pueden utilizarse Cordón
detonante
como explosivo principal para la carga de
barrenos de voladura.

El núcleo de pentrita, en cantidad variable según el tipo de cordón, va rodeado de varias


capas de recubrimiento de hilados y fibras textiles, y de un recubrimiento exterior de
cloruro de polivinilo, que es el que le proporciona las propiedades de elevada
resistencias a la tracción, abrasión y humedad, etc.
El cordón detonante también se caracteriza por su potencia, que está en relación directa
con el contenido de pentrita por metro lineal de cordón y ésta potencia es la que
determina el tipo de aplicación concreta. Actualmente, los cordones detonantes de
aplicación más extendida tienen contenidos de explosivo por metro desde 3 a 100
gramos.
Los cordones detonantes tienen dos tipos de aplicaciones: servir para la iniciación de
explosivos dentro de una voladura y/o servir como explosivo para la ejecución de la
propia voladura.
La primera de las aplicaciones es la más frecuente (iniciación de explosivos dentro de
una voladura), y para ello se emplean cordones detonantes en un rango que va desde 3
g/m (gramos de pentrita por metro lineal de cordón detonante) hasta 40 g/m. Estos
últimos suelen ser muy habitualmente utilizados en prospecciones sísmicas. Los
cordones detonantes de gramaje superior a los 40 g/m son más frecuentemente
utilizados como carga en barreno de voladura para la realización de voladuras de recorte
y precorte, en las que se utilizan habitualmente cordones de 100 g/m.
Para la iniciación de explosivos mediante el cordón detonante, únicamente se precisa
colocar el cordón en contacto con el explosivo para que produzca su detonación. A su
vez, la iniciación del cordón se puede realizar mediante un detonador o mediante otro
cordón que inicie los diferentes cordones que existan en la voladura a modo de línea
maestra.
La conexión del detonador al cordón se debe realizar de tal manera que el culote del
detonador apunte hacia la zona de cordón en que debe propagarse la onda de detonación
pues, de lo contrario, no se producirá la iniciación del cordón en la dirección deseada.
La conexión entre cordones deberá hacerse correctamente mediante nudos, cinta
adhesiva o conectores especiales diseñados para estas labores, de manera que se asegure
la propagación de la detonación de uno a otro. Es importante reseñar que los cordones
no deben cruzarse y hay que tener en cuenta el sentido de propagación de la detonación.
Los llamados cordones detonantes reforzados están fabricados con fibras textiles
especiales, que les confieren una gran resistencia a la tracción y a la abrasión. Sus
propiedades explosivas, tienen las mismas que los cordones detonantes estándar.

5.3. RELÉ DE MICRORRETARDO


Con el empleo del cordón detonante, únicamente es posible realizar voladuras
instantáneas, lo que en ciertas ocasiones puede resultar un problema importante por el
nivel de vibraciones que se producen, etc.
Para evitar este inconveniente fue por lo surgieron los relés de microrretardo, que
consisten en unos artificios que, intercalados entre dos tramos de cordón detonante,
interrumpen la detonación del mismo durante 15 ó 25
milisegundos según el tipo de relé, creando un efecto de
retardo, en las voladuras conexionadas con cordón
detonante, similar al proporcionado por los detonadores
eléctricos de microrretardo.
Los relés de microrretardo constan de una funda de
plástico moldeado que mantiene en su parte central el
elemento metálico de retardo. Los extremos de la funda
están adaptados para asegurar un acoplamiento fácil y
sencillo del cordón detonante, asegurando su sujeción
mediante cuñas de plástico.
Dentro del relé, el elemento retardador se aloja en un
cilindro metálico y en sus extremos se sitúan unas
pequeñas cargas de nitruro de plomo que facilitan la
transformación de la detonación del cordón en una Figura 28:
Relé de
microrretar
combustión de la pasta de retardo, que permitirá obtener
el tiempo de retardo requerido. Finalizada esta combustión,
la llama incidirá sobre la segunda carga explosiva iniciando
de nuevo la detonación y propagándola al cordón detonante.

5.4. MULTIPLICADORES
Los multiplicadores (también conocidos como boosters) son iniciadores de voladura que
se utilizan para iniciar explosivos de baja sensibilidad, como pueden ser anfo,
hidrogeles o emulsiones, tanto si se emplean en modalidad de encartuchados o a granel.
Están compuestos por un cilindro de pentolita que va envuelto con una cubierta de
cartón. La pentolita es un explosivo de alta potencia formado a partir de una mezcla de
petrita y de TNT, que tiene una velocidad de detonación también alta, situada en torno a
los 7.500 m/s
El multiplicador lleva unos orificios axiales que van rodeados de pentrita. Es por estos
orificios por donde pasan los accesorios que los iniciarán: cordón detonante,
detonadores, etc.

Figura 29:
Multiplicad

Los multiplicadores se comercializan en una gama que abarca desde los 150 g para
aplicaciones en barrenos de pequeño diámetro y voladuras en interior, hasta los de 500 g
utilizados para iniciación de explosivos en barrenos de mayor diámetro. Existen
multiplicadores de mayor tamaño que pueden llegar hasta 1 o 2 kg, pero que solamente
son empleados en campañas de prospección sísmica.

5.5. MECHA LENTA


La mecha lenta está formada por un núcleo de pólvora negra recubierto con varias capas
de hilados y materiales impermeabilizantes que la hacen resistente a la humedad,
abrasión y los esfuerzos mecánicos. Habitualmente se utiliza para la iniciación de
detonadores ordinarios y de la pólvora de mina.
La combustión de la mecha transmite el fuego a una velocidad uniforme de dos minutos
por metro lineal. Esta velocidad es la determinada por el fabricante, pero un mal uso o
conservación puede provocar que bien sea más elevada o más lenta. La combustión de
la mecha lenta se ve influenciada en gran medida por la humedad. Si la mecha lenta está
mojada, la velocidad de combustión disminuye, y si está extremadamente seca, puede
arder a mucha mayor velocidad de la diseñada.

Figura 30:
Mecha lenta

Es interesante destacar que si se producen dobleces acusadas (coqueras), es posible que


la sección del núcleo de pólvora del interior de la mecha lenta varíe sin que se produzca
un daño en el recubrimiento exterior, pero que puede dar lugar a posibles fallos o a
situaciones de peligro por no poderse o saber identificar si se ha parado la combustión o
no de la pólvora interior.

5.6. OTROS ACCESORIOS NO EXPLOSIVOS


Para hacer posible la iniciación de los explosivos, es necesario proveer de la energía
necesaria al sistema de iniciación correspondiente. Esta energía se obtiene por medio de
los denominados explosores. En este aspecto son destacables los explosores de
condensador eléctricos, y los explosores, o iniciadores, de detonadores no eléctricos.
Además, en las voladuras con detonadores eléctricos es necesario resaltar el uso
imprescindible de óhmetros de comprobación del circuito de voladura.

5.6.1. EXPLOSORES ELÉCTRICOS


Se denominan explosores a las máquinas generadoras de corriente eléctrica que se
utilizan para iniciar las voladuras con detonadores eléctricos. Los explosores
constituyen el método más racional de energizar una voladura, pues tienen la ventaja,
sobre otras fuentes de energía, de que en cada disparo sólo suministran una cantidad de
energía limitada, con lo que se evitan los riesgos de accidentes que pueden provocar
otros sistemas de encendido. Además, los explosores entregan la energía del modo más
apropiado para el correcto encendido de los detonadores.
Los explosores habitualmente utilizados para la pega eléctrica son de dos tipos:
explosores dinamoeléctricos y explosores de condensador.
Figura 31:
Diferentes

5.6.2. OHMETROS
Un óhmetro es un aparato destinado a medir resistencias. Es imprescindible en
voladuras eléctricas, pues permite al artillero comprobar y medir el circuito de voladura,
investigar defectos de continuidad en detonadores, medir aislamientos, derivaciones,
etc.
Es importante destacar que los óhmetros empleados en voladuras deben ser equipos
especialmente diseñados para este uso y que deben estar certificados por el fabricante
para asegurar que introducen al circuito una corriente muy pequeña, tal que se asegure
que no afecta al sistema de iniciación de los detonadores. Por tanto, no es posible
emplear óhmetros eléctricos de fabricación estándar para su uso en comprobación de
voladuras.
Los óhmetros diseñados para utilizar en voladuras son robustos e impermeables,
fabricados para soportar sin alteración el duro trabajo a que están sometidos. En el
mercado se encuentran diferentes modelos de éste tipo de óhmetros. Los de menos
precisión, pero de uso más sencillo, se suelen denominar comprobadores, porque con
ellos no se pretende medir una resistencia, sino solamente comprobar que el circuito
está cerrado y que el valor de la resistencia es más o menos el esperado; sirve también
para detectar faltas de aislamiento en la línea o la continuidad o no de un detonador.

Figura 32:
Óhmetro
(Fuente:
Cortesía
Los de mayor precisión son aparatos diseñados para medir con cierta exactitud la
resistencia de un circuito o la de un solo detonador. Generalmente poseen un sistema de
regulación que permite contrastarlo y ponerlo a punto según el estado de sus baterías
internas. En ambos casos, suelen poseer selectores de escala, lo que permite efectuar la
lectura en la zona de mayor precisión de la escala.

5.6.3. SISTEMAS DE INICIACIÓN NO ELÉCTRICA


Las voladuras con detonadores no eléctricos es necesario iniciarlas con sistemas de
iniciación diferente a los explosores eléctricos. En estos casos, se necesita proporcionar
la energía al extremo de un tubo de transmisión de modo que se asegure que se inicia
correctamente. Esta energía puede obtenerse por diferentes medios: una chispa eléctrica
o una pequeña energía que proporciona un pistón de caza.
Entre los denominados “iniciadores de chispa” se encuentran unos equipos eléctricos
que, por medio de una pequeña pila y mediante un sistema electrónicos de
acumuladores y condensadores, generan una chispa de alrededor de 2.000 voltios. Esta
chispa se genera en un electrodo que, puesta en contacto con el extremo del tubo de
transmisión, asegura la iniciación que se propaga en toda su extensión.
Figura 33:
Iniciador
“de chispa”

Los “iniciadores de pistón” son equipos mucho más sencillos que constan de un cuerpo
metálico en el que se engarza el tubo de transmisión y se coloca un pistón de iniciación
de los cartuchos de caza. Este cuerpo está provisto de un percutor que incide en el
pistón, provocando su disparo.

Figura 34:
Iniciador

La ventaja que tienen los iniciadores “de pistón” es que son más robustos y requieren
menos mantenimiento que los “de chispa”, pero es necesario el uso de un pistón de caza
cada vez que se requiere un disparo. En cambio, los iniciadores de chispa no necesitan
ningún elemento adicional, pero por el contrario dependen de una batería y, sobre todo,
del buen estado del electrodo para provocar la chispa de iniciación.
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA
https://es.wikipedia.org/wiki/Voladura
http://oa.upm.es/21848/1/20131007_PERFORACION_Y_VOLADURA.pdf

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