EXPLORACION, EXTRACCION Y PRODUCCION DE GAS NATURAL
Aunque el uso del gas natural data de tiempos más antiguos, comenzó a extraerse de
yacimientos de forma sistemática en los EE.UU. en el siglo XIX, con el objetivo de
canalizarlo hacia las ciudades. Inicialmente se usaba únicamente como combustible
para iluminación[21]. Tras la llegada de la electricidad se comenzó a emplear para
calefacción y para agua caliente sanitaria. Los primeros usos industriales del gas
natural tuvieron lugar en la industria metalúrgica. Progresivamente la profundidad de
extracción fue aumentando y se fue mejorando la capacidad de transporte hacia los
puntos de consumo, especialmente gracias a los avances en técnicas de soldadura
tras la Segunda Guerra Mundial.
EXPLORACION Y RESERVAS
El aprovechamiento del gas natural se inicia con la exploración, proceso en el cual se
realizan los estudios, levantamientos y análisis geológicos necesarios para descubrir,
identificar y cuantificar acumulaciones de hidrocarburos gaseosos. Una vez se tiene
ubicado el recurso se desarrolla un plan de explotación del yacimiento para la
producción del gas natural, la cual representa el conjunto de actividades que permiten
extraer el recurso contenido en los yacimientos y su separación del petróleo, en los
casos de que sea un yacimiento de gas asociado.
Los yacimientos de gas natural suelen estar a altas profundidades en el subsuelo, bien
en tierra firme (“onshore”) o bien bajo el mar (“offshore”). El gas natural puede
encontrarse en los yacimientos en dos estados; “libre” o “asociado”. En estado “libre”,
el gas se extrae independientemente, no junto con otros compuestos, y cuando está
“asociado” se encuentra mezclado con hidrocarburos u otros gases del yacimiento.
También puede encontrarse en capas más superficiales, asociado al carbón.
Una reserva de gas natural pasa a ser una «reserva probada» cuando se determina la
cantidad y la calidad del gas natural contenido en dicho yacimiento, calculándose su
duración de acuerdo a la cantidad de gas que tenga y a una estimación del consumo
esperado. Dado que llevar a cabo este proceso de investigación y cálculo de recurso
en su totalidad implica importantes inversiones, es habitual que ciertas reservas solo
se tengan ubicadas geográficamente y se estime su potencial, pero no han sido
sometidas a estudios de cálculo tan precisos hasta que son sometidas a su
explotación. Sin embargo las empresas productoras de gas deben contar con reservas
demostrables para garantizar los contratos de extracción y suministro en los que
incurran.
Las técnicas de exploración más antiguas se basaban en la detección de la presencia
de emanaciones en la superficie. Con el tiempo, los métodos de exploración han ido
evolucionando hacia técnicas más avanzadas, como la sísmica de reflexión (envío de
ondas que, al rebotar contra las distintas superficies, permiten definir la estructura y
orografía exacta de los yacimientos). Con los últimos métodos de exploración se
puede conseguir una imagen tridimensional del terreno explorado a partir de datos
sísmicos, e incluso analizar su evolución en el tiempo. Esta actividad es de una alta
complejidad técnica y precisa de grandes inversiones y especialización, por lo que su
desarrollo lo suelen realizar empresas petrolíferas. En la Tabla 3-2 podemos ver la
distribución de las reservas probadas de gas natural en el mundo por zona geográfica.
Oriente Medio es la zona con mayores reservas de gas natural del mundo, con un 43%
del total mundial, y dentro de Oriente Medio, destacan en especial Irán, con un 18% y
Qatar, con un 13%. Los países donde se encuentran las mayores cantidades de
reservas probadas son Rusia, Irán, Qatar, Arabia Saudí y Estados Unidos. En
la Figura 3-3 se recoge la distribución regional a nivel mundial de los 185.4 trillones de
metros cúbicos de gas considerados reservas probadas en junio de 2017, donde se
observa la concentración en Oriente Medio (43%) y la región de Europa y Eurasia
(31%).
Tras nuevos estudios de investigación y la obtención de nuevas tecnologías de
extracción y a pesar del consumo realizado de gas natural, la cuantía de las reservas
de gas ha aumentado, sin embargo los nuevos descubrimientos y la significancia de
nuevas tecnologías de extracción cada vez tendrán menos peso, por lo que es
fundamental concienciarnos en el uso eficiente de este recurso.
TIPOS DE EXTRACCION Y PRODUCCION DE GAS NATURAL
Una vez detectada la existencia de un yacimiento y comprobado que se dan las
condiciones técnicas y económicas que hacen viable la extracción del gas natural, se
procede a la perforación del mismo. Generalmente, se utiliza una técnica de
perforación por rotación directa (es decir, la materia perforada se traslada a la
superficie a través del interior del brazo perforador). El desarrollo reciente de las
técnicas de perforación horizontal permite acceder a yacimientos más alejados desde
una misma plataforma de extracción. Los últimos avances en técnicas de extracción se
están produciendo en la naciente industria del gas no convencional.
En los últimos años se han investigado y desarrollado, especialmente en los EE.UU.,
nuevas formas de extracción de gas natural denominadas “no convencionales”
(ver Figura 3-4), en parte debido a los elevados precios de los combustibles. Entre las
principales nuevas fuentes de “gas no convencional” se encuentran las siguientes:
“Shale gas” (o gas procedente de pizarras y esquistos). Los esquistos y
las pizarras son formaciones minerales procedentes de sedimentos
ricos en arcillas, de grano fino pero bastante impermeables que se
almacenan en capas paralelas que suelen contener gas natural. Las
propiedades de estas rocas hacen que sea difícil extraer el gas natural,
ya que para liberarlo es necesario fracturar la roca mediante la técnica
conocida como “fracking”.
“Tight sand gas accumulations” (o gas en arenas de baja
permeabilidad). Como consecuencia de la baja permeabilidad de estas
acumulaciones de arena, el gas natural queda atrapado en ellas sin
poder ascender a capas más superficiales. Al igual que ocurre con el
“shale gas” es necesario fracturar esta estructura para extraer el gas,
dificultando su extracción.
“Coalbed methane” (CBM) o metano en capas de carbón. De la misma
manera que podemos encontrar el gas natural asociado al petróleo,
también podemos encontrarlo asociado al carbón. Antiguamente esto
suponía un problema a la hora de extraer el carbón en las minas, por su
peligrosidad. Actualmente se recupera este gas liberado en la
extracción de carbón y se conduce a los gasoductos.
El éxito del shale gas en EE.UU. se debe a la conjunción de una serie de factores,
entre los que se encuentran las características geológicas del terreno, el régimen de
propiedad de los derechos minerales, la existencia de una potente industria de
servicios que lo apoya, la regulación medioambiental y la accesibilidad a un mercado
líquido y transparente. En Europa estos condicionantes son bastante distintos, ya que,
por ejemplo, en Europa los derechos minerales son propiedad del Estado, y la
regulación medioambiental es mucho más exigente. Por ello, no es descartable un
desarrollo del shale gas en Europa, pero posiblemente llevará mucho más tiempo y
será a menor escala que en EE.UU.
Polonia es actualmente el país europeo más avanzado en la búsqueda del shale gas y
el considerado como con mayor potencial de desarrollo. Pero, después de que en el
periodo 2007-2010 se concediesen numerosas licencias de explotación, los resultados
de las perforaciones realizadas no han sido todo lo favorables que se esperaba, y a las
dificultades técnicas se unen incertidumbres sobre una posible reforma fiscal y
regulatoria, por lo que las perspectivas de una explotación económicamente rentable
del shale gas parecen reducirse.
En España las posibilidades de desarrollo de shale gas son bastante más reducidas
que en otros países europeos, ya que la actividad de exploración y producción de
hidrocarburos ha sido históricamente pequeña, la información disponible es limitada, y
además existe una fuerte oposición social. Las cuencas con más potencial son la
Vasco-Cantábrica, Pirenaica, Ebro y Guadalquivir.
El recurso técnicamente recuperable de shale gas en el mundo se estima en 7.300
trillones de pies cúbicos, los cuales están distribuidos principalmente en 10 países tal
como se representa en la Figura 3-5.
El incremento de la oferta de gas natural provocado por esta nueva forma de
extracción está teniendo un impacto sustancial en el precio spot de gas natural en
EE.UU., que ha experimentado un importante descenso. Esto está provocando la
relocalización de industria intensiva en energía en EE.UU., que se está beneficiando
de un precio inferior no sólo de gas natural, sino también de electricidad (al estar el
precio determinado por los costes de generación de un ciclo combinado). Este efecto
llama a una reflexión a nivel europeo de la conveniencia de explotar este recurso para
incrementar la competitividad de la economía y evitar deslocalización de este tipo de
industria.