ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA EUTANASIA
La eutanasia no es una práctica reciente, sino que se ha venido practicando desde
tiempos muy antiguos, ya en algunas culturas como en la de los celtas, el designio
eugénico se completaba con el propósito eutanásico, puesto que se daba muerte
a los ancianos valetudinarios.
Grecia
En los tiempos de la antigua Grecia no se planteaban hechos morales sobre la
eutanasia, ya que una mala vida, no era digna de ser vivida. Sin embargo,
Hipócrates que vivió en el siglo V a.C. en su juramento afirma que no dará
medicamento mortal por más que se lo soliciten.
En el juramento Hipocrático, la santidad de la persona y el verdadero bienestar del
paciente es central: nadie puede asignar el valor paciente porque él tiene valor
inherente. Reconoció, sin embargo, que se podría violar fácilmente esta ética ya
que los médicos, no tienen sólo el poder para curar sino también para matar.
Por esta razón hizo que los médicos juraran que nunca usarían su conocimiento y
experimentarían para matar, e incluso a la propia demanda de un paciente. El
juramento permitió a la medicina proteger al paciente vulnerable.
Cabe hacer mención a uno de los grandes filósofos griegos, Platón, quién vivió en
los años 427-337 a.C. El ateniense sostiene que la unión accidental del alma y el
cuerpo, es la base de la conflictualidad (dualismo antropológico); siendo el alma el
elemento eterno y divino el cuerpo se revela como el obstáculo principal al
conocimiento de las ideas, el ideal del hombre consiste, en sustraerse al cuerpo y
alienarse del mundo. Está visión política que menciona en la República, justificaría
la eutanasia de los adultos gravemente enfermos: “Se dejará morir a quienes no
sean sanos de cuerpo”.
Asimismo se dice que los griegos especialmente los espartanos estrellaban contra
la piedra “paydos al recién nacido, quién no contenía las virtudes suficientes del
perfecto ser humano; desechaban a los ancianos porque no eran aptos para la
guerra.
En la historia de la humanidad en las batallas por falta o por imposibilidad de la
sanción del herido se desarrolló el latente dar muerte al que sufre es así que
Giuceppe Del Veccio explica “el hombre de hoy huye del dolor como ciertamente
huía del dolor el hombre de ayer”.
En Egipto Cleopatra y Marco Antonio fundaron una academia cuyo fin era el de
experimentar sobre los medios menos dolorosos de morir, lo cual indica que desde
la antigüedad existía la preocupación de vivir sin sufrimiento.
Roma
El estoicismo fue la filosofía más influyente en el imperio Romano durante el
periodo anterior al ascenso del cristianismo. La base de la ética estoica se
fundamenta en que el bien no está en los objetos externos, sino en la condición
del alma en sí misma, en la sabiduría y en el dominio, mediante los que una
persona se libera de las pasiones y deseos que perturban su vida. Séneca,
Epícteto y Marco Aurelio son los tres filósofos estoicos cuyos escritos se
conservan, y ven así la eutanasia.
El español y cordobés L.A.Séneca, será defensor de la eutanasia basándose en
que la ley eterna fija un solo modo de iniciar la vida, pero varios para salir de ella,
en sus famosas cartas nos transmite: “es al hombre a quién corresponde decidir
libremente sobre el sentido y su capacidad de soportar su existencia en el cuerpo”,
“no se debe ni querer demasiado a la vida ni odiarla demasiado, sino buscar un
término medio y ponerle fin cuando la razón lo aconseje”, ”no se trata de huir de la
vida sino de saber dejarla” o “es preferible quitarse la vida, a una vida sin sentido y
con sufrimiento”.
Epícteto ve la muerte como una afirmación de la libertad. “la vida a veces no tiene
rumbo alguno y solo provoca sufrimientos tanto para el enfermo como para sus
familiares, es por lo que el enfermo tiene el derecho a decidir”.
Marco Aurelio, en su libro III “una de las funciones más nobles de la razón consiste
en saber si es o no, tiempo de irse de este mundo”.
Por otro lado, San Agustín equiparó el suicidio al homicidio y no admitía ningún
tipo de excepción, ni en casos de gran dolor moral ni desesperación. Su
pensamiento influyó en gran medida en la doctrina posterior de la iglesia. El
Código Canónico empezó a condenar el suicidio a partir del año 452.
En la Edad Media la Iglesia Católica siguió condenando el suicidio, y por tanto la
eutanasia, por atentar contra: el amor debido a sí mismo, la sociedad y el derecho
exclusivo de Dios sobre la vida del hombre.
Los filósofos griegos y romanos se mostraron partidarios de ayudar a morir a los
ancianos, a los agónicos y a los incurables. Platón, Epicuro y Plinio fueron los
primeros pensadores eutanasistas. Platón, en su República, expone ya conceptos
de carácter solucionador, primero, alabando a Esculapio por haber propuesto el
cuidado tan solo de los enfermos curables y el abandono a su propio destino de
los desahuciados, ancianos, débiles y enfermos. Epicuro decía que debíamos
hacer lo posible porque la vida no nos fuera odiosa; pero una vez que se nos
hiciera insoportable debíamos terminarla. Plinio, llega a discutir las enfermedades
en que los físicos podían dar la muerte.
En el Renacimiento se produce un cambio de mentalidad, y en lo que se refiere a
la eutanasia, a ésta se la relaciona con el buen morir en el sentido físico, como el
último proceso de la vida del ser humano.