UN DESAFIO PARA LA GEOGRAFIA: EXPLICAR EL MUNDO REAL - Raquel Gurevich
La geografía escolarizada es una versión lavada y descolorida de la realidad contemporánea. Ella
describe trozos del planeta relatando sus características como si fueran postales congeladas. Si
aceptamos que el estudio de la superficie terrestre es su principal objetivo, tal intención no llega a
satisfacerse pues no alcanza a dar cuenta de los cambios que se producen, y particularmente en
un mundo que se transforma a pasos agigantados y a gran velocidad.
La geografía de la escuela es la geografía de fines del siglo XIX y de principios del XX, entendida
como la ciencia de los lugares. Es básicamente cualitativa y su interés radica en identificar y
pormenorizar aspectos y atributos de cada porción de la superficie terrestre. Se atiende al criterio
de lo único, de lo que tiene de excepcional cada lugar, sin posibilidad de realizar articulaciones y
generalizaciones que permitan transferir esos conocimientos a otros contextos.
La realidad, que es compleja, múltiple y contradictoria, nos acerca a diario situaciones
problemáticas que merecen constituirse en objeto de estudio de nuestra disciplina. La relación
entre geografía y el problema de la relevancia de su estudio puede resolverse al ocuparnos de
problemas territoriales actuales. Esto implica recortar una parcela de la realidad que se presenta
como significativa, trascendente, conflictiva, y estudiarla en sus múltiples dimensiones. De este
modo, los contenidos no vienen dados a priori siguiendo el orden del programa, sino que serán
aquellos necesarios para explicar la situación seleccionada.
a) Distintas corrientes en geografía
Haremos ahora una revisión de las diferentes corrientes del pensamiento geográfico
contemporáneo, siendo necesario aclarar que sus rasgos principales perduran y conviven en la
actualidad, con distinta fuerza según los casos.
-Corriente positivista: La ubicamos entre mediados del siglo XIX y comienzos del XX. Le inTeresa los
fenómenos circunscritos al ámbito de la superficie terrestre. El naturalismo aplica el método de las
ciencias naturales como única vía para cientifizar las sociales.
-Corriente regionalista, humanista: ubicada mediados del siglo XIX y comienzos del XX. Enclavada
en el historicismo, esta postura entiende que el conocimiento de lo humano se realiza a través del
estudio de casos particulares. Se dedica al estudio de lo excepcional, lo único que tiene cada lugar
de la superficie terrestre.
-La nueva geografía o geografía cuantitativa: se ubica después de la segunda guerra mundial.
Recupera los argumentos de universalidad y racionalidad, por lo que reedita la postura positivista
y añade otros nuevos para formar parte entonces del neopositivismo. Esta geografía trabaja con
gran cantidad de datos, pero o hay relación entre la abundancia de ellos y la explicación que
produce. Construye modelos ahistóricos. Se reemplaza a la biología positivista para darle lugar a la
matemática y la física.
-Geografía crítica: La ubicamos a partir de los años 60. Pone en el centro de su interés al hombre y
sus problemas, definiendo así la naturaleza social de la geografía. Incorpora la historia como
perspectiva ineludible para lograr explicaciones que permitan entender la realidad y poder luego
operar sobre ella. Propone una mirada global, integradora, y niega la neutralidad de la ciencia. Sus
análisis incorporan los conceptos de multicausalidad (a diferencia de una relación lineal causa-
efecto) y de múltiples racionalidades (a diferencia de una única racionalidad dominante). El
espacio es reinterpretado; se lo concibe como un producto social.
Cada corriente recorta un objeto de estudio diferente y también un modo particular de acercarse
a él.
b) Distintas visiones de la relación naturaleza-sociedad
En el transcurso de la historia de nuestra disciplina, el concepto de la relación naturaleza-sociedad
ha ido modificándose. En algunos momentos el peso estuvo en lo natural exclusivamente; en
otros, en una relación asimétrica donde la naturaleza imponía sus condiciones al hombre, en
otros, en una relación de mayor control por parte de los hombres, y así sucesivamente. (están más
desarrolladas cada una en la página 14 del pdf).
Hablar de la relación naturaleza-sociedad supone, ante todo, preguntamos qué sociedad y qué
naturaleza se relacionan. No es lo mismo situar la escena en 1450, en 1870, en 1950 o en la
actualidad. "Desde la aparición del hombre sobre la tierra, la naturaleza está siendo siempre
redescubierta” (Santos, 1992). El hombre, o más bien la sociedad en su accionar colectivo y no
desde una intervención individual, la modifica progresivamente. "Hablar de sociedades implica
partir de la base de que no son los individuos quienes usan la naturaleza sino las sociedades que
los agrupan, e involucra una evaluación crítica de las decisiones tomadas por quienes las manejan”
(Brailovsky, 1991).
c) Geografía física-geografía humana
La realidad es un todo complejo en el que intervienen múltiples y diversos elementos. Algunos
pertenecen al mundo físico, natural, y otros son de orden económico, social, político, cultural. Es
por ello que se rigen por leyes, regularidades, lógicas y dinámicas diferentes. Cuando recortamos y
definimos una parcela de la realidad como una situación problemática, ella es intrínsecamente un
conjunto de relaciones entramadas de dichos elementos.
La división entre geografía física y geografía humana es ficticia, pues ya no existe sobre el planeta
ningún lugar que pueda concebirse como natural: todos están impregnados de un modo u otro por
la acción del hombre, recibiendo y enviando información, siendo fotografiados o barridos por los
satélites.
La geografía, junto con las otras materias del área, tiene como objetivo analizar, interpretar y
pensar críticamente el mundo social. Por ello, le cabe a nuestra ciencia la tarea de comprender
cómo se articulan históricamente la naturaleza y la sociedad, pues las distintas formas de
organización espacial son el resultado del particular modo en que las sociedades en determinados
momentos históricos se relacionan con la naturaleza, transformándola según sus necesidades e
intereses.
La geografía utiliza marcos referenciales, conceptos, contenidos, metodologías y técnicas para
llevar adelante sus tareas. En algunos casos, toma de otras disciplinas sociales y naturales sus
respectivas formas de abordaje de la realidad, y en otros, opera con categorías intelectuales e
instrumentos que le son propios.
d) El espacio producido
El espacio no es una cosa ni un lugar donde las cosas están, sino que "es un conjunto de cosas y
relaciones juntas" (Santos, 1988). Está formado por dos componentes que se integran
continuamente: un conjunto de elementos naturales, más o menos modificados por la acción
humana, y un conjunto de relaciones sociales, que definen una sociedad en un momento dado. En
cada momento histórico varía el arreglo de los objetos sobre el territorio, y son las condiciones
económicas, sociales, culturales y políticas las que en cada momento histórico le dan significados
distintos. Como estas condiciones se hallan en perpetuo cambio, el espacio también se transforma
a ese ritmo, y los cambios cuantitativos y/o cualitativos que sufre van marcando las
especializaciones de cada uno de los lugares. Los diferentes modos en la utilización del territorio
significan una valoración distinta de la naturaleza, esto significa que la relación naturaleza
sociedad se juega de un modo particular en cada caso.
e) El paisaje transformado
El conocimiento de un paisaje está muy ligado a la percepción que de él tenemos. No solo
depende del punto de referencia que tomemos sino también de la selección que todo observador
realiza cuando observa. Se trata, pues, de superar los aspectos fenomenológicos para llegar a
captar su significado.
Asimismo, se puede afirmar que el paisaje natural ya no existe pues ha sido transformado por el
hombre.
Los paisajes cambian en la medida en que desaparecen cosas y aparecen nuevas y otras
permanecen. Estos cambios dejan marcas de los distintos momentos históricos; rastreando así “el
tiempo materializado en paisajes”.
f) Desde la realidad y hacia ella
De la realidad se extraen los elementos para pensar el mundo. Aquí el papel de la observación es
clave para percibir como se presentan los fenómenos. Cabe destacar que la observación directa no
devela la esencia y el significado de esa realidad observada. Para comprenderla y poder explicar su
estructura y cómo funciona, debemos pasar a una construcción conceptual o compuesta por
distintos niveles de abstracción. A partir del análisis de situaciones concretas podemos alcanzar a
entender la organización espacial. Sin embarga, como no siempre se puede salir al medio, la
información indirecta será de gran utilidad.