Universidad Tecnológica de El Salvador
Escuela de Antropología
M.A. Marlon V. Escamilla.
Sociedad y Cultura Mesoamericana I
Nombre: Angel Eduardo Romero Ascencio / carné: 37-0558-2019
Mesoamérica, su concepción, historia, fronteras y actualidad.
Hoy en día es muy común escuchar la palabra Mesoamérica, e incluso es usual darle un uso
peyorativo a la misma aún sin saber qué significa exactamente, o simplemente teniendo un nulo
conocimiento de ella. Es importante mencionar que tanto para la historia, antropología,
arqueología, etnografía y muchas otras ciencias sociales la mera palabra (de Mesoamérica) tiene
un gran significado y a la vez presenta una gran complejidad en el momento de explicarla y
tratarla.
Matos Moctezuma (2014) explica lo siguiente: “(…) Mesoamérica es la conjunción de
determinado tipo de sociedades con sus propias características dentro de un tiempo determinado
y un espacio que tuvo variaciones a lo largo del tiempo”. En base a esto se infiere que Matos
Moctezuma inmerse en Mesoamérica una variedad de culturas y sociedades que son al mismo
tiempo similares y distintas ya que comparten ciertas características en común pero eso no los
hace ser o más bien pertenecer a una sola agrupación.
Es importante mencionar que el concepto de Mesoamérica sigue generando debate en la
actualidad tanto por su definicón como por su localización, la cual varía dependiendo de la época
de la que se hable (como preclásico por ejemplo). Así mismo se genera esa duda acerca de la
validez del uso del término Mesoamérica para referirse a un área moderna, ya que diversos
autores sostienen que dicho término es de uso meramente referencial y su temporalidad caduca
en el momento de la conquista española en el continente.
A su vez, el término ya mencionado es realmente reciente, ya que tiene poco menos de 100
años de haberse utilizado por primera vez y su posterior aceptación y propagación. Asímismo, al
referirse a un área cultural determinada, sirve como punto de refrencia para diversos
investigadores y sus labores y aún a pesar de ser un tema de debate a día de hoy, la importancia y
el peso de esa palabra es inmenso.
Por otro lado, ¿a qué se debe que el término Mesoamérica genere tanta discusión? ¿con qué
fin fue planteada la cuestión de mesoamérica? ¿cuál ha sido su historia? ¿por qué al día de hoy es
tan importante? ¿es válido hablar de mesoamérica para referirse a un área específica en la
actualidad?. Éstas son custiones a tratar en el escrito así como una posterior valoración personal.
Primeramente se debe mencionar que Mesoamérica es un área cultural, un área geográfica
cuyos habitantes presentan rasgos culturales similares (como ya se mencionó con anterioridad) y
también Koeber (como se citó en Romero Contreras & Ávila Ramos, 1999) dice lo siguiente: “el
concepto de área cultural es un medio para lograr un fin, pero no es un fin en sí mismo, y permite
la comprensión de los procesos culturale como tales, o la comprensión de los eventos históricos
de la cultura”. Con esto, se quiere decir que un área cultural es un término meramente
referencial, el cual sirve como punto tanto de partida como de delimitación al momento de
realizar un estudio, a su vez dentro de esta área cultural puede haber diversidad cultural ya que
nada más agrupa ciertos rasgos comunes pero no iguales y compartidos por las sociedades que
habitaron en ella.
En un principio para referirse a los pueblos prehispánicos tanto de México como de
Centroamérica se acuñó el término de altas culturas, las cuales se definen como aquellas
sociedades en las cuales la agricultura pasó de ser un estado de mera subsistencia a algo más
como el comercio, o sea, se produce más de lo que se consume (UCA editores, 2015). Así es
como se menciona ese paso de un estado a otro.
Así mismo, el primero en postular la palabra Mesoamérica como tal fue el mexicano-alemán
Paul Kirchhoff, que a pesar de no ser el pionero del término ya que diversos autores ya hablaban
de una super área geográfica con características culturales similares (refiriéndose a lo que
conocemos como Mesoamérica) como lo pueden ser Fray Bartolomé de las Casas (fraile en
épocas de la conquista) o el uso del término América media, por Lasserre, la primera publicación
en la cual la palabra estaba inmersa y descrita fue en el texto MESOAMERICA: Sus Límites
Geográficos, Composición Étnica y Caracteres Culturales. Por el ya mencionado Kirchhoff en
1944 (Romero Contreras & Ávila Ramos, 1999).
Este mismo autor señala que para su estudio se basó en registros de la época de la conquista
como en la discusión y revisión de trabajos de otros arqueólogos e historiadores de su época.
Señalando así lo siguiente:
(...) determinó los lineamientos generales de lo que denominó Mesoamérica, con los
límites, composición étnica y rasgos culturales de una superárea que hacia el siglo XVI
podía diferenciarse de otras regiones de América. Kirchhoff partió de cinco divisiones
lingüísticas existentes en la superárea, (…). Con base a lo anterior, afirma algo que es
fundamental para establecer la superárea: que los habitantes de ella, tanto inmigrantes
como los más recientes estuvieron unidos por una historia común.
Para tratar de definir los rasgos que identificarán a Mesoamérica, divide en tres grupos
los rasgos culturales que encuentran los españoles en su llegada a América. Estos son:
a) Elementos exclusivos o al menos típicamente mesoamericanos.
b) Elementos comunes a Mesoamérica y a otras superáreas culturales de América.
c) Elementos significativos por su ausencia en Mesoamérica (Matos Moctezuma, 2014).
En el primero de los grupos ya mencionados (Elementos exclusivos o al menos típicamente
mesoamericanos) se hizo un recuento total de 43 de esos elementos. “(…) preferimos juntar en
una sola lista, tanto elementos que se encuentran exclusivamente en Mesoamérica, como
aquéllos que, aun cuando se hallan algunas veces fuera de ella, parecen sin embargo
característicamente mesoamericanos” (Kirchhoff, 1960). Así mismo se menciona que algunos de
estos rasgos típicamente mesoamericanos también pueden presentarse en otras partes del mundo,
pero Kirchhoff se basó en que éstos eran pueblos agrícolas (Matos Moctezuma, 2014).
En el segundo planteamiento (Elementos comunes a Mesoamérica y a otras superáreas
culturales de América) se señalan diversas similitudes entre las distintas regiones culturales del
continente y como algunas acciones o tradiciones se repiten como por ejemplo el cultivo y la
cerámica en el sureste y suroeste de Mesoamérica, el área Chibcha, los Andes y la Amazonia
(Kirchhoff, 1960).
Por último, algunos de los aspectos no presentes en Mesoamérica, se pueden mencionar el
uso de armas envenenadas o el consumo de los huesos molidos de parientes ya fallecidos (rasgos
presentes en la Amazonia) o también los clanes matrilineales (Kirchhoff, 1960). Cosa totalmente
distinta en los pueblos mesoamericanos los cuales pasaron de ser grupos familiares que
compartían una lengua en común, los cuales fueron creciendo, formando así ciudades-estado
regidas por un sistema político en específico, pasando así de una organización patriarcal a una
organización política del tipo piramidal, o también de clases. Y en los pueblos mayas estos que
estaban en la cima de la pirámide y sobre las demás clases eran llamados Halach Uinic
(traducido como hombre verdadero), por debajo de ellos se encontraban los sacerdotes (Ahau
Can, señor serpiente) y de ahí seguían los guerreros, artesanos, cazadores hasta llegar a los
esclavos (Instituto Nacional de Antropología e Historia, 2019).
Una forma de contrastar lo planteado por Kirchhoff es la siguiente: él mismo menciona que
se basó en escritos dejados por los españoles en la época de la conquista, dicho de otra forma, en
los registros españoles basados en el período posclásico (900 dC hasta la conquista) en la fase
tardía (1450-1542), dejando así de lado todos los restos y vestigios culturales anteriores a esa
época obviando así ciertos parámetros o lineamientos que lo pudieron haber ayudado a hacer un
trabajo más preciso.
Una constante histórica ha sido siempre situar no de forma apropiada los cambios de las
culturas humanes respecto del tiempo y establecer la secuencia de los hechos. (…) En el
caso de los mayas, su historia se ha dividido por lo regular a partir de los conocimientos
disponibles acerca del marco histórico y el contexto cultural general de Mesoamérica. En
este sentido, comparte las grandes divisiones o periodos de la historia prehispánica:
arcaico, preclásico, clásico y posclásico (Pérez Campa & Sotelo Santos, 2019).
En base al texto citado se puede seguir mencionando que Kirchhoff no tomó en cuenta la
historia anterior a los textos de los cuales se basó, por ende hay cierta imprecisión en lo
planteado, aunque se debe mencionar a su vez que Kirchhoff marcó un antes y un después
principalmente en la arqueología tanto de Centroamérica como de México ya que luego de su
investigación ya había un mejo parámetro para distinguir ciertas piezas y una línea sobre la cual
se podían guiar investigaciones futuras tomando así también las distinciones cerámicas de cada
etapa y enmarcándolas en un solo contexto general: el de Mesoamérica.
Boggs y Baudez (citados en Lindo, 1986) dicen lo siguiente:
En las nornacinas, junto a las figurillas, asistimos al nacimiento de la cerámica de
Usulután (…) En el Oriente de El Salvador. Esta alfarería se caracteriza por su
decoración según la técnica de Usulután (…) Su distribución es amplia, sí allá desde el
sur de México hasta el norte de Nicaragua, pero parece haber sido más intensamente
difundida en El Salvador y en Copán. también es amplia en el tiempo. en el área norte de
Mesoamérica llega hasta el siglo V pero más al sur en Nicaragua dura otros 300 años
más.
Tal como fue citado y tomando como referencia también el trabajo de Paul K., la cerámica es
un rasgo presente en Mesoamérica y tanto él como otros autores toman de ejemplo la cerámica
del tipo Usulután para ejemplificarlo.
Aparte y hablando en temas meramente geográficos, Mesoamérica es un área cambiante la
cual en una época pudo ser desde el área Noroeste de México, cerca de su frontera con Estados
Unidos hasta parte de El Salvador o sino también desde esta misma área del Noroeste de México,
pasando toda la costa del océano Pacífico, tomando el área de la planicie Yucateca, el área
central del norte de Centroamérica y llegando hasta Nicaragua o Costa Rica. Hay muchos
Kilómetros de separación entre una y otra y como ya fue mencionado, estas fronteras son
fluctuantes y variantes según la temporalidad (Pérez Campa & Sotelo Santos, 2019).
A pesar de que ha sido criticado el postulado original de Mesoamérica y se han dado
diversas opiniones, no ha habido una nueva investigación acerca de ello y el mismo impulsador
del término (Kirchhoff) ha mostró su inconformidad de ello, ya que él dijo que esto debía ser una
llave de apertura a nuevas investigaciones y que él ha estado consciente que a su trabajo le
faltaron detalles y es carente de cierta información, haciendo así la invitación a las nuevas
generaciones de cientistas sociales a seguir con su trabajo y hacer más amplio el conocimiento de
la gran área cultura que es Mesoamérica (Kirchhoff, P. citado en (Romero Contreras & Ávila
Ramos, 1999)).
Para concluir, la palabra Mesoamérica y todo lo que en ella está inmerso, ha formado parte
de la realidad histórica y cultural tanto de mediados y finales del siglo XX como lo que se lleva
del siglo XXI, ya que es una parámetro para diferenciar lo que se encuentra o investiga en los
trabajos ya sean antropológicos como arqueológicos pero ¿aún tiene validez ese término?.
Las respuestas pueden variar, ya sean afirmativas o negativas pero según el autor del
presente texto, ya no válido, a pesar de que se comparten ciertas características culturales desde
México hasta Costa Rica o incluso Panamá, estas similitudes culturales ya no son rígidamente
como las de las culturas mesoamericanas, ya que hubo una unión y/o sincretismo con las
costumbres españolas (en este caso católicas) en la etapa de la conquista, un ejemplo puede ser el
día de la cruz, en el cual antiguamente se veneraba a la deidad de Xipe-Totec, realizando un
sacrificio, desollando la ofrenda y portando la piel por varios días a pasar a ofrendar frutas a una
cruz de jiote, caso similar a las fiestas en conmemoriación a San Miguel, en el departamento de
San Miguel, El Salvador, donde se han encontrado figurillas en honor al dios Tláloc, señor de la
lluvia y las cocechas (puede variar según el aoutor y la época) y debido al sincretismo y
semejanzas con el arcángel San Miguel, se pasó de venerar a la deidad prehispánica a un santo
protector del cristianismo (Bonifaz Nuño, 1996).
Para finalizar, se dejan las siguientes palabras dichas por Kirchhoff (1960):
Mesoamérica", publicado originalmente en 1943, fue un intento de señalar lo que tenían
en común los pueblos y las culturas de una determinada parte del Continente Americano,
y lo que los separaba de los demás. Para lograr este propósito me impuse la limitación de
enumerar sólo aquellos rasgos culturales que eran propiedad exclusiva de esos pueblos,
sin intentar hacer una caracterización de la totalidad de su vida cultural. Por la aplicación,
rigurosa de este principio no se mencionan en mi trabajo rasgos tan fundamentales y
característicos de la civilización mesoamericana como la pirámide, ni se analiza la
configuración y estructuración de esa civilización, que obviamente es más que la suma de
sus partes. Falta también la división de esta 'superárea' en áreas culturales que se
distinguen no sólo por la presencia o ausencia de determinados 'elementos' sino por el
grado de desarrollo y complejidad, que han alcanzado, siendo las más típicamente
mesoamericanas las más desarrolladas y complejas. Falta, en fin, la profundidad histórica
que la orientación misma de este trabajo implica, esto es, la aplicación de los mismos
principios a épocas anteriores, retrocediendo paso por paso hasta la formación misma de
la civilización mesoamericana.
Referencias
Bonifaz Nuño, R. (1996). Imagen de Tláloc. Hipótesis Iconográfica y textual. México, D.F:
Universidad Nacional Utónoma de México.
Instituto Nacional de Antropología e Historia. (2019). Los Mayas. Historia, Arte y Arqueología.
(1 ed.). (S. Vogel, Ed.) México, D.F, México: Molclem Ediciones S.A de C.V.
Kirchhoff, P. (1960). Mesoamérica, sus límites geográficos, composición étnica y caracteres
culturales. Tlatoani, 3, 12.
Lindo, R. (1986). La Pintura en El Salvador. San Salvador: Ministerio de Cultura y
Comunicaciones.
Matos Moctezuma, E. (2014). Mesoamérica. En L. Manzanilla, & L. López Luján, Historia
Antigua De México (3 ed., Vol. I). México D.F, México: UNAM.
Pérez Campa, M., & Sotelo Santos, l. (2019). Los Mayas. El esplendor de una gran cultura. (16
ed.). México, D.F, México: Monclem Ediciones S.A de C.V.
Romero Contreras, A., & Ávila Ramos, L. (1999). Mesoamérica: historia y reconsideración del
concepto. CIENCIA ergo-sum, Revista Científica Multidisciplinaria de Prospectiva, 6(3),
233.
UCA editores. (2015). POPOL VUH: Las antiguas historias del Quiché (23 ed.). (R. R. Díaz,
Ed., & A. Recinos, Trad.) San Salvador, El Salvador: UCA Editores.