Clase 6 Empatía en enfermería
La definición que mayor consenso tiene en la literatura sobre enfermería es la que presenta
la empatía como la capacidad de comprender las experiencias, preocupaciones y perspectivas de
otra persona, sumado a la capacidad de comunicar este entendimiento.
“tenemos que escuchar no sólo con los oídos, sino también con los ojos, la mente, el corazón y la
imaginación”.
EDITORIAL
La empatía en la relación enfermera-paciente
Martha Cecilia Triana Restrepo RN, Doctora en Enfermería. Profesora Asociada. Directora revista
Avances en Enfermería. Facultad de Enfermería, Universidad Nacional de Colombia. Bogotá,
Colombia. E-mail: [email protected]
La política prioritaria en salud considera como uno de los ejes más importantes la humanización de
la atención. En este sentido, la enfermería es clave en la consecución de los objetivos formulados,
puesto que reconoce que el paciente es un ser humano sujeto de derechos que requiere del interés
genuino de la enfermera para comprender sus necesidades o emociones.
Entender las circunstancias, emociones y necesidades de los pacientes es crucial para iniciar una
relación terapéutica. El fundamento de esta actitud es la empatía, ya que es el atributo que le da a
la enfermera la habilidad para comprender verdaderamente a la otra persona. La empatía es, por
lo tanto, esencial en toda relación enfermera-paciente.
El término empatía viene de la palabra griega empátheia, que significa 'apreciación de los
sentimientos de otra persona’, definición a partir de la cual se han establecido diferentes enfoques
y se ha discutido si es un atributo de tipo cognitivo o afectivo. La definición que mayor consenso
tiene en la literatura sobre enfermería es la que presenta la empatía como la capacidad de
comprender las experiencias, preocupaciones y perspectivas de otra persona, sumado a la
capacidad de comunicar este entendimiento.
Reynolds señaló que la capacidad de comunicar el entendimiento de la experiencia del paciente
permite que la información pueda ser validada por el mismo paciente; implica la utilización de una
comunicación adecuada y efectiva. Es gracias a esa capacidad de percibir y entender al otro que las
dimensiones cognitiva y emocional de la empatía pueden unirse, conformando una visión
integradora de ambas dentro del concepto mismo.
Sin embargo, se ha planteado un grado diferente de participación entre los aspectos cognitivos y
afectivos en la empatía. El énfasis se presenta en que la característica clave de la empatía es la
preponderancia del procesamiento de información cognitiva que la distingue del procesamiento
predominantemente emocional involucrado, por ejemplo, en el concepto de simpatía.
La investigación desarrollada en torno al impacto de la empatía en los resultados de los pacientes
ha mostrado que los altos niveles de empatía que manifiestan las enfermeras se articulan con un
menor estrés en los pacientes con cáncer o con mejores niveles de satisfacción con el cuidado. Lo
anterior concuerda con los planteamientos de Rogers, quien afirmó que
[...] con los años, sin embargo, la evidencia de la investigación se sigue acumulando, y apunta
fuertemente a la conclusión de que un alto grado de empatía en una relación es posiblemente el
más potente y sin duda uno de los factores más importantes en lograr el cambio y el aprendizaje .
Por otro lado, los investigadores, partiendo de diferentes disciplinas, enfoques y poblaciones, han
examinado la eficacia de los programas de entrenamiento en empatía. Los resultados de este tipo
de estudios han indicado que la empatía es una competencia humana que puede modificarse, que
puede ser enseñada efectivamente y ponerse en escena durante los encuentros con el paciente. Los
estudios que involucraron profesionales de la salud mostraron efectos significativamente mayores
que los realizados con jóvenes o adultos
La relación enfermera-paciente, como relación de ayuda, es única. Se establece entre una persona
que tiene necesidades específicas de cuidado y una enfermera que, debido a la cercanía con el
paciente, a la visión y a la comprensión empática, puede distinguir las necesidades o perspectivas,
comunicar el entendimiento y dar respuestas de ayuda centradas en lo humano.
El ejercicio de comprender lo que el paciente está pensando o sintiendo debe interesar a los
profesionales de la salud. Éstos están llamados a responder con sensibilidad al sufrimiento del otro
y a actuar enfocándose, particularmente, en el alivio y el beneficio del paciente.
El efecto de la empatía en la práctica asistencial
La empatía se considera una de las competencias básicas en el aprendizaje de las profesiones de la
salud en el siglo xxi, y se define como la capacidad de entender las emociones de los pacientes o sus
familiares, así como sus perspectivas y experiencias. No consta sólo de contenido emocional sino
que presenta 3 componentes básicos: cognición, comprensión y comunicación.
Múltiples estudios asocian la empatía con una mayor competencia clínica, así como también con
una mejor comunicación y vínculo entre el profesional y el paciente / familiar. En concreto, altos
niveles de empatía se relacionan con mayor facilidad de los pacientes o sus allegados para expresar
sus síntomas y preocupaciones, por lo que no sólo se obtiene una mejor anamnesis y precisión
diagnóstica, sino también una más amplia participación en la consulta y resultados más sostenibles
en educación para la salud Por otro lado, elevados niveles de empatía se han correlacionado con
mayor satisfacción, menor estrés del personal sanitario.
La inteligencia emocional es un concepto clave para organizar las destrezas interpersonales y de
comunicación en el ámbito de las profesiones de la salud, entre ellas, la empatía. Asimismo, juega
un papel importante cuando un profesional tiene que dar una mala noticia ya que esto requiere
la posibilidad de manejar o amortiguar respuestas emocionales intensas. Otero Martínez plantea
que un profesional de la salud con inteligencia emocional es capaz de:
– Reducir el temor.
– Conocer lo que está sintiendo su interlocutor.
– Escuchar y calmar.
– Admitir las diferencias entre los seres humanos.
– Mitigar el duelo.
– Manejar el enojo, la tristeza y otros estados emocionales
– Lograr un mejor cumplimiento de las indicaciones del tratamiento.
– Lograr conductas más saludables.
– Facilitar la adhesión terapéutica.
– Fomentar la independencia de los pacientes.
– Controlar sus propios sentimientos y lograr sentirse bien con lo que está haciendo
Una persona inteligente emocionalmente es aquella que es capaz de: comprender, aceptar y
expresar sus emociones de manera natural; empatizar con las emociones de los demás,
evaluándolas, reconociéndolas y entendiéndolas; regular las emociones propias, ayudando a no
perder la templanza; y, por último, emplear la emoción como facilitador del rendimiento
(Hernández-Vargas y Dickinson-Bannack, 2014). De hecho hay estudios que señalan la relación entre
la inteligencia emocional y alguna medida concreta de rendimiento académico en estudiantes de
ciencias de la salud; mostrándose la IE como un adecuado predictor del rendimiento académico
(Valadez, Borges, Ruvalcaba, Villegas y Lorenzo, 2013). En pocas palabras, podría decirse que la
inteligencia emocional es la capacidad para adaptarse emocionalmente a una situación de manera
adecuada y rendir en ella. La empatía es uno de sus componentes fundamentales.
Hoy por hoy ya no hay dudas de los beneficios de ser empático tanto para el profesional como para
el paciente y su familia. En este contexto se revaloriza la sugerencia de Ian McWhinney a la hora de
interactuar con los pacientes o su familia:
“tenemos que escuchar no sólo con los oídos, sino también con los ojos, la mente, el corazón y la
imaginación”.
La empatía es la capacidad que tienen las personas de sentir en su propio cuerpo las
sensaciones que otro está sintiendo. El proceso de la empatía entonces no es estático
en el tiempo, pues requiere la observación de algo que le ocurre a alguien, y luego
la identificación con esos sentimientos que ha observado.
Ejemplos de empatía!