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Guia de Estudio Mineriadoc Blancheti

Este documento provee una guía de estudio para el derecho minero en Argentina. Explica los fundamentos del derecho minero, incluyendo que la minería es una actividad económica extractiva cuyo objeto son los minerales que son agotables. También describe los antecedentes históricos del derecho minero en Argentina y los caracteres excepcionales de este derecho, como que la propiedad minera es inmueble y distinta a la propiedad civil.

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Guia de Estudio Mineriadoc Blancheti

Este documento provee una guía de estudio para el derecho minero en Argentina. Explica los fundamentos del derecho minero, incluyendo que la minería es una actividad económica extractiva cuyo objeto son los minerales que son agotables. También describe los antecedentes históricos del derecho minero en Argentina y los caracteres excepcionales de este derecho, como que la propiedad minera es inmueble y distinta a la propiedad civil.

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GUIA DE ESTUDIO PARA MINERIA

Preparado por Alba Esther de Bianchetti


(Ineludiblemente se deberá complementar con el texto del Código de Minería y con
cualquier autor de texto sobre Derecho de Minería)

Fundamentos del Derecho de Minería:


Menciona el Dr. Eduardo Pigretti que: extraer las sustancias minerales situadas en la
corteza terrestre ha sido siempre preocupación del hombre. Las primeras edades de la
civilización (edad de bronce, hierro, piedra) se denominan según el mineral que el hombre
logra descubrir y dominar. 1
Las naciones asientan su poderío en la posesión de metales y gobiernan en la medida que
sus reservas superan las de oro, carbón, petróleo, del eventual enemigo. El mundo que
vivimos logra su adelanto en el espacio aéreo cósmico con los productos de la profunda
entraña de la tierra.
La Prof. Marta Sylvia Velarde nos recuerda que: “se llaman minerales aquellas sustancias
inorgánicas que se encuentran en la superficie o en las capas de la corteza terrestre.” 2
La misma autora desarrolla los argumentos tendientes a fundamentar que, la minería como
ACTIVIDAD ECONOMICA tendiente a explotar la materia inorgánica, de la tierra tiene
especiales características:
- ES EXTRACTIVA: la actividad minera vincula al hombre con la naturaleza con
fines de extracción y destrucción
- SU OBJETO, LOS MINERALES SON AGOTABLES. Relativamente escasos e
irregularmente distribuidos en la geografía terrestre.
- ES ALEATORIA: porque es una actividad riesgosa por excelencia, ya el Dr.
Enrique Rodríguez la calificaba como un noble juego de azar, además a los riesgos
naturales se deben sumar los riesgos tecnológicos.
- LA PRODUCCIÓN PUEDE SER CONTINUA: ya que no necesita ciclos, pues el
mineral se halla listo para ser extraído.
- LA DEMANDA DE MINERALES ES CÍCLICA. Rentabilidad: es cíclica porque
actua en forma separada cada mineral y actua a impulso de condicionamientos
políticos y económicos: (antes carbón, oro, etc) ahora (petróleo, minerales
nucleares)
Antecedentes de esta rama del Derecho:
Basta recordar la evolución histórica del derecho indiano que rigieron, por ejemplo como
el conjunto de Ordenanzas de Minería de Nueva España o México, entre otras.
Organizado el país en 1853, y tal como lo establecía la Constitución, se debía dictar el
Código de Minería.
Hubo un primer proyecto comisionado a don Domingo de Oro, quien presentó un proyecto
de Código de Minería. Ese proyecto consideraba que los minerales pertenecen a la Nación,
quien los concede a los particulares, tal como antes lo hacía el Rey con sus súbditos.
Dicho proyecto no encontró eco y en 1875 el Congreso faculta al Poder Ejecutivo a
nombrar un nuevo autor, quien revisando el proyecto de Domingo de Oro, tomara como

1
PIGRETTI EDUARDO A., MANUAL DE DERECHO MINERO Y DE LA ENERGIA, pág 9, 2da. Edic.
Bs.As. 1976.
2
VELARDE MARTA SYLVIA, MANUAL DE DERECHO MINERO, pág 1, Edit Astrea, Bs.As., 1986.
base el principio de que las minas son bienes privados de la Nación o de las Provincias,
según el territorio en que se encuentren. 3
La redacción del nuevo proyecto se encomendó al Doctor ENRIQUE RODRÍGUEZ,
Abogado cordobés, quien profesionalmente se había especializado en derecho de minería,
ejerciendo en Chile. Su proyecto prescinde del elaborado por Domingo de Oro y
finalmente en 1885 presenta un nuevo Código de Minería totalmente de su autoría. El
trabajo es aprobado, y en 1886 es promulgado, entrando en vigencia a partir del 1º de
mayo de 1887, momento en que se sustituyen las Ordenanzas de México.

CARACTERES EXCEPCIONALES DE ESTE DERECHO:


La riqueza minera y la técnica por la cual se la explota, engendra normas propias y
principios distintivos que la constituyen en rama autónoma.
En este punto seguiremos el desarrollo que realiza Marta Sylvia Velarde, cuando se refiere
a los caracteres de la propiedad civil y minera. Hay razones geológicas, técnicas y sociales,
que explican esta dualidad tierra-mina. Por naturaleza tierra y mina son formaciones de
origen y composición diferentes. Se admite la posibilidad de explotación simultánea y
separada de superficie y de la mina, lo que obliga a la separación de las mismas. Por otra
parte la riqueza se multiplican de considerar diferentes la mina de la superficie, en tanto y
en cuanto se posibilitan dos ventas distintas, dos arrendamientos, usufructos, etc.
Previamente a desarrollar los caracteres excepcionales de este derecho, conviene aclarar
que tal como expone Catalano: la palabra mina, en el Código, tiene tres acepciones:
- criadero o masa de sustancias minerales,
- la de concesión, propiedad o pertenencia minera
- conjunto de trabajos dirigidos a explotar las sustancias minerales
CARACTERES EXCEPCIONALES DE ESTE DERECHO:
1) La propiedad minera, es una propiedad INMUEBLE distinta a la civil (leer,
interpretar y articular armónicamente los art. 2318 C. Civil y 11 Cód. Mineria)
2) Las minas son inmuebles (art 12 C. Minería) Las minas forman un dominio distinto
al del suelo, aunque se rigen por los mismos principios, en tanto y en cuanto no
estén modificados por el Código de Minería. 4
3) El carácter de Utilidad Pública de los trabajos mineros (Art. 13 C. Minería) La
naturaleza de la actividad minera exige la declaración de utilidad pública de la
explotación. Esta utilidad pública se supone en todo lo relativo al espacio
comprendido dentro del perímetro de la concesión, nos afirma el mismo art 13,
estableciendo un límite que sólo se extralimita cuando se acreditan los extremos
legales exigidos, cuando exige: la utilidad pública se establece fuera de ese
perímetro, probando ante la autoridad minera la utilidad inmediata que resulta de
la explotación. El concesionario, sobre la base de la declaración de utilidad pública,
puede ejercer los derechos de servidumbres de ocupación y de expropiación o venta
forzosa, de los terrenos superficiarios.
4) La indivisibilidad material de la unidad de explotación (art. 14 y 15 C. Mineria).
Está prohibida la división material de la mina o pertenencia, conservando un
concepto de unidad económica de explotación. Este principio de indivisibilidad es
de orden público, las partes no lo pueden dejar de lado mediante convenios. En un
lote o pertenencia, la prohibición es absoluta dice Edmundo C. Catalano. En caso

3
Debe recordarse que la Constitución Nacional en su artículo 124, ha reservado a las provincias el dominio
originario de sus recursos naturales, entre los que se encuentran los minerales, que como recursos revisten la
característica de agotable y no renovables en general. Catalano cita que las minas dan una sola cosecha.
4
VELARDE MARTA SYLVIA, MANUAL DE DERECHO MINERO, pág 24, Edit Astrea, Bs.As., 1986.
de concesiones compuestas de dos o más pertenencias, es permitida siempre que de
tal separación no resulte un perjuicio para la explotación. 5
5) Las minas no son susceptibles de condominio
6) La concesión minera como derecho a explotar, pero distinta a la propiedad (art. 10
C. Minería)
- La concesión es el único medio aceptado por el código para adquirir las minas,
siendo éste un acto jurisdiccional del Estado. Por ello el registro, constituye el
ejercicio del poder de policía del Estado, o el medio jurídico instituido por el
Código para mantener el orden público.
- Es exclusivamente legal (no es contractual ni implica delegación de facultades
como en las concesiones de los servicios públicos o de obra pública)
- Es gratuita
- Es transmisible
- Es exclusiva (no admite dos concesionarios dentro de la misma pertenencia y se
ejrce erga omnes)
- De duración ilimitada (Art. 18) (hasta agotarse el mineral y en tanto cumpla con el
amparo minero)

DERECHO MINERO
Concepto de Eduardo A. Pigretti: “Estudia las funciones y atribuciones del Estado en el
aprovechamiento de la riqueza mineral junto a las facultades y deberes de los particulares
interesados o afectados por la búsqueda y extracción de las sustancias.” 6
En consecuencia dice el autor, que las personas o sujetos actuantes en el derecho minero
son: el Estado, el minero y el superficiario.

Concepto del CODIGO DE MINERIA: “El Código de Minería rige los derechos,
obligaciones y procedimientos referentes a la adquisición, explotación y aprovechamiento
de las sustancias minerales.” (Art. 1º)
El Código de Minería es un código de fondo y de forma, en el sentido de que no sólo
regula el derecho sustancial, sino que contiene numerosas disposiciones de procedimiento.
Los códigos de minería, establecen el régimen de dominio de las minas y cómo se
adquieren, conservan o se pierden los derechos a explorar o explotar un yacimiento.
Las grandes etapas de esta actividad pueden ser descriptas como:
- la prospección, o reconocimiento superficial y extensivo del territorio
- la exploración, o evaluación técnico-económica del yacimiento encontrado,
Catalano denomina a la fase anterior y esta, como una industria de la información
- la explotación, o el efectivo arranque de las sustancias minerales (dependiendo de
la forma de presentación de los yacimientos, pueden ser labores subterráneas, tareas
a cielo abierto mediante máquinas que remueven cerros enteros, etc)
- el beneficio, la limpieza y acondicionamiento para el ingreso de los minerales
extraídos, al tráfico comercial (esta fase cierra el ciclo de la industria minera)

5
CATALANO EDMUNDO F., CODIGO DE MINERIA COMENTADO, Edit Zavalía, Bs. As. 1997, dice
que: “Debe señalarse que este sano principio que prohíbe la división material de las minas no ha sido
respetado por el propio Código a través de su sistema de adjudicación de las concesiones mineras de
explotación. Estas, por regla general, se otorgaba, hasta las reformas implementadas en 1993, en dimensiones
que no se adecuaban a la verdadera extensión de los yacimientos, dejando fuera de las mismas sobrantes que
luego se fraccionaban entre otros concesionarios a título de estacas o demasías. “
6
PIGRETTI EDUARDO A., MANUAL DE DERECHO MINERO Y DE LA ENERGIA, pág 9, 2da. Edic.
Bs.As. 1976.
Cabría aclarar que desde la antigua prospección o reconocimiento superficial y extensivo
de los terrenos para encontrar minerales; hasta las actuales modalidades que son
posibilitadas por el desarrollo de la ciencia y la tecnología a través de fotografías aéreas,
sensores, mapeo satelital, etc., han variado en extremo las modalidades de exploración.

PROPIEDAD SUPERFICIARIA Y PROPIEDAD MINERA


El régimen jurídico de la propiedad de las minas ofrece peculiaridades por dos razones
fundamentales:
1) por tradición jurídica, diferente al derecho Agrario (Cód. Frances, Español,
Chileno)
2) por tradición económica (diferente también con el derecho Agrario)
Leer el art. 11 del Código de Minería
Uno de los mayores problemas ha sido establecer una efectiva distinción entre propiedad
minera y superficial.
Esa separación no obstante, ha sido admitida por todas las leyes, constituyendo uno de los
fundamentos básicos del derecho de minas. De ello se derivan las siguientes
consecuencias:
- la creación de una propiedad nueva
- la asunción por el Estado de su dominio originario

Antes que el derecho, la diversidad geológica ya establecida un deslinde de propiedades,


ya que por naturaleza, la tierra y las minas son formaciones de origen y composición
distintos.
También impone una separación los procedimientos de explotación, según se trate de
explotación superficial y la explotación minera. El interés público se justifica por la
especial riqueza que promete un yacimiento minero.
Pero hay un interés superior en independizar ambas propiedades, ya que de atribuirse en
todos los casos las sustancias minerales al propietario del suelo, podría ocurrir que éste no
las explote por falta de capital o de interés y las minas quedarían inexplotadas.
Por ello la propiedad minera reviste características especiales que volveremos a repasar a
continuación:
- Las minas son una propiedad distinta de la superficial: (art. 11)
Dice Catalano que: El registro de una mina recién descubierta inicia el proceso de
formación de una propiedad nueva, distinta y separada del terreno en que se
encuentra, sobre la cual el Estado hacer valer su derecho de jurisdicción y el
concesionario el de explotación, con completa independencia de las pretensiones
del propietario de la superficie. 7
- Las son inmuebles: (art 12)
Las minas son inmuebles por naturaleza, porque no se trasladan de un lugar a otro y
están íntimamente unidas al suelo. Sin embargo debe tenerse presente que no
obstante su carácter de inmuebles, es un recurso agotable. El derecho al rodear a
esta propiedad de caracteres específicos, además de los caracteres comunes a la
propiedad superficial, considera por ejemplo frutos a los productos extraídos de la

7
CATALANO EDMUNDO F., CODIGO DE MINERIA COMENTADO, pág 81, Edit Zavalía, Bs. As.
1997, este autor afirma también: La independencia de ambas propiedades, la superficial y la minera,
consagrada por el Art. 11, tiene su excepción e las sustancias de la tercera categoría del Código. Y agrega:
Una de las cuestiones que más dificultades presentan en las relaciones entre la propiedad superficial y la
minera, es establecer, en determinadas situaciones, qué debe entenderse por sustancia mineral, distinta y
separada del suelo, cuestión ésta que no es solo de carácter tecnológico, sino también legal.
mina. Esta asimilación posibilita que puedan celebrarse contratos de arrendamiento
y de usufructo, no obstante el carácter agotable del recurso mineral.
Hay que recordar también que la norma considera inmuebles a las cosas destinadas
a la explotación con carácter de perpetuidad, tales como las construcciones,
máquinas, aparatos, animales, vehículos, etc., empleados en la explotación de la
pertenencia. Estos últimos son inmuebles por destino, por estar afectados a la mina.
La concesión, es una verdadera propiedad legal, en tanto no es asimilable al contrato-
concesión administrativo. El hecho de reconocer como distintas la propiedades del
superficiario y la del subsuelo, tampoco significa, dice Pigretti, quebrar el principio de
derecho civil que extiende la propiedad del suelo a toda la profundidad, porque el propio
Código Civil art 2518, deja a salvo las modificaciones a esta norma que pudieran disponer
por leyes especiales.
Cualquier persona puede –en principio- adquirir y poseer minas, (Art. 21) siempre que
tenga la capacidad requerida por el Cód Civil para ejercer el derecho real de dominio y no
se encuentre inhabilitado por razones de orden público. 8

DOMINIO DE LAS MINAS


En este punto interesa justificar –con fundamentos filosóficos- el dominio de las minas, en
el sentido de si hubo un primer dueño de los minerales o si por el contrario, las minas no
pertenecen a nadie.
Una de las cuestiones más debatidas en el campo de la economía y del derecho, es la
relativa al dominio originario de las minas.
La política legislativa de los Estados, desde hace ya mucho tiempo, se ha orientado hacia la
protección de estas fuentes de riqueza, calificando a la actividad minera como, de interés
público.
La dominialidad minera tiene profundas implicancias políticas, económicas y jurídicas.
El Estado, en casi todos los países, asume el dominio de los recursos minerales con fines
de conservación de la riqueza y de protección del interés público.
Por dominio originario entendemos el derecho que pertenece desde el origen o
descubrimiento de la cosa a una persona física o jurídica, a diferencia del dominio
derivado, que reconoce la existencia de un dueño anterior.
Los distintos derechos han justificado este dilema, de distintos modos y ello da origen a la
legislación minera de un país.
Sistema de la accesión: Sostiene que las minas pertenecen al propietario del terreno
superficial en que se encuentran, considerando a los yacimientos minerales como
accesorios o dependientes de la superficie que es lo principal. 9
El sistema de la accesión, atribuye la propiedad de las minas, o facultades amplias de
disposición, al dueño del terreno en que se encuentran situadas. Para este sistema las minas
no tienen caracteres propios, forman parte integrante del inmueble superficial y siguen su
condición jurídica. El Código de Minería Argentino, lo admite para las sustancias de
tercera categoría o canteras y lo excluye de los minerales más valiosos. Aun el sistema no
se aplica con rigurosidad, ya que implica compatibilizar el régimen privado con los
principios del interés público, y su sometimiento al Código de Minería al cual permanecen
sujetas como categoría minera de carácter civil.
Esta teoría de la accesión no obstante, tiene sus críticas, ya que no siempre el subsuelo es
accesorio de la superficie, en el sentido que, dependiendo del mineral, lo más valioso se

8
PIGRETTI EDUARDO A., MANUAL DE DERECHO MINERO Y DE LA ENERGIA, pág 16, 2da. Edic.
Bs.As. 1976.
9
VELARDE MARTA SYLVIA, MANUAL DE DERECHO MINERO, Edit. Astrea, pág 32, Bs As, 1986.
halla en el subsuelo. Por otra parte y de manera general se podría afirmar, que casi siempre
a subsuelos ricos en minerales, corresponden superficies casi estériles, para la agricultura,
por ejemplo. Con lo cual considerar jurídicamente el subsuelo como accesorio de la
superficie, no se ajustaría a la realidad.
Otra diferencia: la superficie es apta para la división, en cambio la actividad minera
necesita la indivisibilidad para un trabajo económicamente eficiente.
Otra crítica es aquella que dice que el superficiario puede explotar las minas o no. Puede
no tener interés en explotarlas; por ello las leyes autorizan al Estado a intervenir cuando la
actividad minera no se realiza.
Sistema regalista: Distingue la propiedad existente en la superficie de la propiedad
subterránea, cuyo dominio originario es del rey, quien se encuentra inhibido de explotarlas
y debe delegar la propiedad al primer descubridor o peticionante. Es un dominio eminente
o radical. 10
Actualmente el Estado ha sustituido al rey, pero el sistema conserva la denominación de
regalista.
El sistema regalista, parte del principio de que las minas forman una propiedad distinta y
separada del suelo que las contiene y constituyen una categoría de bienes res nullius, no
pertenecen a nadie. El Estado, tiene sin embargo, sobre todas las cosas ubicadas en su
territorio un derecho de tutela o jurisdicción denominado derecho público dominio
eminente o radical vinculado a la soberanía que ejerce y no a la propiedad.
Es en virtud de ese dominio, potestad o jurisdicción que el Estado, en este caso la ley,
atribuye a los particulares diferentes derechos sobre las minas prefiriendo un destinatario a
otro, según la importancia de las sustancias o el grado de interés general comprometido. El
Código Argentino acepta este sistema para todas las sustancias clasificadas en la primera y
segunda categoría.
El sistema dominial o dominical, atribuye al Estado una suerte de derecho de propiedad
sobre las minas y no sólo la jurisdicción o el patronato minero, como en el sistema
regalista. Las minas en este sistema forman parte del patrimonio indisponible del Estado.
La condición de indisponible de las minas no impide al Estado, o mejor dicho, la ley,
constituya a favor de los particulares derechos de explotación compatibles con el destina
de utilidad general del bien. También en este sistema el Estado puede asumir directamente
la explotación de las minas, atento el carácter de dueño que inviste, diferenciándose en este
aspecto del sistema regalista que sólo le atribuye funciones de mero distribuidor de la
riqueza minera.
En el derecho argentino pertenecieron a este sistema, con distintas modalidades, las
categorías de los minerales nucleares y de los hidrocarburos líquidos y gaseosos, sin
perjuicio de otras sustancias que fueran reguladas por leyes especiales.
El sistema dominial distingue, entonces, la propiedad minera de la superficial,
atribuyéndole al Estado el dominio privado de las minas, facultándolo a transmitir ese
dominio mediante la concesión. Pero el Estado también puede explotar por sí mismo. 11
Hay quienes consideran a las minas como bienes del dominio público del Estado,
negándole la posibilidad de transmitir la propiedad de la mina y sólo podría transmitir
derechos de explotación sobre la misma. Es decir que el Estado tendría un dominio directo
y puede transmitir el dominio útil.

10
PIGRETTI EDUARDO A., MANUAL DE DERECHO MINERO Y DE LA ENERGIA, pág 12, 2da. Edic.
Bs.As. 1976.
11
VELARDE MARTA SYLVIA, MANUAL DE DERECHO MINERO, Edit. Astrea, pág 44, Bs As, 1986.
Por lo tanto, y según Velarde, el interés público es el fundamento de la propiedad minera
del Estado, al ser éste representante de dicho interés. En definitiva, concluye la autora, la
teoría dominial otorga al Estado la propiedad patrimonial de las minas, es decir, el derecho
de usar, gozar y disponer de ellas dentro de los límites establecidos por la ley.
Sistema de la ocupación: Este sistema diferencia a la propiedad minera de la superficial.
Las minas consideradas res nullius, se atribuyen en propiedad al primer ocupante. Es decir
se considera lo más convenientes conferirlas a la persona que ocupa una mina, la propiedad
de la misma. Esta teoría sufrió críticas de lo más variada y se advierte una evolución en
sus fundamentos: al comienzo se sostenía que las minas se atribuyen en propiedad al
primer ocupante y en una evolución posterior, al que a título de trabajo se apropia de las
minas. En el derecho minero moderno, el sistema de la ocupación no tiene aplicación
práctica.
Nuestro Código ha adoptado el sistema regalista tradicional para los minerales de
primera y segunda categoría, y de la accesión para los minerales de tercera categoría, en lo
general, sostiene Sylvia Velarde. 12
Por regímenes de excepción se advierte también la aplicación del sistema dominial, donde
el Estado explota a la par de los particulares, o de manera exclusiva, casos que iremos
destacando cuando específicamente nos refiramos a tales minerales.
Sostenemos con Pigretti, que el Código acoge el sistema regalista tradicional porque:
- establece el dominio originario del Estado (Nacional o Provincial)
- obliga al Estado a otorgar las sustancias a los particulares
- prohibe al Estado, explotar las minas
- existe una propiedad particular de las minas, diferente a la superficial, pero también
inmueble

12
VELARDE MARTA SYLVIA, MANUAL DE DERECHO MINERO, Editorial Astrea, Bs. As., 1986, pág
49: “Lo dicho en el parágrafo anterior permite concluir que en materia de dominio minero, nuestro Código
adopta para las sustancias de primera y segunda categoría, el sistema regalista, en virtud del cual, el Estado
no puede explotar las minas, que pertenecen a su dominio originario, sino que tiene que concederlas a los
particulares para su explotación....Sin embargo diversas leyes dictadas con posterioridad a la sanción del
Código de Minería, le introdujeron reformas que hicieron que coexista con el sistema regalista inicial, el
sistema dominial.”
DIVISIÓN Y CLASIFICACIÓN DE LAS MINAS

Los sistemas que explican el dominio originario de las minas sirven en la faz práctica para
determinar las categorías de derechos que la ley reconoce con relación a las sustancias
minerales. Las categorías de derechos son los casilleros dentro de los cuales la ley, al
clasificar las minas, agrupa o reúne dichas sustancias. Clasificar sustancias minerales es,
pues, ubicarlas dentro de una categoría de derechos. 13
¿Cuál es la importancia de clasificar las sustancias minerales?
Es de fundamental importancia la clasificación de sustancias minerales, en cuanto a ubicar
en una u otra categoría jurídica, porque ello determina la titularidad del derecho sobre las
sustancias, y las condiciones de su explotación.
Además, por medio de la clasificación legal de las sustancias minerales puede afectarse
profundamente el derecho de propiedad, ya que según el orden de ubicación de cada
elemento serán mayores o menores los derechos que se atribuyan al Estado o a los
particulares y al superficiario.
¿Qué sistemas existen para clasificar las sustancias minerales?
Para clasificar las sustancias minerales se puede seguir a la ciencia, al derecho o la
combinación de ambos.
La ciencia mineralógica clasifica las sustancias minerales según sus caracteres intrínsecos,
sus leyes físicas o químicas, relativas a la materia inorgánica; es decir clasifica las
sustancias según los principios de formación y cohesión de las moléculas que forman el
cuerpo inorgánico.
El derecho prescinde de los caracteres físico químicos y toma en cuenta su calidad de cosas
y bienes susceptibles de apropiación y utilidad.
Para la ciencia es lo mismo el oro que se encuentra en filones o vetas y el que se encuentra
en el lecho de los ríos, pero la ley entiende que no es igual ya que en el primer caso una
persona tendría una gran riqueza en un pequeño espacio, y en el segundo caso en igual
espacio no reuniría ni unos gramos de material puro.
El Código de Minería advertido de la inconveniencia de clasificar exclusivamente en uno
de los sistemas mencionados ha tratado de conciliar elementos diversos a fin de armonizar,
creando categorías eclécticas
Ejemplo de sistemas de clasificación más comunes:
a) Naturaleza de las sustancias: Las sustancias deberían ser clasificadas según su
naturaleza. Tiene el gran inconveniente de que la clasificación sería tan amplia, tendría que
legislarse para cada sustancia, y la ley sería un caos indescifrable (en Francia se adoptó
este sistema en 1810, clasificando las sustancias según las reglas de explotación de cada
una de ellas).
b) Condiciones del yacimiento: otro sistema determina que las sustancias debería
clasificarse por la forma como aparecen dispuestas en la corteza terrestre. Este sistema
tiene las mismas críticas que el anterior. Hay que tener presente que algunos minerales se
encuentran a gran profundidad y otros se hallan esparcidos en la corteza terrestre. Este
sistema es seguido en varias legislaciones comparadas y nuestro Código lo adopta en el art.
2do. Inc. 2, “Minas, que por las condiciones de su yacimiento, se destinan al
aprovechamiento común”.
c) Métodos de explotación: Este sistema se basa en clasificar según los métodos de
explotación que cada mineral exige, según su naturaleza, yacimiento y aplicación. Tiene el
inconveniente de subordinar el sistema legal a los cambios y perfeccionamientos de la
ciencia. ( En España se adopta este sistema)
13
En este punto seguimos a Marta Sylvia Velarde, ob. Cit.
d) Importancia o valor industrial o comercial: otra forma de clasificar las sustancias
minerales sería tener en cuenta su importancia industrial y su valor comercial. La crítica se
refiere también a que no puede la ley estar subordinada a la inestabilidad de los valores del
mercado.
e) Ser concesibles o no concesibles: La división más sencilla es la de sustancias
concesibles o no concesibles, esto es, sustancias que pertenecen al Estado y las que
pertenecen únicamente al propietario superficiario.
En general, seguimos en este desarrollo a Marta Sylvia Velarde (ob cit)
El Código de Minería Argentino adopta un sistema mixto. La ley ha clasificado o agrupado
las distintas sustancias minerales en categorías de derechos atendiendo a su naturaleza,
importancia económica y condiciones de presentación de los yacimientos que
determina, a su vez, los métodos de explotación más convenientes. La división
establecida. No es científica o mineralógica, sino eminentemente práctica.
¿ Cómo clasifica el Código de Minería Argentino?
Las clasifica y divide en el artículo 2 (leer). Establece tres categorías y dos divisiones.
Las minas clasificadas en la primera categoría incluyen las especies minerales de mayor
valor económico e industrial. La explotación de esta clase de sustancias requiere, por sus
características y la forma de presentación de los yacimientos, inversiones a mayor escala e
instalación de trabajos ordenados y perdurables.
Por tal motivo estas minas han sido atribuías originariamente en propiedad a la Nación o a
las provincias, según el territorio en que se encuentren y su concesión se otorga a los
descubridores, en los que la ley supone reúnen los mayores méritos para obtenerlas.
No es exacto que, en esta categoría, el suelo sea un accesorio, ya que la concesión de la
mina por la autoridad no importa la concesión del suelo sino únicamente el derecho de
exigir la venta a su propietario. De otro modo se operaría la transferencia automática del
mismo a favor del concesionario, por el solo hecho de la adjudicación de la mina, lo que
generaría la obligación del Estado de indemnizar al propietario.
Corresponden a la primera categoría (art. 3) las sustancias metalíferas como el oro, plata,
platino, mercurio, cobre, hierro, plomo, estaño, etc. Los combustibles e hidrocarburos
sólidos, el arsénico, cuarzo, las piedras preciosas, los vapores endógenos.
La minas incluidas en la segunda categoría, comprenden dos grupos o categorías
diferentes, cada uno de los cuales responde a un régimen de explotación distinto.
Ambos grupos, no obstante, parten del principio del dominio originario del estado, es decir
las minas de primera y segunda categoría.
Las minas que se conceden con preferencia al dueño del terreno, se presentan, por lo
general, en mantos, cubriendo la superficie de la tierra o en masas poco profundas. Se
supone que la explotación es más sencilla y puede realizarse sin necesidad de recurrir a las
complejas reglas del arte minero. La ley sólo ha conferido una preferencia a la concesión
frente a la petición efectuada por un tercero. Si el propietario renuncia a esa preferencia, la
concesión se registra a nombre del denunciante. Si acepta, en cambio la concesión se
registra a su nombre pero deberá indemnizar al descubridor, según el art 173 del Cód. 14
Dice Catalano que, la preferencia que la ley dispensa al propietario del suelo para explotar,
no lo exime de completar las diligencias que conducen al otorgamiento del título de
concesión, en las mismas condiciones que un extraño.
El segundo grupo de la segunda categoría, lo forman aquellas minas que, por las
condiciones particulares de sus yacimientos, se prestan a una explotación de carácter
colectivo. Artículo 182 del Código de Minería.
14
Código de Minería, artículo 171. Corresponden a esta categoría los salitres, salinas y turberas, los metales
no comprendidos en la primera categoría, tierras piritosas y aluminosas, etc.
Las sustancias incluidas en esta categoría pueden ser valiosas, pero se presentan dispersas
en una gran extensión de terreno, en cantidades pequeñas. Su explotación es sencilla y
puede realizarse simultáneamente por varias personas en diferentes sitios, bajo la forma de
industria popular. Esta clase de sustancias no requiere necesariamente concesiones
individuales, siendo suficiente una concesión general de la ley o de autoridad que las
declara de explotación colectiva.
Corresponden a la segunda categoría (art 4) las arenas metalíferas y piedras preciosas que
se encuentren en el lecho de los ríos. Los desmontes, relaves y escoriales de explotaciones
anteriores. Los salitres, salinas y turberas. Las tierras piritosas y aluminosas, etc.
Las sustancias minerales de tercera categoría, que pertenecen únicamente al propietario
del suelo y comprenden cierto tipo de rocas que abundan en la naturaleza distribuyéndose
en la corteza terrestre de modo tal que prácticamente constituyen el único recurso
aprovechable del suelo. Su explotación, por regla general, se encuentra al alcance de los
medios ordinarios utilizados por la industria de superficie. La ley dejó así entonces, librado
a la iniciativa del dueño del suelo, asimilándolo a otras actividades económicas de la
propiedad raíz. Debe señalarse que al fijarse el régimen civil para el aprovechamiento de
estas sustancias, no se hace otra cosa que establecer, respecto de ellas, una categoría
jurídica, del mismo carácter que las otras, aunque de diferentes consecuencias en cuanto a
la titularidad del derecho.
Esta categoría, que importa una remisión al Código Civil, no implica resignar facultades
legislativas propias de la legislación minera. Dichas sustancias, por lo tanto, mantienen su
carácter de minas en los términos del artículo 2, y continúan siendo objeto específico del
Código de Minería.
Componen la tercera categoría (art. 5) las producciones minerales de naturaleza pétrea o
terrosa, y en general todas las que sirven para materiales de construcción y ornamento,
cuyo conjunto forman las canteras.
De esta clase de minerales se ocupa el Título 10 del Código de Minería a partir del art. 201.

DERECHO DE EXPLORACIÓN. CATEO. PERMISOS. EXPLORACIONES


RECONOCIDAS. CATEADOR ILEGAL.

El Código de Minería reconoce a toda persona el ejercicio del derecho de explorar el


territorio de la República, con el objeto de poner de manifiesto las sustancias minerales
existentes y adquirirlas en propiedad.
Hay autores que distinguen las palabras exploración o cateo, atribuyendo a la primera un
“sentido jurídico”, como el “derecho” otorgado a una persona para buscar yacimientos
minerales explotables, y reservando para la segunda “un sentido técnico”, en cuanto
“operación o conjunto de trabajos” realizados a fin de encontrar yacimientos minerales en
la superficie o en el subsuelo.
Velarde define que “La exploración o cateo es el conjunto de operaciones (manuales,
mecánicas, superficiales, o subterráneas), encaminadas a descubrir minerales por
parte de quien tiene el derecho de hacerlo”.
El derecho de explorar existe sólo cuando media permiso otorgado a persona capaz de
ejercer la administración de sus bienes, y se caracteriza por asegurar al titular del cateo la
propiedad de los descubrimientos.
La prospección, o reconocimiento superficial y extensivo de los terrenos en busca de
yacimientos de sustancias minerales, siempre ha existido como método de búsqueda,
porque constituye el primer contacto que el hombre establece con el medio geográfico.
En tiempos pasados, esta tarea se realizaba individualmente, y muchas veces con ayuda de
la suerte. Hoy en día la búsqueda se realiza en forma interdisciplinaria, a través de
operaciones técnicas sofisticadas, tales como el carteo topográfico y geológico, la
fotografía aérea, (art. 31) la fotointerpretación, el uso de sensores remotos, los
procedimientos geofísicos, geoquímicos y eléctricos, la ejecución de calicatas y pequeñas
labores, perforaciones de investigación, la extracción y análisis de muestras de los terrenos
y toda otra forma de investigación que no implique grandes remociones de los terrenos.
El verdadero objeto de la exploración es determinar la importancia económica del
hallazgo, para establecer sus posibilidades de explotación comercial.
En el anterior concepto de la ley, se conocían cuatro formas o sistemas de exploración:
a) por exploración o cateo (conjunto de operaciones manuales o mecánicas,
encaminadas a descubrir minerales)
b) por trabajo formal (el titular de un permiso de cateo, necesita buscar la firmeza de
su descubrimiento, o determinar la conveniencia de su explotación, solicita
autorización para iniciar trabajo formal)
c) por estaca mina (La palabra estaca significa poste de madera. Luego se hizo
sinónimo de mojón o lindero y en derecho minero designa una propiedad minera
deslindada, o sea minas nuevas, que se toman a continuación de otras ya
registradas, manifestadas o concedidas, la ley le concede para explorar el mismo
criadero)
d) por socavón (se trata de una galería subterránea o callejón con cierto declive para
catear de manera subterránea, esta difiere de las otras formas de exploración porque
es realizada en el interior de la tierra y no en su superficie)
El art. 25 del Cód. de Minería refiere a la exploración o cateo, ya que las anteriores
modalidades operativas de búsqueda de los minerales, fueron derogadas por la reforma del
año 1995.
Si bien la concesión de una mina podría obtenerse por denuncia de un descubrimiento
accidental, que no tuviera permiso, solicitarlo tal como el código lo prevé, lo hará pasible
de la multa correspondiente.
Exploraciones reconocidas: frente a la exigencia legal del permiso para poder explorar,
(leer art. 25, 26, 27 y 28 ) corresponde presentar una solicitud, ante la autoridad minera,
que contenga todos los datos de identidad del peticionante, señales claras y precisas del
terreno a explorar, el objeto de la exploración, datos del superficiario si conoce, un
programa mínimo de trabajos a realizar, declaración jurada de no hallarse comprendido en
las prohibiciones previstas por el Código de Minería para realizar la actividad, etc.
Presentada la solicitud ante autoridad minera, se la ubica en el registro gráfico que lleva
dicha autoridad, se anota en el registro de exploraciones del escribano de minas, y se
comunica al propietario del suelo, además la petición se publica. 15
No resultando oposición en los plazos establecidos se otorga el permiso y se inscribe en el
registro de permisos. La mayor ventaja del permiso es la de elegir un campo
exclusivamente reservado a sus trabajos y vedado a los demás.
Le otorga exclusividad y prioridad.

15
Catalano dice que la exigencia de publicar la solicitud de permiso, es de orden público.
La naturaleza jurídica del permiso es un derecho real de naturaleza inmobiliaria, que
faculta a su titular a oponerlo erga omnes, y puede ser objeto de transacciones como,
cesión, herencia, etc. 16
El permiso se otorga por unidad de medida, (ART. 29) cuya superficie mínima para los
minerales de primera categoría es de 500 hectáreas. El permiso no sólo debe ser limitado
en el espacio, también lo es en el tiempo (Art. 30) . El Código otorga el plazo de duración
del permiso en función de las unidades de medidas acordadas. Para la unidad de medida
antes mencionada, es de 150 días. Luego y con fundamento, los plazos se pueden
prorrogar.
La exploración está sometida a algunas limitaciones y prohibiciones (Art. 32, 33, 34,35,
36, 37, 38, 40, 41)
Exploraciones no reconocidas: El permiso es indispensable para explorar, sin embargo
hay caso en que se explora sin permiso de la autoridad ni consentimiento del propietario
del suelo. Cuando así ocurre, el cateo es ilegal, y quien lo realiza se llama cateador ilegal.
Las consecuencias son un tratamiento diferente de la ley, que se traduce en falta de
protección jurídica absoluta, cuando un tercero o el dueño del suelo, registraron con
prioridad. El cateador ilegal pierde sus derechos al mineral descubierto con su esfuerzo, y
favorece a quien tiene registrado un permiso en esa zona.
Debe indemnizar los daños y perjuicios que pudiere haber causado con su actividad al
propietario del terreno.(Art. 32)
Se le aplica multa por la falta de consentimiento del propietario del terreno para explorar.
Si hubiere tenido la conformidad del propietario se libera de la multa, pero no de la
obligación de solicitar el permiso ante la autoridad minera, si quiere mantener la
preferencia sobre otro solicitante.
Exploración del superficiario en su propio terreno: (Art. 42) Cuando es el mismo
propietario quien realiza trabajos de cateo, ejerce un derecho que la ley le reconoce. El
Código de Minería no le exije al propietario permiso de autoridad para explorar su terreno,
pero si no hubiese obtenido este permiso de la autoridad, ni limitado con su intervención el
campo de sus exploraciones, no podrá oponer contra un tercer solicitante, ni
preferencia como dueño, ni prelación como anterior explorador. En consecuencia el dueño
del suelo que explora su propio terreno sin permiso de autoridad, constantemente correrá el
riego de ver frustrado su mejor derecho al descubrimiento, si otras personas se adelantan a
manifestarlo y de ser excluido por extraños que exhiban permiso para explorar, en debida
forma legal.

En el año 1995 se incorporan al Código nuevos procedimientos de exploración, por


ejemplo desde aeronaves (art. 31.). Así como la determinación de los puntos
correspondientes al área comprendida en las solicitudes de permisos de exploración etc,
deben utilizar un único sistema de coordenadas, que será el que se encuentre en uso en la
cartografía minera oficial (art. 19).

DESCUBRIMIENTO. MANIFESTACIÓN. PROCEDIMIENTO.

Al hecho de poner físicamente de manifiesto una sustancia, es decir, a la acción de


descubrirla, para reconocerle contenido jurídico y origen de derechos mineros, exige se
manifieste a la autoridad, mediante una presentación escrita del hallazgo realizado.
Derechos del descubridor:

16
CATALANO EDMUNDO F., CODIGO DE MINERIA COMENTADO, Edit Zavalía, Bs As, 1997.
Antes de entrar de lleno a determinar cuáles son los derechos del descubridor, conviene
aclarar algunos vocablos del lenguaje técnico minero:
Criadero: indica la presencia de vetas minerales en una superficie más o menos amplia del
terreno, ó en sentido legal es la zona de hallazgo del mineral.
Pertenencia: extensión limitada de terreno, susceptible de ser entregada al descubridor ó la
extensión de terreno dentro de cuyos límites puede el minero explotar su propiedad. Lote
mínimo de trabajo aceptado por la ley para la explotación de la mina. Pertenencia y
concesión no son lo mismo. La concesión puede estar formada por varias pertenencias.
Unidad de medida: es el metro o patrón que deberá repetirse, según los casos, una o más
veces de acuerdo con la categoría y forma del mineral, sobre el terreno del hallazgo. La
profundidad es indefinida en sentido vertical. La pertenencia tipo debe constar de 300
metros de largo por 200 metros de ancho.
Descubridor: es la persona que primero solicita el registro de una zona minera a la
autoridad.
Procedimiento legal para obtener una propiedad minera:
El hallazgo del mineral se hace saber a la autoridad minera por medio de una presentación
que se llama “manifestación de descubrimiento”. 17
Se realiza en dos ejemplares y contiene los datos del descubridor y sus compañeros –si los
hay- el nombre elegido para el yacimiento, la descripción del inmueble en que se
encuentra, señas del propietario, de las minas y mineros que puedan existir en la zona.
Debe hacerse expresa manifestación del sitio de donde se extrajo la muestra del mineral
(requisito formal exigido por la ley) a efectos de establecer una presunción iuris tantum
sobre la efectiva existencia del mineral. (art 46)
La manifestación del descubrimiento debe ser presentada al escribano de minas, quien
deja constancia del día y la hora de entrega en su oficina y certifica mediante ayuda de sus
registros si existe algún otro pedimento sobre la misma zona. En la práctica minera el
escribano no se limita a certificar sobre el pedimento de terceros, sino que acompaña un
plano de la región a conceder. Este trámite se cumple en una sección denominada
“Registro Gráfico”, y tiene mucha utilidad porque permite advertir de un solo vistazo el
estado de la zona. (art 49)
Registro y Publicación: Recepcionada la manifestación, la autoridad dispone su registro en
un protocolo especial y da a publicidad lo actuado. El registro implica la propiedad
provisoria del yacimiento y confiere derecho para iniciar la explotación legal del mismo.
(art. 51)
La publicación se realiza transcribiendo el registro ordenado en un periódico por tres veces
en 15 días, fija un aviso en las puertas de la oficina, durante igual término.
Oposición al descubrimiento: Realizadas las publicaciones, se agrega un emplazamiento
por el término de 60 días para que se presenten todos aquellos que se crean con derecho a
oponerse al registro realizado. Comprende además de los terceros, al socio que fuera
desconocido por sus compañeros, al superficiario y al minero que aduzca un derecho
anterior en el tiempo.
El art 60 del Cód de Minería, establece que es primer descubridor el que primero solicita el
registro, siempre que esa prioridad no resulte de dolo o fraude.
Para el caso de concurrencia de manifestaciones, se dará preferencia a quien mejor
describa la zona del hallazgo (art 61)
Derechos y Obligaciones del descubridor
Por el actual art 67 del Cód el descubridor tendrá derecho a tomar en el criadero de su
elección tres pertenencias contiguas o separadas por espacios correspondientes a una o más
17
La ley considera descubrimiento al hallazgo de un yacimiento antes no registrado (art. 45)
pertenencias. Con esta disposición se derogaron disposiciones anteriores que diferenciaban
entre nuevo mineral y nuevo criadero.
Desde el momento del hallazgo hasta lograr su título de propiedad de la mina, el
descubridor tiene las siguientes obligaciones:
1.- Realizar la “labor legal” dentro de los términos fijados (art 68).
2.- Pedir la mensura dentro de los 30 días de realizada la labor legal
La falta de cumplimiento de estos dos deberes lleva aparejada la caducidad de los derechos
existentes.
Labor legal: comprende la diligencia, excavación o ahonde que debe realizar el minero por
obligación impuesta por la ley, con la finalidad de poner de manifiesto en su totalidad el
yacimiento y poder estimar su inclinación, grueso, existencia del mineral y clase del
mismo. Generalmente tiene unos diez metros de extensión, y se realiza dentro de los 100
días de ordenado el registro, denominándose legal porque su ejecución ha sido impuesta
por la ley.
Pedido de mensura: realizada la labor legal y descubiertos el punto o puntos más ricos del
yacimiento a explotar, se solicita la mensura de la futura propiedad minera, la que debe
realizarse sobre la región minera que tenga mejores posibilidades cuantitativas y
cualitativas de sustancias a extraer. 18
El pedido de mensura es esencial, porque si no se presenta en plazo, la autoridad de oficio
declara caducos los derechos en ejercicio, perdidas las minas ya registradas y vacantes, es
decir libre de titular y en condiciones de otorgarse a un nuevo solicitante.
Oposiciones a la petición: Publicada la petición de mensura por tres veces en 15 días, y
notificados los propietarios de las minas vecinas, la autoridad debe resolver las
reclamaciones dentro del plazo, si las hay.
No produciéndose oposición o resuelta si la hubo, la autoridad designa un perito, a efectos
de iniciar la mensura.
Mensura: Es un acto formal. Constituidos en el lugar del descubrimiento el perito, la
autoridad minera, y el escribano de minas, se notifica a los colindantes la hora de
iniciación de las operaciones, para que puedan controlar debidamente los procedimientos
del técnico oficial. (art 85 y sig. )
Reconocida la labor legal y realizados los cálculos y operaciones, se procederá a demarcar
la superficie con sólidas estacas. De todas las operaciones se extenderá un acta (art 89)
Título definitivo de propiedad: La autoridad minera aprobará el acta de mensura o le
incluirá las reformas que estime pertinentes, mandando inscribirla en registro especial de
mensura y extendiendo copia de la misma al minero interesado, “como título definitivo de
propiedad”.
Control de legalidad de las mensuras: Con el instituto de la impugnación, el recurrente
cuestiona la validez de la mensura y demarcación realizada, por entender que existe una
violación de su derecho fundada en algunas de las siguientes causales: error pericial,
violación de la ley, dolo en las resoluciones de la autoridad o en el cálculo del perito.
Expresa Edmundo Catalano que: el acto de mensura y demarcación de las pertenencias
reviste para la ley una importancia especial. La mensura constituye en forma práctica,
material y visible, de traducir en el terreno, el concepto jurídico de la concesión legal o
registro. Con la mensura se fija, se circunscribe el campo de ejercicio de ese derecho y se
da marco definitivo al concepto de la concesión legal. Todo ello hacen de la mensura un

18
El art 71 del Cód de Minería dispone que la autoridad procederá a dar de oficio la mensura, situación nueva
que suscita algunos planteos, ya que la ley sanciona con caducidad, la falta de petición de la mensura, pero no
la falta de la mensura misma en el terreno, para la cual no fijó plazo alguno. (Cód de Minería Comentado por
E. Catalano)
acto solemne, cuyas diversas operaciones deben ser estrictamente observadas por las partes
y por la autoridad.
Naturaleza jurídica de la concesión minera.
La concesión es el acto en virtud del cual el Estado, en su carácter de dueño
originario de las minas y por disposición legal imperativa, reconoce a favor del
particular un derecho para explotar sustancias minerales, una vez cumplidos los
recaudos exigidos por la norma a tal fin.
La concesión minera es un acto jurídico.
Distintas doctrinas: Por un lado hay un sector que considera la concesión un acto
administrativo unilateral, y por otro las que afirman que es un acto de soberania.
Pensamos que no es un acto administrativo unilateral puesto que la voluntad del particular
concesionario también interviene en la formación de la relación de concesión. El Estado
actúa a impulsos del particular y no tiene otra alternativa que otorgar la concesión si se
cumplen los requisitos legales.
No sería un acto de soberanía, habida cuenta que el Estado, al proceder como poder
soberano, actúa por el órgano de sus poderes sin otra subordinación que las necesidades de
la Nación y dentro del ámbito constitucional.

Otro sector de la doctrina sostiene que el acto de concesión es un contrato entre el Estado
concedente y el concesionario, y para algunos es un contrato de derecho privado,
asimilable a la donación con cargo y aún otros lo consideran un contrato de derecho
público.
Consideramos que no es un contrato, ya que la concesión minera, en nuestro derecho es
legal. No se asimila a un contrato de derecho privado, pues aquí no cuenta la voluntad de
las partes intervinientes, las condiciones son taxativamente impuestas por la ley. Tampoco
parece un contrato de derecho público, que concede un servicio público, ya que la
concesión minera no implica delegación de facultades inherentes a la admin., pública,
como ocurre en la concesión administrativa de servicio público o de obra pública.

La concesión minera es de naturaleza autónoma. Un acto que, si bien participa de algunos


elementos del acto administrativo, tiene identidad propia. Es un acto minero, emanado de
la ley minera, que lo regla imperativamente, y de las cuales las partes no pueden apartarse.
Artículo 10 (leer). La concesión legal es el medio para adquirir originariamente las minas
por los particulares y el único aceptado por el Código. El Art 72, nos dice que la extensión
del terreno dentro de cuyos límites puede el minero explotar su concesión, se llama
pertenencia. 19
La concesión legal tiene los sig. Caracteres:
- es legal y no contractual, (es obra exclusiva de la ley)
- es gratuita, (no exige el pago de un precio por su titular, el pago del canon no tiene
naturaleza patrimonial)
- es transmisible, (art. 349 las minas pueden venderse, ..)
- es exclusiva, (no admite dos concesiones dentro de la misma área )
- de duración ilimitada, (es perpetua, dura hasta el agotamiento de la mina)
Es menester que su pretensión se convalide con un acto jurisdiccional de la autoridad
minera: el registro de su solicitud de mina. La autoridad, aceptando el registro, reconoce el

19
Catalano cuando comenta el Cód de Minería, expresa que Concesión es la extensión total del terreno dentro
de cuyos límites el minero puede explotar la mina. Pertenencia en cambio es cada uno de los lotes mineros o
campos intermedios de explotación en que se divide la concesión. La concesión por lo tanto, puede estar
formada por una o más pertenencias. La pertenencia es la unidad de concesión.
carácter de concesionario. El registro constituye el ejercicio del poder de policía del
Estado.
No existe incompatibilidad jurídica entre la naturaleza pública del dominio minero y el
carácter subjetivo del derecho que se constituye a favor del particular, ni siquiera dudas
acerca de su condición real e inmobiliaria.
El acto de concesión de una mina por el Estado confiere a su titular el derecho exclusivo de
extraer y apropiarse de los minerales existentes en el ámbito físico asignado para la
explotación. O sea, traslada a favor del concesionario sólo una parte del peder jurídico que
el Estado ejerce sobre el patrimonio minero. El objeto mismo del derecho, así como las
funciones administrativas de contralor político y fiscalización de uso y conservación de
este patrimonio, inherentes al concepto de dominio público, no pueden ser transferidos,
pues su reserva perpetua es indispensable para garantizar que el destino de bien común de
la cosa será mantenido.
Ello no obsta, para que el Estado otorgue concesiones de uso y goce de su dominio minero
a favor de los particulares, como puede hacerlo con los demás bienes del dominio público.
El derecho no es la cosa misma, sino una parte de las funciones públicas que representa el
dominio sobre la cosa. Esa parte de los derechos que el Estado transmite se denomina, en
el Código, propiedad minera particular, o, si se quiere, pertenencia o concesión minera.
No existe incompatibilidad jurídica entre la naturaleza pública del dominio minero y el
carácter subjetivo del derecho que se constituye a favor del particular, ni siquiera dudas
acerca de su condición real e inmobiliaria.

Explotación. Derechos derivados de la titularidad de una mina

Obtenido el título de propiedad minero, el minero puede disponer, usar y gozar de las
sustancias existentes en los límites de su concesión. Seguiremos en el desarrollo de este
punto al Dr. E. Pigretti.

Derechos:
1) Derechos a todos los criaderos existentes en el perímetro de la concesión: está
basado en el principio de la indivisibilidad de las minas y significa que el minero hace
suyos todos los minerales que encuentre en su pertenencia. Entretanto el propietario
superficiario podía hacer suyas las sustancias de tercera categoría, si hubiere.20
El Art 99 del Cód establece que el minero es dueño de todos los criaderos que se
encuentran dentro de la límites de su pertenencia, cualquiera sea las sustancia mineral.
2) Derecho a extender los trabajos de explotación subterránea: Mientras no exista la
posibilidad de algún riesgo el minero tiene derecho a expropiar, demostrando la necesidad
de sus trabajos, al propietario superficiario. Los trabajos subterráneos sólo pueden
avanzarse si existe el permiso especial de la autoridad minera, etc.
3) Derecho a establecer trabajos dentro de la pertenencia sin autorización del
superficiario: El minero puede establecer, sin consulta ni conformidad del propietario del
terreno, todos los trabajos mineros que su plan de laboreo prevenga, siempre que haya
pagado o afianzado convenientemente el terreno y que no contravenga la ley, con perjuicio
para el propietario.
4) Derecho a establecer servidumbre:

20
PIGRETTI EDUARDO A., MANUAL DE DERECHOMINERO Y DE LA ENERGIA, Edit Coop. De
Derecho y Cs. Sociales, Bs As 1976.
Alcanza tanto al terreno comprendido dentro de los límites de las pertenencias, como a los
fundos vecino que resulten útiles a la explotación. (art. 146 y sig )
De ocupar: consiste en ubicar habitaciones, oficinas, depósitos, y máquinas de extracción
de mineral en los terrenos necesarios.
De tránsito: se establece con el objeto de permitir un fácil acceso a las instalaciones y un
rápido transporte de minerales y productos.
De aguas y acueductos: Su finalidad es provisión de agua, tanto para la población minera
como para uso industrial, por cuya razón se autoriza también la construcción de las obras
necesarias.
5) Derecho a expropiar el terreno superficial: El minero puede exigir al propietario
superficiario la venta del terreno. Para poder expropiar el minero debe abonar al
propietario el valor del terreno e incluso los perjuicios que ésta sufra el cultivos e
instalaciones. La expropiación no puede hacerse efectiva contra el Estado nacional o
provincial, ni contra las municipalidades, por cuanto el código establece que éstos están
obligados a ceder gratuitamente al minero los terrenos que le fueran necesarios. (Art. 156
y sig)
6) DERECHO A AMPLIAR LA PERTENENCIA:
En el concepto de la ley, ampliar una pertenencia es agregarle (anexar) otra pertenencia
igual en forma y dimensiones, formada con el terreno inmediato que se encuentre vacante,
para permitir un mayor aprovechamiento de la veta. Artículo 109 y sig. del Cód.
Requisitos:
a) Que el terreno vecino esté vacante, es decir, que no registre ningún pedimento minero.
b) Que los trabajos subterráneos se hubieran internado o estén próximos a ese terreno. Se
entiende que existe proximidad cuando se está trabajando a 40 metros o menos del límite
de la pertenencia.
c) Que se lleve “criadero en mano” lo que equivale a decir que las labores se realicen en
toda su extensión con verdadera extracción de mineral.

7) DERECHO DE MEJORAR
La mejora consiste en modificar los límites de la pertenencia, de manera tal que pueda
aprovecharse en mayor medida un parte rica del criadero, que antes de la mejora se
encuentra fuera de la pertenencia, pero muy junto a ella. (art. 114 y sig del Cód. ) La
mejora supone pertenencias demarcadas.
Requisitos: son requisitos de la mejora:
- que exista terreno franco o vacante
- que por el cambio de ubicación no quede fuera de la pertenencia la labor legal.
- Que se abandone igual extensión de terreno que la que se toma, vale decir que la
pertenencia no pierda sus medidas perimetrales, aunque se desplace a otra
superficie inmediata.
El minero que mejora su pertenencia no tiene derecho a la demasía que resultare (Art.
123)21
8) DERECHO A LAS DEMASIAS:
Demasía es, en el concepto del Código, el terreno vacante que se encuentra entre dos minas
que no llegan a tener las dimensiones de una pertenencia. (Art 116 y sig. del Cód)
Requisitos:

21
Catalano, dice que la disposición es lógica, pues, de otro modo, el concesionario obtendría un
acrecentamiento indebido de la superficie de sus pertenencias.
a) terreno vacante existente entre las latitudes de dos pertenencias (lo que equivale decir
entre minas situadas en la corrida o longitud del criadero) corresponden – en común- a los
dueños de las pertenencias, salvo que tuvieran 150 metros o más, en cuyo caso se entiende
es una mina nueva y puede otorgarse a quien la solicite.
b) Terreno vacante existente entre las medidas de longitud de dos pertenencias
El terreno que se adquiere con la demasía pasa a formar parte de la pertenencia en igual
forma que cuando se amplía, pero la ley prohíbe solicitar la demasía que resulte como
consecuencia de la mejora que haya realizado el minero, puesto que de otro modo podría
aumentarse la superficie de explotación en forma ilimitada y dolosa, solicitando continuas
mejoras e incorporando como demasías el terreno que se abandona.
9) DERECHO A INTERNARSE EN LA PERTENCIA AJENA:
La ley minera faculta al propietario de una mina a internarse con sus trabajos en una
pertenencia ajena, (art 102) cuando se llenan las siguientes condiciones:
a) Lleve veta en mano, es decir que se interne extrayendo mineral en forma efectiva
b) Avise al colindante la proximidad de los trabajos y el propósito de internarlos. El
aviso es legal aun cuando sea dado en los 10 metros de internación.
c) Otorgue al minero invadido la mitad de los minerales que extraiga y pague la mitad
de los gastos ocasionados.
d) Se interne sólo hasta comunicar sus labores con las del minero invadido. Una vez
comunicadas las labores, la internación debe cesar, porque se entiende que el
minero vecino puede aprovechar debidamente el yacimiento y entrarse a su alcance
en igual forma que el invasor, debiendo este último volver a su pertenencia.
10) Derecho de visitar y reconocer:
El minero que desee visitar la mina colindante debe solicitar permiso de la autoridad, quien
le otorgará luego de analizar el objeto y el beneficio que puede resultar de ello. (art. 107 y
108)
11) Derecho a la “estaca del descubridor”
Tiene derecho a una zona de igual dimensión que la mina en explotación (o sea una
pertenencia) que se concede en exploración por 100 días con la obligación de manifestar
dentro de ese término la existencia de una nueva mina. Son terrenos que se ubican en
cualquiera de los lados de una mina ya descubierta, se debe tratar del lado en que el minero
con seguridad proseguirá con sus labores por continuar allí su veta.
12) Derecho a constituir grupo minero
Esta facultad consiste en reunir pertenencias con el objeto de realizar con ellas una sola
explotación, aunque no se trata de un solo propietario minero. (Art 138 y sig) Las
condiciones son:
- que las pertenencias estén unidad en toda la extensión de uno de sus lados y
formando un solo cuerpo, sin que medie espacio vacante
- que el grupo se preste para una cómoda y provechosa explotación
- que la autoridad confiera el permiso, de acuerdo con sus apreciaciones técnicas
13) Derecho a explotar por socavón, fuera de los límites de la pertenencia
El minero que lo desee puede establecer un socavón dentro de su pertenencia, sin
necesidad de solicitar permiso alguno, pero si esa galería excede los límites de su
pertenencia, le ley le exige ciertos recaudos: (art. Art. 124 y sig)
- peticionar a la autoridad minera
- que la galeria se interne en terreno franco
- si se trata de otra propiedad minera se cita a los propietarios para escuchar sus
manifestaciones. La autoridad decide la conveniencia del trabajo
14) Derecho a solicitar la suspensión de trabajos del superficiario
Mediante el ejercicio de este derecho el minero puede imponer bajo su responsabilidad y
con mediación de la autoridad, el cese de tareas superficiales realizadas por el
superficiario, cuando amenacen la seguridad de la explotación o provoquen algún perjuicio
en ella.
15) Derecho a ser indemnizado por la construcción de vías de comunicación en la
pertenencia
Esta facultad puede ejercerse con exclusividad cuando se trata de una pertenencia que ha
sido otorgada al minero con anterioridad a la orden o autorización para la construcción de
un camino, ferrocarril, etc.
16) Derecho a abandonar la pertenencia
El minero está obligado a cumplir determinadas exigencia de la ley minera, debiendo
mantener la explotación. Cuando la explotación sea poco provechosa o un criadero de
mucho costo de extracción, el Cód permite solicitar ante la autoridad minera el abandono.
Es decir la manifestación formal que realiza el minero ante la autoridad, manifestando su
decisión de no continuar con la titularidad de su yacimiento.

Tiene derecho el minero, por el sólo hecho de ser propietario de un bien inmueble: a
vender, arrendar, establecer usufructo, etc.
Ahora bien, tanto el arrendamiento como el usufructo, debe cumplir con el principio salva
rerum sustantia, o sea no alterar la sustancia. Ahora bien, en la explotación minera, esta
sería una condición con dificultades, ya que la actividad es extractiva y destructiva, con lo
cual resultaría imposible no alterar la sustancia.
Lo que el Código de Minería hace es asimilar los minerales extraídos a los frutos, es decir
se trata de una ficción legal, que admite la utilización de figuras como el arrendamiento o
usufructo.
El plazo máximo de los arrendamientos en el Código de Minería, de acuerdo a la última
reforma es de 20 años, según lo fijado por el art. 329.
El usufructo es tratado a partir del artículo 338 en adelante.

CONDICIONES DE LA EXPLOTACIÓN
En cuanto a las condiciones técnicas de la explotación, los mineros pueden explotar sus
pertenencias libremente, sin sujeción a otras reglas que las de su seguridad, policía y
conservación del ambiente. (Art 233 y sig del Cód)
Luego de la reforma constitucional ocurrida en el año 1994, ha tenido significativas
incidencia en la actividad minera, la recepción en la Carta Fundamental la protección del
medio ambiente. Ello se refleja en las disposiciones de la sección segunda del Título 13 del
Cód de Minería.
Se protege el ambiente y la conservación del patrimonio natural y cultural, que pueda ser
afectado por la actividad minera.
La actividad minera, extractiva y destructiva, es gran modificadora del medio ambiente y
en algunos casos con causas gravísimas.
Lo cierto es que la modificación del Cód de Minería, implica que se hallen comprendidas
todas las personas físicas, jurídicas, públicas o privadas y no podía ser de otra manera.
Por otra parte, se hallan comprendidas todas las actividades: prospección, exploración,
explotación, desarrollo, preparación, extracción y almacenamiento de sustancias minerales.
Mediante el art. 251, que introduce instrumentos de una adecuada gestión ambiental,
obliga a presentar, con carácter previo un INFORME DE IMPACTO AMBIENTAL, a
todo responsable de la actividad minera.
Esta declaración de Impacto Ambiental será actualizada en forma bianual, debiendo
expresar los resultados de las acciones de protección ambiental ejecutadas. (art 256 )
La autoridad minera podrá expedir un Certificado de Calidad Ambiental, que constituye
una constancia expedida por la autoridad, de que el interesado cumplió con las normas
ambientales.
Otras disposiciones de protección y conservación aluden a los procedimientos, métodos y
estándares requeridos y establece la creación de un Registro de consultores para la
realización de monitoreo y auditoria externa, así como la creación de un Registro de
Infractores (art 261).
Como mínimo, el Informe de Impacto Ambiental, debe incluir ( art 262):
- la ubicación y descripción ambiental del área de influencia
- la descripción del proyecto minero
- las eventuales modificaciones sobre suelo, agua, atmósfera, flora y fauna, relieve y
ámbito socio-cultural
- las medidas de prevención, mitigación, etc
- métodos utilizados
Sin perjuicio de las sanciones administrativas y penales que establezcan las normas
vigentes, todo el que causare daño actual o residual al patrimonio ambiental, estará
obligado a mitigarlo, rehabilitarlo, restaurarlo o recomponerlo (art. 263)
No obstante, el Código de Minería ha previsto expresamente las sanciones
correspondientes a las infracciones en esta materia de protección ambiental, que van desde
las más leves, como el apercibimiento, a multas, suspensiones, reparación del daño,
inhabilitación, etc. (Art 264)
Acorde con las disposiciones incorporadas en la Constitución, se refiere también esta
sección del Código a la función de educación y formación en materia de defensa del medio
ambiente, atento a que ello constituye un compromiso que deben asumir todos los
habitantes, dice Catalano.

RESPONSABILIDADES
La ley imputa al minero los perjuicios que se produzcan contra terceros a consecuencia de
los trabajos que realice y aunque no medie en el evento dolo o culpa. (art. 161 y sig)
El Código establece así un fundamento objetivo de la responsabilidad, que puede
calificarse como teoría del riesgo minero, y el fundamento sería: la actividad minera es
riesgosa por naturaleza, luego, quien la realiza en beneficio propio debe responsabilizarse
por los daños que cause en la propiedad superficial.
Se reconocen los perjuicios resultantes de la explotación, tanto en el inmueble como en las
contrucciones (edificios, etc)
El derecho a ser indemnizado por los perjuicios de una explotación minera, que tiene el
propietario, cuenta con una prescripción liberatoria de seis meses desde producido el
hecho, lo que da una idea de la rapidez de acción necesaria para poder exigir su
cumplimiento. La brevedad del término, se funda en el interés de liberar al minero de
hechos muy pretéritos, y basado en el inmediato conocimiento que tiene el superficiario de
los daños, y según el codificador no habría razón especial para autorizar un plazo mayor.
En cuanto a las indemnizaciones que debe el propietario del suelo al minero tenemos: el
derecho a cobrar un resarcimiento pecuniario en los casos en que trabajos del superficiario
ocasiona daños a la mina o a la explotación minera. El resarcimiento consiste en el pago de
los objetos inutilizados y reparaciones o fortificaciones necesarias para dejar el trabajo de
la mina en condiciones.
CONTRATO DE AVIO DE MINAS

Concepto (Sylvia Velarde) EL AVIO ES UN CONTRATO POR EL CUAL UNA


PERSONA SE OBLIGA A SUMINISTRAR LO NECESARIO PARA LA
EXPLOTACIÓN DE UNA MINA.
(Leer art. 269 y siguientes)
El contrato de avío debe celebrarse por escrito en instrumento público o privado.
Modalidades: Lo necesario para explotar la mina puede revestir las siguientes
modalidades:
a) por tiempo, el aviador presta al minero el capital necesario para un determinado
número de años, meses o días.
b) Por cantidad, el capitalista entrega avíos por valor de tanta cantidad de dinero,
máquinas, etc.
c) Por obras, el aviador entrega el avío para la ejecución de determinados trabajos en la
mina, como, por ejemplo, apertura de un socavón, construcción de un alambre carril,
también puede pactarse el número de operarios que se empleará en la faena, etc
La contraprestación del contrato o sea la que está a cargo del minero aviado puede
consistir en las siguientes:
a) entrega de una parte de la mina como pago,
b) participación en los productos obtenidos por un tiempo determinado o hasta
alcanzar a cubrir el valor de los avíos, c) entrega de una suma de dinero más el
interés estipulado.
El aviador está obligado a suministrar los avíos en la forma estipulada. La
administración de la mina aviada corresponde a sus dueños. Sin embargo en algunos
casos el aviador puede solicitar la administración de la mina, por ejemplo en las
siguientes situaciones: a) los dueños hicieren gastos exorbitantes, b) los dueños dieren
una mala dirección de los trabajos, c) los dueños no emplearen el dinero o efectos
suministrados para el avío, dándoles una inversión diferente.
Privilegios: El avío es un crédito privilegiado. Este crédito privilegiado puede perder
su rango frente a otros privilegios, Ello permite establecer la siguiente prelación para el
cobro de las acreencias:
a) acreedor hipotecario anterior al contrato de avíos
b) último aviador
El derecho de prelación debe ser entendido únicamente con relación a los productos de
la mina, como ocurría en la concepción originaria de la redacción del Código, y no con
relación a los demás bienes del deudor.
Se dijo que el aviador que presta en último término tiene preferencia para hacer
efectivo el premio que le corresponde por su préstamo, lo que equivale a que mientras
el contrato de avio realizado en último término no esté saldado, no pueden los terceros
–anteriores acreedores- cobrarse con los productos que haya, sino que deben esperar la
extinción del último avío para solicitar al minero el cumplimiento del propio. Esta
disposición tiene su fundamento en que es el último avío el que posibilitó la extracción
del mineral, fin de utilidad pública.
Conclusión: El contrato de avío concluye, tratándose de prestaciones determinadas, por
el cumplimiento de éstas de acuerdo al contrato. Una vez prestada la suma concertada,
cumplidas las obras programadas, o vencido el plazo fijado, el aviador que no tiene
derecho a parte de los productos o de la mina puede ejecutar al minero, ejercitando los
derechos del acreedor no pagado.
En atención a las características excepcionales de la contratación, la ley reconoce
facultades especiales a cada contratante, con la finalidad de lograr un adecuado
cumplimento de las obligaciones de cada uno de ellos, tales como lo ya citado de poder
solicitar la intervención o la administración de la mina, etc.

CONTRATO DE COMPAÑÍA DE MINAS


(Leer art. 286 y siguientes)
HAY COMPAÑÍA DE MINAS CUANDO DOS O MAS PERSONAS
TRABAJAN EN COMUN UNA O MAS MINAS, CON ARREGLO A LAS
PRESCRIPCIONES DEL CODIGO DE MINERIA.
Esta Comprobado a diario el beneficio o la importancia económica de las sociedades a
fin de encarar en común actividades con el aporte múltiple de capitales y esfuerzos.
El Código de Minería lo instituyó y regló con caracteres especiales propio del quehacer
minero, perfilando un contorno particular que se aparta del derecho comercial. Aunque
en la modalidad podamos afirmar que existe una verdadera affectio societatis en la
compañía de minas.
Este contrato puede constituirse:
a) por el hecho de registrar una pertenencia en forma conjunta varias personas, aunque
no se establezcan en especial los aportes y retribuciones,
b) por el hecho de adquirir una o más personas en conjunto una o más pertenencias
registradas, y por último
c) por la concertación expresa de un contrato de compañía realizado en escritura
pública.
En los dos primeros casos, es decir cuando se registra en común una mina, o cuando se
adquiere parte en una mina registrada, la sociedad nace ministerio legis. Son
sociedades legales de minas, que se rigen por las disposiciones del Código de Minería.
En el tercer supuesto la sociedad nace por acuerdo de partes manifestado en un
contrato especial que se formaliza en escritura pública.
Equilibrio de votos: El Código pretende mantener un equilibrio armónico entre los
diversos planes de labor e intereses de los votantes, para lo cual ha establecido que un
solo dueño, aunque detente la mayoría accionaria, no puede con su voluntad única
disponer la administración de la mina. Para lograr la plenitud del resultado querido se
dispuso que cuando el dueño de determinadas acciones supere o alcance a totalizar en
su poder la mitad de todos los votos de la compañía, la votación en tales condiciones se
realice debe entenderse empatada. El desempate lo encomienda a la autoridad minera.
Las decisiones se toman por mayoría de votos.
Sólo pueden votar los socios que tengan acciones.
Cada acción representa un voto.
Para constituir la mayoría no se tiene en cuenta el número de acciones sino el número
de votos.
Los votos correspondientes a un solo dueño no pueden por sí solos formar mayoría.
Si ese es el caso, se considera empatada la votación.
En caso de empate decide la autoridad.
(Ej. Si tres personas conforman una compañía de minas, tienen que estar dos (mayoría)
de acuerdo en la votación, para tomar alguna decisión)
Las disposiciones sobre mayoría deben considerarse de orden público minero. Se trata
en definitiva, de no dar un poder abusivo a uno de los socios que posea más del 50%
de las acciones y que desnaturalice el objetivo comunitario de la sociedad. En última
instancia es la autoridad a la que corresponde resolver el empate.
A más integrantes de las cias., de minas, más pertenencias les corresponde y este
beneficio alcanza tanto a las constituidas ministerio legis como a las que surgen de
contrato especial de compañía.

Prescripción de las minas

Según lo que establece el art 326 del Cód de Minería, la prescripción no opera contra el
Estado propietario originario de la mina.

AMPARO MINERO
Si bien la actividad minera es perpetua, en el sentido de que perdura mientras no se
agote el mineral, si no se realiza la actividad, es decir, si no se explota la mina, el
derecho puede caducar.
Para ello, existen un conjunto de obligaciones legales, que si no se cumplen, la
concesión puede caducar y esto se designa con el nombre de amparo.22
El Dr. Eduardo Pigretti dice que: “el conjunto de obligaciones que debe observar el
titular de una derecho de propiedad sobre una mina bajo pena de caducidad ha sido
designado en el derecho y las costumbres hispano americanas como amparo minero.”
Este instituto ha tenido una evolución histórica, pudiendo mencionarse distintos
sistemas de condiciones, conocidas con el nombre de:
a) pueble: el trabajo obligatorio de las minas durante un cierto tiempo con un
determinado número de operarios o implementos. Es el primitivo sistema del
Código de Minería el viejo art 269 imponía, actualmente derogado.
b) pago de canon: en determinado momento histórico, el pago de una patente o canon,
pasó a ser el sistema reconocido por el Estado, para considerar la permanencia del
interés por la mina. Velarde dice que este sistema garantiza al minero una
propiedad firme, evitándole denuncias y delaciones y facilita al Estado el control a
través de sus padrones recaudadores. Lo incentiva al minero, porque si pagara el
canon sin trabajar la mina, se empobrecería. Estimula la inversión en la explotación
de minerales. También este sistema presenta sus críticas: tales como que no
incentiva la producción, que facilitaría el monopolio o latifundismo minero
mientras las compañías abonen el canon porque igual conservarían sus derechos
mediante el pago, etc.
c) inversión de capital: sistema que requiere acreditar ante el Estado, las inversiones
efectuadas, tanto en el patrimonio, como en el logro de beneficios mineros. Este
sistema consiste en invertir durante determinado número de años, un capital fijo
conducente al beneficio o explotación, determinando la autoridad minera el mínimo
de esa inversión.
d) Trabajo efectivo: este sistema de amparo se utilizó en hidrocarburos y consiste en
la determinación de una producción mínima por pertenencia. Sistema bastante
antiguo, ya se lo conocía en Roma. El trabajo como manera de amparar la mina,
tendría fundamentos económicos –porque el trabajo incentiva la producción y con
ello se favorece la economía del país. Jurídicos: el concepto de trabajo es inherente
a la concesión, en cuanto ésta concede un derecho de explotación. Social: porque el
trabajo responde a un fin social. Las críticas transitan los argumentos de que es
antieconómico porque obliga al concesionario a explotar su mina, aunque las
condiciones del mercado no le sean favorables. Podría ser antisocial, cuando el
22
Velarde Marta S., (ob cit) citando a Gil Mujica en pág 245, dice: “La condición que debe cumplir el
concesionario para mantener en su poder la mina, es lo que en derecho minero se llama amparo”
trabajo se vuelve abusivo y esclavista, como lo fue la mita y la encomienda, en la
época colonial.
El sistema del amparo para proteger los trabajos mineros, y para el caso de
incumplimiento por parte del propietario, provoca que la mina vuelva al dominio del
Estado y la caducidad de los derechos del concesionario. En casos de incumplimiento
del pago del canon por ejemplo, produce el remate de la mina.
El Cód de Minería, trata esta cuestión en el Tit 12, art 213. El monto del canon es
fijado periódicamente por ley nacional, siendo éste anual y permanente. El canon se
abona de acuerdo a una escala, teniendo en cuenta las categorías de sustancias
minerales. Podríamos decir que nuestro código adopta un sistema mixto, toda vez que
además del pago del canon, de acuerdo al art. 217 el minero debe presentar a la
autoridad minera el plan y monto de las inversiones de capital fijo que se proponga
efectuar.
El art 218 contempla los casos de caducidad de la concesión minera.

Minería a gran escala:

Marta S. Velarde dice que este sistema que se introduce al Código de Minería mediante
la Ley 22.250: “tiene por objeto delinear el marco jurídico para el desarrollo de la
minería a gran escala, esto es, posibilitar la exploración y explotación por grandes
empresas, de áreas y yacimientos determinados, localizados o descubiertos en el
transcurso de investigaciones geológicas mineras y respecto de las cuales, la
iniciativa privada no se sintió suficientemente atraída.”

Investigación geológica y minera:

El art. 346 del Código de Minería establece que la investigación geológica-minera, que
realice el Estado en todo el país y las provincias en sus territorios es libre y no
requiere permiso de la autoridad minera.
Dice Catalano en el comentario a este artículo que: “El Estado nacional y las provincias
tienen entre sus fines esenciales la exploración y el reconocimiento de sus territorios
con el objeto de determinar la cantidad, importancia y variedad de los recursos
naturales existentes. Esta tarea de gobierno constituye una meta indeclinable, ya que se
vincula al conocimiento de sus propias fuentes de riqueza, al ejercicio de la soberanía y
a las posibilidades de crecimiento general.” 23

Régimen de Inversión para la actividad minera:

En la década del 90 y posterior al inicio de una economía desregulada, el Estado inicia


una política de estímulo a la atracción de capitales con destino a la actividad minera.
Para ello y dándole un marco legal a tales inversiones, se sanciona y promulga la Ley
Nº 24.196 que instituye un régimen de inversiones para la actividad minera, con detino
a las personas físicas o jurídicas que realicen la actividad y reúnan los requisitos que la
ley establece.
Se promocionan las actividades mineras de: prospección, exploración, desarrollo,
preparación y extracción de sustancias minerales, diversos procesos de la actividad
23
CODIGO DE MINERIA COMENTADO por Edmundo F. CATALANO, Edit Zavalía, pág 446, Bs As,
1997.
minera. Para promover la inversión de capitales se estatuye un régimen tributario
general que a grandes rasgos establece:
a) Estabilidad fiscal: esto significa que las empresas que desarrollen actividad minera,
no podrán ver incrementada la carga tributaria total, por el término de 30 años.
Cualquier alteración al principio de estabilidad fiscal, dará derecho a los inscriptos
perjudicados a reclamar ante las autoridades.
b) Impuesto a las ganancias: Los sujetos acogidos al presente régimen de inversiones,
podrán deducir en el balance impositivo del Impuesto a las Ganancias, el ciento por
ciento de los montos invertidos en gastos de prospección, exploración, etc-
c) Exenciones del pago de derechos de importación, por la introducción de bienes de
capital equipos especiales, etc.
Las provincias que adhieran al régimen de la presente ley percibirán regalías.

DERECHO DE LA ENERGIA

La energía como tal, no existe con carácter independiente, sino que siempre requiere la
asociación con algún recurso que la induce. De allí que no está muy claro para la ciencia
económica, si se trata de un recurso o de una cualidad de determinados recursos naturales;
tales como el agua, el sol, los vientos, los combustibles, la madera, etc.
Este fenómeno asociativo, facilita la apropiación de la energía, como algo diferente al
recurso que lo posibilita.
Dice Catalano, a su vez, que la energía tiene múltiples propiedades, ya que produce efectos
térmicos, mecánicos, eléctricos, magnéticos, acústicos, químicos, radiantes, lumínicos,
nucleares, y es susceptible de ser apropiada, transportada y consumida. 24
Esta rama del derecho norma la creación, modificación, transformación y extinción de
las relaciones aplicables a la generación, transmisión, transformación, distribución y
consumo de la energía, a la protección contra sus efectos nocivos y al conocimiento,
desarrollo, aprovechamiento y preservación de sus fuentes. 25
Menciona el autor que venimos siguiendo que las fuentes de energía pueden ser divididas
en fuentes de energía renovables y no renovables. Las consecuencias jurídicas de tal
clasificación se deriva en una mayor restricción del legislador con respecto a las fuentes de
energía no renovable. 26
En materia de derecho de las fuentes de energía, existe una pluralidad de regulaciones
jurídicas, prácticamente, para cada fuente de energía. Por ejemplo, existen normas para los
minerales sólidos, para los minerales nucleares, los hidrocarburos líquidos y gaseosos, y
para varias fuentes de energía.
Por citar un ejemplo: la Ley 15.336 que regula la energía eléctrica producida por las caídas
de agua. En su art. 5º dice que comprende rios, lagos, mares y que el derecho a utilizar la
energía hidráulica (fuerza originada en el movimiento del agua) no autoriza a modificar el
uso y fines a que están destinadas las aguas y las tierras que cruzan sino en la media
indispensable para instalar obras de captación, conducción y generación de fuerza motriz o
energía eléctrica en general.

24
CATALANO EDMUNDO F., y otros, LECCIONES DE DERECHO AGRARIO Y DE LOS RECURSOS
NATURALES, Edit. Zavalía, pág 343, Bs As, 1998.
25
VALLS Mario F, RECURSOS NATURALES, Tomo II, Edit Abeledo Perrot, pág 15, Bs. As, 1994.
26
CATALANO EDMUNDO F., ob. Cit. afirma: “Las fuentes no renovables están sujetas a un tratamiento
más severo del legislador, ...incluso el tratamiento tributario y contable de una fuente no renovable es
diferente, ya que debe garantizarse a su titular la reconstrucción del capital agotable a través de mecanismos
de amortización..”
El Poder Ejecutivo Nacional puede otorgar concesiones o autorizaciones para el
aprovechamiento hidroeléctrico. Los particulares pueden producir energía eléctrica
utilizando los cursos de agua, pero cuanto la potencia exceda los 500 kilovatios, es el
Estado el que debe conceder. Es decir, se requiere autorización cuando se va a instalar
plantas térmicas o líneas de distribución a los 5.000 kilovatios, o cuando se utilicen bienes
del dominio público.
En algún punto esta ley puede colisionar con las necesidades derivadas de las actividades
agropecuarias, en tanto la regulación del agua no es igual, cuando se la requiere para
energía eléctrica, que cuando se la destina a la agricultura, puesto que en el primer caso se
requiere su utilización constante en embalses e impide realizar sueltas de agua, en las
épocas exigidas por el cultivo.
Para compensar este perjuicio, la ley 15.336 establece que las provincias que sufran la
utilización de las fuentes hidroeléctricas percibirán un 5% del importe que resultaría si se
aplicara la tarifa de venta en bloque a la energía vendida.
Esta ley es la que se aplica en la regulación de la Represa YACIRETA, complejo situado
en territorio de la provincia de Corrientes. No obstante la ubicación territorial, la provincia
de Corrientes no cuenta con energía gratuita, sino que la represa está representada por un
ente bi-nacional el EBY (Entidad binacional Yaciretá- Argentina y Paraguay).
A la energía en general y de acuerdo con la regulación del Código Civil, le son aplicables
las disposiciones referentes a las “cosas”, que es todo objeto susceptible de tener un valor.
(Art. 2311 C.C.).
La energía por otra parte, es un bien jurídico susceptible de apropiación, así como las
fuerzas naturales que son fuente de energía. Conviene aclarar, que no todas las fuentes de
energía serán susceptibles de apropiación, sino sólo algunas. 27
En términos del Código Civil, la energía constituye un bien, diferente a la fuente que la
genera. Aunque tanto a la fuente, como a la energía misma, le sean aplicables el régimen
legal para las cosas. 28
El art. 5º de la Ley 15.336 manifiesta: “la energía de la caída de las aguas y de otras
fuentes hidráulicas, comprendidos los mares y los lagos, constituyen una cosa,
jurídicamente considerada distinta del agua y de la tierra que integran dichas fuentes...”
Volviendo al tema de la energía eléctrica, generada por las caídas de agua, (caso de la
represa en el Río Paraná, a la altura del Departamento de Ituzaingó en la provincia de
Corrientes, conocida como Complejo Hidroeléctrico YACIRETA), es regido por la Ley
15.336 vigente, que regula la generación, traslado y distribución de la energía eléctrica. .
La energía eléctrica producida por esta represa, es dirigida al programa nacional de
distribución de energía eléctrica, ya que la distribución de la energía eléctrica es
considerada un servicio público. De acuerdo a los términos de la ley mencionada, la
provincia recibe las regalías correspondientes. Conviene aclarar que la ley 15.336 ha sido
ampliada y actualizada, sin derogarla, por los términos de la Ley Nº 24.065.
En materia de energía eléctrica, las actividades más relevantes son siempre las de
generación de la energía, su traslado y distribución.

27
CATALANO Y OTROS, ob. Cit., dice que: “Podrán serlo las fuentes de hidrocarburos, el desnivel y
curso de una caída de agua, que generan energía, pero no lo son las fuentes de energía solar, ni las mareas
que originan energía mecánica apropiable. Entonces, no debe confundirse la fuente con la energía que la
misma genera.”
28
PIGRETTI EDUARDO A., MANUAL DE DERECHO MINERO Y DE LA ENERGIA, Edit Cooperadora
de Derecho y Cs. Sociales, pág 121, Bs. As, 1976, manifiesta es autor que: “El derecho energético se ha ido
estructurando a medida que avanza el hombre en el conocimiento y dominio de las fuerzas naturales.”
Buena parte de la doctrina, estaba de acuerdo en afirmar que el aprovechamiento del
recurso agua pertenece a las provincias (Catalano, Villegas Basavilbaso, Cano, Marienhoff,
entre otros), ratificado hoy día por los términos del art. 124 de la Constitución Nacional.
Fuentes de energía eléctrica producida por caídas de agua, que produzcan más de 500
kilowatts, en la Argentina, podemos citar además de Yaciretá; El Chocón Cerros
Colorados, Futaleufú, Salto Grande (en el río Uruguay) etc.
El servicio nacional de distribución de energía en el país, se lleva a cabo por la Compañía
Administradora del Mercado Eléctrico Mayorista Sociedad Anónima (CAMMESA), que
tiene a su cargo el sistema interconectado argentino o red interconectada nacional.

El Petróleo:
El hallazgo de petróleo en 1907 en Comodoro Rivadavia, inicia la consideración jurídica
de esta clase de energía. Es decir, los hidrocarburos ya estaban incluidos en el Código de
Minería. Si se aplicaba literalmente el Código, y las disposiciones aplicables a los
minerales de primera categoría, entre los que se encontraban los hidrocarburos, su
explotación debía ser concedida a los particulares, estándole restringida su explotación al
Estado.
Pero al momento del descubrimiento de pozos ricos en este mineral, el Estado apeló a la
Ley de Tierras Fiscales Nº 4.167 que regulaba la exploración, mensura y colonización de
tierras fiscales, y contemplaba la posibilidad por parte del Estado de establecer “reservas”,
impidiendo así el pedimento de minas. El art. 15 de esta ley establece que no podrán ser
enajenadas las tierras que contengan depósitos conocidos de sal, minerales, hulla, petróleo
o fuentes de aguas medicinales salvo las disposiciones del Código de Minería. Estas
reservas, (Ley 7059 autoriza al P.E. a reservar una extensión de 5.000 hectáreas en
Comodoro Rivadavia). Más adelante, además de Comodoro Rivadavia, se ampliaron en
muchos kilómetros las reservas, perdurando esta situación varios años.
El Estado se apartaba así de lo que disponía el Código de Minería, tratando de impedir
peticiones que fueran especulativas, hasta que la ley 12.161 de 1935 manteniendo el
principio de que los minerales de primera categoría (entre los que se encontraba el
petróleo), son bienes de la Nación o de las provincias, según el territorio en que se
encuentre, por un régimen legal especial, deroga la prohibición por parte del Estado para
explotar minerales, estableciendo: “El Estado Nacional y los Estados provinciales pueden
explorar y explotar minas e industrializar, comerciar y transportar los productos de las
mismas directamente o por convenios entre sí o mediante las sociedades mixtas..”
Así ahora el Estado puede explotar a la par de los particulares.
Conforme a los términos de esta ley, se incorpora al Código de Minería el régimen legal
de las minas de petróleo e hidrocarburos fluidos.
La unidad de exploración para hidrocarburos fluidos será de dos mil (2.000) hectáreas y la
duración del permiso de exploración será de tres (3) años.
Por otra parte, se crea y organiza YPF (Yacimientos Petrolíferos Fiscales) una verdadera
empresa del Estado. La explotación por parte de la Nación, en territorios provinciales
genera el derecho por parte de las provincias a percibir una regalía del 12%.
En el año 1949, con la Reforma de la Constitución Nacional, se incluye en su texto: “los
minerales, las caídas de agua, los yacimientos de petróleo, de carbón y de gas, y las
demás fuentes naturales de energía, con excepción de los vegetales, son propiedad
imprescriptible e inalienable de la nación, con la correspondiente participación en su
producto, que se convendrá con las provincias..”
La Ley 14.773 del año 1958 conocida como régimen de nacionalización del petróleo,
entendió que éste mineral pertenecía al dominio público de la Nación, lo que implicaba que
pasaban a ser imprescriptibles e inalienables del Estado Nacional.
La única explotación autorizada, era la que realizaba el Estado a través de YPF. Se
prohibieron el otorgamiento de nuevas concesiones y el Estado Nacional les reconoce a las
provincias una participación en el producido neto de la explotación.

La ley 17.319 del año 1967 es una ley que trata de armonizar el régimen de la ley 12.161,
manteniendo el dominio nacional establecido por la ley 14.773. Las provincias no obstante
han reivindicado permanentemente el dominio de los hidrocarburos extraídos en sus
territorios. La Corte Suprema de Justicia ha convalidado en varios fallos esta facultad de la
nación.
A partir del advenimiento de la democrática en la década del 80, comienza una paulatina
reversión hacia una nueva política petrolera de desregulación.
En el año 1991, efectivamente se privatiza Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF)
pasando de una Sociedad del Estado, a convertirse en una Sociedad Anónima.
Esta evolución legislativa continua, de manera tal que por Ley 24.145 del año 1992 se
vuelve al criterio de que se realizaría: “una progresiva transferencia del dominio público
del Estado Nacional a las provincias en cuyo territorio se encuentren los hidrocarburos..”
Es decir, asistimos a una nueva reversión del dominio, mediante una ley.

Realizando una síntesis del período analizado a tan grandes rasgos, podríamos distinguir en
nuestro país, en materia de hidrocarburos los siguientes períodos:

Aplicación del Código de Minería: (desde su sanción en 1887 hasta 1935- en este período
hay que incluir las “reservas” establecidas por ley 4.167).

Régimen especial: (desde la sanción de la ley 12.161 en 1935 hasta la nacionalización del
petróleo con la ley 14.773 en 1958) Hay que recordar también la breve vigencia de la
reforma constitucional de 1949.

Nacionalización del petróleo: (La vigencia de la ley 14.773 desde 1958 –régimen
monopólico- hasta 1967 que entra en vigencia la ley 17.319).

Régimen especial y dominio nacional del petróleo: (Desde 1967 rige la ley 17.319, que
mantiene el dominio nacional, pero en un régimen de libre competencia, no era
monopólico).

Predominio de los contratos de riesgo: (Hay un período que va entre 1985 y 1988
conocido como el Plan Houston, derivadas de políticas energéticas inadecuadas)

Desregulación petrolera: (En la década del 90 entramos en franca política de


desregulación, privatización de YPF, régimen amplio de libre competencia de la oferta y la
demanda).

Federalización de hidrocarburos: (Transferencia nuevamente del dominio a la Nación o a


las provincias según el territorio en que se encuentran de los hidrocarburos Ley 24.145)

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