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Historia de las Artes Visuales

Clase 1- Semana del 13 al 17 de abril

Tema
El clasicismo y la consolidación del sistema del arte durante los siglos XVIII y XIX. El impacto de las
revoluciones europeas en los estilos Neoclasicismo y Romanticismo. La sujeción y los desvíos respecto del
modelo clásico. Las nociones de obra de arte, artista, genio y autonomía del arte.

Resumen de la clase
Durante el siglo XVIII se produce en Europa un “descubrimiento de la Antigüedad clásica”. El canon
clásico (elaborado sobre el principio de la mímesis en Grecia desde el siglo V a. C.) no había sido olvidado
por los estilos anteriores, pero en el neoclasicismo su adopción responde a un cambio en el sistema de
valores. Ese “descubrimiento”, provocado en parte por los viajes a Italia a conocer las ruinas clásicas,
pondrá más énfasis en lo moral que en lo estético.
El neoclasicismo se desarrolla en Francia en los años previos y posteriores a la Revolución Francesa
(1789). El pensamiento flosófco de la época está marcado por las ideas de la Ilustración (el Iluminismo, Les
Lumières), movimiento llamado así por su declarada fnalidad de disipar las tinieblas de la ignorancia de la
humanidad mediante las luces del conocimiento y la razón y la fe en el progreso. Voltaire, Montesquieu,
Rousseau, Bufon, D'Alembert, Diderot y el proyecto editorial de la L'Encyclopedie son exponentes del
Iluminismo.
Las obras neoclásicas responden a un programa político y moral que rechaza los principios del Antiguo
Régimen y los estilos asociados a ese período: el Barroco y el Rococó y sus excesos, sensualidad, banalidad.
Al contrario, se proponen recuperar el gran estilo (Luis XIV). El Neoclasicismo se propone acentuar y
mantener la unidad orgánica y la severa "lógica" de la naturaleza. Por un lado, busca contener el instinto y
las emociones presentes en las obras barrocas y rococó y, por otro, cubrir lo ordinario y demasiado natural
evitando el naturalismo excesivo. El principio del arte neoclásico es mimético. Los valores neoclásicos son
la austeridad moral, la seriedad, el idealismo noble, el civismo. Se privilegia la razón y la equidad. En las
obras de arte esto se expresa mediante la sobriedad, la reducción de las formas, el rechazo de lo superfuo,
las paletas reducidas y poco coloridas, el uso de la línea recta, la acentuación de lo típico y lo normativo.
Los temas del neoclasicismo buscan ser nobles y edifcantes y transmitir valores como la sencillez, la
abstinencia, el sacrifcio, el patriotismo. Muchos temas recuperan historias y leyendas de la Antigüedad
griega y romana para asociarlos a esos contenidos y valores. La obra responde a un programa político y
moral. El neoclasicismo perseguía un ideal de perfección clásica, estabilidad, universalismo pacífco y
humanitarismo racional.
Los artistas del período responden a los encargos de los reyes, del Estado y luego de Napoleón. Se forman
en las Academias y sus obras son exhibidas periódicamente en los Salones (llamados así por al Salon carré
del Louvre en París, son las primeras “exposiciones”). Durante el siglo XVIII se organiza el sistema artístico
y se crean las instituciones especializadas: las Academias donde se forman los artistas; los Salones donde se
muestran sus obras al público; la crítica de arte que funciona como órgano de mediación entre la obra y el
público y cumple la función de orientar y educar el gusto del público; el mercado de arte. La formación
dictada en las Academias buscó llevar el arte y la arquitectura a una categoría profesional dando a esas
disciplinas fundamentos comparables a los de las profesiones liberales: se buscó enfatizar la concepción de
que el trabajo del artista no es solo “manual”. La profesionalización consolidó la separación entre artistas y
artesanos. Durante el siglo XIX, el sistema artístico se consolida y las jóvenes naciones americanas lo
adoptan a medida que se independizan de la dominación colonial europea.
En Francia, la Académie royale de peinture et de sculpture se fundó en 1648 bajo Luis XIV inspirada del
modelo italiano. Con el fn de la monarquía pasó a ser Académie des Beaux-Arts desde 1816. La Royal
Academy of arts se creó en Londres en 1768 y estuvo dirigida por Sir Joshua Reynolds, pintor y teórico del
neoclasicismo. En las Academias, los artistas se formaban según el “canon clásico”: el dibujo era la base del
estudio, se copiaban esculturas antiguas, luego se dibujaba del natural con modelo vivo, y se defendía la
superioridad de la pintura de historia. La academia permitió el ingreso de las mujeres. Sin embargo,
ninguna académica fue admitida en los cargos superiores como profesora adjunta o superior. Tampoco en
la categoría superior de los pintores de historia. Las mujeres no podían seguir la enseñanza obligatoria para
acceder a esas categorías: los cursos de dibujo con modelo desnudo, indispensable para el género de
pintura de historia, les estaban vedados por razones morales. Las mujeres eran admitidas como pintoras de
naturaleza muertas, cuadros de fores, pájaros, retratos, paisajes y miniaturas. Esos eran géneros menos
prestigiosos para los que se consideraba que se necesitaba menos habilidad e intelecto. Por asociación, las
mujeres especializadas en estos géneros fueron consideradas como artistas de menor talento, algo que no
sucedía cuando los practicaban los varones. El haberse concentrado en esos géneros hizo que se las
evaluara como menores o inferiores.
El neoclasicismo mantiene una relación compleja con la política de su época y no puede pensarse de
manera global como el “estilo de la revolución”. Sus principios entran en crisis con la instauración del
Imperio napoleónico. La denominación “Neoclasicismo” surge a mediados del siglo XIX y posee una
connotación peyorativa: estilo sin vida, impersonal y frío, hecho de imitaciones.

El romanticismo es un movimiento cultural originado en Alemania y en el Reino Unido a fnales del siglo
XVIII como una reacción revolucionaria contra el racionalismo de la Ilustración y el neoclasicismo,
confriendo prioridad a los sentimientos. En el Romanticismo conviven el rechazo de los principios
neoclásicos, la desilusión por el fracaso revolucionario (instauración del Imperio napoleónico y campañas
de conquista de Napoleón), la angustia por la “muerte de Dios” a manos de la razón y la falta de certezas
que antes proveía la religión (producto del pensamiento del Iluminismo).
El Romanticismo se desarrolla durante el proceso de consolidación de los Estados modernos europeos
como Alemania e Italia. En ese contexto se produce el rescate de las tradiciones vernáculas, se desarrolla
un sentimiento anti-francés (se rechaza el imperialismo napoleónico) y un creciente nacionalismo. La
denominación proviene del idioma “romance” vernáculo francés. Las lenguas romances (románicas o
neolatinas) son la rama indoeuropea de lenguas estrechamente relacionadas entre sí y que históricamente
aparecieron como evolución del latín vulgar: “habla cotidiana del vulgo o común de la gente” y opuesto al
latín clásico, forma estandarizada que a partir de cierto momento era una lengua aprendida como segunda
lengua y no como lengua materna. Las reacciones nacionalistas rescatan las tradiciones y el folclore.
Entre los principios románticos se cuentan la admiración hacia el genio, el deseo de originalidad, la
apelación al sentido de la vista dejando atrás el respeto de las normas, la fe en el valor de la imitación, el
recurso a la mente y al corazón. Hay primacía de la imaginación, de la libertad y del “yo” individual. Los
románticos se interesan por lo irracional: los mundos fantásticos, el inconsciente, la sexualidad, lo exótico.
En pintura, el romanticismo transformó paulatinamente el neoclásico al rechazar las reglas estereotipadas.
No hay unidad estilística en el romanticismo sino numerosas defniciones. El pintor D. C. Friedrich
afrmaba que “La voluntad del artista es ley”: por esa misma convicción, el Romanticismo no produjo un
estilo unifcado sino diferentes tendencias que variaban entre los pintores. Según J. Bialostocki el
romanticismo se defne más por una “actitud específca” frente a los contenidos y a la iconografía que por
la similitud de forma. Los sistemas de composición diferen entre los pintores: algunos son cerrados y
estáticos, otros abiertos y dinámicos. La pincelada puede ser enérgica y el color puede prevalecer sobre el
orden lineal.
El Romanticismo amplió el repertorio temático de la pintura moderna incluyendo y creando temas y
motivos inéditos en la iconografía tradicional. Los románticos abandonaron los temas mitológicos y
bíblicos y buscaron temas en las tradiciones nacionales, medievales o exóticas, en la poesía y la literatura.
También operaron transformando temas existentes y adaptándolos a las nuevas necesidades. Al otorgar
intensidad épica a temas contemporáneos y exóticos transforma la jerarquía clásica entre los temas. Los
alemanes y los ingleses le otorgaron al género del paisaje una jerarquía que no tenía hasta entonces.
Desde el siglo XIX se transforma el sistema de mecenazgo (ya no son la Iglesia ni la Corte quienes
encargan y fnancian el trabajo de los artistas) y se consolida el mercado del arte con una organización
similar a la actual. En ese marco, los artistas tienen una nueva posición social: son libres para elegir los
temas y motivos que desean pintar pero su éxito y su supervivencia están sujetos, desde entonces, a los
vaivenes del gusto y a las leyes del mercado.
Los románticos buscaron producir lo sublime a partir de la obra. Para A. Hauser el Romanticismo fue la
verdadera creación estilística de la Revolución francesa en tanto refejó un sentido nuevo de la vida y del
mundo e hizo madurar una nueva interpretación -moderna- de la idea de libertad artística.

Bibliografía
Honour, H. El Romanticismo. Madrid: Alianza Editorial, 1981
Honour, H. Neoclasicismo. Madrid: Xarait, 1982
Pollock, Griselda. Visión y diferencia. Feminismo, feminidad e historias del arte. Buenos Aires: Fiordo, 2015.
Shiner, Larry. La invención del arte. Una historia cultural. Barcelona: Paidós, 2004.

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