Julio Sánchez Ortega
LUTERO Y CALVINO
Vamos a analizar las similitudes y diferencias entre Lutero y Calvino,
fundamentalmente a lo referido a sus concepciones teológicas.
Ambos sostienen una visión parecida en cuanto a la depravación del
hombre, de la elección y la predestinación.
Representan una vuelta a los valores fundamentales de la fe, basada en la
lectura individual de la Biblia y en una profunda simplificación de la religión.
Martín Lutero es el elemento esencial de la Reforma, el teórico. Calvino
fue además estratega y político. Es de gran importancia el hecho de que se
tradujera la Biblia a las principales lenguas nacionales.
Calvino publicó su obra capital, "Institución de la Religión Cristiana" Esta
obra tuvo gran éxito entre los intelectuales de la época, aunque una porción
muy pequeña de la población sabía leer entonces
Calvino surge como reacción a una visión de lo religioso basada en la
superstición, lo pueril y lo mágico. Pero para comprender su obra antes hay
que comprender a Martín Lutero, quien el 31 de octubre de 1517 hizo
públicas las hoy célebres "95 Tesis" con las que se enfrentaba a la Iglesia
Católica. En esa época, el Vaticano necesitaba enormes capitales para terminar
las obras de la Basílica de San Pedro y se decidió que la salvación no sólo se
alcanzaba por las buenas obras, sino con dinero. Los pecadores pagaban
importantes sumas para limpiarse del pecado. Es lo que se llamó "la venta de
indulgencias".
Debemos tener en cuenta que esta Reforma no fue un caso aislado en
Europa, más bien fue el detonante de una serie de reformas contemporáneas a
ella.
Junto con la luterana, una de las reformas más destacadas fue la de
Calvino (la “segunda reforma”), que comenzó a desarrollarse en Suiza y que
en poco tiempo se expandió por otras zonas de Europa. En este trabajo
vamos a intentar establecer las convergencias y divergencias entre el
pensamiento de Lutero y el de Calvino, que llegaron a instituir dos
confesiones distintas dentro del Cristianismo.
Lutero tenía aspectos más humanos que Calvino. Lutero era sensible a los
placeres, la amistad y la familia, mientras que Calvino era un asceta, en ciertos
aspectos intransigente. Calvino llegó a decir que "Jesús" hablaba por su boca,
sus seguidores estaban convencidos de esto.
Julio Sánchez Ortega
Convergencias entre Lutero y Calvino
Tanto Lutero como Calvino defendían la inspiración de las Escrituras, la
Trinidad, la divinidad de Cristo, su nacimiento virginal, su vida, muerte, pasión
y Resurrección. Aparte de estos presupuestos básicos cristianos, vamos a
señalar los puntos convergentes entre ambos pensamientos:
Sola Scriptura. Lutero no tenía la pretensión de fundar una Iglesia, sino
de reformar la existente. Para él, la salvación del hombre venía solamente por
la fe (“Sola Fides”). Más allá de la Escritura (“Sola Scriptura”), rechazaba toda
mediación entre Dios y el hombre (no a la Tradición y no al Magisterio, ni al
culto a los santos, indulgencias, etc.).
Es sólo Dios el que justifica por su Gracia (“Sola Gratia”). El hombre
descubre en la Escritura que la Gracia viene por la fe. Dios lo es todo y el
hombre no es nada. Dios es solo quien justifica.
Para Calvino, la Escritura tiene un valor y una seguridad que pone en el
Espíritu Santo. El Espíritu Santo inspira al autor y también al lector.
La lectura de la Biblia debe ser personal y puede ser interpretada por cada
creyente, no necesitamos la mediación de un sacerdote. Por eso debe ser
traducida a lenguas vernáculas.
Salvación por la Gracia. Tanto Lutero como Calvino sostenían que
todos los hombres nacen con una naturaleza caída y totalmente incapaces de
hacer por sí mismos algo enteramente bueno. Ambos están de acuerdo sobre
la total corrupción del hombre y la necesidad absoluta de la Gracia de Dios y
su directa intervención para su salvación. Dios ha escogido desde antes de la
fundación del mundo un grupo de hombres para salvación eterna. Esta
elección no está basada en nada que Dios haya visto en el hombre sino en su
pura Gracia y amor por medio de Cristo
Sacramentos. Ambos llegaron a aceptar únicamente dos sacramentos: el
Bautismo y la Eucaristía, de la que niegan la presencia real permanente
(veremos cómo se acerca a ella cada uno en el siguiente apartado). Para recibir
los sacramentos es necesaria la fe. Ambos defendieron la necesidad de
administrar el cáliz a los laicos.
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La obra del Espíritu Santo en la salvación
Tanto los luteranos como los calvinistas creen que la única razón por la
que una persona puede venir a Cristo es por la obra del Espíritu Santo en su
vida. Ambos están de acuerdo en que la fe es producida en el oyente por
medio de la Palabra de Dios. Según los luteranos, la diferencia entre quien
cree y quien no cree es producto de la elección eterna.
Divergencias entre Lutero y Calvino
Podemos resumir el pensamiento de Lutero en tres sintagmas: “Sola
Scriptura”, “Sola Gracia”, “Sola Fides”.
El pensamiento de Calvino lo podemos sintetizar en “Solus Christus”.
Escritura y Traición. Calvino tenía un espíritu más aperturista que
Lutero en cuanto al precepto de “Sola Scriptura”. Él no era tan radical
respecto al Magisterio y a la Tradición; de hecho, no excluyó a la Tradición.
Teología sobre la salvación
Para Lutero, la salvación solo podía efectuarse por la fe.
Para Calvino, su idea esencial radicaba en la supremacía de Dios, creador
y providente. La creación se estropea por el pecado, y por eso es precisa la
redención. Todo ha sido decretado por Dios en un plan que tiene desde
antiguo. Dios es soberano y elige a los que se van a salvar. El hombre ya está
predestinado.
Calvino, además, admitía las buenas obras del hombre como causas
secundarias, y veía un valor positivo en ellas, como señal de elección divina.
Lutero, sin embargo, le da a las obras solamente un valor de signo de la
justificación operada por Dios en el creyente.
Mientras Calvino sostenía que la muerte de Cristo fue solamente para
beneficio de los escogidos, Lutero mantenía que fue para beneficio de toda la
raza humana, aunque solo obtienen el beneficio los que tienen fe.
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Eclesiología. Una de las principales diferencias entre Lutero y Calvino es
que éste último, por su formación jurista, dejó establecida una iglesia, algo que
no hizo Lutero. Se trataba de una iglesia fuertemente organizada y
jerarquizada. Es a través del ministerio como se opera la salvación de Dios.
Él distinguió entre pastores, doctores, ancianos y diáconos.
Lutero no tenía un diseño previo de la Iglesia, ya que su intención no era
la de fundar una iglesia. Fueron los exterminios y las circunstancias las que lo
llevaron a precisar su reforma.
Podemos distinguir dos posturas cronológicas en Lutero, antes y después
de su excomunión. En su fase ortodoxa, no tuvo una eclesiología polémica:
destacó el aspecto existencial de la Iglesia frente al jurídico, institucional,
dogmático. La Iglesia es la comunidad visible de los hombres orientados hacia
Dios. La Iglesia verdadera es espiritual, pero también es una sociedad visible.
El creyente pertenece a las dos realidades.
De 1521 a 1537 elaboró su propia eclesiología. El punto de partida era el
sacerdocio común de los fieles, todo cristiano es sacerdote, profeta y rey,
porque puede acceder al Padre, porque puede hacer el bien, porque puede
predicar el Evangelio. Se acentúa el pertenecer a la Iglesia de manera
espiritual.
El Hombre.
Calvino fue, además, el autor de una doctrina entendida por intelectuales y
sencillos. Se consideraba instrumento de Dios.
Esto hizo que, desde Ginebra, se creara un régimen de persecución a los
no convertidos a su pensamiento.
Calvino creó un modelo de hombre y civilización con estas
características: con coherencia entre fe y vida, eficacia (serio, coherente y
práctico), austero y sobrio, trabajador. Estas características son indicio de que,
para Calvino, es posible la satisfacción interior del hombre por el Espíritu
Santo, algo que negaba Lutero (el hombre es justo y pecador).
El Bautismo y la Eucaristía
Para los calvinistas el bautismo es el signo sacramental de el Nuevo Pacto.
Es el símbolo que Dios utiliza para sellar su palabra en los escogidos que están
incluidos en el pacto de la gracia.
Para los luteranos el bautismo es un sacramento necesario para salvación:
”el bautismo salva”, ”el bautismo regenera”, ”el bautismo otorga perdón de
pecados”.
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Si bien, los reformados calvinistas practican el bautismo de infantes, para
ellos este se aplica al niño como signo o símbolo de pertenencia al pacto,
mientras que los luteranos creen que el bautismo es para el perdón de
pecados, la regeneración y el pase para la salvación del niño.
Calvino, al igual que Lutero, sólo admitía dos sacramentos: bautismo y
eucaristía, pero a diferencia de Lutero, Calvino no admitía la presencia real de
Cristo en la eucaristía. Para él ambos sacramentos son simples ceremonias
conmemorativas.
La confesión calvinista de Westminster dice que "El cuerpo y la sangre de
Cristo no están entonces ni carnal ni corporalmente dentro, con o bajo el pan
y el vino; sin embargo, están real pero espiritualmente…"
Los calvinistas creen que en la cena del Señor, no existe una presencia
corporal de Cristo, sino meramente un presencia espiritual, para un calvinista
el pan es pan.
Los luteranos en cambio, creen que Cristo está realmente y corporalmente
presente en los elementos eucarísticos. La Apología de la Confesión de
Augsburgo dice en su artículo X: ”…declaramos que creemos que en la Cena
del Señor están verdadera y substancialmente presentes el cuerpo y la sangre
de Cristo, y que verdaderamente se ofrecen con las especies visibles del pan y
del vino a quienes reciben el Sacramento”.
Confesión y Absolución
Específicamente, los luteranos creen que los presbíteros pueden absolver
pecados en el nombre de Cristo, a los calvinistas no les pasa por la mente esa
idea.
La Depravación del hombre
Luteranos y calvinistas, están totalmente de acuerdo con respecto a este
punto. De hecho, es el único punto en el cual concuerdan por completo. La
depravación total consiste en negar que el hombre sea bueno.
El hombre está completamente depravado por causa del pecado y no
tiene la capacidad de hacer cosas agradables a Dios. Los seres humanos no
pueden acercarse a Dios sin la gracia, porque la voluntad del pecador ha caído.
Calvino sintió el mismo desprecio por Roma y sus abusos que había
sentido Lutero.
Según Calvino la humanidad desde un principio estaría dividida en dos
partes desiguales.
La más pequeña se beneficiaría de los méritos de Cristo, mientras que la
parte más numerosa estaría condenada irremediablemente a las penas del
infierno. Según Calvino la Iglesia sería la comunidad de los elegidos y las
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buenas obras no serían causa de salvación, sino síntoma de predestinación
positiva.
Lógicamente estas tesis tuvieron objeciones en contra y Calvino respondía
a estas críticas diciendo que cualquier colaboración humana para la salvación
disminuiría la omnipotencia de Dios, que era quien elegía a los que quería de
la condena universal que la humanidad entera sufría desde el pecado de Adán
y Eva y el por qué de esa elección nos resultaba inaccesible.
Expiación Limitada
Los calvinistas sostienen que según la intención y el plan de Dios, Cristo
murió por los elegidos únicamente. Los luteranos afirman una voluntad de
salvación universal en Dios, así como una expiación universal.
La expiación fue objetivamente dada a todos, pero sus beneficios deben
ser recibidos subjetivamente por la fe. Para los luteranos la enseñanza de la
expiación limitada o particular es una total herejía.
Perseverancia de los santos
¿Se puede ser salvo y luego dejar de serlo? La respuesta calvinista es no, y
la respuesta luterana es, sí.
Según el calvinismo a los que Dios eligió, los guardará hasta el fin. Todos
los elegidos de Dios serán finalmente salvados. Enfatiza la realidad de que es
Dios quien preserva a los elegidos en la fe. Sin embargo, los luteranos creen
que las personas pueden rechazar la cruz, es decir, perder la fe y eso haría que
dejaran de ser salvos.
Justificación
Ambos entienden la justificación como un término forense que se refiere
a la imputación de la justicia al creyente, y una no imputación del pecado
debido a la conexión de uno con la muerte de Cristo.
Es recibido solo por la fe, aparte de las buenas obras.
Este no es el final de la discusión, hay algunas diferencias serias.
Quizás la más importante es el contexto sacramental en el que se coloca la
justificación en el luteranismo. La fe que justifica no es un don directo
inmediato del Espíritu como en el calvinismo; está mediado a través de la
palabra y el sacramento.
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Para los luteranos, la declaración “el bautismo justifica” es sinónimo de
“la fe justifica”. La realidad de la justificación se manifiesta a través de la
participación semanal de la Eucaristía, y recibe el perdón de Cristo a través de
las palabras de absolución.
Para el calvinismo en cambio, los sacramentos son signos del pacto, no
medios de justificación.
Cristología
Los luteranos creen que existe una comunicación de los atributos de la
naturaleza divina de Cristo, a la naturaleza humana. En la ortodoxia luterana
hay una implicación de una unión completa del ”Logos” con la naturaleza
humana, en la medida en que las propiedades de la naturaleza divina, como la
omnipresencia, se comunican a la naturaleza humana, con el resultado de que
donde está la divinidad, también está la humanidad.
La cristología reformada de Calvino, niega esto, argumentando que
mientras la naturaleza humana de Cristo es captada por el ”Logos” y las dos
naturalezas están verdaderamente unidas en una persona, el ”Logos” continúa
teniendo una existencia fuera de la naturaleza humana de Cristo incluso
después de la encarnación.
En resumen, para los luteranos la comunicación tiene lugar entre las
naturalezas, mientras que para los reformados la comunicación tiene lugar en
la persona, y ambas naturalezas conservan sus propiedades distintivas.
La perseverancia Final
Tanto luteranos como calvinistas concuerdan en que los escogidos han de
perseverar hasta el fin. Esto significa que no hay pérdida de salvación para un
verdadero escogido de Dios en ambas posiciones. Esto sin embargo no
significa que algunos, según ambas posiciones, creen por un tiempo luego se
aparten de esa profesión cometiendo de esa forma apostasía. Los luteranos
afirman que "se rechaza a los que enseñan que quienes una vez se convirtieron
ya no pueden caer." Muchos han entendido esto como “caer de la
justificación” sin embargo la aclaración a lo que se refiere es caer en pecado.
En lo que concierne al arrepentimiento, enseñamos que aquellos que han
pecado después del Bautismo pueden obtener el perdón de sus pecados todas
las veces que se arrepientan y que la Iglesia no debe rechazar su Absolución.
El verdadero arrepentimiento comprende en primer lugar la contrición, es
decir el dolor y terror que uno siente a causa del pecado; en segundo lugar la
fe en el Evangelio y en la Absolución, es decir, la certeza que los pecados nos
son perdonados y que la gracia nos llega por los méritos de Jesucristo.
Julio Sánchez Ortega
Es esta fe la que consuela los corazones y que da paz a la conciencia.
Luego de esto se debe enmendar la vida y renunciar al pecado.
Lutero y Calvino, además de sus semejanzas o diferencias en cuanto a los
aspectos teológicos, se desarrollan en contextos muy distintos.
Lutero es una generación mayor que Calvino. Calvino tenia 8 años cuando
Lutero estaba clavando las 95 Tesis en la capilla de Wittenberg en 1517.
Mientras que Martin Lutero nació y creció en Alemania, Juan Calvino lo
hizo en Francia. Esto implica diferentes idiomas, culturas y formas de ver el
mundo.
Lutero hablaba Alemán, Calvino Francés. Francia, en lugar de Alemania,
era el lugar perfecto para que una Reforma se iniciara en el S. XVI, con una
fuerte monarquía, universidades e intercambio de ideas.
Se puede decir que Lutero fue el último de los Grandes Teólogos
Medievales, mientras que Calvino fue el primero de los Grandes Teólogos
Humanistas. Lutero fue educado en la Teología Medieval, siguiendo el
currículo de la llamada vía moderna y escolástica. Mientras que la preparación
de Calvino en Paris y Basilea fue netamente humanista.
Lutero pensaba que estaba viviendo en los últimos tiempos, justo antes
de la segunda venida de Cristo, y que su rol en la vida era el redescubrimiento
del evangelio que precedería un avivamiento mundial antes del advenimiento
de Cristo.
Calvino veía su rol como reformador de la vida de la Iglesia, la Adoración,
el ministerio pastoral, vida cristiana. Lutero creía que vivía en el final, Calvino
en el inicio.
. Lutero fue el fundador del Luteranismo, sin embargo Calvino nunca se
vio a sí mismo, o fue considerado como fundador de una tradición
Reformada.
Personalmente, hay que considerar, la importancia de Lutero y de
Calvino, que independientemente de sus doctrinas, supusieron una revolución
ideológica y un revulsivo para la Iglesia de Roma.
En la historia del hombre, ha sido crucial la aparición de figuras
revolucionarias en su tiempo, que han propiciado los cambios ideológicos y
las reformas dentro de la Iglesia.
Los proclamados doctores y doctoras de la Iglesia Católica, no siempre
fueron bien entendidos, fueron incluso perseguidos; por la misma Iglesia que
luego los canonizó. Recordemos al perseguido Francisco de Asís, o a la Santa
de Ávila, por poner algunos ejemplos.
Es posible, que en la época que estamos viviendo de descreencia y falta de
vocaciones, podamos encontrar la solución en la vuelta al Evangelio, como
proponía Carlos de Foucauld.
Julio Sánchez Ortega
Fuentes:
-Apuntes de clase de la asignatura Historia Moderna de la Iglesia, curso
2020-2021.
- Egido López,Teófanes. Las Reformas Protestantes. (Madrid 1992)