Inteligencia emocional y conducta musical
Partamos del supuesto de que el comportamiento musical nos proporciona
satisfacción, felicidad. La música estimula los centros cerebrales que mueven
las emociones y siguiendo un camino de interiorización , nos puede impulsar a
manifestar nuestra pulsión, nuestro sentimiento musical, o dejarnos invadir por
la plenitud estética que nos hace felices.
Al contemplar la Psicología de la Música desde el marco conceptual de los
sentimientos, de las emociones, estamos diciendo que consideramos a la
persona en su totalidad, de una manera holística: como cuerpo y mente,
emoción y espíritu. Está inserta en un medio natural y rodeada de otros seres y
personas sobre los que influye y, a su vez es influida, de una manera más o
menos determinante.
Nos interesa especialmente desde esta perspectiva, el que la música nos
ayuda en nuestro desarrollo psíquico y emocional, proporcionándonos el
equilibrio necesario para alcanzar un nivel adecuado de bienestar y felicidad.
La música considerada como arte, ciencia y lenguaje universal, es un medio de
expresión sin límites que llega a lo más íntimo de cada persona. Puede
transmitir diferentes estados de ánimo y emociones por medio de símbolos e
imágenes aurales, que liberan la función auditiva tanto emocional como
afectiva e intelectual. Escuchar y “hacer” música desarrolla la sensibilidad, la
creatividad y la capacidad de abstracción o análisis.
No sólo cumple una función estrictamente educativa cuando hablamos de
aprendizajes musicales, sino que también cumple otros fines. Nos propicia a
descubrir nuestro propio mundo interior, la comunicación con “el otro” o “los
otros” y la captación y apreciación del mundo que nos rodea. El escaner ha
desvelado por primera vez en la historia humana, el funcionamiento exacto de
la intrincada masa de células mientras estamos pensando, sintiendo,
imaginando, soñando o escuchando música.
Este aporte de datos neurobiológicos, nos permite comprender con mayor
claridad, la manera en que los “centros emocionales” del cerebro, controlan los
diversos y complejos sentimientos y emociones derivados de la actividad
musical. También el electroencefalograma (EEG) registra la actividad eléctrica
cerebral, durante la escucha de determinadas obras musicales.
Antes de comenzar a indagar sobre la interacción existente entre la Psicología
Emocional y la Música, creo oportuno clarificar algunos conceptos : La
“Inteligencia Emocional” es un conjunto de habilidades como el control de los
impulsos, el entusiasmo, la perseverancia, la capacidad de motivarse a uno
mismo, la empatía, la agilidad mental, etc. Es una forma de actuar con el
mundo que tiene en cuenta los sentimientos. Esta inteligencia desarrolla y
configura rasgos de carácter como la autodisciplina, la compasión y el altruismo
entre otros, llegando de esta manera a sacar el mejor rendimiento posible al
potencial intelectual y personal de cada uno. Constituye un vínculo entre los
sentimientos, el carácter y los impulsos morales. El impulso es el vehículo de la
emoción y, la semilla de todo impulso, es un sentimiento expansivo que busca
expresarse en la acción.
Según las últimas tendencias de la psicología, podríamos preguntarnos si son
las emociones y no el cociente intelectual, las que constituyen la base de la
inteligencia humana. La experiencia nos demuestra que personas muy
inteligentes fracasan estrepitosamente en su vida y relación con el medio y los
demás, mientras que otras con un coeficiente más normal, llegan a conseguir
unos logros personales, laborales y sociales mucho más satisfactorios, porque
tienen más desarrollada la “inteligencia emocional”. (Coleman 1996)
La música en la concentración
El efecto que la música produce en la concentración puede ser subjetivo,
puede irrumpir la concentración convirtiéndose en un distractor o puede influir a
que la concentración sea amena e influir positivamente en el ánimo que la
persona tiene para realizar sus tareas, el efecto positivo de la disonancia
consiste, en ser como una llamada de atención, siempre que la disonancia sea
algo especial para el oyente. También puede tener un efecto catártico en el
sentido que puede ayudar a eliminar tensiones, evocan situaciones traumáticas
y permiten que afloren a la conciencia sentimientos subconscientes y
perturbadores. La disonancia no tiene el mismo significado para todos (es el
conjunto de sonidos que el oído percibe con tensión, y por tal razón, tiende a
rechazarlos. En música, la disonancia es un intervalo que es definido por las
reglas de la armonía como desagradable al oído.)
Nietzsche y Schönberg piensan que son esenciales en la música. (Rodígues,
2010) Como todos sabemos, la música tiene un papel muy importante en la
sociedad y por ello se dice que tiene un efecto positivo en la mente y en el
cuerpo, se demuestra un estudio en efecto que tiene la música tanto en nuestro
cuerpo como en nuestra mente (concentración). Argumentaron que la música
posee un efecto positivo en el sistema hormonal que conlleva que el cerebro se
concentre más fácilmente y asimile más información en menos tiempo. Existen
estudios que demuestran la influencia de la música, en la realización de
actividades cognitivas.
Según el estudio de Patton. Además se ha encontrado que la música clásica y
la música de rock mejoran la concentración, la memoria y las habilidades
cognitivas. Las canciones y género de música podrían tener efectos
diferenciales sobre el rendimiento de las personas en pruebas o en actividades
de aprendizaje, esto depende de los participantes o de su nivel o estado de
ánimo antes de escuchar la música y el impacto de la música en sí misma, así
pues ciertos tipos de música optimizan el estado de ánimo y por lo tanto hacen
mejor el rendimiento espacial. La música engloba todos los sentidos aunque
típicamente pensemos en la música como una forma de arte, también provee
una estimulación visual, táctil que nos ofrece oportunidades para responder a
través de estos canales
La música va más allá de ser una fuerza poderosa en nuestro universo, una
parte de la naturaleza, su mayor impacto es de manera proporcional en los
seres humanos en nuestros procesos de aprendizaje, desarrollo cerebral y
organización. El Dr. Gordon Shaw y la Dra. Frances Rauscher, científicos de la
universidad de california y la universidad de Wisconsin y muchas otras en la
comunidad de investigación cerebral, han comprobado que la música tiene un
extenso valor educativo a nivel del desarrollo del cerebro. Escuchar música
puede aumentar la memoria y la concentración. Los científicos descubrieron
que la música involucra las proporciones izquierda, derecha, anterior y
posterior del cerebro lo cual explica porque la gente aprende y retiene
información con mayor prontitud. (Mauri, 2001)
Muchos estudiantes dicen que no pueden estudiar sin la música. Hay que decir
que aprenden a pesar de la música. El ruido y la música de otros ritmos
distintos al señalado provocan una reacción contraria a la reacción contraria a
la atención y la concentración relajada. Los estudios relacionados con el efecto
de la música sobre la concentración han entregado resultados sorprendentes.
Los investigadores han realizado una seria de estudios sobre los efectos de
distintos géneros musicales sobre la concentración. Ya que la concentración
también presenta o tienden a conceptualizarse de dos maneras, como un
estado de concentración o focalización de la conciencia. Es decir entendida
como habilidad compuesta por estrategias para la optimización del
funcionamiento del sistema, como capacidad del procesamiento. Es decir la,
concentración entendida como mecanismo de activación de procesos.
(Palacios, 2002)