RITUAL
DE LA CONGREGACIÓN
DE LOS LEGIONARIOS DE CRISTO
Roma, 2017
Derechos Reservados © Legionarios de Cristo, 2017
© 2017 Legionaries of Christ. All rights reserved
Departamento de publicaciones institucionales. Roma, 2017.
DECRETO
SIGLAS Y ABREVIATURAS UTILIZADAS
AAS Acta Apostolicæ Sedis.
ARCh Congregación para la Doctrina de la Fe, Instrucción Ad resurgen-
dum cum Christo acerca de la sepultura de los difuntos y la conser-
vación de las cenizas en caso de cremación (15 de agosto de 2016).
ASS Acta Sanctæ Sedis.
CIC Código de Derecho Canónico, en latín Codex Iuris Canonici (25 de
enero de 1983).
CE Sagrada Congregación para el Culto Divino, Comunión y culto euca-
rístico fuera de la misa (21 de junio de 1973).
CLC Constituciones de la Congregación de los Legionarios de Cristo (16
de octubre de 2014).
CO Congregación para el Culto Divino, Decreto Ceremonial de los Obis-
pos (14 de septiembre de 1984).
CR Sagrada Congregación de Ritos, Calendarium Romanum (21 de mar-
zo de 1969).
LH Sagrada Congregación para el Culto Divino, Liturgia Horarum (2 de
febrero de 1971).
MartR Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos,
Martirologio Romano (29 de junio de 2001).
MI Penitenciaría Apostólica, Manual de Indulgencias (16 de julio de
1999).
MR Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos,
Misal Romano (20 de abril de 20003).
Notitiæ Sagrada Congregación para el Culto Divino, Documentorum Expla-
natio (Notitiæ).
PDV Juan Pablo II, Exhortación apostólica postsinodal Pastores dabo vo-
bis (25 de marzo de 1992).
RE Congregación para el Culto Divino, Ritual de exequias (15 de junio
de 1969).
RBN Sagrada Congregación para el Culto Divino, Ritual del bautismo de
niños, Edición de España (15 de mayo de 1969).
RPR Sagrada Congregación para el Culto Divino, Ritual de la profesión
religiosa (2 de febrero de 1970).
SCCE Sagrada Congregación para el Culto Divino, Ritual de la sagrada co-
munión y culto eucarístico fuera de la misa (21 de junio de 1973).
Primera parte
DIVERSOS RITOS
EN LA VIDA
DEL LEGIONARIO
CAPÍTULO I
ENTREGA DEL HÁBITO LEGIONARIO
«Conviene que al empezar el noviciado se tenga algún rito con el cual se pida la
gracia de Dios para conseguir su fin peculiar. Este rito, por su misma naturaleza,
debe ser sobrio y breve, reservado a la comunidad. Debe realizarse fuera de la
misa»1.
La entrega del hábito se hace normalmente la noche en que concluyen los ejercicios
espirituales, después de las oraciones de la noche. El director territorial puede
autorizar que se tenga en otro momento.
El que preside la ceremonia es el superior mayor o, si no puede estar presente, el
mismo instructor de novicios. Si no preside, el instructor se coloca junto al que
preside.
A la ceremonia asisten los legionarios y, eventualmente, aquellos huéspedes
presentes en la casa.
El local donde se tiene la entrega del hábito suele ser el lugar de reunión de la
comunidad (normalmente la sala de conferencias o auditorio). Un crucifijo preside
la ceremonia y se tiene una imagen de la Santísima Virgen. En un lugar apto estén
desplegadas las banderas pontificia y legionaria.
Quienes van a recibir el hábito se ponen en un lugar visible o, si no es posible, en
la primera fila.
Canto inicial
El rito puede comenzar con el el canto de un salmo o un himno apropiado.
Saludo y exhortación inicial
El que preside dice:
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Y todos responden:
Amén.
RPR, Observaciones generales previas, 4.
1
10 Diversos ritos en la vida del legionario
Todos se sientan. El que preside saluda a los presentes y exhorta a los candidatos a
tomar conciencia del momento que están viviendo, motivándoles a entregarse con
generosidad al cumplimiento de las finalidades del noviciado: «En el noviciado los
novicios disciernan, profundicen y maduren su vocación, forjen un amor personal
y apasionado a Jesucristo, adquieran los hábitos específicos de la vida religiosa y
asimilen afectiva y efectivamente el espíritu y la disciplina de la Congregación.
Prepárense de este modo para su consagración a Dios por medio de la profesión
de los consejos evangélicos»2.
Se pueden usar estas palabras u otras semejantes:
«Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres» (Mc 1,
17).
En esta noche yo, director territorial (director general, delega-
do del director territorial, instructor de novicios) de la Legión de
Cristo en (...), en presencia de Jesucristo, nuestro Rey, de la San-
tísima Virgen de los Dolores, Madre de la Legión, y de los santos
protectores que en el cielo interceden por ella, a vosotros, que
aspiráis a ser hombres del reino de Cristo en la Legión, voy a en-
tregaros el hábito que os distinguirá como Legionarios de Cristo
y os recordará el carácter y la misión de nuestra Congregación.
El hábito es, ante todo, un símbolo de dedicación exclusiva al
Señor. Pero no basta la materialidad de vestir ese hábito, sino
que es necesario revestirse del hombre nuevo que ha sido pensa-
do por Dios a imagen de su Hijo (cf. Col 3, 10). Él es el único por
quien bien vale la pena dar el paso que ahora dais.
Habéis venido al noviciado para discernir, profundizar y ma-
durar vuestra vocación3. Habéis escuchado la voz de Cristo a se-
guirle para estar con él y enviaros a predicar (Mc 3, 14). Por ello,
en el noviciado vuestro principal interés ha de ser el de poner a
Cristo en el centro de vuestras vidas4, viviendo vuestra jornada
animados por un ferviente deseo y firme propósito de configura-
2
CLC 71.
3
Cf. CLC 71.
4
Cf. CLC 71; 81.
Capítulo I. Entrega del hábito legionario 11
ros con Jesucristo, «conociéndolo, amándolo e imitándolo, espe-
cialmente a través de la vida eucarística»5.
En el noviciado se busca también formarse en las virtudes es-
pecíficas de la vida religiosa en la Iglesia, expresadas principal-
mente en los consejos evangélicos de pobreza, castidad y obe-
diencia, y en la vida fraterna común, de manera que estas lleguen
a convertirse en una actitud interna6.
Finalmente, el noviciado es un tiempo para asimilar «afectiva
y efectivamente el espíritu y la disciplina de la Congregación»7,
principalmente a través del estudio de las Constituciones8. El Se-
ñor os ha ido llevando por sus caminos hasta la Legión, una obra
en la Iglesia que espera ser a través de vuestras vidas, gloria de
Dios Padre por la extensión del reino de Cristo9.
En este proceso de configuración con Cristo, contáis con la gra-
cia de Dios y la acción del Espíritu Santo. Colaborad con él asis-
tidos por una serie de virtudes humanas que son la base de toda
formación, como «el amor a la verdad, la lealtad, el respeto por la
persona, el sentido de la justicia, la fidelidad a la palabra dada, la
verdadera compasión, la coherencia y, en particular, el equilibrio
de juicio y de comportamiento»10. La Palabra de Dios, las orien-
taciones de la Iglesia y las Constituciones de los Legionarios de
Cristo serán vuestras guías en este camino: que su estudio y me-
ditación diaria sean el alimento de vuestra alma. Además, junto a
vosotros estará el instructor de novicios, que os acompañará en
el discernimiento y os ayudará en vuestras dificultades: acudid a
él con sencillez y confianza11.
5
CLC 81, 1.º.
6
Cf. CLC 83, 2.º y 4.º.
7
CLC 71.
8
Cf. CLC 83, 3.º.
9
Cf. CLC 2 § 1.
10
PDV 43.
11
Cf. CLC 82.
12 Diversos ritos en la vida del legionario
Si así lo quiere Dios, que el hábito legionario sea, al térmi-
no de vuestra vida, gloriosa mortaja que os acompañe hasta el
umbral de la otra, donde el Señor Jesús os esté esperando para
deciros a cada uno: «Alégrate, siervo bueno y fiel. Porque has
sido fiel en lo poco, te recompensaré sobre toda medida; entra
en el gozo de tu Señor» (cf. Mt 25, 21).
Llamada y petición
El que preside dice estas palabras al terminar su discurso:
Ponderando estas cosas,
si estáis decididos a comenzar el noviciado,
dad un paso hacia adelante.
El director del candidatado, u otro sacerdote designado para la ocasión, lee los
nombres de los candidatos. Cada uno de los cuales, al escuchar su nombre, da un
paso hacia adelante y responde:
¡Presente!
Teniendo los candidatos la mano en el pecho, el que preside les interroga:
¿Qué pedís a Dios y a nuestra Congregación?
Candidatos:
Ser admitido al noviciado de los Legionarios de Cristo
para conocer mejor mi vocación,
hacer experiencia del modo de vida
en la Congregación y el Regnum Christi
y conformar mi mente y corazón con su espíritu,
con la intención de profesar los consejos evangélicos dentro de ella.
El que preside dice:
¿Queréis dedicaros con seriedad,
acompañados por el instructor de novicios,
a la labor de la formación y del discernimiento?
Capítulo I. Entrega del hábito legionario 13
Candidatos:
Quiero.
El que preside dice:
¿Queréis cultivar con interés vuestro crecimiento espiritual,
forjando un amor personal y apasionado a Jesucristo,
a la Santísima Virgen, a la Iglesia y al papa?
Candidatos:
Quiero.
El que preside dice:
¿Queréis esforzaros por conocer y vivir
el espíritu y la disciplina de la Congregación
y adquirir los hábitos propios de la vida religiosa?
Candidatos:
Quiero.
El que preside dice:
Dios misericordioso os ayude con su gracia
y el Espíritu Santo os ilumine.
Entrega del hábito
El que preside, se vuelve hacia el lugar en el que están doblados los hábitos y dice:
Dios todopoderoso y eterno,
que en el bautismo nos has despojado del pecado
y nos has revestido de la dignidad de hijos tuyos,
te pedimos que bendigas X estos hábitos
y a quienes los van a llevar por amor a tu Hijo,
que vive y reina por los siglos de los siglos.
Y todos responden:
Amén.
14 Diversos ritos en la vida del legionario
El que preside entrega el hábito doblado a cada candidato diciendo:
Recibe el hábito del legionario de Cristo.
El novicio responde:
Doy gracias a Dios.
Y besa el hábito y regresa a su lugar.
Liturgia de la Palabra
Cuando el último novicio ha regresado a su lugar, todos se ponen de pie, y el
instructor, u otro sacerdote o diácono, lee un texto del Evangelio como el siguiente:
℣. El Señor esté con vosotros.
℟. Y con tu Espíritu.
℣. Lectura del santo Evangelio según san Marcos. 1, 16-20
℟. Gloria a ti, Señor.
℣. En aquel tiempo, pasando junto al mar de Galilea, vio a Si-
món y a Andrés, el hermano de Simón, echando las redes en el
mar, pues eran pescadores. Jesús les dijo: «Venid en pos de mí
y os haré pescadores de hombres». Inmediatamente dejaron las
redes y lo siguieron. Un poco más adelante vio a Santiago, el de
Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando
las redes. A continuación, los llamó, dejaron a su padre Zebedeo
en la barca con los jornaleros y se marcharon en pos de él.
Palabra del Señor.
℟.Gloria a ti, Señor Jesús.
El instructor puede dirigir unas breves palabras a los nuevos novicios.
A continuación, uno de los que acaban de recibir el hábito, designado con
anterioridad, dirige unas breves palabras, agradeciendo el don de Dios, la acogida
de la comunidad, y expresando la confianza que pone en Dios para llevar a buen
término el camino que comienza.
Capítulo I. Entrega del hábito legionario 15
Preces
Puestos de pie, toda la asamblea pide a Dios por los nuevos novicios con estas
peticiones o unas semejantes.
El que preside:
Pongamos ahora en manos del Señor a estos hermanos nues-
tros, encomendándolos en nuestras oraciones:
Un lector:
Por los hermanos que hoy inician su noviciado, para que, como
discípulos de Cristo, se dediquen con pasión a la tarea de su san-
tificación, roguemos al Señor.
℟. Te rogamos, óyenos.
Por sus padres y familiares, para que el Señor les colme de sus
bienes y sean un apoyo en su camino de seguimiento de Cristo,
roguemos al Señor.
℟. Te rogamos, óyenos.
Por los formadores, para que sepan transmitir el espíritu del
Regnum Christi y de la vida religiosa en la Congregación de los
Legionarios de Cristo, roguemos al Señor.
℟. Te rogamos, óyenos.
Por todos los hermanos novicios, para que, con su caridad fra-
terna y ejemplo de vida, se den mutuo apoyo en la vivencia de su
vocación, roguemos al Señor.
℟. Te rogamos, óyenos.
El que preside:
Padre nuestro...
Oh, Dios, que prometiste que nada faltaría a quienes lo aban-
donasen todo por ti y por tu reino, mira a estos hijos tuyos y cól-
16 Diversos ritos en la vida del legionario
males con tu gracia para que merezcan el ciento por uno aquí en
la tierra y, en la edad futura, la vida eterna. Por Cristo, nuestro
Señor.
℟. Amén.
Todos juntos cantan el Magnificat en latín o en lengua vernácula.
Es costumbre que, terminado el acto, primero salgan los nuevos novicios, llevando
su sotana en las manos, y se dirijan a la gruta de la Virgen para encomendarle la
nueva etapa que inician. Todos los asistentes al acto les acompañan.
CAPÍTULO II
PROFESIONES RELIGIOSAS
ANOTACIONES GENERALES PREVIAS
Los que van a profesar visten sobrepelliz.
Las profesiones religiosas se tienen dentro de la celebración eucarística. Se utiliza
la misa ritual para la profesión religiosa, a no ser que el calendario litúrgico no lo
consienta.
El rito de la profesión, incluida la homilía, se tiene después de la proclamación del
Evangelio.
Se dice el Credo si las rúbricas del día lo prescriben12. Es muy oportuno tener la
oración de los fieles, a no ser que se haya rezado la letanía de todos los santos.
En la procesión de las ofrendas cada uno de los que han profesado llevará una
hostia y la depositará en la patena del sacerdote.
Durante el rito de la paz el celebrante, colocado en el centro del presbiterio, da el
abrazo de la paz a cada uno de los neoprofesos.
Quienes profesan reciben siempre la comunión bajo las dos especies.
Terminada la misa, en la sacristía, cada uno de los nuevos religiosos firma el acta
de profesión.
CO 765.
12
18 Diversos ritos en la vida del legionario
A. PRIMERA PROFESIÓN
«Sigue la primera profesión. Por esta, el novicio se compromete, con los
votos temporales emitidos ante Dios y ante la Iglesia, a observar los consejos
evangélicos. La emisión de los votos temporales puede hacerse dentro de la misa,
pero sin especial solemnidad»13.
Llamada y petición
Leído el Evangelio, el celebrante y la asamblea se sientan, los que van a profesar
permanecen de pie. El instructor de novicios, el superior, el diácono o un sacerdote
designado, desde el ambón, llaman nominalmente a quienes van a hacer la primera
profesión.
Diácono o sacerdote designado:
Preséntense los que van a hacer la profesión religiosa.
A continuación, se nombran, uno por uno, a los que van a profesar. Se utilizan los
nombres y apellidos completos. Cada uno responde en voz alta:
¡Presente!
Después, el celebrante principal interroga a los que van a profesar, que permanecen
en su lugar, con estas palabras:
Queridos hermanos,
¿qué pedís a Dios
y a su santa Iglesia?
Los que van a profesar responden:
Consagrarme a Dios como legionario de Cristo
para servir a la Iglesia y al Regnum Christi.
El celebrante y toda la asamblea responden:
Demos gracias a Dios.
Homilía
Todos se sientan y se tiene la homilía.
RPR, Observaciones generales previas, 5.
13
Capítulo II. Profesiones religiosas 19
Preguntas
Terminada la homilía, los que van a profesar se levantan y se colocan delante del
celebrante principal. El celebrante y la asamblea permanecen sentados.
El celebrante interroga a los que van a profesar:
Queridos hermanos,
consagrados ya a Dios, por el agua y el Espíritu Santo,
¿queréis uniros más estrechamente a él
por la profesión religiosa?
Los que van a profesar:
Sí, quiero.
El celebrante:
¿Queréis guardar la castidad por el reino de los cielos,
aceptar voluntariamente la pobreza
y prometer obediencia,
para seguir a Cristo más de cerca?
Los que van a profesar:
Sí, quiero.
El celebrante:
Que Dios omnipotente os lo conceda por su gracia.
Toda la asamblea responde:
Amén.
Petición de la gracia divina
El celebrante y la asamblea se levantan, y los que van a profesar se arrodillan. El
celebrante implora el auxilio divino:
Oremos.
20 Diversos ritos en la vida del legionario
Todos oran en silencio durante algunos momentos. Después, el celebrante
prosigue diciendo con las manos extendidas:
Mira, Señor, con bondad
a estos hijos tuyos
que en presencia de la Iglesia
quieren consagrarte hoy su vida
prometiendo guardar los consejos evangélicos;
que su modo de vivir, Señor, te glorifique
y contribuya a la salvación de los hombres.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Todos:
Amén.
Profesión
El celebrante y la asamblea se sientan.
Uno después de otro, cada uno de los que van a profesar recita íntegramente la
fórmula de la profesión religiosa, incluyendo sus nombres y apellidos completos:
Yo, N.N., en la presencia de la Santísima Trinidad, de la Virgen
de los Dolores y de san Juan Evangelista, en tus manos, reveren-
do padre, prometo y hago voto a Dios omnipotente de vivir por
(...) años en pobreza, castidad y obediencia, de acuerdo con la
institución de la vida religiosa en la Iglesia, a tenor de las Cons-
tituciones de la Congregación de los Legionarios de Cristo. Para
cuyo cumplimiento confío en el auxilio de la gracia divina, en los
méritos infinitos del Corazón de Jesucristo, y en la intercesión de
la Santísima Virgen María y de nuestros santos patronos y pro-
tectores, a quienes en este día humildemente invoco.
Además, prometo y hago voto a Dios omnipotente, de no obrar
para alcanzar o conservar, ni para mí ni para otros, puestos de
gobierno o cargos en la Congregación.
Capítulo II. Profesiones religiosas 21
Celebrante:
Demos gracias a Dios.
Si son muchos los que van a profesar, pueden recitar la fórmula todos juntos,
pero al inicio cada uno debe pronunciar distintamente su nombre para que se
demuestre abiertamente la decisión personal: el primero de ellos dice: yo; luego
todos juntos repiten: yo; a continuación, cada uno dice sus nombres y apellidos
completos; y finalmente todos juntos siguen con la fórmula de la profesión.
Solo pueden pronunciar conjuntamente la fórmula de profesión quienes hacen los
votos por idéntico período de tiempo. Por eso, si no todos van a hacer la profesión
por los mismos años, es necesario que pronuncien la fórmula de profesión por
separado o que se hagan grupos según el mismo período de profesión.
Entrega del crucifijo
Los religiosos que acaban de profesar se acercan uno a uno al celebrante. Este les
presenta un crucifijo, que reciben de pie.
El celebrante:
Recibe este crucifijo. Cristo crucificado sea tu única posesión
para siempre.
El religioso:
¡Salve, oh, cruz, esperanza única!
Besa el crucifijo y vuelve a su lugar, donde se sienta.
Continuación de la Santa Misa
La misa continúa ―si corresponde― con el Credo, la oración de los fieles y el
ofertorio.
22 Diversos ritos en la vida del legionario
B. PROFESIÓN PERPETUA
«Concluido el tiempo señalado, se emite la profesión perpetua. El religioso se
entrega por ella perpetuamente al servicio de Dios y de la Iglesia. La profesión
perpetua representa a Cristo unido con un vínculo indisoluble a la Iglesia, su
esposa. El rito de la profesión perpetua, con la conveniente solemnidad, se celebra
muy oportunamente dentro de la misa, ante los religiosos y el pueblo»14.
Llamada y petición
Leído el Evangelio, el celebrante y la asamblea se sientan, los que van a profesar
permanecen de pie. El diácono o un sacerdote designado, desde el ambón, llama
nominalmente a quienes van a hacer la profesión perpetua.
Diácono o sacerdote designado:
Preséntense los que van a hacer la profesión perpetua.
A continuación, se nombran, uno por uno, a los que van a profesar. Se utilizan los
nombres y apellidos completos. Cada uno responde en voz alta:
¡Presente!
Después, el celebrante principal interroga a los religiosos que van a profesar, con
estas palabras:
Queridos hermanos,
¿qué pedís a Dios
y a su santa Iglesia?
Los que van a profesar responden:
Perseverar hasta la muerte consagrado al Señor
como legionario de Cristo
al servicio de la Iglesia y del Regnum Christi.
El celebrante y toda la asamblea responden:
Demos gracias a Dios.
RPR, Observaciones generales previas, 6.
14
Capítulo II. Profesiones religiosas 23
Homilía
Todos se sientan y se tiene la homilía.
Preguntas
Terminada la homilía, los que van a profesar se levantan y se colocan delante del
celebrante principal. El celebrante y la asamblea permanecen sentados.
El celebrante interroga a los que van a profesar:
Queridos hermanos,
ya que por el Bautismo habéis muerto al pecado
y estáis consagrados al Señor,
¿queréis ahora consagraros más íntimamente a Dios
con la profesión perpetua?
Los que van a profesar:
Sí, quiero.
El celebrante:
¿Queréis, con la gracia de Dios,
observar siempre la castidad por el reino de los cielos,
la obediencia y la pobreza,
a imitación de Jesucristo y de su Madre, la Virgen?
Los que van a profesar:
Sí, quiero.
El celebrante:
¿Queréis esforzaros con firmeza y constancia
por alcanzar la caridad perfecta para con Dios y el prójimo
siguiendo fielmente el Evangelio
y observando nuestra Regla?
Los que van a profesar:
Sí, quiero.
24 Diversos ritos en la vida del legionario
El celebrante:
¿Queréis, bajo el impulso del Espíritu Santo,
gastar generosamente toda la vida
en servicio del pueblo de Dios?
Los que van a profesar:
Sí, quiero.
Acabadas las preguntas, el celebrante confirma la voluntad de los que van a
profesar con estas palabras:
Dios, que comenzó en vosotros la obra buena,
él mismo la lleve a término hasta el día de Cristo Jesús.
Petición de la gracia divina
A continuación, todos se levantan.
El celebrante de pie, con las manos juntas, dice al pueblo:
Oremos, queridos hermanos,
a Dios Padre todopoderoso,
para que derrame su bendición
sobre estos siervos suyos,
a quienes ha llamado a un seguimiento más íntimo de Cristo
y los confirme piadosamente en su santo propósito.
Fuera de los domingos y del Tiempo Pascual, el diácono invita a arrodillarse
cantando:
El celebrante se arrodilla hacia el altar. También los que van a profesar y todos
los demás se arrodillan.
Durante el Tiempo Pascual y los domingos, el diácono omite el Flectamus genua,
y todos permanecen de pie, con la excepción de los que van a profesar, que se
arrodillan.
Capítulo II. Profesiones religiosas 25
Los cantores entonan las letanías de los santos para la profesión religiosa, y todos
responden. Se cantan de preferencia en latín.
Sancte Ioánnes Baptísta, ora pro nobis.
Sancte Ioseph, ora pro nobis.
Sancti Petre et Paule, oráte pro nobis.
26 Diversos ritos en la vida del legionario
Sancte Ioánnes, ora pro nobis.
Sancta María Magdaléna, ora pro nobis.
Sancti Stéphane et Laurénti, oráte pro nobis.
Sancta Agnes, ora pro nobis.
Sancte Basíli, ora pro nobis.
Sancte Augustíne, ora pro nobis.
Sancte Benedícte, ora pro nobis.
Sancte Bernárde, ora pro nobis.
Sancti Francísce et Domínice, oráte pro nobis.
Sancte Ignáti (de Loyola), ora pro nobis.
Sancte Vincénti (de Paul), ora pro nobis.
Sancte Ioánnes (Bosco), ora pro nobis.
Sancta Catharína Senénsis, ora pro nobis.
Sancta Terésia a Iesu, ora pro nobis.
Omnes Sancti et Sanctæ Dei, oráte pro nobis.
Ab omni malo, líbera nos, Dómine.
Ab omni peccáto, líbera nos, Dómine.
A morte perpétua, líbera nos, Dómine.
Per incarnatiónem tuam, líbera nos, Dómine.
Per mortem et resurrectiónem tuam, líbera nos, Dómine.
Per effusiónem Spíritus Sancti, líbera nos, Dómine.
Capítulo II. Profesiones religiosas 27
Ut Ecclésiæ vitam, famulórum tuórum oblatióne et apostolátu,
uberiórem præstáre dignéris, te rogámus, audi nos.
Ut in fámulo tuo papa nostro N. ceterísque Epíscopis Sancti
Spíritus dona in dies adaugére dignéris, te rogámus, audi nos.
Ut univérsos hómines ad vitæ christiánæ plenitúdinem dúcere
dignéris, te rogámus, audi nos.
Ut omnes qui evangélica profiténtur consília óperi Redemptiónis
plénius adsociáre dignéris, te rogámus, audi nos.
Ut horum famulórum paréntes, pro múnere quod tibi obtulérunt
cæléstibus donis locupletáre dignéris, te rogámus, audi nos.
Ut hos fámulos tuos Christo, primogénito in multis frátribus, in
dies conformáre dignéris, te rogámus, audi nos.
Ut his fámulis tuis perseverántiæ virtútem donáre dignéris,
te rogámus, audi nos.
Ut hos fámulos tuos, fratres nostros, benedícere, et sanctificáre,
et consecráre dignéris, te rogámus, audi nos.
Iesu, Fili Dei vivi, te rogámus, audi nos.
28 Diversos ritos en la vida del legionario
Se levanta solamente el celebrante principal y, con las manos juntas, dice:
Escucha, Señor,
las súplicas de tu pueblo,
y con tu gracia
prepara los corazones de tus hijos,
para que el fuego del Espíritu Santo
purifique los corazones que se consagran a ti,
y los inflame vivamente de caridad.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Todos:
Amén.
El diácono canta:
Leváte.
Y toda la asamblea se pone de pie, con la excepción de los que van a profesar, que
siguen de rodillas.
Profesión
El celebrante y la asamblea se sientan.
Uno después de otro, cada uno de los que van a profesar recita íntegramente la
fórmula de la profesión religiosa, incluyendo sus nombres y apellidos completos:
Yo, N.N., en la presencia de la Santísima Trinidad, de la Virgen
de los Dolores y de san Juan Evangelista, en tus manos, reveren-
do padre, prometo y hago voto a Dios omnipotente de vivir du-
rante toda mi vida en pobreza, castidad y obediencia, de acuerdo
con la institución de la vida religiosa en la Iglesia, a tenor de las
Constituciones de la Congregación de los Legionarios de Cristo.
Para cuyo cumplimiento confío en el auxilio de la gracia divina,
en los méritos infinitos del Corazón de Jesucristo, y en la interce-
sión de la Santísima Virgen María y de nuestros santos patronos
y protectores, a quienes en este día humildemente invoco.
Capítulo II. Profesiones religiosas 29
Además, prometo y hago voto a Dios omnipotente, de no obrar
para alcanzar o conservar, ni para mí ni para otros, puestos de
gobierno o cargos en la Congregación.
Celebrante:
Demos gracias a Dios.
Si son muchos religiosos, pueden recitar la fórmula todos juntos, pero al inicio
cada uno debe pronunciar distintamente su nombre para que se demuestre
abiertamente la decisión personal: el primero de ellos dice: yo; luego todos juntos
repiten: yo; a continuación, cada uno dice sus nombres y apellidos completos; y
finalmente todos juntos siguen con la fórmula de la profesión.
Bendición solemne
El sacerdote y la asamblea se levantan. El sacerdote, con las manos extendidas
sobre los que acaban de profesar, que siguen de rodillas, dice la oración de
bendición:
¡Oh, Dios!
fuente y origen de toda santidad,
que de tal modo has amado a los hombres
que los has hecho partícipes de tu divinidad
y no has permitido que este designio de tu amor
lo extinguiera el pecado de Adán
ni lo cambiaran los delitos del mundo.
Ya en el comienzo de los tiempos
nos diste en Abel un ejemplo de vida inocente;
suscitaste, además, en el pueblo hebreo,
varones santos
y mujeres ilustres en toda virtud,
entre las que sobresale la Hija de Sion,
la Santísima Virgen María,
en cuyas entrañas virginales se encarnó,
para la salvación del mundo,
tu Palabra,
Jesucristo nuestro Señor.
30 Diversos ritos en la vida del legionario
Él es la imagen de la santidad querida por ti;
se hizo pobre para enriquecernos,
se hizo siervo para devolvernos la libertad.
Por su misterio pascual,
redimió al mundo con amor inefable
y santificó a su Iglesia,
a la que prometió los dones del Espíritu.
Tú, Señor, bajo la inspiración del Paráclito,
has atraído innumerables hijos
hacia el seguimiento de Cristo,
para que, dejadas todas las cosas
y ligados con el vinculo del amor,
se unan a ti con ánimo ferviente
y estén al servicio de todos los hermanos.
Mira, Señor, a estos hijos tuyos,
a quienes has llamado según tu providencia,
y derrama sobre ellos el Espíritu Santo,
para que puedan cumplir fielmente con tu ayuda
lo que hoy, llenos de alegría, han prometido.
Mediten atentamente
y sigan con constancia
los ejemplos del divino Maestro.
Abunde en ellos
una castidad sin mancha,
una pobreza alegre,
una obediencia generosa.
Te agraden por su humildad,
te sirvan con sumiso corazón,
te amen con caridad ferviente.
Sean pacientes en la tribulación,
firmes en la fe,
gozosos en la esperanza,
activos en el amor.
Capítulo II. Profesiones religiosas 31
Su vida edifique la Iglesia,
promueva la salvación del mundo,
sea signo preclaro
de los bienes celestes.
Señor, Padre santo,
sé para estos hijos tuyos apoyo y guía,
y, cuando lleguen al tribunal de tu Hijo,
sé recompensa y premio,
para que se alegren de haber consumado
la ofrenda de su vida religiosa;
así, afianzados en tu amor,
disfrutarán de la compañía de los santos,
con quienes te alabarán perpetuamente.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Todos responden:
Amén.
Los religiosos se ponen de pie y vuelven a sus lugares.
Continuación de la Santa Misa
La misa continúa con el Credo ―cuando corresponde― y el ofertorio. En la
plegaria eucarística se hace una mención especial de quienes acaban de profesar
(cf. Misal Romano y rituales de la profesión religiosa aprobados por las respectivas
conferencias episcopales).
Bendición final15
Para la bendición final, se puede utilizar la siguiente fórmula, a no ser que
convenga otra propia del día.
Celebrante:
Dios, que inspira los buenos propósitos,
mantenga vuestra intención
15
MR, Misas Rituales, En la profesión religiosa, En la profesión perpetua,
formulario A.
32 Diversos ritos en la vida del legionario
y fortalezca vuestros corazones,
para que observéis fielmente lo que habéis prometido.
Todos responden:
Amén.
Celebrante:
Él os conceda
que el camino estrecho que habéis elegido,
lo recorráis en el gozo de Cristo,
llevando con alegría las cargas de los hermanos.
Todos responden:
Amén.
Celebrante:
El amor de Dios haga de vosotros una familia
que, reunida en el nombre del Señor,
sea imagen del amor de Cristo.
Todos responden:
Amén.
Finalmente, el celebrante bendice a todo el pueblo:
Y a todos vosotros, que estáis aquí presentes, os bendiga Dios
todopoderoso,
Padre, Hijo X y Espíritu Santo.
Todos responden:
Amén.
Capítulo II. Profesiones religiosas 33
C. RENOVACIÓN DE VOTOS
«La renovación de los votos, que se hace por ley general de la Iglesia o por
prescripción particular de las Constituciones, se puede tener dentro de la Misa, si
le parece a la familia religiosa. Celébrese el rito de la renovación de votos con la
máxima sobriedad, sobre todo si los votos se renuevan frecuentemente»16.
Llamada y petición
Si la renovación de los votos temporales se tiene en la misma celebración que
las primeras profesiones o profesiones perpetuas, se realiza después de estas. Si
no, una vez terminada la homilía, el diácono o un sacerdote designado, desde el
ambón, llaman a quienes van a hacer la renovación.
Diácono o sacerdote designado:
Acérquense los que van a renovar sus votos.
Los que van a renovar los votos se levantan y se colocan delante del celebrante
principal. El celebrante y la asamblea se levantan también.
Petición de la gracia divina
El celebrante implora el auxilio divino diciendo con las manos juntas:
Oremos, queridos hermanos,
a Dios, fuente de toda perseverancia,
en favor de estos hijos suyos,
que hoy van a renovar ante la Iglesia su profesión religiosa.
Todos oran en silencio durante algunos momentos. Después, el celebrante
prosigue diciendo con las manos extendidas:
Mira, Señor,
a estos hijos tuyos
que en tu providencia has llamado
a seguir más de cerca las huellas de tu Hijo,
y concédeles misericordioso
RPR, I, 78.
16
34 Diversos ritos en la vida del legionario
que, perseverando siempre en tu amor,
lleguen a la meta del camino que con alegría comenzaron.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Todos:
Amén.
Profesión
El celebrante y la asamblea se sientan.
Uno después de otro, cada uno de los que van a profesar recita íntegramente la
fórmula de la profesión religiosa, incluyendo sus nombres y apellidos completos:
Yo, N.N., en la presencia de la Santísima Trinidad, de la Virgen
de los Dolores y de san Juan Evangelista, en tus manos, reveren-
do padre, prometo y hago voto a Dios omnipotente de vivir por
(...) años en pobreza, castidad y obediencia, de acuerdo con la
institución de la vida religiosa en la Iglesia, a tenor de las Cons-
tituciones de la Congregación de los Legionarios de Cristo. Para
cuyo cumplimiento confío en el auxilio de la gracia divina, en los
méritos infinitos del Corazón de Jesucristo, y en la intercesión de
la Santísima Virgen María y de nuestros santos patronos y pro-
tectores, a quienes en este día humildemente invoco.
Además, prometo y hago voto a Dios omnipotente, de no obrar
para alcanzar o conservar, ni para mí ni para otros, puestos de
gobierno o cargos en la Congregación.
Celebrante:
Demos gracias a Dios.
Si son muchos religiosos, pueden recitar la fórmula todos juntos, pero al inicio
cada uno debe pronunciar distintamente su nombre para que se demuestre
abiertamente la decisión personal: el primero de ellos dice: yo; luego todos juntos
repiten: yo; a continuación, cada uno dice sus nombres y apellidos completos; y
finalmente todos juntos siguen con la fórmula de la profesión.
Capítulo II. Profesiones religiosas 35
Solo pueden pronunciar conjuntamente la fórmula de profesión quienes hacen los
votos por idéntico período de tiempo. Por eso, si no todos van a hacer la profesión
por los mismos años, es necesario que pronuncien la fórmula de profesión por
separado o que se hagan grupos según el mismo período de profesión.
Los que han renovado los votos se levantan y vuelven a sus lugares.
Continuación de la Santa Misa
La misa continúa con el Credo ―cuando corresponde―, la oración de los fieles y
el ofertorio.
36 Diversos ritos en la vida del legionario
D. RENOVACIÓN DE VOTOS POR DEVOCIÓN
«En algunas familias religiosas se renuevan los votos en fechas determinadas
según las Constituciones. Esta renovación puede hacerse dentro de la misa, pero
sin especial solemnidad, sobre todo si se renuevan los votos frecuentemmente o
todos los años»17.
Esta renovación se tiene en torno al 2 de febrero y al 15 de septiembre18.
Petición de la gracia divina
Terminado el Evangelio y la homilía con su respectivo silencio, todos se levantan.
El celebrante implora el auxilio divino diciendo:
Oremos, queridos hermanos,
a Dios, fuente de toda perseverancia,
para que nos conceda su gracia
hoy que vamos a renovar por devoción
nuestra profesión religiosa ante la Iglesia.
Todos oran en silencio durante algunos momentos. Después, el celebrante
prosigue diciendo con las manos extendidas:
Mira, Señor, a estos tus hijos
que en tu providencia has llamado
a seguir más de cerca las huellas de tu Hijo
y concédenos, misericordioso,
que perseverando siempre en tu amor
lleguemos a la meta del camino
que con alegría hemos comenzado.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Todos:
Amén.
17
RPR, Observaciones generales previas, 7.
18
Con esta disposición queda modificada la norma del n. 31 del Reglamento para
las casas de apostolado, que establecía que «la renovación de votos por devoción
se tiene también al final de los ejercicios espirituales».
Capítulo II. Profesiones religiosas 37
Renovacion de votos
Todos los religiosos ―incluido el celebrante, si es legionario―, de pie y vueltos
hacia el crucifijo, pronuncian la fórmula de la profesión.
El director de oraciones de la capilla dice: yo; y todos repiten: yo; luego, siguen
todos con la fórmula de los votos.
Director de capilla:
Yo,
Todos los religiosos:
Yo, en la presencia de la Santísima Trinidad, de la Virgen de los
Dolores y de san Juan Evangelista, prometo y hago voto a Dios
omnipotente de vivir en pobreza, castidad y obediencia, de acuer-
do con la institución de la vida religiosa en la Iglesia, a tenor
de las Constituciones de la Congregación de los Legionarios de
Cristo. Para cuyo cumplimiento confío en el auxilio de la gracia
divina, en los méritos infinitos del Corazón de Jesucristo, y en la
intercesión de la Santísima Virgen María y de nuestros santos pa-
tronos y protectores, a quienes en este día humildemente invoco.
Además, prometo y hago voto a Dios omnipotente, de no obrar
para alcanzar o conservar, ni para mí ni para otros, puestos de
gobierno o cargos en la Congregación.
Celebrante:
Demos gracias a Dios.
La misa continúa ―si corresponde― con el Credo, la oración de los fieles y el
ofertorio.
CAPÍTULO III
PROFESIÓN DE FE Y
JURAMENTO DE FIDELIDAD
ANOTACIONES GENERALES PREVIAS
Todos los superiores, al comenzar su cargo, tienen la obligación de emitir
personalmente la profesión de fe19 y el juramento de fidelidad. Este acto no se
repite si el cargo se renueva, pero sí se debe hacer siempre que se asume un oficio
nuevo.
Antes de su ordenación, los candidatos al diaconado deben hacer la profesión de
fe ante su superior. También deben emitir la profesión de fe, al iniciar su cargo,
los párrocos, ante el Ordinario del lugar; el rector de una universidad eclesiástica
o católica ante el Gran Canciller; y los profesores que dan clases sobre materias
relacionadas con la fe o las costumbres en cualquier universidad ante el rector de
la universidad ―si este es sacerdote― o ante el Ordinario del lugar o un delegado
suyo20.
Preside el acto un crucifijo, colocado en posición vertical sobre una mesa, ante el
cual se coloca un ejemplar de los sagrados Evangelios. El acto se realiza de modo
privado ante la autoridad inmediata (capítulo general, director general o director
territorial) o, en su ausencia, ante un delegado de estos.
Si son varios los que tienen que emitir el juramento, primero proclaman juntos la
profesión de fe y acabada esta, emiten uno después del otro el juramento.
Al final se debe levantar un acta con el texto de la profesión de fe y otra con el del
juramento firmadas por el que emitió el juramento y por quien lo recibió.
Cf. CIC 833, 8.º.
19
Cf. CIC 833, 6.º. y 7.º.
20
40 Diversos ritos en la vida del legionario
A. PROFESIÓN DE FE21
El que emite el juramento se acerca al crucifijo y, de pie ante este, emite primero
la profesión de fe:
Yo, N.N., creo con fe firme y profeso todas y cada una de las
cosas contenidas en el Símbolo de la fe, a saber:
Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y
de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido
del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la
misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por
nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo, y
por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se
hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de
Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día,
según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y
muertos, y su reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede
del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma
adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Igle-
sia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un
solo bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrec-
ción de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.
Creo, también, con fe firme, todo aquello que se contiene en
la Palabra de Dios escrita o transmitida por la Tradición, y que
la Iglesia propone para ser creído, como divinamente revelado,
mediante un juicio solemne o mediante el Magisterio ordinario y
universal.
AAS 81 (1989) 105.
21
Capítulo III. Profesión de fe y juramento de fidelidad 41
Acepto y retengo firmemente, asimismo, todas y cada una de
las cosas sobre la doctrina de la fe y las costumbres propuestas
por la Iglesia de modo definitivo.
Me adhiero, además, con religioso obsequio de voluntad y en-
tendimiento a las doctrinas enunciadas por el Romano Pontífice o
por el Colegio de los Obispos cuando ejercen el Magisterio autén-
tico, aunque no tengan la intención de proclamarlas con un acto
definitivo.
42 Diversos ritos en la vida del legionario
B. JURAMENTO DE FIDELIDAD DE LOS SUPERIORES22
Después, cada uno de los superiores de la Congregacion que están emitiendo el
juramento, tocando con la mano los Evangelios, dicen:
Yo, N.N., al asumir el oficio de (...), prometo mantenerme siem-
pre en comunión con la Iglesia católica, tanto en lo que expreso
de palabra como en mi manera de obrar.
Cumpliré con gran diligencia y fidelidad las obligaciones a las
que estoy comprometido con la Iglesia tanto universal como par-
ticular, en la que he sido llamado a ejercer mi servicio, según lo
establecido por el derecho.
En el ejercicio del ministerio que me ha sido confiado en nom-
bre de la Iglesia, conservaré íntegro el depósito de la fe y lo trans-
mitiré y explicaré fielmente; evitando, por tanto, cualquier doc-
trina que le sea contraria.
Seguiré y promoveré la disciplina común a toda la Iglesia, y
observaré todas las leyes eclesiásticas, ante todo aquellas conte-
nidas en el Código de Derecho Canónico.
Con obediencia cristiana acataré lo que enseñen los sagrados
pastores, como doctores y maestros auténticos de la fe, y lo que
establezcan como guías de la Iglesia, y ayudaré fielmente a los
obispos diocesanos para que la acción apostólica que he de ejer-
cer en nombre y por mandato de la Iglesia, se realice siempre en
comunión con ella.
Que así Dios me ayude y estos santos Evangelios que toco con
mis manos.
AAS 81 (1989) 106.
22
Capítulo III. Profesión de fe y juramento de fidelidad 43
C. JURAMENTO DE FIDELIDAD23
Si el que está emitiendo el juramento no es superior religioso, dice lo siguiente:
Yo, N.N., al asumir el oficio de (...), prometo mantenerme siem-
pre en comunión con la Iglesia católica, tanto en lo que expreso
de palabra como en mi manera de obrar.
Cumpliré con gran diligencia y fidelidad las obligaciones a las
que estoy comprometido con la Iglesia tanto universal como par-
ticular, en la que he sido llamado a ejercer mi servicio, según lo
establecido por el derecho.
En el ejercicio del ministerio que me ha sido confiado en nom-
bre de la Iglesia, conservaré íntegro el depósito de la fe y lo trans-
mitiré y explicaré fielmente; evitando, por tanto, cualquier doc-
trina que le sea contraria.
Promoveré la disciplina común a toda la Iglesia y urgiré la ob-
servancia de todas las leyes eclesiásticas, ante todo aquellas con-
tenidas en el Código de Derecho Canónico.
Con obediencia cristiana acataré lo que enseñen los sagrados
pastores, como doctores y maestros auténticos de la fe, y lo que
establezcan como guías de la Iglesia, y ayudaré fielmente a los
obispos diocesanos para que la acción apostólica que he de ejer-
cer en nombre y por mandato de la Iglesia, quedando a salvo la
índole y el fin de mi instituto, se realice siempre en comunión con
la misma Iglesia.
Que así Dios me ayude y estos santos Evangelios que toco con
mis manos.
AAS 81 (1989) 106.
23
CAPÍTULO IV
EXEQUIAS
«La Iglesia sigue prefiriendo la sepultura de los cuerpos, porque con ella se
demuestra un mayor aprecio por los difuntos; sin embargo, la cremación no está
prohibida, “a no ser que haya sido elegida por razones contrarias a la doctrina
cristiana”»24.
En la medida de lo posible, se ha de procurar sepultar a los legionarios cerca de las
comunidades legionarias, de manera que, por la visita de su tumba, el recuerdo
permanezca en la memoria de sus hermanos que peregrinan en la tierra, y estos
oren por él y se muevan a la contemplación de las realidades eternas.
Revístase el cadáver solo con la sotana, señal de su consagración a Dios. Si el
difunto está ordenado in sacris, su ataúd se coloca con la cabeza en dirección al
altar, si no, con los pies en dirección al altar, según la posición que tenía en la
asamblea eucarística.
El cuerpo del difunto, cuando sea posible, se pondrá en la capilla de la casa
legionaria. Es muy aconsejable que se celebre una vigilia de oración por él antes
de la celebración de las exequias25. Antes y después de la vigilia, los legionarios
presentes se van turnando para velar y orar por su hermano; en esta ocasión no
se debe exponer el Santísimo Sacramento, ya que el objeto de la oración es la
intercesión por el difunto, no la adoración al Santísimo.
En cuanto a la celebración de las exequias, siempre que sea posible, téngase
también el rito que corresponde junto al sepulcro con la participación de toda la
comunidad.
ARCh 4; cita de CIC 1176 § 3; cf. RE 15.
24
Cf. RE 26.
25
Segunda parte
EL CULTO EUCARÍSTICO
FUERA DE LA MISA
CAPÍTULO V
PRECES DIARIAS PARA USAR
EN LA BENDICIÓN EUCARÍSTICA
Aunque ordinariamente se rezan las completas antes de la bendición, cuando la
bendición se tiene en otros momentos del día, se pueden utilizar algunas preces
como las que se proponen aquí.
A. DOMINGO
Letanías de la humilidad26
¡Jesús, manso y humilde de corazón! ¡Escúchame!
Del deseo de ser ensalzado, líbrame, Jesús.
Del deseo de ser elogiado, líbrame, Jesús.
Del deseo de ser alabado, líbrame, Jesús.
Del deseo de ser preferido, líbrame, Jesús.
Del deseo de ser consultado, líbrame, Jesús.
Del deseo de ser aplaudido, líbrame, Jesús.
Del temor de ser humillado, líbrame, Jesús.
Del temor de ser despreciado, líbrame, Jesús.
Del temor de ser reprochado, líbrame, Jesús.
Del temor de ser calumniado, líbrame, Jesús.
Del temor de ser olvidado, líbrame, Jesús.
Del temor de ser ridiculizado, líbrame, Jesús.
Del temor de ser injuriado, líbrame, Jesús.
Del temor de que sospechen de mí, líbrame, Jesús.
Basadas en unas letanías surgidas hacia el s. XIX. Se desconoce el autor.
26
50 El culto eucarístico fuera de la misa
Del disgusto de que no se siga mi opinión, líbrame, Jesús.
Que los demás sean estimados. ¡Haz, Jesús, que lo desee!
Que los demás crezcan en la opinión del mundo.
¡Haz, Jesús, que lo desee!
Que los demás sean llamados a ocupar cargos.
¡Haz, Jesús, que lo desee!
Que los demás sean alabados. ¡Haz, Jesús, que lo desee!
Que los demás sean preferidos a mí. ¡Haz, Jesús, que lo desee!
Oración
Oremos:
Oh, Jesús, que, siendo Dios,
te has humillado hasta la muerte de cruz
para ser ejemplo perenne
que confunda nuestro orgullo y amor propio;
concédenos aprender y practicar tu ejemplo
para que, humillándonos
como corresponde a nuestra miseria aquí en la tierra,
podamos ser ensalzados
hasta gozar eternamente de ti en el cielo.
Tú que vives y reinas, por los siglos de los siglos.
℟. Amén.
Capítulo V. Preces diarias para usar en la bendición eucarística 51
B. LUNES
¡Señor, creemos en ti! ¡Señor, creemos en ti!
¡Señor, esperamos en ti! ¡Señor, esperamos en ti!
¡Señor, te amamos! ¡Señor, te amamos!
¡Señor, te adoramos! ¡Señor, te adoramos!
¡Señor, te damos gracias! ¡Señor, te damos gracias!
¡Jesucristo, creemos que eres el Hijo de Dios vivo!
¡Jesucristo, creemos que eres el Hijo de Dios vivo!
¡Jesucristo, creemos que eres el Salvador de los hombres!
¡Jesucristo, creemos que eres el Salvador de los hombres!
Jesucristo, santifícanos. Jesucristo, santifícanos.
María, ruega por los miembros del Regnum Christi.
María, ruega por los miembros del Regnum Christi.
Invocación a Cristo27
Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.
Tú, que viniste a este mundo, ten piedad de nosotros.
Tú, que fuiste crucificado, ten piedad de nosotros.
Tú, que moriste por nosotros, ten piedad de nosotros.
Tú, que yaciste en el sepulcro, ten piedad de nosotros.
Tú, que resucitaste de entre los muertos, ten piedad de nosotros.
Tú, que subiste a los cielos, ten piedad de nosotros.
Tú, que enviaste al Espíritu Santo sobre los apóstoles,
ten piedad de nosotros.
Tu, que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros.
Tú, que vendrás a juzgar a los vivos y a los muertos,
ten piedad de nosotros.
CR, Litaniæ sanctorum, p. 36.
27
52 El culto eucarístico fuera de la misa
C. MARTES
Invocaciones al Corazón de Jesucristo28
Reino del Corazón de Jesucristo, establécete en mi corazón.
Humildad del Corazón de Jesucristo, modela mi corazón.
Alegría del Corazón de Jesucristo, dilata mi corazón.
Amor del Corazón de Jesucristo, inflama mi corazón.
Luz del Corazón de Jesucristo, ilumina mi corazón.
Ciencia del Corazón de Jesucristo, instruye mi corazón.
Silencio del Corazón de Jesucristo, habla a mi corazón.
Voluntad del Corazón de Jesucristo, gobierna mi corazón.
Paciencia del Corazón de Jesucristo, soporta mi corazón.
Celo del Corazón de Jesucristo, abrasa mi corazón.
Obediencia del Corazón de Jesucristo, somete mi corazón.
Constancia del Corazón de Jesucristo, haz fiel mi corazón.
Fortaleza del Corazón de Jesucristo, sostén mi vocación.
Basadas en una letanía o «aspiraciones» al Sagrado Corazón, probablemente
28
del s. XIX.
Capítulo V. Preces diarias para usar en la bendición eucarística 53
D. MIÉRCOLES
Letanías de Nuestro Señor Jesucristo29
Jesús, hijo amado del Padre, Sabiduría divina, esplendor de su
gloria, ten piedad de nosotros.
Jesús, hijo de Adán, descendencia de Abrahán, retoño santo de
David, ten piedad de nosotros.
Jesús, cumplimiento de la profecía, plenitud de la ley, destino
del hombre, ten piedad de nosotros.
Jesús, don del Padre, concebido por obra del Espíritu, hijo de la
Virgen María, ten piedad de nosotros.
Jesús, nacido para nuestra salvación, revelado a los pastores,
manifestado a los magos, ten piedad de nosotros.
Jesús, luz de las gentes, gloria de Israel, esperado de las
naciones, ten piedad de nosotros.
Jesús, bautizado en el Jordán, consagrado por el Espíritu,
enviado por el Padre, ten piedad de nosotros.
Jesús, tentado en el desierto, orante en el monte, glorioso en el
Tabor, ten piedad de nosotros.
Jesús, maestro de verdad, palabra de vida, camino hacia el
Padre, ten piedad de nosotros.
Jesús, curación de los enfermos, consuelo de los afligidos,
misericordia de los pecadores, ten piedad de nosotros.
Jesús, camino y puerta de la salvación, pastor y cordero,
resurrección y vida, ten piedad de nosotros.
Jesús, condenado a muerte, coronado de espinas, cubierto de
heridas, ten piedad de nosotros.
Jesús, esperado por la Esposa, premio de los justos, plenitud del
reino, ten piedad de nosotros.
CE pp. 418-419.
29
54 El culto eucarístico fuera de la misa
E. VIERNES
Oración a Jesús Crucificado30
Mírame, oh, mi amado y buen Jesús,
postrado a los pies de tu divina presencia.
Te ruego con el mayor fervor de mi alma,
que imprimas en mi corazón
vivos sentimientos de fe, esperanza y caridad,
verdadero dolor de mis pecados
y propósito firmísimo de enmendarme.
Mientras que yo,
con todo el amor y compasión de mi alma,
voy considerando tus cinco llagas,
teniendo presente aquello que dijo de ti,
oh, buen Jesús, el santo profeta David:
«Han taladrado mis manos y mis pies,
y se pueden contar todos mis huesos».
℣. Sagrado Corazón de Jesús,
℟. En ti confío.
Oración31
℣. Oremos:
Concédenos, te rogamos, Señor y Dios nuestro,
celebrar con dignas alabanzas al Cordero
que fue inmolado por nosotros
y que está oculto en el Sacramento,
para que merezcamos verle patente en la gloria.
Por Jesucristo nuestro Señor.
℟. Amén.
30
MR, Apéndice para la preparación a la misa y acción de gracias después de la
misa.
31
SCCE 194.
Capítulo V. Preces diarias para usar en la bendición eucarística 55
F. SÁBADO
Aclamaciones a Cristo32
Cuerpo de Cristo, engendrado para nosotros por María,
a ti gloria y alabanza por los siglos.
Cuerpo de Cristo, sacrificado en la cruz,
a ti gloria y alabanza por los siglos.
Cuerpo de Cristo, resucitado del sepulcro,
a ti gloria y alabanza por los siglos.
Sangre de Cristo, precio de nuestro rescate,
a ti gloria y alabanza por los siglos.
Sangre de Cristo, sello de la nueva alianza,
a ti gloria y alabanza por los siglos.
Sangre de Cristo, bebida de vida eterna,
a ti gloria y alabanza por los siglos.
Corazón de Cristo, traspasado por la lanza,
a ti gloria y alabanza por los siglos.
Corazón de Cristo, rico en misericordia,
a ti gloria y alabanza por los siglos.
Corazón de Cristo, manantial de caridad,
a ti gloria y alabanza por los siglos.
Pan vivo bajado del cielo, danos tu salvación.
Palabra viviente del Padre, danos tu salvación.
Fuente del Espíritu Santo, danos tu salvación.
Esposo de la Santa Iglesia, danos tu salvación.
Redentor del mundo, danos tu salvación.
Amigo de los pequeños y de los pobres, danos tu salvación.
Cuando vengas el último día, danos tu salvación.
Comité Central para el Gran Jubileo
32
del Año 2000, Pellegrini in Preghiera,
Mondadori, Milano, 1999.
CAPÍTULO VI
PRECES PARA LA HORA EUCARÍSTICA
A continuación, se ofrecen algunas letanías que se pueden utilizarse en la hora
eucarística. No es una selección exclusiva: si se ve conveniente se pueden utilizar
otras preces adecuadas para este momento.
A. LETANÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN33
Conviene usar estas letanías en la hora eucarística del jueves antes del primer
viernes de cada mes y de la solemnidad del Sagrado Corazón.
I
Opción A
Señor, ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros. Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros.
Opción B
Cristo, óyenos. Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos. Cristo, escúchanos.
Dios, Padre celestial, ten piedad de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad, que eres un solo Dios,
ten piedad de nosotros.
II
Corazón de Jesús, Hijo del Eterno Padre,
ten piedad de nosotros.
ASS 31 (1898-99) 191-192.
33
58 El culto eucarístico fuera de la misa
Corazón de Jesús, formado por el Espíritu Santo en el seno de la
Virgen Madre, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, unido sustancialmente al Verbo de Dios,
ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, de majestad infinita, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, templo santo de Dios, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, tabernáculo del Altísimo,
ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, casa de Dios y puerta del cielo,
ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, horno ardiente de caridad,
ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, santuario de la justicia y del amor,
ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, lleno de bondad y de amor,
ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, abismo de todas las virtudes,
ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, digno de toda alabanza,
ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, Rey y centro de todos los corazones,
ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, en quien se hallan todos los tesoros de la
sabiduría y de la ciencia, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, en quien reside toda la plenitud de la
divinidad, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, en quien el Padre se complace,
ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, de cuya plenitud todos hemos recibido,
ten piedad de nosotros.
Capítulo VI. Preces para la hora eucarística 59
Corazón de Jesús, deseado de los eternos collados,
ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, paciente y lleno de misericordia,
ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, generoso para todos los que te invocan,
ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, fuente de vida y santidad,
ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, propiciación por nuestros pecados,
ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, colmado de oprobios, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, triturado por nuestros pecados,
ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, hecho obediente hasta la muerte,
ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, traspasado por una lanza,
ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, fuente de todo consuelo,
ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, vida y resurrección nuestra,
ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, paz y reconciliación nuestra,
ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, víctima por los pecadores,
ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, salvación de los que en ti esperan,
ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, esperanza de los que en ti mueren,
ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, delicia de todos los santos,
ten piedad de nosotros.
60 El culto eucarístico fuera de la misa
III
Las siguientes preces no pertenecen a las letanías del Sagrado Corazón, pero se
pueden decir cuando se rezan estas letanías en la hora eucarística.
Nosotros que somos pecadores, te rogamos, óyenos.
Otorga a tu Iglesia que permanezca unánime en la fe, fiel a tu
Evangelio y a su viva tradición, te rogamos, óyenos.
Fortalece a los obispos, presbíteros y diáconos para que sean
fieles dispensadores de tus misterios, te rogamos, óyenos.
Infunde tu fortaleza en los fieles laicos para que realicen su
compromiso bautismal, te rogamos, óyenos.
Envía trabajadores a la mies de tu Iglesia, te rogamos, óyenos.
Ilumina y lleva a la conversión a quienes persiguen a tu Iglesia,
te rogamos, óyenos.
Haz que todos los que creemos en tu nombre volvamos a ser
una sola Iglesia, te rogamos, óyenos.
Admite en tu reino celestial a nuestros familiares, amigos y
bienhechores difuntos, te rogamos, óyenos.
IV
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Versículo34
℣. Jesús, manso y humilde de corazón,
℟. haz nuestro corazón semejante al Tuyo.
MI, Apéndice, Invocaciones piadosas, 20.
34
Capítulo VI. Preces para la hora eucarística 61
Oración
℣. Oremos:
Oh, Dios todopoderoso y eterno,
mira el Corazón de tu amantísimo Hijo
y las alabanzas y satisfacciones
que te ofrece en nombre de los pecadores,
y, aplacado por estos homenajes,
perdona a los que imploran tu misericordia
en nombre de tu mismo Hijo Jesucristo,
que vive y reina por los siglos de los siglos.
℟. Amén.
62 El culto eucarístico fuera de la misa
B. LETANÍAS DE LOS SANTOS35
Tradicionalmente estas letanías de los santos se utilizaban en las rogativas,
momentos solemnes de oración que se tenían en primavera para pedir
particularmente la prosperidad de la tierra y la liberación de toda calamidad. Con
el tiempo se extendieron a otras procesiones, especialmente penitenciales, con
lo que adquirieron un especial significado de reparación. Este es el sentido que
tienen en la hora eucarística. Por ello mismo son también especialmente aptas
cuando se tienen oraciones para reparar por algún pecado o profanación, como se
suele hacer durante el carnaval.
I. Súplicas a Dios
Opción A
Señor, ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros. Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros.
Opción B
Dios, Padre celestial, ten piedad de nosotros.
Dios, Hijo Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Dios, Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad, que eres un solo Dios,
ten piedad de nosotros.
II. Invocación a los santos
Santa María. ruega por nosotros.
Santa Madre de Dios, ruega por nosotros.
Santa Virgen de las vírgenes, ruega por nosotros.
Santos Miguel, Gabriel y Rafael, rogad por nosotros.
Santos Ángeles, rogad por nosotros.
CR, Litaniæ sanctorum, pp. 33-37.
35
Capítulo VI. Preces para la hora eucarística 63
Patriarcas y profetas
San Abrahán, ruega por nosotros.
San Moisés, ruega por nosotros.
San Elías, ruega por nosotros.
San Juan Bautista, ruega por nosotros.
San José, ruega por nosotros.
Santos patriarcas y profetas, rogad por nosotros.
Apóstoles y discípulos
Santos Pedro y Pablo, rogad por nosotros.
San Andrés, ruega por nosotros.
Santos Juan y Santiago, rogad por nosotros.
Santo Tomás, ruega por nosotros.
San Mateo, ruega por nosotros.
Santos apóstoles, rogad por nosotros.
San Lucas, ruega por nosotros.
San Marcos, ruega por nosotros.
San Bernabé, ruega por nosotros.
Santa María Magdalena, ruega por nosotros.
Santos discípulos del Señor, rogad por nosotros.
Mártires
San Esteban, ruega por nosotros.
San Ignacio de Antioquía, ruega por nosotros.
San Policarpo, ruega por nosotros.
San Justino, ruega por nosotros.
San Lorenzo, ruega por nosotros.
San Cipriano, ruega por nosotros.
64 El culto eucarístico fuera de la misa
San Bonifacio, ruega por nosotros.
San Estanislao, ruega por nosotros.
Santo Tomás Becket, ruega por nosotros.
Santos Juan Fisher y Tomás Moro, rogad por nosotros.
San Pablo Miki, ruega por nosotros.
Santos Isaac Jogues y Juan de Brébeuf, rogad por nosotros.
San Pedro Chanel, ruega por nosotros.
San Carlos Lwanga, ruega por nosotros.
Santas Perpetua y Felicidad, rogad por nosotros.
Santa Inés, ruega por nosotros.
Santa María Goretti, ruega por nosotros.
Santos mártires, rogad por nosotros.
Obispos y doctores
Santos León y Gregorio, rogad por nosotros.
San Ambrosio, ruega por nosotros.
San Jerónimo, ruega por nosotros.
San Agustín, ruega por nosotros.
San Atanasio, ruega por nosotros.
Santos Basilio y Gregorio Nacianceno, rogad por nosotros.
San Juan Crisóstomo, ruega por nosotros.
San Martín, ruega por nosotros.
San Patricio, ruega por nosotros.
Santos Cirilo y Metodio, rogad por nosotros.
San Carlos Borromeo, ruega por nosotros.
San Francisco de Sales, ruega por nosotros.
San Pío X, ruega por nosotros.
Capítulo VI. Preces para la hora eucarística 65
Sacerdotes y religiosos
San Antonio, ruega por nosotros.
San Benito, ruega por nosotros.
San Bernardo, ruega por nosotros.
Santos Francisco y Domingo, rogad por nosotros.
Santo Tomás de Aquino, ruega por nosotros.
San Ignacio de Loyola, ruega por nosotros.
San Francisco Javier, ruega por nosotros.
San Vicente de Paúl, ruega por nosotros.
San Juan María Vianney, ruega por nosotros.
San Juan Bosco, ruega por nosotros.
Santa Catalina de Siena, ruega por nosotros.
Santa Teresa de Jesús, ruega por nosotros.
Santa Rosa de Lima, ruega por nosotros.
Santa Teresa del Niño Jesús, ruega por nosotros.
Laicos
San Luis, ruega por nosotros.
Santa Mónica, ruega por nosotros.
Santa Isabel de Hungría, ruega por nosotros.
Santos y santas de Dios, rogad por nosotros.
III. Invocación a Cristo
Opción A
Muéstrate propicio, líbranos, Señor.
De todo mal, líbranos, Señor.
De todo pecado, líbranos, Señor.
66 El culto eucarístico fuera de la misa
De los engaños del diablo, líbranos, Señor.
De la ira, del odio y de toda mala voluntad, líbranos, Señor.
De la muerte eterna, líbranos, Señor.
Por tu encarnación, líbranos, Señor.
Por tu natividad, líbranos, Señor.
Por tu bautismo y por tu santo ayuno, líbranos, Señor.
Por tu cruz y tu pasión, líbranos, Señor.
Por tu muerte y tu sepultura, líbranos, Señor.
Por tu santa resurrección, líbranos, Señor.
Por tu admirable ascensión, líbranos, Señor.
Por la efusión del Espíritu Santo, líbranos, Señor.
Por tu glorioso advenimiento, líbranos, Señor.
Opción B
Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.
Tú, que viniste a este mundo, ten piedad de nosotros.
Tú, que fuiste crucificado, ten piedad de nosotros.
Tú, que moriste por nosotros, ten piedad de nosotros.
Tú, que yaciste en el sepulcro, ten piedad de nosotros.
Tú, que resucitaste de entre los muertos,
ten piedad de nosotros.
Tú, que subiste a los cielos, ten piedad de nosotros.
Tú, que enviaste el Espíritu Santo sobre los apóstoles,
ten piedad de nosotros.
Tu, que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros.
Tú, que vendrás a juzgar a los vivos y a los muertos,
ten piedad de nosotros.
Capítulo VI. Preces para la hora eucarística 67
IV. Súplica por las diversas necesidades
Opción A
Nosotros que somos pecadores, te rogamos, óyenos.
Para que nos perdones, te rogamos, óyenos.
Para que nos guíes a la verdadera penitencia,
te rogamos, óyenos.
Para que nos fortalezcas y asistas en tu santo servicio,
te rogamos, óyenos.
Para que recompenses a todos nuestros bienhechores con los
bienes eternos, te rogamos, óyenos.
Para que nos des y conserves los frutos de la tierra,
te rogamos, óyenos.
Para que gobiernes y conserves a tu santa Iglesia,
te rogamos, óyenos.
Para que asistas al papa y a todos los miembros del clero en tu
servicio santo, te rogamos, óyenos.
Para que concedas la unidad a todos los que creen en Cristo,
te rogamos, óyenos.
Para que conduzcas a todos los hombres a la luz del Evangelio,
te rogamos, óyenos.
Opción B
Para que nos concedas tu indulgencia, te rogamos, óyenos.
Para que eleves nuestros corazones con el anhelo de las cosas
celestiales, te rogamos, óyenos.
Para que libres nuestras almas, las de nuestros hermanos,
parientes y bienhechores, de la condenación eterna,
te rogamos, óyenos.
Para que concedas el descanso eterno a todos los fieles difuntos,
te rogamos, óyenos.
68 El culto eucarístico fuera de la misa
Para que libres al mundo de la peste, del hambre y de la guerra,
te rogamos, óyenos.
Para que concedas a todos los pueblos la paz y la verdadera
concordia, te rogamos, óyenos.
Para que gobiernes y conserves a tu santa Iglesia,
te rogamos, óyenos.
Para que asistas al papa y a todos los miembros del clero en tu
servicio santo, te rogamos, óyenos.
Para que concedas la unidad a todos los que creen en Cristo,
te rogamos, óyenos.
Para que conduzcas a todos los hombres a la luz del Evangelio,
te rogamos, óyenos.
V. Conclusión
Opción A
Cristo, óyenos. Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos. Cristo, escúchanos.
Opción B
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo
ten piedad de nosotros.
Capítulo VI. Preces para la hora eucarística 69
Oración
℣. Oremos:
Opción A36
Oh, Dios, refugio y fortaleza nuestra,
escucha las oraciones de tu Iglesia
y concédenos, por tu bondad, lo que pedimos con fe.
Por Jesucristo nuestro Señor.
℟. Amén.
Opción B37
Oh, Dios, que nos ves desfallecer a causa de nuestra debilidad,
afiánzanos misericordiosamente en tu amor
por medio del testimonio de tus santos.
Por Jesucristo nuestro Señor.
℟. Amén.
36
MR, Apéndice V: Modelos de formularios para la oración universal, Formulario
general I, Oración del sacerdote.
37
MR, Común de santos y santas, Para toda categoría de santos, Formulario 2,
Oración colecta.
70 El culto eucarístico fuera de la misa
C. INVOCACIONES A JESUCRISTO
Las Invocaciones a Jesucristo son una expresión de la espiritualidad cristocéntrica
de la Congregación. Por medio de las virtudes teologales entramos en los misterios
de la vida de Cristo38.
I
Señor, ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros. Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros.
II
Jesucristo, Hijo eterno del Padre, creo en ti.
Jesucristo, salvador de los hombres, creo en ti.
Jesucristo, encarnado en el seno de la Virgen María por obra
del Espíritu Santo, creo en ti.
Jesucristo, que padeciste y moriste en la cruz para redimirnos
de nuestros pecados, creo en ti.
Jesucristo, resucitado al tercer día, creo en ti.
Jesucristo, sentado a la derecha del Padre, creo en ti.
Jesucristo, que vendrás a juzgar a los vivos y a los muertos,
creo en ti.
Jesucristo, piedra angular de la Iglesia, (cf. Ef 2, 20) creo en ti.
Jesucristo, que actualizas tu sacrificio cada día sobre el altar,
creo en ti.
Jesucristo, camino, verdad y vida, (Jn 14, 6) creo en ti.
Jesucristo, Señor de la vida y de la historia, creo en ti.
La versión original de estas invocaciones fue compuesta por un legionario, y
38
el director general las incluyó en el Manual de oraciones el 4 de septiembre de
1992 (cf. Prot. D.G. 1584-92).
Capítulo VI. Preces para la hora eucarística 71
III
Jesucristo, porque contigo todo lo podemos, (cf. Flp 4, 13)
confío en ti.
Jesucristo, porque eres el enviado del Padre, (cf. Jn 17, 8)
confío en ti.
Jesucristo, porque eres fiel a tus promesas, (cf. 2 Cor 1, 20)
confío en ti.
Jesucristo, porque eres el amigo que da la vida por los amigos,
(cf. Jn 15, 13) confío en ti.
Jesucristo, porque solo tú tienes palabras de vida eterna,
(Jn 6, 68) confío en ti.
Jesucristo, porque eres el buen pastor que llama a cada uno por
su nombre, (cf. Jn 10, 11 y 3) confío en ti.
Jesucristo, porque eres rico en misericordia, (cf. Ef 2, 4)
confío en ti.
Jesucristo, porque eres la vid que nos permite dar fruto,
(cf. Jn 15, 5) confío en ti.
Jesucristo, porque nos llamas a ser apóstoles de tu reino,
confío en ti.
Jesucristo, porque eres la luz que ilumina nuestro peregrinar
hacia el Padre, (cf. Jn 8, 12) confío en ti.
Jesucristo, porque has ido a prepararnos una morada en la casa
del Padre, (cf. Jn 14, 2) confío en ti.
IV
Jesucristo, porque nos has amado tú primero, (cf. 1 Jn 4, 19)
te amo.
Jesucristo, porque nos has redimido del pecado, te amo.
Jesucristo, porque nos has abierto las puertas de tu reino,
te amo.
72 El culto eucarístico fuera de la misa
Jesucristo, porque nos has hecho hijos de Dios, (cf. Jn 1, 12)
te amo.
Jesucristo, porque nos has enriquecido con el don del Espíritu
Santo, te amo.
Jesucristo, porque te has quedado con nosotros en el
sacramento de la Eucaristía, te amo.
Jesucristo, porque nos has entregado a tu Madre al pie de la
cruz, (cf. Jn 19, 26) te amo.
Jesucristo, por el don de la fe católica, te amo.
Jesucristo, por el don de la vida consagrada, te amo.
Jesucristo, por el don del sacerdocio, te amo.
Jesucristo, por el don del Movimiento Regnum Christi y de la
Legión de Cristo, te amo.
Jesucristo, porque nos has confiado tu Evangelio para extender
tu reino entre los hombres, te amo.
Jesucristo, porque eres nuestro Dios y Señor, (cf. Jn 20, 28)
te amo.
V
Cuando se reza en la hora eucarística, se pueden añadir las siguientes preces de
intercesión:
Nosotros que somos pecadores, te rogamos, óyenos.
Otorga a tu Iglesia que permanezca unánime en la fe,
te rogamos, óyenos.
Asiste y protege al papa N. en su servicio pastoral a la Iglesia,
te rogamos, óyenos.
Conforta y mantén en tu santo servicio a los religiosos y almas
consagradas, te rogamos, óyenos.
Muestra a los jóvenes el camino de la felicidad verdadera,
te rogamos, óyenos.
Capítulo VI. Preces para la hora eucarística 73
Bendice a las naciones de la tierra con tu paz,
te rogamos, óyenos.
Concede a los difuntos la eterna bienaventuranza,
te rogamos, óyenos.
Y a nosotros, Legionarios de Cristo y miembros del Regnum
Christi, haznos dóciles instrumentos en tus manos,
te rogamos, óyenos.
Versículo39
℣. Jesús, manso y humilde de corazón,
℟. haz nuestro corazón semejante al tuyo.
Oración40
℣. Oremos:
Oh, Padre celestial, al invocar a tu Hijo,
centro, criterio y ejemplo
de nuestra vida religiosa, sacerdotal y apostólica,
concédenos progresar en el conocimiento del misterio de Cristo
para vivirlo en su plenitud.
Por Jesucristo nuestro Señor.
℟. Amén.
MI, Apéndice, Invocaciones piadosas, 20.
39
Cf. MR, Primer domingo de Cuaresma, Oración colecta.
40
74 El culto eucarístico fuera de la misa
D. LETANÍAS A JESUCRISTO, SACERDOTE Y VÍCTIMA41
Puede ser oportuno recitar estas letanías con cierta frecuenta cuando algún
miembro de la comunidad está cercano a recibir la ordenación sacerdotal.
I
Opción A
Señor, ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros. Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros.
Opción B
Cristo, óyenos. Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos. Cristo, escúchanos.
Dios, Padre celestial, ten piedad de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad, que eres un solo Dios,
ten piedad de nosotros.
II
Jesús, Sacerdote y Víctima, ten piedad de nosotros.
Jesús, Sacerdote eterno según el rito de Melquisedec,
ten piedad de nosotros.
Jesús, Sacerdote a quien Dios envió para evangelizar a los
pobres, ten piedad de nosotros.
Jesús, Sacerdote que en la última cena instituiste la forma del
sacrificio perenne, ten piedad de nosotros.
Notitiæ (2013), 238-242.
41
Capítulo VI. Preces para la hora eucarística 75
Jesús, Sacerdote que siempre vives para interceder por
nosotros, ten piedad de nosotros.
Jesús, Pontífice a quien el Padre ungió con Espíritu Santo y
con poder, ten piedad de nosotros.
Jesús, Pontífice tomado de entre los hombres,
ten piedad de nosotros.
Jesús, Pontífice constituido en favor de los hombres,
ten piedad de nosotros.
Jesús, Pontífice de nuestra fe, ten piedad de nosotros.
Jesús, Pontífice más glorioso que Moisés,
ten piedad de nosotros.
Jesús, Pontífice del santuario verdadero, ten piedad de nosotros.
Jesús, Pontífice de los bienes futuros, ten piedad de nosotros.
Jesús, Pontífice santo, inocente y puro, ten piedad de nosotros.
Jesús, Pontífice fiel y misericordioso, ten piedad de nosotros.
Jesús, Pontífice inflamado por el celo de Dios y de las almas,
ten piedad de nosotros.
Jesús, Pontífice perfecto para siempre, ten piedad de nosotros.
Jesús, Pontífice que por tu sangre penetraste en los cielos,
ten piedad de nosotros.
Jesús, Pontífice que has iniciado un nuevo camino para
nosotros, ten piedad de nosotros.
Jesús, Pontífice que nos has amado y nos has lavado de nuestros
pecados con tu sangre, ten piedad de nosotros.
Jesús, Pontífice que te has entregado a ti mismo a Dios como
oblación y víctima, ten piedad de nosotros.
Jesús, Víctima de Dios y de los hombres, ten piedad de nosotros.
Jesús, Víctima santa e inmaculada, ten piedad de nosotros.
Jesús, Víctima inmolada, ten piedad de nosotros.
76 El culto eucarístico fuera de la misa
Jesús, Víctima pacífica, ten piedad de nosotros.
Jesús, Víctima de propiciación y alabanza,
ten piedad de nosotros.
Jesús, Víctima de reconciliación y paz, ten piedad de nosotros.
Jesús, Víctima por quien tenemos acceso confiado a Dios,
ten piedad de nosotros.
Jesús, Víctima que vives por los siglos de los siglos,
ten piedad de nosotros.
Muéstrate propicio. Líbranos, Señor.
III
Del paso temerario a las sagradas órdenes, líbranos, Señor.
Del pecado de sacrilegio, líbranos, Señor.
Del espíritu de incontinencia, líbranos, Señor.
De las ganancias deshonestas, líbranos, Señor.
De toda mancha de simonía, líbranos, Señor.
De la indigna administración de los bienes de la Iglesia,
líbranos, Señor.
Del amor del mundo y de sus vanidades, líbranos, Señor.
De la indigna celebración de tus misterios, líbranos, Señor.
IV
Por tu eterno sacerdocio, líbranos, Señor.
Por la santa unción, con que Dios Padre te ha constituido
sacerdote, líbranos, Señor.
Por tu espíritu sacerdotal, líbranos, Señor.
Por aquel ministerio con que glorificaste a tu Padre sobre la
tierra, líbranos, Señor.
Capítulo VI. Preces para la hora eucarística 77
Por la cruenta inmolación de ti mismo, hecha una vez para
siempre, en la cruz, líbranos, Señor.
Por aquel mismo sacrificio renovado todos los días en el altar,
líbranos, Señor.
Por aquel divino poder que ejercitas de modo invisible en tus
sacerdotes, líbranos, Señor.
V
Para que conserves en santidad y fidelidad al orden sacerdotal,
te rogamos, óyenos.
Para que otorgues a tu pueblo sacerdotes según tu corazón,
te rogamos, óyenos.
Para que los llenes con el espíritu de tu sacerdocio,
te rogamos, óyenos.
Para que los labios de los sacerdotes sean fuente de sabiduría,
te rogamos, óyenos.
Para que envíes obreros fieles a tu mies, te rogamos, óyenos.
Para que multipliques los dispensadores de tus misterios,
te rogamos, óyenos.
Para que les concedas perseverar en el cumplimiento de tu
voluntad, te rogamos, óyenos.
Para que les concedas mansedumbre en su ministerio,
prudencia en la acción y constancia en la oración,
te rogamos, óyenos.
Para que promuevas por medio de ellos la devoción al Santísimo
Sacramento en todas partes, te rogamos, óyenos.
Para que recibas en tu gozo a los que te han servido bien,
te rogamos, óyenos.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo,
perdónanos, Señor.
78 El culto eucarístico fuera de la misa
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo,
escúchanos, Señor.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Jesús, Sacerdote, óyenos.
Jesús, Sacerdote, escúchanos.
Oración
℣. Oremos:
Opción A
Dios, santificador y protector de tu Iglesia,
suscita en ella, por medio de tu Espíritu,
dispensadores idóneos y fieles de tus santos misterios,
para que, por su ejemplo y ministerio,
el pueblo cristiano se encamine bajo tu protección
por el sendero de la salvación.
Por Cristo, nuestro Señor.
℟. Amén.
Opción B42
Oh, Dios,
que para gloria de tu nombre
y salvación del género humano
quisiste constituir a Cristo sumo y eterno sacerdote,
te suplicamos
que el pueblo, adquirido para ti con su Sangre,
consiga, por la participación en este memorial,
la fuerza de su cruz y Resurreccion.
Por Jesucristo nuestro Señor.
℟. Amén.
MR, Misas votivas, De nuestro Señor Jesucristo, sumo y eterno sacerdote,
42
Oración colecta.
Capítulo VI. Preces para la hora eucarística 79
E. LETANÍAS DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO43
Se ofrecen estas letanías como un modelo posible entre otros.
I
Opción A
Señor, ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros. Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros.
Opción B
Cristo, óyenos. Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos. Cristo, escúchanos.
Dios, Padre celestial, ten piedad de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad, que eres un solo Dios,
ten piedad de nosotros.
II
Pan vivo, bajado del cielo, ten piedad de nosotros.
Dios escondido y Salvador, ten piedad de nosotros.
Trigo de los escogidos, ten piedad de nosotros.
Sacrificio santo, ten piedad de nosotros.
Sacrificio vivo, ten piedad de nosotros.
Sacrificio agradable a Dios, ten piedad de nosotros.
Comida de ángeles, ten piedad de nosotros.
Notitiæ (2013), 243-247.
43
80 El culto eucarístico fuera de la misa
Maná escondido, ten piedad de nosotros.
Ofrenda pura, ten piedad de nosotros.
Sacrificio perpetuo, ten piedad de nosotros.
Cordero sin mancha, ten piedad de nosotros.
Mesa purísima, ten piedad de nosotros.
Anfitrión y comida, ten piedad de nosotros.
Cáliz de bendicion, ten piedad de nosotros.
Oferente y ofrenda, ten piedad de nosotros.
Misterio de la fe, ten piedad de nosotros.
Sacramento de piedad, ten piedad de nosotros.
Vínculo de caridad, ten piedad de nosotros.
Recuerdo de las maravillas de Dios, ten piedad de nosotros.
Pan nuestro de cada día, ten piedad de nosotros.
Incruento sacrificio, ten piedad de nosotros.
Sacrosanto y augustísimo misterio, ten piedad de nosotros.
Remedio que da inmortalidad, ten piedad de nosotros.
Fuente especial de gracias. ten piedad de nosotros.
Excelso y venerable sacramento, ten piedad de nosotros.
Sacrificio santísimo, ten piedad de nosotros.
Verbo hecho carne, ten piedad de nosotros.
Antídoto contra el pecado, ten piedad de nosotros.
Conmemoración santísima de la Pasión del Señor,
ten piedad de nosotros.
Milagro estupendo, ten piedad de nosotros.
Don que trasciende toda plenitud, ten piedad de nosotros.
Memorial principal del amor divino, ten piedad de nosotros.
Tesoro infinito de las riquezas de Dios, ten piedad de nosotros.
Capítulo VI. Preces para la hora eucarística 81
Asombroso sacramento que da la vida, ten piedad de nosotros.
Alimento de las almas santas, ten piedad de nosotros.
Convite dulcísimo en que sirven los ángeles,
ten piedad de nosotros.
Sarificio propiciatorio por vivos y muertos,
ten piedad de nosotros.
Viático de los que mueren en el Señor, ten piedad de nosotros.
Prenda de la gloria futura, ten piedad de nosotros.
Muéstrate propicio. Líbranos, Señor.
III
De la indigna comunión de tu cuerpo y sangre, líbranos, Señor.
De la concupiscencia de la carne, líbranos, Señor.
De la concupiscencia de los ojos, líbranos, Señor.
De la soberbia de la vida, líbranos, Señor.
De toda ocasión de pecado, líbranos, Señor.
IV
Por tu ardiente deseo de comer esta Pascua con tus discípulos,
líbranos, Señor.
Por la profunda humildad con que les lavaste los pies,
líbranos, Señor.
Por la ardentísima caridad con que instituiste este divino
Sacramento, líbranos, Señor.
Por tu preciosa sangre que nos dejaste en el altar,
líbranos, Señor.
Por las cinco llagas de tu sacratísimo cuerpo, líbranos, Señor.
82 El culto eucarístico fuera de la misa
V
Nosotros que somos pecadores, te rogamos, óyenos.
Aumenta y conserva en nosotros la fe, reverencia y devoción a
este admirable Sacramento, te rogamos, óyenos.
Condúcenos al aprovechamiento del frecuente uso de la sagrada
Eucaristía con la auténtica confesión de nuestros pecados,
te rogamos, óyenos.
Líbranos de toda herejía, apostasía y ceguedad de corazón,
te rogamos, óyenos.
Concédenos los preciosos y celestiales frutos de este Santísimo
Sacramento, te rogamos, óyenos.
Confórtanos y defiéndenos con este viático en la hora de nuestra
muerte, te rogamos, óyenos.
Hijo de Dios, te rogamos, óyenos.
VI
Opción A
Cristo, óyenos. Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos. Cristo, escúchanos.
Opción B
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo,
perdónanos, Señor.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo,
escúchanos, Señor.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Capítulo VI. Preces para la hora eucarística 83
Oración44
℣. Oremos:
Oh, Dios, que en este sacramento admirable
nos dejaste el memorial de tu pasión,
te pedimos nos concedas venerar de tal modo
los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre,
que experimentemos constantemente en nosotros
el fruto de tu redención.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
℟. Amén.
MR, Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, Oración colecta.
44
CAPÍTULO VII
RITO DE LA BENDICIÓN EUCARÍSTICA
Bendición
El ministro, revestido con alba ceñida o sobrepelliz, estola blanca y capa pluvial,
con los acólitos y el turiferario, se acercan al Santísimo y hacen una genuflexión.
Mientras tanto, la comunidad permanece de rodillas.
Después de las oraciones que corresponden, se entona el Tantum ergo45. El
ministro, si no está ya enfrente del Santísimo, se acerca y hace la genuflexión;
luego inciensa el Santísimo Sacramento.
Terminado el Tantum ergo un cantor entona:
Y todos responden:
45
El Ritual de la Sagrada Comunión y del Culto a la Eucaristía fuera de la Misa
pide «un himno u otro canto eucarístico»; en la Legión tradicionalmente cantamos
solo el Tantum ergo (cf. SCCE 97).
*
También se canta el alleluia en la solemnidad del Cuerpo y Sangre de Jesucristo.
86 El culto eucarístico fuera de la misa
El sacerdote se pone de pie e invita a la oración:
Y ora algunos instantes en silencio. Luego canta la oración:
Y todos responden:
El ministro se pone el paño de hombros e imparte la bendición en silencio. Si el
presbiterio lo permite de modo decoroso, el ministro da la bendición delante del
altar, entre este y la asamblea.
Capítulo VII. Rito de la Bendición eucarística 87
Laudes divinæ
Estas alabanzas, compuestas a finales del s. XVIII como preces de desagravio
ante las blasfemias, fueron consolidándose como el modo normal de aclamar al
Santísimo Sacramento solemnemente expuesto antes de reservarlo. Las rezan
al unísono el ministro y la asamblea. Sin embargo, cuando la asamblea no las
conoce de memoria, el ministro puede enunciar él solo cada aclamación para que
la asamblea la repita.
Bendito sea Dios.
Bendito sea su santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre.
Bendito sea el nombre de Jesús.
Bendito sea su sacratísimo Corazón.
Bendita sea su preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.
Bendita sea la gran Madre de Dios, María Santísima.
Bendita sea su santa e inmaculada concepción.
Bendita sea su gloriosa asunción.
Bendito sea el nombre de María virgen y madre.
Bendito sea san José su castísimo esposo.
Bendito sea Dios en sus ángeles y en sus santos. Amén.
Al terminar, el diácono o, en su defecto, el mismo ministro que ha impartido la
bendición, reserva el Santísimo. Mientras, se tiene un canto eucarístico. Si se
han rezado las completas, sigue la antífona mariana correspondiente. Después,
mientras el sacerdote se retira se canta, en el modo habitual, el lema de la
Congregación46.
Cf. CLC 11.
46
88 El culto eucarístico fuera de la misa
Se canta tres veces: la primera inicia el entonador y la comunidad sigue, la
segunda lo cantan todos juntos, y la tercera el entonador vuelve a iniciar con el
Christe Rex noster y todos siguen.
Tercera parte
RITOS Y PRECES
PARA DIVERSAS OCASIONES
CAPÍTULO VIII
NOVENAS
A. NOVENA DE SAN JOSÉ
El día 10 de marzo ―o nueve días antes de la solemnidad de san José cuando esta
no se celebre el 19 de marzo― inicia la novena de san José. El noveno día, si no se
rezan estas preces antes de las primeras vísperas, se omiten. Cuando san José se
celebra después de la Semana Santa, se omite la novena de san José.
La novena suele rezarse al inicio de las oraciones de la noche ―si hay adoracion,
después de haber expuesto el Santísimo―, a no ser que sea preferible en otro
momento en que pueda reunirse la comunidad.
Quien dirige lo puede hacer desde su lugar en la capilla. La lectura la puede hacer
el mismo que dirige u otro miembro designado.
Salmo invitatorio Sal 100
℣. A Cristo, Hijo de Dios, que quiso ser tenido por hijo de
José, venid, adoremos.
℟. A Cristo, Hijo de Dios, que quiso ser tenido por hijo de José,
venid, adoremos.
℣. Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con vítores. ℟.
℣. Sabed que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño. ℟.
℣. Entrad por sus puertas con acción de gracias,
por sus atrios con himnos,
dándole gracias y bendiciendo su nombre. ℟.
℣. «El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades». ℟.
92 Ritos y preces para diversas ocasiones
Lectura
10 de marzo Lc 1, 26-27
En el mes sexto, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una
ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con
un hombre llamado José, de la casa de David.
11 de marzo Mt 1, 20-21
Se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: «José,
hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer, porque la cria-
tura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo
y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo
de sus pecados».
12 de marzo Lc 2, 4-5
También José, por ser de la casa y familia de David, subió des-
de la ciudad de Nazaret, en Galilea, a la ciudad de David, que se
llama Belén, en Judea, para empadronarse con su esposa María,
que estaba encinta.
13 de marzo Lc 2, 15-16
Y sucedió que, cuando los ángeles se marcharon al cielo, los
pastores se decían unos a otros: «Vayamos, pues, a Belén, y vea-
mos lo que ha sucedido y que el Señor nos ha comunicado». Fue-
ron corriendo y encontraron a María y a José, y al niño acostado
en el pesebre.
14 de marzo Mt 2, 13-14
El ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Le-
vántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí
hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para
matarlo». José se levantó, tomó al niño y a su madre, de noche, y
se fue a Egipto.
Capítulo VIII. Novenas 93
15 de marzo Mt 2, 19-21
Cuando murió Herodes, el ángel del Señor se apareció de nue-
vo en sueños a José en Egipto y le dijo: «Levántate, coge al niño y
a su madre y vuelve a la tierra de Israel, porque han muerto los
que atentaban contra la vida del niño». Se levantó, tomó al niño
y a su madre y volvió a la tierra de Israel.
16 de marzo Lc 2, 27-28.33
Impulsado por el Espíritu, Simeón fue al templo. Y cuando en-
traban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo acos-
tumbrado según la ley, lo tomó en brazos y bendijo a Dios. Su
padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño.
17 de marzo Lc 2, 48-49
Le dijo su madre: «Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Tu padre
y yo te buscábamos angustiados». Él les contestó: «¿Por qué me
buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Pa-
dre?».
18 de marzo Lc 3, 23
Jesús, al empezar, tenía unos treinta años, y se pensaba que
era hijo de José.
Versículo47 Gén 39, 4
℣. Lo nombró administrador de su casa.
℟. Y señor de todas sus posesiones.
LH, Solemnidad de san José, Hora tercia, Verso.
47
94 Ritos y preces para diversas ocasiones
Oración48
℣. Oremos:
Concédenos, Dios todopoderoso,
que tu Iglesia conserve siempre y lleve a su plenitud
los primeros misterios de la salvación humana
que confiaste a la fiel custodia de san José.
Por Jesucristo nuestro Señor.
℟. Amén.
MR, Solemnidad de san José, Oración colecta.
48
Capítulo VIII. Novenas 95
B. NOVENA DE PENTECOSTÉS
El viernes de la VI semana de Pascua inicia la novena de preparación a la
solemnidad de Pentecostés. El noveno día, si no se rezan estas preces antes de las
primeras vísperas, se omiten.
La novena suele rezarse al inicio de las oraciones de la noche ―si hay adoracion,
después de haber expuesto el Santísimo―, a no ser que sea preferible en otro
momento en que pueda reunirse la comunidad.
Quien dirige lo puede hacer desde su lugar en la capilla. La lectura la puede hacer
el mismo que dirige u otro miembro designado.
Salmo invitatorio Sal 95, 1-7
℣. Aleluya. El Espíritu del Señor llenó toda la tierra. Aleluya.
℟. Aleluya. El Espíritu del Señor llenó toda la tierra. Aleluya.
℣. Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos. ℟.
℣. Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos. ℟.
℣. Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía. ℟.
96 Ritos y preces para diversas ocasiones
Viernes de la semana anterior
Lectura Hch 2, 1-2
Llegado el día de Pentecostés, estaban reunidos todos los dis-
cípulos. Sobrevino repentinamente del cielo un ruido como de
viento impetuoso que soplaba y llenó la casa donde estaban.
Versículo49 Sab 1, 7
℣. El Espíritu del Señor llenó la tierra. Aleluya.
℟. Y todo lo abarca, y conoce cada sonido. Aleluya.
Oración50
℣. Oremos:
Todos juntos dicen la oración:
℟. Oh, Espíritu Santo,
inspírame lo que debo pensar,
lo que debo decir,
lo que debo callar,
lo que debo escribir,
lo que debo hacer,
cómo debo obrar para procurar el bien de los hombres,
el cumplimiento de mi misión
y el triunfo del reino de Cristo.
Amén.
Sábado de la semana anterior
Lectura Is 11, 1-3
Brotará un renuevo del tronco de Jesé, y de su raíz florecerá un
vástago. Sobre él se posará el espíritu del Señor: espíritu de sa-
MR, Solemnidad de Pentecostés, Misa del día, Antífona de entrada.
49
Basada en una oración compuesta por el Card. Jean Verdier (1864-1940).
50
Capítulo VIII. Novenas 97
biduría y entendimiento, espíritu de consejo y fortaleza, espíritu
de ciencia y piedad. Lo inspirará el temor del Señor.
Versículo Sab 1, 7
℣. El Espíritu del Señor llenó la tierra. Aleluya.
℟. Y todo lo abarca, y conoce cada sonido. Aleluya.
Oración51
℣. Oremos:
Todos juntos dicen la oración:
℟. Oh, Espíritu Santo,
concédeme el don de temor de Dios, mi Padre,
para que, poniéndome ante Él con un corazón contrito y humillado,
no le disguste en nada.
Amén.
Domingo anterior
Lectura Gal 4, 6-7
Como sois hijos, Dios envió a nuestros corazones el Espíritu de
su Hijo, que clama: «¡Abba, Padre!». Así que ya no eres esclavo,
sino hijo; y si eres hijo, eres también heredero por voluntad de
Dios.
Versículo Sab 1, 7
℣. El Espíritu del Señor llenó la tierra. Aleluya.
℟. Y todo lo abarca, y conoce cada sonido. Aleluya.
Cf. Juan Pablo II, Catequesis del 11 de junio de 1989.
51
98 Ritos y preces para diversas ocasiones
Oración52
℣. Oremos:
Todos juntos dicen la oración:
℟. Oh, Espíritu Santo,
concédeme el don de piedad
que, sanando mi corazón de todo tipo de dureza,
me abra a la ternura para con Dios y para con mis hermanos.
Amén.
Lunes
Lectura 1 Cor 2, 15-16
El hombre espiritual lo juzga todo, mientras que él no está su-
jeto al juicio de nadie. «¿Quién ha conocido la mente del Señor
para poder instruirlo?». Pues bien, nosotros tenemos la mente de
Cristo.
Versículo Sab 1, 7
℣. El Espíritu del Señor llenó la tierra. Aleluya.
℟. Y todo lo abarca, y conoce cada sonido. Aleluya.
Oración53
℣. Oremos:
Todos juntos dicen la oración:
℟. Oh, Espíritu Santo,
concédeme el don de ciencia
para que, conociendo el verdadero valor de las criaturas
en su relación con el Creador,
52
Cf. Juan Pablo II, Catequesis del 28 de mayo de 1989.
53
Cf. Juan Pablo II, Catequesis del 23 de abril de 1989.
Capítulo VIII. Novenas 99
ponga solo en Dios el fin de mi propia vida.
Amén.
Martes
Lectura Ef 6, 10-11
Por lo demás, buscad vuestra fuerza en el Señor y en su inven-
cible poder. Poneos las armas de Dios, para poder afrontar las
asechanzas del diablo, porque nuestra lucha no es contra hom-
bres de carne y hueso sino contra los principados, contra las po-
testades, contra los dominadores de este mundo de tinieblas, con-
tra los espíritus malignos del aire.
Versículo Sab 1, 7
℣. El Espíritu del Señor llenó la tierra. Aleluya.
℟. Y todo lo abarca, y conoce cada sonido. Aleluya.
Oración54
℣. Oremos:
Todos juntos dicen la oración:
℟. Oh, Espíritu Santo,
concédeme el don de fortaleza
para perseverar fielmente en la voluntad del Padre
y resistir las instigaciones del enemigo de mi alma.
Amén.
Cf. Juan Pablo II, Catequesis del 14 de mayo de 1989.
54
100 Ritos y preces para diversas ocasiones
Miércoles
Lectura Flp 1, 9-11
Que vuestro amor siga creciendo más y más en penetración y
en sensibilidad para apreciar los valores. Así llegaréis al día de
Cristo limpios e irreprochables, cargados de frutos de justicia,
por medio de Cristo Jesús, para gloria y alabanza de Dios.
Versículo Sab 1, 7
℣. El Espíritu del Señor llenó la tierra. Aleluya.
℟. Y todo lo abarca, y conoce cada sonido. Aleluya.
Oración55
℣. Oremos:
Todos juntos dicen la oración:
℟. Oh, Espíritu Santo,
concédeme el don de consejo
para que, penetrando en el verdadero sentido
de los valores evangélicos,
sepa discernir en todo momento
lo que debo hacer según la voluntad del Padre.
Amén.
Jueves
Lectura Lc 24, 44-45
Y les dijo: «Esto es lo que os dije mientras estaba con vosotros:
que era necesario que se cumpliera todo lo escrito en la Ley de
Moisés y en los Profetas y Salmos acerca de mí». Entonces les
abrió el entendimiento para comprender las Escrituras.
Cf. Juan Pablo II, Catequesis del 7 de mayo de 1989.
55
Capítulo VIII. Novenas 101
Versículo Sab 1, 7
℣. El Espíritu del Señor llenó la tierra. Aleluya.
℟. Y todo lo abarca, y conoce cada sonido. Aleluya.
Oración56
℣. Oremos:
Todos juntos dicen la oración:
℟. Oh, Espíritu Santo,
concédeme el don de entendimiento
para que, escrutando las profundidades de Dios,
abra mi corazón a su designio amoroso
sobre mi vida y sobre el mundo.
Amén.
Viernes
Lectura Sab 9, 1-4
«Dios de los padres y Señor de la misericordia, que con tus
palabras hiciste todas las cosas, y en tu sabiduría formaste al
hombre, para que dominase sobre las criaturas que tú has hecho
y para regir el mundo con santidad y justicia, y para administrar
justicia con rectitud de corazón. Dame la sabiduría asistente de
tu trono y no me excluyas del número de tus siervos.
Versículo Sab 1, 7
℣. El Espíritu del Señor llenó la tierra. Aleluya.
℟. Y todo lo abarca, y conoce cada sonido. Aleluya.
Cf. Juan Pablo II, Catequesis del 16 de abril de 1989.
56
102 Ritos y preces para diversas ocasiones
Oración57
℣. Oremos:
Todos juntos dicen la oración:
℟. Oh, Espíritu Santo,
concédeme el don de la sabiduría
para que, experimentando y saboreando las realidades divinas,
valore desde Dios las cosas de este mundo.
Amén.
Sábado
Lectura Jn 16, 12-13
Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar
con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os
guiará hasta la verdad plena.
Versículo Sab 1, 7
℣. El Espíritu del Señor llenó la tierra. Aleluya.
℟. Y todo lo abarca, y conoce cada sonido. Aleluya.
Oración
℣. Oremos:
Todos juntos dicen la oración:
℟. Oh, Espíritu Santo,
dulce huésped y consolador de mi alma:
ilumina mi entendimiento
para conocer la voluntad divina sobre mí;
inflama mi corazón para amarla con pasión
y da fuerza a mi voluntad
Cf. Juan Pablo II, Catequesis del 9 de abril de 1989.
57
Capítulo VIII. Novenas 103
para cumplirla con la perfección que tú me pides.
Finalmente te pido, oh, Espíritu de amor,
que me concedas las gracias necesarias
para corresponder fielmente a tus santas inspiraciones.
Amén.
104 Ritos y preces para diversas ocasiones
C. NOVENA DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
El miércoles después de la solemnidad de la Santísima Trinidad inicia la novena
de preparación a la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús. El noveno día, si no
se rezan estas preces antes de las primeras vísperas, se omiten.
La novena suele rezarse al inicio de las oraciones de la noche ―si hay adoracion,
después de haber expuesto el Santísimo―, a no ser que sea preferible en otro
momento en que pueda reunirse la comunidad.
Quien dirige lo puede hacer desde su lugar en la capilla. La lectura la puede hacer
el mismo que dirige u otro miembro designado.
Salmo invitatorio Sal 67
℣. Al Corazón de Cristo, herido de amor por nosotros, venid,
adoremos.
℟. Al Corazón de Cristo, herido de amor por nosotros, venid,
adoremos.
℣. Que Dios tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación. ℟.
℣. Oh, Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia
y gobiernas las naciones de la tierra. ℟.
℣. Oh, Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
La tierra ha dado su fruto,
nos bendice el Señor, nuestro Dios.
Que Dios nos bendiga;
que le teman todos los confines de la tierra. ℟.
Capítulo VIII. Novenas 105
Lectura
Miércoles de la semana anterior Is 12, 2-3
Él es mi Dios y Salvador: confiaré y no temeré, porque mi fuer-
za y mi poder es el Señor, él fue mi salvación. Y sacaréis aguas
con gozo de las fuentes de la salvación.
Jueves de la semana anterior Is 49, 14-15
Sion decía: «Me ha abandonado el Señor, mi dueño me ha olvi-
dado». ¿Puede una madre olvidar al niño que amamanta, no tener
compasión del hijo de sus entrañas? Pues, aunque ella se olvida-
ra, yo no te olvidaré.
Viernes de la semana anterior Mt 11, 28-30
Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os
aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que
soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para
vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.
Sábado Jn 3, 16-17
Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para
que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo,
sino para que el mundo se salve por él.
Domingo Jn 13, 1
Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llega-
do su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los
suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo.
Lunes Jn 15, 13-15
Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus ami-
gos. Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando. Ya no
106 Ritos y preces para diversas ocasiones
os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a
vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre
os lo he dado a conocer.
Martes Jn 19, 33-34.36-37
Al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le quebraron
las piernas, sino que uno de los soldados, con la lanza, le traspasó
el costado, y al punto salió sangre y agua. Esto ocurrió para que
se cumpliera la Escritura: «No le quebrarán un hueso»; y en otro
lugar la Escritura dice: «Mirarán al que traspasaron».
Miércoles Jn 20, 26-28
A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás
con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en
medio y dijo: «Paz a vosotros». Luego dijo a Tomás: «Trae tu
dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costa-
do; y no seas incrédulo, sino creyente». Contestó Tomás: «¡Señor
mío y Dios mío!».
Jueves Ef 3, 17-19
Que Cristo habite por la fe en vuestros corazones; que el amor
sea vuestra raíz y vuestro cimiento; de modo que así, con todos
los santos, logréis abarcar lo ancho, lo largo, lo alto y lo profundo,
comprendiendo el amor de Cristo, que trasciende todo conoci-
miento. Así llegaréis a vuestra plenitud, según la plenitud total
de Dios.
Versículo58
℣. Corazón de Jesús, ardiente de amor a nosotros,
℟. Inflama nuestro corazón en el amor a ti.
MI, Apéndice, Invocaciones piadosas, 4.
58
Capítulo VIII. Novenas 107
Oración59
℣. Oremos:
Oh, Dios, que en el Corazón de tu Hijo,
herido por nuestros pecados,
te has dignado regalarnos misericordiosamente
infinitos tesoros de amor,
te pedimos que, al rendirle el homenaje de nuestra piedad,
manifestemos también una conveniente reparación.
Por Jesucristo nuestro Señor.
℟. Amén.
MR, Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, Oración colecta, segunda
59
opción.
108 Ritos y preces para diversas ocasiones
D. NOVENA DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA
DE LOS DOLORES
El 6 de septiembre inicia la novena de preparación a la solemnidad de la
Bienaventurada Virgen María de los Dolores. El noveno día, si no se rezan estas
preces antes de las primeras vísperas, se omiten.
La novena suele rezarse al inicio de las oraciones de la noche ―si hay adoracion,
después de haber expuesto el Santísimo―, a no ser que sea preferible en otro
momento en que pueda reunirse la comunidad.
Quien dirige lo puede hacer desde su lugar en la capilla. La lectura la puede hacer
el mismo que dirige u otro miembro designado.
Himno60
Se puede recitar o cantar.
La Madre piadosa estaba Stabat Mater dolorósa
junto a la cruz, y lloraba iuxta crucem lacrimósa,
mientras el Hijo pendía, dum pendébat Fílius.
cuya alma triste y llorosa, Cuius ánimam geméntem,
traspasada y dolorosa, contristátam et doléntem,
fiero cuchillo tenía. pertransívit gládius.
Oh, dulce fuente de amor Eia, Mater, fons amóris,
hazme sentir tu dolor me sentíre vim dolóris
para que llore contigo. fac ut tecum lúgeam.
Y que por mi Cristo amado Fac ut árdeat cor meum
mi corazón abrasado in amándo Christum Deum,
más viva en él que conmigo. ut sibi compláceam.
MR, Memoria de la Bienaventurada Virgen María de los Dolores, Secuencia.
60
Capítulo VIII. Novenas 109
Lectura
6 de septiembre Lc 1, 29-31.38
Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba
qué saludo era aquel. El ángel le dijo: «No temas, María, porque
has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y da-
rás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús». María contestó:
«He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra».
7 de septiembre Lc 2, 34-35
Simeón los bendijo y dijo a María, su madre: «Este ha sido pues-
to para que muchos en Israel caigan y se levanten; y será como
un signo de contradicción ―y a ti misma una espada te traspasa-
rá el alma―, para que se pongan de manifiesto los pensamientos
de muchos corazones».
8 de septiembre Mt 2, 13-15
El ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Le-
vántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí
hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para
matarlo». José se levantó, tomó al niño y a su madre, de noche, se
fue a Egipto y se quedó hasta la muerte de Herodes para que se
cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta: «De Egipto
llamé a mi hijo».
9 de septiembre Lc 2, 48-50
Le dijo su madre: «Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Tu padre
y yo te buscábamos angustiados». Él les contestó: «¿Por qué me
buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Pa-
dre?». Pero ellos no comprendieron lo que les dijo.
10 de septiembre Lc 23, 27-31
Lo seguía un gran gentío del pueblo, y de mujeres que se gol-
peaban el pecho y lanzaban lamentos por él. Jesús se volvió hacia
110 Ritos y preces para diversas ocasiones
ellas y les dijo: «Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, llorad por
vosotras y por vuestros hijos, porque mirad que vienen días en
los que dirán: “Bienaventuradas las estériles y los vientres que
no han dado a luz y los pechos que no han criado”. Entonces em-
pezarán a decirles a los montes: “Caed sobre nosotros”, y a las co-
linas: “Cubridnos”; porque, si esto hacen con el leño verde, ¿qué
harán con el seco?»
11 de septiembre Jn 19, 25-27
Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su
madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena. Jesús, al ver
a su madre y junto a ella al discípulo al que amaba, dijo a su ma-
dre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo». Luego, dijo al discípulo: «Ahí
tienes a tu madre». Y desde aquella hora, el discípulo la recibió
como algo propio.
12 de septiembre Mc 15, 42-45
Al anochecer, como era el día de la Preparación, víspera del
sábado, vino José de Arimatea, miembro noble del Sanedrín, que
también aguardaba el reino de Dios; se presentó decidido ante Pi-
lato y le pidió el cuerpo de Jesús. Pilato se extrañó de que hubiera
muerto ya; y, llamando al centurión, le preguntó si hacía mucho
tiempo que había muerto. Informado por el centurión, concedió
el cadáver a José.
13 de septiembre Jn 19, 40-42
Tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en los lienzos con
los aromas, según se acostumbra a enterrar entre los judíos. Ha-
bía un huerto en el sitio donde lo crucificaron, y en el huerto, un
sepulcro nuevo donde nadie había sido enterrado todavía. Y como
para los judíos era el día de la Preparación, y el sepulcro estaba
cerca, pusieron allí a Jesús.
Capítulo VIII. Novenas 111
14 de septiembre Lc 2, 19
María, por su parte, conservaba todas estas cosas, meditándo-
las en su corazón.
Versículo61
℣. Estaba santa María, Reina del cielo y Señora del mundo, jun-
to a la cruz del Señor.
℟. Feliz ella que, sin morir, mereció la palma del martirio.
Oración62
℣. Oremos:
Oh, Dios, junto a tu Hijo elevado en la cruz
quisiste que estuviese la Madre dolorosa;
concede a tu Iglesia
que, asociándose con María a la pasión de Cristo,
merezca participar en su resurrección.
Por Jesucristo nuestro Señor.
℟. Amén.
61
LH, Memoria de Nuestra Señora, la Virgen de los Dolores, Vísperas,
Responsorio breve.
62
MR, Memoria de la Bienaventurada Virgen María de los Dolores, Oración
colecta.
112 Ritos y preces para diversas ocasiones
E. NOVENA DE CRISTO REY
El viernes de la XXXII semana del Tiempo Ordinario inicia la novena de preparación
a la solemnidad de Cristo Rey. El noveno día, si no se rezan estas preces antes de
las primeras vísperas, se omiten.
La novena suele rezarse al inicio de las oraciones de la noche ―si hay adoración,
después de haber expuesto el Santísimo―, a no ser que sea preferible en otro
momento en que pueda reunirse la comunidad.
Quien dirige lo puede hacer desde su lugar en la capilla. La lectura la puede hacer
el mismo que dirige u otro miembro designado.
Salmo invitatorio Sal 24, 1-2; 7-10
℣. A Jesucristo, Rey de reyes, venid, adoremos.
℟. A Jesucristo, Rey de reyes, venid, adoremos.
℣. Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos. ℟.
℣. ¡Portones!, alzad los dinteles,
que se alcen las puertas eternales:
va a entrar el Rey de la gloria.
―¿Quién es ese Rey de la gloria?―
El Señor, héroe valeroso,
el Señor valeroso en la batalla. ℟.
℣. ¡Portones!, alzad los dinteles,
que se alcen las puertas eternales:
va a entrar el Rey de la gloria.
―¿Quién es ese Rey de la gloria?―
El Señor, Dios del universo,
él es el Rey de la gloria. ℟.
Capítulo VIII. Novenas 113
Lectura
Viernes de la semana anterior 1 Cor 15, 25.27-28
Cristo tiene que reinar hasta que ponga a todos sus enemigos
bajo sus pies. Pero, cuando dice que ha sometido todo, es eviden-
te que queda excluido el que le ha sometido todo. Y, cuando le
haya sometido todo, entonces también el mismo Hijo se someterá
al que se lo había sometido todo. Así Dios será todo en todos.
Sábado de la semana anterior Dn 7, 13-14
Seguí mirando. Y en mi visión nocturna vi venir una especie de
hijo de hombre entre las nubes del cielo. Avanzó hacia el anciano
y llegó hasta su presencia. A él se le dio poder, honor y reino. Y
todos los pueblos, naciones y lenguas lo sirvieron. Su poder es un
poder eterno, no cesará. Su reino no acabará.
Domingo anterior Ap 1, 4-6
Gracia y paz a vosotros (...) de parte de Jesucristo, el testigo
fiel, el primogénito de entre los muertos, el príncipe de los reyes
de la tierra. Al que nos ama, y nos ha librado de nuestros pecados
con su sangre, y nos ha hecho reino y sacerdotes para Dios, su
Padre. A él, la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.
Lunes Ap 11, 15-16
El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en
el cielo: «¡El reino del mundo ha pasado a nuestro Señor y a su
Cristo, y reinará por los siglos de los siglos!». Y los veinticuatro
ancianos que están sentados delante de Dios cayeron rostro a tie-
rra y adoraron a Dios.
Martes Lc 1, 32-33; cf. 2 Sam 7, 12-13
Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará
el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob para
siempre, y su reino no tendrá fin».
114 Ritos y preces para diversas ocasiones
Miércoles Sal 45, 7-8; cf. Heb 1, 8-9
Tu trono, oh, Dios, permanece para siempre, cetro de rectitud
es tu cetro real; has amado la justicia y odiado la impiedad: por
eso Dios, tu Dios, te ha ungido con aceite de júbilo entre todos tus
compañeros.
Jueves Col 1, 16-18
En él fueron creadas todas las cosas: celestes y terrestres, vi-
sibles e invisibles. Tronos y Dominaciones, Principados y Potes-
tades; todo fue creado por él y para él. Él es anterior a todo, y
todo se mantiene en él. Él es también la cabeza del cuerpo: de la
Iglesia.
Viernes Col 1, 19-20
En él quiso Dios que residiera toda la plenitud. Y por él y para
él quiso reconciliar todas las cosas, las del cielo y las de la tierra,
haciendo la paz por la sangre de su cruz.
Sábado Is 9, 5
Un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado: lleva a hom-
bros el principado, y es su nombre: «Maravilla de Consejero, Dios
fuerte, Padre de eternidad, Príncipe de la paz».
Versículo Mt 18, 28
℣. Me ha sido dado todo poder,
℟. en el cielo y en la tierra.
Capítulo VIII. Novenas 115
Oración63
℣. Oremos:
Dios todopoderoso y eterno,
que quisiste recapitular todas las cosas
en tu Hijo muy amado, Rey del Universo,
haz que la creación entera, liberada de la esclavitud,
sirva a tu majestad y te glorifique sin fin.
Él que vive y reina por los siglos de los siglos.
℟. Amén.
MR, Solemnidad de nuestro Señor Jesucristo Rey del Universo, Oración
63
colecta.
116 Ritos y preces para diversas ocasiones
F. NOVENA DE NAVIDAD
El día 16 de diciembre inicia la novena de preparación a la Navidad del Señor. El
noveno día, si no se rezan estas preces antes de las primeras vísperas, se omiten.
La novena suele rezarse al inicio de las oraciones de la noche ―si hay adoración,
después de haber expuesto el Santísimo―, a no ser que sea preferible en otro
momento en que pueda reunirse la comunidad.
Quien dirige lo puede hacer desde su lugar en la capilla. La lectura la puede hacer
el mismo que dirige u otro miembro designado.
Salmo invitatorio Sal 24, 1-2; 7-10
℣. Al Rey que ha de venir, venid, adoremos.
℟. Al Rey que ha de venir, venid, adoremos.
℣. Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos. ℟.
℣. ¡Portones!, alzad los dinteles,
que se alcen las puertas eternales:
va a entrar el Rey de la gloria.
―¿Quién es ese Rey de la gloria?―
El Señor, héroe valeroso,
el Señor valeroso en la batalla. ℟.
℣. ¡Portones!, alzad los dinteles,
que se alcen las puertas eternales:
va a entrar el Rey de la gloria.
―¿Quién es ese Rey de la gloria?―
El Señor, Dios del universo,
él es el Rey de la gloria. ℟.
Capítulo VIII. Novenas 117
Lectura64
16 de diciembre
Mira, el Rey viene, el Señor de la tierra, y él romperá el yugo
de nuestra cautividad.
17 de diciembre
Oh, Sabiduría, que brotaste de los labios del Altísimo, abarcan-
do del uno al otro confín y ordenándolo todo con firmeza y suavi-
dad, ven y muéstranos el camino de la salvación.
18 de diciembre
Oh, Adonai, Pastor de la casa de Israel, que te apareciste a
Moisés en la zarza ardiente y en el Sinaí le diste tu ley, ven a li-
brarnos con el poder de tu brazo.
19 de diciembre
Oh, Renuevo del tronco de Jesé, que te alzas como un signo
para los pueblos, ante quien los reyes enmudecen y cuyo auxilio
imploran las naciones, ven a librarnos, no tardes más.
20 de diciembre
Oh, Llave de David y Cetro de la casa de Israel, que abres y
nadie puede cerrar, cierras y nadie puede abrir, ven y libra a los
cautivos que viven en tinieblas y en sombras de muerte.
21 de diciembre
Oh, Sol que naces de lo alto, Resplandor de la luz eterna, Sol
de justicia, ven ahora a iluminar a los que viven en tinieblas y en
sombra de muerte.
64
Las lecturas provienen de la liturgia de las horas de los días respectivos
(antífona del Magníficat). La lectura para el día 16 de diciembre es la antífona al
Magníficat del lunes de la segunda semana de Adviento.
118 Ritos y preces para diversas ocasiones
22 de diciembre
Oh, Rey de las naciones y Deseado de los pueblos, Piedra angu-
lar de la Iglesia, que haces de dos pueblos uno solo, ven y salva al
hombre que formaste del barro de la tierra.
23 de diciembre
Oh, Enmanuel, rey y legislador nuestro, esperanza de las na-
ciones y salvador de los pueblos, ven a salvarnos, Señor Dios
nuestro.
24 de diciembre
Cuando salga el sol, veréis el Rey de reyes, que viene del Pa-
dre, como el esposo sale de su cámara nupcial.
Versículo Lc 21, 28
℣. Levantaos, alzad la cabeza.
℟. Se acerca vuestra liberación.
Oración65
℣. Oremos:
Apresúrate, Señor Jesús, y no tardes,
para que tu venida consuele y fortalezca
a los que lo esperan todo de tu amor.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
℟. Amén.
MR, 24 de diciembre, Oración colecta.
65
CAPÍTULO IX
NAVIDAD
Bendición de la mesa la cena de Nochebuena66
Antes de la cena de nochebuena, después de la bendición de la mesa y la lectura
de la narración del nacimiento de Cristo en el Evangelio según san Lucas, se lee
el anuncio solemne de la Navidad que hace el Martirologio Romano.
Veinticinco de diciembre. Luna...
Pasados innumerables siglos desde de la creación del mundo,
cuando en el principio Dios creó el cielo y la tierra y formó al
hombre a su imagen; después también de muchos siglos, desde
que el Altísimo pusiera su arco en las nubes tras el diluvio como
signo de alianza y de paz; veintiún siglos después de la emigra-
ción de Abrahán, nuestro padre en la fe, de Ur de Caldea; trece
siglos después de la salida del pueblo de Israel de Egipto bajo la
guía de Moisés; cerca de mil años después de que David fue un-
gido como rey, en la semana sesenta y cinco según la profecía de
Daniel; en la Olimpíada ciento noventa y cuatro, el año setecien-
tos cincuenta y dos de la fundación de la Urbe, el año cuarenta y
dos del imperio de César Octavio Augusto; estando todo el orbe
en paz, Jesucristo, Dios eterno e Hijo del eterno Padre, querien-
do consagrar el mundo con su piadosísima venida, concebido del
Espíritu Santo, nueve meses después de su concepción, nace en
Belén de Judea, hecho hombre, de María Virgen:
la Natividad de nuestro Señor Jesucristo según la carne.
MartR, 25 de diciembre.
66
120 Ritos y preces para diversas ocasiones
Cálculo de la luna
Aquí se ofrece la luna correspondiente del 25 de diciembre hasta el año 2030:
2017 7.ª 2022 2.ª 2027 27.ª
2018 18.ª 2023 13.ª 2028 8.ª
2019 29.ª 2024 24.ª 2029 19.ª
2020 10.ª 2025 5.ª 2030 30.ª
2021 21.ª 2026 16.ª
CAPÍTULO X
PARA DAR GRACIAS A DIOS
Te Deum
El Te Deum se canta de pie antes de la bendición eucarística los días 31 de
diciembre y 3 de enero.
122 Ritos y preces para diversas ocasiones
Capítulo X. Para dar gracias a Dios 123
124 Ritos y preces para diversas ocasiones
Capítulo X. Para dar gracias a Dios 125
Un cantor:
Todos:
Un cantor:
Todos:
126 Ritos y preces para diversas ocasiones
Un cantor:
Todos:
El que preside:
Todos:
El que preside:
Y ora unos instantes en silencio.
Capítulo X. Para dar gracias a Dios 127
Todos responden:
La bendición sigue del modo acostumbrado con el Tantum ergo.
CAPÍTULO XI
FIESTAS DE LA LEGIÓN
En las principales fiestas de la Legión y del Movimiento Regnum Christi se dice
la consagración legionaria y se canta el himno de la Legión. Estas fiestas son la
solemnidad de Cristo Rey, los días en que se celebran los titulares de la Congregación
(Sagrado Corazón de Jesús y Bienaventurada Virgen María de los Dolores) y los
principales aniversarios de la misma (fundación, 3 de enero; Decretum Laudis, 6
de febrero; y aprobación de las Constituciones, 16 de octubre).
CONSAGRACIÓN LEGIONARIA
La consagración suele decirse antes de la bendición eucarística. Cuando se canta
el Te Deum, la consagración se dice antes del canto.
El que preside:
Te bendigo, Padre, y te doy gracias
por el don infinito que me has hecho al crearme,
porque me has redimido inmerecidamente
con la pasión y muerte de tu Hijo,
y porque, enriqueciéndome con el don de tu gracia y predilección,
te has dignado llamarme a servirte más plenamente
en la Legión y en el Regnum Christi.
Acepta en este día, Padre Santo,
la renovación de mi consagración total a ti,
que hago, una vez más, en presencia de tu Hijo Jesucristo,
de la Santísima Virgen de los Dolores
y de san Juan Evangelista.
Consciente de mi miseria y debilidad,
imploro humildemente tu gracia para realizar esta consagración
en la vivencia fiel de los votos de pobreza, castidad y obediencia
por amor tuyo y de tu reino,
130 Ritos y preces para diversas ocasiones
en la observancia de las Constituciones de los Legionarios de Cristo
y en la realización responsable y generosa
de la misión que me has encomendado.
Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre en mi vida consagrada;
venga tu reino a mi corazón;
que tu voluntad se cumpla
en todos los momentos de mi obrar cotidiano;
líbrame de caer en la tibieza espiritual,
y concédeme la gracia de que, olvidándome de mí mismo,
Cristo reine cada día más plenamente en mí.
Que la virtud de tu Espíritu Santo
lleve a cabo en mí la obra del hombre nuevo,
por la cual Cristo vive en mí y yo en Cristo,
a fin de alcanzar la santidad a la que me tienes llamado
al formar parte de la Legión y del Movimiento Regnum Christi.
Concédeme conocer y amar
el espíritu de la Legión y del Regnum Christi
con corazón magnánimo y sencillez de niño.
Enciende en mi corazón un celo ardiente
por la salvación de las almas.
Y acrecienta en mí
un amor real, personal, viril y apasionado a Jesucristo.
Así, ayudado por tu gracia,
me entregaré totalmente a ti
y ofrendaré mi vida por la salvación de mis hermanos,
hasta que, luchando por hacer presente en el mundo
el reino de Cristo
como jefe de almas y soldado raso de la Legión,
entregue en tus manos mi espíritu.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Capítulo XI. Fiestas de la Legión 131
HIMNO LEGIONARIO67
El himno legionario se canta en la capilla cuando se ha terminado el rito de la
bendición eucarística, cuando el sacerdote y los acólitos se han retirado.
Texto: José María Pemán y Pemartín (1897-1981); Música: Ernesto Halffter
67
Escriche (1905-1989).
CAPÍTULO XII
RENOVACIÓN DE LAS PROMESAS BAUTISMALES
Al terminar los ejercicios espirituales los participantes renuevan sus promesas
bautismales. Esta celebración se puede tener al interno de una liturgia de la
Palabra o también, como ha sido habitual, al interno de una concelebración
eucarística por la tarde del último día.
El cirio pascual encendido se coloca al lado del ambón.
Normalmente preside el rito el director de ejercicios.
LITURGIA DE LA PALABRA
Cuando el rito se hace fuera de la misa, se comienza con la liturgia de la Palabra.
El que preside va revestido con alba ceñida, estola y capa pluvial. Mientras entran
los ministros, la asamblea, de pie, ejecuta un canto apropiado. El que preside se
dirige a la sede.
El que preside.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Todos:
Amén.
Y saluda a la asamblea con estas u otras palabras:
La gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y de Jesucristo, el
Señor, estén con todos vosotros.
Todos:
Y con tu espíritu.
Todos se sientan para escuchar la Palabra de Dios:
El celebrante puede escoger algunas lecturas que hablen del Misterio Pascual
o, más directamente, del bautismo. Si se celebra el rito al interno de la misa, se
deben tomar las lecturas que corresponden a la misa que se celebra.
134 Ritos y preces para diversas ocasiones
Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Romanos
6, 1-14
Queridos hermanos:
¿Qué diremos, pues? ¿Permanezcamos en el pecado para que
abunde la gracia? De ningún modo. Los que hemos muerto al pe-
cado, ¿cómo vamos a seguir viviendo en el pecado? ¿Es que no
sabéis que cuantos fuimos bautizados en Cristo Jesús fuimos bau-
tizados en su muerte? Por el bautismo fuimos sepultados con él
en la muerte, para que, lo mismo que Cristo resucitó de entre los
muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos
en una vida nueva. Pues si hemos sido incorporados a él en una
muerte como la suya, lo seremos también en una resurrección
como la suya; sabiendo que nuestro hombre viejo fue crucificado
con Cristo, para que fuera destruido el cuerpo de pecado, y, de
este modo, nosotros dejáramos de servir al pecado; porque quien
muere ha quedado libre del pecado. Si hemos muerto con Cristo,
creemos que también viviremos con él; pues sabemos que Cristo,
una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más; la
muerte ya no tiene dominio sobre él. Porque quien ha muerto,
ha muerto al pecado de una vez para siempre; y quien vive, vive
para Dios. Lo mismo vosotros, consideraos muertos al pecado y
vivos para Dios en Cristo Jesús. Que el pecado no siga reinando
en vuestro cuerpo mortal, sometiéndoos a sus deseos; no pongáis
vuestros miembros al servicio del pecado, como instrumentos de
injusticia; antes bien, ofreceos a Dios como quienes han vuelto a
la vida desde la muerte, y poned vuestros miembros al servicio
de Dios, como instrumentos de la justicia. Porque el pecado no
ejercerá su dominio sobre vosotros: pues no estáis bajo ley, sino
bajo gracia.
Palabra de Dios.
℟. Te alabamos, Señor.
Capítulo XII. Renovación de las promesas bautismales 135
Salmo responsorial Sal 34
℟. Gustad y ved qué bueno es el Señor
Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. ℟.
Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
El afligido invocó al Señor,
él lo escuchó y lo salvó de sus angustias. ℟.
El ángel del Señor acampa en torno a quienes lo temen
y los protege.
Gustad y ved qué bueno es el Señor,
dichoso el que se acoge a él. ℟.
Guarda tu lengua del mal,
tus labios de la falsedad;
apártate del mal, obra el bien,
busca la paz y corre tras ella. ℟.
Los ojos del Señor miran a los justos,
sus oídos escuchan sus gritos;
pero el Señor se enfrenta con los malhechores,
para borrar de la tierra su memoria. ℟.
Versículo antes del Evangelio 2 Tim 2, 11-12
Si morimos con Cristo, viviremos con él. Si perseveramos con
Cristo, reinaremos con él.
136 Ritos y preces para diversas ocasiones
Evangelio
℣. El Señor esté con vosotros.
℟. Y con tu espíritu.
℣. Lectura del santo Evangelio según san Mateo. 28, 16-20
℟. Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea, al mon-
te que Jesús les había indicado. Al verlo, ellos se postraron, pero
algunos dudaron. Acercándose a ellos, Jesús les dijo: «Se me ha
dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discí-
pulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y
del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todo lo que
os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días,
hasta el final de los tiempos».
Palabra del Señor.
℟. Gloria a ti, Señor Jesús.
Homilía
Si lo ve conveniente, el que preside puede pronunciar una homilía.
Capítulo XII. Renovación de las promesas bautismales 137
RENOVACIÓN DE LAS PROMESAS BAUTISMALES
Terminada la homilía, y habiendo dejado unos momentos de silencio, el celebrante
se pone de pie junto al cirio pascual.
Bendición de los cirios
Cuando se van a usar cirios nuevos (como, por ejemplo, al inicio del noviciado),
en este momento se bendicen los cirios. El celebrante dice:
Cristo, ayer y hoy, Principio y Fin, Alfa y Omega, suyos son los
tiempos y la eternidad. A Él la gloria y el imperio por todos los
siglos de los siglos68.
Y hace la señal de la cruz sobre los cirios nuevos.
Entrega de los cirios encendidos
El celebrante dice:
La luz de Cristo gloriosamente resucitado disipe las tinieblas
del corazón y de la mente69.
El celebrante enciende cada cirio en el cirio pascual y lo entrega. Si se prefiere,
un ayudante puede encender el cirio y dárselo al celebrante. Cuando el celebrante
entrega el cirio a cada uno, dice:
℣. Recibe la luz de Cristo.
℟. Gracias a Dios.
Mientras tanto, se entona un canto apropiado, como, por ejemplo, Un solo Señor
o Oh, luz gozosa.
Cuando el grupo de los ejercitantes es muy numeroso, varios sacerdotes pueden
entregar los cirios encendidos a los participantes.
MR, Domingo de Pascua en la Resurrección del Señor, Vigilia Pacual, 10
68
MR, Domingo de Pascua en la Resurrección del Señor, Vigilia Pacual, 12
69
138 Ritos y preces para diversas ocasiones
Cuando todos están de nuevo en sus puestos, teniendo cada uno el cirio encendido
en la mano, todos dicen juntos esta oración:
Padre Santo,
te pedimos que aceptes en acción de gracias
la humilde oblación de nuestra vida,
e iluminando el alma
de quienes vamos a renovar las promesas del bautismo,
nos concedas la gracia de seguir el camino de santidad
y dar testimonio público de nuestra fe en tu Hijo, Jesucristo,
de tal forma que todos los hombres
con quienes convivimos en la sociedad,
encuentren en nosotros los auténticos discípulos de Cristo
que se caracterizan por su caridad universal,
por la correspondencia entre su fe y sus obras,
y por un ardiente deseo de que se establezca tu reino en la tierra.
Te rogamos también
que protejas a nuestra Madre, la Santa Iglesia,
juntamente con nuestro santísimo padre el papa,
los obispos,
los sacerdotes,
los Legionarios de Cristo
y todos los miembros del Movimiento.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Renovación de las promesas bautismales70
El sacerdote dice:
Queridos hermanos:
en esta santa ocasión en que vais a renovar
las promesas del bautismo,
recordad lo que nos enseña el apóstol:
Que por el bautismo fuimos sepultados con Cristo en la muerte,
Cf. RBN 219, 126-107.
70
Capítulo XII. Renovación de las promesas bautismales 139
«para que, lo mismo que Cristo resucitó de entre los muertos
por la gloria del Padre,
así también nosotros andemos en una vida nueva» (Rm 6, 4).
Es necesario, por tanto, que, de aquí en adelante,
no viváis más de acuerdo con el hombre viejo y pecador,
sino que, por el contrario, viváis únicamente
conforme al hombre nuevo,
redimido por Cristo y llamado a vivir según la nueva vida
que existe en el seno de la santa Iglesia,
cuerpo místico de Cristo.
Por lo tanto,
renunciad una vez más a Satanás y a sus obras,
así como también al mundo que es enemigo de Dios,
prometiendo servir fielmente a Dios en la santa Iglesia Católica.
Así pues:
¿Renunciáis a Satanás, esto es:
―al pecado, como negación de Dios,
―al mal, como signo del pecado en el mundo,
―al error, como ofuscación de la verdad,
―a la violencia, como contraria a la caridad,
―al egoísmo, como falta de testimonio del amor?
Todos:
Sí, renuncio.
El celebrante prosigue:
¿Renunciáis a sus obras, que son:
―vuestras envidias y odios,
―vuestras perezas e indiferencias,
―vuestras cobardías y complejos,
―vuestras tristezas y desconfianzas,
―vuestro materialismo y sensualidades,
―vuestras injusticias y favoritismos.
―vuestras faltas de fe, de esperanza y de caridad?
140 Ritos y preces para diversas ocasiones
Todos:
Sí, renuncio.
El celebrante:
¿Renunciáis a todas sus seducciones, como pueden ser:
―el creeros los mejores,
―el veros superiores,
―el estar muy seguros de vosotros mismos,
―el creer que ya estáis convertidos del todo,
―el quedaros en las cosas, medios, instituciones, métodos,
reglamentos, y no ir a Dios?
Todos:
Sí, renuncio.
El celebrante:
¿Creéis en Dios, Padre todopoderoso,
creador del cielo y de la tierra?
Todos:
Sí, creo.
El celebrante:
¿Creéis en Jesucristo,
su único Hijo, nuestro Señor,
que nació de santa María Virgen,
murió, fue sepultado,
resucitó de entre los muertos
y está sentado a la derecha del Padre?
Todos:
Sí, creo.
Capítulo XII. Renovación de las promesas bautismales 141
El celebrante:
¿Creéis en el Espíritu Santo,
en la santa Iglesia Católica,
en la comunión de los santos,
en el perdón de los pecados,
en la resurrección de la carne
y en la vida eterna?
Todos:
Sí, creo.
El celebrante concluye:
Esta es nuestra fe.
Esta es la fe de la Iglesia que nos gloriamos de profesar
en Jesucristo nuestro Señor.
Todos:
Amén.
142 Ritos y preces para diversas ocasiones
RITOS CONCLUSIVOS
Si la celebración se tiene fuera de la misa, se termina con la oración de los files y
la bendición.
Oración de los fieles
Se ofrece esta oración del apéndice del Misal Romano, pero el mismo director de
ejercicios o el celebrante puede utilizar otro texto.
El celebrante:
Invoquemos, hermanos, con todo el ardor de nuestro espíri-
tu, a Dios nuestro Padre, por medio de nuestro Señor Jesucristo,
triunfador glorioso del pecado y de la muerte.
El diácono u otro lector propone las peticiones, que pueden ser estas u otras:
―Por la santa Iglesia de Dios, para que todos los miembros de
la Iglesia, unidos a los pastores, seamos fieles testigos de la fe,
por medio de la caridad, roguemos al Señor.
―Oremos por los hombres del mundo entero y por sus necesi��-
dades, para que haya paz en la tierra, fundamentada en la verdad
y en la libertad, en el amor y la justicia, roguemos al Señor.
―Para que todos los que sufren en su cuerpo o en su espíritu
puedan hallar consuelo y esperanza en Cristo, y nuestra ayuda
fraternal y cristiana, roguemos al Señor.
―Para que todos los bautizados nos empeñemos con pasión
por dar a conocer al mundo el Evangelio de Cristo, roguemos al
Señor.
―Por nuestros hermanos difuntos, para que puedan gozar ya
de la plenitud de vida divina que recibieron el día de su bautismo,
roguemos al Señor.
Capítulo XII. Renovación de las promesas bautismales 143
El celebrante introduce la oración del padrenuestro con estas palabras u otras
semejantes:
El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por
el Espíritu Santo que se nos ha dado. Digamos con fe y confianza.
Todos:
Padre nuestro...
Bendición solemne71
El celebrante, extendiendo las manos, dice:
El Señor esté con vosotros.
Y todos responden:
Y con tu espíritu.
El celebrante, extendiendo las manos sobre los fieles, dice:
El Dios, que por la resurrección de su Unigénito
os ha redimido y adoptado como hijos,
os llene de alegría con sus bendiciones.
Todos:
Amén.
El celebrante:
Y ya que por la redención de Cristo
recibisteis el don de la libertad verdadera,
por su bondad recibáis también la herencia eterna.
Todos:
Amén.
MR, Bendiciones Solemnes, Tiempo Pascual.
71
El celebrante:
Y, pues confesando la fe
habéis resucitado con Cristo en el bautismo,
por vuestras buenas obras
merezcáis ser admitidos en la patria del cielo.
Todos:
Amén.
El celebrante:
Y la bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo X y Espíritu Santo,
descienda sobre vosotros.
Todos:
Amén.
Despedida
El celebrante:
Podéis ir en paz.
Todos:
Demos gracias a Dios.
ÍNDICE
Decreto ������������������������������������������������������������������������������������������������ 3
Siglas y abreviaturas utilizadas ������������������������������������������������������� 5
Primera parte. Diversos ritos en la vida del legionario ����������������� 7
Capítulo I. Entrega del hábito legionario ���������������������������������������� 9
Capítulo II. Profesiones religiosas �������������������������������������������������� 17
Anotaciones generales previas �������������������������������������������������������� 17
A. Primera profesión ����������������������������������������������������������������������� 18
B. Profesión perpetua ��������������������������������������������������������������������� 22
C. Renovación de votos ������������������������������������������������������������������� 33
D. Renovación de votos por devoción ��������������������������������������������� 36
Capítulo III. Profesión de fe y juramento de fidelidad ����������������� 39
Anotaciones generales previas �������������������������������������������������������� 39
A. Profesión de fe ���������������������������������������������������������������������������� 40
B. Juramento de fidelidad de los superiores ����������������������������������� 42
C. Juramento de fidelidad ���������������������������������������������������������������� 43
Capítulo IV. Exequias ����������������������������������������������������������������������� 45
Segunda parte. El culto eucarístico fuera de la misa ������������������� 47
Capítulo V. Preces diarias para usar en la bendición eucarística�� 49
A. Domingo ������������������������������������������������������������������������������������� 49
B. Lunes ������������������������������������������������������������������������������������������ 51
C. Martes ����������������������������������������������������������������������������������������� 52
D. Miércoles ������������������������������������������������������������������������������������ 53
E. Viernes ���������������������������������������������������������������������������������������� 54
F. Sábado ����������������������������������������������������������������������������������������� 55
Capítulo VI. Preces para la hora eucarística ��������������������������������� 57
A. Letanías del Sagrado Corazón ���������������������������������������������������� 57
B. Letanías de los santos ����������������������������������������������������������������� 62
C. Invocaciones a Jesucristo ������������������������������������������������������������ 70
D. Letanías a Jesucristo, Sacerdote y Víctima �������������������������������� 74
E. Letanías del Santísimo Sacramento ������������������������������������������� 79
Capítulo VII. Rito de la bendición eucarística ������������������������������� 85
146 Ritual de la Congregación de los Legionarios de Cristo
Tercera parte. Ritos y preces para diversas ocasiones ������������������ 89
Capítulo VIII. Novenas ��������������������������������������������������������������������� 91
A. Novena de san José ��������������������������������������������������������������������� 91
B. Novena de Pentecostés ��������������������������������������������������������������� 95
C. Novena del Sagrado Corazón de Jesús �������������������������������������� 104
D. Novena de la Bienaventurada Virgen María de los Dolores ���� 108
E. Novena de Cristo Rey ��������������������������������������������������������������� 112
F. Novena de Navidad ������������������������������������������������������������������� 116
Capítulo IX. Navidad ���������������������������������������������������������������������� 119
Capítulo X. Para dar gracias a Dios ��������������������������������������������� 121
Capítulo XI. Fiestas de la Legión �������������������������������������������������� 129
Consagración legionaria ���������������������������������������������������������������� 129
Himno legionario ��������������������������������������������������������������������������� 131
Capítulo XII. Renovación de las promesas bautismales ����������� 133
Liturgia de la Palabra ������������������������������������������������������������������� 133
Renovación de las promesas bautismales ������������������������������������� 137
Ritos conclusivos ��������������������������������������������������������������������������� 142