República Bolivariana de Venezuela
Universidad Nacional Experimental de la Seguridad
CEFO: Valles del Tuy
Historia de la Seguridad
Antecedentes de los
Órganos regulares en
Venezuela
Profesor:
Darwin Renia
Estudiante:
Miguel Palacios
C.I: 23.521.361
Cúa, febrero de 2021
Origen y Evolución de los Cuerpos Policiales Venezolanos
En las primeras décadas del siglo XX el aparato represivo por excelencia había sido
el Ejército Nacional. La policía como aparato represivo del Estado no surgirá sino a partir
de su definitiva institucionalización durante el Gobierno de López Contreras, pues los
cuerpos policiales aislados y desordenados que funcionaron durante la dictadura gomecista
no estaban ni estructural ni funcionalmente organizados. Tampoco estaban preparados para
garantizar el mantenimiento del orden interno ni para enfrentarse al conflicto social y
político que se estaba generando en la sociedad. Por ello, la necesidad de crear una
institución policial que se erigiera principalmente en garante del orden público nacional: un
aparato policial.
Cuando luego de la muerte de Gómez desaparece “La Sagrada”, los cuerpos
policiales de algunos estados y del Distrito Federal se abocaron al resguardo del orden
público. Para ello se crearon oficinas político-sociales, que realizaban labores de policía
secreta y de investigaciones, para detectar y reprimir militantes de la izquierda política,
pero no existía en ellos una organización para combatir las nuevas fuerzas políticas, ni una
formación doctrinaria para darle contenido y justificación a sus actividades. Según Pedro
Estrada, jefe de la Sección Político Social de la Policía de Caracas, estos cuerpos no
estaban preparados para la lucha ideológica (Blanco Muñoz, 1983a), y es que esos cuerpos
policiales desarticulados no garantizaban la protección de los “intereses nacionales” ni la
intervención del Estado en todo el territorio.
La institucionalización, profesionalización y centralización de la función policial era
necesaria para salvaguardar el orden público nacional. Según Gabaldón (1999), el tránsito
de la larga dictadura a la apertura y flexibilización requería de un control policial
centralizado, y es así como en 1937 se decreta la creación del Servicio Nacional de
Seguridad (según Gaceta Oficial Nº 20.331 de 4 de agosto de 1937), de carácter cívico-
militar, que comprendía la Guardia Nacional (inspirada en la Guardia Civil española y
mucho más moderna que la Guardia Nacional venezolana del siglo XIX) y el Cuerpo de
Investigación. Vale la pena resaltar que a través de este servicio se regulariza la
permanencia del control militar en la sociedad.
El Servicio Nacional de Seguridad marcó la pauta en el desarrollo institucional de la
policía venezolana, «significó el desarrollo de los cuerpos policiales frecuentemente
centralizados, rígidamente jerarquizados, con cobertura en todo el territorio nacional y con
estilos militarizados de gestión» (Gabaldón, 1999). Las características del novedoso aparato
policial serían la mejor garantía de sumisión jerárquica del conjunto al sistema político, una
sumisión basada principalmente en la dependencia orgánica y funcional de la institución
policial al poder político gubernamental, creando una estrecha relación entre la policía y el
sistema político, según la cual la autoridad que dispone del poder no sólo dicta normas y
toma decisiones, sino que ahora más que nunca tiene la capacidad de hacerlas cumplir a
través del ejercicio de la función policial y del uso de la fuerza, de ser necesario.
Concebido legalmente como una institución autónoma de carácter apolítico y
técnico, el Servicio Nacional de Seguridad es perfeccionado como cuerpo investigador en
1946 (aunque no sufre cambios significativos en su organización) con asesoría de la
Seguridad Nacional francesa. Es así como durante el mandato de la Junta Revolucionaria
presidida por Rómulo Betancourt, desde la cual se ordena la disolución de las policías
municipales que fueron reorganizadas durante el Gobierno de Medina Angarita (1941-
1945), surge la Seguridad Nacional, que como aparato policial se distinguirá aún más por
su estructura piramidal, altos niveles de burocratización y escasa flexibilidad y
permeabilidad ante las exigencias sociales.
En este punto es importante destacar la doble dimensión de la función policial, según la
cual, por un lado, se protegería importantes objetivos para el conjunto social, así como los
derechos de las personas reconocidos en la Constitución y las leyes, y por el otro también
cumpliría determinados objetivos políticos, a través de la preservación del orden público y
el mantenimiento de un grupo en el ejercicio del poder político. Desde este punto de vista,
el ejercicio de toda función policial se debate naturalmente entre motivaciones políticas y
sociales (Loubet del Bayle, 1998:15), pero será la ruptura de este equilibrio en beneficio de
la lógica política, orientada principalmente hacia la protección de las instituciones y
autoridades políticas establecidas, lo que, como se tratará más adelante, definirá y
consolidará el desarrollo del aparato policial en Venezuela.
El aparato represivo en Venezuela –especialmente el Ejército– surge para garantizar
principalmente la seguridad y protección de las instituciones y la autoridad establecida,
asegurando por un lado el predominio del poder político y, por el otro, la continuidad de las
actividades petroleras y conservación de la confianza de los capitales extranjeros.
La creación de un aparato policial centralizado fue el resultado de una situación
social y política caracterizada por fuertes conflictos que amenazaron la estabilidad del
poder político, propiciando el desarrollo de un aparato que se adaptaba fácilmente a las
políticas contingentes del gobierno nacional y que, convertida en fuerza en sí misma, su
prioridad era garantizar el orden público interno y la seguridad de las instituciones del
Estado.
Una policía fuertemente centralizada, subordinada al poder político y a la vez
convertida en poder mismo, con pocos mecanismos de rendición de cuentas, es susceptible
de servir como herramienta del Estado para lograr un absoluto control interno y,
específicamente, mantener un control muy estricto sobre las actividades políticas. Se
convierte en un aparato que se presenta como una importante fuerza represiva, incluso por
encima de los límites establecidos para el ejercicio de tal actividad.
En Venezuela el aparato policial, tanto en dictadura como en democracia, ha
respondido con violencia e intimidación ante presiones sociales y políticas, y se ha
concentrado en garantizar la estabilidad del régimen político, aun en detrimento de los
derechos y garantías civiles y políticos reconocidos constitucionalmente a las personas.
El aparato policial surge en el Estado moderno y sus funciones se han ido
definiendo progresivamente, siempre a la par de las necesidades de control.
La historia parece demostrar que esas necesidades de control y, más recientemente,
de gobernabilidad, se han impuesto, y esas mismas necesidades de gobernabilidad
(malinterpretadas) han servido de excusa para el mantenimiento del orden en sentido
autoritario, privilegiando el statu quo a través del uso irracional de la fuerza ejercida por las
instancias de control penal. No es necesario recordar que mientras más autoritario puede ser
un gobierno, más predomina el carácter represivo de la policía.
A lo largo de la historia venezolana el aparato policial se ha inventado y reinventado
en distintas oportunidades, inclusive bajo el discurso manifiesto de la protección de la
seguridad ciudadana y de dar respuesta a las demandas sociales, pero en el fondo pervive el
riesgo latente de privilegiar la lógica política y convertirse en instrumento idóneo para el
mantenimiento del poder.
Creación y Evolución del Cuerpo Técnico de Policía Judicial
En Latinoamérica se han venido dando procesos de transformación en el sistema de
justicia penal, una reforma común ha sido el cambio del modelo procesal penal inquisitivo
a otro de carácter acusatorio. El primer modelo –el inquisitivo- se caracteriza por la
centralidad de la función del juez criminal, encargado de indagar las denuncias, recopilar
las pruebas y resolver el caso, a través de un expediente escrito y en gran parte secreto,
donde se registran las actuaciones que el mismo juez desarrolla. En cambio, el nuevo
sistema – llamado acusatorio- supone que una agencia especializada, el MP, recopila las
pruebas y plantea la acusación. Un órgano judicial completamente diferente resuelve sobre
esta última, después de un juicio oral y público donde el acusador y el acusado pueden
hacer valer sus planteamientos y pruebas (Riego).
Con el sistema acusatorio el MP adquiere dos funciones que antes no tenía: la
función de investigación y recolección de pruebas que estaban en la policía y la función de
instrucción que tenía el Poder Judicial. Lo que hizo (y hace) necesario un rediseño del MP
cómo órgano encargado de dichas tareas.
Rusconi describe como la reforma ha intentado abarcar a los subsistemas penal,
procesal y penitenciario, considerándolos partes de un mismo modelo, que debe ser guiado
-entre otros- por estos “presupuestos axiológicos”: fortalecimiento del juicio oral, búsqueda
de una mayor vigencia del principio acusatorio, el logro de un sistema transparente y
controlable en el ámbito del poder jurisdiccional, la diversificación de las medidas de
coerción procesal, etc. (1998:189).
En este proceso el “subsistema policial” (Ferrajoli) normalmente queda al margen
de estas reformas, lo que no es más que una demostración del abandono y desprecio que en
muchas ocasiones padece la institución policial: “Cuando el problema del sistema policial
ingresa en los procesos de reforma lo hace sistemáticamente en forma tardía, traumática y,
por lo general, cualquier intento termina absorbido por esa disociación entre la complejidad
del problema y la velocidad a la cual se lo somete por necesidades políticas.” (Binder en
Rusconi:190).
En Venezuela la promulgación del Código Orgánico Procesal Penal (COPP) en
enero de1998, marcó el inicio de la reforma. Tras el nuevo Código, el 11 de septiembre de
ese mismo año, vinieron las nuevas leyes del MP (LOMP -reformada en marzo de 2007-) y
la de Policía de Investigaciones Penales, esta última derogada por el Decreto con Fuerza de
Ley de los Órganos de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (DFLOICPC).
En esta nueva legislación que rige la materia de las investigaciones penales hay dos
grandes pasos que constituyen un avance significativo en el proceso de reforma, en lo
referente al órgano de investigaciones penales:
1. El cuerpo encargado de esta función deja de ser policía judicial para convertirse
en órgano de investigaciones
2. La adscripción funcional de este órgano pasa a estar a cargo del Ministerio
Público.
Sin embargo, más allá de las justificaciones situacionales y político-coyunturales,
consideramos que la conservación de la adscripción orgánica del cuerpo de investigaciones
dentro del Ejecutivo constituye todavía una tarea atrasada entre las múltiples asignaturas
pendientes de la reforma.
Lo cierto es que en la actualidad el CICPC es el principal órgano auxiliar del MP, de
lo que se desprende que para el buen funcionamiento del sistema, es necesario que entre
estas instituciones exista una estrecha y clara vinculación. Esta vinculación debe ser
asumida en términos de subordinación, toda vez que tanto la Constitución de la República
como el COPP, la LOMP y el DFLOICPC, establecen que quien ordena y dirige la
investigación penal es el Ministerio Público.
La Policía Técnica Judicial (PTJ), hoy Cuerpo de Investigaciones Científicas
Penales y Criminalísticas (CICPC), es un cuerpo policial que se creó mediante el Decreto
Nº48 del 20 de febrero de 1958, para sustituir a la abolida Seguridad Nacional en las
funciones de investigación judicial que asumía esta organización. La Ley de Policía
Judicial de 1975, modificada en 1988, la convierte en una Dirección del Ministerio de
Justicia y le atribuye las principales competencias en Policía Judicial. La PTJ adquirió, en
la práctica, el monopolio casi absoluto de la fase de instrucción del proceso penal, con la
consecuente reducción del debido proceso y las garantías legales (Antillano, 2007
siguiendo las ideas de Brown).
Cuando este cuerpo se fundó regía en Venezuela un sistema procesal mixto,
predominantemente inquisitivo, previsto en el Código de Enjuiciamiento Criminal, vigente
desde 1926. Debido a ello, de sus 50 años de existencia, 41 ha estado ejerciendo la
investigación penal con bastante autonomía y discrecionalidad, toda vez que en ese sistema,
si bien la fase de sumario era formalmente dirigida por los tribunales de primera instancia
en lo penal y los tribunales de instrucción, la PTJ realizaba las actividades propias de la
investigación sin recibir órdenes directas de las instancias judiciales, a quienes únicamente
le informaba de sus actuaciones. Incluso tenían facultades de aprehensión de las personas
sin orden judicial.
Desde siempre ha estado adscrito orgánicamente al Ministerio de Relaciones
Interiores y Justicia, y hasta el cambio del sistema procesal de 1999 estuvo bajo la dirección
de los jueces a los efectos de sustanciar la averiguación sumarial.
Al entrar en vigencia el sistema acusatorio, en julio de 1999, y al aprobarse la nueva
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en diciembre del mismo año, el
Ministerio Público se erigió como el director de la investigación penal, pasando el ahora
CICPC a ser auxiliar de aquél. El Decreto Ley del 2001, en su artículo 10, le otorga el
papel de cuerpo principal en la investigación, bajo la tutela del MP, y cambia su
denominación.
De esta manera, actualmente, el CICPC se encuentra adscrito orgánicamente al
Poder Ejecutivo y funcionalmente al Ministerio Público, según lo establece el actual
artículo 114 del COPP. Adscripciones orgánica y funcional que en nuestra realidad
presentan serias dificultades.
Origen y Evolución de los Cuerpos de Bomberos en Venezuela
La mayoría de las civilizaciones ha previsto la necesidad de crear un grupo de
hombres que le haga frente a cualquier evento de origen natural, tecnológico o social que
afecte, de una u otra manera, el normal desenvolvimiento de la sociedad.
Es por ello que Luis Britto (1998) afirma que las acciones emprendidas cnt5ra los
siniestros son una trabajo especializado y estas deben ser asumidas por una institución
disciplina y jerarquizada, con cierto grado de competencia para abordar cada una de las
tareas que se le encomiendan.
Ésta es una labor que le concierne a los cuerpos de bomberos, organismos de
seguridad ciudadana, especializados en la prevención, investigación, protección y control
de los fenómenos que, de una u otra manera, ponen en peligro la seguridad individual o
colectiva de las vidas y bienes de las personas que habitan en una ciudad.
Así pues, el Cuerpo de Bomberos de la ciudad de Caracas inicia oficialmente sus
operaciones el 5 de julio de 1936, luego de que el presidente Eleazar López Contreras se
dirigiera al nuevo Cuartel, ubicado en Plaza España, para inaugurar el primer, , hasta ese
momento, único Cuerpo de Bomberos de Venezuela.
Pero en los últimos años, y debido al crecimiento acelerado de la ciudad, a los
bomberos se les ha exigido mucho más. No solo se han visto obligados a especializarse y
ampliar su radio de acción, creando más Estaciones a lo largo y ancho del valle caraqueño;
sino que también, la Asamblea Nacional decreta, en el año 2000, la Ley Especial Sobre el
Régimen del Distrito Metropolitano de Caracas.
En el marco de esta nueva Ley, se determina
(…) la extensión territorial del Distrito Metropolitano de Caracas,
comprendiendo los Municipios Libertador del Distrito Capital, el cual sustituye al Distrito
Federal; y de los Municipios Chacao, Sucre, Baruta y El Hatillo del Estado Miranda.
(Alcaldía Metropolitana de Caracas, Octubre 24, 2004).
Así las cosas, con la creación del Distrito Metropolitano, los antiguos Cuerpos de
Bomberos del Distrito Federal y del Este pasan a denominarse del Distrito Metropolitano y
sus funciones se extienden a los cinco municipios que conforman las Gran Caracas.
Creación y evolución de la Defensa Civil hasta la actual Protección Civil
La protección civil o defensa civil nació el 12 de agosto de 1949, en el protocolo
adicional al Tratado de Ginebra “Protección a las víctimas de los conflictos armados
internacionales”, disposiciones otorgados para complementar el trabajo de la Cruz Roja.
Dicha disposición indica que:
1. Se entiende por Protección Civil el cumplimiento de algunas o de todas las tareas
humanitarias que se mencionan a continuación, destinadas a proteger a la población
contra los peligros de las hostilidades y delas catástrofes y ayudarla a recuperarse de
sus efectos inmediatos, así como a facilitar las condiciones necesarias para su
supervivencia. Estas tareas son las siguientes:
Servicio de alarma
Evacuación
Habilitación y organización de refugios
Aplicación de medidas de seguridad
Salvamento
Servicios sanitarios, incluidos los de primeros auxilios, y asistencia religiosa
Lucha contra incendios
Detección y señalamiento de zonas peligrosas
Des-contaminación y medidas similares de protección
Provisión de alojamiento y abastecimientos de urgencia
Ayuda en casa de urgencia para el restablecimiento y el mantenimiento del
orden en zonas damnificadas
Medidas de urgencia para el restablecimiento de los servicios públicos
indispensables
Servicios funerarios de urgencia
Asistencia para la preservación de los bienes esenciales para la
supervivencia
Actividades complementarias necesarias para el desempeño de una
cualquiera de las tareas mencionadas, incluyendo entre otras cosas la
planificación y la organización
Captura y combate de animales peligrosos
Tráfico (parar coches, cerrar calles)
2. Se entiende por organismos de protección civil los establecimientos y otras
unidades creados o autorizados por la autoridad competente de una parte en
conflicto para realizar cualquiera de las tareas mencionadas en el apartado y
destinados y dedicados exclusivamente al desempeño de esas tareas.
3. Se entiende por personal de organismos de protección civil las personas asignadas
por una parte en conflicto exclusivamente al desempeño de las tareas mencionadas
en el apartado, incluido el personal asignado exclusivamente a la administración de
esos organismos por la autoridad competente de dicha parte.
4. Se entiende por material de organismos de protección civil el equipo, los
suministros y los medios de transporte utilizados por esos organismo en el
desempeño de las tareas mencionadas en el apartado.
Su postulado básico es:
La salvaguarda de la vida de las personas, sus bienes y el entorno
El 8 de junio de 1977, se adoptó, en Ginebra, el Protocolo Adicional a los
Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949 relativo a la Protección de las Víctimas de
los Conflictos Armados Internacionales (Protocolo I).
El citado Protocoló fue aprobado por la Cámara de Senadores del H. Congreso de la
Unión, el día 21 de diciembre de 1982, según Decreto publicado en el Diario Oficial de la
Federación el día 24 de enero de1983, y promulgado el día 22 de diciembre de 1983.
El emblema internacional de Protección Civil se encuentra estipulado en el artículo
No. 66 de dicho Protocolo, y dice:
Art. 66 “El signo distintivo internacional de protección civil consiste en un triángulo
equilátero azul sobre fondo color naranja, cuando se utilice para la protección de los
organismos de protección civil, de su personal, sus edificios y su material o para la
protección de refugios civiles”.