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Roma

La educación en la Antigua Grecia se caracterizaba por tres etapas: la educación primaria desde los 7 a los 16 años, la educación superior enfocada en literatura, música y ejercicios físicos, y la preparación militar desde los 16 a los 18 años. Solo los varones tenían acceso a la educación formal, mientras que las mujeres recibían instrucción básica en el hogar. El sistema educativo griego influenció en gran medida el desarrollo de la educación en la civilización occidental.
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Roma

La educación en la Antigua Grecia se caracterizaba por tres etapas: la educación primaria desde los 7 a los 16 años, la educación superior enfocada en literatura, música y ejercicios físicos, y la preparación militar desde los 16 a los 18 años. Solo los varones tenían acceso a la educación formal, mientras que las mujeres recibían instrucción básica en el hogar. El sistema educativo griego influenció en gran medida el desarrollo de la educación en la civilización occidental.
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EDUCACION GRIEGA

Para los antiguos griegos, los únicos que podían tener acceso a la educación eran los varones.
Las mujeres, salvo las espartanas, la poca educación que tenían era la que podían aprender de
sus madres y abuelas, y se enfocaba a las labores de la casa: cocina, tratamiento de lana, tejidos,
algunos cálculos, música y un poco de lectura.
La enseñanza no era obligatoria, el padre podía educar o encargar la educación de sus hijos a
otras personas, hasta que este cumpliera los dieciocho años.
Los primeros siete años, el niño griego recibía la educación por parte de su madre o alguna
nodriza. Esta educación consistía en mitologías e historias tradicionales.

La música era muy importante para los griegos, ya que se ésta educaba el alma, el instrumento
por excelencia era la lira, y al parecer, los jóvenes aprendían a la par de la música, también el
canto y la danza.

EXISTIO UNA SEPARACION DE PROCESOS EDUCATIVOS SEGÚN LAS CLASES SOCIALES, PERO
CON UNA TENDENCIA HACIA FORMAS DE DEMOCRACIA EDUCATIVA.

LA IMPORTANCIA QUE TIENEN LOS GRIEGOS PARA LA EDUCION INDOAMERICANA ES QUE LA


CULTURA OCCIDENTAL QUE NIS VINO A TRAVES DE ESOPAÑA BASE SU TRADICION FILOSOFICA
Y CON ELLA LA FILOSOFIA DE LA EDUCACION EN LOS GRIEGOS.

DOS TIPOS DE EDUCACION

: HOMERICA- EJEMPLIFICA LA TRADICION HEROICA EXALTADA POR UN GRUPO DOMINANTE

SE DISTINGUE EL DECIR Y EL HACER.

PERO MAS QUE SIGNIFICAR ACCIONES OPUESTAS SE CONCEPTUALIZAN COMO LOS


MOMENTOS DE GOBERNAR.

LOS MIEMBROS DEL GRUPO DOMINANTE SON GUERREROS EN SU JUVENTUD Y POLITICOS EN


SU VEJEZ
El maestro ocupaba en sillón, los niños se sentaban en el suelo o sobre alguna piedra, rara vez,
en bancos. La aplicación del método de castigos corporales era, ciertamente, un acostumbre:
el maestro sostenía su autoridad en la férula o bastón. La severidad resultaba ser parte del
método pedagógLos castigos en las escuelas antiguas

Los profesores estaban de alguna manera autorizados a aplicar castigos a sus alumnos por la
doctrina del «In loco parentis» o «en lugar de los padres», ya que se consideraba que
sustituían a éstos en todo lo referente a la educación del niño en la escuela. En Grecia y Roma
se admitía el castigo físico en las escuelas elementales ya que se consideraba que contribuía a
la aplicación del alumno, en la Edad Media y el Renacimiento se siguieron aplicando castigos
corporales en la enseñanza infantil, tal como vemos en este grabado de Holbein y no fue hasta
la Ilustración que la sociedad de la mano de filósofos y pedagogos empezó a plantearse la
prohibición de éstos.

Los castigos más comunes en las escuelas antiguas

Hans Holbein el Joven, «Alumno medieval recibiendo azotes»

La palmeta, la vara o el cuero.

La primera era una pala plana con mango (redonda o cuadrada) con agujeros que era utilizada
para palmear al alumno. La vara de abedul flexible o el cinturón también servían para azotar al
alumno.

ico.
Arrodillarse sobre objetos pequeños y duros

Este castigo consistía en hacer arrodillar al infractor en un rincón del


aula sobre una pequeña «alfombra» de maíz, granos de sal o alguna
otra legumbre, grano o semilla. Ésto causaba un intenso dolor en las
rodillas cuando se iban clavando en la piel.

Mordaza

Una manera de ridiculizar al niño o niña que hablaba en exceso


era colocarle una mordaza tapándole la boca o colgarle del cuello una
lengua de trapo.

Orejas de burro

Este castigo que consistía en poner en la cabeza del infante una


especie de cucurucho/sombrero o cinta en el que se encontraban cosidas
unas orejas de burro de tela. Se utilizaba para señalar al que no se
sabía la lección o no seguía las materias como el resto de la clase.
La educación en la Antigua Roma se caracterizaba por el estudio de la literatura latina y griega
así como la intención de formar a los estudiantes en el arte de la oratoria. Su sistema imitaba
al griego y la crianza del niño pertenecía a su familia hasta los 7 años de edad. Los romanos se
preocupaba por transmitir a los pequeños una serie de cualidades importantes en la época
como el ahorro, la lealtad o la disciplina.

Hasta el siglo III a.c, el sistema educativo romano no existía como tal y por tanto, era un asunto
meramente familiar. A partir de esta fecha, la crianza de los niños hasta los 7 años de edad
pertenecía a la madre y una vez que transcurrían estos años, el niño pasaba a estar bajo la
tutela del padre y la niña continuaba con su madre.

educación en la Antigua Roma

En ese sentido podemos hablar de una educación sexista ya que el niño aprendía sobre
agricultura, el manejo de las armas, ritos religiosos mientras que las niñas se dedicaban a
formarse en tareas domésticas.

Una vez que los romanos entraron en contacto con la cultura griega, la educación familiar no
era suficiente y copiaron gran parte de los métodos de enseñanza y actividades del sistema de
Grecia. A partir de entonces, Roma se llenó de preceptores griegos y filósofos. Las familias con
más recursos económicos contrataban un preceptor privado para sus hijos mientras que, para
las familias más pobres y para esclavos, apareció la figura del maestro de escuela.

Características de la educación en la antigua Roma

A grandes rasgos, podríamos decir que la educación en la antigua Roma se basaba en el


estudio de la literatura latina y griega. Además, la intención era formar a los alumnos en el arte
de la oratoria. Podemos hablar de tres etapas: la instrucción primaria, lectura y literatura, y las
clases de retórica. Pero estas fases sólo iban dirigidas a las familias adinerada ya que no era
gratis.

Cuando los niños alcanzaban los 7 años comenzaban la


enseñanza primaria del sistema educativo romano. En esta
fase, los alumnos profundizaban en la lectura, la escritura y el
cálculo. Aprendían los números romanos y recitaban las
lecciones que previamente tenían que memorizar. A los 12 o 13
años, los estudiantes pasaban a la fase secundaria donde
estudiaban latín, griego, gramática y literatura.

A los 16 años, los estudiantes podían especializarse en la


retórica y así es como aprendían a ser expertos en hablar en
público. Esto era un aspecto muy importante de la educación y lo
que permitía a los alumnos alcanzar puestos de alto rango en los
juzgados.
Cabe añadir que la educación en la antigua Roma intentaba
inculcar al niño una serie de cualidades y valores importantes
en la época y se los transmitían tanto los padres como el Estado.
Los valores que se enseñaban eran el ahorro, la lealtad, alcanzar
la lealtad romana mediante aspectos morales, intelectuales y
políticos, la disciplina y la razón.
Ventajas

Estabilidad en la economía en la región de Galilea. Los habitantes de estas provincias podían


vivir de una manera tranquila, protegidos y llenos de suministros por parte del imperio
Romano.

La agronomía beneficiaba al crecimiento de las ciudades y a disminuir el hambre en estas


regiones.

Protección frente a grupos bárbaros o naciones enemigas. Las regiones de Galilea, Samaria y
Judea eran estratégicas al momento de realizar estrategias de guerra por lo que el control de
las mismas beneficiaba al Imperio Romano y, por añadidura, protegía a los ciudadanos que se
establecían por estos parajes.

Desventajas

El imperio romano terminó con la independencia de los judíos de Palestina que pasó a
engrosar la lista de los pueblos subyugados de Roma.

Roma no permitía signos de debilidad y ante los levantamientos o rebeliones se practicaba la


crucifixión, los degüellos masivos, la captura de esclavos, los incendios de las aldeas y las
masacres de las ciudades que tenían como único fin aterrorizar a las personas y era una de las
formas más efectivas de obtener la lealtad de los pueblos y la tranquilidad en el imperio.

Herodes mandó a colocar sobre la puerta de la entrada del templo judío un águila de oro que
simbolizaba el poder de roma, esto resultaba humillante para los judíos que debían pasar bajo
el águila para entrar a la casa de su dios, Judas y Matías, dos prestigiosos maestros de la ley
animaron a sus discípulos a arrancar y derribar el águila, Herodes detuvo a cuarenta jóvenes y
sus maestros y los mandó a quemar vivos.
A MODO DE SÍNTESIS: Vida escolar griega. — Los niños atenienses recibían
la enseñanza que pudiéramos llamar primaria, desde los siete a los dieciséis
años; iban a la escuela acompañados por un pedagogo, nombre con que se
designaba a un esclavo de confianza que vigilaba y cuidaba al niño fuera de su
casa y era ajeno a su enseñanza.
El maestro se llamaba grammatistés, o profesor de grammatiké, esto es, de
gramática. La enseñanza primaria consistía en gramática (la griega, porque las
demás lenguas no merecían su estudio, según estimaban los griegos), la
aritmética y la escritura; después se estudiaban de memoria pasajes de los
poetas griegos, seleccionados con arreglo a las lecciones morales que
conviniera deducir de ellos.
Educación superior. — La educación superior se llamaba mousiké (es decir,
instrucción general de las disciplinas presididas por las Musas), y comprendía
los estudios literarios así como la música. La lira era el instrumento preferido, y
como todas las poesías líricas tenían su música, era variado el repertorio para
practicar.
A estos estudios teóricos acompañaban los ejercicios físicos que constituían el
tercer grupo de la educación juvenil. Desde los dieciséis a los dieciocho años,
los jóvenes atenienses practicaban ejercicios gimnásticos o atléticos,
consistentes en carreras pedestres, luchas, pugilatos y ejercicios militares.

De este modo la juventud ateniense quedaba bien preparada para desempeñar


en debida forma durante la edad viril sus obligaciones de ciudadanos y de
soldados.
LA EDUCACIÓN EN ROMA
Los ojos de Hipatia Oct 12th, 2013 0 Comentarios

Por Herminia Medina


La educación en Roma fue transformándose a lo largo de la historia. Tanto el cambio de la sociedad romana y la
influencia de Grecia se proyectarán sobre el modelo educativo romano, del cual, somos grandes herederos.
 En un principio, la educación romana está ligada a la familia. Al igual que en Esparta, en Roma el recién nacido tenía
que ser aceptado por su padre. Esa ceremonia se denominaba sublatus y en ella, el padre si aceptaba como miembro
de la familia al bebé, lo elevaba en brazos. De ahí hasta la edad de 7 años, el niño sería educado por terceros en el
hogar. Primero, con la figura de la nodriza, quien al principio sólo será la encargada de amamantarlo y,
posteriormente de criarlo, y junto a ésta, aparece el pedagogo o criador, encargado de su educación y de acompañarlo
en sus años de estudios. Transcurridos sus primeros 7 años de vida, el niño empezaba en sí su educación.
 La educación en Roma estuvo muy ligada a los acontecimientos históricos y sociales, principalmente, al proceso de
helenización que sufrió Roma y a la estrecha relación de la educación con la sociedad romana. La política
expansionista romana que tuvo durante el siglo III a.C., por tierras del Mediterráneo, trajo consigo la conquista de
Grecia, y con ello, el proceso de “aculturación” de la sociedad romana. Esto significó que la clase dirigente,
los nobilitas, absorbió progresivamente la cultura helena y, que en el siglo II a.C., tras la Tercera Guerra Macedónica,
punto álgido, se extendió a toda la sociedad. Es por ello que era normal la existencia en Roma de preceptores,
filósofos y retóricos griegos instruyendo a los jóvenes romanos. En el segundo caso, el sistema educativo romano
mantiene una estrecha relación con la sociedad romana y con el tipo de organización política que se estaba gestando
en el Estado Romano.
 Este sistema se podría dividir en tres períodos diferentes, uno en época monárquica y republicana, otro durante época
imperial y, el último, durante el bajo imperio. Durante los siglos VIII- III a.C., época en la cual hubo una monarquía
en Roma y posteriormente la República, la educación estaba muy ligada al ámbito familiar y a sus relaciones
familiares. Hasta los 17 años, el niño era educado en el ámbito familiar, siendo la madre o en muchas ocasiones
nodriza y pedagogo, los encargados de educar al niño durante los primeros años de vida. Luego tomaría le relevo el
padre, quien le enseñaría a escribir, leer, usar las armas, e inclusive, si fuera necesario a cultivar las tierras. También
aprendería con él la religión romana, la moralidad y las leyes. Una vez cumplidos los 17 años, el niño, o mejor dicho
el adolescente pasaba a la edad adulta abandonando todos los símbolos de su infancia como era la  toga praetexta,
toga blanca adornada con bordados y una tira púrpura, y empezaba a utilizar la  toga viril. Su educación seguía alejada
del ámbito familiar, pero relacionada con ella ya que se realizaría junto con miembros relacionados con la familia por
lazos de parentesco o de amistad. Esta nueva etapa estaba destinada para preparar al joven patricio o noblita para su
futura carrera política o miliar, invirtiendo el primer año al conocimiento de la vida pública bajo la protección de un
amigo de la familia. Y posteriormente, realizaría su servicio militar, siendo inicialmente un soldado raso aunque poco
tiempo después, su cargo militar se adecuará a su estatus social. De este período educativo del individuo se puede
destacar  su subordinación a la sociedad de la cual forma parte y para la que se prepara a lo largo de su infancia,
adolescencia y principio de su edad adulta; y a su vez, el peso de la tradición tanto familiar como cultural que se irá
transmitiendo gracias a ella.
 El segundo período de este sistema estaría comprendido a partir del siglo III a.C. hasta el fin de la República, y como
hemos dicho antes, durante este período es cuando se desarrolla ese proceso de helenización gradual que sufre la
sociedad romana. Se instaura el sistema educativo griego, siendo una educación elitista, sólo apta  para las familias
acomodadas. A lo largo de este período, se establecen las diferentes etapas de la educación, siendo la primera etapa la
destinada a la educación primaria. El alumno comenzaría con 7 años y la finalizaría con 12 años. El maestro sería
el Litterator/o Ludi Magíster y sería el encargado de enseñar a leer, a calcular y a escribir, aparte de hacer que se
aprendan la Ley de las XII Tablas. Le seguía la educación secundaria, para estudiantes de 13 a 16 años. El profesor
de este período era el Grammaticus y se encargaba de la lectura y la comprensión de textos de los grandes autores
clásicos tanto griegos como latinos, además de ampliar otros conocimientos como de Historia, Matemáticas,
Mitología, Música… La tercera y última etapa era la educación superior, la cual se empezaba a estudiar con 17 y se
finalizaba con 20 años. El maestro de esta etapa era el Rethor quien se encargaba de enseñar la oratoria y la retórica.
El estudio de la retórica era para nosotros la universidad, ya que muy pocos eran los que accedían a ella, sólo jóvenes
de familias muy acomodadas que querrían hacer una carrera política, el llamado Cursus Honorum.
 Durante esta etapa, esta helenización tuvo muchos defensores como lo fueron los Graco, los hijos de Pompeyo o el
hijo de Cicerón. Todos tuvieron a lo largo de su educación perceptores griegos. Pero también los hubo quien se
opusieron, como fue M. Poncio Catón, quien consiguió que el Senado de Roma, en el año 161 a.C. expulsara a todos
los filósofos y retóricos de la ciudad, sin embargo, fue esa misma persona la que terminó estudiando a Tucídides y a
Demóstenes al final de su vida.
 El desarrollo de la escuela romana en este período trajo consigo su desvinculación al ámbito familiar, que se verá
reflejado en las medidas que fueron tomando progresivamente los emperadores, como hizo Vespasiano quien creará
en Roma una cátedra destinada a la retórica latina y otra a la griega a costa del fisco imperial. Estas prácticas serán el
origen del mecenazgo por parte de las aristocracias locales quienes  asumirán los gastos o parte de ellos generados
por las enseñanzas medias y superiores de sus municipios. Pero señalar, que este mecenazgo privado y su difusión de
escuelas municipales fueron posibles gracias al florecimiento y desarrollo de las ciudades durante el Alto Imperio.
 El tercer y último período de la educación se centraliza en el Bajo Imperio, cuando las enseñanzas se centran
prácticamente en enseñar el arte de la oratoria y en su buen uso, puesto que ello era imprescindible no para el Cursus
Honorum como lo fue en época republicana sino para formar parte de la Administración Imperial y para poder ejercer
en la abogacía. El fin de este sistema educativo vendrá de la mano del intervencionismo imperial que a partir del siglo
III irá proyectando unos nuevos sistemas educativos vinculados a la nueva religión imperial, el cristianismo, creando
a partir del siglo IV, las escuelas cristianas que sustituirán a las antiguas escuelas helenísticas.
 Por último, señalar que como toda escuela, esta tenía unos horarios y un calendario a seguir. La jornada escolar
comenzaba al alba y solía tener una duración de 6 horas, durante la cual, los alumnos tenía un descanso al mediodía
llamado prandium, que era su almuerzo. Tenían escuela 9 días seguidos y sólo descansaban uno, el
llamado mundinae, o día de mercado. El curso escolar empezaba en el mes de marzo y las vacaciones las tenían en las
siguientes fechas: en marzo habían 5 días de fiesta en honor a la diosa Minerva, luego estaban las vacaciones
estivales que iban desde el mes de julio hasta los idos de octubre, el día 15, y en diciembre se celebraban del 17 al 22
las Saturnales, festividad en honor del dios Saturno. En el campo de la enseñanza, los maestros era contratados por
los padres, quieres se encargaban de pagar su salario. El sueldo que percibían era muy escueto, tanto que por enseñar,
ellos cobraban menos que un carpintero o un albañil y encima hasta tenían que negociarlo antes de comenzar. Cuando
un alumno faltaba a la clase, esta ausencia se le descontaba del salario. Esta situación sólo cambió para el  Rhetor en
época imperial, cuando Vespasiano, al intervenir en el sistema educativo creando así la enseñanza superior en una
institución del Estado, recibió su estipendio de éste.
 Progresivamente, la educación en Roma dejó de ser elitista para llegar a otras clases sociales menos poderosas,
potenciando con ello, y junto con la gran difusión de textos en el imperio, el gran gusto por la lectura.
Las diferencias entre la educación Romana,
griega, y la actual son:
I.
                                           En Grecia:
 En Esparta los niños iban al colegio, aprendían a leer y
escribir, pero se preparaban principalmente a los niños
para la guerra.
 En Atenas el padre decidía la educación de su hijo hasta
los dieciocho años, en esta edad comenzaba su vida
cívica con el aprendizaje de las armas su tierna infancia
se ocupaba de ellos las madres y las nodrizas las que les
contaban historias, leyendas y mitos, Después acudían al
colegio acompañados de un esclavo llamado Pedagogo
 En Atenas La educación era privada y en el proceso
intervenían 3 maestros:
  El gramático
  El citarista
  El pedotriba

II.
                                       En Roma:
 Durante la Monarquía y los primeros años de la republica
no existían las escuelas en Roma. Los niños aprendían
en casa, primero dirigidos por la madre y los hijos varones
y después por el padre.
 A finales de la republica surgieron las primeras escuelas
llamadas ludus.
 La escuela se regia por el calendario religioso. Los hijos
de las familias pudientes acudían a la escuela
acompañados de un esclavo llamado paedagogus.
III.
                                  En la Actualidad:
 Una de las mayores diferencias es que hoy en día pueden
acudir a la escuela tanto hombres como mujeres
 La educación suele ser publica al igual que en Esparta y a
diferencia de Atenas y Roma
 Nuestra educación es obligatoria desde los 3 hasta los 16
años a diferencia de en Roma y Atenas. Se divide en tres
fases:

1.   Infantil, que coincidiría con la etapa en la que las madres


y nodrizas están a cargo del cuidado de los niños.
2.  Primaria es el período en el que se recibe la formación
básica, leer escribir y contar. En Roma coincidiría con el
ludus litterarius y en Grecia con las clases impartidas por
el gramático.
3.  Secundaria es la etapa que más se distancia del mundo
griego ya que se cursan asignaturas que en esa época no
tenían apenas importancia sin embargo coincide con la
etapa romana llamada ludus grammaticus.

 Diferencias:

 Antes el método mas empleado para el aprendizaje se


diferencia del actual. Por ejemplo, la música se hacia solo
de oído y no se tiene un libro como ahora, en historia o
literatura se leía un texto en voz alta se hacía un
comentario. una critica y un juicio no como ahora que te
evalúan mediante un examen aprendiéndote todo
 Otra diferencia es que en Roma y Grecia el hijo de la
familia siempre iba acompañado de un esclavo. Eso hoy
en día no ocurre debido a que tus padres te acompañan y
te dejan e incluso cuando eres más mayor vas solo.
 Hoy en día se les da mucha importancia a asignaturas
como historia, lengua y geografía. En cambio, en el
pasado consistía en dar mas importancia al deporte a la
música etc.…
 Los romanos llevaban a cabo su educación al margen de Grecia. Es una educación de
carácter familiar con influencia decisiva de los padres, orientación laboral de tipo
campesino, ideal colectivo de consagración al servicio del Estado. La gran autoridad y
el poder era atribuido al padre y la reverencia de que la madre era rodeada. Para los
romanos la familia era el ambiente natural apropiado para el desarrollo y la formación
del niño.
 En esta primera época los educadores natos son el padre y la madre, donde el padre
es el verdadero monarca del hogar y tiene derecho de vida o muerte sobre los hijos, y
que se ve reflejado en el terreno educativo.
 Cuando nacía un niño, primero se presentaba al papá, quien decidía aceptarlo o no.
Una vez aceptado pasaba a la responsabilidad de la madre para que se dedicara a
cuidarlo y educarlo hasta la edad de siete años.
 La formación de las hijas estaba en manos de la madre, mientras que el varón, al
cumplir siete años, pasaba a la vigilancia de su padre, quien llevaba al pequeño
consigo tanto al trabajo en el campo como al foro, a los banquetes, etc., con el fin de
que a fuerza de observar las actividades de su padre, aprenderá a realizarlas cuando
llegue el momento.
 La preparación no viene dada teóricamente, sino a través de circunstancias reales de
la vida. Su pedagogía estaba fundada en el respeto por las tradiciones y la observación
de la vida práctica.
 El modo de educación  que se efectuaba en Roma no está del todo alejado de lo que
se vive en la actualidad, pues nuestros actos son reflejo de una primera educación que
se recibe en el hogar, al lado de nuestra familia, y que para que se lleve a cabo de
manera eficaz debe basarse en el respeto y conservación de una serie de costumbres
y tradiciones que nos dotan la identidad frente a las demás.

LA EDUCACIÓN EN ANTIGUA ROMA


CARACTERÍSTICAS Y PERÍODOS
EDUCATIVOS

La educación romana varió notablemente durante el transcurso de su historia. Su


evolución acompaña a los momentos históricos que anteceden a este capítulo. Desde el
punto de vista de los ideales educativos y de la forma de la enseñanza distinguiremos
tres grandes períodos:
1) período arcaico o tradicional;
2) de adopción de la cultura helenística; y
3) de expansión de los ideales romanos, en los pueblos bárbaros conquistados y más
adelante en el continente europeo cristianizado. (*)

(*): Mas abajo se explican con detalle  las características de cada período educativo
A MODO DE SÍNTESIS: La educación va a experimentar una profunda evolución a lo
largo de la historia de Roma, determinada en primer lugar por la influencia griega que
se produce desde el siglo III a.C. y en segunda lugar por la estrecha relación del sistema
educativo con la sociedad del momento y con la configuración estatal.
Bien es cierto que encontramos una serie de elementos que se manifiestan a lo largo de
todos los momentos históricos: el carácter aristocrático del sistema educativo y su
relación con la ciudad, configurando una educación netamente urbana, por lo que
debemos advertir que la educación se circunscribe a la población ciudadana y libre del
Imperio al tiempo que la mayoría de las escuelas se instalan en los municipios.

Bien es cierto que en las aldeas o pequeños pueblos


existían rudimentarias escuelas pero con escaso éxito. Podemos distinguir tres periodos
educativos en la historia de Roma: el primero correspondería a siglos VIII-III a.C. -la
Monarquía y los primeros momentos de la República-; el segundo al periodo
comprendido entre los siglos III a.C. y II d.C.; y el tercero al Bajo Imperio.
En el primer periodo la educación se circunscribe al ámbito familiar, involucrando
especialmente al patriciado y a la nobilitas. M. Porcio Catón enseñó a su hijo «las letras,
le daba a conocer las leyes y lo ejercitaba en la gimnasia, (…) a manejar las armas y a
gobernar un caballo».
La educación en el hogar se extiende hasta los 17 años, cuando pasa la adolescencia. La
madre será la encargada de los primeros momentos, hasta los siete años. Desde esa edad
queda a cargo del pater familias con quien acude a diversas actividades. A los 17 años
adopta la toca viril e inicia una nueva fase educativa, fuera de la familia pero controlada
por ésta. El ejército y la política serán las dos direcciones que tome nuestro joven noble
y su enseñanza correrá a cargo de algún conocido o amigo del pater.

El primer año está destinado a conocer la vida pública y después pasa al servicio militar
donde aprenderá a luchar por la patria, subordinando el individuo a la comunidad. A
partir del siglo III a.C. el mundo romano vivirá un contundente proceso de helenización
que en un primer momento afectará a los círculos nobiliarios para irse diluyendo entre
toda la sociedad paulatinamente.
El proceso se acentuará tras la Tercera Guerra Macedónica al difundirse la utilización
del griego entre los miembros de la nobilitas, al tiempo que un amplio número de
retóricos y filósofos griegos desembarcan en la península Itálica, muchos de ellos como
esclavos. Este acercamiento al mundo helenístico no estuvo exento de polémica como el
decreto de expulsión de todos los filósofos y retóricos griegos que dictó el Senado en el
año 161 a.C., expulsiones que se sucederán en el tiempo. Pero a la helenización de la
sociedad no se le podía poner freno y el propio Catón, uno de los más encendidos
defensores de la tradición romana, estudiará a los maestros griegos.
Como es lógico pensar, este proceso de helenización tendrá su reflejo en la educación.
Desde los últimos años de la República lo educativo abandona el entorno familiar para
convertirse en algo público. Algunos emperadores regularán el proceso educativo o
reducirán los impuestos a los gramáticos y retóricos. Vespasiano creará en Roma sendas
cátedras de retórica latina y griega. Este mecenazgo pedagógico se extiende desde los
emperadores a las aristocracias locales que también participan de la educación en sus
ciudades, financiándola si es necesario.
El sistema educativo se establecería en tres niveles: elemental, secundario a cargo
del grammaticus y superior, dirigida e impartida por los retóricos. Al nivel elemental se
acedía con siete años y se abandonaba con doce, situándose la escuela en el foro. Allí
los alumnos reciben las clases del magister, quien percibe por cada alumno un sueldo de
50 denarios. La mayoría de los alumnos van acompañados a la escuela por un esclavo
llamadopaedagogus y disfrutan de vacaciones entre los meses de agosto y septiembre.
Lectura, escritura, cálculo y recitación serán las enseñanzas impartidas. Las enseñanzas
secundaria y superior presentan unos caracteres más clasistas. La secundaria abarca
entre los doce años y los diecisiete, momento que el joven toma la toga viril.
El grammaticus es el encargado de impartir las enseñanzas que versan sobre la lengua y
el conocimiento y estudio de los clásicos, recibiendo por cada alumno 200 denarios al
mes. El lugar donde se imparte es en los pórticos abiertos del foro. La enseñanza
superior estaría dirigida por el rethor quien llegaba a cobrar hasta 2.000 sestercios
anuales por alumno. Las reglas del arte de la oratoria y su práctica serán las enseñanzas
impartidas, a pesar de que desde Augusto este arte no era vital para participar en
política. Sin embargo, las escuelas superiores surtirán a la administración de altos
funcionarios y prestigiosos juristas.
Durante el Bajo Imperio observamos una serie de modificaciones en el sistema
educativo, especialmente por el intervencionismo estatal y la influencia cada vez más
manifiesta del cristianismo. Las mayores necesidades burocráticas del Estado supondrán
un aumento de los estudiantes de enseñanza superior al tiempo que los emperadores
restauran las escuelas.
En el año 425 Teodosio II creará una universidad en Constantinopla donde los
profesores sólo podrán ejercer la docencia en esta institución. En referencia al
cristianismo, las escuelas cristianas irán sustituyendo paulatinamente a la educación
helenística, anticipando el orden medieval incluso en su estructura ya que se establecían
diversos niveles: monásticas, episcopales y presbiteriales.
LOS PERÍODOS DE LA EDUCACIÓN ROMANA:
1) Periodo arcaico
La educación doméstica. — Desde los tiempos más remotos el hogar era la
principal institución donde se educaba el niño. La familia romana era la célula
económico-política en la que se apoyaba la vida misma de la comunidad.

El padre, el pater-familias, era a un tiempo amo y sacerdote, juez y custodio de


las tradiciones morales y religiosas. Por esto era el mayor educador de sus
hijos. La formación del romano consistía en una iniciación progresiva en las
formas de vida tradicionales. La sociedad primitiva romana era una aristocracia
de terratenientes (patricios) que ocupaban su vida cultivando los campos y
extendiendo su dominio gracias a las campañas militares.
El niño se ensaya reproduciendo sus labores. A medida que crece va entrando
lentamente en el círculo de los adultos. El padre se hace acompañar por sus
hijos en todos sus trabajos, en sus paseos o visitas, a fin de que se preparen
para la vida a través de su propio ejemplo. Por eso la educación tenía una
orientación utilitaria y profesional, porque el muchacho, que vivía en constante
relación con el padre, aprendía y se ejercitaba en todas las tareas que más
tarde desempeñaría en la vida.

«Nuestros abuelos, dice Plinio, se instruían no solamente por los oídos, sino también y
especialmente por los ojos. Los jóvenes observando a los de mayor edad aprendían lo
que tenían que hacer ellos mismos y lo que más tarde debían enseñar a sus
descendientes.»
En la actividad educativa el padre era ayudado por la madre, ya que la mujer
romana disfrutaba de un concepto social muy superior a la mujer griega.

La matrona romana de este período fue modelo de virtudes.


El ideal educativo estaba esencialmente formado por la fidelidad a las
costumbres de los antepasados. Para excitar en los hijos el culto de las
virtudes tradicionales, la familia usó el medio eficacísimo de la narración de los
acontecimientos más significativos del pasado.

Esta etapa de la educación terminaba cuando el adolescente llegaba a la


mayoría de edad, o sea cuando el muchacho cambiaba la túnica que estaba
adornada por una franja de color (toga pretexta) por la túnica de adulto
completamente blanca (toga virilis) para entrar a formar parte oficialmente de la
república, en condición de ciudadano.
Para señalar todo este proceso los romanos acuñaron la palabra educatio, que
significa todo lo que era necesario hacer en el orden moral y profesional
para que el adolescente llegara a ser un hombre maduro.

Los hijos debían crecer con todas las cualidades morales y civiles que habían
recibido de sus antepasados. No había que traicionar el exemplum de los
padres, había que cultivar la píetas (piedad) o sea el respeto filial y la devoción
a las divinidades, la constantia o firmeza de ánimo, la gravitas, la gravedad, la
seriedad, la severidad de vida y la fides, o sea la lealtad, la confianza. El hijo
debía tratar de imitar el ejemplo vivo de virtud que era su padre.
2) Período de adopción de la literatura griega:

La educación romana arcaica se transformó alrededor del siglo II a. C. cuando


Roma conquistó a Grecia e incorporo a su Imperio gran cantidad de provincias
donde se hablaba el griego.

No bien los romanos descubrieron en la literatura griega nuevos valores


humanos la adoptaron, la transformaron y acomodaron a su propio genio.
Las grandes familias romanas, ansiosas por asegurar para sus hijos la
educación más completa, los enviaban a estudiar a Atenas o les procuraban un
pedagogo griego. De aquí data la instalación en Roma de las primeras
instituciones educativas griegas.

Los antiguos, con Catón a la cabeza, se levantaron contra estas costumbres,


especialmente contra la enseñanza de la danza y del canto, «artes que podían
convenir a los esclavos pero que eran indignas de un hombre libre». A pesar de
esta oposición, la literatura griega se fue imponiendo. La figura más notable de
este período es Cicerón. (imagen abajo)

3) Período de expansión del genio latino:


Roma civilizadora. — El tercer momento de la educación romana estaría
señalado por la imposición en todos los países bárbaros de Europa, de los
ideales de la cultura latina (la justicia, el orden, la paz) organizándolos de un
modo tal que permitió que se expandiera el espíritu romano. Roma supo
implantar sólidamente la civilización helenística que ella misma había
conquistado.
Políticamente, el afán de Roma por hacer del mundo entero una patria única,
se redujo a reunir a vencedores y vencidos en una misma comunidad para
asentar los valores de la civilización, del bienestar y del orden.

Desde el desierto de Sahara a los valles de Escocia, desde el Eúfrates al


Atlántico se impuso la civilización latina, más adelante cristiana, enraizada tan
profundamente que pudo resistir a las invasiones bárbaras (eslavas) y
orientales (las de los árabes y turcos). Roma preparó a Europa para que en ella
pudiera arraigar, florecer y perdurar el cristianismo.
LAS INSTITUCIONES ESCOLARES ROMANAS
La escuela de primeras letras. — Cuando comenzó a notarse la influencia de la
cultura griega, la figura del padre educador fue perdiendo importancia e
intervino en cambio el pedagogo y el litterator que enseñaba a leer, a escribir y
a contar.
A las escuelas se las llamaba ludi (de ludus, que significa juego, diversión),
designación que indica su actividad como complementaria a la educación
doméstica, lo mismo que la designación del maestro elemental como  ludi
magister (maestro de juegos), que correspondía al grammatistes griego.
Las escuelas elementales fueron numerosas. Salvo raras excepciones, la
mayoría de los niños concurrían a ellas. Tanto para unos como para otros se
había adoptado la costumbre griega del esclavo acompañante o pedagogo.
El aprendizaje de la lectura comenzaba con el reconocimiento de las letras,
seguía el de las sílabas y todas sus combinaciones y terminaba con el
reconocimiento de palabras aisladas.

Antes de entrar en la lectura directa de los textos literarios, los niños se


ejercitaban leyendo los preceptos contenidos en la Ley de las Doce Tablas,
instrucción jurídica y religiosa considerada imprescindible para la formación del
ciudadano. En tiempos de Cicerón fueron reemplazados por máximas morales
de uno o dos versos, encaminadas a infundir el amor a la virtud. Esta
costumbre se mantuvo hasta la aparición de las lenguas romances en la Edad
Media.
El aprendizaje de los números se hacía con la ayuda de piedritas, cálculi, o con
la mímica simbólica de los dedos.
Métodos. — Los métodos eran pasivos, como eran pasivos en la pedagogía
griega: la memoria y la imitación constituían las cualidades más apreciadas en
el alumno. Se recurría a la emulación, cuyos beneficios compensan,
según Quintiliano, los daños de la educación colectiva. Pero mucho más se
empleaban los reproches y los castigos.
En todos los autores latinos el recuerdo de la escuela está asociado a los
castigos. El maestro apoya su autoridad en la férula (especie de bastón). En
casos más graves, el culpable era castigado por sus manos, recostado en las
espaldas de un compañero. Aunque muchos pensadores recomendaban a los
maestros ser plácidos y hacerse amar, la odiosa práctica sobrevivió. San
Agustín, ya anciano, recordaba todavía los sufrimientos de sus años escolares,
prefiriendo la muerte antes que volver a ser niño.
A fines del siglo I de nuestra era se pone en duda la eficacia de estos métodos
brutales; se acude a las recompensas, a los regalos de dulces en forma de
letras, pero la gravedad latina consideró siempre necesaria la severidad.

Las familias aristocráticas buscaban jóvenes esclavos para que colaboraran


con el maestro en la enseñanza de sus hijos. Hasta se llegó a reunir a los
esclavos para darles una educación adecuada en un lugar
especial (psedagogium). La formación que recibían estaba orientada, antes que
nada, a los servicios que debían prestar: aprendían buenas maneras para que
sirvieran de pajes de los niños y adolescentes; los mejores dotados eran
iniciados en las cosas del espíritu.
Toda gran casa poseía un buen número de esclavos «letrados» o «eruditos»
que cumplían las funciones de lectores o secretarios.

Local.—Las escuelas fueron siempre de carácter privado. El maestro


suministraba el local en algún rincón o pórtico poco concurrido de un templo, en
un edificio público o en el cruce de las calles. Un cortinado lo aislaba de los
curiosos. No era fácil mantener el orden, pues el ruido de la calle distraía a los
alumnos. Los padres y los amigos se presentaban en la escuela de improviso y
asistían a las lecciones. Se pensaba que la presencia de extraños estimulaba a
los niños.
El maestro ocupaba un sillón (cáthedra), los niños se sentaban en el suelo o
sobre alguna piedra, rara vez en bancos. Los alumnos tenían rollos de
pergamino donde estaban escritos los trozos de lectura, que guardaban en
cajas cilíndricas. En tablillas enceradas escribían con el estilo, provisto de
aguda punta por un extremo y aplastado por el otro para poder borrar lo mal
trazado.
La escuela estaba abierta todo el día, desde el amanecer, salvo una
interrupción para comer. Algunas veces el maestro contaba con un ayudante.
El material de enseñanza se reducía a algunas monedas o
piedras (cálculi) para contar, y algunos cuerpos geométricos.
La escuela del gramático. — El gramático se proponía instruir a los alumnos en
el conocimiento del lenguaje, gramática y literatura, para que adquirieran
facilidad de expresión.
De condición superior al maestro elemental, el gramático, gravemente envuelto
en su toga, dirigía su clase, que funcionaba en algún local del foro.

Decoraban sus paredes los bustos de grandes escritores: Virgilio y Horacio y,


en algunos casos, mapas geográficos. Usaban métodos iguales a los de sus
colegas griegos: el estudio teórico del bien hablar y la explicación de los poetas
clásicos.
El programa era exclusivamente literario, con la particularidad de que
frecuentemente el griego se enseñaba antes que el latín en antologías de
autores como Homero y Esopo.
Entre todas las escuelas merece mención particular la de Livio Andrónico, un
esclavo griego que tradujo la Odisea al latín. En el año 26 a. C, Cecilio
Espirota tomó la iniciativa de explicar a Virgilio y a otros poetas latinos.
La enseñanza media: El ciclo medio de la enseñanza, de doce a diecisiete
años, corría a cargo del grammaticus, que era el que enseñaba al niño la
lengua y la literatura. Este proceso de aprendizaje también se solía impartir en
escuelas a cambio de una cierta cantidad de dinero o, en las familias más
acomodadas, se encargaba a un esclavo que era muy cotizado.
En sus clases se enseñaba la lengua y la literatura griega y latina a través del
estudio de los poetas, junto con nociones generales de historia, geografía,
física o astronomía, generalmente relacionadas con los textos que se
estudiaban. El maestro dictaba los textos y los alumnos los leían y debían
aprender de memoria partes de ellos. Una vez explicados, el alumno debía ser
capaz de comentarlos tanto de forma oral como escrita. Entre los poetas
griegos se estudiaba sobre todo a Homero y a los autores de teatro; entre los
latinos los más comentados eran Virgilio, Horacio y Terencio.
Lo normal era que de la escuela del grammaticus el alumno saliera sabiendo
bien el latín y el griego, las dos lenguas de cultura entonces. Se consideraba
tan importante saber griego que las familias acomodadas iniciaban a sus hijos
en esta lengua desde la niñez. A este ciclo de la enseñanza sólo accedía una
minoría.

La enseñanza superior :
La escuela del retórico. — Un tipo de educación superior era la retórica o
aprendizaje de la elocuencia. La enseñanza del rethor latinus tenía por objeto
comunicar el arte oratorio, formar al orador. El rethor comunicaba el arte
oratorio de acuerdo a una técnica y a unas reglas tales como las que se habían
enseñado en Grecia a partir de los sofistas.
El rethor enseñaba a la sombra de los pórticos del Foro; contaba con hermosos
salones (exedras), dispuestos como un teatrillo, que llenaban una función
análoga a la de los gimnasios griegos.
En teoría, los romanos, como los griegos, permanecían fieles al ideal
tradicional que fundamenta la alta cultura sobre la base de la encieles paideia, o
como se la denomina en latín, las artes liberales, que luego, en la Edad Media,
se designan por trívium y cuatrívium. La escuela del gramático contó con un
método elaborado, con un programa de estudio fijo y con un subsidio oficial.
El joven no sólo se convertía en un buen ciudadano, sino que se preparaba
para la actividad política, por lo que era una enseñanza reservada a los hijos de
las familias acomodadas, los únicos que en Roma podían aspirar a los cargos
públicos. Los rétores impartían sus clases en mejores locales que el magister o
el grammaticus, e incluso, avpartir del Imperio, el propio Estado les
proporcionaba buenas instalaciones para que desarrollaran su labor.

Terminada la formación con el rétor, los jóvenes romanos aún podían ampliar
sus estudios. Para ello podían marcharse a Grecia o a las grandes ciudades
del mundo helenístico, donde ampliaban sus conocimientos de retórica o se
iniciaban en la filosofía de las diversas escuelas griegas helenísticas
Como no se usaba la puntuación ni la separación de las palabras, el maestro debía
preparar y explicar primero la lectura (praelectio) para que los alumnos pudieran
entender lo que leían. Seguía la explicación o comentario del fondo y de la forma de lo
leído, y los ejercicios de estilo, de imitación, ampliación, reproducción, etc. La
instrucción gramatical terminaba con los ejercicios denominados de erudición o
comentarios, que consistían en conocer la mitología, la historia, la geografía, etc., que
tuviera referencias al texto estudiado. La erudición era como el segundo carácter de la
cultura liberal; el hombre verdaderamente cultivado no era solamente un «letrado»,
sino también un erudito, un sabio. Téngase en cuenta que bajo el nombre de ciencia se
debe entender aquí la erudición adquirida al margen de los clásicos.

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