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Biografía de Santa Gianna Beretta Molla

Gianna Beretta nació en Italia en 1922 y estudió medicina. En 1962, cuando estaba embarazada de su cuarto hijo, los doctores le diagnosticaron cáncer de útero, pero ella pidió que salvaran a su hija aunque significara su propia muerte. Después del nacimiento de su hija, Gianna murió una semana más tarde. Fue beatificada en 1994 y canonizada en 2004, convirtiéndose en la patrona de las mujeres embarazadas.
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Biografía de Santa Gianna Beretta Molla

Gianna Beretta nació en Italia en 1922 y estudió medicina. En 1962, cuando estaba embarazada de su cuarto hijo, los doctores le diagnosticaron cáncer de útero, pero ella pidió que salvaran a su hija aunque significara su propia muerte. Después del nacimiento de su hija, Gianna murió una semana más tarde. Fue beatificada en 1994 y canonizada en 2004, convirtiéndose en la patrona de las mujeres embarazadas.
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Biografía

Gianna Beretta nació en Magenta, Italia en el año 1922. Estudió la carrera de medicina y en
1955 se casó con el ingeniero Pietro Molla. El joven matrimonio tenía ya tres pequeños y
cuando Gianna esperaba su cuarto hijo con tal solo dos meses de embarazo, se le
diagnosticó un cáncer de útero. Había que operarla sin más tardanza. Gianna pidió
expresamente al médico que el tumor le fuera extraído sin dañar la vida de la criatura que
tenía en el vientre. Dijo: «Si hay que decidir entre mi vida y la del niño, no dudéis; elegid la
suya, Salvadlo, lo exijo» Fue una joven madre de la diócesis de Milán que, por dar la vida a
su hija, sacrificaba, con meditada inmolación, la propia».

Una vez operada, pasó los seis meses orando y aceptando lo que el señor quisiera de ella,
hasta el nacimiento de Gianna Emanuela, que así se llamó la niña que nació el 21 de abril
de 1962. Después de una semana de atroces dolores, Gianna Beretta murió el 28 de abril de
1962, a la edad de 39 años.
Juan Pablo II beatificó a Gianna Beretta en una solemne ceremonia en la plaza de San
Pedro, en Roma el 24 de abril de 1994, dentro del año internacional de la familia.

Fue canonizada por el mismo pontífice, el 16 de mayo de 2004, y hoy es la patrona de las
mujeres embarazadas y del movimiento pro-vida
Santa Gianna Beretta de Molla (1922-1962)

 Gianna Beretta nació en Magenta (provincia de Milán) el día 4 de octubre de 1922. Desde
su tierna infancia, acoge el don de la fe y la educación cristiana que recibe de sus padres.
Considera la vida como un don maravilloso de Dios, confiándose plenamente a la
Providencia, y convencida de la necesidad y de la eficacia de la oración.

Durante los años de Liceo y de Universidad, en los que se dedica con diligencia a los
estudios, traduce su fe en fruto generoso de apostolado en la Acción católica y en la
Sociedad de San Vicente de Paúl, dedicándose a los jóvenes y al servicio caritativo con los
ancianos y necesitados. Habiendo obtenido el título de Doctor en Medicina y Cirugía en
1949 en la Universidad de Pavía, abre en 1950 un ambulatorio de consulta en Mésero,
municipio vecino a Magenta. En 1952 se especializa en Pediatría en la Universidad de
Milán. En la práctica de la medicina, presta una atención particular a las madres, a los
niños, a los ancianos y a los pobres.

Su trabajo profesional, que considera como una «misión», no le impide el dedicarse más y
más a la Acción católica, intensificando su apostolado entre las jovencitas.

Se dedica también a sus deportes favoritos, el esquí y el alpinismo, encontrando en ellos


una ocasión para expresar su alegría de vivir, recreándose ante el encanto de la creación.

Se interroga sobre su porvenir, reza y pide oraciones, para conocer la voluntad de Dios.
Llega a la conclusión de que Dios la llama al matrimonio. Llena de entusiasmo, se entrega a
esta vocación, con voluntad firme y decidida de formar una familia verdaderamente
cristiana.

Conoce al ingeniero Pietro Molla. Comienza el período de noviazgo, tiempo de gozo y


alegría, de profundización en la vida espiritual, de oración y de acción de gracias al Señor.
El día 24 de septiembre de 1955, Gianna y Pietro contraen matrimonio en Magenta, en la
Basílica de S. Martín. Los nuevos esposos se sienten felices. En noviembre de 1956,
Gianna da a luz a su primer hijo, Pierluigi. En diciembre de 1957 viene al mundo Mariolina
y en julio de 1959, Laura. Gianna armoniza, con simplicidad y equilibrio, los deberes de
madre, de esposa, de médico y la alegría de vivir.

En septiembre de 1961, al cumplirse el segundo mes de embarazo, es presa del sufrimiento.


El diagnóstico: un tumor en el útero. Se hace necesaria una intervención quirúrgica. Antes
de ser intervenida, suplica al cirujano que salve, a toda costa, la vida que lleva en su seno, y
se confía a la oración y a la Providencia. Se salva la vida de la criatura. Ella da gracias al
Señor y pasa los siete meses antes del parto con incomparable fuerza de ánimo y con plena
dedicación a sus deberes de madre y de médico. Se estremece al pensar que la criatura
pueda nacer enferma, y pide al Señor que no suceda tal cosa.

Algunos días antes del parto, confiando siempre en la Providencia, está dispuesta a dar su
vida para salvar la de la criatura: «Si hay que decidir entre mi vida y la del niño, no dudéis;
elegid -lo exijo- la suya. Salvadlo».

La mañana del 21 de abril de 1962 da a luz a Gianna Emanuela. El día 28 de abril, también
por la mañana, entre indecibles dolores y repitiendo la jaculatoria «Jesús, te amo; Jesús, te
amo», muere santamente. Tenía 39 años.

Sus funerales fueron una gran manifestación llena de emoción profunda, de fe y de oración.
La Sierva de Dios reposa en el cementerio de Mésero, a 4 kilómetros de Magenta.

«Meditada inmolación», Pablo VI definió con esta frase el gesto de la beata Gianna
recordando, en el Ángelus del domingo 23 de septiembre de 1973: «una joven madre de la
diócesis de Milán que, por dar la vida a su hija, sacrificaba, con meditada inmolación, la
propia». Es evidente, en las palabras del Santo Padre, la referencia cristológica al Calvario
y a la Eucaristía.

 Fue beatificada por Juan Pablo II el 24 de abril de 1994, Año Internacional de la


familia
 Fue canonizada por el mismo pontífice, el 16 de mayo de 2004, y hoy es la patrona
de las mujeres embarazadas y del movimiento pro-vida

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