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Antologia de La Poesia Venezolana Iendo A La Cama Vicente Lecuna

Este documento resume la poesía venezolana entre 1970 y 1990. Destaca que durante esta época Venezuela experimentó un auge económico debido a la nacionalización del petróleo, aunque esto resultó en deuda e inequidad. La poesía de esta era estuvo influenciada por la academia y poetas como Ramón Palomares y Rafael Cadenas publicaron obras importantes. Además, surgió una nueva generación de poetas que amplió los temas y estilos de la década anterior.
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Antologia de La Poesia Venezolana Iendo A La Cama Vicente Lecuna

Este documento resume la poesía venezolana entre 1970 y 1990. Destaca que durante esta época Venezuela experimentó un auge económico debido a la nacionalización del petróleo, aunque esto resultó en deuda e inequidad. La poesía de esta era estuvo influenciada por la academia y poetas como Ramón Palomares y Rafael Cadenas publicaron obras importantes. Además, surgió una nueva generación de poetas que amplió los temas y estilos de la década anterior.
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YENDO DE LA CAMA AL LIVING;

POESIA VENEZOLANA (1970-1990)

POR

VICENTE LECUNA
Universityof Pittsburgh

Mientras varios paises latinoamericanos eran sacudidos por las dictaduras de los
setenta, el estado democrAtico venezolano gozaba de ia mayor bonanza economica de su
historia. La nacionalizaci6n del petr6leo y una coyuntura de mercado favorable fueron los
detonantes principales de esta nueva situaci6n que desemboc6, ir~nicamente, en el
endeudamiento mas grande que ha conocido el pais, en el enriquecimiento de pocos y en el
bienestar muy relativo de muchos. Durante esa decada el estado no escatim6 esfuerzos ni
inversiones en el rea cultural: son los afos dorados de Monte Avila Editores y del Centro
de Estudios Latino-americanos Romulo Gallegos. El fenbmeno del exilio en el cono sur,
porotra parte, llev6 a Venezuela un buen grupo de intelectuales que durante afos influyeron
muy positivamente el ambiente cultural, la investigaci6n y las artes.
Durante los setenta se perpetfia una generacion de poetas que es comunmente asociada
al nacimiento de la democracia (1958): las dos lineas de trabajo esenciales de este periodo
son las que desarrollaron Ram6n Palomares -El reino (1958), Honrasfznebres (1962),
Paisano(1964), Santiago de Leon de Caracas(1967), El viento suave del amanecer con
los primeros aromas (1969), Adios Escuque (1974) Poesia (obra completa, 1977)- y
Rafael Cadenas -Cantos iniciales (1946), Los cuadernos del destierro (1960), Falsas
maniobras (1966), Memorial (1977), Intemperie (1977) Amante (1983); ambos son
considerados, aurn entre las mar recientes promociones de lectores y poetas, como
fundamentales. Ademas de ellos, otros poetas que comenzaron su produccion en los sesenta
desarrollaron y ampliaron su obra: Ida Gramcko, Juan Snchez Pelaez, Alfredo Silva
Estrada, Ana Enriqueta Teran, Elizabeth Sch~n, Hesnor Rivera, Rafael Jose Munioz,
Francisco Perez Perdomo, Juan Calzadilla, Guillermo Sucre, Dario Lancini, CaupolicAn
Ovalles, Ludovico Silva, entre otros. Si bien la produccion de ellos es de notable interes y
se prolonga, en algunos casos, hasta nuestros dias, he preferido hacer un corte para revisar
las tendencias dominantes que surgen a partir del setenta y que contienen, de modo residual,
una buena parte de las dominantes de la decada previa.
Sin la utbpica intencion de ser exhaustivo, supongo conveniente hacer algunas
anotaciones en torno al fenomeno de la poesia en Venezuela a un nivel bastante general. En
este sentido, un dato que resulta curioso es que un buen nfimero de los poetas del periodo
realiz6, o realiza, estudios acaddmicos yio dicta clases en la universidad.' No pretendo

Ida Gramcko, Hesnor Rivera, Francisco Perez Perdomo, Rafael Cadenas, Guillermo Sucre, Alfredo
Silva Estrada, Jose Barroeta, Bias Perozo Naveda, Reynaldo Perez-So, Hanni Ossot, MArgara
322 322
VICENTE LECUNA

establecer una relaci6n mecanica entre la vida y la obra de estos autores, pero creo que se
puede decir que ese dato no es irrelevante, sobre todo si se tiene en cuenta que el espacio
acaddmico (su poder, sus influencias) es breve y produce un tipo de conocimiento muy
particular. El fen6meno de la poesia en Venezuela, entonces, estA ligado, en gran medida,
ala academia, entendida sta como espacio de divergencias problematicas y, a la vez, como
lugar relativamente privilegiado en cuanto a informacion cultural se refiere. Un estudio
minucioso que persiga la reelaboraci6n de discursos intelectuales de la academia europea
y norteamericana; sobre todo en la poesia venezolana reciente puede dar cuenta de un
interesante proceso de apropiaci6n que a fin de cuentas, podria ser caracteristico del
fen6meno. Si se considera, por otro lado, la produccion podtica como una prtctica
discursiva que involucra mucho ma's que el simple resultado--el poema- entonces habria
otra Linea de trabajo que ofrece mucho interds: el rastreo de las razones que llevan al poeta
(al escritor) a introducirse en el mundo acaddmico Qb(isqueda de legitimaci6n, altemativa
laboral?). Otra observaci6n que se puede constatar es que la mayoria de los poetas que
publican en Venezuela son hombres; si bien es cierto que el porcentaje de mujeres con
respecto a momentos anteriores (por ejemplo en antologias previas 2 ha aumentado
considerablemente). No es momento de revisar una problematica de larguisimo catAlogo,
como la de La mujer; por ahora basta sefialar que en el espacio de la poesia venezolana se
reproduce y se hace visible esa problematica, a pesar de que tiende a "resolverse", por
menos en tdrminos cuantitativos.
lo
Las editoriales que se han ocupado, entre otras labores, de publican poesia en
Venezuela son fundamentalmente dos: Monte Avila y Fundarte, ambas funcionan con
financiamiento del estado. Paralelamente existe un archipidlago de pequefas editoriales
que funcionan con financiamiento privado (en muchos casos proveniente de los mismos
autores): entre ellas Angria y Pequefia Venecia.3 En todo caso los tirajes se mantienen en
cifras bajas (entre 500 y 1.000 ejemplares), lo cual hace pensar que la poesia, a pesar de
tratarse de un fen6meno de escasa difusi6n, recibe un apoyo fuerte, aun en medio de la
situacio'n critica que atraviesa Venezuela. 4 Una estrategia altemnativa de publicaci~n,

Russotto, Alejandro Oliveros, Armando Rojas Guardia, Manuel Hermandez, Yolanda Pantin, Miguel
Ma.rquez, Maria Auxiliadora Alvarez, Rafael Castillo Zapata, Rafael ArrAiz Lucca, Alberto Barrera,
entre otros.
2 En la Antologia venezolana (Verso) de Jose Ram6n Medina (1962), por ejemplo, se incluyen
cincuenta hombres y apenas siete mujeres, cubriendo un periodo que se inicia con Iageneraci6n del
19 1 8
y termina en el aflo 1946. Mientras que Javier Lasarte en Cuarentapoetasse balancean;poesia
venezolana 1967-1990;antologia (1991) incluye 28 hombres y 12 mujeres.
3Algunos ejemplos de publicaciones de estas editoriales son: Eldiaric
de John Roberson(1990), de
Blanca Strepponi; Elarte
de laperdida(1 991), de Ver6nica Jaffe; La cancionfria(1989), de Yolanda
Pantin.
4En un pais que ha sufrido dos intentos de golpe de estado en 1992, donde un magnifico numero de

discos vendidos por algun grupo de rock local es tan s6Io 15.000, donde un libro es best seller si
alcanza los 3.000 ejemplares vendidos, donde las distribuidoras y librerias traen del exterior textos
especializados por encargo y no especializados por cuentagotas, no resulta raro que lapoesia este entre

lo
los worst-sellers. C6mo no pensar en
-en
pflblico
Ia escasa repercusi6n cultural que tiene la poesia en el
vano de cualquier intento de periodizarla- c6mo no pensar que otros fen6menos, como la
mflsica, latelenovela o el arte, ocupan espacios mayores y funcionan mas efectivanmente en sociedad.
YENDO DEiLA CAMA AL LIVING; PUESIA VENELOLANA ( 1970-1990)32 323

ademas de la que brindan algunas revistas, 5 la ofrecen los concursos de poesia, que abundan
de tal manera que casi todo poeta cuenta en su curriculum con alguna presea y su
consecuente edici6n. 6

Los setenta

Pareciera inevitable tener que hacer unas notas sobre los afios sesenta antes de entrar
en materia, a pesar de que puedan resultar prescindibles para el lector avisado. La ddcada
del sesenta acumula una serie de hechos hist6ricos y esteticos que aun los que fuimos nifios
en aquel momento conocemos de memoria, gracias a un sinnimero de representaciones
(cinematogrdficas, literarias, plasticas), que con obstinante insistencia dan cuenta del
periodo, o por lo menos de lo que se piensa que dste fue. Este no es el lugar para revisar todas
esas nociones, baste con decir que su confluencia aun es notable en nuestros dias: la
generaci6n que surge en ese momento es, en muchos casos, la que dirige las politicas
culturales del Estado, de fundaciones privadas y otras formas de asociacibn
cultural. Para
hacer corto un cuento largo se puede decir que los planteamientos poeticos se desarrollaron
en relacibn a -o en conflicto con- un espacio ideolbgico problemAtico y fuertemente
esperanzador para el futuro del pais: es el periodo donde se pone a prueba la democracia
recidn nacida; la guerrilla, por su lado, se hace fuerte contra ella, bajo la consigna de que esta
no era realmente lo que se esperaba, sino una nueva mscara del poder de pocos y del interes
transnacional. Los sectores intelectuales se ligaron, a su manera, a esa protesta social.' En
la Universidad Central de Venezuela, por ejemplo, se realiz6 una renovaci6n del sistema
educativo que "moderniz6" (para bien o para mal) las nociones"europeizantes" de la vieja
guardia pedag6gica. La Escuela de Letras de esta universidad (donde muchos de los poetas
que me interesan se graduaron y donde hoy en dia dan clases) lideriz6, en parte, tal
movimiento. El techo de la ballena8 se opuso con vigor a la retbrica del "costumbrismo",
al "localismo realista" que permanecia como tendencia hegembnica en la perpetuacibn de
modelos de escritura al estilo de R mulo Gallegos. La poesia que se escribi6 durante ese
periodo explor6 los espacios de la modemnidad cosmopolita alejiindose de las temAticas
nacionales 9 y asumiendo la tradicibn europea de la vanguardia. Durante ese momento es

5Cultura Universitaria,En Ancas, Falso Cuaderno, Hojas de Calicanto, Imagen, La Gaveta


ilustrada,Lamigal, PapelLiterariode 'ElNacional', Papeles, Poesia,Actual, Revista Nacional de
Cultura,Suplemento Culturaldel DiarioUltimas Noticias, Zona Franca,La OrugaLuminosa, Zona
Torrida, etc.
6 Algunosde los concursos de poesia que se realizan o realizaron en Venezuela son: Premio Consejo
Nacional de la Cultura; Premio Municipal (D.F.) de Literatura; Premio Municipal de Literatura
Manuel Diaz Rodriguez; Premio Fernando Paz Castillo; Bienal de Literatura Jose Rafael Pocaterra;
Concurso Literario "Casa de la Cultura de Maracay".
Un estudio abarcador, profundo y plural de las modulaciones politico-culturales de Venezuela
durante aquellos afltos es recopilado por Alfredo Chac6n: La izquierdacultural venezolana (1958-
1968).
8
Grupo que aloj6 poetas y artistas con propuestas fuertemente vanguardistas y radicales en contra de
las formas burguesas de arte y literatura.
9Un caso interesante y esencial que no se adecuia a tal experiencia es el de Ram6n Palomares, quien
desarrolla unapoesia ligada al telurismo y a un nuevo lenguaje, sin la cual nose puede pensar lapoesia
venezolana del momento.
324 324
VICENTE LECUNA

cuando "... la poesia de tema nacional ... se transforma para, desde la perspectiva del nuevo
mundo urbano, cantar la perdida de la regi6n interior, apropi.ndose de 6pticas, motivos,
lexico y f6rmulas sintacticas caracteristicas de los discursos de ese Ambito".10 El
establecimiento mas o menos firme de la temAtica metropolitana en la poesia de esos afos
se convirti6, con el tiempo, en una fuerte dominante en algunos poetas de los setenta y de
los ochenta, transformandose, incluso, en una ret6rica.
La experiencia poetica de los sesenta (Rafael Cadenas, Ramon Palomares, Juan
Sanchez Pelaez, Francisco Perez Perdomo, Jose Barroeta, Arnaldo Acosta Bello, etc.) se
puede centrar, un tanto ajustadamente, en la exploraci6n de la problemAtica del yo ante el
mundo. Esta dominante permanece en las ddcadas siguientes, reajustada a nuevas
expectativas y situaciones; mientras que la onda militante de alguna poesia del sesenta"
pierde fuerza en los setenta, o permanece como poetica de pocos (Victor Valera Mora,
William Osuna). De hecho, muchos de los poetas de los sesenta son, para Vilma Vargas,
"testigos de su epoca", mientras que otros no, como Perez Perdomo, quien "parece
martenerse dentro de aquella poesia esencial que s6lo se enfrenta al destino universal del
hombre, linea poetica que se mantendrA hasta hoy".12 Javier Lasarte nota que hacia finales
de los sesenta y comienzos de los setenta se conforman algunas lineas de trabajo que serian
las dominantes durante la segunda decada. Estas lineas se sugieren en los libros Elegos, de
Eugenio Montejo (1967), Si el verano es dilatado(1968), de Luis Alberto Crespo, Todos
han muerto, de Jose Barroeta (1971), Amaneci de bala, de Victor Valera Mora (1971).13

10 Lasarte 5-6.
11 Un poema comunmente considerado como paradigmAtico de esta onda es "Derrota", de Rafael
Cadenas, donde se asume la perdida que sufriera la guerrilla en a los posteriores, o una perdida mas
abarcadora: Iade Iageneraci6n del sesenta.
'2 Vargas 77.
3
1 Los poetas nombrados por Lasarte como figuras que establecen, de alguna manera, los lineamientos
principales de la decada del setenta, conforman un dibujo interesante. Valera Mora, por ejemplo,
public6 ademis de Amaneci..., Con unpie enel estribo (1972), 7Opoemasestalinistas(1979) durante
esta decada. Sus obras se mantuvieron entre dos polos fundamentales y no exclusivos: el politico y
el amoroso, manteniendo siempre un carActer irreverente, urbano. "La mayor parte de los textos del
Chino Valera Mora estAn elaborados en base al habla, y no s6lo eso: en base a una tradici6n hist6rica
que toma en cuenta al habla Para las distintas transformaciones sociales; el estado mas elevado de estas
serian las revoluciones o, para conjugar: en la revoluci6n": Jimenez (pr6logo de Victor Valera Mora.

-Ia
Antologia). La poetica de Eugenio Montejo es otra: Lasarte nota que: "su
de modos y formas poeticas tradicionales
trabajo no es ajeno al uso
ina ocasional, el trabajo persistente sobre el ritmo-
ni a Iavoluntad de hacer de la versificaci6n un medio para el decir comunicativo, ni a la imagen que
se construye a partir de paisajes descriptivos o narrativos, ni a Iapresencia de temas que se quieren
trascendentes -comunidad a individuo, mundo y palabra, el poetay el poema Como vaso comunicante":
Lasarte 9.Montejo continua escribiendo una obra interesante, reflexiva fundamental. Sobre los
poemas de Luis Alberto Crespo, Jose Balza piensa que "exponen una experiencia que ocurre en el seco
aire libre (fugaz, vertiginoso: hiriente y tierno)". 0 bajo cierta casa resonante, melanc6lica y "suelta".
Pero ambas metAforas escudan otra -mas perturbadora: un territorio comiin a nosotros, definido asi
por el autor: En que muerte estamos/quepals es dste que nos tapa. Es decir: la resolana del desierto
(o de la abundancia), de lo perdido (y sin embargo persistente): el fogonazo que ya manch6 aRever6n:
Venezuela Salas. Antologia 241. Salvador Garmendia plantea que la poesia de Jose Barroeta
YENDO DE LA CAMA AL LIVING; POESIA VENEZOLANA (1970-1990)32 325

Este ultimo libro estableci6 una de las vertientes que haria eclosion a principios de los
ochenta, caracterizada por la retorica de lo cotidiano, el discurso amoroso cercano al bolero
y al lenguaje coloquial expresado con soltura en una poesia de franco carscter politico y
conversacional. La cercania de su poesia al panfleto politico, al poema revolucionario, asi
como su otra temAtica fuerte -la amorosa- son antecedentes claros de la poesia de los
grupos Trdfico y Guaire (81-82). En Eugenio Montejo, por otro lado, es notable una
producci6n mss vinculada a la tradici6n europea; se trata de una poesia reflexiva y muy
elaborada que permanecera como una firme dominante en los setenta. Guillermo Sucre
plantea que la poesia de Montejo se mueve entre dos polos: "La nostalgia de cbsmico e lo
inmemorial y la desacralizaci6n del presente...".14 Aun en sus libros mss recientes (Trdpico
absoluto, 1982 y Alfabeto del mundo, 1987) mantiene esa reflexivn inteligente que
configura, probablemente, como uno de los poetas mss leidos y estudiados. Otro poeta
lo
representativo del momento es Luis Alberto Crespo, quien propone un reflexivn vinculada
de cierta manera al telurismo (su antecedente mss cercano es Ramon Palomares), pero con
un acento fuertemente marcado en la interioridad; es notable cierta nocion esencialista que
entiende al poema como espacio de brevedad y pureza, y al paisaje como camino hacia la
interioridad. Esta concepci6n (comun a varios de los poetas de los setenta) establece un
corte bastante visible con respecto a la generaci6n que surge a principios de los ochenta:
ellos entenderian al paisaje (primordialmente urbano) como espacio natural de Iapoesia y
no como camino a ninguna parte. La produccion de Luis Alberto Crespo estA vinculada a
lo que se llam6 la poesia breve, que sera, a lo largo de los setenta, la dominante mss fuerte.
En una entrevista con Rafael Arraiz Lucca, el mismo plantea que "quisiera escribir una
poesia que no le pusiera tantos adjetivos tragicos a las cosas".15
La ddcada del setenta coincide con una doble variante del espacio cultural: por un lado
pierden fuerza los proyectos politicos alternativos y por otra se produce una gran apertura
del espacio institucional para la cultura, producto, probablemente, de la avalancha de
d6lares que recibi6 el estado y de una gerencia cultural bastante dispuesta a invertir en el
area. En los setenta nos encontramos con:

una sociedad que excepcionalmente disfruta de una bonanza econbmica, a cuyo amparo
laculturaencuentraespacios institucionales en expansion. Buenaparte de la intelectualidad
venezolana se integra a ese circuito que ofrece, en el caso especifico de la poesia, becas
y bolsas de trabajo para escritores; editoriales que, como Monte Avila o Fundarte, abren
sus puertas ...; y una proliferacibn de talleres y concursos de poesia.' 6

El momento signific6 un cambo radical con respecto al previo: de la vida al margen


del espacio contestatario, el poeta se desplaz6 a un lugar central institucionalizado.

"discurre siempre en un tono elevado, que se nutre de emociones primarias y definitivas, rondando
siempre los estratos mss seguros de la memoria: la infancia, los afectos, las primeras casas": Salas,
Antologia 245.
'4 Sucre 310.
15 Arrsiz Lucca. Grabados 179.
16 Lasarte 8.
326 326
VICENTE LECUNA

La creaci6n bastante definitiva de un espacio separado para la poesia, en el sentido que


propusiera la modernidad, define otro corte con respecto a la poesia de los ochenta. Los
poetas del setenta orientaron su trabajo hacia la "creaci6n", pretendida como independiente
de la historia y asociada al universo interior individual. Uno de los grupos de mayor
figuraci6n fue el de Valencia, integrado por Eugenio Montejo, Reynaldo Perez-So, Te6filo
Tortolero, J. M. Villarroel Paris, Rafael Humberto Ramos Giugni, Gabriel De Santis y
Alejandro Oliveros. Ligados a las revistas Poesiay Zona Tdrrida, ese grupo marca una de
las rupturas mas interesantes con respecto al periodo anterior
al proponerse, en lineas
generales, una poesia deslastrada del peso politico que pesaba sobre poetas anteriores
y
asociada a lineamientos mas personales.
La obra de poetas que ya habian publicado en los sesenta tambidn se vio afectada por
una reformulaci6n: Rafael Cadenas, Juan Calzadilla, Guillermo Sucre, Eduardo Zambrano
7
Colmenares, Gustavo Pereira, Elena Vera, Alfredo Chacon y Alfredo Silva Estrada,'
recurrieron a esa poetica de la brevedad, o mis bien del silencio esencialista. Javier Lasarte
ubica el comienzo de esta dominante, que congregaria un largo numero de poetas,' 8 en la
poesia de Reynaldo Perez-So: el inicio, o el paradigma de esta podtica,
estaria marcado por
su libro Paramorirnos de otro suenio (1970). "A el se unen cuatro a ios mas tarde, Por to
lo
quey tiene de ceniza, de Eleazar Leon, ... Ejerciciosparadecir mismo, de Hanni Ossott,
9
Los viajesdelbuquefantasma,de Eli Galindo, y Espacios deAlejandro Oliveros".' Si bien
esta diferenciaci6n es (itil para caracterizar la poesia que dominaria en los setenta, quizA sea
mas preciso anotar que la producci6n de estos aios tenia algo que ver con nociones
existenciales que recurrian a la brevedad como molde o formato del sentimiento, para hacer
patente lo absurdo de la experiencia vital, creativa, ciudadana: se trataba de una suerte de
lo
esencialismo que intentaba para el poema la persistencia de "estrictamente importante":
el poema fue concebido como espacio deslastrado de ret6ricas, como expresi6n del universo
20

interior privado. A esta experiencia interiorista, que de algunamanerapuede estar vinculada


al reflujo politico provocado por el fracaso de los proyectos politicos altemativos, se le
sumaria "el gusto creciente por el orientalismo, por la poesia sucinta Zen, por el hai-ku, por
poetas tan precisos y constructivistas como los italianos, encabezados por Ungaretti. La
influenciade AlejandraPizarnik noes desdef'able. Tampoco las ensefianzas de Krishnamurti

17 Lasarte 12.
8
1 Lasure cita a Eleazar Le6n, Luis Alberto Crespo, Jorge Nunes, Enrique Mujica, Maria Clara Salas,
Salvador Tenreiro, Manuel Hernandez, Santos L6pez, Edda Armas, Alejandro Salas, Jose Antonio
Yepes Azparren, Maritza Jimenez, Patricia Guzman, Eduardo Castellanos, Victor Valera Mora, Julio
Miranda, Alvaro Montero, William Osuna, Cecilia Ortiz, Reina Varela, Miguel Marquez, Yolanda
Pantin, Antonio Urdaneta: Lasarte 12.
9
1 Lasarte 11.
20
Otramanerade entenderel poemabreve es laque propone Julio E. Mirandaen su hip6tesis de trabajo
de la poesia anterior; el poema breve como concentraci6n individual ante
sobre la poesia de Edda Armas: "el poema breve como reacci6n al intento frustrado de totalizaci6n
la clausura de una dpoca
y la crisis de su correlato literario -la gesta guerrillera; el poema breve como buisqueda de datos

postulando un nuevo equilibrio": Miranda, Elpoema breve 14.


lo
elementales de la existencia- recogimiento cuya culminaci6n dania paso a un potencial reinicio de
la expansion; el poema breve como triunfo de la visualidad -y de los sentidos- sobre conceptual,
YENDO DE LA CAMA AL LIVING; POESIA VENEZOLANA ( 1970-1990)32 327

y de otros cultores del silencio interior".' Para ilustrar ese discurso del silencio copio un
poema del primer libro de Reynaldo Perez-So:

21
el hombre no se parece a la Iluvia
el hombre camina
piensa
y se multiplica
la Iluvia
vive arriba
y baja y se retorna

nosotros hablamos y morimos


22
la Iluvia es otra cosa

Guillermo Sucre plantea que la obra de Reynaldo Perez-So "tiende a excluir de sus
recursos todo los que son grandes metM'oras e ideas, o ain emociones". 23 Y no solo
metaforas, ideas y emociones fueron excluidas de la poesia de Reynaldo Perez-So y de los
demas poetas de los setenta; excluyeron tambien cualquier recurso que no fuera
imprescindible, que no fuera fundamental para la expresion. El resultado fue, a grandes
rasgos, una poesiamuy lavada, casi aseptica, muy quintaesencia, producto de ladecantacibn
paciente de los medios expresivos. Estas restricciones impusieron, de alguna manera, una
jerarquizaci6n de las tematicas poeticas, quedando en lugar privilegiado aquellas que
estuvieran involucradas en la representaci6n de la experiencia interior, de la reflexion vital.
El poeta mantuvo su mirada hacia su universo espiritual, hacia sus carencias y limitaciones;
el lenguaje usado, en muchos casos, parecia definirse como un gesto mtgico que pretendia
ser reaccion de ese universo interior, de esa realidad aparte. La palabra se detuvo tambien,
podria decir, sobre si misma y se despoj6 de intenciones "no poeticas": esencialismo y
textualismo son comunes nociones que se usaron para caracterizar la poesia del momento.
Paralelamente a esta dominante es posible rastrear algunas disidencias claras (Enrique
Hernatndez D' Jesuis, Victor Valera Mora, Jose Barroeta, William Osuna), pero pareciera
inevitable notar la prevalencia de un tipo de poesia breve y esencialista que llev6 al poema
hasta espacios insblitos, desconocidos y delirantes de Ia interioridad del poeta. Esa
exploracion a menudo tiene que ver con un ejercicio de memoria, o de mera introspeccion
creativa que persigue el encuentro con un mundo virgen de leyes misteriosas y secretas que
afloran en el verso. Los poemas de Hanni Ossott y de Eleazar Lebn dan cuenta de esta
experiencia que pretendia Ia creacion de mundos artificiales y magicos. Cierto tono de
queja, de desolacion, abandono, aislamiento, atraviesa en buena medida esta produccion.
La experiencia de la realidad es asumida, en lineas generales, con cierta inconformidad y
extrafieza.

21Liscano, Poesia:de 1970 a la actualidad 9.


22Perez-So 49.
23Sucre 308.
328 328
VICENTE LECUNA

Otra experiencia poetica rastreable en la dCcada, que no est del todo separada de la
experiencia lirica de la brevedad, es la que concibi6 al poema como objeto desplegado en
el espacio de la pagina. Rafael Cadenas fue uno de los primeros en experimentar esta
posibilidad en la decada del sesenta con su "Dibujos a mAquina". En los setenta esta
experiencia es asumida por poetas como Aifredo Silva Estrada, Lubio Cardozo, Andres
Athilano y Dario Lancini.
En un importante balance de lo que fue la poesia de la dcadadel setenta, VilmaVargas
plantea que: "nuestra (iltima poesia no es muy innovadora, no parece cambiar la estructura
del lenguaje potico, si bien por una parte se intelectualiza, por la otra se encierra en un
mundo interior muy individual. El lenguaje recibe un tratamiento de depuracibn, sees parco
con el. ZSe tiene poco que decir o es que todo un mundo cabe en una sola palabra?"24 Este
balance ya acusa una de las quejas que la generacion que surge en los ochenta reclama
duramente a la del setenta: la parquedad; de hecho, se puede pensar que la poesia del setenta
en Venezuela gan6 para dsta un espacio liberado de las ataduras politicas, regionalistas o
lo
realistas creando un lugar de libertad creativa donde priv6 esencial; pero en el intento
perdi6 de vista, en muchos casos, la necesidad de un piso comunicativo amplio. Eso
plantearian los poetas que se afirmaron en la decada del ochenta.

Los ochenta

Comenzando la decada se dio una profunda discusibn en los medios especializados


sobre la problemAtica de la poesia reciente en Venezuela. De esta discusibn, cuyos
planteamientos fundamentales fueron recogidos en la revista Zona Franca,25 surgieron
nuevas propuestas y un par de grupos: Trcfico y Guaire, que replantearon el sentido poitico
del momento. Armando Rojas Guardia, Igor Barreto, Yolanda Pantin, Miguel Mirquez,
Alberto Mairquez, Rafael Castillo Zapata integraron el primer grupo; mientras que Rafael
Arraiz Lucca, Luis Perez Oramas, Javier Lasarte, Nelson Rivera Prato, Leonardo Padron y
Alberto Barrera estuvieron vinculados al segundo. Estos poetas venian o participaban de
la experiencia de los talleres, principalmente los que se generaron alrededor del Centro de
Estudios Latinoamericanos Romulo Gallegos y de Calicanto dirigido por Ia narradora y
poeta Antonia Palacios. Esta circunstanciapuede haber marcado la permanencia en algunos
de ellos (como Miguel Marquez) de poeticas residuales de los sesenta y setenta, como lade
la brevedad, y luego, quiza por efecto de rechazo a los "maestros", puede haber detonado
la poeitica urbana, fuertemente conversacional y conectada a la experiencia cotidiana,
contraria al esencialismo, ligada a las representaciones tradicionales del amor (el bolero, el
tango, la ranchera). Algunos de los libros publicados durante la decada que dan cuenta de
este replanteamiento son: Correo del corazon, (1985) de YolandaPantin, i Ysi el amor no
liega? (1983) de Igor Barreto, Guaire (1982) de Rafael Arraiz Lucca, Nelson Rivera Prato
y Armando Coll, Afrbol que crece torcido,(1984) de Rafael Castillo Zapata, Yo que supe de
la vieja herida (1985), de Armando Rojas Guardia y Dime con quien amas/amor quepor
demo~s (1985) de Javier Lasarte y Alberto Barrera.

24 Vargas 10.
25 Zona Franca 23, iia epoca (marzo-abril, 1981).
YENDO DE LA CAMA AL LIVING; POESIA VENEZOLANA ( 1970-1990)32 329

Esta nueva generaci6n naci6 -o mas bien se congreg- con la elaboracion de un


manifiesto que recoge una profunda y rabiosa queja contra la retorica que se prolonga desde
los sesenta hasta comienzos de los ochenta asi como un nuevo plan para la poesia
venezolana. El pfrrafo inicial del manifiesto establece claramente ambas pretensiones:

Venimos de la noche y hacia la calle vamos. Queremos oponer a los estereotipos de la


poesia nocturna, extraviada en su oficio chamirnico de convocar a los fantasmas de la
psique o de lanzar hasta la nausea el golpe de dados del lenguaje, una poesia de la higiene
solar, dentro de la cual el poeta regrese al mundo de la historia, al universo diumo de la
vida concreta de los hombres, en cuyo orbe cotidiano ningun fantasma enfermo moviliza
mas fuerza que el horror o la belleza encontrable en una acera cualquiera, y ningun
aristocritico golpe de dados del verbo podr abolirjamis el sabor sangufneo de todas las
palabras de la tribu.26

Es evidente la identificaci6n de la poesia del sesenta-setenta con la noche y la del


ochenta con el dia, lo cual hace suponer la asociaci6n de estos terminos a una larga cadena
de nociones similares que dibujan panoramas de expectativas opuestas: noche: espiritu,
psique, oscuridad, misterio, magia, soledad, profundidad; dia: claridad, realidad, vida,
multitud, comunidad. Segrn ese manifiesto, la poesia esencialista habia
llegado al colmo
de convertirse un juego estilistico vacio, detenido en las palabras y olvidado de los
referentes:

El blanco de sus criticas fue tanto la poetica de la brevedad como el poema breve, y sus
reivindicaciones se centraban en la incorporacibn de la experiencia urbana y cotidiana
como materia y forma de Iapoesia, en la recuperacibn del valor comunicativo del poema
y de los recitales como garantia del contacto con el pfblico". 27

Parte de la furia de TrCifico y Guaire radicaba en la clara obstinacion de la moda


textualista, segin Armando Rojas Guardia.

estacorriente (textualista) surge de los avances mas radicales de lapoesia de lamodernidad


y Iacontaminacibn literaria de los estudios semiolbgicos y lingilisticos ... Desde Trafico
se lanzaron obuses contra ese textualismo y en favor de una poesia mas emparentada con
los postulados de los altos cincuenta (Kerouac, Ginsberg, Burroughs, Corso, Ferlinghetti). 28

Armando Rojas Guardia, quien fuera principal animador de estos postulados, realiza
una obra en constante conflicto entre una poetica de la calle y una intencion religiosa que,
aunque resulta francamente anacronica, se conforma en el discurso mas contemporineo y
29
probablemente de mayor relevancia de la dicada.

26 Santaella, Diez manifestos 73.


27 Lasarte 14.
28Yage Jarque 11.
29Su poesia interpela sin descanso a la divinidad en una suerte de misticismo post-guerra fria
cargado
de erotismo: "'La poesia es la instauraciin del ser por la palabra' escribii Heidegger ... Rojas Guardia
no hace mas que captar, a travis de la poesia, este enunciado del filisofo alemin pero con
330 330
VICENTE LECUNA

Si bien la ciudad como tematica poetica ya habia sido asumida


por algunos poetas
previos, se puede decir que los grupos Trdfico y Guaire, asi como una larga lista de poetas
no agrupados, asumieron la ciudad con una noci6n menos literaria ymas vital, hablaron en
su idioma, se refirieron a sus personajes y lugares, asumieron como suyos los giros
coloquiales y todo lo que implica la experiencia ca6tica del urbe tercermundista. La
nostalgia deun mundo buc6lico noes comun, lo recurrente es asumir la ciudad como espacio
natural de la poesia. A menudo fueron acusados de banales y superficiales; el tiempo y Ia
proliferacion de trabajos vinculados a esas propuestas demostr6 que sus ideas consiguieron
terreno fertil entre los j6venes lectores y poetas. En gran medida abandonaron las
referencias cultas que acompafiaron a Ia poesia previa y tomaron para silos referentes
comunes de cualquier ciudadano. Se puede pensar que, en lineas generales, esta poesia se
abri6 al entendimiento y se acerc6 a la concepci6n del poema como lugar de encuentro,
como manera de representar y comunicar una experiencia comun (el amor, el despecho, la
rabia), oponidndose a las temAticas recurrentes en la poesia previa, a la elaboracion de un
espacio intimo, personal, estrictamente potico":

lo
creemos que en poesia no es Iarotaci6n de los signos en el texto que constituye la dave
estetica del poema, sino la forma en que accede al oido de los otros Iavoz de una
experiencia humana. Estamos hartos de combinatorias infinitas de palabras que se frotan
para arrancarse chispas que no pasan de ser un fuego fatuo

El panorama socio-econ6mico de los setenta habia permitido, de alguna manera, la


creaci6n de amplios espacios para la poesia y la profesionalizacion del poeta. En los ochenta
sobreviene una fuerte crisis econ6mica que reduce tales expectativas. La liberacion de la
tarifa de cambio del d6lar y una cadena de sucesos (inflacion, empobrecimiento) son los
puntales de la nueva situaci6n. Los poetas salieron de ese espacio profesionalizado,
independizado de la historia y del devenir cotidiano volviendo su mirada hacia las

El giro ma's notable de esta poesia es visible en su exteriorizacion radicalma'dels problemndtica.


estrategias que los podian vincular de nuevo con una realidad cada dia

los poemas orientan sus referentes hacia la cotidianidad con frescura o patetismo:
sentimiento:

caracteristicas diferentes, entroncadas, desde luego, a un sentimiento religiosos y a una concepcion


del mundo espiritualizada". Santaella, La ldmpara encendida, 108. Este sentimiento religioso que
resulta fuera de lugar en medio de una sociedad (la venezolana) supuestamente catblica (asi como
supuestamente democrdtica); de hecho, la escritura de Armando Rojas Guardia es bastante peculiar
en el espectro de la poesia venezolana reciente. Aun asi, sus versos transpiran una poderosa
contemporaneidad que se hace patente en una fuerte duda que alimenta su fe. No se trata de versos

anacronismo,
sacros, no se corresponden mecanicamente a las experiencias de los misticos: deshacen su probable
al realizarse en un lenguaje y en una experiencia que solo puede ser de hoy, al detenerse
en un sentimiento -el religioso- que persiste ai.un sin dios. Su versos entrelazan lo cotidiano a lo
religioso en un espacio convulso. Ademis de sus libros de poesia, tiene dos de ensayos El Dios de
la interperie y El calidosopic de Hermes, donde, entre otras cosas, se enfrenta al hecho poetico, a la
experiencia de la fe, al sexo.
30 Santaella, Diez manifiestos 75.
YENDO DE LA CAMA AL LIVING; POESIA VENEZOLANA ( 1970-1990)31 331

... para ellos el compromiso residia en asumir una forma de historicidad, vincularse con
la realidad concretisima, con el mismisimo pais. Por eso desdeiaron radicalmente mucha
de la poesia que los precedia y que incluso los acompafaba, refutaron su herencia, sus
propias lecturas y parecian no tolerar otra forma de escritura mas valida y eficiente que la
propuesta. 3 '

Este momento de furia quiza solo corresponde a los inicios de la decada: con el paso
de sta se multiplic6 el espacio potico dando cabida a una variedad, no registrable ain, de
alternativas poticas. Uno de los aspectos notables del momento es la acumulacion de una
larga serie de discursos vinculados a la poesia femenina, asociados auna
concepcion distinta
de la experiencia amorosa y del cuerpo. Un buen grupo de poetas elaboraron una produccion
interesante e innovadora, entre ellas son notables los casos de Margara Russotto, Viola
d'amore (1986); Maritza Jimenez, Hago la muerte (1987); Patricia Guzman, De mi, lo
oscuro (1987); Maria Clara Salas, Linos (1989); Yolanda Pantin, La cancionfria (1989)
Ver6nica Jaffe, El artede laperdida(1991); Blanca Strepponi, Diario de John Roberson
(1990); Miy6 Vestrini, Pocas virtudes (1986); Alicia Torres, Fatal (1989); Claudia
Noguera, Nada que ver (1989) Jacqueline Goldbergh, Luba (1988); Laura Cracco, Diario
de una momia (1989); EddaArmas, Contra el aire(1977) MariaVasquez, Guerrerollevado
adentro (1987) Maria Auxiliadora Alvarez, Cuerpo (1985). Este ultimo libro es
fundamentalmente unacruda reflexi6n sobre la maternidad, vistadesde un punto estrictamente
femenino, casi chocante, muy lejano alas representacionestradicionales. MArgaraRussoto,
por su lado, recupera parte de la poetica de la brevedad al pretender una poesia limpia, que
no exagere sus posibilidades, que no repita sus recursos; asume
la cotidianidad como lugar
de la experiencia poetica. Podria pensarse que los planteamientos de estas poetas son los
mas interesante de la producci6n reciente, puesto que ademas de ofrecer perspectivas
indditas , dstas se realizan en un lenguaje fresco y renovado, o violento y amargo, pero en
todo caso tambidn inddito.
Despuds de los primeros afios de la decada los poetas de estos grupos, y otros que
comulgaban en la misma fe, asumieron caminos ma's personales; abandonaron en gran
medida el lenguaje sentimental, las referencias al mundo callejero, urbano, para situarse en
espacios distintos. Un caso interesante es el de la poesia de Yolanda Pantin; su ma's reciente
produccion, La cancionfria (1991) asume
para si el amor como una experiencia limpia, casi
cerebral, lejana al patetismo de otros momentos de su obra. 32 Igor Barreto, por su lado,
asume una reflexion sobre el espacio abierto del campo y sus personajes en Cronicasllanas,
(1989); Rafael Arraiz Lucca, Almacen (1988) se detiene en la representacion de la memoria.
De alguna manera ellos estAn recorriendo algunos de los caminos que los poetas de los
setenta experimentaron, esos a los que se habian opuesto. El caso de Alberto Barrera
tambidn puede ser representativo del desplazamiento que sufre esta generacion: publica
Amor que por demos en 1985, libro en el que aparecen poemas que forman parte de su
experiencia con Guaire; en lineas generales ese libro suscribe los lineamientos de la
cotidianidad, del lenguaje coloquial, se detiene en lareflexion exteriorista; en el se entiende
a la ciudad como espacio lirico. Recientemente publica Edicion de lujo, donde refine una

31Padr n 76.
32 Asi mismo lo plantea Yolanda Pantin en el epilogo de La cancionfria.
332 332
VICENTE LECUNA

serie de poemas en prosa que destilan otro sabor: asume la experiencia de la lectura como
espacio para hacer poesia, recurre a una poderosa intertextualidad, maneja referentes
primordialmente librescos que se realizan en una forma muy cercana a la de la fAbula, pero
a la vez se diferencian de esta por contener sentidos ir6nicos y desencantadas
al estilo del guatemalteco Monterroso. La representacion de la experiencia urbana, real,
antimoralejas
cotidiana, deja lugar a la representaci6n del acto de la lectura, donde sobrevive, eso si, un
lenguaje que no es rebuscado ni intelectual. Su caso no es solitario:

Ya en poetas representativos de lapoetica predominante durante los ochenta, como Miguel


Marquez (desde Soneto alairelibre, 1986), como Yolanda Pantin (sobre todo y de manera
tajante en La cancftnfria, 1989), o como Igor Barreto (en Soy elmuchacho mds hermoso
de la ciudad, 1987)0 Rafael Arriz Lucca (evidentemente en Litoral, 1991), comienza a
sentirse una necesidad de alejarse de la insistente precision realista de la descripcion del
mundo exterior propio del poeta ... Abundan ya los poemas que tratan sobre ciudades
sofladas, nunca vividas sino a traves de terceros, por peliculas o libros o relatos de viajes,
ciudades atravesadas por los deseos y los sueflos de los que, en el poema, la evocan
fantasmalmente." 33

La experiencia que resultaba para muchos estridente de principios de los ochenta se ye


sustituida por otras sensibilidades que recurren espacios cada vez menos familiares al
comun de los mortales, recurriendo, a veces, a formas interioristas.
Entre las experiencias que expresan el espacio cerrado y magico de la interioridad del
poeta y que se quieren gesto magico de la individualidad, hasta las experiencias que
focalizan su mirada en la calle, en su lenguaje, en las representaciones tradicionales del
amor, para luego volver a la meditacion y construcci6n del lenguajes personalizados, la
poesia venezolana cuenta con un largo catAlogo de poetas que se mueven es un espacio que
pareciera breve, que no sale del lugar consagrado a la poesia, que recurre a estrategias
muchas veces encantatorias, festivas, magicas, o cotidianas donde no se encuentra un gran
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Common questions

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The Venezuelan poetry scene of the 1970s mirrored broader cultural and economic trends through its institutionalization and introspective focus. The economic prosperity due to oil revenues catalyzed state investment in culture, providing poets with unprecedented institutional support and resources. This support facilitated a flourishing poetic landscape characterized by a focus on introspection and minimalism. Culturally, this period moved away from collectivist political themes, reflecting a societal shift towards individualism and internal exploration that paralleled broader existential and philosophical trends within Venezuelan society .

Venezuelan poets in the 1970s, like Eugenio Montejo, integrated European and Eastern literary traditions by crafting poetry that embodied European reflective style and the brevity associated with Eastern forms like haiku. This integration is evident in their exploration of existential themes and the inner self, with a focus on brevity and linguistic precision inspired by Zen Buddhism practices and the succinctness of Italian Constructivists such as Ungaretti. These influences culminated in poetry that was both introspective and essentialist, moving away from verbose rhetoric towards concentrated, intense expression .

Later generations of Venezuelan poets criticized the 1970s poetic trends for their parsimony and detachment from broader communicative frameworks. Poets in the 1980s argued that the emphasis on brevity and minimalism resulted in poetry that lacked broader communicative appeal and engagement with social realities. They contended that the withdrawal into personal introspection limited the potential of poetry to address contemporary social and political issues, leading to a call for a renewed engagement with political themes and an expansion of poetic expression beyond the individualistic focus of the 1970s .

In the 1970s, Venezuelan poetry used landscape and setting as a means of introspection and a reflection of the poet's interiority, with a prevalent focus on rural and natural settings as a path to existential understanding. By contrast, the 1980s saw a shift towards urban landscapes, which became central to expressing contemporary socio-political realities. This change marked a departure from viewing the landscape as an internal exploration tool to using it as a backdrop for engaging with immediate political and social issues .

Eugenio Montejo and Luis Alberto Crespo embodied the thematic and stylistic shifts of their era through their focus on introspection and minimalism. Montejo's poetry combined European influences and philosophical reflection, creating complex works that delved into cosmic and existential themes while critiquing the desacralized present. Crespo's contributions lay in his exploration of internal landscapes, representing existentialist themes and a pursuit of purity and essence within poetry. Both poets exemplified the shift away from overt political discourse towards a more personal, reflective, and essentialist poetic style .

The Venezuelan intellectual community in the 1970s responded to political and social changes by turning inward, reflecting on personal and existential themes rather than engaging directly with political rhetoric. This introspection was partly due to the failure of alternative political projects, leading to a disillusionment that shifted the focus from collective political aspirations to personal existential queries. This response can be seen in the rise of poetry that prized essence and minimalism, capturing the inner struggles and eschewing the grand, revolutionary narratives of earlier decades in favor of nuanced, personal exploration .

Existentialism and minimalism were central to the poetic style of the 1970s in Venezuela, with poets like Hanni Ossott and Eleazar León embodying these influences. The existential themes involved introspection and exploring the meaning of life through poetic expression, while minimalism focused on conveying essential truths with a sparse, precise use of language. This style emphasized deep internal exploration and sought to articulate universal experiences through a refined, reductionist approach, moving away from grand narratives toward personal and philosophical introspection .

The poetry groups Tráfico and Guaire emerged in the 1980s with a distinctive focus on reinvigorating political discourse in poetry. These groups reacted against the introspective and apolitical tendencies of the 1970s, instead emphasizing urban landscapes and capturing contemporary social issues. Members of Tráfico, such as Armando Rojas Guardia and Yolanda Pantin, aimed to repoliticize poetry, while Guaire, which included poets like Rafael Arraiz Lucca, sought a balance between the political and the personal in their works. This resurgence of political themes represented a renewed engagement with Venezuelan socio-political realities .

Venezuelan poetry in the 1970s was marked by a shift towards themes that emphasized introspection and the essential over political or social commentary. Poets like Eugenio Montejo and Luis Alberto Crespo contributed to this shift by exploring the intersection of personal reflection and broader existential themes, often through a framework associated with European literary traditions. The poetry of the period also favored brevity and purity of expression, rejecting the previous decade’s emphasis on overt political discourse. This genre, known as poetry of brevity, became a dominant form and sought to convey profound truths in minimal words .

The 1970s in Venezuela was a period characterized by economic prosperity due to an influx of petro-dollars, which allowed for significant state investment in cultural projects, including poetry. This financial support facilitated the opening of publishing houses such as Monte Avila and Fundarte, as well as various poetry workshops and competitions. The availability of scholarships and grants integrated poets into cultural institutions, enabling a period of prolific poetic output that benefited from institutional recognition and resources .

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