¿Qué es la Teoría de Piaget?
La Teoría de Piaget, mejor conocida como Teoría del desarrollo cognoscitivo
humano de Piaget, es un modelo teórico sobre la naturaleza y formación de
la inteligencia de los seres humanos, postulado por el psicólogo suizo Jean
Piaget (1896-1980).
Para Piaget la inteligencia estaba directa y necesariamente vinculada con el
período de la infancia de los individuos, durante la cual se construye a partir
de la exploración y la práctica activas. Entendía la inteligencia como algo
dinámico, que reorganiza los procesos mentales constantemente de cara a
las situaciones vividas y a las necesidades de su entorno.
En su intento por comprender este proceso, propuso un método analítico de
distintas “etapas del desarrollo”, que a pesar de sus limitaciones contribuyó
fundamentalmente a las ciencias educativas y al desarrollo de modelos
pedagógicos más ricos y abiertos. Los postulados de sus teorías fueron
revolucionarios en su momento y fundamentales en la construcción del
entendimiento contemporáneo de la mente humana.
Características de la Teoría de Piaget:
1. La inteligencia
Según la Teoría de Piaget, la inteligencia humana es esencialmente
adaptativa, ya que la realidad es un conjunto cambiante de constantes
necesidades y demandas con la que ésta debe lidiar de la mejor manera
posible. Cosa que se lleva a cabo a través de la acción y la experiencia.
De acuerdo con esto, Piaget postuló dos formas de inteligencia que permiten
al ser humano lidiar con los aspectos móviles y los estáticos de la realidad:
1.1 Inteligencia operativa. El aspecto activo de la inteligencia, encargado de
las acciones frontales o encubiertas, que permiten anticipar, seguir o
reponerse de los cambios de la realidad.
1.2 Inteligencia figurativa. El aspecto más estático de la inteligencia,
encargado de la representación de la realidad, es decir, de las labores de
observación, imitación y gestación de impresiones mentales como el dibujo y
el lenguaje.
Según Piaget, la inteligencia figurativa sería consecuencia de la operativa, de
la cual dependería fundamentalmente, ya que en su modelo de la inteligencia
la acción y la experiencia directa con el mundo son determinantes en la
construcción de los modelos mentales.
2. Asimilación y acomodación
Piaget estableció en su teoría de la inteligencia dos funciones básica de la
inteligencia, que son a su vez dos formas distintas de aprendizaje o
adquisición de conocimientos: la asimilación y la acomodación.
2.1 Asimilación. Se trata de un método de confrontar conocimientos
novedosos o situaciones existenciales novedosas, inéditas, cotejándolas con
el bagaje de conocimientos aprendidos. Es una forma de captar nuevas
experiencias e integrarlas a nuestros esquemas mentales.
2.2 Acomodación. Por el contrario, la acomodación supone la capacidad de
replantear ciertos esquemas mentales concebidos a partir del encuentro de
un experiencia novedosa o un conocimiento nuevo, que obliga a reinterpretar
los esquemas mentales ya que no puede ser asimilado.
Según Piaget estos procesos son dos caras de una misma moneda, es decir,
no pueden existir el uno sin el otro. Cuando están en equilibrio, generan
esquemas mentales de inteligencia operativa. Cuando uno predomina sobre
el otro, se producen representaciones del orden de la inteligencia figurativa.
Las cuatro etapas
Piaget propuso comprender el desarrollo cognitivo humano a partir de cuatro
etapas distintas, cada una provista de características diferenciales y durante
las cuales se van fijando ciertos esquemas mentales y de aprendizaje. Estas
etapas son:
a) Etapa senso-motora. Desde el nacimiento hasta la adquisición del
lenguaje.
b) Etapa pre-operacional. Desde el momento del habla (más o menos dos
años) hasta más o menos los siete años de edad.
c) Etapa de las operaciones concretas. Desde los siete años hasta los
once, más o menos, el momento previo a la adolescencia.
d) Etapa de las operaciones formales. Entre los once años, más o menos,
y los quince a veinte años, cuando finaliza la adolescencia.
a) La etapa senso-motora
Durante esta etapa los infantes construyen su comprensión del mundo a
través de experiencias sensoriales directas: agarrar, chupar, ver, oír, a
medida que sus acciones transitan desde el estadio reflejo (instinto) hasta el
voluntario.
Así, aprenden la separación entre sí mismos y el medio ambiente, y captar la
permanencia de los objetos: uno de los logros más importantes según Piaget
de esta etapa, que consiste en aprender que las cosas permanecen allí
aunque no podamos observarlas.
Esta etapa se divide en seis estadíos: reflejos simples (del nacimiento a las 6
semanas), primeros hábitos y fase primaria de reacciones circulares (de las 6
semanas a los 4 meses), reacciones circulares secundarias (4 a 8 meses),
coordinación de los estadios de las reacciones circulares secundarias (8 a 12
meses), reacciones circulares terciarias, novedad y curiosidad (12 a 18
meses) y fase de internalización de esquemas (18 a 24 meses de edad).
b) La etapa pre-operacional
El niño aprende a representar objetos que no están presentes.
Aunque los niños en esta etapa ya pueden expresarse mediante el lenguaje,
no manejan la lógica concreta ni pueden manejar la información
mentalmente. Su mundo es principalmente egocéntrico, incapaz de puntos de
vista ajenos, y presenta un incremento notable en el juego y en el fingimiento.
Piaget distinguía en esta etapa dos subestadios: el de la función simbólica,
caracterizado por el hecho de que los niños puedan entender, representar y
pensar objetos que no están presentes frente a ellos; y el del pensamiento
intuitivo, caracterizado por la curiosidad y deseo de saber el porqué y el cómo
de las cosas, la etapa “preguntona” de los niños.
c) La etapa de las operaciones concretas
Los procesos mentales se aplican a objetos concretos como el razonamiento
inductivo.
Esta etapa está marcada por el uso correcto de la lógica. Los procesos
mentales del infante se vuelven más penetrantes, aunque sólo aplicable a
objetos concretos: la abstracción, el pensamiento hipotético, no están aún a
su alcance, como sí lo está el razonamiento inductivo.
En este proceso se elimina el egocentrismo, se afianza paulatinamente la
lógica y la capacidad de asumir perspectivas distintas a la propia. Hacia el
final de la etapa, el prepúber será capaz de entender el amor, los valores
lógicos y la utilización de sistemas lógico-deductivos, así como el ensayo y el
error.
d) La etapa de las operaciones formales
La inteligencia se asocia durante esta etapa al uso de símbolos lógicos y
conceptos abstractos, así como suposiciones desprovistas de relación con la
realidad inmediata. Se apunta el razonamiento hipotético y deductivo, capaz
de metacognición, pensamiento abstracto y un manejo mucho más adulto de
las operaciones formales.
El fin de esta etapa supone la entrada del joven en la adultez y la madurez
del pensamiento inteligente.
Experimentación
Piaget realizó experimentos analizando el pensamiento operativo formal.
Piaget y sus asociados realizaron numerosos experimentos para poner a
prueba sus elucubraciones y teorías, sobre todo analizando el pensamiento
operativo formal. En ese sentido, Piaget utilizó un sistema de pesos y una
escala para medir las capacidades cognitivas de niños de distintas edades,
obligándolos a lidiar con la noción del equilibrio.
Aplicaciones de la teoría
Las teorías de Piaget tienen numerosas aplicaciones prácticas en el campo
de la pedagogía, ya sea sirviendo de guía en la planificación de las
actividades escolares por estadio específico, o incluso para la compra de
juegos y la estimulación adecuada por parte de los padres.
Fallas de la teoría
La teoría de Piaget no tomó en cuenta factores como la personalidad del
individuo.
La inexactitud del modelo Piagetiano y la posibilidad de lagunas cognitivas
han supuesto una crítica importante al modelo, sin dejar de considerarlo una
aproximación útil a la materia. Los estudios piagetianos no tomaron en cuenta
la posibilidad de que un niño se adelante en algunos aspectos respecto a su
etapa y se atrase en otros, o que su desarrollo no sea uniforme sino
escalado.
Otras acusaciones importantes tienen que ver con la subvaloración de la
cultura y el entorno social en el modelo de Piaget, factores determinantes en
la consolidación no sólo de la inteligencia, sino de todo tipo de personalidad e
individuo.