LA FIESTA DE SAN SEBASTIÁN
Cada 20 de enero se celebra
la fiesta de San Sebastián,
mártir, patrono de arqueros,
soldados y atletas. Su
nombre significa “digno de
respeto, venerable”, detalle
que cobró sentido pleno a
través de su ejemplo de vida
y en la manera como se
entregó a la muerte por
Cristo.
Sebastián nació hacia el año
256 en Roma. Siguió la
carrera militar y llegó a ser
jefe de la cohorte de la
guardia imperial romana, un
altísimo cargo obtenido
seguramente por su fuerza, arrojo y astucia. Sin embargo, contra lo que
podía esperarse de un militar al servicio directo de Diocleciano, emperador
perseguidor de cristianos, Sebastián se convirtió y abrazó la causa de
Cristo, probablemente conmovido por el testimonio de tantos mártires.
Consciente del sufrimiento de sus hermanos perseguidos, aprovechó su
cargo militar para protegerlos y ayudar, en especial, a los que caían
prisioneros. Durante algún tiempo Sebastián logró su cometido gracias a que
mantuvo en secreto su fe. Sin embargo, fue traicionado y denunciado.
San Sebastián fue ejecutado en el año 288 y su cuerpo enterrado en un
sepulcro dentro de las catacumbas de la vía Apia en Roma. Allí se le venera
desde muy antiguo.
Hoy puede encontrarse una basílica en su honor en la Ciudad Eterna, aunque
su devoción no se limita a ella. Es bien sabido que San Sebastián es muy
querido en todo el mundo. Prueba de ellos son los cientos de lugares, obras
de la Iglesia e instituciones que llevan su nombre.