0% encontró este documento útil (0 votos)
61 vistas49 páginas

Violencia Estructural

El documento analiza el concepto de violencia estructural de Johan Galtung y su potencial para estudiar comunidades indígenas wichí, qom y pilagá en Formosa, Argentina. Explica que estas comunidades viven en marginalidad pero que no es posible hacer una evaluación binaria de la satisfacción de necesidades básicas y violencia. Sostiene que es necesario considerar la variable tiempo y la posibilidad de gradualidad para adecuar el estudio y programas de intervención a cada contexto específico.

Cargado por

Yamila Nizzo
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
0% encontró este documento útil (0 votos)
61 vistas49 páginas

Violencia Estructural

El documento analiza el concepto de violencia estructural de Johan Galtung y su potencial para estudiar comunidades indígenas wichí, qom y pilagá en Formosa, Argentina. Explica que estas comunidades viven en marginalidad pero que no es posible hacer una evaluación binaria de la satisfacción de necesidades básicas y violencia. Sostiene que es necesario considerar la variable tiempo y la posibilidad de gradualidad para adecuar el estudio y programas de intervención a cada contexto específico.

Cargado por

Yamila Nizzo
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 49

Lecciones y Ensayos, Nro.

98, 2017
Böhm, María Laura, “Violencia estructural - Ejercicio de análisis de la realidad…”, pp. 51-99
51

Violencia estructural. Ejercicio de análisis


de la realidad de comunidades indígenas
wichí, qom y pilagá en la provincia argentina
de Formosa*

María Laura Böhm**

“De Formosa... Es muy complicado.


Parece que hay paisanos que no quieren saber nada con nosotros.
Somos aborigen. Y vamos a quedar aborigen”.
(Ernesto, El Chorro, 8 de febrero de 2017)

* Recepción del original: 12/06/2017. Aceptación: 29/06/2017.


** Tanto esa investigación troncal iniciada años atrás, como este fragmento aquí presentado,
y en especial el trabajo previo como el posterior a los viajes que aquí por primera vez se co-
mentan, fue acompañado por el estudio realizado en gran medida en el contexto del Seminario
de Investigación sobre Grandes Empresas y Violaciones de Derechos Humanos en América
Latina (Facultad de Derecho, Universidad de Buenos Aires), el cual dirijo y fue iniciado, a
mediados del año 2015, gracias a la financiación de mi actividad académica por parte del
Servicio Alemán de Intercambio Académico (DAAD), y también gracias a la recepción de
mi propuesta académica por parte del Prof. Dr. Ricardo Rabinovich Berkman, director del
Departamento de Ciencias Sociales. La actividad del seminario fue creciendo y estoy por eso
profundamente agradecida a quienes son parte, quienes encuentro tras encuentro enriquecen
la discusión y el pensamiento sobre estos temas. En distintos momentos de los viajes, incluso,
pudo participar también uno de los investigadores del grupo, Leandro Costanzo, quien fue
compañero esencial en entrevistas, tomas de notas, fotografías, filmaciones, y, fundamental-
mente, co-conversador esencial en todas las reflexiones que acompañaban y seguían a viajes y
entrevistas, que tal vez no hubieran resultado como se esperaba si no hubieran podido llevarse
adelante en equipo. Por eso un muy especial agradecimiento a su participación en los viajes. Y
el saludo esencial, probablemente, al abogado, escritor y humanista, como me gusta llamarlo
a mí, Luis Zapiola, quien literalmente hizo posible este primer acercamiento a la vida de los
pueblos indígenas... y gracias a quien, finalmente, “pisé la huella del indio...”. A esta primera
entrega seguirán más, por supuesto, pero era importante, aunque sufra de enormísimas fallas
y carencias todavía, presentar primeras ideas, y agradecer por los aciertos a quienes fueron
parte de ellos, y asumir toda responsabilidad por los desaciertos. Para comentarios y sugeren-
cias que puedan corregir las visiones presentadas y enriquecer la continuidad del trabajo, mi
dirección de contacto es [email protected].

Lecciones y ensayos 98 FINAL.indd 51 12/11/2018 14:16:22


Lecciones y Ensayos, Nro. 98, 2017
52 Böhm, María Laura, “Violencia estructural - Ejercicio de análisis de la realidad…”, pp. 51-99

Resumen: En el presente trabajo se explica el concepto de la violencia estructu-


ral de Johan Galtung y su potencial analítico, aplicado en este caso al estudio de
comunidades y localidades wichí, qom y pilagá de la provincia argentina de For-
mosa. El análisis hace visible la marginalidad en que viven estas comunidades,
pero al mismo tiempo pone de resalto que no es posible realizar una propuesta
binaria en cuanto a la satisfacción o insatisfacción de necesidades básicas, y por
lo tanto, de la violencia estructural. Se sostiene que es necesario introducir la
variable tiempo y la posibilidad de gradualidad en la evaluación de la realidad
a fin de adecuar tanto el estudio como la crítica y el diseño de programas de
intervención a los contextos específicos de la realidad, y no únicamente a pautas
generales de metadiscurso.

Palabras clave: violencia estructural – Formosa – comunidades indígenas – ne-


cesidades básicas

Abstract: In the present paper the concept of structural violence of Johan Gal-
tung and his analytical potential is explained. It is applied here to the study of
communities and localities Wichí, Qom and Pilagá of the Argentine province of
Formosa. The analysis makes visible the marginality in which these communi-
ties live, but at the same time emphasizes that it is not possible to make a binary
proposal as to the satisfaction or dissatisfaction of basic needs, and therefore of
structural violence. It is argued that it is necessary to introduce the variable time
and the possibility of graduality in the evaluation of reality. In this way, the de-
scription, analysis and criticism on the one hand, and the design of intervention
programs, on the other hand, would fit to the specific contexts of reality, and not
only to guidelines of general theoretical discourse.

Keywords: structural violence – Formosa – indigenous communities – basic


needs

I. Introducción

En otro momento de la investigación de la que aquí se está presen-


tando solo una arista, se explicó cómo durante los últimos cinco siglos
las violaciones de derechos humanos en América Latina por parte de los
diferentes representantes de distintos modelos estatales, así como por parte
de los diversos actores económicos con actividad directa o indirecta en la

Lecciones y ensayos 98 FINAL.indd 52 12/11/2018 14:16:22


Lecciones y Ensayos, Nro. 98, 2017
Böhm, María Laura, “Violencia estructural - Ejercicio de análisis de la realidad…”, pp. 51-99
53

región, han sido y siguen siendo una constante.1 Las actividades de tipo
económica, directamente relacionadas con las violaciones de derechos
humanos en el contexto latinoamericano, han sido en particular –pero no
exclusivamente– aquellas vinculadas con las grandes empresas, muchas
veces transnacionales, dedicadas a las industrias vinculadas con la explora-
ción, explotación, procesamiento y comercialización de recursos naturales
y sus derivados (minerales, fuentes hídricas, espacios forestales).2 Consi-
deramos que las normativas e instituciones que a lo largo de la historia se
han ido ensayando, poniendo a prueba, implementando y desarrollando, en
general han tenido su énfasis en la prevención y sanción administrativas y
penales, y han demostrado ser ineficaces; por su parte, el resorte de norma-
tiva y organismos internacionales para la protección de los derechos hu-
manos, formados e implementados en un tiempo mucho más cercano a la
actualidad, viene siendo positiva, aunque hasta el momento insuficiente.3
Entendimos entonces, que para explicar la perpetuación y actualiza-
ción de programas e intentos fallidos, y para observar con mayor integrali-
dad la realidad de la que se trata, es necesario considerar en el análisis no
solo los aspectos normativos y su implementación institucionalizada, sino
que también (¡y especialmente!), el contexto y las condiciones políticas,
económicas y sociales específicas de los países latinoamericanos, los cua-
les (tanto el contexto como las mentadas condiciones) deben considerarse
como factores criminogénicos, es decir, como circunstancias que en dife-
rentes contextos físicos y temporales facilitan tanto las situaciones especí-
ficas de victimización (de las poblaciones afectadas) como las condiciones
específicas que posibilitan las vulneraciones de derechos fundamentales
(por parte de representantes estatales y de actores económicos privados).
Esta apertura del análisis exige por lo tanto la consideración de las relacio-
nes y posiciones geopolíticas (como por ejemplo las relaciones Norte-Sur

1. Böhm, M. L., “Transnational Corporations, Human Rights Violations and Structural


Violence in Latin America: A Criminological Approach”, en Kriminologisches Journal,
4/2016, pp. 272-293.
2. Para un relevamiento de información empírica, normativa y jurisprudencial, véase Infor-
me de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos sobre Pueblos Indígenas, comu-
nidades afrodescendientes y recursos naturales (OEA/Ser.I./V/II. Doc. 47/15, 31/12/2015).
3. Para un resumen de estos argumentos, véase Böhm, M. L., “Empresas transnacionales
y violación de Derechos Humanos en América Latina - Dificultades para su imputación y
juzgamiento”, en Boletín Semestral GLIPGö, 2012, Nro. 4, pp. 11-24.

Lecciones y ensayos 98 FINAL.indd 53 12/11/2018 14:16:22


Lecciones y Ensayos, Nro. 98, 2017
54 Böhm, María Laura, “Violencia estructural - Ejercicio de análisis de la realidad…”, pp. 51-99

o Centro-Periferia, los nodos de poder en las redes de la globalización o las


relecturas de la lógica imperial, etc.) como factores criminogénicos, o en
todo caso, como marco estratégico con potencial criminogénico.4
Ese estudio, enfocado tanto a las relaciones entre las poblaciones afec-
tadas y el Estado, como a las relaciones entre este último y los actores
económicos de peso geopolítico internacional, advirtió acerca de la nece-
sidad de avanzar en una línea conceptual que prometía abordar en forma
más profunda y extensiva el análisis retroactivamente, y a la vez deja-
ba vislumbrar que serviría como herramienta de mediano y largo alcance
prospectivamente, es decir, con potencial para brindar claves de trabajo
hacia el futuro, básicamente como andamio para diseñar mecanismos de
intervención preventiva. El concepto al que me refiero es el de violencia
estructural, introducido por el noruego Johan Galtung,5 y que hemos solo
presentado en trabajos anteriores, pero que en la presente parte del estudio
será la herramienta y tamiz de reflexión. Este concepto, aunque pueda con-
ducir a ciertos reduccionismos y a la vez a dificultades por la amplitud de
los ámbitos conceptuales que abarca,6 presenta sin embargo el gran valor
de dirigir la mirada de las investigaciones, incluso de las investigaciones

4. Böhm, M. L., “Transnational Corporations, Human Rights Violations and Structural


Violence in Latin America: A Criminological Approach”, en Kriminologisches Journal,
4/2016, pp. 272-293.
5. Para un acercamiento a su figura y a la relevancia de su trabajo, todavía relativamente
desatendido en nuestro ámbito no obstante la fuerza analítica y emancipadora de sus pro-
puestas – que deben actualizarse y contextualizarse para su aplicación–, véase, Galtung,
J. y Fischer, D., Johan Galtung – Pioneer of Peace Research, Heidelberg– Nueva York–
Dordrecht–Londres, Ed. Springer, 2013, texto elocuente en que se presentan y explican no
solo sus publicaciones y conceptos, sino que se narran e ilustran su vida y su obra. Una
compilación de trabajos en castellano se presenta en Galtung, J., Tras la violencia, 3R:
reconstrucción, reconciliación, resolución. Afrontando los efectos visibles e invisibles de la
guerra y la violencia, Bilbao, Bakeaz/Gernika Gogoratuz, 1998.
6. Para una crítica de los conceptos de violencia extensivos, y propugnando un estudio
sistemático de conceptos de violencia que permita definir conceptos mayoritariamente
“acordados mayoritariamente” como base de análisis, véase De Haan, W., “Violence as
an Essentially Contested Concept” en Body-Gendrot, S. y Spierenburg, P. (ed.), Violence
in Europe. Historical and Contemporary Perspectives, Nueva York, Springer, 2008, quien
presenta una exhaustiva clasificación y análisis de autores, sus propuestas y usos del con-
cepto “violencia”. A modo de abordaje enciclopédico, véase también Heitmeyer/Hagan
2003, quienes ya en su primer capítulo explican las dificultades de la obra por la pretensión
de abordar tantos conceptos de violencia como fueran posibles, sin perder por ello la lógica
compiladora y el uso que la misma debe brindar.

Lecciones y ensayos 98 FINAL.indd 54 12/11/2018 14:16:22


Lecciones y Ensayos, Nro. 98, 2017
Böhm, María Laura, “Violencia estructural - Ejercicio de análisis de la realidad…”, pp. 51-99
55

criminológicas, podríamos decir, a ámbitos y áreas de trabajo sobre la vio-


lencia, que pueden esclarecer y echar luz sobre relaciones no tan visibles,
pero en general mucho más dañinas que las de la violencia física.7 Es una
forma de fomentar una “ciencia social más comprometida” diría incluso
Galtung.8 O, en términos de Shinkel, se trata de bogar por una “liquida-
ción” o “licuación” (liquidation) del concepto de violencia, a fin de evitar
definiciones absolutas que intentan captar la idea de violencia como un
todo,9 y tener en cambio a la mano un concepto que sea útil para entender
la realidad: “El hecho de que una cierta violencia pueda ser llamada vio-
lencia estructural significa que ciertas cosas pueden hacerse visibles cuan-
do esta violencia es considerada en relación con una cierta diferenciación
del sistema social, cosas que de otra manera no son vistas”.10 Este es el
motivo por el que adoptamos esta herramienta de trabajo conceptual, que
entendemos que, si bien tiene ya décadas desde su emergencia, no ha sido
aun suficientemente explorada en su capacidad explicativa –abarcativa y
precisa a la vez– para nuestro contexto regional.
El foco de estudio, por lo tanto, se traslada del momento en que está
ocurriendo la violación de derechos por parte de representantes del Estado
y de actores económicos privados, a una fase previa, es decir, al estado de
cosas anterior en que se puede encontrar virtualmente una población tipo
que podría resultar afectada, pero ocultando la situación antes de que exista
la actividad económica violatoria de sus derechos. Es decir, el presente tra-
bajo significa ir un paso atrás en el desarrollo argumentativo: reconocidos
los factores criminogénicos que facilitan la violación de derechos humanos
en el transcurso de actividades económicas fundamentalmente extractivas,
la pregunta es ahora: ¿qué pasaba en ese lugar antes? ¿En qué situación se
encontraba la población local? ¿Qué grado de receptibilidad existía, tanto en
la población local, como en el Estado y la región en particular? La sospecha
es que en general, la situación previa de violencia estructural es la que juega
el rol de factor criminogénico originario (o madre, o matriz), causa de todos
los demás. Mientras que en otros trabajos el caso modelo de estudio estu-

7. Galtung J., Strukturelle Gewalt, Beiträge zu Friedens- und Konfliktforschung, Reinbek


bei Hamburg, Rowohlt Taschenbuch Verlag, 1975, pp. 30-31.
8. Ibid., p. 41.
9. Shinkel, W., Aspects of Violence. A critical Theory, Basingstoke, Palgrave Macmillan,
2010, p. 4.
10. Ibid., p.13.

Lecciones y ensayos 98 FINAL.indd 55 12/11/2018 14:16:22


Lecciones y Ensayos, Nro. 98, 2017
56 Böhm, María Laura, “Violencia estructural - Ejercicio de análisis de la realidad…”, pp. 51-99

vo dado por situaciones reconocidas de violaciones de derechos en curso, u


ocurridas pero no reparadas, en el presente trabajo el caso de estudio estará
dado por quienes suelen ser los grupos más afectados, aun cuando no haya
habido (aun) una afectación concreta por parte de grandes actores económi-
cos. Nos referimos, para el caso de América Latina, a las poblaciones indí-
genas y campesinas, principales afectadas y destinatarias casi exclusivas de
las grandes violaciones de derechos humanos que tienen lugar en el marco
de actividades de empresas transnacionales en el contexto de la explotación
de recursos naturales, principal fuente generadora de recursos en la región.
¿En qué situación están las poblaciones indígenas antes de tener que sufrir
los avances lesivos del Estado con interés económico, o de los actores pri-
vados con intereses industriales y comerciales? En general, una vez más, la
sospecha está dada por su situación de violencia estructural.11
Si se entiende a la violencia como la ausencia de paz, y si se entiende
que la construcción para la paz debería ser movilizada también desde el
conocimiento, la investigación y la enseñanza, este breve trabajo inicial
en la introducción del concepto de violencia estructural para el estudio
de la situación de comunidades indígenas en nuestro país, puede pensarse
como un aporte en este sentido. Pensar los conflictos no como espacios
de enfrentamiento, sino como plataformas para el establecimiento del diá-
logo, con la finalidad de que sea una academia que aporte para el cese de
las violencias estructurales12 a las que viven todavía subyugadas grandes
partes de nuestras poblaciones latinoamericanas. En este sentido, incluso,
entendiendo que el conflicto aun no ha cesado, es interesante abrir para
futuras exploraciones la idea de la transición, e incorporar, de esta manera,
el uso del concepto de la violencia estructural como base para construir
restaurativamente paz positiva,13 superadora de los daños y carencias acu-
muladas en siglos de desigualdad.

11. Un trabajo con preguntas similares y muy inspirador para este estudio, aunque de volu-
men y características diferentes, en cuanto a la situación de pueblos indígenas, su estado de
pobreza y sus vínculos con la sociedad blanca (“ladina”), ofrecen en su trabajo respecto de
Guatemala Midré, G. y Flores, S., con el sugerente título Élite ladina, políticas públicas y
pobreza indígena, Guatemala, C.A., Instituto de Estudios Interétnicos de la Universidad de
San Carlos de Guatemala, 2002.
12. Carter, C. (ed.), Conflict Resolution and Peace Education. Transformations across
Disciplines, Nueva York, Ed. Palgrave Macmillan, 2010, p. 2.
13. Sharp, D. N., “Introduction: Addressing Economic Violence in Times of Transition”;
en Justice and Economic Violence in Transition, Nueva York, Springer, 2014, pp. 4-20 y ss.

Lecciones y ensayos 98 FINAL.indd 56 12/11/2018 14:16:22


Lecciones y Ensayos, Nro. 98, 2017
Böhm, María Laura, “Violencia estructural - Ejercicio de análisis de la realidad…”, pp. 51-99
57

Luego de esta introducción (I), entonces, en el presente trabajo se des-


plegará una argumentación para la cual, siguiendo el rastro de esta sos-
pecha, se ofrecerá en primer término una explicación del concepto de la
violencia estructural de Johan Galtung (II). Se reseñará luego la realidad
para cuyo estudio podría ser utilizado, lo que se hará sobre el caso concre-
to de población indígena formoseña en Argentina ejemplificada a partir
de la vida en comunidades y localidades Wichí, Qom y Pilagá específicas
(III). Luego se utilizará el concepto de la violencia estructural, desglosado,
como herramienta para la presentación de un análisis que permita definir la
presencia o no de violencia estructural (IV). Finalmente, se expondrán pri-
meras conclusiones, tres, que son solo un paso intermedio hacia próximas
etapas de investigación (V).

II. Violencia estructural

Hemos esbozado en otras oportunidades, en un acercamiento más ten-


tativo, el concepto de violencia estructural de Johan Galtung,14 y en forma
introductoria aquí nos referiremos a esas ideas previas. La violencia estruc-
tural, entendida como propuesta teórica sobre la violencia, que permite el
pensar, investigar y potencialmente, también actuar podría definirse,15 to-
mando distintos elementos trabajados por Galtung en sus distintos trabajos
y abordajes, como el “conjunto de los obstáculos físicos y organizativos
evitables que en las relaciones estructurales impiden a las personas satis-
facer sus necesidades básicas o alcanzar su verdadero potencial”.16 Se trata
así de obstáculos evitables que impiden que sean cubiertas necesidades
básicas. Cuando en tierra fértil hay niños muriendo de hambre, o cerca de
fuentes de agua natural los pobladores no tienen qué beber o cuando los
pueblos indígenas y campesinos, antiguos propietarios de la tierra, no pue-
den vivir sin intromisiones en condiciones de vida digna de acuerdo con

14. Böhm, M. L., “Transnational Corporations, Human Rights Violations and Structural
Violence in Latin America: A Criminological Approach”, en Kriminologisches Journal,
4/2016, pp. 272-293.
15. Galtung, J., “Violence, Peace, and Peace Research”, en Journal of Peace Research,
Vol. 6, n° 3, 1969, p. 168.
16. Una interesante profundización en el concepto, y la explicitación de violencia como
proceso y fluidez, presenta Shinkel, W., ob. cit., pp. 36-37 y ss.

Lecciones y ensayos 98 FINAL.indd 57 12/11/2018 14:16:22


Lecciones y Ensayos, Nro. 98, 2017
58 Böhm, María Laura, “Violencia estructural - Ejercicio de análisis de la realidad…”, pp. 51-99

sus requerimientos básicos, podríamos estar, en principio, frente a casos de


violencia estructural.
El problema fundamental, sin embargo, reside en que la violencia es-
tructural es una violencia invisible. Distinta de la violencia del asesinato o
del robo, la violencia estructural no se percibe ni se considera violencia, y
por lo tanto tampoco se previene ni es sancionada ni reparada como violen-
cia. Esto se explica, tal vez, porque “la ley es básicamente silenciosa acerca
de la violencia estructural”.17 Es decir, las muertes provocadas por el hambre,
las enfermedades provocadas por la falta de atención sanitaria, la pérdida de
trabajo por contaminación de las fuentes de recolección artesanal, la pérdida
de espacio limpio para que los niños jueguen: en todos estos casos no hay
un sujeto en cabeza de quien colocar la responsabilidad. La violencia estruc-
tural, invisible y por lo tanto ignorada como tal, se perpetúa silenciosamen-
te y continúa esparciendo sus efectos siglo tras siglo. Únicamente cuando
la violencia invisible puede ser traducida como una violación de derechos
humanos (reconocidos normativamente), las personas afectadas tienen la
capacidad abstracta de exigir su respeto y cumplimento. Sin embargo, esa
capacidad en abstracto no se traduce generalmente en una capacidad efec-
tiva en los casos de aquellas personas que, precisamente, son marginadas
de la atención estatal.18 Y este es el caso de la gran mayoría de quienes
padecen violencia estructural. Dentro de las estructuras organizativas pue-
den mencionarse, por ejemplo, las prácticas corruptas que impiden el buen
funcionamiento de las oficinas del gobierno cuando los individuos requieren
información, o las barreras en el sistema de justicia cuando las comunida-
des afectadas exigen justicia; o la normativa y la tolerancia judicial de las
prácticas depredadoras o contaminantes industriales, entre otras. Todas estas
formas, sin embargo, son muy amplias, casi difusas. Y requieren, para que
puedan explicar la realidad, de especificaciones.

17. Galtung, J., Frieden mit friedlichen Mitteln. Friede und Konflikt, Entwicklung und
Kultur, Serie Friedens- und Konfliktforschung 4, Opladen, Leske + Budrich, 1998. Veáse
también Galtung, J., Violencia, Guerra y su impacto, 1998, p. 7, consultado en [http://red.
pucp.edu.pe/wp-content/uploads/biblioteca/081020.pdf].
18. Galtung, J., Menschenrechte anders gesehen, Suhrkamp, Frankfurt, 1994, p. 83. Una
explicación e ilustración de esta disonancia entre el reconocimiento de necesidades bási-
cas como derechos fundamentales, y las dificultades de esta institucionalización, en dis-
tintos contextos, puede observarse en el Documental Los Derechos Humanos Por y Para
el Pueblo: Haciendo Realidad los Derechos Económicos, Sociales y Culturales desde las
Bases, Red-DESC, 2011.

Lecciones y ensayos 98 FINAL.indd 58 12/11/2018 14:16:22


Lecciones y Ensayos, Nro. 98, 2017
Böhm, María Laura, “Violencia estructural - Ejercicio de análisis de la realidad…”, pp. 51-99
59

La diferencia entre una satisfacción potencial de necesidades bási-


cas, y una satisfacción efectiva, es, en definitiva, la medida de la violencia
estructural. En el contexto latinoamericano, la violencia estructural está
imbrincada en siglos de inestabilidad, de relaciones internacionales asimé-
tricas y de formas de gobierno de élite dirigidas a aumentar la posición de
poder político y económico para unos pocos y, por lo tanto, en la mejora
de las relaciones comerciales con socios geopolíticamente mejor posicio-
nados, en aras del desarrollo de la región, mientras que una gran parte de
la población suele quedar por fuera de los beneficios de ese prometido
desarrollo.19
De esa manera, lo que podría ser en principio entendido como positivo
(idea de desarrollo), si no cumple con requisitos esenciales relativos a la
sostenibilidad y sustentabilidad de ese desarrollo, muy rápidamente puede
devenir en una forma de guerra silenciosa, de pérdida paulatina de calidad y
cantidad de elementos esenciales en la situación vital de individuos y pue-
blos. La paz, en ese sentido, no sería tal.20 Sería simplemente, como explica
Galtung, una ausencia de violencia física, o “cese el fuego”21 respecto de
las formas de violencia física expresiva propias de la guerra, pero no sería,
propiamente, una “ausencia de violencia”.22 Ese cese el fuego seguiría ali-

19. Esta situación, sin embargo, no es exclusividad de América Latina, por supuesto. Para
un análisis similar sobre el caso específico de Filipinas y sus condiciones y percepción de
causas de pobreza y conflicto véase Tuason, M. T., “Peace Psychology in a Poor World:
Conflict Transformation in Response to Poverty”, en Carter, C. (ed.), Conflict Resolution
and Peace Education. Transformations across Disciplines, Nueva York, Ed. Palgrave Ma-
cmillan, 2010.
20. Es importante indicar que el concepto de violencia estructural desarrollado por Galtung
tiene su marco de aplicación original en el estudio de las relaciones internacionales, es de-
cir, en contextos en que las desigualdades entre Estados centrales y Estados periféricos era
estudiada como centro y origen de violencias internacionales y locales. Sobre este análisis,
en especial, véase Galtung, J., “Eine strukturelle Theorie des Imperialismus”, en Senghaas
D. (ed.), Imperialismus und strukturelle Gewalt. Analysen über abhängige Reproduktion,
Frankfurt, Suhrkamp, 1972. Con distintos capítulos destinados a la presentación del con-
cepto y en particular a la relevancia de los estudios, investigación y formación sobre la paz
desde décadas atrás, véase Galtung, J., Strukturelle Gewalt…”, ob. cit.
21. Galtung, J., Violencia, Guerra…, ob. cit., p.1.
22. Los diversos espacios en que pueden generarse realidad de violencia, a partir de aspec-
tos tanto materiales como inmateriales, se encuentran explicados en Galtung, J., Frieden
mit friedlichen Mitteln…, ob. cit., pp. 5 y ss., y Galtung, J., “Violence, Peace, and Peace
Research”, en Journal of Peace Research, Vol. 6. nº 3, 1969, pp. 167-168.

Lecciones y ensayos 98 FINAL.indd 59 12/11/2018 14:16:22


Lecciones y Ensayos, Nro. 98, 2017
60 Böhm, María Laura, “Violencia estructural - Ejercicio de análisis de la realidad…”, pp. 51-99

mentado en su carga de violencia física latente por las manifestaciones cultu-


rales de la violencia, la llamada violencia cultural. Es importante considerar
entonces también esta manifestación: “Bajo violencia cultural entendemos
aquellos aspectos de la cultura, de las esferas simbólicas de nuestro mundo
–piénsese en religión e ideología, en lengua y arte, en ciencias empíricas y
formales (lógica, matemática)–, que pueden ser utilizadas para justificar o
legitimar violencia directa o estructural”.23 Se trata entonces de las prácticas
y discursos más o menos institucionalizados que en diversas formas legi-
timan o justifican que haya quienes sufran además de violencias físicas, la
violencia estructural; “la violencia cultural hace que la violencia directa y la
estructural aparezcan, e incluso se perciban, como cargadas de razón –o por
lo menos no malas–”.24 La violencia estructural parecería ser una realidad
natural que hay que aceptar. El estudio de esta violencia cultural (mediante
análisis del discurso, por ejemplo) puede traer a la luz tal vez no determina-
ciones estrictas, pero sí “correspondencias”25 entre el sostenimiento de vio-
lencias estructurales en el tiempo y esquemas de pensamiento y cultura. Sin
esta búsqueda específica, por el contrario, las diversas formas de generación
o promoción de las diversas violencias, queda oculta.
La violencia estructural, en su concepto general, puede entenderse
como lo que habitualmente es llamado injusticia social.26 Este concepto
tiene la ventaja de que no puede hacerse a nadie responsable por ella: es
un entramado histórico, económico, cultural e institucional de factores que
difuminan hasta los extremos más remotos las identificaciones entre sufri-

23. Galtung, J., Violencia, Guerra…, ob. cit., p. 341.


24. Para una profundización en la interrelación de la violencia cultural con el poder cultural,
véase Galtung, J., Menschenrechte anders gesehen, Frankfurt, Suhrkamp, 1994 y “Vi-
sionen einer friedlichen Welt”, en Galtung, J., Lutz, D. y Röhrich, W., Überleben durch
Partnerschaft. Gedanken über eine friedliche Welt, Opladen, Leske + Budrich, 1990, pp.
63 y ss. Para una explicación amplia y ejemplificada de las relaciones entre los tres tipos
de violencia (estructural, directa y cultural), veáse Galtung, J., Tras la violencia, 3R: re-
construcción, reconciliación, resolución. Afrontando los efectos visibles e invisibles de la
guerra y la violencia, Bilbao, Bakeaz/Gernika Gogoratuz, 1998, especialmente en pp. 341 y
ss. Y Galtung, J., Violencia Cultural. Documento de trabajo n° 14, Centro de Investigación
por la Paz, Fundación Gernika Gogoratuz, 2003, pp. 8-12 y ss.
25. Midré, G. y Flores, S. con el sugerente título Élite ladina, políticas públicas y pobreza
indígena, Guatemala, C.A., Instituto de Estudios Interétnicos de la Universidad de San
Carlos de Guatemala, 2002, p. 198.
26. Galtung, J., Violence, Peace..., ob. cit., p. 171.

Lecciones y ensayos 98 FINAL.indd 60 12/11/2018 14:16:22


Lecciones y Ensayos, Nro. 98, 2017
Böhm, María Laura, “Violencia estructural - Ejercicio de análisis de la realidad…”, pp. 51-99
61

miento y causa última de esos sufrimientos y, de esa manera, hacen invia-


ble el recorrido de transmisiones de imputación y responsabilidad. Solo
quedan a la vista de las políticas públicas o, mejor dicho, de la política
pública de mano criminalizante, las formas visibles y físicas de la violen-
cia. La política criminal “ve” las violencias físicas que suelen emerger de
las violencias invisibles culturales y estructurales. La injusticia social (vio-
lencia estructural) fogueada por y conjuntamente con la violencia cultural
(indiferencias que legitima y justifica la violencia estructural) fertiliza los
espacios y manifestaciones de violencia estructural. Es un círculo vicioso
de extrema complejidad y multifactorialidad.
En este trabajo, a fin de dar a estas ideas utilidad analítica, se coloca
el foco de estudio en los elementos que consideramos específicos de la
violencia estructural.
La propuesta conceptual de Galtung, por lo tanto, será desglosada a
fin de optimizar su capacidad explicativa. Desglosados sus componentes,
dichos elementos devienen en partes de una herramienta mayor para el
análisis de la realidad. En lo que sigue, entonces, serán presentados los
conceptos de necesidades básicas, insatisfacción, obstáculos físicos y or-
ganizativos, y evitabilidad.

II.A. Necesidades básicas

Las necesidades básicas se refieren a aquellos requerimientos que


precisan poder cubrir satisfactoriamente los seres humanos para poder, en
primer término, satisfacer su necesidad básica de vivir, y cuya no satisfac-
ción, acarrearía “malas consecuencias”,27 la necesidad de alimentarse, de
vestirse, de proveerse de formas de curación de enfermedades, de contar
con un espacio habitable suficiente, entre muchas otras.28 Y, por ser los

27. Galtung, J., Menschenrechte..., ob. cit., p. 88.


28. En la categoría de Galtung, aunque no se adapte específicamente a esta primera etapa
del estudio, es importante destacar las necesidades clasificadas en cuatro grupos: necesidad
de supervivencia, necesidad de bienestar, identidad (necesidad de representación), y necesi-
dad de libertad, véase Galtung, J., Violencia Cultural. Documento de trabajo n° 14, Centro
de Investigación por la Paz, Fundación Gernika Gogoratuz, 2003, p. 9. Esta clasificación
es recuperada en análisis en proceso y que presentaremos en los próximos avances de esta
investigación. Para el ejercicio actual las necesidades tomadas han sido relevadas y selec-
cionadas a partir de los temas centrales y, de las conversaciones y en el análisis visto como
esenciales de mayor urgencia.

Lecciones y ensayos 98 FINAL.indd 61 12/11/2018 14:16:22


Lecciones y Ensayos, Nro. 98, 2017
62 Böhm, María Laura, “Violencia estructural - Ejercicio de análisis de la realidad…”, pp. 51-99

seres humanos criaturas sociales y políticas, estas necesidades básicas se


extienden a aquellas necesidades que hacen a la mínima realización del ser
humano en su vida en sociedad: necesidad de formarse, de practicar sus
ritos y mantener sus costumbres, de desarrollar actividades que lo provean
de sus medios de subsistencia, de ser parte en las decisiones que hacen a su
propia existencia y situación vital, entre otras.
Como se advierte, estas ancestrales necesidades básicas podrían ser
en algún punto equiparadas a la idea de derechos fundamentales tal como
fueron desarrollados en los tiempos modernos.29 Así, por ejemplo, la ne-
cesidad básica de vivir sería la necesidad básica correspondiente al de-
recho humano vida, la necesidad básica de desarrollar actividades que
lo provean de sus medios de subsistencia estaría cubierta en parte por la
correspondiente al derecho humano al trabajo digno y remunerado. Esta
equiparación, sin embargo, como el propio Galtung señala, no funciona
exactamente así. El hablar de derechos humanos implica, en primer tér-
mino que, aunque sean intrínsecos al ser humano y en teoría no exigen
reconocimiento previo, en la práctica han ido requiriendo de documentos
que los señalen y les brinden un marco de protección, es decir, tienen un
“carácter institucional”30 que brinda –pero también requiere– de un espacio
jurisdiccional de demanda. Los derechos, por ser llamado tales, no garan-
tizan una mejor posición en cuanto a las posibilidades de cumplimiento,
ni siquiera en Estados de derecho. Ya se ha señalado que “es el propio
Estado de derecho el que ha dejado sin derecho a tanta gente”.31 Por esta
razón, tratar el tema de lo que debe ser satisfecho en términos de necesida-
des básicas, parece ser preferible.32 En estas últimas, la evaluación se hace

29. Galtung, J., Menschenrechte..., ob. cit., pp. 122-170 y ss.


30. Ibid., p. 170.
31. Rivera Beiras, I., “Retomando el concepto de violencia estructural. La memoria, el
daño social y el derecho a la Resistencia como herramientas de trabajo”, en Rivera Beiras,
I. (ed.), Delitos de los Estados, de los Mercados y daño social, Barcelona, Anthropos, 2014,
p. 262.
32. Es la misma preferencia que lleva a escoger el estudio en términos de conflicto, daño y
violencia, cuando se trata de los espacios que deben ser abordados por la criminología para,
como es el caso de este fragmento de investigación, llegar a abordar procesos de lesiones de
derechos históricamente invisibles para el sistema penal, acostumbrado a pensar en término
de delito. Sobre esta discusión se explaya Rivera Beiras (2014), así como el diálogo entre
Wayne Morrison, E. Raúl Zaffaroni y Roberto Bergalli, que tuvo lugar en Barcelona y fue
publicado en igual año, veáse Morrison, W., Zaffaroni, E. R. y Bergalli, R., “Diálogos

Lecciones y ensayos 98 FINAL.indd 62 12/11/2018 14:16:22


Lecciones y Ensayos, Nro. 98, 2017
Böhm, María Laura, “Violencia estructural - Ejercicio de análisis de la realidad…”, pp. 51-99
63

directamente sobre la realidad, sobre una carencia o daño directamente


observado y percibido, sin tener que esperar que tal carencia o daño estén
alistados en un documento para poder ser declamados y reclamados.33 Ese
será, en todo caso, un segundo paso.
Al hablar de violencia estructural, entonces, el primer nivel de eva-
luación será si existen necesidades básicas de alguna manera afectadas. Si
el grado de afectación es severo, se deberá evaluar si llegan a encontrarse
directamente insatisfechas.

II.B. Insatisfacción

El grado de satisfacción de las necesidades básicas requiere de una eva-


luación que, en principio, puede resultar arbitraria o subjetiva. Y, en cierto
punto, lo es. Sin embargo, si se toma como parámetro lo que es mínimamen-
te necesario para considerar esa necesidad satisfecha, el trabajo se vuelve
menos complejo. Si la realización de la necesidad básica alcanza un nivel
mínimo que permita la continuidad del funcionamiento y el cumplimiento
de la función vital y social que dicha necesidad viene a cubrir, podrá decirse
que la necesidad básica se encuentra satisfecha. De lo contrario, será una
necesidad básica insatisfecha. Si la salud es la que permite que el ser humano
sostenga un ritmo de vida adecuado a sus necesidades generales y activida-
des físicas, por ejemplo, puede decirse que no contar con medicamento para
paliar un resfriado o dolor de oídos, en forma circunstancial, no implica la
insatisfacción de esa necesidad, dada su levedad y transitoriedad; en cambio,
no acceder a los medios de prevención (o incluso, el estar expuesto a un
medio que agrava el cuadro patológico) de un cáncer pulmonar, implica sin
dudas la insatisfacción de la necesidad básica de acceso a la atención medi-
cinal, ya que la función que debe cumplir esta es brindar los medios para la
continuación regular de la vida de ese ser humano. Una desviación significa-
tiva de la actividad vital debida a una merma en la calidad de salud por falta
de atención, implica, entonces, la insatisfacción de esa necesidad.
Esa insatisfacción, sin embargo, no siempre implica que pueda hablar-
se de violencia estructural. Para que este sea el caso, esa insatisfacción de

sobre criminología, genocidio y daño social con Wayne Morrison, Eugenio Raúl Zaffaroni
y Roberto Bergalli”, en Rivera Beiras, I. (ed.), Delitos de los Estados, de los Mercados y
daño social, Barcelona, Anthropos, 2014.
33. Galtung, J., Menschenrechte…, ob. cit., pp. 83 y ss.

Lecciones y ensayos 98 FINAL.indd 63 12/11/2018 14:16:22


Lecciones y Ensayos, Nro. 98, 2017
64 Böhm, María Laura, “Violencia estructural - Ejercicio de análisis de la realidad…”, pp. 51-99

necesidades básicas debe ser consecuencia de la existencia de obstáculos


físicos y/u organizativos evitables.

II.C. Obstáculos físicos y/u organizativos

Los obstáculos físicos pueden ser en general percibidos con los sen-
tidos, es decir, existe un impedimento mecánico para la satisfacción de la
necesidad básica de que se trate. Obstáculos físicos son, entre otros, una
valla o un muro que impiden el acceso al alimento o al agua, un río que
separa a una población de otra población en que existen servicios sanita-
rios y de atención médica, una tierra árida no apta para el sembradío, o
una zona inundada que bloquea el camino de los niños a la escuela. Todos
ellos son obstáculos físicos que pueden significar, en caso de sostenerse en
el tiempo, el impedimento de la satisfacción de las necesidades básicas de
beber agua, de atenderse médicamente, de sembrar el propio alimento, o
de estudiar.
Los obstáculos organizativos, a diferencia de los físicos, no pueden ser
fácilmente percibidos con los sentidos, sino que requieren del conocimien-
to y análisis de las interacciones sociales e institucionales en el espacio del
que se trate. La organización de los mecanismos previstos para la satisfac-
ción de necesidades suele ser de altísima complejidad en las sociedades
actuales. Desde el más pequeño espacio escolar, hasta el diseño político
y distribución de dependencias estatales, todo ello pertenece a los medios
organizativos que, en caso de no funcionar debidamente, pueden conllevar
la insatisfacción de necesidades básicas. El desvío de fondos destinados
a la salud o la educación, la proyección de producción agraria basada en
ciertas formas de cultivo desatendiendo otras, o las desinteligencias en el
monitoreo de las actividades de limpieza fluvial, por nombrar solo algunos,
serían obstáculos organizativos que llevarían a que las necesidades básicas
de asistencia médica, educación, alimentación o acceso al agua se vieran
impedidas en su realización. Se trata, en definitiva, de una cuestión de dis-
tribución de recursos.
“Los recursos son distribuidos en forma desigual, como cuando la dis-
tribución de los ingresos es altamente diferenciada, alfabetización/educa-
ción desigualmente distribuidas, los servicios médicos existen en algunos
distritos y para algunos grupos solamente, y así. Sobre todo, el poder de
decidir sobre la distribución de los recursos es distribuido desigualmen-
te. La situación se agrava, incluso, si las personas de bajos ingresos son

Lecciones y ensayos 98 FINAL.indd 64 12/11/2018 14:16:22


Lecciones y Ensayos, Nro. 98, 2017
Böhm, María Laura, “Violencia estructural - Ejercicio de análisis de la realidad…”, pp. 51-99
65

también las de baja educación, baja salud, y bajo poder –como es el caso
frecuentemente– porque este rango de dimensiones tienden a estar fuerte-
mente correlacionadas debido al modo en que están intervinculadas en la
estructura social”.34
Al evaluar la eventual presencia de violencia estructural, ambos tipos
de obstáculos deben ser detectados, y muchas veces se los encuentra in-
terrelacionados: el obstáculo físico que impide a los niños ir a la escuela
puede estar directamente vinculado con las desavenencias en las oficinas
de infraestructura y saneamiento que debían tratar las consecuencias de las
lluvias y contaban con los recursos necesarios para ellos. Aquí, obstáculos
físicos y organizativos se encontrarían conjuntamente impidiendo la reali-
zación de la necesidad básica de estudiar.

II.D. Evitabilidad

El concepto de evitabilidad, cuarto nivel en esta propuesta de análi-


sis, exige incorporar las ideas de realidad y potencialidad al estudio. La
evitabilidad estará dada cada vez que en un contexto que habilita poten-
cialmente la cobertura de las necesidades básicas, estas no lo están en la
realidad. La realidad es lo que es, valga la simpleza de la afirmación. Se
trata del nivel actual de realización de una cierta necesidad, lo cual sería,
por ejemplo, la cantidad y calidad de agua y alimento que se ingiere, la
atención médica recibida, el cultivo logrado, o la efectiva asistencia o ina-
sistencia a la escuela. La potencialidad, por su parte, es el nivel máximo de
lo que puede ser alcanzado en un determinado contexto temporo-espacial,
dependiendo del nivel de información y recursos disponibles. La valora-
ción de esta potencialidad, como reconoce el propio Galtung, es altamente
problemática,35 pero puede entenderse, para una primera aproximación, sin
mayor dificultad. En palabras de Galtung: “Así, el nivel potencial de rea-
lización es el que es posible con un dado nivel de información y recursos.
Si información y/o recursos están monopolizados por un grupo o clase o
son usados para otros propósitos, entonces el nivel real cae por debajo del
nivel potencial, y existe violencia en el sistema”.36

34. Galtung, J., Violence, Peace…, ob. cit., p. 171.


35. Galtung, J., Violence, Peace…, ob. cit., p. 169.
36. Ibid.

Lecciones y ensayos 98 FINAL.indd 65 12/11/2018 14:16:22


Lecciones y Ensayos, Nro. 98, 2017
66 Böhm, María Laura, “Violencia estructural - Ejercicio de análisis de la realidad…”, pp. 51-99

Si en un contexto específico, en determinado tiempo y espacio, existe


potencialmente la posibilidad de que –tomando uno de los ejemplos dados
arriba– el recurso alimento producido sea de calidad nutricional suficiente
y su cantidad sea también suficiente para cubrir las necesidades alimen-
tarias de la cantidad de población de ese lugar en ese momento, pero, por
el contrario, hay en ese tiempo y lugar miembros de esa población cuya
alimentación es de menor calidad nutricional y en menor cantidad a la ne-
cesaria, entonces esta realidad se encuentra por debajo de la potencialidad.
Potencialmente la necesidad de alimentación podría estar satisfecha, pero
en la realidad no lo está. Esa situación es la que puede explicarse como
evitabilidad. Podría contarse con alimentación suficiente y de calidad, pero
no se cuenta con ella. Es evitable el que no se cuente con ella. Lo que lleva
entonces a la idea de que las muertes por inanición o las enfermedades
generadas por la desnutrición, sean igualmente evitables.
La idea de la violencia estructural en general, y en particular el as-
pecto de la evitabilidad, son los que ponen de relevancia la gran diferen-
cia que existe entre hablar de injusticia social o de violencia estructural.
La injusticia social parece ser “culpa” de todos y de nadie a la vez. La
violencia estructural, en cambio, permite rastrear senderos de imputabi-
lidad y responsabilidad. Pero esto es otro tema al cual volveremos más
adelante.
Lo que es importante destacar aquí, es que ese rastreo debe ser en
cada caso concreto y en cada contexto, a fin de evitar repartir injustifi-
cadamente responsabilidades en espacios que ya de por sí cuentan con
sufrimientos difíciles de manejar. Como el propio Galtung ejemplifica
al tomar el caso de la tuberculosis: achacar responsabilidades por muer-
tes por tuberculosis en el siglo XIX hubiera sido un desatino, ya que en
ese contexto temporal, la tuberculosis aún era un mal para el cual no se
conocían formas de prevención o curación; pero si los casos de muerte
por tuberculosis se presentan en el siglo XXI, en que los tratamientos
son largamente conocidos y se encuentran disponibles, aquí sí, se trataría
de muertes, en principio, evitables. En el siglo XIX la potencialidad no
estaba por encima de la realidad. En el siglo XXI, en cambio, la poten-
cialidad está muy encima de la realidad, es decir, el daño generado por
esa realidad sería evitable.37

37. Galtung, J., Violence, Peace…, ob. cit., p. 168.

Lecciones y ensayos 98 FINAL.indd 66 12/11/2018 14:16:22


Lecciones y Ensayos, Nro. 98, 2017
Böhm, María Laura, “Violencia estructural - Ejercicio de análisis de la realidad…”, pp. 51-99
67

Se trata de detectar la desigualdad como forma de violencia estructu-


ral.38 “Si aceptamos que la fórmula general central de la violencia estruc-
tural es la desigualdad, sobre todo en la distribución del poder, entonces
esto puede ser medido; y la desigualdad parece tener una alta capacidad
de supervivencia a pesar de los tremendos cambios que pudieran darse en
otro lugar”.39 En el caso de los pueblos indígenas, sin lugar a dudas, esta
desigualdad en la distribución del poder, ha tenido impacto desde hace
siglos. La propuesta es detectar espacios reducidos, donde analizar y medir
tentativamente su situación actual, como acercamiento a pautas de cómo
continuar con el relevamiento, con la sistematización, y especialmente con
una manera de pensar y actuar desde lo jurídico, pero mucho más acá y
más allá de lo jurídico, a fin de disminuir, paulatinamente, los espacios que
una y otra vez habilitan que individuos y comunidades sean violentados.

III. Necesidades básicas en las comunidades indígenas formoseñas

III.A. Comunidades y localidades de los pueblos Wichí, Toba


(o Qom) y Pilagá en Formosa

El “contar” sobre la situación de distintas poblaciones indígenas for-


moseñas debe ser entendido como ejercicio de sistematización y análisis,
con todos los riesgos que este ejercicio pueda conllevar. No se pretende
escribir aquí la historia de los pueblos indígenas que en la actualidad se
encuentran en Formosa, lo cual sería una falta de respeto al recorrido vital
de estos pueblos, así como a quienes desde las investigaciones históricas
dedican su estudio a ello.40 Tampoco es el objetivo la presentación de una

38. Galtung, J., Eine strukturelle..., ob. cit., p. 29.


39. Galtung, J., Violence, Peace..., ob. cit., p. 175.
40. Véase, por ejemplo, la importante obra de Martínez Sarasola, C., Nuestros paisanos
los indios. Vida, historia y destino de las comunidades indígenas en Argentina, Buenos
Aires, Del Nuevo Extremo, 2013, quien desde una visión antropológica relata las historias
indígenas de nuestra tierra en Nuestros paisanos los indios, y aporta nutridas fuentes para
la profundización y ampliación del estudio de la temática. Una historia contada por los
mismos tobas a partir de sus relatos, reunidos en un trabajo tan informativo como con-
movedor que recorre los sucesos históricos del Gran Chaco a partir de las voces de sus
protagonistas, se encuentra en Gordillo, G., Nosotros vamos a estar acá para siempre.
Historias tobas, Buenos Aires, Ed. Biblos, 2005. Una historia institucional, disponible en la

Lecciones y ensayos 98 FINAL.indd 67 12/11/2018 14:16:22


Lecciones y Ensayos, Nro. 98, 2017
68 Böhm, María Laura, “Violencia estructural - Ejercicio de análisis de la realidad…”, pp. 51-99

descripción acabada e integral de su situación actual, lo cual sería imposi-


ble hacer con seriedad en estas pocas páginas, y por otro lado, requiere de
una expertise antropológica y sociológica de la que carecemos. La idea del
presente apartado se reduce a exponer retazos de la realidad de los pueblos
indígenas en la actualidad. Esta breve descripción, por un lado, debe servir
como primer paso (este ejercicio solo es ese primer paso) para iniciar la
interpretación de dicha realidad desde la perspectiva de la violencia estruc-
tural (análisis que en su forma integral requerirá todavía de mayor releva-
miento y desarrollo en la próxima etapa de la investigación). No obstante
la brevedad, estas imágenes deben ser lo suficientemente puntuales como
para dar claves de lectura que permitan un primer acercamiento al análisis.
Como datos objetivos vale indicar que de acuerdo con el censo nacio-
nal del año 2010 –y con las dificultades y polémicas que la forma de re-
levamiento pueda acarrear– en el país fueron censados 955.032 indígenas
(2,38% de la población total). De acuerdo con datos brindados por el Insti-
tuto de Comunidades Indígenas (ICA) de Formosa, en la provincia habitan
aproximadamente 38.000 indígenas, lo que arroja un porcentaje superior al
7% de la población de la provincia, es decir, muy por encima del porcentaje
nacional. Esta población corresponde a los tres pueblos-etnias distribuidos
a su vez en – según datos oficiales de la provincia–192 comunidades (116
Wichi, 50 Toba (o Qom) y 26 Pilagá).41 Las lenguas de los tres pueblos son
diferentes. La qom y pilagá son diferentes entre sí, pero tienen similitudes.
La Wichí es diferente y difícil. No hay similitud y esto impacta también en

Biblioteca Popular de Formosa, cuenta documentadamente el “desarrollo” de la provincia,


puede encontrase en Heraldo Prieto, A. Para comprender Formosa. Una Aproximación a
la historia provincial, Formosa, 1990. Estas sugerencias no tienen, por supuesto, pretensión
de exhaustividad, sino una propuesta de leer la historia desde tres ángulos distintos.
41. Para conocer la información oficial del gobierno de la provincia sobre sus políticas
respecto de los pueblos indígenas puede accederse al documento ofrecido por el Gobierno
provincial titulado Políticas Indígenas en la Provincia de Formosa, así como al trabajo in-
formativo de Martínez, M., Millenaar, M. y Muracciole, F., Política y etnicidad. Estado,
agentes globales y proyectos políticos. Las políticas indígenas en la provincia de Formosa,
Formosa, Editorial de la Universidad Nacional de Formosa. Debe resaltarse, sin embargo,
que las descripciones presentadas en nuestro trabajo de investigación, con excepción de
los recién indicados en cuanto a población y número de comunidades, no han tomado en
cuenta la información oficial, que puede verse confirmada o desmentida (según el hablante
y la comunidad de que se trate) por los dichos recogidos en las visitas personales a las co-
munidades y reseñados en los apartados que siguen sobre alimentación, salud, educación,
vivienda y medios de subsistencia.

Lecciones y ensayos 98 FINAL.indd 68 12/11/2018 14:16:22


Lecciones y Ensayos, Nro. 98, 2017
Böhm, María Laura, “Violencia estructural - Ejercicio de análisis de la realidad…”, pp. 51-99
69

las relaciones interétnicas. De relevancia resulta el dato de que hasta casi


mediados del siglo XXI, distintas comunidades siguieron sufriendo matan-
zas y masacres en manos del Estado. Es decir, las violencias estructurales
a las que aquí se les sigue el rastro, tienen todavía una reciente vinculación
con violencias físicas de la más extrema gravedad.42 Y esto, al ingresarse
en la provincia y sus comunidades, todavía está presente: “Los ancianos
tienen en la memoria la crueldad de los criollos con nosotros”.43
Debemos aclarar, en primer lugar, que el acercamiento a las comu-
nidades formoseñas se dio a partir de las reivindicaciones realizadas por
una comunidad qom específica, La Primavera, situada en Laguna Blanca.
La inquietud que nos generó el tomar contacto la problemática presenta-
da por esta comunidad, hizo que el conocer la provincia de Formosa y la
vida de sus comunidades fuera perfilándose como una necesidad, por un
lado, y como una oportunidad por otro, y se concretó esa necesidad en
primeras preguntas concretas: las comunidades indígenas locales que ven
o podrían ver lesionados sus derechos fundamentales ¿Cómo viven? ¿Cuál
es la situación actual? ¿Qué relación tienen con el Estado (principal actor
en términos de obligación de protección)? Para conocer esta realidad y
relevar información útil para estas preguntas, se realizaron tres viajes a la
provincia de Formosa en abril y julio de 2016, y en febrero de 2017. En las
distintas oportunidades se recorrieron distintas localidades y se entrevis-
taron pobladores de distintas comunidades y barrios, en conversaciones a
veces de pocos minutos, a veces iniciadas por la tarde y terminadas entrada
la noche. En busca de personas con ganas de contar sus historias recorri-
mos el barrio Nam Qom aledaño a la ciudad capital (qom), la comunidad
La Primavera en Laguna Blanca (qom), la localidad Rincón Bomba en Las
Lomitas (pilagá), Divisadero (wichí), la localidad El Potrillo en Ramón
Lista (wichí), el Chorro también en Ramón Lista (wichí) y la Colonia San
Carlos (qom). En localidades y comunidades indígenas mantuvimos con-
versaciones con asistentes de salud, maestros MEMA, familias, jóvenes
con actividad en radios comunitarias, caciques, presidentes de asociacio-

42. Sobre la que fue probablemente la última matanza en la provincia, que tuvo lugar en
Rincón Bomba en el año 1947, recomendamos el libro Mapelman, V., Octubre Pilagá. Me-
morias y archivos de la masacre de La Bomba, Buenos Aires, Tren en movimiento, 2015,
preparado con documentación y acompañado incluso por el registro en CD de encuentros
y entrevistas realizadas.
43. Entrevista a Moisés, El Potrillo, 7 de febrero de 2017.

Lecciones y ensayos 98 FINAL.indd 69 12/11/2018 14:16:22


Lecciones y Ensayos, Nro. 98, 2017
70 Böhm, María Laura, “Violencia estructural - Ejercicio de análisis de la realidad…”, pp. 51-99

nes civiles, profesores de educación física, estudiantes universitarios wichí


en Formosa y estudiantes de tecnicaturas en su comunidad, niñas y niños
de escuela primaria, pastores evangelistas, choferes de ambulancias, ancia-
nos con recuerdos de su niñez en los ingenios, entre otros. Conversaciones
todas que se encuentran registradas en largas notas, registro que es base
de lo aquí plasmado y de las pocas citas textuales que nos hemos atrevido
a compartir, indicando únicamente en esta entrega el nombre de pila del
entrevistado o la entrevistada. Conversamos también con agentes, funcio-
narios y actores institucionales no indígenas, con desempeño en oficinas
de gobierno, la legislatura, el poder judicial, la Iglesia Católica, la Univer-
sidad Nacional de Formosa, el Centro de Acceso a la Justicia, el Archivo
Histórico y la biblioteca popular, en las Escuelas de la Comunidades; todos
lugares y ámbitos que visitábamos durante las entrevistas o para consulta
de su documentación.
Una primera idea que una y otra vez viene a la mente cuando se reco-
rren las rutas y se entra en las localidades y comunidades, especialmente
cuando se viaja camino al oeste, es que las distancias y las condiciones
de muchas rutas “protegen” a estos pueblos, ya que los criollos y blancos
urbanos no recorren estas áreas en forma asidua; pero esta protección na-
tural a la vez aísla a estas comunidades del acceso a recursos tan básicos
como la atención de salud en casos de complejidad, la información, la
educación terciaria o universitaria o el acceso a la justicia. Las distan-
cias y lejanías de la ciudad, en las conversaciones, son una constante. Es
decir, en todo momento, todo son paradojas y dilemas, idea una y otra
vez conversada con el amigo Luis Zapiola, sin quien mucho de todo este
primer ingreso conceptual y corporal al mundo de las paradojas y los
dilemas de las relaciones con y entre indígenas, no hubiera sido posi-
ble, y a quien, rompiendo toda regla de escritura y estructura académica,
agradezco aquí nuevamente, abiertamente, por su incansable docencia y
predisposición.
Una premisa para estos viajes fue la no idealización o, expresado en
otros términos, la “realización”, la búsqueda de la voz real, de las voces
reales en su propio lugar y contexto, sin seguir la guía de macrodiscur-
sos o representaciones esencialistas de la vida indígena. Se trataba del
acercamiento de quienes no habíamos tratado antes estos temas, y por
primera vez teníamos la necesidad de conocer. La idea, por lo tanto, en
lo que sigue, es volcar pinceladas de lo visto y oído, sin mayores con-
textualizaciones normativas ni institucionales. Sin citas de leyes o insti-

Lecciones y ensayos 98 FINAL.indd 70 12/11/2018 14:16:23


Lecciones y Ensayos, Nro. 98, 2017
Böhm, María Laura, “Violencia estructural - Ejercicio de análisis de la realidad…”, pp. 51-99
71

tuciones. Una primera mirada a lo que se percibe al visitar y conversar


sobre muchos temas.

III.B. Las necesidades básicas

Un recorrido por la situación actual respecto de las necesidades bási-


cas de los pueblos indígenas implica e integra un sinnúmero de aspectos
de la vida individual y social que no pueden abordarse en este primer ejer-
cicio, en algún punto, todavía exploratorio. En lo que sigue, sin tener por
lo tanto pretensión de exhaustividad y más bien con conciencia de la total
parcialidad y estilización que implica el intento, se expondrán someramen-
te las condiciones respecto de cinco de las necesidades básicas (alimen-
tación, salud, vivienda, educación y medios de subsistencia) entendiendo
que esta presentación puede ilustrar y fungir de base para ampliaciones y
profundizaciones futuras.

III.B.1 Alimento

La situación alimentaria en las comunidades varía de localidad a loca-


lidad. En el este, zona cercana a la capital provincial, se tiene el acceso a
los alimentos procesados y comercializados urbanamente. Lo positivo, es
el acceso a la diversidad. Lo negativo, podría decirse, es que se depende
de los precios urbanos y que los espacios para la producción propia se ven
más reducidos, así como se ha ido perdiendo a lo largo del tiempo el cono-
cimiento y la técnica de producción propia. En el caso de las comunidades
del oeste, el mayor espacio territorial viene acompañado de las dificultades
de viaje y transporte de mayor variedad alimentaria. Si bien en algunas
comunidades la producción propia todavía llega a cubrir las propias ne-
cesidades básicas (animales de corral pertenecientes a la familia, cultivo
a calabaza en terreno familiar o comunitarios, por ejemplo), esta autosa-
tisfacción de necesidades alimentarias se reduce y modifica permanente-
mente, porque las tierras de cultivo se reducen relativamente: aumentan
los miembros de la comunidad que deben alimentarse sobre la base de los
mismos terrenos. Las familias crecen, pero los terrenos reconocidos como
terrenos comunitarios, por supuesto, no. Por este motivo, en el mismo te-
rreno en que hace quince años se cultivaba choclo y calabaza, además de
tenerse animales propios, hoy se ha perdido el cultivo porque el terreno
es necesario para la instalación de las nuevas viviendas de la familia que

Lecciones y ensayos 98 FINAL.indd 71 12/11/2018 14:16:23


Lecciones y Ensayos, Nro. 98, 2017
72 Böhm, María Laura, “Violencia estructural - Ejercicio de análisis de la realidad…”, pp. 51-99

aumenta.44 Debido a la falta de recursos, y fundamentalmente por razones


culturales, las familias permanecen viviendo en la comunidad en la forma
de familias extendidas.
La realidad es que los módulos o cajas de alimentos distribuidos por el
gobierno provincial representan una base importante y, en comunidades sin
posibilidad de producción propia (por falta de espacio, o por insuficiencia
en las propiedades de suelo o clima, por ejemplo), su entrega es indispen-
sable para garantizar la cobertura mínima –y a veces ni esa cobertura mí-
nima– de nutrición. La presencia estatal respecto de la distribución de las
cajas, tiene muchos matices que no pueden ser abordados aquí. Es impor-
tante destacar, sin embargo, que en tanto es positivo que el estado provin-
cial aborde la tarea de la cobertura mínima de alimentación, esta cobertura
genera una cierta dependencia no productiva, e incluso una afectación a la
cultura alimentaria de los pueblos formoseños: ni las harinas ni la leche en
polvo ni el azúcar blanco –presentes mayoritariamente en los módulos– se
corresponden con los hábitos alimentarios de estos pueblos. La prueba está
en que muchos de los productos de los módulos en realidad terminan sien-
do objeto de trueque por otros alimentos o vendidos para convertirlos en
dinero en efectivo. Consultado sobre el tema, un dirigente vecinal no dudó
en su respuesta: “Yo creo que nosotros nos alimentamos mal”, y destacó
la importancia de “producir, familia por familia”.45 En similar sentido, una
mujer indicaba que falta formación para conocer sobre formas de utilizar
los alimentos de las cajas, o de intentar huertas propias, pero que hay algu-
nos programas incipientes (como el programa Pro-Huerta) que comienzan
a brindar cursos e información en las comunidades.

III.B.2. Salud

La situación de la salud, para este trabajo, puede presentarse desglo-


sada, muy estilizadamente, según se trate de primeros auxilios y atención
primaria, atención de media y alta complejidad, y atención médica de las
mujeres.
En las comunidades hay salas de salud para la atención primaria,
aunque no siempre están bien atendidas ni abastecidas. “Casi no hay

44. Conversación con Pía, Rincón Bomba, 8 de julio de 2016.


45. Entrevista a Moisés, El Potrillo, 7 de febrero de 2017.

Lecciones y ensayos 98 FINAL.indd 72 12/11/2018 14:16:23


Lecciones y Ensayos, Nro. 98, 2017
Böhm, María Laura, “Violencia estructural - Ejercicio de análisis de la realidad…”, pp. 51-99
73

asistencia”,46 decían en algunas comunidades. Lo que puede generar pro-


testas o, simplemente, permanentes llamados de atención a las autoridades
(“seguimos haciendo acordar a las autoridades de Formosa que atiendan
centros de salud [...] Hacen allá en El Potrillo. El Chorro es más pobre”).47
La sala en muchos casos hace el seguimiento de la situación de per-
sonas que requieren de especial atención, como niñas y niños pequeños,
mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, ancianas y ancianos, o
personas con enfermedades crónicas como la tuberculosis, presente en
las comunidades por la combinación de bajas defensas generadas por el
insuficiente nivel nutricional aunado en muchos casos con las bajas tem-
peraturas invernales que no siempre pueden paliarse con un sistema de
calefacción adecuado en las viviendas.48 En las salas suelen prestar servi-
cio algún miembro de la comunidad que ha realizado un curso a tal efecto
y una enfermera o enfermero con título durante los horarios de atención,
y bajo la dirección de una médica o médico. El agente sanitario indígena
es quien tiene el contacto directo en la comunidad, y es quien eventual-
mente recorre la comunidad y visita las familias para hacer el seguimien-
to de quienes requieren de cuidados permanentes, o se presenta en sus
casas para conocer el estado de salud o el motivo de las ausencias, en
caso que no se haya asistido a los controles. La diligencia con que esto se
lleva adelante, sin embargo, depende del compromiso personal del agen-
te. Julio, de una localidad cercana a San Carlos, incluso pudo mostrarnos
con orgullos su recorrido diario a la sala, y los medicamentos y planillas
que cuida con mucho celo. No todas las comunidades tienen la fortuna de
contar con alguien así. El personal de enfermería, criollo en general, solo
está presente en los horarios de atención al público, lo cual tampoco es
realmente regular; la médica o médico a cargo de la sala, finalmente, solo
está presente en días y horas específicos, lo cual no es definido ni tiene
certeza, ya que muchas veces prestan atención médica en otros centros y
brindan sus indicaciones, en caso de necesidad, en forma telefónica, por
ejemplo en caso que un traslado sea requerido. Puede suceder, incluso,
que la sala tenga vacancia en cuanto al cargo de médico a cargo, pero no

46. Entrevista a Rafael, Colonia San Carlos, 10 de febrero de 2017.


47. Entrevista a Ernesto, El Chorro, 8 de febrero de 2017.
48. Tuberculosis... y es imposible no pensar en el ejemplo dado apartados atrás, y de hace
un par de décadas, de Galtung, al hablar de la distribución desigual de la satisfacción de
necesidades.

Lecciones y ensayos 98 FINAL.indd 73 12/11/2018 14:16:23


Lecciones y Ensayos, Nro. 98, 2017
74 Böhm, María Laura, “Violencia estructural - Ejercicio de análisis de la realidad…”, pp. 51-99

parece ser lo habitual. De hecho, los médicos que aceptan el cargo en


las comunidades, son muy bien pagos. El problema es que suelen per-
manecer poco tiempo, y la búsqueda del reemplazo puede tomar mucho
tiempo. En estos casos, la comunidad queda sin atención en casos de
gravedad y depende de la articulación suficiente con el servicio prestado
en otras comunidades o, lo más habitual, con la posibilidad de acceder
a ciudades cercanas o a la capital, todo lo cual implica una situación de
extrema complejidad (tanto por el traslado, como por los costos y dife-
rencias comunicacionales). Hay distintas jerarquías y niveles de atención
y pueden requerirse varias autorizaciones, por ejemplo para el envío y
uso de una ambulancia, si se presenta un caso de media o alta compleji-
dad. Si se requiere un traslado en ambulancia (con la cual no se cuenta
siempre, e incluso de contarse con ella, no necesariamente se encuentra
en condiciones técnicas suficientes ni tiene combustible suficiente) suele
ser el asistente quien da aviso a quien está a cargo de la enfermería, quien
solicita la autorización del médico o la médica, quien debe encargarse
de que la ambulancia sea enviada, y de que la paciente o el paciente sea
recibido en la institución médica de la zona cercana, o, como sucede
muchas veces, del hospital de la capital, Formosa. En épocas de lluvias,
en comunidades del oeste formoseño, sin embargo, hay caminos que son
intransitables y esta circunstancia impide cualquier tipo de traslado, lo
cual puede resultar incluso en el fallecimiento del paciente o la paciente.
Para la atención específica de las mujeres, existen en algunas localida-
des cursos de capacitación para mujeres de las comunidades que luego, una
vez “egresadas”, colaboran en charlas y en el seguimiento relativo a méto-
dos anticonceptivos, a formas de cuidado y controles durante el embarazo,
así como relativas al cuidado luego del parto.49 Si bien existen los saberes
tradicionales, se presenta la necesidad de integrar la forma de atención
comunitaria con la atención de los centros médicos de las ciudades, espe-
cialmente para casos en que se presentan complicaciones que requiere de
condiciones hospitalarias de mayor complejidad. La comunicación entre
las mujeres indígenas y el personal médico masculino de los centros médi-
cos “blancos” continúa siendo un tema de alta sensibilidad que requiere de
especiales programas de capacitación, comunicación y acercamiento, para
lo cual incluso hay jóvenes indígenas que empiezan a formarse y prepa-

49. Conversaciones con mujeres jóvenes, Rincón Bomba, 8 de julio de 2016.

Lecciones y ensayos 98 FINAL.indd 74 12/11/2018 14:16:23


Lecciones y Ensayos, Nro. 98, 2017
Böhm, María Laura, “Violencia estructural - Ejercicio de análisis de la realidad…”, pp. 51-99
75

rarse y que ya colaboran voluntariamente en el Hospital de la Madre y el


Niño, por ejemplo.50
En las salas de salud de las comunidades hay medicamentos proveídos
por el Estado Nacional, y otros por el Estado provincial. Se lleva el control
de las recetas y entregas en planillas específicas enviadas por los orga-
nismos de salud nacional y provincial. Sin embargo, estos medicamentos
no siempre son suficientes, y por otro lado, pueden verse discontinuados
por cambios en las políticas públicas, lo cual trae como inmediata conse-
cuencia el desabastecimiento en la sala, y la suspensión de la ingesta de la
medicina en la mayoría de los casos, en que no hay posibilidad de acceder
a ella mediante la compra en farmacias, con precios impeditivos, por un
lado, y sin presencia en las comunidades, por otro.

III.B.3. Vivienda

La vivienda, al hablar de comunidades indígenas, debe explicarse en


primer término en su relación con la historia de los pueblos indígenas en
nuestro país en general, y en Formosa en particular, esencialmente en lo
que hace a la regulación de las tierras. Este recorrido histórico excede el
marco de este breve trabajo, por lo que remitimos para su estudio a trabajos
que aportan datos específicos al respecto.51 Para nuestro estudio queremos
poner el acento en el caso especial de Formosa a partir del año 1984 en que
se sancionó la Ley Integral del Aborigen N° 426 (la única ley, por esencial,

50. Entrevista a Arminda, de El Chorro, Formosa, 9 de julio de 2016.


51. En particular sobre Formosa: “En Formosa, desde fines del siglo XIX, un gran porcen-
taje de tierras se enajenan a favor de concesionarios particulares, que a fines del decenio de
1920 registra -según la Dirección General de Tierras- 10 concesiones de 80.000 hectáreas
cada una, 1 de 79.457, 1 de 32.500, 1 de 20.000 y otra de 4.773 hectáreas. Algo menos de
un millón de hectáreas habían pasado a manos privadas al amparo de las leyes de 1876 y
1891, además de unas 200.000 hectáreas otorgadas directamente por el Poder Ejecutivo en
calidad de premios o donaciones, veáse Slutzky, D., Estructura social agraria y agroin-
dustrial del Nordeste de la Argentina: desde la incorporación a la economía nacional al
actual subdesarrollo concentrador y excluyente, Buenos Aires, IADE, 2011, pp.115-116.
“La concentración territorial improductiva o depredadora de los recursos naturales se adue-
ña de Formosa”, veáse Girbal-Blancha, N. M, Formosa: tierra prometida-tierra arrasa-
da. La Argentina de los márgenes (1884-1955), Texto presentado en el XIV Congreso de
Historia Agraria, Sociedad Española de Historia Agraria – Área de Historia e Instituciones
Económicas de la Universidad de Extremadura, Badajoz, 7-9 de noviembre de 2013, p. 10 .
La autora se refiere en su cita al trabajo de Daniel Slutzky mencionado arriba.

Lecciones y ensayos 98 FINAL.indd 75 12/11/2018 14:16:23


Lecciones y Ensayos, Nro. 98, 2017
76 Böhm, María Laura, “Violencia estructural - Ejercicio de análisis de la realidad…”, pp. 51-99

que mencionaremos en este primer trabajo) y que entre otras regulaciones,


ha definido la entrega y titulación de tierras a las comunidades de la pro-
vincia (que hasta hace pocas décadas solo había sido territorio nacional,
por lo que se trataba en la mayoría de los casos de comunidades viviendo
en tierras fiscales). La parcelación de las tierras y su titulación a nombre de
las comunidades (término altamente conflictivo que arrastra realidades de
reducciones, de reasentamientos, de barrios “creados” en los que se reunie-
ron a familias de distintos pueblos, por ejemplo), estuvo aunado a la po-
sibilidad del reconocimiento de las comunidades como personas jurídicas
en tanto cumplieran con los requisitos de asociación y registro pautados
provincialmente. Esto, sin lugar a dudas, significó un importante avance
en relación con otras provincias argentinas en que mecanismos similares
de titulación y entrega de tierras aún está pendiente. Sin embargo, la in-
corporación de la lógica estatal y jurídica para alcanzar el reconocimiento
como comunidad, no deja de ser problemática. Las tierras escrituradas es-
tán asignadas a las comunidades –conformadas por familias extendidas–,
que siguen creciendo en número. Pero las tierras, no. “Tierras. Estamos
mal. San Carlos, en 20 años, no hay más tierras”.52
Esto significa que las viviendas que se construyen por parte del go-
bierno provincial, que en distintas etapas de los gobiernos nacionales y del
gobierno provincial fueron aumentando la cantidad y calidad de las cons-
trucciones, en muchas zonas continúan siendo insuficientes, o devienen
insuficientes con el paso del tiempo. De esta manera, el espacio vital que
antes podía ser suficiente, ya no lo es.
La tierra sigue siendo un problema en los casos de conflicto de interés
entre las comunidades y las empresas que desarrollan o planean desarrollar
actividad agraria (soja) o hidrocarburífera, pero vista la titulación previa,
por un lado, y el escaso valor que se ha reconocido hasta ahora a los recur-
sos de los provincia y sus difíciles condiciones de suelo en varias regiones
(sequía en verano e inundaciones en invierno), el interés de actores eco-
nómicos estatales o privados de envergadura no parece representar un pro-
blema generalizado ni del carácter depredatorio que sí se conoce de otras
provincias del país con mayor riqueza en recursos naturales atractivos a
las industrias extractivas. En todas las entrevistas, no fueron mencionadas
grandes empresas ni actividades extractivas como problema.

52. Entrevista a Rafael, Colonia San Carlos, 10 de febrero de 2017.

Lecciones y ensayos 98 FINAL.indd 76 12/11/2018 14:16:23


Lecciones y Ensayos, Nro. 98, 2017
Böhm, María Laura, “Violencia estructural - Ejercicio de análisis de la realidad…”, pp. 51-99
77

Las viviendas en las diversas comunidades, a lo largo y a lo ancho de


la provincia, van sumando servicios con el paso del tiempo: tanques de
agua potable, electricidad, acceso a garrafas de gas con precios subsidia-
dos. Quedan comunidades que todavía no ven cubiertas sus necesidades
en este sentido, pero a juzgar por el recorrido y los dichos que pudieron
observarse para esta investigación, son cada vez menos.

III.B.4. Educación

En la provincia, niñas y niños indígenas suelen contar con educación


primaria, y en general también secundaria, ofrecida dentro de las comu-
nidades. Se ve y escucha de la construcción e inauguración y puesta en
marcha paulatina de escuelas en toda la provincia.53 Pueden observarse al
recorrer la ruta desde la capital hasta el extremo oeste de la provincia y al
adentrarse en las comunidades, que hay edificios pequeños y abandonados,
que sirvieron de escuela, o pequeños y viejos que todavía sirven de escue-
la, pero que tienen en zonas cercanas el edificio nuevo ya en funcionamien-
to, o en construcción.
A la infraestructura de las escuelas, que aumenta muy lenta pero pau-
latinamente, se suma la funcionalidad de estas al momento de atender las
necesidades e intereses especiales de las comunidades indígenas. La Ley
N° 426 prevé la educación bilingüe, y por ello la provincia cuenta en sus
escuelas con la figura del MEMA, Maestro Especial de Modalidad Abori-
gen, cuya presencia debe garantizarse en cada escuela de comunidad indí-
gena, y que tiene la función de facilitar la comunicación y el aprendizaje
de las niñas y los niños indígenas en la escuela, ya que tanto maestras y
maestros como la enseñanza en general, son “blancos”. Es decir, las niñas
y niños qom, wichí y pilagá, se acercan a la escuela y por primera vez, en
muchos casos, aprenden a hablar el español, y esto en el mismo momento
en que deben aprender a escribirlo y leerlo. Este choque lingüístico es el
que debe morigerar la figura del MEMA. Y en muchos casos, sin dudas
funciona. Hay escuelas que cuentan con varios maestros MEMA. En mu-
chos otros –una gran mayoría, por lo que pudimos relevar–, la figura del
MEMA es relegada y hasta despreciada por los maestros y directores crio-
llos, que resuelven en forma arbitraria la cantidad de horas que permiten

53. Entrevista a Ceferino, La Primavera, 30 de abril de 2016.

Lecciones y ensayos 98 FINAL.indd 77 12/11/2018 14:16:23


Lecciones y Ensayos, Nro. 98, 2017
78 Böhm, María Laura, “Violencia estructural - Ejercicio de análisis de la realidad…”, pp. 51-99

que cumplan en los cursos, y pueden llegar incluso a asignarles tareas de


limpieza, y no de enseñanza.
Las dificultades en la educación primaria explican las dificultades en
la educación secundaria, por supuesto. Un sacerdote nos decía que “al co-
legio primario van, pero al secundario no si no es bilingüe”.54 En zonas
cercanas a las urbanas, puede incluso conocerse a padres indígenas que
hacen el esfuerzo de enviar a sus hijos a escuelas secundarias fuera de
la comunidad y el barrio indígenas, o sea, a escuelas de criollos en los
pueblos y ciudades criollos. Esto trae como consecuencia positiva –es la
idea–, una educación de mayor calidad que permitirá en el futuro acce-
der sin mayores dificultades a la enseñanza universitaria. Sin embargo, el
esfuerzo trae como contracara el esfuerzo desmesurado y la exposición
cotidiana a la discriminación por parte de compañeros y profesores. Y esta
discriminación, en el vínculo entre estudiantes, repercute también en la
dirección inversa. En una reunión de estudiantes wichí de tecnicaturas en
su localidad, mientras esperaban al líder vecinal para presentarle algunas
inquietudes relativas a los recursos y la continuidad de las carreras –re-
unión que teníamos la oportunidad de presenciar–, se acercó una estudiante
criolla, decidida, y se dio un diálogo breve. Ella: “¿Aquí es la reunión?”,
una estudiante wichí respondió: “Sí”, nuevamente la chica criolla: “¿Para
todos?”, la misma estudiante wichí: “Para los estudiantes wichí nada más”,
la estudiante criolla: “Ah, bueno”. Y se retiró sin más, decepcionada, pero
sin otra palabra. Era compañera del grupo e iban a tratarse temas del fun-
cionamiento de los cursos. Era difícil de entender por qué esa expulsión.
Tan pronto comenzó la reunión, sin embargo, quedó claro. La reunión de
los estudiantes y el líder era en lengua wichí. El español, lengua en que
estudian, es siempre solo su segunda lengua.
Sea que se asista a la escuela secundaria de la comunidad o a una
escuela criolla, el acceso a la universidad continúa siendo una excepción.
Son algo más de 150 los estudiantes indígenas registrados en la Universi-
dad Nacional de Formosa o en alguna universidad privada. Se cuenta en
general con un subsidio por parte del Estado provincial, que es una ayuda,
pero insuficiente para cubrir mayor cantidad de estudiantes, por un lado, y
una mejor calidad en la estadía en la ciudad de quienes comienzan su estu-
dio, por otro. Esto explica las dificultades y el alto nivel de deserción que

54. Entrevista a Mario, Formosa, 28 de abril de 2016.

Lecciones y ensayos 98 FINAL.indd 78 12/11/2018 14:16:23


Lecciones y Ensayos, Nro. 98, 2017
Böhm, María Laura, “Violencia estructural - Ejercicio de análisis de la realidad…”, pp. 51-99
79

se registra. Consultada sobre las causas de esta deserción, una estudiante


wichí de la carrera de pedagogía social (su segunda carrera, la primera ha-
bía resultado muy difícil y frustrante, y durante años interrumpió el estudio
y volvió a su comunidad en el oeste de la provincia), comentaba que hay
dos factores esenciales que una y otra vez advierte en quienes se acercan
desde las comunidades o los barrios indígenas a la universidad: la lengua
(el español, nuevamente esto, es su segunda lengua, y en la escuela, por los
motivos antes explicados, no es suficiente el nivel que puede alcanzarse,
dada la poca importancia que se asigna a una verdadera integración de en-
señanza y adquisición de conocimientos en forma genuinamente bilingüe),
y la discriminación, que lleva a una frustración y permanente sensación de
inferioridad.55 La lengua determina la relación con los profesores y con los
estudiantes, explicaba antes también el grupo de los estudiantes universi-
tarios wichí.56 La discriminación también es mencionada por los ancianos,
como factor determinante para retraer la voluntad de estudio e integración
de muchos jóvenes.
Se necesita que se estudien carreras “útiles” a las comunidades, como
ingeniería forestal, salud y apicultura, para el desarrollo de la producción
y la mejora en las condiciones de vida, porque los viejos métodos de pro-
ducción ya no persisten. En algunas localidades, la posibilidad de estudio
de tecnicatura en la misma comunidad, existe. Es el caso de El Potrillo,
donde todavía –aunque empiezan a cerrarse las carreras– hay egresos en la
Tecnicatura en Economía Social, la Tecnicatura en Producción Animal, y
Profesorado en Educación Primaria. Estas formaciones, por los ancianos,
son preferidas al estudio de las profesiones liberales, ya que estas no apor-
tarían saber que sea útil en la comunidad (un médico o un abogado requie-
re de trabajo en un lugar en que se les pague, mientras que formaciones
pensadas en términos comunitarios, aseguran la permanencia e interés del
estudiante por su pueblo).
La infraestructura y los espacios formales para una educación sufi-
ciente, sin lugar a dudas, aunque con deficiencias, están presentes. La rea-
lización de tales espacios, sin embargo, todavía está por detrás de esos
esfuerzos. Y es esencial que esto suceda. “El pueblo originario tiene que

55. Entrevista a Arminda, de El Chorro, Formosa, 9 de julio de 2016.


56. Participación y conversaciones en encuentro del Grupo de Estudiantes wichí, Centro
Juan Pablo II (Formosa), 9 de julio de 2016.

Lecciones y ensayos 98 FINAL.indd 79 12/11/2018 14:16:23


Lecciones y Ensayos, Nro. 98, 2017
80 Böhm, María Laura, “Violencia estructural - Ejercicio de análisis de la realidad…”, pp. 51-99

capacitarse, prepararse, preparar a la juventud... para que puedan tener


acceso”.57

III.B.5. Medios de subsistencia

La situación de “aislados” que durante mucho tiempo tuvieron los


pueblos indígenas del Gran Chaco (no fueron “conquistados” hasta la pri-
mera mitad del siglo XX) los mantenía ligados profundamente a sus tierras
y sus espacios verdes, impenetrables en muchos casos.58 Por ser tradicio-
nalmente cazadores-recolectores –es decir, de la cultura de la marisca y no
de la siembra y cosecha agraria– estos pueblos vivían de lo que las esta-
ciones, la tierra y las aguas trajeran a la cercanía de sus familias, sin contar
con grandes sistematizaciones, sistemas de acopio ni de comercialización
de sus productos. La economía de subsistencia, no entendida como algo
negativo, sino como manifestación cultural del vivir de la tierra, sabiendo
que la tierra siempre entrega sus alimentos, caracterizaba –y en algún pun-
to continúa caracterizando– a estos pueblos.
Por esta razón, puede decirse que por la delimitación de sus espacios,
la reducción de sus tierras y el quedar confinados a parcelas alambradas y
predeterminadas, muchas veces no contienen en sus terrenos los recursos
necesarios para poder proveer a las comunidades de sus medios de subsis-
tencia, y en particular, de alimentación.59 Esto ha generado una paulatina
pauperización en las formas de subsistencia, por ejemplo, de los pueblos,

57. Entrevista a Oscar, La Primavera, 30 de abril de 2016.


58. Bella es la forma en que Lucio V. Mansilla, refiriéndose a otros parajes, rememora sin
embargo estas tierras: “Hermosos, seculares algarrobos, caldenes, chañares, espinillos, bajo
cuya sombra inaccesible a los rayos del sol crece frondosa y fresca la verdosa gramilla,
constituyen estos montes, que no tienen la belleza de los de Corrientes, Chaco o Paraguay”.
Mansilla, L. V., Una excursión a los indios ranqueles, p. 63, edición Agebe, 2012.
59. “El sistema de tenencia de la tierra va acompañado de la desertificación, frustrando las
expectativas de quienes se asientan provisionalmente en los predios fiscales. La conserva-
ción de los recursos naturales con modelos productivos heterogéneos y escasa tecnología,
es compleja (especialmente en el Oeste árido). Ganadería y actividad forestal tornan la
tierra prometida para producir y colonizar, en tierra arrasada, con predominio de ocupantes
precarios que apuestan a la explotación en el corto plazo y al uso intensivo de la tierra,
erosionando el suelo. Formosa se vincula con el mercado externo más que con el interno y
registra sucesivos conflictos, veáse Slutzky, D., ob. cit., p. 113 y Girbal-Blacha, ob. cit.,
pp. 5-6, en las que la autora refiere en su cita al trabajo de Daniel Slutzky mencionado.

Lecciones y ensayos 98 FINAL.indd 80 12/11/2018 14:16:23


Lecciones y Ensayos, Nro. 98, 2017
Böhm, María Laura, “Violencia estructural - Ejercicio de análisis de la realidad…”, pp. 51-99
81

luego reunidos en comunidades, e iniciándose así una tradición de dependen-


cia de la provisión estatal de alimentos. Relatar las formas de subsistencia
tradicionales, sin embargo, no significa pretender reivindicarlas como prác-
ticas actuales. Los pueblos y comunidades piensan en crecer y beneficiarse
de cambios que, sin perder su cultura indígena, brinden mejores condiciones
de vida. “No tiene sentido decir que los indígenas no quieren estar mejor...
eso es cualquiera. Todo el mundo quiere estar mejor. Quienes dicen que no
quieren la electricidad y que quieren vivir solo de la caza y de la pesca lo
dicen para la televisión y las ONG. [...] Hoy ni los perros saben mariscar”.60
La incapacidad de formación e integración al mercado laboral blanco
en las ciudades, las dificultades en la capacitación como mano de obra ca-
lificada –todo lo cual podría haberse iniciado recién a partir de mediados
del siglo XX al haber sido reconocidos como ciudadanos, calidad que no
les era reconocida antes por el gobierno nacional– y haber recibido sus
primeros DNI, y la falta de educación por ausencia absoluta de un sistema
de educación general, por mencionar solo algunos factores; todo ello ha
llevado a que en la actualidad las comunidades indígenas sean “clientes”
forzados de la asistencia estatal, ya que no solo sigue siendo muy precaria
la posibilidad laboral, sino que la existente, es precisamente en el marco
de las estructuras estatales (maestros, enfermeros, choferes, personal de
maestranza en instituciones públicas, o directivos de las sociedades civiles
que dan visibilidad legal a las comunidades).
Las artesanías de las tradiciones de los distintos pueblos siguen es-
tando presentes pero no pueden pensarse como recurso y medio de subsis-
tencia, como a veces parece difundirse. Son realizadas para uso propio o,
en todo caso, para la obtención de un poquito de dinero extra, pero tanto
la falta de tradición en la comercialización como en la producción en se-
rie, y esto sumado a las dificultades y costo de transporte a localidades
y ciudades en que podrían venderse, hacen de la artesanía una actividad
cultural identitaria, pero no un eventual medio de obtención de ganancia
económica.61 Solo en pocos casos existen acuerdos con organismos e insti-
tuciones que compran artesanías y luego los venden en espacios con acceso
a público interesado.

60. Conversación con Pía, de Rincón Bomba, Formosa, 4 de julio de 2016.


61. Conversación con Pérsida, La Primavera, 30 de abril de 2016; conversaciones con mu-
jeres jóvenes que realizaban artesanías en Rincón Bomba, 8 de julio de 2016; entrevista a
Ernesto, El Chorro, 8 de febrero de 2017.

Lecciones y ensayos 98 FINAL.indd 81 12/11/2018 14:16:23


Lecciones y Ensayos, Nro. 98, 2017
82 Böhm, María Laura, “Violencia estructural - Ejercicio de análisis de la realidad…”, pp. 51-99

O bien se espera recibir “los módulos”, o bien se trabaja para el Estado


–lo cual alimenta, en estas condiciones, estructuras clientelistas profunda-
mente arraigadas62 para generar una pequeña autonomía económica, o se
es dependiente de las ofertas de trabajo temporal en cosechas y zafras en
condiciones de explotación laboral–63 tan presente hoy como a principio de
siglo en los relatos de los indígenas, cuando reflexionan, por ejemplo, que
el trabajo en los ingenios antes era “abierto” porque era legal, y que ahora
es “oculto” porque es ilegal, pero que, en definitiva, sigue existiendo.64 La
otra opción, es migrar los grandes centros urbanos, en muchos casos, en
otras provincias, como Buenos Aires, Córdoba o Santa Fe. Desde allí, en
los anillos de los conurbanos, el trabajo como cartoneros, por ejemplo, ha
generado relocalizaciones de grupos indígenas que pasan de la situación
de pobreza-dependencia en las comunidades, a la situación de pobreza-
marginación en las urbes.
Por el momento las perspectivas de mejora y la apertura a otras po-
sibilidades siguen siendo, en la práctica, reducidísimas. O, en palabras de
un líder: “En el Estado no hay una política para los indígenas. No hay un
indígena adentro. El Estado baja una pauta. El pueblo indígena es cada vez
más dependiente. No hay autonomía”.65

62.Aspectos relativos a las relaciones de las comunidades con el poder político, judicial,
con la sociedad civil y organizaciones no gubernamentales, así como en general en relación
con la necesidad básica de información y acceso a la justicia, y de desarrollo identitario, se
encuentran en proceso de relevamiento para la segunda etapa de esta investigación.
63. Es interesante observar cómo prácticas que de alguna manera eran propias de tiempos
coloniales, se perpetúan con otros nombres y cambios de actores hasta la actualidad. El
colonialismo y su continuador, en el análisis llamado neo-colonialismo, tanto estuvo pre-
sente a nivel internacional, como en las prácticas y discursos reproducidos y retransmitidos
a nivel local. Las dependencias que continúan hasta hoy, en este sentido, son expresiones
de los poderes culturales, económicos y políticos (antes también militares) que en cada es-
pacio, como en los ejemplos puntuales y reducidos de la satisfacción o no de las necesidad
básica de subsistencia de las comunidades indígenas formoseñas, están presentes. Sobre las
relaciones de paz, relaciones y poder y la necesidad y formas de entender la superación de la
miseria, véase en esta línea de pensamiento, “Visionen einer friedlichen Welt”, en Galtung,
J., Lutz, D. y Röhrich, W., Überleben durch Partnerschaft. Gedanken über eine friedliche
Welt, Opladen, Leske + Budrich, 1990 especialmente pp. 40 ss., y 59 ss.
64. Entrevista a Ceferino, El Potrillo, 7 de julio de 2016.
65. Entrevista a Rafael, Colonia San Carlos, 10 de febrero de 2017.

Lecciones y ensayos 98 FINAL.indd 82 12/11/2018 14:16:23


Lecciones y Ensayos, Nro. 98, 2017
Böhm, María Laura, “Violencia estructural - Ejercicio de análisis de la realidad…”, pp. 51-99
83

IV. La violencia estructural como herramienta de


descripción y análisis. Aplicación al caso de las comunidades
formoseñas

Uno de los grandes desafíos del trabajo teórico consiste en obtener de


la teoría y de los conceptos herramientas útiles para describir y compren-
der la realidad, de manera de poder relevar las circunstancias sobre las
que es necesaria la intervención transformadora. Al menos en el ámbito
jurídico y social, en el cual se enmarcan este trabajo y las preocupaciones
aquí planteadas, ese vínculo entre el mundo de las ideas y el mundo de
la realidad aparece como indispensable. Por esta razón, no es suficiente
la explicación conceptual ni es suficiente una primera descripción de la
realidad: las propuestas de trabajo requieren de la combinación de ambos
espacios y el rastreo preciso de las circunstancias particulares de cada
caso. Ese es el objetivo de este apartado: la aplicación del concepto vio-
lencia estructural a la realidad descripta de las comunidades indígenas en
y de la provincia de Formosa. Se conocen y fueron descriptas las duras
condiciones de vida de dichas comunidades en particular, y de nuestros
pueblos indígenas en general. Sin embargo, ¿Es esto suficiente para con-
siderar que son colectivos e individuos afectados e incluso víctimas de
violencia estructural? En concreto, ¿Puede hablarse de violencia estruc-
tural, es decir, de necesidades básicas insatisfechas como consecuencia
de obstáculos físicos u organizativos evitables, respecto de los pueblos
indígenas formoseños?
Si se toman los cinco ámbitos descriptos (reiterando que son solo
una muestra de un número mayor de ámbitos de necesidades básicas),
podría intentarse una suerte de grilla en la cual colocar las necesida-
des básicas y –de acuerdo con la propuesta de Galtung– equipararlas a
derechos previstos en documentos de protección de derecho humanos,
para evaluar si existe reconocimiento y protección jurisdiccional a su
respecto. Este ejercicio sería muy válido, y sin embargo, insuficiente.
Nos daría por resultado, probablemente, que las necesidades básicas
relativas al alimentarse, al prevenir y tratar dificultades en la salud, al
estudiar y capacitarse en los distintos niveles educativos y de forma-
ción, el contar con una morada que proteja del mal clima, de los ries-
gos del exterior y brinde cobijo y espacio para el descanso, y el contar
con medios de subsistencia individual y social, verían su reconoci-
miento, respectivamente, no solo en los documentos que en su estudio

Lecciones y ensayos 98 FINAL.indd 83 12/11/2018 14:16:23


Lecciones y Ensayos, Nro. 98, 2017
84 Böhm, María Laura, “Violencia estructural - Ejercicio de análisis de la realidad…”, pp. 51-99

relevaba Galtung, Declaración Universal de DDHH, Pacto de DESC


y DCP, 66 sino que incluiría el reconocimiento de dichas necesidades
en los Derechos reconocidos también en documentos posteriores y
regionales, como la Declaración Americana de Derechos Humanos,
el Convenio 169 de la OIT o la Declaración de las Naciones Unidas
sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, por mencionar tres de
los más relevantes. Hablaríamos entonces de un abanico de documen-
tos en reconocimiento de Derechos Humanos. Y este reconocimiento,
desde una perspectiva, es excelente. Desde otra, en cambio, no lo es
tanto. De lo que se trata al evaluar la existencia o no de violencia es-
tructural en un determinado ámbito espacio-temporal, es de evaluar
la situaciones concretas y poner el foco del estudio, en primer lugar,
en la distancia existente entre el reconocimiento de tales derechos en
el papel, por ejemplo, y la realización de tales derechos en la prác-
tica, o, en terminología de Galtung, la diferencia existente entre la
potencialidad y la realidad en cuanto al grado de satisfacción de las
necesidades básicas en evaluación. Si la mirada se realiza en términos
legales o jurisdiccionales, el cuadro de análisis será muy reducido. Si
la mirada se amplía para abordar las necesidades básicas en sentido
amplio –no normativizadas en documentos de derechos humanos– y
se mira la realidad en busca de su nivel de potencialidad, de los obs-
táculos físicos y organizativos que la impiden, y de la evitabilidad de
tales obstáculos, el análisis se complejiza, y se hace probablemente
más provechoso al mismo tiempo.
Si concentramos y colocamos en un cuadro (léase sin embargo como
parte del texto principal) lo presentado en los apartados II (conceptual) y
III (realidad de las comunidades) de este trabajo, el resultado no solo se
nos ocurre como más complejo y provechoso, sino que además, como más
desconcertante, ya que queda en evidencia la imposibilidad de responder
taxativamente en forma afirmativa o negativa a la pregunta por la existen-
cia o no de violencia estructural.67

66. Galtung, J., Menschenrechte…, ob. cit., p. 122 ss.


67. Esta situación pone en evidencia, nuevamente, lo ventajoso del concepto de violencia
estructural respecto del uso de la terminología normativa, ya que, si habláramos de vio-
lación de derechos ante un imaginario organismo jurisdiccional, este se vería obligado a
decidir si hubo o no hubo violación de derechos humanos, sin poder pensar en términos de
relatividad o gradualidad al momento de volcar la decisión en su sentencia.

Lecciones y ensayos 98 FINAL.indd 84 12/11/2018 14:16:23


Lecciones y Ensayos, Nro. 98, 2017
Böhm, María Laura, “Violencia estructural - Ejercicio de análisis de la realidad…”, pp. 51-99
85

Versiones breves de las necesidades, fueron resumidas como “colegio,


rutas y electricidad”68 en un caso, y como “centro de salud, calle, luz y
vivienda”,69 o “docencia, salud”,70 o “trabajo, salud”71 en otros, por ejem-
plo. Necesidades básicas todas. El entrelazamiento de las necesidades bási-
cas (las seleccionadas para esta presentación), en su forma extendida, arro-
jan un cuadro que desglosa y complejiza esas frases breves y contundentes.

68. Entrevista a Mario, Formosa, 28 de abril de 2016.


69. Entrevista a Cristino, La Primavera, 30 de abril de 2016.
70. Entrevista a Oscar, La Primavera, 30 de abril de 2016.
71. Entrevista a Mirco, La Primavera, 30 de abril de 2016.

Lecciones y ensayos 98 FINAL.indd 85 12/11/2018 14:16:23


Lecciones y Ensayos, Nro. 98, 2017
86 Böhm, María Laura, “Violencia estructural - Ejercicio de análisis de la realidad…”, pp. 51-99

Obstáculos físicos y
Insatisfacción Evitabilidad
organizativos
Insatisfacción Relativa Sí Sí
Existe insuficiencia nu- Distancia entre la mayoría La potencialidad de sa-
tricional (malnutrición) de las comunidades y los tisfacción es superior a la
en muchas comunidades, centros más urbanizados realidad: si bien la cober-
pero no se advierte insatis- (obstáculo físico). tura de las distancias se va
facción integral de la nece- superando paulatinamen-
Dificultades de acceso
sidad básica (desnutrición) te mediante mejorados
de alimentos a las comu-
en forma generalizada en y asfaltados, las partidas
nidades. Recepción de
las comunidades. adecuadas y periódicas de
módulos estatales con
alimentos (dependientes a
alimentos con bajo nivel
su vez de la fondos corres-
nutricional y ajenos a la
pondientes a los ingresos
cultura alimentaria indí-
por coparticipación) se
gena. Restricción espacial,
encuentran potencialmen-
Nutrición

normativa y cultural para


te en un nivel superior a
el marisqueo tradicional.
la realidad, ya que una
(obstáculos organizativos)
mejora presupuestaria y
de calidad, en un Esta-
do nacional con grandes
extensiones de territorio
cultivable y fértil, es po-
sible. Organizativamente,
los ámbitos de mariqueo
son potencialmente – re-
conocimiento de territorio
titulado a nombre de las
comunidades indígenas –
más amplios que los reco-
nocidos y utilizados en la
realidad.

Lecciones y ensayos 98 FINAL.indd 86 12/11/2018 14:16:23


Lecciones y Ensayos, Nro. 98, 2017
Böhm, María Laura, “Violencia estructural - Ejercicio de análisis de la realidad…”, pp. 51-99
87

Insatisfacción Relativa Existencia de obstáculos Evitabilidad


La atención primaria Distancia entre la mayoría La potencialidad de sa-
de la salud, así como el de las comunidades y los tisfacción es superior a la
acompañamiento de los centros más urbanizados realidad: si bien la cober-
embarazos y madres en que cuentan con centros tura de las distancias se va
periodos de lactancia, ya de salud de complejidad superando paulatinamente
sea por la asistencia de los media y alta (obstáculo mediante mejoras y asfal-
ancianos y ancianas de las físico). Acceso moderado tados, las partidas adecua-
Atención médica

comunidades, o por la in- de medicamentos a las co- das y periódicas de medi-


tervención de las/los asis- munidades, con periodos camentos (dependientes a
tentes en salud, se ve mí- de carencia. Insuficiencia su vez de la fondos corres-
nimamente satisfecho. Las de recursos humanos, pondiente s a los ingresos
atenciones de complejidad medicinales, de infraes- por coparticipación fede-
media y alta, no son sufi- tructura y transporte para ral) se encuentran poten-
cientemente satisfechas. la atención de la salud cialmente en un nivel su-
en casos de urgencias y perior a la realidad, ya que
emergencias (obstáculos una mejora presupuestaria
organizativos). y de calidad, específica-
mente en el ámbito de
salud, aparece como posi-
ble tanto a nivel nacional
como provincial.

Lecciones y ensayos 98 FINAL.indd 87 12/11/2018 14:16:23


Lecciones y Ensayos, Nro. 98, 2017
88 Böhm, María Laura, “Violencia estructural - Ejercicio de análisis de la realidad…”, pp. 51-99

Insatisfacción Relativa Sí Sí
Existe insuficiencia habi- Las comunidades cuentan La potencialidad de sa-
tacional (en calidad y can- con terrenos designados tisfacción es superior a la
tidad) pero no representa que con el tiempo devie- satisfacción en la realidad:
una insatisfacción integral nen en espacio físico insu- la previsión normativa y
de la necesidad básica de ficiente ante el crecimiento los recursos existen (de-
contar con una vivienda. de las familias (obstáculo pendientes a su vez de los
Hay comunidades que físico). fondos correspondiente s
cuentan con sus viviendas a los ingresos por copar-
El planeamiento de vivien-
construidas por el Estado ticipación federal). Las
da para las comunidades
(nacional o provincial) en parcelas comunitarias
y los recursos destinados
respeto de sus costumbres continúan siendo reduci-
Vivienda

a ellas siguen en muchos


y con los servicios básicos das (como consecuencia
casos la lógica del clien-
en funcionamiento. Sin de una realidad histórica
telismo político o la reac-
embargo, en muchas co- de encierro y despojo) en
ción a la demanda puntual
munidades la provisión de relación con el territorio
manifestada como protesta
vivienda construida y con disponible en la provincia.
social, por lo que la co-
acceso a los servicios bási-
bertura no es uniforme ni
cos está pendiente.
suficiente. La cobertura de
servicios depende de em-
presas tanto públicas como
privadas y esto en muchos
casos dificulta el acceso a
estos (obstáculos organi-
zativos).

Lecciones y ensayos 98 FINAL.indd 88 12/11/2018 14:16:23


Lecciones y Ensayos, Nro. 98, 2017
Böhm, María Laura, “Violencia estructural - Ejercicio de análisis de la realidad…”, pp. 51-99
89

Insatisfacción Relativa Sí Sí
En el nivel primario y se- En el nivel primario y se- La potencialidad de sa-
cundario existe en general cundario cuando la ins- tisfacción es superior a la
la infraestructura educativa titución educativa no se realidad: existe previsión
en las comunidades, pero encuentra en la misma normativa que organiza la
acompañada de una insu- comunidad, las distancias educación contemplando
ficiencia en la integración y estado de los caminos la situación lingüística en
genuina en el primer nivel dificultan el acceso a la forma suficiente y existe
educativo de la enseñanza escuela (en épocas de llu- presencia de infraestruc-
en español para niñas y ni- vias, especialmente). Los tura y recursos, así como
ños que no hablan español centros de educación ter- instituciones no guberna-
como primera lengua. Esto ciaria y universitaria se mentales (religiosas, por
acarrea una insatisfacción encuentran casi en su tota- ejemplo) en voluntad y
de la necesidad básica de lidad en centros urbanos o con recursos de acompa-
educarse suficientemente en la capital, alejados de la ñamiento y apoyo.
para la vida en sociedad mayoría de las comunida-
Tanto la realidad como la
y para la continuación del des y con acceso difícil por
Educación

potencialidad van elevan-


estudio. tiempos y costos, ya que el
do su nivel de satisfacción
estudio implica sostener
En el nivel terciario y uni- en forma paulatina y con
una vida en la ciudad (obs-
versitario la necesidad de el paso del tiempo. La
táculos físicos).
formación y estudio es distancia (entre realidad
satisfecha solo en casos Estudios de formación y potencialidad), parece
individuales que no resul- técnica (enfermería, por mantenerse constante.
tan representativos de las ej.) están disponibles en
oportunidades para las co- localidades cercanas a las
munidades en general. comunidades e incluso en
las comunidades.
No hay presencia de au-
toridades educativas en
diálogo con los actores in-
dígenas de las comunida-
des (capacitación o acom-
pañamiento de MEMAS,
por ejemplo). (obstáculos
organizativos).

Lecciones y ensayos 98 FINAL.indd 89 12/11/2018 14:16:23


Lecciones y Ensayos, Nro. 98, 2017
90 Böhm, María Laura, “Violencia estructural - Ejercicio de análisis de la realidad…”, pp. 51-99

Insatisfacción integral Sí Sí
Insatisfacción integral de La limitación territorial La potencialidad de sa-
la necesidad básica. Exis- impide un acceso suficien- tisfacción es superior a
te plena dependencia de te a los espacios tradicio- la realidad: El reconoci-
la asistencia estatal, o de- nales para la obtención de miento normativo, civil y
pendencia de formas de recursos (obstáculo físico). político de las comunida-
subsistencia igualmente des en la figura de las aso-
Falta de programas de in-
insatisfactorias (explota- ciaciones civiles, la titula-
tegración y capacitación
ción laboral en el campo, ción de tierras y el desa-
que podrían conllevar una
vida en situación precaria rrollo de la infraestructura
Acceso a medios de subsistencia

vida autónoma y digna en


en conurbanos). educativa generan poten-
lo relativo a medios de
cialmente la elevación del
La falta de satisfacción in- subsistencia. Educación,
nivel de realización de la
tegral de las necesidades formación técnica, parti-
necesidad de subsistencia
de nutrición, asistencia cipación comunitaria en
y la autonomía de actua-
médica, vivienda y educa- las decisiones políticas,
ción necesaria para ello.
ción* aunada a las limita- son formas todavía insu-
La realidad, sin embargo,
ciones territoriales, cultu- ficientes en la realidad de
revela una relativa con-
rales, económicas y civiles las comunidades, y esta in-
tinuidad histórica de las
históricamente conforma- suficiente impide el acceso
prácticas y discursos de
das, hacen de la autonomía a la provisión autónoma
dependencia indígena.
en la subsistencia una deu- de medios de subsistencia.
da largamente pendiente. La marisca, forma cultural
autónoma para la subsis-
tencia, es hoy reemplazada
por los “planes”, que im-
plican falta de autonomía
y perpetuación de meca-
nismos de dependencia
(obstáculos organizativos).

* Solo se mencionan las relevadas específicamente en este estudio. Por supuesto que
para evaluar la situación del acceso a los medios de subsistencia deben adicionarse, para
un estudio de mayor amplitud y profundidad, las necesidades vinculadas al desarrollo
cultural, las relaciones con las instituciones, el acceso a la información y a la justicia,
entre muchos otros, y que están siendo relevados y analizados para la segunda etapa de
esta investigación.

De las respuestas de insatisfacción relativa de las necesidades básicas


alimento, salud, vivienda y educación, que concluyen sin embargo en una
respuesta que afirma la violencia estructural por insatisfacción integral del
acceso a medios de subsistencia, queda entonces una sensación fuerte de

Lecciones y ensayos 98 FINAL.indd 90 12/11/2018 14:16:23


Lecciones y Ensayos, Nro. 98, 2017
Böhm, María Laura, “Violencia estructural - Ejercicio de análisis de la realidad…”, pp. 51-99
91

decepción, por supuesto, por todo lo que no hay. Y así, si se toma la idea
de “autarquía” pensada por Galtung a nivel internacional al valorar la im-
portancia de la posibilidad de los Estados respecto del abastecimiento en
ámbitos vitales como alimentación, energía y salud,72 y se realiza el para-
lelo con la situación de los pueblos indígenas, el resultado es casi explícito
en sus carencias.73 Lo que en algún momento pudo haber sido entendido en
términos de conflicto etnopolítico,74 devino con el tiempo en una situación
estática de dependencia. La democratización que tuvo lugar en Argentina
en distintas olas de más y más apertura y reconocimiento de derechos, de
1816 en adelante, y especialmente durante la primera mitad del siglo XX,
y en las décadas posdictadura militar, sin lugar a dudas no han tenido el
alcance suficiente como para integrar en sus mecanismos y prácticas a toda
la población. En este sentido, se advierte la continuación de las tensiones
entre proyectos de integración (en términos de “inclusión liberal” de una
pluralidad de personas, clases, valores y prácticas) y la perspectiva soste-
nedora de nociones de ciudadanía,75 que ponen en evidencia su ajenidad
respecto de la historia y cultura de nuestros pueblos indígenas, que conti-
núan vulnerados y al margen.
No obstante estar estas ideas inspiradas por lo que se desarrolló en la
tabla de análisis, hay un espacio de luz que ayuda a su vez a repensar el
problema desde otro ángulo, o al menos, a observarlo también desde otro
ángulo. Si la violencia estructural es, en breve, que “no están satisfechas
necesidades básicas”, una relativización se presenta obligada cuando, al

72. Galtung, J., Menschenrechte…, ob. cit., pp. 173-175 y ss.


73. Similares situaciones de dependencia, planteada en estos términos y con datos releva-
dos de distintos países como Filipinas, Turquía o México, por ejemplo, y en relación con
índice de desarrollo del Banco Mundial entre otros organismos, y aunadas a las situaciones
de desigualdad entre distintas porciones de la población de acuerdo con su acceso mayor
o menor a recursos naturales de calidad, se presentan en otros contextos relevadas también
a partir de la idea de desigualdad, entendida en su formulación en términos de conflicto y
vinculada a otras manifestaciones de la violencia, como la inseguridad. Véase Baechler,
G., Violence Through Environmental Discrimination. Causes, Rwanda Arena, and Conflict
Model, Social Indicators Research Series. Vol. 2, Dordrecht. Springer-Science+Business
Media, B.V., 1999, pp. 13-24 y ss.
74. Baechler, G., ob. cit., p. 90.
75. Karstedt, S., “Democratization and Violence: European and International Perspec-
tives”, Body-Gendrot, S., y Spierenburg, P. (eds.), Violence in Europe. Historical and
Contemporary Perspectives, Nueva York, Springer, 2009. p. 210.

Lecciones y ensayos 98 FINAL.indd 91 12/11/2018 14:16:23


Lecciones y Ensayos, Nro. 98, 2017
92 Böhm, María Laura, “Violencia estructural - Ejercicio de análisis de la realidad…”, pp. 51-99

observar la actualidad en contraste con el pasado, se advierte que, por mo-


mentos, la frase requiere un ajuste: “todavía no están satisfechas necesi-
dades básicas”. Se trata de integrar la variable del tiempo, y el cuadro de
actores en su integridad. Una ilustración sobre esto, antes de concluir.
El caso de la salud puede ser tomado como similar a los otros ámbitos
de necesidades aquí relevados (que como hemos dicho, son solo unos pri-
meros, visibles, de muchos otros que están en relevamiento para su análisis
en la próxima etapa de la investigación). Decíamos, que el caso de la salud,
sirve ilustrativamente para explicar la idea de la potencialidad y la realiza-
ción, de la distribución de recursos y las decisiones al respecto, en defini-
tiva, sirve para evaluar las situaciones de mayor o menor grado de evita-
bilidad en la insatisfacción de las necesidades básicas. En este sentido, es
interesante observar que, históricamente, han quedado los registros de es-
tas carencias y faltas de atención por parte del Estado Nacional, en épocas
en que Formosa todavía no era provincia, es decir, no solo respecto de los
pueblos indígenas, sino de la población formoseña en general (dentro de la
cual, por supuesto, eran las zonas lejanas las que se veían principalmente
perjudicadas). Es decir, las carencias por arrastre, quedan explicitadas, así
como las miradas sesgadas que gustan de achacar responsabilidades sin
mayor acercamiento al problema. En un trabajo de memorias de época que
encontramos entre los ejemplares de la Biblioteca Popular “Di. M. R. Mo-
reno” de Formosa, se lee, y permítase la extensión de la cita:

Atención médica deficiente

1903, septiembre 11

En la fecha publica el diario ‘La Nación’ de Buenos Aires, un artículo donde se


menciona que la asistencia médica en Formosa, es deficiente y son muchos los
casos que mueren sin atención facultativa. Hay mucho de cierto en estas líneas,
aunque nuestros municipales, con su médico Dr. Martín Ruiz Moreno, llegan
hasta lugares apartados, llevando las pocas medicinas que pueden adquirir con
los cuatro reales de su miserable presupuesto. El Gobierno Central puede desistir
del 60% de las patentes de los comercios ubicados en la Villa y con ese importe
costear el sueldo de un médico y los costos de los medicamentos, pero no so-
lamente no desiste, sino que para abonar el 40 % destinado a la Municipalidad
en muchos de los casos se debe hacer un papeleo interminable y llegó el caso
que la desesperación de fondos hizo que la Municipalidad demandara al Gobier-

Lecciones y ensayos 98 FINAL.indd 92 12/11/2018 14:16:23


Lecciones y Ensayos, Nro. 98, 2017
Böhm, María Laura, “Violencia estructural - Ejercicio de análisis de la realidad…”, pp. 51-99
93

no Central. Desgraciadamente vivimos abandonados dentro de nuestro propio


país; muchos argentinos por no levantar la vista nos desconocen, hasta el mapa
está en contra nuestra al figurar Formosa dentro de la representación geográfica,
donde termina este. Olvida el Ejecutivo Nacional nuestras necesidades, no así
el nombramiento de un comisario tipo Maciel o un devorador de indios tipo
Bouchard.76
Desde Buenos Aires, la denuncia. En Formosa, las carencias. Más de
cien años después, esta reseña es un grito. Y no se trata aquí de justificar
carencias que se corresponden con las condiciones locales, sino de inter-
pelar a actores igualmente involucrados en los entretejidos estructurales
que organizativamente siguen obstaculizando la real satisfacción de las
necesidades básicas, todavía integral o relativamente insatisfechas. Y más
aún, como suele suceder con las violencias culturales que legitiman violen-
cias físicas y estructurales, y se retroalimentan mutuamente. También aquí,
como demuestra la reseña de 1903, las carencias estructurales, ni obviaban
la denuncia cínica mediante medios culturales, ni obviaban el acudir a la
violencia física, tal vez en la figura del comisario Maciel, tal vez en la del
“devorador de indios Bouchard”, como único medio de pretender refrenar
o cubrir las carencias generadas. La historia una y otra vez...

V. Conclusiones en tres puntos

De este primer ejercicio pueden extraerse numerosas conclusiones, y


todavía más preguntas que las que se tenían inicialmente. A fin de ordenar
estas ideas, y para que puedan ser leídas como invitación para la discusión
y el acompañamiento en la continuación de estos caminos de pesquisa,
cerramos el texto y continúo el diálogo resumiendo tales conclusiones y
preguntas en tres consideraciones finales.
En primer lugar, rememorando el marco en el que tuvo lugar el inicio
de este trabajo, debe recordarse que se trataba de evaluar la situación en
que se encuentran poblaciones a primera vista marginalizadas y al mismo
tiempo amenazadas ante el avance del Estado moderno, sus sociedades y
sus economías locales y globales. La sospecha era que dicha situación de

76. Casals, F., Formosa, Desde el candil 1879 hasta el alumbrado público de candencia
al vacío 1923, Impr. Buenos Aires, Ed. Efemérides Comentadas del Autor, 1966, p. 261.

Lecciones y ensayos 98 FINAL.indd 93 12/11/2018 14:16:23


Lecciones y Ensayos, Nro. 98, 2017
94 Böhm, María Laura, “Violencia estructural - Ejercicio de análisis de la realidad…”, pp. 51-99

marginación las colocaría eventualmente como víctimas –en sus propios


territorios– de actividades llevadas adelante por parte de actores estatales
y privados de alto poder económico y político, en muchos casos, insufi-
cientemente regulados y monitoreados por parte del Estado. Esta sospe-
cha, luego del ejercicio inicial aquí realizado, se habría visto confirmada:
ni la situación de educación ni la situación de autonomía en la obtención
de medios de subsistencia, permite pensar en una suficiente capacitación
y libertad de decisión por parte de los indígenas y sus comunidades ante
una eventual cercanía de actores económicos de gran envergadura. Las
carencias a nivel nutricional y de atención médica, por otro lado, colocan
a estas comunidades en una situación de fragilidad unida a una espera de
la oportunidad por mejorar estos aspectos, es decir, promesas de mejora en
lo económico, aunque solo fueran a partir de la entrega de comida y me-
dicamentos, serían suficiente incentivo para recibir firmas o aceptaciones
de condiciones que en otro contexto serían inaceptables. Las dificultades
en los territorios y las condiciones de habitación, por otro lado, presentan
en situación normativamente protegida a las comunidades. Esta situación
sí es positiva, y en comparación con otros ámbitos, puede entenderse como
un eventual refreno a cualquier avance –al menos en el ámbito de las ti-
tulaciones de tierras a particulares aunque esto no refrene la ocupación de
tierras ilegal, que también tiene lugar, por supuesto– impidiendo abusos de
titulación que sí están presente en forma sistemática en otras provincias de
nuestro país. El balance, sin embargo, es claramente negativo: Las comu-
nidades no cuentan con recursos suficientes, es decir, no presentan todas
sus necesidades básicas integralmente satisfechas, como para poder actuar
en forma autónoma y con poder de diálogo y negociación frente a acto-
res estatales o privados. La insatisfacción de necesidades básicas actual
es al mismo tiempo un potencial factor criminógeno-victimológico y por
lo tanto es solo cuestión de tiempo que pudiera derivar en situaciones de
profundización en las desigualdades.
En segundo término, a partir de las diferencias advertidas en los de-
talles y situaciones específicas de las distintas comunidades, es evidente,
luego de este ejercicio, que el “juicio” en cuanto a la existencia o no de
violencia estructural, no ha arrojado un resultado taxativo ni general. Esto
es, en cuanto a la calidad de las respuestas que se han podido esbozar
a los cinco ámbitos de necesidades básicas respecto de las comunidades
visitadas, difícilmente se ha alcanzado una respuesta indudablemente posi-
tiva en cuanto a la insatisfacción de necesidades básicas, y tampoco se ha

Lecciones y ensayos 98 FINAL.indd 94 12/11/2018 14:16:23


Lecciones y Ensayos, Nro. 98, 2017
Böhm, María Laura, “Violencia estructural - Ejercicio de análisis de la realidad…”, pp. 51-99
95

arribado a una respuesta indudablemente negativa. Tuvimos que incluir, en


las posibilidades de respuesta, la opción de la relatividad en términos de
gradualidad: Una necesidad básica relativamente insatisfecha, no signifi-
ca totalmente insatisfecha, pero tampoco plenamente satisfecha. Por otro
lado, las respuestas no son generales: situaciones muy similares pueden
tener variaciones tan pequeñas como la extensión del asfaltado en la ruta
–que a mayor extensión podría facilitar aún más el acceso a otras localida-
des con servicio de salud suficiente– o el que se haya inaugurado o no la
escuela ya construida que cuenta con acceso a internet o techos sin goteras;
y esa pequeña variación podría generar una diferencia en la respuesta final,
ya que la presencia del obstáculo físico u organizativo dependerá exclusi-
vamente de un factor temporal, que necesariamente debe ser considerado
(dos meses pueden marcar una diferencia entre un sí o un no a la violencia
estructural). Podríamos preguntar, ¿sirven de algo estas consideraciones
relativizantes? Y la respuesta es, sin dudas, sí. Y de mucho. Resultan poco
agradables a un ojo jurista, que precisa de juicios definitivos y claros, y
más aún, resultará muy desagradable a los ojos de un jurista del derecho in-
ternacional de los derechos humanos, a quien suele resultarle difícil acep-
tar grises en estas temáticas. Sin embargo, si se pretende un acercamiento a
la realidad, entenderla y evaluarla a partir de conceptos que colaboren con
el análisis y el desglose de elementos que requieren de atención e interven-
ción, estas respuestas “a medias tintas” resultan muy significativas. Dan la
pauta de que no hay absolutos. Dan la pauta de que no puede pensarse en
promedios ni en extremos. La realidad está ahí, en los contextos específi-
cos y transitando los intermedios entre el todo y el nada de los conceptos
ideales y de las máximas de los grandes discursos. Por este motivo, ya no
podremos hablar de si existe o no existe violencia estructural. Tendremos
que aprender a evaluar también esta tercera categoría, la del existe una
relativa violencia estructural.
En tercer lugar, relacionar estas conclusiones con el recorrido his-
tórico de los pueblos indígenas en general, y no solo con las comuni-
dades actuales en Formosa, implica reconocer que la marginación, que
los intereses económicos siempre al acecho, y que la tierra como núcleo
de conflictos, no son un invento del siglo XXI. Al llegar los españoles
las tierras eran ocupadas con el objetivo de obtener sus minerales, y es
sabido que para ello los indígenas se transformaban en mano de obra es-
clavizada o, si tenían la suerte de ser “reducidos”, solo semiesclavizada.
Del mismo modo, en la actualidad, los espacios de territorio en posesión

Lecciones y ensayos 98 FINAL.indd 95 12/11/2018 14:16:24


Lecciones y Ensayos, Nro. 98, 2017
96 Böhm, María Laura, “Violencia estructural - Ejercicio de análisis de la realidad…”, pp. 51-99

y con titulación a favor de comunidades indígenas son muy pocos, y


continúan siendo acechados por los intereses de actores privados que
ansían la explotación no ya solo de los minerales, sino también del suelo
en sí para el uso agrario (cultivo de soja, por ejemplo), y quienes se en-
cuentran en la zona, en pérdida paulatina de tierras (aunque en el papel
los derechos crezcan), cumplen sus tareas de braceros a cambio de muy
poco y son quienes desmontan su propia tierra y trasladan las maderas
para dejar el terreno limpio. En este sentido, visto en perspectiva, la vio-
lencia estructural parece saltar a los ojos. El ejercicio que hemos hecho
aquí, tuvo el objetivo de dar contenido y actualidad a dicha situación, y
no utilizar conceptos generales para situaciones que solo parecen genera-
les, pero que no lo son en absoluto cuando se miran de cerca, cuando se
conversa directamente con los actores y se pisa su tierra, compartiendo
charlas, risas, mates, preocupaciones, visitando sus escuelas y sus salas
de salud, sufriendo la falta de fruta fresca y temiendo el enfrentamiento
por la noche con la gendarmería o atropellar a una anciana caminando
largas distancias junto a la ruta mal iluminada. Cuando todo esto se vive,
como visitante, claro, pero se comparte mínimamente durante unos días
o tan solo unas horas, esos grandes recorridos históricos, que enseñan y
alertan sobre la vida de sociedades, instituciones, naciones y Estados,
debe mirarse en su realidad microscópica, para que el análisis adquiera
relevancia y pueda aportar reflexiones y propuestas incisivas y reales, y
no solo grandes verdades y llantos por las injusticias sociales. Para eso el
concepto de violencia estructural y su transformación en una herramien-
ta conceptual con potencial de análisis preciso. En este sentido, aunque
tengamos ahora más preguntas que respuestas, aunque el fango parezca
ser más espeso y el abanico de ideas se haya transformado en un crisol
de alternativas por evaluarse, creemos que valió le pena este primer paso
y el esfuerzo realizado, y más vale aún continuar con el análisis restante,
con la especificación y profundización en la lectura de la realidad en
esta dirección. Creemos que así, la idea inicial de este viaje intelectual,
pueda concretarse y en algún momento puedan llegar a formularse e im-
plementarse propuestas de prevención, sanción y reparación de los daños
sufridos por necesidades básicas insatisfechas, y de prevención, sanción
y reparación de los daños generados por el círculo vicioso de la profundi-
zación de relativas violencias estructurales causadas por emprendimien-
tos políticos y económicos que se nutran de las preexistentes relativas
violencias estructurales.

Lecciones y ensayos 98 FINAL.indd 96 12/11/2018 14:16:24


Lecciones y Ensayos, Nro. 98, 2017
Böhm, María Laura, “Violencia estructural - Ejercicio de análisis de la realidad…”, pp. 51-99
97

Si concluimos con Galtung que “Una estructura consiste de billones


de acciones incluyendo las no-acciones y las acciones por omisión”,77 no
queda otra alternativa que seguir profundizando y definiendo los caminos
y recorridos de esas acciones, no-acciones y omisiones, sus actores y sus
impactos, actuales, potenciales y futuros. Este texto ha intentado ser un pri-
mer acercamiento y ejercicio en este sentido, a fin de visibilizar el camino
para los que seguirán.

Bibliografía

Baecheler, Günther, Violence through Environmental Discrimination.


Causes, Rwanda Arena, and Conflict Model, Social Indicators Re-
search Series. Vol. 2, Dordrecht, Springer-Science+Business, Media,
B.V, 1999.
Böhm, María Laura, “Empresas transnacionales y violación de Derechos
Humanos en América Latina - Dificultades para su imputación y juzga-
miento”, en Boletín Semestral GLIPGö, 2012, Nro. 4, pp. 11-24.
—, Transnational Corporations, Human Rights Violations and Structural
Violence in Latin America: A Criminological Ap- proach”, en: Krimi-
nologisches Journal, 4/2016, pp. 272-293.
Carter, Candice C. (ed.), Conflict Resolution and Peace Education. Trans-
formations across Disciplines, Nueva York, Palgrave Macmillan, 2010.
Casals, Fernando, Formosa. Desde el candil 1879 hasta el alumbrado pú-
blico de candencia al vacío 1923, Buenos Aires, Ed. Efemérides Co-
mentadas del Autor, 1966.
De Haan, Willem, “Violence as an Essentially Contested Concept”,
en Body-Gendrot, Sophie y Spierenburg, Pieter (ed.), Violence in
Europe. Historical and Contemporary Perspectives, Nueva York,
Springer, 2008.
Galtung, Johan y Fischer, Dietrich, Johan Galtung – Pioneer of Peace
Research, Heidelberg–Nueva York–Dordrecht–Londres, Springer,
2013.
Galtung, Johan, Violencia Cultural. Documento de trabajo N° 14, Centro
de Investigación por la Paz, Fundación Gernika Gogoratuz, 2003.

77. Galtung, J., Menschenrechte…, ob. cit., p. 199.

Lecciones y ensayos 98 FINAL.indd 97 12/11/2018 14:16:24


Lecciones y Ensayos, Nro. 98, 2017
98 Böhm, María Laura, “Violencia estructural - Ejercicio de análisis de la realidad…”, pp. 51-99

––, Frieden mit friedlichen Mitteln. Friede und Konflikt, Entwick-


lung und Kultur, Serie Friedens- und Konfliktforschung 4, Opladen,
Leske+Budrich, 1998.
––, Violencia, Guerra y su impacto, 1998, consultado en [http://red.pucp.
edu.pe/wp-content/uploads/biblioteca/081020.pdf].
––, Tras la violencia, 3R: reconstrucción, reconciliación, resolución. Af-
rontando los efectos visibiles e invisibles de la guerra y la violencia,
Bilbao, Bakeaz/Gernika Gogoratuz, 1998.
––, Menschenrechte anders gesehen, Frankfurt, Suhrkamp, 1994.
––, “Visionen einer friedlichen Welt”, en Galtung, J., Lutz, D., Röhrich,
W., Überleben durch Partnerschaft. Gedanken über eine friedliche
Welt, Opladen, Leske + Budrich, 1990.
––, Strukturelle Gewalt, Beiträge zu Friedens- und Konfliktforschung, Re-
inbek bei Hamburg, Rowohlt Taschenbuch Verlag, 1975.
––, “Eine strukturelle Theorie des Imperialismus” en Senghaas, D. (ed.),
Imperialismus und strukturelle Gewalt. Analysen über abhängige Re-
produktion, Frankfurt, Suhrkamp, 1972.
––, “Violence, Peace, and Peace Research”, en Journal of Peace Research,
Vol. 6, n° 3, 1969.
Girbal-Blancha, Noemí M, Formosa: tierra prometida-tierra arrasada.
La Argentina de los márgenes (1884-1955), Texto presentado en el XIV
Congreso de Historia Agraria, Sociedad Española de Historia Agraria
– Área de Historia e Instituciones Económicas de la Universidad de
Extremadura, Badajoz, 7-9 de noviembre de 2013.
Gordillo, Gastón, Nosotros vamos a estar acá para siempre. Historias
tobas, Buenos Aires, Ed. Biblos, 2005.
Heitmeyer, Wilhelm y Hagan, John (ed.), International Handbook of Vio-
lence Research, Dordrecht, Springer, 2003.
Heraldo Prieto, Antonio, Para comprender Formosa. Una Aproximación
a la historia provincial, de Antonio Heraldo Prieto, Formosa, 1990.
Karstedt, Susanne, “Democratization and Violence: European and Inter-
national Perspectives”, en Body-Gendrot, Sophie y Spierenburg, Pi-
eter (ed.), Violence in Europe. Historical and Contemporary Perspec-
tives, Springer, 2009.
Mansilla, Lucio V., Una excursión a los indios ranqueles, edición Agebe,
2012.
Mapelman, Valeria, Octubre Pilagá. Memorias y archivos de la masacre
de La Bomba, Buenos Aires, Tren en movimiento, 2015.

Lecciones y ensayos 98 FINAL.indd 98 12/11/2018 14:16:24


Lecciones y Ensayos, Nro. 98, 2017
Böhm, María Laura, “Violencia estructural - Ejercicio de análisis de la realidad…”, pp. 51-99
99

Martínez Sarasola, Carlos, Nuestros paisanos los indios. Vida, historia y


destino de las comunidades indígenas en Argentina, Buenos Aires, Del
Nuevo Extremo, 2013.
Midré, Georges Flores, Sergio, Élite ladina, políticas públicas y pobreza
indígena, Instituto de Estudios Interétnicos – Universidad San Carlos
de Guatemala, Magna Terra, Guatemala, 2012.
Morrison, Wayne, Zaffaroni, Eugenio Raúl y Bergalli, Roberto, “Diálo-
gos sobre criminología, genocidio y daño social con Wayne Morrison,
Eugenio Raúl Zaffaroni y Roberto Bergalli”, en Rivera Beiras, Iñaki
(Ed.), Delitos de los Estados, de los Mercados y daño social, Barce-
lona, Ed. Anthropos, 2014.
Rivera Beiras, Iñaki, “Retomando el concepto de violencia estructural. La
memoria, el daño social y el derecho a la Resistencia como herramien-
tas de trabajo”, Rivera Beiras, I. (Ed.), Delitos de los Estados, de los
Mercados y daño social, Barcelona, 2014.
Sharp, Dustin N., Justice and Economic Violence in Transition, Sharp, D.
N. (ed.), Springer, 2014.
Shinkel, Willem, Aspects of Violence. A critical Theory, Basingstoke,
Ed. Palgrave Macmillan, Slutzky, Daniel, Estructura social agraria
y agroindustrial del Nordeste de la Argentina: desde la incorporación
a la economía nacional al actual subdesarrollo concentrador y excluy-
ente, Buenos Aires, IADE, 2011.
Tuason, María Teresa, “Peace Psychology in a Poor World: Conflict Trans-
formation in Response to Poverty”, en Carter, Candice (ed.), Conflict
Resolution and Peace Education. Transformations across Disciplines,
Palgrave, 2010.

Lecciones y ensayos 98 FINAL.indd 99 12/11/2018 14:16:24

También podría gustarte