Doña Bárbara
INTRODUCCIÓN
Santos Luzardo regresa a su tierra natal con la intención de vender sus
terrenos. Al llegar se entera de las arbitrariedades de una mujer conocida
como Doña Bárbara quien se rumora tiene pacto con el Diablo. Además de
haber escrito una ley a su medida, Doña Bárbara tiene fama de devoradora de
hombres, todo aquel que cae seducido por su belleza termina convertido en
piltrafa humana. Tal es el caso de Lorenzo Barquero, padre de Marisela, e hija
no reconocida de Doña Bárbara. Santos Luzardo ante el abandono con que
encuentra su tierra y la injusticia ejercida impunemente por Doña Bárbara
decide no vender y enfrentar el poder de la tirana.
RESUMEN X CAPITULOS
Capítulo I
¿Con quién vamos?
La acción ocurre en las provincias de Venezuela. A bordo de un bongo
(especie de canoa) viaja a través de un río Santos Luzardo. El destino
Palodeagua y después, los terrenos de Altamira. La apariencia citadina de
Santos Luzardo contrasta notablemente con los rudos y curtidos palanqueros.
A bordo viaja también una persona que pareciera seguir a Santos desde San
Fernando. Se le conoce como el Brujeador y trabaja para una señora conocida
como Doña Bárbara. Al pedir referencias sobre aquella mujer, cuya fama se
extiende más allá de sus terrenos, los palanqueros le dicen a Santos que tenga
cuidado. Doña Bárbara domina el lugar y tiene compradas a todas las
autoridades del pueblo. Es una bruja que tiene al mal de su lado.
Manipuladora y hábil, Doña Bárbara tiene su propio cementerio. Los
palanqueros le advierten también a Santos que tenga cuidado con el Brujeador
y que cometió un grave error al convidarlo a viajar en el mismo bongo.
Capítulo II
El descendiente del cunavichero.
Tiempo atrás, los terrenos de Altamira estaban dominados por dos familias de
caciques: Los Luzardos y los Barqueros. Familias antagónicas que practicaban
sin reservas, la ley del llano. Sin embargo, don José Luzardo, padre de Santos,
mantenía una querella con su liberal hijo Félix. En otro país de Latinoamérica,
México, sucedía una batalla contra los Estados Unidos. Félix apoyaba a
México muy a pesar de don José. Una noche, en una pelea de gallos, Félix reta
al padre y éste lo mata. Don José Luzardo le dio la noticia a su esposa y se
encerró en un cuarto a dejarse morir. La madre de Santos, en verdadera
repulsa contra esa ley del llano decide llevarse a su hijo de catorce años a la
capital: Caracas. Ahí, Santos Luzardo se olvido de los ríos y los caimanes por
algún tiempo. Se hizo Médico. Pero sus terrenos, sus hatos, -sitios donde se
instalan los pastores fuera de la población con su ganado- continuaban ahí.
Gran parte había sido ya robado, por las vías legales de Doña Bárbara. Y
Santos se dirigía a sus terrenos pues un comprador estaba interesado en
adquirirlos.
Capítulo III
La devoradora de hombres.
Barbarita trabajaba de cocinera en una embarcación de ladrones y piratas.
Ajena a sus fechorías, despertaba los deseos de los bandoleros. Cierto día, un
joven de nombre Asdrúbal, pide trabajo en la embarcación. El capitán quien
era el tutor de Barbarita lo acepta. Asdrúbal y Barbarita se hacen amigos, al
poco tiempo le enseña a leer, cosa que no le gustó al capitán. Asdrúbal le
advierte a Barbarita que su taita tiene la intención de venderla a un Turco.
Barbarita no lo puede creer. El capitán sospecha de Asdrúbal y lo manda con
otro para que éste lo asesine. Un motín a bordo contra el capitán sucede y
luego de darle muerte, los bandoleros violan a Barbarita quien es rescatada
por un viejo de nombre Eustaquio quien se rumora, fue la primera persona que
puso en contacto a Barbarita con los brujos. Pasado un tiempo, la fama de
Doña Bárbara, mujer que tiene pacto con el Diablo se extiende por toda la
región. Todas las noches, Doña Bárbara y su Socio planearon como apoderase
de todos los terrenos del Arauca. Su primera víctima fue Lorenzo Barquero
quien al cabo de tratarla, termino como una autentica piltrafa humana, con un
avanzado alcoholismo y con una hija que ni la madre ni el padre atendieron.
Los terrenos de los Barqueros así como una porción de Altamira, pasaron a ser
propiedad de Doña Bárbara quien bautizó sus propiedades como El Miedo.
Además, Doña Bárbara se reveló hábil en cualquier actividad desempeñada
por los hombres; lazaba, montaba caballos bravos, dirigía las peonadas y
portaba revolver. Su belleza era comparada a su codicia y crueldad.
Capítulo IV
Uno solo y mil caminos distintos.
Santos Luzardo se encuentra con un antiguo becerrero de su niñez: Antonio
Sandoval, que permanece fiel a sus órdenes. Antonio le presenta a los peones.
Algunos como Carmelito López, dudan de las capacidades del jefe, lo sienten
demasiado amanerado para las rudas tareas del campo. Antonio ya sabía de la
llegada de Santos pues un peón que viajaba junto con el Brujeador fue a dar la
noticia a El Miedo. Santos se pone al tanto de la situación, ha habido
enfermedades y demasiadas muertes por esas tierras. Balbino Paiba,
mayordomo de Altamira y amante en turno de Doña Bárbara, ha sacado
mucho provecho de la ausencia de tantos años de Santos Luzardo: el nuevo
amo de Altamira. Santos no habla de venganzas o peleas.
Capítulo V
La lanza en el muro.
Santos, junto con Carmelito y Antonio hacen un recorrido por la zona. Los
recuerdos de su infancia son mezclados con las narraciones de la tiranía que
Doña Bárbara y Balbino Paiba han ejercido. Reconoce el lugar donde hubo la
disputa familiar que dio muerte a su hermano; el odio reciproco entre
Luzardos y Barqueros. Santos se entera que Lorenzo Barquero, quien había
instigado a Félix contra su padre. Vivía como un despojo humano sumido en
una permanente borrachera. La culpable de esa vida destruida: Doña Bárbara.
De regreso a Altamira, Santos conoce al resto de sus peones, nota en varios, la
misma expresión de resentimiento que hubiera observado en Carmelito.
Esa noche duda en vender su hato. Antonio le extiende sus llaves y le indica el
cuarto donde su padre se había sentado a esperar la muerte. Santos entra al
cuarto que estaba justo como lo había dejado: en la pared continuaba, la lanza
que el padre había hundido luego de asesinar a su hijo. Santos saca la lanza y
le pide a Antonio que se olvide de rencores. Decide no vender Altamira y
quedarse a levantarla. Santos regresa a su cuarto y duerme profundamente.
Capítulo VI
El recuerdo de Asdrúbal.
El Brujeador va con Doña Bárbara para darle noticias. La patrona se encuentra
con Balbino Paiba quien se siente superior a Doña Bárbara. El Brujeador le
confirma que Santos Luzardo ha llegado a Altamira con los propósitos de
pelearle todas los juicios ganados. Doña Bárbara y Balbino suponen que no
durará mucho su gusto. De repente, Doña Bárbara, observa un vaso de agua y
finge ver la cara de Santos Luzardo. Balbino sospecha que es una más de sus
tretas para reafirmar su condición de Bruja.
Al quedarse sola Doña Bárbara, recuerda a su primer y único verdadero amor:
Asdrúbal.
Capítulo VII
El familiar.
Noche de luna llena en Altamira. Pajarote, otro de los peones, habla de su
encuentro con el Familiar, es decir, el primer animal que se encierra en un
hato para que muera y tenga el hato su propio guardián. Todos reconocen que
extraños sucesos se vienen a la fecha. Otro peón afirma también haberse
encontrado con el Familiar, en este caso un toro, el cual presagia buenos
augurios.
Capítulo VIII
La doma.
Al amanecer, Santos Luzardo recibe al mayordomo de Altamira: Balbino
Paiba quién se muestra seguro ante el amo. Santos se impone y le dice que
pronto le pedirá las cuentas de la manera como ha manejado el hato. Balbino
es sorprendido por la seguridad de Santos. Antonio Sandoval, Pajarote,
Carmelito y otros, se sorprenden también de la firmeza mostrada por Santos.
Un caballo se doma. Santos se une al ruedo, domina al caballo salvaje y lo
saca al monte.
Capítulo IX
La esfinge de la sabana.
Una parte de Altamira, había pasado a ser propiedad de El Miedo por medio
de los Mondragones, tres hermanos que vivían aislados del pueblo, y que
hacían los trabajos sucios de Doña Bárbara. Balbino Paiba los sorprende y los
Mondragones le platican que recibieron la orden de cambiar su estancia, que
se encontraba legalmente en Altamira, hacía El Miedo. Piensan que a la
patrona le tiene miedo al vecino. Balbino les ordena quedarse por ahí y se
dirige a casa de Doña Bárbara.
Al llegar la encuentra más femenina; adornada con cintas, encajes y el pelo
suelto. Balbino le dice haberse encontrado con los Mondragones y que le
expresaron su descontento. Doña Bárbara se impone y reafirma sus ordenes.
Balbino va con los Mondragones y les confirma la orden de la patrona, no sin
subrayar, que no le teme, sino que se trata de una trampa. Balbino regresa con
Doña Bárbara y le escucha decir Dios libre al que se atreva contra Santos
Luzardo. Ese hombre me pertenece.
Capítulo X
El espectro de la Barquereña.
En un bosque cercano, Santos se topa con una niña vestida en harapos, cuyo
descuido en el hablar delataba una vida callejera. Santos pregunta por la casa
de Lorenzo Barquero y la niña le contesta a regañadientes. Lorenzo Barquero
vivía en una pocilga descuidada y sucia, su borrachera no conocía fin. Fue el
primer amante de Doña Bárbara y lo había perdido todo. Santos Luzardo se
presentó y le ofreció su amistad. Lorenzo se indigna de que un Luzardo se
encuentre en casa de un Barquero, pero su esquelética figura, rara vez lo
mantenía en pie. Santos le pide olvidar las viejas rencillas. Lorenzo acepta su
amistad. Santos le confiesa que en su niñez, él fue su ídolo y ejemplo a seguir,
-pues Lorenzo Barquero, un poco mayor de edad, se había ido a Caracas a
estudiar y su madre lo ponía siempre de ejemplo-. Lorenzo Barquero se
sumerge en sus recuerdos. En efecto, fue un niño que destacaba por su
inteligencia y en la capital conocía a distinguidas damas de sociedad. Era
querido y respetado. Todo acabo una tarde que recibió una carta de su madre,
diciéndole que se tenía que regresar pues su padre había sido asesinado por
José Luzardo y urgía que él mismo vengará su muerte. Santos le confiesa que
posee sentimientos nobles gracias a él. Lorenzo se indigna y, luego de beber
su aguardiente, previene a Santos del llamado de la devoradora de hombres.
Dice que todo fue mentira y que nadie escapa de las brujerías de aquella
señora. Santos pregunta por su hija, pero Lorenzo Barquero se sumerge en un
profundo trago de alcohol. Antes de reencontrarse en sus abismos reitera:
¡Santos Luzardo mírate en mí! Esta tierra no perdona!
Capítulo XI
La bella durmiente.
En el camino de regreso, Santos se preguntaba si aquella niña sucia que había
encontrado no sería Marisela, la hija de Lorenzo Barquero. Al topársela de
nuevo, confirma su sospecha y entabla una amistad con la niña salvaje. Santos
le lava la cara y le habla a su prima de una manera que despierta en la pequeña
de quince años, sentimientos y emociones hasta ahora desconocidas. Al día
siguiente, Marisela se levanta a bañarse.
Capítulo XII
Algún día será verdad.
Santos, Antonio, y algunos peones, amanecen con la noticia de que los
Mondragones se fueron del terreno aunque sólo era una buena noticia ante la
desoladora realidad. Faltaban trabajadores y las mejores tierras, aquellas
donde abunda el agua y el pasto, son propiedad de Doña Bárbara. Santos
propone revisar la ley del llano y Antonio le responde que aquí, la única ley es
la de Doña Bárbara. Por la tarde, Santos manda a Doña Bárbara y a Mister
Danger un escrito donde avisa su disposición a cercar el hato, por lo que pide
que cada quién recoja su ganado pues éste anda libre y revuelto por la zona.
Las marcas indican su procedencia pero Santos considera que el principio de
la modernidad podría residir en los límites. Santos se entrega a sus ideales y
piensa después en un ferrocarril. El progreso acabara con tanta injusticia y
miseria.
Capítulo XIII
Los derechos de Mister Peligro.
Guillermo Danger había llegado hacía algunos años. Se le acogió con simpatía
a este gringo que consideraba inferiores a todo aquel que no tuviera ojos
azules. Cazador que exportaba pieles de caimanes. Desde la fundación del
hato de El Miedo, Mister Danger se hizo amigo de Doña Bárbara. Esa noche
Doña Bárbara, su amante en turno y Mister Danger cenaron. Doña Bárbara no
tardó en emborrachar a su amante criollo y comenzó a coquetear con el
gringo. Lo invitaron a una celebración de brujería donde sería sacrificado un
caballo. Mister Danger accede emocionado. Llegaron por la noche al lugar y
en una zanja previamente hecha, echaron a un caballo viejo a morir. El amante
fue atacado con un fulminante ataque de riñón y cayo muerto a la zanja,
también Doña Bárbara contribuyo con una lanza. Pero Mister Danger no se
dejo impresionar y se fue de ahí.
Posteriormente, Mister Danger se presentó a El Miedo para abogar por la
Barquereña y el resto de las propiedades de Lorenzo Barquero, a quién
suministraba alcohol, pidiéndole a Doña Bárbara que no se las incaute. Doña
Bárbara le concede su petición.
Mister Danger recibe la carta de Santos. Al día siguiente se vieron, y Mister
Danger, con mapa hecho a mano, le insiste a Santos que invadirá propiedad
privada. Santos no acepta sus invitaciones de vino y firme, mantiene que esos
terrenos le pertenecen. Mister Danger, sin dejarse intimidar, le enseña unas
escrituras firmadas por Lorenzo Barquero donde prohibe el levantamiento de
una palizada, o cerca, en esos terrenos encargados al buen amigo. Santos no
contaba con ese contrato aunque sospecho, por la firma temblorosa, de que
manera se consiguió. Santos pide disculpas y se va. Mister Danger le ofrece su
amistad. Santos la rechaza.
Santos camina rumbo a casa de Lorenzo Barquero, entra y lo encuentra
dormido. Le toma la presión y sospecha del poco tiempo que le queda. Mister
Danger, quien había seguido a Santos llega y, burlón como siempre, defiende
a Lorenzo que ya se quiere morir. Marisela entra también y es objeto de burla
del gringo quien haber comprado todos los derechos. Mister Danger se va y
Santos decide llevarse a Marisela, quien no pasa desapercibido su limpieza y
de la casa, a vivir junto con su padre, a Altamira.
Segunda parte
Capítulo I
Un acontecimiento insólito.
Doña Bárbara manda decirle a Santos que por ella no hay problema en
levantar la palada que limitará los territorios, que proceda y que con respecto
al dinero luego hablan.
Después, manda a Balbino a buscar a los Mondragones. A la mañana
siguiente, amanecieron unos postes colocados estratégicamente para que
Santos se extralimitara. Pero Santos no cae en la trampa. Doña Bárbara se
sorprende de la habilidad de Santos y le tiende otra trampa con el ganado.
Santos decide ir al registro civil a poner su queja y se encuentra con un
compañero de la universidad que le guarda buen recuerdo. Mujiquita, como le
gustaba que le dijeran, es el secretario de la jefatura. Santos le explica la
situación y Mujiquita no le brinda muchas esperanzas. Sólo se compromete a
mandar un citatorio a Doña Bárbara y a Mister Danger aprovechando la
ausencia del coronel y ahí, que defienda lo que sostiene. Mujiquita aconseja a
Santos esconderse mientras realiza la operación. Ño Pernalete, como es
conocido el coronel, recibe a Doña Bárbara y a Mister Danger como si de
verdad hubiera mandado la orden y manda a Mujiquita por Santos.
Santos Luzardo no es bien recibido pero eso no lo intimida. Hábil, hace
confesar a Mister Danger que caza ganado en la Barquereña pues, aunque es
posesión del mismo, los límites del terreno no le dan derecho a cazar y
además tiene que cercar su propiedad. Santos estaba en lo correcto pues había
estudiado muy bien la ley del llano. Luego, arremata contra Doña Bárbara
quien se impresiona de la seguridad de su adversario. Santos acusa a Doña
Bárbara de no dar trabajo lo cual ella sostiene y pide el castigo. Santos hace
notar que no existe alguno pero que si en un plazo de ocho días no se
normaliza la situación procederá a la demanda.
Capítulo II
Los amansadores.
Santos se dedica a la educación de Marisela; al mismo tiempo, Carmelito
doma una potranca que rehuso vender a Santos. Carmelito gana está
competencia no dicha y regala la potranca a Santos para que él mismo se la de
a Marisela. Santos supuso que entre la peonada se rumoraba que pronto habría
boda. Ni hablar.
Capítulo III
Los rebullones.
Un nuevo personaje aparece. Un bobo de nombre Juan Primito que trabaja
también para la Doña. Juan Primito alimentaba unos pájaros imaginarios -los
rebullones- para saciar la sed de los malos espíritus. Además, Juan Primito era
amigo de Marisela.
Antes de vencerse el plazo, Doña Bárbara manda a Juan Primito con Santos
para avisarle que proceda en la limitación de sus territorios y que cuente con
sus hombres de ser necesario. Juan Primito había dejado de ver a Marisela
desde que Santos se la llevó a Altamira. Y desde luego se sorprendió del
cambio de aquella niña, a una más limpia y arreglada. Luego de darle el
recado a Santos, Juan Primito regresa con Doña Bárbara y le platica del
notable cambio de Marisela. Doña Bárbara lo escucha y luego lo corre.
Capítulo IV
El rodeo.
A la mañana siguiente, los peones de El Miedo, capitaneados por Doña
Bárbara, ahuyentan el ganado que los peones de Altamira juntan. Doña
Bárbara aprovecha la ocasión y trata de conversar con Santos ante la
indiferencia de Balbino. Sin embargo Santos la ignora y se une con los
vaqueros al rodeo. Doña Bárbara se había arreglado para impresionar a
Santos. Él lo notó pero no le dio importancia. Durante el rodeo, Santos
impresiona sobretodo a Doña Bárbara quien experimenta extraños
sentimientos.
Capítulo V
Las mudanzas de Doña Bárbara.
En El Miedo, los peones aseguraban que tarde que temprano, Santos Luzardo
sería otra presa más de Doña Bárbara, sin embargo pasaban los días y nada
sucedía. Todos se extrañaron de los constantes cambios de humor de la
patrona, incluso ella misma sentía que una nueva etapa de su vida había
iniciado. Doña Bárbara simplemente se sentía mujer.
Y un día, Santos Luzardo llegó a El Miedo. Doña Bárbara lo recibió con
agrado pero Santos no respondió a sus intenciones. Santos tenía que exponer
otro asunto de los terrenos y Doña Bárbara lo permitió todo. Santos desconfía,
Doña Bárbara le dice si yo me hubiera topado con hombres como usted, otra
sería mi historia. Santos es tomado por sorpresa y agradece la voluntad de
Doña Bárbara, sin embargo tiene otra petición: que su anfitriona, le regrese a
su hija Marisela las tierras de la Barquereña. La expresión de Doña Bárbara
cambia al oír nombrar a su hija y al rechazar cualquier asunto sobre ella,
Santos se va sin despedirse argumentando que le pide algo que no tiene.
Capítulo VI
El espanto del bramador.
Jueves Santo y nadie trabaja. Pocas cosas se pueden hacer, una de ellas es
cazar caimanes. Santos presencia como cazan a un caimán salvaje conocido
como Bramador y que según el mito popular, el animal era protegido de Doña
Bárbara.
Capítulo VII
Miel de aricas.
Marisela conversa con una amiga, nieta de un peón, y mientras platican comen
miel. Marisela habla correctamente y platica un día de su vida. Se levanta
temprano, se baña con agua del río, le prepara el desayuno a Santos, asea la
casa, le prepara la comida a Santos y comenta lo bonita que el señor se refiere
a ella. Marisela se da cuenta sin embargo, que Santos más bien la trata como
un hermano o padre y no le ha dado motivos para que ella este enamorada de
él. Marisela se asquea de comer miel.
Capítulo VIII
Candelas y retoños.
Es tiempo de candela -es decir prenderle fuego- a las tierras para que, pasada
la época de lluvias se vigoricen. Santos había prohibido prender candela a el
hato de Altamira, pero una candela que venía de otra parte, quemó algunas
zonas del terreno. El fuego por la magnitud del suceso, fue sin duda
provocado. Todos estuvieron de acuerdo. Algunos peones piden permiso para
prenderle candela a El Miedo. Santos los calma y dice que acudirá a las
autoridades para hacer las averiguaciones correspondientes. Algunos insisten,
el amo tiene que vengarze de Doña Bárbara, sobre todo, Lorenzo Barquero
que abiertamente le reprocha su condición de Luzardo que no pelea. Mátala y
conviértete en el nuevo cacique.
Fue Balbino quien había fraguado esa quema con la intención de recuperar los
favores perdidos de la Doña. Ésta por su parte, se convenció de los poderes
que poseía.
En realidad algo estaba mal: Lorenzo se empecinaba en la venganza, Marisela,
al sentirse despechada, se había convertido en una criatura desagradable; de
nuevo volvió a hablar mal y recriminaba todo. Al termino de los aguaceros,
todo se volvió verde y los humores negativos se esparcieron.
Capítulo IX
Las veladas de la vaquería.
Las separaciones del ganado de los distintos hatos continuaba. Santos
sorprende a Balbino marcando reces que no le pertenecen. Balbino se defiende
y le pregunta si piensa cambiar las costumbres del llano. Santos responde que
eso exactamente se propone.
Sábado por la noche, día de fiesta en Altamira. Todos bailan y se divierten,
salvo Santos y Marisela. La joven al sentirse despechada, invita a Pajarote a
bailar, Santos le da permiso al peón que llega feliz con la flor de Altamira.
Capítulo X
La pasión sin nombre.
Marisela platica con su amiga, su experiencia con Santos. Luego de bailar con
Pajarote, Santos llegó y le pidió una pieza. Mientras bailaban, la muchacha
mostró sus sentimientos al llamarlo antipático. Marisela le confiesa a su amiga
que ella ya le dijo todo y que más no puede hacer. Pajarote saca a la otra
muchacha a bailar, y Marisela, al quedarse sola, imagina que llega Santos a
declararle su amor.
Capítulo XI
Soluciones imaginarias.
También Santos se inquietaba por Marisela, no podía dejarla en la Barquereña
pues Mister Danger se aprovecharía de la situación. Finalmente, decide
mandarla a San Francisco con unas tías a que termine su educación. En cuanto
a Lorenzo, había resuelto cuidar de él hasta el fin de sus días. Sin embargo,
sus sentimientos contradictorios hacía Marisela le replantean el asunto y
decide desechar su idea.
Capítulo XII
Coplas y pasajes.
Santos no sólo duda con respecto a su relación con Marisela; también duda
sobre sus intenciones de modernizar las tierras. Por un lado creé que es
necesario acabar con tantas carencias, pero por el otro, al cabalgar con los
peones, comprende que por algo existe la ley del llano y que probablemente
así se deba de quedar.
Capítulo XIII
La dañera y su sombra.
Marisela escucha de unas cocineras que un embrujo se prepara contra Santos
Luzardo. Entonces, se da cuenta de que su madre -la dañera como también se
le conoce- ama al mismo hombre que ella quiere. Sale al encuentro de
Pajarote y manifiesta su deseo de ir a El Miedo. Pajarote la trata de detener
pero ella le pide compañía o que la deje en paz. Pajarote no la deja sola.
Marisela llega a El Miedo e interrumpe el conjuro que Doña Bárbara se
encontraba realizando. Madre e hija se encuentran por primera vez frente a
frente. ¡Bruja! le reprocha Marisela a una Doña Bárbara que comienza a
sacudirla. Santos Luzardo aparece y defiende a la joven. Santos se lleva a
Marisela y Doña Bárbara se queda sola en busca de su Socio quien pareciera
decirle: si quieres que él venga a ti, entrega tus obras.
Tercera parte
Capítulo I
El espanto de la sabana.
Balbino Paiba, quien desde la llegada de Santos había relegado, planeaba
recuperar los favores de Doña Bárbara. Traidor por naturaleza, no escatimaba
ningún recurso para lograr sus objetivos. Cierto día, manda al Brujeador a que
robe unos caballos.
El Brujeador se presenta con Doña Bárbara al presentir un mal augurio. Doña
Bárbara reflexiona: Las cosas vuelven al lugar de donde salieron. El Brujeador
le reitera su fidelidad y le asegura que si ella quiere al doctor Luzardo vivo o
muerto, el se encargará de cumplir sus deseos.
Capítulo II
Las tolvaneras.
Santos regaña a Marisela por creer en esas tonterías y por haber ido a El
Miedo. Marisela le manifiesta su deseo de regresar a la Barquereña junto con
su padre. Santos no se opone.
Marisela y Lorenzo regresan a su antigua casa.
En Altamira, se cuentan con dos plumas -arrobas- cuyo precio permite
levantar la cerca. Santos encomienda a Carmelito a que vaya a San Fernando a
comprar el alambre de púas.
En el camino, Carmelito y otro peón, son asesinados y las plumas son robadas.
Su cuerpo es regresado a Altamira sobre su caballo. Santos Luzardo promete
que su muerte no quedará impune.
Capítulo III
Ño Pernalete y otras calamidades.
Santos acude con Mujiquita para arreglar el asunto de los dos peones
asesinados. Mujiquita le dice que las plumas tendrán que salir tarde que
temprano y entonces se tendrá al asesino. Ño Pernalete se presenta y le dice al
doctor Luzardo que la justicia se hará y de nada se tiene que preocupar. Santos
Luzardo sale indignado de la comandancia por la falta de seriedad del coronel
Ño Pernalete.
Capítulo IV
Opuestos rumbos buscaban.
Doña Bárbara recibe la noticia del peón asesinado y del regreso de Marisela y
su padre a su antigua casa. Se alegra y convence de no estar sola. Dios tenía
que seguir ayudándome.
Balbino Paiba llega pero no alcanza a darle la noticia pues ella ya lo sabe.
Astuta, sospecha que su antiguo amante tiene que ver con las muertes y finge
estar celosa de una amante que Balbino tiene. Balbino cae en la trampa. Él fue
quien mató a Carmelito y escondió las plumas. Doña Bárbara lo descubre sin
que diga una palabra y comienza a sacar provecho de la situación. Balbino por
su parte, sale de casa de Doña Bárbara convencido de haber maquinado un
buen plan.
Santos Luzardo se presenta en El Miedo. Doña Bárbara sale a recibirlo pero
Santos la acusa de la muerte de los peones. Doña Bárbara se queda
contrariada.
Capítulo V
La hora del hombre.
Santos llega abruptamente a casa de los Mondragones y, pistola en mano, les
ordena prenderle fuego a su casa. Después, se encarga de encerrarlos. Santos
se da cuenta de la ausencia de Marisela y oculta su dolor con cierta
indiferencia. Esa noche no le gustó la comida y extrañaba la interminable
platica de Marisela.
Capítulo VI
El inefable hallazgo.
Tres días pasaron, y Marisela no recibía noticias de Santos. En cambio, Mister
Danger acudía a cada rato a visitarlos. Resuelta a irse de ahí lo antes posible,
Marisela busca a Juan Primito y le manda decir a su madre que quiere irse de
ahí y que necesita dinero. El bobo le da el recado a la Doña y ella le manda
300 monedas a cambio de no volver a saber nada de su hija. Lorenzo
Barquero se hundía cada vez más en su inconsciencia. Marisela lo besa en la
frente y siente que algo a cambiado en ella.
Antonio Sandoval también visita a Marisela y le pide que regrese a Altamira
pues todos, incluido Santos, la extrañan. Marisela sin embargo está resuelta a
llevar a su papá a San Fernando a que reciba atención médica. Antonio respeta
la decisión y ofrece para la madrugada, un bongo para transportar a su padre.
Capítulo VII
El inescrutable designio.
Tres días pasaron desde el encierro de los Mondragones. Además, Santos se
había metido a terrenos de El Miedo por ganado que le pertenece, sin pedir el
permiso apropiado. El nuevo amo mostraba la cara del hombre llevado a sus
límites. Doña Bárbara mientras tanto, pensaba en la ironía de haber planeado
entregar a Balbino con las plumas robadas al mismo Santos, y que éste
sospechara directamente de ella. Después de todo, ella había creado un
cacicazgo a su medida. Resuelta a tenerlo, manda a Juan Primito con un
recado para Santos en el cual lo citaba en un lugar para encontrarse con una
persona que le brindaría información sobre la muerte de Carmelito y las
plumas robadas. Santos resuelve ir solo. Doña Bárbara llama al Brujeador y le
dice que en ese lugar estará el doctor Luzardo y ya sabes lo qué tienes que
hacer.
Capítulo VIII
La gloria roja.
Santos decide ir más temprano pero al llegar a la dirección encuentra ya a una
persona. Pajarote lo estaba esperando pues habiendo interceptado a Juan
Primito, lo interrogó, pistola en mano, para que le diga el mensaje. Santos le
pide que se vaya y el peón le dice que sólo muerto se ira de ahí pues es fiel al
amo. Al rato vieron llegar al Brujeador. Pajarote previene a Santos pues el
Brujeador siempre hace su trabajo sin compañía. Santos sale en su encuentro,
ocurre una balacera en la cual le da muerte. Santos se queda pasmado ante su
acto y decide entregar el cuerpo a quién lo envió.
Capítulo IX
Los retozos de Mister Danger.
Balbino Paiba visita a Mister Danger, ambos beben y Balbino le propone una
venta de reces. El gringo piensa en los últimos sucesos y dice que no compra
reces ni plumas. Los perros en las afueras ladran, Mister Danger se asoma y
observa que Juan Primito se esconde tras unos matorrales. Piensa en jugarle
una broma a Balbino puesto que sospecha que lo están espiando. Hábil, le
tiende una trampa a Balbino y le saca una confesión implícita. Su codicia lo
trata de sacar a flote por lo que ofrece abiertamente las plumas. Sin embargo
Mister Danger rechaza la oferta y luego de divertirse un rato, despide a
Balbino.
Capítulo X
Entregando las obras.
Doña Bárbara espera con ansias a Juan Primito, éste llega con información y
revela el lugar donde Balbino escondió las plumas. Satisfecha, Doña Bárbara
sale y se encuentra con Santos Luzardo y el cadáver del Brujeador. Ya sabía
que usted vendría a traerlo. Con esta respuesta, Santos se da cuenta que Doña
Bárbara había mandado al Brujeador para que él mismo lo mate, como una
extensión de sus deseos, Santos se había convertido en lo que más odiaba.
Doña Bárbara siente la tentación de acusarlo de asesinato y entonces Santos
pasaría a formar parte de uno más de sus víctimas. Al llegar los peones,
recapacita y piensa que esa vida es la quiere dejar. Ordena que dispongan del
muerto y pregunta por Balbino. Entre la peonada se pregunta por el
mayordomo y todos sospechan si él habría matado al Brujeador. Doña Bárbara
muestra de nuevo su astucia y les dice a todos el lugar donde se encuentran las
plumas y que seguramente ahí se encuentra el asesino.
Al poco rato, unos disparos a los lejos, confirmaron a Doña Bárbara la muerte
de Balbino.
Capítulo XI
Luz en la caverna.
A medianoche, Pajarote observa una luz en la casa de Lorenzo. Cuando
Santos y Pajarote llegaron, se encontraron con Marisela quien acariciaba la
frente de su recién fallecido padre. Las monedas mandadas por Doña Bárbara
continuaban en la mesa. Ante el cadáver de Lorenzo, Santos recuerda sus
palabras Mírate en mí. Esta tierra no perdona. Santos le confiesa a Marisela
que ha matado un hombre, pero Pajarote, quien también disparó, señala la
posibilidad de que fue él y no su amo quien le dio muerte al Brujeador. Santos
y Marisela, se reconfortan mutuamente de sus penas.
Capítulo XII
Los puntos sobre las haches.
Mujiquita le escribe a Santos notificándole que Doña Bárbara se presentó en
la jefatura con las plumas, y declaró que fueron robadas por Balbino Paiba
mismo que dio muerte a la persona conocida como Brujeador. Además, es la
misma Doña Bárbara quien llevará las plumas a San Fernando para terminar
con el encargo de Carmelito. Santos duda por la mentira, pero Pajarote lo
pone en razón; es mejor que se queden así las cosas, al fin que la bala que
mato al Brujeador también pudo haber sido suya.
Capítulo XIII
La hija de los ríos.
Después de muchos años, Doña Bárbara regresa a San Fernando y enmienda
todas las fechorías que había cometido. La gente la mira con curiosidad pero
ella se entrega más bien a sus reflexiones. En el río se escucha Las cosas
vuelven al lugar de donde salieron.
Capítulo XIV
La estrella en la mira.
Doña Bárbara se encuentra sola. Todos la abandonaron pues había cambiado
mucho. Juan Primito le informa que Marisela se casará con Santos Luzardo.
Encolerizada, monta un caballo y se dirige a Altamira. A través de una
ventana observa a la feliz pareja. Doña Bárbara saca su pistola y apunta a
Marisela. Baja su arma al verse, por algunos instantes, en su propia hija.
Capítulo XV
Toda horizontes, toda caminos.
Cuando llegaron los alambres de púas, Mister Danger ya no se sintió
bienvenido y se fue del lugar. Doña Bárbara despide a sus últimos criados y
manda una última carta a Santos. En ella, reconoce a su hija y le pide se haga
cargo de su herencia. Luego, monta de nuevo su caballo y se interna por la
sabana. En el camino, observa como una yegua se sumerge en un pantano.
Algunos dicen que Doña Bárbara se sumergió también en el pantano, otros
que se subió a un bongo y que aún viaja río abajo.
PERSONAJES
Doña Bárbara: Dueña de los terrenos bautizados por ella misma como El
Miedo. Mujer cruel y bella que tiene fama de bruja y de haber pactado con el
Diablo. Inteligente y astuta que más bien sabe sacar provecho de las
circunstancias. Víctima de una violación, Doña Bárbara usa a los hombres
negando su parte femenina. Por eso, al usarlos los desecha con frialdad. Su
fama de devoradora de hombres se extiende por toda la región. No hay nadie
que se resista a los diabólicos encantos de Doña Bárbara ni ley que no la
proteja. A su servicio cuenta con varios personajes notables. Balbino Paiba,
quien es traidor por naturaleza y comete el error de sentirse más listo que
Doña Bárbara, Ño Pernalete, encargado del registro civil, Mister Danger, un
gringo cómico y aventurero, el Brujeador quien hace los trabajos oscuros de la
Doña y Juan Primito, quien le sirve de mensajero.
Santos Luzardo: De niño, su padre mató a su hermano. Fue llevado a Caracas
por su madre para alejarlo de aquella ley del llano. Santos Luzardo es un
idealista y confía en poder cambiar las anomalías por las vías legales.
Representa la parte racional que se niega a creer en brujas y arbitrariedades.
Pero por sus venas corre una historia de muertes y traiciones que aún lo puede
sorprender. Los peones de Altamira son su apoyo. Pajarote, Antonio Sandoval
y Carmelito principalmente.
Marisela: Hija de Doña Bárbara que evoluciona de pequeña salvaje, a pequeña
ama de casa, a hija piadosa y finalmente joven esposa. Marisela -así está
escrito en el libro- representa la evolución de la narración y el equilibrio entre
lo salvaje dominado por lo civilizado. Su madre pasa de ser la mas macha de
los machos, a una mujer que reconoce errores. Santos descubre el deseo en
ella.
PA' QUE TE LUZCAS
Rómulo Gallegos es una de las figuras literarias más importantes de América
Latina. Nacido en Caracas Venezuela en 1884, dedico su vida a la política y
literatura llegando a ser Presidente de su país en el año de 1948. Gallegos
tiene una basta obra literaria y tres obras maestras: Doña Bárbara 1929,
Cantaclaro 1933 y Canaina 1935 Su obra es difícil de clasificar, pero su
interpretación de la relación del hombre con la naturaleza le han valido la
mayoría de sus elogios. Doña Bárbara es sin duda su mejor ejemplo. La tierra
que necesita ser trabajada, el llamado de la naturaleza que a fin de cuentas
representa la parte salvaje del hombre, la ignorancia y la superstición, todo
forma un mosaico donde la ley del más fuerte es representada por una mujer.
Obtiene el Premio Nacional de Literatura entre otras distinciones. Muere el 5
de abril de 1969 en su natal Venezuela