Jacobo II
Rey de Inglaterra, Escocia e Irlanda, perteneciente a la dinastía
Estuardo (Londres, 1633 - Saint-Germain-en-Laye, 1701). Era el
segundo hijo de Carlos I de Inglaterra. Durante la revolución
parlamentaria de 1642, que terminaría con la ejecución de su padre y la
instauración del Protectorado de Oliver Cromwell, Jacobo fue hecho
prisionero; pero consiguió huir al extranjero en 1648 .
Jacobo II
Tras la restauración de la monarquía en la persona de su hermano,
Carlos II de Inglaterra (1660), Jacobo fue nombrado almirante y se
distinguió en las guerras navales contra Holanda. En 1671 se convirtió al
catolicismo, por lo que fue destituido de sus cargos públicos en virtud de
la Ley del Test, que excluía a los que no fueran anglicanos del servicio
de la Monarquía (1673); incluso tuvo que huir de Inglaterra a raíz del
descubrimiento de una conspiración católica en 1678.
Sin embargo, su hermano impidió que el Parlamento le apartara de la
sucesión, de modo que, al morir Carlos II en 1685, Jacobo accedió al
trono. En 1687 eliminó las discriminaciones legales contra los católicos,
implantando una amplia tolerancia religiosa. Ello le enfrentó con la
Iglesia anglicana y con el partido tory, que vinieron a unirse a la
oposición radical de los whigs contra las tendencias absolutistas de los
Estuardo; estas posturas se endurecieron cuando el nacimiento de un
príncipe heredero (Jacobo III) pareció asegurar la continuidad de una
dinastía católica.
Los líderes protestantes ingleses, que dominaban el Parlamento,
lanzaron una revolución en defensa de la monarquía parlamentaria y de
la preeminencia de su religión en 1688, e invitaron al estatúder de las
Provincias Unidas de los Países Bajos, Guillermo III de Orange, a
disputarle el trono a Jacobo (alegando los derechos que le pudieran
corresponder por estar casado con la hija primogénita de éste, María II).
Guillermo desembarcó en Inglaterra y, apoyado por las fuerzas
parlamentarias, arrebató el trono a Jacobo II; éste intentó recuperarlo
desde Irlanda, pero fue derrotado en la batalla de Boyne (1690). Tras la
Capitulación de Limerick (1692), Jacobo II se exilió en Francia, donde
pasó el resto de su vida intentando recuperar el trono inglés; pero sólo
después de su muerte fue coronada una hija suya, Ana I de Gran
Bretaña, que sucedió a Guillermo III de Orange.