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Reacciones Emocionales en La Conducción

Las emociones intensas como la ansiedad, la ira o la euforia pueden alterar las condiciones físicas o psicológicas necesarias para conducir de forma segura, ya que producen cambios subjetivos como déficits de atención, cambios fisiológicos como la pérdida de atención o la impulsividad, y respuestas motoras como gritos e insultos que pueden desencadenar reacciones agresivas en otros conductores.

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Reacciones Emocionales en La Conducción

Las emociones intensas como la ansiedad, la ira o la euforia pueden alterar las condiciones físicas o psicológicas necesarias para conducir de forma segura, ya que producen cambios subjetivos como déficits de atención, cambios fisiológicos como la pérdida de atención o la impulsividad, y respuestas motoras como gritos e insultos que pueden desencadenar reacciones agresivas en otros conductores.

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Reacciones emocionales en la conducción

Es un hecho constatado que la existencia en el conductor de estados emocionales intensos


puede desembocar en una toma de decisiones y conducción inadecuada. Por ejemplo, la
ansiedad , ya sea provocada por el propio entorno de tráfico ( en un atasco, por ejemplo) o por
las circunstancias personales del individuo, puede alterar las condiciones físicas o psicológicas
que son necesarias para el desempeño seguro de la conducción.

Ante una determinada reacción emocional se pueden observar cambios en tres tipos de
canales de expresión:

a nivel subjetivo ( pensamientos y sentimientos de alegría, tristeza, enfado, etc.)

a nivel fisiológico (variaciones en el ritmo cardiaco o respiratorio, aumento de la sudoración,


cambios en la tensión muscular, etc.)

y a nivel motor (sonrisa, llanto, expresiones faciales de ira, miedo, etc.).

Si trasladamos estos tres tipos de respuestas emocionales a la situación de conducción,


podemos sacar conclusiones acerca del papel positivo o negativo que las emociones pueden
jugar en el tráfico y la seguridad vial.

El componente subjetivo o experiencial: una persona que experimenta un fuerte estado


emocional de ira, ansiedad o euforia presenta serios déficits atencionales. Por ejemplo, la
ansiedad o el miedo que experimenta un conductor novel le lleva muchas veces a situaciones
de riesgo por falta de seguridad en la acción. También un estado de euforia intensa (un premio
en la lotería) puede hacer que el conductor cometa graves incidentes en el tráfico. En
cualquier caso, una persona que se encuentre emocionalmente impactada debería
reconsiderar la posibilidad de conducir.

A nivel fisiológico o corporal se producen alteraciones en la activación. Una baja actividad


psicofisiológica, producida por un estado de tristeza intensa, está relacionada con pérdida de
atención, somnolencia e incremento del tiempo de reacción. Por el contrario, una alta
activación psicofisiológica, como la que se produce en estados de ansiedad, está relacionada
con falta de concentración e impulsividad. Todos estos cambios pueden poner fácilmente en
peligro la seguridad en la conducción.

Por último, las respuestas motoras u observables de las reacciones emocionales cumplen una
función expresiva y de comunicación a los demás acerca de nuestro estado emocional,
nuestras intenciones. etc. Por ejemplo, en algunos conductores las expresiones de ira son
frecuentes durante la conducción (tales como gritar e insultar a un conductor que ha cometido
un error). Cuando estas expresiones son percibidas por el otro conductor pueden
desencadenar en él reacciones igualmente agresivas, que pueden terminar en agresiones con
consecuencias imprevisibles.
EI estado psíquico y emocional del conductor le produce cambios subjetivos, corporales y
motores en él, que afectan directamente a la conducción y pueden poner en peligro su
seguridad.

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