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Tylor Reseña

El documento presenta un resumen de la obra de Tylor sobre la antropología y la filosofía de la historia y la cultura. Tylor introduce la antropología como disciplina científica y propone una concepción universalista de la cultura como competencia humana. Además, establece una filosofía de la historia que intenta explicar la evolución de la cultura humana a lo largo del tiempo y comparar formas de vida en diferentes épocas y lugares para encontrar similitudes y regularidades.

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Tylor Reseña

El documento presenta un resumen de la obra de Tylor sobre la antropología y la filosofía de la historia y la cultura. Tylor introduce la antropología como disciplina científica y propone una concepción universalista de la cultura como competencia humana. Además, establece una filosofía de la historia que intenta explicar la evolución de la cultura humana a lo largo del tiempo y comparar formas de vida en diferentes épocas y lugares para encontrar similitudes y regularidades.

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Reseña

Título: La antropología de Tylor, su filosofía de la historia y la cultura.


Virginia Sabao (UNR- UNNOBA- UADER)
El proceso de descubrir los primeros estadios de nuestra evolución mental queda tan distante de nosotros en el tiempo, como distantes
de nosotros quedan las estrellas en el espacio,
pero las leyes del universo no están limitadas por la directa observación de nuestros sentidos.
Hay un vasto material que puede ser empleado en nuestra investigación;
muchos trabajadores se hallan ahora ocupados en dar forma a ese material,
aunque poco puede haberse hecho todavía en relación lo que falta por hacer;
y ya no parece excesivo decir que los vagos perfiles de una filosofía de la historia primitiva
comienzan a dibujarse ante nuestros ojos.
(Tylor, 1977: 39-40)

Tylor, nos introduce en el conocimiento de la Antropología o la Etnología como disciplina


científica, aunque en el texto se menciona constantemente la noción de Etnografía.
En la traducción se refiere a la etnografía en un sentido ambivalente. En algunas ocasiones
refiere al trabajo de descripción de una sociedad o una cultura, y en otros momentos remite
al análisis comparativo de materiales y datos de diversos universos culturales.
En gran parte de las ocasiones, cuando se hace referencia a la Etnografía, ésta se presenta
desde un enfoque bastante diferente, respecto del cual la Antropología como campo de
estudios suele referir habitualmente.
El capítulo 1, indica a la Etnografía como una fuente de datos sobre diversas formas de vida
humana en la historia, pero también como la comparación analítica de tales datos.
Por lo tanto, quizás sería más pertinente, que cuando se lee la expresión Etnografía, en el
texto que escribe Tylor, pueda pensarse bajo los términos: Antropología o Etnología.
La Cultura o la Civilización, tomada en su amplio sentido etnográfico, es ese complejo
conjunto que incluye el conocimiento, las creencias, las artes, la moral, las leyes, las
costumbres y cualesquiera otras aptitudes y hábitos adquiridos por el hombre como
miembro de la sociedad. La situación de la cultura entre las diversas sociedades de la
humanidad, en la medida en que es susceptible de ser investigada según unos
principios generares, es una materia adecuada para el estudio de las leyes del
pensamiento de la acción humanos. Por una parte, la uniformidad que tan ampliamente
caracteriza la civilización puede atribuirse, en gran medida, a la uniforme acción de
causas uniformes: mientras, por otra parte, sus diversos grados pueden considerarse
como fases del desarrollo o evolución cada uno de ellos como resultado de una historia
anterior, y dispuesto a desempeñar su propio papel en la configuración de la historia
del futuro. El presente volumen está dedicado a la investigación de estos dos grandes
principios en varios departamentos de la etnografía, con especial atención a la
civilización de las tribus inferiores en relación con la civilización de los pueblos
superiores. (Tylor, 1977: 19)
En este fragmento textual, Tylor, señala cuál es su concepción acerca de la cultura. Como se
observa en la cita, la perspectiva que postula es de carácter universalista. La cultura es una
competencia humana, es decir, de todos los hombres como miembros de una sociedad.
En este sentido, su aporte tiene que ver con preguntas acerca la cultura en tanto fenómeno
general, pero también con interrogantes acerca de la diversidad cultural. Una diversidad que
se estudia, a partir de la clasificación de las varias formas de vida humana. Ordenadas éstas,
desde un punto de vista histórico o procesual.
La diversidad humana se analiza clasificando grados de cultura que se escalonan como
fases, o etapas del desarrollo/evolución general del hombre, en la historia del mundo.
Entendiendo, que existe una necesidad del historiador, por explicar tal concatenación de
fenómenos. No solo revelando la sucesión de los hechos, sino fundamentalmente la
conexión entre los mismos y el sentido de la secuencia1.
…la verdadera filosofía de la historia consiste en extender y perfeccionar los métodos
de la gente sencilla que forma sus juicios sobre los hechos, y los pone a prueba frente a
nuevos hechos. Que la doctrina sea totalmente o solo parcialmente verdadera, lo cierto
es que acepta la misma condición bajo la cual nosotros buscamos un nuevo
conocimiento en las lecciones de la experiencia…
‘Un hecho es siempre el hijo de otro, y nunca debemos olvidar el parentesco’ fue una
observación hecha por un jefe bechuana a Casalis, el misionero africano. Así, en todas
las épocas los historiadores, en cuanto han pretendido ser algo más que simples
cronistas, se han esforzado por revelar no solamente la sucesión, sino la conexión entre
los hechos por ellos registrados. A demás han procurado extraer de la conducta
humana, unos principios generales, para explicar, mediante ellos, hechos particulares,
afirmando expresamente o dando por sentada, tácitamente, la existencia de una
filosofía de la historia. (Tylor, 1977: 22)

1
En este sentido Wolf, reconoce que las primeras perspectivas antropológicas, como el evolucionismo y el
difusionismo realizaron un importante aporte a los estudios sobre las interconexiones mundiales. Así, comenta
que:
Esta ciencia, llamada ambiciosamente la Ciencia del Hombre, reclamó títulos especiales para el
estudio de pueblos no occidentales y ‘primitivos’. Ciertamente la antropología cultural empezó
como antropología mundial. En su fase evolucionista se ocupó en la evolución de la cultura en
escala mundial. En su fase de difusión se interesó en la propagación y apiñamiento de formas
culturales en toda la faz de la tierra. Los difusionistas vieron también relaciones entre
poblaciones que mostraban las mismas formas culturales: matrilinealidad, ennegrecimiento de
los dientes o ropa hecha a la medida, como resultado de la comunicación entre grupos por
migración o por copiado y aprendizaje. No estaban muy interesados en la gente, pero en cambio
tenían un sentido de interconexiones mundiales. No creían en el concepto de ‘aislados
primitivos’.
Estos intereses y comprensiones se hicieron a un lado, a medida que los antropólogos pasaban
de un interés primario en las formas culturales al estudio de ‘culturas vivientes’, de formas de
vida de poblaciones particulares en hábitats delimitados localmente. (Wolf, 1982: 27)
Así, Tylor, presenta mediante sus postulados toda una filosofía de la historia, del hombre en
el mundo. Que incluso intenta pensar, como extensión y perfeccionamiento de los métodos
mediante los cuales la gente simple, forma sus propias nociones acerca de los hechos y los
pone a prueba. Todo por lo cual, cita las palabras de un nativo africano para dar sentido a su
propia mirada sobre el proceder analítico acerca del comportamiento histórico.
Por otra parte, y en forma complementaria a esa filosofía de la historia que establece en su
propuesta teórica, Tylor instala una nueva filosofía de la cultura. Muy distinta y distante
respecto de las visiones habituales que existían sobre la temática.
…cuando se compara a las hordas bárbaras con los pueblos civilizados, no podemos
menos que considerar hasta que punto diversos artículos de la vida de las razas
inferiores entran en procesos análogos de las superiores…
…Si elegimos, de este modo, cosas que hayan cambiado poco en el largo curso de los
siglos, podemos trazar un cuadro en el que apenas habrá un palmo de diferencia entre
un labrador inglés y un negro del África Central. (Tylor, 1977: 24)

Poder explicar comparativamente lo humano, describir las experiencias de los hombres en


latitudes y tiempos distintos comparándolas, le permite adquirir una mirada fuertemente
universal sobre el asunto. Lo cual, coloca a Tylor en las antípodas de las perspectivas de
determinismo biologicista, que también existían en la época.
Para el presente propósito, resulta no solo posible, sino también deseable, eliminar las
consideraciones de variaciones hereditaria o de razas humanas, y tratar a la humanidad
como homogénea en su naturaleza, aunque situada en diferentes grados de civilización.
Creo que los detalles de la investigación demostrarán que los estadios culturales
pueden ser comparados sin tener en cuenta en que medias unas tribus que utilizan la
misma herramienta, observan las mismas costumbres o creen en los mismos mitos,
pueden diferir en su configuración corporal y en el color de su piel y de su cabello.
(Tylor, 1977: 24)

En este sentido, en el párrafo anterior, se puede identificar el carácter crítico de esta mirada.
Respecto de las teorías que afirmaban la existencia de las razas humanas y el consecuente
condicionamiento racial del comportamiento humano.
Así, el centro de la tarea del etnógrafo/etnólogo, sería la de clasificar las evidencias
culturales, materiales e inmateriales, para determinar así su distribución geográfica e
histórica. Intentando proceder con la misma racionalidad analítica que los hacen las
Ciencias Botánicas o la Zoología en sus campos particulares de estudio.
...la labor del etnógrafo consiste en clasificar… detalles con el fin de determinar su
distribución en la geografía y en la historia, y las relaciones que existen entre ellos. A
que se asemeja esta labor, puede comprenderse perfectamente comparando estos
detalles de la cultura con las especies de plantas y animales tal como son estudiadas
por el naturalista. (Tylor, 1977: 25)

Desde su perspectiva, entonces, intenta pensar la tarea de la Etnografía/Etnología como una


ocupación que pueda analizar lo general y lo particular a la vez. Que pueda comprender a la
asociación y al individuo en ella.
Comprender, a su vez, la lógica de los hábitos recurrentes en relación a los lugares y grupos
que los producen. Para luego reconstruir la cadena de sucesión de tales prácticas sociales.
Todo ello, intentando elaborar una mirada que se encuentre atenta a preocupaciones
globales sobre la vida social y a su vez persiga los detalles de acciones individuales
asociadas o articuladas, que dan lugar al fenómeno de lo común.
De este tipo de cualidades generales de instituciones humanas organizadas es de lo que
especialmente trata la etnografía. Pero, aunque generalizando sobre la cultura de una
tribu o nación, y dejando aparte las peculiaridades de los individuos que las componen
como poco importantes en relación con el resultado principal, debemos tener cuidado
de no olvidar lo que origina ese resultado principal. Hay gentes tan interesadas por la
vida aislada de los individuos, que no pueden captar una noción de la conducta de una
comunidad como conjunto –un observador de este género, incapaz de una visión
amplia de la sociedad, puede describirse adecuadamente diciendo de él que ‘los árboles
no le dejan ver el bosque’. Pero, por otra parte, el filósofo puede estar tan interesado
por sus leyes generales de la sociedad, que llegue a olvidar a los actores de que esa
sociedad está hecha, y de él puede decirse que el bosque no le deja ver los árboles.
Nosotros sabemos cuántas artes, costumbres e ideas se forman entre nosotros gracias a
las acciones combinadas de muchos individuos, y tanto las causas como los efectos de
esas acciones adoptan, a menudo, formas totalmente distintas ante nuestros propios
ojos. La historia de una invención, de una opinión, de una ceremonia, es una historia
de sugestión y de modificación, de estímulo y de resistencia, de ganancia personal y de
perjuicio colectivo, y los individuos interesados en la cuestión actúan cada uno según
sus propias razones, determinadas por su carácter y por sus circunstancias. Así, a
veces, observamos a individuos que actúan persiguiendo sus propios fines, sin
preocuparse mucho de los efectos que tales fines hayan de tener sobre la sociedad en
general, y, a veces, tenemos que estudiar movimientos de la vida nacional como
conjunto, mientras los individuos que cooperan en tales movimientos se encuentran
totalmente fuera de nuestra observación. Pero, al ver que la acción social colectiva no
es más que el resultado de muchas acciones individuales, se comprende claramente que
estos dos métodos de investigación, si se ponen en práctica de un modo correcto, deben
ser perfectamente compatibles. (Tylor, 1977: 28-29)

En este largo fragmento seleccionado, aparecen dos elementos fundamentales en torno a la


cuestión del método. Uno, que podríamos pensar como holístico o totalizador, en torno al
estudio de la vida social. Y otro, que podríamos entender como microscópico o de detalles.
Dos métodos, articulados en una sola acción metodológica, que permitiría abordar los
fenómenos socioculturales complementando siempre análisis de distinto tipo de escala. Una
escala de estudio global sobre lo humano, que no puede desprenderse de una escala de
trabajo más cercana, vinculada a las acciones concretas y los individuos que las producen.
Es necesario, aclarar, sin embargo, que desde nuestra propia mirada y la de otros
comentaristas sobre los aportes de Tylor y del evolucionismo en general; se señala, una
mayor tendencia hacia los análisis de escala global. Quizás debido a que, la Cultura y la
Historia, se entienden como una competencia y una experiencia respectivamente universal
en el hombre.
Así, este examen general sobre las experiencias históricas y culturales de los hombres,
aporta una serie de oportunidades para establecer estudios acerca de la experiencia humana
en tanto homogénea y universal. Aunque en los abordajes construidos sobre los
particulares, sobre las peculiaridades de la experiencia humana, la tendencia general de
análisis trae algunos inconvenientes. Ya que, la vastedad de modos de existencia social y
cultural, culmina siendo clasificada y agrupada en tipos que se pueden integrar mejor en un
análisis, que a su vez implica una investigación de procesos. Así, hay un interés fuerte en
esta perspectiva, por hacer permanecer en los estudios sobre el hombre, el elemento de
distribución geográfica e histórica que requieren los estudios generales. Mientras, se van
opacando o desdibujando los contornos de lo particular, lo acontecimental, lo peculiar, para
que pueda ser integrado en esa mirada de escala mundial y de larga duración. Es decir, en
una Historia de la Humanidad.
La atención hacia las regularidades del fenómeno humano, es una inquietud central en esta
perspectiva teórica, lo cual la acerca fuertemente a las intenciones analíticas de las ciencias
naturales y su búsqueda de leyes generales inmanentes al objeto de estudio.
Al estudiar la recurrencia de hábitos o ideas especiales en diversas zonas, y su
predominio dentro de cada zona, se nos presentan pruebas siempre reiteradas de una
regular causalidad que produce los fenómenos de la vida humana, así como de unas
leyes del mantenimiento y difusión, de acuerdo con las cuales estos fenómenos se
establecen con condiciones normales y permanentes de la sociedad, en determinados
estadios de la cultura. Pero, si bien concediendo toda la importancia a la demostración
relativa a esas condiciones normales de la sociedad, debemos preocuparnos de evitar
una trampa en la que puede caer el estudioso imprudentemente. Desde luego, las
opiniones y hábitos que pertenecen en común a grandes masas de la humanidad son, en
buena mediad, los resultados de un juicio correcto y de un sentido práctico. Pero, en
buena medida también, no lo son. (Tylor, 1977: 29)

Así podemos observar, además, la importancia que tiene en este paradigma o tipo de
entendimiento sobre lo humano, el lugar metodológico del distanciamiento.
La necesidad de un acercamiento a los datos y los sujetos tiene lugar solo como un paso
previo, para luego ser sometidos a un análisis más distanciado del etnógrafo y/o del
etnólogo según sea la escala de trabajo en la que se encuentra involucrado el antropólogo.
Una vez demostrado que los detalles de la cultura son susceptibles de ser clasificados
en un gran número de grupos etnográficos de artes, creencias, costumbres, etc, la
consideración inmediata es la de en qué medida los hechos ordenados en esos grupos
se producen por evolución de uno en otro. Huelga decir que los grupos en cuestión,
aunque se mantienen unidos cada uno de ellos por su carácter común, no están en
modo alguno, exactamente definidos. Utilizando de nuevo el ejemplo de la historia
natural, puede decirse que hay especies que tienden a dividirse en numerosas
variedades. Y cuando se plantea la cuestión de que relaciones mantienen algunos de
esos grupos con los otros, es evidente que el estudioso de los hábitos de la humanidad
tiene una gran ventaja sobre el estudioso de las especies de plantas y de animales.
… entre los etnógrafos, no hay… posibilidad de que las especies de herramientas, o de
hábitos, o de creencias se hayan desarrollado, las unas al margen de las otras, porque el
desarrollo en el marco de la cultura está corroborado por nuestro conocimiento más
común. (Tylor, 1977: 29)

Así, entonces, siguiendo a las ciencias naturales como una guía para ordenar los datos y el
pensamiento sobre la cultura. Este autor, nos propone organizar la vastedad y multiplicidad
de tal información, en un cuadro similar al que el naturalista elabora, en el proceso de
reconstrucción de la larga historia de la naturaleza. Es decir, bajo una lógica de
progresividad.
Y así… en las… ramas de nuestra historia, se pondrán de manifiesto, una y otra vez,
series de hechos que pueden ser coherentemente dispuestos por haberse sucedido los
unos a los otros en un determinado orden de desarrollo, pero a los que no se podrá dar
la vuelta para que la sucesión se produzca en el orden inverso. De este género son, por
ejemplo, los hechos… del Arte de Contar, que tienden a demostrar que, al menos en
este marco de la cultura, las tribus salvajes alcanzaron su posición aprendiendo y no
olvidado, por elevación desde un estado inferior, más bien que por degradación desde
otro superior.
Entre los testimonios que nos ayudan a descubrir el curso que realmente ha seguido la
civilización del mundo, figura ese gran grupo de hechos para cuya denominación yo he
considerado conveniente introducir el término ‘supervivencias’. Son procesos,
costumbres, opiniones, etc, que han pasado, por la fuerza del hábito, a un nuevo estado
de la sociedad, distinto de aquel en que tuvieron su marco original, y así perduran
como pruebas y ejemplos de una situación cultural más antigua, que ha evolucionado
hacia otra más nueva. Por ejemplo, yo conozco a una anciana de Somersetchire cuyo
telar de mano data del tiempo anterior a la introducción de la ‘lanzadera volante’,
aparato de nueva invención que ella ni siquiera ha aprendido a utilizar nunca, y yo la
he visto pasar su lanzadera de una mano a otra, a la manera verdaderamente clásica;
esta anciana no tiene un siglo de retraso respecto a su tiempo, pero es un caso de
supervivencia. (Tylor, 1977: 32)
Como vemos, en el fragmento anterior, esa sucesión o secuencia histórica que elabora
Tylor, es un modelo que compone para presentar su propia hipótesis sobre el desarrollo y
evolución cultural de la humanidad. Modelo que, si se establece de modo tajante, no
permite explicar la contemporaneidad de formas de vida, de ‘menor desarrollo cultural’ (o
formas de organización social ‘simple’) con formas de existencia ‘civilizadas’ o ‘modernas’
(o formas de organización social ‘complejas’).
Así, este antropólogo establece el concepto de ‘supervivencias culturales’ para poder dar
sentido a una contemporaneidad de lo diverso, que su teoría general, en principio no
resistiría.
Por su parte, esta atención a las ‘supervivencias culturales’, le permite a Tylor dar
dinamismo a un modelo, que se encuentra centralmente enmarcado en la idea de
vectorialidad2 o teleología3 de la historia.
Progreso, degradación, supervivencia, renacimiento, modificación: todas éstas son
formas de conexión que teje el entramado de la compleja red de la civilización. Basta
una sola mirada a los triviales detalles de nuestra propia vida cotidiana para hacernos
pensar hasta qué punto somos, realmente, sus creadores, y hasta qué punto solamente
los transmisores y modificadores de los resultados de épocas pertenecientes a un
remoto pasado. (Tylor, 1977: 33)

Tylor realiza importante aporte al estudio sistemático sobre las cosas sociales, que se le
aparecían al hombre moderno europeo como irracionales4. Un legado, que abrió, además, la
posibilidad de creación de un campo de saber particular, con su historia propia y su
institucionalidad académica. Abrió la posibilidad a la creación de la Antropología, como
una disciplina independiente o autónoma, de estudio de la cultura y la sociedad en tanto
fenómenos humanos.
A pesar de lo rudimentaria que es todavía la ciencia de la cultura, cada vez son más
claros los síntomas de que incluso los que parecen sus más espontáneos e infundados
fenómenos acabarán, de todos modos, revelándose como pertenecientes a la categoría
de causas y efectos bien precisos, tan claramente como los hechos de la mecánica.
¿Qué podría considerarse, en general, más indefinido e incontrolado que los productos

2
Vector: Toda acción proyectiva que tiene cualidad e intensidad variables. Toda magnitud en la que, además de la
cuantía, hay que considerar el punto de aplicación, la dirección y el sentido. Las fuerzas son vectores. RAE.
https://dle.rae.es/vector?m=form
3
Teleología: Doctrina de las causas finales. RAE. https://dle.rae.es/teleol%C3%B3gico?m=form
4
Irracional: Que carece de razón. Apl. a animales. Opuesto a la razón o ajeno a ella. RAE. https://dle.rae.es/irracional?
m=form
Irracionalidad: Cualidad de irracional. Comportamiento o expresión descabellados, faltos de racionalidad. RAE.
https://dle.rae.es/irracionalidad?m=form
de la imaginación en mitos y fábulas? Sin embargo, cualquier investigación sistemática
de la mitología, sobre la base de una amplia compilación de testimonios, descubrirá
con bastante claridad en esos esfuerzos de la fantasía, no sólo un desarrollo de una fase
a otra, sino también una producción de uniformidad de resultados, como consecuencia
de una uniformidad de causas. En este, como en todos los campos, se ve que la
espontaneidad infundada retrocede cada vez más… lo mismo ocurre con el azar, que
todavía mantiene su lugar entre el vulgo como una causa real de acontecimientos que
de otro modo serían inexplicables… Sólo cuando los hombres no alcanzan a ver la
línea de conexión de los hechos, se sienten inclinados a valerse de las nociones de
impulsos arbitrarios, de infundados caprichos, de azar, de absurdo y de indefinida
inexplicabilidad. (Tylor, 1977: 34)

El autor finaliza entonces, citando a Comte para subrayar la importancia de un análisis


acerca de las conexiones entre las cosas sociales. Una importancia decisiva también para el
abordaje de la cultura, según Tylor. Así, remite a los estudios del desarrollo, que Comte
destaca en su Filosofía Positiva. Le interesa especialmente, recuperar una expresión de ese
autor: ninguna concepción puede ser comprendida sino es a través de su historia.
Bajo aquella premisa comtiana, entiende que debe comenzar su recorrido, el análisis de la
cultura que ha de emprender la antropología. Así expresa que:
Las supervivencias en la Cultura, al colocar todo a lo largo del camino de la
civilización progresivos mojones cargados de significación para quienes pueden
descifrar sus signos, aún ahora levantan en nuestro ambiente monumentos primitivos
del pensamiento y de la vida de los tiempos bárbaros. La investigación de éstos aduce
poderosos testimonios en favor del punto de vista de que el europeo puede encontrar
entre los groenlandeses y los maoríes muchos rasgos que le permiten reconstruir la
descripción de sus propios y primitivos antepasados. (Tylor, 1977: 37)

Esta mirada universalista sobre el hombre, es una herencia muy fuerte en el campo de la
antropología hasta hoy, aunque muchas veces no se tematiza suficientemente en los
manuales de estudio sobre el evolucionismo cultural.
Implica una actitud ética y política, qué en el contexto de su época, permitió afianzar la idea
de especie por sobre la idea de raza, para pensar la naturaleza humana. Y con ello, permitió
establecer los postulados de unicidad de la mente humana o del complejo bio-psico-social
que es el hombre.
Estas expresiones pueden parecer insignificantes, en el contexto actual del siglo XXI,
aunque si nos detenemos a pensar en los constantes rebrotes racistas que ocurren en el
mundo. Si pensamos en cómo un evento, como la pandemia del COVID-19, abrió las
puertas a miradas de recelo sobre los extranjeros o sobre modos de vida que se sienten o
perciben como exóticos. Allí, es dónde, estos aportes del evolucionismo cultural del siglo
XIX, se hacen patentes a nuestros ojos en la actualidad.
A su vez, resulta central observar que el autor, propone muy tempranamente un análisis
acerca de las creencias o del fenómeno religioso, por fuera de un abordaje moralizante.
Intentando descubrir su sentido, más allá de su ‘irracionalidad’ aparente. Enfatizando así, el
carácter histórico y provisorio de las formas de pensamiento.
Su perspectiva de proceso, llega al extremo de incluso postular la provisoriedad del
pensamiento científico. Qué entre todas las formas de pensamiento existentes, considera,
sin embargo, la más elaborada:
Volviendo una vez más, a la analogía con la historia natural, puede llegar muy pronto
el momento en que sea considerado como irracional que un científico estudioso de la
teología no tenga un conocimiento suficiente de los principios de la religión de los
pueblos inferiores, como que un fisiólogo mire con desprecio para los siglos pasados
los testimonios procedentes de las formas de vida inferiores, estimando que la
estructura de las simples criaturas invertebradas es materia digna de su estudio…
No sólo como tema de curiosa investigación, sino como una importante guía práctica
para la comprensión del presente y para la conformación del futuro, la indagación
acerca del origen y del primitivo desarrollo de la civilización debe ser impulsada
celosamente. Toda posible veta de conocimiento debe ser explorada, y debe intentarse
la apertura de todas las puertas. No hay que abandonar intacta ninguna clase de
testimonios, con el pretexto de su lejanía o de su complejidad, de su trivialidad o de su
pequeñez. La tendencia de la investigación moderna se orienta cada vez más hacia la
conclusión de que, si la ley está en alguna parte, está en todas partes. (Tylor, 1977: 39)

Así, sería interesante resaltar el interés que supone para Tylor, la observación y
desciframiento de los más pequeños y aparentemente irracionales hechos humanos. Tener
en cuenta que estos hechos, incluyen un germen o elemento esencial, de los que se nos
presentan como más completos y elaborados. Es una insistencia que establece el autor, para
que podamos pensar en el hombre, desde una variedad de experiencias geográficas e
históricas, lo suficientemente abarcadora o incluyente, como para no dejar a nadie afuera.
Tylor, nos permite entonces, pensar lo humano desde un abordaje más amplio en términos
de espacio y de tiempo. Al menos mayor, respecto del que nos habían ofrecido las ciencias
humanas clásicas hasta el momento, tal como lo expresa Levi- Strauss (En Boivin y otros,
2007)5.

5
Levi- Strauss describe, entonces a la Etnología como un campo cualitativa y cuantitativamente diferenciado de las
Ciencias Humanas Clásicas:
…La etnología, en efecto, tiene por objeto de estudio al hombre y en principio sólo se distingue de las demás ciencias
humanas por lo acusadamente alejado, en espacio y tiempo, de las formas de vida, pensamiento y actividad humana que
trata de describir y analizar.
Referencias Bibliográficas:

TYLOR, E. 1977. La ciencia de la cultura. En Cultura primitiva I. Los Orígenes de la


cultura. Ed. Ayuso, España.

LÉVI-STRAUSS, C. 2007. Las tres fuentes de reflexión etnológica. En Constructrores de


Otredad de Boivin, Muricio, Rosato, Ana y Arribas Victoria. EA, Bs. As.

WOLF, E. 1982. Europa y la gente sin historia. FCE. Mexico.

… Las humanidades no clásicas han intentado extender el campo de acción, y la etnología, desde este punto de vista, no
hahecho sino prolongar hasta sus límites últimos el tipo de curiosidad y actitud mental cuya orientación no se ha
modificado desde el Renacimiento, y que sólo en la observación y en la reflexión etnológicas encuentra definitivo
cumplimiento.
… Ante la imposibilidad de seguir los procedimientos clásicos de investigación, le es necesario valerse de todos los
medios a su alcance: ya sea situándose, para ello, bien lejos del hombre en su condición de ser pensante, como hacen la
antropología física, la tecnología y la prehistoria, que pretenden descubrir verdades sobre el hombre a partir de los huesos
y las secreciones o partir de los utensilios construidos; ya sea, por el contrario, situándose mucho más cerca de lo que
están el historiador o el filólogo, lo que acontece cuando el etnógrafo (es decir, el observador de campo) trata de
identificarse con el grupo cuya manera de vivir comparte. (Levi- Strauss, 2007: 22)

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