Gerardo Ramade Una Mirada Estética Al Entono Informático N
Gerardo Ramade Una Mirada Estética Al Entono Informático N
Ensayo
INDICE
Introducción..............................................................................................................................................2
La pérdida del valor objetivo....................................................................................................................3
La difusión de la obra de arte...................................................................................................................5
Problemas del Tercer Mundo...................................................................................................................6
El artista y su proceso final......................................................................................................................7
El escritorio de una computadora............................................................................................................8
La belleza de sentirnos vivos: La tercera edad en la informática...........................................................9
Propuesta. Analicemos la situación.......................................................................................................10
Parábola del águila: un motivo de reflexión..........................................................................................10
Memoria y credibilidad vs. conceptos y apatía. Forjando una esperanza............................................11
Conclusiones sobre el punto...................................................................................................................12
La interactividad y los entornos visuales e intuitivos............................................................................13
La imagen y el sonido en Internet..........................................................................................................14
La patentización del ser en la informática.............................................................................................14
La educación como mecanismo de ajuste..............................................................................................15
1
Introducción
Sin embargo el concepto “vida” pasa a resultar extremadamente complejo, amplio y discutible
cuando intentamos definirlo.
Y al referirme a vida no busco una antropormización del útil electrodoméstico, sino descubrir la
integración al desarrollo, cultura y dinámica del hombre, estableciendo los límites entre ese “ser útil”, y
“ser dependencia inconsciente”.
Para poder referirse al “ser útil”, debe sobreentenderse la cultura necesaria que nos permita
concebir los límites y real extensión de este solamente “ser útil, despojado de toda visón de
dependencia inconsciente, subsumida en un tiempo de histeria, vacío, eclecticismo y vértigo, en el que,
al parecer, es menester estar conectados, sin saber por qué, sin comprender las razones de nuestra
conexión, una visión contraria a mi postura pero seriamente real, el mundo de los móviles, smartwatsh
y notebooks, pareciera como que no hay tiempo para dedicarse a algo que no sea "productivo" en
términos de rentabilidad.
En este breve ensayo pretendo bosquejar un principio que durante muchos años me ha resultado
muy complejo explicar y es el profundo cambio que a nivel emocional experimenta el hombre cuando
aprende a manejar este electrodoméstico que llamamos computadora, una experiencia tan cautivante y
diferente como si por su cuerpo le atravesara una ráfaga de esperanza, de actualidad, de poder.
Entender un electrodoméstico y encontrar en dicho entendimiento vida, arte, placer, belleza, libertad,
más aún, simplemente paz con nuestro deber de acompañar los cambios de este mundo, es un proceso
muy delicado de interpretar, quedando expuesto a innumerables sofismas y justificaciones, a favor y en
contra de esta cautivación tecnológica.
N. Negroponte
Desde siempre el hombre ha temido al paso de los años por serle mayor la dificultad motora
para bregar por su subsistencia, pero igualmente el anciano siempre tuvo en sus manos el poder de la
experiencia, en contener los suficientes años para poder cerrar ciclos que un joven no los cierra por
falta de información. Pero hoy el abuelo se siente absolutamente eclipsado por la dinámica de
comunicación, por no poder comprender los valores de nuevos iconos sociales tan diferentes a los que
su vida le presentó.
“Desde la Edad de Piedra hasta nuestros días, el hombre ha creado herramientas técnicas que
una vez instaladas en la sociedad de la época, le han servido como excusa y chivo expiatorio de
aquellos males que la constante mercantilización de la existencia ha causado . Aunque es
posible hacer una sutil diferencia: a pesar de los diferentes enfoques - y de la discusión
siempre inconclusa al respecto - en la sociedad helénica, los filósofos griegos anticiparon gran
parte de los descubrimientos de la ciencia moderna; mientras que en el período transcurrido de
2
cuarenta años a esta parte, los descubrimientos científico-tecnológicos son los encargados de
producir, en gran medida, a los "filósofos" de la técnica. De esta manera, convergen aparatos
teóricos que realizan proyecciones hacia el pasado, aparentemente destinados a justificar o
explicar lo acontecido. Sin embargo, las utopías en este siglo cambian de signo. Ya no
componen el dibujo de un paraíso idealizado tal como lo imaginaban Tomás Moro,
Campanella y Bacon sino el de un futuro de horror. Por un lado tenemos aquellos pronósticos
de la ciencia ficción con ánimo de entreguerras - algunos tan audaces y famosos como
Nosotros de Zamiatin, Un mundo feliz de Huxley, 1984 de Orwell o Fahrenheit 451 de
Bradbury - en una época en la que aún no existía Internet ni computadoras personales. Años
más tarde, Marcuse se encargaría de devolverle a la técnica su dignidad: en Eros and
Civilization (1953) el desarrollo técnico de la sociedad industrial avanzada crea las
condiciones óptimas para la instauración de la sociedad perfecta (o no represiva según la
terminología del propio Marcuse). Hoy en día, cierto escepticismo nos aleja - ni tan poco ni
demasiado - de estas posturas. Lejos han quedado los tiempos en que el universo de las
computadoras parecía pertenecer al exclusivo ámbito de ciertas élites. Asumir los medios
digitales en tanto herramientas tecnológicas de síntesis, implica hablar de cambios drásticos
en los esquemas perceptuales (espacio/tiempo), de nuevos marcos referenciales (otro
paradigma, distinto al de la modernidad), de nuevas formas de expresión (sintácticas,
sintagmáticas, hipertextuales) y de nuevas vías de comunicación (correo electrónico, Internet,
Intranet).”
Pues algo está cambiando en el cimiento de la cultura humana y no como un simple proceso de
cultura civilizada1, en la cual occidente está muriendo. Algo sensiblemente diferente, como una
necesidad que estaba presente en la conformación social, una proceso que nació con los problemas de
la revolución industrial, y que con mayor antigüedad fue producto de la formación de ciudades que
dieron lugar tanto a los quiebres del Islam Occidental en el Al-Andaluz, como en la conformación de la
Escuela Urbana en el medioevo escolástico.
El hombre creció, la sociedad creció, las necesidades crecieron y con ellos crecieron las
transacciones, los mercados, la información, más todo aquello que hace algunas décadas hizo que
eclipsara el entorno de vida del hombre de ciudad.
Este ensayo pretende dar una opinión diferente sobre la influencia de la informática en el
contexto social. Quitarle su velo frívolo para demostrar un mundo de apertura, cambiar el concepto de
lo eléctrico, por lo vivo, de la absorción que nos reduce y nos encierra, a una ventana que nos comunica
y nos libera, y por sobre todo un instrumento de poder para los más débiles.
A cada término aquí utilizado pretendo darle una explicación, así como mi objetivo será
descubrir la obra de arte inmersa en el submundo informático. Si tal pretensión queda justificada, pues
estaría abriendo una pequeña brecha a la esperanza de quienes piensan en la muerte de la obra de arte
en manos de la producción en serie generada por androides.
1
Spengler. La decadencia de Occidente
3
La pérdida del valor objetivo
Parafraseando a Eliot:
Poca Información y poco conocimiento
De poseer una postura escéptica, podríamos considerar que todo el mundo informático es un
nuevo modismo en el concierto mundial, o simplemente un nuevo argumento político o económico que
ni siquiera llegamos a comprender, o quizás visto desde otra perspectiva podríamos considerarla una
herramienta imprescindible que busca llenar un vacío espacio-tiempo irresoluble para el hombre y sus
nuevas necesidades consumistas.
¿Pero en manos de quién deben estar o para quién son estos aparatos?
Cuando enseñamos a manejar estamos enseñando la posibilidad de ser libres, de poder tomar
un vehículo y trasladarnos sin depender de otros, cuando aprendemos informática estamos aprendiendo
a operar una computadora, con el mismo fin que manejar un automóvil. Nos encontramos con el acto
libre de tomar la información de donde queramos, guardar nuestros documentos, recuperarlos e
imprimirlos tantas veces como quiera o necesite, sin depender de terceros. Partimos del concepto de
valernos por nosotros mismos en aquellas situaciones de vida que conforman el cimiento del diario
vivir.
4
¿De dónde parte el falso concepto de la informática relacionada a la complejidad?. De los centro
educativos. La poca información y estudios sobre la educación en informática, hace que muchas de las
instituciones educativas tomaran caminos antipedagógicos para transmitir el conocimiento informático,
mirando al Fin y no al Medio. Esta falta de investigación le ha quitado el valor social que posee la
informática, como herramienta de múltiples soluciones, de un increíble paralelismo conceptual respecto
al conocimiento ya asentado en el común denominador de los hombres de todos los tiempos.
Es innegable el placer, el éxtasis que nos embarga al escuchar una sinfónica interpretando el
Concierto Número 4 Allegro ma non tanto en Do Mayor BWV 1055 3er. Movimiento para piano y
orquesta de Johann Sebastian Bach, aunque con total franqueza nunca tuve la oportunidad de
presenciar semejante momento, en vivo. Mas, al escuchar la obra grabada igualmente me cautiva, a tal
extremo de situarme en uno de los momentos más sublimes del placer estético, haciendo patente la obra
de arte en mí. Muchas veces imagino poder enterarme que esta obra va a ser estrenada en Uruguay,
quizás en el Teatro Solís, en manos del maestro García Vigil, aunque también recuerdo el momento que
tuve tal encuentro estético con esta obra y resulta extremadamente paradógico con el principio del
entorno necesario para apreciar el arte.
La historia cuenta que... luego de un insoportable día estival de arduo trabajo, mi madre me pide
un favor y éste suponía tener que cruzar toda la ciudad para ir a su casa. Mi humor estaba
sensiblemente deprimido, cuando a pocas cuadras antes de llegar a su casa, en la emisora de música
clásica de nuestro país (única por cierto), comienza a escucharse esta sublime obra de Bach. En ese
momento, con el marco de mi mal humor y cansancio, atendiendo el tránsito, en las peores condiciones
para verme ante una experiencia estética profunda se hace patente en mí el concieto 1055 de Bach. Al
llegar a la casa de mi madre se sentó en el auto y simplemente le pedí que lo compartiera conmigo
hasta su fin. Vale resaltar que mi madre es concertista clásica en piano, lo cual en ese momento resultó
una compañera ideal. Al culminar el concierto busqué desesperadamente donde escribir el nombre de la
obra que al momento era extraña para mí.
Pero en Montevideo el mercado de discos compactos clásicos es muy escaso, sólo existen
algunos potpourri de clásicos renombrados, un poco de Mozart, Beethoven y seguramente Richard
Clayderman. El último recurso sería enviar una nota a la radio solicitando una copia de dicha melodía,
o solicitar el momento de la programación en el que volviesen a repetirla y grabarla en aquellos
llamados Cassettes.
Pido disculpas por este dejo de ironía, es que simplemente me senté frente a mi computadora
apenas llegué a mi casa, me dirigí al Search del programa Imesh, introduje la letras “Bach 1055”, y en
menos de diez minutos estaba escuchando la obra en versión para piano, para orquesta, el primer y
segundo movimiento, en calidad digital, casi... como en mis sueños del Solís. Tan patente en mí, como
patente lo siento en este preciso momento, mientras escribo este ensayo escucho ese leit motiv que va
cambiando de planos en un increscendo magnífico.
Profundizar sobre el tema de intercambio cultural y artístico que permite la red informática
resultaría considerablemente extenso, pero simplemente a través de los ejemplos planteados quería
mostrar la relatividad de este aparato, que en este momento emerge de sus entrañas eléctricas una
música extraordinaria, mientras releo modifico y construyo mi ensayo en un procesador de textos,
esperando que en unas horas salga para Buenos Aires, y que en breves segundos llegue a su destino.
En directa relación con el tema anterior, las limitaciones del tercer mundo por la depresión de
sus mercados, hace que resulte imposible contar con las mismas posibilidades que poseen los países
industrializados. Esto trae aparejado, que con el devenir del tiempo, quienes siguen teniendo el acceso a
la información, sean quienes más avancen culturalmente, marcándose una brecha donde cada vez el
tercer mundo resulta más pequeños en este intento de globalización económica, con los resultados
naturales de explotación que esto conlleva.
Internet nos permite estar en el mismo lugar que lo está un estudiante del primer mundo,
acceder a la misma información, reducir magníficamente la brecha cultural que existe entre ellos y
nosotros. Los medios de información trasmiten lo más rentable, lo más conveniente a sus intereses
políticos, mientras que en internet existe todo, todo tiene su lugar, en una extraordinaria red ordenada:
"Las clases que utilizan software y tecnología multimedios son desordenadas -desde un punto
de vista tradicional- pero establecen a su vez un nuevo orden. Los chicos interactúan entre sí y
con el docente a través de terminales conectadas en una pequeña red. Lo cual, de por sí,
genera un aprendizaje horizontal: los chicos se enseñan entre ellos. Aparecen interrogantes
que no fueron planteados por el docente y entonces su rol cambia para convertirse en el factor
orientador de experiencias singulares. Este nuevo escenario para la enseñanza propone un
nuevo escenario con otros roles: proveer información complementaria, desentrañar la madeja
de información adquirida "desde afuera" y crear un verdadero cuerpo de conocimiento, con
métodos y capacidades de observación propias."2
2
Diario Clarín, 28/5/96, sobre una investigación del New York Times
6
Mi particular duda estriba en la credibilidad real de los medios informativos, a saber del gran
comercio mundial que gira frente a este rubro. Pero algo me tranquiliza, si realmente deseo saber sobre
un acontecimiento, sé que en internet voy a escuchar todas las campanas. Sé que poseo la potencia de
llegar a hogares en las puertas de cada suceso y preguntar por qué.
Y lo realizo desde este trampolín informático que amplía las fronteras de este Tercer Mundo en
donde vivimos, con sus grandes carencias, pero con sus merecidas virtudes que hacen que deseemos
(algunos) seguir aquí.
Desde niño cuando leía un libro, las letras de los libros eran del tipo Times, yo no lo sabía por
cierto, pero durante toda mi vida esa letra se ha repetido una y otra vez, libro tras libro, en una
constante que ha marcado en mi un referente respecto al entorno que a mi gusto debería tener un libro.
No imagino leer un libro de filosofía en letra Arial, pues eso está presente en el imaginario colectivo,
conceptos que chocan con nosotros cuando son diferentes, resultando un rechazo que muchas veces no
llegamos a percibir.
Cuando un joven poeta manifiesta que él realiza sus poemas en una computadora, muchos se
horrorizan, es inconcebible no seguir el trazo de la pluma sobre el papel, la obra en su más pura
realidad. Quizás la obra de arte se vea eclipsada por tratarse de una computadora su instrumento
ejecutante y no la pluma y el papel. Si bien creo que no eclipsa el trabajo de Mario Benedetti cuando
utiliza este medio para crear.
En mi caso particular tengo una letra realmente pésima y no precisamente ha sido un problema
informático, pues hasta avanzada mi adolescencia no existían las computadoras en los hogares (casi no
existían las computadoras). Escribir un poema con mi letra significaría arruinar la imagen estética de la
palabra visual. Ahora cuando escribo con una computadora, la imagen de mis poemas se asemejan a
aquellos que leía en los libros. La misma letra Times, un fondo amarillento que simbolice el pasaje del
tiempo, y hasta una textura de papel.
La informática permite recrear el ambiente del artista, visualizar su obra en un formato final,
escuchar el concierto antes de que los músicos se reúnan. Crear una obra sinfónica en la actualidad no
depende de haber logrado la fama, y disponer de una orquesta entera para proyectar mi obra, y
construirla con todos los músicos a mi disposición. Simplemente escribo la obra instrumento por
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instrumento, le digo a una computadora que deseo un piano Steinway o Bösendorfer y así por cada
instrumento y al culminar le pido escuchar mi concierto, y podré lograr escuchar mi obra sin mediar
grandes capitales ni una gran fama que justifique la reunión de todos los músicos para mi creación.
Cuando Pablo Neruda, el poeta del amor, escribe sus Veinte poemas de amor y una canción
desesperada, lo hace con su pluma, en sus papeles que la mayoría del mundo que lo ama nunca
conoció. Sus originales culminaron en las manos de un editor, este comerciante contrató a la imprenta
que le presentara el presupuesto más económico para realizar el trabajo. Seguramente los obreros
ganarían menos que en otras imprentas, pero nada tenía que ver esta historia con el amor de Neruda,
pero ahí estarían sus palabras. La imprenta en un ambiente de revolución industrial armó la tipografía,
las máquinas Offset comenzaron a imprimir, la tinta impregna las manos de los obreros, las guillotinas
refilan los bordes de las páginas de estos libros. Los libros se empaquetan y caen en manos de
distribuidores que buscan llevar la mejor tajada del proceso, este llega a las librerías quienes desarman
los paquetes titulados como de Pablo Neruda y lo ponen en un exhibidor.
El receptor al encontrarse con el libro realizó un puente fantástico entre las manos de Neruda y
este libro que ahora estaba en sus manos. Y del libro brotaba el amor de un hombre y este amor se
convertía en acto en el lector y para nada influyó en la historia la manera como se construyeron esas
letras, o de cuanto ganaban los obreros que tallaron cada tipografía Times.
Cómo entonces poner en tela de juicio si una computadora es un medio inapropiado para
identificar mi creación con una obra de arte, sino el propio juicio sobre el contenido que las palabras
trasmitan al receptor.
La diferencia radica en si atendemos a la cosa que contiene la obra de arte, o hacemos depender
la obra de arte a la cosa objeto que la contenga. Seguramente el diseño de una escultura dentro de una
computadora sí será un motivo de juicio adverso para juzgar la obra de arte, pero simplemente en
aquellos extremos dónde la obra dependa específicamente del objeto material o medio físico para vivir.
Brevemente quiero hacer referencia al nacimiento del concepto escritorio que nace con los
ambientes operacionales gráficos.
Con el advenimiento de los entornos gráficos (en la informática para adultos mayores me
extenderé sobre este tema) la informática pasó definitivamente a comunicarse con un usuario de forma
intuitiva, visual, respetando un juego iconográfico que el receptor entiende y asimila intuitivamente. De
esa forma este instrumento pasó a interactuar con el usuario por medio de la imagen, la que a su vez
con los años ha perfeccionado su interactividad llegando al extremo de construir un excritorio de
trabajo semejante al clásico escritorio de nuestros abuelos. Con la foto de un ser amado de fondo, con
una papelera semejante a la papelera que queramos elegir, más el agregado de efectos sonoros que se
asemejen más aún a la realidad. En algunos casos una realidad imaginada.
En todo este proceso existe una interactividad gráfica que busca la mayor comodidad del
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usuario, deslumbrarlo, servirlo, perdiendo su pureza artística por ser de utilidad pura, mas con ciertas
características que sorprenden, como si los zapatos de Van Gogh, antes de transformarse en objeto de
arte hubiesen sido las famosas botas de siete leguas.
Seguramente con el devenir de la historia, con los avances de la humanidad, con cada
incorporación tecnológica que haya influido en la vida cotidiana de los hombres, el sinónimo de
progreso que conllevan los cambios, ha repercutido sensiblemente en la estructura social, provocando
un distanciamiento entre las diferentes generaciones. Cada cambio efectuado al “sistema vida” ha
incorporado en sí una visión de futuro, una realidad que no se percibe como presente en acto real, sino
“pura potencia”, “para los que vienen”, “para el futuro” o más común aún “eso es para ustedes, los
que recién comienzan”.
Sería excesivamente extenso y poco estimulante plantear los innumerables avances tecnológicos
que influyeron en el común social, a los que todos se opusieron y sin embargo con el tiempo estos
avances se tornaron una parte más en la vida cotidiana de todas las edades.
Por tanto, con el transcurso de los años tenemos la OBLIGACION de continuar escuchando, de
aprender, de seguir creciendo y creyendo, de sentirnos vivos, de dar el ejemplo siguiendo la frase
Socrática “una vida sin examen no merece ser vivida”; pues cuando somos jóvenes tenemos las
3
Primera experiencia educativa realizada por la Escuela Superior de Informática dirigida a la tercera edad. Julio de 1996.
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fuerzas de ir hacia el mundo, mas cuando los años nos van durmiendo las fuerzas, es el mundo que
pedimos se nos acerque, es la tecnología la que debería suplir nuestro desgaste motor, y es en ese punto
donde comienza la paradoja, los chicos metidos en las computadoras realizando sus compras en
Internet, jugando al fútbol digital y las abuelas lavando su ropa en piletas de cemento y cargando sus
bolsas de la feria.
La respuesta a esta situación estaría centrada en el verdadero significado del valor “tecnología”
e “informática”. Debemos brindarle a la sociedad -fundamentalmente adulta mayor- la información
necesaria para no temerle al crecimiento personal, creando las metodologías educativas necesarias para
que esa información se transforme en conocimiento e interés de integrar la cultura tecnológica a la vida
cotidiana de nuestros adultos mayores.
Pues ahora bien, los conceptos tradicionales en términos generales no cambiaron, manejar una
computadora significa simplemente aplicar dichos conceptos ya existentes, como por ejemplo el mero
hecho de trabajar con una máquina de escribir, entonces, quienes posean mayor contenido conceptual y
mayor experiencia, serían quienes podrían estudiar con mayor facilidad el manejo informático.
Este saber a dónde voy, porque lo hago y para que sirve, es una de las grandes ventajas que un
adulto posee sobre la memoria o entusiasmo de un niño, siendo así el valor fundamental que le permite
captar la utilidad de cada paso tomado.
De ser esto así, y de no poseer mayor dificultad el estudio de la informática que la comprensión
de conceptos sociales establecidos, entonces entraríamos en un claro enfrentamiento con la pública
creencia de que la informática se aprende con mayor facilidad en los niños y jóvenes, porque son ellos
los que poseen la mayor capacidad de aprendizaje como para desarrollarse con las complejas
computadoras.
Al demostrar esta teoría, estaríamos devolviéndole las esperanzas de actualidad al adulto mayor,
ampliándole sus horizontes conceptuales, le permitiríamos llegar a ese lugar que al momento se piensa
imposible de alcanzar, a la actualidad. Se incurre en un profundo error social al momento de valorar la
capacidad del adulto mayor, pues el escollo de su poco entusiasmo, de su cansancio de vida, no posee
relación con su capacidad, ni con su escala de valores, ni -a modo de ejemplo- la posibilidad de haber
olvidado en que lugar se tiran los papeles que ya no sirven.
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Parábola del águila: un motivo de reflexión
“Cuenta la zoología que el águila puede vivir hasta los setenta años. Pero cual curiosa
paradoja del destino, apenas en la mitad de su vida, sus plumas se tornan muy pesadas y casi
no puede volar; sus garras, que siguen creciendo se curvan en demasía y ya no puede capturar
presa alguna; su pico, que sigue creciendo, se curva igualmente demasiado y ya no puede
alimentarse.
Ocurre entonces que puede languidecer esperando el fin de su vida o (sabia naturaleza que ha
dotado de tal instinto al bruto) puede agotar el esfuerzo de su último vuelo, subiendo a las
zonas rocosas y allí, entonces, arranca sus pesadas plumas, desgarra sus garras y rompe su
curvado pico contra las rocas; y sus plumas vuelven a crecer y sus garras vuelven a crecer y su
pico vuelve a crecer y resurgiendo de la aparente muerte inexorable, armada con sus nuevas
herramientas del vivir, despliega sus alas y surca por primera vez los cielos, en ésta, su
segunda vida.”
El niño posee esperanzas, quiere, está dispuesto, busca con la curiosidad de un cachorro como
parte de una común naturaleza, es estimulado por sus padres en pro de forjarse un futuro. El abuelo ya
pasó, vivió y sintió el peso de los años, promesas incumplidas, sueños frustrados, no piensa en un
futuro constructivo y renovado, cree que todo lo pasado no posee más accidentes que lo que resten por
vivir y por tanto buscará quedarse con lo que ha logrado conquistar y no más, dejará que el peso de sus
plumas le quiten la esperanza de sentir una vida renovada.
Este abuelo se sentará en el porche de su casa, en un balneario, a esperar que pasen sus días,
escuchando las noticias y pensando como han cambiado los tiempos, viendo como sus nietos se alejan,
ya no se divierten con sus viejas historias, ahora el alimento de las fantasías de los niños son las
computadoras. Y sienten la angustia del momento en que sus nietos lo toman de la mano para mostrarle
que tan lejos llegaron en su juego favorito, y el abuelo no puede disfrutar de ese momento porque se
siente absolutamente ajeno.
Este abuelo recibe una invitación a participar de una experiencia, donde un docente le va a
demostrar la posibilidad del estudio activo y útil de la informática enfocada a la tercera edad. El abuelo
con todos sus miedos y excusas es presionado por sus nietos y su esposa, y accede a experimentar la
experiencia.
Al llegar al sitio se encuentra con un docente, el que se dedica a preguntarle sobre su vida, sus
gustos, aquella profesión de ser escribano -como en el ejemplo anterior- y le realiza el desafío de cuán
simple le va a resultar estudiar informática. El abuelo -Don Pepe- accede a la apuesta y le asegura que
va a perder el tiempo porque “sus neuronas ya se gastaron con los años”, y “no está para esos trotes”.
-Y ahora le voy a hacer una pregunta más difícil, ¿sabe usted lo que es una máquina de escribir?,
¿sabe escribir a máquina?- a lo cual el anciano un tanto molesto le recuerda su profesión y toma la
pregunta como demasiado simple.
El docente continúa explicándole que todo tiene una razón y le pide realizar la pregunta más
compleja de todas -Don Pepe, ¿sabe usted para que sirve una papelera?.
El abuelo no tiene otra opción que obviar la respuesta y pedirle al docente que explique su
cometido.
Entonces Don Pepe si sus respuestas son afirmativas usted ya ha perdido la apuesta, pues usted ya
sabe trabajar con una computadora. Cuando mira la pantalla de un computador está mirando la tabla
de un escritorio, como el escritorio que lo acompañó toda su vida, cuando escribe a máquina, las
teclas están en el mismo lugar que aquella vieja máquina de escribir eléctrica, el papel es tan blanco
como el de siempre, las letras son las mismas, y lo que es más simple, los papeles se tiran a la
papelera como seguramente tanto le cuesta que sus nietos lo aprendan a tirar.
Los conceptos son los mismos, un niño de diez años no posee la costumbre ni el valor de la
maquina de escribir, ni de llevar una contabilidad, ni de tener ordenado el escritorio, ni de tirar los
papeles en la papelera. La informática de hoy no es más que el fiel reflejo del siempre, de las cosas que
rodearon a nuestros abuelos, manejar un “Mouse”, es como tocar un pizarrón con el más antiguo
puntero, uno de los instrumentos más clásicos de la educación.
Pues, ¿entonces dónde está el problema?, ¿en saber jugar a esos juegos fantásticos de los
chicos?, eso no es hablar de informática propiamente, sino de las posibilidades de adaptar un
computador transformándolo en un video juego; y así en innumerables posibilidades que van desde los
trabajos científicos más extremadamente exigentes hasta el trabajo con discapacitados intelectuales.
Luego de semejante experiencia, Don Pepe estará preparado para escribir sus e-mails, pues no
dejan de ser lo mismo que las viejas cartas realizadas en una máquina de escribir, y guardar los escritos
que realice, pues igualmente nada ha cambiado del viejo acto de tomar un papel y dejarlo dentro de una
carpeta, pues las carpetas se llaman carpetas, los documentos documentos y las sangrías sangrías, las
cuentas son las mismas, y la foto que está sobre el escritorio es la misma foto que tenía el último día
que decidió dejar su profesión.
Si hay una diferencia que es fundamental entre Don Pepe y otro abuelo, que es tan abuelo como
padre y por sobre todo un hombre como cualquier hombre, tan vivo como lo estamos todos, y que
posee el derecho a soñar y crecer como el acto que nos recuerda humanos y hasta puede disfrutar eso
que los otros abuelos no pueden disfrutar con sus nietos, el nuevo lenguaje que tanto los atrapa.
A este abuelo “le estarán creciendo sus plumas”, y saldrá a navegar por el mundo sentado en
una cómoda silla, mientras disfruta un mate con la abuela, en la casa de la playa, estrenando una nueva
dimensión del presente, realizando las compras del supermercado por internet.
De la misma manera que se han creado los instrumentos necesarios para que cualquier persona
se pueda tomar la presión arterial con un instrumento electrónico de muy fácil lectura y nulo estudio, la
informática se ha adaptado al hombre a tal extremo que no deja espacio para la dificultad. Todo el
conocimiento es absolutamente intuitivo y tradicional.
Y con esto no nos estaremos olvidando del mundo del espacio exterior, pues cometeríamos un
paralogismo de falsa oposición al pensar que el mundo exterior no seguirá estando en el mismo lugar
que siempre. La diferencia radica en salir a caminar por el deseo de disfrutar, y no por la necesidad de
realizar pesados trámites, amigos del stress, y carceleros de nuestro tiempo.
Imaginemos el poder tomar una fotografía que nos quedó oscura, ingresarla al programa
Photoshop y darle brillo, contraste, ambiente sepia, o cualquier forma que nuestra imaginación nos
permita crear. Y si este proceso lo está realizando un verdadero artista de la fotografía, no dudaremos
en pensar que por haber utilizado una computadora para un efecto especial, perderá la calidad de su
obra.
Todas las herramientas que se utilizan están a su vez compuestas con otros elementos gráficos
que la identifican. Por ejemplo, si deseo tomar el objeto pluma para retocar una zona de la fotografía,
esta pluma tiene forma de pluma, actúa como una pluma, se calibra y posee un paralelismo con la
realidad sorprendente, con la salvedad que si se nos escapa una gota de tinta en el retoque de una foto
física, será imposible volver el acontecimiento atrás. En este mundo virtual podemos jugar como
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niños, que nada sea tan definitivo, nos podemos equivocar. Podemos permitirnos ser humanos y artistas
al mismo tiempo.
“En una relación asimétrica y dialéctica, entre los apocalípticos y los integrados que Umberto
Eco describiera algunos años atrás, en la actualidad no solamente no podemos confiar en la
memoria como único instrumento de acceso al conocimiento sino que el intenso tramado
tecnológico que la cultura audiovisual ha ido entretejiendo nos lleva a definir y redefinir
constantemente cada una de las nociones, supuestos y saberes que utilizamos, conscientemente
o no, en nuestra vida diaria. Nuestra manera de hablar, de escribir, de pensar y hasta de sentir
sufren cambios notorios -muchas veces radicales- al ritmo de la música massmediática. Esto es
importante tenerlo en claro: la exacerbación del consumo vía multiplicación de los productos
industriales y utilización de la publicidad comercial de todo tipo, en sí misma no es buena ni
mala. Atribuirle a estos hechos juicios de valor intrínsecos es una falacia, en el mejor de los
casos, un análisis miope.”
Uno de los puntos relacionados directamente con el proceso de creación artística directa con la
informática, y en la informática (quitando su mero rol de herramienta del artista citado anteriormente),
es el desarrollo de las páginas web destinadas a internet.
En este proceso el artista crea, imagina, vuela, sorprende, proyecta, comunica, más un sinúmero
de figuras de absoluto valor estético.
Este entorno artístico toma vida a través de la interactividad, como una “obra de arte viva”, una
obra que se mueve, que responde, que nos interpela, como interpela la mirada de otro hombre. La
página web nos invita a conocerla, nos presenta la voluntad de un grupo de personas que fueron sus
creadores. Estos buscan comunicarnos algo, siendo ese algo lo que medirá su proceso artístico.
Combinar el movimiento, la imagen y el sonido era la última obra de arte reconocida y lo llamamos
cine, pero ahora debemos darle lugar a otra fuente de creación, el cine interactivo, la película viva.
Este bagaje de conceptos resultan extraordinariamente rico y profundo como para tratarlo en un
rápido ensayo que simplemente pretende extraer un conjunto de ideas revolucionarias en un nuevo
ambiente para el desarrollo de artistas.
La imaginación que requiere el creador de una página web, o un sitio, o un portal, establecer las
diferencias según el objetivo que desee, cautivar al cibernauta, o al cliente, es un proceso
extremadamente complejo, donde ya no intervienen los grandes capitales de Hollywood. La mejor
página web sólo requiere de un artista, de una persona con el talento de imaginar lo que el espectador
está esperando y sorprenderlo.
Y en este juego interviene absolutamente todo, contenido, imágen, velocidad, claridad, sonido,
movimiento, interactividad, compatibilidad, etc.
El mundo de internet es un espacio de desarrollo libre, es una salida al mundo, donde juega mi
habilidad para darme a conocer y el valor de lo que produzca para que tenga éxito mi empresa artística.
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La patentización del ser en la informática
Realicemos en este momento una síntesis de algunos de los conceptos generales que están
tratados en los temas anteriores y proyectemos la sensación de poder, de alcance, de libertad que puede
significar el tomar una computadora y la satisfacción, placer y gozo que encierra el conjunto de temas
que lleva a tratar la temática anterior.
Pero mi interés pretende ir más allá que el mero paralelismo que demuestre que una
computadora es medio absoluto para el desarrollo, despliegue y difusión de la obra de arte.
El poder en sí, la posibilidad pura, la toda capacidad de ser, el ser ahí y el todo al mismo
tiempo, son conceptos que nos llevan a descubrir una subliminal y extraña belleza que parte de una
extensión de mi posibilidad de ser, y extiende el acto de mi creación y lo administra y me lo devuelve
como parte de mi propia voluntad.
Todo este proceso posee los vicios que toda creación humana o no, posee de no mediar un
manejo de los “justos medios”.
Delegar. Esta es la gran mutación estética de las técnicas. Hoy se trata de conducir el
ciberespacio como se conducía hasta hace poco un vehículo. Transferir al medio ambiente
próximo el control que solía ejercerse sobre el "objeto", gracias a la adquisición de un tiempo
real que de aquí en más nos permite virtualizar la proximidad de un individuo. El tema no es
inculcar contenidos ni imponer metodologías. El tema es darle la confianza, la libertad y el
soporte necesario para experimentar, discutir, dudar y proponer, desde un determinado - y
elegido - perfil (la ausencia de elección es una de las elecciones posibles). El arte puede ser
una posibilidad.”
Esta capacidad de distinción radica en la educación, como también radica el impulso de difusión
de un instrumento que se nos ha presentado para devolvernos un tiempo perdido con la carrera
industrial del hombre.
Para culminar sostengo firmemente que el arte radica tanto en una computadora, como seamos
capaces de extender nuestra intelectualidad en ella, y capaces de comprender semejante proceso.
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