Módulo 0
Mavó - Introducción
Lección 1
Parte 2
Las Sagradas Escrituras – Kitvé Hakódesh
Módulo 0 - Mavó, Introducción - Lección 1 2 Las Sagradas
Escrituras – Kitvé Hakódesh ¿ Cómo se obtuvo su
mensaje y para qué sirve?
Debemos leer y estudiar la Biblia con la confianza y garantía que es la Palabra de Dios, con
la certeza de tener una palabra segura por medio de la cual viene el mensaje que era
confirmado en los corazones de los que lo recibían por el Espíritu Santo.
“Y tenemos la Palabra Profética más confiable, a la cual ustedes harán bien en
estar atentos como a una lámpara que alumbra en un lugar oscuro hasta que el
día irradia. Así el Portador de luz se levante sobre sus corazones. Y entiendan esto
primeramente: Ninguna profecía de la Escritura ha surgido por iniciativa propia,
pues la profecía nunca vino por voluntad de hombre, sino que los hombres
hablaron de parte de Dios siendo guiados por el Espíritu de Santidad” (2 Pedro –
Kefás 1:19- 21).
Dios enviaba su mensaje a través de sus ángeles y por medio de revelación e inspiración.
“Aquel Moisés fue el que dijo a los hijos de Israel: Profeta - Naví les levantará el
Señor su Dios en medio de sus hermanos, como a mí; y a Él deberán oír. Es el
mismo Moisés que estuvo con la Iglesia – Kehiláh y con nuestros padres en el
desierto, y con el ángel que le hablaba en el monte Sinay, y que recibió palabras
de vida para dárnoslas” (Hechos 7:37-38).
“Pues si la Palabra anunciada por medio de ángeles fue firme, y toda
transgresión y desobediencia recibió justa retribución ¿cómo podremos nosotros
escapar si descuidamos una salvación tan grande?” (Hebreos 2:2, 3a).
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“Pues les hago saber, hermanos, que el Evangelio - Besoráh proclamado por mí,
no es conforme a hombres; ya que yo no lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno,
sino por revelación de Yeshúa Mesías” (Gálatas 1:11-12).
El mensaje Bíblico es único en su contexto, ya que vino por inspiración Divina y eso es lo
que el apóstol - shalíaj Pablo – Shaúl resalta:
“Toda la Escritura es inspirada por Dios” (2 Timoteo 3:16a).
La palabra griega para “inspiración” es “Theópneystos” que literalmente significa
“Soplo Divino”, “Soplo de Dios”, es una expresión tipo hápax legómenon, es decir
solo es usada una vez, y fue acuñada por Pablo - Shaúl para habilitar una verdad
que no tiene expresión como tal.
Decir que la Palabra es el Soplo de Dios significa que provienen directamente del interior del
Creador, es decir, las Escrituras contienen el Espíritu de Dios. Es el soplo de vida O sea,
Dios comienza un proceso con la elección del escritor humano, como el caso de Jeremías -
Yirmeyahu:
“Antes que te formara en el vientre te conocí, y antes que salieras de la matriz te
consagré, te di por profeta - naví a las naciones” (1:5).
Luego se le indica el momento al profeta - Naví Jeremías - Yirmeyahu en el que debe dar el
Mensaje Divino:
“Luego YHWH extendió su mano, y tocó mi boca, y me dijo YHWH: He aquí,
pongo mis Palabras en tu boca” (1:9).
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Lo anterior da origen al mensaje oral. Sin embargo, Dios determina que su mensaje debe
quedar por escrito, así que ordena al profeta - Naví Jeremías - Yirmeyahu que lo haga. Y al
dar la orden de escribir, limita el escrito sólo a lo que ha recibido el profeta - Naví de parte de
Él.
“En el cuarto año de Joacim - Yehoyakim hijo Josías - Yoshiyahu, rey de Judá,
Jeremías - Yirmeyahu recibió esta palabra de YHWH, diciendo: Toma un rollo y
escribe en él todas las palabras que te he hablado contra Israel - Yisrael y contra
Judá - Yehudáh, y contra todas las naciones, desde el día que comencé a hablarte,
desde los días de Josías hasta hoy” (36:1-2).
Así que, las Escrituras Sagradas se obtienen inicialmente como un Soplo de Divino que el
Creador dio a sus santos siervos y posteriormente quedan plasmadas como testimonio.
Así fue hasta el profeta - naví y apóstol - shalíaj Juan – Yehojanán:
“Escribe las cosas que has visto, y las que son, y las que están a punto de suceder
después de éstas” (Apocalipsis 1:19).
¿Para qué fue escrita?
La Biblia fue escrita con propósitos muy bien trazados y el principal de ellos es que
obtengamos sabiduría para salvación. Sin embargo, también hay otras finalidades las cuales
no son menores. Veamos:
“Pero tú, permanece firme en lo que has aprendido y de lo cual estás seguro, pues
sabes de quiénes lo aprendiste desde tu niñez, por lo cual has conocido las
Sagradas Escrituras que pueden darte la sabiduría necesaria para la salvación
mediante la fe en el Mesías Yeshúa. Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil
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para enseñanza, para convencer, para corregir y para instruir en la justicia, a fin de
que el hombre de Dios esté capacitado, enteramente preparado para toda buena obra”
(2 Timoteo 3:14-17).
Como vemos, Pablo -Shaúl resalta la importancia de las Sagradas Escrituras en cuanto
al poder que tienen de dar sabiduría para salvación, desarrollando en nosotros la fe en
el Mesías, pues ese es el propósito esencial de Ellas.
En cuanto al poder, él usa la expresión griega plural “dynámena” que viene de
“dýnamai”, que hace referencia al poder, capacidad o recursos propios que
tienen las Sagradas Escrituras.
Esta misma palabra es la que encontramos en episodio del leproso que le dice a
Yeshúa Mesías “si quieres, puedes limpiarme”, en el que en realidad el leproso no está
apelando al mero deseo o sentimiento de querer del Mesías, sino a toda su capacidad
para limpiarle.
“Y he aquí un leproso, se le acercó, y se postró ante Él diciendo: Señor, si
quieres, puedes [dýnamai] limpiarme” (Mateo 8:2).
Es decir, Las Sagradas Escrituras tienen un poder intrínseco dirigido a dar sabiduría,
pero no cualquier tipo de sabiduría, sino la necesaria para salvación. En ella hallamos
los recursos necesarios para obtener esa sabiduría, la cual no es humana sino Divina.
"No ceso de dar gracias por ustedes, haciendo mención en mis oraciones, para
que el Dios y Padre Glorioso de nuestro Señor Yeshúa Mesías, les dé espíritu de
sabiduría y de revelación en el conocimiento pleno de Él" (Efesios 1:16-17).
Sabiduría que tiene como finalidad desvelarnos el misterio de Su voluntad. Ministerio
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“E hizo sobreabundar en nosotros toda sabiduría e inteligencia, dándonos a
conocer el misterio de Su voluntad, según Su determinación, que se propuso en Sí
mismo” (Efesios 1:8-9)
Con ese poder, se alcanza el propósito a través de la utilidad o ventaja que trae el
aprendizaje de las Sagradas Escrituras. Veamos su Utilidad:
Enseñanza
La expresión hace referencia al hecho de ser instruido o formado. Está expresada en voz
activa, demostrando con ello el efecto continuo que tienen las Escrituras sobre alguien que
es enseñado en ellas. Sorprendentemente el Apóstol – Shalíaj no usa el verbo griego
“didasko” que sería lo natural y lógico, pues significa “enseñar”, sino que en su lugar usa
“didaskalía”, “enseñanza”.
“didasko” = “enseñar”,
“didaskalía” = “enseñanza”.
Es decir, las Sagradas Escrituras deben ser el único instrumento y elemento válido de
enseñanza para impartir el conocimiento del Dios Eterno, por lo que con este texto está
cerrando las puertas al uso de otros documentos escriturales.
De ahí la insistencia de Pablo – Shaúl sobre lo que debía ser predicado y enseñado.
“Te conjuro en presencia de Dios y de Yeshúa Mesías, quien juzgará a los vivos y
a los muertos en su manifestación y en su Reino que, prediques la Palabra, insiste
en ello dentro del buen tiempo señalado y por fuera del tiempo señalado,
amonesta, reprende, exhorta y enseña con toda paciencia. Porque vendrá tiempo
cuando no aguantarán la sana enseñanza, sino que, teniendo deseos de
cosquillitas en los oídos, acumularán para sí mismos a maestros conforme a sus
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propios deseos; y apartarán el oído de la verdad, y serán extraviados por los
mitos” (2 Timoteo 4:1-4).
“Este testimonio es verdadero. Por lo cual, reprendelos severamente para que
sean sanos en la fe, y no presten atención a los mitos judaicos, ni a los
mandamientos de hombres, que los hacen alejar de la verdad” (Tito 1:13-14).
“Cuando pasaba a Macedonia, te rogué que permanecieras en Éfeso para que
ordenaras a algunos que no dieran diferente enseñanza, ni prestaran atención a
mitos y genealogías interminables, que dan pie a especulaciones más que a la
realización del plan de Dios por la fe” (1 Timoteo 1:3-4).
“Si enseñas estas cosas a los hermanos, serás un buen ministro de Yeshúa Mesías,
nutrido con las palabras de fe y de la buena enseñanza que has seguido de cerca.
Por lo cual, debes rechazar los mitos profanos y antiguos; ejercitándote en la
piedad” (1 Timoteo 4:6-7).
Gálatas 1: ”6 Estoy sorprendido de que tan pronto se hayan apartado de Aquel
que los llamó por gracia, para ir tras un evangelio - besoráh diferente. 7 Y no es
que haya otro evangelio - besoráh, sino que hay algunos que los inquietan y
quieren cambiar el evangelio - besoráh del Mesías. 8 Pero si aun nosotros, o un
ángel del cielo, les proclamara un evangelio - besoráh contrario al que les hemos
proclamado, será anatema. 9 Como ya se los he dicho antes, se los vuelvo a
repetir: Si alguno les proclama un evangelio - besoráh contrario al que han
recibido, será anatema. 10 Porque ¿busco yo el favor de los hombres o el de Dios?
¿O busco complacer a hombres? Si aún complaciera a los hombres, entonces no
sería siervo del Mesías. 11 Porque les hago saber, hermanos, que el evangelio -
besoráh proclamado por mí, no es conforme a hombres; 12 pues yo no lo recibí ni
lo aprendí de hombre alguno, sino por la revelación de Yeshúa Mesías. 13 Y
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ustedes han escuchado de mi proceder cuando estaba en el judaísmo, de cómo yo
perseguía grandemente a la Iglesia – Kehiláh de Dios y la destruía; 14 y estando
en el judaísmo superaba a muchos de los contemporáneos de mi nación, siendo
mucho más celoso de las tradiciones humanas de mis ancestros. 15 Pero cuando
Aquel que me separó desde el vientre de mi madre y me llamó por su gracia, 16 se
agradó de revelar a su Hijo por medio mí, para que lo proclamara entre los
gentiles, no consulté a ningún hombre”.
Convencer
La expresión griega “élenjos” hace referencia al convencimiento con pruebas
irrefutables, pero también a la refutación del error de alguien.
Es decir, las Sagradas Escrituras tienen el poder de convencer, pero también de refutar el
error en el individuo, y esto es algo poderosísimo, por lo que nunca debemos sentir temor de
enseñar las Escrituras. La misma palabra se usa como “evidencia”, es decir las Escrituras
nos aportan las evidencias del error en el que nos podemos encontrar. Esta palabra también
tiene el matiz de “reprender”.
“… que retenga con fidelidad la Palabra, conforme a la doctrina, a fin de que sea
capaz de exhortar con sana enseñanza y de convencer a los que contradicen” (Tito
1:9).
“Habla estas cosas, exhorta y convence con toda autoridad. Ninguno te
menosprecie” (Tito 2:15).
Corregir
Una vez la persona ha sido convencida por la Palabra, ésta sirve de instrumento para
corregir.
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El sustantivo griego “epanórthosin” que aparece en el texto literalmente significa
“poner derecho”
Denotando con esto la capacidad de enderezar lo que se había torcido, de restaurar a un
estado correcto. Es la operación de reconducción al camino recto de aquel que ha sido
convencido de su error. Es decir, mientras el convencimiento se da como resultado de una
conducta negativa por andar en el error y el engaño, el corregir es una operación positiva
conducente a la verdad. Esta expresión griega que usa el apóstol – shalíaj l Pablo - Shaúl
también es un hápax legómenon.
Instruir
En griego se usó la expresión “paideia” que hace referencia a la formación dada a
un niño.
Literalmente cuando venimos al camino de Justicia, recién convertidos, se nos trata como a
niños, con la necesidad de ser formados en disciplina y corrección. La misma palabra es la
base de la expresión “pedagogía” y tiene que ver con todo el rigor disciplinario al que
debemos ser sometidos a fin de adquirir el conocimiento con el que regularemos el carácter.
“Todavía, ustedes no han resistido hasta derramar sangre combatiendo contra el
pecado; pues se han olvidado de la exhortación que como a hijos se les ha dicho:
Hijo mío, no tengas en poco la disciplina del Señor, ni desmayes cuando seas
reprendido por Él. Porque el Señor al que ama disciplina, y castiga a todo el que
recibe por hijo. Permanezcan bajo la disciplina, pues Dios les está tratando como
a hijos; porque, ¿qué hijo es aquel a quien su padre no disciplina? Pero si quedan
sin disciplina, de la cual todos han llegado a ser partícipes, entonces serían
bastardos y no hijos. Es más, así como nosotros tuvimos a nuestros padres
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naturales, los cuales nos disciplinaban, y los respetábamos, acaso ¿no nos hemos
de someter con mucha más razón al Padre de los espíritus, y vivir? Porque ellos en
verdad nos disciplinaban por pocos días, según les parecía, pero Él nos disciplina,
para nuestro beneficio, a fin de que participemos de su santidad. Ahora bien,
parece que ninguna disciplina al presente es causa de gozo, sino de tristeza; pero
más tarde da fruto apacible de justicia a los que por ella han sido ejercitados”
(Hebreos 12:4-11).
Finalidad
La cláusula del versículo 17 (2 Timoteo 3:17) comienza con la expresión de un propósito de
lo descrito anteriormente en relación con “el hombre de Dios”, “a fin de que”. El sustantivo
para “hombre” “ánthropos” es el nombre genérico para hombre y mujer, es decir persona, y
está acompañado del dativo “de Dios”, es decir una referencia específica al creyente. Ahora
bien, al hablar de “hombre” se establece un contraste con un “niño”, pues se espera que
lleguemos a la madurez espiritual. Si bien se nos recibe como niños espirituales, debemos
alcanzar el nivel de madurez que se espera de nosotros, para que cada uno “esté
capacitado, enteramente preparado para toda buena obra”.
Llama la atención que Pablo – Shaúl, no usa el término plural “obras”, sino el singular “obra”.
Esto evidentemente buscaba separarse de la idea y del uso que para entonces tenía la clase
religiosa de documentos como el denominado o conocido con el nombre de “Obras de Ley”,
contra lo cual luchaba incansablemente el apóstol - shalíaj, pues hacía parte de la liturgia
ritual y legalismos añadidos a la Toráh de Dios. (Este tema de “Obras de la Ley” lo vemos a
fondo en el Módulo de La Toráh). Así que al hablar de “obra” en singular es una referencia
exclusivamente a la Toráh, la cual debe incidir directamente en el obrar o actuar del
creyente, es decir en su estilo y forma de conducirse en la vida. Esto repercutirá en el hecho
de convertirnos en imitadores del Mesías:
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“… respecto a Yeshúa de Nazaret - Natserat: Cómo Dios lo ungió con Espíritu de
Santidad y Poder. Y Él anduvo haciendo el bien y sanando a todos los oprimidos
por el diablo, porque Dios estaba con Él” (Hechos 10:38).
“Porque para esto fueron llamados, y por eso el Mesías también padeció por
ustedes, para dejarles ejemplo y puedan seguir sus pisadas” (1 Pedro – Kefás
2:21).
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Módulo 0 - Mavó, Introducción - Lección 1 12 Conclusiones
Cualquiera que sea la pregunta que tengamos acerca de nuestra vida y propósito, la Biblia,
La Sagrada Escritura, tiene la respuesta. La Biblia fue escrita con propósitos. Veamos
algunos más:
● Siempre sobresale un tema principal, que creamos en Yeshúa (Juan - Yehojanán
20:31).
● Para dar esperanza (Romanos 15:4).
● Como advertencia para nosotros (1 Corintios 10:11).
● Para que tengamos el conocimiento de la vida eterna (1 Juan – Yehojanán Álef
5:13).
● Para ser la luz que nos guíe (Salmos - Tehilim 119:105).
● Para ser un espejo que nos revele lo que somos, y lo que debemos cambiar (Santiago
Yaakov 1:23, 24).
● Para ser alimento (1 Pedro – Kefás 2:2, 3; Hebreos 5:14).
● Para ser escudo (Salmo – Tehilim 119:114).
● Para ser una roca sólida (Lucas 6:47-48).
● Para ser semilla en nuestro corazón (Lucas 8:11).
En una época en la que la gente busca soluciones instantáneas y rápidas, la Biblia nos reta a
cambiar nuestra mente y corazón, ayudándonos a crecer en carácter, amor, integridad, y
sabiduría.
Estamos llamados a vivir por la Palabra, pues sólo en ella se halla la vida. Quien vive sin la
Palabra de Dios está muerto. El hombre debe moldearse a la Palabra y no la Palabra al
hombre.
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Anexo 1
Orden cronológico de los libros Bíblicos
El siguiente es un orden aproximado o estimado del tiempo en que pudieron ser escritos los
libros de las Sagradas Escrituras. Es muy difícil hablar de fechas exactas.
Esta lista cita el orden en el cual los libros fueron escritos, y no necesariamente el orden
cronológico de los eventos que se narran en los mismos, por lo que cabe hacer algunas
observaciones:
Génesis fue escrito hacia el año 1.400 a.e.c., pero narra eventos desde la misma creación
hasta el momento en el que el pueblo de Israel llega a Egipto.
Job vivió probablemente antes de que Dios llamara a Abraham, o sea se encajaría entre los
capítulos 1 y 12 de Génesis. Aunque hay algunos que piensan que pudo ser contemporáneo
de Moisés.
Por más que Apocalipsis haya sido escrito entre los años 90 e.c. - 95 e.c, narra
acontecimientos futuros, que aún ocurrirán en la Historia.
Escritos Anteriores
Escrito Periodo en el que se escribió
Job Fecha desconocida, se cree que pudo ser antecesor de Moisés. Génesis 1.445
a.e.c -1.405. a.e.c
Éxodo 1.445 a.e.c -1.405. a.e.c
Levítico 1.445 a.e.c -1.405. a.e.c
Números 1.445 a.e.c -1.405. a.e.c
Deuteronomio 1.445 a.e.c -1.405. a.e.c
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Escrito Periodo en el que se escribió
SalmosPuede ir desde 1.410 a.e.c hasta 450 a.e.c ya que es una
recopilación de diversos autores. Por ejemplo, el Salmo 90 de
Moisés. Pasando por los Salmos de David y Salomón, entre otros.
Josue 1.405 a.e.c -1.385 a.e.c
Jueces 1.043 a.e.c
Rut 1.030 a.e.c -1.010 a.e.c
Cantar de Cantares 971 a.e.c - 965 a.e.c
Proverbios 971 a.e.c - 686 a.e.c
Eclesiastés 940 a.e.c - 931 a.e.c
1 y 2 Samuel 931 a.e.c - 722 a.e.c
Abdías 850 a.e.c - 840 a.e.c
Joel 835 a.e.c - 796 a.e.c
Jonás 775 a.e.c
Amos 750 a.e.c
Oseas 750 a.e.c - 710 a.e.c
Miqueas 735 a.e.c - 710 a.e.c
Isaías 700 a.e.c - 681 a.e.c
Nahum 650 a.e.c
Sofonías
635 a.e.c - 625 a.e.c
Habacuc
615 a.e.c - 605 a.e.c
Ezequiel
590 a.e.c - 570 a.e.c
Lamentaciones
586 a.e.c
Jeremías
586 a.e.c - 570 a.e.c
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Escrito Periodo en el que se escribió
1 y 2 Reyes 561 a.e.c - 538 a.e.c
Daniel 536 a.e.c - 530 a.e.c
Hageo 520 a.e.c
Zacarías 480 a.e.c - 470 a.e.c
Esdras 457 a.e.c - 444 a.e.c
1 y 2 Crónicas 450 a.e.c - 430 a.e.c
Ester 450 a.e.c - 331 a.e.c
Malaquías 433 a.e.c - 424 a.e.c
Nehemías 424 a.e.c - 400 a.e.c
Escritos Posteriores
Escrito Periodo en el que se escribió
Santiago 44 e.c - 49 e.c.
Gálatas 49 e.c - 50 e.c.
Mateo 50
e.c - 60 e.c. (Es posible que haya sido escrito antes en su versión hebrea)
Marcos 50 e.c - 60 e.c.
1 Tesalonicenses 51 e.c.
2 Tesalonicenses 51 e.c. - 52 e.c.
1 Corintios 55 e.c.
2 Corintios 55 e.c. - 56 e.c.
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Escrito Periodo en el que se escribió
Romanos 56 e.c.
Lucas 60 e.c. - 61 e.c.
Efesios 60 e.c. - 62 e.c.
Filipenses 60 e.c. - 62 e.c.
Filemón 60 e.c - 62 e.c.
Colosenses 60 e.c - 62 e.c.
Hechos 62 e.c.
1 Timoteo 62 e.c - 64 e.c.
Tito 62 e.c - 64 e.c.
1 Pedro 64 e.c - 65 e.c.
2 Timoteo 66 e.c - 67 e.c.
2 Pedro 67 e.c - 68 e.c.
Hebreos 67 e.c - 69 e.c.
Judas 68 e.c - 70 e.c.
Juan 80 e.c - 90 e.c.
1 Juan 90 e.c - 95 e.c.
2 Juan 90 e.c - 95 e.c.
3 Juan 90 e.c - 95 e.c.
Apocalipsis 90 e.c - 95 e.c.
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