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Características Del Cristiano Vencedor

El documento describe las características de un cristiano vencedor y las batallas que enfrenta. Un cristiano lucha contra 1) el enemigo de las almas, 2) las influencias del mundo y 3) sus propias debilidades. Sin embargo, la victoria ya está asegurada a través de Cristo. Para triunfar, un cristiano debe depender de Dios, vestirse con su armadura espiritual y mantenerse unido a Cristo como la vid.

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Características Del Cristiano Vencedor

El documento describe las características de un cristiano vencedor y las batallas que enfrenta. Un cristiano lucha contra 1) el enemigo de las almas, 2) las influencias del mundo y 3) sus propias debilidades. Sin embargo, la victoria ya está asegurada a través de Cristo. Para triunfar, un cristiano debe depender de Dios, vestirse con su armadura espiritual y mantenerse unido a Cristo como la vid.

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CARACTERÍSTICAS DEL CRISTIANO VENCEDOR

Rom 8:37 “Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio
de aquel que nos amó”.

La consigna de todo cristiano, es obtener la victoria. Ninguno sigue este


camino pensando en que va a fracasar. Ninguno se imaginó como sería el
camino hasta este momento y quizás no sabremos cómo será el resto del
camino, pero si de una cosa estamos seguros es que queremos llegar hasta el
final.
Pensando de manera objetiva podemos deducir que día a día libramos luchas
en diferentes frentes:
1. El enemigo de nuestras almas, el que vino a hurtar, matar y destruir,
que quiere robar lo que tenemos en Dios, busca destruir las vidas
espirituales, desviar del camino a todo aquel que se deja engañar.

Efe 6:12 “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra
principados, contra potestades, contra los gobernadores de las
tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las
regiones celestes”.

La Biblia nos muestra claramente que este enemigo está vencido:


Heb_2:14 “Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él
también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que
tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo”
Col 2:15 “y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió
públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz”.
La victoria está dada para el cristiano por medio de Cristo, fuera de él no hay
nada, el Señor dijo:
Jua_15:5 “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y
yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer”.

Él es quién ha dado este triunfo a su iglesia, por tal motivo nos provee de
una armadura para poder resistir cuando este enemigo caído nos quiera
asechar.
Efe 6:10 -11 “Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el
poder de su fuerza.
Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las
asechanzas del diablo”.

2. El mundo que quiere entretenernos con su ilusorias propuestas,


muchos se han dejado arrastrar por el dinero, la fama, por una
posición social.
Constantemente vemos corrientes “cristianas” que no se parecen a
Cristo y a su mensaje, el mensaje de la cruz ha sido reemplazado por
pensamientos acomodados a vanas filosofías, que consiguen engañar a
muchos incautos que siguiendo a las masas y a lo espectacular de sus
salones y presentación de sus reuniones, se dejan llevar presos por un
estilo de vida carente de principios de Dios, de transformación, de
santidad, ¡Un evangelio vacío que no los llevará al cielo!

Tit 2:11-13 “Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación


a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a
los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y
piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la
manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo”.
1Jn_2:17 “Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad
de Dios permanece para siempre”.

El Señor nos dijo claramente que nos esperaría en este mundo:

Jua_16:33 “…En el mundo tendréis aflicción”.

Los Apóstoles padecían persecución y recibían azotes por predicar a


Cristo, pero con cuanto gozo sentían al sentirse dignos de padecer
afrenta por causa del nombre de Jesús, y no solo eso sino que con más
ánimo y mayor entrega seguían enseñando y predicando que había
uno más grande que todo lo que el mundo podía ofrecer.

La Iglesia del Señor siempre ha tenido un principio muy bello:

¡Dios es primero y lo que tenemos en él, no lo cambiamos por nada!

¡No insista, que no hay negocio!

3. Nuestra propia naturaleza que quiere rebelarse y tomar el control de


nuestras acciones tratando de llevarnos nuevamente cautivos al
pecado.

Efe 2:1-6 “Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en


vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo,
siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la
potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de
desobediencia, entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro
tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la
carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo
mismo que los demás.
Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos
amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida
juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos
resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con
Cristo Jesús”

El cristiano es un ser humano normal, que posee una naturaleza con


debilidades, no es infalible, puede equivocarse.

Como producto del pecado y como característica de la raza caída viene


la tentación:

Stg 1:12-15 “Bienaventurado el varón que soporta la tentación;


porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que
Dios ha prometido a los que le aman.
Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios;
porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; sino
que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es
atraído y seducido.
Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el
pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte”.

No obstante en el existe en el cristiano una nueva naturaleza, la


espiritual.
Esta naturaleza lo coloca en un nivel mayor; las malas pasiones, las
emociones destructivas no lo dominan, su cuerpo es gobernado por el
Espíritu Santo.

Gál 5:16-24 “Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los


deseos de la carne.
Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es
contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que
quisiereis. Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley.
Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación,
inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos,
iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios,
borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os
amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales
cosas no heredarán el reino de Dios.
Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad,
bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y
deseos”.

Stg 5:17-18 “Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y
oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres
años y seis meses. Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su
fruto”.

Elías era un hombre común y corriente, pero Dios le dio la victoria a pesar de
sufrir persecución, cuando lo buscaban para matarle y muy desanimado
recibió la provisión de Dios, pero lo más importante es que él sabía que en
ese momento lo que necesitaba no eran cosas materiales sino alimento para
el espíritu.
Por decidió emprender un viaje de cuarenta días y cuarenta noches hacia el
monte Horeb. Horeb tipifica la presencia de Dios, en medio de un silbo
apacible Dios trata con Elías.

Elías estaba casi exhausto ante la persecución, cuando Jehová lo encontró y


lo llevó a Horeb. Allí Dios fortaleció su espíritu y le guío en cada uno de los
pasos que debía dar. Cuando Elías descendió de Horeb, era diferente: sabía
que Dios es Justo; que premia al recto y castiga al impío.

Moisés había pastoreado ovejas durante cuarenta años en Madián; sin


embargo, cuando Jehová le habló en Horeb, le rebatió todas sus excusas y le
dio una misión para cumplir. Cuando Moisés descendió a Egipto, era
diferente: sabía lo que Dios quería para su vida, y tenía las herramientas
necesarias para llevarlo a cabo.

Asaf

Sal 73:2-3 “En cuanto a mí, casi se deslizaron mis pies; Por poco resbalaron
mis pasos. Porque tuve envidia de los arrogantes, Viendo la prosperidad de
los impíos”.

Sal 73:13-17 “Verdaderamente en vano he limpiado mi corazón, Y lavado mis


manos en inocencia; Pues he sido azotado todo el día, Y castigado todas las
mañanas”.
Si dijera yo: Hablaré como ellos, He aquí, a la generación de tus hijos
engañaría. Cuando pensé para saber esto, Fue duro trabajo para mí, Hasta
que entrando en el santuario de Dios, Comprendí el fin de ellos”.

¿Cuáles son tus batallas? ¿No te has sentido vencedor en alguna de las
batallas?
La clave para salir siempre victorioso es humillarse ante la presencia de Dios y
dejar que él a través de su Espíritu nos ayude, nos capacite, nos enseñe.
Cada uno de nosotros necesitamos subir al monte. Necesitamos un "Horeb".
En lo más recio de la batalla, necesitamos refugiarnos con él, nuestra vida
debe estar escondida siempre en la presencia de Dios.
En Horeb las peticiones son contestadas, en Horeb las cadenas son rotas, en
Horeb la enfermedad se va, en Horeb hay nueva visión y nuevos propósitos
en Dios.
Gén 12:5 Tomó, pues, Abram a Sarai su mujer, y a Lot hijo de su hermano, y
todos sus bienes que habían ganado y las personas que habían adquirido en
Harán, y salieron para ir a tierra de Canaán; y a tierra de Canaán llegaron.

 El Amor.
 La Humillación.
 La Diligencia.
 Dependencia de Dios
 Fe

 En el sufrimiento

 En las tentaciones
 En el desánimo
 En la persecución

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