13/8/2021 Westlaw Thomson Reuters
Documento
Rol: 18707-2018
Ministro: Blanco Herrera, Ricardo
Ministro: Chevesich Ruiz, Gloria Ana
Ministro: Muñoz Sánchez, Andrea
Ministro: Silva Cancino, Mauricio
Redactor: Chevesich Ruiz, Gloria Ana
Abogado integrante: Etcheberry C., Leonor
Tribunal: Corte Suprema Cuarta Sala (Especial)(CSU4)
Partes: Jesús Cortés Caro con Jorge Araya Carvajal y otros
Tipo Recurso: Recurso de Casación en el Fondo
Tipo Resultado: Acogido
Fecha: 26/08/2019
Cita Online: CL/JUR/4913/2019
Hechos:
Demandante interpone recurso de casación en el fondo contra la sentencia de la Corte de Apelaciones, que confirmó el fallo de
primer grado que desestimó la demanda de impugnación de maternidad y de paternidad, como la de reclamación de filiación. La Corte
Suprema acoge el recurso de casación en el fondo deducido y dicta sentencia de reemplazo
Sumarios:
1 . La filiación, según la doctrina sobre la materia, "es el vínculo jurídico existente entre el padre o la madre y el hijo; se refiere tanto a
la relación de paternidad o maternidad, respectivamente, " y se la caracteriza como un "fenómeno jurídico que se fundamenta en el
hecho fisiológico de la procreación, con la salvedad de la filiación adoptiva creada por el legislador y artificial, en el sentido que no
supone un vínculo de sangre " -Hernán Troncoso L.-. Pues bien, la relación o estado que origina se conecta o influye en otros efectos
jurídicos, v. gr., algunos atributos de la personalidad (estado civil, nombre, nacionalidad y domicilio del hijo), y se encuentra reglada en
el Libro I del Código Civil, artículos 179 a 273, que conforma el estatuto filiativo, que se basa en los siguientes principios: la igualdad
de todos los hijos, su interés superior y el derecho a la identidad (considerando 3° de la sentencia de casación)
2 . La reforma introducida por la Ley N° 19.585 hace primar la verdad real o biológica por sobre la formal, por lo tanto, es presidido
por el denominado principio de veracidad cuyo criterio rector es el derecho a la identidad; se sustenta en la noción de la libre
investigación de la paternidad o maternidad y en la de acceso de toda persona a una investigación judicial con una amplia admisibilidad
probatoria; y consagra la imprescriptibilidad e irrenunciabilidad de la acción de reclamación de filiación. Sin embargo, en lo que
concierne a la primacía que consagra, contempla excepciones, en lo que interesa, la institución de la posesión notoria del estado civil de
hijo, que, debidamente acreditada, prefiere a las pruebas periciales de carácter biológico (considerando 5° de la sentencia de casación)
3 . La posesión notoria del estado civil de hijo está definida en el artículo 200 inciso 2° del Código Civil, en los siguientes términos:
"Consiste en que su padre, madre o ambos le hayan tratado como hijo, proveyendo a su educación y establecimiento de un modo
competente, y presentándolo en ese carácter a sus deudos y amigos; y que éstos y el vecindario de su domicilio, en general, le hayan
reputado y reconocido como tal". Conforme lo disponen los incisos primero y segundo del mismo, se compone de tres elementos: el
nombre, el trato y la fama, que deben haberse configurado, a lo menos, durante cinco años continuos; y debe ser acreditada mediante
un conjunto de testimonios y antecedentes o circunstancias fidedignas que la establezcan en forma irrefragable. Tanto la doctrina como
la jurisprudencia afirma que la posesión notoria del estado civil conforma una prueba que permite establecer la filiación. Sin embargo,
las probanzas que debe rendir el litigante que la invoca deben estar dirigidas a acreditar los elementos que la componen, esto es, sus
circunstancias fácticas, a saber, nombre, trato y fama; y demostradas, la consecuencia jurídica ineludible es que se está en presencia de
dicha institución (considerando 6° de la sentencia de casación)
4 . La acción de reclamación de la filiación se puede definir como "aquella en cuya virtud quien no tiene determinada su filiación,
demanda que sea declarada judicialmente", esto es, se solicita que se declare que es hijo de su padre o madre, o viceversa, y la de
impugnación del vínculo filiativo como "aquella que persigue dejar sin efecto la filiación que ha quedado determinada respecto del
padre, madre o hijo" -René Abeliuk M.-; y se caracterizan porque no son cedibles ni pueden ser objeto de conciliación o transacción, ni
someterse a compromiso, siendo la primera imprescriptible e irrenunciable, la segunda solo irrenunciable; y están regladas en los
artículos 204 a 221 del Código Civil, en cuanto precisan quienes pueden deducirlas y contra quienes y, según sea el caso, cómo y en la
oportunidad en que deben ser interpuestas. Pero, tratándose del hijo como legitimado activo, según se advierte de la lectura de dichas
disposiciones, no indican cuál o cuáles deben ser sus fundamentos, por lo tanto, no se divisa razón por la que solo podrían basarse en la
realidad biológica y no en la social, esto es, en la posesión notoria del estado civil de hijo, tampoco en que ésta únicamente se puede
invocar como excepción para enervar una acción de impugnación de la filiación, más aun considerando que el derecho a la identidad
constituye uno de los fundamentos del estatuto filiativo (considerando 7° de la sentencia de casación)
Texto Completo:
Normativa relevante citada Art. 200 del CC; Ley Nº 19.585.
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I. Sentencia de casaciónSantiago, veintiséis de agosto de dos mil diecinueve.
Vistos:
En autos número de RIT C 714 2017, seguidos ante el Juzgado de Letras de Familia de Alto Hospicio, por sentencia de diecinueve
de abril de dos mil dieciocho, se desestimó la demanda de impugnación de maternidad y de paternidad, como la de reclamación de
filiación; que fue confirmada por una sala de la Corte de Apelaciones de Iquique, por sentencia de cinco de julio del mismo año.
En contra de la referida decisión el demandante dedujo recurso de casación en el fondo, denunciando la infracción de las normas
que indica, y solicita que se lo acoja y se la anule, acto seguido y sin nueva vista, se dicte la de reemplazo que describe.
Se trajeron los autos en relación.
Considerando:
1° Que el recurrente, en primer lugar, expresa que la demanda de impugnación de filiación que dedujo en contra de doña Elia
Gloria Caro Navarrete y de don César Humberto Cortés Alarcón, y de reclamación de filiación que formuló en contra de don Jorge
Mauricio Araya Carvajal y de doña Eugenia del Pilar Campos Alarcón, la sustentó en que nació el 1 de septiembre de 1992 y fue
inscrito el 29 de octubre del mismo año en la circunscripción de Chillán, bajo el N° 2.975 del Registro Civil e Identificación, siendo
reconocido por los dos primeros mencionados, no obstante que no suscribieron el acta de nacimiento, a quienes no reconoce como
padres; pues recién nacido fue entregado por la señora Caro Navarrete a CONIN, por problemas de desnutrición, y en ese contexto la
señora Campo Alarcón y su abuela paterna, al ser consultada por Carabineros de Chile de la comuna de Trehuaco, tramitaron una causa
en el Juzgado de Letras de Quirihue para asumir su crianza, lo que tardó como tres meses, y desde ese momento pasó a integrar la vida
de ella, hasta la actualidad, sin tener contacto alguno con la primera. Añade que cuando tenía 7 años de edad, su madre conoció a don
Jorge Mauricio Araya Carvajal, su actual marido pues se casaron el 24 de noviembre de 2006, a quien reconoce como padre, y ellos, a
su vez, como hijo frente a familiares, vecinos y amistades, por lo tanto, asumieron el rol de madre y de padre, por sobre sus
progenitores biológicos, preocupándose de su educación, desarrollo, bienestar, cuidado y protección, siendo conocido bajo los apellidos
"Araya Campos", durante dieciocho años, ya que tiene 25 años de edad, por lo tanto, existe una posesión notoria de hijo respecto de
aquellos.
Luego, hace referencia a las diferentes actuaciones procesales de la causa y a las probanzas rendidas al tenor de los hechos materia
de prueba, sosteniendo que se acreditaron, formando convicción en la judicatura acerca de que existe filiación determinada del
demandante y posesión notoria del estado civil de hijo, respecto de los demandados de impugnación y de reclamación,
respectivamente.
En segundo lugar, señala que la sentencia impugnada desestimó la demanda por no cumplirse los presupuestos legales de las
acciones deducidas, toda vez que la filiación coincide con una realidad biológica no cuestionada, lo que genera agravio, toda vez que se
determinó que concurre la posesión notoria del estado civil de hijo respecto de los demandados de reconocimiento, lo que cuestiona la
realidad biológica (impugnando la filiación) y, en dicha virtud, como lo ha establecido la Corte Suprema, se puede dar por determinada
una filiación estableciendo una excepción en la búsqueda de la verdad, haciendo primar la posesión notoria de estado civil.
Sostiene que el centro de debate fue la existencia de la posesión notoria del estado civil de hijo, no controvertido, y es un medio
prueba que el juez de familia puede tener en consideración para dar por acreditada la filiación que se impugna o reclama, atendido los
términos de los artículos 200 y 201 del Código Civil, siendo el criterio que adoptó la Corte Suprema en sentencia dictada en causa
número de rol 8953 12, transcribiendo lo pertinente; que en cuanto se sostiene que el concepto de filiación está fundado "en el vínculo
de sangre", indica que la Ley N° 19.620 ha permitido que pueda serlo por adopción, y aun existiendo, y siendo controvertido o
presentándose contradicción, la situación de hecho prefiere a las pruebas periciales biológicas, pues la adopción tiene por objeto velar
por el interés superior del adoptado, y amparar su derecho a vivir y desarrollarse en el seno de una familia que le brinde afecto y le
procure los cuidados tendientes a satisfacer sus necesidades espirituales y materiales, cuando no pueda ser proporcionado por su
familia de origen, lo que ocurrió en el presente caso; que, además, como no se presenta la inconveniencia a que refiere el inciso
segundo del artículo 201 del código citado, se optó por acreditar debidamente la posesión notoria; que, en cuanto se expresa que no se
dan los supuestos del artículo 217 del Código Civil, toda vez que el abandono de un menor, si bien es una conducta reprochable con
consecuencias civiles y penales, no puede ser el fundamento para entablar la acción de impugnación, afirma que se olvida que se tuvo
por debidamente acreditada la posesión notoria de la calidad de hijo, situación de hecho distinta de lo biológico, que va más allá de un
falso parto o de la suplantación del pretendido hijo al verdadero y, en todo caso, nada se dice respecto de la impugnación de la
paternidad que reclama; que no se ha intentado alterar normas de orden público, pues se dedujo una acción de impugnación y otra de
reclamación de filiación, siendo válidamente notificados los demandados; que la Ley N° 19.585, descansa, entre otros, en el derecho a
la identidad, esto es, en el que tiene toda persona a conocer sus orígenes, que también es recogido en el catálogo de derechos
fundamentales de la Convención de los Derechos del Niño y en la Convención Interamericana sobre Derechos Humanos, y del análisis
de los artículos 200 y 201 del estatuto civil se puede afirmar que se prefiere la verdad social, y al declarar que la acción de
impugnación caduca en los plazos que establecen, es evidente que la intención o espíritu de la ley es hacer primar la estabilidad del
estado filiativo adquirido. En efecto, el artículo 200 sostiene que la posesión notoria de la calidad de hijo respecto de determinada
persona servirá también para que el juez tenga por suficientemente acreditada la filiación, siempre que haya durado a lo menos cinco
años continuos y se puede por un conjunto de testimonios y antecedentes o circunstancias fidedignas que la establezcan de un modo
irrefragable, lapso cumplido. Por su parte, el artículo 195 prescribe que la ley posibilita la investigación de la paternidad o maternidad
en la forma y con los medios previstos en la ley, que tanto la filiación matrimonial como la no matrimonial puede ser determinada por
sentencia firme en juicio de filiación, de acuerdo a lo preceptuado en los artículos 185 inciso final y 186, lo cual implica la
investigación de paternidad, la que puede establecerse mediante toda clase de pruebas en la forma y con los medios indicados en los
artículos 195 y siguientes, y el artículo 200 establece como medio de prueba para acreditar la filiación, la posesión notoria de la calidad
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de hijo respecto de una persona, en las condiciones que señala. Asimismo, el artículo 216 dispone que se podrá impugnar la paternidad
determinada por reconocimiento por toda persona que pruebe un interés actual en ello, en el plazo de un año desde que tuvo ese interés
y pudo hacer valer ese derecho, y el artículo 208 que si estuviese determinada la filiación de una persona y quisiere reclamarse otra
distinta, deberán ejercerse simultáneamente las acciones de impugnación de la filiación existente y de reclamación de la nueva, en cuyo
caso, no rigen para la primera los plazos legales.
En tercer lugar, afirma que la sentencia que refuta infringió lo que disponen los artículos 200, 201 y 208 del Código Civil, al
considerar que no es suficiente el hecho de tener por acreditada la posesión notoria de la calidad de hijo para tener por determinada la
filiación que se reclama, dado que la que tiene coincide con una realidad biológica no cuestionada, lo que genera agravio, toda vez que
se probó su concurrencia, lo que cuestiona de plano la realidad biológica (impugnando la filiación) y en dicha virtud, como lo ha
establecido la Corte Suprema, se puede determinar una filiación estableciendo una excepción en la búsqueda de la verdad, haciendo
primar la posesión notoria de estado civil si es contradictoria con la realidad biológica, facultándolo para decidir lo contrario en aras de
respetar el interés superior del niño, si existe para éste grave inconveniente.
Entonces, la infracción al artículo 200 se configura al desestimarse las demandas, por considerar que no se cumplen los
presupuestos legales, ya que la judicatura está legalmente facultada para tener por acreditada la que reclama, pues se probó la
existencia de la posesión notoria del estado civil de hijo. Agrega que el artículo 201 autoriza preferirla si está debidamente acreditada, a
las pruebas periciales de carácter biológico si hay contradicción entre unas y otras, pero, si hay graves razones que demuestren la
inconveniencia para aplicarla, prevalecen dichas pruebas; contexto que permite concluir que su errónea interpretación dice relación con
el valor probatorio que le entrega a la posesión notoria debidamente acreditada, ya que utiliza la palabra "prefiere", y, en el presente
caso, no hay pruebas biológicas que autoricen preferirlas en desmedro de la posesión notoria del estado civil de hijo.
También que al considerarse que la pretensión excede el sentido y alcance de las acciones de impugnación y de reclamación de
paternidad y maternidad, se conculcó lo que dispone el artículo 208, ya que establece que si estuviese determinada la filiación de una
persona y quiere reclamarse otra, deben ejercerse simultáneamente las acciones de impugnación de la filiación existente y de
reclamación de la nueva, por lo tanto, no se incurrió en ningún exceso, y atendida su edad, la opción utilizada es la viable para que se la
determine y se reconozca su derecho a la identidad.
Concluye señalando cómo los errores de derecho que denuncia influyeron sustancialmente en lo dispositivo de la sentencia
impugnada, y solicita que se la anule y se acoja la demanda y se declare que se deja sin efecto la filiación respecto de la señora Caro
Navarrete y del señor Cortes Alarcón, y se la tenga por reconocida respecto de la señora Campos Alarcón y del señor Araya Carvajal,
ordenando oficiar al Servicio de Registro Civil e Identificación a fin de que rectifique la inscripción de nacimiento.
2° Que la sentencia impugnada tuvo por establecido que el demandante, de 26 años de edad, tiene filiación determinada, siendo sus
progenitores legales doña Elia Gloria Caro Navarrete y don Cesar Humberto Cortes Alarcón, la que no fue desacreditada por pruebas
biológicas; y que, a su respecto, existe posesión notoria de estado civil de hijo en relación al matrimonio conformado por don Jorge
Mauricio Araya Carvajal y doña Eugenia del Pilar Campos Alarcón.
A continuación, señala que el artículo 217 del Código Civil establece que se puede impugnar la maternidad alegando falso parto o
suplantación del pretendido hijo al verdadero, y que la filiación es la relación de descendencia entre dos personas, una de las cuales es
padre o madre de la otra, de modo que su fundamento es el vínculo de sangre existente entre el progenitor y el hijo, proveniente de las
relaciones sexuales, lícitas o ilícitas, por lo tanto, no se dan lo supuestos de dicha norma y que sirve de sustento a la acción de
impugnación de maternidad, puesto que el abandono de un menor, por más que resulte ser una conducta reprochable y que, por cierto,
puede conllevar una serie de efectos civiles, incluso penales, no genera el deseado por el demandante; y que las acciones de filiación
conllevan la modificación de un estado civil, en concreto el de hijo, y en tal sentido son normas de orden público indisponibles por la
voluntad de las partes o por el tribunal, por lo que no es posible que con la mera manifestación de voluntad del demandante y de los
demandados de reclamación de filiación, alterar uno que está legalmente determinado, sin perjuicio de otras acciones que puedan
resultar procedentes.
Tratándose de la institución de la posesión notoria del estado civil, alude a lo manifestado por esta Corte en autos número de rol
15.210, con fecha 4 de noviembre de 2015, en el sentido que no corresponde a una acción autónoma de reclamación de filiación, sino
estrictamente a un medio probatorio cuya procedencia se sujeta a las exigencias que el legislador impuso en relación a su objeto, esto
es, establecer una determinada filiación respecto de quien reclama el reconocimiento del vínculo sanguíneo de la paternidad; y que otra
cosa es que se reconozca la posibilidad de que desacreditado por medio de un examen pericial biológico el vínculo sanguíneo, una
determinada situación social, como lo es la posesión notoria del estado de hijo, pueda hacer al juez preferirla por sobre la evidencia
científica, pero sólo procede al ejercerse el derecho de la investigación de la paternidad, en cuanto se indaga una verdad desconocida,
oculta, dudosa, por lo que no parece plausible ni procedente su ejercicio en el caso, pues los que tienen el vínculo biológico son a
quienes la ley reconoce el carácter de padre y madre, entonces, en estricto rigor, no hay uno de filiación dudoso que deba ser
investigado.
Concluye que no se cumplen los presupuestos legales de las acciones deducidas, y que la pretensión que las sustenta excede el
sentido y alcance de ambas, desde que la filiación de don Jesús Humberto Cortés Caro coincide con una realidad biológica no
cuestionada.
3° Que la filiación, según la doctrina sobre la materia, "es el vínculo jurídico existente entre el padre o la madre y el hijo; se refiere
tanto a la relación de paternidad o maternidad, respectivamente, " y se la caracteriza como un "fenómeno jurídico que se fundamenta en
el hecho fisiológico de la procreación, con la salvedad de la filiación adoptiva creada por el legislador y artificial, en el sentido que no
supone un vínculo de sangre " (Troncoso L., Hernán, Derecho de Familia, Actualizado con la Ley 19.585, Concepción: Universidad de
Concepción, Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, Departamento de Derecho Privado, Año 2000, Págs. 219 220). También, que es
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la "Relación, con alcance jurídico, entre padres e hijos. Como hecho natural, se da siempre pues constituye una consecuencia de la
procreación. Como hecho jurídico, estado de filiación, es decir, situación jurídica constatada, es la posición que una persona ocupa
dentro de una familia en su calidad de hijo " (Del Arco Torres, Miguel Ángel, Diccionario Básico Jurídico, 7a edición, Año 2009,
Granada: Comares, Pág. 255).
Pues bien, la relación o estado que origina se conecta o influye en otros efectos jurídicos, v. gr., algunos atributos de la personalidad
(estado civil, nombre, nacionalidad y domicilio del hijo), y se encuentra reglada en el Libro I del Código Civil, artículos 179 a 273, que
conforma el estatuto filiativo, que se basa en los siguientes principios: la igualdad de todos los hijos, su interés superior y el derecho a
la identidad.
4° Que, en lo que concierne al referido derecho, la doctrina señala que no se limita a considerar el aspecto físico o biológico de la
persona, pues comprende el bagaje espiritual, intelectual, político, profesional, etc., a través del cual se proyecta socialmente al
exteriorizar de alguna manera los aspectos propios de la personalidad; y que la identidad personal encuentra su fundamento axiológico
en la dignidad del ser humano, que es un derecho personalísimo merecedor, por sí, de tutela jurídica, y autónomo.
El doctrinario Eduardo Zanoni, por su parte, señala que la noción jurídica de identidad no es unívoca, admitiendo, por lo menos,
tres acepciones: a) la identidad personal en referencia a la realidad biológica, relativa al derecho a conocer el origen biológico y,
consiguientemente, a obtener el emplazamiento en el estado de familia que de acuerdo con tal origen le corresponda; aspecto que
abarca: la identidad genética, que se refiere al patrimonio genético heredado de los progenitores biológicos, o sea, el genoma, y la
identidad filiatoria, que resulta del emplazamiento de una persona en un determinado estado de familia, en relación a quienes aparecen
jurídicamente como sus padres, la que está habitualmente en concordancia con la identidad genética, pero puede no estarlo; b) la
identidad personal en referencia a los caracteres físicos de la persona, relacionada con los rasgos externos que la identifican e
individualizan; y c) la identidad personal en referencia a la realidad existencial de la persona, entendida como la realización del
proyecto existencial propio. (Famá, María Victoria, La filiación, régimen constitucional, civil y procesal, 2° Edición, Editorial Abeledo
Perrot, Págs. 20 21).
Asimismo, se ha sostenido que es "...el conjunto de atributos y características que permiten la individualización de la persona en
sociedad y, en tal sentido, comprende varios otros derechos según el sujeto de derechos de que se trate y las circunstancias del caso. La
identidad personal está íntimamente ligada a la persona en su individualidad específica y vida privada, sustentadas ambas en una
experiencia histórica y biológica, así como en la forma en que se relaciona dicho individuo con los demás, a través del desarrollo de
vínculos en el plano familiar y social..." (sentencia Corte Interamericana de Derechos Humanos de 27 de abril de 2012), y "que es el
conjunto de atributos y características que permiten individualizar a la persona en sociedad, por lo que es todo aquello que hace que
cada cual sea uno mismo y no otro; por lo tanto, se despliega en el tiempo y se forja en el pasado desde el instante mismo de la
concepción donde están las rafees y los condicionamientos pero traspasando el presente existencial, se proyecta al futuro" (Fernández
Sessarego, C., Derecho a la identidad personal, Buenos Aires, Editorial Astrea, Año 1992, Págs. 113 y 114).
El Tribunal Constitucional, por su parte, ha relacionado el derecho a la identidad con la dignidad humana, noción esta última que
considera como la "piedra angular de todo el edificio de los derechos fundamentales", concluyendo que no obstante que la Carta
Fundamental carece de una referencia o reconocimiento expreso de la identidad como prerrogativa humana básica, ello no obstaculiza
su protección constitucional, debido justamente a la estrecha vinculación entre ambos conceptos. Del mismo modo, que goza de un
estatuto similar al derecho a la nacionalidad del que no puede carecer una persona y que se justifica incluir el derecho a la identidad
personal entre aquellos esenciales a la naturaleza humana a que alude al artículo 5, inciso segundo, de la Carta Fundamental.
(sentencias de 13 de mayo de 2008 y 29 de septiembre de 2009, dictadas en antecedentes roles 834 07 y 1340 09, respectivamente).
Con todo, se debe tener presente que el artículo 7 de la Convención sobre los Derechos del Niño reconoce como elementos de la
identidad a la nacionalidad, el nombre y las relaciones familiares, y en el artículo 8 impone a los Estados Partes el compromiso de
respetar el derecho del niño a preservar su identidad; que el artículo 19 de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del
Hombre reconoce a toda persona el derecho a la nacionalidad, y el artículo 16 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos a
todo ser humano, en todas partes, el derecho al reconocimiento de su personalidad jurídica.
Dicho contexto autoriza colegir que, si bien la normativa interna no eleva a la categoría de fundamental el derecho a la identidad,
en la medida que el artículo 1 de la Constitución Política de la República establece que las personas nacen libres e iguales en dignidad
y derechos, y el de identidad es uno personalísimo, inherente a toda persona, independiente de su edad, sexo o condición social, por lo
tanto, está íntimamente vinculado a la dignidad humana, debe ser considerado entre aquellos derechos esenciales que emanan de la
naturaleza humana a que se refiere el inciso 2° del artículo 5 de la misma, que, conforme a su tenor, se erigen como límite al ejercicio
de la soberanía, imponiendo a los órganos del Estado respetarlos y promoverlos.
5° Que la reforma introducida por la Ley N° 19.585 hace primar la verdad real o biológica por sobre la formal, por lo tanto, es
presidido por el denominado principio de veracidad cuyo criterio rector es el derecho a la identidad; se sustenta en la noción de la libre
investigación de la paternidad o maternidad y en la de acceso de toda persona a una investigación judicial con una amplia admisibilidad
probatoria; y consagra la imprescriptibilidad e irrenunciabilidad de la acción de reclamación de filiación. Sin embargo, en lo que
concierne a la primacía que consagra, contempla excepciones, en lo que interesa, la institución de la posesión notoria del estado civil de
hijo, que, debidamente acreditada, prefiere a las pruebas periciales de carácter biológico.
6° Que dicha institución está definida en el inciso 2° del artículo 200 del Código Civil, en los siguientes términos: "Consiste en que
su padre, madre o ambos le hayan tratado como hijo, proveyendo a su educación y establecimiento de un modo competente, y
presentándolo en ese carácter a sus deudos y amigos; y que éstos y el vecindario de su domicilio, en general, le hayan reputado y
reconocido como tal" Conforme lo disponen los incisos primero y segundo del mismo, se compone de tres elementos: el nombre, el
trato y la fama, que deben haberse configurado, a lo menos, durante cinco años continuos; y debe ser acreditada mediante un conjunto
https://westlawchile-cl.uchile.idm.oclc.org/maf/app/document?&src=laley4&srguid=i0ad6adc60000017b400a998c2ebe33ee&docguid=i0AC50817EC3… 4/7
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de testimonios y antecedentes o circunstancias fidedignas que la establezcan en forma irrefragable; hecho, sirve a la judicatura para
tener por suficientemente acreditada la filiación, que podría catalogarse como una de tipo social, cuyo fundamento, según se advierte,
está dado por los lazos de afecto, dado que "ejercer de padre, querer serlo y haberlo sido por más de 5 años puede ser más relevante que
la verdad genética. Además, el padre social ha desarrollado lazos afectivos con el menor, que le dan a éste estabilidad psicológica".
(Gómez de la Torre V., Maricruz, El sistema filiativo chileno, 1° Edición, Año 2007, Editorial Jurídica de Chile, Pág. 88)Considerando
los términos de la mencionada norma y los de los artículos 201 y 309 del Código Civil, tanto la doctrina como la jurisprudencia afirma
que la posesión notoria del estado civil conforma una prueba que permite establecer la filiación. Sin embargo, las probanzas que debe
rendir el litigante que la invoca deben estar dirigidas a acreditar los elementos que la componen, esto es, sus circunstancias fácticas, a
saber, nombre, trato y fama; y demostradas, la consecuencia jurídica ineludible es que se está en presencia de dicha institución.
7° Que la acción de reclamación de la filiación se puede definir como "aquella en cuya virtud quien no tiene determinada su
filiación, demanda que sea declarada judicialmente", esto es, se solicita que se declare que es hijo de su padre o madre, o viceversa, y la
de impugnación del vínculo filiativo como "aquella que persigue dejar sin efecto la filiación que ha quedado determinada respecto del
padre, madre o hijo" (René Abeliuk M., La filiación y sus efectos, 1° Edición, Año 2003, Editorial Jurídica de Chile, Págs. 157 y 172);
y se caracterizan porque no son cedibles ni pueden ser objeto de conciliación o transacción, ni someterse a compromiso, siendo la
primera imprescriptible e irrenunciable, la segunda solo irrenunciable; y están regladas en los artículos 204 a 221 del Código Civil, en
cuanto precisan quienes pueden deducirlas y contra quienes y, según sea el caso, cómo y en la oportunidad en que deben ser
interpuestas. Pero, tratándose del hijo como legitimado activo, según se advierte de la lectura de dichas disposiciones, no indican cuál o
cuáles deben ser sus fundamentos, por lo tanto, no se divisa razón por la que solo podrían basarse en la realidad biológica y no en la
social, esto es, en la posesión notoria del estado civil de hijo, tampoco en que ésta únicamente se puede invocar como excepción para
enervar una acción de impugnación de la filiación, más aun considerando lo ya señalado a propósito del derecho a la identidad, que
constituye uno de los fundamentos del estatuto filiativo.
Con todo, corresponde tener presente que esta Corte ha señalado que "...De este modo, se hacen evidentes las infracciones de ley
alegadas.., pues... los sentenciadores desestimaron la posibilidad de reclamar la maternidad invocando la posesión notoria, en
circunstancias que esta es plenamente compatible con la interposición de una acción de reclamación de la filiación, la que resulta
suficiente para justificar el hecho de la maternidad si se cumple con los requisitos constitutivos consagrados en el artículo 200 del
Código Civil, lo que ocurrió, pues, como se advierte de la lectura de la sentencia de primera instancia, se comprobó la filiación del
actor mediante la configuración de un medio probatorio expresamente reconocido y permitido por el legislador, el cual, tiene un
especial valor, suficiente para acreditar el hecho de la maternidad, máxime si en autos no se produjo prueba biológica que pueda
enfrentarse a la posesión notoria de la calidad de hijo, teniendo en consideración que el actor no figura con filiación determinada... ", y
que ".de aceptarse dicho razonamiento, no podría prosperar ninguna demanda de reclamación de filiación no matrimonial sustentada en
la posesión notoria de la calidad de hijo, consecuencia del todo ajena al espíritu del legislador al establecer el actual estatuto de
filiación, en particular, del derecho a la identidad tantas veces referido, reconocido en la normativa nacional e internacional... "
(sentencia de 5 de enero de 2017 dictada en los autos número de rol 59.106 2016)8° Que, en esas condiciones, se debe colegir que la
sentencia impugnada conculcó lo que disponen los artículos 200, 201 y 208 del Código Civil, con influencia substancial en su parte
dispositiva, porque condujo a que se desestimaran las demandas interpuestas.
Por estas consideraciones y de conformidad, además, con lo previsto en los artículos 767 y siguientes del Código de Procedimiento
Civil, se acoge el recurso de casación en el fondo deducido por el demandante en contra de la sentencia de cinco de julio de dos mil
dieciocho, dictada por una sala de la Corte de Apelaciones de Iquique, y anulándosela se la reemplaza por la que, acto continuo y sin
nueva vista, se dicta a continuación.
Acordada con el voto en contra del ministro Blanco, quien, si bien comparte lo reflexionado en los motivos 3° y 4°, fue de opinión
de rechazar el recurso, teniendo en consideración que el propósito de la acción de reclamación de filiación es la declaración de
existencia de un determinado vínculo filiativo, y de la de impugnación que la que ostenta no es real. Sin embargo, como la filiación
legal del demandante respecto de quienes lo reconocieron no ha sido controvertida por pruebas de tipo biológicas, por lo tanto, está
legalmente determinada y vigente, se debe colegir que lo pretendido excede los márgenes y contenidos de las referidas acciones, pues,
como se dijo, están previstas para casos en que no existe coincidencia entre la filiación legal y la real. Además, en lo que concierne a la
institución de la posesión notoria del estado civil de hijo, estima que no tiene cabida en el presente caso, pues, según se señaló, la
filiación del demandante está legalmente determinada; y porque, conforme al inciso primero del artículo 201 del Código Civil, si está
debidamente acreditada, se la puede preferir ante las pruebas periciales de carácter biológico en caso que haya contradicción entre unas
y otras; presupuesto fáctico que no se tuvo por acreditado; en razón de lo anterior, concluye que la sentencia impugnada no incurrió en
las vulneraciones sustantivas que se denuncian en el recurso.
Regístrese.
Redactó la ministra Gloria Ana Chevesich R.
Pronunciado por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros señor Ricardo Blanco H., señoras Gloria Ana
Chevesich R., Andrea Muñoz S., señor Mauricio Silva C., y la Abogada Integrante señora Leonor Etcheberry C. Rol N° 18707 2018.
II. Sentencia de reemplazoSantiago, veintiséis de agosto de dos mil diecinueve.
Dando cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 785 del Código de Procedimiento Civil, se dicta la siguiente sentencia de
reemplazo.
Vistos:
https://westlawchile-cl.uchile.idm.oclc.org/maf/app/document?&src=laley4&srguid=i0ad6adc60000017b400a998c2ebe33ee&docguid=i0AC50817EC3… 5/7
13/8/2021 Westlaw Thomson Reuters
De la sentencia apelada se reproducen solo sus motivos primero a quinto, previa sustitución, en este último, del primer acápite de
su letra b), por el siguiente: "El demandante fue tratado como hijo por el matrimonio conformado por doña Eugenia del Pilar Campos
Alarcón y don Jorge Mauricio Araya Carvajal, a partir de la fecha en que contrajeron vínculo matrimonial, esto es, desde el 24 de
noviembre de 2006". Asimismo, se reproduce de la sentencia de casación los raciocinios signados con los números 3° a 7°, y se tiene,
en su lugar, y además presente:
Que, de acuerdo a lo que dispone el inciso segundo del artículo 200 del Código Civil, los elementos de la posesión notoria del
estado civil de hijo son: nombre, trato y fama, por lo tanto, quien la invoca debe acreditar que ha sido conocido como hijo,
proveyéndose a su educación y establecimiento, presentado como tal ante amigos y deudos, y que el vecindario lo ha reputado y
conocido como tal tratado; y como concurren en la especie, tratándose de don Jesús Humberto Cortés Caro, respecto de don Jorge
Mauricio Araya Carvajal y de doña Eugenia del Pilar Campos Alarcón, corresponde acoger la demanda de impugnación de filiación
que se dedujo en contra de don César Humberto Cortés Alarcón y de doña Elia Gloria Caro Navarrete y la de reclamación interpuesta
en contra de los primeros nombrados.
Por estas consideraciones y lo dispuesto en los artículos 67 de la Ley N° 19.968 y 186 y siguientes del Código de Procedimiento
Civil, se revoca la sentencia apelada de diecinueve de abril de dos mil dieciocho, dictada por el Juzgado de Familia de Alto Hospicio, y
se declara que se acogen las demandas interpuestas, con ello, que don Jesús Humberto Cortés Caro es hijo de don Jorge Mauricio
Araya Carvajal y de doña Eugenia del Pilar Campos Alarcón, y no de don César Humberto Cortés Alarcón y de doña Elia Gloria Caro
Navarrete, debiendo practicarse la inscripción y subinscripciones pertinentes al margen de la partida de nacimiento del señor Cortés
Caro.
Acordada con el voto en contra del ministro Blanco, quien fue de opinión de no dictar sentencia de reemplazo, atendida la postura
que asumió en la de casación.
Regístrese y devuélvanse.
Redactó la ministra Gloria Ana Chevesich R.
Pronunciado por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros señor Ricardo Blanco H., señoras Gloria Ana
Chevesich R., Andrea Muñoz S., señor Mauricio Silva C., y la Abogada Integrante señora Leonor Etcheberry C. Rol N° 18707 2018.
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13/8/2021 Westlaw Thomson Reuters
Texto Completo - NACI - Ley 19.585 (M.J.) - 9999-12-31
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